el continente poético de olga orozco (2)
TRANSCRIPT
El continente poético de Olga Orozco.
Por: Elizabeth Piceno.
Incansable paciencia es la del viento llorando inútilmente
un olvido imposible hasta la eternidad.
Olga Orozco.
Olga Orozco es una poeta argentina que ha sobrevivido a su propia muerte, pues su
poesía ha construido un territorio donde las letras existen y se perpetúan de una forma
sagrada, la voz de esta poeta trasciende en su manejo estilístico y temático el dolor que
causa la ausencia y la perdida de lo amado, en su escritura los sujetos se transfiguran y
elevan su existencia, al hacer de estas figuras: el dolor, la ausencia y la nostalgia las
experiencias que nos acercan a dios, a lo divino y lo puro como se puede percibir en el
extracto del siguiente poema.
Esa es tu pena.Tiene la forma de un cristal de nieve que no podría existir si no existieras
y el perfume del viento que acarició el plumaje de los amaneceres que no vuelven.Colócala a la altura de tus ojos
y mira cómo irradia con un fulgor azul de fondo de leyenda,o rojizo, como vitral de insomnio ensangrentado por el adiós de los amantes,
o dorado, semejante a un letárgico brebaje que sorbieron los ángeles.Si observas al trasluz verás pasar el mundo rodando en una lágrima.
Al respirar exhala la preciosa nostalgia que te envuelve,un vaho entretejido de perdón y lamentos que te convierte en reina del reverso del cielo.
Olga Orozco
Orozco nació en 1920, su obra está compuesta de 7 libros de poesía y uno de
relatos, su poesía por su contenido, estilo y temática, no puede considerarse dentro de una
corriente en específico, aunque su escritura emparentado con los neorrománticos y
surrealista, pues ella misma negó en varias entrevistas su pertenencia como tal a una de
estas corrientes.
Su poética esta compuesta de poemas largos y versos libres, cuyo grandes ejes son
el mundo, el tiempo, la soledad, la nostalgia, la muerte y dios. Uno de los recursos poéticos
mayormente presentes en Orozco es la monumentalización, lo cual sucede en ella como una
tendencia a la abstracción de lo corporal.
Su estilística y configuración formal marcan la existencia de un tiempo mítico
donde se añora la infancia y se encuentran presentes todo el tiempo, la imagen de su vida
sentimental, así como su coexistencia con la vida nocturna del ser: los sueños. Su poesía
esta tejida de una gran nostalgia, nostalgia que a diferencia de muchas poetas no implica
debilidad sino fortaleza.
Se trata de la nostalgia de un mundo perdido, de aquel mundo sagrado, de aquel
Edén del que fuimos expulsados debido a nuestra condición humana y la carnalidad que la
nos caracteriza como seres humanos, y cuya sed buscamos saciar con una búsqueda
permanente de la experiencia del amor, que, desde la perspectiva de Olga Orozco puede
ser vista como una luz que escapa y evade la oscuridad, para llevarnos al alivio de aquel
sentimiento de nulidad, vacío y exilio que enmarca nuestra existencia en el continente, en
esta tierra desértica que es la vida.
Este encuentro se da en cualquier indicio de vida sea este una experiencia agradable
o dolorosa, inclusive en el recuerdo, ese aire que con la ausencia nombra la presencia y que
vuelve toda perdida una ganancia, misma que será encontrada tarde o temprano como un
tesoro en esta vida o en la siguiente.
Yo creo que hay como una especie de memoria sepultada, porque si no sería inútil regresar
para corregir los mismos errores y no alcanzaríamos jamás la perfección. Esa memoria
sepultada va dando algunas señales y alarmas que nos apartan de algunos caminos.
Olga Orozco
Las temáticas que encierra su poética están delineadas por: la impronta religiosa,
códigos astrológicos, la magia, el tarot, la alquimia, el misticismo y lo onírico, echando
mano de estas figuras Orozco nos habla sobre la muerte como la promesa de otra vida,
además de mirar lo espiritual no en relación con la religión, sino más bien como una forma
de integración a un dios.
1. Por ello una de las grandes figuras simbólicas que utiliza es la de el alma, refiriendo
la como una metáfora de toda existencia, la concibe como una maravilla, un
registro de vida, cuyo único camino es llevarnos en algún momento a la perfección,
siendo el pesar y el sufrimiento los medios para la transformación espiritual que nos
llevará a esta.
El alma en su juicio es donde se graban las vivencias de toda la existencia. Es una tarjeta de
identidad que se recibe el último día, es decir, cuando ya no tenga validez, es como una tarjetita que
rompemos delante de dios.
En su mundo, en su boca, con esa boca que nombra al mundo, y esas palabras que
son, aunque ella lo niegue, capaces de nombrar lo que no es de este mundo, lo espiritual es
trascendental para lograr el equilibrio de un mundo en donde la muerte se bebe lo vivo,al
sumergirlo en el tiempo y cubrirlo de olvido.
¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo!
He dicho ya lo amado y lo perdido,
trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder.
A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía,
retumban, se propagan como el trueno
unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad.
Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía.
Hemos ganado. Hemos perdido,
porque ¿cómo nombrar con esa boca,
cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?
Olga Orozco
La memoria es también en Orozco una forma de vida, una suerte de purga que
encierra el recuerdo de lo amado y lo vivido, cuyo matiz es de manera inevitable dolorosa,
así el olvido es una de las etapas más penosas del ser humano, pues implica una gran
perdida, sin ganancia. Es su poemario Las muertes una muestra de ello, pues la temática del
mismo, relaciona el olvido con una marca o nostalgia inefable que sucede a causa de un
inevitable desvanecimiento de los recuerdos. Esto se presenta en sus poemas como
memorias espectrales, una visión que es símil del sentimiento de un ser humano en estado
exilio cuando añora un tiempo o una andanza.
Esta es la torre en llamas en medio de las torres fantasmas del invierno
que huelen a guarida de una sola estación,
a sótano cerrado sobre unas aguas quietas que nadie quiere abrir.
A veces sus emisarios vienen para trocar cada cautivo
ardiente por una sombra en vuelo.
Entonces oigo el coro de las apariciones.
Llaman áridamente igual que una campana sepultada.
Zumban como un enjambre elaborando para mi memoria
un ataúd de reina helada en el exilio.
Mis días en los otros ya no son nada más que una semilla seca,
un hilo roto,
la irrevocable momia del olvido.
En el desenvolvimiento de su obra, se muestra una temática que he llamado
exilio del alma, que refiere a un un tipo de desprendimiento corporal, cuyo
acontecimiento se encuentra en el pulso vital que nutre de la añoranza del amor
maternal, fraternal o romántico, pero que se debilita hasta desaparecer como un efecto
colateral de la pérdida o la lejanía de lo amado, como ha sucedido en la vida de la
autora y que de una u otra forma se refleja en el transcurrir de su obra.
Esto se plantea desde la figura de la perdida voluntaria o involuntaria de lo
amado, sea esto una persona, un objeto o un recuerdo, lo cual se marca como una
separación irreparable; un exilio psíquico-emocional, donde la poesía es un método
para cubrir y reparar la ausencia como sucede en La noche a la deriva, Mutaciones de
la realidad, El jardín posible y Con esta boca en este mundo.