el comercio de la nueva españa -...

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Proyectos útiles para adelantar el comercio de la Nueva España LA P ATRIA AUSENTE NO REPRESENTÓ PARA LOS EXPULSOS SOLAMENT E PASADO Y AÑORANZA. EN ITALIA DIERON PRUEBA CONSTANTE DE SU AFÁN POR CONTINUAR TE.JIENDO LOS LAZOS SOCIALES Y ECONÓMICOS QUE PUDIERAN GARANTIZAR LA PROSPERIDAD DE LOS HABITANTES DE ESTE SUELO , UNA INQUIETUD QUE ERA LA PROLONGACiÓN NATURAL DE LOS EMPEÑOS DESPLEGADOS POR LA COMPAÑíA DE JESÚS A LO LARGO DE SUS DOS SIGLOS DE PRESENCIA EN LA TIERRA . ESTE TEXTO DE CLAVIGERO ES REPRESENTATIVO DE LA ACTITUD DE SUS COMPAÑEROS DE INFORTUNIO , QUE NO TU VIERON QUE ESPERAR LA LLEGADA DEL I MPUL- SO ILUSTRADO PARA PONER SU PROFUNDO CONOCIMIENTO DEL P Aís AL SERVICIO DE SUS COMPATRIOTAS . I .. L' com"" i "óón d, amb" m"·,,. No p". tendo que se rompa el istmo de Panamá co mo sin consideración promovieron algunos, ni que se abra un canal como el de Languedoc; pues - aunque conozco las ventajas que resul taría n al co- mercio y a la marina- ta mbién entiend o de la suma dificultad, de los excesivos costos y los gran- des in convenientes que tendría su ejecución. Sólo pretendo que se usen los canales que la mi sma natur aleza abrió para el más fácil y pronto transporte de cualqui era mercancía de un mar al otro. Estos canales (omitiendo el río Chagre que p erte nece a la otra América) so n do s: el primero fue reconocido hace ya casi dos siglos por el P. Ju an Sánchez, j esuita, uno de lo s fundadores de la Provincia de Méx ico y cosmógrafo del rey, y está en Nicaragua. Esta provincia se extiende del mar del Norte al del Sur ye n ambos mares tiene buenos pu erto s. Todos los frutos de esa tierra, aun lo s que se ll evan a las costas del mar del Sur, se podrían tr ansportar por la gran laguna de Granada y por el río de San Ju an hasta el puerto de San Juan , que está en el mar del Nort e, con una navegación continuada de más de cien leguas desde Granada, que está en el cabo de la lagun a, ha sta di cho puerto. Toda la lag una es navegabl e, tiene bu eno s pu ertos y anclajes; por el río no pueden ir navíos grandes, pero sí jabeques, balandras y tartanas. El río forma en su emboca dura una isla donde hay un casti llo con una buena g uarni ción para defender la entrada. E sta provincia, una de las más despobladas y pobres por fa lta de comercio marítimo, también es, al mi smo tiempo, una de las más fér tiles y dotadas para el comercio. Se cría en ell a infinito ganado mayor, de cuyas pi eles podría hacerse un gran tráfico, abunda en excelent e cacao, en algo- dón, en añ il , en resinas, etcétera. Es una st ima que esté tan abandonada una tierra que podría rendir tanto provecho. El otro canal es el que forma el gran río de Coatzacualco. Éste, desde las inmediacion es de Tehuantepec, puerto del mar del Sur , es navegable en barcos grandes h asta el Golfo Mexicano donde desemboca. Por otra parte, en las mismas montañas dond e tiene su naci- mi ento este río, también nace el río de Tehuantepec que es bien grande y desemb oc a después de un corto trayecto en el mar del Sur. E sta navegación tiene de ventajas sobre la de Ni carag ua: la mayor cercanía a México y Veracruz y la de ser más fá cil el transporte de un mar al otro.

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Proyectos útiles para adelantar el comercio de la Nueva España

LA P ATRIA AUSENTE NO REPRESENTÓ PARA LOS EXPULSOS SOLAMENTE PASADO Y AÑORANZA. EN ITALIA

DIERON PRUEBA CONSTANTE DE SU AFÁN POR CONTINUAR TE.JIENDO LOS LAZOS SOCIALES Y ECONÓMICOS

QUE PUDIERAN GARANTIZAR LA PROSPERIDAD DE LOS HABITANTES DE ESTE SUELO , UNA INQUIETUD QUE ERA

LA PROLONGACiÓN NATURAL DE LOS EMPEÑOS DESPLEGADOS POR LA COMPAÑíA DE JESÚS A LO LARGO

DE SUS DOS SIGLOS DE PRESENCIA EN LA TIERRA . ESTE TEXTO D E CLAVIGERO ES REPRESENTATIVO DE LA

ACTITUD DE SUS COMPAÑEROS DE INFORTUNIO , QUE NO TU VIERON QUE ESPERAR LA LLEGADA DEL IMPUL-

SO ILUSTRADO PARA PONER SU PROFUNDO CONOCIMIENTO DEL P Aís AL SERVICIO DE SUS COMPATRIOTAS .

