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EL APROVISIONAMIENTO DE MATERIAS PRIMAS EN LOS YACIMIENTOS DE AMBRONA Y TORRALBA: LA BASE DE RECURSOS. Joaquim Parcerisas Civit Resumen El presente trabajo pretende describir las bases de recursos del sílex y de las cuarcitas al alcance de los grupos humanos que ocuparon los yacimientos de Torralba y Ambrona. Bajo este concepto se engloban todas las rocas potencialmente explotables presentes en el área de estudio, que es preciso reconocer, caracterizar y ubicar espacialmente. Para ello se ha llevado a cabo una intensa prospección del territorio y se ha analizado petrográficamente las muestras obtenidas. Introducción Los yacimientos de Ambrona y Torralba son dos referentes clásicos en la historiografía del pleistoceno peninsular. Torralba fue descubierta en 1888 durante la construcción de la línea de ferrocarril pero no fue objeto de investigación hasta que D. Enrique de Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo decidió excavar el sitio, labor que realizó entre 1909 y 1911. Poco después hallaría otro yacimiento de características similares en el cerro de Prado Jimeu de Ambrona, a tan solo tres kilómetros de distancia. Su excavación se inició en 1914 y se prolongó hasta 1916. El Marqués de Cerralbo dejó poco escrito sobre sus descubrimientos en Torralba (Cerralbo, 1909, 1911, 1913 a,b) y nada acerca de Ambrona. Sin embargo supo darlos a conocer internacionalmente mediante invitaciones personales a los más prestigiosos prehistoriadores del momento. Hasta Soria viajaron, entre muchos otros, E. Cartailhac, el Abate Breuil y Hugo Obermaier, a quien se debe la primera mención escrita de Ambrona (Obermaier, 1916). A la muerte de Cerralbo en 1922, la fama de Torralba era ya internacional y estaba consolidada. La celebración en España de las reuniones de la UISPP de 1954 y de la INQUA de 1957 propiciaron que F. Clark Howell se interesara por las posibilidades que ofrecían los prácticamente inéditos yacimientos de Torralba y Ambrona. Entre 1961 y 1963 excavó en ambos sitios y tras un paréntisis de casi dos décadas realizó tres campañas adicionales (1980, 1981 y 1983), esta vez solamente en Ambrona. La etapa más reciente de la investigación se ha desarrollado durante los noventa (1993- 2000) encabezada por M. Santonja. Se ha excavado en ambos yacimientos y los datos obtenidos han permitido avanzar significativamente en el estudio de la geomorfología (Pérez-González et al, 1997a), estratigrafía (Pérez-González et al, 1997b) y de los procesos tafonómicos que afectan a estos depósitos (Villa et al e.p). Contexto geológico El área estudiada se circunscribe en la Rama Castellana del Sistema Ibérico y se define por la homogeneidad de sus materiales, esencialmente compuestos por el zócalo 1

