el español de america

Upload: coneperez

Post on 31-Oct-2015

49 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • EL ESPAOL EN AMRICAJESS SNCHEZ LOBATO

    Universidad Complutense de Madrid

    INTRODUCCIN

    Es habitual entre fillogos denominar espaol de Amrica o espaolatlntico a la lengua espaola que, por razones histricas, geogrficas y cultu-rales, se asent en los territorios americanos de las colonias para diferenciarla,por las causas antes aludidas, del espaol de la metrpoli antao, del espaolpeninsular en la actualidad, sobre todo a partir de su independencia de Espaa yde su proclamacin como Estados soberanos.

    La coin que representa en el momento presente la lengua espaola comosistema puede ser estudiada y analizada tanto desde la perspectiva diastrticacomo desde la perspectiva diatpica en ambos mundos, sin que por ello encon-tremos sistemas de comunicacin diferentes. Se trata del mismo sistema de co-municacin, en especial, en la manifestacin escrita del lenguaje. (...) Ningunalengua viva y usada por los hombres permanece inalterada a travs de los si-glos, ni siquiera de los aos. Esencial es al lenguaje para vivir el cambiar; elcambiar es constitutivo de su funcionamiento, como instrumento que es a la vezde comunicacin social y de expresin individual'.

    La lengua espaola en Amrica es lengua oficial en dieciocho repblicasindependientes (Mxico, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, CostaRica, Cuba, Repblica Dominicana, Panam, Venezuela, Colombia, Ecuador,Per, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay), en Puerto Rico, Estadoasociado a Estados Unidos, y, asimismo, la lengua espaola es vehculo de co-municacin entre la minora de origen hispano en Estados Unidos.

    Podemos afirmar que la pujanza del espaol como sistema de comunicacinse halla en el continente americano si atendemos principalmente a su realidaddemogrfica. En la actualidad, son ms de trescientos millones de personas lasque se sirven del espaol en Amrica para cifrar y descifrar el mundo que les hatocado vivir, para soar, rer y llorar en el da a da; para amar y morir entre

    ' Alonso, A., Estudios lingsticos. Temas hispanoamericanos, 2.* ed., Gredos, Madrid, 1961.

    553

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    quienes les han visto nacer y crecer. En definitiva, el peso del espaol en elmundo se ha trasladado del pas que lo acun Espaa a los diferentes pa-ses americanos que lo eligieron como idioma nacional definitivamente unido algrito de independencia2.

    La lengua espaola, en su vasta geografa actual, presenta diversos tonos,diferentes acentos, unos ms acentuados que otros cierto es, pero todos loshablantes de espaol no importa su origen, absolutamente todos, cantamosla misma cancin.

    En el mundo de habla hispana las nacionalidades, con sus peculiaridadesculturales, sociales e histricas, ofrecen plurales hbitos lingsticos entre s,variedad de tonos y de acentos, pero siempre desde la misma meloda. En lasinfona de lo hispnico tienen cabida mltiples notas. Somos capaces de reco-nocernos y de comprendernos all donde nos encontremos. La lengua, y su rea-lidad dialectal, se est equilibrando y regulando: el fenmeno de la urbaniza-cin, es decir, el corrimiento migratorio del siglo xx sobre todo a partir de susegunda mitad hacia las ciudades de un lado y de otro, el enorme influjo delos poderosos medios de comunicacin: prensa, radio y televisin, tamizan ma-tices y expanden usos y modas, tanto sociales, culturales como lingsticos, alos cuatro vientos.

    Conviene, sin embargo, precisar que siempre permanecern en la pluralidadde nacionalidades que conformamos el mundo hispnico, usos, modismos, neo-logismos, etc., singulares y peculiares como elementos inherentes y caractersti-cos de la forma de ser de nuestros pueblos.

    EL ESPAOL DE AMRICA

    El espaol de Amrica no responde a una uniformidad idiomtica, al igualque el espaol de Espaa, sino que entre los diversos usuarios del idioma pode-mos reconocer sus diversidades, en primer lugar nacionales y posteriormentediatpicas y diastrticas. No por ello podemos hablar de una coin en su con-junto distinta de la que pueda presentar el espaol peninsular, ya que en la Pe-nnsula coexisten, entre otras, claramente diferenciadas dos subnormas: la caste-llana y la andaluza.

    2 El nmero de hablantes de espaol, por pases, es el siguiente:

    Argentina: 31.030.000; Bolivia: 6.611.000; Colombia: 28.231.000; Costa Rica: 2.569.000;Cuba: 10.246.000; Chile: 12.431.000; Ecuador: 9.577.000; El Salvador: 5.403.000; Guatemala:6.917.000; Honduras: 4.514.000; Mxico: 79.563.000; Nicaragua: 3.385.000; Panam: 2.227.254;Paraguay: 3.531.000; Puerto Rico: 3.300.000; Per: 20.207.000; Repblica Dominicana: 6.560.000;Uruguay: 3.035.000; Estados Unidos: 19.500.000; Venezuela: 19.500.000.

    554

  • MISCELNEA

    En la actualidad, y desde el registro estndar, asimilado a la norma de cul-tura, la lengua que fluye de la pluma de los Cortzar, Garca Mrquez, VargasLlosa, Miguel ngel Asturias, Neruda, Borges, Octavio Paz, etc., salvo en el l-xico, tratamientos pronominales, no presenta graves disfunciones respecto de laque fluye de la pluma de los Cela, Delibes, Alberti, Garca Lorca, Blas de Ote-ro, A. Zamora, F. Umbral, etc. El sistema lingstico del espaol sirve de caucede expresin y de comunicacin, es plenamente vlido para comunicarse, desdela norma culta, tanto a espaoles como a hispanoamericanos sin esfuerzo al-guno.

    La expresin espaol de Amrica agrupa matices muy diversos: no es igualel habla cubana que la argentina, ni la de un mejicano a la de un chileno...Pero, aunque no exista uniformidad lingstica en Hispanoamrica (debido, so-bre todo, al sustrato indgena que los espaoles encontraron: quechua, nhuatl,guaran...), la impresin de comunidad general no est injustificada: sus varie-dades lingsticas (aquellas que se separan de la norma culta) tanto desde laperspectiva diastrtica (variables socioculturales) cono desde la perspectiva dia-tpica (variantes geogrficas y dialectales) son menos discordantes entre s quelos dialectalismos peninsulares, y poseen, por motivos obvios, menor arraigohistrico en Hispanoamrica. '

    Al hablar del espaol en Amrica estamos hablando de una lengua de comu-nicacin como ya se ha sealado que aglutina a veinte naciones indepen-dientes.

