el modelo de las relaciones objetales de fairbairn y la patología
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Eje I: Experiencia clínica en tiempos de crisis
El Modelo de las Relaciones Objetales de Fairbairn
y la Patología Borderline. Conflicto Esquizoide.
Dr. Rubén Mario Basili
Miembro Titular en función didáctica de la A.P.A.
(Asociación Psicoanalítica Argentina)
Lic. Isabel Sharpin de Basili
Miembro Adherente de la A.P.A.
(Asociación Psicoanalítica Argentina)
"The devil you know is better than the devil that you don´t, and much
better than no devil at all". Viejo Proverbio Escocés
Los Objetivos de este trabajo son:
1) Fundamentar psicoanalíticamente desde el Modelo de las
Relaciones Objetales de Fairbairn, un Conflicto Inconciente, más implícito
que explícito, en los trabajos de Fairbairn sobre la Posición Esquizoide.
Extrapolando a Fairbairn (1958) una posición es definida como un tipo
de Ansiedad, de Defensa, de Contenidos, de Objetos, y en especial una
particular y específica Relación de Objeto. Todos estos parámetros definen
un Conflicto que puede ser analizado en la fantasía inconciente “ser
amado es no ser abandonado por el objeto aceptado (analista)” (Basili
1990a, 1990b).
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2) Postular la importancia en el desarrollo normal y patológico, y
proponer un modelo psicopatológico evolutivo basado en las ideas de
Fairbairn..
3) Destacar en el material clínico la importancia del modelo de Fairbairn
en el análisis de la Disociación, la Dependencia, las Ansiedades de
Separación o Abandono, la Agresión, la Culpa, la Ambivalencia, los
Fenómenos Transicionales, la Realidad Exterior (Skolnick y Scharff, 1998).
Esto sería importante en los pacientes graves en relación al Conflicto
Esquizoide, a ser analizado sesión tras sesión en transferencia-
contratransferencia.
Desde Fairbairn postulamos que la Conducta puede ser definida como
un puente de unión entre un objeto interno y un objeto externo que
también se da en la transferencia-contratransferencia.
4) Destacar que la patología borderline es una patología del Ideal del
Yo (Bergeret, 1983, 1990; Bergeret et al., 1999), esta estructura psíquica sería
un escenario fundamental del Fenómeno Esquizoide. El Conflicto
Esquizoide: estado de tensión entre dos instancias o dos estructuras (dos
subestructuras) se jugaría entre partes disociadas del mismo. La sociedad
y la cultura jugarían un papel fundamental en la psicopatogénesis de
estas disociaciones (Basili y Hamra, 2000), a través de las discarencias
afectivas (prototipo de trauma crónico sociocultural acumulativo) (Basili,
1988, 1990a, 1990b, 1992, 1993, 1994, 1995, 1996; Basili y Montero, 1999;
Basili et al 2001, 2002a, 2002b, 2002c; Etchegaray y Basili, 1995; Donolli y
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Basili, 2003), clínicamente se acentúan y se hacen muy evidentes en las
épocas de crisis.
Conflicto Esquizoide
Desde el modelo de las relaciones objetales de Fairbairn, hemos
acuñado, con Morgan (1968) y luego otros autores, un nuevo término:
Acercamiento-Alejamiento (Masterson, 1976; Basili 1990a, 1990b;
McWilliams, 1994).
Fenomenológicamente: “miedo al acercamiento por miedo al
engolfamiento o miedo a ser abandonado” (Greenberg y Mitchell, 1983).
Clínicamente y psicopatológicamente el Conflicto Esquizoide sería
caracterizado por las Ansiedades de Separación (“la forma más temprana
y primaria de angustia tal como la experimenta el niño, es la angustia de
separación”, Fairbairn, 1963), o Abandono (Gunderson, 2001), y
Engolfamiento (Mahler 1972a, 1972b, Masterson, 1976, 1981).
Destacamos que la Disociación y las Ansiedades de Separación
serían importantes en la patología grave, al igual que la Agresión y la
Ambivalencia, que activarían la Escisión, la Proyección y la negación
primitivas (Masterson, 2000).
Como los sueños, la Disociación primitiva sería la “vía regia” de la
Inconcientización.
