einstein y cajal.pdf

5
HISTORIA Y HUMANIDADES REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117 113 INTRODUCCIÓN En el año 2003 se celebró el 150 aniversario del nacimiento de Santiago Ramón y Cajal. Ello sirvió para constatar la vigencia de muchos de sus descubrimientos, así como que sigue siendo el científico más citado en el mundo. Y se ha señalado justa- mente que el único científico comparable a él en este aspecto es Albert Einstein [1-3]. Es además bien conocido que Einstein fue elegido en el año 2000 por votación entre los lectores esta- dounidenses de la revista Time como ‘el hombre del siglo’. Una encuesta similar realizada en nuestro país en 1999 consideró a Cajal (junto con Picasso) como el español más universal [4]. En el año 2005 se rememoró el centenario del annus mirabi- lis de 1905 en que Einstein publicó los fundamentos de la teoría de la relatividad especial, la explicación del efecto fotoeléctrico y la constatación de la existencia real de las moléculas en sus estudios sobre el movimiento browniano. Fue además el cincuen- tenario de su muerte. Menudearon eventos y conmemoraciones que celebraron sus aportaciones colosales a la historia de la ciencia. No obstante, ni en las excelentes biografías o trabajos sobre Cajal [3,5-8], ni en las recientes y numerosas biografías sobre Einstein [9-16], hay referencias al encuentro que ambos mantuvieron en Madrid con ocasión de la visita del físico a esta ciudad en 1923. El excelente documental Pasión por Einstein. España 1923, emitido por televisión a finales de 2005, que por- menoriza su paso por nuestro país, apenas dedica una brevísima alusión a dicha entrevista. Es indudable que para cualquier cien- tífico, e incluso para cualquier miembro del género humano, tal acontecimiento bien merece el calificativo de ‘momento estelar de la humanidad’, según la feliz expresión acuñada por el escri- tor Stefan Zweig. Pero también ha de reconocerse que ha que- dado en el olvido. Puede que los años 2005 –‘Año Mundial de la Física’ en honor de los descubrimientos de Einstein– y 2006 –centenario de la concesión del Premio Nobel a Cajal– constitu- yan un momento oportuno para su rescate. EINSTEIN: CONTEXTO DE SU VIAJE En un memorando dirigido al Ministerio de Asuntos Exteriores de su gobierno, la embajada alemana en España describía el ca- luroso recibimiento a Albert Einstein, en ocasiones rayano en la veneración, con estas expresivas palabras: ‘Desde que existe memoria, ningún sabio extranjero ha tenido una acogida tan en- tusiasta y extraordinaria...’ [17,18]. Esto contrasta singularmen- te con el escasísimo relieve concedido a tal visita por los autores de numerosas biografías actuales de Einstein. Algunos ni si- quiera mencionan el viaje a España y otros apenas le dedican cinco líneas en gruesos volúmenes de más de 600 páginas [9- 16]. En el mejor de los casos se repiten unos a otros e insisten machaconamente en la anécdota del viaje de retorno del físico y su mujer en el vagón personal de Alfonso XIII hasta la frontera de Hendaya [11,14]. Einstein habría confesado a su mujer su profundo disgusto por tal notoriedad y manifestaría su determi- nación de seguir a partir de allí en vagones de tercera clase. Einstein, aunque probablemente poco comprendido, no era un desconocido en los círculos académicos españoles. Ello se debió fundamentalmente a la labor de dos de los principales artífices de su visita: el matemático Esteve Terradas en Barce- lona y el físico Blas Cabrera en Madrid [17-20]. Ambos, junto con José María Plans, serían los máximos valedores de sus teo- rías en España. Por ello no es extraño que Cajal recomendara más tarde los libros de su amigo Cabrera como método para tra- bar conocimiento de las teorías relativistas [21]. Popularmente no se habían extinguido aún los ecos del am- plio despliegue periodístico suscitado por la confirmación expe- rimental de la desviación gravitatoria de la luz, obtenida duran- te el eclipse solar de 1919. En España ciertos periódicos como THE MEETING OF EINSTEIN WITH CAJAL (MADRID, 1923): A LOST TIDE OF FORTUNE Summary. Introduction. The year 2005 was the centennial year of the Albert Einstein’s transcendental works that changed forever the humans thoughts on the universe. It is also celebrated the 50th anniversary of his death. It was proclaimed ‘World Year of Physics’and a multiplicity of celebrations have exhaustively analyzed Einstein’s cardinals contributions. However, among these, the meeting of Einstein with another titanic of science, Santiago Ramón y Cajal, has passed some unnoticed. In this study the circumstances of this meeting are evoked. Development. The parallelisms between the lives of both prominent figures awarded with the Nobel Prize are highlighted. They are the ‘classic’authors most widely cited in the current scientific literature. The events and persons who made possible that shining but forgotten interview are detailed. Such a meeting took place in Madrid, on the occasion of the Einstein’s trip to Spain in 1923. That travel exceeded his primary scientific nature, reaching the category of a social phenomenon and was widely covered by the printed mass media at that time. Finally, the curious coincidence of the invocation of Cajal’s theories to justify the genius of the German physicist nearly 75 years after their meeting is mentioned. Conclusions. Although it was a brief meeting and the circumstances surrounding it largely unknown, it produced a great impression to Einstein and constitutes a supreme instant in the history of the 20th century. [REV NEUROL 2006; 43: 113-7] Key words. Einstein. Ramón y Cajal. Aceptado tras revisión externa: 21.03.06. Servicio de Medicina Interna. Complejo Hospitalario Universitario Mei- xoeiro. Vigo, Pontevedra, España. Correspondencia: Dr. Julio Montes Santiago. Servicio de Medicina Interna. Hospital Meixoeiro-CHUVI. E-36200 Vigo (Pontevedra). Fax: +34 986 811 138. E-mail: [email protected] © 2006, REVISTA DE NEUROLOGÍA El encuentro de Einstein y Cajal (Madrid, 1923): un olvidado momento estelar de la humanidad J. Montes-Santiago

