el colegio de corpus christi entre ... - …rima.uv.es/pdf/colegio.corpus.christi.pdf · mas, el...

19
EL COLEGIO DE CORPUS CHRISTI ENTRE CONSTRUCCIONES: DE LA OBRAA LA RECEPCION* Luis Arciniega Garda Universitat de València E L Colegio de Corpus Christi ha sido analizado en su componente historico, artistico y arquitectonico con notables contribuciones, aunque todavia requiere numerosas aproximaciones de estudio. Por nuestra parte incidiremos en aspectos relacionados con la construccion: tanto la material del edificio como la literaria de su imagen y recepcion. Los procedimientos constructivos y condiciones materiales en las que se produce una obra de arquitectura son inherentes al propio proceso creativo y, por lo tanto, de vital importan- cia para entender el resultado final y sus posibles altemativas. Por su parte, el amHisis de la percepcion de un edificio, vinculado a los diferentes intereses que se pueden presentar, como en este caso concreto se evidencia a través de las biografias de aspiraciones hagio- graficas, la literatura de viajes y la elaboracion de una historia local, revela actitudes y va- lores concomitante s, pero también dispares e incluso cambiantes, intereses precisos e in- tenciones manifiestas o latentes, que condicionan el conocimiento, pero cuya exclusion también sesga la interpretacion circunstanciada de las obras a lo largo del tiempo. El aprecio sostenido del que ha gozado el Colegio de Corpus Christi puede eviden- ci arse a través de varios aspectos, como las numerosas donaciones recibidas, las ocasio- nes en las gue el edificio o sus bienes actuan como modelo, la hiperb6lica referencia en fuentes escritas de cronistas y viajeros, las pnicticas de conservaci6n ... ; y en algunos de ellos nos detendremos en las siguientes llneas. La fundaci6n del patriarca Ribera era un edificio dificilmente asumible como mode- lo, pues muchos de sus elementos suponfan un coste inalcanzable en otras empresas. Por otro lado, frente a )os gustos populares el patriarca defendi6 las reglas de la arquitectura, como exponen las Constituciones de la Capilla cuando habla de la fubrica de retablos y altarcs I cap. UI]; Y para interpretarlas, en gran medida tuvo gue recurrir a materiales, y pnicticas fonineos. ASI, cl c1austro se real iza con las columnas procedentes de que la Casa dc Pastrana mand6 importar para la realizaci6n de un palacio: en la IglcSIa Interviene cl pintor italiano Bartolo1l1é Matarana, procedente de Cuenca; el retablo may!}r es realizado por Francisco Pércz hajo la norma dc Castilla y con columnas de J'as- pet- h'" c am lcn tmportadas ... Sin cmhargo, muchos de SllS elemcntos se convirtieron en ejem- * .... I ': a l:onln"ul:lon st: t:lllllarl:a t:11 las IIneas dc aduacilin dc "Memoria y significado: uso y rece ," i vt:'lIglos d -I . . d " .. . "pc lon (e . C pa:,a () ,proyeclo I+D (HAR 20()<) 112(9). del MlI1lsleno dc Ciencia e (nnovacion. 665

Upload: donguyet

Post on 26-Sep-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL COLEGIO DE CORPUS CHRISTI ENTRE CONSTRUCCIONES: DE LA OBRAA LA RECEPCION*

Luis Arciniega Garda Universitat de València

EL Colegio de Corpus Christi ha sido analizado en su componente historico, artistico y arquitectonico con notables contribuciones, aunque todavia requiere numerosas

aproximaciones de estudio. Por nuestra parte incidiremos en aspectos relacionados con la construccion: tanto la material del edificio como la literaria de su imagen y recepcion. Los procedimientos constructivos y condiciones materiales en las que se produce una obra de arquitectura son inherentes al propio proceso creativo y, por lo tanto, de vital importan­cia para entender el resultado final y sus posibles altemativas. Por su parte, el amHisis de la percepcion de un edificio, vinculado a los diferentes intereses que se pueden presentar, como en este caso concreto se evidencia a través de las biografias de aspiraciones hagio­graficas, la literatura de viajes y la elaboracion de una historia local, revela actitudes y va­lores concomitante s, pero también dispares e incluso cambiantes, intereses precisos e in­tenciones manifiestas o latentes, que condicionan el conocimiento, pero cuya exclusion también sesga la interpretacion circunstanciada de las obras a lo largo del tiempo.

El aprecio sostenido del que ha gozado el Colegio de Corpus Christi puede eviden­ci arse a través de varios aspectos, como las numerosas donaciones recibidas, las ocasio­nes en las gue el edificio o sus bienes actuan como modelo, la hiperb6lica referencia en fuentes escritas de cronistas y viajeros, las pnicticas de conservaci6n ... ; y en algunos de ellos nos detendremos en las siguientes llneas.

La fundaci6n del patriarca Ribera era un edificio dificilmente asumible como mode­lo, pues muchos de sus elementos suponfan un coste inalcanzable en otras empresas. Por otro lado, frente a )os gustos populares el patriarca defendi6 las reglas de la arquitectura, como exponen las Constituciones de la Capilla cuando habla de la fubrica de retablos y altarcs I cap. UI]; Y para interpretarlas, en gran medida tuvo gue recurrir a materiales, ~~estros y pnicticas fonineos. ASI, cl c1austro se real iza con las columnas procedentes de :lcnov~ que la Casa dc Pastrana mand6 importar para la realizaci6n de un palacio: en la IglcSIa Interviene cl pintor italiano Bartolo1l1é Matarana, procedente de Cuenca; el retablo may!}r es realizado por Francisco Pércz hajo la norma dc Castilla y con columnas de J'as-pet- h'" c am lcn tmportadas ... Sin cmhargo, muchos de SllS elemcntos se convirtieron en ejem-

* I·~t·· .... I ': a l:onln"ul:lon st: t:lllllarl:a t:11 las IIneas dc aduacilin dc "Memoria y significado: uso y rece ," i ()~ vt:'lIglos d -I . . d " .. . "pc lon (e

. C pa:,a () ,proyeclo I+D (HAR 20()<) 112(9). del MlI1lsleno dc Ciencia e (nnovacion.

665

666 Luis Arciniega Garc{a

"Vera effigies Venerabilis Servi Dei J oannis de Ribera Patriarchae Antiocheni, et Archiepiscopi Valentini", dibujado por Antonius Odatius (Anto­nio Odazzi) y grabado por Benoit Thiboust. Ro­

ma, h. 1696.

plos recurrentes, como el cuadro de la (Jltima Cena del retablo mayor, gue sirvi6 de ins­piraci6n a Vicente Carducho para realizar el del rnismo tema para el convento de las Car­boneras de Madrid1• En lo estrictamente arguitect6nico, Juan Bautista Giner, clérigo en San Esteban y prior en la cartuja de Ara Christi, coste6 para ésta el retablo mayor, gue guiso fuese de igual traza gue el del Colegio de Corpus Christi2. La iglesia extendi6 el uso de la iluminaci6n dirigida, los 6rdenes chisicos, la cupula, el campanario de severas for­mas, el empleo de materiales de evidentes cualidades cromaticas, como marmol, jaspe, bronce ... ; y el edificio en generai la extensi6n de técnicas tabicadas, el uso de la cerami­ca arguitect6nica, etc.

El patriarca Ribera dot6 numerosas parroguias y conventos; con especial influencia en los capuchinos, cuya introducci6n en el reino favoreci6, pero también en franciscanos, jesuitas, cartujos, jer6nimos ... Por ejemplo, los de San Miguel de los Reyes mantuvieron estrechas relaciones con el patriarca Ribera. "El Ordinario segun el rito y cerimonia de la orden de nuestro padre S. Hieronymo" [Salamanca, 1582] se encontraba en su biblioteca. y el prior de San Miguel de los Reyes, junto al arzobispo y el regente de la Cancilleria, fueron las dignidades gue eligi6 para la visita gue durante tres dfas de Pascua se debia ha­cer al Colegio para guardar y hacer cumplir las constituciones y controlar la hacienda. Es-

I Primero se considero que fue el pintado en 1606 por Francisco Ribalta CA. Palomino de Castro y Velasco. El Museo Pic/orico o Escala Optica, t. II, Madrid, 1724, p. 29 j. A. Ponz, Viage de EsplIIia, eli quI' se da /lan­eia de las cosas mas apreciables, y dignas de saberse, q/le hay e/l ella, t. 1II, Madrid. 1774. carta X, 9), pero hoy ,e admite gue se trataba del cuadro de pintor genovés qlle OCllpO este lugar de 1603 a j 606 (F. Benito D~~­rnéncch, "El origen de la Cena del Real Colegio de Corpus Christi de Valencia en torno a Cardllcho y Ribalta. fjo/f'/{n di'l Seminario de Es/udios de Arte y Arque%gfa: BSAA 45 (j 979), pp. 417-426).

, l'. Tarin y Juaneda, La cartuja de Por/aCoe/i (Va/el/cia). Aputltes hislòricos, Valencia. 1897, p. 91.

