el mejor lugar del mundo es aqui mismo - francersc miralles y care santos

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Francesc Miralles y Care Santos Francesc Miralles y Care Santos El mejor lugar del mundo es El mejor lugar del mundo es aquí mismo aquí mismo ~1~

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Francesc Miralles y Care Santos es aqu mismo

El mejor lugar del mundo

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Francesc Miralles y Care Santos es aqu mismo

El mejor lugar del mundo

FRANCESC MIRALLES Y CARE SANTOS

EL MEJOR LUGAR DELMUNDO ES AQU MISMO

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Francesc Miralles y Care Santos es aqu mismo

El mejor lugar del mundo

Para Sandra Bruna, siempre mgica.

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Francesc Miralles y Care Santos es aqu mismo

El mejor lugar del mundo

No hay que negar nunca la hospitalidad a los forasteros, pues hay quien ha estado en compaa de ngeles sin saberlo Epstola a los hebreos 13:2

No llores porque las cosas han terminado; sonre porque han existido. L. E. BOURDAKIAN

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Francesc Miralles y Care Santos es aqu mismo

El mejor lugar del mundo

ndiceResumen..............................................................7 PRIMERA PARTE.....................................................8 Bajo un cielo sin sueos.......................................9 Nubes que pasan...............................................12 Perro pequeo busca amor grande....................16 La mesa del pasado...........................................20 Un psicoanalista de bolsillo................................26 Lo peor es tambin lo mejor..............................29 Cuando el perro de la felicidad te lame la mano ..........................................................................35 Los ecos del amor..............................................37 El bazar de los nios..........................................41 El arte de los haikus ..........................................44 Lo que suma y lo que resta................................48 Un presente interminable..................................50 Cmo escribir un haiku de amor........................53 La sexta mesa....................................................55 SEGUNDA PARTE..................................................57 Un ro de tristeza que corre hacia el ocano......58 El pasado de unos es el futuro de otros.............61 Tres meses de vida para las mentirosas............63 Un lunes no tan horrible....................................66 Una cena a la luz de la fortuna..........................69 Un pedazo de otro mundo.................................72 El almacn de las cuentas pendientes...............74 El mar del futuro................................................78 Acerca de los ngeles........................................81 La noche de los cuatro deseos cumplidos.........83 Nadie come helados en un da de nieve............87 El pasado huele a papel viejo............................91 Atravesar el umbral de la verdad.......................93 La felicidad es un pjaro que sabe volar............97 Meter la vida en cajas de mudanza.................100 La bsqueda de la eterna perfeccin...............103

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La vida es una calle de sentido nico..............108 Eplogo.............................................................112 Agradecimientos..............................................113

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RESUMEN

Iris est destrozada desde la muerte de sus padres en un accidente. Una tarde fra y gris en que el mundo parece no tener sentido, empieza a caminar sin rumbo por el barrio para evitar volver, sola, a su casa. Justo cuando empieza a pensar en cometer una locura, descubre un pequeo caf en el que nunca antes se haba fijado. Su extrao nombre, EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO ES AQU MISMO, le intriga tanto que decide entrar a curiosear. All conoce a Luca, con quien charlar durante seis tardes consecutivas en diferentes mesas donde sucedern cosas maravillosas. Iris tiene la impresin de que Luca sabe mucho ms de la vida de lo que le correspondera por su formacin modesta. Mientras se enamora lenta pero irremisiblemente de l, hablan entre aromas de chocolate de todo aquello que necesita saber para su existencia. Hasta que la sptima tarde, Luca desaparece. Pronto comprende que no acudir ms al caf y, desesperada, se entrega a buscarlo sin pausa. En el local abandonado donde haba estado el caf encontrar pistas que le desvelan un enigmtico pasado. Pero la revelacin ms grande, que dar un giro de 180 a su vida y su visin del mundo, est an por llegar

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PRIMERA PARTELas seis mesas del mago

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Bajo un cielo sin sueos

Los domingos por la tarde son un mal momento para tomar decisiones, sobre todo cuando enero cubre la ciudad con un manto gris que ahoga los sueos. Iris haba salido de casa despus de comer sola frente al televisor. Hasta la muerte de sus padres en accidente de trfico, no haba dado tanta importancia al hecho de no tener pareja. Tal vez por su timidez incurable, vea casi normal que a sus treinta y seis aos su experiencia sentimental se hubiera limitado a un amor platnico no correspondido y a unas cuantas citas sin continuidad. Desde aquel terrible suceso, sin embargo, todo haba cambiado. Las aburridas jornadas como telefonista de una compaa de seguros ya no tenan como compensacin el fin de semana familiar. Ahora estaba sola. Y lo peor de todo era que haba perdido incluso la capacidad de soar. Hubo un tiempo en el que Iris era capaz de imaginar toda clase de aventuras que daban sentido a su vida. Se vea a s misma trabajando en una ONG, por ejemplo, donde un cooperante tan retrado como ella se enamoraba de sus huesos y le juraba en silencio amor eterno. Se comunicaban a travs de poemas en una clave que slo ellos podan descifrar, retrasando el momento sublime en el que se fundiran en un abrazo interminable. Aquel domingo, por primera vez, tuvo la conciencia de que tambin aquello haba terminado. Tras recoger la mesa y apagar el televisor, un silencio opresivo se haba apoderado de su pequeo apartamento. Sintiendo que le faltaba el aire, abri la ventana y vio aquel cielo plomizo sin aves. Al pisar la calle tuvo un sentimiento de fatalidad. No se diriga a ningn sitio, pero a pesar de todo tena el presentimiento de que algo terrible la acechaba y la atraa como un abismo. Tal como ocurra todos los domingos, el barrio residencial en el que Iris viva se hallaba tan desierto como su alma. Sin saber por qu, se encamin como una autmata hacia el puente bajo el que circulaban los trenes de cercanas.

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Un viento helado y silbante azotaba sus cabellos, mientras ella contemplaba el foso surcado de rales a modo de brillantes cicatrices. Iris consult su reloj: las cinco de la tarde. Pronto pasara el tren en direccin al norte. El domingo haba uno cada hora. Saba que, tres segundos antes de aparecer, el puente temblara como si se desatara un pequeo terremoto. El tiempo justo para inclinarse hacia el vaco y dejarse vencer por la fuerza de la gravedad. Un breve vuelo hasta que el convoy la embistiera antes incluso de tocar tierra. Todo sucedera muy aprisa. Qu es un instante de dolor comparado con una vida llena de amargura y desilusin? Slo la entristeca pensar en todo lo que dejaba para siempre por hacer. Y, por alguna razn, tambin la perturbaba saber que causara molestias a los usuarios del tren. Los servicios se interrumpiran un buen rato mientras su cuerpo sin vida esperaba la llegada del juez y el forense. Menos mal que los domingos hay pocos pasajeros y los que viajan no suelen tener mucha prisa. Aquel contratiempo no les hara perder ninguna cita importante, y esto la consolaba. Mientras pensaba estas cosas, el puente empez a temblar y sinti cmo su cuerpo se plegaba espontneamente hacia delante. Estaba a punto de cerrar los ojos para aceptar la cada, cuando un estallido a sus espaldas la detuvo de repente. Iris se dio la vuelta, con el corazn encogido por el sobresalto, y vio a un nio de poco ms de seis aos. En la mano llevaba los restos del globo que acababa de pinchar para asustarla. La despidi con una breve risotada antes de salir corriendo calle abajo. Lo sigui con la mirada a la vez que senta cmo un sudor fro le empapaba la nuca y las manos. Le hubiera gustado correr tras l hasta atraparlo. Pero no para reprenderle, como pensaba el pequeo, sino para darle un abrazo porque acababa de salvarle la vida. Antes de que pudiera darle alcance, una mujer gruesa sali de la esquina con las mejillas encendidas y lo llam: ngel! El nio se apresur a aferrarse a su madre y mir hacia Iris receloso, como si temiera que pudiera denunciar su travesura. Pero Iris no pensaba en nada de esto. Slo lloraba sin cesar porque empezaba a darse cuenta de lo que haba estado a punto de hacer. Guando las lgrimas dejaron de nublar sus ojos, de repente se fij en un caf que nunca antes haba visto en aquella esquina por la que tan a menudo pasaba.

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El mejor lugar del mundo

Debe de ser nuevo, se dijo, aunque el aspecto de aquel local no apoyaba esa suposicin. Hubiera podido pasar por una de esas tabernas irlandesas, todas tan parecidas, de no ser porque tena un aire de autenticidad que lo haca nico. En el interior, dos lmparas amarillentas pendan sobre las mesas rsticas, sorprendentemente concurridas a aquella hora del domingo. Pero lo que ms le llam la atencin fue el rtulo luminoso que parpadeaba entrecortadamente sobre la puerta de entrada, como si se empeara en llamar su atencin. Iris se detuvo un instante y ley en voz baja: EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO ES AQU MISMO

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El mejor lugar del mundo

Nubes que pasan

Resultaba un nombre muy largo y extrao para un caf. Quizs fue eso era curiosa por naturaleza lo que la decidi a entrar. Al traspasar el umbral ninguno de los clientes levant la cabeza para mirarla ni pareci advertir su presencia. Slo el hombre que se vea tras la barra, un casi anciano de abundante melena blanca, salud su entrada con una sonrisa, un signo de hospitalidad universal. De las seis mesas, cinco estaban ocupadas por parejas o grupos de amigos que charlaban en voz tan baja que apenas poda orse nada de lo que decan. Dado que por aquella parte del barrio siempre pasaban las mismas personas, Iris se sorprendi de no conocer a ninguno de los clientes del caf, donde en aquel momento sonaba una vieja cancin de los Beatles que le haba gustado mucho de adolescente: And in the end, the love you take is equal to the love you make... 1 Se qued un rato de pie escuchando esta cancin, que le traa recuerdos tan dulces como lejanos. Luego se dispuso a salir del local, pero el hombre del pelo blanco le indic desde detrs de la barra con un gesto que poda ocupar la mesa libre. Iris no se atrevi a contradecirle. Gomo si por haber escuchado la msica ahora estuviera obligada a consumir, se sent obedientemente a la mesa y pidi una taza de chocolate caliente. Al enrgico tema de los Beatles sigui una cansina balada de Leonard Cohen: I'm your man. Del ingls: Al final, el amor que obtienes equivale al amor que has creado.1

