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EL DESTINO DE LOS ESPÍRITUS
(TERCER CULTO) Por Apóstol Sergio G. Enríquez O.
En el momento en que fuimos engendrados en el vientre de nuestra progenitora; no fue el
principio de nuestra existencia; ese fue nuestro principio terrenal, como ser integral: espíritu,
alma y cuerpo; pero una, de esas tres partes, ya existía; de otra manera no podríamos
comprender versos como los siguientes:
¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿No os lo han anunciado desde el principio? ¿No lo habéis
entendido desde la fundación de la tierra?
(Isaías 40:21 LBLA)
¿Cómo podríamos entender algo en lo que no hubiéramos estado presentes?, es muy difícil
comprender algo de lo cual no se tiene ningún conocimiento.
¿Dónde está el camino a la morada de la luz? Y la oscuridad, ¿dónde está su lugar, para que
la lleves a su territorio, y para que disciernas los senderos de su casa? ¡Tú lo sabes, porque
entonces ya habías nacido, y grande es el número de tus días!
(Job 38:19-21 LBLA)
Obviamente Job no había nacido en un nacimiento natural como el que conocemos, sin
embargo él ya existía, según lo afirma Dios en la Biblia. Veamos otro versículo que también
afirma nuestra existencia desde antes de venir a la tierra:
Escrito está en los profetas: "Y TODOS SERAN ENSEÑADOS POR DIOS." Todo el que ha oído
y aprendido del Padre, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene
de Dios, éste ha visto al Padre.
(Juan 6:45-46 LBLA)
La cita anterior es lo que nos enseña que antes de venir a la tierra, estuvimos en la escuela del
Padre, de donde Dios toma del depósito de los espíritus, para introducirlos en un cuerpo; y
según lo que cada espíritu haya hecho estando en la eternidad, así será el cuerpo que le
corresponda tener, por ejemplo: habían sacerdotes, en el antiguo testamento dentro de la tribu
de Leví, que no podían ministrar porque tenían algún defecto: tenían joroba, eran gigantes,
padecían de enanismo, etc., los que no eran normales, no podían ministrar en el templo; pero
entonces esos espíritus que ocupaban esos cuerpos, tuvieron que haber hecho algo que
desagradó a Dios, para que los introdujeran en un cuerpo defectuoso. Con esto tampoco
estamos diciendo que Dios haga las cosas con defecto, sino que, Dios hace las cosas perfectas
y cuando algo sale mal, sencillamente es la repercusión de algo que se hizo indebidamente; y
en ningún momento lo podemos acreditar a un libro que llamaron: los renglones torcidos de
Dios, porque como ya lo mencionamos, Dios no hace nada con defecto.
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo:
Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? Jesús respondió: Ni éste pecó,
ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros
debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie
puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. Habiendo dicho esto,
escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, y le dijo: Ve y lávate
en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo.
(Juan 9:1-7 LBLA)
Según la doctrina de los fariseos, alguien nacía con defecto en su cuerpo, porque había pecado
o habían pecado sus padres, pero bajo el supuesto de que sus padres no habían pecado; la
culpa entonces era del muchacho ciego, pero entonces la pregunta es: ¿dónde había pecado
para que naciera ciego?, al final la razón fue para que las obras de Dios fueran manifiestas en
él; pero bajo el supuesto de que el muchacho ciego, había pecado, tuvo que haber actuado en
otro lugar para que tuviera como repercusión, la ceguera de nacimiento; eso nos lleve
nuevamente a ver que él ya existía antes de venir a la tierra.
Veamos otra cita que nos lleva a ver la existencia de nuestro espíritu, antes de estar en este
cuerpo:
Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo
mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es
decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante
toda la vida.
