educacion superior y humanismo

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28011675014 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Edgardo Córdova López Ensayo filosófico sobre educación superior y humanismo Revista de Ciencias Sociales (Ve), vol. XV, núm. 2, abril-junio, 2009, pp. 355-364, Universidad del Zulia Venezuela ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Revista de Ciencias Sociales (Ve), ISSN (Versión impresa): 1315-9518 [email protected] Universidad del Zulia Venezuela www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Page 1: Educacion superior y humanismo

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28011675014

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Edgardo Córdova López

Ensayo filosófico sobre educación superior y humanismo

Revista de Ciencias Sociales (Ve), vol. XV, núm. 2, abril-junio, 2009, pp. 355-364,

Universidad del Zulia

Venezuela

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Revista de Ciencias Sociales (Ve),

ISSN (Versión impresa): 1315-9518

[email protected]

Universidad del Zulia

Venezuela

www.redalyc.orgProyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Page 2: Educacion superior y humanismo

Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XV, No. 2, Abril - Junio 2009, pp. 355 - 364

FACES - LUZ � ISSN 1315-9518

Ensayo filosófico sobre educación superior

y humanismo

Córdova López, Edgardo*

Resumen

La educación superior, como premisa esencial para el desarrollo cultural, social y científico de un país,puede ser determinante para lograr el objetivo de algún día vivir en una sociedad justa y libre, los grandes peda-gogos y filósofos se recuerdan como ingenuos idealistas que no vale la pena atender y pocos reflexionan en laposibilidad de que éstos hayan realmente ofrecido las claves para el crecimiento de nuestra sociedad. Lo queestá en juego no es sólo el bienestar individual y colectivo, sino el porvenir de la civilización y la perennidad dela raza humana, ya que una persona consciente puede alcanzar grandes logros e impactar en el bienestar de losdemás gracias a un humanismo verdadero. Mientras que una persona mediocre puede detener su desarrollo y elde la sociedad si no encausa bien sus esfuerzos, por eso la educación debe considerarse una acción estratégicapara emprender cualquier objetivo elevado y digno de alcanzar, sea a través del currículo de carácter ético-espi-ritual o de un proceso de innovación sistemática en el currículo que actualmente se tiene.

Palabras clave: Currículo, Educación superior, innovación sistemática, sociedad, humanismo.

Philosophical Essay on Higher Educationand Humanism

Abstract

Higher education, as an essential premise for the cultural, social and scientific development of a country,can be a determining factor for achieving the goal of one day living in a just and free society. The greatpedagogues and philosophers are remembered as ingenuous idealists who are not worth listening to and fewpeople think about the possibility that they have really offered keys for the growth of our society. What is atstake is not only individual and collective well-being, but the future of the civilization and the continuity of thehuman race, since a conscious person can reach great achievements and impact the well-being of the othersthanks to a true humanism, whereas a mediocre person can detain his own development and that of society if hedoes not channel his efforts well. That is why education must be considered as a strategic action for undertakingany elevated goal that is worthy of being reached, whether through an ethical-spiritual curriculum or through aprocess of systematic innovation in the current curriculum.

Key word: Curriculum, higher education, systematic innovation, society, humanism.

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* Doctor en ciencias de la Ingeniería Industrial y Académico e investigador del Instituto Tecnológico dePuebla y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, fundador de la AMETRIZ y especialista enInnovación sistemática en tecnología y en educación. E-mail: [email protected]

Recibido: 07-10-22 � Aceptado: 09-02-04

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Introducción

El currículum en la educación supe-rior es hoy uno de los retos más delicadospara filósofos y educadores y representa unade las problemáticas sociales más inadverti-das Al parecer las asignaturas tradicionalesno responden a las verdaderas necesidadeshumanas. No hemos logrado aún vivir en ar-monía con nuestros semejantes y no hemosconseguido la felicidad. Los crímenes siguenacaparando los encabezados de los periódi-cos y la enfermedad sigue siendo un proble-ma humano grave y al parecer creciente pueslos hospitales cada vez son más grandes e in-suficientes.

Los intereses se han encausado al desa-rrollo de la economía y a la globalización y seha logrado ya trascender los niveles tradicio-nales de producción y excelencia industrial,pero no se han visto resultados en el individuoo en la familia, nuestra sociedad ha entrado enuna confusión de intereses: Por un lado está lafaceta señalada por los intereses de los gran-des consorcios, suficientemente conocidos ycriticados, que mueven el capital así como losGobiernos encubridores de la mayoría de lasnaciones del mundo.