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Mientras acercaba el chocolate caliente a los labios, Iris se encontr repentinamente bien. De algn modo, se senta acogida por aquellos extraos del caf que se comunicaban a travs de susurros. Entrecerr los ojos mientras traduca mentalmente la cancin de ese cantautor de Quebec que haba sido cocinero en un templo zen lo haba ledo en una revista antes de regresar a los escenarios. La balada deca ms o menos: S quieres un mdico, examinar cada pulgada de ti. Si quieres un conductor, ya puedes subir. 0 si eres t quien quiere llevarme de paseo, sabes que puedes porque... ... soy tu hombre. Iris abri los ojos asustada. Crea haber odo aquella voz masculina y grave en sus pensamientos, pero lo cierto era que haba un hombre sentado a su mesa, justo enfrente de ella. La contemplaba con curiosidad, mientras apoyaba la barbilla sobre el reverso de su mano. Deba de tener ms o menos su edad, aunque los cabellos ligeramente grises le conferan un aire ms maduro de lo que revelaba su piel, libre de arrugas. Lo apropiado hubiera sido pedirle que se marchara inmediatamente se dijo ella. Las normas bsicas de educacin dictan que, aunque un local est lleno, hay que pedir permiso para compartir mesa. Sin embargo, antes de hacerlo no pudo dejar de preguntar con estupor: Cmo has adivinado...? ...que traducas la cancin? dijo con la misma voz que ella haba odo con los ojos cerrados. Es lo normal en este caf y en esta mesa. Iris se qued sin habla unos segundos antes de preguntar: Qu quieres decir? Enseguida se arrepinti de haberle tuteado, pero de algn modo aquel hombre le transmita confianza. Era como si no le resultara del todo desconocido. Nos encontramos en un lugar especial seal hacia la barra. El dueo de este caf no es un hombre cualquiera. Ella aguard en silencio que l prosiguiera. El desconocido baj an ms la voz al explicar: Es un ilusionista. Uno de los mejores. Y tambin un hombre de mundo. Tuvo mucho xito, pero hace ya unos cuantos aos que se retir. Un ilusionista? pregunt ella. Eso mismo, un mago. Un prestidigitador a la antigua usanza. El es quien te ha servido el chocolate.

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El mejor lugar del mundo

Asombrada, Iris dirigi la mirada instintivamente a la barra, donde el hombre de pelo blanco asinti con la cabeza, sonriendo a modo de confirmacin. Le observ mejor: se ocupaba en secar varias filas de vasos. Pero haba algo en l muy especial, incluso estando ocupado en una actividad tan vulgar como aqulla. Iris tambin se dio cuenta de que sus movimientos no parecan los de una persona mayor, como si su cuerpo conservara la juventud de sus mejores aos. Tena un aire a la vez decadente y distinguido, como les ocurre a los galanes de las fotos antiguas. El joven del pelo gris continu con sus explicaciones. Y si el dueo es especial, el caf no lo es menos. Cada una de las mesas tiene extraas propiedades. Qu clase de propiedades? Digamos que tienen cierta magia. Iris estaba convencida de que el desconocido quera tomarle el pelo, igual que un adulto con un nio pequeo. Repar en un anillo que llevaba en el pulgar. Slo haba conocido a una persona que llevara anillos en ese dedo: su padre. Esa inslita razn hizo que se sintiera repentinamente cmoda. Ms an: de repente le apeteca que aquel hombre, el cual tena un suave acento extranjero, le tomara el pelo. Ah s? Cul es la magia, entonces, de la mesa a la que estamos sentados? pregunt. Quien se sienta donde yo estoy puede leer el pensamiento de quien ocupa tu lugar. Por eso he podido saber que estabas traduciendo la cancin de Leonard. Bobadas replic con una seguridad nada propia de ella. Debes de haber ledo en mis labios que la estaba tarareando y has querido hacerte el listo. Necesitas otra prueba? contraatac divertido mientras se recostaba en el respaldo de la silla. Pues voy a drtela: ahora mismo ests pensando que no me has visto nunca por el barrio. Te ests preguntando qu hago aqu y cul es mi origen, porque aunque hablo bien tu idioma, la entonacin no termina de sonarte natural. Era obvio que Iris conoca de vista a sus vecinos, y l mismo era consciente de su acento extranjero. Aquello era pura lgica, no magia. Sin embargo, para no decepcionarle, decidi aplicar una mxima que haba aprendido en la facultad de Periodismo: Nunca dejes que la realidad te estropee una buena historia. Se qued unos segundos pensativa. Todo aquello poda ser un truco de seductor profesional.

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Por supuesto, tambin s lo del anillo dijo en ese momento su acompaante. Qu anillo? dijo ella, boquiabierta, mientras senta acelerarse sus pulsaciones. S que te ha hecho pensar en una persona querida. Y te ests preguntando si me parezco a ella en algo ms, adems de en el anillo que llevo puesto. Tambin s que esa persona hace poco que se fue para siempre y que su ausencia te entristece mucho. Con fingida indiferencia, Iris sorbi lentamente su taza de chocolate antes de responder: Por lo tanto, debo tener cuidado con lo que pienso. Yo no dira eso. Los pensamientos en s no son buenos ni malos, sabes? A qu te refieres? Segn los estudiosos, cada da tenemos unos sesenta mil pensamientos. Positivos y negativos, banales y profundos. No hay que juzgarlos: son como nubes que pasan. Somos responsables de lo que hacemos, pero no de lo que pensamos. Por eso, cuando alguna idea te angustie, simplemente ponle la etiqueta pensamiento y djala pasar. Habla bien, este tipo, se dijo Iris mientras se preguntaba, intrigada, si efectivamente poda leerle la mente. Respondiendo a lo que pensabas antes sigui l, has acertado: no soy del barrio. Ni tampoco de este pas. A veces sospecho incluso que no soy de este planeta, que he cado aqu por accidente de algn mundo lejano. Y me he pegado un tortazo tan grande que he olvidado incluso de dnde vengo. Para saberlo, tendr que esperar a que mi nave pase a recogerme. Iris se rea por dentro mientras le escuchaba. Si pretenda ligar con ella, iba por el buen camino: de momento ya se haba ganado su simpata. Sabrs al menos cmo te llamas intervino ella. Me llamo Luca. Es un nombre italiano, como tu acento repuso sin revelarle todava su propio nombre. Hay italianos viviendo en otros planetas? Todo es posible repuso l con una sonrisa melanclica. Pero si te soy sincero, no me importa demasiado. Slo s que t y yo estamos ahora en este caf. Iris suspir antes de repetir en voz alta el nombre del local: El mejor lugar del mundo es aqu mismo.

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Perro pequeo busca amor grande

Lo sucedido el domingo por la tarde hizo que Iris empezara la semana con media sonrisa en los labios. De repente ya no le pareca un destino tan horrible atender las consultas telefnicas de una empresa de seguros. Estaba tan acostumbrada a responder siempre a las mismas preguntas que poda hablar y pensar en otras cosas al mismo tiempo. La maana se le hizo ms corta que de costumbre mientras evocaba la tarde con Luca en el caf inesperado. Incluso aquel trabajo aburrido tena sus misterios. Algo que a Iris le sorprenda desde haca tiempo era lo que se conoca como oasis sin llamadas. Tras largas horas con los telfonos reclamando a los operadores de forma ininterrumpida, de repente callaban todos de golpe sin que hubiese una razn para ello. Gomo si hubiera pasado un ngel. El oasis poda durar un par de minutos a lo sumo, tras los cuales los monitores volvan a parpadear con la llegada de un nuevo aluvin de llamadas. Como era su costumbre, Iris aprovech esta pausa en medio del fragor para hojear uno de los peridicos gratuitos que circulaban por las mesas. Pas, de atrs hacia delante, por las pginas de televisin y deportes. Tras leer los titulares de sociedad, se detuvo en un anuncio a pie de pgina que despert su curiosidad.

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La ilustracin de aquel perrito para adoptar, bajo el cual haba un nmero de telfono, le traa recuerdos agradables. Se pareca a un chucho sin raza que haba conocido muchos aos atrs. Fue en un albergue de montaa donde haba pasado el mejor fin de semana de su vida. Dio las gracias al perro del anuncio por haberle devuelto unos recuerdos ya olvidados. En medio del oasis, cerr los ojos para tratar de recuperar aquellos das dorados.

Iris tena diecisis aos y haba viajado con su escuela para pasar cuatro das en la nieve. A las tres de la madrugada haba subido a un autocar lleno de esques, botas y pocas ganas de dormir. Ella no saba esquiar, pero deseaba fervientemente conocer la nieve. Haba visto alguna suave nevada en su ciudad sin que llegara a cuajar. Aquella sera la primera vez que viajara a un mundo totalmente blanco. El paisaje invernal la entusiasm, aunque sus pinitos con el esqu terminaron bien pronto. Mientras bajaba haciendo cua por una pista de nivel elemental, dio un traspis y cay de bruces sobre la nieve. Se haba torcido un tobillo. Desde aquel lecho inmaculado, Iris vio cmo una figura naranja giraba veloz y prcticamente volaba hacia ella.

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Aquel socorrista de la nieve tendra poco ms de veinte aos. Guando se inclin sobre ella para preguntarle cmo estaba, supo que ese chico de cara un poco ancha le gustaba. Tras quitarle la bota, haba tomado con suavidad su pie fro para hacerlo rotar con mucho cuidado. Guando Iris liber un grito de dolor, el chico dijo: Creo que te has fracturado el tobillo. Acto seguido la tom en brazos para bajarla a pie de pista, donde se encontraba una unidad de primeros auxilios. Iris se sinti como una princesa en brazos de su prncipe azul, aunque vistiera de naranja. Al llegar abajo, ya estaba enamorada del socorrista. Para sorpresa de sus compaeros, ella se neg a regresar a su casa para que la viera un mdico de la ciudad. En lugar de eso, prefiri quedarse los das restantes en la cama del albergue con un vendaje provisional y los antiinflamatorios. A la maana siguiente, tras el desayuno, sus compaeros salieron cargando palos y esques y ya no regresaron hasta media tarde. Aunque apenas poda moverse y los dolores iban y venan como rfagas insoportables, ella temblaba de felicidad. El motivo era que Olivier as se llamaba el socorrista le haba prometido acudir al medioda para traerle un bol con sopa y pan recin hecho. Fue una visita breve que ella aguard con gran emocin. Sera cierto que, como deca el Principito al zorro, la felicidad consiste en poder esperarla? No pas nada especial entre ellos, porque el socorrista se mantena en una corts distancia y tampoco era muy hablador, pero Iris viva aquel gesto como un alud de amor. El segundo medioda que apareci en la puerta con su anorak naranja y el bol bajo el brazo, entr tras l un perrito muy parecido al que acababa de ver en el anuncio. El animal corri hasta la cama de Iris, subi sobre su regazo y se sacudi sonoramente para desprenderse de la nieve. Al ver que la haba llenado de polvo blanco, Olivier se sofoc y quiso ahuyentar al chucho de un manotazo. No, por favor! le haba implorado ella. Deja que se quede un rato conmigo. Est helado! El socorrista vio divertido cmo el perro se acomodaba orgulloso sobre el regazo de su protectora. Es un perro faldero dijo su amo sonriendo. Pasar a recogerle en un par de horas, cuando termine mi turno. Prtate bien, Pilof! aadi antes de salir del albergue cerrando la puerta.

