el estatuto del cuerpo imaginario en pacientes …
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EL ESTATUTO DEL CUERPO IMAGINARIO EN PACIENTES PSIQUIATRICOS
Laura Marcela Meneses Cardona, [email protected]
Articulo investigativo
Asesor: Monica Patricia Larrahondo Arana, Maestría en Psicoanálisis.
Universidad de San Buenaventura Colombia
Facultad de Psicologia
Pregrado Psicologia
Cali
2017
Citar/How to cite (Meneses, L. 2017)
Referencia/Reference
Estilo/Style:
APA 6th ed. (2010)
Meneses, L. (2017). El estatuto del cuerpo imaginario en pacientes
psiquiatricos. Pregrado. Universidad de San Buenaventura Colombia, facultad
de Psicologia, Cali.
Línea de investigación en. Plantilla adaptada de Bibliotecas Universidad de San Buenaventura
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Resumen
E El presente trabajo realiza una breve revisión conceptual del cuerpo imaginario planteado por Lacan en
su texto “El estadío del espejo”, articulándolo con una experiencia dancística llevada a cabo por una
estudiante de psicología de últimos semestre, bailarina profesional de Ballet Clásico. Las preguntas
directrices que orientaron el trabajo estuvieron orientadas a la identificación del estatuto del cuerpo
imaginario por medio de la danza, así como los posibles efectos que la danza pueda tener sobre el cuerpo
del estadío del espejo. La población seleccionada corresponde a seis participantes de un taller
psicoterapéutico perteneciente a un servicio de salud mental de la ciudad de Cali, y el objetivo general
queda acotado a la posibilidad de identificar en ellos los efectos que tiene la danza sobre su cuerpo
imaginario, llegando a la conclusión que en todos ellos hay cambios visibles tanto en la imagen corporal
como el modo que tiene cada uno para relacionarse con el otro especular.
Palabras clave: Cuerpo, danza y Estadío del Espejo.
Abstract
The present work realizes a brief conceptual review of the imaginary body raised by Lacan in his text "
The estadío of the mirror ", it articulating with an experience dancística carried out by a student of
psychology of last semester, professional ballerina of Classic Ballet. The questions directives that
orientated the work were orientated to the identification of the statute of the imaginary body by means of
the dance, as well as the possible effects that the dance could have on the body of the estadío of the mirror.
The selected population corresponds to six participants of a workshop psicoterapéutico belonging to a
service of mental health of the city of Cali, and the general aim remains annotated to the possibility of
identifying in them the effects that the dance has on his imaginary body, coming to the conclusion that in
all of them there are visible changes so much in the corporal image as the way that has each one to relate
on other one speculating.
KEYWORDS: Body, dance and Estadío of the Mirror.
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Introducción
Desde el psicoanálisis el cuerpo se distingue del organismo biológico, en tanto requiere de una
construcción semejante a la constitución del Yo. Tal concepción es retomada por Lacan, quien agrega que
en la constitución subjetiva del cuerpo participa de manera simultanea tres registros: Imaginario,
Simbólico y Real. Freud, en sus “Estudios sobre la histeria” ya alcanzaba a vislumbrar que el cuerpo, a
diferencia del organismo, se construye en la relación con el Otro del significante; sin embargo es Lacan
quien le da al significante un lugar importante en la constitución del sujeto; definiendo al sujeto como un
significante que representa a otro significante, teniendo efectos directos sobre el cuerpo. Para el
psicoanálisis lacaniano el cuerpo es un cuerpo atravesado por el lenguaje, y el primer testimonio que se
tiene de ello, en la teoría psicoanalítica, es el síntoma histérico. Es así como Lacan plantea que, desde el
registro de lo Simbólico, el cuerpo es un investimento significante, siendo este el que porta deseos. Se trata
entonces de un cuerpo que se presta como superficie de inscripción a recibir la marca significante que le
viene del Otro. Sin embargo, el cuerpo también se constituye desde el registro Imaginario, aspecto que
Lacan conceptualiza en el “Estadio del espejo”, en el que plantea la constitución del cuerpo a partir de la
experiencia de una imagen unitaria que brinda unidad al organismo inicialmente fragmentado; así el
cuerpo se constituye como recubrimiento libidinal. Y, finalmente, se tiene la concepción del cuerpo desde
el registro Real, en donde el cuerpo es un cuerpo que goza, cuerpo pulsional que busca siempre la
satisfacción de sus pulsiones. Pues bien, para los fines de esta investigación se pone especial énfasis en la
concepción del cuerpo a partir del registro imaginario, en tanto el interés está puesto en la imagen
corporal que tiene un sujeto sobre sí mismo.
