el currÍculo una apuesta Ético estÉtica en la construcciÓn de sociedades posibles
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EL CURRÍCULO: UNA APUESTA ÉTICO – ESTÉTICA EN LA CONSTRUCCIÓN
DE SOCIEDADES POSIBLES
Política educativa y currículo alternativo
CRISTIAN DARÍO ALZATE OCAMPO
Maestrante
MAESTRIA EN EDUCACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
Manizales, Febrero 22 de 2014
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EL CURRÍCULO: UNA APUESTA ÉTICO – ESTÉTICA EN LA
CONSTRUCCIÓN DE SOCIEDADES POSIBLES
El currículo “es lugar,
espacio, territorio. El
currículo es relación de
poder. El currículo es
trayectoria, viajes,
devenir. El currículo es
autobiografía, es nuestra
vida, currículum vitae: en
el currículo se forja
nuestra identidad. El
currículo es texto,
discurso, documento. El
currículo es documento de identidad”. (Silva citado por Gadotti. 2002: 46)
La modernidad ha marcado caminos en el mundo de la vida que se han
acentuado con el transitar reiterado por las certidumbres enmarcadas por las
ciencias, que procuraron mostrar el mundo como un escenario terminado. La
escuela ha estado arraigada también en estas posturas acomodadas de la
modernidad, asumiendo como propio un mundo fragmentado, atestado de
hendiduras que, tal vez de manera naturalizada, continúan posicionando las
ciencias duras de la modernidad sobre las ciencias humanas. Dichas posturas
positivistas con las cuales ha sido mirada la escuela han dejado ver un sujeto
inerte, lineal, dogmático; sujeto que a la vez se ha constituido en ideal de
formación humana y como constructo de la bitácora de la escuela, un currículo
que privilegia aún la razón como legado cartesiano de la humanidad.
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El mundo tal como ha sido mirado por la escuela ya no existe; el tránsito
vertiginoso de las transformaciones se ha manifestado no solo en los campos
económico, tecnológico, científico; sino sobre todo, en el campo de lo humano.
Las humanidades, las cosmogonías y las formas de percibir el mundo son cada
vez más amplias y diversas, y es por ello que la escuela como escenario que
devela lo eminentemente humano ha sido llamada a asumir una nueva visión
de las realidades sociales y humanas para la construcción de nuevas
sociedades a partir de las nuevas relaciones con el otro, con el conocimiento,
con la naturaleza viva.
En tiempos presentes, esta emergencia de nuevas necesidades y de
nuevas reflexiones en humanidad exige planteamientos epistemológicos que
recojan miradas distintas sobre la naturaleza, la cultura, la vida, el planeta; en
tanto posibilidad del vivir – con y construir – con el otro como par, como
diverso, en su condición de humanidad. Y es en esta posibilidad en la cual la
escuela ha de repensarse en torno a un currículo que haga visible esa mirada
de lo humano y para lo humano. Según Gadotti (2002) […] “el hombre no vive
auténticamente mientras no se halle integrado con su realidad. Críticamente
integrado con ella” (p.69) y es esta la oportunidad entonces para percibir la
realidad como deviene: contradictoria y en evolución, como una totalidad que
no totaliza y una unidad que no es única y que al reconocer posibilita una
nueva escuela que permita entender la problemática humana como posibilidad
para la transformación desde el interior.
La escuela bajo la perspectiva de la aldea planetaria llama a nuevas
construcciones que se tejen como entramados en tanto relaciones que se
fundan entre el saber, las condiciones humanas, las realidades vitales,
sociales, culturales, económicas, políticas. Construcciones que posibilitan
nuevas formas de transitar la escuela, currículo que, constituye un topos de
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poblamientos transitorios en el cual cobra vital importancia el contexto de lo
humano, del planeta, del cosmos como constructo colectivo que recoge el
sentir humano y que utiliza el saber como pretexto para la comprensión de las
realidades humanas.
Estos tejidos disciplinares en tanto pretextos para la comprensión de las
realidades, desdibujan las fronteras de los campos del saber y se hacen
evidentes como entramados en currículo, el cual convoca a la sospecha, a la
incertidumbre frente a las relaciones mismas, según Kemmis (1993) “...El
problema central de la teoría del curriculum debe ser entendido como el doble
problema de las relaciones entre la teoría y la práctica, por un lado, y por el de
las relaciones entre educación y sociedad, por otro” (p. 30). Este currículo
“Proyecto de vida”, pista que da cuenta de las pretensiones de perfectibilidad;
currículo vivo que hospeda su mirada en la condición de humanidad,
esperanza, adveniente, inquieta y en tensión permanente con el conocimiento
y las maneras de ser de lo humano. Un currículum que según Sacristán (1996)
“es contexto de la práctica al tiempo que contextualizado por ella” (p. 16)
Edgar Morín plantea que “la educación del futuro deberá ser una
enseñanza primera y universal centrada en la condición humana” (1999), es
así como el sujeto gana en humanidad a partir de la educación, solo desde la
construcción de currículos pertinentes a la condición, posibilidades,
necesidades, intereses no solo del sujeto sino del grupo humano en el cual
está inmerso; ello representa entonces en la posibilidad para desarrollarse
como sujeto educable, como aprendiente que aflora la capacidad sensible que
lo ayuda a leerse como participe activo de su vida que es aprendizaje, de la
unidad social, de la humanidad, de la aldea planetaria.
