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LA MANIFESTACIN

TRIPLE DE LA DIVINIDAD

Cuando nos aprestamos a

conmemorar la Semana

Mayor de la Cristiandad,

luego que ha sido ungido

un nuevo Papa,

Francisco, el primero de

origen latinoamericano, al

cabo de la inusitada

renuncia de Benedicto

XVI, la verdadera

naturaleza de Jess,

Cristo y Jesucristo plantea

el reto de una muy

fundada y profunda

reflexin.

Desde la visin de la doctrina de las filiaciones divinas, se ha

establecido como el nico bien amado Hijo de Dios, el Unignito, a

cierto personaje que hizo su aparicin en Palestina hace ms o

menos 2100 aos, al que se le llam Jess o Jesucristo y se le

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proclam con esos calificativos. Pues esto no es as. Esa sentencia y

en la que se encuentra la respuesta a muchas incgnitas que los

estudiosos se plantean, encierra a tres Mirficos y Exaltados Seres,

perfectamente diferenciados, que obedecen a diferentes tipos de

caracterizacin y de muy diverso grado de Gloria.

Jess, el hombre perfecto, pertenece a nuestra jerarqua csmica, la

humanidad y se le puede seguir su desenvolvimiento en la Memoria

de la Naturaleza, vida tras vida, al igual que a otros iluminados como

Zoroastro, Quetzalcatl, Buda, Apolonio, Mahoma, etc. y de cualquier

ser humano, encarnaciones en las que vivi bajo diferentes nombres y

su ltima fue la que nos relatan las Escrituras, la cual culminan con su

misin, como la entidad dual Jesucristo, a los treinta y tres aos,

luego de su ministerio, en el Sacrificio del Glgota en Jerusaln.

El ego que despus se llamara Jess, se fue llenando a lo largo de

sus varias vidas de pureza, amor y sabidura y recorri el camino de

la Santidad a travs de varias iniciaciones y se fue preparando para el

grandioso acontecimiento de constituirse en el receptor del Rayo

Crstico en su seno, un honor que ningn hombre ha tenido ni tendr.

Sus padres, Mara y Jos, fueron seres de la ms enaltecida pureza

humana y haban seguido por igual el sendero inicitico. Ese

inmaculado Espritu que conocemos por el nombre de Jess, nuestro

Hermano Mayor, fue engendrado bajo un acto de concepcin sin

mcula, es decir, desligado del ardor carnal o deseo pasional y ms

bien como un sacramento espiritual en el amor. De resultas de ello,

tambin naci en un cuerpo puro y sin pasiones personales. Este

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cuerpo era el mejor que poda haberse producido en la Tierra. Esa es,

en grandes rasgos, la dilucidacin del misterio de la concepcin

virginal de Mara, que engendr, en efecto, desde este punto de vista,

por obra y gracia del Espritu Santo o Jehov, dador de los nios,

regente de los ngeles y otras huestes celestiales, a Jess, en esta

unin sin pasin inmaculada y con el concurso de los dos padres del

Nazareno. La inmaculada concepcin ha tenido lugar muchas veces

en el mundo y ser de carcter universal en un futuro algo lejano,

cuando el acto creador se desprenda de las pasiones lujuriosas y otros

lastres y por fin nos hagamos cargo completamente de nuestra propia

evolucin.

Por otro lado, es una ley csmica que ningn ser, por elevado que

sea, puede funcionar en cualquier mundo sin tener un vehculo

construido con el material de ese mundo. Por lo tanto, el cuerpo astral

o de deseos era el vehculo inferior del grupo de espritus que haban

alcanzado el estado humano en el denominado Perodo Solar. Cristo

era uno de esos espritus y, por consiguiente, no le era dable construir

para S Mismo un cuerpo vital y un cuerpo denso. Poda haber

trabajado sobre la humanidad con un cuerpo de deseos como lo

hicieron sus hermanos ms jvenes, los Arcngeles, que eran los

Espritus de Raza o Espritus Gentilicios y Protectores de las naciones.

Se nos ensea que ordinariamente Cristo opera en el Mundo del

Espritu de Vida (Bdico) como Su vehculo inferior, funcionando en

aquel mundo tan a gusto como nosotros en el Mundo Denso. El

Mundo del Espritu de Vida es el primer Mundo Unificante universal,

donde cesa la diferenciacin y se gesta la manifestacin de la Unidad.

