eficacia de un programa de prevención de infecciones

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EFICACIA DE UN PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE INFECCIONES ASOCIADAS A CATÉTERES VENOSOS CENTRALES Héctor Martínez Morel

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Page 1: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

EFICACIA DE UN PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE INFECCIONES ASOCIADAS A CATÉTERES

VENOSOS CENTRALES

Héctor Martínez Morel

Page 2: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA COMUNITARIA, MEDICINA PREVENTIVA Y SALUD PÚBLICA E HISTORIA DE LA CIENCIA.

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD.

SERVICIO DE MEDICINA PREVENTIVA DEL HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO DE ALICANTE

EFICACIA DE UN PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE INFECCIONES ASOCIADAS A CATÉTERES

VENOSOS CENTRALES

HÉCTOR MARTÍNEZ MOREL

PROGRAMA DE DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA SALUD

Tesis presentada para aspirar al grado de DOCTOR POR LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Dirigida por: Dr. ANDREU NOLASCO BONMATÍ y Dr. JOSÉ SÁNCHEZ PAYÁ

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A mis padres,

de quienes siempre tuve su apoyo incondicional.

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Page 6: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………….…17

1.1. HISTORIA DE LA CATETERIZACIÓN VENOSA CENTRAL………17

1.2. CLASIFICACIÓN Y TIPOS DE CVC……………………………….... 19

1.3. INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA

SANITARIA……………………………………………………………………26

1.4. BACTERIEMIAS RELACIONADAS A CATETERES VENOSOS

CENTRALES (BRCVC)……………………………………………………...34

1.5. PROGRAMAS DE EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE

BRCVC………………………………………………..………………………43

2. JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………..45

3. OBJETIVOS………………………………………………………………………..49

4. METODOLOGÍA…………………………………………………………….…….51

4.1. INTERVENCIÓN………………………………………………………...51

4.1.1. CURSOS FORMATIVOS…………………………………….51

4.1.2. TRIPTICOS INFORMATIVOS……………………………….52

4.1.3. INFORMES DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA A LOS

SERVICIOS………………………………………………………..….53

4.2. DETERMINACIÓN DEL GRADO DE CUMPLIMIENTO DE

RECOMENDACIONES PARA LA INSERCIÓN DE CVC…………..……53

4.2.1. DISEÑO……………………………………………….……….53

4.2.2. SUJETOS……………………………………………..……….53

4.2.3. VARIABLES……………………………………………………54

4.2.4. RECOGIDA DE DATOS……………………………………...55

4.2.5. ANALISIS DE DATOS………………………..………………55

4.3. DETERMINACIÓN DEL GRADO DE CUMPLIMIENTO DE

RECOMENDACIONES PARA EL MANTENIMIENTO DE CVC………..56

4.3.1. DISEÑO……………………………………………….……….56

4.3.2. SUJETOS……………………………………………..……….56

4.3.3. VARIABLES……………………………………………………56

4.3.4. RECOGIDA DE DATOS……………………………………...56

Page 7: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

4.3.5. ANALISIS DE DATOS………………………..………………57

4.4. VIGILANCIA DE LAS BACTERIEMIAS ASOCIADAS A CATÉTER

VENOSO CENTRAL…………………………………………………………58

4.4.1. DISEÑO……………………………………………….……….58

4.4.2. SUJETOS……………………………………………..……….58

4.4.3. VARIABLES……………………………………………………58

4.4.4. RECOGIDA DE DATOS……………………………………...60

4.4.5. ANALISIS DE DATOS………………………..………………60

4.5. EVALUACIÓN DE LA EFECTIVIDAD GLOBAL DEL PROGRAMA.61

5. RESULTADOS…………………………………………………………………….63

5.1. PRIMER ARTICULO……………………………………………………63

5.2. SEGUNDO ARTÍCULO…………………………………………………71

5.3. TERCER ARTÍCULO…………………………………………...………81

6. DISCUSIÓN………………………………………………………….…………..105

6.1. CARGA DE ENFERMEDAD DE LAS BACTERIEMIAS

RELACIONADAS A CVC EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL..…105

6.2. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL PROGRAMA PARA

REDUCIR LA CARGA DE ENFERMEDAD DE BRCVC DE CVC DE

CORTA DURACIÓN……………………………………………..…………110

6.3. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL PROGRAMA PARA

REDUCIR LA CARGA DE ENFERMEDAD DE BRCVC DE CVC DE

LARGA DURACIÓN……………………………………………..…………113

7. CONCLUSIONES………………………………………………………………..115

8. LIMITACIONES DEL ESTUDIO………………………………………………..117

9. BIBLIOGRAFÍA………………………………..…………………………………119

10. ANEXO I…………………………………………………………………………123

Page 8: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

AGRADECIMIENTOS

Durante el año 2008, fue aprobada la financiación pública del proyecto

ideado por el Dr. Sánchez Payá para el desarrollo de un programa de

prevención de infecciones de catéteres venosos centrales en el Hospital

General de Alicante. Por entonces el era mi tutor de residencia, y es

actualmente co-director de mi tesis. Gracias a su ingenio, su inagotable fuerza

de trabajo, y la mítica frase “¡a no perder la ilusión!”, fue posible que el

proyecto saliera adelante. Gracias a la confianza que depositó en mí, pude

participar como investigador coordinando y aprendiendo todo lo que he podido

de este magnífico emprendimiento. A ti, querido Pepe, mi más sincero

agradecimiento.

Al Dr. Andreu Nolasco por haber aceptado co-dirigir mi tesis, por su

esfuerzo docente durante las largas tardes de estadísticas en la universidad,

por sus importantes aportes y por su ayuda en la elaboración de la tesis.

Al equipo de Medicina Preventiva del Hospital General Universitario de

Alicante, por integrarme en el equipo y brindarme su afecto durante los años

que trabajamos juntos.

A mis amigos Octavio y Camila que revisaron y mejoraron mis

redacciones en inglés.

A las becarias que realizaron la vigilancia, por el arduo trabajo y la

alegría que aportaron al equipo. Gracias Marta, Carolina, Inmaculada y María

José.

Page 9: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

Al Dr. Eliseo Guallar, que me ayudó a realizar una estancia en Escuela

de Salud Pública Johns Hopkins, y a asistir a sus clases de epidemiología y de

estadística avanzada. Gracias por su colaboración desinteresada en el primer

artículo.

A mi familia, la que está en Argentina y la que he formado en España,

que hacen que mi vida sea feliz y me levante cada día con optimismo. En

especial a mi madre, que me dio palabras de aliento siempre que han hecho

falta.

Page 10: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

RESUMEN

Introducción.

Las bacteriemias relacionadas a catéteres venosos centrales (BRCVC)

se destacan entre las infecciones asociadas a los cuidados de salud por su

frecuencia y gravedad. La incidencia de BRCVC es de aproximadamente 5 por

cada 1000 catéteres día, en unidades de cuidados críticos de países

desarrollados. Se estima que en Estados Unidos un 35% de las muertes de

pacientes ingresados en unidades de cuidados críticos y con bacteriemia

asociada a dispositivo intravascular, serían directamente atribuibles a esta

infección. Además de la morbimortalidad que supone para los pacientes,

estudios de coste en España y resto de Europa, indican que por cada BRCVC

se produce un gasto de entre 6.000 y 60.000 euros, debido fundamentalmente

al aumento de los días de estancia.

El Estudio de Evolución de la Prevalencia de Infecciones Nosocomiales

en España (EPINE), señala que la prevalencia global de infecciones

nosocomiales en España permanece en torno al 6% en los últimos quince

años. En cuanto a las BRCVC, la proporción que representa entre el total de

infecciones nosocomiales se ha venido incrementando a lo largo de los años, y

ha pasado del 13,7% en 2011 al 16,1% en 2015.

Existen recomendaciones de eficacia demostrada para la prevención y

control de las BRCVC, pero estas recomendaciones no se llevan a cabo de

forma eficaz, o incluso son desconocidas por el personal implicado en la

colocación y mantenimiento de estos dispositivos. En recientes publicaciones,

Page 11: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

se demuestra que mediante la implementación de programas de vigilancia y

educación del personal involucrado en la inserción y el cuidado de los catéteres

intravasculares, se logra una importante disminución en la incidencia de

infecciones. En algunos casos se han logrado tasas cercanas a 0 infecciones,

y esta baja incidencia se mantiene hasta 18 meses después de iniciado el

programa, siempre que se mantenga la vigilancia y la formación de los

trabajadores sanitarios.

Los objetivos de esta investigación fueron determinar la carga de

enfermedad de las BRCVC, y evaluar la eficacia de un programa de prevención

de BRCVC en un hospital de tercer nivel.

Método.

Globalmente, se trató de un estudio de intervención en la comunidad

realizado durante los años 2009, 2010 y 2011. La intervención del programa

consistió en la formación e información del personal sanitario mediante dos

actividades: la organización de cursos y la distribución de trípticos informativos.

Los cursos fueron impartidos a los trabajadores implicados en la inserción de

CVC, con contenidos sobre las recomendaciones para realizar correctamente

la técnica aséptica en estos procedimientos. Los trípticos fueron distribuidos en

todo el hospital con una periodicidad semestral, donde se describieron las

recomendaciones para la inserción y mantenimiento de los CVC, y se

añadieron los datos del grado de cumplimiento de recomendaciones observado

en los profesionales al insertar o manipular CVC, y los datos de la vigilancia de

BRCVC para cada período de tiempo analizado.

Page 12: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

Para evaluar los resultados obtenidos con las medidas de intervención,

se realizó una observación directa para medir el grado de cumplimiento de las

recomendaciones para la inserción y mantenimiento de CVC, y una vigilancia

de BRCVC.

Resultados.

Los grados de cumplimiento de recomendaciones para los años 2009,

2010 y 2011 fueron, respectivamente:

- Durante procedimientos de inserción:

Higiene de Manos: 87,1%; 99,2%; 100%; p<0,001

Desinfección de piel con clorhexidina: 35,7%; 42%; 65,4%; p<0,001

Uso de bata estéril: 75,0%; 90,8%; 96,9%; p<0,001

- Durante procedimientos de mantenimiento:

Higiene de Manos: 51,1%; 66,7%; 72,1%; p=0,029

Desinfección de puertos con clorhexidina: 33,3%; 40,7%; 45,9%; p=0,19

Las densidades de incidencia de BRCVC (bacteriemias por cada 1000

días de catéter) y RR (IC 95%) fueron:

- CVC de corta duración: 2009 5,75

2010 4,38 RR 0,76 (0,57-1,01)

2011 3,46 RR 0,60 (0,44-0,81)

- CVC de larga duración: 2009 0,57

2010 0,32 RR 0,56 (0,37-0,86)

2011 0,35 RR 0,60 (0,39-0,90)

Page 13: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

Conclusiones.

El estudio permitió calcular la carga de enfermedad de BRCVC para

catéteres de corta y larga duración de un hospital de nivel terciario. El

programa de prevención fue eficaz para aumentar los grados de cumplimiento

de recomendaciones para la inserción y mantenimiento de CVC por parte del

personal sanitario, y para disminuir la incidencia de BRCVC en catéteres de

corta y larga duración.

Page 14: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

LISTADO DE ABREVIATURAS

CVC Catéter Venoso Central

BRCVC Bacteriemia Relacionada a Catéter Venoso Central

CDC Centers for Disease Control and Prevention

FDA Food and Drug Administration

PICC Peripherally Inserted Central Catéter

NPT Nutrición Parenteral Total

IRAS Infección Relacionada con la Asistencia Sanitaria

HM Higiene de Manos

ECDC European Centre for Disease Control and Prevention

SIDA Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida

EPINE Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España

ENVIN-HELICS Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial en

Servicios de Medicina Intensiva

UCI Unidad de Cuidados Intensivos

REA Unidad de Reanimación

NNIS National Nosocomial Infection Surveillance System

CMBD Conjunto Mínimo Básico de Datos

HGUA Hospital General Universitario de Alicante

NHSN National Healthcare Safety Network

KPC Klebsiella Productora de Carbapenemasa

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ARTÍCULOS EN LOS QUE SE BASA ESTA TESIS

Artículos publicados:

Artículo 1.

Catheter-related bloodstream infection: burden of disease in a tertiary hospital.

Martínez-Morel HR, Sánchez-Payá J, Molina-Gómez MJ, García-Shimizu P,

García Román V, Villanueva-Ruiz C, González-Hernández M, Nolasco-Bonmatí

A.

Artículo 2.

Effectiveness of a programme to reduce the burden of catheter-related

bloodstream infections in a tertiary hospital.

Martínez-Morel HR, Sanchez-Payá J, García-Shimizu P, Mendoza-García JL,

Tenza-Iglesias I, Rodríguez-Díaz JC, Merino-DE-Lucas E, Nolasco A.

Articulo no publicado, previsto publicar durante 2016:

Artículo 3.

Long-term Central Venous Catheters: Effectiveness of a Program to Reduce the

Burden of Catheter-related Bloodstream Infection in a Tertiary Hospital.

Martínez-Morel HR, Sanchez-Payá J, Nolasco A.

Page 17: Eficacia de un programa de prevención de infecciones
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1. INTRODUCCIÓN

1.1. HISTORIA DE LA CATETERIZACIÓN VENOSA CENTRAL

La utilización de venas como sitio de administración de fármacos se

describe por primera vez en el siglo XVII. Las primeras inyecciones de

sustancias por esta vía fueron realizadas con fines experimentales por

Christopher Wren (1632-1723). Este arquitecto británico inyectó por primera

vez vino y cerveza en las venas de un perro en el año 1656. Estos ensayos

fueron continuados por Robert Boyle y Robert Hooke, quienes inyectaron opio

y azafrán también en perros.

Otros antecedentes recogidos en el artículo “A short history of central

venous catheterization”,1 indican que en 1733 el clérigo inglés Stephen Hales

fijó un tubo de vidrio a la vena yugular de un caballo para medir la tensión

arterial, y en 1844 Claude Bernard efectuó la primera cateterización cardíaca

también en un caballo, continuando sus experimentos en diferentes animales.

