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PRODUCCIÓN EL LITORAL ARGENTINO ® www.ellitoral.com VIERNES, 1 DE AGOSTO DE 2014 EL LITORAL “PARADOJA” EN LA SALA MARECHAL Seres secos en soledad ROBERTO SCHNEIDER E n el bello programa de mano de “Paradoja”, el espectáculo escrito por Nicolás Frontuto estrenado por Proyecto Emigrante en el Foyer del Centro Cultural Provincial y que ahora se puede apreciar en la Sala Marechal del Tea- tro Municipal, la imagen de un cuadro intervenido llama pode- rosamente la atención. Se trata de “El hombre desesperado”, obra del pintor francés Gus- tave Courbet realizada entre 1843 y 1845. Según estudios, es un autorretrato del artista en la imagen de un hombre joven que mira al espectador con desespe- ración e impaciencia, interpe- lándolo. Esa interpelación está presente en este espectáculo que seguramente los jóvenes disfrutarán maravillosamente por el cruce perfecto de varios lenguajes que contiene. Cabe recordar aquí que lo específico del teatro es participar de una zona de lo sagrado, en la que no puede incursionar ningu- na otra disciplina artística. El lugar donde finalmente sucede el hecho dramático es la mente del especta- dor; allí se transforma en vivencia. El espectador se siente en cierta forma testigo de lo que ocurre y esa vivencia pasa a formar parte de su experiencia de vida. El dra- maturgo oficia con su obra como disparador. Escribe algo que está en el aire y que atrae su interés personal. Pero, si es portador de la cultura de su propia sociedad, va a coincidir necesariamente con el interés de otros. Los sueños permiten elaborar lo que no se sabe, lo que no se ha podido pensar, lo que se teme. El teatro expresa lo que está antes del pensamiento, lo que políticos o filósofos todavía no pueden racionalizar. El concepto de tea- tralidad -tan difícil de definir- no pasa sólo por la estructura del texto ni por el uso de los recursos técnicos. Está dado por una per- cepción sensible de la intensidad del conflicto, del valor adecuado de la palabra y del silencio, del lugar del gesto y del lenguaje del cuerpo. “Paradoja” es una pieza dedi- cada a investigar una teatralidad basada en lo corporal, lo visual, el hecho sonoro y la actuación. Desde la textualidad, Frontuto habla de la lucha por el espacio propio casi como una metáfora de la lucha por la identidad. En un escenario fantástico, con una escenografía reveladora de un espacio específico que marca el territorio de las acciones, se presentan cuatro seres que bien podrían ser humanos, pero que también podrían no serlo, quie- nes viven su existencia casi en completo mutismo hasta que se largan a hablar y a nuestro len- guaje debe agregarse otro. La ropa que visten los per- sonajes (excelente trabajo de Fernanda Gonzalvez -que mix- tura a la perfección diseño y materiales-, a cargo también de los exquisitos maquillajes) adquiere carácter protagónico, del mismo modo que la ilumi- nación de Oscar Heit; la música de Pablo Minen, Esteban Man- narino y el mismo Frontuto, de sonoridades precisas y muy bellas. La película que refuerza el contenido y tiene una exce- lente realización y contenido, lleva la firma de Patricio Agusti. Otro punto alto del espectá- culo son las sólidas actuaciones de la bellísima Lucía Bonanzea, con estupendo manejo corporal como todos sus compañeros; Sofía Mansor, de fuerte presen- cia escénica; Lucía González, de buenos desplazamientos y hermosa voz; Ignacio Brasesco, un actor comprometido con su personaje y Nicolás Frontuto, seguro y convincente, a cargo también de la dirección gene- ral del espectáculo. Los seres que habitan la escena parecen desconocerse. La presencia del otro (Borges está en esen- cia) los abruma, los sorprende, los angustia, les crea ansiedad; alguno hasta tendrá algún com- portamiento obsesivo. El perfec- cionismo convierte a los movi- mientos de esos seres en una coreografía que tiene su prin- cipal desarrollo en una suerte de composición de danza que puede ser una muestra de poder frente al desconocido, pero tam- bién su arma de seducción. Por momentos, con movi- mientos muy pequeños y sutiles, la agresividad va subiendo de tono hasta que se equipara en lo que termina siendo casi una lucha de iguales. La expresividad de la puesta en escena aporta a “Para- doja” un toque de extrañeza por el que se puede entrar en uno de los niveles narrativos de la pieza. Otro nivel presenta una historia bastante más dramática. El relato va creciendo y cam- biando de tono a medida que todos muestran las fuerzas con las que cuentan y que aportan giros sorpresivos. Ellos mismos establecen un diálogo físico en el que a veces no caben las palabras, pero sí los sonidos de los silen- cios. Lo que bien podría haber terminado con el comienzo de otra historia se vuelve implacable. La imposibilidad de adecuarse y ceder posición frente a la mirada que del mundo tiene el otro no hace más que dejar seres secos de soledad, tanto arriba como abajo del escenario. PROYECTO EMIGRANTE CONCRETA UNA PUESTA EN ESCENA DE ALTOS VALORES ESTÉTICOS, TEATRALES Y MUSICALES. LOS JÓVENES SERÁN QUIENES MÁS DISFRUTARÁN DE UNA TOTALIDAD ENVOLVENTE. FOTO: GENTILEZA PRODUCCIÓN

