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El Futbol como salvaguarda de la “cosa nacional” en tiempos de crisis global. H. Orlando Carmona Sánchez Mucho se ha especulado sobre la enajenación social producida por el mundial de futbol realizado en Brasil; demasiados kilobytes se han cargado a la red con cientos de memes, frases, tweets, caricaturas en torno a lo inverosímil de la realización de un espectáculo deportivo en tiempos de crisis global en materia económica, social y política. En nuestro país, las redes sociales se han infestado de personas que culpan al futbol por ser un factor alienante en medio de las Reformas en materia energética y para ello utilizan las típicas estereotipias de un mexicano ignorante, de condición humilde que porta con orgullo su playera verde y su sombrero sentado cautivado por un televisor, un hombre tan endiosado que es capaz de indignarse por el mal funcionamiento de su selección, presa de un éxtasis estúpido mientras que los gobernantes aprovechan para robarlo y dejarlo peor de como está. Todo esto se realiza en un afán de concientización para permitir despertar a los sujetos pasivos del discurso mundialista. Por otro lado, las respuestas de miles de aficionados no se hacen esperar y se culpa –a los revolucionarios- de no poder llevar a la acción sus discursos y sus quejas. En este escenario fluctúan los choques entre dos tendencias – incluso-, de miles de ideas dispersas, de pensamientos que no pueden ver más allá de lo que ocurre en el entorno. En este mar de pensamientos estériles surge la necesidad por realizar una serie de reflexiones que pretenden mostrar a la gente algo que acontece más allá de las formas discursivas antes mencionadas. Puesto que, si el futbol puede apasionar a muchos es porque algún encanto debe tener.

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El Futbol como salvaguarda de la cosa nacional en tiempos de crisis global.H. Orlando Carmona SnchezMucho se ha especulado sobre la enajenacin social producida por el mundial de futbol realizado en Brasil; demasiados kilobytes se han cargado a la red con cientos de memes, frases, tweets, caricaturas en torno a lo inverosmil de la realizacin de un espectculo deportivo en tiempos de crisis global en materia econmica, social y poltica. En nuestro pas, las redes sociales se han infestado de personas que culpan al futbol por ser un factor alienante en medio de las Reformas en materia energtica y para ello utilizan las tpicas estereotipias de un mexicano ignorante, de condicin humilde que porta con orgullo su playera verde y su sombrero sentado cautivado por un televisor, un hombre tan endiosado que es capaz de indignarse por el mal funcionamiento de su seleccin, presa de un xtasis estpido mientras que los gobernantes aprovechan para robarlo y dejarlo peor de como est. Todo esto se realiza en un afn de concientizacin para permitir despertar a los sujetos pasivos del discurso mundialista. Por otro lado, las respuestas de miles de aficionados no se hacen esperar y se culpa a los revolucionarios- de no poder llevar a la accin sus discursos y sus quejas. En este escenario fluctan los choques entre dos tendencias incluso-, de miles de ideas dispersas, de pensamientos que no pueden ver ms all de lo que ocurre en el entorno. En este mar de pensamientos estriles surge la necesidad por realizar una serie de reflexiones que pretenden mostrar a la gente algo que acontece ms all de las formas discursivas antes mencionadas. Puesto que, si el futbol puede apasionar a muchos es porque algn encanto debe tener.A diferencia de las ligas locales y diferentes competiciones internacionales, el Mundial de futbol rene a las supuestas mejores selecciones del globo terrqueo para darse cita en una justa por un trofeo el cual simboliza la gloria mxima en este deporte. Es aqu donde la situacin se torna interesante, puesto que, las naciones que se encuentran en esta instancia han realizado un recorrido tortuoso de eliminacin con otros pases, un esfuerzo que significa trotar cientos de kilmetros sobre un campo, litros de sudor y mucha pasin puesta en cada jugada, en cada tiro, cargados de anhelo, de gloria, para convertirse en inmortales.