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EL APROVISIONAMIENTO DE MATERIAS PRIMAS EN LOS YACIMIENTOS DE AMBRONA Y TORRALBA: LA BASE DE RECURSOS. Joaquim Parcerisas Civit Resumen El presente trabajo pretende describir las bases de recursos del sílex y de las cuarcitas al alcance de los grupos humanos que ocuparon los yacimientos de Torralba y Ambrona. Bajo este concepto se engloban todas las rocas potencialmente explotables presentes en el área de estudio, que es preciso reconocer, caracterizar y ubicar espacialmente. Para ello se ha llevado a cabo una intensa prospección del territorio y se ha analizado petrográficamente las muestras obtenidas. Introducción Los yacimientos de Ambrona y Torralba son dos referentes clásicos en la historiografía del pleistoceno peninsular. Torralba fue descubierta en 1888 durante la construcción de la línea de ferrocarril pero no fue objeto de investigación hasta que D. Enrique de Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo decidió excavar el sitio, labor que realizó entre 1909 y 1911. Poco después hallaría otro yacimiento de características similares en el cerro de Prado Jimeu de Ambrona, a tan solo tres kilómetros de distancia. Su excavación se inició en 1914 y se prolongó hasta 1916. El Marqués de Cerralbo dejó poco escrito sobre sus descubrimientos en Torralba (Cerralbo, 1909, 1911, 1913 a,b) y nada acerca de Ambrona. Sin embargo supo darlos a conocer internacionalmente mediante invitaciones personales a los más prestigiosos prehistoriadores del momento. Hasta Soria viajaron, entre muchos otros, E. Cartailhac, el Abate Breuil y Hugo Obermaier, a quien se debe la primera mención escrita de Ambrona (Obermaier, 1916). A la muerte de Cerralbo en 1922, la fama de Torralba era ya internacional y estaba consolidada. La celebración en España de las reuniones de la UISPP de 1954 y de la INQUA de 1957 propiciaron que F. Clark Howell se interesara por las posibilidades que ofrecían los prácticamente inéditos yacimientos de Torralba y Ambrona. Entre 1961 y 1963 excavó en ambos sitios y tras un paréntisis de casi dos décadas realizó tres campañas adicionales (1980, 1981 y 1983), esta vez solamente en Ambrona. La etapa más reciente de la investigación se ha desarrollado durante los noventa (1993-2000) encabezada por M. Santonja. Se ha excavado en ambos yacimientos y los datos obtenidos han permitido avanzar significativamente en el estudio de la geomorfología (Pérez-González et al, 1997a), estratigrafía (Pérez-González et al, 1997b) y de los procesos tafonómicos que afectan a estos depósitos (Villa et al e.p). Contexto geológico El área estudiada se circunscribe en la Rama Castellana del Sistema Ibérico y se define por la homogeneidad de sus materiales, esencialmente compuestos por el zócalo

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secundario y los primeros episodios del terciario. El Tríasico está representado por areniscas feldespáticas con conglomerados de cantos de cuarcita del Buntsandstein; un conjunto de margas, calizas y dolomías tableadas del Muschelkalk en el que aparecen nódulos de sílex; y las margas abigarradas con yesos del Keuper. El Jurásico está representado por las dolomías tableadas grises de Imón y las oquerosas de la formación Carniolas Cortes de Tajuña (Goy, Gómez, Yébenes 1976), difíciles de estudiar en su estratificación debido a su aspecto descompuesto. El Cretácico aparece al NW de Ambrona en el sinclinal de La Ventosa del Ducado, y está constituido por calizas, dolomías y arenas, y cantos de cuarzo y cuarcita facies Utrillas. Geomorfológicamente ambas estaciones se relacionan con el desarrollo del polje de Conquezuela (Pérez-González et al, 1997), pero mientras Ambrona concuerda con la superficie de erosión construida en la fase final del polje, Torralba ocupa una posición sobre la terraza de +22 m y es el resultado de la evolución del valle policíclico del río Masegar. En consecuencia, Torralba y Ambrona no son yacimientos gemelos, sino que el primero es más moderno que el segundo. Estado de la cuestión. Cerralbo apunta que las materias utilizadas en la manufactura de industria lítica de Torralba son una caliza muy dura, la calcedonia, la cuarcita y poquísimos efectivos de sílex, si se exceptúan los de muy reducido tamaño. Apunta también que ninguno de estos materiales se encuentra en las inmediaciones del yacimiento de Torralba, donde abunda la caliza, pero indica que ésta no es tan dura al tratarse de una caliza “cavernosa” impropia para la fabricación de útiles (Cerralbo, 1913). También el Abate Breuil, que conocía de primera mano los materiales, indicó que las materias empleadas eran diversas calizas, cuarcitas y calcedonias y subraya la ausencia de sílex (Breuil, 1910) No existe aún un estudio monográfico sobre las fuentes de materias primas, sin embargo se ha realizado algunos acercamientos que plantean conclusiones dispares. A grandes rasgos existen dos propuestas: una, la defendida por K. Butzer (Howell, Butzer, Aguirre 1962) que propone la procedencia local de gran parte de la materia prima de Torralba. La otra, definida por L. Freeman que considera que la totalidad de los recursos son alóctonos y han sido aportados hasta el yacimiento en soportes brutos. Butzer considera el substrato mesozoico como la fuente casi exclusiva de aprovisionamiento de materias primas. Del Buntsandstein de Miño se obtendrían las cuarcitas, incluidas en conglomerados entre areniscas beige-rojo, aunque también presentes en conos aluviales pleistocenos y en el mismo lecho del Masegar en los momentos de mayor energía; las carniolas del Liásico proporcionarían las calizas, mientras que el sílex sería obtenido bien de las calizas neógenas de los páramos, bien de las calizas triásicas del Muschelkalk. En definitiva, gran parte del material elaborado en Torralba y Ambrona debería poder localizarse a pocos kilómetros de distancia. Freeman (Freeman 1991, 1994) establece tres grupos: sílex/calcedonia, cuarcitas y calizas. Descarta que estas últimas provengan de las formaciones que afloran a unos pocos centenares de metros y que, probablemente a causa de una errata en uno de los artículos, atribuye al Muschelkalk en lugar de al Lías. Por lo tanto considera que el aprovisionamiento de calizas debió realizarse a varios kilómetros de distancia, el de cuarcitas a unos diez (sin citarlo, parece que se refiere al Buntsandstein de Miño) y el de

