el astrólogo fingido
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Versión de Luis Mario Moncada a la comedia de Pedro Calderón de la BarcaTRANSCRIPT
EL ASTRLOGO FINGIDO
PAGE 6El astrlogo fingido 18/07/2000 9:34 PM
EL ASTRLOGO FINGIDO
De
Pedro Caldern de la Barca
Adaptacin de Luis Mario Moncada
PERSONAS
DON JUAN
DON ANTONIO
DON DIEGO
DON CARLOS
LEONARDO
MORN
DOA MARA
DOA VIOLANTE
BEATRZ
QUITERIA
OTAEZ
La escena es en Guadalajara,
durante la invasin francesa (1863)
JORNADA PRIMERA
[Sala en casa de Leonardo.]
Salen DOA MARA y BEATRIZ.MARIA: Pas o no pas Don Juan?
BEATRIZ: Todo el mundo lo miraba,
Y al mismo tiempo causaba
amor y envidia el galn.Dos veces pas la calle
sin quitar de tu ventana
la vista aquesta maana
luciendo su marcial talle.
MARIA: Por la pintura que has hecho,
Beatriz, toma este diamante.
BEATRIZ: Razn ser que me espante
de ver ternura en tu pecho
tratando cosas de amor,
si no te alegraste ya
de ver que Don Juan se va.
MARIA.- No entiendes? siento dolor.
BEATRIZ: Pues al tiempo que dejaba
la calle Don Juan, entr
en ella Don Diego; y yo,
como en la ventana estaba,
le vi en un caballo tal,
que, informado dl el viento,
dej de ser elemento,
por ver tan bello animal.
Si le vieras, qu brioso
sac el brazo, qu galn
parti ! ..
MARIA: Hablemos de Don Juan
y deja aquel enfadoso.
Sabes si se march ya?
Sabes, Beatriz, dnde fu?
Si vendr pronto?
BEATRIZ:
No s ;
mas qu cuidado te da
que se vaya, si ha dos aos,
que el joven te ha pretendido,
y que slo ha merecido
desprecios y desengaos?MARIA: Me pesa que los enojos,
que hasta ahora he resistido,
no los hayas conocido
en el llanto de mis ojos.
Ay Beatriz ! Ay Beatriz ma !
No s cmo hablar, no s
cmo decir que yo am
a Don Juan desde aquel da
que conoc su aficin ;
aunque constante venc
mi pena, porque tem
burlas de mi condicin.
S, temerosa de ver
pblico mi deshonor,
puse silencio en mi amor ;
mas fue silencio en mujer,
pues hoy la ausencia provoca
a que salgan mis enojos
en lgrimas por los ojos
y en suspiros por la boca.
BEATRIZ: Si hoy con Don Juan te declaras,
lo mismo te sucediera
con Don Diego si l se fuera.
MARIA: Mal en mi dao reparas ;
BEATRIZ: Y t una broma me ofreces.
Querer al de menos fama,
dinero y nobleza! Dama
de comedia me pareces,
Sale OTAEZOTAEZ: Don Juan de Medrano pide
licencia para besarte
las manos.
BEATRIZ - Ya viene a hablarte
antes de irse.
MARIA: Quin lo impide?
Vase Otez y sale Don Juan
DON JUAN: Con licencia me atrev,
seora, a entrar donde estn
tus soles
MARIA: Seor Don Juan
JUAN: por despedirme de ti.
Es hoy, por ltima vez
que he de hablarte y has de orme,
mis libertades perdona
y mis disculpas admite.
Mil papeles te escrib,
hijos de un amor tan firme.
Engaada los tomaste ;
pero t, que iguales mides
ingratitud y belleza,
callando me respondiste.
Un da que hasta un jardn
pude atrevido seguirte,
desesperado de amor
llegu turbado a decirte
que estimases mis deseos.
No s bien qu ms te dije
de mi pasin ; pero s
lo que t me respondiste,
y fue que nunca te viera.
Fue cruel respuesta ! Terrible!
Y viendo al fin que es en vano
que un desdichado porfe
contra su estrella, y que es bien
que te obedezca, y me olvide,maana a Colima parto
voy contra Francia a batirme.
Bien s que imposible es
vivir sin ti ; mas previne
un imposible de amor
vencer con otro imposible.
Qudate con Dios, y al Cielo
le ruego que apenas pise
de Colima el suelo, cuando
la primer bala que tire
el enemigo, me acierte,
y haga que el infierno mire.
Y si en tanto, nuevo dueo
te merece ms felice,
ruego al Cielo que le goces
por tantos siglos, que imites
la edad del sol, sin que tengas
slo un instante de eclipse.
Con esto, seora, adis ;
que mi libertad no pide,
por saber que ya la tiene,
licencia para partirse.
MARIA: Don Juan, espera, detente,
mientras procuro romper
las prisiones a un secreto
que tantos aos guard;
Ay de m ! Que no s cmo
empiece a hablarte ; no s
cmo decir que te quise,
Don Juan, que te quise bien
desde el da que engaada
tom el primero papel.
Mas hoy que amor en mi pecho
mina de plvora es,
que mientras ms oprimida,
revienta con ms poder,
por la boca y por los ojos
sale, porque ms no ests
de mi ingratitud quejoso,
ni dudoso de mi fe.
No est el amor en el labio ;
en el pecho s, y en l
vives; que el querer callando
es de amor ms justa ley.
De mi silencio la causa
ha sido, Don Juan, temer
(perdname este temor,
si es que te ofendo con l)
Hay en materia de honor
desdicha, como temer
en la iglesia, en la visita,
si sabrn que yo te habl,
si sabrn que te escrib,
y al fin que te quiero bien ;
y con este pensamiento,
encogida, no poder
alabarse, que es honrada,
una mujer que lo es?Mas ya que rompo el silencio,
como palabra me des
como noble que ni amigo
ni criado ha de saber
aqueste amor, para hablarnos
ocasiones buscar,
si es que la partida tuya
puedes, Don Juan, suspender.
Ser nica secretaria
deste amor Beatriz, de quien
fo lo que de m misma,
porque su silencio s.
Y si no, vindote ir,
ya por consuelo tendr
haberte dicho mi amor,
porque te vayas con l.
JUAN: Djame que venturoso
el alma ponga a tus pies,
que responda con callar,
porque empiece a obedecer.
iY ruego a Dios, que con este
acero que al lado ves,
y en cuya cruz pongo ahora
la mano, muerte me d
a traicin el ms amigo,
si quebrantare la ley
del secreto, y ofendiere
de tu amor la firme fe.
En la casa de un amigo
con gran secreto estar
unos das ; luego pleitos
o enfermedad fingir,
por dar color a la vuelta,
si mi dicha puede hacer
que hoy se acuerden en el barrio
de lo que vieron ayer.
MARIA: Pues con todas tus palabras,
a hablarme esta noche ven,
y sin pararte en la calle,
entra en el portal; que a l
Beatriz bajar advertida,
Don Juan de lo que has de hacer.