La introducción de la inyección endovenosa en el hombre y su posterior

aplicación a la terapéutica se debe fundamentalmente a médicos alemanes

como Johann Daniel Major (1634-1693), quien describió por primera vez la

técnica en cadáveres humanos en su Chirurgia Infusoria de 1664; y Johann

Sigismund Elsholtz (1623-1688), quien escribió sobre sus experimentos en

cadáveres y seres vivos en su Clysmatica Nova de 1665.2

Page 19: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

18

La primera experiencia con éxito de cateterización venosa en un ser

humano vivo, del que se tiene registro, sucedió en 1905, cuando Bleichröder

probó la técnica sobre sí mismo. Junto a Unger y Loeb, presentan en 1912 un

informe ante la Sociedad Médica de Hufeland en Berlín, donde reseñan el paso

de un catéter uretral a través de las venas del miembro superior hasta la axila.1

En los mismos años, Werner Forssmann concibe la técnica de introducir un

catéter que alcance las cavidades cardíacas, a efecto de administrar drogas en

condiciones de emergencias que eviten los peligros de las inyecciones

percutáneas intracardíacas. Este descubrimiento le valió el Premio Nobel de

Medicina en 1956.3

En 1949, Duffy informa la primera serie de pacientes tratados con CVC.4

En pacientes en quienes se utilizaron las venas yugular o femoral se obtuvo un

tiempo récord de duración de 39 días.

Hermosura, Vanages y Dickey introdujeron la cateterización de la

yugular interna en 1966, y se convierte en un sistema bien aceptado a partir de

1969.1

En 1977 Burrl y Ahnfeld compilan la frecuencia de complicaciones

registradas en 658 catéteres insertados, observando flebitis en el 4,17%, sepsis

en el 2,61%, y el catéter en relación a la muerte del paciente en el 4,16%. Se

probaron varios materiales, incluyendo hule, teflón, polietileno, poliuretano y

nailon, consiguiéndose una adecuada recepción en los tejidos con el hule

siliconizado.

En 1979, mientras trabajaba con pacientes que requerían transplante de

médula ósea, Hickman se percata de que un colega tenía la solución a sus

problemas. Para evitar venopunciones repetidas en la administración de

Page 20: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

19

quimioterapia, la solución parecía estar en un acceso venoso permanente

basado en los dispositivos que estaba utilizando Broviac para marcapasos

cardíacos y derivaciones ventrículo-atriales. La conjunción Hickman-Broviac

revolucionó la forma de administrar los tratamientos antineoplásicos.5 El catéter

era situado mediante venodisección, posteriormente se creaba un túnel

subcutáneo en el cual permanecían la porción extravascular y un manguito de

dacrón con la finalidad de fijar el catéter promoviendo la formación de tejido

fibroblástico. Poco tiempo después se desarrolló la técnica percutánea,

disminuyendo considerablemente el tiempo de colocación del catéter, con una

incisión más pequeña, y con una fácil retirada sin dañar la vena, por lo que era

posible volver a ser utilizada en el futuro.

Los avances tecnológicos han hecho proliferar los diseños, materiales y

enfoques de aplicación de los CVC, posibilitando una utilización cada vez

mayor, y con crecientes niveles de comodidad para los pacientes.

1.2. CLASIFICACIÓN Y TIPOS DE CVC

Los catéteres venosos centrales se clasifican según el tiempo previsto

de duración, lo cual determina la elección del tipo de catéter y el sitio de

inserción. Según la clasificación de Capaccioli,6 se pueden considerar CVC de

corta duración aquellos con una duración menor a tres meses. Otros grupos

sugieren adecuado considerar catéteres de larga duración a aquellos con una

duración planeada superior a seis semanas.7 Para este estudio, se han

adoptado los criterios de la Food and Drug Administration (FDA), que considera

CVC de corta duración al utilizado cuando la intención de permanencia es

Page 21: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

20

menor a 30 días, y de larga duración al CVC que se utiliza con una intención de

permanencia de 30 días o más.8

Como se comentó inicialmente, los aspectos principales a considerar

para la elección del catéter son el tiempo previsto de duración de la

cateterización (corta o larga duración), y la finalidad del catéter (monitorización

hemodinámica, hemodiálisis, administración de sustancias, estudio

radiológico). Los tipos de CVC más utilizados en el hospital, y cuyos datos se

recogieron en la vigilancia son los siguientes:

CVC de corta duración:

- CVC estándar: es el catéter más frecuentemente utilizado. Está

fabricado normalmente de polímeros sintéticos como el poliuretano. Al ser de

un material rígido y agresivo hemodinámicamente, es necesariamente

temporal. Los sitios donde se utiliza habitualmente son las Unidades de

Cuidados Críticos, los Servicios de Urgencias y los Quirófanos, para el aporte

de grandes volúmenes de fluidos, para la administración de medicación irritante

o para realizar mediciones hemodinámicas.

- Catéter Swan Ganz: Es un catéter semirrígido, radiopaco, cuya longitud

oscila entre 40-110 cm, señalizado cada 10 cm. El catéter puede estar

recubierto de material que reduzca la trombogénesis y el riesgo de colonización

bacteriana. Dispone de tres luces y un termistor. (figura 1)

Page 22: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

21

Figura 1. Esquema de las diferentes luces del catéter Swan-Ganz.

En su extremo externo presenta una conexión que le permite adaptarse

a un monitor. Se utiliza para monitorizar la función cardiovascular en pacientes

en estado crítico y valorar la respuesta al tratamiento médico. Los sitios donde

se utiliza habitualmente son las unidades de cuidados críticos, los servicios de

urgencias y los quirófanos. Con los datos derivados de las mediciones pueden

evaluarse las funciones ventriculares izquierda y derecha, y lograr un

diagnóstico diferencial de los edemas pulmonares cardiogénicos y no

cardiogénicos.

- Catéter epicutáneo: es un catéter venoso central de inserción

periférica, radio-opaco, de silicona, dúctil y elástico, que evita trombos,

colonización bacteriana y presenta una buena tolerancia a nivel orgánico.

Consta de: aguja introductora tipo mariposa, un catéter de silicona de 30 a 50

cm. de longitud y marcas radio-opacas en cada centímetro. Permite obtener y

mantener una vía permeable segura y disminuir el número de multipunciones.

Se utiliza exclusivamente en el área de pediatría, en los servicios de cuidados

críticos neonatales.

Page 23: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

22

- Catéter Shaldon: Es un catéter central no tunelizado, utilizado para

hemodiálisis de forma temporal. El catéter tiene dos luces: la arterial y la

venosa. Pese a que una de las luces se la denomina "arterial", el circuito que

se utiliza es veno-venoso, es decir, ambas luces están ubicadas en la vena

Femoral. Los sitios en que se utiliza este catéter son las unidades de cuidados

críticos para obtener acceso a vasos de gran calibre para permitir una

adecuada hemodiálisis.

- Catéter Drum: es un catéter central que se inserta por vía periférica

hasta vena cava superior para administración de tratamientos vesicantes o

para dar descanso al resto de las venas en pacientes con muchas

venopunciones con largo período de hospitalización. Se utiliza en unidades de

cuidados críticos, y otros que requieren muchas venopunciones (Cardiología,

Nefrología).

CVC de larga duración:

- Catéter Hickman: Es un catéter subcutáneo que consiste en un tubo

largo flexible de silicona radiopaca cuyo extremo se aloja en una vena gruesa

del tórax o abdomen (yugular, subclavia, axilar, situándose su extremo distal en

cava superior o cava inferior dependiendo de si la implantación es torácica,

abdominal o inguinal). Una parte del catéter se sitúa subcutáneamente entre la

vena canalizada y la salida a la piel. Consta de: el catéter propiamente dicho,

un manguito de dacron, clave para la sujeción del catéter, que debe situarse a

1 cm de la salida, un manguito antimicrobiano (opcional), clamp y vaina de

protección, conexiones luer (hembra) de distintos colores para identificar cada

lumen: blanco, azul y rojo. Habitualmente se utilizan los catéteres de uno o dos

Page 24: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

23

lúmenes. La conexión de color rojo suele ser la de mayor calibre; se usa para la

extracción de sangre y para infusión de hemoderivados. Las conexiones de

color blanco y azul son de menor calibre. La implantación de un catéter de

larga duración es habitualmente recomendada para tratamientos intensivos con

varias medicaciones al mismo tiempo, por ejemplo, en tratamientos intensivos

de quimioterapia, etc., y/o necesidad de nutrición parenteral total (NPT) por

largo tiempo. El catéter Hickman está especialmente indicado para el uso en

los pacientes oncohematológicos debido a la cantidad de perfusiones y de

extracciones venosas que precisan los tratamientos de estos pacientes, del

largo proceso del tratamiento y del fácil manejo por parte del paciente o familiar

a su cuidado. También es uno de los catéteres de elección, junto con el catéter

PICC, para la administración de NPT, dependiendo del tiempo de necesidad y

de su anatomía vascular. Por último, también está indicado en pacientes

crónicos dependientes de antibioterapia o medicaciones antirreumáticas.

- Catéter PICC (del inglés Peripherally Inserted Central Catheter): Es un

catéter central de inserción periférica, no tunelizado, que se utiliza en pacientes

con buen acceso venoso periférico y para tratamientos limitados en el tiempo.

La colocación de este catéter es una técnica realizada generalmente por

enfermeros/as. Se suele introducir en la vena cava superior, a través de la

punción de una vena periférica, preferentemente la basílica antecubital. El

PICC puede estar alojado en vena cava superior (si el abordaje se ha realizado

desde miembros superiores) o vena cava inferior si el abordaje se efectúa

desde miembros inferiores. Existen dos tipos de PICC, los fabricados de

poliuretano, de 1 o 2 luces, para duración intermedia; y los fabricados de

silicona, de 1 o 2 luces, para larga duración. Este catéter se utiliza: 1. En

Page 25: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

24

pacientes ingresados en las unidades de hospitalización con una previsión de

estancia hospitalaria de más de seis días y tratamiento con drogas vasoactivas

(Dopamina y/o Dobutamina) y/o diuréticos (Furosemida). 2. Para el paciente al

que se le vaya a administrar medicación con un pH < 5 ó pH > 9, NPT,

quimioterapia, o que por un capital venoso deficiente no sea posible canalizarle

una vía venosa periférica y con una estancia prevista de más de 6 días. 3.

Pacientes ambulantes que vayan a necesitar tratamientos de larga duración.

- Catéter Permcath-Quinton: Se trata de un catéter de silicona, radio-

opaco, con doble luz y un tope de dacron, que se utiliza especialmente para

hemodiálisis por periodos medianos y largos de tiempo. Su material de

fabricación, la silicona, le da suficiente flexibilidad para que su manejo sea fácil,

evitando los acodamientos. Su uso continuado produce un traumatismo mínimo

en el árbol vascular y es bien tolerado por el organismo. El tope o manguito de

dacron en el trayecto subcutáneo del catéter es un medio eficaz para fijar el

mismo y establecer una barrera a la infección. Puede ser insertado mediante

técnica percutánea o bien por disección venosa. Su uso es exclusivo para

hemodiálisis de pacientes, como puente durante la maduración de la fístula

arterio-venosa, o como acceso de larga duración para la hemodiálisis, aféresis

o infusión.

- Catéter con reservorio o Port-a-cath: Es un catéter central interno,

insertado con técnica tunelizada. Su implantación es preferentemente torácica,

situando el reservorio sobre el plano muscular. El acceso venoso se realiza a

través de las venas yugular o subclavia. Su implantación es un procedimiento

médico-quirúrgico. Se requiere una pequeña incisión para introducir el

reservorio debajo de la piel, en la fosa infraclavicular derecha (sobre la tercera

Page 26: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

25

o cuarta costilla). A veces, por imposibilidad o agotamiento del capital venoso

del paciente, se tienen que utilizar zonas anatómicas menos habituales, como

la inguinal o la abdominal. También puede ser colocado en extremidades

utilizando la vía cubital. Los catéteres tipo reservorio constan de (figura 2): 1. El

catéter propiamente dicho, es radiopaco y está fabricado en silicona o

poliuretano. 2. Reservorio o puerto (figura 3): radiopaco y fabricado en titanio

(generalmente) o acero inoxidable y polietileno. En su base posee orificios para

su fijación al tejido celular subcutáneo. En el reservorio podemos distinguir:

Membrana de silicona autosellante. Portal o cámara. Puede ser única o doble

(estos últimos permiten la administración simultánea de fármacos incompatibles

entre sí). 3. Conexión: a través de ella, se inserta el catéter en el portal o

reservorio.

Figura 2. Catéter con reservorio implantado en aurícula derecha.

Figura 3. Tipos de reservorios o puertos.

Page 27: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

26

1.3. INFECCIONES RELACIONADAS CON LA ASISTENCIA SANITARIA

Se define como Infección Relacionada con la Asistencia Sanitaria (IRAS)

a aquella infección que aparece como consecuencia de la estancia hospitalaria

y/o relación con el personal sanitario, que no estaba presente ni se encontraba

en periodo de incubación en el momento del ingreso y apareciendo como

mínimo a las 48 horas tras el ingreso.9 Cuando la infección se produce en un

hospital se denomina infección nosocomial.

Las IRAS son el resultado de la relación sanitario-paciente. Se

empezaron a estudiar formalmente en los años ‘70, en el estudio SENIC

realizado por los CDC.10 Pero antes de eso, algunos personajes en la historia

de la medicina se han dedicado a la investigación de las IRAS. Destacan entre

estos, el médico húngaro Ignác Semmelweis,11 conocido como el padre de la

Seguridad del Paciente y de la Higiene de Manos (HM) gracias al

descubrimiento en 1847 de la transmisión de microorganismos desde

cadáveres a parturientas en las manos de los médicos y estudiantes, lo que

provocaba la llamada fiebre puerperal, principal causa de muerte en su clínica.