Para Fairbairn (1970) el objeto y la relación con el objeto son
internalizadas y disociadas por el Yo Central, siendo así escindidas de su parte
principal. Luego el objeto y la parte del Yo, vinculada con el objeto que intervino
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en la internalización, son proyectadas en el mundo externo. Entendemos que
así se formarían las “Unidades de Relación de Objeto” (Units of Object
Relationship) (Hamilton, 1989, 1995), constituyentes de la Situación
Endopsíquica (Fairbairn, 1970) y de alguna manera de los “Building Blocks”
de las estructuras mentales (Kernberg, 1979b; Blum, 1983; Koenigsberg et
al., 2000).
Metapsicológicamente, siguiendo a Fairbairn, consideramos al Yo
como una estructura endopsíquica con energía propia capaz de disociarse,
reprimirse y entrar en conflicto consigo mismo. Un Conflicto que
pensamos sería Universal.
Postulamos que este sería el sustrato de un Conflicto Universal,
Inconciente, Intrasistémico, el Conflicto Esquizoide: siempre patológico
en los borderline. Esto es fundamental y provee sustento teórico a nuestras
ideas sobre la organización borderline de la personalidad y la psicosis.
Desde el punto de vista Evolutivo, postulamos que el Conflicto
Esquizoide se jugaría en etapas orales precoces, actuando normalmente y
patológicamente como un “final common pathway” de los procesos de
Indiferenciación 1 Diferenciación (Eagle, 1988; Celani, 1993, 1999),
Acercamiento Alejamiento (Gunderson, 2001), Engolfamiento
Abandono (Masterson, 2000), Separación Individuación (Mahler 1972a,
1972b), Attachment Detachment (Fonagy, 2001) y, agregamos,
Identificación Desidentificación.
Tendría como escenario fundamental la relación madre - hijo (diádico).
A los 2-3 años de edad del niño, el Conflicto Esquizoide se articula con el
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Edipo fálico durante la Constancia Objetal, período evolutivo crítico en la
patología Borderline (Basili 1990a, 1990b; Basili et al., 2001).
En trabajos anteriores (Basili et al., 2002c) propusimos el Mito de
Medusa y la Fábula de los Puercoespines para ilustrar la universalidad del
Conflicto Esquizoide.
Conflicto Esquizoide y Fenómenos Transicionales (Objeto Transicional-
Relación de Objeto)
En los pacientes Borderline se observa, en casi todas las sesiones, que
no pueden acercarse ni alejarse de otra persona (el analista), por el miedo al
engolfamiento abandono, no pueden mantener una distancia óptima por
mecanismo preedípica con el objeto.
A menudo el analista, como un objeto con cualidad transicional,
protege de las ansiedades de separación o abandono al paciente (esto le
permitiría evocar a la madre).
En el psicótico el objeto transicional sería el Hospital de Día (Pecho)
(Winnicott, 1981; Hughes, 1990; Grotstein y Rinsley, 1994).
Como dijo Winnicott (1981:313): “Fairbairn introdujo en psicoanálisis el
término transicional el cual empleó en muchos lugares”.
Extrapolando a Fairbairn (1970) sostenemos que este Objeto
Transicional, normal en el desarrollo evolutivo del niño, sería un objeto
primero parcial (pecho bueno - pecho malo) con relación de objeto parcial
(esquizofrenia), y luego un objeto total (madre buena - madre mala:
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psicosis maníaco depresiva, paranoia y trastorno esquizoafectivo).
Dependencia Infantil.
En los Borderline, afirmamos, el Objeto Transicional sería un Objeto
Total (madre aceptada - madre rechazada) tratado como contenidos (orales,
anales, fálico uretrales) propios de la Etapa de Transición de Fairbairn.
En la neurosis habría primero una relación de objeto parcial, y luego,
pensamos teóricamente, una relación de objeto total, como en el desarrollo
evolutivo normal.
El Marcador sería el pasaje de la Escisión (divalencia) a la
Ambivalencia, implicaría integración de los fenómenos esquizoides .
Dependencia Madura.
Proponemos, el Conflicto Esquizoide es un Conflicto Universal, se
resignifica, activa, actualiza, y reedita en el Edipo2, y a lo largo de toda la
vida, sobre todo frente a situaciones de pérdida de objeto que implicarían
separación, condicionando así su normalidad y su patología.