No reparen los vecinos
En ti, que alguno por ver
lo que pasa en una noche,
no se acuesta en todo un mes.
En la reja estar un lienzo.
Esta la sea ha de ser
si hay ocasin ; pero advierte
que vengas solo.
JUAN.-
Vendr
sin m. No importa, que ya
sin m me tiene el placer?
MARIA.-Espera, Don Juan. Advierte
que has de callar.
JUAN:
Yo lo har.
Vase.
MARIA.- Deste consumado amor,
di, Beatriz, qu te parece?
BEATRIZ.- Que justamente merece
tanta fineza y favor
Don Juan, que es noble y discreto
Como galn.
MARIA - T has de ser,
Beatriz, la que has de tener
la llave deste secreto.
Mi vida y alma te fo.
Bien s que segura puedo.
BEATRIZ: Desecha, seora, el miedo,
que ofendes el honor mo.
Salen Don Diego y Morn.
DIEGO. Perdneme tu hermosura,
si atrevido y descorts
pongo en tu casa los pies;
que yo en esta contingencia
no quise pedir licencia
porque t no me la des.
Bien s que mi firme amor
Con tus desprecios no alcanza
Un tomo de esperanza;
Pero yo viendo tu fuerte
Rigor, tengo de quererte
Por slo tomar venganza.
Mas la venganza me das
Mientras t menos te esfuerces
Pues cuanto ms me aborreces,
Me obligo a quererte ms.
MARIA: Me dices que en mis rigores
Mayor gusto y gloria encuentras;
Pues para que no los tengas
Estoy por darte favores.
Te querr, por no quererte,
Sonreir para enojarte
Y slo por no agradarte
Dejar de aborrecerte.VaseMORON: Esto sufres? Vive, Cristo,
Seor, que no lo sufriera,
Si la diosa Venus fuera!
DIEGO: Has visto, Beatriz, has visto?
BEATRIZ: Claro, seor, que lo he visto
Harto hago yo de mi parte
Pero ella se niega a amarte.
DIEGO: Ser peor porque le insisto?
BEATRIZ: Su carcter es as
Con tan natural desdn,
Altiva e ingrata
DIEGO:
A quin
Se le trata como a m?
Ya no he de volver aqu
En mi vida; esta verdad
Prometo; mi voluntad
Hoy acaba.
MORON: Si es as
Vmonos a festejar.
DIEGO: El qu?
MORON:
Pues tu libertad.
Se acab la necedad
Y ahora toca el disfrutar.
DIEGO: Tienes razn, ya se ha ido,
Pondr mi amor en olvido.
Vase
MORON: Yo qu tengo de decir?
Me despedir tambin?
BEATRIZ: Si ya no me quieres bien,
Bien te puedes despedir.
MORON: Yo tras mi amo he de ir:
Cuando l amare, amar;
Que un criado siempre fue
En la tabla del amor
Contrapeso del seor.
Adis.
BEATRIZ: Bien pagas la fe
que me debes!
MORON:
Si quisieras,
Beatriz, que asistiera a verte,
t hubieras hecho de suerte
que este imposible vencieras.
Entonces t me tuvieras
Aqu de noche y de da.
BEATRIZ: No quiso la suerte ma
Porque mi desdicha fuera
MORON: Yo s que una criada puede
A veces ms que una ta.
Y t ni esta boca es ma
Dijiste
BEATRIZ: Yo s que s
Y an t lo vieras, si aqu
Te dijera la razn
Que estorba su pretensin
Pero por ser fuerza, callo.
MORON: Dime, qu causa lo obliga?
BEATRIZ: Mi seor es el que viene.
Basta decir que la tiene,
Sin que la causa te diga.
MORON: Luego en vano es que prosiga
Aqueste intento?
BEATRIZ: Jams
De mi boca lo sabrs.
MORON: Pues de ti lo he de saber.
No sirves y eres mujer?
BEATRIZ: S.
MORON: Pues t me lo dirs.
Vanse.
(Calle)
Salen Don Juan y Don Carlos, en traje de noche.
JUAN: Me es forzoso quedarme en la ciudad sin que nadie se entere, y por eso debemos correr la voz de que he partido, aunque en realidad yo estar, Carlos, en tu casa escondido.
CARLOS: Son celos de Violante?
JUAN: No, por Dios; mucho ms relevante es el motivo. De Violante, ni me acordaba hasta que t lo has dicho.
CARLOS: Si no quieres decirlo te reitero la confianza, y mi casa te ofrezco sin saber qu te obliga.
JUAN: Ya que lo mencionas, otro favor debo pedirte: que entres en casa de Violante y le digas que me fui sin verla porque no tuve alma para despedirme.
CARLOS: Eso es todo?
JUAN: No. Dile que le escribir.
CARLOS: Nada ms?
JUAN: Qu ms?
CARLOS: Nada. Te acompao
JUAN: Gracias, pero voy solo.
CARLOS: Pues no quiero molestar.
JUAN:Adis. Vase.CARLOS: No entiendo lo que pasa con Don Juan, ni lo entender jams. Y yo que pens que con su ausencia tendra la oportunidad de declararme y ocupar su lugar, pero la amistad me obliga ahora a tenerlo en mi casa. Ay, Violante!, cundo podr ser tu amante? Pero aqu estoy, dispuesto a leer en tus ojos lo que t me mandes.
Vase.
(Sala en casa de Doa Violante)
Salen Don Carlos, Doa Violante y Quiteria
VIOLANTE: Es un gusto verte entrar,
amigo Carlos, en esta
que es tu casa. Pero dnde
queda Don Juan?
CARLOS:
Dnde queda?
Pregntame adnde va.
VIOLANTE: Ay de m ! Luego ya es cierta
su partida?
CARLOS: En esta tarde
me mand que yo viniera
a despedirle de ti ;
pues no se ira si te viera.
VIOLANTE: Es posible que tuviese
tan mala correspondencia
Don Juan, que aun palabras solas
no quiso que le debiera?
Si esto hiciera una mujer
con un hombre, qu dijera,
sino que era fcil, vana,
mudable, inconstante y necia?
Pues qu hemos de ser nosotras,
si ellos mismos nos ensean?
Siempre la ocasin es suya
y siempre es la culpa nuestra.
Perdname que hable as.
CARLOS: Son tan sensatas las quejas,
que ellas propias te disculpan
cuando piensas que condenan.
Por Jess!, que si Don Juan
no fuera mi amigo, fuera
donde est, para reirle,
Ms creme que en su ausencia
quedo yo para servirte:
que en m la amistad es deuda.
Y estoy para lo que digas.
VIOLANTE: Ven seguido, porque tenga
con quin hablar de Don Juan.
CARLOS: Yo agradezco la licencia.
Y, por servirte, la acepto.Vase.
VIOLANTE: Quiteria, qu dices desto.
QUITERIA: Que me agrado de que veas
de tu amor el desengao.
VIOLANTE: Lo que has de ver es firmeza,
Y observa cmo lo espero
Noble y ciega hasta que vuelva,
QUITERIA: Templada ests a lo antiguo.