I .. L' com"" i"óón d, amb" m"·,,. No p". tendo que se rompa el istmo de Panamá como sin consideración promovieron algunos, ni que se

abra un canal como el de Languedoc; pues - aunque conozco las ventajas que resultarían al co­

mercio y a la marina- también entiendo de la suma dificultad, de los excesivos costos y los gran­

des inconvenientes que tendría su ejecución. Sólo pretendo que se usen los canales que la misma

naturaleza abrió para el más fácil y pronto transporte de cualquiera mercancía de un mar al otro.

E stos canales (omitiendo el río Chagre que pertenece a la otra América) son dos: el primero fue

reconocido hace ya casi dos siglos por el P. Juan Sánchez, jesuita, uno de los fundadores de la

Provincia de México y cosmógrafo del rey, y está en Nicaragua. E sta provincia se extiende del

mar del Norte al del Sur yen ambos mares tiene buenos puertos. Todos los frutos de esa tierra,

aun los que se llevan a las costas del mar del Sur, se podrían transportar por la gran laguna

de Granada y por el río de San Juan hasta el puerto de San Juan, que está en el mar del Norte,

con una navegación continuada de más de cien leguas desde Granada, que está en el cabo de la

laguna, hasta dicho puer to. Toda la laguna es navegable, tiene buenos puertos y anclajes; por

el río no pueden ir navíos grandes, pero sí jabeques, balandras y tartanas. El río forma en su

embocadura una isla donde hay un castillo con una buena guarnición para defender la entrada.

Esta provincia, una de las más despobladas y pobres por falta de comercio marítimo, también

es, al mismo t iempo, una de las más fértiles y dotadas para el comercio. Se cría en ella infinito

ganado mayor, de cuyas pieles podría hacerse un gran tráfico, abunda en excelente cacao, en algo­

dón, en añil, en resinas, etcétera. Es una lástima que esté tan abandonada una tierra que podría

r endir tanto provecho. El otro canal es el que forma el gran río de Coatzacualco. É ste, desde las

inmediaciones de Tehuantepec, puerto del mar del Sur, es navegable en barcos grandes hasta el

Golfo Mexicano donde desemboca. Por otra parte, en las mismas montañas donde tiene su naci­

miento este río, también nace el río de Tehuantepec que es bien grande y desemboca después de

un corto trayecto en el mar del Sur. E sta navegación tiene de ventajas sobre la de Nicaragua:

la mayor cercanía a México y Veracruz y la de ser más fácil el transporte de un mar al otro.

América, lámina de la Geographia Historica. De la A merica y de las islas adyacentes. y de las I ierras arcticas, y antarcticas.

e islas de los mares del Norte y Sur, de Pedro 1ll",illo Velarde . .lladrid. 1752. Colección Roberto Junco.