En síntesis, en muchos de nuestros trabajos (Basili, 1988, 1990a,
1990b, 1992, 1993, 1994, 1995, 1996; Basili y Montero, 1999; Basili et al 2001,
2002a, 2002b, 2002c; Etchegaray y Basili, 1995; Donolli y Basili, 2003) hemos
partido de un Conflicto Inconciente Intrasistémico (el Yo vs. el Yo), el
Conflicto Esquizoide, Conflicto de Acercamiento-Alejamiento (McWilliams,
1994), Universal, Fundante y Estructurante del psiquismo.
Postulamos, el Conflicto Esquizoide sería la “vía final común” (final
common pathway) desde la Dependencia Infantil (Psicosis) a través de la
Etapa de Transición (Borderline) a la Dependencia Madura (Neurosis).
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Fairbairn subraya la importancia de los fenómenos esquizoides en
el análisis de las neurosis, en especial de la histeria (Fairbairn, 1954;
Scharff y Birtles Fairbairn, 1994a, 1994b).
Conflicto Esquizoide. Desarrollo Evolutivo Normal y Patológico.
Progresión Regresión, Indiferenciación Diferenciación, Fusión
Defusión, Engolfamiento Abandono, Separación
Individuación, Attachment Detachment, Identificación
Desidentificación
Siguiendo a Fairbairn (1970) un Yo (Central) está presente desde el
nacimiento3, capaz de relacionarse con el objeto.
“La libido es una función del Yo”, “El Yo, y consecuentemente la
libido, es fundamentalmente buscador de objetos” (Fairbairn, 1963).
En la Relación de Objeto la Frustración origina primero y activa
luego el Conflicto Esquizoide.
En el momento del nacimiento una parte del Yo (Self) estaría fusionada
con el Objeto, y la otra con la Separación Individuación, esto definiría
ambos polos del yo (Kernberg 1987, 1995), y las oscilaciones de
Acercamiento (Engolfamiento) Alejamiento (Separación, Abandono);
Attachment Detachment; Identificación Desidentificación.
Postulamos, a través del Conflicto Esquizoide se lograría la
Diferenciación Self-Objeto. Aquí partimos teóricamente de la idea de
Fusión del Self con el Objeto4.
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Basados en la teoría de Fairbairn (1970) proponemos, la parte del yo
fusionada con el objeto se correspondería con la idea de Freud de
Narcisismo Primario, y la parte que se relaciona con el objeto se
correspondería con el Narcisismo Secundario.
Extrapolando a Fairbairn, entendemos al Desarrollo Evolutivo como
un shift bidireccional entre dos vectores de igual dirección y de sentido
contrario. Los procesos de Progresión5 Regresión, dan lugar a la
normalidad y a la Patología, sobre todo Preedípica, a través del Conflicto
Esquizoide.
En síntesis, los aportes de Fairbairn son fundamentales para entender
psicoanalíticamente los procesos de Indiferenciación Diferenciación;
Fusión Defusión, Engolfamiento Abandono, Separación
Individuación, Attachment Detachment, Identificación
Desidentificación se jugarían a través de la Progresión Regresión y de
la Relación de Objeto. Postulamos que estos son “activados” por el Conflicto
Esquizoide y por los Fenómenos Esquizoides.
Conflicto Esquizoide. Pulsiones. Objeto. Relación de Objeto. Pérdida de
Objeto.
La Relación de Objeto sería a través del Conflicto Esquizoide un
“organizer” pulsional (Kernberg, 1988).
La energía es generada a través de un fenómeno de campo entre el
Sujeto y el Objeto (Rubens, 1984). Esto nos remite a las Teorías
Contemporáneas de los Afectos (Spezzano, 1993).
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Para poder relacionarse con el objeto y evitar las Ansiedades de
Separación (Frustración) que devienen de la relación de objeto, el sujeto
disocia el objeto (Fenómenos Esquizoides), y luego proyecta en dos objetos
parciales, bueno (satisfactorio) y malo (insatisfactorio).
El Conflicto de Edipo se jugaría primero con Tres Objetos Parciales
Buenos en un plano y Tres Objetos Parciales Malos en otro plano, y luego
con Tres Objetos Totales arribando a la posibilidad de Ambivalencia y a la
Escena Primaria6.
