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ALCALDÍAMAYORDEBOGOTÁ

GUSTAVOPETROURREGO,AlcaldeMayordeBogotá

SECRETARÍADISTRITALDECULTURA,RECREACIÓNYDEPORTE

CLARISARUIZCORREAL,SecretariadeCultura,RecreaciónyDeporteJERÓNIMASANDINO,DirectoradeLecturayBibliotecas

INSTITUTODISTRITALDELASARTES–IDARTESSANTIAGOTRUJILLOESCOBAR,DirectorGeneralBERTHAQUINTEROMEDINA,SubdirectoradelasArtesVALENTÍNORTIZDÍAZ,GerentedelÁreadeLiteraturaPAOLACÁRDENASJARAMILLO,JAVIERROJASFORERO,MARIANAJARAMILLOFONSECA,RAMIROCALIXTO,CARLOSRAMÍREZPÉREZ,EquipodelÁreadeLiteratura

SECRETARÍADEEDUCACIÓNDELDISTRITO

ÓSCARSÁNCHEZJARAMILLO,SecretariodeEducaciónNOHORAPATRICIABURITICÁCÉSPEDES,SubsecretariadeCalidadyPertinenciaADRIANAELIZABETHGONZÁLEZSANABRIA,DirectoradeEducaciónPreescolaryBásicaSARACLEMENCIAHERNÁNDEZJIMÉNEZ,CARMENCECILIAGONZÁLEZCRISTANCHO,EquipodeLectura,EscriturayOralidad

CÁMARACOLOMBIANADELLIBRO

ENRIQUEGONZÁLEZVILLA,PresidenteEjecutivoADRIANAMARTÍNEZ-VILLALBA,CoordinadoradeFeriasPrimeraedición:Bogotá,octubrede2015©Delaedición:InstitutoDistritaldelasArtes–IDARTES.Imágenes:carátula:detalledeElbueydesollado,RembrandtHarmenszoonvanRijn,1655,óleosobretabla,95,5×68,8cm.Ilustracióncontracarátula:dibujodeEstebanEcheverría,tomadodeJorgeM.Furt,EstebanEcheverría,BuenosAires,s.n.,1938.Ilustracionespáginasinteriores:tomadasdehttp://etc.usf.edu,salvoelretratodeEstebanEcheverría,p.13.Todoslosderechosreservados.Estaobranopuedeserreproducida,parcialototalmente,porningúnmediodereproducción,sinconsentimientoescritodeleditor.www.idartes.gov.coISBN978-958-8898-34-6(impreso)ISBN978-958-8898-35-3(epub)Edición:ANTONIOGARCÍAÁNGEL

Diseño+diagramación:ÓSCARPINTOSIABATTOProduccióneBook:ELIBROSEDITORIAL

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CONTENIDO

CUBIERTA

LIBROALVIENTOPORTADACRÉDITOS

UNBIGBANGDESANGRE

AntonioGarcíaÁngelELMATADERO

EstebanEcheverríaNOTACRÍTICAA«ELMATADERO»

JuanMaríaGutiérrez

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UN BIG BANGDESANGRE

SÓLO PODEMOS ATENERNOS A CONJETURAS de por qué Esteban Echeverríanunca entregóElmatadero a la imprenta. El poeta e intelectual de la llamadaGeneración del37 enArgentina era conocido por la colección de 36 poemastituladaLosconsuelos(1934)yellargopoemanarrativoLacautiva(1837),quetuvounéxitorotundodentrodesupaísyenEspaña,ademásporsusreflexionespolíticasconsignadasenEldogmasocialista(1846),suoposiciónalgobiernodeJuanManueldeRosas,suexilioenUruguayysutempranamuerte.Elmataderopermaneció inédito hasta 1871, año en que el crítico JuanMaríaGutiérrez lodescubreentresuspapelespóstumos,lohacepublicarenlaRevistadelRíodelaPlata y luego en las Obras Completas editadas entre 1870 y 1874 por élmismo[1].Desde entonces,Elmatadero se ha erigido, segúnmuchos, como la piedra

angular de la literatura argentina, su génesis. Se trata de un comienzo queencierra unmisterio: si es superiorElmatadero a todo el resto de su obra, yEcheverríapudopublicarloenvidasintemoralacensuradeRosas,puesestabaen el exilio en Montevideo cuando murió en 1851, ¿por qué nunca lo hizo?RicardoPigliaespeculaquequizáelelementoficcionalfueelmotivo,pueslosescritoresdelaépoca,comoEcheverríaySarmiento,desdeñabanlainvenciónypromulgaban una literatura del testimonio y la experiencia; consideraban a laficcióncomoopuesta a la luchapolítica, a la sazón tanarraigadaenel campoliterarioargentino.La crítica literaria Josefina Ludmer dice que El matadero constituye una

especiedeBigBangliterarioparalaArgentina,percepciónqueesverdaderasinos atenemos a que remite al origen, pero también alude a la explosión deviolencia,lafuerzadelasimágenes,lapotenciadellenguajeylasdescripcionesquecontienensuspáginas.Semejanteestallidoesproducto,porsupuesto,delastorrenciales aguas del romanticismo francés en que había bebido el jovenEchavarríadurantesuestanciaenParís,perotambiéndelasituaciónpolíticadela Argentina, las profundas divisiones entre federalistas y unitarios, el yugoimpuesto por el caudillo federalista Rosas, quien se servía de una fuerzaparapolicial llamada «lamazorca» paramantener una política de terror. EnEl

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mataderotambiénseretomaeltemadelotro,eldesconocidoqueproducemiedoorepulsión,encarnadoenlafiguradelbárbaroquerepresentabanlosindiosenLacautivaycuyorolenElmataderorecaeenlosfederalistas.Setrataenambostextos de la dicotomía civilización o barbarie que planteó Domingo FaustinoSarmiento,yquenoshacepreguntarsieneldesconocimientodelotroresidelafuentedetodaviolencia.El texto está a medio camino entre la crónica, la ficción, el ensayo y el

panfleto,conresonanciasrománticasytambiénrealistas,Elmataderoseresistealasclasificacionescerradas.Empiezacomounrelatodecostumbres,conciertaironíanarrativa–«Apesardequelamíaeshistoria,nolaempezaréporelarcade Noé y la genealogía de sus descendientes»–, relato que se permite ciertacrítica hacia la Iglesia y la administración del Restaurador –«sabiendo que elpueblo de Buenos Aires atesora una docilidad singular para someterse a todaespecie de mandamiento»–; luego toma tintes de crónica social, realista,naturalista incluso, cuando cuenta del matadero del Alto, la organización, laestructura de poder alrededor del Juez y las costumbres; después empieza larepartijadecarneyvíscerasentreachuradoras,mendigosyperros,escenificadacon suma crudeza que se intensifica cuando un toro escapa y causa ladecapitacióndeunniñocomoepílogodeunaseriedecuadrossanguinolentos,crueles,comolaetapanegradeGoya,perotambiénprecursoresdeestéticasqueluegoseveríanenelteatroGrandGuignolacomienzosdelsigloXX,pioneroasu vez de manifestaciones más recientes como el gore; y por último, cuandoirrumpe el joven unitario en las inmediaciones del matadero, y con él lainconfundible ficción; el relato, con sus alegatos entre personajes y lasobservacionesdelnarradormarcadaspor loscontrastes ideológicos, llegahastael punto en que críticos como Beatriz Sarlo han llamado «el primer ensayonarrativo en prosa» a El matadero… Todo esto en tan solo un puñado depáginas.Labuena literatura trasciendeelespacioyel tiempo,pues terminahablando

siempredelacondiciónhumana.ElregresodeUliseshabladetodoslosregresosy la espera dePenélope habla de todas las esperas.Kafka escribióEl procesoantesde laspersecusionesde judíosen laAlemanianazi.Luego la realidadseempezó a llenar de Josephs K. sacados de sus camas a la medianoche paraseguirlesjuiciossumariosycondenarlossinmayorexplicación.Asuvez,todalaliteratura de los camposde concentración alemanes, así como el retrato hechoporAlexander Solzhenitsyn del gulag ruso, de los que nos separan décadas ymiles de kilómetros, pueden reflejar buena parte de los padecimientos einiquidades que vivieron los ciudadanos comunes, los políticos, y soldadossecuestradosduranteañosenloprofundodelaselva.

