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  • Editorial Capitán San LuisLa Habana, Cuba, 2005

    EDITORIAL

  • Título en italiano: Il ragazzo del CopacabanaPrimera edición, Editorial José Martí, La Habana, 1999Coeditado con Edizioni ACHAB, Verona, Italia, 2001

    Primera edición en español, La Habana, 1999Primera reimpresión, La Habana, 2001Segunda reimpresión, La Habana, 2002Segunda edición en español, corregida y aumentada, La Habana, 2005

    Edición: María Eugenia de la Vega GarcíaDiseño: Eugenio Sagués DíazDiseño de cubierta y pliego fotográfico: María E. Gil Mc BeathRealización computarizada: Beatriz Pérez Rodríguez

    © Acela A. Caner Román, 2005© Sobre la presente edición: Editorial Capitán San Luis, 2005

    ISBN: 959-211-270-3

    Editorial Capitán San Luis. Ave. 25 no. 3406 entre 34 y 36, Playa,Ciudad de La Habana, Cuba

    Reservados todos los derechos. Sin la autorización previa de esta Editorialqueda terminantemente prohibida la reproducción parcial o total de estaobra, incluido el diseño de cubierta, o transmitirla de cualquier forma opor cualquier medio.

  • Índice

    Prólogo / 11

    A modo de introducción / 15

    El crimen / 17

    El más pequeño de los Di Celmo / 67

    Con la camiseta del Sciarborasca / 90

    Fabio en otras dimensiones / 109

  • A la memoria de Fabio Di Celmo, joven italiano víctima inocente

    del terrorismo contra Cuba.

    A Gerardo Fernández, Ramón Labañino,Fernando González, René González

    y Antonio Guerrero prisioneros políticosdel Imperio por enfrentarse al terrorismo

    engendrado por la ultraderecha miamense.

  • La Habana, 24 de julio de 1999

    A los lectores:

    Los hechos descritos en este libro por Acela Caner son todos auténticosy verdaderos.

    Me sorprende y me asombra cómo pudo esta autora penetrar y des-cribir los sentimientos más profundos de la vida de Fabio, algunos de loscuales eran para mí desconocidos.

    Fabio vino a esta maravillosa tierra solo para ayudar y ofrecer susolidaridad.

    GIUSTINO DI CELMO

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    Prólogo

    Para un lector que viva en la pequeña Isla, hastiado desde su niñez deconocer de tantas muertes por el terrorismo dirigido desde los EstadosUnidos contra Cuba, y siendo una víctima potencial de estos crímenes,leer este libro causa una mezcla de sensaciones que van desde el dolora la esperanza y reitera una serie de interrogantes: ¿Hasta cuándo?¿Por qué?

    Fabio: el muchacho del Copacabana, es un libro que no debióescribirse pues está inspirado en la muerte criminal y prematura de unhombre de apenas 32 años de edad. Sin embargo, es un libro necesario,escrito en un lenguaje sencillo como la vida del joven Fabio Di Celmo,italiano de nacimiento e hijo adoptivo del pueblo de Cuba, víctima ino-cente de la acción terrorista ocurrida el día 4 de septiembre de 1997 enel hotel Copacabana, del capitalino barrio de Miramar en La Habana.

    Duele que el criminal, bajo la sombra oscura de sucesivos gobiernosde los Estados Unidos y protegido por sus agencias, esté en estos mo-mentos, una vez más, fuera del alcance de cualquiera de los sistemasjudiciales que lo reclaman por acciones terroristas cometidas en variospaíses. Indigna leer sus propias declaraciones al The New York Timescuando, al reconocer su autoría, alega que su víctima “estaba en el lugarequivocado en el momento equivocado”, expresión muy estadounidensecuando de justificar crímenes se trata. Ofende solamente imaginarseque el lobby de un hotel, donde despide a dos amigos, pueda ser catalo-gado de esta manera. Pero se entiende, la clave está en los sentimientosde humanismo y solidaridad que llevan a este joven italiano a compartir,de igual a igual, con los empleados del hotel Copacabana, no son compa-tibles por la filosofía del despojo y la violencia que rige la política de los

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    Estados Unidos. Esta filosofía no puede conciliarse con un comercianteque motive a los trabajadores del hotel donde se hospeda para que lecelebren su cumpleaños en la casa de uno de ellos, o que participe en unpartido de fútbol en una barriada humilde de las afueras de la ciudad;que sea amigo, casi hermano, de un salvavidas y mucho menos que surincón preferido en el mundo sea la iluminada sombra de una pequeñasombrilla de playa en la costa norte de esta pequeña, rebelde y codicia-da Isla. Es que Fabio, de Génova, cual moderno conquistador, descubrióCuba y se llevó como tesoro el corazón de su gente.

    Emociona la entereza y la fuerza de la familia del joven. Los recuer-dos desgarradores y alegres de una madre eternamente lastimada, elvigor del octogenario padre que no descansa mientras reparte amor,denuncia y clama justicia ya sin lágrimas: Ora y Giustino.

    Y de nuevo la lectura nos lleva a la justicia, a la llamada justicia delimperio. Cinco jóvenes cubanos cumplen condenas que van desde quin-ce años hasta dos cadenas perpetuas en cárceles de los Estados Uni-dos. Sus crímenes: tratar de descubrir e informar sobre las actividadesde las organizaciones de la extrema derecha de origen cubano que radi-cadas en Miami planifican, financian y ejecutan las acciones terroristascontra Cuba, como esa que le costara la vida al joven italiano.

