el fiel compañero de la nobleza preínca

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EL FIEL COMPAÑERO DE LA NOBLEZA PREÍNCA En las antiguas tumbas andinas, los arqueólogos han encontrado las momias de los nobles siempre acompañadas de todo aquello que les podía “servir en el más allá”. Por supuesto, el noble era enterrado con más cosas cuanto más rico había sido en la tierra. Por ejemplo, los reyes, como el Señor de Sipán, fueron enterrados con sus mujeres, guerreros, animales, joyas, ceramios, textiles, etc. Menos cosas se han hallado en las tumbas de los nobles de jerarquía inferior. Pero, el esqueleto del perro siempre ha sido un distintivo común. El tipo de perro que principalmente criaron los nobles de la época preincaica es el llamado “perro de cola larga”, de color blanco o negro con manchas marrones. Se le puede comparar con el actual “perro chusco”. Tenía un promedio de vida de doce años. Era de colmillos grandes, básicamente carnívoro y se alimentaba de los restos de los animales que se cazaban. Justamente, por su carácter agresivo, fue utilizado para la caza, principalmente de venados. Había sido adiestrado para acorralarlos. Luego, sus amos se encargaban de matar la presa con flechas y cuchillos.

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El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

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Page 1: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

EL FIEL COMPAÑERO DE LA NOBLEZA PREÍNCA

En las antiguas tumbas andinas, los arqueólogos han

encontrado las momias de los nobles siempre acompañadas de todo

aquello que les podía “servir en el más allá”. Por supuesto, el noble

era enterrado con más cosas cuanto más rico había sido en la tierra.

Por ejemplo, los reyes, como el Señor de Sipán, fueron enterrados con

sus mujeres, guerreros, animales, joyas, ceramios, textiles, etc.

Menos cosas se han hallado en las tumbas de los nobles de

jerarquía inferior. Pero, el esqueleto del perro siempre ha sido un

distintivo común. El tipo de perro que principalmente criaron los

nobles de la época preincaica es el llamado “perro de cola larga”, de

color blanco o negro con manchas marrones. Se le puede comparar

con el actual “perro chusco”. Tenía un promedio de vida de doce

años.

Era de colmillos grandes, básicamente carnívoro y se

alimentaba de los restos de los animales que se cazaban. Justamente,

por su carácter agresivo, fue utilizado para la caza, principalmente de

venados. Había sido adiestrado para acorralarlos.

Luego, sus amos se encargaban de matar la presa con flechas y

cuchillos.

Page 2: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

El perro vivió junto al hombre andino desde los primeros

asentamientos humanos. Durante el Precerámico el perro fue

domesticado por los primeros cazadores del Ande y se desplazaba

junto a sus amos en búsqueda de presas. Al período Poémape

pertenecen los esqueletos de perros hallados en las tumbas de la

nobleza de la cultura Cupisnique. Las huellas de perros en barro

fresco encontradas en las excavaciones de las tumbas en el valle de

Saña pertenecen al período Purulen. Las primeras representaciones

del perro en esculturas pertenecen a la cultura Moche, donde ya se

había constituido como “guardián y compañero de nobles y

sacerdotes”. Pero, en épocas posteriores, este “perro de cola larga”

fue reemplazado por el “perro sin pelo” o “perro chino”. Sus

funciones cambiaron y se le utilizó más en el hogar que en la cacería.

Los perros de Sipán fueron de origen andino. “Las personas se

equivocan al afirmar que el perro del Señor de Sipán no tuvo pelo.”

Page 3: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

El famoso perro sin pelo nunca fue utilizado para la cacería

porque careció de casi todos los molares y premolares. Ello lo

convertía en un animal casero, comenta Ermano Maneiro, juez

internacional de perros de raza de la Federación Cinológica

Internacional. Maneiro comprobó esto cuando en Poémape un grupo

de arqueólogos encontró el esqueleto de un perro, cuya forma le llevó

de seis a siete meses identificarla.

Al final, se descubrió que sí tenía pelo. Es muy difícil decir cuál

de ellos, “el que se encontró junto a la tumba del Señor de Sipán o el

llamado sin pelo”, es el más antiguo, pero los dos existieron en la

época preínca. Sobre el origen de esta raza hay varias teorías. Una de

ellas afirma que apareció junto con la migración de personas que

viajaron con sus perros de Asia a América a través del estrecho de

Bering.