Upload: maricela-virgen

Post on 27-Dec-2015

34 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Einstein y cajal.pdf

HISTORIA Y HUMANIDADES

REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117 113

INTRODUCCIÓN

En el año 2003 se celebró el 150 aniversario del nacimiento deSantiago Ramón y Cajal. Ello sirvió para constatar la vigenciade muchos de sus descubrimientos, así como que sigue siendoel científico más citado en el mundo. Y se ha señalado justa-mente que el único científico comparable a él en este aspecto esAlbert Einstein [1-3]. Es además bien conocido que Einsteinfue elegido en el año 2000 por votación entre los lectores esta-dounidenses de la revista Time como ‘el hombre del siglo’. Unaencuesta similar realizada en nuestro país en 1999 consideró aCajal (junto con Picasso) como el español más universal [4].

En el año 2005 se rememoró el centenario del annus mirabi-lis de 1905 en que Einstein publicó los fundamentos de la teoríade la relatividad especial, la explicación del efecto fotoeléctricoy la constatación de la existencia real de las moléculas en susestudios sobre el movimiento browniano. Fue además el cincuen-tenario de su muerte. Menudearon eventos y conmemoracionesque celebraron sus aportaciones colosales a la historia de laciencia. No obstante, ni en las excelentes biografías o trabajossobre Cajal [3,5-8], ni en las recientes y numerosas biografíassobre Einstein [9-16], hay referencias al encuentro que ambosmantuvieron en Madrid con ocasión de la visita del físico a estaciudad en 1923. El excelente documental Pasión por Einstein.España 1923, emitido por televisión a finales de 2005, que por-menoriza su paso por nuestro país, apenas dedica una brevísimaalusión a dicha entrevista. Es indudable que para cualquier cien-tífico, e incluso para cualquier miembro del género humano, talacontecimiento bien merece el calificativo de ‘momento estelarde la humanidad’, según la feliz expresión acuñada por el escri-

tor Stefan Zweig. Pero también ha de reconocerse que ha que-dado en el olvido. Puede que los años 2005 –‘Año Mundial dela Física’ en honor de los descubrimientos de Einstein– y 2006–centenario de la concesión del Premio Nobel a Cajal– constitu-yan un momento oportuno para su rescate.

EINSTEIN: CONTEXTO DE SU VIAJE

En un memorando dirigido al Ministerio de Asuntos Exterioresde su gobierno, la embajada alemana en España describía el ca-luroso recibimiento a Albert Einstein, en ocasiones rayano en laveneración, con estas expresivas palabras: ‘Desde que existememoria, ningún sabio extranjero ha tenido una acogida tan en-tusiasta y extraordinaria...’ [17,18]. Esto contrasta singularmen-te con el escasísimo relieve concedido a tal visita por los autoresde numerosas biografías actuales de Einstein. Algunos ni si-quiera mencionan el viaje a España y otros apenas le dedicancinco líneas en gruesos volúmenes de más de 600 páginas [9-16]. En el mejor de los casos se repiten unos a otros e insistenmachaconamente en la anécdota del viaje de retorno del físico ysu mujer en el vagón personal de Alfonso XIII hasta la fronterade Hendaya [11,14]. Einstein habría confesado a su mujer suprofundo disgusto por tal notoriedad y manifestaría su determi-nación de seguir a partir de allí en vagones de tercera clase.

Einstein, aunque probablemente poco comprendido, no eraun desconocido en los círculos académicos españoles. Ello sedebió fundamentalmente a la labor de dos de los principalesartífices de su visita: el matemático Esteve Terradas en Barce-lona y el físico Blas Cabrera en Madrid [17-20]. Ambos, juntocon José María Plans, serían los máximos valedores de sus teo-rías en España. Por ello no es extraño que Cajal recomendaramás tarde los libros de su amigo Cabrera como método para tra-bar conocimiento de las teorías relativistas [21].