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Pero Troya, Auschwitz y Siberia están muy lejos de Colombia, encomparación con Argentina. Ambas naciones tienen los mismos míseros yharapientos compitiendo con los perros por comida, las mismas divisionesfratricidas entre dos bandos, los mismos caudillos opresores, las mismastragediasdebarroysangre.AColombialesobranniñosdecapitados;muchosdeellos,adiferenciadeenElmatadero,nodemaneraaccidental.Valelapenaleeren el texto «unitarios» y «federales» como etiquetas intercambiables. Noolvidemoslosfusilamientosdeunitariosduranteelrosismo,perotampocoqueelgobernador federaldeBuenosAiresManuelDorrego fue fusiladoen1828pororden del general unitario Juan Lavalle. La violencia se desencadena porqueaparecióelenemigo,elextraño,elotro,queestásoloyespresafácil.Lamasaescruel, se escuda en el anonimato, en la disolución de las culpas y lasresponsabilidades.Laturbaportantosiemprepuedesometer,torturar,lincharoviolar, como pasa en el relato. En todas las sociedades siempre habrá unMatasiete que la tribuna quiera espolear, y que responda haciendo honor a suremoquete.Aquíyallásiemprehabrárazonesparareventardeindignación.EsporestoqueElmatadero tiene los ingredientesnecesariosparaser tambiénunlibronuestro.Unlibroparalostiemposdehorrorybarbariequecorren.

ANTONIO GARCÍA ÁNGEL

BIBLIOGRAFÍADomínguez,CarlosMaría,«Elfurordeldelespíritu»,enEcheverría,Esteban.Elmatadero,ColecciónCara

yCruz.Bogotá,EditorialNorma,1989.Echeverría, Esteban.Elmatadero, Colección Cara y Cruz. Bogotá, Editorial Norma, 1989. Echeverría,

Esteban.LaCautiva /Elmatadero.PrólogoynotasdeSandraGasparini,EdicionesColihue,BuenosAires, 2014. Echeverría, Esteban. La Cautiva / El matadero. Edición de María Hortensia Lacau.EditorialKapelusz,BuenosAires,1965.

Jitrik,Noé,«EstebanEcheverría»,enEcheverría,Esteban.Elmatadero,ColecciónCarayCruz,EditorialNorma,Bogotá,1989.

Piglia, Ricardo, La Argentina en pedazos, Ediciones de La Urraca/Colección Fierro. S.F.(http://www.terras.edu.ar/biblioteca/14/14HLA_Piglia_Unidad_2.pdf)

Cros y Alberto Dodero, Aventura en las pampas. Los pintores franceses en el Río de la Plata, ArtesGráficasRonor,BuenosAires,2003.

Nota

[1]IncluimossunotacríticaparadichaedicióncomoepílogodeesteLibroalViento.

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ELMATADERO

APESARDEQUE LAMÍAESHISTORIA,nolaempezaréporelarcadeNoéylagenealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguoshistoriadores españoles de América que deben ser nuestros prototipos. Tengomuchasrazonesparanoseguireseejemplo,lasquecallopornoserdifuso.Dirésolamente que los sucesos demi narración pasaban por los años deCristo de183...Estábamos,amás,encuaresma,épocaenqueescasealacarneenBuenosAires, porque la Iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustine, abstine(sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, acausadequelacarneespecaminosa,y,comodiceelproverbio,buscaalacarne.Y como la Iglesia tiene ab initio y por delegación directa deDios el imperioinmaterialsobrelasconcienciasyestómagos,queenmaneraalgunapertenecenalindividuo,nadamásjustoyracionalquevedelomalo.Los abastecedores, por otra parte, buenos federales, y por lomismobuenos

católicos,sabiendoqueelpueblodeBuenosAiresatesoraunadocilidadsingularparasometerseatodaespeciedemandamiento,solotraenendíascuaresmalesalmatadero,losnovillosnecesariosparaelsustentodelosniñosydelosenfermosdispensadosde laabstinenciapor laBula,ynoconelánimodequesehartenalgunosherejotes,quenofaltan,dispuestossiempreaviolar losmandamientoscarnificinosdelaIglesia,yacontaminarlasociedadconelmalejemplo.Sucedió, pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los caminos se

anegaron; lospantanos sepusieronanadoy lascallesdeentraday salidaa laciudadrebosabanenacuosobarro.Unatremendaavenidaseprecipitóderepentepor el Riachuelo de Barracas, y extendió majestuosamente sus turbias aguashastaelpiedelasbarrancasdelAlto.ElPlata,creciendoembravecido,empujóesasaguasqueveníanbuscandosucauceylashizocorrerhinchadasporsobrecampos,terraplenes,arboledas,caseríos,yextendersecomounlagoinmensoportodaslasbajastierras.Laciudad,circunvaladadelNortealEsteporunacinturadeaguaybarro,yalSudporunpiélagoblanquecinoencuyasuperficieflotabanalaventuraalgunosbarquichuelosynegreabanlaschimeneasylascopasdelosárboles,echabadesdesustorresybarrancasatónitasmiradasalhorizontecomoimplorandomisericordiaalAltísimo.Parecíaelamagodeunnuevodiluvio.Los

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beatos y beatas gimoteaban haciendo novenarios y continuas plegarias. Lospredicadoresatronabaneltemployhacíancrujirelpúlpitoapuñetazos.Eseldíadeljuicio,decían,elfindelmundoestáporvenir.Lacóleradivinarebosandosederramaen inundación. ¡Aydevosotros,pecadores! ¡Aydevosotros,unitariosimpíosqueosmofáisdelaIglesia,delossantos,ynoescucháisconveneraciónlapalabradelosungidosdelSeñor!¡Aydevosotrossinoimploráismisericordiaalpiedelosaltares!Llegarálahoratremendadelvanocrujirdedientesydelasfrenéticas imprecaciones. Vuestra impiedad, vuestras herejías, vuestrasblasfemias, vuestros crímenes horrendos, han traído sobre nuestra tierra lasplagasdelSeñor.LajusticiayelDiosdelaFederaciónosdeclararámalditos.Laspobresmujeressalíansinaliento,anonadadasdeltemplo,echando,como

eranatural,laculpadeaquellacalamidadalosunitarios.Continuaba, sin embargo, lloviendo a cántaros, y la inundación crecía

acreditandoelpronósticodelospredicadores.LascampanascomenzaronatocarrogativasporordendelmuycatólicoRestaurador,quienparecenolasteníatodasconsigo. Los libertinos, los incrédulos, es decir, los unitarios, empezaron aamedrentarsealvertantacaracompungida,oírtantabataholadeimprecaciones.Sehablabaya,comodecosaresuelta,deunaprocesiónenquedebíairtodalapoblación descalza y a cráneo descubierto, acompañando al Altísimo, llevadobajopalioporelObispo,hastalabarrancadeBalcarce,dondemillaresdevocesconjurando al demonio unitario de la inundación, debían implorar lamisericordiadivina.Feliz,omejor,desgraciadamente,pues lacosahabríasidodeverse,no tuvo