(Hebreos 2:14-15 LBLA)
Los versos anteriores encierran varios misterios, pero en el que nos vamos a enfocar es, en que
los hijos participaron de carne y sangre; eso significa que antes de venir a la tierra, ya éramos
hijos de Dios, siendo espíritus y se buscaron cuerpos para que los ocupáramos. Otra pregunta
que podríamos formularnos es: ¿por qué nacimos en este tiempo y no en la época de los
Mayas?, y si nacimos en esta época, ¿por qué no vivimos en el mismo lugar donde viven los
misioneros situados en lo que se conoce como la ventana 10:40?; ¿será que nuestro espíritu
estaba marcado para que viviéramos en la época más preciosa de la vida y fuéramos testigos
del cumplimiento de tanta profecía y participes del arrebatamiento?
El día en que fuimos concebidos; el esperma y el óvulo se hicieron uno; y Dios en ese momento
envía un espíritu y hace el alma, por eso es que el alma está íntimamente ligada al cuerpo y al
espíritu; el alma tenían que venir a desarrollarse y salvarse porque por ancestros la humanidad,
desde el tiempo de Adán, estaba proclive al pecado y por lo tanto a morir, por eso dice la Biblia:
el alma que pecare, esa morirá... pero no dice nada del espíritu. Entonces la tarea del espíritu
es salvar el alma; la tarea nuestra era conseguir un cuerpo de una diferente forma, para acceder
a una eternidad más impresionante con un cuerpo glorificado donde estaremos más cerca de
Dios, porque este mismo cuerpo es el que Dios había decidido tomar. Por eso fue que cuando
vino el Hijo le prepararon un cuerpo semejante al nuestro para que cuando derrotara al pecado
de la humanidad y entonces poder absorbernos.
Entonces el espíritu no empezó en la tierra, nuestro origen es más allá de lo que no podemos
imaginar. Es por eso que algunas veces sentimos que cuando pasamos por algún lugar,
pensamos que ya lo conocíamos porque nuestro espíritu ya existía y podría ser que por alguna
razón hayamos pasado por ese lugar. A todo esto, debemos ver también que el enemigo lo que
busca es, matar nuestro espíritu; sin embargo eso no significa que nuestro espíritu deje de existir
completamente porque nuestro espíritu es el soplo de eternidad que Dios puso en el corazón
del hombre.
Cuando nosotros morimos en el espíritu, no estamos destruidos, sino que, nos separamos de
Dios; por eso es que la Biblia dice que primero matará al anticristo y después lo destruirá con el
resplandor de Su venida; aunque parece extraño, ese es el orden de acuerdo a lo que estamos
viendo.
El espíritu es indestructible; eso es una bendición, pero también puede ser una maldición,
porque si el espíritu es indestructible, y apuntó su futuro para el infierno; no se destruirá estando
ahí, sino que, ahí existirá por toda la eternidad; en cambio el alma y cuerpo sí son destructibles.
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel
que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
(Mateo 10:28 LBLA)
La palabra: matan, en el idioma original, es traducido como: destruir, al igual que la palabra:
perecer; entonces aquí vemos que el alma y el cuerpo sí se destruyen, entonces, ¿qué pasará
con el espíritu?; el espíritu tiene que regresar a Dios para que lo juzgue; después, el espíritu
cristiano se va al paraíso y el que no aceptó el sacrificio de Cristo; se va al infierno.
Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y
se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer; antes que se oscurezcan el sol y
la luz, la luna y las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia; el día cuando tiemblen los guardas
de la casa y los fuertes se encorven, las que muelen estén ociosas porque son pocas, y se
nublen los que miran por las ventanas; cuando se cierren las puertas de la calle por ser bajo el
sonido del molino, y se levante uno al canto del ave, y todas las hijas del canto sean abatidas;
cuando también teman a la altura y a los terrores en el camino, y florezca el almendro, se
arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna
mientras los del duelo andan por la calle. Acuérdate de El antes que se rompa el hilo de plata,
se quiebre el cuenco de oro, se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la rueda
junto al pozo; entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios
que lo dio.