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Jehov les haba facilitado el camino para que los arcngeles entren

en el cuerpo denso por medio del aire que el hombre inhalaba. Todas

las religiones de las razas (como el Taosmo, Budismo, Hinduismo,

Judasmo, etc.) y sus fundadores, eran hijos de Seth y fueron iniciados

en los misterios Jehovstico y por ende fueron religiones de ley e

hicieron ostensible el pecado por la desobediencia de sus pueblos a

esas leyes. Estaban bajo la direccin de Jehov, el ms alto iniciado

de entre los ngeles, cuyo vehculo inferior es el Espritu Humano o

Mental, que lo correlaciona al Mundo del Pensamiento Abstracto

(Manas, palabra snscrita utilizada en Teosofa para describir este

plano o estado) donde todo es separatista y, por lo tanto, encaminado

al beneficio propio.

Esta fue, ciertamente, la razn que hizo necesaria la intervencin de

Cristo, quien vino a abrogar la antigua dispensacin y a diseminar el

evangelio del Amor. Ya vimos que bajo el rgimen de Jehov la unidad

era un imposible pues su fundamental misin era la separatista,

necesaria en cierta poca de desarrollo de la humanidad y para los

pueblos en una determinada poca y la religin juda y su pueblo

fueron un marcado ejemplo. Por lo tanto, Cristo, que posea como

vehculo inferior el unificante Espritu de Vida, deba entrar en un

cuerpo humano denso. Deba aparecer como un hombre entre los

hombres, nacer en el pueblo judo como uno de ellos y entrar en aquel

cuerpo, porque nicamente desde adentro se puede conquistar la

Religin de Raza que influye e interviene en el hombre desde afuera.

Y Jess era el elegido, desde pocas inmemoriales, para ese

propsito.

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El Cristo utiliz todos sus vehculos propios, pues l tiene la potestad

de construir y actuar en un vehculo tan inferior como el cuerpo de

deseos, en el que actan los arcngeles, pero no poda descender

ms, por evolucin y para manifestarse en la humanidad deba utilizar

los cuerpos vital (prnicos) y denso de Jess, los que ste le confiri

amorosamente y con suprema alegra cuando tena treinta aos,

emplendolos entonces durante los tres aos de Su ministerio. Cristo

no poda haber nacido en un cuerpo denso, pues no haba

experimentado semejante evolucin en el denominado Periodo

Terrestre. Jess se haba preparado con los esenios conscientemente

para este acontecimiento sin par. Sus cuerpos estaban muy bien

organizados y su Espritu de Vida era el ms perfecto posible para

poder soportar las poderossimas vibraciones del ingreso de aquel

Inmenso Espritu, el Cristo Solar, como consecuencia de sus prcticas

e iniciaciones que le otorgaron el desarrollo y pulimento en sus dos

dcadas de intensos ejercicios esotricos durante los llamados aos

perdidos de Jess por ciertos investigadores y que tanta tinta han

hecho rodar. Por lo que el cuerpo inferior del Cristo y el mejor

organizado superior de Jess eran iguales en sus estructuras y

vibraban al unsono cuando se produjo la simbiosis mstica. De tal

suerte que cuando ello ocurri en el bautismo, la dualidad

JESUCRISTO tena los doce vehculos concatenados desde el Mundo

de Dios hasta el Mundo Denso o Fsico, hecho singular y nico en el

Universo que le hacen incomparable en los siete mundos de esta

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Manifestacin. El diagrama 14 que se adjunta enriquece esta

brevsima explicacin.

Por tanto, Jesucristo es al momento el nico Ser en todo el Universo

que tiene la potestad de conectarse al mismo tiempo con Dios y con el

hombre y erigirse en el mediador entre ellos. De all la sentencia de

que nadie viene al Padre si no por m tiene plena validez, pues l

conoce de primera mano las limitaciones y tristezas de la vida

humana, al igual que sus alegras y puede sentir la compasin que nos

lleva hacia la redencin por medio de Su doctrina, la del Amor.

Por tanto nuestro Dios es Triuno en Su manifestacin y El Padre, que

es el ms Alto Iniciado del Periodo de Saturno, cuya humanidad

ordinaria son los Seores de la Mente, Archai o Asuras, Principatus o

Principados, es el Primer Aspecto de la Trinidad y se caracteriza por

los Aspectos de Voluntad (El Padre); luego el segundo Aspecto, la

Sabidura (El Hijo) y finalmente la Actividad (El Espritu Santo), aquel

Jehov doble en Su intervencin, pues impuso en su momento Sus

mandamientos desde afuera, obligando a su acatamiento

inflexiblemente y mediante prohibiciones de toda naturaleza, segn la

ley del Talin, del castigo y la recompensa, para convertirse despus

en el Consolador, para aquel que haya incorporado esas leyes en s

mismo, se haya cristificado, deje de ser constreido por dichas leyes y

por lo tanto esos preceptos dejen entonces de ser necesarios para l,

como queda expuesto. ste es nuestro Dios, el Arquitecto de nuestro

Sistema Solar, la fuente y la meta de nuestra existencia que se

encuentra en la ms elevada divisin del Sptimo Plano Csmico.