También cabe destacar la labor de Florence Nightingale, pionera de la

enfermería moderna, quien defendió un entorno higiénicamente adecuado para

prevenir la aparición de infecciones.12

Las IRAS ocurren en todo el mundo y afectan a los países desarrollados

y a los carentes de recursos. Las infecciones contraídas en los

establecimientos de atención de salud están entre las principales causas de

defunción y de aumento de la morbilidad en pacientes hospitalizados. Son una

pesada carga para el paciente y para los sistemas de salud pública. Una

Page 28: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

27

encuesta de prevalencia realizada bajo los auspicios de la OMS en 55

hospitales de 14 países representativos de 4 Regiones de la OMS (Europa, el

Mediterráneo Oriental, el Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental) mostró que

un promedio de 8,7% de los pacientes hospitalizados presentaba una o más

IRAS.13 En un momento dado, más de 1,4 millones de personas alrededor del

mundo sufren complicaciones por infecciones contraídas en el hospital. La

máxima frecuencia de IRAS fue notificada por hospitales de las Regiones del

Mediterráneo Oriental y de Asia Sudoriental (11,8 y 10,0%, respectivamente),

con una prevalencia de 7,7 y de 9,0%, respectivamente, en las Regiones de

Europa y del Pacífico Occidental.13

Las IRAS más frecuentes son las de heridas quirúrgicas, las de vías

urinarias en relación al uso de sondaje vesical, las de las vías respiratorias

inferiores en relación al uso de ventilación mecánica, y las bacteriemias

asociadas al uso de catéteres vasculares. En el estudio de la OMS y en otros

se ha demostrado también que la máxima prevalencia de infecciones

nosocomiales ocurre en unidades de cuidados intensivos y en pabellones

quirúrgicos y ortopédicos de atención de enfermedades agudas. Las tasas de

prevalencia de infección son mayores en pacientes con mayor vulnerabilidad

por causa de edad avanzada, enfermedad subyacente o quimioterapia.

En Europa, el último informe de vigilancia del ECDC (del inglés

European Centre for Disease Control and Prevention) identificó sobre un total

de 77.264 pacientes estudiados en 17 países, una prevalencia de IRAS del

3,4%.14 La prevalencia de IRAS tuvo un rango entre los países estudiados de

entre el 0,4% en Croacia, y el 9,5% en Portugal.

Page 29: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

28

Antes de la introducción de las prácticas básicas de higiene y de los

antibióticos al ejercicio de la medicina, las infecciones nosocomiales, en su

mayoría, se debían a agentes patógenos de origen externo (enfermedades

transmitidas por los alimentos y el aire, gangrena gaseosa, tétanos, etc.) o eran

causadas por microorganismos externos a la flora normal de los pacientes (por

ejemplo, difteria, tuberculosis). El progreso alcanzado en el tratamiento de las

infecciones bacterianas con antibióticos ha reducido considerablemente la

mortalidad por muchas enfermedades infecciosas. Hoy en día, casi todas las

infecciones nosocomiales son causadas por microorganismos comunes en la

población en general, que es inmune o que sufre una enfermedad más débil

que la causada a los pacientes hospitalizados (Staphylococcus aureus,

estafilococos coagulas negativos, enterococos y Enterobacteriaceae).

Los factores de riesgo para contraer una infección en el hospital son

actualmente la edad, el estado de inmunidad, cualquier enfermedad

subyacente y las intervenciones diagnósticas y terapéuticas. En las épocas

extremas de la vida – la infancia y la vejez – están disminuidos los mecanismos

de resistencia a la infección. Los pacientes con enfermedad crónica, como

tumores malignos, leucemia, diabetes mellitus, insuficiencia renal o síndrome

de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen una mayor vulnerabilidad a las

infecciones por agentes patógenos oportunistas. Los agentes

inmunodepresores o la irradiación pueden reducir la resistencia a la infección.

Las lesiones de la piel o el contacto directo del inóculo con membranas

mucosas permiten a los microorganismos acceder sin pasar por los

mecanismos naturales de defensa. La malnutrición también representa un

riesgo. Muchos procedimientos diagnósticos y terapéuticos modernos, como

Page 30: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

29

biopsias, exámenes endoscópicos, cateterización, intubación/ventilación

mecánica y procedimientos quirúrgicos y de succión aumentan el riesgo de

infección. Ciertos objetos o sustancias contaminados pueden introducirse

directamente a los tejidos o a los sitios normalmente estériles, como las vías

urinarias y las vías respiratorias inferiores.

Los pacientes hospitalizados que tienen infección o están colonizados

por microorganismos patógenos o con resistencias a antibióticos, son focos

potenciales de infección para los demás pacientes y para el personal de salud.

Las condiciones de hacinamiento dentro del hospital, el traslado frecuente de

pacientes de una unidad a otra, la concentración de pacientes muy vulnerables

(por ejemplo, de recién nacidos, pacientes quemados, cuidados intensivos), y

la sobrecarga de trabajo por parte del personal sanitario también contribuyen a

la aparición de infecciones nosocomiales.

La vigilancia del ECDC de 2013 informa que los pacientes con IRAS

tenían como principales antecedentes el haber portado un catéter vascular o

urinario, o haber sufrido una úlcera de decúbito, una herida o un procedimiento

quirúrgico. Pero los factores más frecuentes entre los pacientes infectados

fueron la incontinencia, la desorientación y la movilidad reducida (Figura 4).14

Page 31: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

30

Figura 4. Prevalencia de factores de riesgo en pacientes con IRAS y pacientes con uso de

antimicrobianos, año 2013. Fuente ECDC.

Los tipos de IRAS más frecuentemente presentes a nivel europeo, en el

estudio de 2013 fueron: Infección del tracto respiratorio 31,2%; infecciones de

tracto urinario 31,2%; e infecciones de piel 22,8%. El cuarto grupo más

frecuente fueron las infecciones de ojos, oídos, nariz y boca.

En el contexto español, el estudio de las IRAS comienza en la década de

los 90, cuando se inicia la vigilancia de estas infecciones con dos proyectos: el

Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE) y

posteriormente el Estudio Nacional de Vigilancia de Infección Nosocomial en

Servicios de Medicina Intensiva (ENVIN-HELICS). El EPINE es un estudio de

corte transversal que se realiza anualmente desde 1990, con el objetivo de

obtener la prevalencia de IRAS en todos los hospitales españoles al momento

del estudio. En su informe global del año 2015, fueron incluidos 276 hospitales

y 57.142 pacientes.15 Entre ellos, 4.020 pacientes habían adquirido una

infección en el propio centro, lo que indica una prevalencia de IRAS del 7,04%.

Las localizaciones más frecuentes se detallan en la figura 5.

Page 32: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

31

Figura 5. Localizaciones de infección nosocomial. Fuente: EPINE 2015.

A lo largo de 25 años de estudio, el EPINE describe una disminución

progresiva de la prevalencia de IRAS, a expensas fundamentalmente de la

disminución de las infecciones urinarias. La prevalencia global de pacientes

con IRAS adquiridas en el mismo centro y mismo ingreso ha pasado de un

8,5% en 1990 a 5,6% en 2015 (figura 6).

Page 33: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

32

Figura 6. Prevalencia de pacientes con IRAS adquirida en el presente ingreso. Fuente: EPINE

1990-2015.

El ENVIN-HELICS es un estudio longitudinal que se realiza durante tres

meses cada año, en las UCI de hospitales españoles desde 1995. El estudio

registra las infecciones que se asocian con factores de riesgo conocidos y con

mayor morbi-mortalidad: neumonías relacionadas con ventilación mecánica,

infecciones urinarias relacionadas con sonda uretral, bacteriemias de origen

desconocido y aquellas relacionadas con catéteres vasculares, y bacteriemias

secundarias. En su informe de 2015 fueron incluidos 23.907 pacientes

ingresados en 198 UCI pertenecientes a 174 hospitales.16 La incidencia

acumulada de pacientes con al menos una IRAS fue del 5,05%. La distribución

de infecciones según su localización se representa en la figura 7.

Page 34: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

33

Figura 7. Distribución de las infecciones de UCI según localización. Fuente: ENVIN-HELICS

2015.

Las densidades de incidencia fueron de 6,82 Infecciones por 100

pacientes, y de 9,36 Infecciones por 1000 días de estancia. Las tasas de

infecciones dependen del tamaño del centro, y son más altas cuantas más

camas tiene el hospital (figura 8).

Figura 8. Tasas de infección en UCI en relación al tamaño de hospital. Fuente ENVIN-HELICS

2015.

Neumonía asociada a Ventilación Mecánica

Infección urinaria con sondaje urinario

Bacteriemia asociada a CVC

Neumonía asociada a Ventilación Mecánica

Infección urinaria con sondaje urinario

Bacteriemia asociada a CVC

Page 35: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

34

1.4. BACTERIEMIAS RELACIONADAS A CATETERES VENOSOS

CENTRALES (BRCVC)

Definición.

Se puede definir a las BRCVC como a la presencia de bacteriemia

originada por un catéter venoso central, aunque la variedad de catéteres y

métodos diagnósticos puede ocasionar que los criterios resulten a veces

confusos. Los CDC definen Bacteriemia Relacionada a CVC (BRCVC) (CRBSI

del inglés Catheter-related Bloodstream Infection),17 como una bacteriemia

confirmada por laboratorio con la presencia de una vía central o umbilical que

ha permanecido insertado durante al menos 2 días, y el catéter ha estado

insertado en el momento del evento o el día anterior. Esta definición es clínica y

requiere, además del hemocultivo, las pruebas específicas de laboratorio para

identificar el catéter como la fuente de la bacteriemia, o sea, el estudio

microbiológico del catéter. Como los cultivos del catéter pueden en ocasiones

no estar disponibles, el grupo NHSN de los CDC propuso como alternativa para

la vigilancia epidemiológica, utilizar una definición más simple,18 considerando

bacteriemia asociada a vía central (CLABSI del inglés Central-line Associated

Bloodstream Infection) a la presencia de bacteriemia, con un CVC insertado en

el momento del evento, y ausencia de otro foco. Esta clasificación permite

considerar una bacteriemia como asociada al catéter sin necesidad del estudio

microbiológico del catéter. La definición adoptada en este trabajo corresponde

a la de BRCVC.

Page 36: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

35

Patogénesis.

Los microorganismos que producen las infecciones relacionadas a CVC

pueden acceder al dispositivo por una vía extraluminal o a través de su

superficie intraluminal. Los microorganismos se pueden adherir a la superficie

del cateter, y mediante la excreción de exopolisacáridos, formar una matriz

extracelular adhesiva protectora, formando una estructura compleja conocida

como biofilm. La formación de esta estructura permite la colonización de los

catéteres, con la posibilidad de posteriormente desarrollar una diseminación

hematógena.19 Existen tres puntos importantes por donde acceden los

microorganismos a los CVC: 1. la contaminación del producto de la infusión, 2.

la contaminación de la conexión y del espacio intraluminal, y 3. la

contaminación de la piel adyacente al sitio de inserción y de la superficie

extraluminal.20 (Figura 9)

Figura 9. Esquema de las formas de acceso de los microorganismos a los catéteres vasculares.

La contaminación de los fluidos administrados por vía parenteral es

excepcional en la actualidad, debido a los rigurosos controles de esterilidad y

Page 37: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

36

de caducidad a los que están sometidos dichos productos. En estos casos

pueden producirse bacteriemias ocasionadas generalmente por bacterias

gram-negativas (enterobacterias o bacilos gram-negativos no fermentadores)

de especial gravedad y de tipo epidémico. Las soluciones para la NPT que

contienen lípidos son las que presentan un riesgo mayor, sobre todo si se

preparan en los propios centros sanitarios, ya que puede haber fallos en las

normas de esterilidad durante su proceso de elaboración. Estas soluciones

pueden contaminarse por diferentes especies bacterianas o fúngicas (como

Candida parapsilosis o Malassezia furfur). La contaminación del punto de

conexión de los catéteres vasculares es la segunda causa más frecuente de

llegada de los microorganismos (tras la relacionada con el lugar de su

inserción), y la más común implicada en los CVC de duración superior a las 2

semanas. Es, por lo tanto, la vía usual de colonización de los CVC, sean o no

tunelizados, cuando la misma se produce transcurridas las 2 primeras semanas

de su implantación. En esta vía de colonización los microorganismos progresan

a través de la superficie intraluminal de los catéteres, formando la biocapa de

colonización en todo el trayecto de la luz hasta llegar al extremo intravascular.21

El acceso de microorganismos desde la piel adyacente al lugar de la inserción

de los catéteres es el mecanismo patogénico más importante para su

colonización y posterior infección relacionada. Esta vía de llegada es

posiblemente la única en los catéteres colocados por un período de tiempo

inferior a los 8 días (en ausencia de la contaminación del producto de la

infusión). A través del punto de inserción cutánea los microorganismos

progresan por la superficie extraluminal de los catéteres y forman el biofilm a

dicho nivel, hasta llegar al extremo intravascular de los mismos. La

Page 38: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

37

colonización de un catéter vascular por diseminación hematógena de un

microorganismo originado en un foco distante es muy poco frecuente,

observándose fundamentalmente en pacientes críticos con catéteres de larga

duración o en enfermos afectos de patologías intestinales crónicas y portadores

de CVC para nutrición parenteral. En esta circunstancia no es inusual la

existencia de cuadros recidivantes a pesar de la retirada de los catéteres.

Epidemiología.

La BRCVC es una de las complicaciones más frecuente, letal y costosa

de la cateterización venosa, y la causa más común de bacteriemia nosocomial.

Los catéteres venosos centrales son una herramienta fundamental en la

práctica moderna y son utilizados con muy alta frecuencia en pacientes críticos

para la administración de fluidos, sangre y sus derivados, medicación, nutrición

parenteral y para monitoreo hemodinámico. Pero su uso supone para los

pacientes un mayor riesgo de adquirir infecciones que cualquier otro dispositivo

médico, y son la fuente principal de bacteriemia y sepsis durante el ingreso

hospitalario. El riesgo relativo de bacteriemia es 64 veces mayor al utilizar un

CVC que al utilizar un catéter venoso periférico.22

El sistema nacional de vigilancia de infecciones nosocomiales de

Estados Unidos (NNIS) describe una densidad de incidencia de BRCVC en UCI

de 1,8 a 5,2 por 1000 días de catéter.23 En España, según el estudio ENVIN-

HELICS16 de 2015, las UCI tuvieron una densidad de incidencia global de 2,74

infecciones por cada 1.000 días de catéter. El tipo de hospital influye también

en la tasa de BRCVC, ya que los hospitales terciarios y universitarios tienen

una incidencia alrededor del triple superior a la de los centros no universitarios

Page 39: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

38

(2,06 versus 0,63 por cada 1.000 pacientes hospitalizados). Esta frecuencia

superior se relaciona con la mayor complejidad de los pacientes hospitalizados

en las instituciones terciarias. Según los datos del programa VINCat, los

hospitales españoles de tamaño superior a las 500 camas tienen una tasa

global de 0,36 episodios por 1.000 días de hospitalización; los situados entre

200 y 500 camas, de 0,17 episodios, y por último, los de menos de 200 camas,

de 0,09 episodios.24

Según el informe EPINE de 2015,15 la prevalencia global de pacientes

con bacteriemias en los hospitales españoles fue del 1,23% (incluye

relacionadas a CVC, relacionadas a catéteres periféricos y no relacionadas a

catéteres). Al comprobar la evolución de la proporción de bacteriemias con

respecto al total de IRAS en el tiempo, se observa un incremento paulatino

pasando del 10,6% en 1990, al 16,1% en 2015 (Figura 10). Este aumento de la

proporción de bacteriemias ha sido a expensas de la disminución en la

proporción de infecciones urinarias.