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Iris haba conseguido lo que quera: Olivier regresara para recoger a su perro, que ya cerraba los ojos y lanzaba pequeos gemidos convocando el sueo. Al recordarlo ahora, casi poda aspirar el olor a perro mojado que impregnaba toda la habitacin.

Una figura desgarbada devolvi a Iris a la oficina donde volvan a parpadear todos los telfonos. Qu te pasa? le recrimin el jefe de turno No ves que hay llamadas?

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La mesa del pasado

Se haba puesto el sol. De camino a casa, Iris sinti la necesidad apremiante de pasar por el caf que haba descubierto la tarde anterior. Tras un largo da en la oficina, empezaba a dudar incluso de que ella hubiera estado all. Slo haban pasado veinticuatro horas, pero el recuerdo ahora le pareca increblemente lejano. Y si simplemente lo haba soado? Al alcanzar la esquina, le maravill que el inslito rtulo luminoso El mejor lugar del mundo es aqu mismo siguiera restallando intermitentemente, como si amenazara con apagarse de un momento a otro, mientras viva los ltimos instantes de una existencia larga y tortuosa. Aquella tarde la temperatura haba cado en picado y los ventanales estaban cubiertos por el vaho. Mientras Iris limpiaba parte del cristal con la mano, tuvo que pensar nuevamente en la estacin de esqu de su adolescencia, en el socorrista y el perro. Y si aquel recuerdo invernal haba ayudado a bajar la temperatura ambiente? No dicen que el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar un huracn en Nueva York? Y si los pensamientos tambin fueran un aleteo, leve pero capaz de influir en la realidad? No te pongas filosfica ahora, se dijo mientras pegaba la nariz fra al cristal para ver quin haba dentro del caf. Para su decepcin, estaba vaco. Ni siquiera el mago de pelo blanco y abundante ocupaba su lugar tras la barra. Justo en aquel momento, una explosin sobre su cabeza le dio un susto de muerte. Tard unos instantes en entender que el rtulo con el nombre del caf se haba fundido definitivamente. Tambin el interior se haba quedado a oscuras. No detect ningn movimiento para reparar aquel apagn, lo que le hizo suponer que simplemente estaba cerrado. Estaba a punto ya de dar media vuelta cuando se abri la puerta y la blanca melena del mago brill entre las tinieblas. Por qu no entra? pregunt con voz lgubre. Se va a helar ah fuera. Pero si se ha ido la luz!

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Se ha ido, pero volver. Pase: yo la guiar. Dicho esto, sac de su bolsillo una linterna pequea y plana, como las de los antiguos acomodadores de cine. Le ilumin una mesa en el centro del caf. Cuando ella se hubo sentado, desapareci tras la barra y se meti en un cuartito que deba de servir de almacn. Al cerrar la puerta, se hizo nuevamente la oscuridad. Iris no entenda qu haca ella en un caf vaco y en tinieblas. El silencio era, adems, tan espeso como la oscuridad. Slo se oan los golpecitos sordos de una segundera. Por cmo resonaban, supuso que se trataba de un viejo reloj de pared. Hubiera querido gritar al mago que le indicara el camino de salida, decirle que deseaba marcharse de inmediato, pero los golpes de aquella aguja en la esfera la tenan hipnotizada. De repente una voz conocida empez a susurrar delante de ella: Tictac, tictac... Luca?exclam Iris, asustada. Eres t? No, soy un reloj respondi con un leve deje italiano. No lo oyes? Tictac, tictac... Deja de hacer el ganso protest ella. No te han dicho nunca que te comportas como un cro? La oscuridad nos vuelve a todos nios pequeos. Incluso los ms valientes cuando se encuentran a oscuras buscan inconscientemente la mano de su madre. Por favor, escucha ese reloj. Desconcertada, Iris prest atencin al tictac de la segundera, mientras su misterioso acompaante permaneca ahora en silencio. Parece un reloj normal, pero no lo es prosigui Luca. Por qu lo dices? Va hacia atrs en busca de momentos olvidados. Es mgico. Claro, como todo lo que hay aqu repuso Iris con un poco de sorna Y supongo que estamos en una de las mesas encantadas por el mago. Cul es el truco? Porque te advierto que un truco a oscuras no tiene ninguna gracia. Al contrario dijo Luca. Es el grado mximo de maestra para un mago, porque la oscuridad todo lo revela. Pues yo no veo nada protest ella. Es lo que sucede con el pasado: est por todas partes, pero no lo vemos. Por eso no logramos deshacernos de l fcilmente. Somos como una nave inmovilizada por un ancla que se aferra a las profundidades. Lo

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que no significa que no seamos capaces de arrancarla y proseguir nuestro rumbo. Yo no tengo rumbo. No s por dnde navego ni qu me ata confes Iris. Ni siquiera s decirte de dnde vengo. Cmo voy a desanclar mi nave? Tal vez esta mesa te ensee cmo hacerlo. Es la mesa del pasado? Puedes llamarla as. Te ayudar a rescatar episodios que creas haber olvidado. Si tiras de ellos llegars al ancla. De hecho, ni siquiera la necesitars. Slo debes cortar la cuerda que te une al pasado: el viento de la vida har el resto. Basta ya de hablar de barcos. Quieres saber algo curioso? explic Iris sintindose repentinamente cmoda en la oscuridad. Justamente hoy he recuperado una vieja historia. Nada importante, pero me ha hecho muy feliz revivirla. Si te ha hecho feliz, entonces es importante. Guando enterramos los momentos de felicidad renunciamos a lo mejor de nosotros mismos. Uno puede echar por la borda muchas cosas, pero nunca esos momentos. Dicen que la memoria tiene que liberarse de los recuerdos para poder almacenar nueva informacin coment ella. Pero no hablemos ms de teoras. Quiero una prueba de que esta mesa es capaz de hacer aflorar recuerdos olvidados. Sorprndeme! Tras decir esto, Iris sinti cmo algo o alguien rozaba suavemente su nuca. Se qued unos momentos sin saber qu decir. Sospechando de su invisible acompaante, le pregunt: Has sido t? Luca no contest. Detrs de ella oy el movimiento de una silla, seguido de una tos lejana y un murmullo casi imperceptible. Por qu no respondes? Justo entonces volvi la luz. Iris se sorprendi al comprobar que el caf estaba lleno de gente. Gomo si hasta entonces la oscuridad les hubiera obligado a actuar con secretismo, la electricidad hizo que las conversaciones subieran de tono. Tambin regres el sonido de tazas y platos. El mago volva a estar detrs de la barra, donde trabajaba afanosamente sirviendo bebidas. En cambio Luca se haba esfumado. Antes de levantarse, haba dejado en el centro de la mesa un pequeo paquete vertical cuidadosamente envuelto. Llevaba pegada una etiqueta con la siguiente inscripcin en letra de imprenta:

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PSICOANALISTA DE BOLSILLO Iris sonri ante aquel extrao regalo. Sin duda, deba de tratarse de una broma. Cmo poda ser un psicoanalista de diez centmetros de alto por cuatro centmetros de ancho? Iba a desenvolver el paquete para desentraar el misterio, cuando vio que un grupo de ancianos vestidos con frac y pajarita no le sacaban el ojo de encima. Ech un vistazo al resto del caf y comprob, para su asombro, que todos los clientes llevaban ropa de poca y se comportaban con una ceremonia propia de otros tiempos. Entonces record lo que le haba dicho Luca antes de desvanecerse en la oscuridad: El pasado est en todas partes, pero no lo vemos. Tras observar con disimulo, lleg a la conclusin de que no conoca a nadie de los que ocupaban las mesas del caf. Iris se levant, deseosa de abrir aquel inslito regalo en la intimidad. Tras guardar el paquete en el bolsillo de su abrigo, agit la mano para despedirse del mago, que andaba muy atareado sirviendo a aquella trasnochada clientela. Pero antes de que pudiera abrir la puerta para salir, el dueo del local haba avanzado hasta la salida y se haba detenido frente a ella para preguntarle: No piensa tomar nada? Hoy hay precios ms bajos que de costumbre, en honor a nuestros clientes inform con su voz grave. S, pero no aqu se atrevi a decir Iris. Voy a casa a tomar un trago de pasado. Eso est bien repuso el hombre. Del pasado al futuro slo hay un paso. Digan lo que digan los maestros de zen, lo que no existe es el presente. Por qu dice eso? Le pondr un ejemplo fcil: la pregunta que acaba de hacerme es ya pasado. Y la respuesta que voy a darle est todava en el futuro. Cuando usted la tenga, ser pasado, y el futuro estar en otra cosa. No hay tiempo para el presente. Vamos del pasado al futuro, que nuevamente se vuelve pasado: as es la vida! Entonces, segn usted... musit ella. No hay nada que suceda en el presente? El mago reflexion enigmticamente: unos segundos antes de responder

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Bueno, de hecho s. Existen algunas cosas que pertenecen sobre todo al presente. Y cules son? El mago pareci meditar un segundo, mientras se mesaba una barba inexistente. De pronto, todos los clientes haban dejado de conversar y les observaban en silencio. Hasta la luz pareca distinta, como si fuera un poco ms intensa all donde se encontraban ellos dos. Era como si el caf se hubiera convertido de pronto en un pequeo saln de espectculos donde un mago y su ayudante fueran a realizar un impresionante truco. La magia sucede en el presente dijo el hombre, con un brillo de intensidad en la mirada. Yo no creo en la magia repuso Iris. Entiendo... hizo una larga pausa antes de continuar. Me he fijado en que su chaqueta tiene bolsillos. Iris asinti, desconcertada. Recuerda si llevaba algo en ellos? Iris frunci un poco el ceo. Acabo de guardar en el bolsillo un regalo que me ha hecho un amigo, pero... El mago la interrumpi: Le importara decirle a estos seores qu cosas llevaba en los bolsillos cuando lleg aqu? En ese momento, Iris se dio cuenta de que era observada por la numerosa clientela. Sinti un poco de vergenza, pero encontr fuerzas para superar la timidez y participar en el juego. Llevaba las llaves de casa, unas monedas y algunos caramelos dijo. Nada ms? Pinselo bien. Iris asinti: estaba segura. Podra comprobar qu hay ahora en sus bolsillos? Comience por el derecho. Aun gesto del mago, Iris extrajo las llaves y las mostr al pblico. Gomo haba dicho, tambin llevaba cuatro caramelos envueltos en papeles de colores y un par de monedas, junto con la caja con el psicoanalista que le acababa de regalar Luca. Qu me contestara si le digo que su otro bolsillo contiene las horas ms importantes de su vida?