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La construcción de nuevos trayectos que guíen la escuela hacia una
nueva perspectiva de formación humana exigen del docente que a la vez es
aprendiente asumir la realidad y la cotidianidad humana como zócalo para
fundamentar el acontecer educativo; a partir del reconocimiento del ser
humano como un sujeto – sujeto, un sujeto educable y un sujeto en contexto; y
que en su condición de “ser” de manera hologramática establece relaciones e
interacciones que rompen la linealidad, el dogma, haciendo evidente el tejido
mandálico del conocimiento – pensamiento – sentimiento – relaciones – cultura
– natura – sociedad; develando en sí un sujeto de conocimiento y formación
que se asume desde lo etho – bio – socio – político.
Es así como el tránsito por la escuela en el trayecto del currículo como
constructo en común – unión, permite asumir la educación es su perspectiva
liberadora del sujeto sensible, que posibilita el sentir de la humanidad, a la vez
que permite reconocerse y reconocer al otro, crea la oportunidad para vivir esa
sensibilidad humana, de tal manera que convierte a cada persona, a cada ser
humano, a cada individuo en un ser implicado en la construcción de una
humanidad que teje redes no solo desde el saber o el hacer sino desde el
sentir.
Humanizar es articular lo colectivo y lo particular entre la transformación
de las estructuras y la gestión de las emociones, en torno a esto, el papel
humanizante de la educación ha sido leído desde perspectivas como las
psicoanalíticas, exististencialistas que han buscado integrar las funciones del
sentimiento, la intuición con las del pensamiento y la percepción; de esta
manera, la educación a partir de currículos flexibles basados en las realidades
humanas trasciende el campo del conocimiento y del desarrollo cognitivo del
ser humano hacia la formación en integralidad, en la cual se asume al individuo
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como un ser multidimensional cognitivo, psico-social, ético, político y sobre
todo estético.
La escuela como ese espacio plural, multidiverso que permite el
encuentro humano a partir de la re – significación de la sociedad; constituye el
escenario en donde la educación ha de trabajar en la reestructuración de los
valores éticos y estéticos e incorporarlos al diario vivir generando conciencia
ciudadana, donde las jerarquías son disueltas en las redes que surgen de la
organización social con respeto por la naturaleza viva, por el otro, por lo otro.
En la relación sujeto aprendiente – naturaleza viva, emergen
problemáticas que reclaman la urgencia de cambios a todo nivel; dichos
cambios asumidos en el sistema educativo, proponen un sistema dialógico de
saberes que trasciendan las barreras disciplinares hacia el reconocimiento de
la raza humana como un entramado de caracterizaciones diversas,
interrelacionadas entre sí que promulgan un fin común en el sentido de más
universal del respeto, la comprensión, la igualdad en cuanto a justicia y
equidad, la solidaridad.
El camino construido en humanidad como trayectos de pensamiento con
sentido, en el cual la persona hace cruces, travesías, movilizaciones, como
propuesta de transformación en la que consolida su lugar de habitancia,
posibilita la interpretación de territorios sociales como compromiso en la
emergencia de nuevos principios de conocimiento que devienen como
andadura personal y como construcción de lo social en el aula como urdimbre.
Los tránsitos temporo espaciales que configuran otras realidades en plenitud
satisfacen a la persona que los crea, que los constituye, que los habita, ya que
no representa oposición sino que encarna posibilidad, coloca en incertidumbre,
en constante itinerancia, apuesta por diversas perspectivas y desafía a nuevas
andaduras. Estas andaduras que la escuela está llamada a asumir en la
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construcción permanente del conocimiento que rompe los esquemas de las
certidumbres y dejan conjugan el saber con el ser y sobre todo con el sentir en
la construcción del sentido; como propone Gadotti (2002) “enseñar no es
transferir conocimiento, sino crear posibilidades de su producción o de su
construcción” (p.43).
Lo anterior representa entonces un reto para el devenir magister que
pretende generar una nueva dinámica a la escuela en apertura a ese currículo
flexible que entreteje el saber, el hacer y el sentir; un reto en tanto como parte del
sistema complejo que representa la escuela para trascender la utopía hay que
actuar como sujeto implicado en ruptura del paradigma y apertura a paradigmas
emergentes que permitan educar la mirada hacia la escuela como constructo
humano que responde a lo humano y se teje como entramado de relaciones
humanas.
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BIBLIOGRAFIA
Lecturas requeridas
Gallego. H, Gallego. L. Elucidación de lo Curricular. Revista
latinoamericana de estudios educativos (2009)
http://latinoamericana.ucaldas.edu.co/downloads/Latinoamericana5(2)_2.pdf
Amador. L. Formación en tiempos Presentes hacia Pedagogías
Emergentes. Revista latinoamericana de estudios educativos (2009)
http://latinoamericana.ucaldas.edu.co/downloads/Latinoamericana3-1_4.pdf
Tendencias pedagógicas en la realidad educativa actual. Colectivo de
autores Cepes, universidad de la habana (2000)
http://www.mutuamotera.org/gn/web/documentos/contenidos/libro_de_tendenci
as_docentes.pdf.
Lecturas adicionales
Gadotti, M. Pedagogía de la Tierra. Siglo veintiuno editores. México.
2002.
kemmis, S. El curriculum: Más allá de la teoría de la reproducción.
Morata. Madrid. 1993.
Sacristan, G. El curriculum: Una reflexión sobre la práctica. Morata.
Madrid. 1996.