efectolaceremonia,porquebajandoelPlata, la inundaciónsefuepocoapocoescurriendoensuinmensolechosinnecesidaddeconjurasniplegarias.Loquehaceprincipalmenteamihistoriaesqueporcausade la inundación

estuvo quince días el matadero de la Convalecencia sin ver una sola cabezavacuna, y que en uno o dos, todos los bueyes de quinteros y aguateros seconsumieron en el abasto de la ciudad. Los pobres niños y enfermos sealimentaban con huevos y gallinas, y los gringos y herejotes bramaban por elbeef-steak y el asado. La abstinencia de carne era general en el pueblo, quenunca sehizomásdignode labendiciónde la Iglesia,y así fueque llovieronsobreélmillonesymillonesdeindulgenciasplenarias.Lasgallinassepusieronaseis pesos y los huevos a cuatro reales, y el pescado carísimo. No hubo enaquellosdíascuaresmalespromiscuacionesniexcesosdegula;peroencambiose fueron derecho al cielo innumerables ánimas y acontecieron cosas queparecensoñadas.Noquedóenelmataderoniun solo ratónvivodemuchosmillaresqueallí

tenían albergue. Todos murieron de hambre o ahogados en sus cuevas por la

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incesantelluvia.Multituddenegrasrebusconasdeachuras,comoloscaranchosdepresa,sedesbandaronporlaciudadcomootrastantasarpíasprontasadevorarcuantohallarancomible.Lasgaviotasylosperros,inseparablesrivalessuyosenel matadero, emigraron en busca de alimento animal. Porción de viejosachacosos cayeron en consunción por falta de nutritivo caldo; pero lo másnotablequesucediófueelfallecimientocasirepentinodeunoscuantosgringosherejes que cometieron el desacato de darse un hartazgo de chorizos deExtremadura, jamón y bacalao, y se fueron al otro mundo a pagar el pecadocometidoportanabominablepromiscuación.Algunos médicos opinaron que si la carencia de carne continuaba, medio

pueblo caería en síncope por estar los estómagos acostumbrados a sucorroborantejugo;yeradenotarelcontrasteentreestostristespronósticosdelaciencia y los anatemas lanzados desde el púlpito por los reverendos padrescontra toda clase de nutrición animal y de promiscuación en aquellos díasdestinadosporlaIglesiaalayunoylapenitencia.Seoriginódeaquíunaespeciede guerra intestina entre los estómagos y las conciencias, atizada por elinexorableapetitoylasnomenosinexorablesvociferacionesdelosministrosdelaIglesia,quienes,comoessudeber,notransigenconvicioalgunoquetiendaarelajar las costumbres católicas: a lo que se agregaba el estado de flatulenciaintestinal de los habitantes, producido por el pescado y los porotos y otrosalimentosalgoindigestos.Esta guerra se manifestaba por sollozos y gritos descompasados en la

peroracióndelossermonesyporrumoresyestruendossubitáneosenlascasasycalles de la ciudad o donde quiera concurrían gentes. Alarmóse un tanto elgobierno, tan paternal como previsor, del Restaurador, creyendo aquellostumultos de origen revolucionario y atribuyéndolos a los mismos salvajesunitarios, cuyas impiedades, según los predicadores federales, habían traídosobre el país la inundación de la cólera divina; tomó activas providencias,desparramó sus esbirros por la población, y por último, bien informado,promulgó un decreto tranquilizador de las conciencias y de los estómagos,encabezadoporunconsiderandomuysabioypiadosoparaqueatodotrance,yarremetiendoporaguaytodo,setrajeseganadoaloscorrales.Enefecto,eldecimosextodíadelacarestía,vísperadeldíadeDolores,entróa

nadoporelpasodeBurgosalmataderodelAltounatropadecincuentanovillosgordos; cosa poca por cierto para una población acostumbrada a consumirdiariamentededoscientoscincuentaatrescientos,ycuyatercerapartealmenosgozaríadelfueroeclesiásticodealimentarseconcarne.¡CosaextrañaquehayaestómagosprivilegiadosyestómagossujetosaleyesinviolablesyquelaIglesiatengalallavedelosestómagos!

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Perono es extraño, supuestoque el diablo con la carne suelemeterse en elcuerpoyquelaIglesiatieneelpoderdeconjurarlo:elcasoesreduciralhombreaunamáquinacuyomóvilprincipalnoseasuvoluntadsinoladelaIglesiayelgobierno.Quizállegueeldíaenqueseaprohibidorespirarairelibre,pasearseyhasta conversar con un amigo, sin permiso de autoridad competente. Así era,pocomás omenos, en los felices tiempos de nuestros beatos abuelos que pordesgraciavinoaturbarlarevolucióndeMayo.Sea como fuera; a la noticia de la providencia gubernativa, los corrales del

Alto se llenaron, a pesar del barro, de carniceros, achuradores y curiosos,quienes recibieron con grandes vociferaciones y palmoteos los cincuentanovillosdestinadosalmatadero.—Chica, pero gorda –exclamaban–. ¡Viva la Federación! ¡Viva el

Restaurador!PorquehandesaberloslectoresqueenaqueltiempolaFederaciónestabaen

todas partes, hasta entre las inmundicias del matadero y no había fiesta sinRestaurador como no hay sermón sin Agustín. Cuentan que al oír tandesaforadosgritoslasúltimasratasqueagonizabandehambreensuscuevas,sereanimaronyecharonacorrerdesatentadasconociendoquevolvíanaaquelloslugareslaacostumbradaalegríaylaalgazaraprecursoradeabundancia.El primer novillo que se mató fue todo entero de regalo al Restaurador,

hombremuyamigodelasado.Unacomisióndecarnicerosmarchóaofrecérseloa nombre de los federales del matadero, manifestándole in voce suagradecimientopor laacertadaprovidenciadelgobierno, suadhesión ilimitadaalRestauradorysuodioentrañablealossalvajesunitarios,enemigosdeDiosydeloshombres.ElRestauradorcontestóalaarengarinforzandosobreelmismotemayconcluyó la ceremoniacon loscorrespondientesvivasyvociferacionesde los espectadores y actores. Es de creer que elRestaurador tuviese permisoespecialde su Ilustrísimaparanoabstenersedecarne,porque siendo tanbuenobservadordelasleyes,tanbuencatólicoytanacérrimoprotectordelareligión,nohubieradadomalejemploaceptandosemejanteregaloendíasanto.Siguiólamatanza,yenuncuartodehoracuarentaynuevenovillossehallan

tendidosenlaplayadelmatadero,desolladosunos,losotrospordesollar.Elespectáculoqueofrecíaentonceseraanimadoypintorescoaunquereunía

todo lohorriblementefeo, inmundoydeformedeunapequeñaclaseproletariapeculiardelRíodelaPlata.Peroparaqueellectorpuedapercibirloaungolpedeojo,precisoeshaceruncroquisdelalocalidad.ElMataderodelaConvalescenciaodelAlto,sitoenlasquintasalsuddela

ciudad, es una gran playa en forma rectangular colocada al extremo de doscalles,unadelascualesallíseterminaylaotraseprolongahaciaelEste.Esta

