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www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá D. C., n.º 163, domingo 10 de febrero de 2013 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 4 24 El León de Greiff, 40 años como ícono de la cultura en el país América Latina ha reinventado la democracia Entrevista 20 Abejas silvestres mejoran los cafetales Ciencia 15 Nuevo procedimiento reduciría sífilis congénita Salud 13 3 Seguridad en el Gran Caribe estará a prueba tras fallo de La Haya Internacional El futuro del campo en manos de la paz El Foro Agrario, que tuvo lugar en diciembre pasado con el apoyo de la Universi- dad Nacional de Colombia y las Naciones Unidas, logró volver a centrar la mirada del país en el campo. Las reflexiones que allí surgieron son relevantes no solo para las negociaciones de paz en La Habana, sino para que toda la sociedad colombiana recuerde su esencia rural. La reivindicación de las familias del campo como generadores de calidad de vida en las ciudades, fruto de su esfuerzo, trabajo y sufrimiento, es la tarea pendiente que tiene la sociedad colombiana. El futuro del campo en manos de la paz Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios El Auditorio principal de la UN, monumento nacional de Colombia, cumple cuatro décadas concentrando la formación académica, científica y cultural del país. En la actualidad es uno de los principales recintos musicales de América Latina.

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www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D. C., n.º 163, domingo 10 de febrero de 2013

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

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El León de Greiff, 40 años comoícono de la cultura en el país

América Latinaha reinventado la democracia

Entrevista20Abejas silvestresmejoranlos cafetales

Ciencia15Nuevo procedimiento reduciría sífilis congénita

Salud133Seguridad en el Gran Caribe estará a prueba tras fallo de La Haya

Internacional

El futuro del campo en manos de la paz

El Foro Agrario, que tuvo lugar en diciembre pasado con el apoyo de la Universi-dad Nacional de Colombia y las Naciones Unidas, logró volver a centrar la mirada del país en el campo. Las reflexiones que allí surgieron son relevantes no solo para las negociaciones de paz en La Habana, sino para que toda la sociedad colombiana recuerde su esencia rural.

La reivindicación de las familias del campo como generadores de calidad de vida en las ciudades, fruto de su esfuerzo, trabajo y sufrimiento, es la tarea pendiente que tiene la sociedad colombiana.

El futuro del campo en manos de la paz

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El Auditorio principal de la UN, monumento nacional de Colombia, cumple cuatro décadas concentrando la formación académica, científica y cultural del país. En la actualidad es uno de los principales recintos musicales de América Latina.

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163 10 de febrero de 2013

Director: Jaime Franky RodríguezCoordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán

Comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarria Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colon,André N. Roth, Juan Álvaro Echeverri, Álvaro Zerda

Diseño y diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Fernando Gaspar Dueñas y Sandra Uribe Pérez Gestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

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Mujer rural,en el círculo invisibleDesde 1995, cuando se promulgó la Declaración de Beijing para promover la igualdad, el desarrollo y la paz de todas las mujeres del planeta, es poco lo que se ha hecho por materia-lizar sus derechos. Las habitantes del campo son las que más sufren por la inequidad de género.

Patricia Jaramillo,Departamento de Sociología Coordinadora del Semillero

de Investigación en Desarrollo RuralUniversidad Nacional de Colombia

En Colombia, las mujeres ru-rales se enfrentan a la invisibiliza-ción de su actividad productiva, al despojo, al desplazamiento y a la violencia sexual, que se incre-menta en las regiones de conflicto armado.

Desde 1995, con la Declara-ción de Beijing, se resalta la re-lación entre mujer y pobreza: “la pobreza de la mujer está directa-mente relacionada con la ausencia de oportunidades, de autonomía económica, de acceso a educa-ción, de servicios de apoyo y de recursos económicos (incluido el crédito, la propiedad de la tierra y el derecho a la herencia), así como con su mínima participación en el proceso de adopción de deci-siones”.

Según la socióloga Magdalena León y la economista Carmen Dia-na Deere (expertas en estudios de género): “la plataforma de Beijing resaltó claramente la importancia de que la mujer posea y controle la tierra: no solo para volverla más productiva, sino también como un derecho económico indispensable para su bienestar y para otorgarle autonomía económica e indepen-dencia”.

La principal discusión sobre el derecho de las mujeres a la tierra se relacionó con la violencia con-tra la mujer. Se consideró que el acceso a los recursos resulta esen-cial para aumentar su capacidad negociadora.

Rol vital en el campo

En América Latina y el Cari-be, las mujeres constituyen casi la mitad de la población en las áreas rurales y cumplen un papel fun-damental, aunque invisible, en la producción y provisión de la segu-ridad y la soberanía alimentaria.

En esta tarea, han dado mues-tras de disponer de grandes recur-sos y han desarrollado estrategias de subsistencia para alimentar a sus hijos e hijas y a sí mismas, en las condiciones de pobreza y extrema pobreza que prevalecen en las zonas rurales de la región. Del mismo modo, han transmitido conocimientos ancestrales sobre los recursos fitogenéticos, de ge-neración en generación, y así han mantenido el cultivo de las varie-dades endémicas.

Todo esto, al tiempo que son afectadas por las consecuencias del comercio internacional, los megaproyectos en función de la extracción de recursos minero-energéticos (o, mejor, saqueo de bienes comunes) y el conflicto ar-mado, en el caso colombiano.

Diversas investigaciones se-ñalan que todas las mujeres que están en edad de trabajar, además de las niñas y las ancianas (que

En la medida en que las mujeres predominan en la esfera de la reproducción social, ven limitadas sus oportuni-dades de acceso al trabajo remunerado y a participar en los procesos de decisión, tanto en el ámbito público como privado.

no hacen parte de la denominada población económicamente ac-tiva) contribuyen a la actividad económica mediante su vincula-ción directa al mercado de fuerza de trabajo, principalmente para la agroindustria.

Ellas participan tanto en el mantenimiento de los huertos fa-miliares, que proveen de alimen-tos a los hogares, como en algunas de las etapas del ciclo productivo agropecuario: la preparación de alimentos para obreros y jornale-ros; la cría y levante de animales menores; y, desde sus casas, la venta de productos, entre otras actividades.

Sin embargo, su trabajo es in-visibilizado, bien por los criterios e instrumentos empleados para clasificar y medir las actividades económicas productivas, o bien por la percepción que ellas mis-mas tienen de su trabajo. Esto se constituye en uno de los más im-portantes obstáculos para la igual-dad de oportunidades de género y para que el aporte que ellas ha-cen a la economía sea visibilizado, pensado y dimensionado.

Poca o nula remuneración

Según el cuaderno del Infor-me de Desarrollo Humano del 2011 “Mujeres rurales gestoras de esperanza”, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarro-llo (PNUD), las estadísticas sobre la participación de la mujer en la agricultura son subestimadas: “El 31,3% de las trabajadoras agrícolas son consideradas ayudantes fami-liares sin salario, y las actividades que ellas realizan en la parcela, en muchas ocasiones, no son re-portadas como trabajo. Ellas de-sarrollan, además, actividades en el terreno doméstico, productivo y comunitario”.

En la medida en que las muje-res predominan en la esfera de la reproducción social, ven limitadas sus oportunidades de acceso al trabajo remunerado y a participar en los procesos de decisión –tanto en el ámbito público como priva-do–; de tal suerte que se restringe el desarrollo de sus capacidades y,

en consecuencia, se condiciona la obtención de logros.

En los hogares, la desigualdad de género en la distribución de los recursos, el acceso a la propiedad de la tierra, la toma de decisiones y la asignación de tareas es más la regla que la excepción.

Adicionalmente, es un hecho que, en las zonas afectadas por el conflicto armado, las mujeres se han convertido en botín de gue-rra y en víctimas de los diferentes actores. Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, en el año 2009 se elaboraron 287 infor-mes parciales por delito sexual en personas campesinas. De estos, 38

corresponden a hombres y 249, a mujeres, lo que demuestra su si-tuación de vulnerabilidad.

Según cifras del año 2011 de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), de los 5,2 millones de campesinos desplazados en Co-lombia, entre 1985 y 2010, el 52,3% son mujeres y el 47,7%, hombres.

Han pasado más de diecisie-te años desde que se reconoce la situación de las mujeres rurales, y aún no hay políticas que demues-tren un interés en proporcionar bienestar a esta población. Es hora de darles el reconocimiento y las oportunidades que se merecen.

Sociedad

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Seguridad en el Gran Caribeestará a prueba tras fallo de La Haya

La lucha contra el narcotráfico podría com-plicarse por no haber existido en los últimos años una labor de interdicción conjunta entre Colombia y Nicaragua. Los criminales aprovecharían los menores controles y la confusa situación militar y de soberanía.

Silvia Mantilla,Profesora de Relaciones Internacionales

Universidad Nacional de Colombia en el Caribe

El fallo de la Corte Internacio-nal de Justicia de La Haya sobre el diferendo limítrofe entre Co-lombia y Nicaragua tendrá serias implicaciones en materia de segu-ridad tanto para el Archipiélago de San Andrés como para los países caribeños que rodean las exten-sas áreas marítimas que le fueron adjudicadas al país centroameri-cano.

Por su ubicación geográfica, la región del Gran Caribe se constitu-ye en un corredor natural de tráfi-co de drogas ilícitas entre los paí-ses productores y consumidores (en especial de la cocaína que se produce en América Latina), que llegó a calcularse en 85 billones de dólares para el año 2009. En el marco de esta dinámica, el Caribe colombiano opera como zona de tránsito de los estupefacientes que salen hacia los mercados estado-unidense y europeo.

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina tiene un papel específico en esta cadena: el abastecimiento de combustibles a las embarcaciones cargadas de alcaloides, que se dirigen hacia las costas centroamericanas o hacia el Caribe insular.

Los cargamentos zarpan desde cualquier parte del litoral atlántico del país, especialmente de Cartagena, la Guajira, Coveñas y el Golfo de Morrosquillo. Una vez en medio del mar –a 10 o 15 millas náuticas del territorio insular–, lle-gan lanchas rápidas (go fast), de tres o cuatro motores fuera de bor-da, o pequeños barcos pesqueros de San Andrés.

El clorhidrato de cocaína y la marihuana también llegan por vía aérea a las islas, a través de los vuelos comerciales y de la mano de viajeros o turistas involucrados en el negocio. Lo común es traer cargamentos de 25 o 30 kilos, cada uno, hasta reunir uno de 300 kilos. A este fenómeno se suma un flujo considerable de armamento ilegal desde y hacia el mar Caribe y Cen-troamérica.

Labor institucional

En las últimas décadas, el in-cremento de las fuerzas armadas de Colombia en las islas (Armada Nacional, Fuerza Aérea y Policía Nacional) permitió un control más efectivo del tráfico de drogas en la totalidad del espacio aéreo y marí-timo que conformaba el Archipié-lago hasta hace un par de meses.

La nueva delimitación fron-teriza, que despoja al país de gran parte del mar por donde el narco-tráfico ha sido más dinámico (las rutas San Andrés-Nicaragua y San Andrés-Honduras), supone que Nicaragua y sus vecinos se verán afectados. La ruta que cubre el Ca-ribe insular desde San Andrés has-ta Jamaica, República Dominicana o Puerto Rico tendría un impacto igualmente previsible sobre estas islas del Caribe.

Especialmente, Costa Rica,

En el Caribe occidental, el control del tráfico de drogas ha estado, en gran medida, en manos de las fuerzas armadas colombianas, dada su capacidad operativa.

Honduras y Jamaica tendrán que redoblar esfuerzos, desarrollar to-da una estrategia de control de ese comercio ilícito y disponer de los recursos militares y operativos necesarios para enfrentar la ame-naza.

Nicaragua no cuenta con los recursos militares y de control su-ficientes para enfrentar el flagelo del narcotráfico en el mar. Además, enfrenta problemas de orden in-terno que se verían incrementados por la nueva situación geopolítica. Tal es el caso de las bandas crimi-nales nicaragüenses y, en gene-ral, de las bandas en Honduras, El Salvador y Guatemala, que po-drían aprovechar el nuevo escena-rio de más mar y tráfico sin con-trol.

Por su parte, las organizacio-nes criminales que trafican desde San Andrés encontrarían, a me-diano plazo, un contexto propicio para continuar con su paso por la ruta Caribe, debido a los menores controles y a la confusa situación militar y de soberanía que se prevé en la zona, una vez que Nicaragua comience a ejercer oficialmente la soberanía en las áreas marítimas adjudicadas.

La situación se agrava al no haber existido en los últimos años una labor de interdicción conjunta entre Colombia y Nicaragua. En

la zona, Estados Unidos opera co-mo principal intermediario en el control de este negocio ilegal. Los buques de la marina y los guarda-costas estadounidenses, en coor-dinación con la Armada Nacional, navegan en aguas colombianas fuera de las 12 millas que delimita la ley internacional del mar, en donde está permitido el tránsito de otras banderas.

La constante injerencia de Es-tados Unidos en el control de los problemas de seguridad a nivel regional y el congelamiento de las relaciones diplomáticas entre Co-lombia y Nicaragua en la última década auguran una mayor difi-cultad para asumir la amenaza de manera cooperativa.

Otras amenazas

El reto de mayor envergadura para Colombia y los demás países gran caribeños es el de la seguridad humana. Asuntos como el cambio climático, las problemáticas am-bientales, los flujos migratorios, la pobreza y los desastres naturales que azotan duramente a la región requieren de un posicionamiento cada vez mayor en las respectivas agendas de seguridad nacionales y regionales.

Las actuales amenazas a la seguridad en el Caribe –en su di-

mensión militar y humana– son de carácter transnacional y, por tanto, requieren de una respuesta conjunta. El reciente fallo de La Haya endurece las posiciones de soberanía de los países y debilita el interés en los temas de trans-nacionalismo y cooperación, que resultan vitales para la seguridad de los habitantes de la región.

Surgen así varias preguntas que deben ser resueltas con la ma-yor seriedad. ¿Qué implicaciones reales tendrá para Colombia, y es-pecíficamente para el Archipiélago de San Andrés, la nueva delimita-ción fronteriza en materia de segu-ridad? ¿Qué papel seguirá jugando Colombia en el control del narco-tráfico en el mar Caribe y a qué debería apostarle en términos de seguridad humana? ¿Cómo puede el Archipiélago liderar un proyecto de seguridad humana para todo el Gran Caribe basado en la experien-cia acumulada con la Reserva de Biósfera Seaflower?

Se requiere de un proyecto de largo plazo que reactive las rela-ciones de Colombia con los países del Gran Caribe, que abogue por procesos de vecindad, integración y cooperación y, sobre todo, que incluya a las comunidades fronte-rizas directamente afectadas por las amenazas a la seguridad en sus diversas dimensiones.

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El futuro del campoen manos de la paz

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El Foro Agrario, que tuvo lugar en diciembre pasado con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia y las Naciones Unidas, logró volver a centrar la mirada del país en el campo. Las reflexiones que allí surgieron son relevantes no solo para las nego-ciaciones de paz en La Habana, sino para que toda la sociedad colombiana recuerde su esencia rural.

Darío Fajardo M.,Integrante del Centro de Pensamiento

y Seguimiento del Proceso de PazUniversidad Nacional de Colombia

El discurso del modelo eco-nómico vigente desde finales del siglo pasado nos ha hecho creer que somos más “urbanos” de lo que realmente somos. Sin embar-go, la “necesidad de la paz” pare-ciera hacer sincerar al país consigo mismo, lo que sin duda conduce a que “lo rural” recupere su pre-sencia y a plantear las primeras preguntas. ¿Por qué “lo agrario”, si estamos hablando de acabar la guerra? ¿Cuál es su relación con el conflicto? ¿Cuáles son las tareas pendientes con respecto al cam-po?

Los antecedentes de esta lar-ga guerra tienen sus raíces en la oposición contra los sectores in-teresados en modernizar al país y transformar las relaciones impe-rantes en el campo, reduciendo el monopolio de la propiedad y mar-chitando la dominación señorial.

La propuesta hizo curso en los idearios de los movimientos agrarios hasta llegar a ser punto de convergencia, pero ha enfrentado las condiciones más adversas. Tan-to es así que es solo en medio de una guerra como el país la puede escuchar de parte de sus víctimas.

Años de violencia no han apa-gado las demandas de moderni-zación y democratización, que fueron retomadas en el reciente Informe Nacional de Desarrollo Humano del Programa de las Na-ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este nos recuerda que “la calidad de vida en las urbes depende del bienestar de quienes habitan en las zonas rurales”.

Poco antes del Foro, las co-misiones de paz del Senado y la Cámara hicieron una extensa con-sulta regionalizada sobre los temas de las conversaciones de paz y en-contraron la misma priorización del tema agrario y de una reforma del sector.

No pueden pasarse por alto estas coincidencias. Sin embargo, los estudios técnicos no han si-do suficientes para lograr que los sectores en el poder reconozcan la trascendencia que tiene para el bienestar del país solucionar los problemas agrarios. La sociedad colombiana difícilmente podrá enfrentar los retos de una crisis mundial sin resolver los conflictos rurales.

