El imperio de los sentidos

Director: Nagisa Oshima

Sada se encamia a prestar sus servicios a un hotel, donde conoce a Kichi, dueño lugar. Al

principio, Kichi es quien muestra su deseo por Sada, la desea y ella cede, poco a poco va

descubriendo que Sada es quien toma el control de la relación.

Al inicio de la película, Sada deja que un viejito la vea, presentando que ella tiene lo que él

desea. Más tarde, con Kichi, la sensibilidad que el manifiesta por tener relaciones sexuales

se acrecienta, a tal grado de que prácticamente todo el día pasan en prácticas sexuales,

todas ellas ya iniciadas por Sada, incluso cuando duermen.

El deseo de Sada no se ve saciado, puesto que incluso cuando duerme Kichi, Sada se

entretiene con el pene de este. Poco a poco las tendencias cambian y Sada llega a amenazar

a Kichi con un cuchillo diciéndole que si se acuesta con otra mujer lo matará. Kichi no

parece molesto ni inseguro, y le dice que no se preocupe, que será fiel. Esta conducta de

Sada llega al límite cuando ella estrangula a Kichi porque así parece que su erección dura

más tiempo, a la vez que da más placer.

Kichi se presenta a lo largo de la película como sumiso, acepta los mandatos en las

relaciones sexuales con Sada y parece tolerar también sus actitudes posesivas. Pudiera

tratarse de un neurótico obsesivo, puesto que no tiene dicto sino el complacer a Sada. Por

otra parte, Sada manifiesta su perversión al querer ser uno con Kichi, al no buscar el placer

en las relaciones sino buscar ir más allá del límite. Sada termina por amputarle el miembro

a Kichi, tal como lo había dicho y deseado, revelando que su pensamiento incluso lo lleva

al acto, no importando la otra persona, puesto que es a favor de su goce.