Lo que sí se puede afirmar es que aparece en ceramios de

distintas culturas preíncas como Vicús, Mochica, Chimú y sobre todo

Chancay con influencia Tiahuanaco” (Lucero Yrigoyen M.Q)

LEYENDAS SOBRE EL PERRO PERUANO

Page 4: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

Desde los tiempos precolombinos, se han tejido diversos y

coloridos mitos, leyendas y cuentos alrededor del perro sin pelo. Por

ejemplo, los antiguos habitantes de México y Perú asociaban al perro

con el culto a la Luna porque creían que la raza humana resultaba del

cruce con una mujer. También se le consideraba al ejemplar de color

negro como el guía de las almas de los difuntos hacia la eterna

morada.

En las culturas Chimú e Incaica se registran una mayor

conexión ritual del perro sin pelo con la adoración y la divinidad lunar.

Durante el periodo inca, los perros sin pelo participaban de algunos

rituales pero rara veces eran sacrificados, sólo en casos necesarios lo

utilizaban para proteger al Inca de la maldad y ponzoña ajena.

También existió el mito de Achnay, cuento que narra como en

una época de hambruna inclemente, dos hermanitos, niño y niña,

llegaron a Cavan de Huántar y fue Achnay y su hija Oronnay quienes

fingen acogerlos cariñosamente en su morada; pero por la noche dan

muerte al niño y la hermanita alertada por una rana, escapa

sigilosamente con los restos de su hermano llegando a los territorios

de los Nullkush, quienes transformaron al niño muerto en Kashmi

(perro blanco y sin pelo), convirtiéndose en compañero de la niña en

su huída hacia el altiplano para alcanzar finalmente el cielo.

Page 5: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

Algunos creen que el Kashmi estando en el cielo se transforma

en Ongoy (constelación de los pléyades), mientras otros narran que

se convierte en Achachi Uturi (la estrella de la mañana); pero todos

coinciden que la niña se convierte en Apachi Ururi (la estrella de la

noche). Desde entonces, la tradición oral dice que las estrellas se

convierten en guías de viajeros, pastores y agricultores.

Otra leyenda cuenta que los antepasados creían que los

eclipses se suscitaban cuando la Luna entristecía, enfermaba y

finalmente moría, luego caería sobre la Tierra, destruyéndolo todo.

Pero el conjuro no se hacía esperar, pues el perro sin pelo era

inducido a aullar cuando la luna empezaba a enfermarse, de manera

que impedía la catástrofe terrenal.

Una crónica negra de la provincia de Chincha dice que hace

siglos, a los perros "calatos" se les mataban a pedradas por

considerarlos malignos, y en Chancay se los comían porque creían

que su piel era medicinal.

Origen e Historia

Cuando los españoles llegaron al Tahuantinsuyo encontraron

una civilizaciòn distinta, ordenada social y politicamente bajo la visiòn

y concepto del hombre andino, sin la influencia de las sociedades

avanzadas que se desarrollaban en el viejo continente. Hallaron una

Page 6: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

fauna y flora rica en variedad, especies "raras" nunca vistas por el ojo

europeo captaron ràpidamente su interès y curiosidad.

Muchas de esas especies fueron llevadas a España como

curiosidades del Nuevo Mundo y dentro de ellos unos extraños perros

que carecìan de pelo. Un manuscrito original e inédito, que se

conserva en Madrid contiene anotaciones de un tal Francisco de

Hernández donde cuenta que "...en la Nueva Galicia existe una casta

de perros sin pelo, de cuero liso pintado, de forma de perdigueros,

aunque son algo mayores y tienen el modo de ladrar distinto a los

demás, de los cuales el príncipe Carlos nuestro señor tiene uno".

En tiempos más recientes el escritor peruano Guillermo Gallardo

nos refiere que "...al llegar Felipe el Hermozo de España, presentáron

le algunas curiosidades llegadas de las tierras occidentales

recientemente descubiertas. El miércoles 22 de Junio de 1502

quedóse el yerno de los Reyes Católicos en su alojamiento, pero le

enseñaron dos cosas muy nuevas: la una fue un perro completamente

negro que no tenía ningún pelo y alargaba su hocico según la forma

de una negra; la otra un papagayo verde no más grande que un

monito, hablando de lo que es creíble".