Un informe reciente sobre la agricultura latinoamericana y ca-ribeña destaca cómo, a partir de que los aumentos de los precios de los alimentos encendieran las

alarmas sobre la sostenibilidad de la seguridad alimentaria global en 2007 y 2008, “la agricultura ha sido un foco de atención pública”.

Llama la atención que, ante las conversaciones de paz, autores de marcado conservadurismo eco-nómico rescatan las ventajas de la producción campesina frente a los grandes productores. De esta ma-nera, nos encontramos ante una revalorización de la agricultura y, en particular, de la agricultura fa-miliar campesina.

Las propuestas del Foro

Del Foro surgieron propuestas orientadas a modernizar y demo-cratizar nuestro mundo rural: a proveer bienes y servicios básicos, a usar adecuadamente los recursos agroecológicos y a mantener un equilibrio entre lo rural y lo urbano mediante el ordenamiento social y ambiental del territorio.

La reforma agraria integral re-quiere proveer a las comunidades campesinas de tierras, asistencia técnica, crédito, infraestructura de transporte y electricidad.

También exige recuperar y for-talecer los mercados regionales a través de la priorización y ejecu-ción de programas de desarrollo productivo dirigidos a estabilizar a las poblaciones locales.

Asimismo, debe asegurarse el abastecimiento alimentario, de materias primas y productos pro-

cesados para los mercados interno y externo, en condiciones adecua-das de empleo, ingresos y protec-ción del patrimonio ambiental.

De otro lado, se planteó que “las relaciones de índole política entre el Estado y el campesina-do deben tener como punto de partida el reconocimiento político-jurídico del habitante rural como sujeto de derechos ciudadanos y colectivos, desde su diversidad y la de sus comunidades; estos in-cluyen su derecho a la tierra y a su territorio, a la participación y a la representación política plena y au-tónoma, con las correspondientes garantías para su ejercicio”.

Este enfoque tiene alcances en varias dimensiones: de una parte, en el debate sobre el modelo de desarrollo económico; de otra, en la proyección de este modelo sobre las relaciones entre la sociedad y su espacio; en este caso particular, entre las comunidades campesi-nas y sus espacios: el territorio y la tierra.

La propuesta de ordenamien-to supone definir los espacios más adecuados para producir los ali-mentos y organizar a las comuni-dades. En consecuencia, pide que se reconozca la territorialidad de los campesinos, tal como la que tienen y se proponen ampliar los pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes.

Una expresión de esto son las zonas de reserva campesina, que

pueden entenderse como una me-dida para equilibrar y democra-tizar las relaciones sociales; esta-blecer una interlocución pacífica entre el Estado y las comunidades; y crear mecanismos de participa-ción política que les garanticen su autonomía y les permitan parti-cipar en las diferentes instancias de planeación, diseño y ejecución de políticas públicas (articuladas a todos los asuntos que les son propios, incluida la participación efectiva de las mujeres).

Acceso y uso del suelo

Según el DANE, a mediados de la década pasada, las fincas de mayor tamaño dedicaban más del 15% de su superficie a praderas. Abarcaban así el 42% de las tierras ganaderas, pero destinaban solo el 0,8% a usos agrícolas.

A esto se asocia una baja for-malización de la propiedad, lo que ha facilitado la apropiación de ren-tas del suelo, la evasión fiscal, el lavado de dineros del narcotráfi-co y la usurpación de tierras. No es difícil comprender que quienes más se oponen a las reformas del statu quo agrario son quienes más beneficios reciben de él.

Mientras, al igual que otros países de América Latina, Asia y África, Colombia tiende ahora a extranjerizar grandes extensiones de sus tierras agrícolas. Empresas trasnacionales quieren controlar

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Una reforma agraria integral requiere proveer a las comunidades campesinas de tierras, asistencia técnica, crédito, infraestructura de transporte y electricidad.

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estas superficies para destinarlas a la producción de agroexportables, proceso que agrava la concentra-ción de la propiedad rural.

Existe un consenso en las pro-puestas del Gobierno, el conjunto de las organizaciones campesinas presentes en el Foro y el PNUD sobre la necesidad de “eliminar la inequitativa concentración de la propiedad rural” (artículo 162 del proyecto de ley de tierras y desarrollo rural), para ampliar el acceso de los trabajadores agrarios carentes de tierra o con muy bajas disponibilidades de ella, como lo prevé la Constitución.

Para atender estos propósitos, el Gobierno deberá actuar frente a la concentración improductiva de la tierra mediante instrumentos fiscales que la graven de forma efectiva y consistente con las con-diciones agroecológicas. De mane-ra tal que sea posible reasignarla en función de su aprovechamiento para abastecimiento alimentario, la superación de la pobreza y la preservación del patrimonio am-biental.

No se concibe desmantelar agroindustrias ni plantaciones ni implantar formas artesanales de procesamiento y comercializa-ción. Se propone, en cambio, que todos quienes actúan en el proce-so productivo y en su realización sean partícipes de los beneficios.

La sociedad colombiana y su Estado deben asumir el diseño, fi-nanciación y aplicación de instru-mentos del registro catastral y de los gravámenes prediales, que son incentivos positivos y negativos para localizar y desarrollar pro-yectos urbanísticos, industriales, agroindustriales y turísticos.

La restitución de tierras

Ante la magnitud de la usurpa-ción de tierras y el desplazamiento forzado de millones de personas, el Gobierno nacional impulsó la Ley 1448 de 2011 (o ley de víctimas y restitución de tierras). Su propó-sito no solo constituye una obliga-ción constitucional del Estado y de la sociedad, sino que apunta a la viabilidad de esta en su conjunto.

Sin embargo, su aplicación hace evidente que, además de las dificultades derivadas de los re-quisitos técnicos y administrati-vos, los beneficiados por el despo-jo están ejerciendo sus potentes capacidades políticas, armadas y burocráticas para impedir la res-titución.

Como parte de la política pa-ra enfrentar este fenómeno, se ha planteado la titulación masiva de tierras, argumentando que la in-formalidad de las transacciones ha facilitado el despojo.

No obstante, dentro de esta misma política están presentes fi-guras que pueden obstaculizar la restitución, como ocurre con el derecho de superficie y el reco-nocimiento de los “ocupantes de buena fe”, así como con la pre-existencia de derechos en áreas que fueron ocupadas antes de ser declaradas zonas de reserva fores-tal. Esta circunstancia implica la protección del Estado sobre ellas, pero impide que sean las propias comunidades campesinas, indíge-nas y afrodescendientes las que las protejan.

Inquietan, sin embargo, otras consideraciones. De una parte, en condiciones de guerra es explica-ble que una proporción significa-tiva de los desterrados no quieran regresar en las condiciones en las

cuales se produjo su expulsión. De otra, está la insistencia en que la ti-tulación está ligada al propósito de extender la acción del crédito ban-cario a estos productores campe-sinos, que tendría como requisito que los predios puedan constituir garantías crediticias.

Dadas las incertidumbres de la producción agrícola y de su co-mercialización (que son mayores debido a las perspectivas de in-gresos masivos de importaciones de productos subsidiados, gracias a los tratados de libre comercio), será necesario contar con normas que protejan a los productores –que, para empezar, den garan-tías diferentes a los predios de los productores–, así como con tasas efectivas de interés para estos cré-ditos que les aseguren sostenibi-lidad económica a las empresas agrícolas.

La territorialidad campesina

En este marco, ameritan aten-ción especial los territorios campe-sinos. En el país han surgido mo-dalidades de autonomía campe-sina como la de los palenques. En etapas más recientes, el desarraigo forzado de familias y comunidades

ha sido el motor de la expansión de las grandes propiedades y de la formación de una oferta de mano de obra disponible y barata en los mercados laborales rurales y ur-banos.

El aumento de estas presiones ha conducido a grupos de diferen-tes regiones del país a construir una territorialidad propia, surgida de su vida misma: las zonas de reserva campesina. Aquí es fami-liar la imagen de la vereda. Y ¿qué otra cosa son las reservas cam-pesinas que veredas organizadas, en donde se protegen los lazos de familia y amistad, las prácticas del intercambio de semillas, de misas y peregrinaciones, de entierros de parientes y amigos?

En el futuro inmediato son el punto de partida de las reformas agrarias, desde lo local, con cono-cimiento de las tierras y del poder, sin burocracia. Son también una propuesta para organizar y prote-ger a las familias atendidas con la restitución de sus predios.

Esta figura, que tiene antece-dentes legales en el Decreto 1110 de 1928 (por el cual se crearon colonias agrícolas en varias partes del país), fue acogida por la Ley 160 de 1994. Sus potencialidades para blindar a las comunidades de los

riesgos del despojo la han hecho atractiva para los campesinos. Y el propio Gobierno la ha acogido en su proyecto de ley de tierras y desarrollo rural. Puede articularse con otras propuestas de carácter asociativo y cooperativo (rurales y urbanas) que fortalezcan a estos colectivos y viabilicen su enlace con los mercados locales, regiona-les y externos.

Hoy, cuando el movimiento agrario reclama el acatamiento de la ley en materia de fortalecimiento de las reservas campesinas, el Go-bierno bien puede dar por termi-nadas sus señales contradictorias e impulsarlas con gesto amistoso y desprevenido, sin amenazas ni constricciones, a través del acom-pañamiento técnico y la financia-ción de sus proyectos.

Al respecto, el Foro recogió la propuesta de crear un sistema nacional de zonas de reserva cam-pesina, cuyo objetivo estratégico sea contribuir a la reforma agra-ria, al desarrollo sustentable de los territorios campesinos, a la con-servación de la biodiversidad y a la soberanía alimentaría del país, mediante la articulación equitativa entre Estado, comunidades cam-pesinas y empresarios.

El ordenamiento territorial supone definir los espacios más adecuados para producir alimentos y organizar a las comunidades.

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Mauricio Pérez Salazar,Decano de la Facultad de EconomíaUniversidad Externado de Colombia

La crisis de la eurozona es epi-sódica: periodos de calma interca-lados con momentos de pánico. El termómetro son las tasas de interés de la deuda soberana de los países más vulnerables. Cuando los mercados se ponen nerviosos, las tasas se disparan. Hoy estamos todavía lejos de soluciones estruc-turales.

La integración económica de Europa tuvo motivos políticos. Se quería evitar que se repitieran las causas de la Segunda Guerra Mun-dial. Desde la Comunidad del Ace-ro y del Carbón hasta la Unión Eu-ropea, la coalición se amplió (en el número de países) y se profundizó (compromisos cada vez mayores de armonización de política eco-nómica). Su momento cumbre fue la adopción de una moneda única, en 1999, por parte de algunos de los miembros.

El euro tuvo pecados origina-les. A la luz de la teoría de las unio-nes monetarias óptimas, los países que ingresaron no cumplían con-diciones mínimas para el éxito. No existían estabilizadores efica-ces (transferencias fiscales auto-máticas y facilidades reales para el movimiento de la mano de obra). Y, si bien se contemplaron algunos requisitos mínimos de desempeño fiscal para ingresar y permanecer en la eurozona, desde un principio se hizo caso omiso de ellos.

Los primeros años del euro parecieron un paraíso. En los paí-ses de la periferia, el consumo y la inversión (a veces en proyectos de bajo rendimiento) crecieron co-mo espuma, aunque se genera-ron desequilibrios preocupantes: hipertrofia de la banca (Irlanda); alzas masivas en la remuneración del trabajo que no correspondían a aumentos de la productividad (España); y déficit en la cuenta corriente de las balanzas de pagos que alcanzaban el valor escalo-friante del 15% del PIB (Grecia). Pero en conjunto la macroecono-mía marchaba bien: las tasas de desempleo y de inflación eran mo-destas.

El contagio

La burbuja fue pinchada por la crisis estadounidense del año 2008. Súbitamente, los balances fiscales se deterioraron y se hizo visible la debilidad financiera de los bancos. En el caso más extremo (Grecia), trascendió que el Gobier-no había falsificado las estadísti-cas de sus finanzas públicas. Fue necesario algo impensable hasta entonces para una nación de la eurozona: reestructurar la deuda externa.

El problema griego (una eco-

Crisis del euro:tensión

entre centro y periferia

La creación de una moneda única tuvo fallas estructurales de diseño. El optimismo político tras la introducción del euro no tuvo en cuen-ta sus riesgos económicos. Se necesitará una gran voluntad y valor político para superar la crisis, más ahora que Alemania –el país mejor librado de la recesión– registra una caída de su economía.

nomía, además de periférica, pe-queña en el concierto europeo) era manejable en términos de su dimensión. Pero suscitó un espec-tro de magnitudes continentales: el contagio de naciones pequeñas (Portugal e Irlanda) y de otras que no lo son tanto (Italia y España).

Se apoyó a Grecia con un plan de salvamento con condiciones, valga la expresión, draconianas –muy estrictas–. A otras economías vulnerables se les ha ofrecido re-cursos con condiciones afines. El ajuste macroeconómico impuesto con distintas intensidades a los países periféricos ha provocado círculos viciosos de contracción.

La fuga de capitales hacia el centro de la eurozona hace que, sin importar lo que haga el Banco Central Europeo (BCE), la oferta monetaria sea muy restrictiva en la periferia. No hay crédito y se exigen ajustes fiscales fuertes. Uno y otro contraen las economías pe-riféricas y deterioran su capacidad de pago para atender sus respecti-vas deudas públicas.

La recesión empeora la situa-ción de los bancos de estos países y

hace necesario que sus Gobiernos los rescate, lo que agrava su situa-ción financiera. Pero los mayores tenedores de esa deuda pública son los mismos bancos rescatados. La población se empobrece y las tasas de desempleo se acercan a las de la gran depresión.

Decisiones difíciles

¿Ha habido una respuesta acorde con los ideales que inspi-raron la creación de la Unión Eu-ropea y la moneda única? Sí y no. El apoyo financiero de las naciones fuertes a las que están en crisis –a través del fondo y del mecanismo de estabilidad financiera– no ha sido despreciable, pero sí insufi-ciente. El BCE ha tratado de flexi-bilizar su política monetaria, pero ha enfrentado fuertes resistencias de países del centro. Su posición podría calificarse de constructiva pero ambigua.

Detrás de eso está una crisis más profunda: la de la solidaridad política que inspiró la unión. Mu-chos ciudadanos de los países del centro se oponen a los rescates.

Hacen caso omiso del hecho de que la quiebra de los Gobiernos y bancos de la periferia arrastraría con ellos también a sus bancos, sus principales acreedores.

De un lado, hay un déficit ins-titucional: los procesos de toma de decisiones de la Unión Europea y del BCE son engorrosos, para no decir que bizantinos. De otro, hay un déficit democrático. Los líderes políticos de los países del centro no han sido capaces de explicar a sus electores los costos, para ellos, de un desplome de las economías en problemas. Y, en la periferia, los electores se están dando cuenta de que, si bien pueden cambiar de Gobiernos, no pueden cambiar las políticas económicas dictadas des-de Bruselas, Fráncfort y Berlín.

¿Se puede salir adelante? Hay un consenso sobre la necesidad de complementar la unión monetaria con elementos de unión fiscal y de regulación financiera. Sin duda será costoso, pero menos que la desintegración de la eurozona. Fal-ta ver si los dirigentes políticos de Europa tienen el talento y el valor de hacerlo.

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Economía

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La más mínima intervenciónes un riesgo para el Tayrona

En toda el área del Caribe no existe un territorio igual al Parque Tayrona, rico en manglares, bosques, climas, sue-los, flora y fauna. Es necesario conservarlo intacto, pues su mayor valor económico está en el carbono almacenado en su vegetación, y no en el turismo. Estudios científicos de la UN, hechos desde hace varios años, así lo confirman.

Orlando Rangel,Profesor del Instituto de Ciencias Naturales

Universidad Nacional de Colombia

Bahía Concha es una de las reservas naturales más exuberan-tes en las estribaciones del Parque Nacional Natural Tayrona. Sus de-pósitos de agua subterránea son fundamentales para el equilibrio hidrológico del área.

En sus valles aluviales y colu-viales (terrenos donde se deposita material arrastrado por los ríos) existieron reservorios hídricos. Por eso, la autorización otorgada pa-ra perforar pozos y extraer líqui-do debió contar con modelos de simulación que determinaran la afectación de sus acuíferos y los de las zonas cercanas (como Ne-guanje).

Excavar pozos profundos para suministrar agua a complejos ho-teleros podría provocar la misma explotación incontrolada de los acuíferos de Bogotá, en donde pri-mero se agotaron los superficiales (depósitos cuaternarios) y ahora se exprimen los más antiguos.

Si se abre el espacio a la ex-plotación hotelera en Bahía Con-cha, la transformación de los eco-sistemas será irreversible; lo que está perfectamente ilustrado en el desarrollo desorganizado de la bahía de Santa Marta (situación extrema), la ensenada de Taganga y, recientemente, Playa Grande.

La infraestructura requerirá –como evidencian otros casos– re-mover o talar vegetación natural, adecuar espacios y construir po-zos profundos y vías de acceso.

Singularidad natural

El parque cubre unos 120 km2 en su porción terrestre, entre el ni-vel del mar y los 900 m (macizos de Taganga, El Cielo, Aguas Muertas y Palmarito). Pese a ser una zona tan reducida, su biodiversidad es ex-cepcional. Además, exhibe varia-dos ecosistemas, paisajes (según el régimen de lluvias) y restos ar-queológicos de la cultura tayrona (Pueblito).