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playa,condeclivealsud,estácortadaporunzanjónlabradoporlacorrientedelasaguaspluviales,encuyosbordeslateralessemuestraninnumerablescuevasde ratones y cuyo cauce recoge, en tiempo de lluvia, toda la sangrasa seca orecientedelmatadero.EnlajuncióndelángulorectohaciaelOesteestáloquellaman la casilla, edificio bajo, de tres piezas de media agua con corredor alfrentequedaa la calleypalenqueparaatar caballos, a cuyaespalda senotanvarios corrales de palo a pique de ñandubay con sus fornidas puertas paraencerrarelganado.Estoscorralessonentiempodeinviernounverdaderolodazalenelcual los

animalesapeñuscados sehundenhastael encuentroyquedancomopegadosycasi sin movimiento. En la casilla se hace la recaudación del impuesto decorrales, secobran lasmultasporviolaciónde reglamentosy se sientael Juezdelmatadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que ejerce lasuma del poder en aquella pequeña república por delegación del Restaurador.Fácil es calcular qué clase de hombre se requiere para el desempeño desemejantecargo.Lacasillaporotraparte,esunedificiotanruinypequeñoquenadielonotaríaenloscorralesanoestarasociadosunombrealdelterribleJuezy a no resaltar sobre su blanca cintura los siguientes letreros rojos: «Viva laFederación», «Viva el Restaurador y la heroína doña Encarnación Ezcurra»,«Mueran los salvajes unitarios». Letrerosmuy significativos, símbolo de la fepolíticayreligiosadelagentedelmatadero.Peroalgunoslectoresnosabránquela talheroínaes ladifuntaesposadelRestaurador,patronamuyqueridade loscarniceros, quienes, ya muerta, la veneraban como viva por sus virtudescristianasysufederalheroísmoenlarevolucióncontraBalcarce.Eselcasoqueen un aniversario de aquellamemorable hazaña de lamazorca, los carnicerosfestejaronconunespléndidobanqueteenlacasillaalaheroína,banquetealqueconcurrió con su hija y otras señoras federales, y que allí, en presencia de ungranconcurso,ofrecióalosseñorescarnicerosenunsolemnebrindissufederalpatrocinio, por cuyo motivo ellos la proclamaron entusiasmados patrona delmatadero, estampando su nombre en las paredes de la casilla donde se estaráhastaqueloborrelamanodeltiempo.Laperspectivadelmatadero a la distancia eragrotesca, llenade animación.

Cuarentaynueveresesestabantendidassobresuscuerosycercadedoscientaspersonashollabanaquelsuelode lodoregadoconlasangredesusarterias.Entornodecadaresresaltabaungrupodefigurashumanasdetezyrazadistintas.La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo enmano, brazo y pecho desnudos, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá yrostro embadurnado de sangre. A sus espaldas se rebullían, caracoleando ysiguiendo losmovimientos, una comparsa demuchachos, de negras ymulatas

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achuradoras, cuya fealdad trasuntaba las arpíasde la fábula,y, entremezcladosconella,algunosenormesmastines,olfateaban,gruñíanosedabandetarasconesporlapresa.Cuarentaytantascarretas,toldadasconnegruzcoypeladocuero,seescalonaban irregularmente a lo largo de la playa, y algunos jinetes con elponchocaladoyel lazoprendidoal tiento,cruzabanporentreellasal trancooreclinadossobreelpescuezodeloscaballos,echabanojoindolentesobreunodeaquellos animados grupos, al paso quemás arriba, en el aire, un enjambre degaviotas blanquiazules, que habían vuelto de la emigración al olor de carne,revoloteabancubriendoconsudisonantegraznido todos losruidosyvocesdelmatadero y proyectando una sombra clara sobre aquel campo de horriblecarnicería.Estosenotabaalprincipiodelamatanza.Peroamedidaqueadelantaba,laperspectivavariaba;losgrupossedeshacían,

venían a formarse tomando diversas actitudes y se desparramaban corriendocomosienmediodeelloscayesealgunabalaperdidaoasomase laquijadadealgún encolerizado mastín. Esto era que, ínter el carnicero en un grupodescuartizabaagolpedehacha,colgabaenotroloscuartosenlosganchosasucarreta, despellejaba en éste, sacaba el sebo en aquél, de entre la chusma, queojeabayaguardabalapresadeachura,salíadecuandoencuandounamugrientamanoadarun tarazónconelcuchilloal sebooa loscuartosde la res, loqueoriginabagritosyexplosióndecóleradelcarniceroyelcontinuoherviderodelosgrupos,dichosygriteríadescompasadadelosmuchachos.—Ahísemeteelseboenlastetas,latía–gritabauno.—Aquélloescondióenelalzapón–replicabalanegra.—¡Che!,negrabruja, salídeaquí antesque tepegueun tajo–exclamabael

carnicero.—¿Qué le hago, ño Juan? ¡No seamalo!Yo no quiero sino la panza y las

tripas.—Sonparaesabruja:alam...—¡Alabruja!¡Alabruja!–repitieronlosmuchachos–:¡sellevalariñonaday

el tongorí! –y cayeron sobre su cabeza sendos cuajos de sangre y tremendaspelotasdebarro.Haciaotraparte,entretanto,dosafricanasllevabanarrastrandolasentrañasde

un animal; allá unamulata se alejaba con un ovillo de tripas y resbalando derepente sobre un charco de sangre, caía a plomo, cubriendo con su cuerpo lacodiciada presa. Acullá se veían acurrucadas en hilera cuatrocientas negrasdestejiendosobrelasfaldaselovilloyarrancandounoaunolossebitosqueelavarocuchillodelcarnicerohabíadejadoenlatripacomorezagados,alpasoqueotras vaciaban panzas y vejigas y las henchían de aire de sus pulmones paradepositarenellas,luegodesecas,laachura.

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Variosmuchachos,gambeteandoapieyacaballo,sedabandevejigazososetiraban bolas de carne, desparramando con ellas y su algazara la nube degaviotasquecolumpiándoseenelairecelebrabachillandolamatanza.Oíanseamenudo, a pesar del veto del Restaurador y de la santidad del día, palabrasinmundas y obscenas, vociferaciones preñadas de todo el cinismo bestial quecaracterizaalachusmadenuestrosmataderos,conlascualesnoquieroregalaraloslectores.De repente caía un bofe sangriento sobre la cabeza de alguno, que de allí

pasabaaladeotro,hastaquealgúndeformemastínlohaciabuenapresa,yunacuadrilladeotros,porsiestrujoonoestrujo,armabaunatremendadegruñidosymordiscones.Algunatíaviejasalíafuriosaenpersecucióndeunmuchachoquelehabíaembadurnadoelrostroconsangre,y,acudiendoasusgritosyputeadas,los compañeros del rapaz la rodeaban y azuzaban como los perros al toro yllovíansobreellazoquetesdecarne,bolasdeestiércol,congroserascarcajadasygritos frecuentes,hastaqueel Juezmandaba restablecerelordenydespejarelcampo.Porunlado,dosmuchachosseadiestrabanenelmanejodelcuchillotirándose

horrendos tajos y reveses; por otro, cuatro, ya adolescentes, ventilaban acuchilladaselderechoaunatripagordayunmondongoquehabíanrobadoauncarnicero; y no de ellos distante, porción de perros, flacos ya de la forzosaabstinencia,empleabanelmismomedioparasaberquiénse llevaríaunhígadoenvueltoenbarro.Simulacroenpequeñoeraestedelmodobárbaroconqueseventilanennuestropaíslascuestionesylosderechosindividualesysociales.Enfin,laescenaqueserepresentabaenelmataderoeraparavista,noparaescrita.Un animal había quedado en los corrales, de corta y ancha cerviz, demirar

fiero,sobrecuyosórganosgenitalesnoestabanconformeslospareceresporqueteníaaparienciasdetoroydenovillo.Llególesuhora.Dosenlazadoresacaballopenetraron al corral en cuyo contorno hervía la chusca a pie, a caballo yhorquetada sobre sus ñudosospalos.Formaban en la puerta elmásgrotescoysobresaliente grupo varios pialadores y enlazadores de a pie con el brazodesnudoyarmadosdelcerterolazo,lacabezacubiertaconunpañuelopunzóychalecoychiripácolorado,teniendoasusespaldasvariosjinetesyespectadoresdeojoescrutadoryanhelante.El animal prendido ya al lazo por las astas, bramaba echando espuma

furibundo y no había demonio que lo hiciera salir del pegajoso barro dondeestabacomoclavadoyera imposiblepialarlo.Gritábanlo, loazuzabanenvanocon las mantas y pañuelos los muchachos prendidos sobre las horquetas delcorral,yeradeoírladisonantebataholadesilbidos,palmadasyvocestiplesyroncasquesedesprendíadeaquellasingularorquesta.