(Eclesiastés 12:1-7 LBLA)
Entonces el espíritu en ese momento no se está yendo al infierno, está regresando con Dios,
pero ese no es su destino final, porque regresa a Dios para que El lo juzgue. Entonces el cuerpo
a la tumba, el alma al Seol y el espíritu regresa a Dios; entonces cuando el inconverso muere,
todo el proceso es el mismo; a diferencia de que a Dios solo llegan a un juicio para que El decida
a donde se irá por toda la eternidad.
Es interesante que Dios tiene en el Seol varios compartimientos y en medio del Seol existe un
abismo; en el cual pusieron a todos los espíritus encarnados y desencarnados de las creaciones
anteriores a la raza humana, es decir, ahí están las bestias que relata el libro de Apocalipsis en
el capítulo 9; los que fueron producto de la mezcla genética que experimentaron los que
existieron antes la humanidad y que habitaban la tierra. Con esto podemos ver claramente que
el trastoque genético que los científicos de esta época están experimentando; las razas
anteriores a la humana, también lo practicaron; por eso vemos en el libro lo siguiente:
Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol.
(Eclesiastés 1:9 LBLA)
Todos esos seres están mezclados y cuando Dios destruyó los que hicieron el trastoque
genético, capturó a todos esos seres que habían creado y los puso en el abismo.
Por otro lado; en otro compartimiento está el seno de Abraham, y en otro compartimiento, están
las cárceles que se dividen en dos partes; y todas son puertas dimensionales.
Las cárceles están divididas en dos partes, una está reservada para los que murieron sin Cristo,
para las almas que no pudieron salvarse, pero están esperando su juicio para que Dios decida
cuál es su final porque como ya vimos, el alma sí tiene un final. La otra parte de la cárcel esta
designada para cristianos que murieron en pecado pero que son salvos y entonces ahí es donde
se cumple el siguiente versículo:
Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que tu
adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. En verdad te
digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
(Mateo 5:25-26 LBLA)
Es interesante el testimonio de un hombre que murió siendo pastor, y Dios le permitió ir a
conocer el paraíso, pero le dijeron que ahí no estaba su destino porque se había muerto sin
perdonar a su esposa. El testimonio empieza cuando él comenta que estaba en su casa y su
esposa da un manotazo en la cara; en ese momento él, muy molesto no dijo ni hizo nada, más
que encerrarse en su habitación y su esposa fue redargüida por el Espíritu en el mismo momento
y le pedía perdón tras la puerta. Al día siguiente este hombre salió de su casa y sufrió un
accidente y murió. La esposa se aferró de la mano de Dios y empezó a llevar el cadáver con
varios ministros para que oraran por él para que lo levantaran. Pasó con varios ministros, hasta
que finalmente hubo uno que Dios permitió que al orar, se levantara resucitado. Cuando el
pastor regreso a la vida; lo primero que hizo fue pedirle perdón a su esposa y a los que tenía
que perdona y pedir perdón, porque estando muerto, se lo llevaron al Seol, lugar donde se
encontró con varios pastores y otras personas que estaban siendo purificados; le dijeron que
no saldrían de esas cárceles hasta que pagaran el último cuadrante que debían pagar. Eso fue
suficiente experiencia para tener un cambio de actitud en su corazón. Aunque esto puede
parecerse a una doctrina de la religión oficial en el mundo; la misma Biblia deja ver que existe
un lugar de tormento para los cristianos que mueren y que tiene que terminar de ser
perfeccionados.
Por otro lado también vemos la parábola de Lázaro y el hombre rico:
Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con
esplendidez. Y un pobre llamado Lázaro yacía a su puerta cubierto de llagas, ansiando saciarse
de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las
llagas. Y sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió
también el rico y fue sepultado. En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a
Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno. Y gritando, dijo: "Padre Abraham, ten misericordia
de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues
estoy en agonía en esta llama." Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que durante tu vida
recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás
en agonía. "Y además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y vosotros, de
modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, y tampoco nadie pueda cruzar
de allá a nosotros." Entonces él dijo: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi
padre, pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan
también a este lugar de tormento." Pero Abraham dijo: "Ellos tienen a Moisés y a los profetas;
que los oigan." Y él dijo: "No, padre Abraham, sino que si alguno va a ellos de entre los muertos,
se arrepentirán." Mas Abraham le contestó: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco
se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos."
