el a cuestas. no los podemos abandonar. escuchar a los...

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Lu 21: Sant 3, 13-18; Sal 18, 8-10. 15; Mc 9, 14-29. (S. Eusebio Mazenod/ S. Constantino/ S. Cristóbal Magallanes) Ma 22: Sant 4, 1-10; Sal 54, 7-11. 23; Mc 9, 30-37. Santa Rita de Cascia, r. (ML) Mi 23: Sant 4, 13-16; Sal 48, 2-3. 6-11; Mc 9, 38-40. (S. Desiderio/ S. Florencio) Ju 24: Heb 10, 12-23; Sal 39, 6. 9-11; Lc 22, 14-20. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE (F) (Sta. Susana) Vi 25: Sant 5, 9-12; Sal 102, 1-4. 8-12; Mc 10, 1-12. San Beda el Venerable, p. y d. (ML). San Gregorio VII, Pa. (ML). Santa María Magdalena de Pazzi, v. (ML) Sá 26: Sant 5, 13-20; Sal 140, 1-3. 8; Mc 10, 13-16. O bien (LS): Flp 4, 4-9; Sal 33, 2-11; Jn 17, 1. 20-26. San Felipe Neri, p. (MO) Do 27: LA SANTÍSIMA TRINIDAD (S) Deut 4, 32-34. 39-40; Sal 32, 4-6. 9. 18-20. 22; Rom 8, 14-17; Mt 28, 16-20 DIOS NOS HABLA CADA DÍA Por una parte es una invitación a recibir el Espíritu de la Paz y por otra es una llamada a ser embajadores de la paz del Resucitado, ungidos por el Espíritu Paráclito. Celebrar la Solemnidad de Pentecostés es una ocasión propicia para pedir al Espíritu de Dios una renovada efusión de sus dones y carismas. El acontecimiento de Pentecostés es vital para la Iglesia de Cristo. Los Apóstoles de Jesús, columnas de la Iglesia, son enviados a continuar la misión de Jesús con la fuerza del Espíritu Santo. Este Espíritu es enviado ante todo para la reconciliación. La paz del Resucitado brota de la reconciliación obrada en la Cruz, que quiere hacerse patente y extensiva a todos. El envío del Espíritu Santo nos regala el gozo y la paz del Resucitado, pues nos hace hombres y mujeres reconciliados, para vivir como hijos amados y hermanos que viven la ley del amor. Celebrar Pentecostés no es solo pedir el Espíritu de la paz, sino también el Espíritu de la reconciliación, para el perdón de nuestros pecados, y para ser signos de reconciliación en medio de nuestro mundo. Parece difícil trabajar por la paz y la reconciliación en nuestros días heridos y convulsionados. Sin embargo, para Dios nada hay imposible; y como sin él nada podemos hacer, nos es dado el Espíritu Santo, como el garante de que esta misión, que parece grande, sea una realidad operante en nuestras comunidades, en nuestra sociedad chilena, en nuestro mundo. COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA ¡La paz esté con ustedes! Son palabras del Señor resucitado que colman de gozo el corazón de sus discípulos. Pero, a su vez, son palabras que introducen el envío misionero del Señor Jesús a quienes constituyó Apóstoles para el anuncio del Evangelio a todos los pueblos de la tierra. Como Iglesia chilena, iniciamos este año 2018 con el mensaje de paz del Señor por medio del sucesor de Pedro, el papa Francisco, con su visita pastoral a nuestro país. Recordemos el lema de esta visita: “Mi Paz les doy”. Y es que el mensaje de paz del Señor Jesús quiere tocar lo más profundo del corazón de cada hombre y mujer del mundo y de nuestra patria; y llegar a cada pueblo y cultura. El envío del Espíritu Santo en Pentecostés es así una ocasión propicia para proyectar en nuestras comunidades este mensaje de paz. Jesús envía el Espíritu Santo para que la paz del Resucitado anide en el corazón de sus discípulos. Reciban el Espíritu Santo: don inmenso, que viene a dar a la Iglesia apostólica la vitalidad y el gozo de ser signo de la presencia consoladora del Señor resucitado. Año XLIII, Nº 2.266 DOMINGO DE PENTECOSTÉS (S). 20 de mayo de 2018 “El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias. Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos. Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp. Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626, Santiago Centro - Tel.- 227200300 E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.cl Impresor: Graficandes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal. EL DOMINGO MAYO - JUNIO 2018 00200727 El ESPÍRITU DE PAZ y reconciliación Palabras del papa Francisco en su visita a nuestro país… (III) Es preciso escuchar: escuchar a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda parte de la identidad y riqueza de esta nación. Escuchar a los migrantes, que llaman a las puertas de este país en busca de mejora y, a su vez, con la fuerza y la esperanza de querer construir un futuro mejor para todos. Escuchar a los jóvenes, en su afán de tener más oportunidades, especialmente en el plano educativo y, así, sentirse protagonistas del Chile que sueñan, protegiéndolos activamente del flagelo de la droga, que les cobra lo mejor de sus vidas. Escuchar a los ancianos, con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. No los podemos abandonar. Escuchar a los niños, que se asoman al mundo con sus ojos llenos de asombro e inocencia y esperan de nosotros respuestas reales para un futuro de dignidad. Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir. Papa Francisco Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático Viaje apostólico a Chile, enero de 2018