    El arresto, encauzamiento y sentencia de Antonio Guerrero, Fernan-do González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René Gonzálezmuestran la hipocresía del gobierno norteamericano cuando habla delucha contra el terrorismo y lleva la guerra a varios lugares del mundoen nombre de ella.

    René González, uno de los cinco héroes cubanos, en carta fechada el10 de junio de 2004, escribía a Hugo, un joven estudiante de SecundariaBásica compañero de aula del mayor de mis hijos:

    ...Si supongo bien, en el año 1997, tú andarías por los siete u ochoaños. Si ya compartías la escuela con Robertico puedo asumir quevivirías en la misma zona y estarías en segundo o tercer grado, enalguna escuela no muy lejos de donde vive mi sobrino.Cerca de allí están el Hotel Capri y el Hotel Nacional. ¿Recuerdaslas bombas que explotaron allí, causando destrozos materiales y he-ridas a personas inocentes? Otras estallaron en lugares más distan-tes de la capital, provocando una de ellas la muerte del joven italianoFabio Di Celmo, evento del que seguramente conoces. Todo esto seplanificó desde Miami, donde yo me encontraba junto a mis cuatro

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    compañeros cumpliendo la misión de evitar cosas como esas. Peroesas explosiones son solo uno de los últimos capítulos que comenzótan pronto el pueblo cubano hizo la Revolución.No sé dónde tú estabas cuando estallaron aquellas bombas en tuvecindario. Quisiera pensar que estabas en alguna otra parte, quizáde paseo o algo así, y que no pasaste por el sobresalto de las explo-siones, la conmoción de las personas, la alarma, el susto y que notuviste que escuchar luego las sirenas de los camiones de bomberosy las ambulancias. Cuando vi las imágenes de los cristales rotos en elCapri pensé inmediatamente en mis sobrinos, en los niños del barrio,en los cubanos todos y me invadió la rabia de no haber podido evitar-lo y la rabia también de ver el júbilo insano que aquellos crímenesdespertaron en algunas almas perdidas al norte del estrecho de laFlorida.Sé que no podemos abarcarlo todo, que esto es una batalla colectivaen la que cada uno hace su parte. A pesar de no haber podido evitaraquello estoy satisfecho con la parte mía y, si al menos pude evitar aun cubano un sobresalto, una lágrima a una madre, la viudez de unaesposa o la orfandad de un solo niño; tal vez con decirte esto últimoen un solo párrafo hubiera sido, después de todo, suficiente. Razónde sobra para este modesto sacrificio.

    ¡Qué ironía! Mientras los terroristas caminan libremente por las ca-lles de los Estados Unidos o evaden la justicia protegidos por el gobier-no, quienes tratan de neutralizar sus acciones sin utilizar la violenciacontra ellos, son encarcelados en ese propio país. ¿Hasta cuándo?

    Y al fin la esperanza, los trabajadores del hotel Copacabana, el pue-blo de Cuba y su gobierno se solidarizan con la familia Di Celmo. Sedenuncia en cuanto foro internacional sea posible a los verdaderos ges-tores del crimen. Se captura y juzga al autor directo. Un mercenario, nopodía ser otro tipo de persona. Se devela una tarja en memoria de Fabio.Tampoco en Génova están solo los Di Celmo. Tampoco en Italia, ni en elmundo.

    De la mano de los testimonios reconforta saber que la muerte físicade Fabio no lo distancia de nosotros, que su nombre es alentado por elSciarborasca, su escuadra de fútbol, que gana el campeonato de Génova,su ciudad natal. Sus amigos dedican el triunfo a su jugador número 10.La escuadra viaja para jugar en Cuba. Sueño de Fabio que su padrehace realidad. El cariño de muchos alivia el dolor incurable de la familia.

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    Se sobreponen, reciben y dan. Giustino el padre y el hermano Livio sonactivos en la solidaridad con los cinco cubanos presos en los EstadosUnidos. Exigen su liberación.

    La vida del joven italiano se hace poesía popular, se canta y se danzaen su homenaje y madres y padres del pueblo cubano perpetúan supresencia dándoles a sus hijos el nombre de Fabio.

    La autora, profesora Acela Caner, no pretende hacernos la historiadel sufrimiento que ha provocado el terrorismo de los Estados Unidoscontra Cuba en los últimos 45 años. No puede. La urgencia de la denun-cia no lo permite. No obstante, nos asoma a ella, y un lector interesadopudiera encontrar en Fabio: el muchacho del Copacabana las puntasde los hilos que lo llevan a conocer de una guerra silenciosa y silenciadapor los grandes medios de comunicación, que ya perdió irremediable-mente contra la pequeña isla de Cuba, el país más poderoso de la Tierra.

    Y si de aspiraciones se trata. El día que todas las vidas sean como lade Fabio y ninguna muerte como la suya, la humanidad habrá hechorealidad el sueño de todos los hombres de buena voluntad del mundo.Somos mayoría. El día llegará.

    LIC. ROBERTO GONZÁLEZ SEHWERERT

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    A modo de introducción

    El asesinato de Fabio Di Celmo en el capitalino hotel Copacabana con-movió al pueblo cubano y a la opinión pública internacional. La noticiadel crimen se expandió por todo el mundo en cuestión de minutos. Loocurrido en La Habana aquel septiembre negro, no pasó inadvertidopara la humanidad.