Pero numerosos conflictos lo amenazan: problemas de propie-dad de la tierra y de delimitación cartográfica que nunca han sido enfrentados de manera decidida por las autoridades. Esto pone en riesgo su inmensa biodiversidad.

Por ejemplo, en el extremo

Diversidad de manglares

Vegetación costera presente en el Tayrona● Laguncularia racemosa(mangle blanco; es la única especie en el sector de Cañaveral).● Avicennia germinans(mangle bobo;en los sectores de Neguanje y Cinto).● Rhizophora mangle(mangle rojo; en Neguanje, sector El Estero).● Conocarpus erectus (única especie de manglar en Chengue).

Flora y fauna únicas

● En el Tayrona existen unas mil especies de plantas con flores. Las familias con mayor riqueza son las leguminosas (trupillo, guamos), las euforbiáceas (croton, higuerilla) y las rubiáceas (las quinas, el café).● Hay 15 especies de anfibios (sapos y ranas), 33 de reptiles (culebras, lagartos, tortugas), 80 de aves (especialmente con-tinentales) y 60 de mamíferos (murciélagos, pequeños y me-dianos mamíferos).● En las zonas áridas (600 mm de lluvia anual) están represen-tados los ecosistemas de los bosques espinosos de Stenocereus griseus, Pereskia guamacho, Stenocereus griseus y Mimosa arenosa.● En las zonas secas (800 mm de lluvia anual) están los eco-sistemas de Manihot carthaginensis, Handroanthus billbergii, Platymiscium pinnatum y Gyrocarpus americanus.● En las zonas húmedas (1.400 mm de lluvia anual) se estable-cen los ecosistemas de Anacardium excelsum, Inga ingoides, Eugenia procera, Poulsenia armata y Anacardium excelsum.

Nación

Bahía Neguanje es uno de los parajes mejor conservados. La deforestación y el urbanismo desordenado afectaron a Taganga.

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occidental, en los cerros de Santa Marta y alrededores de Taganga (donde predomina el ambiente árido), está comprometida la ve-getación típica de zonas bajas y costeras (cardonales) de especies como Stenocereus griseus (cardón y yotojoro) y Pereskia guamacho (guamacho).

Esta origina seis tipos de bos-ques espinosos-ralos, dominados por plantas como Gyrocarpus ame-ricanus (banco), Handroanthus bi-llbergii y H. ochraceus (cañaguate, polvillo).

En la parte media (sectores de Neguanje y Cinto), la vegetación es más densa y predominan los bosques secos con especies como Prosopis juliflora (trupillo) y los bosques con Handroanthus bill-bergii (cañaguate) y Hura crepitans (ceiba amarilla).

En el área de Cañaveral, se combinan ecosistemas secos y hú-medos. Allí, se arraigan especies botánicas como Anacardium ex-celsum (caracolí). En los cerros hú-medos, entre los 250 m y los 700 m (El Cielo y Palmarito), hay bosques vigorosos con árboles de 30 m de altura, dominados por Brosimum alicastrum (ramón, guáimaro) y por Inga ingioides (guamo).

Hacia la cima, la vegetación de las estribaciones cordilleranas converge con los bosques de Nec-tandra reticulata (laurel) y Myrsine ferruginea (cucharo). Se configu-ran así lazos biogeográficos singu-lares con las zonas áridas y secas del norte del Caribe (Guajira), con los bosques húmedos del Chocó biogeográfico y con los de la zona baja de nuestras montañas.

Hacia el mar

En la zona estuarina del Tayro-na (donde confluyen el agua dulce de los ríos y la salada del mar), hay parches de manglares que son únicos por las condiciones de for-

mación histórica del sustrato y por la composición de su flora (véase recuadro).

Son muy importantes, sobre todo los de Neguanje, por cuanto el agua dulce (vital para su perma-nencia) proviene de la escorrentía y, con bastante probabilidad, tam-bién del subsuelo.

Las relaciones ecogeográfi-cas con la Sierra Nevada de Santa Marta y con el norte del Caribe demuestran la necesidad de man-tener la integridad del territorio, que se erige como “una isla bio-geográfica”. De hecho, en muy po-cos sitios de la cuenca del Caribe se puede encontrar tal variedad de biota y ecosistemas.

Allí, se encuentran amena-zadas treinta especies de plantas,

cinco de anfibios, ocho de aves –una en grave peligro– y siete de mamíferos –una en estado crítico–. La tala de una porción de bosque seco representa no solo su desapa-rición (junto con la de su biota aso-ciada), sino también una pérdida económica (asociada al carbono almacenado en la vegetación).

Frente al dilema de conservar y usar de manera sostenible (me-diante turismo ecológico de bajo impacto) un recurso biológico y paisajístico tan especial o permitir que comiencen fuertes transfor-maciones, con la consabida afec-tación, es de elemental prudencia defender esta singular joya de la biodiversidad colombiana y del Caribe.

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Evaluaciónde la educación superior sin los protagonistas

Integrantes de universidades públicas del país consideran que la evaluación del estado de la educación superior del país contrata-da por el Gobierno nacional y elaborada y financiada por el Banco Mundial tiene un potencial sesgo que no permite considerarlo un análisis completamente objetivo.

Educación

Leidy Castaño,Unimedios

Diez capítulos recogen el aná-lisis de la educación superior de Colombia que hizo un equipo de revisión conformado por expertos de la Organización para la Coope-ración y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial (BM). El Ministerio de Educación Na-cional (MEN) presentó el texto el pasado 24 de enero.

María Fernanda Campo, titu-lar de esta cartera, afirmó que el Gobierno solicitó la elaboración del estudio, entre otras razones, por el interés que el presidente Juan Manuel Santos tiene en que el país ingrese a la OCDE.

Las críticas no se hicieron es-perar por el potencial sesgo de un informe creado a la medida del sistema que lo contrata (el Go-bierno nacional). Estos resultados podrían convertirse en parte de los requisitos que esta organización le pide a los Estados para avalar su admisión.

Para el profesor Moisés Was-serman, miembro de la junta di-rectiva del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (Iesalc), de la Unesco, y exrector de la Uni-versidad Nacional de Colombia, “el problema central es la lógica un poco circular de la evaluación: el BM hace unas recomendaciones y posteriormente, al evaluar, califica positivamente el hecho de que se hubieran seguido sus propias re-comendaciones”.

Planteamientos

El documento “Evaluaciones de políticas nacionales de educa-ción: la educación superior en Co-lombia” señala varios puntos fuer-tes: “el considerable aumento de la cobertura en los últimos diez años; un variado panorama institucional; la sólida y coherente planificación nacional y formulación de políti-cas; una institución de préstamos estudiantiles que es de las mejores del mundo; unos sistemas de eva-luación completos y avanzados; y un compromiso con la toma de decisiones basada en datos”.

Según Carlos Hernando Fore-ro, secretario general y director eje-cutivo (e) de la Asociación Colom-biana de Universidades (Ascún), el estudio es válido y necesario por cuanto contribuye a conocer a fon-do el sector. “Desde luego, el infor-me de la OCDE presenta un ángulo, pero, por fortuna, no es el único”.

Alexander Gómez, vicerrector de Investigación y Extensión de la UN, considera que el documento contiene algunas contradicciones.

En particular, las afirmaciones del capítulo siete, en el que se aborda la investigación, se prestan para ser malinterpretadas.

El texto plantea que la investi-gación se concentra en unas pocas universidades, principalmente en la UN. Pero luego dice que esta no puede ser considerada una verda-dera “universidad de investigación” y le recomienda al Estado que esti-mule la investigación en institucio-nes distintas y de fuera de Bogotá.

A la luz de una primera lectu-ra, esto suscita ciertas inquietudes, pues desconoce la acreditación ins-titucional de alta calidad que reci-bió del MEN por diez años, periodo máximo otorgado a una institución de educación superior, así como su presencia institucional en todo el país, con ocho sedes (en Bogotá, Medellín, Manizales, Palmira, Ama-zonas, San Andrés, Arauca y Tuma-co) y cerca de 50 mil estudiantes de pregrado y posgrado.

Luego de un análisis detallado del documento, Gómez reconoce que la UN es un referente nacio-nal de investigación y que, efecti-vamente, concentra esta labor. Las cifras así lo demuestran (como lo afirma el informe).

De los 13.274 artículos científi-cos de autores colombianos (proce-dentes de seis instituciones colom-bianas), la mayoría (4.679) tiene su origen en la Institución.

En el Ranking Iberoamericano

SIR 2011, que evalúa la actividad investigativa, la UN ocupa, entre 1.369 instituciones iberoamerica-nas, el puesto 56, y se ubica en el puesto 25 entre las 1.229 de Latino-américa y el Caribe.

Las cifras de excelencia acadé-mica y expansión del conocimien-to de la Universidad, a diciem-bre de 2012, hablan por sí solas. El 28% de la producción científica del país, según Scopus, lo apor-ta la UN a través de su propia producción editorial y de artículos indexados en revistas nacionales e internacionales. Además, del total del país, el 31% de los programas doctorales, el 39% de los doctores graduados y el 34% de los estu-diantes de doctorado matriculados pertenecen a la Universidad.

No obstante, la UN ha confor-mado su sistema de investigación con un esfuerzo propio de financia-ción, y no con los recursos que re-cibe del Estado: por su producción y experiencia, accede a cuantiosos recursos proporcionados por dife-rentes entidades y organizaciones no estatales.

Por eso, concluye Gómez: “El Gobierno debe identificar otras cuatro o cinco universidades para financiar sus procesos de investiga-ción. Pero debe seguir apoyando a la UN para que se convierta en una verdadera universidad de investiga-ción según los referentes interna-cionales, pues su accionar siempre

ha mostrado resultados”.En ese sentido, reclama para la

Institución una inversión en “espa-cios físicos, laboratorios y tecnolo-gía de punta”.

Sin la voz universitaria

Si bien el informe aclara que los evaluadores se reunieron con el personal administrativo y aca-démico del sector universitario del país, la UN y la Universidad de Antioquia no se sienten represen-tadas.

Para Alberto Uribe Correa, rec-tor de la Universidad de Antioquia: “Las fuentes sobre las que la OCDE valora o evalúa la situación en Co-lombia no son claras. Definitiva-mente no se tuvo en cuenta al con-junto de instituciones del Sistema Universitario Estatal o de Ascún. Se habla de un informe prelimi-nar entregado por el Ministerio de Educación, así como de las bases de datos que se tuvieron en cuenta y que fueron concedidas por entes del Gobierno. Pero no se explica la metodología del análisis”.

El profesor Ignacio Mantilla Prada, rector de la UN, también expresó su descontento con la ma-nera como se recolectaron los da-tos del informe, que consistió en recoger información de diferentes entes nacionales y regionales, pero no directamente en las institucio-nes de educación superior.

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Una de las sugerencias entregadas por el banco mundial es fortalecer la calidad da la educación secundaria.

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Muros más fuertes

Un nuevo cemento, que aprovecha residuos agroindustriales, tiene mayor resistencia, reduce los costos de construcción, mitiga el impacto ambiental y mejora las condiciones ter-moacústicas, fue creado por ingenieros de la UN. Es idóneo para viviendas de interés prioritario y social.

Ana María Escobar Jiménez,Unimedios

El cemento es indispensable para construir infraestructura, desde viviendas y andenes has-ta grandes autopistas y centros comerciales. Es un material bá-sico para las obras civiles, pero resulta ser uno de los más noci-vos para el ambiente: por cada kilo fabricado se produce igual cantidad de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efec-to invernadero que, en exceso, contribuyen al continuo calen-tamiento global.

Después del agua, es el se-gundo material de consumo, una demanda que compromete nega-tivamente la salud del planeta. Se-gún un informe de la Federación Interamericana del Cemento, en el 2009 la producción mundial total fue de 3.033 millones de toneladas (688 millones más que en 2005), mientras que el consumo llegó a los 3.005 millones (671 millones más que en 2005).

Las cifras seguirán creciendo en la medida en que se desarrollen las sociedades, lo que representa un reto para la humanidad. Por eso, ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia en Maniza-les y de la Universidad Politécnica de Valencia (España) desarrollaron un cemento mejorado, al incorpo-rarle residuos agroindustriales ge-nerados en el país. Estos aumen-tan su resistencia, reducen costos para las obras y mitigan el impacto ambiental.

La mezcla la están usando en muros prefabricados de fe-rrocemento, que son aquellos reforzados con mallas de acero superpuestas que aumentan su resistencia. El objetivo es poder utilizar el nuevo material en pro-yectos de vivienda de interés prio-ritario o social (VIP y VIS).

La fórmula

Para el proyecto se utilizó ce-niza de cascarilla de arroz y cata-lizador de craqueo catalítico. Este último es una arcilla que resulta de uno de los procesos de refinación del petróleo para obtener hidro-carburos livianos como la gasolina. Ambos desechos industriales –por lo general desaprovechados– fue-ron estudiados y caracterizados en los laboratorios de la UN en Ma-nizales, para verificar si cumplían con las propiedades requeridas de resistencia superior.

“Al mezclar el cemento con agua se produce una reacción que produce los compuestos quími-cos responsables de su fuerza. En el proceso, se libera hidróxido de calcio [Ca(OH)2], elemento que no aporta resistencia a la mezcla y compromete su durabilidad. Pero los residuos adicionados, al com-binarse con el Ca(OH)2, potencian sus propiedades aglutinantes”, in-dica Xavier García Martí, de la uni-

Enfoque social

El ferrocemento reforzado con desechos agroindustriales, creado en la UN, puede aplicarse a muchos tipos de obras ci-viles, pero la prioridad de los investigadores es utilizarlo en la construcción de vivienda de interés social. Para ello, trabajan en su aplicación y efectúan pruebas de sismorresistencia.

“Buscamos acercarnos a las empresas del país para que miren hacia la UN, conozcan estos desarrollos y se establezcan alian-zas universidad–empresa que contribuyan a ofrecer un pro-ducto de gran calidad para proporcionar una vivienda digna”, destacan los ingenieros de la UN.

El cemento se destaca por la adición de residuos agroindustriales. Es una innovación de bajo costo.

versidad española.Una vez efectuada la mezcla,

los ingenieros la incorporaron a los morteros (combinación de ce-mento, arena, agua y aditivos) para ensayar variables como cantidades de agua y residuos agregados. Con el respaldo de fórmulas matemá-ticas y estadísticas, comprobaron los buenos resultados del material obtenido y la fórmula idónea para fabricarlo.

“Las pruebas mecánicas de resistencia a la compresión pre-sentaron resultados por encima de los estándares del Reglamento Colombiano de Construcción Sis-mo Resistente NSR-10, lo cual nos permite proyectarlo en lo que nos interesa, que es la construcción de VIP y VIS”, precisa Daniel Alveiro Bedoya Ruiz, docente de la sede.

Inspirados en la naturaleza

En la segunda fase, constru-yeron muros con elementos prefa-bricados a base de estos residuos y ferrocemento. Para ello, idearon una especie de bloques ensam-blables inspirados en formas de la naturaleza que son mampuestos (de fácil uso para la mano de obra) y permiten la autoconstrucción.

Dado que en su fabricación se sustituye contenido de cemen-to por residuos agroindustriales, se reduce el costo de producción por metro cúbico y no se necesi-tan grandes cantidades de energía para procesarlo. En cambio, para producir cemento común hay que extraer calizas y arcilla, agregar al-gunos aditivos, como yeso, para luego calentarlos en un horno a

1.500 grados centígrados, con un mayor costo económico y ambien-tal.

“En Colombia se producen 10 millones de toneladas anuales de cemento, y nosotros estamos tra-bajando en sustituciones del 10% al 30% en peso. Si esto se estan-dariza, se podría ahorrar también el gasto energético de bastantes toneladas de material”, manifiesta el profesor Bedoya.

Además, con su uso se mejora el comportamiento termoacústico de las viviendas, dado que los ele-mentos prefabricados son de espe-sores mayores a 10 centímetros y poseen cavidades que mantienen estable la temperatura y controlan el ruido exterior. Se trata de una idea innovadora que espera trascender a la sociedad.

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La geología promoveráel turismo científico en Antioquia

Harrison Rentería,Unimedios

Así como la biodiversidad se refiere a la variedad de flora y fau-na de un territorio, la geodiversi-dad explica la cantidad de rasgos geológicos de un lugar: fallas, tipos de rocas, yacimientos minerales y paleontológicos, entre otros. En este aspecto, Colombia también es un país exuberante.

El departamento de Antioquia es buen ejemplo. Municipios co-mo Sopetrán, Olaya y Santa Fe de Antioquia poseen una rica historia geológica que les podría traer gran-des dividendos a los habitantes, si potencian la geoconservación, la geoeducación y el geoturismo.

Expertos de la Facultad de Mi-nas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín fijaron su mirada científica en esta bella región. Después de estudiarla ex-haustivamente están convencidos de que allí se puede crear el primer parque geológico del país y el se-gundo de América Latina.