Por el otro, está el crecimiento indivi-dual que a nadie parece interesarle, no hayhasta ahora una conciliación entre estos dosconceptos tan abstractos como reales: econo-mía y valores, la educación parece ser la úni-ca alternativa para mediar entre estos dos po-los que parecen inconciliables. El problemade fondo parece ser que no existe una políticaeducativa clara, coherente y por supuesto,implementable. ¿Hasta cuándo debemos es-perar para empezar a construir una nueva so-ciedad, un nuevo ser humano que viva la ex-celencia y no sólo la genere a cambio de ilu-siones? ¿Cómo debemos proceder para al-

canzar la armonía y la felicidad sin sacrificarlas comodidades que nos ofrece el desarrollotecnológico? Éstas y otras preguntas perma-necen como un reto para los científicos socia-les y sin embargo, la labor de éstos es irrele-vante en comparación con quienes producendesarrollo financiero y estrategias para forta-lecer la hegemonía tecnológica y política.

1. Educación y producción

Se tiene la convicción, casi generaliza-da, de que la Educación formal (principal-mente en el nivel superior) está plenamentejustificada cuando se orienta al mejoramiento,tanto en cantidad como en calidad, del sistemaproductivo de un país; a pesar de que “la Uni-versidad y la Industria son universos muy di-ferentes en cuanto a objetivos, lenguaje, valo-res, organización y percepción del tiempo”(Solana, 1980:6). Es por ello que se ha asocia-do el crecimiento de México, Colombia y Chi-le en Latinoamérica y, en general, de cual-quier país desarrollado, con una estrecha vin-culación entre la Universidad y la Industria.En los países altamente desarrollados, estavinculación es ya muy natural; el desarrollo deuna implica el desarrollo de la otra, son expe-riencias complementarias: estudio científico ytecnológico significan desarrollo, que no esotra cosa que poderío económico y que, hoypor hoy, sigue siendo el principal parámetropara clasificar a las naciones (Córdova, 1997).

México, país líder, al menos en un con-texto latinoamericano; se ha caracterizado porsu humanismo, acaso legado valioso de nuestrosancestros. Por ello, tal vez, ese rechazo natural alestudio mecanizado y enfocado a la producciónindustrial. “Hace mucho que se induce al hom-bre moderno a tener una visión economicista dela historia y del futuro. Este sometimiento de lohumano a lo económico empieza a provocar en

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el ámbito mundial resultados catastróficos”(Solana, 1980: 8). Es necesario -a pesar del“mundo globalizado que demanda una res-puesta directa e innovadora en relación con laciencia y la tecnología”-, volver a los objeti-vos originales: aquellos que hicieron que laescuela, como institución rectora de la socie-dad, llegara a existir, aquellos que enseñaronAristóteles, Rousseau, Dewey y Kant entretantos otros; al menos socializarlos, colocar alser humano como elemento prioritario, porencima de las máquinas.

“Nuestra producción ha crecido en los

últimos años, pero este crecimiento no ha

permitido aún cambios significativos

para el bienestar humano y la justicia so-

cial”; persiste la pobreza, la carencia de

alimentos y de vivienda; sin embargo, se

ha incrementado la delincuencia y la paz

social se ve, más que nunca, seriamente

amenazada. “No podemos seguir mi-

diendo el mejoramiento de una sociedad

sólo por el número de productos y de ser-

vicios que se ofrecen para su consumo”

(Córdova, 1997).

Si entendemos el desarrollo como lacapacidad de las personas para elevar, indivi-dual y colectivamente, la calidad de su vida, laeducación cobra la prioridad que le corres-ponde entre las acciones que realiza el Estadomoderno.

“Si continuamos creyendo que los objeti-

vos del sistema industrial se ajustan a la

vida, entonces nuestras vidas completas

estarán al servicio de tales objetivos.

Tendremos o se nos permitirá tener,

cuando convenga a esos objetivos. Todo

lo demás estará fuera de lugar (...). Si, por

el contrario, el sistema industrial es sólo

una parte de la vida, existe mucho menos

lugar para la preocupación. Los fines es-

téticos tendrán preferencia; quienes lo

sirvan no estarán sujetos a los fines del

sistema industrial; sino que éste estará

subordinado” a los objetivos elevados

del hombre y sin duda, habrá más oportu-

nidad de descubrir el humanismo del que

hablamos (Kenneth, 1981: 113).