Popularmente no se habían extinguido aún los ecos del am-plio despliegue periodístico suscitado por la confirmación expe-rimental de la desviación gravitatoria de la luz, obtenida duran-te el eclipse solar de 1919. En España ciertos periódicos como

THE MEETING OF EINSTEIN WITH CAJAL (MADRID, 1923): A LOST TIDE OF FORTUNE

Summary. Introduction. The year 2005 was the centennial year of the Albert Einstein’s transcendental works that changedforever the humans thoughts on the universe. It is also celebrated the 50th anniversary of his death. It was proclaimed ‘WorldYear of Physics’ and a multiplicity of celebrations have exhaustively analyzed Einstein’s cardinals contributions. However,among these, the meeting of Einstein with another titanic of science, Santiago Ramón y Cajal, has passed some unnoticed. Inthis study the circumstances of this meeting are evoked. Development. The parallelisms between the lives of both prominentfigures awarded with the Nobel Prize are highlighted. They are the ‘classic’ authors most widely cited in the current scientificliterature. The events and persons who made possible that shining but forgotten interview are detailed. Such a meeting tookplace in Madrid, on the occasion of the Einstein’s trip to Spain in 1923. That travel exceeded his primary scientific nature,reaching the category of a social phenomenon and was widely covered by the printed mass media at that time. Finally, thecurious coincidence of the invocation of Cajal’s theories to justify the genius of the German physicist nearly 75 years aftertheir meeting is mentioned. Conclusions. Although it was a brief meeting and the circumstances surrounding it largelyunknown, it produced a great impression to Einstein and constitutes a supreme instant in the history of the 20th century. [REVNEUROL 2006; 43: 113-7]Key words. Einstein. Ramón y Cajal.

Aceptado tras revisión externa: 21.03.06.

Servicio de Medicina Interna. Complejo Hospitalario Universitario Mei-xoeiro. Vigo, Pontevedra, España.

Correspondencia: Dr. Julio Montes Santiago. Servicio de Medicina Interna.Hospital Meixoeiro-CHUVI. E-36200 Vigo (Pontevedra). Fax: +34 986 811138. E-mail: [email protected]

© 2006, REVISTA DE NEUROLOGÍA

El encuentro de Einstein y Cajal (Madrid, 1923):un olvidado momento estelar de la humanidad

J. Montes-Santiago

Page 2: Einstein y cajal.pdf

J. MONTES-SANTIAGO

REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117114

El Sol y, sobre todo, personalidades como Ortega y Gasset –queejercería como destacado anfitrión durante su visita– y otros fa-mosos intelectuales, como García Morente, Maeztu o RamónGómez de la Serna, se habían encargado de mantener viva lacuriosidad sobre el físico y sus teorías con varios ensayos y ar-tículos periodísticos [17].

A estos trabajos se les unió el conocimiento de la concesióndel Premio Nobel de Física durante el viaje que, desde noviem-bre de 1922, Einstein había emprendido a Japón. A su vuelta aEuropa, tras su paso por Palestina, y aun antes de pronunciar lalectura del Nobel, Einstein recaló en Barcelona procedente dePort Said, vía Marsella. Tales noticias, añadidas a su crecientefama de luchador por el pacifismo y las libertades, junto con suafabilidad y característico porte externo –Ramón Gómez de laSerna calificó su famoso cabello indomable como de ‘inspiradoviolinista italiano’– [22], contribuyeron a que esta visita resul-tara un acontecimiento de trascendencia mucho más amplia quesu inicial carácter científico.

PARALELISMOS DE DOS VIDAS FRUCTÍFERAS

En 1923 Cajal contaba 71 años y se había jubilado el año ante-rior como catedrático. Había declinado ya la multitud de home-najes que por dicho motivo se le habían tributado. Además es-taba muy enfermo, aquejado, quizá, de los periódicos dolorescólicos y diarreas, secuelas de la malaria y disentería contraídasdurante su estancia en Cuba [2]. En esos años fue presa fácil deprocesos catarrales, que en ocasiones le llevaron a rechazar ofer-tas de Gregorio Marañón para reeditar algunos de sus trabajosantiguos [6]. Es probable que todo esto provocara alguno deaquellos brotes incoercibles de decaimiento que el propio Mara-ñón había diagnosticado de neurastenia obsesiva [3,6]. Ello ha-bía motivado que disminuyera drásticamente su actividad física,la cual se había reducido en la práctica a pequeños paseos cercade su casa en la calle de Alfonso XII y a la calle Atocha, ubica-ción entonces del Instituto Cajal [3,23]. En su libro El mundovisto a los 80 años, significativamente subtitulado Impresionesde un arterioesclerótico, él mismo comentaría aludiendo a estaépoca: ‘Jadeante y cansino apenas podía caminar sin fatiga 300metros. La despreciable altura del cerro de San Blas se me anto-jaba la cumbre de la Madaleta, y la cuesta de Atocha, la falda delMontblanch’ [21]. Estos achaques le dificultaban notablementela conversación y la escritura. Para empeorar más las cosas, jus-to en ese tiempo se vio aquejado de una molesta y progresivasordera. Ello acentuó el retraimiento que había empezado ya dosaños antes al derruirse el local del Café Suizo, donde Cajal solíaacudir a la célebre tertulia [6]. De hecho, Cajal disculparía porenfermedad su asistencia a la Sesión de la Real Academia deCiencias del 4 de marzo de 1923 en la que se nombraría a Eins-tein académico extraordinario [24] (Fig. 1).

