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El efecto Millán El programa de César Millán ha permitido ver en televisión có- mo canes que son origen de múltiples y dispares problemas se pueden transformar en fuente de satisfacción y en un derro- che de virtudes si se trabaja con ellos. Al parecer, esto ha hecho reflexionar a muchos amos haciéndoles reconsiderar si ellos pue- den ser una pieza fundamental del comportamiento de su perro. Sólo por eso, creo que en el sector debemos estar agradecidos a Millán: concienciar al público de que el dueño tiene mucho que ver tanto en el equilibrio psicológico como en el comportamiento de su perro es un gran paso. El trabajo que desarrolla el adiestrador televisivo despierta opi- niones muy diferentes, que van desde fans incondicionales que han encontrado en César Millán un nuevo gurú del comporta- miento canino hasta quién piensa que las técnicas que utiliza Hace un par de temporadas que empezó a emitirse por televisión el programa El encantador de perros, en el que César Millán soluciona diferentes problemas de comportamiento que se dan en familias con perros de compañía. Desde entonces, creo que todos los profesionales del comportamiento canino hemos notado una mayor inquietud por parte de los dueños de mascotas a la hora de mejorar o solucionar la convivencia familiar y social de sus animales. Por: ANTONIO RUIZ DEL CONEJO Adiestrador canino. Conduct Can - Escuela canina son humillantes para los perros y deberían prohibirle tocar un animal. He oído (y leído) críticas muy diferentes, tanto positivas como negativas, provenientes tanto del público general como de profesionales del comportamiento canino. El debate está servido: ¿etólogo o adiestrador? ¿educación en positivo o adiestramiento clásico? ¿psicotrópicos o clicker? Tengo que reconocer que he visto pocos programas de César Millán; creo que debería ver bastantes más. Soy adiestrador profe- sional y él habla del comportamiento del perro y de los problemas que éste puede plantear cuando convive en la sociedad humana. Llevo veinte años desarrollando mi labor -me asusto cuando lo pienso- y cada vez me doy más cuenta de qué poco sé de nues- tros amigos de cuatro patas… El encantador de perros me ha explicado casos nuevos, con problemáticas diferentes, y me ha dicho cómo los ha resuelto él. Les ha dado su propio enfoque, quizá diferente al que yo hubiera tomado, y los ha trabajado a su manera, quizá yo lo hubiera hecho de otra. En los pocos casos que he visto (insisto) me ha enseñado una manera de trabajar de la que he podido aprender diferentes matices, algunos importantes y otros insignificantes, unas veces sobre lo que hay que hacer y otras sobre lo que yo nunca haría… EDUCACIÓN EN EQUILIBRIO El trabajo que yo desarrollo es el que se conoce como adiestra- miento clásico. Los que no saben en realidad en qué consiste dirán que obligo a los perros, que utilizo collares de castigo y hasta eléctricos. No mienten, todo eso es cierto. Pero lo que no dicen es que también acaricio a los perros, juego muchísimo con ellos, los abrazo y halago sus progresos. Creo que este conjunto debería llamarse “educación en equilibrio” puesto que no todo se basa en estímulos negativos, si no al contrario en la armonía de los refuer- zos positivos y los negativos, lo que con la evolución del trabajo se convierte en el equilibrio psicológico del perro. De ninguna forma mis “pacientes” resultan seres alienados faltos de ilusión o de alegría; al contrario, traducen su aprendizaje en la seguridad, sensatez, prudencia y ponderación que les otorga una estructura mental clara, capaz de discernir el bien del mal y de aportar las tablas necesarias para su adaptación a las normas de convivencia que requiera cada situación. CP COMPORTAMIENTO 44 ANIMALIA/223/MARZO-ABRIL 2010 AN223_Comportamiento.indd 44 08/04/10 11:11

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Page 1: El efecto Millán3uvesdobles.net/conductcan/_docs/El_efecto_Millan.pdf · Sólo por eso, creo que en el sector debemos estar agradecidos a Millán: concienciar al público de que

El efecto Millán

El programa de César Millán ha permitido ver en televisión có-mo canes que son origen de múltiples y dispares problemas se pueden transformar en fuente de satisfacción y en un derro-che de virtudes si se trabaja con ellos. Al parecer, esto ha hecho reflexionar a muchos amos haciéndoles reconsiderar si ellos pue-den ser una pieza fundamental del comportamiento de su perro.

Sólo por eso, creo que en el sector debemos estar agradecidos a Millán: concienciar al público de que el dueño tiene mucho que ver tanto en el equilibrio psicológico como en el comportamiento de su perro es un gran paso.

El trabajo que desarrolla el adiestrador televisivo despierta opi-niones muy diferentes, que van desde fans incondicionales que han encontrado en César Millán un nuevo gurú del comporta-miento canino hasta quién piensa que las técnicas que utiliza

Hace un par de temporadas que empezó a emitirse por televisión el programa El encantador de perros, en el que César Millán soluciona diferentes problemas de comportamiento que se dan en familias con perros de compañía. Desde entonces, creo que todos los profesionales del comportamiento canino hemos notado una mayor inquietud por parte de los dueños de mascotas a la hora de mejorar o solucionar la convivencia familiar y social de sus animales.

Por: ANTONIO RUIZ DEL CONEJOAdiestrador canino. Conduct Can - Escuela canina

son humillantes para los perros y deberían prohibirle tocar un animal. He oído (y leído) críticas muy diferentes, tanto positivas como negativas, provenientes tanto del público general como de profesionales del comportamiento canino. El debate está servido: ¿etólogo o adiestrador? ¿educación en positivo o adiestramiento clásico? ¿psicotrópicos o clicker?