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sílex a distancias mayores (>50 km). Las fuentes de aprovisionamiento más probables deberían encontrarse aguas abajo hacia la confluencia de las cuencas del Duero y del Tajo. Puesto que el recorrido de las materias primas hasta el yacimiento debió hacerse remontando la corriente, Freeman considera probado que los materiales no son en absoluto de origen local y que fueron aportados por los humanos. Esta teoría es aceptada también por M. Mosquera (Mosquera 1995, 1998) en sus términos generales sin descartar que los cursos fluviales haya podido introducir rocas aptas para la talla hasta las proximidades de los yacimientos tal y como apuntaba J. Enamorado en su tesis (Enamorado, 1992). Por su parte M. Santonja y A. Pérez-González (Santonja, 1996; Santonja, Pérez-González, 2001) dan por seguro que algunas de las calizas empleadas fueron obtenidas de la formación liásica de dolomías de Imón, las cuarcitas proceden del afloramiento de Miño y los sílex son de procedencia alóctona. Indican también al cretácico de la Ventosa del Ducado como área fuente de los cuarzos tallados. Prospección de campo. Las campañas de prospección para localizar los afloramientos de materia prima se centraron al principio en un radio de unos 30 km aproximadamente de los yacimientos estudiados, es decir, sobre una superficie de 200 km2. Esta área está compuesta de forma casi exclusiva por materiales de edades triásica y jurásica. Tan sólo en los ángulos suroccidental y nororiental de la zona de estudio empiezan los materiales terciarios además de algunos, escasos, materiales cretácicos, en su mayoría arenas de la facies Utrillas y calizas calcomargosas. En las últimas campañas de prospección se procedió a doblar el radio de estudio hasta los 60 km, por lo que la superficie estudiada pasó a ser del orden de 400 km2. Las características litológicas de este vasto territorio, sin embargo, no son esencialmente distintas a las que conforman las inmediaciones de los yacimientos, a excepción de una mayor cantidad de materiales neógenos, especialmente en las hojas pertenecientes a los límites administrativos del sudeste de Soria y de la provincia de Zaragoza. Como resultado de la prospección se ha localizado sílex en el Muschelkalk, en diversos momentos del Jurásico y en materiales terciarios, tanto paleógenos como neógenos. Existen cantos de cuarzo y de cuarcita en el Buntsandstein, el Cretácico y el Mioceno. Por último, la base de recursos de las calizas (Parcerisas, 2004) abarca gran parte del área de estudio lo que incrementa el grado de dificultad para avanzar hacia una determinación más precisa de las fuentes de aprovisionamiento, de modo que no vamos a entrar en ella. Silicificaciones del Muschelkalk. La mención de Butzer al Muschelkalk como posible origen de los sílex del yacimiento de Torralba junto a la escasa diversidad litoestratigráfica del entorno inmediato a los yacimientos, ha hecho que hayamos invertido un especial empeño en la localización y caracterización de sus accidentes silíceos (tabla 1). Las unidades litoestratigráficas del Muschelkalk han sido estudiadas por García Gil (García Gil, 1990, 1991) describiendo las características de las dos formaciones (“Dolomías de Tramacastilla” y “Dolomías, Margas y Calizas de Royuela”) que integran la unidad carbonática superior. Éstas están constituidas principalmente por series de dolomías, dolomías arenosas y margas dolomíticas. En los niveles dolomíticos aparece sílex nodular de morfologías variables y por lo general de pequeño tamaño, que