El Conflicto Esquizoide es Diádico: Dos Objetos Parciales o Totales
(sujeto - objeto primario; madre – hijo: pecho bueno - pecho malo
[esquizofrenia]; madre buena - madre mala [psicosis maníaco depresiva];
madre aceptada - madre rechazada [borderline]). Siempre la Relación de
Objeto es Parcial..
Acordando con Fairbairn, la psicopatología devendría de la relación
con objetos malos internalizados. Más vale objeto malo y relación con el
objeto malo que ningún objeto (Guntrip, 1971a, 1971b), porque el objeto
malo y la relación con este lo protege de las ansiedades de separación o
abandono (Freud, 1923b; Fairbairn, 1970; Grotstein, 1993).
La Pérdida o Vivencia de Pérdida de Objeto se producen
inevitablemente a lo largo del desarrollo evolutivo y del análisis. Los
Objetos Externos con Cualidad de Pecho - Madre (Fairbairn, 1970)7 y de
Madre Aceptada activarían, actualizarían, reeditarían el Conflicto
Esquizoide en el desarrollo evolutivo.
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Como Freud (1905) y Fairbairn (1970), proponemos un Modelo
Psicopatológico Psicoanalítico Cuantitativo: la enfermedad mental como
una maniobra psicológica, una técnica, para recuperar y mantener una
relación con un objeto perdido, y evitar así las ansiedades de separación
o abandono.
Las principales variables intervinientes en el Esquema que
proponemos, definen lo que llamamos, extrapolando a Fairbairn, la
“Situación Objetal”.
1) El Número: postulamos Un Objeto en la Fase Oral Primaria de la
Dependencia Infantil (y en la Esquizofrenia); Dos Objetos en la Fase Oral
Secundaria de la Dependencia Infantil (y en la Psicosis Maníaco Depresiva,
en la Paranoia, y en el Trastorno Esquizoafectivo8), también Dos Objetos en
la Etapa de Transición (y en los Borderline); Tres Objetos en la
Dependencia Madura (y en las Neurosis).
2) La Cualidad: de Objeto Parcial en la Fase Oral Primaria de la
Dependencia Infantil (y en la Esquizofrenia); y de Objeto Total en la Fase
Oral Secundaria de la Dependencia Infantil (y en la Psicosis Maníaco
Depresiva, en la Paranoia, y en el Trastorno Esquizoafectivo), y también en
la Etapa de Transición (y en los Borderline).
La Relación de Objeto Parcial caracteriza a todas las etapas antes de
la Dependencia Madura, donde tienen lugar la integración de los fenómenos
esquizoides y ambos Edipos con Ambivalencia, un intento, en nuestra opinión
sobre todo en el borderline, penoso y fallido de integración y resolución de la
Ambivalencia.
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Pensamos, a diferencia de Fairbairn, que la Relación de Objeto
Total sería una aspiración teórica en el desarrollo evolutivo a la cual no se
llegaría nunca, porque los Edipos positivo y negativo de la Fase Fálica y
los fenómenos esquizoides no terminarían de resolverse e integrarse
debido a la frustración (Basili et al., 2002a).
Extrapolando a Fairbairn (1970) proponemos un Parámetro Clínico y
Marcador de Cambio Intrapsíquico Estructural, en el Desarrollo Evolutivo
Normal y Patológico, durante la sesión y a lo largo del proceso analítico: la
Di-Ambivalencia (Basili et al., 2002a).
Postulamos, el Desarrollo de Di-Ambivalencia siempre debe ser
evaluado para estudiar psicoanalíticamente el desarrollo de la relación de
objeto.
Más importante que el objeto es la relación con el objeto (Fairbairn,
1970; Baranger, 1976; Pereira y Scharff, 2002) cuyas pérdidas y vicisitudes,
tramitadas a través del Conflicto Esquizoide, darían lugar en nuestra
opinión al Trabajo de Divalencia (Escisión) a Ambivalencia (Basili et al.,
2002b).
Diferimos con Fairbairn (1970) y con Abraham (1924, 1961, 1980) en
el sentido de la existencia de una fase Preambivalente (fase oral primaria de
la Dependencia infantil; oral I), porque pensamos que la Diambivalencia es un
estado afectivo que se da de entrada en el narcisismo primario Esto es
producto del conflicto investir no investir al objeto, y debe ser
analizado en toda relación de objeto en todas las sesiones.