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Losdicharachos,lasexclamacioneschistosasyobscenasrodabandebocaenbocaycadacualhacíaalardeespontáneamentede su ingenioyde suagudezaexcitadoporelespectáculoopicadoporelaguijóndealgunalengualocuaz.—Hidep...eneltoro.—AldiablolostorunosdelAzul.—Malhayaeltroperoquenosdagatoporliebre.—Siesnovillo.—¿Noestáviendoqueestoroviejo?—Comotorolehadequedar.¡Muéstremelosc...,sileparece,c...o!—Ahílostieneentrelaspiernas.Nolosve,amigo,másgrandesquelacabeza

desucastaño;¿osehaquedadociegoenelcamino?—Sumadresería laciega,puesque talhijohaparido.¿Noveque todoese

bultoesbarro?—Esemperradoyariscocomoununitario.Yaloírestamágicapalabratodosaunavozexclamaron:—¡Mueranlossalvajesunitarios!—Paraeltuertolosh...—Sí,paraeltuerto,queeshombredec...parapelearconlosunitarios.—ElmatahambreaMatasiete,degolladordeunitarios.¡VivaMatasiete!—¡AMatasieteelmatahambre!—Allá va, gritó una voz ronca interrumpiendo aquellos desahogos de la

cobardíaferoz–.¡Allávaeltoro!—¡Alerta!¡Guardalosdelapuerta!¡Allávafuriosocomoundemonio!Y, en efecto, el animal acosado por los gritos y sobre todo por dos picanas

agudasqueleespoleabanlacola,sintiendoflojoellazo,arremetióbufandoalapuerta,lanzandoaentrambosladosunarojizayfosfóricamirada.Dióleeltirónelenlazadorsentandosucaballo,desprendióellazodelaasta,crujióporelaireunásperozumbidoyalmismotiemposeviorodardesdeloaltodeunahorquetadelcorral,comosiungolpedehachalahubiesedivididoacercén,unacabezadeniño cuyo tronco permaneció inmóvil sobre su caballo de palo, lanzando porcadaarteriaunlargochorrodesangre.—Secortóellazo–gritaronunos–:allávaeltoro–perootrosdeslumbradosy

atónitosguardaronsilencioporquetodofuecomounrelámpago.Desparramóse un tanto el grupo de la puerta.Una parte se agolpó sobre la

cabezayelcadáverpalpitantedelmuchachodegolladoporellazo,manifestandohorror en su atónito semblante, y la otra parte, compuesta de jinetes que novieron la catástrofe, se escurrió en distintas direcciones en pos del toro,vociferando y gritando: —¡Allá va el toro! ¡Atajen! ¡Guarda! ¡Enlaza, Sietepelos!¡Queteagarra,Botija!¡Vafurioso;noselepongandelante!¡Ataja,ataja

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Morado!¡Déleespuelaalmancarrón!¡Yasemetióenlacallesola!¡Queloatajeeldiablo!Eltropelyvoceríaerainfernal.Unascuantasnegrasachuradorassentadasen

hileraalbordedelzanjónoyendoeltumultoseacogieronyagazaparonentrelaspanzasytripasquedesenredabanydevanabanconlapacienciadePenélope,loquesinduda las salvó,porqueelanimal lanzóalmirarlasunbufidoaterrador,dióunbrincosesgadoysiguióadelanteperseguidoporlosjinetes.Cuentanqueuna de ellas se fue de cámaras; otra rezó diez salves en dos minutos, y dosprometieron a San Benito no volver jamás a aquellos malditos corrales yabandonareloficiodeachuradoras.Nosesabesicumplieronlapromesa.El toro, entre tanto, tomóhacia la ciudadpor una larga y angosta calle que

parte de la punta más aguda del rectángulo anteriormente descripto, calleencerradaporunazanjayuncercodetunas,quellamansolapornotenermásdedos casas laterales y en cuyo apozado centro había un profundo pantano quetomabade zanja a zanja.Cierto inglés, de vuelta de su saladero, vadeaba estepantano a la sazón, paso a paso, enun caballo algo arisco, y sin duda iba tanabsortoensuscálculosquenooyóeltropeldejinetesnilagriteríasinocuandoel toroarremetíaalpantano.Azorósederepentesucaballodandounbrincoalsesgoyechóacorrerdejandoalpobrehombrehundidomediavaraenelfango.Esteaccidente,sinembargo,nodetuvonirefrenólacarreradelosperseguidoresdel toro, antes al contrario, soltando carcajadas sarcásticas: —Se amoló elgringo; levántate, gringo –exclamaron, y, cruzando el pantano, amasaron conbarrobajolaspatasdesuscaballossumiserablecuerpo.Salióelgringo,comopudo,después,alaorilla,másconlaaparienciadeundemoniotostadoporlasllamasdelinfiernoquedeunhombreblancopelirrubio.Másadelantealgritode:¡Al toro! ¡Al toro!,cuatronegrasachuradorasquese retirabanconsupresasezabulleronenlazanjallenadeagua,únicorefugioquelesquedaba.El animal, entre tanto, después de haber corrido unas veinte cuadras en

distintasdirecciones,azorandoconsupresenciaatodoviviente,semetióporlatranqueradeunaquintadondehallósuperdición.Aunquecansado,manifestababríosycoléricoceño;perorodeábalounazanjaprofundayun tupidocercodepitas, y no había escape. Juntáronse luego sus perseguidores que se hallabandesbandadosyresolvieronllevarloenunseñuelodebueyesparaqueexpiasesuatentadoenellugarmismodondelohabíacometido.Unahoradespuésdesufugaeltoroestabaotravezenelmatadero,dondela

pocachusmaquehabíaquedadonohablabasinodesusfechorías.Laaventuradelgringoenelpantanoexcitabaprincipalmentelarisayelsarcasmo.Delniñodegolladoporellazonoquedabasinouncharcodesangre:sucadáverestabaenelcementerio.

