el cuento del sastrecillo valiente con moraleja

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  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    El cuento del sastrecillo valiente con moraleja (Siete de ungolpe)

    No hace mucho tiempo que exista un humilde sastrecillo que se ganaba la vida trabajando

    con sus hilos y su costura, sentado sobre su mesa, junto a la ventana; risueo y de buen

    humor, se haba puesto a coser a todo trapo. En esto pas par la calle una campesina que

    gritaba

    !"#ica mermeladaaaa$ %arataaaa& "#ica mermeladaaa, barataaa.

    Este pregn son a gloria en sus odos. 'somando el sastrecito su (na cabe)a por la ventana,

    llam

    !"Eh, mi amiga& "*ube, que aqu te aliviaremos de tu mercanca&

    *ubi la campesina los tres tramos de escalera con su pesada cesta a cuestas, y el sastrecito

    le hi)o abrir todos y cada uno de sus pomos. +os inspeccion uno por uno acercndoles la

    nari) y, por (n, dijo

    !Esta mermelada no me parece mala; as que psame cuatro on)as, muchacha, y si te pasas

    del cuarto de libra, no vamos a pelearnos por eso.

    +a mujer, que esperaba una mejor venta, se march malhumorada y re-un-uando

    !"aya& !exclamo el sastrecito, -rotndose las manos!. "/ue 0ios me bendiga esta mermelada

    y me de salud y -uer)a&

    1, sacando el pan del armario, cort una gran rebanada y la unt a su gusto. 23arece que no

    sabr mal,4 se dijo. 23ero antes de probarla, terminar5 esta chaqueta.4

    0ej el pan sobre la mesa y reanud la costura; y tan contento estaba, que las puntadas le

    salan cada ve) mas largas.

    6ientras tanto, el dulce aroma que se desprenda del pan suba hasta donde estaban las

    moscas sentadas en gran n7mero y 5stas, sinti5ndose atradas por el olor, bajaron en

    verdaderas legiones.

    !"Eh, qui5n las invit a ustedes& !dijo el sastrecito, tratando de espantar a tan indeseables

    hu5spedes. 3ero las moscas, que no entendan su idioma, lejos de hacerle caso, volvan a la

    carga en bandadas cada ve) ms numerosas.

    3or (n el sastrecito perdi la paciencia, sac un peda)o de pao del hueco que haba bajo su

    mesa, y exclamando 2"Esperen, que yo mismo voy a servirles&,4 descarg sin misericordia un

    gran golpe sobre ellas, y otro y otro. 'l retirar el pao y contarlas, vio que por lo menos haba

    aniquilado a veinte.

    2"0e lo que soy capa)&,4 se dijo, admirado de su propia audacia. 2+a ciudad entera tendr que

    enterarse de esto4 y, de prisa y corriendo, el sastrecito se cort un cinturn a su medida, lo

    cosi y luego le bord en grandes letras el siguiente letrero *8E9E 0E :N

  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    2"/u5 digo la ciudad&,4 aadi. 2"El mundo entero se enterar de esto&4

    1 de puro contento, el cora)n le temblaba como el rabo al corderito.

    +uego se ci el cinturn y se dispuso a salir por el mundo, convencido de que su taller era

    demasiado pequeo para su valenta. 'ntes de marcharse, estuvo rebuscando por toda la

    casa a ver si encontraba algo que le sirviera para el viaje; pero slo encontr un queso viejo

    que se guard en el bolsillo. =rente a la puerta vio un pjaro que se haba enredado en un

    matorral, y tambi5n se lo guard en el bolsillo para que acompaara al queso. +uego se puso

    animosamente en camino, y como era gil y ligero de pies, no se cansaba nunca.

    El camino lo llev por una montaa arriba. >uando lleg a lo mas alto, se encontr con un

    gigante que estaba all sentado, mirando pac(camente el paisaje. El sastrecito se le acerc

    animoso y le dijo

    !"%uenos das, camarada& ?/u5, contemplando el ancho mundo@ 3or 5l me voy yo,

    precisamente, a correr -ortuna. ?9e decides a venir conmigo@

    El gigante lo mir con desprecio y dijo

    !"/utate de mi vista, monigote, miserable criatura&

    !?'h, s@ !contest el sastrecito, y, desabrochndose la chaqueta, le ense el cinturnA"'qu

    puedes leer qu5 clase de hombre soy&

    El gigante ley *8E9E 0E :N

  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    !>on gusto !respondi el sastrecito!. 97 crgate el tronco al hombro y yo me encargar5 del

    ramaje, que es lo ms pesado .