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Con Stekel (1908) definimos a la Ambivalencia como un estado
afectivo caracterizado por la existencia simultánea en el mismo objeto de
dos afectos opuestos (Conflicto de Ambivalencia: Basili et al., 2002b).
Divalencia Simultánea: dos afectos antitéticos proyectados sobre
dos objetos distintos (un objeto total escindido en dos objetos parciales
diferenciados, por ejemplo, en la Psicosis Maníaco Depresiva, objeto total
con relación de objeto parcial: pecho bueno - pecho malo, como en la
Paranoia, en el Trastorno Esquizoafectivo, y en los Borderline: madre
aceptada - madre rechazada).
Divalencia Alternante: dos afectos antitéticos proyectados en
momentos distintos sobre un mismo objeto (por ejemplo, en la
Esquizofrenia: objeto parcial con relación de objeto parcial).
Conflicto Esquizoide. Dependencia Infantil, Dependencia Madura
En la Dependencia Infantil la pérdida o vivencia de pérdida de objeto
podría producirse en:
A) Fase Oral Primaria: Un Objeto Parcial con Relación de Objeto
Parcial y Cualidades de pecho bueno o malo.
Esta fase sería el escenario de la Esquizofrenia, donde a través del
Fenómeno Esquizoide se proyectaría en este objeto parcial todo lo bueno
y todo lo malo alternativamente: Divalencia Alternante. Postulamos esto
sucede en algunas personalidades esquizotípicas donde la prueba de realidad
está pérdida.
Si se pierde este único objeto aparecería, por aumento de la disociación-
proyección, la productividad psicótica: el Delirio y la alucinación aparecerían
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como un intento penoso y fallido de recuperar el objeto y ambas
relaciones con él que protegen al sujeto de las ansiedades de separación
o abandono.
B) Fase Oral Secundaria: Dos Objetos Totales con Relación de
Objeto Parcial y con cualidad de Madre Buena - Madre Mala.
Esta fase sería el escenario de la Psicosis Maníaco Depresiva
(enfermedad bipolar), donde a través del Fenómeno Esquizoide se
proyectaría simultáneamente todo lo bueno y todo lo malo sobre estos dos
objetos totales con relación de objeto parcial: Divalencia Simultánea.
Postulamos, si se pierden uno de estos dos objetos, especialmente el
malo, aparecería la productividad psicótica por aumento de la disociación-
proyección: manía, depresión, y eventualmente ideas paranoides, en un
intento de recuperar la disociación y la relación con los dos objetos
perdidos, y proteger al paciente de las ansiedades de separación o
abandono.
Postulamos en la Psicosis Maníaco Depresiva, cuando el último de
estos dos objetos se pierde, especialmente el malo, porque protege de las
ansiedades de separación, aparece el delirio paranoide en un intento de
recuperarlo (como en la esquizofrenia)
En la Etapa de Transición (Fairbairn, 1970) habría dos objetos totales
(madre) con relación de objeto parcial. Objeto total con relación de objeto
parcial significa que el objeto total (madre) es tratado como pecho bueno o
malo (postulamos para la Psicosis Maníaco Depresiva, la Paranoia, y el
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Trastorno Esquizoafectivo) o como contenidos (orales, anales, fálico
uretrales, postulamos, para los Borderline).
Pensamos, cada técnica de relación objetal propia de la etapa de
transición podría dar el nombre a la forma clínica de Borderline en cuestión9
(histérica, paranoide, etc).
La situación Objetal del trastorno de personalidad de los Borderline
sería muy similar a la Psicosis Maníaco Depresiva (Silver y Rosenbluth,
1992; Rolla, 2000).
Postulamos en los Borderline un nivel disociativo que se jugaría
posterior a la psicosis
La patología borderline se jugaría en las vicisitudes del objeto malo
internalizado, que a su vez se ha disociado en objeto excitante o libidinal
(aceptado) y en objeto frustrante o antilibidinal (rechazado), ambos
objetos internos reprimidos (Fairbairn, 1963)10.