Figura 10. Evolución de la localización de las IRAS. Fuente: EPINE 1990-2015.

Page 40: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

39

Entre los factores de riesgo para desarrollar BRCVC se pueden señalar:20,25

-Ligados al paciente: Granulocitopenia, quimioterapia inmunosupresora,

pérdida de la integridad cutánea (quemaduras, psoriasis, etc.), enfermedades

de base graves, infección aguda en otra localización, alteración de la microflora

cutánea del paciente y falta de cumplimiento de los protocolos de prevención

por el personal sanitario.

- Ligados al catéter: Composición del catéter, trombogenicidad, capacidad de

adherencia de los microorganismos, lugar de inserción y tamañoo del catéter,

número de luces del catéter, uso del catéter, estrategias de manejo del catéter,

tipo de inserción (tunelizado o sin tunelización subcutánea), duración de la

cateterización, y colocación del catéter en situación de emergencia.

-Ligados al lugar de hospitalización: UCI, Hematología, Nefrología, y hospitales

terciarios universitarios.

Las frecuencias de los factores de riesgo encontradas en los pacientes

con BRCVC y bacteriemias de origen desconocido, ingresados en UCI durante

el año 2015 se describen en la figura 11.

Figura 11. Factores de riesgo en pacientes con BRCVC y bacteriemia de origen desconocido.

Fuente: ENVIN-HELICS 2015.

Page 41: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

40

Microbiología.

Los estafilococos, en especial las especies coagulasa negativos y, en

menor grado, Staphylococcus aureus son los agentes etiológicos más

frecuentes de las infecciones relacionadas con los CVC, y causan

aproximadamente dos tercios del total de este tipo de infecciones. Los bacilos

gram-negativos (enterobacterias, Pseudomonas aeruginosa y otros no

fermentadores) ocasionan alrededor del 20% de los episodios, y los restantes

casos son producidos por levaduras, sobre todo por especies de Candida.24

Los catéteres de corta duración se colonizan por cualquiera de los

microorganismos mencionados, mientras que en la mayoría de pacientes con

catéteres de larga duración la colonización por estafilococos, especialmente

Staphylococcus epidermidis, alcanza valores superiores al 90%. Los catéteres

utilizados para hemodiálisis tienen un elevado porcentaje de colonización por

S. aureus, que incluso puede superar a otras especies de estafilococo, por la

frecuente colonización de la piel de estos pacientes por dicha bacteria.26 Los

catéteres utilizados para la administración de la NPT, suelen ser colonizados

por estafilococos, y con una mayor frecuencia por enterobacterias, del tipo

Klebsiella pneumoniae, o por levaduras como Candida spp. Por último, los CVC

percutáneos permanentes utilizados para la administración de tratamientos

oncológicos tienen una mayor posibilidad de colonización por bacilos gram-

negativos, debido a la translocación de las bacterias intestinales en pacientes

con las barreras mucosas alteradas.

Los aislamientos microbiológicos más frecuentes registrados en 2015 en

pacientes con bacteriemia ingresados en UCI se muestran en la figura 12.

Page 42: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

41

Figura 12. Aislamientos más frecuentes registrados en pacientes con bacteriemia en UCI.

Fuente: ENVIN-HELICS 2015.

En los últimos años se han difundido y son motivo de creciente

preocupación las bacterias productoras de carbapenemasas (figura 13).27 Entre

ellas, la Klebsiella pneumoniae productora de carbapenemasa (KPC), se ha

trasformado en la bacteria multirresistente más frecuente en algunos centros y

está asociada con altas tasas de mortalidad, llegando a estar relacionada con

el 34% de las muertes de causa infecciosa.28,29 Entre los factores de riesgo

para infección por esta bacteria se encuentran la administración de

aminoglucósidos, el número mayor de catéteres insertados a partir del tercer

día de ingreso y la traqueostomía.30 Actualmente las IRAS, y en particular las

BRCVC producidas por bacterias productoras de carbapenemasas significan

para los clínicos un desafío diagnóstico y terapéutico. Las técnicas de rutina de

los laboratorios no permiten su identificación y son altamente resistentes, por lo

que los tratamientos efectivos usualmente se administran con retraso. Los

hospitales deberán adaptar los métodos de cribado para el diagnóstico

temprano, y los médicos familiarizarse con los limitados tratamientos efectivos,

Page 43: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

42

ya que la emergencia de estos patógenos es definitiva y al parecer tenderá a

aumentar.31,32

Figura 13. Aislamiento de enterobacterias productoras de carbapenemasa en 38 países

europeos. Marzo 2013. Fuente: ECDC

Page 44: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

43

1.5. PROGRAMAS DE EDUCACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE BRCVC

De acuerdo a estudios realizados en Estados Unidos, se estima que

hasta dos tercios de las BRCVC pueden prevenirse implementando medidas

preventivas apropiadas, basadas en recomendaciones basadas en la

evidencia, para la indicación, inserción y mantenimiento de los CVC.33,37,52

Uno de los problemas radica en la brecha que existe entre las

recomendaciones de las guías clínicas y el cumplimiento efectivo de éstas por

parte de los trabajadores sanitarios.34 Hace casi una década, se demostró la

efectividad de un programa de educación para prevenir las BRCVC en

unidades de cuidados intensivos.24 El programa consistió en un conjunto de

medidas destinadas a mejorar en forma global la seguridad de los pacientes,

mejorando el cumplimiento de las recomendaciones de las guías. Para ello se

entrenó a los profesionales mediante cursos y reuniones, y se trabajó

fuertemente en estimular y conseguir la motivación de los equipos de cada

unidad. Desde entonces, resulta claro que además de la generación de

conocimientos en cuanto a medidas eficaces para la prevención de eventos

adversos tales como la BRCVC, es importante trasladar activamente esos

conocimientos a los profesionales mediante entrenamiento y formación. Por

otra parte, a pesar de la ingente cantidad de información disponible, y de la

disponibilidad y acceso a la formación, parece también necesario considerar

estrategias de motivación al personal, que induzcan su involucramiento en los

proyectos que se pretenden implementar.

Page 45: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

44

Page 46: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

45

2. JUSTIFICACIÓN

El creciente desarrollo e implementación de dispositivos invasivos en la

terapia de los pacientes, sumado a un aumento en la vulnerabilidad de los

mismos, debido principalmente al incremento de la sobrevida de la población y

el advenimiento de comorbilidades propias de las edades avanzadas, exigen

una respuesta rápida y efectiva que permita prevenir el alto riesgo que sigue

existiendo por la utilización de catéteres venosos centrales.

El primer punto que justifica este estudio es el epidemiológico. La alta

morbilidad y mortalidad relacionado al uso de CVC son conocidas desde el

inicio del empleo de esta técnica a mediados del siglo pasado. Conforme la

técnica se fue perfeccionando, y los conocimientos fueron aumentando,

algunos de los eventos adversos más frecuentes, como la reacción anafiláctica

por incompatibilidad RH al perfundir sangre, el barotrauma o las hemorragias

debido a una mala técnica, han ido disminuyendo o han desaparecido. Esta

evolución a dado lugar a nuevos desafíos, que fueron surgiendo al aumentar

los tiempos de permanencia y las aplicaciones para el uso de los catéteres. El

problema de las infecciones ocupa actualmente un papel primordial, como

resultado de lo observado en varios estudios de vigilancia que determinaron su

alta frecuencia y los graves efectos que conlleva para los pacientes que portan

CVC. Además de los efectos negativos sobre los pacientes, se puso en

evidencia el altísimo coste que suponen para los sistemas sanitarios. Los

organismos internacionales de mayor relevancia para la coservación de la

salud, tales como como la OMS y el ECDC, han situado a la seguridad de los

Page 47: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

46

pacientes y las medidas de prevención de infecciones relacionadas con la

asistencia sanitaria como lineas estratégicas de trabajo para los sistemas de

salud a nivel global, y promueven activamente iniciativas como el plan de

mejora de la Higiene de Manos, o la publicación frecuente de guías con

recomendaciones de eficacia probada para la prevención de infecciones y otros

eventos adversos en los entornos sanitarios.

Lo expuesto anteriormente contrasta con el hecho de que en España

sean relativamente escasos los datos publicados en la literatura científica

acerca de la epidemiología de las infecciones por catéteres venosos centrales,

las complicaciones que suponen para los pacientes, y los costes para el

sistema de salud. Las BRCVC han empezado recientemente a ser

consideradas un problema de salud pública a nivel nacional, y se empezaron a

organizar estrategias de prevención y control pero de forma segmentada,

mayoritariamente circunscritas a las UCI o áreas específicas como Oncología

Pediátrica. Resultan escasos los estudios en otros entornos fuera de la UCI, así

como evaluaciones a nivel global de un centro sanitario de la carga de

enfermedad que suponen las BRCVC, para entender la magnitud del problema

y poner en marcha las mejoras oportunas. Con los resultados de este estudio

se agrega conocimiento a varios aspectos epidemiológicos relacionados con la

aparición de BRCVC, y a un nivel mas global, abarcando la totalidad de

servicios de un hospital. El conocimiento de las tasas de infecciones, los

factores de riesgo y la calidad del desempeño de los sanitarios en la inserción y

mantenimiento de los CVC, permite comparar la magnitud del problema con

otros centros y con otros problemas de salud, y priorizar más adecuadamente

las respuestas. Por otra parte, con la información específica y pormenorizada

Page 48: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

47

que se obtuvo en cada unidad de trabajo, se obtuvo un fuerte incentivo para la

concienciación y mejora del rendimiento en el personal sanitrario.

El segundo punto de interés es la generación de evidencia acerca de la

efectividad de un programa que puede ser implementado en otros entornos

similares. Las guías clínicas han ido dejado bastante claro los beneficios y

desventajas de la mayoría de procesos diagnósticos y terapéuticos en la

práctica asistencial. La evidencia obtenida en múltiples estudios y ensayos nos

demuestra cómo realizar las prácticas más seguras tanto para los trabajadores

como para los pacientes. Pero aún contando con esta evidencia, existen

costumbres y tradiciones en las que resulta difícil aplicar lo aprendido. Un claro

ejemplo de las limitaciones en la puesta en práctica de las guías clínicas es el

caso del cumplimiento de la Higiene de Manos. Desde los años ochenta existen

guías de recomendaciones que no dejan dudas sobre el papel de la HM para la

prevención de la transmisión de microorganismos en el entorno hospitalario,35

pero aún así, estudios como el realizado por el equipo de Medicina Preventiva

del HGUA,36 demuestran que la realización de HM se cumple en general en el

30% de los momentos en que está indicada, llegando como máximo al 60% en

los sitios de mayor cumplimiento. Por lo tanto, además de generar

conocimiento y volverlo accesible, parece quedar claro que también es

necesario educar, e incluso persuadir a los trabajadores para la

implementación de las prácticas seguras. Hace justo una década, se publicó el

primer estudio que demostró la efectividad de una intervención basada en la re-

educación del personal para disminuir las BRCVC.37 Desde entonces, ningún

otro desarrollo o medida ha sido tan efectivo, tanto para prevenir BRCVC, como

para la mejora de otras prácticas clínicas. Por consiguiente, las intervenciones

Page 49: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

48

de educación y entrenamiento del personal sanitario son actualmente una de

las estrategias más efectivas para conseguir el cumplimiento de

recomendaciones de efectividad demostrada y mejorar la seguridad de los

pacientes.

En este contexto, el desarrollo y ejecución de un programa con

intervención basada en la educación de los trabajadores resulta de enorme

interés. En el programa que desarrolló en el HGUA, además de la vigilancia de

BRCVC y los cursos formativos, se introdujo una observación de los

procedimientos de inserción y mantenimiento de CVC, valorando el

cumplimiento de medidas de eficacia probada, lo cual resulta completamente

innovador. Por otra parte, la divulgación de la información del propio

rendimiento del equipo como medida de concienciación y compromiso, es una

estrategia poco difundida en España, especialmente en ámbitos públicos como

el de la sanidad. El estudio de esta tesis demuestra que el programa fue

efectivo, y que las estrategias empleadas son adecuadas y necesarias como

complemento a las guías de recomendaciones clínicas en la prevención de las

BRCVC.

El tercer punto de interés es el más pragmático desde el punto de vista

asistencial, y es la disminución inmediata conseguida en el número de BRCVC.

Las estrategias llevadas a cabo en este ensayo, junto a otras que también han

demostrado su eficacia, son necesarias y no deberían estar ausentes en los

planes de seguridad de los pacientes de las instituciones sanitarias.

Page 50: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

49

3. OBJETIVOS

3.1. Determinar la carga de enfermedad de las BRCVC en un hospital de tercer

nivel.

3.1.1. Conocer los tipos de CVC más utilizados y su frecuencia de uso.

3.1.2. Conocer el grado de cumplimiento de recomendaciones de

eficacia probada para la inserción y mantenimiento de CVC por parte del

personal sanitario.

3.1.3. Conocer la incidencia de BRCVC en el hospital. de tercer nivel.

3.1.4. Conocer los patógenos causantes de BRCVC más frecuentes.

3.2. Evaluar la eficacia de un programa de prevención de BRCVC.

3.2.1. Incrementar mediante la intervención del programa los niveles de

cumplimiento de recomendaciones de eficacia probada en la inserción y

mantenimiento de CVC por parte del personal sanitario.