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en algunas de las columnas levantadas son niveles que oscilan de entre 2-4 cm hasta 10-12 cm de espesor.

Localidad Columna Edad Base de Recursos Adradas ADD Muschelkalk Dolomías, sílex Alcolea del Pinar ADP Muschelkalk Dolomías micríticas,

sílex Alto de la Guijarrosa

AGJ Muschelkalk Dolomías, sílex

Bijuesca BJC Muschelkalk Dolomías anaranjadas, sílex

Bujarrabal BJR Muschelkalk Dolomías micríticas, sílex

Cercadillo CLL Muschelkalk Dolomías, sílex Cincovillas CNV Muschelkalk Dolomías, sílex Fuencaliente de Medinace.

FDM Muschelkalk Dolomías microcristalistas, sílex.

Jubera JBR Muschelkalk Dolomías tabulares, sílex

La Quiñonera LQN Muschelkalk Dolomías, sílex Lodares LDR Muschelkalk Dolomías, sílex Lodares LDR2 Mushcelkalk Dolomías, sílex Medinaceli MDN Muschelkalk Dolomías, sílex Puente de Jubera PJB Muschelkalk Dolomías

mesocritalinas, sílex Puerto de Alcolea PDA Muschelkalk Dolomías grises y

marrones, sílex Sienes SNS Muschelkalk Dolomías micríticas,

sílex Sierra Ministra SRM Muschelkalk Dolomías, sílex Torrijo de la Cañada

TDC Muschelkalk Dolomías, sílex

Torrijo de la Cañada

TDC2 Muschelkalk Dolomías, sílex

Túnel de Horna TDH Muschelkalk Dolomías, sílex

Tabla 1.- Columnas estratigráficas elaborada para la definición de la base de recursos del sílex del Muschelkalk

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A B

C

D

E

F Fig. 1.- A) Nódulo de sílex en un estrato de dolomía triásica (Muschelkalk) B) Sílex del Muschelkalk. C) Difracción de Rayos X de una muestra de sílex íntegramente formado

por cuarzo procedente del jurásico. D) Sílex jurásico. E) Nódulo elongado del paleógeno. F) Masa de sílex mioceno.

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Son sílex de baja calidad, muy carbonatados y de fractura irregular debido a las múltiples fisuras internas que presentan. Su aspecto externo varía entre las tonalidades gris-verdosas de Lodares al marrón oscuro del sector más nororiental representado por la columna de Torrijo de la Cañada. Presentan con frecuencia círculos de Liessegan. Se patina muy intensamente volviéndolos friables hasta estado pulverulento. En lámina delgada presenta una textura conformada por cuarzo meso y microcristalino y reemplazamientos de calcedonia de estructuras valvares y relleno de poros. Silicificaciones jurásicas El Jurásico se extiende rellenando la cuenca sedimentaria triásica precedente, subdividiéndose en cuatro formaciones: “Formación carniolas o tramo dolomítico basal”, “calizas intermedias”, “tramo margoso-calizo” y “calizas superiores” (Sánchez de la Torre, Agueda, Goy, 1971). A techo de las carniolas se localizan nódulos de sílex intercalados en niveles de calizas arenosas. En las carniolas del entorno inmediato a los yacimientos arqueológicos, con un aspecto más marcadamente brechoide y cavernoso que el resto de la serie, rara vez aparecen nódulos de sílex, posiblemente debido a que los niveles de este sector están asociados genéticamente con un medio de tipo continental.