Freud, en “Introducción al Narcisismo”, plantea un desarrollo paralelo en la constitución del Yo y en la
construcción del cuerpo, ambos requieren de una acción psíquica para que se constituyan y se unifiquen
como tal. El narcisismo es el complemento libidinoso inherente a la pulsión de auto conservación. Lacan
retoma los planteamientos freudianos del narcisismo en el texto “El estadio del espejo”, en el que describe
la formación del Yo y la constitución del cuerpo a través de un proceso de identificación en el que el Yo
se identifica con la propia imagen especular. A los seis meses el bebé carece todavía de coordinación
motriz; sin embargo, su sistema visual esta relativamente avanzado, lo que significa que puede
reconocerse en el espejo antes de haber alcanzado el control de sus movimientos corporales. Pues bien, en
el estadio del espejo el infante ve su reflejo en el espejo como una totalidad, una Gestalt, en contraste con
la falta de coordinación del cuerpo real. Este contraste es experimentado como una tensión agresiva entre
la imagen especular y el cuerpo real, ya que la imagen completa parece amenazar al cuerpo con la
desintegración y la fragmentación. Para resolver esta tensión se debe producir dos operaciones conjuntas:
por un lado el sujeto se identifica con la imagen especular, siendo esta identificación con el semejante lo
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que da “la buena forma” al Yo y al cuerpo, y, por otro lado, debe darse la identificación primordial del
rasgo unario en donde el Otro apacigüe la tensión agresiva. La constitución del cuerpo imaginario no es
posible sin la intervención del registro simbólico, por medio de la cual se logra la identificación primaria
al Ideal del Yo. Es gracias a la intervención de estos dos registros, con sus respectivas operaciones, que el
cuerpo se constituye en la neurosis; pero, ¿será que siempre se logra una identificación plena con la
imagen especular?
Freud, en sus “Estudios sobre la histeria”, es el primero en descubrir que en la histeria el cuerpo se
comporta como si la anatomía no existiese, alterándose la función de la representación del cuerpo. Es a
partir de los estudios sobre la histeria que se obtiene un cuerpo escindido por la incidencia del significante
mismo. El neurótico obsesivo, por su parte, se presenta como desprovisto de un cuerpo libidinal, en él se
encuentra que solamente trae su relato dejando aislado su cuerpo, continuando intacto el síntoma; es en lo
imaginario en donde permanece el cuerpo del obsesivo, a distancia de lo simbólico y lo real. (Lombardi,
2008). Y en el fóbico, como lo plantea Brodsky (2015), se trata de un cuerpo que mide siempre la
distancia del objeto de sus miedos, que generalmente coincide con el objeto de sus deseos. Todo lo
anterior indica que el ideal de tener un cuerpo armónico, integrado, cuya imagen corresponda al yo ideal
con el que el sujeto se identifica en el espejo sin producir una tensión en la subjetividad, es en realidad una
ilusión, pues siempre el sujeto está a distancia de la imagen unificada del estadio del espejo. Ahora bien, si
esto es así en los diferentes tipos clínicos de la neurosis, ¿qué decir de la psicosis?
La esquizofrenia es el paradigma clínico del cuerpo fragmentado, en ella se encuentra, además de los
delirios de grandeza y el engrandecimiento del yo, propios de la esquizofrenia paranoide, las alteraciones
del lenguaje, las alucinaciones cenestésicas e ideas delirantes con una particular referencia al cuerpo y sus
partes, demostrando así fallas en la constitución yoica y en la construcción de un cuerpo unificado. Es así
como se entiende que en la esquizofrenia predomina un cuerpo fragmentado; sin embargo, ¿será que esta
fragmentación del cuerpo no se encuentra presente en formas de presentación más sutiles como puede ser
algunos cuadros depresivos, en donde la capacidad para disfrutar, interesarse y concentrarse está
reducida, y, además, es frecuente encontrar el cansancio y el enlentecimiento psicomotor?
Pues bien, es a partir de ésta última pregunta que surge el interés de estudiar el estatuto del cuerpo
imaginario en pacientes psiquiátricos, articulándolo con una disciplina de interés para quien escribe: la
danza. De lo que se trata entonces es de poder articular la danza, disciplina donde el cuerpo es el
protagonista principal, con la psicología, profesión que en su trayectoria se ha cuestionado por el estatuto
del cuerpo, siendo el psicoanálisis de orientación lacaniana un marco conceptual privilegiado para estudiar
el cuerpo en pacientes con diagnósticos de enfermedad mental.
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Teniendo presente lo anterior, las preguntas directrices que orientan este trabajo corresponden a: ¿Cuál es
el estatuto del cuerpo imaginario en pacientes psiquiátricos?, ¿Es posible identificar el estatuto del
cuerpo imaginario por medio de una experiencia dancística?, y, finalmente, ¿Es posible que la imagen
que ellos tengan de su propio cuerpo cambie posterior a una experiencia dancística?
En el estado del arte revisado se encuentran diez investigaciones que tienen por objeto de estudio el
cuerpo, de las cuales ocho mencionan la danza como un instrumento psicoterapéutico privilegiado para
trabajar el esquema corporal y el modo como cada quién subjetiviza el cuerpo. Por ejemplo, se hallan
experiencias de trabajo como las de Pankow (1977), quién a través de una experiencia práctica construye
una propuesta teórica en relación a la imagen del cuerpo en la psicosis ligada a elementos fundantes para
la experiencia del cuerpo, como es la vivencia del espacio y su relación con la forma corporal. También se
encuentran Unzueta y Lora (2002), quienes en una investigación titulada “El estatuto del cuerpo en
psicoanálisis”, intentan mostrar el lugar del cuerpo desde la teoría psicoanalítica para dar cuenta de cómo
opera el concepto de cuerpo en la práctica clínica gracias a la elaboración teórica que parte de la
experiencia freudiana. En otra investigación realizada por Sánchez López (2014), titulada “Efectividad de
la expresión corporal para la mejora de la capacidad expresiva en el Trastorno Mental Grave”, plantea la
danza como un elemento indispensable en la comunicación y en el aspecto social de la persona; siendo un
lenguaje por medio del cual se expresa el sí mismo, reuniendo en el propio cuerpo el mensaje, el canal, el
contenido y la forma. Las otras dos investigaciones revisadas son de tipo teórico, la primera, titulada “La
construcción del cuerpo en la enseñanza de Lacan: del estadio del espejo al seminario de la angustia”,
realizada por Piro y Basualdo (2007), quienes estudian la constitución del cuerpo partiendo del estadio del
espejo, llevando a diferenciar los distintos estatutos del cuerpo. Y otra de las investigaciones revisadas,
titulada “Algunas puntualizaciones sobre lo real y el cuerpo en la teoría Lacaniana”, presentada por Gaudi,
P. (2013), se plantea un acercamiento a los registros del cuerpo planteados por Lacan teniendo especial
enfásis en la psicosis.