    El nombre del joven italiano se recogió en las páginas de todos losperiódicos y se pronunció, una y otra vez, en eventos y foros internacio-nales. Era una víctima evidente de las acciones terroristas contra lasoberanía y la tranquilidad de un país que construye una sociedad dejusticia y que nunca ha agredido a otros. El gobierno norteamericano,con sus poderosos medios de prensa, no podía ocultar la realidad pormucho que tratara de manipular y tergiversar las informaciones.

    La muerte de Fabio demostró, fehacientemente, cómo Estados Uni-dos y la mafia en Miami no dudan en realizar las acciones más sucias einhumanas para alcanzar sus viles propósitos. Cualquier persona hones-ta y honrada al analizar la historia de las relaciones entre la mayor po-tencia imperialista del mundo y la pequeña nación caribeña, no puededejar de admitir que las causas de este conflicto están en el empecina-miento norteamericano de castigar a Cuba por defender su independen-cia y escoger su propio destino.

    Pero, ¿qué sabemos en realidad sobre Fabio Di Celmo? ¿Cómo eraeste hombre que perdió la vida con solo treinta y dos años? ¿Qué re-cuerdos impulsan el homenaje de sus amigos y compañeros de equipo?¿Qué significaba Cuba en la vida del prometedor empresario nacido entierra genovesa? ¿Cómo explicar ese calor humano y esa solidaridadconstante que recibe la familia Di Celmo por la pérdida de su caro

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    bambino? ¿ Por qué es una realidad palpable la afirmación hecha porsu padre de que “el terrorismo no obtiene lo que desea y su acción es unboomerang en su contra”?

    Las modestas páginas de este testimonio inconcluso sobre Fabio DiCelmo pretenden auxiliar en la búsqueda de estas respuestas y poner aldescubierto los grandes valores humanos y la sensibilidad de este jovenitaliano.

    Entrego a los lectores esta obra como muestra de mis sentimientoscontra el terrorismo y como un intento de contribuir a preservar el re-cuerdo de este muchacho, coetáneo con mis hijos, que tanto amor sintiópor mi Revolución y mi patria.

  • 17

    El crimen

    NADA AUGURABA LA TRAGEDIA

    La Habana, una de las más bellas y apacibles capitales del planeta,amaneció resplandeciente aquel 4 de septiembre de 1997. Era jueves.Desde muy temprano, las calles se llenaron de niños y jóvenes que ibanpara sus escuelas. Hombres y mujeres marchaban para sus centros detrabajo o emprendían otros quehaceres cotidianos. Mientras, millares devacacionistas procedentes de todas partes del mundo disfrutaban delsol, de las transparentes aguas marinas y del trato afable de los cuba-nos. Nada parecía augurar la tragedia que avanzaba guardada en lamochila de un mercenario con disfraz de turista.

    En el Hotel Copacabana, tres amigos de la infancia se decían hastapronto. Enrico y Francesca, enamorados y felices, se despedían de Fabio.Italia sería el lugar de su próximo encuentro. Poco después del medio-día, en un segundo, se rompieron los planes. Sucedió la explosión y lamuerte.

    Las ruidosas sirenas de los autos policiales interrumpieron la placi-dez y el silencio de las calles del barrio de Miramar. Aullantes ambulan-cias corrían raudas por la Quinta Avenida hacia la Clínica Central CiraGarcía en busca de auxilio para los lesionados.

    Al llegar a la clínica, Fabio había dejado de existir. Giustino Di Celmono podía creerlo. Fabio, el más pequeño de sus hijos, estaba muerto.

    En la tarde, una nota del Ministerio del Interior de la República deCuba, redactada con sobriedad y mesura, daba a conocer la informa-

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    ción preliminar sobre el bárbaro atentado terrorista y la muerte del jovenitaliano:

    Nota del Ministerio del Interior

    Los hoteles capitalinos Copacabana, Chateau y Tritón fueron vícti-mas este jueves en horas del mediodía de nuevos actos de terroris-mo, similares a los denunciados por el Gobierno cubano reciente-mente, los cuales esta vez provocaron la muerte del ciudadano italianoFabio Di Celmo, comerciante de 32 años de edad, quien se encontra-ba en la primera de estas instalaciones, además se registraron dañosen ventanales e interiores.Estos hechos se insertan en las actividades terroristas organizadas,suministradas y desarrolladas desde Estados Unidos contra las insta-laciones turísticas cubanas con el propósito de dañar el turismo inter-nacional y afectar uno de los principales renglones económicos delpaís, lo que se corresponde con los intereses enemigos de estrangu-lar la economía por cualquier medio, como vía para destruir la Revo-lución.El pueblo y su Gobierno, defensores legítimos de la seguridad y latranquilidad de nuestro país, condenan con energía crímenes comoeste; lamentan profundamente la muerte de un pacífico joven italia-no, víctima de asesinos profesionales sin escrúpulos, y toman lasmedidas necesarias contra estos cobardes y repugnantes hechos.

    4 de septiembre de 1997

    Detrás del hecho brutal que cercenó la vida de Fabio Di Celmo, sehallaba una larga y casi increíble historia de agresiones dirigidas a sub-vertir el orden político, económico y social de Cuba, la pequeña y noblenación caribeña que nunca ha agredido a nadie y cuyo pueblo, honradoy trabajador, mantiene una heroica lucha para defender su libertad eindependencia, y por conservar su dignidad y su Revolución.

    PARA EL EXPEDIENTE DE INSTRUCCIÓN

    En una oficina de la Clínica Central Cira García, muy cercana al sitiodonde yacía el cuerpo sin vida de su hijo, Giustino Di Celmo, aún sin

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    reponerse, en calidad de testigo, brindaba un testimonio de gran valorhumano para el expediente de instrucción que se iniciaba.