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Iris no supo qu decir a algo tan extrao. Con enorme sorpresa, meti la mano en su otro bolsillo y descubri que no estaba vaco. Haba en l un objeto pesado y duro, que jams haba visto. Era un antiguo reloj de bolsillo, de caja dorada y esfera de marfil. Marcaba las doce en punto. Algunos aos antes habra sido una pieza de enorme valor. Ahora sus agujas estaban rodas por la corrosin y haban dejado de funcionar. El pblico lanz una expresin asombrada al ver el artilugio. Pertenece este reloj a alguno de los presentes? pregunt el mago, dirigindose a los espectadores. Nadie contest. Entonces, est claro que quien lo necesita es usted aadi, y baj la voz para decir: Tengo entendido que hoy se ha sentado a la mesa del pasado. Pero an no he recordado nada que hubiera olvidado! Es lo que tiene esa mesaexplic, sonriente, el mago. Funciona con efectos retardados. Nos vemos en el futuro! No deje de consultar el reloj! Le ayudar a comprender el tiempo. Tras decir esto, el mago se volvi hacia los atentos espectadores y levant la voz de nuevo para decir: Les ruego despidamos con un aplauso a mi ayudante de hoy. Iris sonri, incmoda, mientras reciba la entusiasta ovacin, y se apresur a salir de all. Aquel lugar era todava ms extrao de lo que haba supuesto.

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Un psicoanalista de bolsillo

Al llegar a casa, Iris puso una pizza en el horno mientras miraba con nuevos ojos lo que haba sido su hogar desde pequea. Tal como le haba dicho Luca, estaba lleno de objetos que evocaban un pasado que se haba roto con la muerte de sus padres. Adems de las fotografas familiares, los objetos hablaban de momentos y lugares que ya nunca regresaran. Mientras se quitaba el abrigo, se pregunt si no sera ms sencillo arrancar el ancla y mudarse a un apartamento libre de toda aquella carga emocional. Un lugar donde pudiera elegir los recuerdos que deban acompaarla. Eso la llev a pensar en el curioso anuncio de peridico que haba recortado: PERRO PEQUEO BUSCA AMOR GRANDE Sonri ante ese mensaje y volvi a mirar la ilustracin de aquel perrito que tanto se pareca a Pilof. De repente sinti el impulso de marcar el nmero. El telfono son tres veces antes de que al otro lado surgiera la voz reposada de una mujer. Le inform de que aquello era una protectora de animales situada en las afueras de la ciudad. Desea adoptar un perro o quiere visitar nuestra residencia? pregunt la amable seora. Iris empez a sentirse avergonzada por haber llamado. La verdad es que el perro del anuncio es idntico a uno que conoc de muy joven. Me gustara llevrmelo a casa dijo sorprendindose de sus propias palabras. Al or esto, la anciana dej escapar una risita antes de responder: Me temo que ser imposible. No tenemos ningn perro que se le parezca. Es slo una ilustracin para el anuncio. Entiendo repuso decepcionada.

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Pero tenemos otros perros pequeos que buscan un gran amor. Si nos visita, se los presentar con mucho gusto. Lo pensar prometi Iris al despedirse. Luego sac la pizza del horno y la troce antes de llevarla a la mesa. Mientras daba el primer bocado, se dio cuenta de que el asunto del perro la haba hecho olvidar el regalo de Luca. Sac el psicoanalista de bolsillo de su bolsa y regres al saln, emocionada. Aquello, cualquier cosa que fuera, era la demostracin de que Luca exista y haba pensado en ella. Al desenvolver el paquete vio, aturdida, que contena un minsculo silln de goma con un reloj de arena disfrazado de terapeuta. En la caja rezaba: Psicoanalista de bolsillo. No se marcha en agosto! Luego ley en el reverso de la caja: Todo el mundo ha pensado alguna vez en empezar una terapia. Pero, por qu invertir una fortuna en un psicoanalista cuando lo podemos tener en casa, listo para escucharnos en silencio siempre que queramos? Pensando que Luca se haba propuesto tomarle el pelo, sac de la caja una ilustracin que indicaba cmo haba que colocar el terapeuta de bolsillo para la minivisita de cinco minutos, el tiempo que tardaba en caer toda la arena de una parte a otra del reloj. Vamos a escarbar en el pasado le dijo Iris antes de dar la vuelta al reloj. Pero slo quiero rescatar momentos bonitos. El resto puede descansar para siempre en el olvido. Dicho esto, tom un bocado ms de pizza y fue en busca de un folio y un bolgrafo. Entonces dio la vuelta al reloj con cara de terapeuta. Se haba propuesto anotar en ese tiempo todos los recuerdos inolvidables que, sin embargo, haba sepultado la arena de la rutina. COSAS QUE NUNCA DEB HABER OLVIDADO Las noches de insomnio en la vigilia de Reyes (y cmo corra al comedor a las siete de la maana para desenvolver los regalos). El primer paseo en bicicleta sin caerme. Un viaje a Tnez con pap y mam. Me dijeron que de vuelta al aeropuerto berreaba porque me quera quedar a vivir all. El beso que me rob en un pasillo de la escuela el chico ms feo de la clase.

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Olivier y Pilof. Una pelcula dramtica que a m me hizo llorar de risa. Aquel amante del camping que saba abrazar tan bien (lstima que no dur). Cuando brot el tulipn de la cebolla que me regal alguien que haba estado en Holanda. Al llegar aqu el psicoanalista de bolsillo dio por terminada la visita, ya que la arena ocupaba ahora la cpsula inferior. Haba sido una terapia corta pero intensa. Iris tena los ojos hmedos. Hasta maana, doctor se despidi.

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Lo peor es tambin lo mejor

Aquel martes Iris decidi tomarse un da libre a cuenta de las vacaciones. No haba dejado de acudir al trabajo desde la muerte de sus padres, as que se dijo que estara bien vagar por las calles por el solo placer de hacerlo. Sin embargo, el jefe de turno no era de la misma opinin. Nuestro reglamento interno lo dice bien claro la advirti. Hay que avisar con un mes de antelacin. Es un caso de fuerza mayor dijo Iris conteniendo la risa. Voy a culminar un proceso de adopcin. El tono de voz del encargado pas del estupor a la curiosidad: Vas a adoptar como madre soltera? Es nio o nia? No lo s todava. Slo s que es un perro. Luego colg sabiendo que lo que acababa de hacer le poda costar el puesto o, como mnimo, una amonestacin por parte de la empresa. Pero en aquel momento ese le pareca el menor de los problemas. Tras tomar el anuncio de la protectora de animales haba anotado su direccin en el reverso, decidi pasar antes por el caf. Sera su tercer da consecutivo en El mejor lugar del mundo, pero la primera vez que visitaba el lugar por la maana. Aunque lo encontrara abierto a esas horas, se preguntaba si Luca estara all. Era de suponer que no, ya que en algn momento deba de trabajar. Record que le haba dicho que era italiano, pero lo cierto era que todava no saba absolutamente nada de l. Y ella quera saber. Haca un da despejado, as que pase muy lentamente gozando del tibio sol invernal. Al atravesar el puente bajo el que pasaban los trenes, Iris sinti un escalofro. Slo tres das antes haba estado a punto de acabar con todo all mismo. En su vida no se haba producido un cambio sustancial desde entonces, pero haber resistido la tentacin de desaparecer le haba permitido conocer el caf mgico. Y ahora estaba a punto de adoptar un perro.

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La vida tiene giros extraos, se dijo mientras prosegua su camino sin mirar atrs. El caf estaba abierto y de su interior emanaba un agradable olor a chocolate y pastas recin hechas. Esto despert el hambre de Iris, que se senta de muy buen humor. Empuj la puerta con decisin. En aquel momento el ilusionista abrillantaba la barra con un trapo hmedo. Reconoci entre la clientela algunas personas que haba visto en los das anteriores. Tal como haba sucedido en su primera visita, nadie pareci reparar en ella mientras buscaba una mesa a la que sentarse. Pero la bsqueda dur poco, ya que Luca la estaba esperando en una mesa arrimada a la pared. Iris sinti mariposas revoloteando dentro de su vientre. Haca dcadas que no experimentaba esa sensacin. El italiano levant la vista y le sonri mientras haca girar la cucharita en una taza de chocolate cuyo aroma pareca envolver todo el local. Frente a l, otra taza idntica y un plato repleto de bizcochos le estaban esperando. Sabas que iba a venir? pregunt Iris. Por toda respuesta, Luca sonri. En aquel momento sonaba una cancin que a ella le gustaba. Por primera vez en mucho tiempo, tuvo la certeza de hallarse en el sitio correcto en el momento oportuno. No deseaba estar en ningn otro lugar ms que all. Sera eso la felicidad? Entender que el mejor lugar del mundo es aqu mismo. Mientras Iris tomaba asiento, prest atencin a la primera estrofa de la cancin de Feist, una cantante canadiense muy en boga: Secret heart What are you made of? What are you so afraid of?2 Y bien? le pregunt ella. Qu tiene la mesa de hoy? Antes de responder, Luca se llev la taza de chocolate a los labios. Mientras apuraba el primer sorbo, Iris admir su jersey azul marino de cuello alto, del que brotaba una cabeza serena a la que los cabellos grises otorgaban un aire de aristcrata bohemio. Luego dej la taza sobre el platito y declar:2

Del ingls: Corazn secreto / de qu ests hecho? / de qu tienes tanto miedo?

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Esta es la mesa ms teraputica del lugar. Por qu? pregunt Iris mientras el propietario le serva ya una taza de chocolate caliente. Porque nos ensea a encontrar luz en las sombras. Cuando te sientas en ella, entiendes que lo peor que te ha pasado a veces puede ser lo mejor. Ella record una vez ms el puente sobre los trenes, el globo pinchado y su descubrimiento del caf. Sin embargo, fingi no entender nada. Le gustaba la paciencia con la que Luca le hablaba: la haca sentir como cuando era pequea y su padre le contaba historias para que se durmiera. Hace un ao le un artculo sobre este fenmeno sigui l. Un escritor japons explicaba lo que le haba sucedido a un oficial de su pas durante la guerra de Manchuria. Al parecer, el militar haba sido capturado por los soviticos y fue arrojado al fondo de un pozo, donde slo poda esperar morir de fro y de sed en la oscuridad. Pero dentro de su desesperacin, una vez al da suceda algo maravilloso. No puedo imaginar nada maravilloso que ocurra en el fondo de un pozo aadi ella. Pues incluso en una situacin tan desesperada, este hombre reciba un regalo diario. Guando el sol se hallaba exactamente encima del pozo, la luz penetraba hasta el fondo durante unos minutos. El oficial lo describa como una explosin de brillante esperanza. Y qu le sucedi? Das ms tarde fue rescatado por sus compaeros, que le salvaron la vida contra todo pronstico. Sin embargo, muchos aos despus de que terminara la guerra, el oficial an recordaba aquel episodio con melancola. Iris moj un bizcocho en el chocolate espeso y se lo llev a la boca antes de decir: No entiendo cmo alguien puede sentir melancola de una vivencia tan terrible. Has dado en el clavo! se entusiasm Luca mientras pona su mano sobre la de Iris, que dese que se quedara all para siempre. Justamente porque viva en la ms oscura desesperanza, aquel rayo de sol era una inyeccin de gloria para l. Aunque el oficial logr rehacer su vida tras la guerra, aseguraba que jams haba vuelto a experimentar la felicidad de aquellos minutos radiantes en el fondo del pozo. Es una buena historia dijo Iris sintiendo cmo su corazn lata con fuerza.