Las Perversiones Preedípicas entrarían dentro de los Borderline a
forma impulsiva, caracterizados por el Conflicto Esquizoide y el alto
montante de las Ansiedades de Abandono (Kernberg, 1994a; Rosen, 1996,
Basili, 1998).
Caso Clínico
Charles (45 años) cumple con los criterios psicoanalíticos diagnósticos
de Borderline y psicosis esquizoafectiva (Basili et al., 2001). Se analiza cuatro
sesiones semanales desde hace once años. Él dice: “cuando consigo algo
importante me peleo y lo pierdo”. Los fenómenos esquizoides detectados en la
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conducta son interpretados como Divalencia Simultánea: “pongo mis bienes a
nombre de mi esposa e hijos y luego cuento cada centavo que les doy”.
Construye un aeropuerto, se produce un incendio por omisión suya,
además había hecho mal el seguro.
Se deprime, empieza a desconocer mi consultorio, a vivirlo
alternativamente como amistoso inamistoso, con fantasía de habitar no
habitar un cuerpo vacío, mostrando Ambivalencia en la Imagen Corporal, y
luego confusión y mutismo aquinético.
Se lo interna a Charles en el Hospital Británico con diagnóstico de
Psicosis Esquizoafectiva a forma catatónica (Basili et al., 2001; Donnoli y
Basili, 2003). Nunca fue psicótico.
Se interpretó la catatonía como un intento de mantener una relación con
el objeto transicional (analista), guardando una distancia “óptima”
preedípica, defendiéndose de las ansiedades de separación y
engolfamiento.
Charles disocia el objeto malo en dos partes 1) el aceptado, lo protege
de las ansiedades de abandono, externalizado en el analista; 2) el
rechazado proyectado en la imagen corporal (objeto interno) y luego en un
objeto externo (analista). Con ambos intenta mantener una relación de
objeto a través de la agresión, la cual a su vez descarga.
La catatonía fue interpretada como un verdadero chaleco de fuerza
agredir no agredir al mismo tiempo (Ambivalencia).
Al salir de la catatonía, en mutismo, me esperaba en la puerta de la sala,
un día me acerqué más, y sonriendo me dió una trompada.
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Esto se interpretó primero como Divalencia Alternante: el objeto
aceptado fue proyectado en el analista, y el rechazado en la imagen
corporal, y viceversa. Pero el estar sonriendo cuando me pegaba y el análisis
de la Contratransferencia, confusión, parálisis, sentir Amor Odio por el
paciente, nos hicieron corregir el diagnóstico y pensar en Ambivalencia.
Un punto fundamental en psicopatología Borderline es la no
Tolerancia, no sólo al abandono (Gunderson, 1996), sino también a la
Ambivalencia (Basili et al., 2002b).
Los pacientes no pueden integrar las representaciones buenas y
malas del self y del objeto (imágenes contradictorias del sí mismo y del
objeto, Síndrome de Difusión de Identidad) (Erikson, 1969).
En los borderline la Ambivalencia activaría el Conflicto Esquizoide y la
Escisión: Disociación, Proyección y Negación Primitivas. En estos
pacientes existiría un alto montante de Ambivalencia y Agresión, y una
Hipersensibilidad a las mismas (Rinsley 1989), desde Fairbairn siempre
adquiridas en la relación de objeto, deben ser interpretadas como secundarias
a la frustración.
En el momento de máxima Ambivalencia, crítico en el análisis de los
Borderline, (sería fundamental que el analista lo tolere): 1) actúan (los
pacientes abandonan el tratamiento); 2) hacen el learning from experience
(aprendizaje en máxima tensión afectiva, y experimentan Ambivalencia con el
analista en la transferencia); 3) a veces, como Charles se psicotizan (Basili et
al., 2002a). Pensamos esta catatonía como excepción a la regla que en la
psicosis no hay ambivalencia sino divalencia11. La Ambivalencia es
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indicador de un intento penoso y fallido de un proceso de curación
integrando los fenómenos esquizoides y arribándose al objeto total.