    La lengua espaola sigue siendo el sistema lingstico de comunicacincomn a veinte naciones, no obstante las particulares diferencias lxicas, fo-nticas y, en menor grado, morfosintcticas que esmaltan el uso en unas yotras. Diferencias que se producen entre todos esos pases, sin permitirnos esta-blecer dos grandes modalidades bien contrastadas espaola y americana,por cuanto que, adems, existe mayor afinidad entre algunas modalidades ame-ricanas y espaolas que entre ciertas modalidades hispanoamericanas entre s3.

    En el sistema lingstico que responde a la coin de espaol coexisten dossistemas fonolgicos esencialmente que presentan identidad propia y son per-fectamente reconocibles all en donde se encuentren: el denominado castellanoy el andaluz.

    Entendemos por espaol americano una entidad que se puede definir geo-grfica e histricamente. Es decir, es el conjunto de variedades dialectales delespaol habladas en Amrica, que comportan una historia comn, por tratarsede una lengua trasplantada a partir del proceso de conquista y colonizacin delterritorio americano. Esto no implica desconocer el carcter complejo y variado

    3 Lope Blanch, Juan Manuel, Estudios de lingstica hispanoamericana, Mxico, 1989, pg. 29.

    555

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    de este proceso y sus repercusiones lingsticas, dado que debemos diferenciarlas regiones de poblamiento temprano (las Antillas, Panam y Mxico, porejemplo) de otras de poblamiento ms tardo (Ro de la Plata en general y Uru-guay en particular); las regiones de poblamiento directo a partir de Espaa, delas de expansin americana, etc.4.

    LA BASE DEL ESPAOL DE AMRICA

    Sin entrar a analizar las principales lneas de investigacin que rechazan labase lingstica andaluza para el espaol de Amrica (Pedro Henrquez Urea,Amado Alonso, entre otros), frente a quienes postulan la base andalucista parael espaol de Amrica (M. L. Wagner, R. M. Pidal, entre otros), aparte de otrospostulados equidistantes de ambas, s conviene, cuando menos, adherirse alpensamiento de G. Salvador al respecto: (...) El andalucismo del espaol deAmrica, que yo llamara con ms precisin sevillanismo, me parece incontro-vertible en lo que respecta al seseo, que se extiende a todo el espaol ultrama-rino y que tiene su origen en esa especie de filtro que representa la norma sevi-llana para el espaol trasplantado al Nuevo Mundo y a las Islas en los primerostiempos de la conquista3.

    Por obvio, no es menos cierto que el espaol de Amrica es una lengua ex-tendida por la colonizacin; y sta se inici cuando el idioma haba consolidadosus caracteres esenciales y se hallaba prximo a la madurez, sin por ello prejuz-gar el enorme peso de la norma toledana frente a la andaluza en aquel entonces.

    La base de la lengua que los espaoles llevaron a Amrica responda a lamanifestacin hablada (y escrita) de la que los emigrantes eran portadores deacuerdo con la base social de la que provenan. Por ello, en las zonas de las co-lonias, aparte del elemento lingstico indgena, importante sin lugar a dudas,hemos de tener en cuenta para estudiar mejor las reas lingsticas el compo-nente socio-cultural de los emigrantes y su legalizacin geogrfica originaria.No es una lengua muerta, sino viva en sus labios y responda esencialmente a lacoin que ellos practicaban. En palabras de A. Alonso: La verdadera base fuela nivelacin realizada por todos los expedicionarios en sus oleadas sucesivasdurante todo el siglo xvi6.

    Para el colombiano Rufino Jos Cuervo (1844-1911), los rasgos definitorios4 Fontanella de Weinberg, Mara Beatriz, El espaol de Amrica, Mapire, 1992, pg. 15.

    9 Salvador, Gregorio, Discordancias dialectales en el espaol atlntico, en / SILE, Las Palmas

    de Gran Canaria, 1981, pgs. 3S1-3S9.6 Alonso, A., La pronunciacin americana de la z y c en el siglo xvi, en UH, 1939, 23,

    pgs. 68-83.

    556

  • MISCELNEA

    del espaol de Amrica son el vulgarismo, una notable representacin de dia-lectalismos peninsulares y una marcada tendencia arcaizante.

    Asimismo, en palabras de Antonio Garrido Domnguez7, tambin hizo suyodesde postulados lingsticos el vaticinio poltico de A. Bello" de la posiblefragmentacin del espaol, como ya ocurriera en su momento con la lengua la-tina.

    Uno y otro punto de vista de Rufino Jos Cuervo han constituido el puntode partida que no de llegada de dos de los aspectos ms polmicos del es-paol en Amrica. Tanto es as que es imposible abordar los orgenes del espa-ol en Amrica y el espaol en el mundo actual sin acudir a los puntos de vistade Rufino Jos Cuervo, pese a que en el da de hoy tenemos nuevos puntos devista para terciar en dichas polmicas. Sobre el futuro de la lengua espaola anexisten voces que insisten en la posible fragmentacin si no se utilizan los me-dios adecuados; en palabras de F. Lzaro: No existe garanta plena de que elfuturo de la lengua est asegurado y es necesario observar el mximo respetohacia las normas gramaticales.

    En una visin panormica de los posibles rasgos caractersticos del hablaamericana precisa Mara Beatriz Fontanella9, slo podemos considerar unospocos rasgos morfosintcticos como exclusivos aunque no generales del es-paol americano actual frente al peninsular, entre los que destacan el voseo y eluso peculiar de la preposicin toara con valor temporal restrictivo. En lo fonol-gico hay un rasgo general a todo el espaol americano el seseo que es com-partido tambin por el espaol del sur de Espaa y de Canarias. Otros rasgosmuy extendidos, aunque no generalizados, son el yesmo, la aspiracin de /-s/ fi-nal, la realizacin aspirada de IX] y las distintas realizaciones de /-r/ y /-I/. Conrespecto al lxico, el espaol americano presenta amplias diferencias, tantocon respecto al espaol peninsular como entre las diferentes regiones americanasentre s. Sin embargo, estas diferencias no afectan al vocabulario bsico, sino alresto del componente lxico, lo que es perfectamente esperable en una lenguaextendida por un territorio tari vasto y hablada en ms de veinte pases.

    1 Garrido Domnguez, Antonio, Los orgenes del espaol de Amrica, Mapfre, Madrid, 1992,

    pgs. 14 y 37.9 Bello, A., Gramtica de la lengua castellana, ed. crtica de Ramn Trujillo, Cabildo Insular

    de Tenerife, 1981, Prlogo, pg. 130:(...) Pero el mayor mal de todos, y el que, si no se ataja, va a privarnos de las inapreciables

    ventajas de un lenguaje comn, es la avenida de neologismos de construccin, que inunda y entur-bia mucha parte de lo que se escribe en Amrica y, alterando la estructura del idioma, tiende a con-vertirlo en una multitud de dialectos irregulares, licenciosos, brbaros; embriones de idiomas futu-ros, que durante una larga elaboracin reproduciran en Amrica lo que la Europa en el tenebrosoperodo de la corrupcin del latn.

