el desafío del pt retomar la iniciativa

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El desafío del PT: retomar la iniciativa Juan Manuel Karg Rebelión La derecha brasileña mostró firmeza en las calles en su reclamo contra Dilma Rousseuff, el pasado domingo. Ese es un dato indudable, y negarlo mostraría necedad o desinformación: la movilización fue grande, especialmente en San Pablo. Ahora bien, tomando en cuenta esto, también hay que mencionar el virulento mensaje de una parte de aquella concurrencia, que se repetía en pancartas y banderas que exigían la intervención de las Fuerzas Armadas para destituir a la presidenta, bajo la consigna “Intervención militar ya! Fuera Dilma, Fuera PT” ; e incluso banderas que, en inglés, contenían frases como“Armada, Fuerza Naval y Fuerza Aérea. Por favor, salvennos otra vez del comunismo”. Estos elementos nos pueden ayudar a comprender las diferencias de estas nuevas movilizaciones con respecto a las que se generaron en 2013, cuyo enfoque estaba puesto en ejes como el transporte y la salud y educación pública. El domingo no hubo esas demandas, ni mucho menos: apareció nitidamente el pedido de destitución presidencial vía parlamentaria - conocido como “impeachment”- y un cuestionamiento a la política exterior de Brasil durante los gobiernos del PT, en cuanto a su orientación ´latinoamericanista´ -con críticas explícitas a Cuba y Venezuela-. Se trató de una movilización protagonizada principalmente por clases medias- altas y altas, muy diferente al componente social de 2013, donde buena parte de la ´nueva clase media´ forjada durante los dos gobiernos consecutivos de Lula salió a las calles. En un reciente artículo de opinión, el teólogo Leonardo Boff hablaba de un “aumento del odio de la rabia contra el PT” , inducido por algunos medios de comunicación conservadores, que no sopesaba un hecho fáctico concreto: el nuevo gobierno de Dilma Rousseuff tiene menos de 100 días en funciones, y fue electo por nada menos que 54 millones de electores. Para Boff, el objetivo es claro, ya que estos sectores elitistas “procuran por todos los modos deslegitimar la victoria y garantizar un cambio de política que atienda su proyecto” . Este aumento de virulencia también fue verificado con la reciente amenaza de muerte que sufrió el máximo dirigente del Movimiento Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro Stedile, mediante un aviso en el que se lo pedía “vivo o muerto” por “enemigo de la patria”. En un comunicado sobre la situación, el MST afirmó que “la amenaza es sólo un reflejo de sectores de la elite brasileña que están dispuestos a promover una ola de violencia y odio, con el fin de desestabilizar al gobierno y retomar el poder, del que fueron apartados con la victoria del PT en las urnas en 2002” .

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Estos elementos nos pueden ayudar a comprender las diferencias de estas nuevas movilizaciones con respecto a las que se generaron en 2013, cuyo enfoque estaba puesto en ejes como el transporte y la salud y educación pública. El domingo no hubo esas demandas, ni mucho menos: apareció nitidamente el pedido de destitución presidencial vía parlamentaria -conocido como “impeachment”- y un cuestionamiento a la política exterior de Brasil durante los gobiernos del PT, en cuanto a su orientación ´latinoamericanista´ -con críticas explícitas a Cuba y Venezuela-. Se trató de una movilización protagonizada principalmente por clases medias-altas y altas, muy diferente al componente social de 2013, donde buena parte de la ´nueva clase media´ forjada durante los dos gobiernos consecutivos de Lula salió a las calles.