Tengo que reconocer que he visto pocos programas de César Millán; creo que debería ver bastantes más. Soy adiestrador profe-sional y él habla del comportamiento del perro y de los problemas que éste puede plantear cuando convive en la sociedad humana. Llevo veinte años desarrollando mi labor -me asusto cuando lo pienso- y cada vez me doy más cuenta de qué poco sé de nues-tros amigos de cuatro patas… El encantador de perros me ha explicado casos nuevos, con problemáticas diferentes, y me ha dicho cómo los ha resuelto él. Les ha dado su propio enfoque, quizá diferente al que yo hubiera tomado, y los ha trabajado a su manera, quizá yo lo hubiera hecho de otra. En los pocos casos que he visto (insisto) me ha enseñado una manera de trabajar de la que he podido aprender diferentes matices, algunos importantes y otros insignificantes, unas veces sobre lo que hay que hacer y otras sobre lo que yo nunca haría…

EDUCACIÓN EN EQUILIBRIOEl trabajo que yo desarrollo es el que se conoce como adiestra-miento clásico. Los que no saben en realidad en qué consiste dirán que obligo a los perros, que utilizo collares de castigo y hasta eléctricos. No mienten, todo eso es cierto. Pero lo que no dicen es que también acaricio a los perros, juego muchísimo con ellos, los abrazo y halago sus progresos. Creo que este conjunto debería llamarse “educación en equilibrio” puesto que no todo se basa en estímulos negativos, si no al contrario en la armonía de los refuer-zos positivos y los negativos, lo que con la evolución del trabajo se convierte en el equilibrio psicológico del perro. De ninguna forma mis “pacientes” resultan seres alienados faltos de ilusión o de alegría; al contrario, traducen su aprendizaje en la seguridad, sensatez, prudencia y ponderación que les otorga una estructura mental clara, capaz de discernir el bien del mal y de aportar las tablas necesarias para su adaptación a las normas de convivencia que requiera cada situación.

CPC O M P O R TA M I E N T O

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Page 2: El efecto Millán3uvesdobles.net/conductcan/_docs/El_efecto_Millan.pdf · Sólo por eso, creo que en el sector debemos estar agradecidos a Millán: concienciar al público de que

Admito que desconozco en qué consiste el adiestramiento en positivo. Por supuesto que he oído hablar de él y he acudido a cur-sillos y seminarios, pero aún así no me atrevo a decir que conozco todo lo que implica el adiestramiento en positivo. Desde luego, jamás me atreveré a decir que quien sigue ese método es alguien que va con los bolsillos repletos de salchichas y chucherías que re-parte a los perritos sin seguir criterio alguno. Sería tan necio como quien desconoce el adiestramiento clásico y lo critica a la ligera diciendo que sólo humilla a los animales.

Estoy convencido de que hay muchos profesionales de la edu-cación canina que consiguen iguales o mejores resultados que yo, ya sea con un clicker, con educación en positivo, a través de motivación con comida o por otras sistemáticas de modificación de la conducta. Es posible que ellos enfoquen algún caso con más tino que yo, igual que puede ser que en algún perro acierte yo más. No se trata de considerar un método como el mejor o el infalible, ni de establecer competición alguna: se trata de reflexionar sobre la posibilidad de que hay muchas maneras diferentes de desarrollar nuestra profesión y de meternos en la cabeza que todas ellas se de-ben respetar por encima de la opción que tome cada profesional.

VACÍO LEGAL Y HUMILDADEl público de El encantador de perros ha descubierto que el com-portamiento de su perro se puede corregir y moldear. Aunque to-dos nos imaginamos la cantidad de tomas filmadas que no vemos en el show, parece tan fácil en la tele que la demanda de servicios de un profesional del perro ha aumentado. Y quizá sea ese el punto en el que debiéramos poner nuestra atención: hay muchas ma-neras diferentes de educar un perro y todas pueden ser efectivas cuando las desarrolla un profesional (válgase el énfasis en este término) que sabe qué hacer para alcanzar un objetivo. El vacío legal que desgobierna nuestro colectivo deja demasiado espacio al intrusismo y mucho margen para que cualquier desaprensivo utilice un collar de castigo sin ton ni son o se dedique a repartir salchichas a los perritos sin criterio. Esa misma falta de legislación es la que hace que la nuestra sea una profesión vulnerable a la opinión pública y que no siempre goce del respeto que se merece. Por eso propongo desde estas líneas que demos un paso adelante desde la humildad, empezando nosotros mismos a respetar los

sistemas de trabajo que utiliza el profesional de al lado (sí, nuestra competencia), del que seguro que podemos aprender muchas cosas, y a quién seguro que también le podemos aportar ideas. Dicen que la unión hace la fuerza. Y si no nos veneramos entre los técnicos del propio gremio, ofreciendo una imagen colectiva de seriedad, credibilidad y compañerismo, difícilmente obtendremos la confianza y el respeto tanto de la opinión pública como de otras parcelas relacionadas con el mundo del perro.

CONCLUSIÓNQuiero expresar mi humilde agradecimiento a César Millán por el impulso que su programa ha dado para concienciar a los dueños sobre su responsabilidad en el comportamiento de sus mascotas, por mostrarme su trabajo, por dejarme aprender un poquito de sus artes y, sobre todo, por aportar su granito de arena para inten-tar mejorar el conocimiento, la comprensión y la calidad de vida de los perros. Desde aquí yo prometo seguir intentando aportar tam-bién mi granito de arena.

El vacío legal que desgobierna nuestro colectivo deja demasiado espacio al intrusismo y mucho margen para que cualquier desaprensivo utilice un collar de castigo sin ton ni son o se dedique a repartir salchichas a los perritos sin criterio

C O M P O R TA M I E N T O

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