educacion y lucha de clases

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE FILOSOFIA ESCUELA DE CIENCIAS EXACTAS TUTOR: LIC. OMAR PEREZ ALUMNO: CHICAIZA ROBERTH EDUCACION Y LUCHA DE CLASES(ANIBAL PONCE) cátedra DE PROGRAMACION 2012-2011

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Page 1: Educacion y lucha de clases

• UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

• FACULTAD DE FILOSOFIA

• ESCUELA DE CIENCIAS EXACTAS

• TUTOR: LIC. OMAR PEREZ

• ALUMNO: CHICAIZA ROBERTH

• EDUCACION Y LUCHA DE CLASES(ANIBAL PONCE)

• cátedra DE PROGRAMACION

• 2012-2011

Page 3: Educacion y lucha de clases
Page 5: Educacion y lucha de clases

HOMBRE-RELIGION

Las clases inferiores recibían así un

servicio extraordinario que la propia ignorancia en

que vivían, determinada por un trabajo sin descanso, hubiera

sido incapaz de realizar.

Para comprender de qué manera la

educación impartida por la clase

dominante sofocaba con sus recursos

variados las posibles rebeldías de las

clases dominadas, ya hemos visto cómo

actuaban la religión y el arte.

La religión, el arte y la sabiduría las hipnotizaban

diariamente con una misma apoteosis de

las clases gobernantes. No sólo existía una escritura

sagrada y otra profana, una música de los grandes y otra

de los miserables, una

inmortalidad para aquellos y una

mortalidad para éstos

Page 7: Educacion y lucha de clases

Consolidar y ampliar su propia situación como clase dominante

Para ser eficaz, toda educación impuesta por las clases

poseedoras debe cumplir estas tres condiciones esenciales

Prevenir los comienzos de una posible rebelión de las clases

dominadas.

Page 20: Educacion y lucha de clases

Cuando se dice que los monasterios fueron

durante la Edad Media las únicas universidades y las únicas casas editoras, hay

que entenderlo en el sentido de “universidades

aristócratas” y de “ediciones para

bibliófilos”.

Verdaderos “internados” en la acepción moderna del

vocablo, esas escuelas sometían a los alumnos a

una disciplina rigurosa que duraba muchos años.

La designación de “externas” se presta a

errores: eran externas en el sentido de que estaban situadas fuera del recinto

del convento, pero no en el sentido de que los alumnos concurrieran a ellas ciertas

horas y se retiraran después a sus hogares.

Page 21: Educacion y lucha de clases

Las escuelas catedralicias, a decir verdad, habían existido desde

siglos atrás con una organización semejante a las monásticas y con la división también en externas para los laicos e internas para el clero.

La teología, por supuesto, estaba en el centro de sus preocupaciones pedagógicas. “Amar y venerar a Dios” era para Alcuino, la suprema

aspiración del sabio. Con semejante idea, inútil añadir que en las escuelas de las

catedrales, como en las escuelas de los conventos, lo que menos importaba era la

instrucción.

Page 27: Educacion y lucha de clases

La burguesía, sin embargo, no podía rehusarles la instrucción en la misma medida en que lo habían hecho la antigüedad y

el feudalismo.

Las máquinas complicadas que la industria creaba sin

cesar no podían ser eficazmente dirigidas con el saber miserable de un siervo

o de un esclavo “¡Para manejar la barreta se necesita

aprender a leer!, gritaba Sarmiento (1811-1888) a Alberdi en una polémica

notoria.

El capitalismo incorporaba a sus planes el trabajo científico y la

libre investigación, como el feudalismo llevaba

adjuntos la religión y el dogmatismo. Favorecer

el trabajo científico, mediante escuelas técnicas y

laboratorios de altos estudios.

Las escuelas tradicionales, ni siquiera

las que habían nacido bajo la influencia directa

de la Revolución Francesa, eran capaces

de satisfacer esa exigencia. Lejos de las

influencias oficiales, a la sombra misma de las fábricas, como frutos

directos de la iniciativa privada.

Page 29: Educacion y lucha de clases

BURGUESIA

La escuela laica no fue, sin

embargo, una victoria; apenas si

llegó a ser una transacción.

Después de la Revolución Francesa, la restauración

monárquica se acompañó en

todas partes de una reacción feroz

en las escuelas.

Tan feroz que provocó a su vez, de parte de la

burguesía liberal, un odio contra la Iglesia

casi tan ardiente como en las horas primeras

de la Revolución.

Page 30: Educacion y lucha de clases

Desde entonces hasta hoy ha transcurrido

medio siglo. Por declaración expresa de

sus mismos teóricos

la burguesía no ha sido capaz de procurar a las

masas durante ese lapso de tiempo ni siquiera la

enseñanza mínima que estaba en su interés

asegurarles.

la burguesía no ha sido capaz de procurar a las masas durante ese lapso

de tiempo ni siquiera la enseñanza mínima que estaba en su interés

asegurarles. Si se toma como índice de la eficacia de la escuela el porcentaje de alumnos que recorren íntegramente el ciclo primario se llega a comprobar que

sólo un número reducidísimo está en condiciones de trepar todos sus grados:

Por boca de sus mismos ministros, la burguesía reconoce siglo y medio

después de la Revolución que sus escuelas no

aseguran a las masas el mínimo necesario de

enseñanza.

Y esa es la opinión que se insinúa en muchísimos pedagogos

contemporáneos, aun de los más lúcidos, como el autor del Plan

Jena, por ejemplo, cuando dice que el grupo de niños que se desgrana de

la escuela, y cuyo número como vimos asciende en Bélgica al 75% y

en Argentina al 80%,

Page 31: Educacion y lucha de clases

Mas la nueva técnica no se redujo a eso

pero dejaba a cada uno continuaraisladamente su labor, así tambiénen la escuela los treinta o cuarentaniños apretados en un aula seguíansiendo, no obstante la comunidadlocal, algo así, permítaseme lametáfora, como “productoresindependientes”.

Tal como la escuela se mostrabahasta hace poco, y sigue siendotodavía, no había en ella ni unasomo de trabajo colectivo.Como en los primeros tiemposde la manufactura en que elpatrón agrupaba a los obrerosbajo un mismo techo paraahorrar así local, luz, etc.