3.2.2. Disminuir mediante la intervención del programa la tasa de

BRCVC.

3.2.3. Adquirir experiencia en la organización y coordinación de un

programa de vigilancia para la prevención de IRAS.

3.2.4. Difundir a la comunidad científica los conocimientos adquiridos

para el desarrollo y ejecución de un programa de prevención de BRCVC.

Page 51: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

50

Page 52: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

51

4. METODOLOGÍA

Globalmente, el programa que se evalúa en esta tesis fue un estudio de

intervención en la comunidad realizado durante los años 2009, 2010 y 2011. El

programa fue desarrollado en su totalidad en el Hospital General Universitario

de Alicante. Se trata de un hospital universitario de tercer nivel, con 900 camas

y aproximadamente 3000 trabajadores sanitarios. El hospital cuenta con 40

camas para pacientes con cuidados críticos, distribuidos entre la UCI y REA.

Además existen otras 30 camas pertenecientes a UCI neonatal y UCI

pediátrica.

La intervención del programa consistió en la formación e información del

personal sanitario mediante tres actividades: La organización de cursos de

formación, la distribución de trípticos informativos, y el envío de informes de la

vigilancia epidemiológica de CVC a todos los servicios del hospital.

Para evaluar los resultados obtenidos con las medidas de intervención,

se realizó una medición mediante observación directa del grado de

cumplimiento de las recomendaciones para la inserción de CVC, una medición

mediante observación directa del grado de cumplimiento de recomendaciones

para el mantenimiento de CVC, y una vigilancia epidemiológica de BRCVC.

4.1. INTERVENCIÓN

4.1.1. CURSOS FORMATIVOS

Page 53: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

52

Los cursos fueron impartidos a los trabajadores implicados en la

inserción y el mantenimiento de CVC, con contenidos sobre las

recomendaciones para realizar correctamente la técnica aséptica en estos

procedimientos. Para los contenidos en relación a la técnica de inserción,

desarrollada exclusivamente por médicos, se realizaron 8 sesiones de

actualización en los Servicios de UCI, REA, Radiología Intervencionista,

Anestesiología, Cirugía, Cirugía Infantil y el Área de Pediatría. Se llevaron a

cabo durante los dos primeros meses del programa, donde se informó acerca

del inicio del Programa y sus características, y se actualizaron los

conocimientos sobre las recomendaciones para realizar correctamente la

técnica aséptica durante la inserción y el mantenimiento de CVC. Los

contenidos en relación a las recomendaciones para el mantenimiento de

catéteres para personal de enfermería, auxiliares de enfermería y celadores

fueron transmitidos en los cursos de actualización que realiza el Servicio de

Medicina Preventiva de forma rutinaria. Durante los años 2009, 2010 y 2011, se

impartieron 11, 9 y 10 cursos respectivamente, aproximadamente un curso

cada 3 semanas, con un promedio de 20 asistentes a cada uno.

4.1.2. TRÍPTICOS INFORMATIVOS

Los trípticos fueron distribuidos en todo el hospital con una periodicidad

semestral, desde el inicio del programa. Se distribuyeron en todos los servicios

del hospital un total de 3000 trípticos, en seis ediciones, donde se informaron

las recomendaciones para la inserción y mantenimiento de los CVC, y en cada

versión, a partir de la segunda, se fueron actualizando los datos obtenidos en la

vigilancia sobre el grado de cumplimiento de las recomendaciones durante la

Page 54: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

53

inserción y mantenimiento de los CVC, y las cifras de bacteriemias

relacionadas con CVC para cada período de tiempo analizado. Los trípticos se

encuentran adjuntos en el Anexo 1.

4.1.3. INFORMES DE VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA A LOS SERVICIOS

Los informes fueron realizados con periodicidad semestral, y enviados a

los responsables de los servicios del hospital y a la gerencia en formato

electrónico y mediante nota interna. Se enviaron en total seis informes,

detallando las características del programa, los factores de riesgo encontrados

en la vigilancia, la incidencia de BRCVC encontrada en el período de estudio,

en el período anterior, y valores de referencia encontrados en la literatura.

Como información adicional, en los informes aparecían las recomendaciones

de beneficio probado para la inserción y mantenimiento de CVC.

4.2. DETERMINACIÓN DEL GRADO DE CUMPLIMIENTO DE

RECOMENDACIONES PARA LA INSERCIÓN DE CVC.

4.2.1. DISEÑO.

Estudio observacional de tipo transversal repetido en el tiempo.

4.2.2. SUJETOS.

- Criterios de inclusión. Todos los procedimientos de inserción CVC

realizados durante los periodos de tiempo establecidos, durante el turno de

mañanas y que sean avisados al Servicio de Medicina Preventiva.

Page 55: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

54

- Criterios de exclusión. Los procedimientos que se avisen y se realicen

al mismo tiempo en que se esté realizando la observación de un procedimiento,

ya que se contaba con un observador.

- Número de sujetos. Se estimó que el número de catéteres en los

cuales se iba a medir el grado de cumplimiento de las recomendaciones para la

inserción, sería para cada periodo de tiempo de seis meses de

aproximadamente 100. A lo largo del estudio, se calculó conseguir un número

total de procedimientos observados de aproximadamente 600.

4.2.3. VARIABLES.

- Identificación del paciente: Número de historia, fecha de nacimiento,

fecha de ingreso.

- Tiempo de inserción en minutos.

- Grado de cumplimiento de las recomendaciones para inserción de los

CVC:

Realización de la Higiene de Manos: 1.Si, 2.No

Método utilizado para la higiene de las manos: 1.Aplicación de solución

alcohólica, 2.Lavado con jabón antiséptico, 3.Lavado con jabón y solución

alcohólica.

Inserción del CVC en: 1. Subclavia, 2. Yugular, 3. Femoral, 4.Otras

Utilización de clorhexidina para la preparación de la piel: 1.Si, 2.No

Utilización de mascarilla: 1.Si, 2.No

Utilización de bata estéril: 1.Si, 2.No

Utilización de paños estériles grandes: 1.Si, 2.No

Utilización de guantes estériles: 1.Si, 2.No

Page 56: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

55

Utilización de gorro: 1.Si, 2.No

Se rompe la técnica aséptica durante el procedimiento: 1.Si, 2.No

Todo el personal cumple con las recomendaciones: 1.Si, 2.No

Colocación de apósito estéril al finalizar procedimiento: 1.Si, 2.No

4.2.4. RECOGIDA DE DATOS.

Para cada período de tiempo de 6 meses de duración, los informadores

clave establecidos en las diferentes unidades (facultativos responsables de

realizar la inserción del CVC o enfermeras que iban a colaborar en la

realización del procedimiento) avisaron a Medicina Preventiva cuando se

insertaba un CVC. Una enfermera con dedicación exclusiva al programa se

desplazó a la unidad correspondiente, y fue la encargada de realizar la

observación, registrar los datos, y posteriormente pasarlos a una base de

datos, mediante codificación para preservar la identidad de los pacientes.

4.2.5. ANALISIS DE DATOS.

A partir del segundo semestre, y en períodos semestrales, se realizó un

análisis descriptivo con el cálculo de la frecuencia absoluta del grado de

cumplimiento de las recomendaciones establecidas a priori. Para el estudio de

la evolución del grado de cumplimiento de cada una de las recomendaciones y

del global a lo largo del tiempo se utilizó la prueba de la Chi2 para tendencias.

El nivel de significación estadística utilizado en los contrastes de hipótesis fue

de p<0.05.

Page 57: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

56

4.3. DETERMINACIÓN DEL GRADO DE CUMPLIMIENTO DE

RECOMENDACIONES PARA EL MANTENIMIENTO DE CVC.

4.3.1. DISEÑO.

Estudio observacional de tipo transversal repetido en el tiempo.

4.3.2. SUJETOS.

- Criterios de inclusión. Todos los procedimientos con manipulación de

CVC realizados en los sitios y periodos de tiempo establecidos, durante el turno

de observación de un personal del Servicio de Medicina Preventiva.

- Criterios de exclusión. No hubo criterios de exclusión.

- Número de sujetos. Se estimó que el número de catéteres en los

cuales se iba a medir el grado de cumplimiento de las recomendaciones

durante la manipulación o mantenimiento, sería para cada periodo de tiempo

de seis meses de aproximadamente 50. A lo largo del estudio, se calculó

conseguir un número total de procedimientos observados de aproximadamente

300.

4.3.3. VARIABLES.

- Realización de Higiene de Manos con solución alcohólica: 1.Si, 2.No

- Uso de guantes: 1.Si, 2.No

- Desinfección de puertos con clorhexidina alcohólica: 1.Si, 2.No

4.3.4. RECOGIDA DE DATOS.

Page 58: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

57

La medición se llevó a cabo por una trabajadora del Servicio de Medicina

Preventiva, que realizó visitas de observación de dos horas en cada servicio

del hospital. Se llevaron a cabo cada día 2 a 3 visitas de observación,

completando tres a cuatro observaciones en cada servicio a lo largo del año.

Cada vez que un personal sanitario realizaba una tarea asistencial, la

observadora acompañaba al personal (a la habitación del paciente, el box, etc.)

y si había un procedimiento de manipulación de CVC, registraba las dos

variables antes mencionadas.

Esta observación fue posible gracias al plan de vigilancia de la Higiene

de Manos que realizaba el Servicio de Medicina Preventiva, sin el cual el

recurso (la observadora) no hubiera existido. El plan de observación y la

distribución por servicios fue organizado para medir el grado de cumplimiento

de HM, a lo que se agregó el registro de las variables para medir cumplimiento

de recomendaciones en la manipulación de CVC.

4.3.5. ANALISIS DE DATOS.

A partir del segundo semestre, y en períodos semestrales, se realizó un

análisis descriptivo con el cálculo de la frecuencia absoluta del grado de

cumplimiento de las recomendaciones establecidas a priori. Para el estudio de

la evolución del grado de cumplimiento de cada una de las recomendaciones y

del global a lo largo del tiempo se utilizó la prueba de la Chi2 para tendencias.

El nivel de significación estadística utilizado en los contrastes de hipótesis fue

de p<0.05.

Page 59: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

58

4.4. VIGILANCIA DE LAS BACTERIEMIAS ASOCIADAS A CATÉTER

VENOSO CENTRAL.

4.4.1. DISEÑO.

Estudio observacional de tipo cohorte prospectiva.

4.4.2. SUJETOS.

- Criterios de inclusión. Catéteres venosos centrales que se insertaron

en pacientes ingresados en el hospital, durante el periodo de estudio de 36

meses.

- Criterios de exclusión. No disponibilidad de información que permitiera

recoger las variables sobre el paciente y del catéter.

- Número de sujetos. Según datos del CMBD de 2008, el número de

catéteres insertados al año fue de aproximadamente 1900, por lo que se estimó

incluir un total de 5700 episodios de inserción de CVC durante los tres años de

estudio.

4.4.3. VARIABLES.

- Identificación del paciente: Número de registro (número consecutivo

cada vez que se incluye un paciente); Número de historia clínica.

- Características del paciente: Fecha de ingreso; Servicio de ingreso;

Edad; Sexo (hombre o mujer); Diagnóstico principal; Diagnósticos secundarios;

Factores de riesgo intrínseco de infección nosocomial (obesidad, neoplasia,

neutropenia, diabetes, quemaduras, inmunosupresión); Factores de riesgo

extrínseco de infección nosocomial (sondaje urinario, línea periférica, sonda

Page 60: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

59

nasogástrica, catéter arterial, ventilación mecánica, quimioterapia, cirugía);

Fecha de inserción y fecha de retirada de cada uno de ellos.

- Características del catéter: Fecha de inserción; Persona que realiza la

inserción del catéter (1.Jefe de Servicio o Sección, 2.Médico Adjunto, 3.Médico

Residente); Motivo para la inserción del catéter (1.Nueva indicación de catéter,

2.Sustitución por mal funcionamiento de uno previo, 3.Sospecha de infección

por catéter previo, 4.Otros motivos); Inserción urgente del catéter (1.Si, 2.No);

Servicio o unidad al que está adscrito el paciente en el momento de la inserción

del catéter; Lugar donde se realiza la inserción (Radiología intervencionista,

UCI, Reanimación, Quirófano, UCI neonatal); Tipo de catéter utilizado

(1.Estándar 2.Swan-Ganz, 3.Hickman, 4.Port-a-cath, 5.Perm-cath, 6.Drum,

7.Epicutáneo, 8. Shaldon 9.Otro); Número de luces del catéter; Catéter

impregnado de antiséptico (1.Si, 2.No); Nutrición Parenteral (1.Si, 2.No); Fecha

de retirada.

- Bacteriemia asociada a Dispositivo Intravascular: Presencia de

bacteriemia (1.Si, 2.No) según los criterios CDC para vigilancia de infecciones

nosocomiales,17 según se cumpla alguno de los siguientes criterios:

- Cuando se ha realizado el cultivo del catéter. El microorganismo

aislado en los hemocultivos es el mismo que se aísla de la punta del catéter, de

la conexión o del líquido de infusión. El número de colonias para determinar si

el cultivo del catéter es positivo dependerá de la técnica utilizada (más de

15 colonias para la técnica de cultivo semicuantitativo de Maki, o más de 1000

para la técnica de cultivo cuantitativo de Cleri).

Page 61: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

60

- Cuando no se ha realizado el cultivo del catéter. El hemocultivo es

positivo, no se puede reconocer ningún foco de sepsis, el origen más probable

es el catéter y el paciente mejora tras la retirada del mismo.

- Fecha del diagnóstico; Microorganismo aislado.

4.4.4. RECOGIDA DE DATOS.

Se realizó diariamente una búsqueda activa de casos de pacientes a los

que se les haya realizado un procedimiento de inserción de un CVC. Esta

búsqueda activa se realizó en las unidades donde habitualmente están

ubicados este tipo de pacientes (UCI, Reanimación, Hematología, Oncología,

Oncología infantil, Neonatología, Cirugía General, etc.). Una vez que se

detectaba un paciente al que se le había puesto un CVC, se recogían las

variables de identificación, características del paciente y del catéter. Todos los

datos obtenidos fueron introducidos en una base de datos diseñada de manera

específica para el proyecto. Posteriormente se realizó un seguimiento de

estudios microbiológicos realizados a estos pacientes para detectar BRCVC.