Se trataba pues del encuentro de dos hombres geniales, unoen el apogeo del reconocimiento por sus contemporáneos y elotro ya en el declinar de su vida, aunque ésta había sido fructí-fera y se prolongaba en el hermoso germen de la escuela neuro-histológica española. A pesar de las diferentes personalidades,campos de trabajo y contextos sociales, las similitudes entre lasvidas de ambos hombres eran mucho más profundas de lo que aprimera vista semejaban. Y éstas comenzaban en sus aficiones.En efecto, ambos habían sido amantes entusiastas de la vida alaire libre: Cajal de las excursiones a la sierra y Einstein de la na-vegación a vela. Ambos, también, habían comenzado las inves-

tigaciones que los harían famosos en circunstancias harto difí-ciles. Recordemos a Cajal, un perfecto desconocido para la co-munidad científica, tener que pagarse de su bolsillo el viaje alCongreso de Berlín de 1889 y, una vez allí, arrastrar literalmen-te al gran Kölliker hacia sus extraordinarias preparaciones his-tológicas, hasta que éste quedara subyugado por ellas [25]. Espreciso también sentir la zozobra de Einstein cuando en 1905,tras publicar sucesivamente en los Annalen der Physik sus se-minales trabajos sobre el movimiento browniano, el efectofotoeléctrico y la teoría especial de la relatividad con el corola-rio de la equivalencia entre masa y energía (la famosa E = mc2),éstos pasaran desapercibidos para la comunidad científica. Trans-currieron meses de angustia hasta que una carta de Max Planckle animó a seguir con sus investigaciones. Tiempo después lemostrará todo su apoyo [10,13-15]. Aunque los dos tuvieron lasuerte de contar con sustentos importantes –Cajal como maes-tros a Simarro y Maestre de San Juan y luego como valedoresa Kölliker, van Gehuchten, Retzius o Sherrington, y Einstein aPlanck, Max Born o Lorentz–, esto no los libró de otras dificul-tades y controversias, en ocasiones especialmente dolorosas.Baste rememorar a Cajal reconcomiéndose cuando, en la lectu-ra del Nobel de 1906, su admirado Golgi se aplicaba a atacar lateoría neuronal y le ninguneaba prácticamente en su discurso[25]. O la negación reiterada a Einstein del premio Nobel deFísica debido a la oposición frontal a la relatividad del presti-gioso oftalmólogo sueco, y también Premio Nobel, Alvar Gull-strand [10,26]. Es sabido que al final le fue concedido el premiopor sus contribuciones sobre el efecto fotoeléctrico, pero jamásse consideró una segunda candidatura por la teoría de la rela-tividad.

Figura 1. Santiago Ramón y Cajal en 1922, cuando contaba 70 años.

Page 3: Einstein y cajal.pdf

ENCUENTRO DE EINSTEIN Y CAJAL

REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117 115

PROLEGÓMENOS DE UN ENCUENTRO

Pero ¿cómo se fraguó su visita a España? Sin duda, el artíficeprincipal de ella fue Esteve Terradas. Debido a su educación enAlemania y a sus numerosos viajes y conocidos, debió de reu-nirse con Einstein alguna vez entre 1918 y 1920, y le sugeriríala visita a nuestro país. Sin embargo, la invitación se realizó através del matemático Julio Rey Pastor, quien, a la sazón, seencontraba en Leipzig en la primavera de 1920. Y fue Cajal, ensu calidad de presidente de la Junta de Ampliación de Estudiosquien, en carta autógrafa de 6 de julio de 1920, cursó la invita-ción oficial [19]. En esta ocasión, Einstein se disculpó por susmuchas obligaciones en Berlín, acrecentadas además por la re-ciente aceptación, a instancias de Lorentz, de un profesoradoextraordinario en la universidad holandesa de Leiden. Terradasno se dio por vencido y tras mucha insistencia consiguió al finque aceptara venir a España en 1923 [17-20].

¿Qué conocía Einstein de Cajal y más generalmente de Es-paña? En una entrevista, casi más bien un atraco, pues el corres-ponsal de ABC Andrés Révescz la obtuvo colándose y abordan-do al físico y su esposa en el tren en que viajaban de Barcelona aMadrid el 3 de marzo de 1923, a la cuestión sobre los científicosespañoles que conocía, Einstein mencionó a Terradas y Cabreray, a continuación, a Ramón y Cajal, del cual tenía noticias desdehacía 20 años [27]. Sin duda, Terradas y Cabrera le habrían pro-porcionado información directa sobre el estado de la cienciaespañola pero quizás Einstein tuviera también algún conoci-miento de primera mano a través de su amigo, el ilustre fisiólo-go, Georg Nicolai –con quien había firmado en 1915 el mani-fiesto pacifista Llamada a los europeos, en respuesta al ma-nifiesto probelicista suscrito en 1914 por 97 intelectuales alema-nes–. Nicolai había visitado Madrid en 1920 y fue invitado adisertar sobre el origen de la vida en la famosa tertulia del CaféPombo, auspiciada por Ramón Gómez de la Serna [17].