    En cuanto estuvo el tronco en su puesto, el sastrecito se acomod sobre una rama, de modo

    que el gigante, que no poda volverse, tuvo de cargar tambi5n con 5l, adems de todo el peso

    del rbol. El sastrecito iba de lo ms contento all detrs, silbando aquella tonadilla que dice

    2' caballo salieron los tres sastres,4 como si la tarea de cargar rboles -uese un juego de

    nios.

    El gigante, despu5s de arrastrar un buen trecho la pesada carga, no pudo ms y grit

    !"Eh, t7& ">uidado, que tengo que soltar el rbol&

    El sastre salt gilmente al suelo, sujet el roble con los dos bra)os, como si lo hubiese

    sostenido as todo el tiempo, y dijo

    !":n grandulln como t7 y ni siquiera eres capa) de cargar un rbol&

    *iguieron andando y, al pasar junto a un cere)o, el gigante, echando mano a la copa, dondecolgaban las -rutas maduras, inclin el rbol hacia abajo y lo puso en manos del sastre,

    invitndolo a comer las cere)as. 3ero el hombrecito era demasiado d5bil para sujetar el rbol,

    y en cuanto lo solt el gigante, volvi la copa a su primera posicin, arrastrando consigo al

    sastrecito por los aires. >ay al suelo sin hacerse dao, y el gigante le dijo

    !?/u5 es eso@ ?No tienes -uer)a para sujetar este tallito enclenque@

    !No es que me -alte -uer)a !respondi el sastrecito!. ?>rees que semejante minucia es para un

    hombre que mat a siete de un golpe@ Es que salt5 por encima del rbol, porque hay unos

    ca)adores all abajo disparando contra los matorrales. "Ba) t7 lo mismo, si puedes&

    El gigante lo intent, pero se qued colgando entre las ramas; de modo que tambi5n esta ve)

    el sastrecito se llev la victoria. 0ijo entonces el gigante

    !1a que eres tan valiente, ven conmigo a nuestra casa y pasa la noche con nosotros.

    El sastrecito acept la invitacin y lo sigui. >uando llegaron a la caverna, encontraron a

    varios gigantes sentados junto al -uego cada uno tena en la mano un cordero asado y se lo

    estaba comiendo. El sastrecito mir a su alrededor y pens 2Esto es mucho ms espacioso

    que mi taller.4

    El gigante le ense una cama y lo invit a acostarse y dormir. +a cama, sin embargo, erademasiado grande para el hombrecito; as que, en ve) de acomodarse en ella, se acurruc en

    un rincn. ' medianoche, creyendo el gigante que su invitado estara pro-undamente

    dormido, se levant y, empuando una enorme barra de hierro, descarg un -ormidable golpe

    sobre la cama. +uego volvi a acostarse, en la certe)a de que haba despachado para siempre

    a tan impertinente grillo. ' la madrugada, los gigantes, sin acordarse ya del sastrecito, se

    disponan a marcharse al bosque cuando, de pronto, lo vieron tan alegre y tranquilo como de

    costumbre. 'quello -ue ms de lo que podan soportar, y pensando que iba a matarlos a

    todos, salieron corriendo, cada uno por su lado.

  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    El sastrecito prosigui su camino, siempre con su puntiaguda nari) por delante. 9ras mucho

    caminar, lleg al jardn de un palacio real, y como se senta muy cansado, se ech a dormir

    sobre la hierba. 6ientras estaba as durmiendo, se le acercaron varios cortesanos, lo

    examinaron par todas partes y leyeron la inscripcin *8E9E 0E :N

  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    's, pues, el sastrecito se puso en camino, seguido por cien jinetes. >uando lleg a las

    a-ueras del bosque, dijo a sus seguidores

    !Esperen aqu. 1o solo acabar5 con los gigantes.

    1 de un salto se intern en el bosque, donde empe) a buscar a diestro y siniestro. 'l cabo de

    un rato descubri a los dos gigantes. Estaban durmiendo al pie de un rbol y roncaban tan

    -uerte, que las ramas se balanceaban arriba y abajo. El sastrecito, ni corto ni pere)oso, eligi

    especialmente dos grandes piedras que guard en los bolsillos y trep al rbol. ' medio

    camino se desli) por una rama hasta situarse justo encima de los durmientes, y, acto

    seguido, hi)o muy buena puntera Dpues no poda -allar pues de lo contrario estara perdido.

    +os gigantes, al recibir cada uno un -uerte golpe con la piedra, despertaron echndose entre

    ellos las culpas de los golpes. :no dio un empujn a su compaero y le dijo

    !?3or qu5 me pegas@

    !Ests soando !respondi el otro!. 1o no te he pegado.

    *e volvieron a dormir, y entonces el sastrecito le tir una piedra al segundo.

    !?/u5 signi(ca esto@ !gru el gigante!. ?3or qu5 me tiras piedras@

    !1o no te he tirado nada !gru el primero.