El co/cgio de Corpus Christi elltre construcciones

ta vinculacion establecio co~st~n~es relaciones gue alcanzan detalles precisos, como el encargo en 1668 para la casa J.e~omma de blandones de madera plateados, de exguisita he­chur~ ~, con ,cuatro ~randes. ~IfJOS, para acompanar al Sagrado Sacramento y al "Lignum CruCIS el dia de la I11VenClOn de la cruz, a imitacion de los del Colegi03. Ciertamente el culto al Santo Sacramento que en él se dispensaba se convirtio en constante modelo.

Apenas un. ano antes del inicio de esta obra, Henri Cock, notario apostolico y argue­ro de la guardIa del cuerpo real de Felipe II, destaco en su visita a Valencia cinco cosas notables: el cimborrio y el campanario en la catedral, las puertas de Serranos y las de Quart en las murallas y el roseton en la iglesia de los Santos Juanes. Casi doscientos anos mas tarde, el ilustrado Gregorio Mayans al hablar de los edificios gue marcaban el perfil de la ciudad inclufa los mismos de la catedral y las murallas, y anadfa la Lonja y los cin­co puentes sobre el rfo Turia. Por lo tanto, a la grandeza de las obras g6ticas senaladas por Cock, Mayans sumaba el refinarniento de la Lonja y la munificente utilidad de los cinco puentes sobre el rio Turia o Guadalaviar; y dejaba abierta la lista allector: "asi otros edi­ficios gue agracian esta deliciosa ciudad"4. Entre estos ultimos sin duda podria incluirse el Colegio de Corpus Christi. Evidentemente no constitufa un volumen suficiente para al­terar el perfil urbano, y se encontraba en un lugar de escaso transito, salvo para la vi da estudiantil, pues estaba junto al edificio de la Universidad. No obstante, se convirti6 en indudable referente. A lo largo del siglo XVII la literatura y las impresiones de los viaje­ros subrayaron su importancia. Asi lo refleja la comedia hist6rica "La Cat61ica princesa Leopolda", escrita por el murciano Andrés de Claramonte hacia 1608 y representada en Valencia en marzo de 1609, pero ambientada en la boda real entre Felipe III y Marga­rita de Austria que se celebr6 en 1599 en Valencia, y entre cuyos monumentos mas des­tacados situa el Colegio de Corpus Christi o del Patriarca, gue en boca del franciscano fray Andrés lo califica de: "Colejio famosso / y un estudio en cuyas aulas / se estudia el culto divino / en cinco catedras santas [ ... ] compostura de las capillas gallardas [ ... ] arquitectura concierto guen las b6vedas se enlaçan, en la valentia y la fuerza / de los Pinceles gue esmaltan / las Paredes"5. Y poco después el afamado dramaturgo Gaspar Aguilar finaliz6 la comedia "Gran Patriarcha don Juan de Ribera, arçobispo de Valen­eia" con una loa al protagonista, en la gue incluye como prueba de sus virtudes el pro­pio edificio:

para probar lo que digo, / hable deste gran Colegio, el bello hermoso edificio. / Cuyos chapite­les altos / lIegan hasta el Cielo impfreo, / cefiidos y coronados / de pinimides de Egipto. / El claustro hermoso, labrado / de marmol terso y brufiido, / con colunas, y con arcos, con mensu­las, y obeliscos. / Y el TempIo sagrado adonde / 108 Sacerdotes divinos, estan alabando a Dios / con canticos, y con himnos. / En cuyas cumbres campean /108 sagrados paraninfos, / que a los pies dc Dios humillan/ las melenas, y los riços. / Uno tiene pane8 blancos, / otro manojos de tri­go; y otTO una taça esta / estruxando unos razi/TIos / con motes en alabança / de aquel pan, y de aguel vino, / gue son la Carne y la Sangre del Cordero dc Dios vivo. / Los ornam~ntos famo­sos / desta Iglcsia, son tan ricos, / que solamente hay cn cll08 / plata pura. y oro fmo. / El or­den, y Magcstad / dc celebrar los Oricios, / ticncn la mayor grandcza / qllc jamas el Illllndo ha

--l Archivo del Kcino dc Vakncia IARVI, José Domingo, 71H; 15 dc octubn: dc 1668. . . 4 b. ('ock, Re/adoll del vw)!' !J{'I'/J() flllr fie/i!,/' /I, ,'/I I ~85, a Z"ragll;lI, BI/rceiol/ll y VlIlel/CIII. Madnd.

1!l7(, p. 24!l. G. Mayans, Hl arfl' di' l'il/far, l'ilar l'cdraw (intr.). Vall:ncia, 1<)<)9, p. 162. , , ' Hihl><>lcca Nacional dc Espalla I-BNEI, nls. 15 114. El estudio!.le M". C. H~rn.'~nde~ Valcarcel y A. Ro­

dngucz Uipc/.-Vazquez, "Aportaciones criticas a la autoria de El Burlador dc SevIlla ,ertI/COI! ,40 (1987), se­nala quc la larga loa cn romancc dc Valenda lal vcz se introdujcra con motivo dc la reprcsenlaclon valenclana.

668 Lui.l· Arciniega G ' arCla

vislO. / En.:arecer sus rcliquias / sera progreso IIlfinilo, / pllCS ilO hay cn cl Ciclo SanlQ / que n"

haya cnl1oblecido / I·· .1".

Los cronistas del Reino pronto destacaron tan insignc fa,hrica cn lérminos parccid()'s, En eI lapso de rcprescntaciòn cntrc los dos poctas, Gaspar Escolano ', rcctor dc la parrl). quia de San Esteban, y COl1l0 él cspccifica cn 1610 ~n vlda dd f,undador, otorga al CCJlc­gio una dara primacfa entrc 108 lllonul1lcntos dc la ClUdad, lo situa cntrc los colcgios m<l~ célebres en Espaiìa, y su iglcsia por cncima dc algunas catcd~alcs; ahruma con sus renta\ y coste. aSI eomo por sus reliquias: y lo rclaciona con la arqUitectura hlblica. En este sen" tido. afirma que su traza parccfa otorgada como a Moisés, que su abundancia de reliquias lo convertla en una abreviatura del cielo, y que a modo de nuevo Monte Tabor en él pa recfa producirse la nueva Transfiguraci6n de Cristo: El resultado ~uspendfa los senti do,> 'i dejaba absorto, merced a su fabrica, y en ella a la pmtura y matenales empleados Con es­peciales cualidades refulgentes, asi como a los ornamentos, al caracter celesti al en la ce­lebraci6n de los oficios y a la armonia de voces.

El texto de Escolano constituy6 un dictado para los comentarios del edificio durante siglos. Su obra se dirigia a los tres estamentos del Reino, en los que el propio patriarca tenia enorme peso, y sus palabras venfan dispuestas por las intenciones del mismo funda­doro Por un Iado, porque Juan de Ribera transmiti6 estos valores en la consagraci6n del tempIo, con presencia del rey Felipe III; y por otro, porque las dej6 por escrito en las Constituciones publicadas en 16058, e igualmente las transmiti6 su primera biografia en 1612.

El éxito del edificio en gran medida qued6 vinculado al de su fundador, hombre de amplio poder, extensa cultura y s6lida devocion. Los biografos de Juan de Ribera contri­buyeron decididamente a ello, destacando de modo explfcito e implfcito dos grandes re­ferentes. Por un Iado, el tempIo de Salomon, auspiciado por David y realizado por Salo­mon; y, por otro, El Escorial, cuyo fundador Felipe II recibio y sufrago una literatura historica y una exégesis biblica que vinculaba su obra con el edificio jerosolimitano y la forma de gobiemo de su constructor. Principalmente a través de la obra de fray José de Sigtienza para el primer género y de la del padre jesuita Juan Bautista Villalpando para el segundo, que formaban parte de la biblioteca de Ribera9 , y se produce en un ambiente de constante evocacion del reino de Jerusalén lO , Toda esta inquietud intelectual era bien co­nocida por el primer biografo del patriarca Ribera, Francisco Escriva", también jesuita y su secretario personal. En su obra, publicada un ano después de la muerte del patriarca.

6 G. Aguilar, "El gran Patriarcha don Juan de Ribera, Arçobispo que fue desta insigne ciudud de Valenciu", fin de la Jornada tercera; incluido en Norte de la poesia espafiola. 1II11sfrado del sol de do:e cOllledias (q/lt' fllr­man segunda parle) de laureados poefas valencianos, Valencia, 1616. CiI. V. Gonzàlez, La personalidod artis­tica del beato Juan de Ribera, Valenciu, 1948, pp. 183-184.

7 G. Escolano, Década Primera de la Historia de la Insigne, y Coronada Cil/tlatl y Reyno de \Ia/encia, Va­lencia, 16 J 0, Iib. V, cap. XXIIII, col. 1.069-1.076.

~ Archivo del Colegio de Corpus Christi l= ACCC], Libro de Gastos, 28 de julio de 1605. " In Ezeclzielem explanaliones l'I appartltlls IIrbis ae Templi Hieroso/lIlvtalli. COllllllellfllriis et [l/lllgmi!Jl/'

illuslratus (Roma, 1596) de J. de Prad o y J. B. Villalpando figura entre sus ·Iibros. V. Càn:el Orti, "El inwntu' no de las bibliolecas de San Juan de Ribera, en 1611", Alla/eefa Sacra Tarrl/collellsia 39 (1966), pp. 319-379.