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Tan real como la vida misma. Y nos ensea algo sobre la felicidad: slo la pueden experimentar en toda su intensidad los que han vivido grandes altibajos, porque es un juego de contrastes. Los que nadan siempre por el espectro medio de las emociones nunca conocern la esencia de la vida. Esa es la enseanza del pozo: a veces hay que tocar fondo para entender la grandeza del cielo. Hablas como un poeta. Lo eres? An no s nada de ti. Me limito a decir lo que dijeron otros repuso con modestia. Y esta mesa, adems, est cargada de esperanza. Iris sonri abiertamente a Luca mientras acariciaba su mano con las yemas de los dedos. Por qu no me cuentas algo de tu vida? No es justo que t sepas tanto de la ma y yo... Pero Luca pareca no escucharla. La interrumpi al decir: Gomo veterano de este caf, te voy a poner deberes dijo l de repente. Quiero que desde esta misma mesa revises los peores episodios de tu vida y pienses lo mejor que surgi de ellos. Espero ser una alumna aplicada. Ya lo eres, pero antes de empezar debes ir a la barra y pedirle algo al mago. Al mago? Claro. Ya me he enterado de que sois buenos amigos Luca sonri mientras Iris se ruborizaba al recordar el nmero de la tarde anterior. Me habra gustado ver el truco del reloj. Sabes que eres una privilegiada? Haca mucho tiempo que el viejo no actuaba. Fue muy especial... balbuceo Iris, buscando el reloj en el bolsillo de su abrigo. Aunque el reloj que me regal es muy raro. Creo que funciona y no funciona a la vez. Mira. Dej el viejo reloj de bolsillo sobre la mesa. Sus agujas continuaban paradas a las doce en punto, igual que la tarde anterior, pero emita un tictac casi imperceptible; slo poda escucharse pegando la oreja a la esfera, lo cual demostraba que algo segua funcionando en su interior. Es curioso dijo Luca, escuchando con atencin. Tal vez el cometido de este reloj no sea medir el tiempo. Luego levant la mirada y record: El mago te est esperando. Iris se dio cuenta de que el ilusionista sonrea. Luca concluy: Quiere darte las buenas noticias.

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Buenas noticias? Ve a verle se limit a decir mientras besaba levemente la mano de Iris antes de soltarla. Ella se dirigi a la barra sintiendo que los pies no tocaban el suelo. Pero antes de pedirle lo que le haba dicho Luca, sinti la necesidad de agradecerle lo de la tarde anterior. Me gustara volver a ver uno de sus trucos dijo. El de ayer fue maravilloso. Eso es imposible contest l, mientras sacaba brillo a las copas con mucha parsimonia, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Por qu? Sabe cul es el secreto de la magia? pregunt el mago, detenindose de pronto. No tengo ni idea. La oportunidad. Hay un momento exacto para cada truco. Y presiento que tardar en darse otro como el de ayer. Sabe usted por qu? Iris se encogi de hombros. Un truco en el que no aparezca nada no merece la pena. Lo haba pensado? Por cierto, ya ha descubierto qu fue lo que apareci ayer en su bolsillo? Un reloj. No es correcto. Iris no saba si rer. El aire del mago era grave y gracioso al mismo tiempo, en una combinacin desconcertante. Qu, entonces?pregunt ella. Eso deber descubrirlo usted misma. Ahora, si no me equivoco, debo ensearle algo, verdad? el ilusionista descolg un cuadro de entre las botellas y se lo acerc a Iris para que pudiera contemplarlo de cerca. Ya en sus manos, vio que dentro de un marco color ndigo amarilleaba el recorte de un cuento para nios. BUENAS NOTICIAS Nunca olvides esto: todo sentimiento tiene su reverso. Sentirse desgraciado es prueba de que se puede estar contento.

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Es una buena noticia. Cuando te encuentras soto te das cuenta de (o bien que estaras acompaado. Es una buena noticia. Tiene que dolerte algo para que valores la felicidad de que no te duela nada. Es una buena noticia. Por eso nunca hay que temer a la tristeza, ni a la soledad, ni al dolor. Pues son la prueba de que existe la alegra, el amor y la calma. Son buenas noticias. Iris, devolvi el cuadro al mago, muy pensativa. Al regresar a la mesa de la esperanza descubri que Luca ya se haba ido. Meti la mano en su bolsillo y le tranquiliz sentir que el reloj segua ah. No entenda nada, pero haba aprendido a no impacientarse. Slo se dio cuenta de una cosa: en un solo da el anterior dos hombres especiales le haban regalado dos relojes.

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Cuando el perro de la felicidad te lame la mano

Iris sali del caf anhelando ya el prximo encuentro con Luca. Se estaba enamorando irremisiblemente de l y eso le daba miedo, porque haca mucho tiempo que no le suceda nada parecido. Y en otras ocasiones no le haba reportado precisamente beneficios. Para ella el amor haba sido hasta entonces algo parecido a subir una escarpada montaa a toda prisa para, una vez en la cumbre, caer al abismo sin que nada ni nadie la sostuviera. No quera volver a pasar por eso. Por otra parte, senta que con Luca haba atravesado ya una especie de lmite invisible que no le permita volver atrs. De repente se le haca impensable prescindir del caf mgico y de las conversaciones con l. Aun as, se mova en un mar de dudas. Estaba siendo demasiado tmida? Deba insinuarse, ir ms all? Iris haba odo decir a sus compaeras de trabajo que, a su edad, los hombres tenan muy poca paciencia. Si la mujer en la que se han fijado no les allana un poco el terreno, simplemente echan el anzuelo en otras aguas. Sera Luca un mero seductor? Por qu nunca hablaba de s mismo, como hacan la mayora de hombres? Mientras Iris pensaba en todo esto lleg a la protectora de animales, en las afueras de la ciudad, donde el perro pequeo buscaba un amor grande. Un festival de ladridos y golpes metlicos contra las vallas le hizo saber que la colonia de canes abandonados era muy numerosa. Y por lo solitario del lugar, no pareca tener muchas visitas. Tras llamar al timbre, se pregunt si sera cierto lo que haba odo contar sobre las perreras: que slo alimentaban a los animales por un tiempo limitado unas semanas, a lo sumo, y sacrificaban a los que no quera nadie. Aquel pensamiento terrible se desvaneci cuando tras la puerta hizo acto de presencia la mujer que la haba atendido por telfono. Era una anciana de setenta y muchos aos, de expresin jovial. Eres la del perro pequeo? pregunt.

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Iris asinti y la mujer la condujo, entre jaulas ocupadas por perros enloquecidos, hasta la seccin de la perrera que albergaba los ejemplares de menor tamao. Pas de largo varios caniches de pelo deslavado y otros de raza mezclada que le parecieron agresivos. Finalmente se detuvo delante de una jaula donde haba un perrito de patas cortas. Tena el pelo blanco con manchas negras. Una le cubra un ojo y le haca parecer un pirata. Justamente ese era su nombre, como pudo saber cuando la anciana se agach a acariciarle el hocico. Hola, Pirata! El perrito empez a mover la cola vigorosamente, mientras araaba la reja con sus cortas patitas. No es tan diferente al del anuncio dijo Iris mientras dejaba que Pirata le lamiera los dedos a travs de la reja. Mientras se dejaba seducir por aquel chucho desgarbado, record una frase que tena de adolescente en un pster de su habitacin: A veces el desconocido perro de la felicidad me lame la mano y yo no s dnde he puesto la correa. Es casualidad coment la anciana. Ha llegado esta misma maana. Y el perro del anuncio lo dibuj hace un mes nuestro veterinario. Ahora le conocers. Iris decidi adoptar al pequeo Pirata y la mujer le pidi que rellenara varios papeles, adems de cobrarle un donativo para el mantenimiento de la perrera. Luego le pidi que se sentara mientras iba a buscar al veterinario, el cual le entregara la cartilla de vacunacin del perro y le dara algunas indicaciones. Iris permaneci un par de minutos en la minscula oficina, mientras del exterior le llegaba una polifona de ladridos agudos y roncos de los que no haban tenido la suerte de Pirata. Guando la puerta se abri, Iris no daba crdito a lo que estaba viendo. El veterinario era alguien que haba conocido muchos aos atrs. Pese a que se haba convertido en un hombre algo grueso y prcticamente calvo, la expresin risuea en su cara ancha no admita duda: era Olivier.

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Los ecos del amor

Y no te parece increble que lo encontrara, justamente ah, ms de veinte aos despus? pregunt Iris a Luca tras explicarle lo sucedido la tarde anterior. El italiano la contemplaba con inters mientras la ltima claridad vespertina se deslizaba dentro del caf, que ya haba encendido sus luces amarillentas. Gomo los das anteriores, aunque la clientela charlaba animadamente, mantenan el tono de voz lo bastante bajo para que el resto de mesas no pudieran or la conversacin. Mientras Luca haca esperar su respuesta, Iris observ un rtulo de metal viejo que adornaba la salida del caf, donde se haban sentado esta vez. No lo haba advertido hasta entonces. ENTRA TRISTE, SAL FELIZ As, de entrada, le pareca una promesa algo arriesgada, aunque era cierto que en aquel caf sucedan pequeos milagros. El asunto del perro y el socorrista tiene fcil explicacin si piensas un poco razon l. T te fijaste en el perro del anuncio porque se pareca a ese chucho simptico que habas conocido de jovencita. Mtico Pilof! exclam Iris. De otro modo tal vez te habra pasado por alto prosigui Luca. Por su parte, Olivier dibuj justamente a su compaero fiel cuando trabajaba de socorrista, porque debe de ser el ideal de perro que ha quedado en su mente. Ves cmo no es ninguna casualidad? No entiendo adonde quieres llegar con todo esto. Quiero decir que el azar ordena el mundo ms a fondo de lo que suponemos. Yo te he explicado cmo has llegado a tu amor platnico de adolescencia, pero hay algo ms interesante que el hecho de haber reencontrado a ese tipo en una perrera. Ah, s? Qu es?