    0iscutieron todava un rato; pero como los dos estaban cansados, dejaron las cosas como

    estaban y cerraron otra ve) los ojos. El sastrecito volvi a las andadas. Escogiendo la ms

    grande de sus piedras, la tir con toda su -uer)a al pecho del primer gigante.

    !"Esto ya es demasiado& !voci-er -urioso. 1 saltando como un loco, arremeti contra su

    compaero y lo empuj con tal -uer)a contra el rbol, que lo hi)o estremecerse hasta la copa.

    El segundo gigante le pag con la misma moneda, y los dos se en-urecieron tanto que

    arrancaron de cuajo dos rboles enteros y estuvieron aporrendose el uno al otro hasta que

    los dos cayeron muertos. Entonces baj del rbol el sastrecito.

    2*uerte que no arrancaron el rbol en que yo estaba,4 se dijo, 2pues habra tenido que saltar

    a otro como una ardilla. 6enos mal que nosotros los sastres somos livianos.4

    1 desenvainando la espada, dio un par de tajos a cada uno en el pecho. Enseguida se

    present donde estaban los caballeros y les dijo

    !*e acabaron los gigantes, aunque debo con-esar que la -aena -ue dura. *e pusieron a

    arrancar rboles para de-enderse. "enirle con tronquitos a un hombre como yo, que mata a

    siete de un golpe&

    !?1 no ests herido@ !preguntaron los jinetes.

    !No piensen tal cosa !dijo el sastrecito!. Ni siquiera, despeinado.

    +os jinetes no podan creerlo. *e internaron con 5l en el bosque y all encontraron a los dos

    gigantes Fotando en su propia sangre y, a su alrededor, los rboles arrancados de cuajo.

  • 7/25/2019 El Cuento Del Sastrecillo Valiente Con Moraleja

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    El sastrecito se present al rey para pedirle la recompensa o-recida; pero el rey se hi)o el

    remoln y maquin otra manera de deshacerse del h5roe.

    !'ntes de que recibas la mano de mi hija y la mitad de mi reino !le dijo!, tendrs que llevar a

    cabo una nueva ha)aa. 3or el bosque corre un unicornio que hace grandes destro)os, y

    debes capturarlo primero.

    !6enos temo yo a un unicornio que a dos gigantes !respondi el sastrecitoA*iete de un golpe

    5sa es mi especialidad.

    1 se intern en el bosque con un hacha y una cuerda, despu5s de haber rogado a sus

    seguidores que lo aguardasen a-uera.

    No tuvo que buscar mucho. El unicornio se present de pronto y lo embisti -ero)mente,

    decidido a ensartarlo de una ve) con su 7nico cuerno.

    !3oco a poco; la cosa no es tan -cil como piensas !dijo el sastrecito.

    3lantndose muy quieto delante de un rbol, esper a que el unicornio estuviese cerca y,entonces, salt gilmente detrs del rbol. >omo el unicornio haba embestido con -uer)a, el

    cuerno se clav en el tronco tan pro-undamente, que por ms que hi)o no pudo sacarlo, y

    qued prisionero.

    2"1a cay el pajarito&,4 dijo el sastre, saliendo de detrs del rbol. 't la cuerda al cuello de la

    bestia, cort el cuerno de un hacha)o y llev su presa al rey.

    3ero 5ste a7n no quiso entregarle el premio o-recido y le exigi un tercer trabajo. 'ntes de

    que la boda se celebrase, el sastrecito tendra que ca)ar un -ero) jabal que rondaba por el

    bosque causando enormes daos. 3ara ello contara con la ayuda de los ca)adores.

    !"No -altaba ms& !dijo el sastrecito!. "*i es un juego de nios&

    0ej a los ca)adores a la entrada del bosque, con gran alegra de ellos, pues de tal modo los

    haba recibido el -ero) jabal en otras ocasiones, que no les quedaban ganas de en-rentarse

    con 5l de nuevo.

    9an pronto vio al sastrecito, el jabal lo acometi con los agudos colmillos de su boca

    espumeante, y ya estaba a punto de derribarlo, cuando el h5roe huy a todo correr, se

    precipit dentro de una capilla que se levantaba por aquellas cercanas. subi de un salto a la

    ventana del -ondo y, de otro salto, estuvo enseguida a-uera. El jabal se abalan) tras 5l en la

    capilla; pero ya el sastrecito haba dado la vuelta y le cerraba la puerta de un golpe, con lo

    que la en-urecida bestia qued prisionera, pues era demasiado torpe y pesada para saltar a

    su ve) por la ventana. El sastrecito se apresur a llamar a los ca)adores, para que la

    contemplasen con su propios ojos.

    El rey tuvo ahora que cumplir su promesa y le dio la mano de su hija y la mitad del reino,

    agregndole 21a eres mi heredero al trono.4