Charles mejoró a partir del episodio psicótico y de la aparición de
Ambivalencia: cambiaron los contenidos de las transferencias, la psicopática y
la paranoide pasaron a ser depresivas (Kernberg, 1992). El Incesto y
Parricidio se interpretaron en términos de Ambivalencia, Engolfamiento
(defensa: parricidio) Abandono (defensa: incesto). Aparecieron sueños
(Sharpin de Basili, 1989) y recuerdos infantiles que fueron interpretados como
una mejoría en el proceso psicoanalítico, por ejemplo, desaparecieron la
anhedonia y los sentimientos de vacío y futilidad, disminuyendo la
autodecepción y el autodesprecio (contenidos inconcientes de la fantasías).
La decepción y el desprecio por sí mismos fueron afectos casi
constantes en casi todas las sesiones de comienzo de análisis de Charles,
fueron disminuyendo a medida que se interpretó el Conflicto Esquizoide, en
relación con las alteraciones de la regulación de la autoestima (externalizadas,
disociadas y proyectadas también en el analista) y de las disociaciones
primitivas, además del yo interesan al superyó.
Jerarquizamos al Fenómeno Esquizoide en el Ideal del Yo;
clínicamente se ve como un estado de tensión entre los aspectos disociados
del mismo, traduciéndose como decepción y desprecio, sobre todo
autodecepción y autodesprecio. Estos afectos se acentuaron en las crisis
vitales de Charles.
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Conclusiones
El modelo de Fairbairn es fundamental para analizar la disociación, las
ansiedades de separación (abandono), la agresión y la dependencia. Por esto
pensamos que Fairbairn es el “Analista de los borderline”.
La patología borderline es una patología de la Disociación (Kernberg,
1989, 1994b), del Abandono (Gunderson, 2001), nosotros agregamos la
importancia de la Agresión (siempre secundaria a la frustración en la relación
de objeto), especialmente de la Dependencia, y de la Relación con el Mundo
Externo “Real”.
Técnicamente, el modelo de las relaciones objetales de Fairbairn
sería indispensable para analizar la patología borderline.
Teóricamente, es fundamental, por ejemplo, para entender
psicoanalíticamente los procesos de Indiferenciación Diferenciación, lo
mismo que la Separación Individuación que adquiriría merced al
concepto Conflicto Esquizoide un status metapsicológico (por ejemplo, en
el modelo de Mahler).
Proponemos, extrapolando a Fairbairn, un modelo evolutivo que
considera el Desarrollo de Ambivalencia como un indicador clínico del
Conflicto Esquizoide.
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1 Símbolo utilizado en la lógica proposicional para indicar un shift bidireccional. 2 El Conflicto Esquizoide daría y recibiría catexis del Edipo de la etapa fálica, en el sentido de Freud. Lo mismo sucedería con los contenidos de Incesto y Parricidio. Fairbairn jerarquiza la importancia sociológica del Edipo (familia, grupos) y no tanto la psicopatológica. Bowlby y hasta cierto punto Winnicott siguen esta idea. Extrapolando a Fairbairn, proponemos considerar al Conflicto de Edipo como una maniobra psicológica, se renuncia a los padres (afuera) para internalizarlos (adentro), defendiéndose así de las ansiedades de separación y configurándose la escena primaria: tres objetos, intentándose luego arribar a la relación de objeto total y a la ambivalencia (sublimación). Postulamos que el conflicto esquizoide puede tener poder patógeno antes del Edipo (no necesitaría del “a posteriori”). Postulamos que el Conflicto Esquizoide puede tener poder patógeno antes que el Conflicto de Edipo (no necesitaría del “a posteriori”). 3 Pensamos que sería el homólogo del Yo particular distribución de catexis, al que se refiere Freud en el Proyecto. Yo cúmulo neuronal. De él se ocupó luego Guntrip adscribiéndole impulsos libidinales y agresivos. 4 Pudiéndose mantener así la noción de conflicto a lo largo de estas teorizaciones. 5 Fairbairn se adelantó a su época al jerarquizar las alteraciones de la progresión en el desarrollo evolutivo del aparato psíquico. Por ejemplo, Clifford Yorke postula la psicopatogénesis de los Borderline como una alteración uniformemente sostenida en todas las fases y subfases del desarrollo evolutivo, así siempre arribarían defectuosamente a la etapa genital. 