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Lo importante es saber por qu lo has encontrado justamente ahoray no hace cinco o quince aos, por ejemplo. Iris desvi la mirada hacia las manos largas y cuidadas de Luca, que se apoyaban plcidamente sobre la mesa mientras su chocolate se enfriaba. Dese que aquellas manos abandonaran su reposo y fueran en busca de las suyas, pero su discreto compaero pareca demasiado ocupado en exponer su teora: Si has reencontrado a Olivier en este momento de tu vida es porque ha llegado la hora de resolver algo pendiente. Qu insinas con eso? pregunt Iris dejando de sorber su taza. El azar es misterioso, pero tambin sabio. Si ha puesto al socorrista nuevamente en tu camino es por algn motivo. Tal vez eres t ahora quien debe salvarle a l! La sensacin de que Luca trataba de echarla en los brazos de Olivier no le gustaba en absoluto. Ahora que se estaba enamorando de l, lo ltimo que deseaba era resucitar un amor adolescente que no la haba llevado a ningn lado. Olvdate del veterinario dijo Iris, contundente. En su momento me pareci muy romntico lo del accidente en la nieve, el bol de sopa y todo eso, pero me siento pattica al recordarlo. Ya no soy precisamente una adolescente. Por qu? pregunt Luca divertido. Mientras mis compaeras de clase se divertan de fiesta en fiesta y tenan un amante por noche, yo esperaba como una boba la llegada del prncipe azul. Me refugiaba en sueos porque nunca he sabido luchar por las cosas que quiero. ...hasta ahora aadi l. Con diecisis aos no te atreviste a afrontar el amor, por eso la vida te da ahora una segunda oportunidad para que lo hagas mejor. No te parece excitante? Iris estaba furiosa. Le pareca intolerable que alguien que estaba ganando tanto terreno en su corazn quisiera despacharla ahora con el primero que se haba cruzado en su camino. Por favor, no te enfades le rog l. Aqu no puedes hacerlo. Estamos en la mesa del perdn. No estoy enfadada ni tengo que perdonar nada a nadierepuso, confusa y alterada. Es posible, pero creo que has olvidado perdonarte a ti misma. Perdonarme? Por qu lo dices?

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Te lamentas continuamente de cosas que dejaste de hacer o que hiciste mal en el pasado, como si eso sirviera ahora de algo. Por qu no te perdonas y aceptas que hiciste lo mejor que sabas en cada momento y lugar? La gente tiene derecho a evolucionar. Y los aos han de servir para algo ms que echar canas! Hablas como un gur le recrimin Iris. Y yo no le encuentro ninguna magia a la mesa del perdn. Pronto la descubrirs dijo Luca con una sonrisa enigmtica Conoces la historia del loro que deca te quiero ? Ella neg con la cabeza. Luego sorbi el resto del chocolate esperando que empezara a contarla. Le haba gustado el ttulo. La le en el libro de un pediatra que canta canciones y hace dormir a los nios. Ah va: La protagonista es una nia llamada Beatriz, que es hurfana de madre y su padre est siempre fuera de casa trabajando. Tras la muerte de su esposa, se ha vuelto un hombre distante y desatiende a su hija, que crece como una nia triste y solitaria. En la escuela la llaman "Raratriz", porque nunca quiere participar en los juegos de sus compaeros. Cada maana desayuna en silencio junto a su pap, que despus de ver las noticias sale corriendo a la oficina. Trabaja hasta tan tarde que cuando regresa a casa Beatriz ya est durmiendo. La nia se pregunta si su padre la quiere o ha llegado a este mundo por casualidad. No le perdona que nunca la abrace, ni le d besos, ni le diga cosas bonitas. O es muy tmido, como ella, o es que slo le interesa saber si ha hecho los deberes o si lleva el bocadillo del desayuno. Todos los das de Beatriz son iguales hasta que una maana aparece un loro sobre las cuerdas de tender que dan a su habitacin. El pjaro se mete en la casa y la nia pide a su padre por favor que le deje tenerlo. Tan fro como solcito, el padre se apresura a comprar una jaula y deja que la nia tenga el loro en su habitacin. Este empieza a repetir las palabras que ella le ensea cada tarde al volver de la escuela. Un da, sin embargo, el loro hace algo inslito. Guando Beatriz se despierta de buena maana, le dice: "Te quiero!" La nia se sorprende mucho e imagina que debe de haber odo esa frase en el culebrn de algn vecino que ve la televisin. Guando, a la maana siguiente, el loro vuelve a decir: "Te quiero", ella se extraa mucho, porque est segura de que no le ha enseado esas palabras. La tercera maana que el pjaro repite "Te quiero", Beatriz empieza a investigar. Le parece muy raro, adems, que slo le declare su amor por la

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maana, ya que el resto del da se dedica a repetir las cosas que la nia le va enseando. Antes de que su padre vaya a la oficina, aquella maana Beatriz corre a explicarle aquel misterio por si se le ocurre alguna explicacin. Gomo toda respuesta, el hombre se sofoca mucho y se apresura a salir de casa con su cartera en la mano. De repente Beatriz lo entiende todo y empieza a llorar, pero de felicidad. Ha comprendido que el loro repite cada maana lo que oye por la noche: aquello que le dice su padre cuando entra en su habitacin mientras est dormida.

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El bazar de los nios

De camino a casa, Iris advirti una suave luz frente al portal de bloque. Al acercarse vio que eran dos fanales que iluminaban mercadillo instalado por los nios de su edificio. Sobre un par alfombras viejas exhiban juguetes electrnicos, muecos, coches miniatura e incluso discos compactos.

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Se agach frente a los pequeos vendedores y, mientras observaba su mercanca, les pregunt: Cmo es que estis en la calle a estas horas? Un nio pecoso que viva en el apartamento encima del suyo le contest muy serio: Nuestros padres nos dejan tener abierto hasta las nueve. Luego debemos recogerlo todo antes de ir a la cama. Es una gran idea repuso Iris, sonriente, pero no sera mejor hacerlo el sbado por la maana? Pasan ms nios por aqu. Esto es el bazar nocturno explic una nia rellenita del mismo bloque. Lo ponemos el primer mircoles y jueves de cada mes. Abre cuando volvemos de la escuela y cierra a las nueve. Iris volvi a repasar la mercanca con la mirada y vio una cajita de cartn con un par de monedas para dar cambio. Luego pregunt: Y vendis mucho? La nia busc con la mirada a sus dos socios, que se encogieron de hombros sin saber qu decir. Yo os voy a comprar este disco les anunci tomando de la alfombra un viejo lbum de los Rolling. Cmo ha llegado hasta aqu? Mi padre lo tiene repetido se justific el primer nio que haba hablado. Acto seguido les pregunt el precio y los nios se quedaron mudos. Tras intercambiar varios susurros, la nia tom la voz cantante y dijo una cifra muy modesta. Con aquello slo llegaba, a lo sumo, para comprar unas cuantas chucheras.

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Aun as, mientras reciban las monedas de manos de Iris, los dueos del bazar nocturno no podan contener la emocin, reflejada en sus caras. Una vez en casa, donde Pirata la recibi con una serie de saltos que parecan imposibles para sus cortas patas, puso la cancin del disco que ms le gustaba. It is the evening of the day I sit and watch the children play Doin' things I used to do They think are new I sit and watch As tears go by...3 Le divirti pensar que aquella vieja balada se corresponda con la escena en la que acababa de participar. De algn modo haba comprado su banda sonora. Tras brincar describiendo varios crculos, finalmente Pirata fue a buscar su correa sobre el sof y volvi con ella entre los dientes. Iris se volvi a poner el abrigo para dar un paseo nocturno con su pequeo amigo antes de preparar la cena. Mientras se dispona a salir de casa, se dijo que no estaba tan sola como crea. En El mejor lugar del mundo es aqu mismo la esperaba su misterioso amigo, y en casa le aguardara a partir de ahora un perro con el que compartir su vida. Antes de cruzar la puerta, son el telfono e Iris tuvo que resistir a un vigoroso tirn de Pirata, que estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio. Para su sorpresa, era Olivier, que solt lo que tena que decir sin tapujos, como habra hecho un nio: Puedo verte maana por la noche? Sorprendida ante lo atrevido de la propuesta, necesit un rato para responder: Le falta alguna vacuna a Pirata? En todo caso no son horas para...

3

Del ingls: Es el crepsculo del da /Me siento a mirar los juegos de los nios / Hacen cosas quejo sola hacer / Ellos piensan que son nuevas / Me siento y los observo mientras las lgrimas corren por mis mejillas.

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No es a Pirata a quien quiero ver la interrumpi, sino a ti. Me gustara invitarte a cenar. Aquello era una confirmacin de lo que Luca le haba dicho. Al parecer ella sera ahora quien haba de socorrer a Olivier. Aunque slo fuera para llevarle la contraria, su respuesta fue tajante: Lo siento, pero no puedo. Otro da, entonces. Te ruego que no insistas. Adems, no me parece correcto tomar el nmero de telfono de una adoptante para ligar. Al terminar de decir eso, la misma Iris se sorprendi de que hubiera salido de sus labios. Entendi que haba sido demasiado dura con l, as que aadi: Quizs otro da podemos tomar un caf, y as de paso saludas a Pirata. Dalo por seguro. Slo he dicho quizs. Me gusta esa palabra dijo Olivier, que se haba vuelto ms elocuente con los aos. Significa que todo puede suceder. Tras esta inesperada conversacin, Iris se dej arrastrar por Pirata hasta la calle, donde los dueos del bazar nocturno abandonaron temporalmente su negocio para acariciarlo. Mientras observaba nuevamente la mercanca iluminada por dos fanales de camping gas, Iris tuvo una idea. Les pregunt: Aceptis donaciones para vuestro bazar? Cmo dices? pregunt la nia regordeta. Quiero decir si os puedo dar algunas cosas que ya no necesito para que las pongis a la venta. El nio pecoso dej de ocuparse de Pirata para responder: De acuerdo. Te daremos la mitad de lo que saquemos... Si es que sacamos algo. No ser necesario repuso Iris. De hecho, me haris un favor quitndomelo de encima.