II. El fo mento de la Marina elel Sur. Luego

que se conquistó México, Cortés hizo fabri­

car varios navíos para la navegación del mar

Pacífico, y con ellos se hicieron varios útiles

descubrimientos en las costas de la Nueva

Galicia, Sinaloa, Sonora y California. Lo mis­

mo hicieron Alvarado, otro conquistador, y

los primeros virreyes de México. ¿Quién no

se imaginaría de tan bellos principios gran­

des aumentos y progresos en la marina del

Sur? Pero no fue así: inmediatamente fue de­

cayendo hasta el punto de no haber una em­

barcación considerable en todo aquel mar. Úl­

timamente, con ocasión de poblar Monterrey

y hacer nuevos descubrimientos al Norte de

California, se ha construido una que otra em­

barcación. Las ventajas que resultarían del

fomento de esa marina serían grandes: 1. Con

ella estarían las costas del mar Pacífico me­

nos expuestas a las hostilidades que más de

una vez han emprendido los corsarios ingle­

ses. 2. Se facilitaría el transporte de todo lo

necesario a las remotas provincias de Sinaloa,

Culiacán, Ostimm'i, Sonora, etcétera; pues,

por falta de comercio marítimo, es necesario

hacer ese transporte en mulas desde la capi­

tal por un camino de 400 a 500 y aún de 600

leguas con gastos muy crecidos. 3. Serviría a

comunicar oportunamente a las Filipinas los

avisos importantes de guerr a, de paz u otros

semejantes; pues debido a la gran distancia

ha sucedido y puede suceder muchas veces

que tengan sobre sí al enemigo antes de te­

ner alguna noticia de la guerra. Y si algún año

dejase de ir el Galeón de Filipinas a la Nueva

España, no faltaría el recurso de otra embar-

cación que llevase el situado, es decir: los suel­

dos del presidente, los oidores, los oficiales y

la tropa de aquellas islas y de las Marianas,

así como el sínodo de los misioneros, etcéte­

r a, porque todo se paga de las cajas reales de

México, y si alguna vez falla, es obvio que se

sienta un gran daño en aquellas islas.

l11 . El restablecimiento del comercio con la

América Meridional. No hace muchos años

que, por quejas del comercio de E spaña, se

prohibió el comercio con Perú con un gravísi­

mo perjuicio de aquel reino y especialmente

de la ciudad de Puebla, que era la más inte­

resada. Mantenía esta ciudad más de 12000

telares de algodón y fabricaba un número

prodigioso de armas blancas y de fuego, que

por confesión de los mismos españoles no

son inferiores a las de Barcelona. Las ar­

tes florecían , los pobres tenían mil arbitrios

para mantenerse y la ciudad había llegado

a tal estado de opulencia que casi emulaba

a la capital: hoy no se puede andar por las

calles de aquella grande y populosa ciudad

sin tropezar con los e tragos que ha provo­

cado la miseria, todos los talentos de aquella

gente para las artes y todos sus esfuerzos no

bastan para procurarse el sustento, y así se

aplican muchos a robar y estafar cuanto pue­

den. En la enumeración de los ramos del co­

mercio se hallarán muchos en que la Nueva

España podría comerciar con Perú y otras

provincias de la América Meridional

sin perjuicio del comercio

de España.

'",

IV. La asignación ele premios a los inventores de máquinas o cualesquiera cosas útiles al público, a

los que adelantaran las ar tes, a los que pusieran alguna tierra en estado de recibir cult ivo, a los que

mejoraran los caminos públicos, etcétera. La falta de premios es una de las causas de que en Nueva

España no se cultiven o no se perfeccionen algunas artes útiles a la sociedad. Basta para prueba

del poco fomento que allí tienen las artes, la lamentable pérdida del mosaico de pluma que mereció

tanta celebridad en Europa. Los antiguos mexicanos y michoacanenses trabajaban excelentemen­

te ese arte, el cual se conservó por muchos años en Pátzcuaro, hasta que pocos años hace se perdió

con la muer te del último artífice. Varias obras singulares se han inventado en aquel reino, que en

Inglater ra o en Francia hubieran conciliado mucha r iqueza y honor de los inventores, y que allí

-por falta de protección y premios- han quedado sepultadas en el olvido. ¿Qué progresos no

harían la minería, la agricultura, las manufacturas y el comer cio, si la industria de los americanos

tuviese asegurada la protección del soberano y la recompensa de sus servicios al público?

V. Proyecto sobre La Sonora. La Sonora (que

comprende parte de las provincias comarca­

nas) es la provincia más rica en oro y plata;

no es exageración lo que de ella se dice en la

HistoTia de la California: que allí hay monta­

ñas poco menos que de plata maciza, sobre lo

cual informó al rey hace pocos años el capitán

don Josef Creinwinkel o Tienda de Cuervo,

gobernador de Sinaloa y hombre de singular

mérito, y también han dado testimonio los mi­

sioneros que han vivido allí durante muchos

años. De toda esta inmensa riqueza se saca

muy poco fruto: 1. Por su poca población. 2.

Por las incursiones de los apaches por una

parte y de los de seris y tepocas por la otr a.