IO L. Arcinicga Garda, "Evocaciones y ensueiios hispanos del Reino dc Jcrusalèn", en III Silllposio llIfer­nacirJllal "kol1o!{rajfa v Forma": Visillnes Hispdnica.l' de Ofros Ml/l1dos. Caslellò, IEn prensa].

" l ' Escnva, Vida del illustri.l·sll/lO Y exeellellti.l'.I'imo .l'efior donltuln de Ribera. Patriarca tle Antiochia \' iII' ­rob/SfJO de Va/i'II('/{J, (>.l'criw pllr l'I padre Frullci.l'c() E.I'l'/'illlÌ ... de la COIII{Jlliiill de 11'.1'11.1' .... Vakncia, 1612.

El colcgio dc Corpus Christi cnfre consfrucciones

Capilla del Colegio de Corpus Christi. Arquitectura de Guillem del Rey entre 1590 y 1596; pinturas al fresco principalmente de Bartolomé Matarana entre 1597 y 1602; retablo mayor traza de B. Matarana en 1600, realizado por Francisco Pérez, y con cuadro de la "(ntima Cena" de Francisco Ribalta que fue co­locado en 1606.

se manifestaba que siguiendo los principios del concilio de Trento y como exponfa la Carta de Fundaci6n de 1583, pretendfa fundar un colegio y seminario que formase minis­tros de la Iglesia, asf como una iglesia donde se desarrollase e impulsase la veneraci6n y devoci6n al Santfsimo Sacramento, como evidenciaba el propio nombre de Corpus Chris­ti, y en la que en respuesta a la herejfa se promoviese la devoci6n a los santos a través de sus reliquias l2 • A tales objetivos quedaban supeditadas la arquitectura, las artes figurati­vas y suntuarias, y la musica.

En opini6n de Escriva, era "obra muy grandiosa, una de Jas mas insignes de Espa­na"l3, gue superaba a todas las fundaciones particulares, entre las que excluye El Escorial por ser fundaci6n de un gran rey, y destacaba en ella su arquitectura buena y excelente; la grandeza, riqueza, lindeza, asco, arte, orden y concierto; el cumplimiento y devoci6n en el culto, el coro y la celebraci6n; la musica ... Entre lo artIstico, pero ~or. su rel.ev~ncia devocional, principalmente se detiene en el crucifijo del altar mayor, autentIca relIqUIa de

" lbid., pp. 202-211. Il lbid., pp. 184-185.

670 I,ui,\' Ardnie!lu (, _ ,., 1(J re /{J

admirahlc radura, quc cn opini(ill dc los cxpertos y (ici propio fUlIdador, como manifics tan con cuidada coincidellcia las Constitucioncs dci COh.:gl(l Il ()o) I, era "la ma,> cx<.:clcn. te imagen, y figura, ljUl' se 11<1 Il a l'Il Esp:lI1a, Ili CII otra parte dc la Christiandad: y la lane_ ça y rostro se .iu)'.ga hecho por mallos (Il' Àngeh.:s, lo qllal file hallaclo por milagro", 4w; estaba detr,is del cuadro dc la Ultima CClla y dc dos cortlll;IS llIoradas y dos l1l:gras I4. y dc modo indireclo nos hahla dc la adllliral'i611 que sllscitaha );1 pinlllra llUC luhrf;j lo,> mu. ros y bovedas dc la iglesia. Por cjclI1plo, ,il narrar los hcchos acolltccidos tras la rnuerte del patriarca cita l'I caso de Ikatriz Viloria, dOllcella dc (,) afios llUC perdio la Vista yen la iglesia dci Colegio "selltfa Illllcho cl no poder vcf la herrnOSUfa dc pinturas e irnagine,> y adreçn de altares quc oia dczir avia cn cl", por lo llUC en el scrrnon dc honras al patriar~ ca suplicò recuperar la vista, COIllO aSI succdi6 nos dicc cl hi6gra/"oI5.

El edificio y su contcnido supusieron un gran desembolso econ6mico, gue Escriva justific6 a través de la permanente comparaci6n con David y Salom6n y la construcci6n del tempio, pues defendfa fue edificado para honra de Dios, y provocar con su ejemplo, y no por vanidad humana.

La biograffa realizada por Jacinto Busquets Matoses, "Idea exemplar de prelados de· Iineada en la vida y virtudes del... senor D. Iuan de Ribera ... " [1683)], continua con la simbiosis entre el fundador y el edificio. De este modo, califica éste de reflejo de las viro tudes de primero, asi como "suntuosa obra, devota fabrica, y sagrado Pantheon por las blancas cenizas del mas divino Fenix", al que hace referencia el propio nombre de Cor­pus Christi, pero también de los santos del gue el edificio se convierte en auténtico reli­cario. La obra de Busguets es mas prolija en la adrniraci6n por la creaci6n artistica. La escalera, "maravillosa", conduce a la libreria, "sumptuosa"; la herrnosa arquitectura de la iglesia es la envidia de catedrales, y en ella destaca su excelente pintura, su retablo ma­yor de preciosos metales y piedras que alberga el venerado Crucifijo oculto por la Ultima Cena, que se especifica es de Francisco Ribalta. La soberana magnificencia del culto "translumbra e inflama en devoci6n", la destreza de los musicos conduce a un cielo glo­rioso y delicioso, y a ello contribuye también el adorno de la costosa capilla, la disposi· ci6n y concierto de las luces ... El resultado su spende la vista y pasma los sentidos, es ad· miraci6n del orbe, maravilla en dignidad, octava en el numero, seminario de letras y virtudes 16. El desconocimiento directo o personal que Busquests tiene del fundador da pa­so a una descripci6n mas detallada del edificio, que si conoce y transita, y se convierte en imagen del patriarca, tal y como finalizaba su obra Gaspar Aguilar.

Todas estas ideas las recoge fray Marcelo Maroma, obispo de Orihuela, lector censor de la obra de Busquets, quien establece constantes relaciones entre las virtudes humanas y la solidez del edificio, y destaca el colegio y seminario como metr6poli de todas ellas, y lo califica de "pasmosa fabrica" gue roba las palabras y el aliento, como a la reina de Saba le ocurri6 ante el tempIo y palacio de Salom6n, y en el que destaca la grandeza y ri­gueza del tempIo, sus religuias, la pintura, la musica y el culto divino.

14 Ibid., p. 252. " /hid., pp, 128·129. Obras conlcmporancas mostraron su aclmiraci6n por la f"undaciòn quc con cnonne ga,

lo embelled6 y honro a la ciuclacl. Por ejemplo, se dcslacaba "una quadra, y oratorio grande, muy adornndo l~~ I·' I l' .. I - I Y gf'lndc, quaclros de va lentcs pllllorcs, y cn c Icnço pnnclpa quc csla a la mano clerecha, ay muc UIS, y mu ' ,

reliquia" puestas en plata, y oro". RI'lacioll tll'lmil(/groso resea/e del Crt/cijì.1IJ ''l' las MOlljlls de S. losel'h 1ft Vall'lwllI, qUi' es/li l'n San/a Thi'c1a, Vah!Ol:ia, Chrysostomo Garriz, 1625, pp. 51 52. le

Il, J. Busqucls Matoses, Idea n.nl/plar de prelado.\' delineatili l'Il III l'ida l' l'ir/lII1t',\' "", .l'/'Iìor n. J/III/! I

Hibnu (/rm"i.lfJlI dr' Valencia, Valencia, I tiH1; principalmente pp. 1l:!7, \92,206,215 221.

/<.'1 colegio c/c Corpus Chri.l'fi ellfre cOfl.l'trucciones

Escalera adulcida en cercha realizada por Francisco Figuerola en 1599, y am­pliada en 1602 por Joan Baixet y Barto­lomé Abril.

(>71

Por lo tanto, a pesar del tiempo transcurrido entre la obra de Escriva [1612] y Bus­quets [1683], 10s recursos de alabanza del Colegio son similares: se 1egitiman por la coin­cidencia de intenciones con el tempIo de Salomon, construido para honrar a Dios, y com­parten el deseo de ape1ar a 10s sentidos, idea esta ultima ya presente en la cronica de Esco1ano [1610]. Por este motivo, la belleza de la obra favorecfa la transmutacion e in­vertia la capacidad sensoria1, pues suscitaba a 10s ciegos el deseo de recuperar la vision, mientras que a los videntes se 1es suspendia la vista.

La tercera biografia del patriarca fue publicada en Roma en 1734 por el fraile mini­mo fray Juan Jiménez 17 , y fue un proyecto estrechamente vinculado a la causa de beatifi­caci6n iniciada en 1729 y alcanzada en 1796. Dos aiios mas tarde dellogro esta biogra­ffa fue la elegida para ser reeditada, pues como se exponia en su prologo era la que mejor respondfa a las exigencias de la Ristoria. En lo estrictamente relacionado con el Colegio de Corpus Christi la exposicion es bastante coincidente con sus predecesoras 18.