Además, Einstein quizá recordaría de tiempos lejanos al-gunos lugares y formas de vivir pues siendo judío, aunque nopracticante, durante su estancia de los 11 a los 15 años en elLuitpold Gymnasium de Munich, sus profesores –los rabinos H.Friedmann, J. Perles, E. Meyer y C. Werner– le habían enseña-do, además de los Salmos y el Talmud, la vida y costumbres delos judíos sefardíes en España [28]. Fruto de este recuerdo juve-nil fue, además de ocupar un lugar prominente en su comité derecepción el médico Ángel Pulido, conocido por su vigorosadefensa del reconocimiento oficial de los sefardíes a la naciona-lidad española, la visita casi clandestina a Toledo y su judería yla visita a la antigua sinagoga de Santa María la Blanca, acom-pañado de Ortega y Gasset y el historiador Manuel BartoloméCossío, bien conocido por sus estudios históricos sobre El Gre-co y Toledo. Einstein calificó este día en su diario como uno delos más luminosos de su vida. Pío Baroja, a quien Ortega relatóesta visita, comentaría en sus Memorias que fue la fuerza de latradición y el pensamiento de sus ancestros los que le movierona realizar tal visita [17]. También disfrutó en visitas sucesivas alMuseo del Prado; sus pintores preferidos eran Rafael, Fra An-gélico, Velázquez, El Greco –de quien le conmovió El entierrodel conde de Orgaz, contemplado en la visita a Toledo– y Goya.Pero, al igual que Toledo y los sefardíes, la visita a Goya fuemás bien un reencuentro, pues el pintor era ya viejo conocido yadmirado por Einstein. En efecto, en 1921 había regalado y de-dicado una monografía sobre Goya a Mathilde Zangger, esposade su amigo médico Heinrich Zangger, que fue uno de los prin-cipales responsables de que Einstein diera clases en la Universi-

dad Politécnica de Zurich y más tarde constituyó un incondicio-nal sostén durante largos años de su hijo esquizofrénico, Eduard[9,12,14,29].

Superados los problemas gastrointestinales que le habíanasediado en los últimos años y que se reprodujeron agudamenteal inicio del viaje a Japón [29,30], es patente que Einstein dis-frutó enormemente de la visita. Abundan en su diario de viajeexpresiones como ‘maravilloso día’, ‘uno de los días más feli-ces de mi vida’, ‘cálida despedida’, etc. Significativamente, nohay comentarios sobre las graves restricciones dietéticas im-puestas por su mujer Elsa debido a sus problemas biliares y quehabían llevado a ésta a prohibirle la comida japonesa durante elreciente viaje. En la visita a Toledo, Elsa comentó que no habíavisto a su marido de tan buen humor durante mucho tiempo[17]. La seducción entre Einstein y España fue, pues, mutua. Ycuando el físico tuvo que emigrar de Alemania debido a la con-quista nazi del poder, el Consejo de Ministros de la Repúblicareunido el 4 de abril de 1933 aprobó, a instancias del ministrosocialista de Instrucción Pública Fernando de los Ríos, una do-tación de 24.330 pesetas para la creación de una cátedra ex-traordinaria en la Universidad de Madrid y su ofrecimiento aEinstein. Tal oferta le fue hecha en firme en Bélgica a través delembajador de España en Londres –el escritor Ramón Pérez deAyala– y el hebraísta Abraham S. Yahuda. Finalmente, tal cáte-dra nunca se ocupó al residir definitivamente Einstein en Prin-ceton, EE. UU. [31,32]

¿Y qué sabía Cajal sobre Einstein? Aunque en sus escritosno lo nombra, sin duda había oído hablar sobre su famosa teoríade la relatividad, bien en sus lecturas, bien en las conversacio-nes con su amigo Blas Cabrera o bien en las disertaciones de és-te en la tertulia del Café Suizo. En El mundo visto a los 80 años,en el segundo capítulo dedicado a comentar los solaces de lalectura, menciona los libros de Eddington (Estrellas y átomos),de Boutaric (La physique moderne et l’electron), de Jeans (Eluniverso que nos rodea), etc. En la recomendación de estos tex-tos, escribe Cajal: ‘Bajo el ropaje pintoresco y hasta humorísti-co hallará el lector desentrañados los elementos de la teoría dela relatividad, la estructura del átomo, las propiedades de las di-versas radiaciones, la arisca y enigmática doctrina de los quan-ta y las admirables conquistas modernas sobre estrellas y nebu-losas’ [21]. Además, como se ha mencionado, vuelve a sugerirla lectura de los libros y folletos sobre el particular del que lla-ma el primero de nuestros físicos, es decir, Blas Cabrera.

