el arte de la danza en la era paleolítica
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Universidad De Colima
Instituto Universitario de Bellas Artes
Departamento de Danza
Programa de Danza Escénica
“El arte de la danza en la era paleolítica”
Jonathan Alonso Trejo Villalobos
Historia de la danza I
Iris Casio Guzmán
Colima, Colima a 12 de abril de 2023
El arte de la danza en la era paleolítica
Para poder comenzar a hablar acerca de la danza, primero definiré la palabra danza. ¿Qué es la
danza? De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, la danza es la acción de bailar, manera
de bailar o conjunto de danzantes, entre otras definiciones menos acertadas a mi parecer. Sin embargo,
existen autores que han proporcionado su definición un tanto más poética y/o sentimental como las que
a continuación presento:
“La danza es un armonioso deslizarse subordinado a la música y al éxtasis” (Sthépane
Mallarmée)
“La danza es el ritmo mudo, es la música visible” (Théophile Gautier)
“La danza es la metamorfosis en acción” (Paul Valéry)
Las definiciones (exceptuando la de da a conocer la Real Academia Española) coinciden en que la
danza es algo maravilloso, bello y disfrutable. Desde mi punto de vista, yo defino a la danza como un
acto de comunión alma-cuerpo-naturaleza-universo, es una ceremonia pura y manifiesta.
Partiendo de este principio es que me he interesado en realizar este ensayo sobre el arte de la
danza en la era paleolítica. Ya que al hablar de los orígenes de la danza es volver a la raíz del movimiento
y la comunión con los elementos básicos, sin distractores estéticos, mediáticos ni de ninguna índole,
sino meramente de necesidades de expresión, de la búsqueda de respuestas a las preguntas del corazón
y del espíritu, del encuentro con el éxtasis que se produce con la danza, de la comunión con los dioses.
La primera danza fue un acto sagrado
Paul Bourcier en su libro historia de la danza habla de una ceremonia danzada hace unos diez
mil años en la gruta de Pech-Merle en el departamento francés de Lot donde las mujeres quienes iban
acompañadas de sus hijos se reunían en ese lugar con el objetivo de danzar con el fin de que se les
concediera una nueva fecundidad; hay quienes se atreven a precisar que era una danza rítmica de corte
binario donde el tiempo forte lo precisaban sobre el pie izquierdo. Al leer esas líneas en el primer
capítulo del libro mencionado, mi mente iba recreando esa escena primitiva dentro de una gruta, a la luz
y calor del elemento fuego, una danza entregada, probablemente algunos cantos y suplicas. Pero (el
pero de todo el tiempo) esa historia es solo una suposición de algo que pudo haber ocurrido hace miles
de años atrás, es solo una conjetura de haber encontrado dentro de la dicha gruta tres huellas de las
cuales dos son de pies de niño u una de un pie de mujer, el izquierdo. Por lo que la historia no puede ser
sustentada con esta mínima evidencia que francamente dice nada con respecto a una danza.
Continuando con mi punto al ir imaginando la escena mi mente dubitativa se preguntaba: ¿Cómo es que
pueden tener una información tan clara y detallada de una danza? Porque las únicas evidencias
tangibles que tenemos de esa época son: fósiles, piedras, pinturas rupestres, algunas estatuillas, algunas
herramientas y no más. Así que todo lo relacionado con alguna danza en la era prehistórica solo es por
mera conjetura, por asociación, por deducción y comparación con los vestigios de las etnias más
antiguas del mundo que aun conservan su pureza ancestral. A pesar de todo esto Bourcier recomienda
no dejarse llevar por la imaginación y concentrarse en la “probidad científica”.
Para entrar en materia abordare dos de los cuatro vestigios o documentos que caracterizan a la danza
del periodo paleolítico mas específicamente a la cultura magdaleniense que es la cultura que abarca el
periodo paleolítico y de la que hay registro de ello, aunque existe un tercer vestigio de esta época he
decido no abordarlo por la poca información y para evitar redundar. El cuarto de los vestigios pertenece
a la era mesolítica razón por la cual queda fuera de este ensayo.
La figura de Gabillou
El tiempo de antigüedad de esta figura grabada sobre una pared de la gruta de Gabillou data de
hace unos 12,000 años antes de nuestra era. Se dice que es el representante del antepasado de los
danzarines. Como se puede observar en la ilustración 1 la figura
no mide más de 30 centímetros de alto, tiene una vista de perfil
y se en la imagen contrastante que es donde mejor se observa
el danzarín, se puede ver la flexión de las rodillas y la cadera en
un acto propio de una danza, así como la vestimenta que porta.
