el cine en astorga (i) · en donde, regularmente, se proyectaban películas. incluso existieron...

3
30/ARGUTORIO 1 er SEMESTRE 2002 La actual sala Velasco inició su andadu- ra, como teatro, en el año de 1911. Es, pues, el teatro más antiguo de la provincia leonesa. Es a mediados de la segunda dé- cada del siglo XX cuando se inician las pri- meras proyecciones cinematográficas, siendo la citada sala pionera en la ciudad. Llegados los años 60, existían en Astorga cinco cinematógrafos: teatro-cine Manuel Gullón, cine Tagarro, Capitol, Asturic y el anteriormente mencionado Velasco. Además, varios Colegios de la ciu- dad, tales como el de las Madres Escolapias o el Fray Pedro Ponce de León (sordomudos), contaban con Sala de cine en donde, regularmente, se proyectaban películas. Incluso existieron cinematógra- fos en pueblos cercanos, como en Val de San Lorenzo, el cual se inauguró en la dé- cada de los años 50. La crisis en la industria exhibidora debi- da a la implantación de la televisión en Es- paña derivó en un declive que se prolongó hasta hace bien poco. Con la creación de las mini-salas ( en León capital o Ponferrada, que no en Astorga) y los nue- vos equipos sofisticados, que eliminan mano de obra, las salas de entonces que- brarán y echarán su cierre definitivo. Cines y teatros que nunca debieron de- jar de tener el uso para el que habían sido creados. El caso del teatro Manuel Gullón, reconvertido, para nuestra desgracia, en Discoteca, con el beneplácito de todo tipo de autoridades, y sin que nada ni nadie hi- cieran en su día ni el más mínimo esfuerzo por conservar dicho recinto histórico-cultu- ral para Astorga y los astorganos.Qué pena da pasar ante él y no poder contemplar las carteleras anunciadoras de obras teatrales y conciertos. ¡Ni tan siquiera una película! ¡Qué tiempos aquellos cuando, en plena semana de Ferias de agosto, recibía cada día a una compañía teatral de prestigio, en gira estival por España! ¿Cómo es posible que en ciudades más pequeñas y modestas que ésta se rehabili- ten teatros, y aquí se siga abandonando a su suerte la historia de un teatro que forma parte de la vida cultural de la ciudad duran- te el siglo XX? Pero volvamos a lo que nos atañe en el trabajo de hoy: el cine en Astorga. En nues- tra ciudad no ha sido muy frecuente el ro- daje de películas. Motivos, rincones, e in- cluso ambientación natural, no le faltan a la hora ser usados como decorado. Retro- cedamos en el tiempo, démosle a la «moviola», y parémonos en la tercera dé- cada del siglo XX para encontrar los pri- meros datos acerca de un primer rodaje en la ciudad y su contorno. El pionero no es otro que el doctor Roa, médico leonés, que realiza un documental sobre la “Boda Maragata”, de una duración de sesenta mi- nutos, y con una exhaustiva documenta- ción. En los años 40, la desaparecida CIFESA acude a Val de San Lorenzo, donde, por espacio de una semana, se filman los tra- bajos cotidianos en el campo, la artesanía textil, el ambiente familiar de entonces, y, cómo no, se representa una Boda Maragata. En el rodaje participó todo el pue- blo. Meses más tarde se estrena la cinta Miguel Angel Cordero López EL CINE EN ASTORGA (I) Cartel anunciador de 1930 Entrada del cine Velasco, junto con su matriz Carnet de socio nº 177, del Cine-club Jastor La afición al séptimo arte en ésta nuestra ciudad de Astorga no viene de ahora. Aunque en la actualidad solamente se encuentre abierta una sala exhibidora, el cine Velasco, en tiempos atrás, cuando no existían adelantos técnicos como los de ahora, ( y de ello no hace tanto) el cine llenaba la vida de la ciudad. Situémonos por entonces.

Upload: others

Post on 10-Aug-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: EL CINE EN ASTORGA (I) · en donde, regularmente, se proyectaban películas. Incluso existieron cinematógra-fos en pueblos cercanos, como en Val de San Lorenzo, el cual se inauguró

30/ARGUTORIO 1er SEMESTRE 2002

La actual sala Velasco inició su andadu-ra, como teatro, en el año de 1911. Es,pues, el teatro más antiguo de la provincialeonesa. Es a mediados de la segunda dé-cada del siglo XX cuando se inician las pri-meras proyecciones cinematográficas,siendo la citada sala pionera en la ciudad.