Aunque nuevas sean tus penasVanse.
[Calle.]
Salen Don Juan y Beatriz de casa de Leonardo.
BEATRIZ: Vete, porque ya amanece,
y no hay nadie que te vea
JUAN: Que tan veloz, Beatriz, sea
el tiempo ! No me parece
que hace un hora anocheci,
y presumo que envidioso
de mi gloria el sol hermoso,
ms temprano se asom
BEATRIZ: Vete pronto.
JUAN;
Ay, suerte ma.
Quin creer en tanta ventura
que es la noche ms oscura
para m el ms claro da?
Vase.
BEATRIZ: Vean lo que en el mundo pasa,
y qu es honor ! Por no hablalle
con escndalo en la calle,
le entramos dentro de casa.
Salen Don Diego y Morn
DIEGO: [Ap.los dos] Si aquello Beatriz te dijo,
hay un enredo prolijo.
MORON: Si su amo no viniera,
pienso que me lo dijera;
porque es ley en las mujeres
.
DIEGO: A la puerta suya est.
MORON: Tan de maana ; quin viera,
Por dar el chisme madruga.
DIEGO: Pscala mientras deambula ;
yo te esperar en la esquina
desta calle.
MORON: Enseguidina
Regreso.
Retrase Don Diego
BEATRIZ: Galn! Adnde
tan de maana camina?
MORON: A buscar el arrebol
que entre tus ojos perd;
pues por slo hallarte a ti,
me levant con el sol.
Qu hay de nuevo?
BEATRIZ:
Todo es viejo
cuanto pasa por ac.
MORON: Y tu seora est, ya
tomando mejor consejo,
o sigue honrada y terrible?
BEATRIZ: Me vienes t a perseguir?
Cmo tengo de decir
que el quererle es imposible?
MORON: Callando t, en conclusin,
llego, Beatriz, a pensar
o que yo no soy de fiar,
o ella no tiene razn ;
porque si razn tuviera,
qu razn pudiera ser
imposible de saber?
BEATRIZ: Yo, Morn, te lo dijera,
si me juraras sin pero
tenerme siempre secreto.
MORON: Y yo, Beatriz, lo prometo,
Palabra de caballero.
BEATRIZ: Ni a tu seor...
MORON:
Cmo, qu?
Pierde, por dios, el cuidado;
y a fe de sirviente honrado,
que jams se lo dir.
BEATRIZ: Pues has de saber agora...
MORON: Con prembulo tambin?
BEATRIZ: Que mi ama quiere bien,
y mejor dir que adora,
a un caballero, a un Don Juan
de Medrano, gentilhombre
de cierto lugar, un hombre
tan pobre como galn.
El susodicho ha fingido
que en Colima es reclutado;
y es mentira, que ha quedado
en una casa escondido
de un Don Carlos de Toledo ;
todo esto me lo cont
apenas hoy, porque yo
ser su confidente puedo.
As, pues, de noche pasa,
y si en la ventana est
un pao blanco, que da
la sea, se mete en casa.
Despus se va muy quedito ;
y slo deste delito
somos cmplices los tres :
de modo, que si t das
noticia desto a cualquiera,
y se sabe luego
MORON: Espera,
que no quiero saber ms.
Mas la honrada, ; viera Dios,
que ha cado!
BEATRIZ: Quiero entrar,
no vaya ella a sospechar.
Esto para entre los dos.
Vase.
MORON: [Para s.] Aquste es el santo honor
Que tan caro nos venda?
Cuntas con honor de da,
habr con noche de amor
Mas qu fuerte es un secreto !
Mucho es no haber reventado
del tiempo que lo he callado.
Mi vida est en grande aprieto,
Pues cual trompa de timbal
El criado su voz propaga,
que hablando desde Chapala
le oyen en Tepatitln.
(Vuelve Don Diego)DIEGO: Qu tienes? Qu ha sucedido?
Qu te dijo? Qu hay de nuevo?
MORON: Seor, gran mal hay.
DIEGO:
Pues cmo?
Qu ha sucedido? Qu es esto?
MORON: No te lo puedo decir,
y por decirlo reviento ;
Manque el secreto sea santo,
yo no guardo a San Secreto.
Aqui para entre los dos,
aquel pobre caballero,
Don Juan de Medrano, aquel
que apenas te daba celos,
el que a Colima segn
iba, se qued encubierto;
sin moverse de la casa
de Don Carlos de Toledo.
De all sale de excursin.
al mismsimo aposento
de Doa Mara de Ayala ;
as comparten el lecho,
desde hace, mnimo, un ao...
DIEGO: No digas ms, calla. Cielos!
Alguno creer que yo
sufro en el alma los celos?
No siento que a Don Juan quiera,
ni le hable ; slo siento
que hiciese Doa Maria
de m tan loco desprecio.
Han sido tantos sus gestos
de arrogante devaneo,
de iluso recatamiento!
Que al cabo callar no puedo.
MORON: No publiques, por mi vida
de aqueste amor el efecto,
DIEGO: Claro est que he de callar ;
mas no puede el sentimiento
tal vez dejar de mostrarse.
MORON: Y qu piensas hacer?
DIEGO;
Pienso,
sin darme por entendido,
volver a mi amor primero,
y llegar a hablarle ahora
con mayor atrevimiento:
que a mujer de quien sabemos
alguna flaqueza, espero
que el favor que al otro hizo,
me lo ofrezca por derecho.
MORON: Viene Don Antonio.
DIEGO:
Mira
si sale a misa, que quiero
irla siguiendo a la iglesia. (Vase Morn)Sale Don Antonio
ANTONIO:Qu pasa Don Diego, dilo
que estis tan triste y suspenso?
DIEGo: No s qu tengo.
ANTONIO:
Mal hice
en preguntrtelo, viendo
esta calle y estas rejas.
Hay algo, amigo, de nuevo?
Dmelo a m.
DIEGO: Qu ha de haber?
Penas mas, que por serlo,
ya no es nuevo, aunque lo sea
la causa.
ANTONIO: Qu fu?
DIEGO:
No puedo
decirlo.
ANTONIO: Pues a m... !
DIEGO:
A ti
lo dijera, si el secreto
no viniera encadenado.
ANTONIO: Muy seguro est en mi pecho,
y el no decrmelo ya
ser ofensa suficiente
para no hablarte en la vida.
DIEGO: Pues, Don Antonio, el secreto
aqu para entre los dos...
ANTONIO: Dilo, que yo te prometo
DIEGO: Que aquel Don Juan de Medrano
No estuvo, como dijeron,
Luchando contra el francs,
pues se ha quedado encubierto
en casa de un muy amigo
Don Carlos. La causa desto
ha sido, porque de noche,
dos aos ha por lo menos,
entra embozado en la casa
de Doa Mara. No puedo
pasar de aqu.
ANTONIO:
Yo sabr
si aquello es verdad muy presto;
que Don Carlos viene all
y l me lo dir.