Pues bien, a partir del estado del arte se subraya dos cuestiones: la primera refiere a la danza como
herramienta psicoterapéutica por medio de la cual se puede identificar el modo como opera el cuerpo en la
clínica, y, la segunda, que la danza además de proyectar el cuerpo y sus diferentes usos, es un elemento
indispensable en la comunicación y en el aspecto social de la persona, asunto relevante al momento de
estudiar el estatuto del cuerpo imaginario, en tanto el mismo se encuentra relacionado con el lazo
producido entre el sujeto y el otro especular, en donde se puede dar los fenómenos de transitivismo,
agresividad e incluso la pérdida de sí mismo en el otro. De este modo, el objetivo general de este trabajo
consiste en poder identificar en pacientes con diagnósticos psiquiátricos los efectos que tiene la danza
sobre su propia imagen corporal, teniendo presente lo que Lacan conceptualiza como cuerpo imaginario
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en el Estadio del Espejo. La población de estudio corresponde a pacientes psiquiátricos de una institución
de salud mental de la ciudad de Cali, que asisten a un grupo psicoterapéutico de consulta externa donde el
arte es un medio para descargar afectos y representaciones inconciliables para el Yo.
Objetivos específicos:
1. Identificar en cada uno de los asistentes al grupo la presencia o ausencia de un cuerpo
unificado.
2. Describir el modo como cada paciente se relaciona con sus pares en el grupo, entendidos
bajo el término psicoanalítico “otro especular”.
3. Verificar si hay un cambio en el estatuto del cuerpo imaginario posterior a la experiencia
dancística.
Para lograr el primer objetivo se aplica, previo a la experiencia dancística, el Test de la Figura Humana,
así como la observación detallada del movimiento corporal durante el taller de danza. Para el segundo
objetivo se tiene presente los rasgos de contacto plasmados en el dibujo de la figura humana, y la
interacción que cada uno tiene con sus compañeros durante la experiencia dancística. Y, finalmente, para
comprobar el tercer objetivo se realiza posterior a la experiencia dancística el Test de la Figura Humana,
así como una conversación sobre los efectos que cada uno vivenció durante el taller de danza.
El presente trabajo parte entonces de dos hipótesis: la primera consiste en que se puede identificar el
estatuto del cuerpo imaginario por medio de la danza, y la segunda, que el encuentro con una experiencia
dancística tiene efectos directos en la imagen corporal que se tiene de sí mismo. Esta última implica, que
el sujeto no sale indiferente después de percibir que, efectivamente, se tiene un cuerpo y se puede hacer
diferentes usos de él. Lacan, al final de su teoría, postula que “el hombre tiene un cuerpo”, ubicando el
cuerpo del lado del tener y no del ser. Es decir, no se es un cuerpo, sino que se tiene un cuerpo, lo que ya
supone no solo la posibilidad de tener diferentes usos, sino la posibilidad de tratamiento, y si bien este
artículo no responde a un trabajo de intervención psicoterapéutica como tal, sí se realizó una intervención
de danza acotada a cuatro encuentros con los pacientes, observando en ellos modificaciones sustanciales
respecto a su imagen corporal y al modo como cada uno se relaciona con el mundo exterior. Tales
hallazgos permiten la posibilidad de plantear dichos talleres, ya con fines terapéuticos, por un espacio
prolongado en el tiempo.
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2 Metodología
Tipo de Estudio y Diseño de Investigación
El presente trabajo corresponde a un artículo de resultados de investigación de tipo descriptivo, dado que
los objetivos están orientados en describir situaciones tal y como se presenta en la fenomenología de una
experiencia, y en ésta investigación el objetivo es describir y observar cómo se presenta el estatuto del
cuerpo en pacientes psiquiátricos, siendo una investigación cualitativa.
Sandín Esteban (2003) plantea que la investigación cualitativa es una actividad sistemática orientada a la
comprensión en profundidad de fenómenos educativos y sociales, a la transformación de prácticas y
escenarios socioeducativos, a la toma de decisiones y también hacia el descubrimiento y desarrollo de un
cuerpo organizado de conocimientos. La recolección de los datos está orientada a proveer de un mayor
entendimiento de los significados y experiencias de las personas.
El diseño de investigación es entonces no experimental, transeccional y de tipo descriptivo, contando con
dos categorías de análisis: el cuerpo y la danza. El cuerpo es claramente un concepto que concierne al
psicoanálisis, especialmente en esta época en donde diferentes escuelas psicoanalíticas, como la
Asociación Mundial de Psicoanálisis, se encuentran interesadas en estudiar el estatuto del cuerpo, en tanto
le supone al sujeto un cuerpo que habla. Situación similar ocurre con la Federación Latinoamericana de
Psicoanálisis, que en su próximo congreso, a realizarse en Septiembre de 2016, ha fijado como temática
principal el cuerpo.