(Lucas 16:19-31 LBLA)
Entonces el alma que muere sin la sangre de Cristo, está en las cárceles, para una reintegración
parcial y que después vaya al infierno; mientras que los que mueren siendo salvos, pero tienen
cuentas pendientes con alguien, permanecen en cárceles, pero después son reintegrados para
que sean enviados al seno de Abraham; no obstante nosotros podemos ayudar a los que se
fueron de esta vida, sin que cumplieran con el proceso de ser cristianos, por ejemplo: si alguien
se muere sin ser bautizado, es necesario que alguien, siendo cristiano, pero con la completa
convicción de que es de Dios hacer ese acto en nombre de alguien que ha muerto; lo haga, con
el propósito de que el que está detrás del velo pueda cumplir con sus requisitos para continuar
a otra dimensión. Esto es lo que conocemos como los rociamientos de la sangre de Cristo,
estando detrás del velo.
Volviendo al tema principal, podemos encaminarnos diciendo lo siguiente: el cuerpo se va a la
tumba, el alma se va al Seol al compartimiento que le corresponda y el espíritu regresa a Dios.
Lo podemos ejemplificar de la siguiente forma: la sangre arterial, regresa al corazón, y en ese
momento se determina a dónde se va a cumplir la siguiente función; puede ser a los pulmones,
hígado, páncreas, etc. Sin embargo, existen siervos de Dios que han alcanzado la estatura
necesaria para encontrar una puerta de acceso de prioridad y logran ver a Cristo; porque
Esteban, cuando lo estaban matando a pedradas, le dice al Señor Jesucristo que reciba su
espíritu; eso nos enseña que su espíritu no tuvo el mismo camino de regreso a Dios.
Una vez que Dios ha decidido a dónde se va cada espíritu, los que han cumplido los requisitos
celestiales, se van a la Jerusalén Celestial, pero los que no, entonces se van a la Babilonia
espiritual:
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén
celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están
inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya
perfectos, y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la
sangre de Abel. Mirad que no rechacéis al que habla. Porque si aquéllos no escaparon cuando
rechazaron al que les amonestó sobre la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si nos
apartamos de aquel que nos amonesta desde el cielo.
(Hebreos 12:22-25 LBLA)
Lo que se describe en la cita anterior, fueron los espíritu que regresaron a Dios por la vía del
sacrificio de Cristo.
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran poder, y la tierra fue
iluminada con su gloria. Y clamó con potente voz, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se
ha convertido en habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de
toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de
su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos inmorales con ella, y los mercaderes
de la tierra se han enriquecido con la riqueza de su sensualidad. Y oí otra voz del cielo que
decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis
de sus plagas; porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado
de sus iniquidades.
(Apocalipsis 18:1-5 LBLA)
La cita anterior es la que nos muestra dónde van a terminar los espíritus que se van de la tierra
sin el sacrificio de Cristo, aquellos que nunca quisieron aceptar al Señor Jesucristo como su
Señor y Salvador.
En relación a la cita de Apocalipsis capítulo 18, podemos decir que demonio es un espíritu
inmundo de creaciones anteriores que ya fueron condenados; y que murieron sin Cristo, lo cual
es diferente a decir, ángel caído, el cual es un ave inmunda y aborrecible. Es por eso que
aquellos que se burlan del pueblo de Dios tildándolos de cualquier epíteto que se les pueda
ocurrir; son fuertes candidatos a terminar en calidad de demonios. Este es el destino de aquellos
que nunca quisieron aceptar el plan de salvación; y pasan por un proceso para que en algún
momento terminen en calidad de demonios.