DIEGO:
Yo espero
en esta esquina apartado. (Retrase)
Sale Don Carlos
ANTONIO; Don Carlos, vengo buscndolo
para un asunto que importa.
CARLOS: Qu asunto?
ANTONIO:
Saber si es cierto
(y esto para entre los dos,
porque me importa el saberlo)
que est Don Juan de Medrano
en una casa encubierto,
y que va para tres aos
que con muy grande secreto
visita a Doa Mara.
CARLOS: ([Ap.] Miren por dnde yo llego
a saber quin estorb
su partida !) Aunque no tengo
licencia para decirlo,
no reparemos en eso ;
y aqu para entre los dos.
Cuanto has dicho es todo cierto.
Que no se fue, que qued
en mi casa, y que encubierto
entra de noche en la suya
har cuatro aos y medio.
ANTONIO: Queda con Dios.
CARLOS:
El te guarde.
Vase.
ANTONIO: Han sido verdad, Don Diego,
Tus sospechas. Ya l saba
tambin su amor.
Sale Morn.
MORON: Es un hecho :
ya va a misa.
DIEGO: (A Don Antonio) Dime adis ;
que hablarle en la calle quiero,
por slo ver en qu para
su favor y mi desprecio.
MORON: En eso te determinas?
DIEGO: Ven conmigo.
MORON:
Pues yo pienso
que ha de nacer deste amor,
seor, un notable cuento.
Salen Doa Mara y Beatriz, con mantos; Don Diego, Morn y Otez las interceptan.
DIEGO: Por fin te encuentro, Mara.
Ya estaba desesperado.MARIA: Don Diego, esto s es enfado
Y apenas comienza el da.
DIEGO: No cabe duda que eres
Mi pensamiento constante.
MARIA: No he de pasar adelante,
si no te alejas...
DIEGO: Me hieres,
Y ni con eso vara
De tu mirada el candor.
MARIA: Mira que es necio el amor
que para en descortesa.
Cundo, por tan amorosa
locura que estoy mirando,
dejars el tema?
DIEGO:
Cuando
Dejes t de ser hermosa.
MARIA: No me hagas ser descorts
DIEGO: [Aparte.] Mucho mi paciencia temo,
Con mis celos al extremo.
MARIA: o sean testigos los tres
De cmo ser el desprecio
mi castigo. Beatriz, vamos.
DIEGO: Poco importa que seamos
t descorts y yo necio.
Escucha si es que no quieres...
MARIA: Ya pasa de necedad,
y llega a ser libertad.
DIEGO: Es hora de que te enteres ;
que siendo pleito de amor,
es fuerza darme un odo
a m, si antes has odo
con gusto al competidor.
En la perspectiva ma
es justo que ests dispuesta,
a tener la puerta abierta,
a l de noche, a m de da.
MARIA: ([Ap.] Qu es esto que escucho? ;Cielos! )
MORON. ([Ap. a Dn Diego] Seor, qu has hecho? )
DIEGo: [Ap.]
No s.
Pero del desprecio fue
La culpa, no de mis celos.
BEATRIZ: ([Aparte] Ay de m! Qu es lo que he odo? )
MARA. ([Aparte.] No s qu debo esperar,
si esto he llegado a escuchar)
T, Beatriz, t me has vendido.
BEATRIZ: Yo, seora? No hice tal.
MARIA: ([Ap.] Si yo ya me lo tema
Mal haya, amn, quien se fa
de criadas!)
MORON: ((AP.) Debo intentar
Algo que a Beatriz disculpe. )MARA. [Ap. a Beatriz.] Si slo t lo has sabido,
quin decrselo ha podido?
MORON: [Aparte.] Cmo hacer que no se culpe
La indiscrecin que hice yo.
DIEGO: Scame, por Dios, Morn,
de tan grande confusin,
con algn invento.
MORON: [Aparte.] No
Se me ocurre nada ahora
DIEGO. [Ap. a Morn.] Yo te ayudar a mentir.
MORON: [Alzando la voz.] Yo lo tengo de decir,
aunque me mates. Seora,
no tiene Beatriz la culpa
desta celosa licencia ;
porque, en Dios y en mi conciencia,
su ignorancia la disculpa.
Razn es que mi seor,
este que presente ves,
un grande astrlogo es...
Puedo decir el mejor. Tuvo en Francia un maestro
Cuando en esa tierra estuvo.
que en adivinanzas no hubo
otro ms sutil y diestro.
DIEGO: Mira, Morn, lo que dices.
MORON: Siempre la verdad enfada ;
mas no ha de quedar culpada
la Beatriz de las Beatrices.
Aqueste, en fin, le ense
de los planetas y sinos...
DIEGO: El dir mil desatinos.
MORON: Y a m anoche me mostr
un hombre, y me dijo : Ahora
va a hablar con Doa Mara
ste ; que la Astrologa
lo ms oculto no ignora.
As es, yo no s mentir!
DIEGO: Pues ya que me ha descubierto
Este loco con su acierto
una historia he de decir:
Estudi en Marsella, adonde
por mi dicha conoc
a Porta, de quien la fama
contaba alabanzas mil,
porque su ciencia tena
presente lo porvenir.
A los planetas y signos
en sus astrolabios vi
tan obedientes que Porta
los haca girar as.
a su estudio, como l,
tan inclinado me vi,
llegu, no s si a saber
(estoy por decir que s)
la Astrologa tan bien,
que pudiera competir
con l mismo, a quien mil veces
envidia y espanto di.
Pero llegando a esta tierra
tuve la suerte que as
porque Francia nos guerrea,
de ellos nadie quiera oir.
Es por eso que en llegando
Me he privado de decir
Las enseanzas que tuve
En los mrgenes del Rhin
No sea que por belicosos
Me acusen de espiar aqu
En favor de los franceses
Y tenga entonces que huir.
As que ha sido por esto
Que no has odo decir
que era astrlogo hasta ahora,
que despreciado de ti
por no preguntarle a otra,
la quise saber de m.
Y anoche con este loco,
que el secreto descubr
hall en los astros el pao,
hall la puerta, el jardn
y hall... Pero ya no puedo,
no puedo pasar de aqu.
Perdona si me atrev
A entrever tu falso honor,
No pudiendo resistir
Tus desprecios y mis celos
Disculpa, pues, a Beatriz,
Despus de que te he contado
cmo lo supe y lo vi.
MORON: Esta es la verdad.
BEATRIZ:
Seora,
jams oste decir
que era astrlogo Don Diego,
otras veces? Pues yo s.
MARIA: Ay Beatriz! Qu puedo hacer
BETARIZ: Qujate ahora de m,
y di que yo te he vendido.
DIEGO: [Ap. a Morn] Qu te parece?
MORON: [Ap. a su amo.]
Que as
lo has fingido, que yo mismo
casi, casi lo cre.
MARIA: Sabio Don Diego, no quiero
tener de ti que temer,
y espero seas caballero.
Bien sabe el que conoci
la fuerza de las estrellas,
y busc en sus luces bellas
que no pude torcer yo
lo que dispusieron ellas.