“Para una iniciativa de este ti-po debe existir un área bien defini-da, en la cual se enmarque la ma-yor cantidad de puntos de interés geológico posibles que permitan interpretar, caracterizar y estudiar la evolución del planeta”, indica Harlison Torres Herrera, investi-gador y estudiante de Ingeniería Geológica.

17 sitios potenciales

Esa tarea fue adelantada por investigadores de la UN que elabo-raron un detallado inventario geo-lógico en el occidente antioqueño. Allí identificaron diecisiete sitios de interés científico, entre los que se destaca el Mirador de Llanadas, en Santa Fe de Antioquia.

En el lugar se pueden obser-var los diferentes rasgos del suelo local, las fallas geológicas y los cambios litológicos de la Tierra, es decir: la variación de los tipos de rocas según su composición, resistencia, edad y origen. Las hay ígneas (de origen volcánico), metamórficas (formadas a partir de otras rocas) y sedimentarias (originadas por la acumulación de material sólido sobre la superficie terrestre).

El terreno también es una ra-diografía de cómo se han dado los cambios topográficos. Por ejem-plo, en algunas regiones cercanas al río Cauca, en menos de cinco kilómetros de distancia, se pasa de 425 metros a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Esto se debe a la convergencia tectónica, a tra-vés de la cual la corteza oceánica colisiona con la placa terrestre y crea diversas elevaciones y contor-siones del paisaje.

Otros parajes del departa-mento tienen características muy especiales. En el suroeste, a 17 km del municipio de Urrao, se halla el Páramo del Sol, cuya formación geológica corresponde al periodo cuaternario (hace unos 2.500 mi-llones de años).

En esa misma región, está el

En el municipio de Venecia, en el suroeste de Antioquia, se en-cuentra el Cerro Tusa, evidencia de antiguos conos volcánicos. Este es uno de los sitios geológicos de potencial turístico.

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Un detallado trabajo de caracterización geológica, en el que se identificaron rasgos de la evolución de la Tierra, diversos tipos de rocas y el origen de formaciones naturales, es la base de la futura creación del primer geoparque nacional. Una ini-ciativa científica que impulsa el desarrollo turístico.

Cerro de Caramanta, en donde nacen los ríos San Juan y Risaral-da, así como algunos afluentes del Atrato. Esta geografía corresponde a la zona geológica llamada For-mación Amagá, que se caracte-riza por la abundancia de rocas sedimentarias, formadas entre el Oligoceno y el Mioceno (entre 34 y 23 millones de años atrás).

Impulso al turismo

Para este trabajo se utilizaron metodologías de medición, cál-culo y valoración adoptadas de sistemas de análisis creados en España, en donde los científicos han ganado gran experiencia en el tema y han ayudado a consolidar destacados parques geológicos.

Así, para determinar el atrac-tivo geológico de un lugar, se valo-ran factores climáticos, biológicos, paisajísticos y humanos; esto últi-mo, a fin de establecer si hay con-diciones para crear un geoparque en la zona estudiada.

Jorge Martín Molina, inves-tigador de la Facultad de Minas, asegura que, a partir de esos datos “se podrán establecer dos rutas geológicas para que los visitantes realicen caminatas y aprecien los diversos rasgos geológicos que hay allí (para el caso del occidente del departamento)”.

Agrega que están dadas las condiciones para establecer un geoparque que, al igual que ocu-rre en países como China, Japón, España, Inglaterra y Brasil, cuente con el respaldo de la Unesco, or-ganización que desde hace treinta años empezó a valorar estos espa-cios naturales.

Proyecto va a la Unesco

Uno de los aspectos positivos de este tipo de parques es que crea un turismo científico sostenible, para lo cual se necesita capacitar a las comunidades en temas co-mo rutas especializadas y visitas guiadas con folletos, entre otras actividades.

En ese sentido, el profesor Molina considera que el occiden-te antioqueño “cumple con las condiciones de infraestructura y turismo, y que es una zona relati-vamente bien delimitada en térmi-nos geográficos”.

La tarea de los científicos de la UN no termina con la caracteriza-

ción geológica. Ellos trabajan para presentar este año, ante la Unesco, un proyecto que incluya la zona como patrimonio geológico de la humanidad. Coinciden en que, pa-ra esto, es vital el acompañamiento de las comunidades y las autorida-des locales.

Por lo pronto, esta riqueza descrita en la UN se difunde en es-pacios académicos como la revista especializada Ciencias de la Tierra y el Congreso Internacional de Pa-trimonio Geológico. La iniciativa es ejemplo de cómo el conoci-miento científico puede crear ca-minos concretos para el desarrollo turístico, económico y educativo, algo digno de reproducir en otras regiones del país.

El segundo en América Latina

En la actualidad hay 64 regiones en 19 países catalogadas dentro de la Red Global de Geoparques Nacionales (Global Geoparks Network, GGN), promovida por la Unesco. América Latina solo cuenta con el parque geológico ubicado en el Estado de Ceará, en la cuenca sedimentaria de Araripe (Bra-sil), que posee registros paleontológicos y geológicos. La proyección es que en Colombia se pueda establecer un sitio de igual interés público, en el que se promuevan actividades artesanales, científicas, académicas y geoturísticas.

Medioambiente

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Aumento de CO2acelera la degradación del mar

La acidificación de los océanos, causada por el aumento del dióxido de carbono en la atmós-fera, muestra cambios acelerados y sin prece-dentes. La extinción de especies que fabrican sus conchas o esque-letos con carbonato de calcio es una de las consecuencias que ya se observan. Colombia no es la excepción.

Sandra Uribe Pérez,Unimedios

A pesar de tener el 47% de sus territorios en el mar, el país ha vi-vido a espaldas de los océanos. Es-te hecho se refleja en la baja califi-cación (52 puntos) que obtuvo en el Índice de Salud de los Océanos (OHI, por sus siglas en inglés).

A esta situación se suma el “aumento del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, lo que redu-ce el pH de los océanos (los hace más ácidos) y causa cambios en la química de los carbonatos en el agua de mar”, explica Andrea De-vis Morales, doctora en Oceano-grafía, investigadora del grupo de Oceanografía e Ingeniería Costera Oceánicos y profesora de la Fa-cultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín (véase infografía).

Mientras que la revista Bio-geoscience reporta que “las aguas de los mares y océanos han absor-bido cerca del 25% del CO2 emitido por el hombre”, la experta afirma que en los últimos 250 años los niveles de este gas de efecto inver-nadero han aumentando a nivel global cerca de un 40%.

Este es un rápido crecimiento, causado por la quema de combus-tibles fósiles y la deforestación, y es mayor que cualquiera de los observados durante los últimos millones de años. Según datos del Ideam, Colombia aporta cerca del 0,2% de ese total.

Para calcular la acidificación de los mares se requieren medi-ciones de pH de la presión parcial del CO2 atmosférico y oceánico; de los carbonos inorgánicos disueltos (suma de todos los carbonatos, bicarbonatos y CO2 disueltos en el agua de mar); y de la alcalinidad total.

Especies en peligro

Los posibles impactos son preocupantes. La profesora Devis asegura que se pueden presentar grandes daños en la biota o vege-tación marina, dado que la acidez se vuelve corrosiva para algunos organismos calcáreos. Entre otros efectos, “provoca la destrucción de los corales (se diluyen), y algu-

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nas especies de fitoplancton, zoo-plancton e invertebrados mueren porque no pueden fijar el carbo-nato de calcio que necesitan para formar sus conchas y esqueletos”.

Además de afectar todo el sis-tema trófico marino (cadena ali-menticia) así como la fisiología y reproducción de algunos de estos organismos, puede repercutir en la biodiversidad, la pesca y la se-guridad alimentaria de ese 40% de habitantes del planeta que de-penden de la explotación de re-cursos provenientes del mar. Estos sistemas naturales (arrecifes de corales) concentran el 25% de la biodiversidad, pese a que ocupan únicamente el 1% del área marina del planeta.

Un caso reciente, publicado en la revista Nature (2011), tuvo lugar en los arrecifes de coral de Papúa Nueva Guinea. Allí, el pH del mar bajó a 7,8, con lo cual los corales disminuyeron hasta en un 40% (el pH del océano debe ser de 8,2 en promedio). De hecho, para finales de este siglo, se proyecta una extinción masiva de estos ani-males, así como de las criaturas marinas que no consigan soportar la acidificación.

Según el profesor Luis Fer-nando Cadavid, del Instituto de

Genética de la UN en Bogotá, las actividades humanas amenazan directamente entre el 58% y el 70% de los arrecifes del mundo, y en el mar Caribe más del 80% de los organismos vivos asociados a estos han desaparecido en los últimos treinta años. Precisamente, en las Islas del Rosario (Cartagena de In-dias), ya se ha perdido alrededor del 70% del coral cuerno de alce (Acropora palmata).

El biólogo israelí Nuphar Cha-ruvi presentó en el Instituto de Cien-cias Naturales de la UN una alter-nativa, denominada “guarderías de corales”, que podría ayudar a repo-blarlos. Se trata de “jardines colgan-tes” en los que se propagan nuevas colonias a partir de fragmentos de coral desprendidos del arrecife.

Acciones de la UN

Si bien el Ministerio de Am-biente y Desarrollo Sostenible aca-ba de anunciar una Agenda Azul, al reconocer su descuido de los océanos, las medidas que deben tomarse se basan en la reducción significativa e inmediata de las emisiones de CO2.

Cuando Colombia firmó el Protocolo de Kyoto, no se com-prometió con ninguna solución

concreta al respecto, pero ahora es necesario actuar. En el panorama se ven alternativas de mitigación, como el uso de energías renova-bles, los sistemas integrados de transporte y la reforestación.

En la UN, el Grupo Oceánicos –dirigido por el profesor Andrés Fernando Osorio– trabaja para ofrecer alternativas ante el cam-bio climático. Entre otras posibili-dades, desarrolla un estudio para calcular el potencial energético de los océanos, a fin de contar con una opción viable de generación de electricidad a partir del oleaje, las diferencias de temperaturas, la salinidad y las mareas.

El profesor Osorio también re-vela que trabajan en la construc-ción de un vehículo sumergible ro-botizado (ROV) y controlable des-de la superficie que podrá tomar muestras del océano y explorar di-ferentes riquezas en las aguas del Pacífico y el Caribe colombianos.

Se trata de un proyecto con-junto entre investigadores de la UN en Medellín y de la Universi-dad Pontificia Bolivariana que se desarrolla para Ecopetrol, con re-cursos de esta misma entidad y de Colciencias.

Medioambiente

Dióxido de carbonoatmosférico

1

2 3Dióxido

de carbonodisuelto

Ácido carbónico

- iones de carbonato

iones de bicarbonato

+ iones de hidrógeno

Agua

CO2 H2O H2CO3 HCO3-1

CO3-2

H+

CO2

Los arrecifes de coral concentran el 25% de la biodiversidad del planeta, aunque ocupan solo el 1% del área marina.

1. Cerca de la mitad del CO2 liberado durante los últimos 200 años ha sido absorbido por los océanos del mundo.2. El CO2 disuelto en el mar se convierte en ácido carbónico (H2CO3), que disminuye el pH del agua y la hace más ácida.3. Esto aumenta la concentración de iones de hidrógeno, lo que limita el acceso de los organis-mos a los iones de carbonato necesarios para formar sus partes duras (conchas, esqueletos).

Así se transforma el CO2 atmosférico en el océano

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312 Medioambiente

Plaguicidas ilegales contaminana humanos y peces en cuenca alta del río Bogotá

Evidencia científica demuestra que ha-bitantes de la cuenca alta del río Bogotá y peces para el consumo humano están contaminados con organoclorados, una familia de sustancias peligrosas que, aunque ilegales, siguen siendo usadas para atacar plagas en los cultivos.

Leidy Castaño,Unimedios

Si bien el uso de plaguicidas ayuda a prevenir, controlar y des-truir a los insectos que atacan las plantaciones de las que depende la alimentación humana, su uso inadecuado puede afectar el am-biente o la salud de la población.

En Colombia, en la década de los cincuenta se empezaron a utili-zar los plaguicidas organoclorados (OC) en los cultivos de arroz, caña de azúcar, papa y banano. Estas son sustancias orgánicas cloradas con diferentes grados de toxicidad que contaminan los ecosistemas porque no se degradan en el am-biente ni en los organismos de los seres vivos.

Se caracterizan por ser hidro-carburos con alto contenido de átomos de cloro. Representan una amenaza para la salud humana y la vida animal porque son mole-cularmente casi indestructibles, se incorporan fácilmente a la cadena alimenticia y tienen efectos pató-genos agudos o crónicos acumula-tivos, según la dosis ingerida. Por esta razón, han sido calificados como un veneno químico por gru-pos ecologistas del planeta.

La literatura señala que estos pesticidas hacen parte de la llama-da “docena sucia”, que engloba a aquellos que más causan proble-mas ambientales y de salud huma-na. Anormalidades en la función hepática, en la piel y en el sistema nervioso central son algunas de sus consecuencias. Asimismo, es-tán asociados a eventos carcinogé-nicos y mutagénicos. Estos hechos motivaron a prohibir su uso en países como Estados Unidos.

En 1993, el Gobierno colom-biano los prohibió. David Andrés Combariza Bayona, experto del Instituto Nacional de Salud (INS), afirma que el motivo de esta medi-da fue, esencialmente, su elevada persistencia a nivel ambiental y los potenciales efectos que pueden tener sobre la salud humana, dada su condición biológica acumula-tiva.

Pesticidas en el río

Un estudio desarrollado por la Universidad Nacional de Colom-bia, las Universidades del Rosario y del Magdalena, la Fundación Al Verde Vivo y el Instituto Nacional de Salud (INS) reveló la presencia de plaguicidas OC, entre otros, en la cuenca alta del río Bogotá (en el municipio de Suesca).

Aunque los OC se encuentran prohibidos en el país, se consiguen mediante contrabando desde paí-ses como Ecuador y Perú, en don-de no han sido suspendidos.

Jaime Fernando González, profesor de la Facultad de Medi-cina Veterinaria y de Zootecnia de la UN en Bogotá e investigador del proyecto, relata que la pesqui-sa surgió al conocer los datos de comercialización de pesticidas en

Colombia (país que ocupa el tercer lugar en mercadeo de estas sus-tancias –después de Brasil y Méxi-co– con 21 millones de kilogramos al año).

Se suma el alto grado de in-toxicación de humanos. El Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pú-blica (Sivigila) reporta el aumento

de los envenenamientos año tras año: 6,650 casos en 2008; 7.405 en 2009; y 8.016 en 2010.

En el estudio, afirma Gonzá-lez, muestrearon y encuestaron a 101 habitantes de la región del Suesca, ubicada en el norte del Departamento de Cundinamarca, a un par de horas de Bogotá. A

ellos se les preguntó sobre expo-sición ocupacional a plaguicidas, hábitos de uso, tipos más usados, frecuencias y medidas de protec-ción durante la aplicación, entre otras cuestiones.

El 67% respondió que por acti-vidad laboral tenían la agricultura, y el 23,1% señaló que manipulaba pesticidas en estas tareas. Además, la mayoría de los químicos sintéti-cos que usan están dentro de las categorías 1 y 2 (los más tóxicos).

Consumo peligroso

El 33% manifestó pescar la especie capitán de la Sabana (Ere-mophilus mutisii) en el río Bogotá, y un 46% indicó que lo consumía. Este pez es endémico de la región de la cuenca del río y aún habita en el fondo de las aguas de la parte alta. Lo más preocupante es que los investigadores hallaron conta-minación por alguno de los diez organoclorados analizados en el 88% de las personas muestreadas.

A ellas se les tomaron mues-tras de sangre para examinar la ac-tividad de la colinesterasa y deter-minar la calidad de dos sustancias que ayudan al sistema nervioso a trabajar apropiadamente: la acetil-colinesterasa y la pseudocolines-terasa. También hicieron análisis de insecticidas organoclorados en el suero obtenido de las muestras.

Además, recogieron líquido del río para determinar la presen-cia de insecticidas organofosfo-rados y organoclorados. Encon-traron que en cinco de las seis muestras había diferentes niveles de OC.

Para completar el estudio, cap-turaron 36 ejemplares (18 machos y 18 hembras) del pez capitán, a fin de evaluar la actividad de la co-linesterasa (cerebral y muscular). En la musculatura hallaron nueve de los diez organoclorados.

Otra fuente previsible y con-firmada de contaminación es la disposición inadecuada de los re-cipientes de plaguicidas. Los en-vases son arrojados al río como basura o enterrados muy cerca, lo que puede favorecer que los resi-duos se desplacen a las aguas por escorrentía y filtración.

Los cambios apreciados en los peces son buenos biomarcado-res de la exposición a compuestos tóxicos. La condición no migra-toria de la especie hace que los resultados encontrados reflejen de manera fehaciente la situación del área de estudio: el pez es un buen indicador de la situación de conta-minación del río y de la peligrosa exposición a la que están someti-das miles de personas que viven en los alrededores.

Serán las autoridades am-bientales las que determinarán las acciones por emprender ante los concluyentes hallazgos de los científicos.