Llegados los años 60, existían enAstorga cinco cinematógrafos: teatro-cineManuel Gullón, cine Tagarro, Capitol,Asturic y el anteriormente mencionadoVelasco. Además, varios Colegios de la ciu-dad, tales como el de las MadresEscolapias o el Fray Pedro Ponce de León

(sordomudos), contaban con Sala de cineen donde, regularmente, se proyectabanpelículas. Incluso existieron cinematógra-fos en pueblos cercanos, como en Val deSan Lorenzo, el cual se inauguró en la dé-cada de los años 50.

La crisis en la industria exhibidora debi-da a la implantación de la televisión en Es-paña derivó en un declive que se prolongóhasta hace bien poco. Con la creación de

las mini-salas ( en León capital oPonferrada, que no en Astorga) y los nue-vos equipos sofisticados, que eliminanmano de obra, las salas de entonces que-brarán y echarán su cierre definitivo.

Cines y teatros que nunca debieron de-jar de tener el uso para el que habían sidocreados. El caso del teatro Manuel Gullón,reconvertido, para nuestra desgracia, enDiscoteca, con el beneplácito de todo tipode autoridades, y sin que nada ni nadie hi-cieran en su día ni el más mínimo esfuerzopor conservar dicho recinto histórico-cultu-ral para Astorga y los astorganos.Qué pena

da pasar ante él y no poder contemplar lascarteleras anunciadoras de obras teatralesy conciertos. ¡Ni tan siquiera una película!¡Qué tiempos aquellos cuando, en plenasemana de Ferias de agosto, recibía cadadía a una compañía teatral de prestigio, en

gira estival por España!

¿Cómo es posible que en ciudades máspequeñas y modestas que ésta se rehabili-

ten teatros, y aquí se siga abandonando asu suerte la historia de un teatro que formaparte de la vida cultural de la ciudad duran-te el siglo XX?

Pero volvamos a lo que nos atañe en eltrabajo de hoy: el cine en Astorga. En nues-tra ciudad no ha sido muy frecuente el ro-daje de películas. Motivos, rincones, e in-cluso ambientación natural, no le faltan ala hora ser usados como decorado. Retro-cedamos en el tiempo, démosle a la«moviola», y parémonos en la tercera dé-cada del siglo XX para encontrar los pri-meros datos acerca de un primer rodaje enla ciudad y su contorno. El pionero no esotro que el doctor Roa, médico leonés, querealiza un documental sobre la “BodaMaragata”, de una duración de sesenta mi-nutos, y con una exhaustiva documenta-ción.

En los años 40, la desaparecida CIFESAacude a Val de San Lorenzo, donde, porespacio de una semana, se filman los tra-bajos cotidianos en el campo, la artesaníatextil, el ambiente familiar de entonces, y,cómo no, se representa una BodaMaragata. En el rodaje participó todo el pue-blo. Meses más tarde se estrena la cinta

Miguel Angel Cordero López

EL CINE EN ASTORGA (I)

Cartel anunciador de 1930

Entrada del cine Velasco, junto con su matriz

Carnet de socio nº 177, del Cine-club Jastor

La afición al séptimo arte en ésta nuestra ciudad de Astorga no viene de ahora. Aunque en la actualidad solamente se encuentreabierta una sala exhibidora, el cine Velasco, en tiempos atrás, cuando no existían adelantos técnicos como los de ahora, ( y de ellono hace tanto) el cine llenaba la vida de la ciudad. Situémonos por entonces.

Page 2: EL CINE EN ASTORGA (I) · en donde, regularmente, se proyectaban películas. Incluso existieron cinematógra-fos en pueblos cercanos, como en Val de San Lorenzo, el cual se inauguró

1er SEMESTRE 2002 ARGUTORIO/31

en el teatro–Cine Manuel Gullón, en pro-yección especial para el pueblo de Val deSan Lorenzo.

Sobre los años 60 se rueda una películaen Astorga: “El bosque del lobo” (PedroOlea, 1969). Trata de un caso de licantropíaen Galicia y está interpretado en su papelprincipal por un José Luis López Vázquez,amplísimo de registros. Astorga aparece ensucesivas secuencias: la Plaza Mayor conla antigua funeraria, convertida por exigen-cias del guión en taberna; la antigua boti-ca; la Plaza de la Catedral. Numerososextras locales deambulan ante la cámara;podemos recordar, entre otros, a las her-manas Pallarés Panero.

