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31/3/2014 El clientelismo es política de estado en Colombia | Colombia | Vanguardia.com http://m.vanguardia.com/actualidad/colombia/253102-el-clientelismo-es-politica-de-estado-en-colombia 1/5 Palabra clave: Buscar Comparta este artículo › El clientelismo es política de estado en Colombia(Foto: COLPRENSA) Lun 31 de Mar de 2014 Inicio >> Actualidad >> Colombia Viernes 28 de Marzo de 2014 - 04:26 PM El clientelismo es política de estado en Colombia Al común de los colombianos pudo sorprenderlos que Juan Manuel Santos presentara como normal y deseable entregarles tres billones de pesos a sus mayores barones electorales para que definieran en qué gastarlos y a cambio de votar por él, política que implica cohechos, gasto público ineficiente, corrupción y constreñimiento clientelista al elector. El aire inocente con el que se atrevió a presentar semejante despropósito sale de su insondable cinismo y de que él y sus compadres, del sector público y privado, han conformado una sociedad cuyo nivel de tolerancia a las corruptelas hasta amenaza con deshacerla. Pero el descaro presidencial en nada sorprendió a quienes en Colombia saben por

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El Clientelismo Es Política de Estado

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31/3/2014 El clientelismo es política de estado en Colombia | Colombia | Vanguardia.com

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El clientelismo es política de estado en Colombia(Foto: COLPRENSA)

Lun 31 de Mar de 2014

Inicio >> Actualidad >> Colombia

Viernes 28 de Marzo de 2014 - 04:26 PM

El clientelismo es política de estado en Colombia

Al común de los colombianos pudo sorprenderlos que Juan Manuel Santos presentara comonormal y deseable entregarles tres billones de pesos a sus mayores barones electorales paraque definieran en qué gastarlos y a cambio de votar por él, política que implica cohechos, gastopúblico ineficiente, corrupción y constreñimiento clientelista al elector.

El aire inocente con el que se atrevió a presentar semejante despropósito sale de su insondablecinismo y de que él y sus compadres, del sector público y privado, han conformado una sociedadcuyo nivel de tolerancia a las corruptelas hasta amenaza con deshacerla.

Pero el descaro presidencial en nada sorprendió a quienes en Colombia saben por

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31/3/2014 El clientelismo es política de estado en Colombia | Colombia | Vanguardia.com

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dónde va el agua al molino, y menos a los promotores y beneficiarios de un régimen

político en el que el clientelismo en todas sus variantes no es una falla excepcional del

sistema sino la estrategia acordada para ganar las elecciones y arroparse con una falsa

respetabilidad democrática.

Según Alejandro Gaviria, quien tiene por qué saberlo, las cosas operan así. “Desde los añossesenta al menos, un arreglo pragmático, un pacto implícito, ha caracterizado el ejercicio delpoder en Colombia: los partidos políticos tradicionales han permitido o tolerado un manejotecnocrático y centralizado de la macroeconomía a cambio de una fracción del presupuesto y laburocracia estatal, de auxilios parlamentarios, partidas regionales y puestos. Para bien y paramal, el clientelismo ha sido el costo pagado por la ausencia de populismo”, y populista es comoestigmatizan cualquier orientación económica y social que no haya sido definida en Washington yque pueda perturbar los intereses de los nativos que ganan con este arreglo perverso. Y RudolfHommes, otro que sabe de estas verdades, agrega: “El clientelismo ha sido una decisiónconsciente de las élites, y es un mecanismo que se utiliza para comprar respaldo, preservar elsistema y debilitar a los adversarios políticos (…) el clientelismo puede verse como una formadeliberada de extraer recursos para la élite y sus colaboradores”.

El propósito principal del clientelismo y la corrupción electoral no es, entonces, la corrupción delpolítico en sí misma –aunque el interés en ella no es despreciable–, sino el poder conseguirse losvotos necesarios para ganar la dirección del Estado y, desde allí, imponer un determinado tipode modelo económico y social. En concreto, Santos usa los recursos públicos para comprarse alos congresistas y para que estos a su vez adquieran los votos necesarios para elegirse, todo acambio de reelegirlo y aprobarle en el Congreso cuanta medida definan en la Casa de Nariño,así sea la más contraria al progreso de Colombia y a los ciudadanos que los eligen. Las “élites”hicieron “un arreglo pragmático”–según Hommes y Gaviria– para poder gobernar de la peormanera, es decir, a favor del excluyente beneficio de los magnates extranjeros y de susintermediarios nativos y, de todos modos, ganar las elecciones.

Claro que bien vistas las cosas, “los partidos políticos tradicionales” (Gaviria) no pueden hacerpolítica de otra manera para mantenerse en el poder y seguir imponiendo el capitalismo atrasadoy enclenque, de baja productividad y producción, de monopolios, concentración de la riqueza ycorrupción y desempleados y pobres que le han impuesto a Colombia. Porque estaríacondenado a la derrota quien en vez de clientelismo ofreciera: “Voten por mí que yo les acabo laindustria y el agro con los TLC”, “voten por mí que yo les entrego a los extranjeros la riquezanacional”, “voten por mí porque yo prefiero las EPS a la salud de la gente”, “voten por mí que yoles cambio el derecho a la educación de calidad por la ignorancia o la mediocridad educativa yuna deuda con el Icetex”.

Que no vengan los que saben pero que se hacen los locos, como sucede cada cuatro años, a“descubrir” el clientelismo de los chivos expiatorios tras los cuales ocultan que estos no son laexcepción del sistema político sino la norma, al tiempo en que también se sirven de ciertosfigurones para ocultar que es el clientelismo el que garantiza el éxito de las listas que encabezan.Y que tampoco vengan ciertos cínicos favorecidos por el régimen a justificar con un falso ropajeacadémico este sistema tramposo que anquilosa y hambrea a Colombia y a utilizar como“prueba” de la legitimidad de las políticas del Consenso de Washington el que sus ejecutores enel país “tengan el respaldo ciudadano”, porque los hechos prueban exactamente lo contrario.