editorial de el comercio después de hugo chávez ejemplo a ...no salir de esa trampa del corto...

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A unque pocos han sido quienes lo han denunciado, la muerte de Chávez fue antecedida y precedida por golpes de Estado de su pro- pio partido. Antes de la muerte de Chávez, Maduro asumió el cargo en contra de la Constitución, que señala que, para dichos efec- tos, era imprescindible que el presidente electo jurase. Y después de la muerte de Chávez, Ma- duro juró como “presidente encargado”, pese a que la Constitución es muy clara cuando señala que, en caso el presidente electo muera antes de la toma de posesión, le corresponde al presiden- te de la Asamblea Nacional asumir el cargo inte- rino para que sea él quien convoque elecciones. Sin embargo, lo que más sorprende no es que el chavismo desconozca su propia Constitución y haga lo que le venga en gana en Venezuela. Lo que más llama la atención es la falta de condena de es- tos sucesos por parte de la comunidad latinoame- ricana que en distintos instrumentos internacio- nales se ha comprometido a unirse para enfrentar este tipo de abusos del poder. Y no solo eso, sino que muchos de los gobiernos de la región han entrado al juego hipócrita de homenajear a quien no fue más que un autócrata que arruinó a su país y que atropelló los derechos de sus ciudadanos. Chile, por ejemplo, declaró tres días de duelo y el presidente de Colombia ca- lificó la muerte de “gran pérdida” para la región. ¿Estos gobiernos democráticos no encuentran extraño haber terminado respaldando la misma postura que las FARC, que se des- pidieron de Chávez calificándolo de “grandioso dirigente”? Por supuesto, la actitud que más nos consterna es la de nues- tro propio presidente, quien señaló que Chávez constituye “un ejemplo a seguir”. Habría que preguntar: ¿ejemplo de qué? Cla- ramente no será de sensatez económica. Hoy Venezuela sufre de la segunda inflación más alta del mundo, del déficit fiscal más grande en Amé- rica Latina y de escasez generalizada de produc- tos. Además, su nivel de crecimiento económico y de reducción de la pobreza (a pesar de cómo Venezuela se benefició por el aumento del precio del petróleo durante el chavismo) no se compara con el de países como el Perú o Chile. ¿Se habrá entonces referido el presidente Humala a que Chávez es un modelo de estadista? Ojalá no, pues el ex mandatario fue un campeón de la destrucción de la separación de poderes en su país y sumió a su gobierno en una profunda corrupción. No es casual que Venezuela ocupe el último lugar en el mundo en independencia judicial, según el Global Competitiveness Report, y que, de acuerdo con Transparen- cia Internacional, sea el décimo país más corrupto del mundo. Asimismo, crucemos los dedos para que Humala no haya tenido en mente que Chávez constituye un modelo de respeto de los derechos humanos. Para Amnistía Interna- cional, los defensores de derechos humanos que critican al gobierno suelen ser víctimas de amenazas y ataques. Muchos de ellos han sido procesados y encarcelados por “traición” con penas de hasta 15 años. Y en cuanto al derecho de libertad de expresión, el gobierno de Chávez ha perseguido duramente a los medios críticos de su régimen. A lo largo de sus dos mandatos cerró 34 estaciones de radios y dejó solo un ca- nal independiente, Globovisión, al que persi- guió de tal manera que hace unos días su dueño declaró que se ha visto forzado a venderlo. Finalmente, ojalá el presidente no haya que- rido decir que Chávez es un modelo a seguir en lo que respecta a garantizar la paz y proteger las vidas de los ciudadanos. La tasa de homici- dios se triplicó desde que llego al poder y hoy es la tercera más alta del mundo. Solo el año pasado han sido asesinadas 21.000 personas en Venezuela. La delincuencia general también es un problema enorme y lo más escandaloso es que –según denuncia Human Right Watch– los policías cometen uno de cada cinco crímenes. Ojalá que la declaración del señor Humala (y las del resto de presidentes que homenajearon la figura de Chávez) simplemente haya sido resultado de no tener bien delineados los límites de la diplomacia y de un debido pésame. Y es que si algo queda claro es que, como gobernan- te, Chávez es un ejemplo a no seguir. EDITORIAL Ejemplo a no seguir Han sido equivocadas muchas reacciones de gobiernos latinoamericanos frente a la muerte de Chávez. HIPOCRESÍA Muchos gobiernos de la región han homenajeado a quien no fue más que un autócrata.

