educación de simón bolívar
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Educación de Simón Bolívar
La educación de Bolívar en esta primera etapa de su vida, estuvo a cargo de varios
maestros: Fernando Vides, Carrasco, el Presbítero José Antonio Negrete, Guillermo
Pelgrón12 (Lengua latina y Gramática), Simón Narciso Rodríguez (Maestro
Principal de Primeras Letras de Caracas), Andrés Bello (Literatura y Geografía),
Fray Francisco de Andújar (Matemáticas) y su pariente el Padre Sojo. Su madre no
escatimó en gastos para darle a su hijo una buena educación. De todos los maestros
citados, Simón Rodríguez, quien se ausentó del país a finales de 1797, fue el que
más influyó en su formación, y así lo reconoció Bolívar en varias oportunidades.
Además de las enseñanzas recibidas en Caracas, Bolívar hizo unos cursos de
matemáticas en la Academia de San Fernando en Madrid; también estudió por breve
tiempo en la Ecole Royale Milítaire de Soreze, al sur de Francia, en 1802. En
Madrid, en donde permaneció cerca de dos años (1799-1802), Bolívar cultivó
definitivamente su talento y logró una educación sólida; estudió francés e inglés,
bajo la inspección de su representante, e1 Marqués Jerónimo Ustáriz y Tovar, quien
en Caracas, en su propia residencia, brindó a Bolívar el mejor ambiente para su
formación intelectual y en donde pudo superar las fallas de la educación que ya
había recibido, pues tuvo la fortuna de convivir con un hombre muy versado en la
ideología del siglo XVIII, buen lector de la literatura clásica y poseedor de una
magnífica y voluminosa biblioteca, con obras de excelentes y renombrados autores,
con cuyas lecturas se embebía el joven Simón Bolívar.
Sus Maestros.
Entre los maestros del Libertador, la historia recoge los nombres de José Antonio
Negrete, Guillermo Pelgrón, el padre Andujar, Miguel José Sanz, Andrés Bello y
Simón Rodríguez.
El Licenciado Miguel José Sanz, hombre de vastos conocimientos y crítico
del sistema educativo de la época, tuvo a su cargo durante varios años
la educación del joven le fue encomendada a Don Simón Rodríguez.
En su discurso del 15 de Febrero de 1.819, planteó el Libertador "La
educación popular desde ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso
"Moral y Luces son los polos de una República"; "Moral y Luces son nuestras
primeras necesidades"
No cabe la menor duda que la mejor síntesis que hizo Bolívar sobre este aspecto fue
la parte de su discurso de Angostura donde recomendó la formación del Poder Moral
como cuarto Poder Público, necesario para formar los hombres virtuosos que
emanen a su patria, sus leyes y sus magistrados.
La idea del poder moral como supremo rector de la moralidad pública, la juventud,
la educación y la imprenta (que para entonces era el único medio
de comunicación social), puede entenderse como una política de estado fundamental
para una República que no poseía las tradiciones políticas democráticas y que sólo
había conocidos trescientos años de duro coloniaje y despotismo.
En ese sentido, el objetivo central de las cámaras de Moral y de educación, partes de
ese cuarto poder propuesto, tenían un elevado papel pedagógico de formación
cívica.
En general, podemos decir que Bolívar era un entusiasta defensor de la educación
para todos los ciudadanos. Creía que de esa manera éstas lograban adquirir las
virtudes necesarias para vivir civilizadamente.
Por ello, a lo largo de toda su actuación como gobernante estimuló la formación de
nuevas escuelas para niños y para niñas, dotándolas de ventas que antes pertenecían
a los conventos y otros bienes de la iglesia.