    ' Fontanella de Weinberg, Mara Beatriz, El espaol de Amrica, Mapfre, Madrid, 1992,pgs. 14 y 15.

    557

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    EL ELEMENTO INDGENA

    No voy a tratar de los determinantes histricos que condujeron desde unaperspectiva cultural a lo que hoy en da conocemos con el trmino de hispaniza-cin, pero s conviene recordar que tal proceso toma cuerpo paulatinamente apartir de la independencia y de la proclamacin, por tanto, de Estados indepen-dientes entre s y en relacin a Espaa. Es obvio que tal proceso an no ha ter-minado en el da de hoy. En la misma lnea argumental, se puede precisar que elapogeo de la hispanizacin tiene lugar con el proceso mismo del mestizaje, ele-mento esencial para entender en su plenitud la realidad americana.

    Como no poda ser de otra manera, la influencia indgena es tan tangible enel espaol de hoy que no podramos entenderlo sin ella. Pensemos, por ejemplo,en la vida cultural y en la naturaleza del mundo fsico que incorporan y hacensuyo en el mbito del espaol. Mejor dicho, los horizontes y lmites del espaolactual no tendran cabida en la vieja provincia que lo vio nacer: Castilla.

    La extraordinaria realidad del espaol sera impensable sin la aportacin delos pases americanos. Sin embargo, la opcin podra haber sido otra, ya que enun principio, y por motivos de la evangelizacin, establecieron el nhuatl desdeZacatetas hasta Centroamrica como lengua general, y algo semejante puededecirse del quechua, que alcanz su mayor difusin durante la colonia. En Co-lombia fue el chibcha y en Paraguay el tupiguaran quienes alcanzaron el rangode lenguas generales. Por fuerza, estas lenguas y otras habladas en menor pro-porcin demogrfica haban de introducir en el espaol no slo su visin delmundo, sino su idiosincrasia al sumergirse en un sistema lingstico que origi-nariamente les era ajeno.

    Aunque partamos de un mismo sistema lingstico, el elemento lingsticoindgena, sin caer en la tentacin de infra o supervalorarlo, lo tenemos que tenerpresente a la hora de rastrear la penetracin del espaol por tierras americanas;existen fenmenos y problemas de superestrato, influjo de la lengua dominantesobre la dominada: penetracin de hispanismos en el nhuatl, en el quechua, enel guaran...; se dan, asimismo, concomitancias debidas al adstrato: mutua in-fluencia entre lenguas coexistentes, ya por bilingismo en determinado terri-torio, ya por vecindad de las reas respectivas. Por ltimo, manifestaciones yproblemas de sustrato, influjo de una lengua eliminada sobre la lengua elimina-dora.

    Pedro Henrquez Urea10, basndose esencialmente en la influencia de laslenguas indgenas, estableca en la Amrica hispana cinco grandes zonas dife-

    10 Henrquez Urea, Pedro: Observaciones sobre el espaol en Amrica, RFE, 1921, 8,

    pgs. 357-390.

    558

  • MISCELNEA

    rendadas: I) Mxico, Nuevo Mxico y Amrica Central, determinada por la in-fluencia de la lengua nhuatl; II) Antillas, Venezuela y la costa caribea de Co-lombia, producto de la mezcla del espaol con el arahuaco; DI) Ecuador, Per,Bolivia y zona norte de Chile, determinada por la lengua quechua; IV) centro ysur de Chile, producto de la mezcla del espaol con el araucano, y V) Argentinay Paraguay, determinada por el guaran.

    Posteriores investigaciones " han puesto en tela de juicio, sobre todo tras laspublicaciones de P. Boyd-Bowman12, en las que establece numricamente lasregiones de origen de los pobladores espaoles y los lugares americanos en losque se establecen, dicha clasificacin por carecer de Habilidad cientfica. En ladeterminacin de reas lingsticas en Hispanoamrica es bsico partir de iso-glosas.

    Jos Pedro Roa13, para determinar las diferentes zonas lingsticas en His-panoamrica, recurre a isoglosas que corresponden a fenmenos diferentes: ze-smo, yesmo, voseo y formas verbales del voseo. J. C. Zamora y J. M. Guitart14proponen (a partir de los rasgos relacionados con /x/, /s/ y voseo) las siguienteszonas dialectales: I) Antillas; costa oriental de Mxico; mitad oriental de Pa-nam; costa norte de Colombia; Venezuela, excepto la cordillera. II) Mxico,excepto la costa oriental y las regiones limtrofes con Guatemala, ni) CentroAmrica; regiones limtrofes de Mxico; mitad occidental de Panam. IV) Co-lombia, excepto las costas; regin de la cordillera de Venezuela. V) Costa delPacfico de Colombia y de Ecuador. VI) Costa del Per, excepto extremo sur.VH) Ecuador y Per, excepto las regiones en las dos zonas anteriores; occidentey centro de Bolivia; noroeste de Argentina. VIH) Chile. IX) Oriente de Bolivia;Paraguay; Uruguay; Argentina, excepto el noroeste.

    EL ESPAOL AMERICANO Y SEVILLA

    Sevilla, en la poca del descubrimiento, es la ciudad peninsular ms impor-tante de Espaa, importancia que se ve acrecentada por las disposiciones oficia-les que le otorgan el privilegio de ser puerto de entrada y salida hacia los terri-torios americanos. Los espaoles, que, por avatares de la vida, ven en los

    11 Canfield, D., La pronunciacin del espaol en Amrica, Bogot, Publicaciones del Instituto

    Caro y Cuervo, 1962.12

    Boyd-Bowman, P., La emigracin peninsular a Amrica: 1520-1539, Historia Mexicana,13,1963, pgs. 165-192; Regional Origins of the Spanish Colonist of America: 1540-1559, Buf-

    falo Studies, 4,1968, pgs. 3-26.13

    Roa, J. P., El problema de la divisin del espaol americano en zonas dialectales, PFLE,1,1964, pgs. 215-226.

    14 Zamora y Guitart, Dialectologa hispanoamericana, Almar, Salamanca, 1982.

    559

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    nuevos territorios una vlvula de escape para la aventura, la gloria, el cambio defortuna, irrumpen en Sevilla con sus peculiaridades lingsticas. Las variedadesandaluzas en plena ebullicin les impregnarn en su etapa sevillana y les acom-paarn en su andadura americana. Los rasgos caractersticos de la lengua enAndaluca dominaron el proceso, pero en l estuvieron presentes peculiaridadesde todos y cada uno de los otros dialectos peninsulares, en mayor o menorgrado15.