    Sus declaraciones fueron recogidas sin necesidad de intérprete porel oficial instructor. El importante testimonio, obra a foja número 294del expediente de instrucción de la causa que se sigue contra quienesprovocaron el criminal acto de terrorismo.

    La formalidad en la redacción de este tipo de documento no resta, enmodo alguno, emoción a las declaraciones del padre de Fabio escritasen esa prueba testifical que transcribimos a continuación:

    En el local que ocupa la oficina de Clínica Central Cira García, sita enla Calle 20 número 4101, esquina Avenida 41. Municipio Playa. Ciudadde La Habana. Siendo las 20:00 horas del día 5 de septiembre de 1997.“Año del 30 aniversario de la caída en combate del Guerrillero Heroicoy sus compañeros”. Ante el instructor actuante, comparece en calidadde testigo Giustino Di Celmo, natural de Salerno, Italia. De la tez blan-ca, con 76 años de edad. Nacido el 23 de diciembre de 1920. Deprofesión comerciante. Cuyo pasaporte es el 71212205A. El cual seencuentra hospedado en el Hotel Copacabana, sito en calle Primera,Miramar. La Habana. A quien se le hace saber de la obligación quetiene ante la ley de decir la verdad sobre lo que se investiga. El que porestar totalmente de acuerdo manifiesta lo siguiente:Que con independencia de ser ciudadano italiano por nacimiento yser el mismo su idioma oficial, domina perfectamente el español sinnecesidad de intérprete o traductor.Refiere, además, que desde hace cinco años visita cada dos meses(más o menos) a Cuba, ya que él y su recién fallecido hijo, Fabio DiCelmo, tienen negocios comerciales con el Ministerio de ComercioInterior de nuestro país y por eso ha llegado a proveer maderas,cubiertos vajillas, textiles, etcétera, para hoteles y otras entidades.Que además, su hijo y él, sin ningún ánimo de lucro, hacen campañasen Italia para que viajen personas como turistas a la Cuba.Que en el caso de ellos dos, tienen visa como comerciantes, siendoestas las razones por las que el 18 de agosto último, su hijo Fabio viajóa Cuba, y él lo materializó el día 3 de septiembre del presente año.Que siempre él se ha hospedado en el Hotel Copacabana y su hijo, alprincipio, también lo hacía de esta manera. Pero, de un tiempo a estaparte, se queda en la vivienda sita en 46 A número 303, altos. EntreTercera y Tercera A. Municipio Playa. Ciudad de La Habana. Que

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    esto era así para tratar de ahorrar dinero por concepto de hospedaje.Señala que, a las nueve horas del día 4 de los corrientes, su hijo y éltenían una reunión de negocios en VICONSA, en la Habana Vieja,pero se demoraron en el tránsito al lugar de la cita y aceptaron noacudir para no llegar tarde y es por eso que retornan al HotelCopacabana y desde allí su hijo se comunica con un recién matrimo-nio de jóvenes italianos, amigos suyos desde la infancia, que estabanen Cuba de luna de miel. Nombrados Enrico Gallo y Francesca Argeli,a los cuales fue mi hijo quien les dijo que Cuba era un buen lugar parapasar y festejar este acontecimiento.Que los tres jóvenes se ponen de acuerdo para verse en el lobby bardel hotel antes mencionado para decidir el lugar donde almorzaríanjuntos, a manera de despedida, ya que estos jóvenes tenían pasajesde regreso para las tres de la tarde de este día con destino a Italia.Manifiesta que al mediodía su hijo estaba con él en la habitaciónalquilada por el declarante y salió al encuentro de los otros dos jóve-nes que lo aguardaban en el lobby bar.Que escucha una explosión y a los pocos minutos recibe una llamadadesde la carpeta del hotel y le comunican que producto de esta, suhijo fue gravemente herido en el cuello y lo trasladaron a la ClínicaCentral Cira García y que el matrimonio que lo acompañaba, aunqueaparentemente no tenían nada, fueron llevados seguidamente al mis-mo centro médico para ser reconocidos.Que ante todo esto se dirigió inmediatamente al Cira García y al llegarse entera que su hijo había fallecido sufriendo una gran pena y dolor.Declara además, que ha sido muy bien atendido por los cubanos.Tanto médicos y trabajadores del hotel, como personas con las quehace negocios. Que fue visitado por el señor Conrado Bray agrega-do consular de Italia en Cuba y que varias personas de su país lo hantelefoneado a la clínica donde se atendió, incluyendo el embajador deCuba en Italia.Refiere que en horas de la noche del día de la fecha debe llegar aCuba, procedente de Canadá, su otro hijo, nombrado Livio Di Celmo,para que se encargue de los trámites del cuerpo de Fabio debido aque él está afectado emocionalmente. Señala que hace responsable de estos hechos a los Estados Unidosde América, a la mafia de Miami, y a todos sus secuaces que quierendestruir la Revolución cubana, por cualquier precio y a costa de otrosactos terroristas criminales como el que le causó la muerte a su hijo.