Bovinos de una finca le-chera consumen agua del río Bogotá en Chocontá(Cundinamarca)

Análisis de lacalidad del agua del río Bogotá demuestran pre-sencia de plagui-cidas

Nacimientodel río Bogotáen Villapinzón

(Cundinamarca)

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Nuevo procedimiento reduciría

sífilis congénitaEn Colombia, el diagnóstico tardío de la sífilis en ges-tantes no permite un adecuado tratamiento y puede transmitir la enfermedad al feto a través de la sangre. Invertir el orden actual de aplicación de las pruebas de detección podría reducir la afectación de madres y bebés, según una investigación de la UN.

Carlota Loaiza Cadavid,Unimedios

La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) o vertical (de madre a hijo) producida por la bacteria Treponema pallidum. Se adquiere por las mucosas, llega al sistema linfático y, posterior-mente, al torrente sanguíneo por donde es transmisible al feto (en este caso se denomina sífilis con-génita).

Según datos del “Plan estra-tégico para la eliminación de la transmisión materno-infantil del VIH y de la sífilis congénita 2011-2015” del Ministerio de Salud y Protección Social, la sífilis gesta-cional sin tratamiento puede oca-sionar que entre un 50% y 80% de las embarazadas tengan un abor-to, la muerte fetal o neonatal, un parto prematuro, un recién nacido con bajo peso o con la infección congénita en diversos grados de afectación.

Además, el Ministerio afir-ma que, en el periodo 2003-2010, se diagnosticaron en Colombia 23.370 madres infectadas y 16.602 recién nacidos con el mal. En este último caso, la incidencia ha au-mentado desde 1990. En ese año, se estimaba en 0,42 los casos por cada 1.000 nacidos vivos, mientras que en el año 2010 fue de 3,0 ca-sos. La meta panamericana, desde hace varios años, es que no pase de 0,5 casos.

Una de las principales razo-nes por las cuales se presentan es la falta de diagnóstico temprano. Además, según los datos del Minis-terio, “aunque en los últimos años el sistema de vigilancia y registro ha mejorado, estas cifras indican un grave problema en la detección y subregistro de la enfermedad”.

Preocupación

Javier Hernando Eslava Sch-malbach, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Na-cional de Colombia en Bogotá y experto en epidemiología clínica y salud pública, va más allá en el análisis del problema.

“En Colombia no se hace un control adecuado de la sífilis ges-tacional, pues ni las madres ni sus hijos recién nacidos –ellos mucho menos– tienen acceso al diagnós-tico ni al tratamiento oportuno. En otros casos, hay mujeres in-fectadas que sí reciben atención médica, pero su pareja no. Así que vuelven y se infectan durante el embarazo (asumiendo que hayan sido tratadas)”, dice.

Esta enfermedad presenta cuatro fases (primaria, secunda-ria, latente y terciaria) con diversas manifestaciones clínicas y riesgos de infección diferentes en cada una. Las gestantes infectadas en las dos primeras etapas presen-tan mayor riesgo de transmisión al bebé por medio de la sangre de la placenta, lo que se denomina vía hematógena transplacentaria.

En busca de la evidencia

En la actualidad, se acude a estudios serológicos treponémicos (como FTA-Abs, TPHA) y no tre-ponémicos (como VDRL y RPR). Serológico se refiere a los análisis que se le hacen a la sangre para determinar la presencia de micro-organismos patógenos. Treponé-mico hace alusión al nombre de la bacteria causante de la sífilis: Treponema pallidum.

Estas dos clases de pruebas

Efectos en el recién nacido

• Prematurez, bajo peso y talla• Lesiones óseas• Neumonía• Deficiencias en la estructuradel cráneo• Ausencia del puente nasal• Erupciones cutáneas• Disminución de la audicióno sordera• Opacidad de la córnea, ceguera• Retraso mental• Muerte temprana (antes del año de edad)

tienen como objetivo buscar en el organismo sustancias de defensa (anticuerpos) que tratan de atacar la acción de la bacteria. Si esas sustancias se hallan en la sangre, es indicador de la presencia de sí-filis. La diferencia entre una y otra, además de su costo económico, es que buscan anticuerpos dife-rentes y se ejecutan con técnicas distintas.

En Colombia, estas pruebas de diagnóstico y de tamizaje se en-cuentran incluidas en el Protocolo de Vigilancia de Sífilis Congénita y en el Plan Obligatorio de Salud (POS). El protocolo establece que en el primer control prenatal se deben ordenar las pruebas no tre-ponémicas y que solo en caso de resultar positivas se debe conside-rar efectuar la prueba treponémica o confirmatoria.

La polémica

A pesar de ser un procedi-miento de uso cotidiano, Carolina Castañeda Guerrero, magíster en Epidemiología Pública y candi-data a doctora en Salud Pública, considera que se debe replantear la manera como se procede en la detección de esta enfermedad venérea.

Un reciente estudio elabora-do por ella, cuestiona la mane-ra como se aplican las pruebas

Salud

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y sugiere empezar el diagnóstico con la prueba treponémica en el primer control prenatal, que tiene una ventaja de costo-efectividad mayor para los centros hospitala-rios que atienden población vul-nerable.

Su posición es avalada por el profesor Eslava: “aplicando prue-bas que no son rápidas (como las no treponémicas), la señora debe volver al hospital para consultar los resultados, lo que ocasiona una brecha entre el diagnóstico y el tratamiento. Es algo delicado si se tiene en cuenta que muchas ni siquiera vuelven para saber qué tienen a ciencia cierta”.

Castañeda dice que usando

pruebas treponémicas rápidas, co-mo prueba inicial, se logra mayor efectividad, pues permiten empe-zar un tratamiento más temprano y evitar el riesgo de que la sífilis se transfiera al niño en gestación. Por ende, esta estrategia puede dismi-nuir los casos de sífilis congénita en gestantes subsidiadas y no afi-liadas de Bogotá, que son el grupo poblacional más afectado.

“En el año 2009, el 73,3% del total de los casos notificados se registró en mujeres no afiliadas y del régimen subsidiado. Por eso, es prioritario optimizar la atención y detección temprana de la enfer-medad en esta población”.

La falta de tratamiento puede ocasionar que entre un 50% y un 80% de las embarazadas tengan complicaciones.

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Jeinst Campo Rivera,Unimedios

Según la Sociedad de Agricul-tores de Colombia (SAC) y Proex-port, durante los últimos cuatro años la producción agrícola del país se ha incrementado en cerca de 2,5 millones de toneladas (m/t), representada no solo en produc-tos tradicionales de exportación (como el banano), sino también en nuevos (como palma, frutas y hortalizas).

Durante el año 2009, del total de la producción, el 66% corres-pondió a cultivos permanentes (17,1 m/t). Entre ellos el de la caña fue el que más sobresalió (4 m/t), y los frutales alcanzaron el 22% (3,7 m/t). En este último renglón, el lulo (Solanum quitoense) está cobrando un papel protagónico con una productividad de unas 60 mil toneladas al año (2010).

Esta deliciosa fruta ácida, que crece de forma espontánea en la zona andina, se cultiva principal-mente en países como Ecuador, Perú, Honduras, Panamá, Costa Rica y Colombia, y es utilizada pa-ra preparar jugos, sorbetes, mer-meladas y postres.

Residuo provechoso

El profesor Pedro Vanegas, científico del Grupo de Investiga-ción en Procesos Agroindustriales (GIPA) de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, dice que “las características sensibles del lulo han hecho que tenga muy buena aceptación en mercados internacionales y que el país, por poseer las condiciones para sem-brarlo, tenga la posibilidad de in-cursionar en grandes nichos”.

Como subproductos del pro-cesamiento de la fruta, se obtienen restos de pulpa, semillas y cáscaras que en la industria son desapro-vechados, pese a que contienen mayor proporción de compuestos bioactivos (fitoquímicos) que los productos finales (jugos y pulpas). Estas sustancias, aunque no son propiamente nutritivas, tienen otras propiedades a las cuales se les puede sacar ventaja.

Precisamente, en la cáscara y en las partes aéreas de la planta (tallos, hojas, flores y semillas), se encuentra la cutícula, una capa ce-rosa que actúa como barrera natu-ral para que el vegetal pueda evitar la pérdida excesiva de agua.

Este material se compone de cutina, un polímero o macromo-lécula orgánica compuesta por dieciséis moléculas (monómeros) de carbono sin doble enlace y por dieciocho con doble (se les llama carbonos esterificados). Esta pro-piedad hace que entre el 40% y el 80% del peso de la cutícula se componga de cutina.

Por eso, los investigadores del GIPA examinaron la manera de extraer esas moléculas. El profesor Vanegas indica que la producción de un biopolímero que aproveche

Con moléculas de luloelaborarán empaques biodegradables

las características moleculares del lulo y esté disponible en la indus-tria constituye una alternativa para reemplazar empaques y materiales contaminantes derivados del pe-tróleo.

“Podría obtenerse a un bajo costo, debido a la utilización de un residuo que generalmente es des-echado y que es una fuente de con-taminación ambiental”, afirma.

Separación de compuestos

Aunque existen varios estu-dios sobre el proceso de hidrólisis (alteración de una sustancia quí-mica por el agua) y de separación de los diferentes compuestos pre-sentes en la epidermis de algunas frutas (despolimerización), estos solo han caracterizado la cutina sin proponer un uso viable.

Los investigadores evaluaron la eficiencia de varias condiciones de tratamiento, tomando como material de estudio los restos de lulo, variedad castilla, derivados del proceso de despulpado.

Jimmy Alexánder López, miembro del GIPA, explica el pro-ceso: “Evaluamos la hidrólisis de

las cutículas separadas del residuo en medio ácido con dos tipos de tratamiento (enzimático y térmi-co). Posteriormente, efectuamos la despolimerización en dos álcalis diferentes (compuestos de óxidos, hidróxidos y carbonatos que ayu-dan a romper las uniones entre las moléculas)”.

Luego, mediante gravimetría –un método analítico cuantitativo para determinar la cantidad de una sustancia midiendo su pe-so–, los científicos encontraron que está compuesto, aproximada-mente, en un 30% por epidermis, 20% por semillas y 50% por restos de pulpa.

Procesos efectivos

Tras una extensa búsqueda de procesos, los científicos encontra-ron que el más efectivo para lograr la despolimerización es la meta-nólisis. Este consiste en emplear un compuesto químico conocido como metanol, o alcohol metílico, para romper las cadenas molecula-res de la cutícula. Asimismo, halla-ron que, si la hidrólisis se efectúa a 105 ºC, los rendimientos son simi-lares a los encontrados por otros

autores.“Los mejores resultados mues-

tran que se puede disolver entre el 51,8% y el 52,5% del total del peso de las cutículas en el metanol. El resultado se aproxima a los obteni-dos por otros autores, que lograron rendimientos máximos de 52,8% en el caso de la naranja amarga (Citrus aurantium), de 59% en el del nogal común (Juglans regia) y de 58,8% en el del laurel ce-rezo (Prunus laurocerasus)”, dice López.

Según el profesor Vanegas, el estudio comprueba que hay meca-nismos eficientes para extraer las pequeñas moléculas de cutina y elaborar biomateriales.

Los resultados indican que más de la mitad de la materia seca de la cutícula presente en el resi-duo de lulo podría usarse para pro-ducir elementos biodegradables (sustancias que pueden descom-ponerse de forma natural por la acción de agentes orgánicos, como microorganismos).

“En trabajos posteriores se puede estudiar la producción de biopelículas y el diseño de equi-pos”, concluye el profesor.

Con la cáscara y las semillas del lulo, así como con la cutícula de los tallos y hojas del árbol, se puede obtener un compuesto químico que es idóneo para fabricar bolsas o películas elásticas. El secreto está en una pequeña pero fuerte molécula llamada cutina.

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Innovación

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Abejas silvestresmejoran los cafetales

Si bien las variedades colombianas de plantas de café no necesitan insectos polinizadores para producir semillas y frutos, una investigación desarrollada por entomó-logos de la UN demostró que, si las abejas silvestres hi-cieran dicha tarea, aumentaría la calidad de los granos. Esto podría impulsar nuevas estrategias para optimizar los cultivos.

Fernando García Ardila, Unimedios

Una de las características de las variedades de café que se pro-ducen en Colombia es que tienen la capacidad de autopolinizarse. Esto significa que no necesitan que un agente externo fecunde los óvulos de la flor para producir semillas y frutos.

“Por esta razón, se le ha dado poca importancia a la función que tiene la polinización cruzada por abejas en la producción y calidad de frutos de café, pues no exis-te ningún trabajo sobre el efecto de los polinizadores sobre estas características”, afirma Alexánder Jaramillo Delgado, entomólogo de la Universidad Nacional de Co-lombia en Medellín.

En su tesis de grado, el magís-ter investigó el impacto que tienen las abejas silvestres en el culti-vo, en aspectos como el número de granos por planta y el peso y aroma de las semillas. Estas ca-racterísticas, según los resultados obtenidos, mejoran gracias a la polinización cruzada, que ocurre cuando el polen es llevado por el viento, los insectos o las aves a otras flores de la misma especie.

Según el profesor Óscar Efraín Ortega, director de la investiga-ción, se estudió la acción de estos animales en tres sistemas: libre exposición (aire libre), libre ex-posición cerca de fragmentos de bosque y sombra.

También se comparó la au-topolinización (aislamiento de las flores de los insectos) con la emasculación abierta (retiro de los estambres de la flor para evitar la autopolinización), la emascu-lación cerrada (sin estambres ni polinizadores) y la libre exposición (con visita de polinizadores).

Una relación productiva

Los entomólogos hallaron que, al retirar los estambres –ór-ganos masculinos de la flor que producen el polen (véase infográ-fico)–, se registraron los menores porcentajes de pérdida de grano. Esto significa que una mayor can-tidad de frutos llegan a la madu-rez.

Lo anterior es indicador de que la planta responde mejor a la polinización cuando intervienen las abejas silvestres. Asimismo, sus semillas y frutos presentan un ma-yor peso promedio. Por ejemplo, el diámetro de la baya es más grande con la polinización abierta: alcan-za los 1,6033 centímetros. En cam-bio, con la autopolinización (la forma habitual de fecundación en los cafetales) alcanza un tamaño medio de 1,3344 cm.

Igualmente, mejoran las pro-piedades de las semillas una vez secas, lo que favorece una mayor producción en términos de peso seco de los granos y en número de frutos.

Además, se observa una ma-yor concentración de azúcares, o grados brix, en frutos provenientes de este tratamiento. “Lo anterior puede mejorar el sabor y el aroma de los granos de café”, asevera el profesor Ortega.

En cuanto a los rendimientos de los cafetos, se estima que el tra-tamiento de emasculación abierta alcanzó un 92,33%, en el caso del cultivo estudiado en el municipio

Una familia grande

El estudio de los entomólogos de la UN en Medellín se hizo con plantas de café de la variedad arábiga (Coffea arabica). Esta hace parte de la familia Rubiaceae, que tiene alrededor de 500 géneros y más de 6.000 especies; la mayoría son árboles y arbustos, principalmente, de origen tropical y de amplia distribución.

Polen

Estilo

Óvulos

Antena

Estambre

Estigma

Ovario

Autopolinización Polinización cruzada Emasculación abierta

En la antena del estambre se libera el poleny cae en el óvulo de la misma �or

El polen es llevado por el viento,aves o insectos a otras �ores de la misma especie

Los investigadores retiran los estambrespara que las abejas polinicen la �or

Ciencia

de Ciudad Bolívar, y de 93,47%, en el de Venecia. Esto significa un mayor éxito en términos de pro-ductividad.

El experto asegura que, por otra parte, es evidente el papel que tienen los cultivos de café en la conservación de las abejas sil-vestres de la región, como lo de-muestra la alta diversidad de estos insectos asociados a los cafetos.

En total, se recolectaron 750 abejas de las familias Apidae, Halictidae y Megachilidae, que re-presentan a tres de las cinco fa-milias reportadas para Colombia, las cuales están distribuidas en 47 especies de 17 géneros, para el municipio antioqueño de Ciudad Bolívar, y en 50 especies de 20 gé-neros, para el de Venecia.

En las dos poblaciones, la ri-

queza y abundancia fueron ma-yores en los sistemas al aire libre. Los principales visitantes de las flores de café fueron los géneros Augochlorella, Apis, Trigona y La-sioglossum.

Buenas amigas

Estos datos demuestran el pa-pel fundamental que juegan las abejas silvestres en la calidad del café y respaldan científicamente a aquellos caficultores que han deci-dido instalar colmenas artificiales cerca de las plantaciones.

En un país de tradición cafe-tera como Colombia –uno de los mayores exportadores del grano en el mundo–, esta clase de hallazgos permitirán crear nuevas prácticas para optimizar la producción.

En la actualidad, el café repre-senta el 4% del producto interno bruto del país. La predicción de la Federación Nacional de Cafeteros, a finales del año 2012, era que la producción alcanzaría los 9 millo-nes de sacos (un poco por encima del promedio de años anteriores, que fue de 8 millones), por efectos del clima y quebrantos de salud de los cafetales. Para incrementar esas cifras se requieren nuevos co-nocimientos y estrategias.

La polinización abierta po-dría ser una de ellas. Estudios re-cientes en países como Panamá, Costa Rica, Ecuador e Indonesia reportan aumentos significativos de la cantidad y la calidad de los frutos producidos gracias a esta bella relación natural entre abejas y plantas.