    Los rasgos lingsticos, pues, ms caractersticos del espaol americanofrente a la subnorma castellana se encuentran en esa nueva coin surgidade Andaluca. Lo esencialmente autctono del espaol de Amrica se encuentraen su aliento, en su voz, es decir, en la entonacin, en el ritmo y en el lxico,no en la morfologa. En la sintaxis no hay diferencias notables16.

    En la base de la lengua colonial segn R. M. Pidal no slo est lanorma general de la lengua comn, sino tambin un dialecto particular de sadestacado sobre los otros desde comienzos del siglo xvi: as, el espaol ultra-marino recibi un marcado tinte andaluz al aceptar la simplificacin fonolgicadel cec.eo-zezeo surgida en el reino de Sevilla ".

    Podemos afirmar dice Fontanella de Weinberg que la comprobada an-telacin de la mayor parte de los rasgos en Andaluca y su traslacin desde losprimeros tiempos de la conquista a Amrica, as como el peso demogrfico delos colonos de esa procedencia, no dejan ya dudas de que los andaluces consti-tuyeron un fermento y decisivo fermento de varios de los principales ras-gos fonolgicos que caracterizan a gran parte del espaol americano ".

    (...) En el caso de la koinizacin, el hecho de que se haya producido entoda Amrica hispnica explica la generalizacin de algunos procesos simplifi-cadores a todas o la mayor parte de las variedades del espaol americano, ascomo la presencia de rasgos dialectales de diferente procedencia peninsular entodas sus variedades.

    - En cuanto a la estandarizacin, la etapa en que sta se ha producido, ascomo los diferentes grados de la misma, alcanzados en cada regin, son asi-mismo factores que inciden en la diferente configuracin de cada variedad re-gional. De tal modo, en los casos de una estandarizacin profunda y temprana,como Mxico, se fren en gran parte el desarrollo de rasgos considerados "vul-gares"".

    15 Zamora y Guitart, Dialectologa hispanoamericana, Almar, Salamanca, 1982.

    " Zamora Vicente, A., Dialectologa espaola, 2.* ed., Madrid, Gredos, 1967.17

    Menndez Pidal, R., Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el espaol de Am-rica, Miscelnea homenaje a Andr Martinet, T (1966), pgs. 134-135.

    " Fontanella de Weinberg, M. B., ibdem, pg. 42.19

    Fontanella de Weinberg, M. B., ibdem, pgs. 53 y 54.

    560

  • MISCELNEA

    En palabras de Juan A. Frago, si hemos de conceder que los cambios lin-gsticos se propagan socialmente con notable lentitud, algo que muy pocos hoypondrn en duda, obvio es que durante varios decenios del quinientos escasasdiscrepancias fonticas sobrevendran en el seno de las comunidades indianasfrente al estado de la lengua que los emigrados haban llevado consigo, ni ha-bran logrado desarrollarse con bastante extensin los incipientes particularis-mos autctonos, en el caso de que como tales hubieran existido. De su peso secae, pues, que las diversidades internas en este terreno reflejadas por la docu-mentacin americana hasta mediados de la decimosexta centuria, e inclusohasta algo ms tarde, apenas podan deberse ms que a los habitantes del NuevoMundo nacidos en la Pennsula Ibrica, puesto que an eran muy pocos loscriollos capaces de plasmar su habla en la escritura. Consecuentemente, habrque sumergirse en los entresijos dialectales de Espaa, y no slo buscando eltestimonio vulgar, e inmediatamente se ver, por ejemplo, que en las zonas sure-as actuaba el intenso relajamiento de /-r, -1/, el de /-s/ con su secuela aspira-dora, el yesmo, la prdida de la /-d/, el seseo y el ceceo, junto a otros factoresdel llamado meridionalismo fontico. En lo que a estos fenmenos toca, los tex-tos andaluces se comportan de modo harto distinto a los redactados fuera de An-daluca, especialmente en l que al cambio seseo-ceceo respecta, claro est20.

    EL VOCALISMO

    El vocalismo del espaol de Amrica no presenta novedades en relacin alespaol peninsular ni en el sistema fonolgico ni en las realizaciones fonticassistemticas tanto desde la perspectiva diastrtica como diatpica.

    En el espaol de Amrica, al igual que en el espaol peninsular, convivenesencialmente dos sistemas voclicos: el general, de cinco fonemas voclicos, yel desarrollado originariamente en Andaluca, en el que al menos distinguimossiete fonemas voclicos por distinguir entre /e/ y //, /o/ y /o/. Otras tendencias,como la mejicana tendente a la caducidad de las vocales tonas, no estn conso-lidadas en el sistema.

    Desde la perspectiva sociolingstica, los usos voclicos que se apartan dela norma estandarizada actual no diacrnicamente se dan por igual en am-bos mundos debido a la escasa o nula escolarizacin del individuo o a la escasapreparacin de un amplio espectro social que sustenta la lengua como sistemade comunicacin. No son rasgos que se puedan aplicar para caracterizar una

    10 Frago, Juan A., Estrategias para l investigacin en el espaol americano hasta 1650, Con-

    greso Internacional de la Lengua Espaola, Pabelln de Espaa, Sevilla, 1992.

    561

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    lengua, sino para caracterizar una manifestacin de habla desde una perspectivadel registro idiomtico. Los rasgos siguientes respondern, por lo tanto, a diver-sas variantes del cdigo restringido:

    a) Cambio de e en i: dispertar por despertar.b) Cambio de i en e: mesmo por mismo.c) cambio de o en u: revulucin por revolucin.d) Cambio de u en o: sospiro por suspiro.e) Reduccin de hiatos: pior por peor.

    En buena medida responden dichos cambios a los fenmenos de asimilacin(culumpio), disimilacin (asperar) y a la tendencia popular al diptongo: acor-din, titro (por acorden, teatro).

    EL CONSONANTISMO

    Aparte del seseo y el yesmo, como fenmenos generales y extendidos portodo el continente y capas sociales, son dignos de tenerse en cuenta los siguien-tes fenmenos, si bien su distribucin ya es ms irregular y su aceptacin socialdifiere sustancialmente:

    H aspirada, fenmeno bastante generalizado. Cambio de Is en h/ en posicin implosiva, final de palabra y final de s-

    laba; est muy generalizado: /pehkar/ (por pescar). De las fricativas, la ms propensa a relajarse y perderse es la d; no se

    pronuncia en final de palabra, salvo en los monoslabos.

    Como fenmenos rsticos hemos de interpretar los cambios de r en /: com-pral (por comprar) y de / en r: farta (por falta), as como la eliminacin de gru-pos consonanticos cultos: dotor (por doctor).

    MORFOLOGA Y SINTAXIS

    Los rasgos ms caractersticos son los siguientes:

    Voseo. Uso de vos en lugar de t. Uso de formas verbales ajustadas al concepto de vos: vos tomas. Uso de vos asociado a las formas verbales correspondientes a t: vos

    tienes.