Se realizó el seguimiento de todos los catéteres hasta el momento de su

retirada o el fallecimiento o traslado del paciente. En el caso de CVC de larga

duración, el seguimiento se extendió hasta un máximo de seis meses,

independientemente de si el paciente se encontraba ingresado o no.

4.4.5. ANALISIS DE DATOS.

Cada seis meses se realizó el cálculo de la densidad de incidencia de

bacteriemias con arreglo a la siguiente fórmula: número de bacteriemias /

número de días de catéter para el semestre correspondiente x mil. El periodo

Page 62: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

61

máximo de seguimiento fue de 6 meses. El cálculo se realizó para el global y

según tipo de catéter (de corta duración versus larga duración). Tras la

realización del cálculo de la densidad de incidencia de bacteriemias para cada

periodo de tiempo de inserción, se realizó el cálculo de sus intervalos de

confianza al 95%.

4.5. EVALUACIÓN DE LA EFECTIVIDAD GLOBAL DEL PROGRAMA.

Se estudió la homogeneidad de las características de los pacientes y de

los catéteres durante el período de estudio mediante la prueba de Chi2 para

las variables categóricas y la prueba de Kruskal-Wallis para las variables

continuas. Los cambios en el cumplimiento de las recomendaciones

para los periodos de tiempo fueron probados con la prueba de Chi2 para

tendencias. La densidad de incidencia se expresó como episodios de BRCVC /

1.000 días uso de CVC. Para determinar la efectividad del programa, se

obtuvieron las tasas de incidencia de BRCVC semestrales y anuales, y se

compararon como una razón de tasas (RR) con intervalos de confianza del

95% (IC95%) utilizando regresión de Poisson. La significación estadística fue

definida como p<0,05.

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62

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63

5. RESULTADOS

5.1. PRIMER ARTÍCULO

Título: Catheter-related bloodstream infection: burden of disease in a tertiary

hospital.

Autores: Martínez-Morel HR, Sánchez-Payá J, Molina-Gómez MJ, García-

Shimizu P, García Román V, Villanueva-Ruiz C, González-Hernández M,

Nolasco-Bonmatí A.

Publicado en: Journal of Hospital Infection.

Fecha: Julio 2014.

Factor de Impacto (2014): 2,544

ISI: 40/78 categoría Infectious Diseases

SJR: Q1 – 1,054 categoría Infectious Diseases

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5.2. SEGUNDO ARTÍCULO

Título: Effectiveness of a programme to reduce the burden of catheter-related

bloodstream infections in a tertiary hospital.

Autores: Martínez-Morel HR, Sanchez-Payá J, García-Shimizu P, Mendoza-

García JL, Tenza-Iglesias I, Rodríguez-Díaz JC, Merino-DE-Lucas E, Nolasco

A.

Publicado en: Epidemiololy & Infection.

Fecha: Enero 2016.

Factor de Impacto (2014): 2,535

ISI: 41/78 categoría Infectious Diseases

SJR: Q1 - 1,085 Categoría Infectious Diseases

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5.3. TERCER ARTÍCULO

Título: Long-term Central Venous Catheters: Effectiveness of a Program to

Reduce the Burden of Catheter-related Bloodstream Infection in a Tertiary

Hospital.

Autores: Martínez-Morel HR, Sánchez-Payá J, Nolasco A.

Artículo no publicado, previsto publicar durante el año 2016.

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83

Title:

Long-term Central Venous Catheters: Effectiveness of a Program to Reduce the Burden

of Catheter-related Bloodstream Infection in a Tertiary Hospital.

Authors:

- Héctor Rolando Martínez-Morel1-2

- José Sánchez-Payá1

- Andreu Nolasco2

1- Department of Preventive Medicine. Alicante University General Hospital.

Alicante. Valencia Autonomous Region. Spain.

2- Department of Community Nursing, Preventive Medicine and Public Health and

History of Science. Alicante University. Alicante. Valencia Autonomous

Region. Spain.

Corresponding author:

José Sánchez Payá

Unidad de Epidemiología. Servicio de Medicina Preventiva

Hospital General Universitario de Alicante. c/ Pintor Baeza, 12. 03010-Alicante

(Spain).

Tel: (+34) 965933574; Fax: (+34) 965352552; Email: [email protected]

Abbreviated title: Long Term Catheter Infection Prevention Program.

Acknowledgment

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84

Financial support: The program was supported by the Carlos III Health Institute,

Ministry of Science and Innovation of Spain (Grant Number: PI080881). Additional

support was provided by the Foundation for Research of the General University

Hospital of Alicante, Spain (Grants Numbers: PC-06/2009; C-07/2010; C04/2011).

Conflicts of interest: The authors have no conflicts of interest.

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85

Summary

Aim

To evaluate the effectiveness of an education program to reduce the burden of

disease of Catheter Related Bloodstream Infection (CRBSI) in long-term catheters,

including all units in a tertiary hospital.

Methods

We implemented a three-year programme of surveillance of CRBSI including all

patients with Long-term Central Venous Catheter (LTCVC) admitted in the hospital.

We determined performance of insertion and maintenance of catheters by means of

direct observation of staff during the procedures. The intervention consisted of

education courses, and delivering of reports and leaflets with information of

surveillance and recommendations every six months. We obtained the incidence density

of CR BSI and the compliance with recommendations rates for year, and the periods

were compared with the rates at the first year of the programme.

Findings

A total of 1,108 LTCVCs were inserted in 939 patients for 171,314 catheter

days. A significant improvement of compliance with hand hygiene was verified at the

insertion (87.1% to 100%, p<0.001) and maintenance of CVC (51.1% to 72.1%,

p=0.029), and of use of chlorhexidine at insertion (35.7% to 65.4%, p<0.001) and

maintenance (33.3% to 45.9%, p<0.197). There were 51 CRBSIs. The annual incidence

density per 1,000 catheter days was 0.57 the first year, 0.32 the second year (RR, 0.56;

95%CI, 0.37-0.86) and 0.35 the third year (RR, 0.60; 95%CI, 0.39-0.90).

Page 87: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

86

Conclusion

The education program involving all hospital settings improved the compliance

with recommendations for LTCVC handling, and it was effective for reducing the

burden of CRBSI.

Keywords

Catheter-related bloodstream infection; Long-term central venous catheter; Prevention

program

Page 88: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

87

Introduction

There is a global trend towards increasing the use of Long-term Central Venous

Catheters (LTCVC).1,2 The discovery of modern materials and the development of new

treatments, have led to spread its use to new specialties and applications.3-5 It has also

significantly increased the quality of life of patients requiring prolonged treatment by

avoiding frequent punctures for vascular access.6,7

The clinical status of patients with LTCVC becomes the complications with

these devices in a particularly problematic issue, being often necessary its removal.8-10

Among the complications, Catheter-related Bloodstream Infection (CRBSI) is one of

the most frequent, lethal and costly.11-15 It is estimated a mortality rate of 34% for

patients in dialysis that suffered CRBSI,16 and 18,3% for oncologic patients.17 The extra

cost for each of these infections can reach from 6,000 to 60,000 USD, depending on the

country.18-20

Recent evidence suggests that education and training of health personnel

involved in Central Venous Catheter (CVC) insertion and maintenance can improve

compliance with based-evidence recommendations, and are currently an essential

activity for any program designed for prevention of CRBSI.21-26 Educational

intervention programs have proven to be cost-effective and cost-saving in critical care

units.27,28 This strategies has been studied in critical care units with short-term catheters,

but although incidence of CRBSI can be even higher outside the Intensive Care Unit

(ICU),29,30 the effectiveness and of programs for prevention of LTCVC’s infections

remains unknown. The aim of this study was to evaluate the effectiveness of an

education program to reduce the burden of disease of CRBSI in long-term catheters,

including all units in a tertiary hospital.

Page 89: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

88

Methods

Study Population

The study included patients with a long-term central venous catheter inserted in

a tertiary university hospital from February 2009 to December 2011. The hospital

comprised 900 beds, 40 of which belong to critical-care (ICU, Recovery Room,

Pediatric ICU, and Neonatology). The program consisted of CRBSI surveillance and

measurement of compliance with evidence-based recommendations by professionals at

the time of insertion and during handling. The intervention was a continuous

information feedback concerning the rate of CRBSI, the compliance with

recommendations rates observed at insertion and handling, and a brief listing of best

practice tips for preventing complications related to central venous catheters. The

information was updated by formal reports sent to the managers of the involved units,

and through six editions of 3,000 brochures that were delivered to workers in all

hospital settings every six months. In addition, in the Preventive Medicine Unit we

incorporated the recommendations for aseptic technique during insertion and handling

of CVCs to the education courses routinely held for all the hospital staff. During years

2009, 2010 and 2011, we carried out 11, 9 and 10 courses respectively, of 60-minute

duration, geared to nurses, nursing assistants and orderlies, on a three-week basis, for 20

attendees at a time. For doctors belonging to units involved in CVCs insertion, we

organized eight informative meetings during the first two months of program to update

the recommendations for the procedures.

Compliance with Evidence-based Recommendations during Insertion and Handling

In order to survey practise of insertion of CVCs, observation periods of 30 to 60

days were organized for each hospital setting (ICU, recovery room, paediatric ICU and

Page 90: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

89

interventionist radiology). For every catheter insertion procedure under observation,

compliance with safety measures was checked by a nurse who recorded insertion time,

hand hygiene, use of alcoholic solution of chlorhexidine for skin disinfection (instead of

povidone iodine), use of barrier methods (mask, sterile gown, sterile gloves, and cap),

sterile dressings, bandage application, and use of aseptic technique. To verify the

maintenance of CVCs, observation periods of 2 hours across the 53 wards of the

hospital were conducted to record compliance with recommendations by healthcare

staff, specifically completion of hand hygiene and disinfection of ports with alcoholic

solution of chlorhexidine before handling.

Surveillance of Catheter-Related Bloodstream Infection

A research nurse, exclusively dedicated to the program, on a daily basis checked

the reports of scheduled insertions of LTCVC, and visited the units where some long-

term catheter could have been inserted unscheduled. All the patients with LTCVC were

included in the surveillance and monitored for a maximum period of 180 days, or until

catheter removal, the patient's death, or the diagnosis of bloodstream infection related to

the catheter. A long-term catheter was defined as any catheter with a planned duration of

use greater than 6 weeks,31,32 and included Hickman-type, Port-a-cath, Perm-cath and

PICC.

The following data were collected: patient characteristics (age, sex, main

diagnosis), intrinsic risk factors (obesity, malignancy, diabetes, neutropenia, burns,

immunosuppression), extrinsic risk factors (urinary catheter, peripheral line, nasogastric

tube, arterial catheters, major surgery, and chemotherapy) for CRBSI, catheter

characteristics (insertion date, hospital setting, type of catheter, insertion site, number of

lumens), and the diagnosis of CRBSI. We adopted the U.S. Centers for Disease Control

Page 91: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

90

and Prevention’s (CDC) criteria published in 2002,14 defining CRBSI as the presence of

one or more positive blood cultures and a positive catheter tip culture, from which the

same organism (species and antibiogram) was isolated, and not related to another site of

infection. Since July 2010, the CDC’s National Healthcare Safety Network surveillance

definition of healthcare-associated infection and criteria for specific types of infections

in the acute care setting was also adopted, that considered a central line-associated

bloodstream infection to be a primary bloodstream infection in a patient that had a

central line within a 48-hour period and was not a bloodstream infection related to

another infected site.33 Catheters suspected to be infected were routinely removed and

cultured, using a quantitative method.34 The incidence densities of CRBSI for each year

were calculated.

Statistical Analysis

Categorical variables were expressed as percentages and means with standard

deviation or medians with interquartile intervals for quantitative variables. The

homogeneity of features of the patients and the catheters over the study period were

tested using Chi Square test for categorical variables, and Kruskal Wallis for continuous

variables. Changes in compliance with recommendations for the time periods were

tested by Chi Square for trends. The incidence density was expressed as CRBSI

episodes per 1000 days of CVC usage and annual incidence rates were compared as a

rate ratio (RR) with 95% confidence interval (CI95%) using Poisson Regression.

Statistical significance was defined as p <0.05. Statistical Packages used were: Social

Sciences Version 19.1 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA). Epidat Version 3.1 (Xunta de

Galicia, Santiago de Compostela, Spain and Pan American Health Organization/World

Health Organization, Washington, DC, USA).

Page 92: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

91

Results

Over the three-year study period, 1108 long-term CVCs were inserted in 939

patients, giving an aggregate of 171,314 catheter days. Based on the characteristics of

patients with LTCVC can be defined three main groups: cancer patients, patients with

renal failure and pediatric patients in critical care units. There were two peaks of ages,

children with less than fifteen years old and patients older than sixty five. Regarding

risk factors for CRBSI (Table I), the history of malignancy and chemotherapy was

present in around two thirds of the total sample, followed by diabetes, neutropenia and

immunosuppression, present in one in 10 patients. The simultaneous use of other

indwelling devices was very low, since the patients were not in critical care units, with

many of them in a regimen of monitoring and treatment admissions in the hospital, but

staying in home. The use of concomitant peripheral line was frequent, and had no

changes when comparing first and last period of study.

The survey showed a marginal decrease over time in the use of catheters

Hickman while the use of Perm-cath increases. The most frequent long-term CVC

applied in the hospital was Port-a-cath with one or two lumens. The veins chosen for

insertion were Jugular and Subclavian, with a limited use of Femoral. The units involve

in the insertion were Interventionist Radiology and Surgery in similar proportion.

(Table II)

The compliance of staff with recommendations for insertion of CVCs increased

significantly in certain points over the study period; concretely hand hygiene, skin

disinfection with chlorhexidine rather than povidone iodine, use of gowns, and

application of bandages during insertion. The rate of use of sterile gloves for insertion

remained high throughout the study. For maintenance of CVCs there was an increase in

performance of hand hygiene. (Table III)

Page 93: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

92

There were 51 CRBSI incidents recorded giving an overall study rate of 4.6%.

Table IV shows the incidence density rates by year of the programme, noting a 40%

reduction in the incidence of CRBSI of second and third year compared to the first year,

which in absolute numbers were 7 fewer infections per year.