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Fórmula optimiza uso del aguaen cultivos de tomate

El desconocimiento de la cantidad de agua que debe usarse en las tomateras hace que los agricultores la desperdicien. Científicos determinaron el coeficiente del cultivo, una fórmula que permite utilizar el recurso eficientemente y aumentar la producción.

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

La especie Solanum lycopersi-con, más conocida como tomate, es la hortaliza más comercializada y consumida (en estado fresco y procesado) a nivel mundial. Tam-bién es la de mejor posicionamien-to económico, pues su demanda creciente equivale al 30% de la producción hortícola mundial.

El país ocupa el puesto 41, en cuanto a áreas sembradas (15.293 hectáreas), y el 65, en cuanto a su rendimiento (29,91 toneladas por hectárea). Según investigado-res de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, estas cifras indican una marcada debilidad del sector con respecto al de otras naciones, debida, en parte, a los pocos estudios orientados a deter-minar los requerimientos hídricos y nutritivos de los cultivos.

“Aunque se han adelantado investigaciones, no se han tenido en cuenta aspectos relacionados con la interacción fisiológica entre la hierba, el suelo y el agua. No se disponen de datos sólidos que permitan obtener conclusiones certeras”, afirma María Sara Mejía, ingeniera agronómica de la UN en Palmira.

El agua, limitante

El recurso hídrico es el prin-cipal factor limitante de la pro-ducción agrícola. Estudios hechos por organismos internacionales predicen que el cambio climático global incrementará su escasez en los próximos años.

Según la profesora Mejía, ex-perta en suelos y aguas, el uso del líquido debe ser, en lo posible, el más adecuado, pues una inapro-piada programación de riego pro-duce desórdenes fisiológicos en el desarrollo y aspecto del tomate.

Pero el desconocimiento de la cantidad que debe ser usada hace que algunos agricultores empleen más de la que requieren las siem-bras.

Esto llevó a los investigadores de la sede a evaluar una técni-ca de irrigación que determine la cantidad evaporada (la cual está correlacionada con la evapotrans-piración del cultivo –la pérdida de humedad por la transpiración de la planta–), así como su respuesta a los tratamientos.

“Orientamos el estudio al uso de sistemas de riego y de nutri-ción más eficientes, para conocer la respuesta fisiológica a diferen-tes niveles de humedad, por me-dio del tanque microevaporímetro (una de las técnicas más simples y económicas para estimar la evapo-transpiración)”, precisa el investi-gador Óscar Eduardo Perengüez.

Tratamientos efectivos

La investigación se desarro-lló mediante dos ensayos en los cuales se aplicaron diferentes sis-temas de irrigación. El primero

contó con cinco regímenes de hu-medad, establecidos con base en los coeficientes del cultivo (Kc) empleados de modo estándar en la agricultura tradicional.

Los Kc son ecuaciones mate-máticas que permiten determinar las necesidades diarias de agua de un cultivo, según el nivel de evotranspiración del vegetal, que viene dado por las condiciones climáticas propias de la zona.

El segundo consistió en calcu-lar los Kc propios de la región y del tomate unapal maravilla (una va-riedad concebida en la UN). Para esto, los investigadores emplearon un diseño experimental de lámi-nas de agua (que es un método para evaluar la cantidad de líquido existente o almacenado en una superficie) y efectuaron el calculó a partir de los datos registrados a diario por el microevaporímetro.

Según el profesor Harold Ta-fur, director de la investigación, evaluaron la evapotranspiración diaria, la acumulación de materia seca y la absorción de nutrientes. Además, midieron la altura y con-taron el número de racimos, frutos y flores a los 59 días del trasplante en los sitios de experimento.

Hallaron que los Kc usados en la actualidad no son los más apro-

piados para las necesidades hídri-cas y nutritivas de las tomateras del país; pues son ecuaciones que no se ajustan a la realidad climá-tica de las regiones. Por tanto, es necesario utilizar unos indicado-res propios, que fue precisamente la tarea de los científicos.

Ellos sostienen que tanto la sequía como el exceso del líquido repercuten en la calidad y pro-ducción de las tomateras. La falta de humedad se evidencia en ra-jaduras en la corteza del fruto. El exceso se asocia al incremento de enfermedades.

Por eso, diseñaron un sistema de riego localizado o por goteo, para el cual emplearon cintas de irrigación con agujeros cada 25 cm, los cuales proporcionaron una lámina de agua de 1,2 mm en la primera etapa del cultivo. En la etapa de formación de frutos, la lámina se amplió a 3,8 mm. El riego funcionaba tres veces al día en promedio, dependiendo del es-tado del clima, con una intensidad media de 15 minutos.

El tratamiento demostró estar dos veces por encima de los con-vencionales. Algo que, sin duda, es un avance significativo para los agricultores, por cuanto posibilita hacer un uso óptimo del líquido

y provee una forma de evitar el aborto de las flores en la etapa de floración.

Aporte al agro

Según los expertos, el uso óp-timo del agua es posible, siempre y cuando exista una buena plani-ficación, proyección y operación del líquido. Dichas acciones están orientadas a ser más eficientes en los periodos de sequía, para garan-tizar el crecimiento más adecuado y altos rendimientos.

En cuanto a los nutrientes requeridos, en el caso del toma-te unapal maravilla, encontraron que responde de manera óptima a aplicaciones de 22 gramos de ni-trógeno, 20 de potasio y 7 de mag-nesio por planta. Establecieron, además, que a partir de los 59 días del trasplante el nitrógeno tiende a estabilizar su cantidad absorbible en el vegetal, lo que indica que aplicaciones mayores son un costo económico innecesario.

En Colombia, son pocos los trabajos científicos centrados en calcular el gasto exacto de agua de los cultivos. Por eso, esta investi-gación es una de las pioneras en el área y un ejemplo para seguir.

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El pirarucúse abre espacio como plato gourmet

Gracias a sus altos niveles de proteína, el pirarucú, uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo, podría conver-tirse en una alternativa de consumo para los colombianos. Los ácidos grasos de su carne son benéficos para el organismo hu-mano. Ahora el reto es aumentar su cultivo.

Giovanni Clavijo Figueroa,Unimedios

El pez pirarucú es uno de los principales recursos pesqueros y de alimentación para muchas comuni-dades del Amazonas. Cerca del 50% de su peso es carne comestible, muy apreciada por su sabor.

En ese sentido, el año pasado el grupo de investigación UN-Acuictio, de la Facultad de Medicina Veterina-ria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá ca-racterizó muestras de filetes de este pez, recolectadas en tres regiones del país: Leticia (Amazonas), Puerto Leguízamo (Putumayo) y El Donce-llo (Caquetá). En los dos primeros lugares, los ejemplares venían de centros de acopio locales (pesca ex-tractiva), mientras que, en el tercero, de cultivo en estanques.

La profesora Adriana Muñoz, coordinadora de la investigación, señala que el animal es conocido como el “gigante de las aguas” por-que puede superar los tres metros de largo. Evolutivamente, es el único de su especie, lo que también es lla-mativo para la ciencia. Además, es posible cultivarlo.

La Organización de las Nacio-nes Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) e investigaciones recientes reportan que esta especie criada en estanques consume con facilidad el alimento balanceado proporciona-do por los criadores. Sin embargo, este puede aumentar los costos de producción, pues su alimentación natural consiste en peces vivos.

“El pez se ha convertido en uno de los más estudiados en el mundo porque crece hasta veinte gramos diarios, mientras que una especie co-mo la tilapia (conocida como moja-rra) lo hace entre dos y cuatro gramos al día”, explica la profesora Muñoz.

En aguas revueltas

El Arapaima gigas (nombre científico del pirarucú) es fuerte-mente explotado en la cuenca del Amazonas, lo que propicia la dismi-nución de sus poblaciones, advirtió la FAO en el año 2010.

Además, según datos de la Con-ferencia de las Naciones Unidas so-bre Comercio y Desarrollo, el espé-cimen ha sido capturado desde el siglo XVIII en los ríos del Amazonas y su población silvestre disminuyó sensiblemente en la década de los ochenta.

El profesor Álvaro Wills, inves-tigador del Departamento de Cien-cias para la Producción Animal de

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MAYORES INFORMES: Depar tamento de Estadíst ica - Conmutador: 316 5000 Ext . 13236 - 13240 E-mail : s [email protected] - www.simposioestadist ica.unal.edu.co

2 5 , 2 6 y 2 7 d e j u l i o d e 2 0 1 3A R H o t e l S a l i t r e e n B o g o t á , D . C . C o l o m b i a

Agustín Maravall Ph.D. Banco de España. Área: Análisis de Series TiempoHeleno Bolfarine Ph.D. Universidad de Sao Paulo. Área: Modelamiento Estadístico.Jeff Wu Ph.D. School of Industrial & Systems Engineering. Georgia Tech. Área: Estadística IndustrialLuigi Spezia Ph.D. Biomathematics & Statistics Scotland. Área: Estadística AmbientalPeter Green Ph.D. School of Mathematics. Bristol University. Área: Inferencia BayesianaJon N.K Rao PhD. Carleton University. Área: Muestreo

Conferencistas invitados:

Recepción de propuestas para comunicaciones y/o posters(resumen de 1 página): Hasta 15 de Marzo de 2013Respuestas de Aceptación: 30 de Marzo de 2013

INSCRIPCIONES ABIERTASOrdinaria

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FECHA

PARTICULARESY DOCENTES

ESTUDIANTES

Extraordinaria

Posterior al 17 de Junio

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$ 350.000

FACULTAD DE CIENCIASDEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA

la Facultad, asegura: “el animal ha sufrido una captura indiscriminada, y esto lo ha llevado a estar en la lista de peces en peligro de extinción, por su manejo irracional e inadecuado como recurso”.

Su reproducción es uno de los obstáculos más persistentes para obtener a gran escala su carne. Aun-que crece rápido, su madurez sexual se da después de los dos o tres años. Por lo tanto, hay que esperar bastan-te tiempo para tener un buen lote de reproductores.

Un estudio del año 2007, de los profesores Hugo Hernán Franco y Marlon Peláez, de la Universidad de la Amazonía, muestra que, en la épo-ca de reproducción, los sementales pierden el interés por comer y su cabeza se torna negra, al igual que el dorso y la aleta dorsal. Cada pareja puede producir alrededor de mil ale-vinos o crías por desove.

El pirarucú es carnívoro y se alimenta de pequeños peces en pro-porción del 8% al 10% de su pe-so vivo, cuando es joven, y del 6%, cuando es adulto. En su primer año de vida, alcanza hasta 10 kg.

Un alimento

por aprovechar

Si bien este gigante es muy po-pular en la región de la Amazonia, en

el resto del país es casi desconocido. Por eso, al ver su potencial como alimento, el Ministerio de Comer-cio, Industria y Turismo patrocinó a investigadores de la UN para que caracterizaran su valor nutricional.

Los zootecnistas tomaron filetes en cada uno de los sitios de produc-ción y describieron sus particulari-dades. Por ejemplo, determinaron que, en el caso de un filete fresco estándar proveniente de Leticia, el 76,48% de su composición es agua; el 19,47%, proteína; el 1,08, cenizas; y el 3,08, lípidos (moléculas de grasa de reserva de energía y de ácidos grasos esenciales).

Hallaron que la composición de todos los filetes es similar a la encon-trada en otras especies de agua dulce y que incluye una alta cantidad de ácidos grasos omega 3.

“Por sus hábitos de consumo, se observó que tiene un perfil de ácidos grasos esenciales mejor que el de otros peces tropicales (tilapia y ca-chama), aunque no igual al de un pez marino. Esto significa que es una car-ne de alta calidad. Además, es un pez magro (de poca grasa) frente a otros de río”, anota la profesora Muñoz.

Mediante análisis microbioló-gicos, también comprobaron que las muestras de filete de pirarucú cumplieron con los estándares de calidad dados por la Norma Técni-ca Colombiana 1443 para pescado

entero, medallones y trozos refri-gerados o congelados. Igualmente, encontraron que las muestras reco-lectadas en El Doncello (provenien-tes de cultivo) presentaban un perfil más nutritivo y adecuado para su comercialización.

Los expertos aseguran que los resultados resaltan la relevancia que tiene el uso de las buenas prácticas de producción acuícola para cual-quier tipo de manejo al que se some-ta el pescado para consumo.

Asimismo, evaluaron la presen-cia de metales pesados. Sobre esto, la profesora Muñoz afirma: “no fue detectada la presencia de cadmio; para arsénico, plomo y mercurio, los valores detectados estuvieron dentro de la norma para su comercializa-ción”. Sin embargo, hallaron un va-lor de mercurio menor en los peces cultivados que en los provenientes de pesca.

Finalmente, hicieron un análisis sensorial, con la colaboración del Grupo de Química de Alimentos de la UN, en el que un panel de exper-tos catadores degustó las muestras y evaluó características de palatabi-lidad y aceptabilidad, en cuanto a color, sabor, olor, entre otras.

“Todas las pruebas superaron las expectativas, a tal punto que se confirma que el filete de pirarucú es una excelente alternativa de tipo gourmet”, opina la profesora.

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Encrucijada científicapara investigar a las ardillas

El impedimento legal que tienen los biólogos para estudiar el impacto del tráfico de la fauna nacional afecta el desarrollo de planes de conservación y de censos biológicos. Las especies del género Sciurus, uno de los roedores más comercializados de ma-nera ilegal, se ven seriamente afectadas.

Sania Salazar,Unimedios

¿Cuántas especies de ardillas tiene Colombia? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Esto se convierte en un gran problema a la hora de devolver a sus hábitats los ejem-plares decomisados a traficantes de fauna, pues no se conoce a qué variedad ni a qué región del país pertenecen.

Lo anterior puede ocasionar hibridaciones (mezclas), esterili-dad en los animales y reducción de las poblaciones nativas.

Por tal razón, investigadores del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Uni-versidad Nacional de Colombia en Bogotá caracterizaron treinta ejem-plares, según su aspecto morfoló-gico (características físicas), para ofrecer una guía para liberarlas, una misión que cumplen las auto-ridades ambientales regionales.

Sin embargo, tomar decisiones solo a partir de dicha clasificación es un riesgo, porque, aunque luz-can similares, pueden tener dife-rencias genéticas que únicamente se evidencian con un examen espe-cializado llamado cariotipo, precisa la profesora del Departamento de Biología Martha Lucía Bueno.

Se hace necesario corroborar y hacer un estudio más minucio-so. El obstáculo para hacerlo es la dificultad para acceder a estos ani-males. Según la legislación, los que están en cautiverio pertenecen al Estado y no se permite experimen-tar con ellos. Además, tampoco se pueden capturar del medio na-tural sin permisos oficiales, que difícilmente se obtienen luego de un largo y complicado proceso bu-rocrático.

“Esto nos impide certificar científicamente lo que estamos diciendo en teoría. Es indispensa-ble determinar localidades y po-blaciones concretas para saber de dónde vienen realmente”, dice la profesora Bueno.

Por su parte, Gonzalo Andra-de, profesor asociado del Instituto de Ciencias Naturales de la UN, señala que el Decreto 309 de 2000 obliga a que cualquier proyecto que se adelante en Colombia so-bre biodiversidad y que implique recolectar ejemplares tenga per-miso de investigación. Pero la au-torización puede demorarse tres años y medio. Más aún, afirma, en quince años de aplicación de la norma, el Ministerio de Ambien-te y Desarrollo Sostenible solo ha otorgado 48 permisos.

“A partir de la evidencia, les recomendamos a las autoridades que liberen a las ardillas en de-

terminados sitios. Por ejemplo, las rojas, en la Costa Atlántica, y las amarillas, en los Llanos Orienta-les. Pero no podemos decirles más, porque necesitamos más informa-ción a partir del estudio de los ejemplares”, cuenta la bióloga.

Además, asegura que, según la ley, todos los especímenes de-comisados deben ser regresados al lugar de origen. Sin embargo, advierte que muchas veces, desde el punto de vista biológico, regre-sarlos a la naturaleza sin conoci-mientos completos puede ocasio-nar consecuencias destructivas de alto costo.

Sin nombre

El complicado panorama se hizo evidente en el trabajo de gra-do de Carolina Arango, de la Maes-tría en Ciencias, que versó sobre la clasificación de ardillas, duró dos años y fue dirigido por la profesora Bueno.

“Encontramos evidencias ge-néticas de que, en las decomisadas en Bogotá, son frecuentes al me-

nos dos morfotipos distintos no identificables a nivel de especie o subespecie, debido a la escasa in-formación sobre sitios geográficos de origen y una evaluación siste-mática más profunda”, especifica la experta.

Añade que para ponerles nom-bre y apellido a cada una hay que describirlas. Y, para eso, hay que recolectarlas.

Las investigadoras realizaron análisis de ADN con muestras de sangre, a fin de determinar la va-riación genética según la aparien-cia física. Lo hicieron comparando los cromosomas. Concluyeron que las colombianas tienen un par cro-mosómico adicional a las estudia-das en Brasil y en Estados Unidos.

Los tipos hallados en Colom-bia tienen un cariotipo (organiza-ción de los cromosomas de una especie) que se asemeja mucho al Scirius carolinensis –observada en EE. UU.–. No obstante, son distintas.