6 La Escena Primaria en patología grave la analizamos en transferencia en términos de Conflicto Esquizoide como una maniobra psicológica entre el paciente, el analista, y el tercero excluido (objeto fuera de la sesión), para tener tres objetos; y en términos de relaciones de objeto parcial con objetos parciales o totales, buenos y malos. 7 Enfatizamos como ejemplo de pérdida de objeto las discarencias afectivas en el sentido de Bowlby, no sólo falta sino también exceso o afecto fuera de timing. 8 Postulamos en la Paranoia la situación objetal sería dos objetos totales con Relación de Objeto Parcial y con cualidad madre buena - madre mala en la psicosis paranoica, mientras que en el Borderline a forma paranoide serían dos objetos totales, madre aceptada - madre rechazada, con Relación de Objeto Parcial. En el mecanismo paranoide los fenómenos esquizoides serían defensas frente a las ansiedades de separación o abandono, que proveen un objeto afuera que no se tiene adentro. 9 Postulamos la forma clínica de los Borderline dependería. 1) del grado de fortaleza yoica, 2) de la técnica de relación de objeto empleada. La técnica de relación de objeto empleada dependería la vía restitutiva y ésta a su vez de la cualidad de la relación de objeto perdida (Gunderson, Basili). Pensamos que los polimorfos cuadros Borderline tendrían un monomorfismo psicoanalítico: serían la expresión de un intento penoso y fallido de la restitución de una psicosis infantil (Blum). 1) y 2) darían el pronóstico. Clínicamente jerarquizamos los componentes esquizoides y psicopáticos, y con Kernberg pensamos que la insuficiente relación con el objeto externo real perjudica más al paciente que la relación narcisista de objeto (Basili). 10 Los dos polos de la disociación serían objetos con cualidad de a) aceptado (Fairbairn), b) valorizado (Wisdom, Whitaker), c) necesitado (Gunderson), d) dominante (Arieti), suelen tener cualidad de e) objeto transicional (Winnicott); y a´) rechazado (Fairbairn) (denigrado), b´) desvalorizado, etc, tienen a veces cualidad decepcionante (Jacobson). Devienen del objeto malo internalizado, pero no son sinónimos, ya que provienen de modelos teóricos distintos, esto hace al estilo interpretativo. 11 Divalencia por no integración de la Ambivalencia como sucedería en los Borderline, por fragmentación de la Ambivalencia, como sucedería, por ejemplo a veces en las psicosis en regresión.
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Resumen
Se considera el “Engolfamiento Abandono” como un conflicto
universal , un concepto fundamentado en el modelo de las relaciones objetales
de Fairbairn. Se utiliza para abordar teórica, técnica y metapsicológicamente
los siguientes aspectos:
Desde el punto de vista clínico: Se muestra como la disociación activa la
escisión en las ansiedades de separación, en el funcionamiento defensivo, en
los fenómenos esquizoides y en los rasgos de las personalidades paranoide e
hipocondríaca.
Desde el punto de vista metapsicológico: se piensa al Yo como una
estructura endopsíquica con energía propia capaz de disociarse, reprimirse y
entrar en conflicto consigo mismo.
Desde el punto de vista evolutivo: se postula que el Conflicto
Esquizoide se juega en etapas orales precoces y actúa como “final common
pathway” de los procesos de indiferenciación diferenciación,
separación individuación, attachment detachment.
Los autores proponen el esquema psicoevolutivo de Fairbairn como
un modelo universal, de la dependencia infantil, técnicas transicionales, a la
dependencia madura a través del Conflicto Esquizoide. Teniendo en cuenta
el número de objetos, la cualidad de los objetos, y sobre todo la relación de
objeto, se define lo que se denomina Situación Objetal para explicar la
neurosis, la psicosis, y la condición Borderline. Se postula la Divalencia-
Ambivalencia como un marcador de cambio psíquico estructural.
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Estos conceptos se aplican en el análisis de los pacientes borderline,
también a los que tienen psicosis esquizoafectivas. La patología borderline es
considerada como un intento penoso y fallido de Restitución del Conflicto
Esquizoide. El Conflicto de Edipo es también analizado especialmente en
patología borderline, desde el punto de vista de la relación de objeto.
Se destaca la importancia de los fenómenos disociativos (esquizoides)
en la psicopatogénesis del Ideal del Yo, el cual se jerarquiza en la patología
borderline.
Se ilustra este trabajo con ejemplos clínicos.
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