    562

  • MISCELNEA

    Eliminacin de la distincin entre vosotros y ustedes, empleando ustedestanto para el tratamiento de respeto como para el de confianza.Conservacin del sistema etimolgico en los pronombres personales detercera persona (le regal flores a Mara).El espaol americano tiende a hacer ms notoria que el peninsular la in-novacin de hacer adjetivos o nombres femeninos a voces que no tienendistincin genrica (huspeda, parienta) o bien el caso contrario (pia-nisto).Uso de plurales por atraccin en multitud de casos en los que la lenguapeninsular se ha decidido por el singular: nos hemos mojado la cabeza.Tendencia a poner en plural nombres generalmente singulares: los re-gazos.Advervializacin de adjetivos: l cantaba lindo.El adjetivo posesivo, que en Espaa va pospuesto al nombre, se colocadelante con facilidad: diga, mi hijo.En el Plata, sobre todo, el adjetivo posesivo se emplea detrs de adverbiosen lugar del personal con preposicin: delante suyo (por delante de l).Tambin es frecuente la sustitucin del posesivo por el personal con pre-posicin: es idea de nosotros (por idea nuestra)21.El futuro es menos usado que en la Pennsula y se tiende a sustituir-le por una construccin perifrstica: haber de + infinitivo o ir a + infi-nitivo.El pretrito indefinido presenta una gran frecuencia frente al pretritoperfecto, como asimismo las formas tuviera, dijera... con valor de plus-cuamperfecto.Las formas impersonales de haber suelen emplearse en plural en el c-digo restringido: haban cinco animales.Tendencia a la sufijacin diminutiva: corriendito, lejitos.

    EL LXICO

    Sin duda alguna, la gran variedad y diversidad lxica del espaol en Am-rica frente al espaol peninsular se encuentra en su propia orografa y en sus h-bitos culturales, aunque reconozcamos, asimismo, su no uniformidad entre losdiferentes pueblos de Hispanoamrica. Si bien es cierto que los espaoles quellegaban a Amrica posean sus referencias espacio-temporales y las denomina-ciones de la fauna y flora que les eran prximas, hemos de constatar que la rea-

    21 Zamora Vicente, A., Dialectologa espaola, 2.* ed., Madrid, Gredos, 1967.

    563

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    lidad visualizada en Amrica, sin contar con el enorme caudal lxico suminis-trado por las lenguas indgenas: hamaca, barbacoa, piragua, alpaca, cancha, pi-raa, mandioca, etc., debi imponrseles para encontrar el lxico apropiado quemarcara un poco sus referencias, al ser tan diferente el paisaje, la fauna, la floray las relaciones humanas a las dejadas en su rincn de origen peninsular.

    Considerar, con generalidad, que lo ms distintivo del lxico espaol encada pas americano son los indigenismos resultaba muy discutible, ya que aunen aquellos pases donde el contacto y la influencia de las lenguas indgenas hasido ms intenso y duradero no parece ser el caso.

    Resulta injustificable ya atribuir en trminos generales sus peculiaridadesal influjo del sustrato22.

    Creacin, arcasmos, incorporacin, indigenismos, afronegrismos, tabes,eufemismos, disfemismos, reincorporacin, etc., diferenciaciones de base (saco-americana), son algunos de los elementos que enmarcan la gran diversidad l-xica del acerbo comn que, bajo la denominacin de espaol, hoy reconocemosen la lengua espaola hablada en ambos mundos.

    BIBLIOGRAFAABADA DE QUANT, I. (1990), Las reas dialectales en el nordeste, Cuadernos de Geo-

    historia regional, 22: 93-106. (1991), Testimonios tempranos de elisin de -s en las actas capitulares de Corrien-

    tes, Cuadernos del Sur, 19-20: 123-128.ALBA, O. (1976), Indigenismos en el espaol hablado en Santiago (de los Caballeros,

    Repblica Dominicana), Anuario de Letras, 14, pgs. 71-100. (1982), El espaol del Caribe, VI Simposio de Dialectologa, Universidad Catlica

    Madre y Maestra (ed.), Santiago de los Caballeros. (1991), Mortandad lxica en el Caribe hispnico: indigenismos, afronegrismos, co-

    municacin presentada al I Congreso Internacional sobre el espaol en contacto conotras lenguas, University of Southern California, Los ngeles.

    ALONSO, A. (1967), Estudios lingsticos. Temas Hispanoamericanos, 3. ed., Madrid,La base lingstica del espaol americano.

    ALVAR, M. (1969), Estructuralismo, geografa lingstica y dialectologa actual, Ma-drid.

    (1969), Variedad y unidad de espaol, Madrid. (1991), El espaol de las dos orillas, Madrid. (1991), Proyecto del Atlas Lingstico de Hispanoamrica, Estudios de Geografa

    Lingstica, Madrid, Paraninfo, pgs. 439-456.

    Fontanella de Weinberg, M. B., ibdem, pgs. 29 y 31.

    564

  • MISCELNEA

    LVAREZ NAZARIO, M. (1982), Orgenes y desarrollo del espaol en Puerto Rico (si-glos xvi y xvti), Ro Piedras, Puerto Rico, Ed. de la Univ.

    AMASTAE, J.; OLIVARES, E. (1982), Spanish in the United States: Sociolinguistic Aspects,New York, Cambridge University Press (ed.).

    ARAYA, G. (1968), Atlas lingstico-etnogrfico del Sur de Chile, ALESUCH, prelimi-nares y cuestionario. 1968, Universidad Austral de Chile.

    (1968), Atlas lingstico-etnogrfico del Sur de Chile, ALESUCH, vol. I, Valdivia,Univeridad Austral de Chile.

    BARRENECHEA, A. M." (1987), El habla culta de la ciudad de Buenos Aires. Materialespara su estudio, 2 vols., Buenos Aires, Instituto de Filologa y Literaturas HispnicasDr. Amado Alonso (ed.).

    BENTWOGUO, P. (1979), El habla culta de Caracas: materiales para su estudio, Caracas,Universidad Central de Venezuela (ed.).

    (1987), Los sujetos pronominales de primera persona en el habla de Caracas, Cara-cas, Universidad Central de Venezuela.

    BENTIVOGLIO, P., y SEDAO, M. (1992), Investigacin sociolingstica: sus mtodos aplica-dos a una experiencia venezolana, Caracas, Instituto de Filologa Andrs Bello.

    BJARKMAN, P. C., y HAMMOND, R. M. (eds.) (1989), American Spanish Pronunciation.Theoretical and applied perspectives, Washington, D.C., Georgetown UniversityPress.

    BOYD-BOWMAN, P. (1963), La emigracin peninsular en Amrica: 1520-1539, en His-toria Mexicana, 13,165-192.