La información científica pu-blicada al respecto estaba en ese país y todo se relacionaba con la

especie Sciurus carolinensis. Ade-más, expertos afirmaban que las de Colombia pertenecían a la especie Sciurus granatensis (un variedad de la región tropical). Sin embargo, las estudiadas por las investigado-ras de la UN presentan diferencias en el número de cromosomas.

Así, agrega que una de las grandes contribuciones del trabajo ha sido comprobar que esta fami-lia del género Sciurus es mucho más diversa en Colombia de lo que se pensaba. Si la legislación no pusiera tantas trabas a la investiga-ción, se podrían desarrollar planes de conservación y censos de biodi-versidad. “Lo ideal sería poder in-vestigar más profundamente a los animales capturados para hacer repoblaciones”, asevera.

Para la profesora, la solución está en reducir el tráfico: “hay que hacer que la cadena se rompa, es decir, no comprar”. Por último, les pide a las personas que, aun-que sientan lástima, no compren animales, porque es incentivar la venta y, por tanto, el daño a la na-turaleza.

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Conservación

La inadecuada introducción de ardillas en los ecosistemas obstaculiza la conservación de la especie.

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El 97% del área original de los humedales del alti-plano cundiboyacense se ha perdido en el último siglo, con la consecuente disminución de pobla-ciones y extinción de especies. La falta de agilidad para tramitar instancias de protección efectivas, así como diversos factores ambientales, tienen a estos lugares al borde del colapso.

Sandra Uribe Pérez,Unimedios

Según el zoólogo danés Jon Fjeldsa, aunque la Sabana de Bo-gotá es “el centro más importante de evolución de aves acuáticas de altura en el norte de Suramérica”, con una proporción alta de espe-cies endémicas (propias del lugar), sus humedales son los ecosistemas más amenazados de Colombia.

Es una paradoja que el país más biodiverso en avifauna (des-pués de Perú y Brasil –como lo señala la Fundación Proaves–, con 1.898 especies, 54 de ellas amena-zadas) tenga en tal grado de de-terioro los espacios que podrían hacer la diferencia para su conser-vación.

El zambullidor andino (Podi-ceps andinus), propio del altiplano cundiboyacense, ya no tendrá más oportunidades, pues es la prime-ra especie de avifauna extinta en Colombia. Este mismo destino po-dría estar muy cerca para el cuca-rachero de pantano (Cistothorus apolinari).

Esta situación llevó a la inves-tigadora Loreta Rosselli Sanmartín a abordar la problemática en su tesis doctoral en Ciencias (línea de Biología) de la Universidad Nacio-nal de Colombia en Bogotá, con miras a encontrar los factores mí-nimos necesarios para que persis-tan ciertas especies; en particular, para 7 de las 132 registradas en los humedales de la Sabana de Bogotá.

Amenazas latentes

A partir de la observación de 19 humedales, la bióloga pudo de-terminar algunos de los factores relacionados con la abundancia o disminución de individuos: las características locales del hábi-tat y el paisaje (matriz urbana y rural); el área, la densidad y la

forma de los humedales; los tipos de vegetación; las fluctuaciones y calidad del agua; los dragados; la contaminación; y la presencia de aves parásitas, perros y ratas.

Todas las especies tienen cos-tumbres diferentes. Mientras que algunas no toleran que el hume-dal esté embebido en la ciudad y rodeado de cemento, otras logran acoplarse a esta realidad. Por otra parte, algunas prefieren mucha vegetación y otras, los espejos de agua.

Al respecto, el profesor de la UN Gary Stiles, director del traba-jo, dice que es necesario “mante-ner espejos de agua (limpia), áreas de vegetación y tapetes flotantes donde puedan alimentarse”. No hacerlo puede llevar a situaciones como la del humedal de La Flori-da, donde colapsaron poblaciones grandes de algunas aves.

El profesor Stiles indica que “los perros son responsables di-rectos de exterminación de aves”. Rosselli ha visto “jaurías completas persiguiéndolas”, y añade que “se han encontrado aves muertas por los perros o nidos afectados”. Sin el descuido de los dueños, no se presentarían tantos estragos.

Se suma la contaminación por basuras, acompañada de la presen-cia de ratas –que se ven nadando permanentemente en los humeda-les, incluso en los más cuidados–, las cuales son “depredadoras tre-mendas de pichones y huevos”.

Otro riesgo es la muerte de aves acuáticas por tratar de cruzar las calles (especialmente de noche, dado que las luces las desorien-tan), así como las prácticas de ca-cería que todavía existen.

A un “golpe de gracia”

La mayoría de las especies es-tudiadas están amenazadas por la pérdida de hábitat, pero el caso del cucarachero de pantano incluye

Conservación

Burocracia estatal acelera

agonía de humedales

El humedal Gualí-Tres esquinas, en Bogotá, es uno de los más poblados por el cucara-chero de pantano. Sin embargo, los cambios en el uso del suelo y los vertimientos no son compatibles con los fines de conservación.

Chamón macho. Foto cortesía Sandra Cortés

Tingua bogotana. Foto cortesía Jürgen Beckers

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otros riesgos. Sus características biológicas lo hacen muy sensible: además de ser territoriales y fieles al sitio –“es posible ver a la misma pareja en el mismo pedazo de jun-co durante años”–, son muy poco móviles; aparentemente, si se les acaba su humedal no son capaces de irse a uno nuevo.

Como si fuera poco, están siendo atacados por el parasitis-mo del chamón (Molothrus bo-nariensis), una especie que pone sus huevos en los nidos de pája-ros más pequeños. “Sus pichones compiten; y, al ser más grandes y ruidosos, generalmente elimi-nan a los pichones de la especie hospedera por inanición”, dice el profesor Stiles.

Hay tan pocos individuos de algunas especies que, como se-ñala Rosselli, el chamón podría ser el responsable de dar el “golpe de gracia” final al cucarachero de pantano: “con una sola hembra de chamón ya es suficiente para afec-tar a todos los cucaracheros rema-nentes en un humedal y con unas pocas, a todos los de la sabana”.

Así, la única luz de esperanza que queda son las subespecies que aún persisten en el páramo. Pero estas son diferentes y, de todos modos, se perdería su diversidad genética.

Aunque tiene implicaciones éticas, el control del chamón se podría hacer de la mano de los floricultores, pues nubes grandes de estas aves frecuentan los culti-vos debido a que allí encuentran cascarilla de arroz, de la cual se alimentan.

Una red como solución

El estado de amenaza amerita acciones concretas, urgentes y un esfuerzo conjunto. Por ello, Ros-selli y Stiles pusieron el estudio en conocimiento de la Secretaría Dis-trital de Ambiente, la Corporación

Autónoma Regional de Cundina-marca y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, sin que hasta la fecha hayan obtenido res-puesta.

Su propuesta es incorporar en una red a todos los humedales de la Sabana de Bogotá, como parte de la Convención de Ramsar (Con-vención Relativa a los Humeda-les de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas), de tal modo que se pueda promover su protección a nivel internacional.

La estrategia para recuperar los humedales y evitar la extinción de más aves está sobre la mesa. Sería muy decepcionante que la burocracia les dé la estocada final a estas especies y a sus hábitats.

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320 Entrevista

América Latinaha reinventado la democracia

Según el filósofo y pensador marxista Antonio Negri, hoy no es negociable el derecho de acce-so a lo común, a las grandes fuentes naturales, al agua, al aire y a la cooperación social. Esto probablemente constituye una base del llamado socialismo del siglo XXI, en el cual las comuni-dades comienzan a reivindicar su papel como agentes de cambio.

Leidy Castaño*,Unimedios

UN Periódico: Usted comenzó su trasegar político y filosófico con organizaciones activistas juveni-les. ¿Qué recuerda de esa época?

Antonio Negri: Recuerdo que, como en todas las experiencias ju-veniles, el descubrimiento de un horizonte político estaba acom-pañado de una imaginación que buscaba una transformación fácil, posible y cercana. Había una vo-luntad, tanto en nuestros compor-tamientos como en nuestra con-cepción de la vida, que era muy poco realista. Todo esto fue muy importante desde un punto de vis-ta moral y ético para fijar lo que era una vocación de militancia y de participación en la lucha de los trabajadores.

UNP: En su opción por la iz-quierda, por el marxismo, ¿qué papel desempeñó su familia?

A. N.: Mi padre fue un funda-dor del Partido Comunista italiano, pero murió cuando yo tenía dos años. Por lo tanto, no pudo haber tenido mucha influencia. Con mi madre vivimos durante el fascis-mo. Ella era muy prudente y no contaba nada en casa. Son cosas que descubrí más tarde. No habla-ba ni siquiera de la vida de comu-nistas que ella y mi padre habían tenido cuando jóvenes.

Durante la guerra conocí a mi cuñado, el novio de mi hermana, que era un partisano comunista que vivía en las montañas. Vivió conmigo cuando yo tenía 10 años y él unos 22 o 23. Todavía está vivo, tendrá unos 94 años. Para mí fue casi un padre. Pero, incluso en este caso, se trató de una influencia bastante externa.

Primero me volví comunista, y después marxista, a los 30 años. Comencé a leer a Marx desde el co-mienzo hasta el final, comentándo-lo. Y, sobre todo, empecé a relacio-narme con grupos que, después de la Revolución húngara contra los soviéticos (1956) –una revolución obrera contra el régimen soviéti-co–, habían comenzado a renovar el marxismo. Se trató de Cuadernos Rojos. Esta revista y estos grupos de compañeros fueron decisivos en mi formación.

UNP: Usted es un referente en los debates sobre el poder obrero. ¿Cuál es su posición actual?

A. N.: Creo que las luchas obre-ras siguen siendo muy relevantes. Por lo menos durante el último siglo y medio han estado en la vanguardia, en el centro propositi-vo de los movimientos en general. Sin duda, con la transformación del modo de producción, con el surgimiento de modos y formas de organización diferentes del traba-jo, en especial con el triunfo de la actividad cognitiva e informática, etc., el papel de la clase trabajado-ra ha disminuido.

Sin embargo, ha disminuido solo en el sentido de que la vieja clase obrera se ha convertido en una parte de una multitud mu-cho más amplia. En consecuencia, desde un punto de vista teórico, se puede decir que estamos jus-tamente frente a una especie de ampliación social de la base del trabajo y de una profundización considerable de su incidencia en la valorización social y en la capaci-dad de organización de una auto-nomía de los trabajadores.

Chivo expiatorio

UNP: Usted fue involucrado en el asesinato del primer minis-tro de Italia Aldo Moro. ¿Cómo recuerda esos años en la cárcel?

A. N.: No, no fui involucra-do. Fui acusado. Se trató de una acusación realmente infame, de la cual fui liberado por el poder judicial mismo. Este la había usa-do para golpearme y, sobre todo, a mis compañeros de organizacio-nes, que se movían alrededor de mí. Fui un chivo expiatorio sacrifi-cado con esta acusación contra el movimiento.

Fueron años emocionantes de lucha –los años setenta–, en los que precisamente la fuerza de los trabajadores en las fábricas y de los proletarios en las ciudades, en las metrópolis, era tal que lograban rechazar a la policía y las provoca-ciones y construir formas y zonas libres en donde la gente vivía, es-tudiaba, construía proyectos cada vez más altos de comunidad, de vida feliz.

Por otra parte, recuerdo aque-

llos años en la cárcel como años de indignación contra la represión, que fue extremamente violenta y estuvo siempre cubierta hipócri-tamente con fórmulas jurídicas en las cuales estábamos encerrados.

Hay que tener en cuenta que, en ese momento, la ley italiana preveía hasta doce años de prisión preventiva sin proceso judicial. Yo estuve cuatro años y medio. Fui sa-cado de la cárcel por una votación popular que me nombró diputado. Por lo tanto, estábamos en una situación de excepcionalidad legal, completamente fuera de la ley, que fue muy grave.

UNP: ¿En algún momento consideró su exilio en Francia co-mo una prisión?

A. N.: A mí me quitaron la inmunidad parlamentaria por tres votos: 300 contra 297. Era una si-tuación en la cual podía suceder cualquier cosa. Todos mis amigos consideraban que mi vida estaba en peligro. Por eso, mi fuga a Fran-cia fue un intento de sustraerme a lo que habría podido convertirse en un hecho personal vivido de un modo demasiado furioso. Y evi-dentemente fue muy dolorosa

Agenda social

UNP: Se habla mucho del so-cialismo del siglo XXI en América Latina. Las democracias han oca-sionado un cambio en la manera de gobernar: tratan de distanciar-se de las políticas del “imperio”. ¿Cómo ve usted esos cambios en Ecuador, Bolivia y Venezuela y qué papel han tenido las multitudes en estos cambios?

A. N.: Está claro que la com-posición social y de clase en estos países, sobre todo en los andinos (más que en Venezuela), es extre-mamente compleja. Allí intervie-nen, en particular, grupos indíge-nas con fuertes identidades, tradi-ciones e instituciones.

Desde este punto de vista, la relación entre clase obrera en lu-cha por la emancipación, tomada en su sentido clásico, y estas fuer-zas ha modificado radicalmente los movimientos. Además, no sé si debido a la fuerza de la revolución o a la debilidad del Estado, se han afirmado nuevas formas de gobier-

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no en las cuales un cierto dualismo constitucional se ha convertido en un elemento principal.

Los movimientos les han da-do la agenda a los Gobiernos por un largo periodo. Hoy quizás es-ta relación se está debilitando. Es una fase de transición que, por lo demás, coincide con una crisis mundial muy grave.

En consecuencia, probable-mente no hay que dramatizar es-te momento. Pero, sin duda, en América Latina ha habido, entre los años noventa y, al menos, has-ta el año 2008, una reinvención de la democracia. Y eso me pa-rece sumamente importante, no simplemente para los países de la región, sino en general como mo-delo, como propuesta, para todas las democracias.

Derechos liberales en el alma de la gente

UNP: ¿Qué salidas puede haber para desarrollar un anta-gonismo, teniendo en cuenta la dinámica de guerra y violencia como la que afecta a Colombia?

A. N.: Evidentemente, hay muchos caminos y yo no pretendo poder seguirlos todos. Yo diría que hay una primera línea de resis-tencia que, sin lugar a dudas, es aquella que está representada por la defensa de los derechos huma-nos. Es claro que la eliminación de los derechos de venganza, de violencia, de la pena de muerte, etc., constituyen derechos absolu-tamente fundamentales y centra-les, que siempre se deben asumir en situaciones de antagonismo y de no antagonismo.

Son principios a partir de los cuales se trata de calibrar lo que es nuestra existencia individual y co-lectiva. Por ejemplo, recuerdo que en Italia los carabineros entraban a la casa de uno de los compañe-ros y mataban a todo el mundo. Luego declaraban que ese era un derecho suyo porque uno de ellos había sido asesinado.

Creo que es fundamental no matar para vengarse, que era lo que los carabineros decidían hacer. Ellos podían hacer prisioneras a esas personas y entregarlas a la jus-ticia. Luego ella habría decidido, no

en nombre de un derecho a la vida, sino según criterios de justicia

Hay un hecho adicional, que está emergiendo hoy y que pro-bablemente constituye una base de lo que es el socialismo del siglo XXI, si queremos emplear esta eti-queta: cada vez más los derechos liberales, naturales y fundamen-tales se están expandiendo en el alma de la gente.

Pienso que hoy ya no es ne-gociable el derecho de acceso a lo común, a las grandes fuentes natu-rales, al agua, al aire, a todas estas cosas (como nos lo ha enseñado el ecologismo), así como tampoco lo es el derecho a la paz y a la coope-ración social.

UNP: Finalmente, usted ha-bla de los “Estados fortaleza” para

referirse, por ejemplo, a lo que está sucediendo con el pueblo pa-lestino. Muchísimas personas y organizaciones se han solidariza-do con esta lucha. ¿Cuáles son las enseñanzas de esta experiencia?

A. N.: La cuestión palestina es extremamente compleja y difícil de identificar. Creo que efectivamente la solución de los dos Estados es imposible de alcanzar y que, con toda probabilidad, pronto se abrirá la temática de un único Estado, de un único espacio que debe incluir tanto a los ciudadanos israelíes co-mo a los ciudadanos palestinos.

La situación ya ha llegado a tal punto que esta fuente de guerra que Israel ha terminado por repre-sentar difícilmente podrá resistir. No hablo de los próximos años,

pero estoy seguro de que en el lap-so de unos veinte años el problema de Israel será planteado por parte de las grandes potencias mundia-les como un problema que debe resolverse: debe modificarse la es-tructura actual del Estado israelí.

Pienso que los judíos, en ge-neral, tienen derecho a una tierra. Pienso que probablemente la tie-rra de Israel es para ellos una pa-tria, pero es una patria que deben compartir con los demás, así como la compartieron durante siglos.

* Traducción del italiano de Rodolfo Suá-rez Ortega (Ph. D.), profesor asociado del Departamento de Lenguas Extranjeras de la UN en Bogotá.

Antonio Negri ha sido un referente para los movimientos que reivindican los derechos de los trabajadores.