Por otra parte se tiene la danza, que si bien no es un concepto psicoanalítico, es empleado como
herramienta terapéutica por varios psicólogos de orientación psicoanalítica en contextos hospitalarios. Un
ejemplo de ello son los talleres de danza empleados en Chile y Argentina en dispositivos de Hospital Día.
Sin embargo, al realizar esta investigación se encuentra que la relación del cuerpo y la danza no se
encuentra estudiada de manera exhaustiva en el contexto colombiano, esperando inaugurar con este
trabajo el inicio de una serie.
Recursos Humanos y Físicos.
Para realizar la experiencia dancística es necesario contar, en primera instancia, con un tallerista que
cuente con conocimientos idóneos de danza y/o baile. En esta oportunidad, quien orienta la experiencia es
la misma investigadora, quien además de ser estudiante de psicología es Bailarina Profesional de Ballet
Clásico.
En lo que respecta a los recursos físicos, es importante contar con un auditorio grande, de unos 12 metros
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cuadrados aproximadamente, equipo de música y bastante luz. El atuendo idóneo para los participantes es
ropa cómoda, no se requiere el uso de zapatillas, incluso a los pacientes se les indica retirarse los zapatos,
con el objetivo de proveer mayor comodidad y flexibilidad en el movimiento.
De lo que se trata entonces es de ofrecer un espacio donde los pacientes se encuentren cómodos y seguros,
que tenga la posibilidad de explorar el espacio como quieran, sin peligro de hacerse daño. El tiempo de la
experiencia es de dos horas de sesión y los únicos límites impuestos es poder mantener el horario
establecido.
Población
El tamaño de la población es de seis (6) participantes, cinco mujeres y un hombre, los cuales son pacientes
psiquiátricos de consulta externa que asisten a un grupo psicoterapéutico donde el arte es un medio para
descargar afectos y reanudar el lazo social. La población participante oscila entre los 21 y 48 años, con
diagnósticos de depresión y psicosis esquizofrénica. Cabe señalar que los diagnósticos fueron otorgados
por el psiquiatra tratante según el manual diagnóstico CIE 1
Seudónimo Genero Edad Diagnósticos
1 Sandra Mujer 48 años Trastorno Depresivo grave.
Intento suicida
Fibriomialgia
2 Lina Mujer 21 años Esquizofreniforme secundario
3 Jorge Hombre 20 años Episodio depresivo recurrente sin
síntomas psicóticos
4 Elsa Mujer 47 años Trastorno del sueño
5 Marcela Mujer 48 años Esquizofrenia diferenciada
6 Jenifer Mujer 35 años Depresivo recurrente
Tabla 1.0 Datos de los participantes
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Procedimiento
Antes de indicar el procedimiento específico empleado en esta investigación, conviene señalar que este
tipo de trabajo ya fue empleado hace dos años en otra institución psiquiátrica de la ciudad de Cali durante
un periodo de seis meses, encontrando cambios significativos en los pacientes que se intervino. Por
consiguiente, para el momento que se empleó este procedimiento ya se tenía un grado alto de
confiabilidad respecto del mismo.
El procedimiento consiste entonces en invitar a explorar el movimiento, las posibilidades de movimiento
de cada parte del cuerpo, para que después el paciente realice una interpretación pictórica y discursiva
respecto de lo que vivenció durante el taller.
Ahora bien, es importante tener presente los siguientes aspectos durante el desarrollo de las sesiones: el
primero es identificar los conocimientos que poseen los pacientes sobre ellos mismos, así como su imagen
corporal, aspecto evaluado en el Test de la Figura Humana, para después re significar su imagen corporal
una vez realizada la danza.
El estudio se divide entonces en tres fases: la primera fase es de diagnóstico, el cual no consiste en realizar
un diagnóstico psiquiátrico, sino identificar la imagen corporal de cada paciente; la segunda fase es la
intervención mediante la danza, la cual se realiza acompañada por música instrumental; y la tercera fase
es de contraste, donde el mismo paciente manifiesta los cambios percibidos en ellos mismos después de la
danza, comparando con el dibujo que ellos realizan posterior al encuentro. De acuerdo con Berrol (2000),
los métodos científicos orientados al análisis cualitativo- interpretativo de los contenidos y procesos son
cada vez más utilizados en el ámbito de las ciencias sociales y abren nuevas posibilidades de investigación
para terapias creativas como es la danza.
La función de quien dirige el taller consiste en seguir y acompañar a los pacientes en sus acciones,
brindándole pautas para hacer. Se adopta pues un enfoque no directivo, no focalizado en la reeducación ni
la manipulación, sino de transmitir con un lenguaje tanto verbal como no verbal las indicaciones del
ejercicio, los afectos que produce la danza, así como reforzar la capacidad de establecer pequeñas
comunicaciones. En este sentido se ha tenido en cuenta la idea del biólogo Maturana, quien retoma a la
educadora y psicóloga Rebeca Wild (1999), de que los seres humanos, como seres vivos son
autopoyéticos y desarrollan su propio potencial dentro de un ambiente socioemocional seguro.
