el conde lucanor

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1 EL DEAN DE SANTIAGO Y EL MAESTRO DE TOLEDO El Conde Lucanor le comenta a Patronio que un hombre le pidió ayuda y le ofreció a cambio un montón de cosas. Patronio le pone el ejemplo del deán de Santiago y el maestro de Toledo. El deán de Santiago se desplazó a Toledo porque quería aprender el arte de la nigromancia. Como el maestro de Toledo no confiaba mucho en él hizo que a través de la magia pasasen una serie de sucesos. Primero el deán fue ascendido a arzobispo a la muerte de su tío. El maestro le pidió que le diese el puesto vacante de deán a su hijo. Pero el deán se lo dio a un familiar suyo, prometiendo que el próximo cargo que quedase vacante sería para el hijo del maestro. Más tarde fue ascendido a Obispo de Tolosa. El maestro volvió a pedirle lo mismo para su hijo pero no se lo concedió, prometiéndole el puesto de nuevo la próxima vez. Luego fue nombrado Cardenal y actuó de la misma manera. Cuando iba a ser ascendido a Papa, al ver el maestro que no cumplía con lo prometido, le explicó al deán que todo había sido a través de la magia y que seguía siendo deán, por su avaricia. Y así no le enseñó el arte de la nigromancia. EL HOMBRE DE VERAS El Conde Lucanor le comenta a Patronio que un vasallo suyo quiere casar a una muchacha de su familia y que necesita consejo para escoger al pretendiente. Entonces Patronio le habrá de lo que le sucedió al conde de Provenza. El Conde de Provenza fue hecho prisionero por el sultán Saladín en Tierra Santa. Cuando Saladín quería hacer algo importante le pedía ayuda al conde. Un día el conde recibe una carta de que su hija va a casarse, y trae los nombres de las personas que la cortejan, por lo que le solicitan ayuda al conde para que elija.

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el conde lucanor

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Page 1: El Conde Lucanor

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EL DEAN DE SANTIAGO Y EL MAESTRO DE TOLEDO

El Conde Lucanor le comenta a Patronio que un hombre le pidió ayuda y le ofreció a

cambio un montón de cosas. Patronio le pone el ejemplo del deán de Santiago y el maestro de

Toledo.

El deán de Santiago se desplazó a Toledo porque quería aprender el arte de la nigromancia. Como el maestro de Toledo no confiaba mucho en él hizo que a través de la magia pasasen una serie de sucesos. Primero el deán fue ascendido a arzobispo a la muerte de su tío. El maestro le pidió que le diese el puesto vacante de deán a su hijo. Pero el deán se lo dio a un familiar suyo, prometiendo que el próximo cargo que quedase vacante sería para el hijo del maestro.

Más tarde fue ascendido a Obispo de Tolosa. El maestro volvió a pedirle lo mismo para su hijo pero no se lo concedió, prometiéndole el puesto de nuevo la próxima vez.

Luego fue nombrado Cardenal y actuó de la misma manera.

Cuando iba a ser ascendido a Papa, al ver el maestro que no cumplía con lo prometido, le explicó al deán que todo había sido a través de la magia y que seguía siendo deán, por su avaricia.

Y así no le enseñó el arte de la nigromancia.

EL HOMBRE DE VERAS

El Conde Lucanor le comenta a Patronio que un vasallo suyo quiere casar a una muchacha de su familia y que necesita consejo para escoger al pretendiente.

Entonces Patronio le habrá de lo que le sucedió al conde de Provenza.

El Conde de Provenza fue hecho prisionero por el sultán Saladín en Tierra Santa.

Cuando Saladín quería hacer algo importante le pedía ayuda al conde. Un día el conde recibe una carta de que su hija va a casarse, y trae los nombres de las personas que la cortejan, por lo que le solicitan ayuda al conde para que elija.

El conde le pidió consejo a Saladín, y este le aconsejó que la casase con un hombre de veras, sin importar el linaje ni la riqueza. Entonces escribió a su familia y le pidió que le contaran las cualidades y costumbres de los pretendientes.

Una vez recibida esta información Saladín solo consideró apto a un joven. Así, el conde ordenó que casaran a su hija con ese joven.

El joven aceptó y el día de su boda se marchó en busca del conde.

Allí encontró a Saladín. No le dijo quien era ni le prometió nada. Finalmente consiguió apresarlo. Le solicitó que liberara a su suegro. Saladín se puso muy contento porque había

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acertado en su decisión. Saladín le explicó al conde lo ocurrido y fue premiado con muchas riquezas.

EL ARBOL DE LA MENTIRA

El Conde Lucanor le cuenta a Patronio que tiene enemigos que son tan mentirosos que consiguen poner a gente en su contra. Entonces Patronio le cuenta lo que le ocurrió a la Mentira y a la Verdad.