Se trata de cumplir prioritariamentecon los objetivos humanos, sin descuidaraquellos que nos permitirán vivir dignamentecomo nación. De hecho, sería muy razonablepensar que cuanto mejor sea nuestro nivel devida en el sentido estrictamente humano, me-jor podremos enfocar las actividades destina-das a producir, ya sea incrementando bienes omejorando servicios. Ciertamente, “al priori-zar la formación humanista se promueve laformación de un mejor profesional, porque seatienden los aspectos más importantes (...) delquehacer de cualquier profesión: habilidadesbásicas y valores” (Rugarcía, 1994: 46).

Son lamentables los cambios que sehan producido y se siguen produciendo en laEducación, estos cambios han supuesto un in-cremento en los conocimientos científicos yuna disminución de los contenidos que se cla-sifican como humanistas; basta revisar losplanes de estudios de hace algunas décadas ycompararlos con los actuales, sobre todo apartir del nivel medio superior y superior. Sinembargo, no podemos estar seguros de que es-tos cambios en los planes de estudio hayansido las causas de la aparente decadencia so-cial en que parecemos vivir; pero de lo que sípodemos estar seguros es que la formaciónhumanista y la cultura clásica “han tenido unaimportancia enorme en el desarrollo de Occi-dente” (Duval, 1983: 17).

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2. Currículo humanistae Innovación

La degradación de la enseñanza, que se-gún muchos se produce en nuestras sociedades,se podría polarizar con una vuelta a la enseñan-za de las humanidades. Esta hipótesis pareceaventurada, pero cobra fuerzan cuando vemosque la educación mecanicista y mecanizada noha agregado significativamente valor a nues-tras vidas, si acaso unos pocos viven con me-nos pobreza. Naturalmente, habría que reunir alos mejores pedagogos y científicos de la edu-cación para diseñar un currículo congruentecon lo que queremos como nación para un ver-dadero desarrollo y no un desarrollo ficticio,seductor por sí mismo: el de los capitales de pe-queñísimos sectores de la sociedad. En los últi-mos años, se ha intentado “humanizar” el currí-culum, pero sin cambios trascendentes en losplanes y programas de estudio y sin ningunacapacitación del personal docente.

Es necesario enfatizar que los cambiosno vendrán de manera mágica o por decreto,sino de un proceso didáctico inspirado en lasenseñanzas de los grandes filósofos de todaslas épocas. Ahora se intenta contribuir al desa-rrollo trascendente a partir de un proceso sis-temático de innovación; es decir, que las uni-versidades y en general que la escuela, comoinstitución primordial de una nación, transmi-ta no sólo conocimientos y habilidades enfo-cadas a un crecimiento individual y de la so-ciedad, sino que el currículum esté diseñadopara asegurar siempre la función útil de cadauno de los elementos que conforman un siste-ma social y buscar a cualquier precio lo queAltshuller llamó el “sistema ideal” que es cier-tamente utópico, pero inspira a implementaracciones concretas que permiten ese humanis-mo que buscamos y que pocas, muy pocas ins-tituciones lo intentan (Altshuller, 1997).

Aun la enseñanza de las matemáticas,que se ha convertido en la base de todo tecni-cismo, se debe concebir como un concepto fi-losófico De hecho, tradicionalmente así hasido. Actualmente estos conocimientos se en-señan de manera mecánica y superficial, por-que es más rápido y más útil para el fin desea-do. No aportan valor al pensamiento lógico y ala capacidad creadora o de abstracción quetodo ingeniero requiere. Tal vez, por ello, elrechazo natural de la inmensa mayoría a suaprendizaje; lo mismo se puede decir del restode las ciencias exactas y de las ingenierías,que tiene como principal herramienta a lasmatemáticas que según vemos carece hoy dela esencia humana requerida.

Es cierto que la educación como activi-dad humana tiene sus limitaciones. Sin em-bargo, el Estado debe hacer explícito los pro-pósitos y alcances deseables en cuanto al tipode hombre (y de mujer) y la clase de sociedadque se propone fomentar a través de la educa-ción y así diseñar toda una estrategia educati-va. Es decir, el Estado debe cuidar que la edu-cación cumpla con los preceptos de pertinen-cia, congruencia y validez de los que se hablatanto en los medios académicos.