Una de las funciones de la danza es entrar en contacto con el estilo personal y expresivo de movimiento,
tratando de entender a través de una escucha empática, cinética y estética (Parteli, 1995). Según la
hipótesis presentada en este trabajo, se trata de que la experiencia con la danza enfatice el reflejo del
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movimiento y de los estados afectivos internos de los pacientes, y con ello ayudar a avanzar en su
conciencia corporal.
Instrumentos
Los instrumentos utilizados para la recolección de los datos son: el test de la figura humana, que los
pacientes deben realizar pre y post a la experiencia dancística; y la observación detallada de los
movimientos de cada uno. Cabe recordar que quien dirige la experiencia es bailarina profesional, lo que
implica que tiene la formación idónea para observar los movimientos. No obstante, para este trabajo se
siguió las categorías de análisis establecidas por Pankow (1977), quien en un extenso trabajo con
pacientes psicóticos reflexiona sobre la dimensión de la imagen del cuerpo y las posibilidades de
recomposición en estructuras como la psicosis. La imagen del cuerpo será pensada referente al orden
espacial en un primer momento, y la forma de cómo cada sujeto tiene la experiencia de un cuerpo. A su
criterio, lo que importa en la psicoterapia es saber cómo vive un hombre en su cuerpo, o mejor dicho,
como lo vive. (Pankow, 1977)
Para la observación del movimiento de la población de estudio se tuvieron en cuenta las siguientes
categorías de análisis:
- La dimension temporo-espacial relacionada al cuerpo, la cual se entiende como el modo
en que cada sujeto se relaciona con el mundo exterior, así como la manera como se sitúa
en el espacio.
- El ritmo, categoría de análisis que también remite al modo como el sujeto se relaciona con
el mundo exterior, incluyendo sus pares. Lo importante es ver cómo actúa el ritmo en
correlación a la constitución del tiempo y del espacio, ritmos corpóreos que van a ser
marcados por otro, y en un primer momento tiene que ver con presentar un ritmo
concreto, apegado a los ritmos dados por el mundo exterior, y ligados al cuerpo orgánico.
- La exploración del movimiento, la cual refiere al modo como cada uno vivencia su
cuerpo.
Es así como el movimiento está impregnado de sentido, “el movimiento corporal adquiere así la función
de "lenguaje": la búsqueda de "un vocabulario" propio de movimientos que, organizados en una unidad
significativa de forma-contenido permita transmitir, al igual que otros lenguajes artísticos, ideas,
emociones y sensaciones personales y subjetivas, posibles de ser objetivadas en una elaboración externa al
individuo. En este caso el producto es una danza”. (Milazzo, 2000)
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Por último, conviene resaltar que para el análisis de la figura humana se tuvo presente el estudio realizado
por Machover y retomado por Portuondo, (2012). Poniendo especial énfasis en lo siguiente:
- Si realiza la figura humana de manera unificada o no
- La expresión facial, indicador de rasgos emocionales, así como su disposición frente a la
actividad.
- Los ojos, especialmente la mirada, lo que indica la concepción que tiene del mundo
exterior así como la concepción sobre sí mismo.
- Los brazos y las manos, indicando el lazo social y el modo como se relaciona con el
mundo exterior
- Otros rasgos de contacto, también indica el modo como se relaciona con el mundo
exterior.
Como se puede apreciar, las categorías de análisis tenidas en cuenta tanto en el dibujo como en la
observación de la danza tienen el interés de dar cuenta no solo la presencia o ausencia de un cuerpo
unificado, sino el modo como el sujeto se relaciona con los demás, aspectos que abarcan lo comprendido
en el Estadio del Espejo.
3 Resultados
En el presente estudio participaron seis pacientes, cinco mujeres y un hombre, predominando el
diagnóstico de depresión, solo dos de las cinco mujeres tienen por diagnóstico esquizofrenia. Como se
puede apreciar, la totalidad de la población supone una dificultad con su cuerpo, bien sea porque vivencia
un cuerpo fragmentado, como en los casos de esquizofrenia; o bien porque tiene un compromiso
psicosomático, como una paciente diagnosticada con depresión y fibromialgia; o bien porque presente una
notable disminución de la libido y movimientos lentos, propios del cuadro depresivo. En este sentido, lo
primero a destacar es la buena adherencia a la actividad dancística por parte de los participantes, con un
porcentaje del 99%. Es decir, de los seis pacientes, solo una de ellas desertó de la propuesta dado su
diagnóstico de fibromialgia y condiciones de salud. Esta paciente ingresa al servicio por un intento suicida
con cortes profundos en sus muñecas, por lo cual el ortopedista le comunica su incapacidad motora para
trabajar con sus manos, y ante esta indicación médica la paciente comunica a la psicóloga practicante que
no se presentará en las sesiones de danza. Sin embargo, el hecho de que la experiencia dancística tenga
una buena adherencia significa, en primer lugar, que dado el caso en que se desarrolle un taller
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psicoterapéutico basado en la danza favorecería al tratamiento que el paciente esté llevando a cabo en la
psicoterapia individual, cabiendo la posibilidad que la misma también incida favorablemente en la
adherencia al tratamiento farmacológico. Así mismo, durante las sesiones se observa que la experiencia
dancística también favorece al lazo social, y esto es muy importante porque lo que generalmente se
encuentra en pacientes psiquiátricos es el aislamiento y la introversión después de una crisis subjetiva,
como por ejemplo el intento suicida o el episodio psicótico. Este reanudamiento del lazo se verifica en la
tercera sesión cuando uno de los participantes comenta que “se siente más unido con el grupo”.