    (1968), ndice geobiogrfico de ms de cuarenta mil pobladores espaoles de Am-rica en el siglo xvi, II, 1520-1539, Mxico.

    (1968), Regional Origins of the Spanish Colonist of America: 1540-1559, BuffaloStudies 4, 3-26.

    (1972), Lxico hispanoamericano del siglo xvi, Londres. (1972), La emigracin espaola a Amrica, 1560-1579, en Studia Hispnica in ho-

    norem R. Lapesa, II, Madrid. (1975), A sample of sixteenth century "Caribbean" Spnanish Phonology, Was-

    hington D.C., Georgetown University Press. (1985), ndice geobiogrfico de ms de cincuenta y seis mil pobladores de la Am-

    rica hispnica, 1,1493-1515, Mxico.CANFIELD, D. (1962), La pronunciacin del espaol en Amrica, Bogot, ICC.CARAVEDO, R. (1989), El espaol de Lima. Materiales para el estudio del habla culta

    (ed.), Lima, Pontificia Universidad Catlica del Per. (1990), Sociolingstica del espaol de Lima, Lima, Fondo Editorial de la Pontificia

    Universidad Catlica del Per.CRDENAS, D. (1967), El espaol de Jalisco, anejo LXXXV RFE, Madrid, Consejo

    Superior de Investigaciones Cientficas.CATALN, D. (1959), Gnesis del espaol atlntico. Ondas varias a travs del Ocano,

    Revista de Historia Canaria, 24,1-10.CIFUENTES, H. (1980-81), Presencia y ausencia del pronombre personal sujeto en el ha-

    bla culta de Santiago de Chile, Homenaje a Ambrosio Rabanales. Boletn de filolo-ga de la Universidad de Chile, XXXI, pgs. 743-752.

    COCK, O. (1969), El seseo en el Nuevo Reino de Granada (1560-1650), Bogot, InstitutoCaro y Cuervo.

    565

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    CUERVO, R. J. (1954), Obras completas, 2 vols., Bogot. Aportaciones crticas sobre ellenguaje bogotano; El castellano en Amrica.

    DONNI DE MIRANDE, N. (1990), Orgenes del espaol en Santa Fe, Res Gesta, 27-29.ENRQUEZ, E. (1984), El pronombre personal sujeto en la lengua espaola hablada en

    Madrid, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.ESGUEVA, M., y CANTARERO, M. (1981), El habla de la ciudad de Madrid: materiales

    para su estudio, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (ed.).FONTANELLA DE WEINBERG, M. B. (1968), El voseo en Buenos Aires, un problema his-

    trico-lingstico, Cuadernos del Sur, 8-9, 174-179. (1971), El voseo en Buenos Aires en las dos primeras ddacas del siglo xix, The-

    saurus, 26,495-514. (1973), El rehilamiento bonaerense a fines del siglo xvm, Thesaurus, 28, 338-343. (1976), La lengua espaola fuera de Espaa. Amrica, Canarias, Filipinas, judeoes-

    paol, Buenos Aires. (1977), La lengua espaola juera de Espaa, Buenos Aires, Paids. (1979), Dinmica social de un cambio lingstico, Mxico, Universidad Autnoma

    de Mxico. (1982), Aspectos del espaol hablado en el Ro de la Plata durante los siglos xvi

    y XVII, Baha Blanca, Univ. Nacional del Sur. (1984), El espaol bonaerense en el siglo xvm, Baha Blanca, Universidad Nacional

    del Sur. (1985), Evolucin del voseo bonaerense en el siglo xix, Estudios Filolgicos, 20,

    pgs. 9-24. (1987), El espaol bonaerense. Cuatro siglos de evolucin lingstica (1580-1980),

    Buenos Aires, Hachette. (1987), Hacia una periodizacin en el estudio del espaol bonaerense, VIII Con-

    greso Internacional del ALFAL, Tucumn. (1989), El voseo bonaerense. Visin diacrnica, Baha Blanca, Universidad Nacional

    del Sur. (1989), Un nuevo aporte sobre el rehilamiento bonaerense del siglo xix, Anuario

    de Letras XXVII, pgs. 269-274. (1992), La evolucin de los usos peninsulares y americanos de segunda persona sin-

    gular. Tuteo y voseo. (1992), El espaol de Amrica, Madrid, Colecciones MAPFRE 1492.FLREZ, L. (1980), Algunas observaciones sobre el castellano hablado en Amrica, en

    BAC, XXX, pgs. 142-163.FRAGO, J. A. (1985), Historia del andaluz: problemtica y perspectivas, El habla anda-

    luza, Sevilla. (1986), Viejos y nuevos dialectos en la evolucin lingstica: el caso del andaluz,

    XVIII Congreso Internacional de Lingstica y Filologa Romnica. (1993), Historia de las hablas andaluzas, Madrid, Arco-libros.GARCA, E. (1986), El fenmeno (de) quesmo desde una perspectiva dinmica del uso

    comunicativo de la lengua, Actas del II Congreso Internacional sobre el espaol deAmrica, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, pgs. 46-65.

    GARCA RTVERN, R. (1991), El Atlas Lingstico de Cuba, Lingstica Espaola Ac-tual, 13, pgs. 199-221.

    566

  • MISCELNEA

    GARRIDO DOMNGUEZ, A. (1992), Los orgenes del espaol en Amrica, Madrid.GIMENO, F. (1979), Sociolingstica: un modelo terico, Boletn de la Academia Puer-

    torriquea de la Lengua Espaola, VII, pgs. 125-168.GONZLEZ, CABANES Y GARCA (1982), Lxico de la lengua escrita de la Repblica Do-

    minicana, Santo Domingo, Universidad Nacional Pedro Henrquez de Urea.GRANDA DE, G. (1978), Estudios lingsticos hispnicos, afrohispnicos y criollos, Madrid. (1989), Sociedad, historia y lengua en el Paraguay, Bogot. (1991), El espaol en tres mundos, Valladolid.GUITARTE, G. L. (1959), Cuervo, Henrquez Urea y la polmica sobre el andalucismo

    en Amrica, Thesaurus, XIV, 20-81. (1971), Notas para la historia del yesmo, Sprache und Geschichte. Festschrift fr

    Harri Meier zum, 65. Geburtstag, Munich, pgs. 179-198. (1983), Siete estudios sobre el espaol de Amrica, Mxico, UNAM.HAMMOND, R., y RESNICK, M. (eds.) (1988), Studies in Caribbean Spanish Dialectology,

    Washington D.C., Georgetown Univesity Press.HARRIS, J. W. (1969), Spanish Phonology, Cambridge, MIT Press.HENRQUEZ UREA, P., Observaciones sobre el espaol en Amrica, RFE, 8, pgs. 357-390.