No sabemos con certeza de quién partió la idea de llevar aEinstein a visitar a Cajal. Algo que sorprende en la actualidad,pero bastante frecuente en aquella época, es la omnipresenciadel colectivo médico en los acontecimientos científicos relevan-tes, aunque fueran marginales a su propia especialidad. De estaforma, el Colegio de Médicos madrileño envió una representa-ción independiente, presidida por el anatomista Julián Calleja,para recibir a Einstein a su llegada a Madrid. En las recepcionesen su honor están presentes personalidades tan notorias comoRecasens, decano de la facultad de Medicina, Gimeno, Aguilar,Calleja, Pittaluga o Teófilo Hernando [17]. ¿Fue quizás este úl-timo quien sugirió la visita? Recordemos que Teófilo Hernando,internista, amigo y médico de Cajal, le asistirá 11 años más tar-de en el momento de su muerte, acompañado por los doctoresCarro, Calderón y un joven Jiménez Díaz de 36 años [3]. O lainiciativa se concretó, quizás, a instancias de Gregorio Mara-ñón, quien era discípulo y confeso admirador de don Santiago yque iba a presidir la conferencia dada por Einstein en el Ateneo.

Page 4: Einstein y cajal.pdf

J. MONTES-SANTIAGO

REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117116

¿O sugirieron la idea sus discípulos, losneurólogos Gonzalo Rodríguez Lafora yJosé María Sacristán, también presentesen algunas de las recepciones? ¿O fue elinspirador su discípulo Rafael Lorente deNó, cuyo hermano Fernando, matemático,formaba parte del comité de recepción aEinstein y había traducido al español el li-brito de éste sobre la teoría de la relativi-dad? ¿O fue Blas Cabrera? Lo que parececierto es que quien organizó el encuentrodebía de sentir un gran aprecio por donSantiago, si tenemos en cuenta su retrai-miento en los últimos meses y el compli-cado programa de la visita de Einstein.

EL MOMENTO DE LA VISITA

El horario de Einstein en Madrid fue muyajetreado. Como él comentaba humorís-ticamente, en España se dedicó amplia-mente a ‘seguir silbando la teoría de la re-latividad’ [11]. Un chiste gráfico de ABCreflejaba de forma acertada esta incesanteactividad. Bajo el título Einstein en Madrid aparece el físicocansado y abrumado por el peso de diplomas, títulos y conde-coraciones, hablando en la calle con otro personaje: ‘Sí, señorGedeón; no me dejan en paz ni una diezmillonésima de segun-do. Me traen y me llevan en un movimiento absoluto, rectilí-neo, curvilíneo, uniforme y acelerado’ [27]. Por ejemplo, el día4 de marzo por la mañana había pronunciado un discurso en laReal Academia de Ciencias y había sido nombrado académicocorrespondiente por el rey Alfonso XIII y en la tarde se habíadesarrollado una intensa velada social (Fig. 2). El día 5 de mar-zo pronunció por la tarde otra conferencia en la Sociedad Ma-temática Española sobre la relatividad especial, tras la cual, ytras las preguntas pertinentes, fue a cenar con su pariente KunoKocherthaler.

Muy probablemente, éste lo condujo en su coche a las 8:30de la tarde a la casa de Cajal. La visita forzosamente debió deser muy breve pues Einstein debía dar una segunda conferenciaen la Sociedad de Matemáticas sobre la relatividad general. Nosabemos de qué hablaron los dos grandes hombres. Ni siquieraconocemos en qué idioma hablaron, aunque presumiblementefuera en francés, el cual Cajal nunca dominó del todo –comohizo notar Sherrington cuando éste se alojó en su casa en 1894con motivo de las Croonian Lectures en Londres [3] –. Cajal,además, tras recoger el Premio Nobel no había vuelto a salir dela Península. Einstein también tenía ciertas dificultades puesdos años más tarde en su viaje a América del Sur todavía se que-jaba de su deficiente francés [14,15], lo cual le llevó a escribirtodos sus artículos en alemán aun cuando no aparecieran publi-cados en dicho idioma [10]. Incluso alguien pudo hacer de me-diador en la conversación, cosa no improbable dada la ya co-mentada sordera de Cajal. Desconocemos los pormenores de laentrevista pero el instante está pleno de sugerencias: el investi-

gador más decisivo de los enigmas del cerebro frente al escudri-ñador más preclaro de los secretos del universo... En cualquiercaso, y fuera de especulaciones, esta visita causó un gran im-pacto a Einstein. Dejó escrito en su diario: ‘... Visita con Cajal,maravilloso viejo. Gravemente enfermo’ [17].

No nos queda la impresión de Cajal de este encuentro. Latercera y última edición revisada de los Recuerdos de mi vidaapareció en mayo de 1923 y el último capítulo se detiene en losacontecimientos de su jubilación el año anterior. En El mundovisto a los 80 años no menciona esta entrevista. En la prensa es-crita sólo se mencionó de pasada este encuentro y en el informepormenorizado que la embajada alemana remite a su país sobrelas actividades de Einstein en España ni siquiera se nombra.