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Enlazaronmuyluegoporlasastasalanimalquebrincabahaciendohincapiéylanzandoroncosbramidos.Echáronle,uno,dos,trespiales;peroinfructuosos:alcuarto quedó prendido de una pata; su brío y su furia redoblaron; su lengua,estirándose convulsiva, arrojaba espuma, su nariz, humo, sus ojos, miradasencendidas—¡Desjarreteneseanimal!,exclamóunavozimperiosa.Matasietesetiróalpuntodelcaballo,cortóleelgarróndeunacuchilladaygambeteandoentornodeélconsuenormedagaenmano,selahundióalcabohastaelpuñoenlagargantamostrándolaenseguidahumeantey rojaa losespectadores.Brotóuntorrentedelaherida,exhalóalgunosbramidosroncos,vacilóycayóelsoberbioanimalentrelosgritosdelachusmaqueproclamabaaMatasietevencedoryleadjudicaba en premio el matambre. Matasiete extendió, como orgulloso, porsegundavezelbrazoyelcuchilloensangrentadoyseagachóadesollarloconotroscompañeros.Faltabaqueresolverladudasobrelosórganosgenitalesdelmuertoclasificado

provisoriamente de toro por su indomable fiereza; pero estaban todos tanfatigadosdelalargatareaquelaecharonporloprontoenolvido.Masderepenteuna voz ruda exclamó: —Aquí están los huevos –sacando de la barriga delanimalymostrandoalosespectadoresdosenormestestículos,signoinequívocode su dignidad de toro. La risa y la charla fue grande; todos los incidentesdesgraciados pudieron fácilmente explicarse. Un toro en elmatadero era cosamuyrara,yaunvedada.Aquél,segúnreglasdebuenapolicía,debióarrojarsealos perros; pero había tanta escasez de carne y tantos hambrientos en lapoblación,queelseñorJueztuvoabienhacerojolerdo.En dos por tres estuvo desollado, descuartizado y colgado en la carreta el

maldito toro.Matasiete colocó el matambre bajo el pellón de su recado y sepreparabaapartir.Lamatanzaestabaconcluidaalasdoce,ylapocachusmaquehabíapresenciadohastael fin, se retirabaengruposdeapieydeacaballo,otirandoalacinchaalgunascarretascargadasdecarne.Masderepentelaroncavozdeuncarnicerogritó:—¡Allívieneununitario!–

yaloírtansignificativapalabratodaaquellachusmasedetuvocomoheridadeunaimpresiónsubitánea.—¿NolevenlapatillaenformadeU?Notraedivisaenelfraquenilutoenel

sombrero.—Perrounitario.—Esuncajetilla.—Montaensillacomolosgringos.—Lamazorcaconél.—¡Latijera!—Esprecisosobarlo.

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—Traepistolerasporpintar.—Todosestoscajetillasunitariossonpintorescomoeldiablo.—¿Aquenoteleanimas,Matasiete?—¿Aqueno?—Aquesí.Matasiete era hombre de pocas palabras y demucha acción. Tratándose de

violencia, de agilidad, de destreza en el hacha, el cuchillo o el caballo, nohablabayobraba.Lohabíanpicado:prendiólaespuelaasucaballoyselanzóabridasueltaalencuentrodelunitario.Era este un joven como de veinticinco años, de gallarda y bien apuesta

persona, que mientras salían en borbotón de aquellas desaforadas bocas lasanteriores exclamaciones trotaba hacia Barracas, muy ajeno de temer peligroalguno.Notando,empero,lassignificativasmiradasdeaquelgrupodedogosdematadero,echamaquinalmenteladiestrasobrelaspistolerasdesusillainglesa,cuandounapechadaalsesgodelcaballodeMatasieteloarrojadeloslomosdelsuyotendiéndoloaladistanciabocaarribaysinmovimientoalguno.—¡VivaMatasiete!–exclamótodaaquellachusmacayendoentropelsobrela

víctimacomoloscaranchosrapacessobrelaosamentadeunbueydevoradoporeltigre.Atolondrado todavía, el joven fue, lanzando una mirada de fuego sobre

aquellos hombres feroces, hacia su caballo que permanecía inmóvil no muydistante,abuscarensuspistolaseldesagravioy lavenganza.Matasietedandoun salto le salió al encuentro y con fornido brazo asiéndolo de la corbata lotendióenelsuelotirandoalmismotiempoladagadelacinturayllevándolaasugarganta.Unatremendacarcajadayunnuevovivaestertóreovolvióavitorearlo.¡Qué nobleza de alma! ¡Qué bravura en los federales!, siempre en pandilla

cayendocomobuitressobrelavíctimainerte.—Degüéllalo,Matasiete–quisosacarlaspistolas–.Degüéllalocomoaltoro.—Pícarounitario.Esprecisotusarlo.—Tienebuenpescuezoparaelviolín.—Tócaleelviolín.—Mejoreslaresbalosa.—Probemos–dijoMatasiete,yempezósonriendoapasarel filode sudaga

porlagargantadelcaído,mientrasconlarodillaizquierdalecomprimíaelpechoyconlasiniestramanolesujetabaporloscabellos.—No, no le degüellen –exclamó de lejos la voz imponente del Juez del

matadero,queseacercabaacaballo.

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—Alacasillaconél,alacasilla.Preparenlamashorcaylastijeras.¡Mueranlossalvajesunitarios!¡VivaelRestauradordelasleyes!—VivaMatasiete.¡Mueran! ¡Vivan! –repitieron en coro los espectadores y atándole codo con

codo, entre moquetes y tirones, entre vociferaciones e injurias, arrastraron alinfelizjovenalbancodeltormentocomolossayonesalCristo.Lasaladelacasillateníaensucentrounagrandeyfornidamesadelacualno

salían losvasosdebebiday losnaipes sinoparadar lugar a las ejecucionesytorturasdelossayonesfederalesdelmatadero.Notábase,además,enunrincón,otramesachicacon recadodeescribiryuncuadernodeapuntesyporcióndesillas entre las que resaltaba un sillón de brazos destinado para el Juez. Unhombre, soldado en apariencia, sentado en una de ellas, cantaba al son de laguitarralaresbalosa,tonadadeinmensapopularidadentrelosfederales,cuandola chusma, llegando en tropel al corredor de la casilla, lanzó a empellones aljovenunitariohaciaelcentrodelasala.—Atitetocalaresbalosa–gritóuno.—Encomiendatualmaaldiablo.—Estáfuriosocomotoromontaraz.—Yaleamansaráelpalo.—Esprecisosobarlo.—Porahoravergaytijera.—Sino,lavela.—Mejorserálamazorca.—Silencioysentarse–exclamóelJuezdejándosecaersobresusillón.Todos

obedecieron, mientras el joven, de pie, encarando al Juez, exclamó con vozpreñadadeindignación:—Infamessayones,¿quéintentanhacerdemí?—¡Calma!–dijosonriendoelJuez–;nohayqueencolerizarse.Yaloverás.Eljoven,enefecto,estabafueradesídecólera.Todosucuerpoparecíaestar

enconvulsión:supálidoyamoratadorostro,suvoz,sulabiotrémulo,mostrabanelmovimientoconvulsivodesucorazón,laagitacióndesusnervios.Susojosdefuegoparecíansalirsedelaórbita,sunegroylaciocabelloselevantabaerizado.Sucuellodesnudoylapecheradesucamisadejabanentreverellatidoviolentodesusarteriasylarespiraciónanhelantedesuspulmones.—¿Tiemblas?–ledijoelJuez.—Derabia,porquenopuedosofocarteentremisbrazos.—¿Tendríasfuerzayvalorparaeso?—Tengodesobravoluntadycorajeparati,infame.—Averlastijerasdetusarmicaballo;túsenloalafederala.

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Doshombresleasieron,unodelaligaduradelbrazo,otrodelacabeza,yenun minuto cortáronle la patilla que poblaba toda su barba por bajo, con risaestrepitosadesusespectadores.—Aver–dijoelJuez–,unvasodeaguaparaqueserefresque.—Unodehielteharíayobeber,infame.Unnegropetizopúsoselealpuntodelanteconunvasodeaguaen lamano.

Dióle el joven un puntapié en el brazo y el vaso fue a estrellarse en el techo,salpicandoelasombradorostrodelosespectadores.—Ésteesincorregible.—Yalodomaremos.—Silencio–dijoelJuez–,yaestásafeitadoalafederala,sólotefaltaelbigote.