Primero, porque seiiala gue los motivos de la fundacion fueron fieles a los principios tri­dentinos, por lo gue deseaba un colegio para la educacion en ciencias y piedad y un semi­nario gue fuese soporte de la disciplina ec\esiastica, aSI como ejemplo para corregir faltas en la devocion y veneracion a través de su capilla donde se potenciase la devocion al San­to Sacramento, a la Virgen y a los sanlOs, en desagravio a la actitud de los no catolicos.

Segundo, porgue la obra también se entiende como un medio para la alabanza de su fundador, pues es reflejo de su piedad y gusto: una "obra tan grande y ostentosa, que ver-

17 J. Jiménez, Vida, y virludes del ve/1erable siervo de Dios D. fallII de Ribera: Recopilada de l'arios al/fo­reso y de los Processos para ~u Beali ficacio/1 Roma 1734. lk • 'l' , ,

Ibid., lib. Il, cap. VIII.

Luis Arciniega Garc{a

672

Claustro con columnas de procedencia genovesa, realizado por Guillem del Rey entre 1599 y 1603; en el centro escultura romana sobre fuente de marmol y piedra realizada en 1603 por los canteros Bartolomé Abril y Juan Bautista Semerfa, que también realizaron la balaustrada de la galena superior del cJaustro.

daderamente es una corona de sus méritos, un triunfo de su devocion, y un milagro de su gran virtud; porque para terminarla hubieron de fatigar por el dilatado espacio de quince anos continuos el cuidado, la arte y la cordura". Emplea elogiosos epitetos sobre la rique­za de omamentos, la celebraci6n de oficios divinos, la musica, la arquitectura y el arte. De este modo, también califica la obra de majestuosa y ostentosa, y excluyendo la octa­va maravilla que reconoce para el monasterio del Escorial, le otorga la primacfa entre las fundaciones cat6licas. Habla del concierto y armonia de las dos puertas de acceso, de la excelente arquitectura de los retablos, de las pinturas que esmaltan las paredes, de la her­mosura del claustro y de su fuente y taza, de la maravillosa escalera, de los capaces apo­sentos, de la majestuosa libreria repleta de libros y adomada con jarrones, bustos de em­peradores romanos, y excelentes pinturas, de las oficinas admirables. El autor se muestra mas contenido que sus predecesores en transmitir la experiencia sensible, pero no se sus­trae totalmente. Asi, nos dice: "En el tempIo no tienen ménos, sino aun mucho mas c~n que embelesarse los ojos"; y de lo mucho que tiene "que admirar la vista" destaca sus se~s capillas, tribunas, crucero, cupula, capilla mayor, pinturas y retablos de excelent~ ~qUJ­tectura, entre los que subraya el del altar mayor, con la imagen de Cristo CruClflcado, acuita por ellienzo de la Ultima Cena pintado por Francisco Ribalta, "uno de los Valen-

E/ cO/CRio de Corpus Christi (,/ltr(' CO/lstrucc;O/l(,s

cianos célehres que f1oreciéron en aquella centuria, supo acreditar de su famoso pincel la valentfa". Frase apreciable por ser, nuevamcnte, cl unico nombre de artffice que nos pro­porcinna. Relevante tamhién l'esulta cl continuado elogio a las pinturas del tempio, lo s~­ficientemente dafiadas y apreciadas en el primer cuarto del siglo XVIII para que AntoniO Palomino y Velasco, presbitero y pintor de camara de S.M., firmara desde Madrid el 2 de julio de 1726 los consejos para su restauracion 19.

Y tercero, porque justifica el gasto (400.000 escudos) delmagnffico seminario y os­tentosa capili a en el deseo de impulsar la veneracion al Santo Sacramento, a la Virgen Maria y a todos los Santos, como a eomplacencia de Dios Moisés adorno el tabernaculo, o David tuvo la voluntad de edificar un majestuoso tempio, que realizo su hijo Salomon.

Con motivo de la beatifacion del fundador a finales del siglo XV/II, como se ha indica­do, se reeditaron algunas biografias, pero también aparecerieron otras, como la del fraile mi­nimo Vicenzo Castrill020, postulador de la causa de beatificacion. En ella elimina la mayo­rfa de los recursos de sus predecesores, aunque mantiene el uso abrumador de epitetos para describir el edificio en su conjunto (incomparable, excelente, suntuoso ... , grande y magni­fico, que pretendia convertir en Paraiso), y es sus partes (con espaciosos atrios, claustro de exquisitas columnas, magnifica libreria e iglesia grande, bella y rica, donde destaca sus tri­bunas, coro, gran cupula y retablo con el crucifijo y con el cuadro de Ribalta).

Sin el probable caracter apologético de los biografos, pero con las obras de éstos co­mo fuente, los viajeros participaron casi unanimemente de la alabanza del edificio. El car­denal italiano Francesco Barberini en Valencia camino de regreso a Roma tras su legacion con mas de cien personas para buscar una solucion al confIicto entre Espafia y Francia por La Valtellina, paso estratégico en el norte de Italia y punto de tension religiosa, visito el colegio en 1626 por promesa que hizo a la esposa del marqués de Povar y virrey de Va­lencia, y ella sobrina del fundador Juan de Ribera, y tal vez buscando el impulso a la beatificacion. Cassiano del Pozzo, célebre erudito, mecenas, coleccionista y miembro de la Accademia dei Lincei, en una de las escasas opiniones criticas, dijo de la iglesia que no era muy grande y que tenia buenas bovedas pintadas al fresco por persona que no sabfa mucho, pero destaco el retablo mayor, con el cuadro de la Ultima Cena movible y el Cris­to albergado detras. También anotola presencia de la imagen del patriarca bajo un balda­qui no, y las numerosas reliquias21

• Los locales no admitieron los elogios dubitativos y es comprensible que recordaran mas en este séquito al cardenal Giulio Cesare Barberini. Y es que este eminente personaje, que no accedio al papado por el veto espafiol, se quedo maravillado al ver el edificio, y afirmo que era suficiente obra para canonizar a su funda­dor22

. El caballero francés Des Essarts d' Angers, miembro de la embajada extraordinaria de Francia para pedir en nombre de Luis XIV la mano de la infanta Marfa Teresa, en 1659 viaj6 de modo particular a Valencia, y en su diario anoto que le parecio una ciudad de ca-

---• 19 ACCe,lcgajo 13'.1. Tras una prucha quc mo,lrasc quc no se emborronaba la pinlura. limpiar con espon­J_aempapada en agua lihia <':Cln Jahon, Y l\<.:lararlo con agua lilllpia, y lIna vcz seeo reloear allcmplc las partes da­nadas.

1iJ Y. Caslrillo. Villl del BealO Giovallll; di' Nibnll l'lIlrillrc/1II tli Aliliochill ... I dlllll III/II luce ileI/a di lui be-QII/lIQ'l( • d I L . •

, '. "" a ,(MO p Vlu'tlm CI/SInI/o, Roma, 1796. mi ( U d/(~ri{J del via)1' a IÙjlllna d(.1 ('lIrdl'lIal Frall('/,s('o Uorl>l'rllli ('.\1 'tl lo por Cassial/o del Po::o. A. Ansel­

,ed.). AranJue/, 2004.

,. Se trata del le~limonio cn 16H I dc Gaspar dc Mompalau, saccnlolt!. recogido cn Sacra Rillllll/! COllgre­RQtlrme Val .. . I R·' P . / A . } . et Are/ .•. entrna Bealificaliom.l, l'I Ca/lOfliZlllio/lis VI·/l. S,'r!'i f)l'i .Imlllllls I (' t )era alnarc Wl' Illwc ll'm.

llepl.lCOpl Valt'tl/i/l··, Roma, 169H. Summariulll, p. 77.

Luis Arciniega Garc{a 674

'd ' uc con edificios intercsantes, entre los gue destac6 sas estrechas y ma~ constr,ub, a~\ acun

qn Ul1 ''',r'icter dcvocional, cl italian.o Domenico Laf-

I ' d I P t arc" RI en o ~, , el Co eglO e a n, ," ... "( 1691) a su paso por Valcncia se extendi6 f "D Il t ba alla culla c vn lungo p"sso I en .a a om " [' "'dificios cntrc los quc subray6 cl Colegio de Corpus

en eloglOs a la me tropo I Y sus C . , ' . J" .24 . . . 't . Y dot'\clon de ornamentos y rc IqUlas . Chnstl de buena arqUltec urd' .' . ..' , .