“El Desencanto” (drama familiar de unafamilia de la clase acomodada de Astorga,los Panero) rompe moldes y esquemas ala hora de ejecutarse. Jaime Chavarri rea-liza un trabajo que dará mucho que hablar.Astorga y la finca familiar del poetaastorgano Leopoldo Panero, en Castrillo delas Piedras, son el eje fundamental de todala película.

La denominada “segunda parte” de lamencionada llega de la mano de un exce-lente director: Ricardo Franco. Titulada“Después de tantos años”, de nuevo la casanatal del poeta, en semirruina, así como lafinca, son escenarios y decorados que seutilizan.

Pero también se realizan en nuestra ciu-dad otras actividades relacionadas con elcine por iniciativa de un grupo de apasio-nados al Séptimo Arte. Con el fin de losaños 70 se crea en Astorga el Cine-club“Jastor”. Nace en los sótanos de un alma-cén de frutas (Frutería «Badal») y en su

primera etapa lo dirige el propietario del ne-gocio, Pepe Badal, para más tarde dar pasoa Luis Miguel Alonso, del que iremos ha-blando a partir de ahora, dada su ampliatrayectoria dentro del mundo del celuloide.Ya por entonces su apasionamiento por elcine era mucho.

En las dos etapas del Cine-club «Jastor»se proyecta en Astorga cine expresionistaalemán: Metrópolis, Los Nibelungos, El Ga-binete del Doctor Caligari, Nosferatu, etc.Más tarde, la etapa mexicana de LuisBuñuel. Todos los viernes del año el Jastorproyectaba cine clásico. El alquiler de laspelículas se costeaba entre los socios delclub, que llega a tener en su día, hasta 300asociados. Toda una experiencia y toda unaescuela para el aprendizaje sobre cine. Conel paso del tiempo se consigue que las pro-yecciones se realicen en cines de la ciu-dad, pero los propietarios de éstos, en lu-gar de apoyar al grupo de entusiastas, con-siguen con sus alquileres desorbitados,unidos a la crisis cinematográfica propicia-da por los nuevos entretenimientos (videos,discotecas, etc), que el propio Cine-club ter-mine sucumbiendo y desapareciendo deescena.

En los años 80 se inicia el comienzo deexperiencias «amateur». Las ansias decontar cosas y los formatos utilizados para

ello crean vanguardia. Varios astorganosinician su andadura cinematográfica.

Claro García rueda en Madrid abarcan-do las facetas de guionista y escritor. Tam-bién, entre Astorga y Santiagomillas, filmalo que hoy en día se entiende como una“Road Movie”.

Los hermanos Núñez, Javier y Ramón,

realizan “Un día, una vida” (El Reloj), y, jun-to con Luis Miguel Alonso, se lanzan a con-tar historias cortas de 3 minutos de dura-

ción, influenciados por lossurrealistas del momento.

Alonso rueda “El paso deltiempo”, rindiendo homenaje atodo un grande del celuloidecomo Luis Buñuel.

A finales de la década de los70 realiza “El Choque”. Añosmás tarde, en 1983, el VideoClip “La Taza”.

Recorriendo distintas comar-cas leonesas (El Bierzo y lazona norte-nordeste de la pro-vincia) Alonso filma “Nueve ar-tistas leoneses”, intercalando elpaisaje y obras de artistas comoAndrés Viloria, Castorina deFrancisco, Antonio García, Lla-mas Gil, Estrada, Uriarte, Fe-brero, Petra Hernández y Eloy.En “El futuro es nuestro”, roda-do por Alonso en San Justo dela Vega, Destriana y Madrid, seresalta la fuerza de la naturale-za y el paisaje en contraste conla gran ciudad.

En esa misma década de los80 se imparte en Astorga un“Curso de iniciación al cine”.

Luis Miguel Alonso realiza entonces “El Ro-daje”.

Con el paso del tiempo son Claro Garcíay Alonso los que continuarían en ello. Ésteúltimo realiza, tras el “Desencanto” deChavarri, “La ciudad sin nombre”, un ho-menaje a Leopoldo Panero.