Ahora bien, teniendo presente el objetivo principal de esta investigación, estudiar el estatuto del cuerpo
imaginario en pacientes psiquiátricos por medio de una experiencia dancística, se expone los siguientes
resultados siguiendo el orden cronológico de los objetivos específicos propuestos en la introducción del
trabajo haciendo especial énfasis para el análisis dos pacientes: Jorge y Lina, en quienes se pudo observar
con claridad los cambios producidos posterior a la experiencia dancística. Los dibujos de Jorge y Lina se
encuentran adjuntados en Anexos 2, y los resultados de todas las categorías de análisis se encuentran en
Anexos 1.
Entonces, en lo que respecta a la presencia o ausencia del cuerpo unificado es de mencionar que todos
los dibujos de la figura humana son unificados, tanto aquellos realizados previo a la danza como aquellos
que se dibujan posterior a ellas. Sin embargo, una de las pacientes, Jennifer, dibuja en el primer dibujo de
la última sesión únicamente su rostro, en el cual se destaca un afecto triste y con poca expresividad. La
paciente no reporta información respecto a la ausencia de su cuerpo; sin embargo, es posible que la misma
corresponda a un conflicto que ella misma tiene con su feminidad. La psicóloga que atiende a Jennifer
informa que ella en terapia se encuentra trabajando su identificación sexuada como mujer. Otro dato
significativo a mencionar es lo observado en Jorge, quien no se dibuja a él mismo sino un personaje
estereotipado, indicando una evasión de sí mismo. Pues bien, en este personaje estereotipado siempre se
destaca en el primer dibujo la presencia de unos ojos vacíos, sin pupila, lo que en el test de la figura
humana indica una pobre percepción de sí mismo y del mundo exterior. Los ojos vacíos pueden aludir a
un sujeto que se aleja del mundo, deseando que otros miren por ellos, o incluso una regresión psicótica.
Pero lo más llamativo de Jorge es que una vez realizado el taller de danza, en el segundo dibujo realiza la
pupila de los ojos, no sin cierta dificultad para hacerlo. Jorge pinta los ojos, los borra y los vuelve a pintar.
Esta conducta reiterativa indica un conflicto con esta parte de su cuerpo; y en los ojos que él finalmente
plasma en sus segundos dibujos se destaca siempre la mirada fija y en estado de alerta, aludiendo rasgos
paranoides. Por otra parte, durante la danza se observa en Jorge movimientos fragmentados. Durante la
primera sesión se enfoca mucho en los movimientos de sus manos, más que en otras partes del cuerpo,
dejando tensionado sus extremidades inferiores. También es notable que durante el taller, Jorge no
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establece contacto visual, aspecto que incide al momento de realizar los ejercicios. Pues bien, la
fragmentación de los movimientos corporales en Jorge se reiteran en la segunda sesión, en la que se
observa que le cuesta ubicar las partes de su cuerpo para producir el movimiento; sin embargo, en la
tercera sesión se observa mayor integración de sus movimientos.
Un dato a destacar es que en la primera sesión todos los participantes hicieron especial enfásis en los ojos,
aludiendo a una “mirada fija y penetrante”, aspecto que se comprende como un estado de expectativa
frente a la experiencia dancística, pues la misma es desconocida en todos ellos. Ahora bien, para dar
cuenta del cuerpo unificado o fragmentado, también se tuvo presente el modo como cada paciente
realizaba el movimiento, ubicando cambios significativos en la mayoría de los pacientes, a excepción de
una paciente diagnosticada con esquizofrenia. En la primera sesión la mayoría de los pacientes realizaban
movimientos lentos y desarticulados. Así mismo, se pudo percibir poca exploración del espacio físico,
incoordinación del movimiento respecto al ritmo y una incipiente exploración de su propio cuerpo. Pero,
posteriormente se pudo identificar unos leves cambios respecto al movimiento de su cuerpo: realizaban
movimientos más rápidos, más articulados y mayores usos de las partes de su cuerpo, por ejemplo, si en
un principio realizaban movimientos pequeños de sus manos, en la tercera sesión ya realizan movimientos
más grandes y abarcativos.
Posteriormente, en lo que respecta al modo como el sujeto se relaciona con el otro especular, se tiene en
cuenta tanto los rasgos de contacto que plasman en el dibujo, como la interacción que ellos tienen con sus
compañeros durante la actividad. En el dibujo prevalece en todos los casos, y en todas las veces, un leve
contacto con el mundo exterior, destacándose rasgos de desconfianza con los demás y conducta evasiva.
Sin embargo, durante la experiencia dancística se observa un pasaje que va de una dificultad para entrar en
relación con otros a una mayor interacción social.
Se destaca entonces que durante los ejercicios de danza se encuentren, por ejemplo, conductas miméticas
en una de las pacientes diagnosticadas con esquizofrenia, Lina, quien en la primera sesión se ubica al lado
o al medio de sus compañeros, reproduciendo de manera automática lo que los demás realizan. Situación
similar ocurre con Marcela, otra paciente diagnosticada con esquizofrenia, quien además de moverse un
tiempo después de los demás, reproduce de forma automática los movimientos de los otros. Esto último,
indica lo que en la teoría psicoanalítica se ha destacado como la simbiosis del paciente psicótico, cuya
corporalidad solo cobra soporte en la identificación imaginaria con el otro especular.