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El arte de los haikus

Cuando ella entr en el caf mgico, por quinto da consecutivo, Luca ya la estaba esperando. En aquel momento llenaba una pequea taza sin asas con el lquido verduzco de una tetera de hierro colado. Por primera vez desde que le haba conocido, no haba chocolate sobre la mesa. Al verla llegar, llen muy lentamente una segunda taza. El chorro de infusin golpeaba el fondo de la porcelana con un arrullo suave y acariciante, como una fuente serena. Iris tom la taza entre las manos para calentarse, mientras preguntaba al improvisado maestro de t: Est reservada esta mesa para la ceremonia del t? No exclusivamente respondi Luca aspirando el aroma de la infusin . Recuerda que cada mesa tiene propiedades mgicas. Por lo tanto hemos de esperar algo ms que unas tazas de t verde. Qu magia nos espera hoy? pregunt ella apoyando las manos en la madera vieja. Es una mesa que convierte en poetas a los que se sientan a ella. Luca haba dicho esto en un tono tan serio que Iris estuvo a punto de echarse a rer. Sin embargo, se contuvo para no romper aquel juego delicioso que se haba iniciado el peor domingo de su vida. Y si yo fuera ya poeta? le pregunt ella para provocarle. Ese es el quid de la cuestin. Todo ser humano es poeta por naturaleza, lo que sucede es que la mayora lo han olvidado. Esta mesa despierta esa facultad, que es una necesidad tan bsica como comer, beber o dormir. O besar. Iris se arrepinti de haber dicho estas palabras tan pronto como salieron de sus labios. Su inconsciente la haba traicionado haciendo aflorar su deseo antes de que su parte consciente pudiera censurarlo. Sin embargo, aquello no pareci escandalizar lo ms mnimo a su compaero de mesa. De hecho, la poesa es besar la vida misma. Podemos estar rodeados de belleza, pero si no interactuamos con ella, nuestra relacin ser de baja

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intensidad. As como los amantes se excitan mutuamente y aumentan su deseo, tambin la belleza exige ser reconocida para desplegar todos sus encantos. No entiendo dnde quieres ir a parar. Qu tiene que ver todo eso con esta mesa? El martille la madera con los dedos ndice y medio, como un suave tambor que anunciara lo que iba a decir: A eso vamos. Esta mesa va a ser tu escuela en el arte de los haikus. Sabes qu son? Antes de que ella pudiera responder, Luca sac del bolsillo de su americana un papel minsculo y un lpiz. Deposit suavemente ambas cosas en el lado de la mesa donde estaba Iris. Luego volvi a levantar la tetera para llenar las tazas. S que son poemas japoneses, o algo as contest ella. Pero, no es demasiado pequeo este papel? Casi no cabe nada! Es como una tarjeta de visita. Por eso mismo. Qu esperas que escriba en tan poco espacio? Luca pareca haber previsto esa pregunta, ya que respondi: Sabes lo que deca un famoso inversor norteamericano? Cuando le preguntaron qu tena en cuenta para decidirse a financiar un proyecto, respondi: No creo en ninguna idea que no pueda escribirse en el reverso de una tarjeta. Con ello quera decir que si algo necesita de muchas palabras para ser explicado, probablemente no es un buen plan. Eso es brillante, pero qu tiene que ver con la poesa? Tiene mucho que ver, por no decir todo. El arte del haiku, que tambin es un arte de vivir, consiste justamente en decir mucho con muy poco. Normalmente la gente hace lo contrario. Por eso la vida se nos hace a veces tan pesada. Qu quieres decir? Tendemos a utilizar muchas palabras, muchos medios, mucho tiempo para nimiedades. Escribir haikus nos ensea a reducir la belleza del mundo a su esencia. Quien domina ese arte gozar de cada sorbo de la vida como de una delikatessen. Parece difcil. Qu esperas que escriba ah? dijo mirando el lpiz y el pedazo de papel. Ni siquiera s cmo se escribe un haiku! Como si tambin hubiera esperado esa reaccin, Luca intercambi una mirada con el mago, que abandon sus quehaceres en la barra para seleccionar un disco de un estante. Cuando lo hubo encontrado, lo puso en el reproductor y empez a sonar una lenta introduccin de piano.

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Iris haba odo una vez aquella melanclica cancin de Matine, aunque hasta entonces no se haba fijado en la letra: if you want to learn the art of haikus sit down life is what happens beyond you take pen and white paper if you want to your hands are also a canvas or two4 Mientras las notas de piano volvan a flotar en el caf, Iris se dijo que no necesitaba escribir en las palmas de sus manos, puesto que Luca le haba proporcionado aquel papel. El problema era qu escribir. La respuesta estaba en aquella misma cancin de extraa armona. La cantante deca ahora: right now catch a view, a scene, a feeling three lines is all you need to depict it feel how all things flow in the same river your life is a raindrop you deliver5

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Del ingls: si quieres aprender el arte de los haikus /sintate /la vida es aquello que sucede ms all de ti mismo /toma una pluma y papel blanco si lo deseas/tus manos/ tambin son un lienzo o dos.

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Del ingls: aqu y ahora captura una imagen, una escena, un sentimiento / tres lneas / es todo lo que necesitas para describirlo / siente cmo todas las cosas fluyen en el mismo ro/tu vida es una gota de lluvia que t mismo entregas.

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Con eso prcticamente terminaba la leccin musical para iniciarse en el arte de los haikus. Mientras sonaban los coros finales de la cancin, Iris se preguntaba qu poda escribir para no decepcionar a su acompaante. Luca deba de haber notado su inquietud, ya que interrumpi el viaje de la taza de t que se estaba llevando a los labios para decir: No tienes que escribirlo ahora mismo. Esta mesa te est invitando a ser poeta. Slo tienes que dejarte ir, y el haiku encontrar la manera de nacer. A m no me parece tan fcil confes ella. S lo que me gustara expresar, pero no s cmo. Te lo dir: estoy enamorada de alguien. El italiano recibi esta noticia con una templanza que a Iris le pareci desesperante. Hubiera deseado que l le preguntara de quin estaba enamorada. Eso le hubiera permitido sincerarse, mostrarle unos sentimientos que cada da le costaba ms contener. Sin embargo, Luca se limit a sonrerle en silencio, como si lo nico que quisiera de ella fueran tres breves versos en el papel. Iris exhal un suspiro antes de decir: De acuerdo, intentar escribir ese haiku.

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Lo que suma y lo que resta

Mientras paseaba a Pirata antes de cenar, Iris notaba cmo un sentimiento agridulce se agitaba en su interior. Por una parte se deca que debera sentirse feliz con la nueva marcha de su vida. Adems de conocer a alguien que le estaba enseando todo lo que necesitaba para vivir, tena un pequeo amigo al que dar gran amor. E incluso su enamorado de adolescencia haba resurgido del pasado y la llamaba por telfono. Pero nada de eso le bastaba, porque el corazn se le haba sublevado y la empujaba a entregarse a los brazos de Luca. Intua que eso no era posible. No pensaba que pudiera estar casado o comprometido, pero algo no poda explicarlo racionalmente le deca que aquel anhelo era irrealizable. De hecho, esa misma tarde al llegar a casa haba intentado expresar en un haiku todo lo que senta, pero el papel continuaba tan blanco como cuando l se lo haba entregado. Mientras meditaba todo eso, pas junto al bazar de los nios y uno de ellos le record: Dijiste que tenas algo para darnos. Dentro de una hora cerramos la tienda y ya no abrimos hasta el mes que viene. Tienes razn dijo Iris revolviendo el pelo al pequeo vendedor. Si queris subir a casa, os dar unas cuantas cosas para ampliar vuestro bazar. Yo quiero subir! exclam la nia. Sus dos socios dijeron lo mismo y todos se enzarzaron en una discusin sobre quin deba quedarse al frente del negocio mientras el resto suba al apartamento. Pirata vigilar vuestro bazar dijo Iris. Aunque su nombre no inspire confianza, seguro que ser un buen guardin. Gomo si hubiera comprendido perfectamente la naturaleza de la misin, el perro se sent acto seguido sobre una alfombra, entre los juguetes, y emiti un par de ladridos como aviso para los posibles ladrones.

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Convencidos con aquel vigilante de corta estatura, a continuacin los tres nios subieron muy alegres hasta el apartamento. Al abrir la puerta y encender las luces, Iris se sinti como si viera todas aquellas cosas despus de mucho tiempo. Siguiendo la filosofa de los haikus, se pregunt cmo poda reducir a su esencia lo que guardaba en el piso, qu cosas sumaban valor a su vida y qu otras lo restaban. Buena parte de lo que adornaba la casa haba pertenecido a sus padres, que ya no necesitaban nada, y slo se converta para Iris en un ancla que no le permita abandonar el puerto del dolor. Podis llevaros lo que os guste. De hecho, voy a deshacerme de casi todos esos recuerdos dijo ella tomando una resolucin. Tras dudar un rato, la nia se llev una reproduccin en metal de la Torre Eiffel, ciudad donde la familia haba viajado unas Navidades ya remotas. El nio pecoso escogi una vieja flauta que el padre de Iris haba tocado cuando ella era pequea. El otro se qued con un ostentoso estuche que contena un juego de cartas con el que la madre haca solitarios. Curiosamente, se sinti aliviada al ver cmo se llevaban aquellos objetos que tantos recuerdos encerraban. Y se dijo que en breve hara una limpieza de su pasado hasta dejar slo aquello que la ayudara a vivir. Tras bajar a buscar a Pirata, regres con l al apartamento y le sirvi agua fresca y pienso como premio por su valiente vigilancia. Sac de la nevera el primer yogur que encontr y se sent en el sof con el papelito en blanco en una mano y el lpiz en la otra. El haiku se resista a nacer.

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Un presente interminable

Mi

vida no tiene ninguna importancia, te lo aseguro dijo Luca, que aquella tarde de viernes pareca, por primera vez, tener prisa. T sabes muchas cosas de m le recrimin Iris. Ms de las que conoce ninguna otra persona en el mundo. Es justo, por lo tanto, que yo tambin quiera saber algo de tu vida. Me temo que te decepcionara. Eso debo decidirlo yo, no crees? Luca asinti, dndole la razn. Ella prosigui: Muy bien, entonces, quiero saber en qu trabajas. Ahora mismo estoy de vacaciones. Vacaciones? En enero? Digamos que llevaba mucho tiempo sin tomarme unos das para m. Vives cerca? Vivo aqu! O es que no me encuentras siempre en el caf? Iris frunci los labios en una mueca: Te estoy hablando en serio. No quieres decirme si vives en el barrio? Tuve un pequeo restaurante cerca de aqu. El Gapolini. Ahora ya no existe. Gapolini. Qu significa? Es mi apellido. El caso es que me suena. Tal vez cen all alguna vez. Dnde estaba? Eso ya no importa. Y qu ocurri para que lo cerraras? Me reclamaron en otra parte. Se hizo un silencio compartido. Iris comprendi: Por qu no te gusta hablar de ti?