, .' 'I d'f' '0 particip6 en cl mlsmo siglo dc los recursos hlperbohcos El reconoCl mlento a e I ICI . . . . . . " ' d' nstrucciones con El ESCOrIaI a la cabcza, y con el gue la fun-apltcados a oh as gran es co' . /". " d l C I ' t / muclloS puntos cn contacto por suces I6n cronologIca e Intenclo-daclOn e o eglO el1la ' '. .' / . Y h b'tuai en ei edificio escunalense, el ColeglO se VInculo a las maravI-nes. como era a l' . ,

llas de la Antigiiedad. De este modo, desde el orgullo local Marcos An:omo OrtI lo califico de "seminario de Santidad, i tan sumptuoso Alca9ar que solo ~e falto p~ra poder-

ntar entre Ias maravillas del mundo el no ser tan antlguo que huvlesse podldo alcan-se co l ., l A . .. d d B fbl' çar Ios tiempos de las siete"25. Y otros insinuaron su re aClOn con a ntlgue ~ l Ica, como constantemente lo hacian las biograffas del fundador. De este modo, el mcansable Pedro Cubero Sebastian, que habfa recorrido el mundo, aillegar a Valencia y destacar la importancia de sus monumentos, coloc6 en primer plano la fundaci6n del patriarca Ribe­ra; en este sentido dice:

Lo que mas me arrebato las atenciones en la Noble y Leal ciudad de Valencia, fue la sumptuosa Iglesia del Maximo, y rea! Co1egio de Corpus Christi. Admirè lo bien ideado, y executado de su arquitectura, te­niendo motivo para imaginar, que su Fundador, qual otro Moyses en el Monte, recibi6 el diserio, y COllS­

tituciones para su goviemo de DioS26.

También destac6 que su iglesia suspendia los sentidos, puesto que esUi bien acabada, tiene hermosos retablos y rejas de bronce para custodiar sus capillas y crucero, y las pa­redes y b6vedas se cubren con pinturas al fresco de varias y apacibles historias divinas, que todas estan brillando a la vista.

Esta preeminencia del Colegio de Corpus Christi permaneci6 durante el siglo XVIII en­tre muchos viajeros e historiadores. Para Pascual Esc1apés, su fabrica era heroica y mag­nificente, formada por excelentes y costosos materiales, y célebre, a lo que contribuia so­bresalientemente los oficios divinos27• Y esta idea qued6 fijada merced al caracter distintivo que le otorg6 Antonio Ponz en "Viaje de Espafia" (1772-1794, vols. XX). Re­dactada de modo epistolar, surgi6 como guia artistica de Espafia, y por elIo editada en un formato pequefio para abaratar costes y facilitar su manejo a los viajeros, pero también

2) fournal du voyage du sieur D. E. fait a l'année mil six cellS cillquante-neuj. de Madrid a Alicante et li Valence, et de Valence d Madrid, incluido en la publicacion de Fral/çois Bertal/t, fOl/mal dII l'oyage d'Espag­ne:' contenant une description de ses Royaumes, et de ses principales villes, Parfs. 1669. pp. 239-250. También edltado en Parfs, 1682.

24 D. Garcfa Cueto, Seicento b%nés y Siglo de Oro espanol: el arte, la época. los protagonistas, Madrid. 2006, pp. 179-180 Y 434-435,

. 2~ M. A. Ortf, Segundo centenario de los anos de la canolli::.aci6/l del Apos(fJt6Iico, y Profetico \àron San Vue;te Ferrer e/ atio 1655, Va1encia, 1656. p. 57. _

P Cubero Seba,tHln, SegUI/da peregrillacion del dotor D. Pedro Cubero Sebastillll donde refiere /os Sll­

cl'UOS ftUlS ml'morables, assi ell las guerras de Vngria, ell el assedio de Buda, batal/a de rlrsan. y Ofl'llS: IUHtll /legar a Valellcia, de quiell rl'fiere las cosas Ilotables, Va1encia, [697. cap. XXXXVI. pp. 156ss.

• P. Lsdapés de Guil16, Resumell historia/ de /a jillldacioll y alltigìiedad de /11 <'iudatl de Hl/el/cia de /0.\

l'df'llll/o.! o dd Cid Sus progresos. alllplllll'/Oti y lahricas insignes COli olras parl/cu/arll/a"es ~tl aduTlwdo ,'01/

111/ ftUl/JlI d,· IU ill/ligua y prest'l/Ie SilUlIc"JI1 y IIllll c/'Oll%gia de sl/ce,w.\' 1Il/.'/IIorllhlt's, ValenCla, 1738

El colegio de Corpus Christi entre COl1strucciones 675

como cat.'ilogo de monumentos con intenciones rectoras de opini6n, imponiendo el crite­rio c1asicista y los postulados de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que fue su secretario, como autoridad y modelo con la aspiraci6n de reformar las artes en Espafia. Raz6n por la que su descripci6n no es exhaustiva, sino que escudrifia ejem­plos que puedan actuar como tales, y en Valencia cumplieron esta funci6n el monasterio de San Miguel de los Reyes y el Colegio de Corpus Christi, que adquiri6 mayor dimen­si6n por tener una cronologia menos dilatada.

En 1774 se public6 ellibro III de la obra de Ponz, que lo finaliza en Valencia, y con­cretamente, por impaciencia en ver sus maravillas [el t. IV es el dedicado al resto de Va­lencia], en el Colegio de Corpus Christi, la principal fundaci6n del patriarca Ribera, que "como sujeto de s61ida erudici6n y excelente gusto, pens6 maduramente en el acierto de la obra material, que realmente es la mejor, mas arreglada y magnifica que en materia de arquitectura hay dentro de las murallas de la ciudad". En su opini6n, gozaba de buenas fachadas, magnifica iglesia, asi como magnificos y espaciosos claustro y escalera28 . Des­cribi6 los principales elementos arquitect6nicos, su cronologia constructiva, coste y arti­fices, una informacion hasta la fecha enormemente descuidada: el claustro por Guillem del Rey, la escalera por Francisco Figuerola, la iglesia por Anton [sie] del Rey, el retablo mayor (del que dice no se sabe la procedencia de las columnas de jaspe) por Francisco Pérez en la carpinteria y Francisco Ribalta en la pintura de la Ultima Cena, los frescos de la iglesia principalmente por Bartolomé Matarana, los de la capilla del Monumento por Tomas Hemandez, y sefiala otras muchas obras de pintura. Su obra evidencia un deseo de avanzar frente a lo sefialado hasta la fecha. No solo por el considerable aumento de nom­bres y sus contribuciones, sino por las descripciones artisticas y arquitectonicas mas pre­cisas e incluso criticas. En este ultimo caso, frente a la alusion a los muros esmaltados por las pinturas que constituyo un recurso constante, Ponz detalla su iconografia, pero tam­bién su deplorable estado a causa del incienso.

La obra de Ponz combatio la inercia descriptiva sensitiva, pero inici6 otra de diferente sesgo, pues tuvo un uso abrumador. De elIo dan testimonio las numerosas ediciones y las traducciones a otros idiomas, por ejemplo en 1774 al francés y en 1775 al aleman, asi co­mo el caracter endogamico que adquirio la informacion sobre las artes desde la aparici6n de su trabajo. Muchos viajeros lo utilizaron como libro de cabecera, y en sus trabajos simple­mente copiaron o tradujeron las palabras del que se reconocia como autoridad. Cas~ al pie le seguian Jean-François Peyron desde Francia, Antonio Conca y Alcaroy desde italia ...

Pocos anos después que Ponz, otros ilustrados realizaron recorridos similares con ob­jetivos mas especificos, como para las Bellas Artes hizo Juan Agustin Cean Berm.udez. En Valencia, al menos, estuvo en julio de 1788, y con sus impresiones y ~a ?e sus ~~f~r­mantes incluyo el Colegio en doce de las biografias de pintores que pubhco en el Dl~­cionario de los mas ilustres profesores de las Bellas Artes en Espa~a" (1800), y que, a fl­nales de siglo ampliarfa el conde de la Vifiaza, y de modo mas autonomo hana su aportaci6n el baron de Alcahalf29. , ., .

La beatificacion de Juan de Ribera en 1796 supuso un apoyo mas al mteres por ~l.edl­ficio, justific6 mayores cuidados y en algunos casos transformaciones. De la actlvldad fr , . ' f' d saci6n entre el "pardal :netlca por poner la casa en orden nos habla la 19ura a conver "" Sls6" de la veleta del campanario de la iglesia de san Juan del Mercado y el Drac del

:: A. Ponz, Viaje de Espaiia, t. IIl, 1774, carta X; comcntarios en 4, 20, 21, 25. B. de Alcahalf, Diccionario BioRraflco de artistas valellcianos, Valenela, 1897.

676 Lui,l' ArcinieRa Garda

Colcgio (eaim;in disel'ado dci alrio), l(uc se cxprcsaha l'n cslos 16~lT1inos: "[)os mcsos hau­rà lo mcyns / que hu posen dc punl l'n hlam:, / 101 ho rcnovcn, pmturcs, cis claustros han hlanquel'hal, dc holcs Y dc faròls / no es l'onlen cis Illillanars"qo. En cuanlo.a las altera­eiones m,is signifil'ali\'as dc la disposÌl'iòn originai dci Colcgl(), dcstaca la mtcrvenci6n en la l'apilla jcl Angcl Cuslodio, que sc eonvirliò l'n capilla dci bcato bajo la direcci6n dci arquilecto Vil'enle Marl,o.