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Hay seis Planos superiores a este Sptimo Plano de Manifestacin

Csmica (ver diagrama 6) de organizacin septenaria igualmente. En

el Primero se encuentra el Ser Supremo, Triple en Su Manifestacin

tambin. El nico Hijo o Verbo del que habla San Juan en el Primer

captulo de su Epstola, es el Segundo Aspecto del Ser Supremo o

Arquitecto del Universo, de todo lo que es. ste Hijo es el nico que

fue engendrado por Su Padre, el Primer Aspecto, revelado como

Poder; el Hijo se manifiesta en el Cosmos como el Verbo, la Palabra o

Fiat Creadora que moldea la Substancia-Raz Csmica primordial. El

tercer Aspecto del Espritu Universal o Ser Supremo se manifiesta

como Movimiento y pone en vibracin aquella Sustancia-Raz que se

encontraba en un estado primario de inercia, por lo que esta actividad

fue previa a la del Verbo. La teora actual de las Supercuerdas nos

hace una evocacin desde los confines de la ciencia fsica

contempornea de estos acontecimientos divinos generadores

(Purushca y Prakriti) que crean la sinfona gloriosa de este Multiverso.

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Es casi imposible referirse a estos temas de la Sabidura Occidental

sin aparecer como si se estuviera plagiando al mstico Max Heindel y

as lo reconoci una de las preferidas alumnas del instructor dans.

Ella nos dice, con relacin al Cristo Csmico:

El Misterio de Cristo es tan sublime y de tal alcance en su

importancia que trasciende cualquier definicin humana. Sus

significados son tan profundos que nunca podrn ser sopesados o

expresados en simples palabras; solo pueden ser sentidos en el

silencio de la contemplacin espiritual. En el CONCEPTO

ROSACRUZ DEL COSMOS, Max Heindel indica que:

En el primer captulo de San Juan este gran ser es llamado Dios. De

este Ser Supremo eman la Palabra, el Fat Creador sin el cual no se

hace nada, y esta Palabra es el bien amado Hijo, nacido de su Padre

(el Ser Supremo) antes que todos los mundos; pero positivamente NO

es Cristo.

Aqu Max Heindel hace una distincin con el Cristo Csmico en sus

aspectos planetarios e histricos; y contina: Grande y Glorioso como

es Cristo, elevndose inmensamente sobre la mera naturaleza

humana, no es este Exaltado Ser; Ciertamente, la Palabra se hizo

carne pero no en el sentido limitado de la carne de un cuerpo, sino la

carne de todo lo que es, en ste y en millones de otros sistemas

solares.

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Finalmente, recalquemos que nuestro origen y derrotero estn

conectados al Dios Triuno de nuestro Sistema Solar, a quien

debemos nuestra existencia y en quien nos movemos, vivimos y

tenemos nuestro ser. ste a su vez se funde cual expresin

amalgamada con otros Seres Gloriosos hasta llegar a la esencialidad

del Ser Supremo o Espritu Universal, la Causa sin causa, que a su

vez es inmanente y consustancial con el Absoluto, el Innombrable, que

est ms all de toda comprensin. En el diagrama indicado se

grafican los siete Planos Csmicos y, para efectos didcticos y de

entendimiento, se ha ampliado el Sptimo Plano y sus siete

subdivisiones que son en las que se expresa nuestra existencia

presente. Se debe destacar que todos los mundos y planos se

interpenetran y no existe, por as decirlo, mundos superiores e

inferiores sino estados de densidad decreciente de materia-espritu

que se interrelacionan, compenetran y son manejados por entidades

de diferente grado de evolucin y exaltacin.

Esta breve alocucin escrita sobre uno de los ms hondos misterios

del Cosmos intenta explicar de cun magnfica manera est diseada

la Creacin y cun sublimemente encaja el hombre en su entramado y

al mismo tiempo nos emplaza a mirar con el mayor respeto y amor la

obra divina, de la cual somos parte integrante. El camino a recorrer es

interminable pero gozoso y vivificador, pues sabemos que la muerte

realmente no existe y nuestros aliados y protectores son Seres llenos

de gloria y amor infinito por nosotros Sus criaturas. Solamente est en

nuestras manos y en nuestra voluntad y decisin el merecimiento de

este destino estelar.

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(Cortesa de la Fraternidad Rosacruz de Paraguay)

Jos Meja

2012/2013