“Se puede decir que esta-mos justamente frente a una especie de ampliación social de la base del trabajo y de una profundización consi-derable de su incidencia en la valorización social”.

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Vivienda popular en Bogotá no ha mejorado la calidad de vida

Uno de los retos de desarrollo urbano en Colombia es con-cebir soluciones habitacionales para los más pobres que también garanticen condiciones dignas de asentamiento tanto en el interior como en el exterior. Un estudio de veinte años demuestra que se han vulnerado los derechos de las personas.

Sania Salazar,Unimedios

Si bien uno de los objetivos de millones de familias es tener vivienda propia, también lo es me-jorar su calidad de vida. Aunque los esfuerzos del Estado les han permitido a miles de personas ac-ceder a una casa, por lo general estas estructuras no van ligadas a una existencia más digna. Incluso, puede suceder lo contrario.

Así lo considera Carlos Alberto Torres Tovar, profesor del Departa-mento de Arquitectura de la Facul-tad de Artes de la Universidad Na-cional de Colombia en Bogotá. Él es categórico en afirmar que “para el caso colombiano, la vivienda es parte del problema y no de la solución; problema que se agrava al reconocer que esta se enfrenta a las presiones del mercado”.

Estas conclusiones, derivadas de un proyecto de investigación doctoral que indagó sobre su evo-lución en Bogotá, le mereció el segundo puesto en el Premio Ibe-roamericano de Tesis de Investi-gación sobre Vivienda Sustentable Infonavit-Redalyc 2012. El galar-dón es otorgado por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) de México y el Sistema de Infor-mación Científica Redalyc (Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portu-gal), de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Todos los males

El profesor Torres dice que las políticas estatales y las accio-nes de los constructores urbanos no logran acabar con el déficit de vivienda y que, en cambio, sa-crifican el espacio y amplían la inseguridad de las familias al ha-cerlas más vulnerables (proclives a la violencia intrafamiliar y a los conflictos de barrio).

Para llegar a estos análisis, el arquitecto desarrolló un trabajo de campo de veinte años en cuatro barrios de Bogotá, dos constitui-dos de manera formal y dos, de manera informal. Además, detalló los problemas sociales que afron-tan los ciudadanos de bajos ingre-sos y elaboró un perfil histórico, teórico y de contexto que permite tener una radiografía de cómo vi-ven estas personas.

“Escogí la localidad de Ciudad

Ciudad

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Bolívar porque encarna todos los males y demuestra que, en dos décadas, los niveles de pobreza se mantienen igual. Allí existen las mayores dificultades de acceso al suelo. Estos estudios de caso son representativos de toda la ciudad”, indica el docente.

Arborizadora Baja y Casa Grande fueron los barrios de ca-rácter formal estudiados. El pri-mero, al lado del río Tunjuelito, se construyó a través de la Caja de la Vivienda Popular. Comenzó con la habilitación del suelo. Luego los beneficiarios mismos construye-ron sus casas y tuvieron así una unidad básica con posibilidad de ampliación.

El docente sostiene que el sis-tema no funcionó porque no se siguieron los diseños y cada fami-lia hizo la casa como consideraba mejor y según sus posibilidades económicas: “Esto muestra las di-ficultades de la política pública cuando no tiene continuidad. Más cuando se trata de programas de autoconstrucción, que son de lar-go aliento. El Estado interviene en una primera etapa y después des-aparece. Entonces, queda a criterio de la comunidad cómo desarrollar las iniciativas, lo que transforma radicalmente el escenario plantea-do teóricamente”.

Casa Grande, edificado por una constructora y concebido para ocho manzanas de casas de dos pisos, terminó con una última eta-pa de edificios de hasta seis pisos. Es prueba de cómo las normas se flexibilizan a favor de los construc-tores y promotores inmobiliarios,

sin que eso signifique ofrecer más espacio público, más equipamien-tos para la comunidad o mejores condiciones de infraestructura y servicios.

“En este caso, la casa se en-tregó en obra gris. Con ello, se le siguió transfiriendo a la población la responsabilidad de producir la vivienda. Para el Estado, otorgar un subsidio es la solución, pero lo que ocurre es un cambio de estatus de los necesitados, que pasan de tener un problema cuantitativo a uno de orden cualitativo”, sostiene el experto.

Son construcciones con espa-cios estrechos y sin una adecuada ventilación ni un uso eficiente de la luz solar, así como sin armarios, puertas, acabados finales ni ins-talaciones eléctricas e hidráulicas suficientes y, mucho menos, patios y jardines.

Los más vulnerables

Los barrios informales exami-nados fueron Bella Flor y Caracolí, que se ubican en zonas de ladera. El primero tiene graves problemas de suministro de agua. El segun-do, afectaciones por procesos de remoción en masa (lo que puede causar deslizamientos) y riesgo de inundación en la parte baja (por el represamiento de una quebrada). En los dos sectores no hay vías pa-vimentadas ni alcantarillado. Sin embargo, fueron legalizados.

Según el arquitecto, las co-munidades creían que, con la le-galización de los lotes, llegarían todos los bienes y servicios urba-

nos (agua potable, redes públicas, equipamiento colectivo, etc.). Eso fue posible hasta cierto grado, pero con la privatización de los servi-cios públicos y los nuevos planes de ordenamiento territorial que-daron apartados del desarrollo de la ciudad.

“No se trata simplemente de tener un techo en donde meter la cabeza, sino también de cómo generar condiciones que le per-mitan a la población ser parte de la ciudad, con plenos derechos y garantías. Por eso, hay que resolver simultáneamente el entorno y el hábitat de manera integral”, indica el profesor Torres.

En otras partes del mundo, los Gobiernos conciben soluciones in-tegrales: tiendas, escuelas, centros de salud, servicios de bienestar so-cial, espacio público, centros de re-creación, movilización eficiente y fuentes de trabajo para garantizar acceso a los recursos económicos.

En Colombia, salvo contadas excepciones, los proyectos tienden a aislar a los pobres en los extra-muros de la ciudad y a apretarlos dentro y fuera de las casas. Por ejemplo, en Bogotá, en el año 2010, por cada habitante había solo cua-tro metros cuadrados disponibles. Una meta de desarrollo urbano es que para el 2019 ese espacio crezca a diez metros cuadrados.

Para lograrlo, debe existir un nuevo enfoque que responda a los intereses y necesidades de la po-blación. Ese es el reto que tiene el Gobierno con su ambicioso pro-grama de vivienda gratis para los más pobres.

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23Información: 316 5290, extensiones 17638 y 17637

[email protected] • Oficina de Promoción y Mercadeo de la Editorial UN

Reseñas

Álgebra matricialcon aplicaciones en estadística

Métodos selectosde bioquímica experimental

Movimiento social afrocolombiano, negro, raizal y palenquero: el largo camino hacia la cons-

trucción de espacios comunes y alianzas estra-tégicas para la incidencia política en Colombia

Las Terras Pretas del Igarapé Takana.Un sistema de cultivo precolombino

en Leticia - Amazonas, Colombia

Teoría de números [para principiantes]. Incluye criptografía

José Alfredo Jiménez M.Facultad de Ciencias

Universidad Nacional de Colombia

Humberto Miguel ZamoraFacultad de Ciencias

Universidad Nacional de Colombia

Maguemati Wabgou, Jaime Arocha Rodríguez,Aiden José Salgado Cassiani y Juan Alberto Carabalí Ospina

Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y SocialesUniversidad Nacional de Colombia

Gaspar Morcote-Ríos y Tomás León SicardInstituto de Ciencias Naturales

Instituto de Estudios Ambientales (IDEA)Universidad Nacional de Colombia

Rafael Jiménez, Enrique Gordillo y Gustavo Rubiano Facultad de Ciencias

Universidad Nacional de Colombia

Ante las pocas referencias bi-bliográficas, esta edición ampliada busca ser el punto de partida para quienes necesitan el álgebra de ma-trices en sus desarrollos académi-cos y profesionales. El texto no solo está construido de manera lineal para que el lector construya paso a paso sus conocimientos, sino que

también contiene en cada capítu-lo claras explicaciones de los con-ceptos trabajados que facilitan este proceso de aprendizaje. En segundo lugar, la propuesta de aplicación en estadística permite un diálogo teórico con otras disciplinas acadé-micas (como es el caso de algunos estudios en sociología).

Este texto, continuación de Prácticas de Bioquímica Básica (1994), le presenta al lector algunos métodos modernos de la bioquí-mica experimental que se utilizan para elaboraciones teóricas sobre el tema o en las prácticas de labo-ratorio. A su vez, dado que el libro fue pensado para el desarrollo de sus planteamientos en las aulas de clase, la estructura del texto está

basada en lineamientos pedagógi-cos que facilitan la comprensión de las teorías explicadas; familiarizan al estudiante con dichos conceptos y prácticas de la bioquímica y le ofrece, al final de cada capítulo, una amplia bibliografía del tema tratado con el fin de dar un soporte teórico en varios idiomas (español, inglés y alemán) y de propiciar un ambiente investigativo en la academia.

En la selva amazónica se han encontrado suelos con una alta fer-tilidad, con extensiones variables y coloraciones oscuras conocidas co-mo Terras Pretas o Suelos Negros. Su asociación con grupos humanos pre-históricos es innegable, es por ello que diversas disciplinas –entre ellas la arqueología– indagan sobre su ori-gen, composición, antigüedad y uso.

Las Terras Pretas do Indio en la Amazonia colombiana han sido registradas y estudiadas desde la década de los setenta del siglo XX, particularmente en la región del Medio y Bajo río Caquetá-Japurá (Colombia-Brasil). Allí, la Terra Pre-ta se caracteriza por tener una de las mayores antigüedades de génesis de toda la cuenca amazónica.

La promulgación de la ley 70 de 1993, en la que se proponía que el Estado colombiano prestara ayudas a las comunidades afrocolombianas para su reconstrucción histórica, trajo como consecuencia un gran número de oportunistas que se aprovechó de la norma para su propio enriqueci-miento. Esto generó un debilitamien-to interno e internacional del mo-vimiento social. Este libro, culmina con una propuesta comunitaria: la

del fortalecimiento de las redes de comunicación del Movimiento Social Afrocolombiano, mediante una inte-racción mayor entre sus integrantes provenientes de áreas rurales (en al-gunos casos afectados por la violen-cia); también, la de sus integrantes que habitan en el casco urbano, las comunidades internacionales y el Es-tado, con el fin de lograr de manera total el reconocimiento cultural, polí-tico y social de la afrocolombianidad.

Cada capítulo en esta pro-puesta editorial fue escrito con la intención de aclarar los concep-tos fundamentales de la teoría de los números, acompañándolos con múltiples ejercicios que garantizan un rápido aprendizaje del tema, tratado mediante una práctica constante. De la misma manera, la ampliación en esta edición de su bibliografía en español e inglés,

así como la inclusión del capítu-lo sobre la criptografía, hace que este libro contemple el horizonte teórico de las nuevas tecnologías y, así, ofrezca al lector en castella-no un texto sencillo, actualizado y rigurosamente teórico. El objetivo es servir de guía de estudio para quienes se interesan en la teoría de números y no tienen altos conoci-mientos en el tema.

El placer visualJorge Mora Espinosa

Facultad de ArtesUniversidad Nacional de Colombia

Un acercamiento a la fotografía debe hacerse no solo desde sus diver-sos aspectos mecánicos, si bien hay que tenerlos en cuenta. Para el con-sagrado fotógrafo Jorge Mora Espino-sa no existe un ver inocente; por esta razón, afirma que el acto fotográfico está condicionado por la mirada sen-sible de quien toma la fotografía en un momento determinado, es decir, la imagen que se muestra al espec-

tador contiene una interpretación de lo real basada, según el autor, en los sentidos o los planteamientos ideoló-gicos del fotógrafo. Para ilustrar esto, el libro El Placer Visual trabaja foto-grafías de algunos de los más reco-nocidos fotógrafos (como el caso de Bresson) y algunos guiones cinema-tográficos, además de las referencias literarias y teóricas que fundamentan esta propuesta.

Datamatics,Ryoji Ikeda

Dirección Nacional de Divulgación Cultural Universidad Nacional de Colombia

Con textos de los curadores María Belén Sáez de Ibarra (Museo de Arte UN), Kasunao Abe y Benja-min Weil, esta obra recoge toda la serie Datamatics del artista japonés Ryoji Ikeda, la cual fue reunida por primera vez en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colom-bia. Este es uno de los proyectos

más ambiciosos en la carrera del artista, en donde se recompuso y adaptó toda la serie en una insta-lación específica para el Museo de Arte UN. Además de esta exposición del año 2011, se reúnen otras dos intervenciones recientes del artista sobre la misma serie en Japón y España.

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El León de Greiff,40 años como ícono

de la cultura en el paísEl Auditorio principal de la UN, monumento nacional de Co-lombia, cumple cuatro décadas concentrando la formación académica, científica y cultural del país. En la actualidad es uno de los principales recintos musicales de América Latina.

Cultura

Carlos Andrey Patiño Guzmán,Unimedios

Cuando a mediados de los años sesenta, en sus días de rector, el profesor José Félix Patiño deci-dió que era fundamental reformar el alma de la Universidad Nacional de Colombia para modernizarla, tenía en mente rescatar la sensibi-lidad artística como parte de una formación integral.

Esto no era extraño en un hombre amante de la música y consciente de que la mente se de-be llenar de conocimientos, pero también de inspiración. Por eso, en sus planes incluyó la construc-ción de espacios que cumplieran con ese fin.

Ejemplo de ello son la creación de la Facultad de Artes, museos como el de Arte Moderno y el for-midable Auditorio León de Greiff, que cuarenta años después de su construcción sigue siendo el cora-zón de la Ciudad Universitaria.

María Belén Sáez, directora de la Oficina Nacional de Divulga-ción Cultural de la UN, no duda en atribuir al profesor Patiño todos los créditos por haber concebido un escenario multifacético, útil e integrador como el Auditorio.

“Este lugar es el emblema, el corazón, el espíritu y la esencia de la UN. Aquí, la mayoría de los estudiantes tienen su primer con-tacto con la academia y con lo artístico, porque los recibimos con un concierto de la Orquesta Filar-mónica de Bogotá, que es la mejor del país. Además, pasan su último día como estudiantes, pues aquí se gradúan”, expresa.

Todo un mundo

Dado que es uno de los audito-rios con mejor acústica de América Latina, por el que han pasado im-portantes exponentes de la música clásica, entre otros géneros, podría catalogársele como solo un esce-nario. Pero la definición se queda corta frente a su verdadero papel.

Es, además, el gran aula de clases de la UN, por cuanto allí se llevan a cabo las más importantes cátedras de la Institución (desta-cados intelectuales, científicos, es-critores y artistas han dictado sus conferencias allí).

Es, también, un taller perma-nente de enseñanza y aprendizaje, porque los jóvenes del Conserva-torio de Música desarrollan sus

Patrimonio del país

El Auditorio León de Greiff, ade-más de su trascendencia para la actividad cultural del país, también es un importante punto de refe-rencia arquitectónica de Bogotá. Su estilo modernista en forma de diamante –creación de la arqui-tecta Eugenia Cardozo– y su cali-dad acústica interior –debida a las bellas aplicaciones en madera– le mereció, en 1996, entrar a la lista de los Monumentos de la Nación. El diseño del edificio también recibió el Premio Nacional de Arquitectura en 1974, al año siguiente de su in-auguración.

destrezas en este lugar, con el sello de alta calidad académica que ca-racteriza a la UN.

Según la directora de Divulga-ción Cultural, el espacio se ha con-vertido en “la casa más especial de la música en Colombia”, pues ningún auditorio en el país tiene esa mezcla de pedagogía, progra-mación e integración de personas de diversos orígenes sociales”.

Y es quizás esto último lo que más caracteriza al León de Greiff: su apertura a toda clase de públi-cos, acorde con el carácter de ins-titución abierta. Con boletas que promedian los cinco mil pesos y muchos conciertos sin costo para el público interno y externo, todos

los ciudadanos tienen la posibili-dad de disfrutar de una programa-ción de primer nivel.

“Esta característica ha hecho que cambie la percepción que tie-ne la gente de afuera sobre la UN. Aquí se abre el Festival Iberoame-ricano de Teatro, el Festival de Mú-sica de Cartagena y es el escenario selecto del Festival de Jazz. Esto demuestra la importancia que ha adquirido como sitio de referencia cultural en Bogotá”, dice Sáez.

Gracias a esa gestión social, en la actualidad se cuenta con el apoyo de diversas instituciones del país, a través de alianzas de largo plazo, como la que se tiene con la Orquesta Filarmónica de Bogotá,

grupo musical que hizo del Audi-torio León de Greiff su casa.

Eventos recientes comprue-ban la trascendencia de este espa-cio como escenario internacional de artistas. Es el caso de la renom-brada violinista Sarah Chang. Ella tocó con la Filarmónica Joven de Colombia y estuvo bajo la direc-ción del antioqueño Andrés Oroz-co Estrada, uno de los directores más respetados del mundo y que llegó exclusivamente para esa pre-sentación.

El objetivo es que esta clase de espectáculos sigan posicionándolo como una de las plataformas cul-turales más destacadas de América Latina.

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El León de Greiff,40 años como ícono

de la cultura en el país