De hecho, la mayoría de las carrerastécnicas ostentan entre sus principales objeti-vos la siguiente leyenda: “Formar egresadoscapaces de desempeñarse en el mercado labo-ral, con calidad profesional y humana en laprofesión para la que se prepararon” Aunqueresalta la idea de desempeñarse en el mercadolaboral o sea, que responda a unas necesidadesinducidas, también acierta al establecer queesto lo debe hacer con calidad profesional yhumana. Este párrafo, que más bien cumplecon un requisito de políticas nacionales, no esrelevante para casi ninguna de las empresasque buscan contratar a un nuevo profesional.Hay aquí dos conceptos difíciles de entender:

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Calidad y humana: el primero, ya muy conta-minado con los nuevos paradigmas de pro-ducción industrial, que responde a necesida-des de un cliente que puede penalizar a su pro-veedor con no aceptar su producto y el segun-do, que no tendría objeto mencionarlo si nofuera porque se da por hecho que la educaciónofrecida es ajena a todo tipo de humanismo(Córdova, 1997).

“La descripción de un hombre ideal y el

perfil de una sociedad que posea todos

los rasgos deseables para el desarrollo de

tal tipo humano se ha intentado muchas

veces a lo largo de la historia del pensa-

miento ético y político” (Hierro, 1983:

9). En cuanto al proceso pedagógico a

elegir para conseguirlo, siempre se ha

fracasado y no queda sino clasificar esa

intención tan sublime como una utopía

más. Quien propone un nuevo sistema

educativo que se salga del contexto em-

presarial y laboral o que intente romper

los paradigmas en los que nos encontra-

mos inmersos se clasifica invariable-

mente de idealista y sus propuestas sólo

quedan como referencias literarias para

trabajos académicos de otros idealistas.

Sigue arraigado ese concepto trivial pero

efectivo de “quien paga, manda”.

La innovación parece tener validezsólo para el desarrollo tecnológico, pues esaquí donde radica el motor de la economía ydel llamado “progreso”. Pero una propuestainnovante en el campo educativo, provoca es-cándalo, sobre todo si ésta violenta los objeti-vos implícitos del Estado. La innovación porsí misma es subversiva y atemoriza a quienesbuscan alcanzar niveles altos en la sociedad.

Se ha demostrado que todos los conocimien-tos ofrecidos en los primeros 8 o 10 años de es-colaridad podrían ser adquiridos en dos o tresaños para cualquier persona de 14 o 15 años.Esto permite pensar que un gran porcentaje deestos conocimientos son inútiles y carecen desentido en una ‘sociedad sana’, pues no formaal ser humano para ser un buen ciudadano nipara ser feliz, ni agregan valor cultural.

Por ello, se ha estimado que el costo dela educación es exagerado, sobre todo si con-sideramos que el Estado no recibe el beneficiodirecto de esta educación enfocada a la pro-ductividad y al desarrollo de la economía. Re-formar el currículo se torna aún más urgentecuando vemos profesionales con un título uni-versitario, de escasa cultura, sin hábitos delectura y sin deseos de adquirirlos. Lo más la-mentable es que nunca podrán adquirir estasbases esenciales para el bienestar, pues unavez incorporados al mundo productivo, el sis-tema está diseñado para que nunca tengantiempo de atenderse a sí mismos y salir de estesubdesarrollo cultual.

Es el mismo régimen de esclavitud deantaño, la única diferencia es que ahora se dis-fraza con un salario y con unas prestacionesdecretadas “justas” y declaradas “legítimas”,el único ideal alcanzable se reduce a un futuroincierto y remoto, habrá que esperar 30 años omás para que el ser humano esté en condicio-nes de atender su nivel cultural y de bienestary vivir con ciertas libertades o sea para priori-zarse a sí mismo. Lo irónico es que esta mismaignorancia de la que hablábamos reduce lasprobabilidades de alcanzar la edad de jubila-ción en buena salud y en buen ánimo para lasuperación. Casi siempre las personas mayo-res se convierten en una carga costosa e inde-seable para el Estado.

