¿Qué educación literaria? (Borrador)

Lo primero que nos hemos de plantear al reflexionar sobre la educación literaria en educación primaria es cuál es su función. La función básica de esta debe ser garantizar el derecho de los niños al acceso de la literatura desde la escuela para suplir, de esta manera, las carencias que puedan tener en este ámbito por sus circunstancias sociales. Así pues, como indica la normativa vigente (LOE, 2006), este acercamiento deberá tratarse de forma que maximizar el desarrollo literario de los alumnos para completar la competencia comunicativa propia del desarrollo educativo integral. Esta aproximación tienen que empezar desde las expresiones más sencillas para que este acercamiento sea efectivo y tiene que contar, al mismo tiempo con todas las expresiones propias del (lectura, escritura, recitado, retórica o relato oral). A su vez, el diseño de la educación literaria fomentará la asunción, por parte de los alumnos, del patrimonio literario que les conferirá la identidad cultural y lingüística propia, extendiéndose también al resto de culturas. El inicio de la formación literaria tendrá como finalidad primera desarrollar en los alumnos la capacidad de goce y diversión que favorezcan las experiencias placenteras de la lectura literaria para evitar así el rechazo de esta actividad clave del desarrollo. Cabe destacar, también, la importancia de ofrecerles datos lingüísticos o históricos cuando estos sean relevantes para la óptima interpretación de los textos trabajados.

Por otro lado, atendiendo a aspectos propiamente literarios, entendemos que para el correcto desarrollo se necesita que los alumnos tengan contacto con la buena literatura. Pero también es cierto que los lectores se hacen leyendo, con lo que será necesario llevar a cabo una exhaustiva selección que permita cierto equilibrio entre estas dos características. De esta manera, el canon literario que se establezca para llevar a cabo la educación literaria tendrá que disponer de un fondo literario sólido al mismo tiempo que ser suficientemente asequible para conseguir despertar en los alumnos el hábito lector. Otro aspecto a tener en cuenta para afianzar este hábito será el de tener cuidado de ofrecerles, mediante el canon establecido, una variedad suficiente que abarque todos los géneros literarios y diversidad temática. Con esto se pretende que todos los alumnos encuentren aquello que necesitan en la literatura para que se sientan cómodos con la lectura. Para afinar mejor la selección de obras, cabe recurrir a la observación los arbitrios de los alumnos, así como a otras características (inquietudes, contexto familiar o procedencia) que nos indiquen sus inclinaciones.

Para paliar el desequilibrio que se pueda dar en algunos casos entre el nivel de exigencia de las obras escogidas y el estado de desarrollo, tanto biológico como académico, se tendrán que utilizar estrategias como son la selección de textos o la sustitución de la obra original por adaptaciones. En el caso de la selección de textos se consideraran cuestiones como la accesibilidad léxica, el atractivo del contenido o que contenga, en cierta manera, signos distintivos que permitan relacionar el fragmento con la obra de la que se ha extraído. Respecto a las adaptaciones se tendrá que analizar cuan fiel es con el texto original y que no se pierdan demasiados matices que sí nos ofrece la obra. Si bien, creemos preferible la primera opción, hay que destacar que el juicio

último a la hora de hacer la elección vendrá dado por el balance entre el beneficio que esta obra ofrece y el nivel en que se ve menguado por el ajuste.

Aunque no pueden considerarse un fin en ellos mismos, sí que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar las obras que compondrán el canon literario que no estas no están exentas de intencionalidad. Por tanto, mediante la educación literaria y la forma de enfocar su desarrollo también se transmiten una serie de valores que se tendrán que tener en cuenta a la hora de su diseño. […]