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Page 1: Editorial de El Comercio Después de Hugo Chávez Ejemplo a ...No salir de esa trampa del corto plazo ha costado a otros países la sostenibi-lidad de sus recursos y eso explica la

A32. EL COMERCIO

OPINIÓN

LUNES 18 DE MARZO DEL 2013

Aunque pocos han sido quienes lo han denunciado, la muerte de Chávez fue antecedida y precedida por golpes de Estado de su pro-pio partido. Antes de la muerte de

Chávez, Maduro asumió el cargo en contra de la Constitución, que señala que, para dichos efec-tos, era imprescindible que el presidente electo jurase. Y después de la muerte de Chávez, Ma-duro juró como “presidente encargado”, pese a que la Constitución es muy clara cuando señala que, en caso el presidente electo muera antes de la toma de posesión, le corresponde al presiden-te de la Asamblea Nacional asumir el cargo inte-rino para que sea él quien convoque elecciones.

Sin embargo, lo que más sorprende no es que el chavismo desconozca su propia Constitución y haga lo que le venga en gana en Venezuela. Lo que más llama la atención es la falta de condena de es-tos sucesos por parte de la comunidad latinoame-ricana que en distintos instrumentos internacio-nales se ha comprometido a unirse para enfrentar este tipo de abusos del poder.

Y no solo eso, sino que muchos de los gobiernos

de la región han entrado al juego hipócrita de homenajear a quien no fue más que un autócrata que arruinó a su país y que atropelló los derechos de sus ciudadanos. Chile, por ejemplo, declaró tres días de duelo y el presidente de Colombia ca-lificó la muerte de “gran pérdida” para la región. ¿Estos gobiernos democráticos no encuentran extraño haber terminado respaldando la misma postura que las FARC, que se des-pidieron de Chávez calificándolo de “grandioso dirigente”?

Por supuesto, la actitud que más nos consterna es la de nues-tro propio presidente, quien señaló que Chávez constituye “un ejemplo a seguir”.

Habría que preguntar: ¿ejemplo de qué? Cla-ramente no será de sensatez económica. Hoy Venezuela sufre de la segunda inflación más alta del mundo, del déficit fiscal más grande en Amé-rica Latina y de escasez generalizada de produc-tos. Además, su nivel de crecimiento económico y de reducción de la pobreza (a pesar de cómo Venezuela se benefició por el aumento del precio

del petróleo durante el chavismo) no se compara con el de países como el Perú o Chile.

¿Se habrá entonces referido el presidente Humala a que Chávez es un modelo de estadista? Ojalá no, pues el ex mandatario fue un campeón de la destrucción de la separación de poderes en su país y sumió a su gobierno en una profunda corrupción. No es casual que Venezuela ocupe

el último lugar en el mundo en independencia judicial, según el Global Competitiveness Report, y que, de acuerdo con Transparen-cia Internacional, sea el décimo país más corrupto del mundo.

Asimismo, crucemos los dedos para que Humala no haya tenido en mente que Chávez constituye un modelo de respeto de los derechos humanos. Para Amnistía Interna-cional, los defensores de derechos humanos que critican al gobierno suelen ser víctimas de amenazas y ataques. Muchos de ellos han sido procesados y encarcelados por “traición” con penas de hasta 15 años. Y en cuanto al derecho de libertad de expresión, el gobierno de Chávez

ha perseguido duramente a los medios críticos de su régimen. A lo largo de sus dos mandatos cerró 34 estaciones de radios y dejó solo un ca-nal independiente, Globovisión, al que persi-guió de tal manera que hace unos días su dueño declaró que se ha visto forzado a venderlo.