Estas versiones recogidas y narradas por los primeros cronistas

que llegaron con las huestes expedicionarias de Francisco Pizarro son

las primeras noticias que tenemos sobre la existencia del Perro sin

Pelo del Perú. Sin embargo, su origen es una historia aún no contada,

que nos remonta más de dos mil años atrás, perdiéndose en la

oscuridad del tiempo.

Durante el período formativo de la sociedad andina los

desarrollos regionales predominaban a lo largo de la actual costa y

sierra peruana. Una vez producido el dominio de la agricultura

empieza la formación de señoríos teocráticos que se extienden en el

tiempo hasta después del inicio de la era cristiana. Quizás la más

antigua muestra que la unión del hombre y el perro, iniciada hace

miles de años, también cobraba importancia para el antiguo poblador

Page 7: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

andino es el descubrimiento en la caleta de Puémape en San Pedro de

Lloc, de entierros de perros que compartían el cementerio con los

pobladores de su época, pertenecientes a la Cultura Salinar y cuyos

restos arrojaron una antigüedad de aproximadamente 300 años a.C.

Durante aquella época floreció la CulturaChavín (1200-400 a.C).

Considerada por la mayoría de los arqueólogos como la más antigua

sociedad andina y cuyo centro se ubicó en Huantar, La Libertad. El

arqueólogo Marco Curatola encuentra cierta relación entre la

representación iconográfica Chavín del Obelisco Tello y el mito de

Achkay . Este nos cuenta que durante una época de hambruna

general, dos hermanitos, niño y niña, llegan a Chavín de Huantar,

donde Achkay y su hija Oronkay fingen acogerlos cariñosamente. Por

la noche dan muerte al niño y la hermana alertada por una rana huye

con los restos del hermanito, llegando al territorio de los «kullkush» ,

quienes transforman al niño en «kashmi» (perrito blanco) que se

convierte en su compañero en su huida hacia el altiplano, alcanzando

finalmente el cielo. Allí, éste se transforma en «Ongoy» (la

constelación de las Pléyades), según una versión, o en «Achachi

Ururi» (la Estrella de la Mañana), según otra. La niña se convirtió, sin

embargo, en «Apachi Ururi» (la Estrella de la Noche). Desde entonces

estos astros son la guía de viajeros, pastores y agricultores.

La trascendencia del perro también repercutió en las

expresiones artísticas de la Cultura Nazca (100-700 d.C.), donde su

cerámica se caracterizó por ser básicamente naturalista durante su

segunda fase. Muy sobria y refinada, recubiertos de rojo con diseños

de plantas, frutos y animales, donde también son frecuentes las

representaciones escultóricas de frutos y animales policromados,

donde el perro sin pelo es representado con realismo admirable.

Debemos recordar, además, que el perro figura en el repertorio de los

petroglifos de la Pampa de Ingenio.

A este hecho se asocia la existencia en la Pampas de Nazca,

famosa por las líneas que forman distintas figuras zoomorfas,

Page 8: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

principalmente, de un geoglifo que ha sido interpretado como el de

un perro. Nada raro porque siempre se le atribuyó el papel de

sirviente de las divinidades de las montañas. A poca distancia de

Nazca aún persiste la creencia que los perros acompañan a los

espíritus de los muertos al cerro Coropuna.

La Cultura Vicus (500 a.C. -400 d.C.), cuya denominación debe

al nombre de un cerro situado en terrenos de la antigua hacienda

Pabur, a unos 50 Kms. al este de Piura, no se rezagó en este sentido y

a través de su cerámica pudo mostrárnoslo con las mismas

características que conserva hasta nuestros días. Su cerámica

expresa un manejo excepcional en el arte escultórico o plástico, ya

que adicionalmente, las figuras moldeadas y otros sectores del

recipiente son pintados con diseños rojos y/o con la llamada técnica

de decoración negativa. Son frecuentes las esculturas antropomorfas,

fitomorfas y zoomorfas, que para un mejor entendimiento mostramos

la imagen de un ceramio con asa de forma globular, donde la parte

superior es coronada por la cabeza de un perro sin pelo.

Más de 1000 años antes del comienzo del Imperio Inca, un

pueblo que hoy llamamos Mochica (100 a.C - 700 d.C) alcanzó su

pleno desarrollo en la llanura costera del Perú. Aunque ignoraban

todo acerca de la escritura, los mochicas transmitieron la

representación de sus actividades y de su entorno en su arte, medio

de expresión particularmente vivo. La cerámica es el medio de

expresión más común y el mejor conocido del arte mochica. Más del

90% de restos conservados es cerámico y casi todos los temas

representados en cualquier otra técnica aparecen también bajo la

forma de recipiente de barro cocido.