En otras palabras, el futbol se vuelve una lucha por la existencia a travs de un baln que comienza a rodar desatando una batalla a muerte, disputa entre fuerzas, entre ideologas, inclusive de intereses comerciales y polticos, pero nunca deja de ser una lucha por la supervivencia, una oda al mundo natural del que tanto reniegan los racionalistas. En esta lucha, podemos ver que los favoritos, los grandes equipos pueden perder con otros ms pequeos, no hay orden, es un caos andante en donde no sabemos quin resultar vencedor puesto que nada est dicho. Es decir, se vuelve un quiebre a la lgica y a la estadstica, aun cuando en ocasiones se sirva de ellas. De esta guerra encarnizada, podemos deducir que cuando una seleccin se enfrenta a otra, ya nada importa, la moneda de la supervivencia est en el aire, los jugadores, cuerpos tcnicos, directivos y espectadores estn atrapados por esa magia que es del orden natural puesto en juego para ver quin sale victorioso, para saber quin ha sido el mejor, el ms apto. Por otro lado, al ser una lucha por la existencia, el nacionalismo tambin brota -aun cuando podemos estar comiendo una pizza italiana, bebiendo una cerveza alemana y viendo todo a travs de un televisor japons- nuestro pas se torna ms propio, nos sentimos realmente partcipes de una guerra a muerte con el contrario, jams ninguna ideologa podra lograr estremecer a un compatriota hasta el borde de las lgrimas, poner las sensaciones a flor de piel por ver a once jugadores como guerreros en un autntico campo de batalla por la defensa de una bandera, de una nacin recordemos que siempre antes del partido se entonan los himnos de los pases en cuestin-.Si pensamos en lo nacional puesto en acto, podremos decir que tambin la cultura se pone sobre el campo de juego, la idiosincrasia de cada nacin se torna nica y muy particular puesto que es all donde vemos a jugadores haciendo las cosas que tpicamente realizamos, tan slo por mencionar un ejemplo: nuestra seleccin se conform de ltimo minuto, con cambios de entrenadores y muchas complicaciones, sin embargo, se calific y se est haciendo un papel al que podramos tildar de aceptable, esto mismo ocurre en nuestro sistema acadmico, cuando en alguna entrega de tarea o proyecto escolar los jvenes comienzan a realizar su trabajo de ltimo minuto y en ocasiones entregan genialidades.Podemos seguir con miles de patrones, pero la intencin es demostrar que, en tanto el futbol es una lucha por la existencia, la nacin y la cultura se hermanan y emergen nuestras virtudes y nuestros defectos, una mezcla catica de nuestro ser nacional. Esta parece ser la magia del futbol que permite irradiar la cultura, la nacin pero sobre todo la lucha por la existencia, a travs de un xtasis producido por una lucha de fuerzas puestas en juego sobre un terreno rectangular, a travs de una esfera y donde se puede vislumbrar al genio que irradia del hombre. Sin embargo, la situacin no podra quedar aqu, as como cada cuatro aos nos damos cita para ser espectadores de los xitos o los fracasos nacionales, tal vez este sea un pretexto para pensarnos al interior de la cosa nacional y comenzar a ver las grietas en nuestro edificio para tomarlo como punto de partida para nuevas cosas, sobre todo en momentos de crisis globales como las que vivimos en nuestro tiempo.Incluso, podemos pedir a los que odian y aman ciegamente al futbol, se den la oportunidad de mirar con nuevos ojos los acontecimientos de la cosa mundialista, como una oportunidad para mirar al interior de nuestro ser, de nuestra cultura, regocijarnos de la cosa nacional y ver a travs de las ficciones -montadas por las cadenas televisivas y de los millones de spots publicitarios- para generar una nueva forma de asimilacin de la cultura a travs de la nacin. Esto ltimo, si es que deseamos realmente cambios en nuestro entorno y no quedar atrapados en las revoluciones cibernticas, tan estriles como el fervor pasivo del que tanto se han quejado. Veamos pues de qu nos puede servir este catalizador en la lucha contra un mundo globalizante y ms all del mundo deportivo. Podemos dar gracias que existe el futbol, un deporte que nos arroja una de las verdades ms crudas, seguimos siendo animales y seguimos luchando por la existencia, tal vez la nica posibilidad est en aceptar nuestra condicin animal y ver con nuevos ojos las construcciones culturales, para generar un nuevo entendimiento de lo humano y engendrar nuevas ideas que nos permitan crear un embate a este mar de indiferencia en el que nos encontramos.