Finalmente, ojalá el presidente no haya que-rido decir que Chávez es un modelo a seguir en lo que respecta a garantizar la paz y proteger las vidas de los ciudadanos. La tasa de homici-dios se triplicó desde que llego al poder y hoy es la tercera más alta del mundo. Solo el año pasado han sido asesinadas 21.000 personas en Venezuela. La delincuencia general también es un problema enorme y lo más escandaloso es que –según denuncia Human Right Watch– los policías cometen uno de cada cinco crímenes.

Ojalá que la declaración del señor Humala (y las del resto de presidentes que homenajearon la figura de Chávez) simplemente haya sido resultado de no tener bien delineados los límites de la diplomacia y de un debido pésame. Y es que si algo queda claro es que, como gobernan-te, Chávez es un ejemplo a no seguir.

EDITORIAL

HUMOR PROFANO

“El ex presidente de Venezuela dijo en el 2009: ‘Después de mí, el vacío, el caos’. Todo indica que ahí sí que no se equivocó”. Editorial de El Comercio Después de Hugo Chávez / 6 de marzo del 2013

EL TÁBANO

- MARTÍN PESCADOR -- MARIO MOLINA -

N adie parece poder asegurar cuán-do se conocerán los resultados ofi-ciales de la jornada de ayer, ni por quién será gobernada esta ciudad de ocho millones de habitantes.

Mientras tanto, me entretengo buscando mi pro-pia “felicidad”. Pero confieso que me atoro...

Las Naciones Unidas, fiel a su tradicional inep-titud para resolver problemas, ha declarado el 20 de marzo como “Día Mundial de la Felicidad”. Suponemos que esta ‘mundialidad’ abarca tam-bién a las naciones bajo bombardeos, masacres, misiles y matanzas de poblaciones civiles, como parte de su feliz atractivo.

Por mi parte, me preparo para el próximo miércoles mundial elaborando una lista de re-quisitos para mi propia felicidad:

–Que los espléndidos excedentes de inversio-nes no realizadas por la educación nacional se destinen a remplazar los miles de computadoras

“La felicidad mundial” de las Naciones Unidas

que el incendio devoró, dejando sin computado-ra y sin educación a miles de estudiantes, que ca-recen de recursos hasta para un par de zapatos.

–Que los ciudadanos de esta nación entiendan que las leyes comprometen a todos por igual y no solo a unos cuantos infelices despistados.

–Que la Corte Suprema, la Fiscalía de la Na-ción, el Congreso de la República y el Consejo de Ministros declaren, al unísono, que Sendero Luminoso y su marioneta Movadef están fuera de la ley y del derecho. Y que lo publiquen en “El Peruano”.

Con estos tres requisitos me sentiré feliz y mundial el miércoles 20.

Ejemplo a no seguirHan sido equivocadas muchas reacciones de gobiernos latinoamericanos frente a la muerte de Chávez.

HIPOCRESÍAMuchos gobiernos

de la región han homenajeado a quien

no fue más que un autócrata.

-GLADYS TRIVEÑO -Ministra de la Producción

El mar para todos

E l Perú tiene uno de los mares más ri-cos del mundo y, sin embargo, comer pescado es un privilegio de pocos, pues hoy cuesta 40% más que hace cuatro años. Los niños en Piura y Án-

cash siguen sufriendo de desnutrición, mientras que su mar cuenta con los recursos que necesitan para su desarrollo. La industria atrae la atención de inversionistas, entretanto buena parte de los 44 mil pescadores artesanales ganan menos de S/.500 mensuales.

Los 30 millones de peruanos –dueños del mar del Perú– merecen más del sector pesquero na-cional. La riqueza del mar debe llegar a la mesa de las familias a precios asequibles y beneficiar la economía de los pescadores artesanales. Para que esto ocurra, hay que proteger a la anchoveta –en las 10 millas que el Gobierno ha reservado para los pescadores artesanales y los de menor escala– porque esta es el alimento que asegura que especies como la lorna, el jurel, la merlu-za, el bonito, la caballa, el bagre, la corvina, el lenguado, el perico, entre otras, crezcan y se multipliquen.