La Mentira y la Verdad vivían juntas. Decidieron comprar un árbol; la mentira se quedó con la parte externa y la verdad con la raíz.

Con el tiempo la mentira cobijaba a todos bajo su árbol y todos eran felices.

Como la verdad no tenía que comer, comenzó a comer las raíces. Un día vino el viento y tumbó al árbol y cayó sobre la Mentira.

Así la Mentira fue derrumbada.

LAS DOS VIDAS DEL ZORRO

El Conde Lucanor le cuenta a Patronio que un pariente suyo está cansado de que lo maltraten y no sabe qué hacer, deseando incluso morir.

Patronio le cuenta lo que le ocurrió a un zorro.

Un zorro entró a robar gallinas; sin darse cuenta se hizo de día. Por miedo a ser atrapado se tumbó en la calle como si estuviera muerto. Todo el mundo pensó que estaba muerto.

Entonces vino un hombre y le cortó el mechón de pelo, pues era bueno para el mal de ojo de los niños.

Más tarde vino otro y le sacó el pelo de las ijadas. Poco a poco vinieron varios hasta que quedó trasquilado.

Después le cortaron las uñas y los colmillos. Finalmente iban a sacarle el corazón.

Cuando el zorro vio esto, comenzó a correr hasta que consiguió escapar.

LA NIEVE DE LOS ALMENDROS

El Conde Lucanor le dice a Patronio que hay un hombre que le pide dinero, y aunque siempre le ayuda, cuando no puede ayudarle se enfurece.

Entonces Patronio le contó lo que le pasó al rey Abenabet con su mujer.

La mujer del rey era muy caprichosa. Un día vio la nieve, y le pidió al rey que la llevara a donde hubiese nieve. El rey para contentarla pidió que plantasen almendros y así parecería que toda la sierra estaba nevada cuando estos florecieran.

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Otro día vio a una mujer remover el lodo en el río para hacer adobes. Entonces de nuevo le pidió al rey poder hacer lo mismo que esa mujer. El rey mandó llenar de rosas la albufera de Córdoba, e hizo poner en ella azúcar, canela… para que pareciese lodo.

Otro día le dijo que nunca hacía nada por contentarla. Entonces el rey comprendió que su mujer nunca estaba contenta ni valoraba lo que hacían por ella.

EL LAZARILLO CIEGO

Un día el Conde Lucanor le dice a Patronio que un pariente suyo le aconseja que vaya a un lugar al que teme ir.

Patronio le cuenta lo que le pasó a un ciego.

Un día un hombre que se había quedado ciego, vio a otro ciego y le propuso ir a otra ciudad a pedir limosna.

El otro ciego no quería ir porque tenía miedo ya que como no veían podían lastimarse.

El primer ciego lo convenció y finalmente fueron, pero en el camino se cayeron los dos.

EL AHOGADO POR CODICIA

El Conde Lucanor le dice a Patronio que le han prometido que si viaja a un sitio le darán un dinero que le beneficiará mucho. Pero el Conde no sabe qué hacer.

Entonces Patronio le cuenta lo que le pasó a un hombre que tuvo que cruzar el río cargado de piedras preciosas.

El hombre iba cargado con un saco de piedras preciosas y se encontró que tenía que cruzar el río. Como era tan avaricioso, no soltaba el saco. Otro hombre le dijo que como no soltara el saco se iba a ahogar. Pero la codicia le pudo y no lo soltó, ahogándose él y el saco.

LA BEGUINA DIABOLICA

El Conde Lucanor le pregunta a Patronio cual considera que será la fechoría más dañina que puede hacer un hombre a otro.

Patronio le cuenta lo que le pasó al diablo con una beguina.

Una beguina ve que en su pueblo hay un matrimonio que es muy feliz, pues nunca discute. Entonces se encuentra con el diablo y le pide ayuda para que se acabe esa felicidad.

La beguina consigue entrar en casa del matrimonio. Le dice a la mujer que su marido se encaprichó de otra.

Luego le comenta al hombre que como ha podido hacer eso, y que su mujer está muy enojada y que buscará otro hombre.

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Entonces la beguina urdió una treta. Le dijo a la mujer que ella conocía a alguien que podía ayudarla pero que necesitaba un mechón de pelo de la barba del marido. Al mismo tiempo, le dio una navaja para que le cortara la barba.

Por otro lado le dijo al marido que su mujer pensaba matarlo con una navaja cuando estuviese dormido. Así decidió probarla y se hizo el dormido.

Cuando la mujer iba a cortarle el mechón de pelo de la barba el marido abrió los ojos, le arrancó la navaja a su mujer y la degolló.

Entonces la familia de la mujer mató al hombre y así se fue desencadenando una matanza cruel.

Finalmente se descubrió que fuera la beguina la culpable y fue condenada a muerte.