Los moches fueron famosos por interpretar en sus huacos las

distintas facetas de su sociedad, la personalidad de su señor, de sus

costumbres y ritos, expresiones humanas en sus distintos estados de

ánimo, aves y otros animales, de donde destacamos al perro sin pelo

Page 9: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

con quien convivió y tuvo como fiel compañero, ganándose un lugar

dentro de la familia.

El perro en general, dentro de la iconografíamoche aparece en

casi todas las representaciones de la actividad mochica, casi siempre

cerca del sacerdote-guerrero o del personaje principal. Este hecho,

hasta entonces solo observado en las escenas pintadas en cerámica,

tuvo su confirmación en 1987, cuando el arqueólogo Walter Alva

descubrió en el centro de una gran plataforma de barro conocida

como "Huaca Rajada", la tumba de un gobernante, guerrero y

sacerdote moche a quien llamó con el nombre del Señor de Sipán. El

primer hallazgo fue de un guardián con los pies amputados,

simbolizando la obligación de permanecer en su sitio para siempre.

Luego en una caja mortuoria descansaba el Señor de Sipán que se

hallaba rodeado de ocho esqueletos de sirvientes, dos concubinas y

un perro.

Gran parte de los ceramios desenterrados que representaron al

perro sin pelo han sido hallados en los centros de desarrollo de la

Cultura Sicán (900-1100 d.C.), llamada así por el Proyecto

arqueológico de Sicán.

Al observarlos podemos destacar el conocimiento que tenían de

esta especie canina representándole en distintas actitudes y facetas

de su desarrollo. Es así que podemos verlos al momento de su

apareo, en actitud vigilante, alimentándose, así como en

instrumentos de viento como cornetas y silbatos, por decir lo más

representativo. Algunos ceramios los muestran llevando collares lo

cual puede interpretarse como una forma de identificación, quizás

permitiendo - sin proponérselo- una suerte de selección, lo cual unido

a su fuerza genética le permitió remontar siglos de olvido, hasta

nuestros días.

El decaimiento de la Cultura Sicán dio paso auna nueva, la

Cultura Chimú (1100-1470 d.C.), que comprendió un período de

transición entre la hegemonía Wari (700- 1100 d.C.) y la Inca (1100-

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1470 d.C.). La mayor cantidad de ceramios pertenecen a esta cultura

que al igual que los moches representaron sus distintas etapas de

vida, amamantando sus crías que al igual que hoy en día evidencian

un número reducido, descansando plácidamente, y otros tantos

momentos. Acogidos dentro del hogar, retribuyeron con su trabajo,

alertando a sus moradores ante cualquier incursión de vecinos en

busca de conquista, y también exterminando los roedores y

sabandijas que amenazaban las cosechas.

Otros estados regionales en épocas pre-incas plasmaron en su

arte al perro sin pelo. La Cultura Chancay (1000-1470 d.C.) con sus

hermosas vasijas en su estilo negro sobre blanco también representó

el ciclo vital del perro sin pelo. Quizás las dos más representativas

son los que nos muestran una vasija biglobular representando el

coito, notándose que las asas son las extremidades del macho; y el

otro nos muestra al perro sin pelo en una actitud vigilante.

Establecido el Tahuantinsuyu, los Incas procedieron a su

organización política y social, donde la expansión del estado tuvo

como origen el sistema de la reciprocidad, además de la

redistribución y, en menor escala, el intercambio existente sobre todo

en la costa. En numerosos casos se producían anexiones territoriales

de modo pacífico, pues era preferible aceptar los ofrecimientos de

reciprocidad con el Inca que ir a una dudosa guerra de temibles

consecuencias para la etnia perdedora. Esto favoreció la rápida

expansión Inca que obligó a sus gobernantes a buscar nuevas fuentes

de suministro para retribuir a los señores locales. La enorme

extensión del estado tuvo, sin embargo, bases muy frágiles que

motivaron su colapso cuando aparecieron las huestes de Pizarro.