In bivariate analysis, the factors associated with higher incidence of CRBSI were

malignancy (6.3% vs 2.8%; P = 0.010), neutropenia (21.9% vs 3.5%; P <0.001),

immunosuppression (13.6% vs 4.0%; P < 0.001), parenteral nutrition (17.2% vs 4.3%;

P = 0.001) and type of catheter (Hickman, 15.3%; Port-a-cath, 3.2%; Perm-cath, 1.8%;

P < 0.001). Hickman catheters and Port-a-cath catheters were both used in 90% of cases

for treatment of oncologic patients, but Hickman CVCs presented higher incidence of

infections, regardless of the unit of insertion, age of patient, neutropenia or use of

parenteral nutrition.

During the first 10 days of introduction of a catheter occurred 9 CRBSI (17.6%),

and the bacteria isolated were two Enterobacteriaceae (22.2%), two Coagulase negative

staphylococci (22.2%), and one of each of the following: Pseudomonas aeruginosa,

Candida spp., Enterococcus spp., Clostridium spp and Corynebacterium spp.

After 10 days of introduction of CVC the most frequent bacteria isolated from

blood cultures were Enterobacteriaceae, 26.2%; Coagulase negative staphylococci,

21.4%; Pseudomonas aeruginosa, 16.6%; Candida spp., 9.5%; Acinetobacter

baumannii, 7.1%; Staphylococcus aureus, 4.8%; Bacillus spp., 4.8%; and other, 9.5%.

Page 94: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

93

Discussion

Studies have recently shown benefit in reducing CRBSI in long-term catheters

through single measures such as the use of antibiotic-based catheter lock solutions, the

use of antimicrobial-impregnated catheters, performing intraluminal catheter

colonization surveillance cultures, flushing CVC with urokinase, changing catheter

dressing every 15 days versus every 4 days, or using pre-filled syringes manufactured,

among other measures.35-39 Other investigators have studied the application of packages

of measures or education interventions to health personnel, but restricted to specific

groups of professionals, as a unit of cancer patients,40 or patients on dialysis unit.41 This

study demonstrate the effectiveness of a program for all the personnel in a hospital

involved in handling of CVCs, by an intervention focused in education courses with

based-evidence recommendations. The delivering of leaflets informing the results of

surveillance to health workers was a novelty strategy for feedback.

The study demonstrated an increase in compliance with recommendations in

both insertion and maintaining of CVC. The insertion procedures LTCVC are always

made aseptically and by expert staff, most of them surgeons or interventional

radiologists. This justifies that most of recommendations for the insertion, as the use of

barrier methods, has been high since the beginning of the study. Still, there were

significant improvements in compliance with some of the recommendations.

Maintaining LTCVC consists of a set of procedures, in which is key to maintain aseptic

technique. The low levels in performing hand hygiene and in disinfection of ports,

especially at the beginning of the program, indicate the need for handling this type of

catheter in specific units with highly trained personnel.

Microorganisms isolated in CRBSI were similar to those found in infections of

short-term CVC.26 Among the intrinsic risk factors the presence of malignancy and

Page 95: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

94

neutropenia were associated with increased incidence of bacteremia. Moreover, in

cancer patients using catheters reservoir they had four times fewer infections than those

who were treated by catheter Hickman. This observation is consistent with published in

other studies42 and indicates that the use of catheters reservoir is safer than other

catheters for chemotherapy treatments.

In conclusion, the program achieved through training and ongoing feedback, to

increase compliance with recommendations by health personnel responsible for the

insertion and maintenance of LTCVC. In addition to introducing the specific

improvements that are effective in preventing infections in these devices, a global

strategy of ensuring hospital worker education can reduce the incidence of CRBSI.

Page 96: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

95

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Page 102: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

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Table I. Patient features and risk factors for Catheter-related Bloodstream Infection. Year P value

2009 2010 2011

Number of patients 249 367 323

Age years; Median (P25-P75) 56.7 (42-68) 60.9 (46-71) 59.7 (46-71) 0.041

Male Gender; Percentage (number) 55.8 (139) 53.1 (195) 53.9 (174) 0.801

Intrinsic Risk Factors; Percentage (number)

Obesity

Malignancy

Neutropenia

Diabetes

Burns

Immunosuppression

2.7

68.4

13.0

17.1

0

13.0

(6)

(134)

(25)

(33)

(0)

(25)

3.3

61.6

3.8

15.8

0

6.0

(12)

(226)

(14)

(58)

(0)

(22)

5.0

64.1

6.8

17.0

0.3

6.8

(16)

(207)

(22)

(55)

(1)

(22)

0.330

0.279

<0.001

0.885

0.420

0.010

Extrinsic Risk Factors; Percentage (number)

Urinary catheter

Peripheral line

Nasogastric tube

Arterial catheter

Mechanical ventilation

Chemotherapy

Surgery

7.9

53.2

4.6

3.9

1.6

56.0

6.1

(12)

(82)

(7)

(6)

(4)

(108)

(11)

6.0

44.4

1.9

1.1

1.1

58.0

4.1

(22)

(163)

(7)

(4)

(4)

(213)

(15)

9.3

54.8

3.1

1.2

1.2

62.5

8.0

(30)

(177)

(10)

(4)

(4)

(202)

(26)

0.262

0.017

0.230

0.051

0.849

0.281

0.090

NOTE. CVC, Central Venous Catheter.

Page 103: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

102

Table II. Features of Central Venous Catheters. Year P value

2009 2010 2011

Number of CVC 282 425 401

Number of catheter days 19,607 19,954 19,774

Type of CVC; % (number)

Hickman

Port-a-cath

Perm-cath

26.9

41.0

32.2

(76)

(116)

(91)

12.5

47.1

40.5

(53)

(200)

(172)

11.7

45.6

42.6

(47)

(183)

(171)

<0.001

CVC siting; % (number)

Subclavian vein

Jugular vein

Femoral vein

Other

12.7

83.8

2.0

1.5

(26)

(171)

(4)

(3)

29.6

68.5

1.9

0

(126)

(291)

(8)

(0)

5.0

91.5

3.5

0

(20)

(367)

(14)

(0)

<0.001

Parenteral Nutrition; % (number) 2.1 (6) 1.6 (7) 4.0 (16) 0.090

Number of lumens; % (number)

one

two

41.7

58.3

(118)

(165)

47.5

52.0

(202)

(221)

46.9

53.1

(188)

(213)

0.200

Hospital setting; % (number)

Interventionist radiology

Surgery

Pediatric Surgery

52.1

30.5

16.7

(147)

(86)

(47)

51.1

38.6

10.4

(217)

(164)

(44)

51.6

38.4

10.0

(207)

(154)

(40)

0.029

NOTE. CVC, Central Venous Catheter.

Page 104: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

103

Table III. Compliance with recommendations during insertion and maintenance of Central Venous Catheters. Recommendation 2009 2010 2011 P-value

Insertion, % (number) (n=140) (n=131) (n=127)

Hand hygiene

Skin disinfection with AC

Use of mask

Use of gown

Sterile cloth

Use of sterile gloves

Use of cap

Bandaged application

Aseptic technique

87.1

35.7

92.9

75.0

93.6

98.6

92.1

62.9

90.0

(122)

(50)

(130)

(105)

(131)

(138)

(129)

(88)

(126)

99.2

42.0

97.0

90.8

95.4

100.0

96.2

55.0

84.7

(130)

(55)

(127)

(119)

(125)

(131)

(126)

(72)

(111)

100

65.4

88.2

96.9

84.3

100.0

92.9

78.7

82.7

(127)

(83)

(112)

(123)

(107)

(127)

(118)

(100)

(105)

<0.001

<0.001

0.162

<0.001

0.009

0.178

0.765

0.008

0.084

Maintenance, % (number) (n=45) (n=54) (n=61)

Hand hygiene

Port disinfection with AC

51.1

33.3

(23)

(15)

66.7

40.7

(36)

(22)

72.1

45.9

(44)

(28)

0.029

0.197

NOTE. AC, alcoholic chlorhexidine.

Page 105: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

104

Table IV. Incidence density of Catheter-related Bloodstream Infection. Years 2009-2011.

Year Year density ratea RR (CI95%)

2009 0.57 1

2010 0.32 0.56 (0.37-0.86)

2011 0.35 0.60 (0.39-0.90) NOTE. RR (CI95%), Rates ratio and 95% confidence interval. a Episodes per 1,000 days of central venous catheter.

Page 106: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

105

6. DISCUSIÓN

6.1. CARGA DE ENFERMEDAD DE LAS BACTERIEMIAS RELACIONADAS

A CVC EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL

Como resultado de la primera parte del programa, fue publicado por

primera vez la carga total de enfermedad que suponen las BRCVC en un

hospital de tercer nivel, incluyendo además de las áreas críticas como UCI,

otros servicios del centro que también se ven involucrados en la inserción y

mantenimiento CVC. Para poder determinar la incidencia de infecciones en los

catéteres de larga duración, la mayor dificultad es el tiempo necesario de

seguimiento, ya que los catéteres permanecen implantados durante varios

meses. El esfuerzo realizado para la inclusión en la vigilancia de estos

catéteres fue fundamental para permitir calcular la carga total de enfermedad.

Los CVC utilizados con mayor frecuencia en el hospital fueron, para

corta duración, los catéteres estándar con tres luces, seguido por los

dispositivos para monitoreo Swan Ganz. El perfil de los pacientes fue el típico

de las unidades de cuidados críticos, en la UCI con el uso concomitante de

otros dispositivos invasivos como sonda vesical y catéter arterial, y en la REA

además de otros dispositivos invasivos, con el antecedente de un

procedimiento quirúrgico. En el caso de los CVC de larga duración, los

catéteres más empleados fueron los Hickman y tipo reservorio para pacientes

oncológicos que corresponden a dos tercios del total de pacientes; y catéteres

Page 107: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

106

de tipo Permcath para pacientes con insuficiencia renal que requieren

hemodiálisis, un tercio.

La medición de los porcentajes de cumplimiento de recomendaciones

durante la inserción de CVC permitió detectar un bajo cumplimiento en alguno

de los puntos evaluados. La realización de Higiene de Manos durante el primer

año fue del 86,8%. Aunque este porcentaje es mayor que los observados en

estudios que evaluaron la HM en la atención clínica normal de un paciente,36, 38,

39 o incluso en algún estudio que midió la HM antes de realizar una técnica

aséptica,40 en el caso de la inserción de catéter vasculares el cumplimiento

debería ser mayor. Habitualmente el facultativo conoce que se trata de una

técnica que requiere las máximas medidas de asepsia, y que las manos son el

principal vehículo de microorganismos, pero la utilización de guantes

enmascara el riesgo de transmisión y suele ser la principal causa de omisión de

la HM. La clorhexidina alcohólica está recomendada como de primera elección

para la desinfección de la piel, ya que ha demostrado ser más efectiva que los

demás desinfectantes,41 y fue una de las recomendaciones evaluadas en el

programa. El bajo cumplimiento, 35,5%, se debe a que de forma rutinaria y en

las guías de procedimientos de las unidades continuaba indicándose el uso de

povidona iodada. Además, la disponibilidad de clorhexidina en el centro

comenzó con el desinfectante en forma incolora, lo cual dificultaba la

visualización del área de piel tratada, y no tuvo buena aceptación entre los

profesionales hasta la instauración de una presentación coloreada. Este

indicador se podría considerar como uno de los mas asociados a la

intervención del programa, ya que el cambio de povidona a clorhexidina fue

uno de los puntos novedosos para la mayoría de asistentes a los cursos

Page 108: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

107

formativos. El uso de guantes, mascarilla y bata están indicados para la

protección del paciente, pero también son los elementos de barrera claves para

la protección del propio trabajador ante posibles salpicaduras de sangre. Sus

porcentajes de cumplimiento no fueron los ideales, aunque fueron similares a

los observados en otros estudios.42 El hecho de asistir a procedimientos en los

que alguno de los individuos encargados de la inserción del CVC no llevara

guantes, se debe a casos en que un facultativo realizando el procedimiento

encontrara alguna dificultad, y otro facultativo, sin la ropa ni equipos adecuados

para el procedimiento, le prestara ayuda indicando habitualmente algún punto

de inserción alternativo o maniobras de la propia técnica.

Estos datos reforzaron una de las justificaciones del programa, en

cuanto a la necesidad evidente de, después de contar con guías de

procedimientos, entrenar al personal y reforzar los cursos de actualización

periódicos. Al comparar los dos semestres del primer año de intervención, se

aprecia un aumento en el cumplimiento de la mayoría de las recomendaciones

evaluadas, especialmente la HM, uso de bata estéril, uso de gorro y aplicación

correcta del apósito protector. El tamaño de la muestra no permitió afirmar una

mejora significativa durante el primer año, pero a excepción del uso de

guantes, todas las tasas de cumplimiento aumentaron en el segundo semestre.

En cuanto al cumplimiento de recomendaciones durante el

mantenimiento de los CVC, los valores observados para HM, uso de guantes

y desinfección de puertos (42,1%; 78,1% y 32,5% respectivamente), fueron

significativamente bajas. Durante el primer año de programa, al comparar el

primero y el segundo semestre se comenzaron a observar mejoras en el

cumplimiento de algunas recomendaciones, pero en el caso de las

Page 109: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

108

observaciones de procedimientos de mantenimiento, el tamaño de la muestra

fue muy pequeño como para inferir cambios. La manipulación inadecuada de

CVC conlleva casi el mismo riesgo que un inadecuado procedimiento de

inserción, y ocasionan infecciones mas tardías. Las deficiencias observadas en

ambos procedimientos, inserción y mantenimiento de CVC, fueron diferentes y

afectan a distintos estamentos, ya que los prodedimientos de inserción son

realizados por médicos y los procedimientos que implican la manipulación de

los CVC son realizados por personal de enfermería. Una de las conclusiones a

partir de esta observación es que los cursos, además de ser periódicos y

cíclicos,36 deben contener conjuntos de recomendaciones específicas para

cada estamento, y lógicamente ir dirigidos a cada uno de los mismos por

separado.