EL BIEN Y EL MAL, EL CUERDO Y EL LOCO

El Conde Lucanor, le comenta a Patronio que tiene dos vecinos: con uno se lleva bien, pero a veces lo perjudica, y con el otro se lleva mal, y no sabe cómo tratarlos.

Patronio le cuenta la historia del Bien y el Mal, y del cuerdo y el loco.

El Bien y el Mal decidieron vivir juntos.

El Mal decidió comprar ganado para alimentarse. Primero compraron ovejas; cuando parieron el Bien se quedó con los corderos y el Mal con la leche y la lana.

Luego criaron puercos.

Así el Bien cogió la leche y la lana y el Mal se quedó con los lechones.

Luego plantaron nabos. El Bien se quedó con las hojas y el Mal con la raíz.

Después sembraron coles. El bien se quedó con la raíz y el Mal con las hojas.

Finalmente tomaron a una mujer para que los sirviera.

El Bien se quedó con la mujer de cintura para arriba, y el Mal de cintura para abajo.

Cuando la mujer quedó encinta y tuvo un hijo, al querer darle de mamar el Bien no se lo permitió pues la leche estaba de su parte.

El Mal le suplicó al Bien que le diera la leche, pero el Bien dándose cuenta de que siempre había salido perjudicado hizo que el Mal fuese publicando que el Bien siempre vence al mal.

Después le habló del cuerdo y el loco.

El cuerdo tenía una casa de baños pero un loco que había no dejaba que la gente fuese allí.

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Un día el cuerdo se vistió de loco, y cuando el loco llegó a la casa de baños vio que había otro loco peor que él y se fue huyendo con lo que finalmente dejó de hacerle daño al cuerdo y a su negocio.

LA FALSA MIEDOSA

El Conde Lucanor le comenta a Patronio que tiene un hermano mayor que él que lo envidia. Siempre le ayuda, pero cuando el conde lo necesita su hermano le pone excusas.

Entonces Patronio le contó lo que le pasó a un moro con su hermana.

El moro tenía una hermana muy miedosa que se espantaba con cualquier ruidito.

El moro, como era pobre, cuando alguien moría iba y le robaba las vestiduras, las cuales vendía para mantenerse él y su hermana.

Un día murió un hombre muy rico que enterraron con vestidos muy lujosos y cosas de mucho valor.

Entonces la hermana le dijo al moro que quería ir con él.

Fueron al cementerio y cuando intentaron quitarle al difunto los vestidos y las cosas de valor, se dieron cuenta que solo podían quitárselas si rompían la cerviz.

Entonces la hermana no lo pensó y le rompió la cerviz al muerto.

Al día siguiente, la hermana le dijo al moro que le molestaba el ruido que hacía con la jarra y que estaba a punto de desmayarse.

El moro le dijo que si se asustaba con eso como no se había asustado con el ruido que hizo al romperle la cerviz al muerto.

UN AMIGO Y MEDIO

Un día el Conde Lucanor le dijo a Patronio que tenía muchos amigos y que quería saber si eran amigos de verdad.

Entonces Patronio le contó la historia de un hombre cuyo hijo presumía de tener muchos amigos.

Un día su padre le dijo que para saber si eran realmente sus amigos tenía que probarlos. Le dijo que matara un puerco, que lo metiera en un saco, que les dijera que era un hombre que había matado y que les pidiera ayuda para esconderlo.

Todos los amigos del chico pusieron excusas y no le ayudaron.

Entonces el padre le dijo que hiciera lo mismo con un amigo de su padre, que él consideraba medio amigo.

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Llevó el saco y este medio amigo, le ayudó enterrándolo en su jardín, y tapándolo con coles.

Luego el padre le dijo que al día siguiente se peleara con él, para ver que realmente solo era medio amigo. Y efectivamente en medio de la plaza el amigo insinuó que debajo de sus coles había algo.

Luego fue a hablar con el amigo de verdad de su padre. El hombre lo ayudó.

Casualmente había muerto un hombre en la ciudad, y alguna gente recordaba como el chico llevaba un saco al hombro. El amigo de su padre inculpó a su propio hijo, que fue ejecutado, para salvar al hijo del que consideraba su amigo.

UNA CASA EN LA ISLA

El Conde Lucanor le comenta a Patronio que la gente le dice que se esfuerce por multiplicar su riqueza. Patronio le contó lo que le había pasado a un hombre que nombraron rey de una gran tierra.

Había un lugar en el que elegían un rey cada año. Cuando se acababa el año lo despojaban de todo y lo mandaban a una isla desierta.

Un día nombraron rey a un hombre inteligente, que antes de acabar su mandato ordenó en secreto que le construyeran una casa espléndida en la isla con todo lo que necesitaría para el resto de su vida. Así mismo buscó amigos leales que le aseguraron que si algún día le faltaba algo ellos se lo harían llegar. Y así consiguió vivir feliz en la isla, gracias a que había sido precavido.