Slo un consuelo me das,
al ser tan noble y discreto,
pues con esto te aseguras
mi virtud y tu secreto.
Estoy para lo que mandes
DIEGO: Quien no puede suplicar,
cmo ha de poder mandar?
Dios te guarde.
MARIA:
pero antes
Te bendiga.
MORON: Dios, qu lance !
ste s es modo de hablar.
BEATRIZ: Si l no te dijera aqu
la verdad tan claramente...
MARIA: Nunca de ti lo cre.
BEATRIZ: Estaba al fin inocente :
volvi la verdad por m.
Sale Leonardo.
LEONARDO: Hablando en la calle, nia?
No ibas a misa?
MARIA:
Pap!
LEONARDO: Algo tendrs que explicar
Si no quieres que te ria.
MARIA: Nunca la verdad te niego
Y aunque te ras de m
Le peda al seor Don Diego,
que un gran astrlogo es,
que algo de mi casamiento
me predijera algn da
As fue.
DIEGO: Tal es verdad.
BEATRIZ: [Aparte.] Quin vio tal facilidad
de mentir?
LEONARDO: Ests llorosa?
DIEGO: Yo no s qu la deca
Adelantando una cosa
que vi por la astrologa
LEONARDO: Pues qu pudiste saber
en un instante, un momento?
DIEGO: Le dije que haba de ser
muy pobre su casamiento,
LEONARDO: Lo que un astrlogo dice,
lo das ya por consumado?
Es causa para que as
hayan los ojos llegado
a tales extremos? Di.
MARA: Me dio el pensarlo cuidado...
LEONARDO: [Ap.] Tambin me lo ha dado a m.
MARA.-Que el seor Don Diego es
el astrlogo mejor
que se conoce.
DIEGO: (A Mara)Tus pies
beso por tanto favor;
que no es justo que me des
tal nombre.
LEONARDO: Muchos ha habido
que de estudio tan dudoso
tal ttulo han pretendido ;
mas es tan dificultoso,
que pocos le han merecido :
Tambin yo en mi mocedad,
si he de decir la verdad,
alguna cosa estudi,
y con deseos pequ
en esta curiosidad.
Esta es mi casa, la ves?
Ven a verme cuanto antes.
DIEGO: Slo es cosa que me mandes
Que yo habr de obedecer.
LEONARDO: Muy ansioso estoy de ver;
Cmo las cartas me lances
Para ver la suerte ma,
Y que tratemos los dos
Cosas de la astrologa.
DIEGO: Yo vendr pronto.
LEONARDO: (Yndose) Por Dios !
Pobre has de casar, Mara !
(Vanse Leonardo, Doa Mara y Beatriz)
DIEGO: Se fueron? Dame tus brazos,
pues de tanta confusin
hoy me has librado Morn.
Por ti vivo.
MORON: Los abrazos
estimo ; pero quisiera,
agradeciendo el favor,
que me donaras, seor,
algo que abrazo no fuera.
DIEGO: Toma este diamante, tal
que hace de la luz desdn,
porque fingiste tan bien.
MORON: T no ayudaste tan mal ;
DIEGO: Morn, la buena mentira
est en parecer verdad.
MORON: As ha sido, sin dudar.
Pero aqu alguien viene, mira.
SALE DON ANTONIO.
DlEGO: Antes de que me preguntes
Antonio, te he de contar ;
pues s que te has de burlar
de este magnfico embute.
Todo ha sido un fingimiento,
En el que doa Mara
Del asombro no sala
Don Diego baja la voz, como si estuviese contando un secreto, de manera que slo apreciamos sus gesticulaciones y las reacciones de sorpresa de Don Antonio.
ANTON: ; Por Dios, extremado cuento !
DIEGO: Lleg luego el padre, a quien,
por disculparse, cont
cmo era astrlogo yo.
ANTONIO: Lo crey el viejo?
DlEGO:
Tambin. Lo que falta ahora es
que en toda conversacin
se propague esta opinin ;
para hacerla del revs.
Publcalo t, y as,
sin temer el desengao,
tendr ms fuerza el engao.
ANTONIO: Eso djamelo a m
y a Morn; que vive Dios,
que para hacerlo creer
al mundo, no es menester
ms que contarlo los dos.
DIEGO: Aunque, luego, qu he de hacer
si todos esos se juntan
y mil cosas me preguntan?
MORON: Lo que todos, responder
una vez s y otra no,
Pues qu astrlogo acert
cosa ninguna?
DIEGO: A saber.
(Vanse Don Diego y Morn)
Sale Don Carlos con un pliego de cartas. Don Antonio lo mira, apartado.
CARLOS: [Para s.] Vaya que es desesperanteEl rol que forzado sigo,
por ser amante y amigo,
ni soy amigo ni amante.
Estas cartas que Don Juan
Escribi en mi casa, debo
Fingir que vienen de lejos
Y entregarlas sin afn.
Si Violante las oprime
Contra su pecho, ver
Que su pasin sigue firme
y ms cuerdo callar
mi amor. Pero si al tomar
las cartas, se tarda en vellas,
mirar su olvido en ellas,
y me podr declarar.
Ayude amor mi osada,
pues determinado estoy.
Don Antonio se cruza como sin ver a Don Carlos.
ANTONIO: Jess ! ; Jess ! No creyera
que un hombre pudiera haber
que tal llegara a saber.
CARLOS: Tente, Don Antonio, espera.
Qu tienes?
ANTONIO: No s, por Dios.
Vengo confuso, elevado
y absorto.
CARLOS: Qu te ha pasado?
ANTONIO: Estamos solos los dos?
CARLOS: S.
ANTONIO: Pues habrs de saber
que en Don Diego, aquel amigo,
el que suele andar conmigo,
acabo ahora de ver
el prodigio ms extrao
que se puede (no hay que hablar)
en el mundo imaginar.
CARLOS: Ya deseo el desengao.
ANTONIO: Este hombre, que aqu ves
tan humilde, tan modesto,
tan reportado y compuesto,
el hombre ms docto es
que tiene la astrologa.
CARLOS: Don Diego de Luna?
ANTON.-
l.
CARLOS: Pocas veces le he hablado
Y no s qu aire me ha dado ;
Como del mago Zantel.
ANTONIO: Si aseguras ser creyente
Un da te he de llevar,
Dice que me va a ensear
A una mujer que est ausente. CARLOS: Don Antonio, hazme su amigo.
ANTONIO: Pero callar te conviene,
por el peligro que tiene
de un hechicero el castigo.
CARLOS: De todo quedo advertido,
porque en ms su amistad precio.
ANTONIO: Pues adis. [Ap.] Este es el necio
primero que me ha credoJ
Vanse por lados opuestos
[Sala en casa de Violante]
Salen Don Carlos, Quiteria y Doa Violante, sta ltima con un sobre que el primero le ha entregadoVIOLANTE: La mand Don Juan?
CARLOS:
El mismo.
VIOLANTE: De dnde escribe el galn?
CARLOS: De Manzanillo.