Por el norte llegaron hasta Loja y por el sureste hasta Tucumán

y La Plata, en el actual Ecuador y Argentina. Era indispensable el

repoblamiento de los nuevos territorios con inmigrantes o «mitmaq»

provenientes de etnias afines a los Incas, para que cumplan tareas a

favor del estado. Es así, por ejemplo, que al Cuzco fueron trasladados

Page 11: El Fiel Compañero de La Nobleza Preínca

los artesanos chimúes, para la elaboración de fina orfebrería para el

Inca y la nobleza. Estos arribaban con sus pertenencias y animales

domésticos, de allí la amplia difusión del perro sin pelo por

Sudamérica, conociéndosele en Bolivia como "ccala" boliviano, y al

norte de Argentina como perro "pila".

En la cerámica, pese a la afinidad con algunos vasos mochicas y

chimúes, se manifiesta en su fase temprana un mayor avance desde

el punto de vista técnico, lo que no sucede en el plano artístico, ya

que en esta etapa predomina un alto grado de estereotipación y una

disminución de la calidad y realismo de las representaciones. La

Cultura Inca aportó nuevas formas, pero no la técnica de fabricación

ni los modelos decorativos, constituyendo lo que ha venido

denominándose como el estilo chimú-inca. Mostramos en esta

ocasión algunos ceramios representando al perro sin pelo,

correspondientes a este estilo.

Cuando Melchor Verdugo, encomendero y miembro de la hueste

perulera llegó a las serenas playas de la después bautizada provincia

de Trujillo en el año 1534, una masa informe de perros sin pelo lo

rodearon ladrando hasta desencajarse. Junto con él había llegado

"Bobo", su perro lebrel. De dimensiones equinas más que perrunas,

"Bobo" de un solo ladrido espantó a los «viringos» y en un solo

mordisco se llevó por lo menos un par de cabezas. Pocos años

después el maldito lebrel pasaría a la historia por comerse al hijo del

cacique de Cuismanco.

Sin duda, la sobrevivencia y conservación del Perro sin pelo del

Perú durante el Virreinato y la naciente República se debió a la gente

del campo costeño que guardó para sí viejas tradiciones y

costumbres, utilizándole como remedio eficaz para combatir el

reumatismo y otra serie de males como así lo detalla Hermilio

Valdizán en su tratado de "Medicina Popular" editado el siglo pasado.

No solo sus cualidades curativas favorecieron su aceptación, sino

también por sus dotes de exterminador de roedores, los que

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ocasionaban grandes perjuicios durante la cosecha. Asimismo, su

recelo y desconfianza hacia el extraño lo convirtieron en magnífico

vigilante. En la actualidad, criado en el campo suele desarrollar su

instinto cazador, además de sobresalir como un excelente perro de

compañía, cualidades que conserva desde tiempos antiguos. De allí,

que hablar de una reliquia viviente no es aventurarse lejos de la

realidad.

Resolución Directoral Nacional

El 4 de Enero del 2000, el instituto nacional de cultura, emitiò la

resoluciòn directoral nacional Nº 001-INC en el que se indica en el

articulo 1º "Disponer la permanencia de un ejemplar de canino de

raza Perro sin Pelo del Perú en los museos de sitio pertenecientes al

Sistema Nacional de Museos y en las zonas arqueológicas de la costa

peruana que cuenten con las condiciones necesarias que permitan su

crianza y desarrollo natural".

En el artículo 2º menciona "Encargar a la gerencia de

administración del Instituto Nacional de Cultura, proveer la

adquisición de los ejemplares caninos necesarios y la asignación de

los recursos necesarios para su alimentación y cuidado". En el artículo

3º dice que: "Los directores de los museos de sitio y zonas

arqueológicas, dispondrán de las acciones necesarias para el cuidado,

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alimentación, crianza y desarrollo de los caninos bajo

responsabilidad".

El 22 de octubre del 2001, el congreso de la República ordenó

publicar la ley 27537 en cumplimiento de los artículos 108º de la

Constitución Política y 80º del reglamento del Congreso debido a que

el presidente de la república no promulgó la Ley dentro del plazo

constitucional establecido, en el que se declara al Perro sin Pelo del

Perú como patrimonio nacional. En el artículo 1º "reconoce la raza

canina "perro sin pelo del Perú" como raza canina oriunda del Perú,

otorgándosele la calidad de patrimonio nacional, especie a

preservar". En el artículo 2º "hace la reglamentación de la ley ante el

ministerio de Agricultura que dispone encargar a las entidades

públicas o privadas la conservación, fomento de la crianza y

exportación de la raza canina "Perro sin pelo del Perú", bajo su

responsabilidad".