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Page 1: El a cuestas. No los podemos abandonar. Escuchar a los ...sanpablochile.cl/lit/archivos/domingo/20180516055455.pdf · ALABANZA Y PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN Para las Asambleas Dominicales

Lu 21: Sant 3, 13-18; Sal 18, 8-10. 15; Mc 9, 14-29. (S. Eusebio Mazenod/ S. Constantino/ S. Cristóbal Magallanes) Ma 22: Sant 4, 1-10; Sal 54, 7-11. 23; Mc 9, 30-37. Santa Rita de Cascia, r. (ML)Mi 23: Sant 4, 13-16; Sal 48, 2-3. 6-11; Mc 9, 38-40. (S. Desiderio/ S. Florencio)

Ju 24: Heb 10, 12-23; Sal 39, 6. 9-11; Lc 22, 14-20. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE (F) (Sta. Susana)

Vi 25: Sant 5, 9-12; Sal 102, 1-4. 8-12; Mc 10, 1-12. San Beda el Venerable, p. y d. (ML). San Gregorio VII, Pa. (ML). Santa María Magdalena de Pazzi, v. (ML)

Sá 26: Sant 5, 13-20; Sal 140, 1-3. 8; Mc 10, 13-16. O bien (LS): Flp 4, 4-9; Sal 33, 2-11; Jn 17, 1. 20-26.

San Felipe Neri, p. (MO)

Do 27: LA SANTÍSIMA TRINIDAD (S) Deut 4, 32-34. 39-40; Sal 32, 4-6. 9. 18-20. 22; Rom 8, 14-17; Mt 28, 16-20

DIOS NOS HABLA CADA DÍA

Por una parte es una invitación a recibir el Espíritu de la Paz y por otra es una llamada a ser embajadores de la paz del Resucitado, ungidos por el Espíritu Paráclito. Celebrar la Solemnidad de Pentecostés es una ocasión propicia para pedir al Espíritu de Dios una renovada efusión de sus dones y carismas.

El acontecimiento de Pentecostés es vital para la Iglesia de Cristo. Los Apóstoles de Jesús, columnas de la Iglesia, son enviados a continuar la misión de Jesús con la fuerza del Espíritu Santo. Este Espíritu es enviado ante todo para la reconciliación. La paz del Resucitado brota de la reconciliación obrada en la Cruz, que quiere hacerse patente y extensiva a todos.

El envío del Espíritu Santo nos regala el gozo y la paz del Resucitado, pues nos hace hombres y mujeres reconciliados, para vivir como hijos amados y hermanos que viven la ley del amor. Celebrar Pentecostés no es solo pedir el Espíritu de la paz, sino también el Espíritu de la reconciliación, para el perdón de nuestros pecados, y para ser signos de reconciliación en medio de nuestro mundo.

Parece difícil trabajar por la paz y la reconciliación en nuestros días heridos y convulsionados. Sin embargo, para Dios nada hay imposible; y como sin él nada podemos hacer, nos es dado el Espíritu Santo, como el garante de que esta misión, que parece grande, sea una realidad operante en nuestras comunidades, en nuestra sociedad chilena, en nuestro mundo.

COMISIÓN NACIONAL DE LITURGIA

¡La paz esté con ustedes! Son palabras del Señor resucitado que colman de gozo el corazón de sus discípulos. Pero, a su vez, son palabras que introducen el envío misionero del Señor Jesús a quienes constituyó Apóstoles para el anuncio del Evangelio a todos los pueblos de la tierra.

Como Iglesia chilena, iniciamos este año 2018 con el mensaje de paz del Señor por medio del sucesor de Pedro, el papa Francisco, con su visita pastoral a nuestro país. Recordemos el lema de esta visita: “Mi Paz les doy”. Y es que el mensaje de paz del Señor Jesús quiere tocar lo más profundo del corazón de cada hombre y mujer del mundo y de nuestra patria; y llegar a cada pueblo y cultura. El envío del Espíritu Santo en Pentecostés es así una ocasión propicia para proyectar en nuestras comunidades este mensaje de paz.

Jesús envía el Espíritu Santo para que la paz del Resucitado anide en el corazón de sus discípulos.

Reciban el Espíritu Santo: don inmenso, que viene a dar a la Iglesia apostólica la vitalidad y el gozo de ser signo de la presencia consoladora del Señor resucitado.

Año XLIII, Nº 2.266 DOMINGO DE PENTECOSTÉS (S). 20 de mayo de 2018

“El Domingo, día del Señor”. Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor: Pía Sociedad de San Pablo. Director: Jorge Bruera, ssp.Dirección, redacción y administración: Avda. L. B. O’Higgins 1626,Santiago Centro - Tel.- 227200300E-mail: [email protected] - ISSN: 0717-4896 - www.sanpablochile.clImpresor: Grafi candes. Tel.- 227733605 - Sto. Domingo 4593, Quinta Normal.