VIOLANTE: [Ap.] Es capaz
de estar haciendo turismo?
Abre el sobre conteniendo su emocin.
CARLOS: No s qu negocios tenga
mas la cartas lo dirn
mejor. [Ap] No tembl al tomar
el sobre, ni con deseo
rompi su sello; ya creo
que me puedo declarar]
Violante abre el sobre con displiscencia, tratando de aparentar calma, pero hunde sus ojos y rpidamente muestra el efecto de las palabras.
CARLOS: [Aparte] (Son lgrimas las que ofrece
al papel, ya me parece
que me voy sin declarar).
En algn momento de su lectura, Violante rompe el papel.
CARLOS: (Aparte.] (Mientras estaba leyendo
rasg el papel; ya voy viendo
que me puedo declarar.)
Qu causa turb la gloria,
que en tan luminoso empleo
rota en dos soles te veo?
VIOLANTE: Una pasada memoria.
Pudo, Carlos, obligarme.
CARLOS: La memoria te entristece?
([Ap.] Segunda vez me parece
que me voy sin declararme.)
Mucho lo quieres
VIOLANTE:
Lo siento.
Por ver a Don Juan, no hubiera
cosa que yo no emprendiera.
CARLOS: No es muy difcil intento.
VIOLANTE: Pues cmo?
CARLOS:
Alguno pudiera
ensearte a Don Juan hoy,
y agradece, ese soy yo.
VIOLANTE: Uy, cunto lo agradeciera
CARLOS: ([Ap.] Mal camino mis desvelos
En contarle esto mal hice)
VIOLANTE: Es verdad lo que me dices?
CARLOS: ([AP.] Yo slo caus mis celos)
S de alguien que te har ver
al mismo Don Juan presente,
aunque Don Juan est ausente.
VIOLANTE: Eso cmo puede ser?Llvame con ese hombre.
CARL: Advierte que no es tan fcil
Y si el sentimiento es frgil
Pueque la verdad te asombre.
VIOLANTE: Animo tendr, si llego
a examinar en su ausencia
tan peligrosa experiencia.
Cmo se llama?
CARLOS: Don Diego
Luna.
VIOLANTE: (A Quiteria) Sin demora alguna,
Dame el manto.
QUITERIA: Qu has de hacer
con l?
VIOLANTE.- Yo tengo de ver
hoy a Don Diego de Luna.
QUITERIA: Sin conocerle?
VIOLANTE:
Qu importa?
Que, si caballero es,
por fuerza ser corts.
QUITERIA: Mira...
VIOLANTE: Discursos acorta.
QUITERIA: Tus desengaos vern
que todo es mentira y juego.
VIOLANTE: Bueno es eso ! Si Don Diego
quiere, yo ver a Don Juan.
Vase. Don Carlos y Quiteria salen tras ella.
[Sala en casa de Don Diego.]
Salen Don Antonio y Don Diego.
ANTONIO: Astrlogo excelente,
Chisme de toda la gente;
Ya no hay nadie que no hable
De ti con voz admirable.
Y hasta lo observ con gusto
Que a algunos provocas susto.
Ambos ren y brindan por el engao. Sale Morn.MORON: Una mujer quiere hablarte
DIEGO: Mujer! Y quin puede ser?
ANTONIO: - Para eso tienes que ver
(A Morn) Hazla pasar por delante.
Salen Doa Violante y Quiteria
VIOLANTE: Quin es de ustedes Don Diego?
DIEGO: Seora, ha entrado en mi casa,
Y no conozco la causa,
Pudiera decirla luego?VIOLANTE: Slo es cosa de escucharme
Y sabr mi pensamiento.
DIEGO: La escuchar muy atento
VIOLANTE: Y tratar de ayudarme?
DON DIEGO: Tratar, si me da pistas.
VILANTE: Para hacerlo ya estoy lista:
Le contar primero
la causa de mis males:
Yo quise bien, yo quiero,
dir mejor; que adoro
y espero a un caballero.
Que sin cumplir promesas
Se fue de soldadero
Intentando al francs
Expulsar de este suelo.
Pues bien, yo en l pensaba
Cuando naci un deseo
de verle. No se espante,
s que es cuerdo y discreto.
Y adems es tan sabio,
que con ingenio diestro
cualquier inconveniente
superar sin peros.
As, pues, si lo inspira
Este dolor extremo
Y esta ilusin ingenua
hgame ver, seor,
a Don Juan esta tarde.
DIEGO: No s qu hacer, Seora,
no es razn que la engae
quien servirla desea.
Aquello no es tan fcil
como a usted le parece,
ni astrlogos lo hacen;
porque representar
a la vista la imagen
de un hombre que est ausente,
es magia, y castigarle
podrn a quien lo hiciere,
VIOLANTE: No llegara yo a hablarle,
seor, sin informarme
que sabe usted hacer
cosas ms admirables.
Yo platiqu esta tarde
con alguien que le ha visto
hacer prodigios grandes.
DIEGO: Seora, es imposible
Que yo pueda ayudarle
En alguna conjura;
Sera como engaarle.
VIOLANTE: Si saber para esto
el nombre es importante,
es Don Juan de Medrano.
Don Diego reacciona sorprendido.
DIEGO: Repetrlo pudiera?
VIOLANTE: Es Don Juan de Medrano.
DIEGO: (Cambiando la actitud, experto)No sigas adelante,
que ya s que ese hombre
es de mediano talle,
algo fino de rostro,
pobre, con ojos grandes,
siempre viste de verde...
y no ha ni cuatro martes
que se ausent.
QUIERIA: Jess !
Y quin pudo contarle
todo aquello?
VIOLANTE: Quiteria,
Ves cmo son verdades?
Tal cual es mi Don Juan.
DIEGO: Como jures guardarme
el secreto, me atrevo
esta noche a llevarle
hasta tu casa.
VIOLANTE: Y yo
Le juro de guardarle.
DIEGO: Morn.
Sale Morn.MORON: Seor. ( [Ap. a l.] Qu quiere?
DIEGO: [Ap. n Morn] Que vayas al estante
Y trae tinta y papel.
(A Violante) Sers capaz de hablarle?
[Vase Morn y vuelve a salir]
VIOLANTE: Ser capaz.
MORON:
Aqu
esta el encargo.
DIEGO: Dame
Esa libreta y vete.
(Vase Morn)
Ahora es importante
(A Doa Violante)
que escribas.
VIOLANTE: Lo que dictes.
DIEGO: Don Juan, ya s...
(Escribe Violante)VIOLANTE:
Adelante.
DIEGO: Dnde ests, luego ven
En esta noche a hablarme.
VIoLANTE: Ya est puesto.
DIEGO:
La firma,
Eso es todo.
VIOLANTE: Violante. (Firma.)
DIEGO: Con esto puedes irte,
y esta noche esperarle ;
que yo s que ir a verte.
VIOLANTE: Don Diego, Dios te guarde.
Vanse Violante y Quiteria. Salen Don Antonio y Morn
DIEGO: Lo escucharon todo?