En cuanto a la vestimenta se puede decir que la piel de un buey
es con la que esta danzando o algún otro rumiante. Recordemos
que durante la era paleolítica los hombres estaban en contacto
con los animales pues eran quienes les proveían alimento,
vestimenta, herramientas, casa y pues sus danzas estaban
relacionadas con ellos.
Ilustración 1.- Figura de Gabillou. Personaje de unos 30 cm. de altura
La figura de Trois-Freres
Esta figura o documento como lo llama Bourcier, data del paleolítico superior, es decir, de hace
10, 000 años antes de nuestra era y se localiza en la gruta de Trois-Feres en el departamento de Ariege,
Francia. Esta figura fue hallada por el abate Breuil. La figura se encuentra en un lugar de difícil acceso en
la gruta, cabe destacar que en la gruta hay una gran variedad de pinturas de varios
animales que a simple vista pueden ser apreciados, sin embargo esta figura se encuentra
aislada en la parte superior de la caverna. Como se puede ver en la
ilustración 2, la piel del animal cubre todo el cuerpo, a pesar de ello en
el dibujo se aprecia una transparencia donde muestra las piernas, las
manos y el falo que denotan una figura humana. Al igual que en la figura
de Gabillou, ambos danzarines están cubiertos por una piel de animal
y llevan cuernos, estos deben tener un poder simbólico muy fuerte e
importante así como la máscara que ambos portan. A mi parecer todo
el ritual de la danza consiste en ser el animal para favorecer la caza, es un honor y un agradecimiento
con la naturaleza porque estos le proveen alimento, calor, casa y vestido. Es toda una ceremonia de
agradecimiento y hermandad con el animal en cuestión. Para poder cazar a un venado debes convertirte
en uno para pensar y andar como él, de esta manera es como ellos podían cazarlo. Si el guerrero, el
chaman o el cazador se convertían en venado o el espíritu del venado iba hacia ellos, sería más fácil
poder conseguir el alimento. No está de más mencionar que en la antigüedad solo cazaban lo necesario,
no había caza por diversión ni matanzas innecesarias, además era todo un acto honorifico para ellos.
Que el hermano venado se una en carne y espíritu para su sobrevivencia.
La imagen, de acuerdo a lo que dice Bourcier, aparenta estar dando un giro sobre si.
Honestamente yo no veo nada de eso pero tiene un cierto sentido. Las danzas primitivas y en general las
danzas rituales son circulares y los ejecutantes llegan a un estado en éxtasis donde entran en comunión
con su espíritu y el del animal o el dios que estén invocando. El danzante gira sobre sí y alrededor del
fuego y danza y danza por horas alcanzando estados mentales tales que el cuerpo puede soportar estar
danzando días enteros.
Conclusión
Desde la aparición del hombre en la faz de la tierra este ha tenido la necesidad de expresarse y
lo primero que utilizo fue su cuerpo, su movimiento. Es muy probable y seguro que el hombre danzo
Ilustración 2. Figura de Trois-Feres. La piel cubre todo el cuerpo como si se trata de un ciervo.
desde sus inicios, sin embargo solo tenemos pruebas de ello de hace 12, 000 anos con la figura de
Gabillou y 2,000 anos después aparecen otros dos vestigios como lo son la figura de Trois-Feres y el
semiredondel de Saint-Germain. La única evidencia son grabados de danzarines como los llama Bourcier,
yo prefiero llamarlos danzantes. Los danzantes siempre han existido y siempre existirán son nuestro
puente con el mundo espiritual. La danza es la conexión entre lo humano, lo animal, lo etéreo y lo
divino. Yo creo que estos danzantes fueron muy puros, devotos y entregados a su danza tanto así que su
danza aun vive en nuestros tiempos.
Bibliografía
Bourcier, P. (1981). Historia de la danza en Occidente. Barcelona: Blume.
Espanola, R. A. (2011). Diccionario de la lengua espanola. Recuperado el 26 de Marzo de 2011,
de http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=danza
Markessinis, A. (1995). Historia de la danza desde sus origenes. Madrid: Librerias Deportivas
Esteban Sanz, S. L.