Fotografía del rodaje de«Leopoldo Panero, la memoria

Fotografía del rodaje de «El Bandido Maragato»

Page 3: EL CINE EN ASTORGA (I) · en donde, regularmente, se proyectaban películas. Incluso existieron cinematógra-fos en pueblos cercanos, como en Val de San Lorenzo, el cual se inauguró

32/ARGUTORIO 1er SEMESTRE 2002

De entre sus últimos trabajos, destaque-mos “Leopoldo Panero, la memoria sola”,del 88, medio-metraje que obtiene el pre-mio de Castilla y León al mejor guión. Estapelícula se rueda no sólo en Astorga, sinoen paisajes de gran belleza de la comarca

maragata y otras. Del equipo de colabora-dores que Alonso escoge, destaquemos ladedicación de cada uno de ellos a la laborencomendada, señalando al popular«KanKi», que da aquí sus primeros pasoscomo actor. Asimismo, hay que destacarla banda sonora, compuesta por María JoséCordero.

Muchos astorganos acuden al estrenolocal en el pub Cohen. También resulta unéxito su presentación en le Círculo de Be-llas Artes de Madrid. Con esta cinta apare-ce en los títulos de crédito, por primera vez

en el mundo del cine, la figura del«meteorólogo». La razón no fue otra queel rodaje de la cinta se desarrollaba en ple-no mes de noviembre y los equipos técni-cos, contratados para una semana defini-da, debían saber, de un día para otro, eltiempo previsto para que el rodaje se adap-tara a las condiciones meteorológicas: ex-teriores con sol e interiores en días lluvio-sos. El «meteorólogo» se encargó tambiénde asesorar sobre cómo realizar las abun-dantes tomas de cielo.

Tras unos años dedicado a otras facetasartísticas, Luis Miguel Alonso regresa almundo del rodaje con “La Gentileza de losdesconocidos”, en el año 1997.Tras leer aMuñoz Molina en su trabajo del mismo nom-bre, éste autoriza a Alonso a llevarlo a lapantalla. El resultado es un trabajo plaga-do de grandes figuras: Enrique Morente ala música; Federico Rives, fotografía;Chema Blasco y Jorge de Juan, dando vidaa los dos protagonistas de la historia; Adol-fo Domínguez en el vestuario y MartínezSan Mateo encargado del sonido.

Dos años más tarde llega “El bandidoMaragato” en formato de 35mm (profesio-nal). La gran cantidad de premios que ob-tuvo (entre otros en Gijón y Burgos), supase por más de una treintena de festiva-les por todo el país, así como la emisión através de una plataforma digital a lo largode un año, dieron a conocer una comarcay un nombre: Maragatería.

Un lugar emblemático ya señalado en elque el cine tenía en Astorga un espaciodestacado, era el pub Cohen. Situado enla calle Santa Lucía, esquina al Paseo Blan-co de Cela, donde en los años 40 habíaexistido el salón de baile Maragat, más co-nocido por el sobrenombre de “Elrompetetas” (perdóneseme la vulgaridad,pero era así como se le conocía en los am-

«Fotograma» del pub Cohen.

bientes de la ciudad por entonces). Puesbién, allí, en el Cohen, se daba cita el mun-dillo cultural, bohemio e intelectual de laciudad de Astorga en los años 90, la «mo-vida cultural». Regentado por L. M. Alonso,en otra de sus múltiples facetas, fue el lu-gar escogido como primicia cinematográfi-ca de “Leopoldo Panero, la memoria sola”,que no fue la única de las proyecciones queallí se hicieron, sino la primera de una se-rie de ellas. Éstas, clásicos del cine mudo,eran ambientadas en dicho local, con mú-sica en vivo, a través de un piano que elpropio pub disponía.

¿Qué les parece si nos envolvemos enese ambiente, en esa época, refrescandonuestra memoria o, mejor, imaginando lasituación?

Una pared. Ante ella, Charles Chaplin.En el local, el público guarda escrupulososilencio. Algunos acuden ataviados a lausanza, con “Cerillera incluida”. Recorda-mos, entre otras, a nuestra amiga Paquita,directora, entonces, del recién creado Con-servatorio de Música de Astorga, que enmás de una ocasión nos amenizó con elpiano ante imágenes mudas. Asimismo, alas siempre fieles Marile y Elena, dando“glamour” al local, sin menospreciar al res-to de tan distinguida clientela.

En ésta situación les dejo.”DESCANSO”¡¡Visiten nuestro Bar!! Suban o bajen al Am-bigú, estiren las piernas. Yo les espero enla siguiente entrega, en el siguiente pase.Agradecido de antemano por su presenciaante el papel.

Mi agradecimiento personal a cuántas personasme han facilitado información, documentos y foto-grafías: Luis Miguel Alonso, Ramón Núñez, VicenteLópez (Cine Velasco), Miguel Ángel Fuertes, Dolo-res Fernández.

Cartel de 1922. Teatro Velasco