ANTONIO:
Sl.
DIEGO: Y haban visto otro suceso
ms coincidente?
ANTONIO: Confieso
que casi muerto me vi
de risa, cuando empez
a rogar...
MORON.- mas te salv
El hecho de que nombr
a Don Juan. Y qu has de hacer?
DIEGO: Por la reja de la calle
este papel has de echalle ;
y cuando lo llegue a ver,
viendo en peligro el secreto,
por fuerza a su casa ir
en esta noche, y tendr
nuestra burla lindo efeto.
Vanse.
[Sala en casa de Don Carlos.]
Salen Don Carlos y Don Juan
CARLOS: Te quiere bien, y le pagas
mal por creer tan segura
la obtencin de su hermosura.
JUAN: No, Don Carlos, t no acabas
De entender que aunque se esmere
Con su hermosura mayor
no da lugar al amor
lo que la pasin no enciende.
CARLOS: Entonces no te importara
que un amigo la quisiera.
JUAN: No s bien qu es lo que hiciera.
CARLOS: Djala, pues, y repara
Si algn da me contars
Qu causa preso te tiene?
JUAN: El callarlo me conviene.
Pero un da lo sabrs.
CARLOS: Pues en lo que espero el da
Solo te voy a dejar
Para que puedas pensar
Con tu sola compaa.
Vase Carlos por un lado y Juan por el otro, pero ste ltimo se topa con un sobre en el momento mismo que es deslizado por debajo de la puerta.
Mas qu es esto? No es papel
el que est en el suelo? S.
Quin pudo traerle aqui?
Ver lo que dice en l.
(Lee.)
Ves, Don Diego, como yo
nunca me engao? Si digo
una vez : Este hombre sabe,
es que sabe. Te suplico
vayas a verme esta noche,
para que cenes conmigo.
DIEGO: Estar encantado.
LEONARDO:
Adis. Vase.
DIEGO: Don Antonio, habas odo
otro cuento como ste?
ANTONIO: A tiempo lleg el aviso ;
si no, el viejo te apretaba
el pescuezo.
DIEGO: Habr salido
Con la intencin de pedirle
la joya?
ANTONIO:
Pues yo imagino
que va a buscarlo por eso.
MORON: Vaya que el enredo es lindo ;
si l lo prende por ladrn,
o por yerno, que es lo mismo ;
Don Diego, tienes de gane
Haberlos hecho enemigos.
DIEGO; De bravo aprieto sal !
ANTONIO: Merece un trago de vino.
Salen los tres.
[ Calle. ]
Sale Don Juan, y luego Leonardo.
JUAN: Lleg el ansiado da
del fin dichoso de la pena ma.
Con este engao, ya seguro puedo
ver a mi bien sin que me causen miedo
recelos de Leonardo.
cuya amistad hacer eterna aguardo.
Sale Leonardo
LEONARDO: [Ap.] (l es : tiemblo de hablalle.
Que un mozo desta cara y deste talle
hiciese tal !) Yo vengo,
Don Juan, buscndote.
JUAN:
Desde aqu me tengo
por dichoso, si ha sido
para mandarme ; porque agradecido
al favor, he deseado
servirlo.
LEONARDO: [ Ap.] ( Qu corts ! Qu bien hablado !
Gran lstima es, por cierto,
que veneno tan vil est encubierto
en tan hermoso vaso).
Yo he venido, Don Juan, vamos al caso,
Aqu porque he sabido,
que una joya especial que se ha perdido
t tienes.
JUAN:
Seor ! ... Cmo?
LEONARDO: [Ap.]
(Turbado,
qu pronto su delito ha confesado!)
JUAN: [Ap.] Cielos ! Qu es lo que he odo !
LEONARDO: No insino yo que t hayas tenido
la culpa, sino aquella
de quien la recibiste.
JUAN: [Ap. ]
Ni mi estrella
Me proteger del castigo si lo sabe !
Pero, por Dios, Mara,
que aqu toda la culpa ha de ser ma)
Seor...
LEONARDO: Yo no pretendo,
Don Juan, satisfaccin.
JUAN:
Drtela entiendo,
La joya yo la tengo:
vla aqu. La disculpa, que prevengo,
no es para m. Yo he sido
solamente, seor, quien ha tenido
culpa ; y te han engaado
quienes te dicen que alguien me la ha dado.
Yo slo
LEONARDO:
Don Juan, mira
que yo s 1a verdad.
JUAN.-
Pues fue mentira.
Yo, como habr sabido,
aunque pobre, seor, soy bien nacido.
Disculpas son forzosas...
LEONARDO: Mozo fui ; no me espanto de esas Cosas.
JUAN: Pues si mi bien dispones,
por quitarme de intiles razones,
honra la humildad ma
hoy con la celestial Doa Mara,
y cesar con esto
causa que en tal peligro nos ha puesto.
Advierte...
LEONARDO: Poco a poco,
Don Juan. ([AP.] Este hombre es loco
aunque el ladrn no sea,
quiere que yo le case ( hay quien tal crea?,
con mi hija. Y con esto
dijo que la ocasin cesar presto!
Hurte cuanto quisiere ;
ms casar con mi hija, no lo espere.
No sin causa Don Diego me avisaba,
que un casamiento tal la amenazaba)
Don Juan, yo te prometo...
JUAN:A tu hija, seor?
LEONARDO:
Basta el secreto.
Vase.
JUAN: Pues cmo me ha dejado
Leonardo as, despus de haberme dado,
ocasin que pidiese...?
Dsela yo para que as se fuese?
Cmo, si ya saba
quien la joya me dio, y quien la tena,
no remedi sus daos?
De un engao salieron mil engaos.
Salen Doa Violante y Quiteria
VIOLANTE: Seor Don Juan, no crea
que, aunque pudo en tal violencia
faltar la correspondencia,
faltase la cortesa.
JUAN: Me dijiste que en tu casa
no entrara: yo he obedecido,
por estar ms encendido
otro fuego que me abrasa.
Corri el tiempo, el gusto pasa :
si t misma ya no quieres,
que te vea , por qu mueres,
si te obedezco?
VIOLANTE: [Ap.] Qu farsa !
Cmo finge su desdn !
JuAN: Dime, pues, t qu prefieres.
VIOLANTE: Que la dama a la que quieres
Nunca la dejes de ver
([Ap.] Bien digo, pues, que soy yo.)
Vienes esta noche?
JUAN:
No.
VIOLANTE: Dars gusto a esa seora
a quien con pasin adoras,
JUAN: No s bien cul es tu juego
Pero me lo explicas luego.
(Intenta irse)VIOLANTE: No entiendo por qu me muestras
estar aqu con disgusto,
si yo s que tienes gusto,
Don Juan, de estar donde estsJUAN: Ests, por Dios, engaada ;
que despus que otro sol vi,
es Violante para m
la cosa ms olvidada.
Vase.
VIOLANTE: Habrase visto y odo
en un hombre enamorado
desprecio tan ma1 fundado
ni desdn tan bien fingido?