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    Que él como veterano de la Segunda Guerra Mundial y luchadorcontra el fascismo, es un hombre progresista y quiere la paz paraCuba por lo que ha ayudado modestamente a nuestro país y seguiráhaciéndolo.Por último, manifiesta que está claro que con estas acciones y ladivulgación que se le da a este suceso es con el propósito de destruirlos potenciales turísticos cubanos, cada vez más crecientes, para queno viajen a Cuba turistas, entre ellos los italianos.Pero que a pesar de todo, él seguirá abogando en su país y en cual-quier lugar del mundo donde se encuentre, porque las personas via-jen con un destino preferencial a Cuba.Y no teniendo más nada que hacer constar, por el momento, se dapor terminada la presente diligencia. La cual, una vez leída y encon-trada conforme con el declarante, la firma junto con el instructoractuante, para su debida constancia y efectos legales.

    NO TENGO MÁS LÁGRIMAS

    Desde ese aciago día en que estalló la bomba en el Copacabana, GiustinoDi Celmo no ha tenido un momento de consuelo. El dolor se agigantapor minutos en el pecho del hombre trabajador y honrado a quien laambición y el odio de unos criminales, le arrebataron la fiel compañía desu hijo amado.

    Una de esas tantas noches sin sueño, en la solitaria habitación delhotel, el padre de Fabio Di Celmo tomó lápiz y papel y escribió senti-mientos que se hicieron poesía:

    A Fabio: mi hijo

    Estabas aún en elvientre de tu madre

    y de alegríalloré.

    Eras un niño ypor tus fiebres y

    tus caídaslloré.

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    Eras un joven ypor el temor y la angustia

    a la decisión de tu vidalloré.

    Cuando la bomba asesinaapagó tu joven vida

    no tengo más lágrimaspara llorar.

    INFORMACIÓN MANIPULADA

    Desde el primer momento, la opinión pública internacional condenó loscriminales atentados terroristas realizados en varias instalaciones turís-ticas de la capital cubana y la trágica muerte de Fabio Di Celmo. En losprincipales órganos de prensa del mundo, las noticias sobre estos he-chos vandálicos y la muerte del joven italiano ocuparon importantes es-pacios.

    Aunque, en muchos casos, la información manipulada y tergiversa-da, mezclando verdades con mentiras y potenciando dudas y amenazas,trataba de ocultar la dramática realidad y de distorsionar los hechos.Muestras de ello son estas informaciones de un periódico norteamerica-no, El Nuevo Herald, publicadas pocos días después de la muerte deFabio Di Celmo.

    En el artículo titulado “Estalla una bomba en La Bodeguita del Me-dio”, que vio la luz el 6 de septiembre de 1997, a dos días del trágicosuceso, uno de sus redactores expresaba:

    Mientras las desconcertadas autoridades cubanas se esfuerzan máspor culpar a EE.UU. y a los exiliados cubanos para justificar suineficiencia en evitar las explosiones y encontrar a los culpables, lascircunstancias y las condiciones en que se han producido las explo-siones en medio de extremas medidas de seguridad, confirman lahipótesis de que no puede situarse la autoría en gente de fuera, sinode dentro, posiblemente ex militares desafectos al régimen. Llamapoderosamente la atención de los analistas de estos hechos, que lostres artefactos fueron puestos en los vestíbulos de los respectivoshoteles, que se suponen espacios concurridos.

  • 23

    El Ministerio del Interior trata de desvirtuar que se le está yendo lacosa de las manos. Y declaró en nota de prensa emitida antes de quese produjera la cuarta en “La Bodeguita del Medio”, que las tresexplosiones ocurridas en los tres hoteles de Miramar “se insertan enlas actividades terroristas organizadas, suministradas y desarrolladasdesde EE.UU.”El hecho de que Fabio Di Celmo estuviera radicado en Montreal,Canadá, desde 1976, hizo que, finalmente, las explosiones de bombasen Cuba acapararan la atención de la prensa canadiense. Desdehoras tempranas de este viernes, las cadenas nacionales de televi-sión de Canadá —RDI, TVA, CTV y CBC— dieron la noticia de laexplosión de tres bombas en La Habana y de la muerte de unmontrealés. Sin embargo el Ministerio de Relaciones Exteriores deCanadá, indicó en una nota oficial que no hay canadienses en los treshoteles donde estallaron las bombas.La muerte de Di Celmo y el hecho de que sean ya 11 los artefactoscolocados en lugares turísticos, son ya de por sí golpes a la industriaturística de Cuba, por la repercusión que puedan tener en países que,como Canadá, aportan un mayor volumen turístico a la Isla. Losperiódicos Le Devoir, Le Gazette, Le Journal de Montreal, La Pressey The Glove & Mail, dedicaron amplios titulares de primera páginaa la “muerte de un canadiense en la Isla”.La periodista Marie Claude Girard entrevistó para La Presse al her-mano de Fabio Di Celmo, Livio, quien declaró estar “consternado,enojado, mi hermano ama a Cuba y la visitaba frecuentemente. Esosson los perros de la CIA, sin duda, los que han hecho explotar esasbombas”. Livio dijo a Girard que partiría a Cuba esta noche parareunirse en La Habana con su padre de 70 años, para identificar alcadáver de Fabio.Según los familiares de Fabio, este se encontraba en Cuba en viajede negocios, en representación de una firma de importación y expor-tación de la que era representante, que se encuentra registrada en laRepública Checa, y de la que esperaba radicar una sucursal en LaHabana.Por otra parte, las agencias de viajes que acaban de comenzar latemporada otoño-invierno en Canadá, no han hecho comentarios deponer a Cuba como destino peligroso, pero, de no hacerlo, podríanser denunciadas por enviar turistas a destinos turísticos blancos degrupos opositores a la dictadura, sin previo aviso. La caída del turis-mo canadiense a Cuba, sería un golpe mortal a la economía castrista.