Proteger a la anchoveta en las 10 millas tam-bién es bueno para la industria pues asegura la sostenibilidad del recurso. Hacerlo liberará el enorme potencial acuícola del país, que hoy pasa inadvertido. El Perú no participa significativa-mente en el segmento más importante del sector pesquero mundial (pescados, crustáceos y mo-luscos), un mercado con un tamaño de más de US$100 mil millones por año y que en promedio crece 7% anualmente. La industria de harina, en lugar de integrarse con empresarios acuícolas para forjar el liderazgo del Perú en esa categoría, está ayudando a otras potencias a consolidarse

UNA SALIDA PARA PERUANOS EN LA POBREZA

en el segmento acuícola. Los números son elocuentes: hoy se

paga por derechos de pesca US$12 por tonelada de harina y luego se vende a US$2.000, lo cual genera un gran nego-cio particular. Esa tonelada de harina son 4,5 toneladas de anchoveta, cuyo va-lor transformado para el consumo, en la acuicul-tura y como alimento de otras especies, podría aumentar el valor obtenido hasta US$4.000, pe-ro esta vez repartido entre pescadores artesana-les de menor escala y consumidores peruanos.

Equiparar la cancha podría aumentar el valor del sector sobre los US$5.200 millones; hoy está en US$3.800 millones. Así de enorme es el potencial del mar del Perú.

¿Cómo convertir ese potencial en realidad? ¿Cómo recuperar el mar para todos los peruanos y sus familias?

Primero, el manejo de políticas públicas que afectan el sector debe seguir moderni-zándose con una legislación de vanguardia y una supervisión de clase mundial. Su obje-tivo principal debe ser asegurar la sostenibili-dad y el uso eficiente de los recursos pesqueros y el acceso a ellos de todos los peruanos.

Segundo, hay que salir de la trampa del corto plazo. Se trata de dejar en el pasado el modelo de crecimiento centrado en una sola pesquería y donde la mayor proyección tiene que ver con la próxima cuota. La industria puede abrazar una nueva forma de hacer empresa en el sector pesquero. Los peruanos merecen un sector con empresas responsables, modernas, eficientes, comprometidas con generar cadenas de valor que fomenten la redistribución de opor-tunidades y que respeten la regulación.

No salir de esa trampa del corto plazo ha costado a otros países la sostenibi-lidad de sus recursos y eso explica la tendencia mundial hacia la reducción de los niveles de extracción y el crecimiento de la acuicultura. Han depredado sus mares.

En el Perú, el rostro de esa trampa son los miles de pescadores a lo largo del litoral que no encuentran en la pesca el sustento para sus fami-lias, debido a la presión que se ha hecho sobre el mar, y tratan de refugiarse en otras actividades como la extracción de algas, sin darse cuenta de que muchas especies desovan en los varaderos

de algas. Como resultado de ello, la afecta-ción al ecosistema es mucho mayor, pero la desesperación es grande.

Tercero, hay que superar las prácticas

asociadas a la pesca de juveniles, a dejar enve-jecer las multas, a desactivar el control satelital para entrar en zonas de reserva, entre otros que han multiplicado las sanciones existentes para la industria y que hoy están judicializadas. Pero los empresarios de menor escala también tienen la gran oportunidad de dar el salto y participar me-jor en el mercado. Para ello, tendrán que dejar de sacarles la vuelta a las normas o desviar su pesca hacia otros objetivos.

Cuarto, todos los peruanos, desde donde nos toque actuar, debemos unirnos para proteger ese recurso, que puede ser el boleto de salida para peruanos que hoy están atrapados en la pobreza.

La opinión pública merece ser alertada de que no se trata del Decreto Supremo 005 o de una franja en el mar. Lo que está ocurriendo es que mientras el futuro para todos los peruanos está tratando de abrirse paso, hay quienes se aferran al pasado.