Localidad Columna Edad Base de Recursos Alpanseque ALP Jurásico Sílex, caliza micrítica Bujarrabal BJR Jurásico Calizas y dolomías

microcristalinas, sílex Barcones BCN Jurásico Caliza micrítica, sílex Horna HRN Jurásico Dolomías y sílex Horna HRN2 Jurásico Dolomías y sílex Torralba TRR Jurásico Calizas y dolomías

tableada con nódulos de sílex

Velilla de Medinaceli

VDM Jurásico Dolomías, sílex

Yelo YLO Jurásico Caliza micrítica, caliza silicificada, sílex

Tabla 2.- Columnas estratigráficas elaboradas para la definición de la base de recursos

del sílex jurásico. El aspecto externo de las muestras obtenidas es de un sílex homogéneo y mate que se presenta en nódulos pequeños y medianos de colores pardos y córtex escasamente desarrollado. Al microscopio se muestran como agregados micro y criptocristalinos de cuarzo. Silicificaciones paleógenas Al final del Cretácico se produjo una rápida regresión y la sedimentación será a partir de entonces de carácter continental. Las formaciones terciarias son variadas tal y como corresponde a la sedimentación en ambientes diversos que comprenden desde abanicos aluviales a facies palustres-lacustres y evaporíticas. En consecuencia las litologías terciarias son igualmente variadas. No obstante, los sedimentos paleógenos presentan un máximo desarrollo en carbonatos y detríticos. El sílex aparece asociado a los niveles de

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calizas homogéneas en forma de nódulos y capas nodulares, y entre arcillas sepiolíticas donde también se dan ópalos (Arribas, Bustillo, 1985). Por lo general se trata de sílex en sus variedades mate y cristalina, homogéneos en cuanto a textura micro y criptocristalina de cuarzo y raramente en sus formas fibrosas (quartzine). Los sílex en arcillas sepiolíticas están constituidos por ópalo C-T.

Localidad Columna Edad Base de Recursos Baides BDS2 Paleógeno Sílex Baides BDS Paleógeno Sílex, caliza silicificada Beleña de Sorbe BLD Paleógeno Sílex Cihuela CHL Paleógeno Calizas margosas y

biomicríticas, sílex Huérmeces del Cerro

HDC Paleógeno Calizas biomicríticas, Sílex

Negredo SRZ3 Paleógeno Calizas micríticas, sílex Pinilla de Jadraque

PDJ Paleógeno Calizas micríticas, Sílex

Sierrezuela SRZ2 Paleógeno Sílex Torremocha de Jadraque

TDJ Paleógeno Caliza micrítica, sílex

Viana Jadraque VDJ Paleógeno Caliza micrítica, sílex

Tabla 3.- Columnas estratigráficas elaboradas para la definición de la base de recursos del sílex paleógeno.

Silicificaciones neógenas El área estudiada comprende por un lado los materiales detríticos de la cuenca de Almazán (A rmenteros et al, 1989) y los carbonáticos de la cuenca del Tajo (Bustillo, Bustillo, 1987), coronados por las “calizas de los páramos”. Como corresponde a este tipo de depósitos presentan una gran variabilidad litológica dependiente de la procedencia de sus áreas fuente y de su posición respecto al borde de la cuenca, no obstante se ordenan en Unidad Inferior, Intermedia y Superior. En las unidades Intermedia e Inferior se dan niveles de sílex en nódulos y en masas de hasta 6 m3 de tonalidades muy variadas (gris, azulado, rojo, beige, etc.). Con frecuencia la parte de la aureola exterior de la roca está constituida por ópalo C-T. En lámina delgada se aprecia que están conformados por mosaicos de cuarzo micro y criptocristalinos, pero en ocasiones también de tamaño medio y de formas fibrosas.