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PRODUCCIÓN EL LITORAL ARGENTINO ®www.ellitoral.com VIERNES, 1 DE AGOSTO DE 2014EL LITORAL

“PARADOJA” EN LA SALA MARECHAL

Seres secos en soledadROBERTO SCHNEIDER

En el bello programa de mano de “Paradoja”, el espectáculo escrito por

Nicolás Frontuto estrenado por Proyecto Emigrante en el Foyer del Centro Cultural Provincial y que ahora se puede apreciar en la Sala Marechal del Tea-tro Municipal, la imagen de un cuadro intervenido llama pode-rosamente la atención. Se trata de “El hombre desesperado”, obra del pintor francés Gus-tave Courbet realizada entre 1843 y 1845. Según estudios, es un autorretrato del artista en la imagen de un hombre joven que mira al espectador con desespe-ración e impaciencia, interpe-lándolo. Esa interpelación está presente en este espectáculo que seguramente los jóvenes disfrutarán maravillosamente por el cruce perfecto de varios lenguajes que contiene.

Cabe recordar aquí que lo específico del teatro es participar de una zona de lo sagrado, en la que no puede incursionar ningu-

na otra disciplina artística. El lugar donde finalmente sucede el hecho dramático es la mente del especta-dor; allí se transforma en vivencia. El espectador se siente en cierta forma testigo de lo que ocurre y esa vivencia pasa a formar parte de su experiencia de vida. El dra-maturgo oficia con su obra como disparador. Escribe algo que está en el aire y que atrae su interés personal. Pero, si es portador de la cultura de su propia sociedad, va a coincidir necesariamente con el interés de otros.

Los sueños permiten elaborar lo que no se sabe, lo que no se ha podido pensar, lo que se teme. El teatro expresa lo que está antes del pensamiento, lo que políticos o filósofos todavía no pueden racionalizar. El concepto de tea-tralidad -tan difícil de definir- no pasa sólo por la estructura del texto ni por el uso de los recursos técnicos. Está dado por una per-cepción sensible de la intensidad del conflicto, del valor adecuado de la palabra y del silencio, del lugar del gesto y del lenguaje del cuerpo.

“Paradoja” es una pieza dedi-cada a investigar una teatralidad basada en lo corporal, lo visual, el hecho sonoro y la actuación. Desde la textualidad, Frontuto habla de la lucha por el espacio propio casi como una metáfora de la lucha por la identidad. En un escenario fantástico, con una escenografía reveladora de un espacio específico que marca el territorio de las acciones, se presentan cuatro seres que bien podrían ser humanos, pero que también podrían no serlo, quie-nes viven su existencia casi en completo mutismo hasta que se largan a hablar y a nuestro len-guaje debe agregarse otro.

La ropa que visten los per-sonajes (excelente trabajo de Fernanda Gonzalvez -que mix-tura a la perfección diseño y materiales-, a cargo también de los exquisitos maquillajes) adquiere carácter protagónico, del mismo modo que la ilumi-nación de Oscar Heit; la música de Pablo Minen, Esteban Man-narino y el mismo Frontuto, de sonoridades precisas y muy

bellas. La película que refuerza el contenido y tiene una exce-lente realización y contenido, lleva la firma de Patricio Agusti.

Otro punto alto del espectá-culo son las sólidas actuaciones de la bellísima Lucía Bonanzea, con estupendo manejo corporal como todos sus compañeros; Sofía Mansor, de fuerte presen-cia escénica; Lucía González, de buenos desplazamientos y hermosa voz; Ignacio Brasesco, un actor comprometido con su personaje y Nicolás Frontuto, seguro y convincente, a cargo también de la dirección gene-ral del espectáculo. Los seres que habitan la escena parecen desconocerse. La presencia del otro (Borges está en esen-cia) los abruma, los sorprende, los angustia, les crea ansiedad; alguno hasta tendrá algún com-portamiento obsesivo. El perfec-cionismo convierte a los movi-mientos de esos seres en una coreografía que tiene su prin-cipal desarrollo en una suerte de composición de danza que puede ser una muestra de poder

frente al desconocido, pero tam-bién su arma de seducción.

Por momentos, con movi-mientos muy pequeños y sutiles, la agresividad va subiendo de tono hasta que se equipara en lo que termina siendo casi una lucha de iguales. La expresividad de la puesta en escena aporta a “Para-doja” un toque de extrañeza por el que se puede entrar en uno de los niveles narrativos de la pieza. Otro nivel presenta una historia bastante más dramática.

El relato va creciendo y cam-biando de tono a medida que todos muestran las fuerzas con las que cuentan y que aportan giros sorpresivos. Ellos mismos establecen un diálogo físico en el que a veces no caben las palabras, pero sí los sonidos de los silen-cios. Lo que bien podría haber terminado con el comienzo de otra historia se vuelve implacable. La imposibilidad de adecuarse y ceder posición frente a la mirada que del mundo tiene el otro no hace más que dejar seres secos de soledad, tanto arriba como abajo del escenario.

PROYECTO EMIGRANTE CONCRETA UNA

PUESTA EN ESCENA DE ALTOS VALORES

ESTÉTICOS, TEATRALES Y MUSICALES. LOS

JÓVENES SERÁN QUIENES MÁS DISFRUTARÁN

DE UNA TOTALIDAD ENVOLVENTE.

FOTO: GENTILEZA PRODUCCIÓN