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3. El papel de los filósofosen educación

“El hombre libre en una sociedad jus-ta” es el ideal que han sostenido los filósofoscomo punto de referencia; se ha puesto ya eldedo en la llaga y se ha formulado incluso ladescripción del problema, del enorme proble-ma a atacar en un mundo cuya historia estácolmada de guerras y crímenes de todos losórdenes. Sólo ha faltado que alguien venga ydescriba la metodología adecuada (sospecha-mos que está por encima de nuestro humanoproceder en los actuales momentos). Maká-renco se aproximó mucho con sus experien-cias educativas ¡hace más de un siglo!, Mon-tessori, que aun ahora se tienen dificultadespara comprender su propuesta de educacióninteractiva -y permitir que el niño aprenda se-gún su propia naturaleza de libertad y de con-tacto con su medio ambiente- casi representaun modelo que deberíamos seguir como polí-tica educativa y qué decir de Rousseau y deComenio, y de otros grandes en el arte de edu-car. Hasta ahora nos hemos empeñado en quela escuela sea la institución más odiada por ni-ños y jóvenes, los programas están impregna-dos de adiestramiento y conocimientos inúti-les y por tanto, rechazables por cualquiermente sana. Por ello, a pesar de los grandespedagogos, no se ha visto un resultado hala-güeño hasta el momento, ni uno solo que hayadado resultados perdurables, en el que se pue-da hablar de logros concretos de un sistemaeducativo (Hierro, 1983: 11).

Si pensamos en los conceptos primiti-vos de educación que están impregnados decontenido filosófico; tenemos que aceptar queson vigentes a pesar de la Revolución Indus-trial que trajo nuevos horizontes y contaminóa la educación con nuevos fines y contenidos ysobre todo a pesar de nuestro incipiente siglo

XXI que tanto progreso promete, progresoque se basa fundamentalmente en logros téc-nicos y poder económico empresarial.

Desde la época de Platón se tenía claroel fin primordial de la educación: “la felicidaddel mayor número de seres humanos” y paraconseguirlo se proponía un conjunto de cono-cimientos, habilidades y actividades a desa-rrollar a través de disciplinas encausadas aelevar las virtudes humanas a un nivel casi deexcelencia. Con este sistema se garantiza unser “humano bueno” o un “buen ciudadano”donde no haya lugar al desorden social. Estefin tan elevado y que bien podría denominarse“el fin humanista de la Educación” lo comentaampliamente Heidegger en su célebre Cartasobre Humanismo (Heidegger, 1968: 76) y vaaún más lejos, lo hace fundamento de la Meta-física, la cual busca determinar la esencia delhombre, que es algo más trascendente que supresencia, bastaría decir que busca impactar ala existencia; por ello, tal vez, Freire señalaque humanizarse agrega valor a la existenciahumana; podríamos hipotetizar que humani-zarse es el único valor de la existencia huma-na. Un valor poco apreciado por quienes fi-nancian la educación y contratan a los egresa-dos de las universidades. Un valor poco visi-ble en un mundo donde imperan las máquinasy sus capacidades de producción y sólo impor-ta la habilidad manual de quienes las operan(Córdova, 1997).

Hasta hace poco tiempo se ha descubier-to un recurso increíblemente valioso que ha es-tado subvaluado y ocioso en la mayoría de lasempresas y es el llamado capital intelectual, seha asegurado que es de hecho, el principal activode una empresa y ahora es lo que hace la diferen-cia entre el éxito y el fracaso en una organiza-ción. Por ello, las empresas progresistas exigenuna cierta formación; sin embargo, los conoci-mientos técnicos nunca han resuelto nada im-

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portante por sí mismos. La mayoría de los pro-blemas técnicos tiene un fondo pernicioso ylamentablemente con repercusiones humanasque resulta extremadamente difícil de obser-var e imposible de corregir.

4. Política y Educación

Quienes tienen vocación genuina parala educación, a cualquier nivel, tienen que en-frentar una lucha constante contra todo un sis-tema que prioriza una política educativa anteuna didáctica humanista. La política educativade las universidades explícitamente debe cu-brir tres planos: “el nacional, el de la civiliza-ción y el universal”, los cuales se combinan ysuperponen de manera diferente y en propor-ciones desiguales. Con la política educativa na-cional, la educación es sólo un instrumento delEstado que demanda formación de profesiona-les dóciles para cubrir las necesidades del país,o sea, aquellas que el grupo hegemónico nece-sita para mantenerse como tal y esto puede va-riar de un sistema de gobierno a otro.