Cuidadoconolvidarlo.Ahoravamosacuentas.—¿Porquénotraesdivisa?—Porquenoquiero.—¿NosabesquelomandaelRestaurador?—Lalibreaesparavosotros,esclavos,noparaloshombreslibres.—Aloslibresseleshacellevaralafuerza.—Sí, la fuerza y la violencia bestial. Esas son vuestras armas, infames. El

lobo, el tigre, la pantera también son fuertes como vosotros. Deberíais andarcomoellos,encuatropatas.—¿Notemesqueeltigretedespedace?—Loprefieroaque,maniatado,mearranquencomoelcuervo,unaaunalas

entrañas.—¿Porquénollevaslutoenelsombreroporlaheroína?—¡Porque lo llevo en el corazón por la Patria, por la Patria que vosotros

habéisasesinado,¡infames!—¿NosabesqueasílodispusoelRestaurador?—Lodispusisteisvosotros,esclavos,paralisonjearelorgullodevuestroseñor

ytributarlevasallajeinfame.—¡Insolente!,tehasembravecidomucho.Teharécortarlalenguasichistas.—Abajoloscalzonesaesementecatocajetillayanalgapeladadenleverga,

bienatadosobrelamesa.Apenas articuló esto el Juez, cuatro sayones salpicados de sangre,

suspendieronaljovenylotendieronlargoalargosobrelamesacomprimiéndoletodossusmiembros.—Primerodegollarmequedesnudarme;infamecanalla.Atáronle un pañuelo por la boca y empezaron a tironear sus vestidos.

Encogíase el joven, pateaba, hacía rechinar los dientes. Tomaban ora susmiembroslaflexibilidaddeljunco,oraladurezadelfierroysuespinadorsalera

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elejedeunmovimientoparecidoaldelaserpiente.Gotasdesudorfluíanporsurostrograndes comoperlas; echaban fuego sus pupilas, suboca espuma, y lasvenasdesucuelloyfrentenegreabanenrelievesobresublancocutiscomosiestuvieranrepletasdesangre.—Átenloprimero–exclamóelJuez.—Estárugiendoderabia–articulóunsayón.En un momento liaron sus piernas en ángulo a los cuatro pies de la mesa

volcandosucuerpobocaabajo.Eraprecisohacerigualoperaciónconlasmanos,paralocualsoltaronlasatadurasquelascomprimíanenlaespalda.Sintiéndolaslibres el joven, por unmovimiento brusco en el cual pareció agotarse toda sufuerza y vitalidad, se incorporó primero sobre sus brazos, después sobre susrodillas y se desplomó al momento murmurando: —Primero degollarme quedesnudarme,infamecanalla.Sus fuerzas se habían agotado; inmediatamente quedó atado en cruz y

empezaron la obra de desnudarlo. Entonces un torrente de sangre brotóborbolloneando de la boca y las narices del joven, y extendiéndose empezó acaerachorrosporentrambosladosdelamesa.Lossayonesquedaroninmóvilesylosespectadoresestupefactos.—Reventóderabiaelsalvajeunitario–dijouno.—Teníaunríodesangreenlasvenas–articulóotro.—Pobre diablo: queríamos únicamente divertirnos con él y tomó la cosa

demasiadoaloserio–exclamóelJuezfrunciendoelceñodetigre.–Esprecisodarparte,desátenloyvamos.Verificaronlaorden;echaronllavealapuertayenunmomentoseescurrióla

chusmaenposdelcaballodelJuezcabizbajoytaciturno.Losfederaleshabíandadofinaunadesusinnumerablesproezas.Enaquel tiempo loscarnicerosdegolladoresdelmataderoeran losapóstoles

quepropagabanavergaypuñallafederaciónrosina,ynoesdifícilimaginarsequé federación saldría de sus cabezas y cuchillas. Llamaban ellos salvajeunitario,conformealajergainventadaporelRestaurador,patróndelacofradía,atodoelquenoeradegollador,carnicero,nisalvaje,ni ladrón;a todohombredecenteydecorazónbienpuesto,atodopatriotailustradoamigodelaslucesydelalibertad;yporelsucesoanteriorpuedeversealasclarasqueelfocodelafederaciónestabaenelmatadero.

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NOTACRÍTICAA«ELMATADERO»

ELARTISTACONTRIBUYEalestudiodelasociedadcuandoestampaenellienzounaescenacaracterística,quetransportándonosallugaryalaépocaenquepasó,noshacecreerqueasistimosaellayquevivimosconlavidadesusactores.Estaclasedepáginassonescasas,ylaspocasqueexistenseconservancomojoyas,nosóloparasuestudiodelartesinotambiéndelascostumbrescuyoverdaderoconocimientoeselalmadelahistoria.Nosotros, a medida que crecemos en edad como pueblo y adelantamos en

culturacomosociedad,nosinteresamosconmayoranheloenconocerlopasadoydeseamoshallartestimoniosaesterespectoqueguíennuestrojuicio.Peroestedeseo no es fácil de satisfacer, tanto en la época antigua como en la reciente,porquenohabiendotenidoarteniliteraturanacional,handesaparecidolostipossociales tan fugazmente comohuye el tiempo, sinquemanosdeobservadoresloshayanfijadoniconlaescrituraniconlosmediosqueproporcionanlasbellasartes.LaricaimaginacióndeWalterScotthabríasidoimpotenteparainteresarasuscontemporáneosconescenasdelapintorescaedadmedia,siescritasenlascrónicas,sipintadasenlosmuseos,sitalladasenpiedra,nohubierahalladolascostumbres anglosajonas que proporcionan asuntos,movimiento y color a suscélebres novelas. Así como es imposible la restauración de un monumentoderruido cuando sólo se conoce el lugar donde existía, es igualmente obrasuperior a la inteligencia humana comprender los tiempos sin examinar susvestigios.Demaneraque,cuandoconrelaciónaunaépocacualquieradenuestravidatengamoslafortunadeencontraruntestigo,quevioosintióporsímismo,debemos apresurarnos a consignar el precioso testimonio que nos suministraparailustrarconéllaspáginashastaahorapálidasdenuestrahistoria.Estaspáginasnofueronescritasparadarsealaprensatalcualsalierondela

plumaquelastrazó,comolopruebanlaprecipitaciónyeldesnudorealismoconqueestánredactadas.Fuerontrazadascontalprisaquedebieronexigirlealautormás tiempo que el que emplea un taquígrafo para estampar la palabra queescucha:nospareceverleenunasituaciónsemejantealadelpintorqueabresuálbum para consignar en él con rasgos rápidos y generales las escenas que le

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presentaunacallepública,paracomponermástardeuncuadrodecostumbresenelreposodeltaller.Esos croquis, bosquejos, o comoquiera llamárseles, tienengranpreciopara