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El desafo del PT: retomar la iniciativa

Juan Manuel KargRebelin

La derecha brasilea mostr firmeza en las calles en su reclamo contra Dilma Rousseuff, el pasado domingo. Ese es un dato indudable, y negarlo mostrara necedad o desinformacin: la movilizacin fue grande, especialmente en San Pablo. Ahora bien, tomando en cuenta esto, tambin hay que mencionar el virulento mensaje de una parte de aquella concurrencia, que se repeta en pancartas y banderas que exigan la intervencin de las Fuerzas Armadas para destituir a la presidenta, bajo la consignaIntervencin militar ya! Fuera Dilma, Fuera PT; e incluso banderas que, en ingls, contenan frases comoArmada, Fuerza Naval y Fuerza Area. Por favor, salvennos otra vez del comunismo.Estos elementos nos pueden ayudar a comprender las diferencias de estas nuevas movilizaciones con respecto a las que se generaron en 2013, cuyo enfoque estaba puesto en ejes como el transporte y la salud y educacin pblica. El domingo no hubo esas demandas, ni mucho menos: apareci nitidamente el pedido de destitucin presidencial va parlamentaria -conocido como impeachment- y un cuestionamiento a la poltica exterior de Brasil durante los gobiernos del PT, en cuanto a su orientacin latinoamericanista -con crticas explcitas a Cuba y Venezuela-. Se trat de una movilizacin protagonizada principalmente por clases medias-altas y altas, muy diferente al componente social de 2013, donde buena parte de la nueva clase media forjada durante los dos gobiernos consecutivos de Lula sali a las calles.En un reciente artculo de opinin, el telogo Leonardo Boff hablaba de unaumento del odio de la rabia contra el PT, inducido por algunos medios de comunicacin conservadores, que no sopesaba un hecho fctico concreto: el nuevo gobierno de Dilma Rousseuff tiene menos de 100 das en funciones, y fue electo por nada menos que 54 millones de electores. Para Boff, el objetivo es claro, ya que estos sectores elitistasprocuran por todos los modos deslegitimar la victoria y garantizar un cambio de poltica que atienda su proyecto.Este aumento de virulencia tambin fue verificado con la reciente amenaza de muerte que sufri el mximo dirigente del Movimiento Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro Stedile, mediante un aviso en el que se lo pedavivo o muertoporenemigo de la patria. En un comunicado sobre la situacin, el MST afirm quela amenaza es slo un reflejo de sectores de la elite brasilea que estn dispuestos a promover una ola de violencia y odio, con el fin de desestabilizar al gobierno y retomar el poder, del que fueron apartados con la victoria del PT en las urnas en 2002.Cmo transitar, entonces, un camino que pueda posicionar mejor al gobierno frente a estas voces? Con dinmica, iniciativa, con hechos que puedan cambiar la agenda nacional. En primer lugar, como se ha hecho hasta el momento, continuar con la poltica de que se investigue responsabilidades concretas en torno a Petrobras, y que los culpables de actos de corrupcin sean separados de cargos, tanto en el Ejecutivo como en el propio PT, en caso de comprobarse las imputaciones. Como segundo punto, la necesidad de avanzar en demandas concretas que apunten a una democratizacin mayor de la vida poltica de Brasil: hablamos principalmente de la reforma poltica y la ley de medios, pendientes de su tratamiento e implementacin, y ejes de la ltima campaa de Rousseuff. Y en tercer punto, implementar un impuesto a las grandes fortunas, tal como marc Emir Sader das atrs. Ese hecho podra constituir un importante paso en un momento donde el gobierno, guado por el equipo econmico de Levy, intenta llevar adelante un ajuste fiscal que, en palabras de Rousseuff, no comprometer las conquistas sociales logradas en los gobiernos del PT.Por otra parte, avanzar el pedido de impeachment contra Dilma? Este elemento parece el ms dificil para la oposicin, que igualmente buscar seguir erosionando la figura presidencial y al propio Partido de los Trabajadores. Por qu? Hay un temor futuro en buena parte de los sectores que movilizaron el domingo: un hipottico retorno de Lula a la presidencia en 2018 -si la edad y la salud se lo permiten-, que significara un nuevo espaldarazo al proyecto poltico instaurado desde 2002. El objetivo, entonces, parece ser intentar desgastar al mximo posible a la actual administracin para que el ex metalrgico llegue lo ms condicionado posible a la prxima cita presidencial. No es para menos: se trata del personaje mejor valorado de la poltica de Brasil, el mismo que dej la presidencia en 2010, con un 80% de valoracin a su gestin, de acuerdo a diversas encuestas.Juan Manuel Karg (@jmkarg), politlogo UBA y analista internacional