A lo largo dci siglo XI\. los elogios eonlinuaron y l'n muchos casos cl estahlccer su preel11inenl'ia sohre h)s 011'08 edifieios valeneianos. ASI lo hizo, por cjcmplo, Juan Agus­tin Cdn Benmidel. l'n las adieiones a la oora dc Eugcnio Llaguno sobre los arquitectos en Espaiia, al dcfender un lugar distinguido para iglesia y colcgio, "por ser obras muy re­comendables y dignas de loda alabanza"lI. En parecidos términos de prelaci6n se mani­feslò Francisco de Paula Mellado, que considero que sobresalfa por su arreglada y mag­nifica arquitecturaJ2 . J. A. Cean Bermudez parti o de las palabras de A. Ponz, como demuestra la pervivencia de errores como el de la figura de Antonio del Rey, pero ampli6 dicha urdimore con infonnaci6n precisa sobre artffices, obras, cronologia, costes ...

En los diffciles momentos que durante el siglo XIX vivio el patrimonio eclesiastico, el Colegio gozo de especial proteccion. En junio de 1812, durante el gobierno francés, el mariscal Suchet, duque del Albufera, manifesto su proteccion al Colegio de Corpus Chris­ti de VaIencia en la instruccion de jovenes en el arte de la Musica, para el que nombro or­ganista de esta real capilla a Antonio Lureta, clérigo tonsurad033

. Lamentablemente no pudo evitarse el expolio de Ios metaIes preciosos de los relicarios. Afios después, la obra de Franco de Sena Chomeli, que constataba el impacto gue el Colegio despertaba en los viajeros y declaraba surgir como gufa para los ilustrados e instruidos, era en realidad (so­bre todo por sus anacronicas afirmaciones artfsticas) un modo de evidenciar el aprecio continuado hacia el Colegio, incluidas las medidas desamortizadoras gue finalmente evi­to merced al caracter especial de la institucion34.

A finales del siglo XIX, con motivo de la cercanfa del primer centenario de la beatifi­cacion se renovaron los pisos de la iglesia, atrio, claustro y patio, y un especial cuidado recibieron los frescos de la iglesia, de los gue Ponz ya decfa eran apenas perceptibles en sus historias, pues fueron restaurados por Vicente Bonas y Momp035. Una intervencion anunciada gue conto o suscit6 estudios como los de F. Tarfn y Juaneda, V. AIcayne y F. Vilanova. Y nuevamente, la efeméride supuso una intervencion gue en beneficio del re­cuerdo del fundador altero algunos de sus significados. En concreto, su aIcoba se convir­tio en oratorio en 1895; y con caracter mas publico se coloco en el centro del claustro la

'0 J, Mestre, Apulltes biograficos del beato 1/10/1 de Ribera, Patriarca de Alltioqufo, COli III/ti sucillta r .. ltI-cio/1 de lasfiestas de su beatiJicaci611 eli Roma y Valencia, Valencia, 1896, p, 101. ,.

'I E. L1aguno y Amirola, Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de Espafia desde S/I Rl'stauf'{/c/oII.,. Ilus/radas y acrecentadas COli 1I0tas, adiciones y docl/lIlelltos por dOli lumi AgI/stili Cl'tllI-Ber/llude~, I. III. Ma­drid, 1829, adiciones ano 1586 y documento XVII.

J2 F. de P. Mellado, Espana geografica, hist6rica, estadistica y pilltoresca, Madrid, 184~. p, 838, . l' C t H' . d .. I C ANI p . F I Stl"het ,84 AP, 39. n. M) . en re Istonque es Arclllves NatlOnales de France = H . anso Dm , • . . ..

4() 137 E . C I " l 'I IlIi~IlIl1 edifiCIO de , n, .' n mayo de J 812 se aprob6 la conservaci6n de la Acadel1lIU de San ar os cl e ' '., d'I

I A d· . eoo l' ' y a conllenzos e a U Icncla de Carlos III, y contirm6 la asignacion dada por Carlos IV de 6 .. 1 alllla eS ••

II1CS sigulcnte cont'inno a sus profesores (CHAN. Paris, Fond Suehet, 384 AP, 44). I b' t 11ll1l • I; {'h l ' - .. " E' , E'I . ' 't' jill/dado l'or l' t ti o t '- ocoflle I y Llobell, Rese/ili Illst!5uca del Real ( oleglO de L orplM L /11,\ l,

d.' I<liwrtl , Valcncia, 1868. E' l''' II' Cor-, c' I . ., l' R ', 'l' l ) ' ,'I R. L" t,~ Il! ,

>(J JfC c:stas rc~tauraCl()nes véase P. Boronal y BarrachIlHI. 1-, B . .flUIII (, l" {

pus ('"ill/, Vakllda, 1')04, cap. XVII.

m colef!,io dc Cor C·· , pus hnSfl cl1trc cOl1sfrucciones 677

Claustro con la escultura de san Juan de Ribera realizada por Mariano Benlliure en 1896.

estatua sedente del fundador, realizada con mannol de Carrara por el escultor Mariano Benlliure en 1896, y que sustituyo la fuente de marmol y piedra de Ribarroja construida en 1603 por los italianos Bartolomé Abril y Juan Bautista Semerfa, y culrninada por una figura togada de época romana con afiadidos de otras piezas en cabeza y manos. Una es­cultura clasica que por su utilizacion evidenciaba una vez mas el sesgo humanista de la fundacion, y constataba la presencia de una tradicion clasica y contemporaneamente evangélica en un reino con notable presencia morisca.

A comienzos del siglo xx 10s trabajos de pretensiones hagiograficas y 10s centrados en las artes confluyen en la obra que el erudito y eclesiastico Pascual Boronat y Barrachi­na sobre el B. Juan de Ribera y el R. Colegio de Corpus Christi. En ella incide en uno de los aspectos tradicionalmente mas polémicos en la vida del patriarca, precisamente la ex­pulsi6n de los moriscos, y gue ya habla abordado en una obra anterior, y, sobre todo por su apéndice documentai es evidente su interés por el proceso constructivo y de dotacion artIstica del citado Colegio. En este caso, Boronat se muestra cercano a 10s comentarios de I~s bi6grafos anteriores, puesto gue entiende el mérito artIstico del edificio como ex­presl6n de la fe ardiente de su fundador; y aunque elude las vinculaciones biblicas de sus predecesores, considera gue esta obra a través de una arquitectura severa sin pesadez, ele­gante sin reminiscencias profanas, acertada en la distribucion de la luz y artistica en sus proporciones, evidencia que es el TempIo del Sefior y en ella el alma se recoge en medi-

Luis Arciniega Garda

678 , d "t' 'U tl'unsccndenciu, carente de sentimentalis_ , OCloncs c I11IS le

taci6n profunda Y Slente em d', 'igor dcsurrolla Y amplia cl csquema apuntado mos de falsa piedad\6. Por otl:O la o, con I

Por Juan Agustfn Ccan Be~l11udl cz, d 1'lS el'(')niC'ls rcgnfcolas y las biograffas dci fun-B 't vIta c scsgo c ,. ,.

La obra de OfOna c . l' 'l'f' 'l' ) c ineidcll cn su impacto cn ulla devoci6n ba-Id> 1 eseuct'lmente a (X I le ( , . ,

dador. que a u el, 'I " d 's'lrroll'llos lrabaJ'os ilustrados y posltlvistas cen-I ' 'd' por c eontnulO c., ,. '. ,

sada en 08 sen~l OSo y" " ,'. i s cn cl portico del ultimo cuarto del sIglo XVII!. Fehl

::i~l~~de~;l~:ao:~~~I:~t~:I~~t~~:I~~'~~I~ios Cll Espana es que ell 190~, cl ~ismo ano de la pu-, ' , ' b d B ' al se creo la pril11era catedra de Hlstofla del Arte en Espa-

bhcaCion de la o ra e Olon" . ' El' 'T' B , I U' 'dad COll1plutense el tamblén valenclano las lormo. oro-na gue ocupo en a 111 versI '

, I 'f macl'on y el apéndice documentai sobre contratos de obras, nat abruma con a 111 or . , ' , " d etc del gue han partido numerosos trabaJos de anahsls contex-reconoc1l1uentos e pago, " , 7 " r

tualizado en un panorama amplio hasta nuestros dlas3 , aungue tal vez no slempre justa-

mente reconocido. . , , En el siglo xx algunos acontecimientos sobresaltaron la trangUlhdad d~l, ColeglO, co-

mo las obras de proteccion y refuerzo como refugio durante la G~err~,ClvIl, la adecu~­cion del Museo por el arguitecto Carlos Soria en 1953, y la canomzaClOn de Juan de RI­bera en 1960, lo gue suscito una nueva limpieza de las pinturas de la iglesia38

, La estrecha relacion entre el Colegio y su fundador ha sido expuesta por cronistas, bi6grafos e histo­riadores hasta nuestros dias. Por un lado, como expresi6n de su pensarniento religioso, y supeditado a él del artistico; y, por otro, se ha convertido en su monumento y recuerdo permanente. Resulta significativo gue la declaraci6n como monumento hist6rico artistico de interés nacional se produjera dos afios después de la canonizaci6n. El analisis hist6ri­co defiende la competencia del fundador en temas artisticos, asi como en los arguitecto­nicos, con la colaboraci6n de personajes como Miguel de Espinosa, obispo de Marruecos,