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    Tres días más tarde, el 9 de septiembre de 1997, El Nuevo Heraldincluía un despacho de la agencia española EFE, bajo el título de “Nadiedetenido por los atentados”, se expresaba textualmente:

    LA HABANA (EFE).— Las autoridades cubanas continúan las in-vestigaciones para intentar dar con los responsables de los atentadoscontra instalaciones turísticas, que provocaron la semana pasada lamuerte a un empresario italiano y daños materiales de consideraciónen tres hoteles y un restaurante.Hasta ahora no se ha informado sobre la detención de ninguna perso-na, si bien vecinos de La Bodeguita del Medio —famoso restaurantedonde estalló la última bomba el pasado jueves— dijeron que, pocodespués de la explosión, había sido detenido un ciudadano, que, segúnuna versión, era colombiano, según otras, era centroamericano.Esta campaña de atentados, concebidos más para sembrar el terrory ahuyentar el turismo que para matar, se inició el pasado mes deabril con una bomba que destrozó, de madrugada, la discoteca delhotel Meliá-Cohíba, sin provocar víctimas porque en esos momentosestaba cerrada.Según expertos, todos los artefactos explosivos, con excepción del pri-mero, eran de escasa potencia, pero el empresario italiano que falleció,Fabio Di Celmo, fue alcanzado por la esquirla de un cenicero —dondeal parecer estaba el paquete— que le traspasó la yugular.La primera bomba estaba preparada con 400 gramos de “C-4”, unexplosivo plástico elaborado por el ejército estadounidense, aunquese puede adquirir en cualquier lugar del mundo.Sobre la composición de los demás explosivos no se ha informadocon qué material estaban hechos.Desde abril han sido nueve las explosiones ocurridas en Cuba y dosfuera del país, pero que afectaron los intereses cubanos en Bahamasy México, lo que pone en entredicho la eficacia de unos serviciosconsiderados casi imbatibles.Esos mismos servicios que en la década del 60 frustraron docenasde atentados contra el líder cubano, Fidel Castro, y otros dirigentesde la revolución.En su última nota del jueves por la noche, el ministerio cubano delInterior insistía, una vez más, en que estas “repugnantes acciones sefraguan, financian y desarrollan desde el territorio de los EstadosUnidos”.

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    La misma nota acusaba a las autoridades estadounidenses de “haberestimulado, encubierto y tolerado el terrorismo anticubano, sin em-prender procesos investigativos rigurosos, a pesar de haber recibidoinformaciones pertinentes por diferentes canales”.Ese mismo día y en declaraciones a la prensa local, el general RaúlCastro, número dos en la jerarquía cubana, afirmó que “nuestro Mi-nisterio del Interior, como lo ha hecho históricamente, encontraráuna aguja en un pajar”.

    OPERACIÓN ORGANIZADA EN MIAMI

    En Cuba, las investigaciones preliminares dieron los indicios necesariospara elaborar la tabla de búsqueda del sospechoso, basada en las des-cripciones de los testigos y en señales e informaciones que indicaban laposible participación de extranjeros en los actos terroristas contra Cuba.Ello permitió a los órganos competentes, reducir el círculo de sospecho-sos y realizar la rápida identificación del ciudadano salvadoreño RaúlErnesto Cruz León. La posterior detención de quien resulto el autormaterial del acto terrorista, se produjo el mismo día de los hechos, enhoras de la tarde.

    Por razones operativas, la información oficial del Ministerio del Inte-rior sobre el arresto del mercenario y de cómo marchaban las investiga-ciones, se hizo pública unos días después y textualmente decía:

    Información del Ministerio del Interior

    Como se ha informado, el pasado 4 de septiembre, entre las 12:11 y las12:31 p.m. se produjeron explosiones en los hoteles Copacabana, Tritóny Chateau Miramar que provocaron daños materiales y ocasionaron lamuerte del ciudadano italiano Fabio Di Celmo. Posteriormente, a las11:00 p.m. del propio día 4, estalló otro artefacto en La Bodeguita delMedio, provocando daños materiales en ese establecimiento.Como parte del proceso investigativo, las fuerzas de la Seguridad delEstado obtuvieron indicios sobre el autor de estos hechos y este mis-mo día fue detenido el individuo identificado en su pasaporte comoRaúl Ernesto Cruz León, de nacionalidad salvadoreña, que habíaentrado al país en calidad de turista el 31 de agosto, procedente deGuatemala.