La incidencia global de BRCVC hallada en el hospital es levemente

superior a la descrita en estudios de hospitales con características

similares.43,44 Como explicación alternativa a estas tasas elevadas, debe

mencionarse la rutina de actuación clínica en las unidades de críticos, de

solicitar a todos los pacientes ante la mínima sospecha de bacteriemia, una

toma seriada de cultivos de sangre de la luz del catéter junto a los hemocultivos

de rutina, en caso de no retirar directamente el catéter. Esto permitió el

diagnóstico de un alto número de BRCVC que se hubieran quedado con el

diagnóstico de bacteriemia no filiada si no se hubieran realizado. Se puede

afirmar que la sensibilidad para la filiación al catéter de las bacteriemias es alto

en estas unidades, lo cual, podría en parte contribuir a esta incidencia mayor.

En el transcurso del primer año de programa, al comparar ambos

semestres, se puede apreciar una discreta disminición de la densidad de

Page 110: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

109

incidencia de BRCVC, pero sin encontrar una diferencia estadísticamente

significativa. Aún así, la disminución que se aprecia coincide con el aumento de

cumplimiento de recomendaciones observado en la medición de

procedimientos de inserción. De cualquier forma, la intervención planteada,

hace esperable que las mejoras no sean rápidas, ya que no incluyó cursos de

entrenamiento exprofeso para la inserción o mantenimiento de CVC, no

alcanzó a grupos grandes de trabajadores en cortos períodos de tiempo, ni

implicó el cambio de guías, protocolos o rutinas de trabajo de los servicios. La

propuesta contemplada en el programa fue la de un proceso de superación

gradual, autogestionado por el propio personal, a traves de la mejora del

conocimiento sobre las recomendaciones y la importancia de su cumplimiento,

y mediante recomendaciones mas individualizadas de acuerdo al rol de cada

profesional.

En los estudios microbiológicos se identificó en el análisis global un alto

porcentaje de bacterias estafilococos coagulasa-negativos, y un bajo

porcentaje de bacterias gram-negativas, especialmente en infecciones de

catéteres de larga duración. Este perfil está condicionado por la inclusión en la

vigilancia de todas las unidades del centro, ya que si se considera únicamente

la microbiología de las bacteriemias de UCI, los estafilococos coagulasa-

negativos constituyen el 39,2%, lo cual sí es coincidente con lo encontrado en

estudios que sólo incluyeron este servicio.43, 45

Existen limitados trabajos de investigación sobre bacteriemias

relacionadas a catéteres de larga duración, y la mayoría de los que se pueden

encontrar en la literatura fueron llevados a cabo en grupos de población

específicos, como pacientes oncológicos con una determinada quimioterapia, o

Page 111: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

110

pacientes en un determinado estadío de insuficiencia renal y diálisis. Todavía

existen importantes puntos con poca o nula evidencia acerca de cómo debería

actuarse, como el momento en que debería retirarse un dispositivo de

reservorio ante incipientes signos de infección, o la validación clínica de

algunas tecnologías y dispositivos, o de algunas técnicas de manipulación para

evitar contaminaciones como el uso de soluciones antisépticas para el

sellado.46 En el transcurso del primer año de programa, al igual que para los

CVC de corta duración, en los catéteres de larga duración se identificó una

reducción en la tasa de infecciones del catéter, aunque no fue estadísticamente

significativa. El impacto de las bacteriemias en estos catéteres es muy alto, ya

que se trata de pacientes inmunodeprimidos y en los que la utilización de vías

en venas de gran calibre es imprescindible para la administración de

medicación irritativa, lo cual agrega valor a la generación de conocimientos en

la prevención de complicaciones en estos dispositivos.

6.2. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL PROGRAMA PARA REDUCIR LA

CARGA DE ENFERMEDAD DE BRCVC DE CVC DE CORTA DURACIÓN

La segunda publicación de esta tesis consiste en la descripción de los

tres años de vigilancia de BRCVC y el estudio de eficacia global del programa

para catéteres de corta duración. Hasta donde sabíamos los autores de este

artículo, fue el primer trabajo publicado que describe la eficacia de un programa

basado en la educación del personal sanitario implicado en la inserción y

mantenimiento de catéteres de corta y larga duración, y cuyo impacto fue

Page 112: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

111

estudiado sobre la carga total de enfermedad que representan las BRCVC en

un hospital de tercer nivel.

En cuanto al grado de cumplimiento de las recomendaciones por parte

de los profesionales, se observó un aumento global de los porcentajes tanto

para la inserción como para el mantenimiento de los CVC. Algunas de las

recomendaciones más importantes para los procedimientos de inserción,

como la realización de Higiene de Manos, el uso de bata estéril o la utilización

de clorhexidina para la asepsia de la piel, presentaron una mejora significativa

a lo largo del programa. El uso de clorhexidina en sustitución de la povidona

iodada utilizada rutinariamente se incrementó casi un 100% entre el primero y

el tercer año, llegando a utilizarse en más del 65% de los procedimientos de

inserción. Para otras recomendaciones como el uso de guantes estériles, la

mejora no es significativa, pero se parte desde el inicio del programa con

valores altos y con poco margen de mejora.

En los procedimientos considerados de mantenimiento de CVC, hubo

un incremento significativo en la realización de HM, y aunque de forma no

estadísticamente significativa, también se observa una tendencia al aumento

de la desinfección de los puertos con clorhexidina antes de acceder al catéter.

De forma global, el incremento en el cumplimiento de recomendaciones

para la inserción y manipulación de los catéteres por parte de los trabajadores

fue comparable, o en algunos puntos mayor, al observado en programas de

intervención similares.47,48,49 A pesar de estas mejoras, la adherencia al uso de

algunas de las precauciones de barrera para la realización de procedimientos

que requieren técnica aséptica aún pueden aumentar de forma ostensible. La

formación continuada es clave para cumplir esta misión.

Page 113: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

112

A partir de la información proveniente de la vigilancia microbiológica, se

puede observar una disminución progresiva en las densidades de incidencia de

BRCVC de catéteres de corta duración en los tres años de programa. Al

comparar las tasas del primero y del último año, se comprueba una reducción

del 40% en la incidencia de infecciones, lo cual significa un número absoluto de

60 pacientes en los que se pudo prevenir una bacteriemia a lo largo de un año.

La reducción obtenida con la intervención, y la tasa de BRCVC registrada al

final del programa son similares a los datos encontrados en otros artículos,

tanto en unidades de críticos como en otros servicios hospitalarios.44,50,51 Pero

aunque los datos obtenidos pueden valorarse como muy positivos, existe

evidencia de que aún existe margen de mejora. Tal es el caso del proyecto

llevado a cabo por Pronovost en las UCI de un estado de Estados Unidos, en el

que consiguió una mediana de infecciones cercanas a cero, y mantener ese

nivel de tasas por varios meses.37,52 En la consecución de este logro, los

autores hacemos mención de la importancia de una activa participación por

parte de los líderes implicados en el proyecto, y del necesario apoyo

institucional.

Los valores de incidencia de BRCVC denotaron una reducción más

evidente durante los primeros semestres de ambos años, 2010 y 2011, y

menos marcada en los segundos semestres. Lok y col.53 explican esta

variación a que durante la estación de verano el crecimiento bacteriano se ve

favorecido con el calor y la perspiración. Otra posible explicación para este

hallazgo es la contratación de nuevo personal que se produce en temporada de

vacaciones de verano y para las festividades de diciembre, ambos incluidos en

el segundo semestre. Como resultado, durante esos períodos el hospital

Page 114: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

113

cuenta con un alto porcentaje de trabajadores menos entrenados54 y con menor

exposición a las campañas de Higiene de Manos,55 por lo que este grupo de

profesionales debería ser especialmente exhortado a asistir a cursos de

acogida con los contenidos básicos para la seguridad de los pacientes y de los

propios trabajadores.

La distribución periódica de trípticos (anexo 1) con datos de la vigilancia

y con las cifras de cumplimiento de recomendaciones por parte de los

trabajadores, fue un método práctico y efectivo de información que

complementó los informes enviados a los jefes de servicios. Según los

comentarios realizados durante los cursos de formación, el personal recibió

estos folletos de manera muy positiva, ya que consideraron el método como

muy efectivo para aumentar la accesibilidad de la información y conseguir un

mayor interés de las personas en las mejoras.

6.3. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL PROGRAMA PARA REDUCIR LA

CARGA DE ENFERMEDAD DE BRCVC DE CVC DE LARGA DURACIÓN

En el tercer artículo, previsto publicar a lo largo de 2016, se demuestra la

efectividad del programa en reducir la carga de BRCVC en el caso de los CVC

de larga duración. La reducción en la densidad de incidencia fue del 40% en el

segundo periodo de estudio, y la tasa de infecciones se mantuvo durante el

tercer período.

Entre los factores de riesgo recogidos en la vigilancia se observó una

asociación entre los pacientes neutropénicos, los pacientes con diagnóstico de

cáncer y los que recibían NPT con una mayor incidencia de BRCVC.

Page 115: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

114

Los tipos de catéteres de larga duración utilizados tuvieron relación con la

patología tratada, Perm-cath para pacientes hemodializados, Hickman y Port-a-

cath para tratamientos oncológicos. Los catéteres con reservorio (Port-a-cath)

tuvieron cuatro veces menos incidencia de infecciones que los catéteres

Hickman, lo que coincide con lo descrito en unas pocas publicaciones.56

Los patógenos causantes de las BRCVC coinciden con los observados en las

infecciones de los CVC de corta duración.

Finalmente, queda demostrado que el programa fue efectivo para la

reducción de BRCVC en catéteres larga duración, a través de una intervención

global en el centro, que abarcó a todos sus profesionales.

Page 116: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

115

7. CONCLUSIONES

7.1. La densidad de incidencia de BRCVC en el HGUA, considerando todas las

unidades del centro, con escasa o ninguna intervención específica para la

reducción de este tipo de infecciones, fue mayor (el doble) que la descrita en

otros estudios de vigilancia.

7.1.1. En un año se insertaron un total de 2043 CVC de corta duración, y

los tipos más frecuentes fueron el estándar, Swan Ganz y Epicutáneo.

Los CVC de larga duración insertados fueron 279, y los tipos más

frecuentes fueron Port-a-cath, Permcath y Hickman, en similares

proporciones.

7.1.2. El grado de cumplimiento de recomendaciones de eficacia

probada fue alto (alrededor del 90%) para la mayoría de

recomendaciones durante la inserción, y bajo en el mantenimiento (32%

a 78%).

7.1.3. La densidad de incidencia de BRCVC fue 5,98 por 1.000 días-

catéter para CVC de corta duración, y 0,57 BRCVC por 1.000 días-

catéter para CVC de larga duración.

7.1.4. Los microorganismos mas frecuentes en BRCVC fueron

estafilococos coagulasa-negativo, Pseudomonas aeruginosa y

enterobacterias para CVC de corta duración; y estafilococos coagulasa-

negativo y enterobacterias para CVC de larga duración.

Page 117: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

116

7.2. El programa de prevención de bacteriemias asociadas con catéteres

venosos centrales fue eficaz para mejorar el cumplimiento de recomendaciones

por parte del personal sanitario y reducir la tasa de BRCVC.

7.2.1. El grado de cumplimiento por parte de los trabajadores sanitarios

se incrementó significativamente en la mayoría de recomendaciones de

eficacia probada, tanto en la inserción como en procedimientos de

mantenimiento.

7.2.2. La tasa de BRCVC disminuyó significativamente mediante la

intervención del programa tanto en catéteres de corta como de larga

duración.

7.2.3. El equipo de trabajo adquirió experiencia y mantiene la vigilancia

en el HGUA, y fomenta la implementación de éste y otros programas

similares en otros centros de la Comunidad Valenciana.

7.2.4. Los resultados obtenidos en el programas fueron presentados en

reuniones y congresos nacionales e internacionales, y publicados en

revistas científicas de alto impacto.

Page 118: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

117

8. LIMITACIONES DEL ESTUDIO

El grado de cumplimiento de las recomendaciones para la inserción y

mantenimiento de los CVC pudo haber sido sobreestimado, respecto a las

condiciones habituales de trabajo donde los profesionales no están siendo

observados por una persona externa al equipo de trabajo habitual. Esta

sobreestimación del indicador, es inherente a este tipo de metodología basada

en la observación directa de las actuaciones de los profesionales, y es

conocida como efecto Hawthorne.

Como en todos los estudios ecológicos, existen muchas variables que

pueden incidir sobre los cambios en el cumplimiento de recomendaciones y en

la incidencia de BRCVC y que no pueden ser controladas. En el estudio se

recogieron todos los factores de riesgo descritos para la infección de catéteres,

y fue estudiada la homogeneidad de las muestras en cada período.

La medición del cumplimiento de recomendaciones se realizó sobre una

muestra menor a la prevista. Las condiciones del trabajo diario dificultaron la

observación, y con el paso del tiempo los avisos para observar las inserciones

de catéteres fueron disminuyendo pese a los recordatorios y a los informes que

se distribuyeron. El menor tamaño muestral obligó al análisis de los datos en

forma conjunta para catéteres de corta y larga duración.

La periodicidad de los trípticos y los informes no fue semestral como se

había programado al inicio, por razones inherentes a la actividad en el Servicio

de Medicina Preventiva y la disponibilidad de recursos. Esto ocurrió

principalmente el primer año de programa (2009), al coincidir con la sobrecarga

Page 119: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

118

de trabajo que supuso la pandemia de Gripe A. Aún así la vigilancia de BRCVC

no fue interrumpida en ningún momento, y el número total de intervenciones

fue el previsto al inicio del proyecto.

Los períodos que se comparan para obtener los RR corresponden a los

tres años desde la puesta en marcha del programa. No fue posible obtener

para las comparaciones la incidencia de BRCVC previa al inicio del programa.

Aunque en el diseño del estudio estaba previsto obtener la densidad de

incidencia de los seis meses previos al inicio de los cursos, errores en la

codificación de los CMBD y datos faltantes en las historias clínicas del hospital

imposibilitaron que las incidencias calculadas puedan ser comparables. A pesar

de este inconveniente, el estudio demuestra la efectividad del programa al

demostrarse una mejora en el cumplimiento de recomendaciones de los

profesionales y una tendencia significativa de disminución progresiva de

infecciones en todos los períodos.

Page 120: Eficacia de un programa de prevención de infecciones

119

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ANEXO I. Trípticos Informativos.

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