el coleccionista - rodrigo rivero lake la revista

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LR48 El Coleccionista ANTICUARIO MUSEO LA REVISTA DEL BUEN GUSTO ARTE ANTIGUEDADES DECORACION

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Page 1: EL COLECCIONISTA - RODRIGO RIVERO LAKE LA REVISTA
Page 2: EL COLECCIONISTA - RODRIGO RIVERO LAKE LA REVISTA

F I N A L E S F F

9 3 | la revista larevista.mx | 9 4

E l c o l E c c i o n i s t a

A trAvés del clásico mito de sísifo, nuestro Autor reflexionA sobre los misterios de lA vidA, lA energíA que consumimos y los

mecAnismos de lA supervivenciA.

E l M i t o d e S í s i f o

el Coleccionistapor Rodrigo Rivero Lake

sta maravillosa conciencia de experimentar la vida; de volar, navegando libremente por el tiempo y el espacio, así como vemos a esas enormes naves espaciales en las pelí-culas de ciencia ficción mismas que surcan las inmensidades galácticas. Así es como

percibo yo el viaje de estar aquí presentes, viviendo estos mo-mentos, moviéndonos en este planeta durante nuestro corto período de vida. Esas maravillosas naves que son nuestros cuer-pos –autosustentables, para usar el término de moda– de las que saldremos repentinamente, entrando a otra dimensión, desapareciendo de esta actual presencia, cayendo en el enigma de la muerte, dimensión donde sólo nuestro espíritu tendrá acceso, inevitable gran misterio. ❡Y así, a aquellos que ya entraron en aquella dimensión nos es grato traerlos al momen-to actual, con este recuerdo que nos permitirá agradecerles lo que de ellos aprendimos. Así, traeré aquí a dos grandes sabios amigos y acertados doctores Eduardo y Teodoro Césarman, quienes no solo fueron los cardiólogos de la mitad de los corazones de esta enorme Ciudad de México, sino que se die-ron el tiempo de pensar, investigar y escribir, dejándonos el gran conocimiento de su materia. De su prolífica obra selec-ciono del mismo Eduardo el maravilloso, pequeño y sabiamen-te ilustrativo librito, Los motivos de Sísifo, el cual nos lleva ame-namente de la mano por la creación que nuestro cuerpo hace de ciertas enzimas al momento de entrar en peligro, entrela-zando su texto, con el educativo mito de Sísifo, mismo que casi fielmente transcribiré.❡Sísifo, aquel rey de Corinto, reconoci-do por su gran astucia, burlador de la muerte, condenado al trabajo perenne de cargar como esfuerzo diario durante toda su vida una inmensa piedra, cuesta arriba hasta la cima de la montaña en fútil esfuerzo, castigado por Zeus quien la devol-verá al punto de partida mientras duerme. Comenta el célebre escritor Albert Camus: “Sísifo se convierte así en el trágico símbolo de la frustración, del estéril esfuerzo, símbolo repre-sentativo de lo absurdo, frustración del hombre al darse cuen-ta de la futilidad de sus esfuerzos, de su no existencia, del no resultado o logro de su trabajo, del trabajo inútil”. ❡ En la segunda ley de la termodinámica, se demuestra que tanto los humanos como las máquinas desprendemos y disipamos calor sobrante, en la entropía de lo desperdiciado. Ilya Prigogine nos señala que el organismo vivo utiliza la energía química, crean-do y desechando calor en el proceso. El ser vivo busca como

satisfactor comer y acumular fosfatos de alta energía, lo cual le permite moverse y buscar con ello más alimento como pre-vención. Factor importante de su supervivencia, esta función va asociada al palpitar del corazón en sus dos movimientos: con la contracción o diáspole, la acumulación de energía que se consume produciendo calor en la sístole. Todo ser viviente provisto de músculos gasta energía al protegerse de aquello que lo amenace o agreda; así, tanto el humano como cualquier otro animal, cuando es presa de la furia, del miedo, enojo o cualquier sentimiento que lo haga sentirse atacado o en peligro, se pre-para automáticamente para escapar, corriendo, volando, en la forma que sea posible, afrontando la agresión, desprendiendo con ello altos índices de energía interna almacenada, aumen-tando sus niveles de glucógeno hepático, inhibiendo funciones digestivas y sexuales, incrementando geométricamente la coa-gulabilidad de la sangre, “todo lo cual aumenta la capacidad de defensa, de ofensa y de reparación de los tejidos lesionados. Wilhelm Raab demostró que este proceso se debe a la secreción de catecolaminas suprarrenales”. ❡ ¿Qué ocurre cuando este mecanismo de supervivencia sucede, por dar un ejemplo, en una cacería donde la zorra, estando ya herida puede salvar su vida corriendo y restableciendo su organismo gracias a esta secreción, la cual le permite no desfallecer, recuperar su vita-lidad y en forma casi milagrosa salvarse de la muerte? Este mecanismo de supervivencia, cuando nos ocurre en una socie-dad civilizada y represora, y al no tener dentro del cuerpo humano, uso y fuga a esta secreción, se revierte contra el pro-pio organismo dando lugar a enfermedades tales como la hi-pertensión arterial, oclusiones coronarias, ensanchamiento de los discos de la columna vertebral o las tan comúnmente sufri-das úlcera gástrica o duodenal. Todo este conjunto de males al que Hans Selye popularizó con el nombre de estrés. Lucha que da lugar a una caída trágica hacia un estado estacionario bajo del que a veces no es fácil recuperarse”. Y así, en este doble destino del trabajo organizador cuesta-arriba y la del trabajo mecánico cuesta-abajo, expulsado del paraíso terrenal el hombre para sobrevivir tiene que aceptar su doble destino. Por ello, como humanos tendremos que vivir con este esfuerzo dual que nos lleva a sobrevivir la misma acción una y otra vez inútilmente, cual el mito de Sísifo. ❡ Concluye Eduardo Cés-arman con la frase “Todo hombre es un héroe. Algo de subli-me y extraordinario tiene la vida en su obstinada, terca y sor-prendente sobrevivencia”.

Recordando a Eduardo Césarman