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    Entre las pertenencias le fueron ocupadas la mochila, la gorra, elshort y el pulóver que, según las declaraciones de los testigos, porta-ba en el momento de realizar las acciones. Por medios técnicos seestableció la presencia de restos de sustancias explosivas en la mo-chila y en las manos y uñas del detenido. Además le fueron ocupadauna lista de instalaciones turísticas cubanas, así como herramientas ymateriales eléctricos y un esquema manuscrito que representa elplano de instalación de un artefacto explosivo del tipo de los emplea-dos en estas acciones.En sus declaraciones, el detenido reconoció haber introducido al paísel explosivo tipo C-4 utilizado en estos hechos y demás mecanismosnecesarios, y haber sido el autor material de la colocación de loscuatro artefactos explosivos en un solo día, el 4 de septiembre. De-claró igualmente haber sido el autor material de la colocación de losque estallaron en los hoteles Capri y Nacional el pasado 12 de julio.En el proceso investigativo se ha logrado establecer que la personaidentificada como Raúl Ernesto Cruz León es un agente mercenarioreclutado en el exterior, entrenado, abastecido y pagado para la rea-lización de estas acciones.Por cada bomba recibiría un pago de 4 500 dólares. Recibió entrena-miento en El Salvador y los medios necesarios, la lista de los posiblesobjetivos, los boletos y el dinero para sus gastos.Cruz León declaró haber pertenecido al ejército salvadoreño, donderecibió entrenamiento como paracaidista y como francotirador, estoúltimo en una escuela militar en el estado norteamericano de Georgia.Refirió haber pasado también un curso de explosivos con instructo-res estadounidenses.El detenido confesó que su única motivación en este asunto ha sidoel interés monetario. Se autocalificó como un aventurero temerario,y reconoció que le resulta indiferente el objetivo contra el cual aten-tar o el país afectado.La investigación ha revelado en este caso, sin la más mínima duda, elmontaje y desarrollo de una operación minuciosamente organizadadesde la ciudad de Miami, Estados Unidos, por una estructurasubversiva subordinada a la llamada Fundación Nacional CubanoAmericana, dirigida por el cabecilla contrarrevolucionario Jorge MasCanosa. Para materializar las recientes acciones han tenido a su dis-posición cuantiosos recursos financieros que les han permitido em-plear y entrenar a profesionales del terrorismo con coberturas de

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    turistas, abastecerlos con los medios requeridos y dotarlos de unmétodo para operar contra las instalaciones turísticas cubanas desti-nado a desviar la investigación.El trabajo anterior paciente y minucioso de nuestros órganos de laSeguridad, condujo a la evidencia del empleo de extranjeros en estasacciones, lo que permitió identificar y detener al mercenario RaúlErnesto Cruz León a pocas horas de ocurridos los últimos actos terro-ristas.La Seguridad cubana conocía que en El Salvador opera una red demercenarios dedicada al terrorismo y al narcotráfico internacional,muy estrechamente vinculada a la contrarrevolución cubana enMiami. Es sabido que, desde mucho antes, diversos integrantes de lamafia anticubana de esa ciudad apoyaron y se relacionaron abierta-mente con las fuerzas más reaccionarias de ese país centroamerica-no, incluidos los escuadrones de la muerte.Es oportuno referir como antecedente que, entre abril de 1994 yseptiembre de 1997, nuestros servicios tuvieron noticias de másde 30 planes terroristas contra el país desde Miami, entre ellos más de15 con la utilización de explosivo C-4, organizados por la FundaciónNacional Cubano Americana y otros grupos contrarrevolucionarios,como el Alpha 66, el PUND y el grupo de Orlando Bosch responsa-ble del crimen de Barbados, todos los cuales indican y actúan desdeEstados Unidos. La mayoría de estos planes fueron frustrados, seocuparon armas, medios de uso militar, explosivos y otros objetosque evidencian su procedencia, y se detuvieron varias de las perso-nas involucradas, que sin excepción habían ingresado al país proce-dentes de los Estados Unidos, tal como hemos venido denunciando.Uno de esos casos fue revelador del método que había comenzado aser utilizado. En marzo de 1995 fueron detenidos los terrorista deorigen cubanos Santos Armando Martínez Rueda y Jorge EnriqueRamírez Oro, residentes en Miami, quienes viajaron a Cuba con pa-saporte falsos como supuestos turistas de Costa Rica con el propósi-to de hacer estallar una carga explosiva en un hotel. Con anteriori-dad estos mismo individuos se habían infiltrado por vía marítima,procedente de los Estados Unidos, en territorio de la provincia deLas Tunas para introducir 51 libras de explosivo C-4. Estos sujetosfueron entrenados y abastecidos por terroristas financiados por laFundación Nacional Cubano Americana. Su intento fracasó y fuerondescubiertos y sancionados a largas penas de prisión.

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    El modo de operación de este comando fue similar en parte al em-pleado después por el mercenario Raúl Ernesto Cruz León, pero estavez se pudo comprobar la modalidad en los intentos de agresionescontra el programa turístico para afectar a toda costa la economíadel país: el empleo de mercenarios extranjeros que actuaban bajo lacobertura de turistas y que venían provistos de medios sofisticados yel explosivo necesario para sus acciones.Llamaba también poderosamente la atención el empeño de la prensade Miami, desde la primera explosión, en insistir en que estas accio-nes tenían su origen en supuestas células clandestinas de opositoresa la Revolución en el interior del país, incluso tratando de respon-sabilizar cínicamente de estos hechos a miembros de las FAR y elMININT. Era evidente que se trataba de un plan concertado paratratar de engañar y confundir a la opinión pública internacional conrelación a los verdaderos autores materiales e intelectuales de tancriminales acciones.Teniendo en cuenta que estas operaciones se planifican y financiandesde Miami por la Fundación Nacional Cubano Americana y otrasorganizaciones contrarrevolucionarias que actúan con total impuni-dad, sobre todo lo cual nuestro país ha entregado en varias ocasionesinformaciones pertinentes a las autoridades norteamericanas, resultapoco creíble que los experimentados y sofisticados servicios de se-guridad e inteligencia de los Estados Unidos no hayan sido capacesde abortar estos planes y detener a sus responsables.Como es de suponer, el Ministerio del Interior posee elementos dejuicio adicionales, que por razones operativas, no considera conve-niente revelar.Las investigaciones continúan con el valioso y decisivo apoyo denuestro pueblo, que, una vez más, ha desempeñado un papel deter-minante en la defensa de la Revolución.