El plano de la Civilización. Por ahora,esto es sinónimo de Cultura occidental, indus-trializada e industrializadora y siempre pro-gresista, entendiendo este progreso como uncontinuo descubrimiento de la calidad, de larapidez y de la mercadotecnia, en otras pala-bras, de la economía y de la riqueza como úni-co ideal válido.

Finalmente, la Política Educativa Uni-versal es aquella que nos impone nuestra propianaturaleza y que hemos tenido que descubrirgradualmente, su fin es muy sencillo pero muytrascendente: hacer evolucionar nuestra con-ciencia, es decir, la educación humanista (Hie-rro, 1983: 66-67). Conciliar estas tres políticaseducativas no es tarea fácil. Por ejemplo, al Es-tado no le conviene una educación totalmentehumanista, porque ésta no le ayuda de manera

tangible e inmediata a resolver sus problemasde deuda, de subdesarrollo, de hambre, etc.porque cuando los resultados de esta educa-ción se reflejen en la sociedad y en los ciuda-danos, ya serían otros los gobernantes que po-drían presumir estos logros (Córdova, 1997).

5. Educación humanista

Sin embargo, no sería muy complicadoprobar que para un desarrollo armónico de unanación bastaría con una educación eminente-mente humanista. Ya que la mayoría de los pro-blemas que aquejan un país es el resultado de notener una clara identidad como seres humanos.Con una educación humanista no existirían pro-blemas de corrupción o de narcotráfico o deotros crímenes y por lo tanto no existirían pro-blemas económicos. No se trata de implementaren una sociedad, el pensamiento de Platón o laÉtica aristotélica, sino de buscar el resultado deuna actitud consciente y responsable.

Al parecer la autodisciplina es funda-mental para estos propósitos, no la disciplinadel cuartel (ésta no es efectiva porque es im-puesta), la autodisciplina es la que nos impo-nemos nosotros mismos antes de esperar a queotros la adopten, para ello requerimos de ver-daderos maestros, no de aquellos que sabencumplir con sus planes y programas o inclusoaquellos que son ejemplares; sino de aquellosque son capaces de inspirar al alumno y eneste caso habría que decir al discípulo, parallevar una vida más ordenada y digna, enfoca-da a un gran ideal: Construir una nueva socie-dad que permita una convivencia armónicaentre las naciones, ¿cuál es la metodología?,Al parecer ésta no es transmisible como losconocimientos, no es definible como los con-ceptos ni tangible como los hechos; sino quees una VERDAD y como todas las verdadesdeben descubrirse, deben vivirse, debe reali-

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zarse y puede que no sea única, al parecer, elejemplo es su mejor didáctica. El maestro quesólo ofrece conocimientos, aunque lo hagabien, es incompleto (a menudo puede llegar aser nocivo), ya no basta cumplir con los pro-gramas de estudio, se requiere generar una ac-titud que repercuta en esa nueva sociedad, enla que soñó Platón, Aristóteles, Rousseau,Kant y tantos otros (Córdova, 1997).

Se ha establecido que hemos entradoya a la era del conocimiento, nos ha costadocaro descubrir este nuevo paradigma. La erade la agricultura ya la hemos trascendido, des-pués, hicimos un poco de esfuerzo para asimi-lar la era de la industrialización y hoy se hablade una nueva etapa, la del conocimiento quees prometedora y luminosa y ya ha empezadoa dar frutos (Valdez, 2000). Pero si analiza-mos fríamente, descubrimos que se trata de unconocimiento mezquino, el conocimiento dela productividad empresarial que sólo benefi-cia a unos cuantos. Estos conocimientos nohan transformado a nadie, se puede ser un eru-dito en cierta área y ser al mismo tiempo, unvicioso, un ambicioso, incluso un ladrón.Cuántas veces se han usado los conocimientospara ponerlos al servicio de las empresas con-taminantes o fraudulentas o incluso de la gue-rra misma?

Es necesario conquistar la era de la sa-biduría, en donde la vivencia del conocimien-to repercuta en un ser humano feliz, en una so-ciedad saludable, en un mundo sin guerras, enun mundo donde la convivencia armónica seaposible, la era en que no tengamos que sufrirpara producir, en que nuestra conducta seaesencial y que sea el principal parámetro paraevaluar la cultura de un individuo. Podría pa-recer algo utópico pero antes de emprenderacciones concretas encausadas a esta nuevacultura se requiere en primera instancia teneruna referencia ideal, es decir, necesitamos so-

ñar con la sociedad y el tipo de educación queurge implementar. La educación parece ser elúnico camino; el ejemplo, la única didáctica yla escuela, la principal institución del Estado.El currículo tiene que transformarse y priori-zar la educación para la vida, antes que eladiestramiento laboral y romper así con lainercia psicológica, o sea con ese fenómenoque nos arraiga a ver y hacer las cosas comosiempre se han visto y hecho, a eliminar el te-mor al cambio y a luchar por lo que conviene ala colectividad (Córdova, 2002).