QUITERIA: Antes presumo que ha sido
verdad, cuando a mirar llego
que en un engao tan ciego
te quieres asegurar.
VIOLANTE: Pues esto puede fallar,
si me lo ha dicho Don Diego?
QUITERIA: Lo que yo he visto es que aqu
hizo tan notable exceso.
VIOLANTE: Pues, lo ves?, con todo eso
se va muriendo por m.
QUITERIA: A eso te persuades?
VIOLANTE:
S
con aquel desdn prolijo,
ms me alegro que me aflijo.
QUITERIA: Mira que el tiempo se muda.
VIOLANTE: Esto puede tener duda,
si Don Diego me lo dijo?
Sale Don Carlos.
CARLOS: Si tu luz hermosa sigo,
escucha, hermosa Violante :
oye un declarado amante
que ha sido encubierto amigo. VIOLANTE: [Ap.] (Don Juan, con venganza extraa,
engese quien engaa,
tenga celos quien da celos.
A Carlos he de fingir
que quiero, para probar
si celos se saben dar
como se saben pedir).
CARLOS: Si no me atrev a decir
mi aficin, fue por temer...
VIOLANTE: Bien la supe conocer,
si pagarla no he sabido,
porque no le es permitido
declararse a una mujer.
Carlos, vergenza y respeto
tuvieron la lengua muda.
CARLOS:. [Aparte.]( Ya del hechizo, sin duda,
se va mostrando el efeto.)
VIOLANTE: Mi vida y alma prometo,
Carlos, cuando a tanto fuego
turbada a abrasarme llego.
Vase con Quiteria.
CARLOS: A1 fin la supe obligar.
Mas esto pudo faltar,
si me lo dijo Don Diego?
Vase.
[Jardn en casa de Leonardo.]Salen Don Juan y Doa Mara.MARIA: Que mi padre te pidi
la joya?
JUAN:
A enojo tan fuerte
mil disculpas le previne,
todas a efecto de hacerme
culpado, porque quedases
en su concepto inocente.
MARIA: Don Juan, yo tuve la culpa,
pues que por satisfacerle,
fue la joya mi pretexto,
para orillar a que fuese
a un astrlogo, que ha sido
contrario de tu amor siempre.
Pero aunque planetas, signos
y estrellas en sus celestes
globos influyan rigores,
y contra ti se concierten,
no ha de dejar de ser tuya
la que por suyo te tiene,
y la que te da su mano.
JUAN: Deja que infinitas veces
en ella ponga la boca
sin importar quien viniere,
Sale Beatriz, asustada.
BEATRIZ: Ay seora ! Mi seor
con el convidado viene.
Qu hemos de hacer?
MARA:
No podrs
llevarle t a mi retrete?
BEATRIZ: No, que ya est en el jardn.
MARA: Mi seor la llave tiene
de esta puerta.
JUAN: Qu he de hacer,
pues?
MARA: Fuerza ser esconderte
detrs de aquellos jazmines. (Escndese Don Juan)Salen Don Diego, Don Antonio, Leonardo y Morn.
DIEGO: Qu agradable vista ofrece
este jardn! Bien le adorna
con su hermosura esta fuente ;
buena es esta galera.
ANTONIO: (A doa Mara)Es un placer conocerle
Y ofrecerle mis respetos.
LEONARDO: Esta es una joya.
MARA:
Advierte
que yo no tuve...
LEONARDO:
Ya s
La poca culpa que tienes.
Sale Violante, intempestivamente, Tras ella, Quiteria y Carlos.
VIOLANTE: He de entrar hasta su cuarto.
CARLOS: Violante, aguarda, detente.
LEONARDO: Qu es esto?
CARLOS:
Escucha, Violante.
VIOLANTE: No te espantes de que entre
as, Leonardo, en tu casa ;
que tales licencias tiene
en los hombres el engao
y el desprecio en las mujeres.
Yo vengo siguiendo a un hombre,
que es el que a tu hija quiere,
y est escondido en tu casa.
LEONARDO: En mi casa ! Injusta suerte !
Morn : (A Don Diego) No hay de qu espantarse.
DIEGO: Escucha, seor, advierte...
VIOLANTE: No creas a este embustero,
porque en cuanto dice miente.
MARA. [ Ap.] Cielos ! Qu ha de ser de m?
LEONARDO: Qu es esto, ingrata? As ofendes
a la sangre ms honrada!
Quin es el hombre?
MARIA:
Qu puede
responder quien a un tiempo
celos y desdichas siente?
LEONARDO: No ha de quedar en mi casa
un tomo que no queme.
[Entrase Doa Violante, y vuelve a salir con Don Juan]
VIOLANTE: Este es el hombre.
LEONARDO:
Qu dices?
El hombre?... An ms dao es se.
Un ladrn haba de ser
el que a mi hija pretende?
JUAN: No soy ladrn ; que ella misma,
que mi humildad favorece,
me di la joya, y yo quise,
por disculparla, ofenderme.
Pobre soy, pero mi sangre
por mayor lustre, merece
en tu enojo ms piedad.
Si ya es cierto que previene
su estrella pobre marido
dime, seor, con quin puedes
cumplir el hado mejor?
LEONARDO [Ap.] ( Honor, otro caso es ste !
Y para templar el dao,
Me da consejo el prudente)
Dale la mano a Mara ;
porque quiero desta suerte,
que de mi honor las sospechas
todas satisfechas queden.
JUAN: Dichoso soy!
MARIA:
Ves, Don Diego,
como, aunque fingidamente,
descubriendo mis secretos,
quisiste estorbar mil veces
mi casamiento, en efecto
no pudiste? Luego miente
tu ciencia.
VIOLANTE: Ves, Don Diego,
me dijiste que estuviese
segura que me quera
Don Juan, y al llegar a verle,
le hallo casado con otra?
Mal haya, amn, quien les cree,
astrlogos mentirosos!
CARLOS: Ves, Don Diego, cmo hacerme
de Violante firme amante
prometiste, y locamente
viene a buscar a Don Juan,
celosa de sus desdenes,
sin acordarse de m?
Luego no hay cosa en que aciertes
Ni que tu ciencia resuelva. BEATRIZ: Por favor, Seores, cesen
los baldones; que harto ha hecho
hasta ahora en defenderse,
no siendo astrlogo.
LEONARDO:
No?
BEATRIZ: Ya mi seora no pierde,
supuesto que est casada,
que todo llegue a saberse.
Yo le dije tus amores
a Morn.
MORON: Y brevemente
yo se los dije a Don Diego.
ANTONIO: Y l a m.
CARLOS:
Yo estoy presente,
a quien t se los dijiste,
porque yo estaba inocente,
y se lo dije a Violante.
MORON: Muy lindo secreto es ste !
ANTONIO: Qu fro te hemos dejado !
DON DIEGO: Alguno obligarme puede
a ms que a no adivinar?
Pues yo juro eternamente
de dejar mi astrologa.
Esta boda se celebre,
para que con su contento
supla las faltas que tiene
un