los conocedores en las artes, por cuanto son como improvisacionesextemporáneasquepermitentraslucirsinengañolamanera,elgenio,yhastaelalmadequienlosprodujo.Porimperfectosqueseanloslineamientosconqueserevelan de estemodo una personalidad o un ingenio, los estima enmucho elamigo de la originalidad y les prefiere a todo otro antecedente para fundar sujuiciosobrelascualidadesdelartista.Aparte,puesdelvalorhistóricoquetieneel presente trabajo, como lo notaremos más adelante, la circunstancia queacabamos de recomendar le da, en nuestro concepto, un mérito especial, encuantonosproporcionaunaoportunidadnuevaparacomprendermejoralautordeLacautivaydelÁngelcaído,yparasorprenderleenlossecretosdecomponero de «artizar», como él diría. Los iniciados en este secreto del poeta, que élmismo no hubiera acertado a comunicar si lo hubiera intentado de propósito,saben que sus obras son el resultado de serias reflexiones, de ensayoscomenzados y abandonados, de experimentaciones sobre la sociedad, sobre elindividuo, de exámenes prolijos de su propia conciencia, de indagacionespacientes acerca de los hechos que él mismo no había presenciado. Cuandorebosabasupaletadecoloresapropiadosasuideayéstaselepresentabaclarayluminosaensumente,entoncesseentregabaalalaborconelardimientodeuninspiradoyencortoespaciodetiempoarrojabadesíalgunosdeesosfragmentosque son partes aisladas de la vasta idea que había concebido su genio. Comoamigosdelilustrepoetaydirectoresdelaedicióndesusobrascompletas,hemostenidoocasióndeexaminarlospapelesyborradoresquedejóengrancantidadyensumodesorden,ypodemosjustificarloquedecíamosunmomentoantescondocumentosfehacientes.El tipodedonJuanfuevariasvecesmodeladoporsuautor bajo diversos nombres, y la disposición definitiva del poema en dondehacepapelprincipalestepersonaje,es resultadodemuchosensayosypruebasque arrojaba al fondo de su cartera cuando no respondían al relieve y a laperfecciónqueaspirabadarasuobra.Hemos encontrado una interesante serie de estudios en forma de

correspondencia epistolar, sobre la naturaleza del terreno, el paisaje y loshabitantesdenuestrasllanuras,quevemosutilizadosmástardeenelpoemadeLa cautiva, en el cual si el lector se siente impresionado por la solemnemelancolía del conjunto, es a causa de la exquisita exactitud con que fueronobservadoslospormenoresquesirvendefondoalosdesventuradospersonajesdeaqueldramadeldesierto.

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ParafinesquepuedencomprenderleyendoelpoemaAvellaneda,dagarreotipósuautorelcuadroqueexponemoshoyalpúblico.Lacasualidadyladesgraciapusieron ante los ojos de Echeverría aquel lugar sui generis de nuestrossuburbiosdondesematabanlasresesparaelconsumodelmercado,yamaneradel anatómico que domina su sensibilidad delante del cadáver, se detuvo acontemplar las escenas que allí se representaban, teniendo el coraje deconsignarlas por escrito para ofrecerlas alguna vez, con toda su fealdad, anteaquellos que están llamados a influir en la mejora de las costumbres.Conociendo de cerca los instintos y educación de aquella clase especial dehombres,entrequienesfueabuscareltiranolosinstrumentosdesusistemadegobierno, pudo pintar conmanomaestra los siniestros caracteres que tejen latraiciónenquecaelanoblevíctimadesucitadopoema.Aquellacuadrillafamosaquesellamó«lamazorca»,eshastahoymismoun

curiosoestudio,yaunhayquienpregunta¿quiéneslacompusieron?¿Dedóndesalió armadadel terrory lamuerte?Despuésde la lecturadelpresente escritoquedaránabsueltasestasdudas.ElMataderofueelcampodeensayo,lacunaylaescueladeaquellosgendarmesdecuchilloquesembrabandemiedoydelutotodosloslugareshastadondellegabalainfluenciadelmandatarioirresponsable.Elpoetanoestabaserenocuandorealizabalaobradeescribirestaelocuente

páginadelprocesocontra la tiranía.Si estapáginahubiesecaídoenmanosdeRosas,suautorhabríadesaparecidoinstantáneamente.Elconocíabienelriesgoquecorría;peroeltemblordelamanoqueseadvierteenlaimperfeccióndelaescrituraquecasinoeslegibleenelmanuscritooriginal,pudosermásdeiraquedemiedo.Suindignaciónsemanifiestabajolaformadelaironía.Enunamiradarápidadescubrelasafinidadesquetienenentresítodaslasidolatríasytodoslosfanatismos, y comienza por las escenas a que dan lugar los ritos cuaresmales,para descender por una pendiente natural que los mismos hechos establecen,hasta los asesinatos oficiales que son la consecuencia del fanatismo políticoinoculadoenconcienciassupersticiosas.Loscoloresdeestecuadrosonaltosyrojizos;peronoexageradosporquesólo

ellosremedanconpropiedadlasangre,laluchaconeltorobravío,lapendenciacuerpoacuerpoyelarmablanca,lasjauríasdeperroshambrientos,lasbandadasdeavescarnívoras, losgruposgárrulosdenegrasandrajosas,yel tumultoy lavoceríadeloscarnicerosinsolentes.Eltonosubidodeestecuadronisiquieraseatenúaconlapresenciadeljovenqueapareceenélcomovíctimadesudignidadpersonalydesucultura;porquelejosdeamedrentarseypalidecerdelantedesusverdugos,despliegatodalaenergía, todalaenterezamoral, todoelvalorfísicoqueinspiraenelhombredecorazónelsentimientodelhonorofendido.

Page 32: El matadero...descubre entre sus papeles póstumos, lo hace publicar en la Revista del Río de la Plata y luego en las Obras Completas editadas entre 1870 y 1874 por él mismo[1]

Laescenadel«salvajeunitario»enpoderdel«JuezdelMatadero»ydesussatélitesnoesunainvenciónsinounarealidadquemásdeunavezserepitióenaquellaépocaaciaga:loúnicoqueenestecuadropudierahaberdelainventivadelautor,seríalaapreciaciónmoraldelacircunstancia,ellenguajeylaconductadelavíctima,lacualseproduceyobracomolohabríahechoelnoblepoetaensituaciónanáloga.Este precioso boceto aparecería descolorido si, llevados de un respeto

exagerado por la delicadeza del lector, suprimiéramos frases y palabrasverdaderamente soeces proferidas por los autores en esta tragedia. Estasexpresionesnosondeaquellascuyoejemplopudieratentaralaimitación,porelcontrario, hermanadas por el arte del autor, con el carácter de quienes lasemplean, quedan más que nunca desterradas del comercio culto y honesto yanatemizadasparasiempre.Nosabemosporquéhahabidociertaespeciederepugnanciaaconfirmarde

unamanerapermanenteehistóricalosrasgospopularesdeladictadura.Hemospasado por una verdadera época de terrorismo que infundió admiración yescándalo en América y Europa. Pero si se nos pidieran testimonios yjustificativosescritosparadarautenticidadaloshechosquecaracterizanaquellaépoca, no podríamos presentarlos, ni siquiera narraciones metódicas yanecdóticas, a pesar de oírlas referir diariamente de boca de los testigospresenciales.Cuandoestosdejendeexistirestamosexpuestosaquesecreaqueno hemos sido víctimas de un bárbaro exquisitamente cruel, sino de unapesadilladuranteelsopordeunasiestadeverano.Lospueblosqueporcualquierconsideraciónsemanifiestan indiferentespor

suhistoriaydejanpasarloselementosdequeellasecomponecomopasanlashojasdeotoño,sinquemanoalguna las recoja,estáncondenadosacarecerdefisonomíapropiayapresentarseanteelmundoinsulsosydescoloridos.Ysiesteolvidodelcumplimientodeunaobligaciónesresultadointencionaldeunfalsoamor patrio que silencia los errores y los crímenes, entonces es más dedeplorarse,porquesemejantemaneradeserviralahonradelpaís,másqueunavirtudesundelitoquesepagacaro,porqueinhabilitaparaelejemployparalacorrección.Echeverría no pensaba así, y creía que si lamano de un hombre no puede

eclipsaral sol sinoparasímismo,el silenciode loscontemporáneosnopuedehacerqueenmudezcalahistoria,yyaqueforzosamentehadehablar,quedigalaverdad. Su escrito, como va a verse, es una página histórica, un cuadro decostumbresyunaprotestaquenoshonra.

JUAN MARÍA GUTIÉRREZ