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Ya te lo he dicho: te decepcionara. Y lo ltimo que deseo es decepcionarte. Iris se qued un instante pensativa antes de sobreponerse a la negativa de Luca y proseguir la conversacin: Es que estamos en la mesa del silencio? No exactamente. Cules son, entonces, las propiedades de la mesa nmero seis? pregunt Iris anhelando la intimidad que haban tenido en das anteriores. Esta es una mesa secreta explic Luca con la mirada algo triste. No estoy autorizado a contarte cul es su magia. Ya lo descubrirs en su momento. Parece que no hay nada hoy que pueda saber. Qu hago entonces contigo? Por qu estamos en este caf polvoriento? Ya sabes: el mejor lugar del mundo es aqu mismo se limit a decir el italiano, que pareca repentinamente incmodo. El comportamiento de Luca presagiaba algo que Iris todava no era capaz de imaginar. Y no era lo nico distinto que haba notado en el caf mgico. Pese a que era un viernes por la tarde, la mitad de las mesas estaban vacas. Adems, tanto el mobiliario como las paredes parecan haber envejecido desde la tarde anterior. Como si les hubieran cado encima varios aos o varias dcadas de golpe. Incluso los cristales que daban a la calle se vean tan rayados que apenas dejaban entrever el exterior. Definitivamente, estaban pasando cosas que Iris no comprenda. Haba algo esencial que se le estaba escapando. Gomo si el ilusionista estuviera al tanto de la situacin, al pasar junto a ella le dio un golpecito carioso en el hombro y le susurr al odo: Recuerda: hay algo que pertenece sobre todo al presente. Este mensaje desconcert todava ms a Iris, que tena la impresin de entender cada vez menos lo que estaba sucediendo. Sin embargo se aferr a lo que le haba dicho el ilusionista para tratar de salvar la tarde. Tienes que ayudarme a encontrar algo empez ella. Por lo que he aprendido hasta ahora, el pensamiento siempre apunta al pasado o al futuro, me equivoco? No te equivocas. Pensar es salir del presente para ir a pescar a las aguas del pasado o del futuro. Sin embargo, la experiencia es siempre presente. Esa es la ecuacin. Est muy bien la teora, pero yo necesito saber qu pertenece sobre todo al presente, de todo lo que vivimos. Comer, por ejemplo?

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Lo dudo. El sabor est en el presente pero, en el acto de comer, la cocina pertenece al pasado y la digestin al futuro. Entonces para vivir el presente hay que encontrar una experiencia tan intensa que no necesitemos proyectarnos hacia delante o hacia atrs. Algo as. Una experiencia que permita detener el tiempo, vivir en un presente interminable. Slo falta saber cul es dijo Iris. Los msticos la buscan desde hace siglos repuso Luca, que pareca muy interesado por lo que Iris dijera a continuacin. Pero ya se sabe cmo somos los humanos continu ella con repentina seguridad. Buscamos lejos lo que tenemos cerca. Tal vez sea la magia de esta mesa, pero yo creo haber descubierto cmo detener el tiempo. De verdad? Ya s qu tipo de magia est sobre todo en el presente. Tras decir eso, Iris tom entre sus manos la cabeza de Luca y acerc la suya hasta que sus labios se encontraron. Aquel primer beso pudo durar segundos o quiz minutos, pero los dos sintieron que se haban sumergido en un presente interminable.

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Cmo escribir un haiku de amor

El sbado al medioda, Iris se levant de la cama con la determinacin de escribir un haiku que entregara a Luca tan pronto como estuviera terminado. Con la ilusin de que el poema sellara el amor que se haba manifestado entre ellos la tarde anterior, tras desayunar frugalmente se sent en la cama a leer un manual que haba conseguido sobre el arte del haiku. Su autor, Albert Liebermann, explicaba que consta de tres versos breves que retratan un determinado instante. Esta forma potica presta atencin a detalles cotidianos, sean de la naturaleza o del entorno urbano del poeta. Tambin puede capturar una emocin o un estado de nimo concreto. El haiku tradicional necesita tener, de acuerdo con el manual, los siguientes elementos: 1 Tres versos no rimados. 2 Su brevedad debe permitir leerlo en voz alta en el tiempo de una respiracin. 2 Preferiblemente, incluir alguna referencia a la naturaleza o a las estaciones del ao. 4 El haiku siempre describe el tiempo presente aunque pueden omitirse los verbos, nunca se proyecta al pasado o al futuro. 5 Debe expresar la observacin o asombro del poeta. 6 Alguno de los cinco sentidos debe estar presente en los versos. Aquello estaba claro, pero no acercaba a Iris a su objetivo, dado que no escriba poesa desde muy pequea. Habra perdido la poesa innata con la que, segn Luca, nacemos todos los humanos? Tras preguntarse esto, sigui leyendo el manual de Liebermann. Al parecer, el arte del haiku aspira a conseguir el grado mximo de

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simplicidad. El poeta debe presentar las pinceladas desnudas, libres de todo artificio o barroquismo. Antes de plasmar sus pinceladas haba cambiado el lpiz por una pluma estilogrfica sobre el papel que le haba dado Luca, Iris ley algunos de los haikus que inclua el libro. Uno de Kito le gust especialmente: El ruiseor unos das no viene, otros viene dos veces. Entre los autores clsicos de este arte, le llamaba la atencin Issa, que haba escrito haikus tan curiosos como este: Se presenta ante el respetable pblico el sapo de este matorral. Iris evoc esta imagen con una sonrisa. Luego volvi a su pluma y a su papel, iluminado por un valiente sol de enero. De repente sinti que todo lo dems sobraba a la hora de escribir un haiku restaba ms que sumaba, as que se quit el pijama y la ropa interior hasta quedar desnuda sobre la cama. Con las piernas cruzadas y el sol como aliado, ahora se senta preparada para dar nacimiento a los versos. Record la definicin que daba el poeta Basho sobre este arte: Haiku es lo que est sucediendo en este lugar y en este momento. Luego pens en Luca y sinti cmo una corriente recorra todo su cuerpo. El estaba ya tan presente en su vida que, desprovista de todo excepto de s misma, lo senta dentro de ella y a la vez tambin fuera. Mientras el sol tibio calentaba su piel, Iris entendi que slo deba retratar con humildad el acto mismo de escribir un haiku a la persona que amaba. Cuando la punta de la estilogrfica se pos finalmente en el papel, sinti que su pulso se aceleraba: La pluma en la derecha. El corazn a la izquierda. Y t por todas partes.

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La sexta mesa

Iris se visti con la ropa ms bonita que encontr en el armario y sali de casa con su modesto haiku en un bolsillo y con el reloj que le haba regalado el mago en el otro. Como todos los sbados al medioda, las calles de su barrio estaban desiertas porque las familias ya se haban reunido alrededor de la mesa. Y ella se dispona a reunirse con quien era, adems de Pirata, su familia y su vida entera. Cruz el puente y al bajar la calle vio con satisfaccin el rtulo del caf, que tena las puertas abiertas. A medida que se acercaba, aminoraba el paso para aumentar la felicidad de entrar en aquel mundo escondido. Sin embargo, al cruzar la puerta vio que todava no haba llegado ningn cliente. Slo el mago se afanaba detrs de la barra. Decidida a esperar la llegada de Luca, Iris examin con la mirada las seis mesas del caf. Ya haba estado en cada una de ellas, as que ahora dudaba en cul deba sentarse. Apoyada en la barra, estuvo un buen rato sin decidirse por ninguna, como si repetir mesa pudiera romper el hechizo de lo que haba vivido en las jornadas anteriores. Hipnotizada por tantos momentos nicos, vivi otro presente interminable sin que nadie ms que ella entrara en el lugar. El ilusionista la vigilaba de reojo mientras iba tomando botellas de las estanteras y las meta en cajas. Luego hizo lo mismo con la vajilla y los vasos. Tras despertar de su ensueo, Iris se dio cuenta de que el mago estaba retirando todo aquello que daba sentido al bar, que muy pronto se convertira en un cascarn vaco. Cierra el local? No hay ms remedio dijo el hombre. Pero, por qu? No faltan clientes. El nmero de clientes no es importante. Lo importante es lo que los clientes buscan aqu.

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Confusa por lo que acababa de escuchar, Iris sac el reloj de su bolsillo y dijo: No funciona. Es una lstima, porque es muy bonito. S que funciona. Aunque no lo hace del modo en que t esperas repuso el hombre, que ahora pareca ms anciano que antes, mientras cerraba una de las cajas. De pronto, a Iris la invadi un sentimiento de fugacidad, de tristeza por no ser capaz de retener nada de lo que ocurra a su alrededor. Nunca me ha dicho su nombre dijo ella. El mago se detuvo, como si necesitara pensar para acordarse de cmo se llamaba. El nombre de un mago no es importante. Lo que cuenta es que la funcin merezca la pena. Es lo que el pblico retiene, y a nosotros nos queda el aplauso final. Cuando el mago hubo terminado con las cajas, sali de la barra y se encontr frente a frente con la mirada interrogativa de su nica cliente, que pareca dispuesta a no moverse de all. La mir con cierta compasin antes de decirle: Es intil que le espere. No vendr. Por qu? pregunt Iris repentinamente asustada. La de ayer era la mesa de las despedidas. Quienes la ocupan no vuelven a encontrarse jams.

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SEGUNDA PARTEEl tictac de la vida

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Un ro de tristeza que corre hacia el ocano

De vuelta a casa, Iris no dejaba de pensar en Luca, que por primera vez no haba aparecido. Estaba enfadada a pesar de que no haba ninguna razn para ello: al fin y al cabo, no se haban citado. Pero tampoco lo haban hecho los otros das y, sin embargo, l siempre haba estado esperndola. Para ella era mucho ms fcil comprender las razones de su tristeza: aunque le costara reconocerlo, la sola idea de no volver a ver a Luca se le haca del todo insoportable. Vag un rato por las calles desiertas de su barrio. Ahora la luz del sol ya no le pareca tan alegre como antes, y el silencio de primera hora de la tarde le pareca opresivo. Lo primero que hizo al regresar a casa, tras atender a los brincos de alegra de Pirata, fue quitarse el abrigo y encerrarse en el cuarto de bao. Necesitaba relajarse con una ducha bien caliente. Y tambin llorar. Llorar en la ducha era una costumbre que haba adquirido de adolescente, cuando se senta incomprendida por sus padres. La adolescencia pas, pero la costumbre se haba quedado con ella para siempre. Iris se dispuso a cumplir con su viejo ritual contra la desesperacin: abri el grifo, esper a que se calentara el agua y se coloc justo debajo del chorro de la ducha, con los ojos cerrados y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo. Permaneci all durante un buen rato, pensando en toda su tristeza, que en aquel momento se estaba escapando por el desage, como un ro que corre derecho hacia el mar. Imagin que cuando su tristeza llegara a los ocanos del mundo, todas las razas marinas que tropezaran con ella se sentiran de pronto un poco ms desgraciadas.

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Fue as, imaginando a centenares de ballenas deprimidas, a miles de medusas, delfines, focas, todos tristes por su culpa, que consigui volver a sonrer, aunque slo tmidamente. Si Luca supiera en qu estoy pensando me tomara por loca, se dijo justo un instante antes de cerrar el grifo. Pero tena cosas que hacer. La ducha arrastratristezas haba dado resultado, porque senta que haba llegado la hora de las decisiones. Se puso los pantalones de algodn que siempre llevaba para andar por casa, consult su agenda y marc el nmero de telfono de una inmobiliaria del mismo barrio. Al escuchar una voz que respondi a su llamada se dio cuenta de que era muy extrao que trabajaran en sbado. Pens que no iba a encontrar a nadie dijo, asombrada. Llevo aqu pocas semanas. An no puedo permitirme librar los sbados. Se hizo un silencio incmodo, que rompi la desconocida: Puede llamarme ngela, en qu puedo ayudarla? Quisiera vender mi piso. Nunca hubiera imaginado que l