6. Reflexiones finales

Habría que reflexionar seriamente sivale la pena enriquecer los planes de estudio,sobre todo de las carreras llamadas “técnicas”,no con asignaturas de carácter humanista, sinocon experiencias humanistas, encausadas adesarrollar habilidades y valores en lugar deconocimientos sólo aplicables a campos pro-ductivos que, a menudo, no colaboran muchoen el desarrollo del país. Porque tendríamosque entender que el desarrollo de un país es elresultado del desarrollo de cada uno de sus ha-bitantes. Esto sería posible a través de un cu-rrículo implícito humanizador, sin alterar deltodo el fin y las políticas educativas de la edu-cación formal.

Los educadores del futuro tendrán ungran reto, el de lograr que con la educaciónformal se garantice una sociedad libre, enten-diendo esta libertad como la entendió Platón,Rousseau o Freire; es decir, que los seres hu-manos se desarrollen bajo un concepto de vir-tud y dignidad, combinado con un fervientedeseo de servir a la patria a través de la Institu-ciones o de la Industria, que también deberáncambiar sus paradigmas y lograr una con-gruencia con la nueva sociedad que se preten-de. Estamos hablando de hecho, de una educa-

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ción impregnada de espiritualidad� entendidaésta como un conjunto de valores humanosque facilitan la comprensión de la vida y lasacciones que llevan a la felicidad.

Es necesario concebir al éxito de unamanera diferente al del hacer-tener que es lotradicional en un currículum educativo ordina-rio. En cambio si concebimos al éxito como lacapacidad de SER, ya hablamos de un curricu-lum progresista e innovador; es decir, dejar deenseñar al futuro profesional que el éxito de-pende de su capacidad de hacer y de tener, estodesemboca casi siempre en competencia, am-biciones y corrupción. En cambio el SER esalgo genuino, el individuo busca ser feliz, seroriginal, ser útil, ser cooperativo, ser innova-dor, en fin, ser sabio y sobre todo, SER él mis-mo y esto lo haría más apto y productivo paradesarrollar concientemente cualquier actividadempresarial o tecnológica sin implicacionesnocivas para la sociedad. Así, la Escuela, comoprincipal Institución del Estado, buscará losobjetivos humanistas como principal priori-dad, que coloquen al ser humano realmentecomo principal beneficiado de la misma.

Sin embargo, pareciera que antes deque veamos estos anhelados logros, es necesa-rio que ocurran los desastres y las crisis socia-les que ya consideramos naturales, propias delos errores que hemos cometido y que tienensu origen, sin duda, en que las principales de-cisiones educativas no las toman los educado-res o los filósofos, sino los políticos que, sinser totalmente ignorantes, defienden con fre-cuencia intereses ajenos a la colectividad.

Notas

1. Altshuller. Científico ruso, creador de TRIZ,acrónimo ruso de “Teoría de Resolución deProblemas de Innovación”, es todo un sistemapara innovar de manera sistemática no sólo en

la tecnología sino en aspectos sociales o educa-tivos.

2. Pitágoras hizo de las matemáticas toda una filo-sofía y un estilo de vida eminentemente humano.

3. En su célebre “Poema pedagógico” Makarencorelata sus experiencias educativas con los jóve-nes delincuentes, logró establecer un modeloque sirvió como modelo para la formación delo que llegó a ser la Unión Soviética.

4. Espiritualidad no implica religiosidad, la reli-giosidad se apoya en dogmas y creencias que amenudo se oponen a un proceso evolutivo de-seado. La religiosidad es una experiencia inter-na que cada individuo decide cultivar y practi-car según su propia manera de concebir la vida,una persona espiritual puede alcanzar un nivelelevado de religiosidad, sin dogmas ni atadurasy con una verdadera conciencia del SER. Losespirituales son los mejores religiosos.

Bibliografía citada

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Ensayo filosófico sobre educación superior y humanismoCórdova López, Edgardo ________________________________________________________