Aungue la vinculacion entre Colegio y fundador ha sido destacada de modo constan­te, el estudio del edificio ha experimentado una nitida evoluci6n. Por un lado, el anaIisis ha ganado en rigor historico conseguida la beatificaci6n, gue vino ya precedida por estu­dios de claro sesgo historico-artistico, En ellos, se evitan los comentarios basados en ne­xos con la antigiiedad y la arguitectura biblica como el tempIo de Salom6n, asi como la sumision al Escorial. Igualmente, de la alabanza basada en la experiencia sensible y con

36 Ibid" pp. 26 Y 237-238.

37 ,R, Robres y V. Castell, Una visita ai Reai Coiegio Seminario de Corpus Christi de Va/encia. Breve gli/a de la zlustre fundacz6n del beato Juan de Ribera, Madrid, 1942; que eseneialmente es un util inventario de su patnmomo mueble, y que en la segunda ediei6n recibi6 el titulo mas aeertado de Catalogo artrstico ilustrado d~l Real C~legio y Seminario de Corpus Christi de Valencia, Valeneia, 1951 , Sobre él avanz6 en la interpreta­cl6n F. ,Benito Doméneeh, Pinturas y pintores en el Real Co/egio del Corpus Christi, Valencia, 1980, y "Pintu­ras y ptntores en el Real Colegio de Corpus Christi", en Domus Speciosa, 400 ano.\' del colegio del Patriarca, ValencJa, 2006, pp, 133-181; Y sobre la obra de Boronat en lo arquitect6nico en La arquitectllra del Colegio del Patrzar~a y sus artifices, Valencia, 1981; Y J, Bérehez y M, G6mez-Ferrer, "Real Colegio del Corpus Christi o del Patnarea" en V. l " A' , , , _

, .' a enCta, rquztectura RehglOsa, ValencJa 1995, D, Benito Goerlich "Paredes que ensenan: I~qcl ~. . , ' ' . J . 08 pie neos murales del coleglO de Corpus Christi", en Domus Speciosa"" pp. 61-131; asi como "San uan de RI bera y las image d U ' . .. ' . R'b "nes sagra as, n arte al servlclo de la Fe", en Cura e et Studll E,empiI/II!, El Patrlar-~~ "lE~r~, ('uatroczentos anos después, E, Callado Estela (Coord.), Valencia, 2009, pp, 339-420, J, L10pis Ver­A ' c austro del coleglO de Corpus Christi de Valencia, Analisis formai y compositivo", Archil'o Espmjol de

rt(~"LXXX, 317, 207 (2007), pp, 4565,

l .' v. C'aree! Ortf, "Restauraciones de las pinturas murales de la iglesia del Patrian;a" Archil'(J de Arte 14/-"'''lliflO (1<)64), pp. 46-55. '

El co!cgio de Corpus Christi en/re construcciones 679

una indiferencia hacia la identificacion de autores, que solo pudo superar Francisco Ri­balta, se paso hacia el ultimo cuarto del siglo XVIII a una identificacion de artifices, con­tribuciones y cronologia, y ya desde la segunda mitad del siglo xx a un amilisis arquitec­tonico y artistico circunstanciado en la cultura de su tiempo. Y en este senti do, la construccion del conocimiento sobre una obra de arte es indispensable para identificar prejuicios, pero también para recuperar los instrumentos que explican parte de sus esti­mulos creativos y los de su recepcion en el tiempo.

La construccion historica esta en constante dialéctica con los estudios del pasado, y por elio es oportuno revisal' fuentes condicionadas, como también lo es revisar las contri­buciones aparentemente consolidadas. En este sentido, es evidente que la iniciada por Antonio Ponz, y ampliada por Juan Agustin Cean Bermudez y Pascual Boronat, sobre identificacion de artifices y obras, y cronologia y costes de éstas, se ha mantenido pnicti­camente hasta nuestros dias. Sin embargo, esta firme cimentacion positivista tiene toda­via recorrido. En concreto, asi lo presentamos en 2007 a través del estudio del libro de gastos de la obra del Colegio de Corpus Christi, principal y valiosa fuente de informa­cion39

. Nuestra aportacion se sustenta en una base de datos relacional que sistematiza los libros de fabrica, procesa estadisticamente la informacion y presenta una visualizacion gnifica que facilita la comprension del proceso constructivo y concluir sobre aspectos fi­nancieros y administrativos, como el abastecimiento de materiales, la evolucion de pre­cios y de salarios, las condiciones de trabajo, etc. La base de datos creada nos permite mantener el orden que presentan los originales, pero también agrupar la informacion me­diante conceptos creados ad hoc, por fechas, por artifices, por zona de trabajo, etc., sal­vando los folios de distancia que separan unas datas de las otras. Todo ello, sin renunciar a multiples referencias cruzadas.

En nuestra Tesis Doctorallefda en 2000 y publicada un ano mas tarde40 ya se sistema­tizaron los dos libros de fabrica del claustro sur del monasterio de San Miguel de los Re­yes, que comprenden de 1579 a 1607, a través de cerca de nueve mil registros. La exten­sion de esta metodologia al Colegio de Corpus Cmisti, a través de mas de diez mil nuevos registros permite anadir al anaIisis anterior la posibilidad de comparacion. Sirva como ejemplo el grafico que presentamos sobre la evolucion del gasto anual en las dos obras citadas para entender la envergadura de la del Colegio de Corpus Cmisti, que incluye el claustro y sus dependencias, como en el monasterio jeronimo, pero también y a diferen­cia de éste la iglesia y su dotacion mueble.

El libro de gastos del Colegio es una recopilacion de pliegos de gastos efectuados por diferentes personas, como mosén Cristobal Colom, mosén Joan Josep Agorreta, mosé.n Molla y el obispo de Marruecos Miguel de Espinosa. Los gastos pueden recogerse por. dI­ferentes conceptos o por determinados periodos de tiempo, y las cuentas eran superv~sa­das por el canoni go y contador Molla. En ] 600 se aprecia una inflexion en la orgaI11za­ci6n de los datos, presentandose desde ese momento de forma mas clara y ordenada. De cualquier modo, las matizaciones a esta fuente deben seI' constantes: hay pagos que se du-

!'i "L' . . . " I d Md" . C()llstl'll"citln y organizaci6n de la obras". po-a arqUltectura religIosa valencwna en la .;( a o <.:1 n". . . ~ , ne ,' . I ' '.,. ' . 'l'' .' ')11 ,'II Ellrolw l'II época //Iedlel'al \' moder-nela elda en el semmano mternaclonal Arqlllli'CIUra l'II (OIlS I Il( (II ,- '.

na, celebrado en la UIMP sede de Valencia del 19 al 23 de novicmbre dc 2007, Los problemas de smteslS que pl ' . , bi"" o Illl h ilusi6n Ilor este tema, que en la ex-antea un trabajo tan amplio nos obligo a aplaza!" su pu IcaClon, per ,. : . ' Po,ici6n oral de enero de 20 Il se volvio a presentar en el congreso intcrnacional gue ongm6 es~~ lIbro. .

4iJL • • diR'" Arquill'cll/ra l' cOlIslrucc/On l'n el amb,-. ArclIliega Garda, El mona.~teri() de Si/n Mllil/e! e 0.\' (yIS. -

lo valenciano de la época moderna, Valencia, 200 I.

Luis Arciniega Garcfa 680

25000

20000

15000

10000

5000

o 1111 ••

Grafico comparado del gasto anual en libras en el c1austro sur del monasterio de San Miguel de 105 Re­yes (negro), segun los libros de fabrica (1579-1607) y en el Colegio de Corpus Christi (gris), segun elli­bro de gasto (1586-1610).

plican, pues aparecen en el orden cronol6gico y el agrupado por conceptos; hay gastos muy diversos, y no estrictamente constructivos, pues se incluyen los de dotaci6n mueble y liturgica, asi como los del funcionarniento de la propia casa bajo la laxa expresi6n "y otras cosas", como los jornales de organistas; y hay otros estrictamente constructivos que no se recogen.

Respecto al ultimo punto del parrafo anterior, es significativo que ni en el citado libro ni en las cuentas sefialadas por el patriarca en 1602 se incluya el coste de la compra de casas destinadas a configurar el solar necesario que tuvo lugar principalmente entre 1580 y 1583, pues en la carta de fundaci6n de este ano dice tener la mayorfa de ellas compra­das; en concreto, el testimonio de Jacobo Crist6bal Ferrer, sacerdote beneficiado en la ca­tedral de Valencia, que dijo haber visto las escrituras de compra de 49 casas con un gas­to de 18.916 libras y 5 sueldos41 • Por su parte P. Boronat especific6 que en ellapso citado se compraron veinte casas, y desde 1583 al inicio de las obras en 1586 seis mas, aunque

41 R. Robres L1uch, San Juan de Ribera, patriar"a de Al1Iioqllfa, arzobispo y dI'l'''.\' de Valencia 1532-1611. Un OblSpO segun et ideaI de Trento, Barcelona, 1960. Se trata del testimonio de Jaime Crist6bal Fener, benefi­clado de la catedral, nOlario del patriarca, sindico y procurador del Colegio, recogido en Sacra Ritlllllll Congre­gatlOm', "Summarium", 8, pp. 57-51l.