    Observaciones sobre el espaol en Amrica, RFE, 1930, pgs. 277-284.Observaciones sobre el espaol en Amrica, RFE, 1931, pgs. 120-148.

    HERNNDEZ ALONSO, C. (ed.) (1992), Historia y presente del espaol de Amrica, Valla-dolid, Junta de Castilla y Len.

    KANY, Ch. (1969), Sintaxis Hispanoamericana, Madrid.KOVACCI, O. (1987), Documentos del Predal Argentino, 2. Atlas Lingstico-Antropo-

    lgico de la Repblica de Argentina, Buenos Aires.LAPESA MELGAR, R. (1964), El andaluz y el espaol en Amrica, Presente y futuro de

    la lengua espaola, II, Madrid, pgs. 163-172. (1966), Amrica y la unidad de la lengua espaola, Revista de Occidente, 38,

    mayo, pgs. 300-310. (1984), Historia de la lengua espaola, Madrid. (1985), Estudios de historia lingstica espaola, Madrid.LARA, L. F. (1987), Caractersticas del "corpus" del espaol mexicano contempor-

    neo, Actas del I Congreso Internacional sobre el Espaol de Amrica, San Juan.Editadas por H. Lpez Morales y M. Vaquero. Academia Puertorriquea de la Len-gua Espaola.

    LARA, L. F., y HAN CHANDE, R. (1974), Base estadstica del Diccionario del espaol deMxico, Nueva Revista de Filologa Hispnica, 23, pgs. 245-267.

    LAVANDERA, B. (1978), Where does the sociolinguistic variable stop?, Language inSociety, 7, pgs. 171-183.

    (1984), Variacin y significado, Buenos Aires, Hachette.LERNER, I. (1974), Arcasmos lxicos del espaol de Amrica, Madrid.LOPE BLANCH, J. M. (1968), El espaol de Amrica, Alcal. (1968), Hispanic Dialectology, Spanish American and Caribbean Linguistics,

    vol. IV de los Current Trenas in Linguistics, ed. por T. Sebeok, The Hague-Pars,pgs. 106-157.

    (1969), El lxico indgena en el espaol de Mxico, Mxico, El Colegio de Mxico. (1970), Observaciones sobre el uso del verbo en Diego de Ordaz, Anuario de Le-

    tras, VIH, pgs. 39-55.

    567

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    (1971), El habla de la ciudad de Mxico: materiales para su estudio, Mxico, Centrode Lingstica Hispnica, UNAM (ed.).

    (1972), Estudios sobre el espaol de Mxico. (1972), La expresin condicional en Diego de Ordaz, Studia Hispnica in Hono-

    rem Rafael Lapesa, I, pgs. 379-400. (1973), Perfrasis vertales en el habla de Diego de Ordaz, Studia Ibrica. Festsch-

    riftfr Han Flasches, pgs. 383-392. (1976), Los pronombres tonos en las cartas de Diego de Ordaz, Revista de Letras,

    18, 123-142. (1976), El habla popular de la ciudad de Mxico: materiales para su estudio, Mxi-

    co, Centro de Lingstica Hispnica, UNAM (ed.). (1979), Anglicismos en la norma lingstica culta de Mxico, Investigaciones so-

    bre dialectologa mexicana, UNAM, pgs. 183-192. (1980), La estructura del habla culta en Puerto Rico y en Mxico, Homenaje a

    Ambrosio Rabanales, nmero especial del Boletn de Filologa, 32, pgs. 807-815. (1980), Perspectivas de la investigacin lingstica en Hispanoamrica, Mxico. (1983), Los estudios generales sobre el espaol de Amrica, en Cuadernos del

    Sur, 16, pgs. 17-26. (1984), La fontica en Diego de Ordaz, NRFH, XXXJJI. (1984), Los nexos conjuntivos en Diego de Ordaz, Thesaurus, XXXVI. (1985), El habla de Diego de Ordaz, Mxico, UNAM. (1986), El estudio del espaol hablado culto. Historia de un proyecto, Mxico, Insti-

    tuto de Investigaciones Filolgicas. (1991), Atlas Lingstico de Mxico, vol. I, Mxico, El Colegio de Mxico.LPEZ MORALES, H. (1971), Indigenismos en el espaol de Cuba, Estudios sobre el es-

    paol de Cuba, New York, Las Americas Publishing Co., pgs. 51-61. (1976), Es posible una dialectologa transformativa?, Actas del III Congreso de la

    Asociacin de Lingstica y Filologa de la Amrica Latina, ed. por HLM, Ro Pie-dras (1971), Universidad de Puerto Rico, pgs. 179-188.

    (1978), Corrientes actuales en la dialectologa del Caribe Hispnico, actas de unsimposio, Ro Piedras, Editorial de la Universidad de Puerto Rico.

    (1983), Estratificacin social del espaol de San Juan de Puerto Rico, Mxico, UNAM. (1985), Lingstica y dialectologa, Cuadernos de Filosofa y Letras, 3, UNAM,

    pgs. 99-108. (1987), Anglicismos lxicos en el habla culta de San Juan de Puerto Rico, Lings-

    tica Espaola Actual, 9, pgs. 285-303. (1989), Sociolingstica, Madrid, Gredos. (1991), Muestra de lxico panantillano: el cuerpo humano, Investigaciones lxicas

    sobre el espaol antillano, Santiago de los Caballeros, Pontificia Universidad Catli-ca Madre y Maestra, pgs. 45-80.

    MALKIED, Y. (1968), Hispanic Philology, Ibero American and Caribbean Linguistics,vol. IV de los Current Trenas in Linguistics, ed. por T. Sebeok, The Hague-Pars,pgs. 158-228.

    MAURA, G. V. (1984), Diccionario de voces coloquiales de Puerto Rico, San Juan, Edit.Zemi.

    MENNDEZ PIDAL, R. (1966), Sevilla frente a Madrid: algunas precisiones sobre el espa-ol de Amrica, en Homenaje a Martinet, III, La Laguna, pgs. 99-165.

    568

  • MISCELNEA

    (1978), La lengua de Cristbal Coln, 6. ed , Madrid.MONTES GIRALDO, J. J. (1970), Dialectologa y geografa lingstica, Bogot.MORALES, A. (ed.) (1980), Actas del VII Simposio de Dialectologa del Caribe Hisp-

    nico, nmero especial del Boletn de la Academia Puertorriquea de la Lengua Es-paola, 8:2.

    (1986), La expresin del sujeto pronominal en el espaol de Puerto Rico, Gram-ticas en contacto, C. 5, Madrid, Playor, pgs. 89-100.

    (1986), Lxico bsico del espaol de Puerto Rico, San Juan, Academia Puertorri-quea de la Lengua Espaola.

    MORALES, A., y VAQUERO, M. (eds.) (1979), Actas del n i Simposio de Dialectologadel Caribe Hispnico, nmero especial del Boletn de la Academia Puertorriqueade la Lengua Espaola, 7:1.