EPÍLOGO

Es curioso señalar que la única cita bibliográfica en PubMed enque aparecen juntos los nombres de Cajal y Einstein se refiera altrabajo publicado en Lancet sobre los hallazgos efectuados en elcerebro de Einstein [33]. En este estudio se pretendió encontraruna anomalía en el lóbulo temporal de Einstein, de tal forma quesus neuronas podrían haber establecido un mayor número deconexiones. Es aquí donde se cita el punto de vista de Cajal reco-gido en los Recuerdos, según el cual el sustrato neurológico de lainteligencia podría estribar en el número de interconexiones neu-ronales más que en el número absoluto de neuronas. Aunque sehan criticado con mucha razón las conclusiones de este trabajo[34,35], no deja de ser significativo que los dos investigadoresmás revolucionarios en sus respectivos campos, y a la vez consi-derados como los ‘clásicos’ más citados en la literatura actual,volvieran a estar unidos en una publicación realizada cerca de 75años después de su encuentro memorable en Madrid.

Figura 2. Alfonso XIII con Einstein tras la sesión de la Real Academia de Ciencias de Madrid enque fue investido como académico extraordinario (4 de marzo de 1923).

Page 5: Einstein y cajal.pdf

ENCUENTRO DE EINSTEIN Y CAJAL

REV NEUROL 2006; 43 (2): 113-117 117

BIBLIOGRAFÍA

1. Reinoso F. Cajal hoy: la permanencia de un genio. Revista Española dePatología 2002; 4: 367-72.

2. Morales Asín F, García de Yébenes J. Conmemoración del año Cajal.150 años después. Madrid: Sociedad Española de Neurología y Bristol-Myers Squibb; 2003.

3. López-Piñero JM. Cajal. Madrid: Debate; 2000.4. Ramón y Cajal MA. Origen del legado Cajal. Revista Española de

Patología 2002; 4: 497-8.5. Calvo-Rey A. Cajal. Triunfar a toda costa. Madrid: Alianza Editorial;

1999.6. Albarracín-Teulón A. Santiago Ramón y Cajal o la pasión de España.

Barcelona: Labor; 1978.7. Durán-Muñoz G, Alonso-Burón F. Cajal. Vida y obra. Tomos I y II. 2 ed.

Barcelona: Científico-Médica; 1983.8. Leirós W. Santiago Ramón y Cajal. Barcelona: Labor; 1990.9. Seelig C. Albert Einstein. 3 ed. Madrid: Espasa-Órbitas; 2005.

10. País A. El Señor es sutil. La ciencia y la vida de Albert Einstein. Barce-lona: Ariel; 1984.

11. Hoffmann B, Dukas H. Einstein. Barcelona: Salvat; 1988.12. Highfield R, Carter P. Las vidas privadas de Albert Einstein. Madrid:

ABC; 2003.13. Fölsing A. Albert Einstein. New York: Penguin Books; 1997.14. Brian D. Einstein: a life. New York: John Wiley & Sons; 1996.15. Hermann A. Einstein. En privado. Madrid: Temas de Hoy; 1997.16. Kantha SS. An Einstein dictionary. Westport, CO: Greenwood: 1996.17. Glick TF. Einstein in Spain. Relativity and the recovery of science.

Princeton, NJ: Princeton University Press; 1988.18. Sánchez-Ron JM. Cincel, martillo y piedra. Historia de la ciencia en

España (siglos XIX y XX). Madrid: Taurus; 1999.19. Sánchez-Ron JM. Einstein, el hombre y el científico. La difusión de

sus teorías en España. In Sánchez-Ron JM, Romero de Pablos A, eds.Einstein en España. Madrid: Publicaciones de la Residencia de Estu-diantes; 2005. p. 15-41.

20. Romero de Pablos A. El Madrid científico que recibió a Einstein. In Sán-

chez-Ron JM, Romero de Pablos A, eds. Einstein en España. Madrid:Publicaciones de la Residencia de Estudiantes; 2005. p. 63-86.

21. Ramón y Cajal S. El mundo visto a los 80 años. 9 ed. Madrid: Espasa-Calpe; 1983.

22. Salaverría JM. Las originalidades einstenianas. ABC, 9 de marzo de 1923. 23. Anaya A. La deuda de Madrid con Ramón y Cajal. Revista Española

de Patología 2002; 4: 423-32.24. García-Barreno P. Albert Einstein en la Real Academia de Ciencias

Exactas, Físicas y Naturales. In Sánchez-Ron JM, Romero de PablosA, eds. Einstein en España. Madrid: Publicaciones de la Residencia deEstudiantes; 2005. p. 87-114.