F:I colegio de Corpus Chrisli enlre cOlIstrucc;ones 6~1

siguieron incorponllldose hasta 159542 . Diversidad de criterios gue se acentua con el re­cuerdo de hechos notables con el gue inicia sus protocolos cl notario Juan Bautista Alca­iiiz, pues en uno apunta: "Memoria com en lo mes de octubre MDLXXXVI se començà a posar mà en la obra del collegi del Patriarca l' Arguebisbe de València; diuhen se han de den·ocar per a dita obra cent y lres cases baxes [roto] letes"4,. Independientemente de la discrepancia del numero de casas, su presencia en el libro de gastos es reducida: 5610 re­eoge un pago por este concepto, 200 libras gue se pagaron en enero de 1593 a un francés que no quiso abandonar la casa hasta que el asunto se resolvi6 por sentencia; a finales de 1596 cerca de 3 libras por lo gue faltaba por pagar por la compra de una casa que se de­n·ib6 para el Colegio; y en 1597 se pagan algo mas de 8 libras por los autos por la incor­poraci6n de cuatro nuevas casas, pero no el coste de las mismas. Por el contrario, si se in­cluye en 160 l el pago de 90 libras a cumplirniento de una casa junto al Colegio para recoger los carros, el pago de 77 libras y media de las pensiones de un violario cargado en las casas vendidas por Francisco Juan Selos, o los gastos en 1605 en la casa alta de la plaza de la Olivera.

El grafico que representa el gasto en la obra evidencia una financiaci6n sostenida y con una tendencia daramente alci sta hasta 1604, momento en el que la capilla fue inau­gurada ante la presencia de Felipe III. Este comportarniento encuentra justificaci6n en la politica del fundador y su apoyo econ6mico a la casa. La carta de Fundaci6n de 1583 ya seiialaba que su intenci6n era dotar al Colegio de renta y patrimonio perpetuos; pero és­te fue un logro bastante tardio. En la carta de 1594 por la que ofreci6 al rey el patronato ya especifica daramente que la financiaci6n habia sido propia, merced a su patrimonio antes de ser obispo y al que recibi6 con la muerte de su padre44

• Y la base territori al s610 se consolid6 conIa enfermedad y muerte de Miguel de Espinosa, primer rector del Cole­gio y auténtico pilar en su proceso constructivo: ellugar de Alfara fue donado al Colegio el 14 de septiembre de 1601 y Burjassot el lO de junio de 1604. Por otro lado, es impor­tante seiialar que ademas de la dotaci6n dirigida a la autosuficiencia, el patriarca mantu­vo su apoyo. Asi lo refleja daramente el libro de gastos, donde se separan los ingresos procedentes de las rentas del Colegio de las subvenciones del fundador; al igual que el momento de tensi6n vivido en 1602, cuando ante elnotario Gaspar Joan Mic6, el patriar­ca reclam6 parte del dinero adelantado al Colegio para poder satisfacer un socorro al Rey de 15.000 libras. En concreto, el 13 de marzo, el fundador decfa haber invertido mas de 60.000 libras en el Colegio, que lo habia dotado dellugar de Alfara, censales y otros bien­es por valor superior a 200.000 libras (todavia no se induia la cesi6n de Burjassot), y que durante diversos aiios habia prestado al Colegio 33.560 libras, 7 sueldos y 5 dineros, en­tregadas por 10s mayordomos de hacienda José Nadal, Juan José Agorreta y mosén An­drés Puig para las columnas y balaustres del daustro, los cuadros pintados en Roma pa­ra las capillas, y otras cosas necesarias para la liturgia, con la condici6n de recuperarlos con las rentas del Colegio. Ante la voluntad del patriarca de recobrar parte ?e ~o adelan­tado, y la imposibilidad de cumplirlo, pues ya se habfa gastado en la obra y fabnca, se de­cidi6 vender los dos censales que respondfa la villa de Gandfa al Colegi045

• L~ s~ma de las mas de 60.000 libras entregadas por el patriarca y las 33.560 adelantadas COinCIde con

42 P . Boronat, op. ciI., pp. 29 Y 30. . _. o

43 Archivo de Protocolos Colcgio Corpus Christi [=APCCCJ, Juan Bautlsta Alcal11z, n 14.113.

~ F. Escriva, op. cit., pp. 207-211. . ArchlYo Hist6rico Nacional [=AHN], Nobleza, Osuna, leguJo 802, 4 (5).

682 Luis Arciniega G ' arCla

las cuentas gue refleja ellibro_de gasto~ des.de 1586 hasta co~ienzos d.e .1,602. Significa_ tivamente como ya hemos senalado, 111 el hbro de cuentas nl la exposlClon del patr' , . larea incluyen el coste de compra de casas.

Después del momento algido de gasto en 1604, la inversion decrece considerablem en­

te, y resulta exigua desde 1609. Precisamente, en estos momentos el ~atriarca solicit6 el apoyo del rey a través del margués de Caracena, virrey de Valencia. Este, en carta del l de octubre de 1609, atendiendo al gran deseo de ver acabada la obra gue tenfa el funda­dor y a la calda de rentas tras la expulsion de los moriscos, solicitaba la mitad de la ren­ta gue tenfan los colegios de moriscos, gue dejaban de tener utilidad. El Consejo de Es­tado, el 12 del mismos mes, estimo gue se debia ir con mucha consideracion, pues las rentas podrfan servir para adoctrinar a los hijos de naturales de aguel Reino, por lo gue se le pidi6 al marqués que indagase quién los fundo y con qué condiciones, asi como su va-10r46

. Finalmente, el Colegio bajo la invocacion de Corpus Christi se finalizo en 1610, y a cornienzos del siguiente ano fallecio su fundador. Como hemos visto, pronto se inici6 un proceso de valoracion de tan cuidada y costosa obra. Precisamente, la suntuosidad y el coste fueron motivos esgrirnidos en el proceso de beatificacion y usados en la hiperb6-lica alabanza, pero con una diversidad de cifras, como puede apreciarse en el gnifico so­bre estimacion de gasto, que muestra una vez mas la necesidad de estudios mas deteni­dos, también sobre la fundacion del patriarca Ribera en la que "eternizo su piedad, y su cultura"47.

4', Archiyo Generai de Simancas [=AGS /, Secrewrfa de Es/ado, legajo 2.639, n" 12. La cm1a de parecido hCSg() del patriarca Ribera al secretario real fue extractada por J. Ximénez, op. cito

47 B. (,raciall, El discreto, Huesca, 1646, pp. 294-295.

I Patria"", Ribera. G. EsroIano.

1602 1610

Propiedtdes 200.000 libras

para (Aliara v censa",;

man18nimienfo y otros benes.

de iglesla Y pero no Bu~assctl coiegio

CofI1"II de casas

Edificio y bienes 60.000 libras Y 300.000 ducados m_ 33.560 tibras en (315.ooo libras)

prestamc

Oman,.IIb)s 35.000 ducados

(36.750 libras)

PIaIa seNicio de 20.000 ducados

la capilla 121.200 libras)

EngasIes de 24.000 ducados reliquias (25.200 libras)

T raslado reliquia de s. Vicente Fener (Vanneo)

379.000 ducados (unas 397.950

TOTAl libras)

libro de g8slos. J. C. Ferrer, 1625 Agramunl, h. J. Busquels, J. Ximénez, P. Esclapés, 15865-1610 (publlcado 1698) 1663 1683 1734 1738

340.000 libras (no lo cita) (Allara, Bu~assol

Y olros lugares). Proporciona rantas de 15.526

libras.

18.9161ibras y 5 18.9161ibras y sueldos (compra 5 sueldos

49 casas) (compra 49

casas)

224.533 libras 262.539 libras y 6 300.000 272.539 272.53 9 dineros ducados escudos(unas escudos(unas

(315.000 libras) 260.150 libras) 260.150 libras)

35.000 35.000 escudos escudos (unas (unas 33.419

125.000 libras 33.419Iibras) IIbras) (adomos sagradas reliquias) 20.000 pesos 20.000 pesos

(unas 15.273 (unas 15.273 IIbras) libras)

24.000 24.000 escudos escudos (unas (unas 22.909

22.909 libras) libras)

7.000 escudos 7.000 escudos (excluye (unas 6.682 (unas 6.682 traslado de

IIbras) IIbras) raliquias)

unas 753.1371 unas 357.349 400.000 351 .539 libras libras escudos (unas escudos(unas

381.818Iibras) 335.560 libras)

CUADRO CON ESTIMACIONES DE GASTO EN EL COLEGIO DE CORPUS CHRISTI

A. Ponz, ln4 V. Castri Ilo, 1796

340000 pesos

500.000 pesos, incluidas 19 casas, adornos y alhaias (unas 381.818Iibras)

500000 pesos 400.000 (unas 381.818 escudos (unas

IIbras) 381.818Iibrasl

J. A. Cean

Bermùdez, 1829

915.622 libras ? 3y 4

t'rl --'"l O ~ ~ è" i}

~ ~ lO: o.,

Q .., ~. ..... -. '" ::s ~ '" '"l O ::s o.,

~ ;:: <ì <ì Ci' ;:s <1>

'"

:;-, :;:;c .,J.)