Algunas religiones, dicen que el castigo no puede ser eterno, lo cual tienen razón, pero si se
refieren al cuerpo y al alma, pero el espíritu sí tiene un castigo eterno. Es necesario que
comprendamos este tema plenamente y que al momento de compartirlo, podamos darnos a
entender que no habrá misa alguna que saque de ningún purgatorio a nadie, se haya ido con
Cristo o no; porque estando en el Seol, tiene pagar hasta el último cuadrante y después de eso,
el juicio de Dios para destinarle un lugar por la eternidad. Es por eso que las personas que
piensan que con morirse se termina su calvario; están equivocados, menos aun si se matan,
porque como sea, se van a la cárcel que les corresponda y los sacan hasta que llegue el
momento y hasta ese entonces se unirán al resto de cristianos porque no sería justo que alguien
que no estuvo bien consagrado y muere un día antes del arrebatamiento, se va a la tumba y al
día siguiente estén viviendo el verso que dice que los muertos en Cristo resucitarán primero;
eso no es así, tendrán que esperar a pagar hasta el último cuadrante y hasta entonces se unirán
al resto de cristianos, pero no conformarán la novia, porque perdieron galardones.
Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para
llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y
predicó a los espíritus encarcelados, quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la
paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual
unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. Y correspondiendo
a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición
a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo, quien está a la diestra
de Dios, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades
y potestades. Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros
con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, para
vivir el tiempo que le queda en la carne, no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad
de Dios. Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los
gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces y
abominables idolatrías. Y en todo esto, se sorprenden de que no corráis con ellos en el mismo
desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para
juzgar a los vivos y a los muertos. Porque con este fin fue predicado el evangelio aun a los
muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espíritu
conforme a la voluntad de Dios.
(1 Pedro 3:18-4:6 LBLA)
Notemos que habrá un juzgamiento a los muertos como si fueran hombres, eso significa que no
eran hombres, tiene que referirse a otra clase de creaciones, porque debemos recordar que en
el tiempo de Noé, habían mezclas de creaciones y solamente Noé era perfecto físicamente;
pero esos seres tenían espíritu, entonces los juzgan como si fueran hombres, pero les destruyen
su cuerpo, no resucitan porque están catalogados dentro de los gigantes. Después vienen los
humanos y entonces Dios en el juicio final, levanta alma y cuerpo y los lanza al infierno y el
espíritu es condenado, pero no lo reintegra porque rechazó el plan divino; a los únicos que
resucita verdaderamente es a los que están inscritos en el libro de la vida, a los cristianos,
porque entonces saca el espíritu de Jerusalén la Celestial, saca el alma del Seol, del seno de
Abraham, del paraíso; y el cuerpo lo restaura de la tierra y le da un palacios celestial que ya
tiene preparado porque no es el mismo que tenemos ahora refiriéndonos al cuerpo, aunque se
parecerá, no es el mismo.
Existen personas que se entrenan en que su espíritu salga de su cuerpo, es como lo enseña el
Apóstol Pablo:
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera
del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si
en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe) que fue arrebatado al paraíso, y escuchó
palabras inefables que al hombre no se le permite expresar.
(2 Corintios 12:2-4 LBLA)
Lo terrible es que del lado de las tinieblas también hay muchos que se salen de su cuerpo en
espíritu, pero ellos no están ligados a Cristo, sino a las tinieblas; salen de sus cuerpos para
hacer sus brujerías, pero es el espíritu el que hace ese trabajo, no es el alma, porque si el alma
se sale del cuerpo, se mueren; aun el espíritu al hacerlo lo hace dejando una especie de camino,
para encontrar la ruta de regreso porque si no encuentran el regreso, se quedan fuera del cuerpo
y al final se convierten en demonios.
Aun habría muchos más detalles que estudiar pero con el contenido que estudiamos en esta
oportunidad, puede ser una llave para continuar estudiando, pidiéndole a Dios que envíe sobre
nuestra vida, un espíritu de sabiduría y revelación, y pedirle que nos abra la mente y las
escrituras para poderlas comprender de acuerdo a sus propósitos en gloria.
Sergio G. Enríquez O.
Apóstol