    (eds.) (1990), El habla culta de San Juan. Materiales para su estudio, San Juan,Edto. de la Universidad de Puerto Rico.

    MORENO DEL ALBA, J. G. (1978), Unidad y variedad del espaol en Amrica, Mxico. (1988), El espaol en Amrica, Mxico.MORENO FERNANDEZ, F. (1990), Metodologa sociolingstica, Madrid, Gredos.NAVARRO CORREA, M. (1974), En torno a un atlas lingstico venezolano, Carabela.NAVARRO TOMAS, T. (1948), El espaol en Puerto Rico. Contribucin a la geografa lin-

    gstica hispanoamericana, Ro Piedras, ed. de la Universidad de Puerto Rico. (1966), El espaol en Puerto Rico, Ro Piedras.NEZ CEDEO, R. (1986), Estudios sobre la fonologa del espaol del Caribe, Caracas,

    ed. La Casa de Bello.OROZ, R. (1966), La lengua castellana en Chile.OTALORA DE FERNANDEZ, H., y GONZLEZ, A. (1986), El habla de la ciudad de Bogot.

    Materiales para su estudio, Bogot, Instituto Caro y Cuervo.PARODI, C. (1974), El yesmo en Amrica durante al siglo xvi, Anuario de Letras, XV,

    pgs. 241-248. (1976), Para el conocimiento de la fontica castellana de la Nueva Espaa, Actas

    del III Congreso Internacional de ALFAL, San Juan, Universidad de Puerto Rico,pgs. 115-125.

    (1979), Orden de los pronombres tonos durante el primer cuarto del siglo xvi en elespaol novohispano, NRFH, XXVUI, pgs. 312-317.

    PINEDA, M. A. (1983), Encuestas del habla urbana de Sevilla: nivel culto, Sevilla, Facul-tad de Filologa de la Universidad.

    QUESADA, M. A. (1990), El espaol colonial de Costa Rica, San Jos, Universidad deCosta Rica.

    QUILIS, A. (1986), Entonacin dialectal hispnica, en las Actas del I Congreso Inter-nacional sobre el Espaol de Amrica, editadas por H. Lpez Morales y M. Va-quero, San Juan, Academia Puertorriquea de la Lengua Espaola, pgs. 117-164.

    (1991), Situacin actual del Atlas Lingstico de Hispanoamrica, Lingstica Es-paola Actual, 13, pgs. 269-271.

    RABANALES, A., y CONTRERAS, L. (1979), El habla culta de Santiago de Chile. Materia-les para su estudio, vol I, anejo 2 Boletn de Filologa, Santiago, Universidad deChile.

    ROJAS, E. M. (1985), Evolucin histrica del espaol en Tucumn entre los siglos xvi yxix, Tucumn, Universidad Nacional de Tucumn.

    569

  • COMUNICACIONES JESS SNCHEZ LOBATO

    ROA, J. P. (1967), Geografa y morfologa del voseo, Porto Alegre.ROSARIO, R. del (1970), El espaol de Amrica.ROSENBLAT, A. (1962), El castelleno de Espaa y el castellano de Amrica. (1964), Base del espaol de Amrica: nivel social y cultural de los conquistadores y

    pobladores, Boletn de Filologa, XVI, Chile, pgs. 171-230. (1964), La hispanizacin de Amrica. El castellano y las lenguas indgenas desde

    1492, Presente y futuro de la lengua espaola, n, pgs. 189-216.SABLESKI, J. A. (1965), A generative phonology ofa Spanish dialect, Seattle, University

    of Washington Press.SALVADOR SALVADOR, F. (1991), Lxico del habla culta de Granada, Granada, Universi-

    dad de Granada.SAMPER PADILLA, J. A. (1990), Estudio sociolingstico del espaol de Las Palmas de

    Gran Canarias, Las Palmas de Gran Canarias, La Caja de Canarias.SANCHS GUARNER, M. (19S3), La cartografa lingstica en la actualidad y el Atlas de

    la Pennsula Ibrica, Palma de Mallorca.SAPORTA, S., y CONTRERAS, H. (1962), A phonological grammar of Sapnish, Seattle,

    University of Washington Press.SCAVNICKY, G. E. (ed.) (1980), Dialectologa hispanoamericana: estudios actuales,

    Washington, D.C., Georgetown University Press.SIEGEL, J. (1985), Koines and Koineization, Language in Society, 14, pgs. 357-378.SILVA-CORVALAN, C. (1986), Bilingualism and language change: The extensin of estar

    in Los Angeles Spanish, Language, 62, pgs. 587-608. (1989), Sociolingstica: teora y anlisis, Madrid, Alhambra. (1990), Current issues in studies of language contact, Hispania, 73, pgs. 162-176. (en prensa), Language contact and change: The Ufe of Spanish in Los Angeles, Ox-

    ford, Oxford University Press.SOL, C. (1990), Bibliografa sobre el espaol de Amrica, 1920-1986, 2.a ed., Bogot,

    Instituto Caro y Cuervo.SUER, M. (1990), Sintaxis y semntica del espaol en la dcada de los ochenta: el mo-

    delo de principios y parmetros, Lingstica, 2, pgs. 86-120.TEJERA, M.S J. (1983), Diccionario de venezolanismos, tomo I (A-l), Caracas, Universi-

    dad Central de Venezuela - Academia Venezolana de la Lengua.TORRES MARTNEZ, J. (1981), Encuestas lxicas del habla culta de Madrid, Madrid, Con-

    sejo Superior de Investigaciones Cientficas.VAQUERO, M. (1986), La lengua espaola en Curacao, Trinidad y St. Thomas y St.

    Croix. Materiales del Atlas Lingstico de Hispanoamrica, Espaol Actual, 46,pgs. 11-19.

    (1988), El Lxico agrcola en el espaol de Puerto Rico, Lingstica Espaola Ac-tual, 10, pgs. 255-268.

    (en prensa), Palabra de Puerto Rico, Boletn de la Academia Puertorriquea de laLengua Espaola.

    (en prensa), Palabras de Puerto Rico, San Juan, Boletn de la Academia Puertorri-quea de la Lengua Espaola.

    VIDAL DE BATTINI, B. (1964), El espaol de la Argentina, Buenos Aires, Consejo Nacio-nal de Educacin.

    WEINREICH, U. (1974), Languages in contact, 8.a ed., The Hahgue: Mouton.ZAMORA, A., y GUITARD, J. (1982), Dialectologa hispanoamericana, Almar.ZAMORA VICENTE, A. (1967), Dialectologa espaola.

    570

    Logo:

    CampoTexto: ASELE. Actas IV (1994). JESS SNCHEZ LOBATO. El espaol en Amrica