el matadero .,análisis echeverría

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Byron Hernández Sánchez. Literatura en América Latina 1. Echeverría, El matadero, pp. 16 y 8: “La sala de la casilla tenía en su centro una grande y fornida mesa de la cual no salían los vasos de la bebida y los naipes sino para dar lugar a las ejecuciones y torturas de los sayones federales del matadero. Notábase, además, en un rincón, otra mesa chica con recado de escribir y un cuaderno de apuntes y porción de sillas entre las que resaltaba un sillón de brazos destinado para el juez. Un hombre, soldado en apariencia, sentado en una de ellas, cantaba al son de la guitarra la resbalosa, tonada de inmensa popularidad entre los federales, cuando la chusma, llegando en tropel al corredor de la casilla, lanzó a empellones al joven unitario hacia el centro de la sala.” Lo que llama la atención en primer lugar son las características del espacio. Este lo vemos, lo imaginamos como un sitio donde el vicio, los excesos son lo que le da vida a este lugar. Sin duda es una característica que atribuye Echeverría a los federales: el ser un montón de

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Análisis, Esteban Echeverría,UNAM,2015,Literatura en América Latina 1

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Page 1: El Matadero .,análisis Echeverría

Byron Hernández Sánchez. Literatura en América Latina 1.

Echeverría, El matadero, pp. 16 y 8:

“La sala de la casilla tenía en su centro una grande y fornida mesa de la cual

no salían los vasos de la bebida y los naipes sino para dar lugar a las

ejecuciones y torturas de los sayones federales del matadero. Notábase,

además, en un rincón, otra mesa chica con recado de escribir y un cuaderno

de apuntes y porción de sillas entre las que resaltaba un sillón de brazos

destinado para el juez. Un hombre, soldado en apariencia, sentado en una de

ellas, cantaba al son de la guitarra la resbalosa, tonada de inmensa

popularidad entre los federales, cuando la chusma, llegando en tropel al

corredor de la casilla, lanzó a empellones al joven unitario hacia el centro de

la sala.”

Lo que llama la atención en primer lugar son las características del espacio. Este

lo vemos, lo imaginamos como un sitio donde el vicio, los excesos son lo que le da

vida a este lugar. Sin duda es una característica que atribuye Echeverría a los

federales: el ser un montón de vagos, bárbaros corrompidos sin cultura alguna,

atribuciones lógicamente contrarias a lo que es un unitario, o sea, una persona

culta, ocupada. En segundo lugar es el nominativo de sayones que menciona

Echeverría. Este sigue el hilo irónico que tiene el cuento sobre usar elementos

religiosos, ya que un sayón era un verdugo de la Edad media, podemos percibir de

nuevo esta caracterización que hace Echeverría de sus enemigos al tratarlos de

salvajes pero usando este elemento religioso. La tercera cosa es lo que canta el

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hombre, “el soldado en apariencia”. La resbalosa debía su nombre a las torturas

aplicadas a los unitarios u opositores de Rosas donde el cuerpo ya cercenado

resbalaba con su propia sangre. Sin duda esta práctica para Echeverría

homogenizaba a los unitarios, ahora encasillados como sádicos, gentes barbáricas

que disfrutaban y hasta componían canciones sobre esta práctica. Por último, la

perpetua identificación de chusma, siempre llegando a montones, alebrestados

con esa fijación en el morbo y en el regocijo con el espectáculo de sangre.

“La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo en

mano, brazo y pecho desnudos, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y

rostro embadurnado de sangre. A sus espaldas se rebullían , caracoleando y

siguiendo los movimientos, una comparsa de muchachos, de negras y

mulatas achuradoras, cuya fealdad trasuntaba las harpías de la fábula, y,

entremezclados con ellas, algunos enormes mastines olfateaban, gruñían o

se daban de tarascones por la presa”.

A la mitad del cuento tenemos en primer plano el arquetipo de salvajismo, un

gaucho que representa el ansia por ver sangre, donde juega un papel de guía en

esta algarabía donde la muchedumbre se arremolina por ver el espectáculo de

vísceras. En segundo plano aparece el gentío, ahora tenemos en escena esta

sociedad opuesta a los ilustrados, donde la narración nos lleva a un lugar parecido

a un basurero, donde habitan criaturas horripilantes similares a los animales que

luchan por la comida y donde se conglomeran todo tipo de personas, mulatos,

negros haciendo de este lugar un sitio de aborrecimiento e ignorancia.