25. Ramón y Cajal S. Recuerdos de mi vida. Historia de mi labor científi-ca. 3 ed. Madrid: Alianza Universidad; 1984.

26. Ravin JG. Gullstrand, Einstein and the Nobel Prize. Ama Arch Opthal-mol 1999; 117: 70-4.

27. Révesc A. El profesor Einstein en Madrid. ABC, 2 de marzo de 1923.28. Jammer M. Einstein and religion. Princeton, NJ: Princeton University

Press; 1999. 29. Montes-Santiago J. El coleccionista de cráneos célebres. Recorrido

patobiográfico en busca de los cráneos perdidos de Bach, Haydn, Mo-zart, Beethoven, Goya y el cerebro de Einstein. Salamanca: GráficasCervantes; 2002.

30. Kantha SS. An appraisal of Albert Einstein’s chronic illness. Med Hy-potheses 1994; 42: 340-6.

31. González I. Cuando Einstein pudo haber sido español. Clio 2004; 3: 18-25.32. Sánchez-Ron JM. Einstein, catedrático de la Universidad de Madrid

(1931). In Sánchez-Ron JM, Romero de Pablos A, eds. Einstein en Es-paña. Madrid: Publicaciones de la Residencia de Estudiantes; 2005. p.87-114.

33. Witelson SF, Kigar DL, Harvey T. The exceptional brain of Albert Ein-stein. Lancet 1999; 353: 2149-53.

34. Galaburda AM. Albert Einstein’s brain. Lancet 1999; 353: 1821.35. Abraham C. Possesing genius. The bizarre odyssey of Einstein’s brain.

New York: St. Martin Press; 2002.

EL ENCUENTRO DE EINSTEIN Y CAJAL (MADRID, 1923):UN OLVIDADO MOMENTO ESTELAR DE LA HUMANIDADResumen. Introducción. En el año 2005 se celebró el centenario delos trascendentales trabajos de Albert Einstein que revolucionaronlas ideas científicas sobre la estructura del universo. Es además elcincuentenario de su muerte. Por tal motivo fue proclamado ‘AñoMundial de la Física’ y se han realizado múltiples conmemoracio-nes, analizando exhaustivamente sus aportaciones cardinales a laciencia. Entre ellas ha pasado prácticamente desapercibida la en-trevista que mantuvieron Einstein y Santiago Ramón y Cajal. Eneste trabajo se analizan las circunstancias de este encuentro entreambos genios. Desarrollo. Se resaltan los paralelismos entre lasvidas de ambos personajes galardonados con el Premio Nobel. Sepormenorizan los acontecimientos y los personajes que posibilita-ron aquella luminosa pero olvidada entrevista entre los dos cientí-ficos ‘clásicos’más citados en la literatura científica actual. Tal en-cuentro se produjo en Madrid, con motivo del viaje de Einstein aEspaña en 1923. El viaje desbordó su primaria naturaleza científi-ca, constituyó un verdadero fenómeno social y alcanzó una ampliarepercusión periodística. Se resalta la curiosa coincidencia de laapelación a las teorías del científico español como modo de expli-car la genialidad de las concepciones mentales del físico alemán,casi 75 años después de aquel encuentro. Conclusiones. Aunque bre-ve y en circunstancias poco conocidas, tal encuentro produjo unagran impresión en Einstein y constituye un instante supremo en lahistoria del siglo XX. [REV NEUROL 2006; 43: 113-7]Palabras clave. Einstein. Ramón y Cajal.

O ENCONTRO DE EINSTEIN E CAJAL (MADRID, 1923):UM ESQUECIDO MOMENTO ESTRELAR DA HUMANIDADEResumo. Introdução. No ano de 2005 celebrou-se o centenário dostranscendentais trabalhos de Albert Einstein, que revolucionaramas ideias científicas sobre a estrutura do universo. É, além disso, ocinquentenário da sua morte. Por este motivo foi proclamado ‘AnoMundial da Física’ e realizaram-se múltiplas comemorações, ana-lisando exaustivamente os seus contributos cardinais para a ciên-cia. Entre elas, passou praticamente despercebida a entrevista quetiveram Einstein e Santiago Ramón y Cajal. Neste trabalho anali-sam-se as circunstâncias deste encontro entre ambos os génios.Desenvolvimento. Ressaltam-se os paralelismos entre as vidas deambas as personagens galardoadas com o Prémio Nobel. Porme-norizam-se os acontecimentos e as personagens que possibilitaramaquela luminosa, mas esquecida, entrevista entre os dois cientistas‘clássicos’ mais citados na literatura científica actual. Este encon-tro teve lugar em Madrid, com o motivo da viagem de Einstein aEspanha em 1923. A viagem ultrapassou a sua primária naturezacientífica, constituiu um verdadeiro fenómeno social e teve umaampla repercussão jornalística. Ressalta-se a curiosa coincidênciado apelo às teorias do cientista espanhol como modo de explicar agenialidade das concepções mentais do físico alemão, quase 75 anosdepois daquele encontro. Conclusões. Ainda que breve e em circuns-tâncias pouco conhecidas, tal encontro causou uma grande impres-são em Einstein e tornou-se um momento supremo na história doséculo XX. [REV NEUROL 2006; 43: 113-7]Palavras chave. Einstein. Ramón y Cajal.