Por otra parte se observa durante el taller de danza conductas evitativas y distantes con el otro especular.
Por ejemplo, en Jorge y en Jennifer se encuentran la tendencia de ubicarse a una distancia considerable
respecto a sus compañeros. Si bien Jorge manifiesta que cuando cierra los ojos se siente acompañado,
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aspecto que en su cotidianidad se sentiría solo, él durante la actividad evade el contacto físico con los
demás. Aspecto similar ocurre con Jennifer, quien no solo evade el contacto físico con sus compañeros,
sino que ella misma manifiesta, en la primera sesión, una inconformidad para que su cuerpo entre en
contacto con el piso. En este sentido, es de destacar que en la última sesión todos los participantes tuvieran
mayor motivación para realizar la actividad, e incluso mayor disposición para interactuar con los demás.
En el último encuentro había mayor contacto visual entre todos, se sentían más unidos y había mayor
aproximación entre los cuerpos. Así mismo, es de resaltar que en la última sesión los movimientos de cada
uno fueron más independientes de los otros y con mayor introspección de sí mismo. Es así como se
concluye que a través del trabajo con el cuerpo y el movimiento, es posible crear un lazo con el otro.
Finalmente, en lo que concierne al último objetivo específico, orientado a verificar cambios significativos
en el estatuto del cuerpo imaginario se puede visualizar una notable transformación en lo que respecta a
la conciencia sobre su propio cuerpo. Por ejemplo, Lina en sus primeros dibujos muestra una piel muy
blanca a comparación de la tez morena de su piel, aspecto que va cambiando a medida de las sesiones,
para luego abrir la posibilidad de un reconocimiento de ella y de su imagen, pues en su ultimo dibujo ya
denota un color de piel un poco mas oscuro y acorde a la realidad. A medida que Lina va trabajando con
su cuerpo, se integra logrando contactarse con su corporalidad y con la imagen que sobre la representación
corporal se aloja. En general se puede notar cambios en todos los dibujos posterior al contacto con la
danza, se visualizan mayores detalles en sus dibujos.
4 Discusión
La función del paciente es fundamental en dispositivos psicoterapéuticos diversos como la danza,
situación que implica ocupar un lugar en el espacio para poder dar y hacer lugar al otro, sitios de
intercambios dónde se puede tramitar emociones, temores y sensaciones corporales, y que en estructuras
como la psicosis parte “haciendo pie en el cuerpo”. (Pankow ,1977). En este sentido el crear un espacio
dancístico se vuelve apropiado para trabajar la corporalidad de forma directa con los cuerpos y la relación
que se instaura con el otro, quién a través de su deseo crea, expresa y propone movimientos en los otros.
Si el cuerpo existe desde un principio, es entonces un espacio en el cual comienza a operar separado del
espacio materno, siendo este proceso conocido como "narcisismo arcaico" en Freud, y que corresponde a
la etapa previa a la discriminación entre el yo y el mundo objetal. Es entonces como se presenta el cuerpo
como una imagen ligado a la forma y a la posibilidad de habitarlo en un cuerpo viviente.
Cuando se habla desde el psicoanálisis del cuerpo, se habla de un cuerpo que habla, consecuencia del
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efecto del lenguaje sobre el organismo biológico; un organismo que al estar afectado por la labor del
significante se hace sostén en lo real de un cuerpo libidinal, y de un cuerpo como atributo para un sujeto.
Por lo tanto el cuerpo no puede ser considerado como un mero dato biológico, y Lacan articula al cuerpo,
en un primer periodo, al registro de lo imaginario, sin dejar por esto de pensarlo en relación a los otros dos
registros, Simbólico y Real.
Entonces, más allá de concebir la enfermedad mental cómo un déficit en torno a la constitución de un
sujeto, a lo que se invita es a poder observar y entender lo que tiene que ver con la constitución corporal
de lo imaginario, que van a demarcar otro estatuto de la realidad psíquica y de la manera de cómo un ser
humano puede estar en el mundo. Es desde esta perspectiva que se propone entonces la experiencia
dancística como un dispositivo de trabajo que permite identificar la imagen corporal y el modo como el
sujeto se relaciona con los demás. Y es en este sentido que el presente trabajo plantea dentro de sus
objetivos identificar si hay o no un cuerpo unificado, lo que remite de manera inmediata a la
conceptualización que Lacan realiza del “Estadio del Espejo”. “Basta para ello comprender el estadio del
espejo como una identificación en el sentido pleno que el análisis da a éste término: a saber, la
transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen, cuya predestinación a este efecto de fase
está suficientemente indicada por el uso, en la teoría, del término antiguo Imago” (Lacan, 1946, p. 100).
Durante la experiencia dancística se puede identificar que la fragmentación corporal no solo se manifiesta
en la psicosis esquizofrénica, aspecto ampliamente discutido por distintos psicoanalistas, sino en otros
diagnósticos clínicos como la depresión. Por ejemplo, en el caso de Jorge quien esta diagnosticado con
depresión, se observa movimientos fragmentados, ya que se enfoca mucho en los movimientos de sus
manos, dejando tensionado sus extremidades inferiores, como si las mismas no existieran. Otro dato a
tener en cuenta en Jorge es la dificultad para ubicar las partes de su cuerpo, y ser consciente que cada una
tiene un movimiento propio y, a su vez, integrarlo con el resto de su cuerpo.