EL DOMINGO MAYO - JUNIO 2018

00200727

El ESPÍRITU DE PAZ

y reconciliación

Palabras del papa Francisco en su visita a nuestro país… (III)

Es preciso escuchar: escuchar a los parados, que no pueden sustentar el presente y menos el futuro de sus familias; a los pueblos originarios, frecuentemente olvidados y cuyos derechos necesitan ser atendidos y su cultura cuidada, para que no se pierda parte de la identidad y riqueza de esta nación. Escuchar a los migrantes, que llaman a las puertas de este país en busca de mejora y, a su vez, con la fuerza y la esperanza

de querer construir un futuro mejor para todos. Escuchar a los jóvenes, en su afán de tener más oportunidades, especialmente en el plano educativo y, así, sentirse protagonistas del Chile que sueñan, protegiéndolos activamente del � agelo de la droga, que les cobra lo mejor de sus vidas. Escuchar a los ancianos, con su sabiduría tan necesaria y su fragilidad a cuestas. No los podemos abandonar. Escuchar a los niños, que se asoman al mundo con sus ojos llenos de asombro e inocencia y esperan de nosotros respuestas reales para un futuro de dignidad. Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia. Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir.

Papa FranciscoEncuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático

Viaje apostólico a Chile, enero de 2018

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Ciclo A - Color Rojo 5. Evangelio Jn 20, 19-23

El miedo encierra. El Espíritu abre las puertas rega-lando la paz y el perdón. Escuchemos lo que hizo en medio de los Apóstoles.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas

cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Refl exión¿En qué me siento encerrado? ¿A qué le ten-go miedo? ¿Cómo el Espíritu hoy me ha re-galado la paz? ¿A dónde tengo que llevar la paz y el perdón?

6. Oración UniversalM. Reunidos como los Apóstoles, pidamos el Espíritu para que venga sobre cada uno de nosotros, nuestra comunidad y toda la sociedad. Digamos:

R. Danos, Señor, tu Espíritu de amor.

1.- Ven Espíritu Santo sobre esta Iglesia, sobre el papa Francisco, nuestro obispo N., nuestros ministros, religiosos y laicos, para que nos renueve en nuestro ardor misionero. Oremos. R.

2.- Ven Espíritu de amor, suaviza nuestras durezas, consuela nuestras penas, alivia nuestros dolores, perdona nuestras miserias. Oremos. R.

3.- Ven Espíritu de unidad, regala la paz a nuestra patria, trae la unidad a nuestras comunidades, la justicia a nuestros hermanos débiles y el amor a nuestras familias. Oremos. R.

4.-Ven Espíritu de la caridad, in� ama los corazones de tus £ eles, para que llevemos tu amor a todos los que sufren, están postergados o excluidos. Oremos. R.

(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad)

M. Concede a tus £ eles que confían en ti, Padre bueno, tus siete dones, premia su virtud, dales la alegría eterna y recibe esta oración, por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

ALABANZA Y PREPARACIÓN A LA COMUNIÓNPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.

M. Alabamos a Dios nuestro Padre porque ha llenado el corazón de sus hijos y ha encendido en ellos el fuego de su amor, y le decimos:

R. ¡Ven, Padre de los pobres, a darnos tus dones!

1.- Padre, te alabamos por tu Espíritu, que nos regala tu paz y perdón. R.

2.- Padre, te alabamos por tu Espíritu, que nos suscita la diversidad y nos congrega en la unidad. R.

3.- Padre, te alabamos porque haces arder nuestro corazón y nos impulsas como comunidad a la misión. R.

M. Ante ti, Padre, que eres el “Consolador lleno de bondad”, nos presentamos tus hijos, con£ ados en tus promesas y con el corazón lleno de la alegría del Espíritu Santo; por eso nos dirigimos a ti diciendo: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosFuego de Dios / Ven, Espíritu de santidad / Espíritu Santo, ven / Si alguno tiene sed / Dios está aquí.

¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! Que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor. R.

4. Segunda Lectura 1Cor 12, 3-7. 12-13

El Espíritu no solamente nos regala la diversidad. Él es también el artí� ce de la unidad.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo.

Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se mani£ esta para el bien común. Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo –judíos y griegos, esclavos y hombres libres– y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

SECUENCIAVen, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres. Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en nuestro llanto. Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus � eles.

Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas. Sua-viza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Concede a tus � eles, que confían en ti, tus siete dones sagrados. Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.

Aclamación al Evangelio Aleluia. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus £ eles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluia.

1. AmbientaciónPentecostés es la £ esta de la Iglesia. Nos congrega y nos impulsa a la misión. Hoy nos congregamos en torno al altar para acoger este mismo Espíritu y ser lanzados en un nuevo ardor misionero..

2. Primera Lectura Hech 2, 1-11

El Espíritu llega sobre los discípulos y los envía a entrar en diálogo con las diferentes lenguas y de esta manera continuar la obra de Jesucristo.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles. Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reu-nidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de

viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: «¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Pan£ lia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 103, 1. 24. 29-31. 34

R. Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas! R.Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la super£ cie de la tierra. R.