3. Por los costos del mercurio y las provisio­

nes que se llevan a lomo desde México por un

camino de 600 leguas; lo cual las hace subir

tanto de precio que es poca la utilidad de las

minas a pesar de ser tantas y tan ricas, al ser

comparadas con los gastos. Las incursiones

de los bárbaros se impedirían con la funda­

ción de varios lugares grandes, especialmen­

te en las fronteras de los enemigos; de ello es

capaz aquella rica provincia por tener buenas

.,1)

tierras y sementeras y pastos. E stas pobla­

ciones podrían hacer se sin demasiados gas­

tos del Real Erario y con el solo cebo de las

minas; sin embargo, para que éstas atraigan

a los pobladores, es indispensable rebajar el

precio del mercurio y todo lo necesario a la vi­

da de los pobladores, a la agricu ltura y la labor

de las minas. El precio de estas cosas jamás

será tolerable en aquellas remotas provincias

mientras se lleven desde México. Pues ¿qué

remedio? Yo no hallo otro que el iniciar en la

Nueva Vizcaya el cultivo del lino y el cáñamo

(en donde, por ser de clima análogo al de Es­

paña, se darían muy bien), las manufacturas

de ese género y de lana y la labor de las mi­

nas de mercurio y hierro que allí ciertamen­

te no faltan. Podría también permitirse a los

filipinos que, además del galeón que cargan

cada año para el puerto de Acapulco, cada

dos o tres años cargasen otra embarcación de

menor tamaño con mercancías de Asia para

el comercio inmediato con aquellas ricas pro­

vincias, la cual podría aportar en el puerto de

Guaymas, en el seno de la California, que es

bueno y está en la mejor situación para dicho

comercio. Éste sería de incomparable utilidad

a aquellas provincias, a las Filipinas y al rey.

El detrimento que por alguna parte podría

recibir la Real Hacienda se compensaría ven­

tajosamente con lo que rendirían las minas y

el comercio de Sonora, Ostinuri, Sinaloa, Cu­

liacán y la Nueva Vizcaya. Para no perjudicar

tanto al comercio de E spaña se podría prohi­

bir a la Nueva Vizcaya el comercio de aquellos

frutos con las provincias meridionales.

VI. Sobre las artes que convendría permit ir a

la Nueva España. Si en lo que mira a las artes

se atendiese sólo a la utilidad de la Nueva Es­

paña, no habría dificultad alguna en respon­

der; pero debiéndonos hacer cargo de la utili­

dad de la antigua España, es difícil la solución

del problema; porque en todas se debería

asentar hasta qué grado ha de llegar la de­

pendencia que tendrá la Nueva España de la

Antigua, y, sobre este principio, se deben pe­

sar la utilidad y el perjuicio entre ambas, lo

cual exige una seria y pródiga consideración y

una grande instrucción práctica en materias

de comercio, que a mí me falta. Pero hablado

en general me parece: 1. Que no se le deben

prohibir las artes de primera necesidad. 2.

Que tampoco se le deben prohibir aquellas

cuya falta redunda más en beneficio de los

extranjeros que de nuestra nación; porque

no me parece justo que se tienda a enriquecer

a los extranjeros con detrimento de los vasa­

llos. Mucho habría que decir sobre este asun-

too Véase lo que habla con elocuencia, con ner­

vio y con libertad patriótica el doctor P.

Duamel en el tomo II de las Noticias de Cali­

fo?"nia: "Que no deben prohibirse aquellas ar­

tes, cuya falta r edunda más en beneficio de

un corto número de americanos o de una u

otra ciudad, que del común de la nación. É s­

te es otro punto bien fecundo, pero delica­

do". 4. Que deben permitirse - y aun fomen­

tarse- aquellas artes cuyo cultivo está

anudado con el desarrollo de las ciencias,

porque la cultura de los vasallos es parte de

la felicidad de la Corona. Entre otras debe­

rían est ablecer se en América la yetería

(sic .) o arte de fabricar moldes para la im­

prenta y una fábrica de papel. Los moldes

que se traen de Europa tienen un costo ex­

cesivo y en pocos años se gastan e inutili­

zan. El papel vale por lo común en la capital

a cuatro pesos fuertes la resma; pero al más

leve rumor de guerra sube a un precio exor­

bitante y tanto, a veces, que en la guerra de

los años de 41 y 42 se vendió a 60 pesos. Es­

tos costos tan intolerables para la impre­

sión han sido la causa de que muchas exce­

lentes obras que allí se han escrito, o se han

perdido del todo - como sucedió con univer­

sal sentimiento de los literatos a las que es­

cribió sobre las antigüedades mexicanas el

incomparable Sigüenza- o, a buen librar,

que se hayan quedado escondidas en un án­

gu lo de una li brería particular. '"'

FrancÚi co Xa Vi ef Cla uig ero} S .J.. ea. 1 770 .

.l/allu:i(' rifo di' lo...; Proyect os tí! ¡l es para adelantar el eO!l1 e !'cio d(> la ;'\ lI f'Y(1, I ~Rpail<l ( r/elrl lf,,). de Fm/lf"i,...;to So riP I" C!ol" iye rr).

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