Sin embargo, el punto a rescatar es que durante los talleres se pudo constatar que dicha fragmentación
corporal lograba, en algunos de los casos, una pseudo unificación por medio de la danza. Se trata de una
“pseudo unificación” dado que no se introduce modificaciones estructurales, pero si permite pensar la
danza como uno de los anudamientos posibles que un sujeto puede acudir para tramitar lo innombrable e
irrepresentable de su cuerpo. Es así como Jorge en todas las sesiones, después de la experiencia dancística,
introduce en su dibujo el objeto mirada como articulador de la realidad exterior. Aspecto similar vemos en
el caso de Lina, quien en el inicio de sus dibujos se representa como una mujer con un color de piel
diferente al que ella posee, a diferencia del dibujo de la ultima sesión en la que se pinta con su tez morena,
y en la última sesión cuando se les invita a observar todos los dibujos realizados durante las sesiones, Lina
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manifiesta: “ahora en este ultimo si me veo, mas parecida a mi”.
Ahora bien, el diagnostico mas predominante en la población de estudio es la depresión, siendo esta, tal y
como muestra la organización Mundial de la Salud (OMS), la principal causa de deterioro en la salud
mental y afecta a 121 millones de personas en el mundo (World Health organization, 2007). Es entonces
que la inclusión de variables tales como la alienación y la autoestima, permite ampliar una perspectiva
psicosociológica en el estudio de los estados emocionales de las personas. Así, según Seeman (1959;
1983) pueden diferenciarse cinco dimensiones diferentes de la alienación: indefensión, carencia de
significado, aislamiento, autoestrañamiento y anomia. estas dimensiones implican todas ellas una pérdida
del control personal sobre el medio y hacen referencia a los efectos de la deficiente integración del
individuo en su sociedad. Desde lo mencionado anteriormente es importante tener en cuenta la función de
los talleres como facilitadores para el restablecimiento del lazo social, es entonces en donde se encuentra
en el discurso de los participantes “me siento mas unido al grupo”, “siento que estamos mas integrados”.
Lo que sale a través del cuerpo, es puesto en un espacio en el cual se invita a la relación del cuerpo con el
movimiento y con los otros, es decir se trata entonces de una corporalidad en relación a otros cuerpos. En
este sentido ofrecer un espacio de trabajo con los cuerpos, el movimiento y la danza, es abrir la posibilidad
de elaborar la tensión inherente en la identificación con el otro especular, y a su vez reelaborar la historia
que ha constituido al sujeto. En este sentido lo vivenciado en esta investigación cobra sentido ya que se
pudo visualizar en los participantes, a medida que se fueron introduciendo en la dinámica del movimiento,
mayor disposición en la exploración del movimiento y en el contacto con los otros.
El espacio donde se ejecutaron estas sesiones es de suma importancia, ya que permite situar este tipo de
trabajo investigativo alojando y ofreciendo un espacio de intercambio y tránsito de corporalidades entre
pacientes psiquiátricos, quienes vivencian permanentes quiebres y desorganizaciones, donde muchas
veces no existen continuidad espacial ni temporal, pero con las cuales tienen que aprender a interactuar.
5 Conclusiones
Los resultados obtenidos en este estudio evidencian la necesidad de trabajar con este tipo de población
brindando un espacio para que la persona exprese lo que siente y piensa en relación a su enfermedad. En
todos los casos se halló que los pacientes movilizaban una reacción catártica al encontrar un espacio en
donde el cuerpo tiene un lugar privilegiado. En este sentido, se concluye que la danza sirve como
herramienta para identificar la imagen corporal, que para fines teóricos y prácticos en este trabajo se
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concibe como el cuerpo imaginario.
La danza puede servir como instrumento psicoterapéutico en tanto permite no solo identificar el estatuto
del cuerpo imaginario, sino que permite obtener cambios significativos en relación a éste. En el presente
estudio, se encuentra que en todos los casos había un importante cambio en cuanto a su corporalidad,
posterior el encuentro dancístico. Si bien en todos los asistentes prevalecía en el dibujo la unificación de
la figura humana, al realizar una observación detallada de la actividad dancística se pudo constatar que
algunos de ellos presentaban movimientos fragmentados, encontrando la particularidad que en el caso
donde más se observa esta fragmentación no corresponde al diagnóstico de esquizofrenia, sino al de
depresión. En este paciente es notorio los efectos que tuvo la danza sobre el estatuto de su cuerpo
imaginario, en tanto obtenía mayor conexión con el mundo exterior y consigo mismo. También se tiene el
ejemplo de Lina, paciente de piel morena, quien en un principio se representaba como una mujer blanca,
pero que en la última sesión se dibuja como una mujer morena, llegando a decir que se parece más a sí
misma.
Por otra parte, en lo que respecta al modo como se relaciona el sujeto con sus pares, otro especular
privilegiado, se identifica dos posiciones opuestas: por un lado, se destaca la presencia de mimesis, donde
el otro especular pareciera darle soporte a su cuerpo, y, por otro lado, se encuentra el distanciamiento con
los demás, donde el cuerpo queda aislado del contacto con el mundo exterior. En este punto también es
posible identificar un cambio notorio, pues al finalizar las sesiones se identifica movimientos autónomos y
mayor socialización con sus compañeros.
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