Localidad Columna Edad Base de Recursos Alconada de Maderuelo

ADM Mioceno Calizas recristalizadas, sílex

Arcos de Jalón ADJ2 Mioceno Calizas micríticas Baides BDS Mioceno Calizas micríticas, sílex Brihuega BRH Mioceno Sílex., ópalo Ceder CDR2 Mioceno Cuarzos, cuarcitas y

calizas micríticas Cerro Picarón CPC Mioceno Sílex, ópalo Gajanejos GJN Mioceno Calizas micríticas, sílex Hita HTA Mioceno Sílex, ópalo

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Jadraque JDQ Mioceno Calizas margosas, micríticas y sílex

Ledanca LDN Mioceno Sílex Linares LNR Mioceno Calizas recristalizadas,

micríticas, cuarcitas y sílex

Linares LNR2 Mioceno Calizas recirstalizadas, micríticas, sílex

Muduex MDX Mioceno Calizas micríticas, sílex Río Tajuña RTJ Mioceno Calizas, sílex Romancos RMN Mioceno Sílex Vallermoso VLL Mioceno Sílex Río Tajuña RTJ2 Cuaternario Sílex

Tabla 4.- Columnas estratigráficas elaboradas para la definición de la base de recursos

del sílex neógeno. Cuarzos y cuarcitas Se ha considerado los conglomerados procedentes del Buntsandstein y del Mioceno, así como las facies detríticas cretácicas y los depósitos cuaternarios. A 3,5 km al norte de Ambrona, entre los pueblos de Miño y Conquezuela se desarrolla una falla a lo largo de la cual se ha formado un frente en el que afloran las areniscas feldespáticas y los conglomerados cuarcíticos que constituyen el Buntsandstein. La distribución de las cuarcitas es heterogénea; son en su mayoría cantos con una mediana de centiles de 7,5 cm y un máximo de 19 cm de longitud, aunque los de este tamaño son muy escasos, frente a los frecuentes cantos de más de 30 cm de longitud presentes en otros afloramientos como el de Altos de la Guijarrosa. Otros caracteres de las cuarcitas del Buntsandstein son su morfología subredondeada y la abundancia de huellas de disolución en su cortex. Las cuarcitas estudiadas en terrazas cuaternarias son, por el contrario, redondeadas y con escasas marcas de disolución.

Localidad Columna Edad Base de Recursos Miño MIN Buntsandstein Cuarcitas Sigüenza AGJ Buntsandstein Cuarcitas Sigüenza SGZ Buntsandstein Cuarcitas Alpanseque APN Cretácico Cuarzos, cuarcitas,

calizas margosas La Cabrera CSG Cretácico Calizas margosas y

micríticas La Cabrera CSG2 Cretácico Cuarcita Playa Pita PYP Cretácico Cuarzo y cuarcitas Torremocha del Campo

TDC Cretácico Cuarzos y cuarcitas

La Ventosa del Ducado

LVD Cretácico Cuarzos y cuarcitas

Alpanseque ALP2 Cretácico Caliza silicificada Ceder CDR Mioceno Cuarzos y cuarcitas Negredo SRZ Mioceno Calizas margosas,

cuarcitas

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Arcos de Jalón ADJ Cuaternario Calizas micríticas y sílex

Arcos de Jalón ADJ3 Cuaternario Calizas micríticas Abéjar ABJ Cuaternario Cuarzo, cuarcitas Atienza ATZ Paleozoico Andesitas, cuarcitas

Tabla 5.- Columnas estratigráficas elaboradas para la definición de la base de recursos de cuarzos y cuarcitas

Fig 2.- Curva acumulativa de distribución de cantos de cuarcita por tamaños en el

afloramiento de Miño (Buntsandstein)

A

B

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C

Fig 3.- A) Cantos de cuarcita subredondeados de Miño (Buntsandstein) B) Cantos de

cuarcita redondeados de las terrazas del Duero (Cuaternario) C) Huellas de disolución por presión en una cuarcita del Buntsandstein.

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