    La Habana, 10 de septiembre de 1997

    MEZQUINOS INTERESES

    Desde que los mercenarios pagados por los dirigentes de la Funda-ción Nacional Cubano Americana, comenzaron a realizar los actosterroristas contra las instalaciones turísticas de Cuba, los voceros de

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    esa organización hicieron múltiples declaraciones intentando confundiry manipular a la opinión pública para favorecer sus mezquinos inte-reses.

    Un periódico de Estados Unidos, El Nuevo Herald de Miami, unassemanas antes de la muerte de Fabio, exactamente el 14 de agosto de1997, recogía una muestra de ellas bajo el título de “Fundación apoyarecientes hechos de subversión” cuando informa:

    La Fundación Nacional Cubano Americana defendió públicamenteel derecho de los cubanos “a escoger los instrumentos que se en-cuentren a su alcance” para derrocar al gobierno de Fidel Castro,mediante un anuncio pagado de una página publicado el miércoles enEl Nuevo Herald.“Los incidentes de rebeldía interna que durante las últimas semanasse vienen sucediendo a través de la isla, hablan claramente de laexasperación de un pueblo que no se resigna al destino de esclavitudy miseria en que lo ha sumido el régimen castrista”, afirma la decla-ración.En una clara referencia a las bombas que han hecho explosión entres hoteles de La Habana en las últimas semanas la Fundación indi-có que “respalda sin ambages ni reparos cuanta denuncia, enfrenta-miento o acto de rebeldía interna vaya encaminado a la expulsión deFidel y Raúl Castro del poder”.Agregó que las características de estos “recientes incidentes” apun-tan a “elementos altamente organizados dentro del país”, que muybien podrían ser militares.“Si esto fuera cierto, esperamos que cumplida su misión de desalojode la cúpula gobernante y una vez restaurado el orden, vuelvan a suscuarteles”, precisó.

    Después de producirse los actos terroristas del 4 de septiembrede 1997 que tuvieron como trágico desenlace la muerte de Fabio DiCelmo, nuevamente los voceros de la Fundación Nacional CubanoAmericana y de otros grupos contrarrevolucionarios hicieron un sinfínde declaraciones. En todas ellas, sin el menor pudor, se pronunciaronabiertamente a favor de esas prácticas terroristas, al tiempo quehipócritamente decían lamentar el desenlace fatal.

    El sucesor de Jorge Mas Canosa en la presidencia de la FundaciónNacional Cubano Americana, Francisco Hernández, “Pepe”, negó ro-

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    tundamente las acusaciones de Cuba que vinculaban esta organizacióncon los hechos terroristas ocurridos en La Habana:

    Esta acusación no vale la pena ni responderla seriamente. Durantelos 17 años de su existencia, la Fundación ha usado siempre métodoslegales para deshacerse de Castro.Es absurdo, revela una carencia total de conocimiento de cómo ope-ran las organizaciones serias en Estados Unidos. Nos están señalan-do con el dedo porque nuestras estrategias —Radio Martí, Torricelli,Helms-Burton— han tenido éxito en perjudicar al gobierno cubano.

    Este acaudalado señor, heredero del lucrativo negocio de organi-zar acciones en contra de la Revolución cubana, parecía olvidar quela mentira tiene las patas muy cortas y que la verdad siempre abre supaso. Así, poco a poco, la propia prensa que generalmente les hace eljuego y protege sus mezquinos intereses, fue revelando ciertos he-chos que la Fundación y las autoridades norteamericanas tratabande encubrir.

    El viernes 12 de septiembre de 1997, transcurrida la primera semanaque siguió a la muerte del joven italiano y a la detención de su asesino, elmercenario Raúl Ernesto Cruz León, El Nuevo Herald, publicó dosartículos tan relacionados entre sí como caras opuestas de una mismamoneda, titulados: “EU a Cuba: muestren las pruebas o cállense” y “Aten-tados ligados a veteranos de Girón”.

    En el primero de los artículos referidos, dos redactores de esta publi-cación divulgaban la siguiente noticia:

    Apenas ocultando su irritación, el gobierno de Bill Clinton reiteró eljueves la solicitud a Cuba de cualquier evidencia que vincule a Esta-dos Unidos con las recientes explosiones de bombas en la Isla, yexigió al gobierno de La Habana, según palabras de un alto funciona-rio, que “o presente algo, o se calle”.Jeffrey Davidow, máxima autoridad del Departamento de Estadosobre política hacia Latinoamérica, expresó dudas sobre las alega-ciones de Cuba en cuanto a presuntas pruebas de que una prominen-te organización de exiliados cubanos ayudó a un salvadoreño que,según alega Cuba, confesó haber puesto seis de las bombas.“Si hubiera evidencia factible, la investigaríamos. Y si hubiera prue-bas, iniciaríamos encausamientos”, dijo Davidow.

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    En una entrevista en Miami, Davidow mencionó la inclinación delgobierno de Castro a culpar a Estados Unidos de muchos de susmales. En meses recientes, el gobierno cubano ha tratado de conse-guir que el mundo condene a Estados Unidos por haber infestado lascosechas de Cuba con un parásito.“Durante años han estado alegando una confabulación tras otra. Perolos antecedentes obviamente demuestran que no han podido probarnada”’, dijo Davidow. “Y no han podido darle prueba alguna ni alresto del mundo ni a nosotros”.

    Si este distinguido señor Jeffrey Davidow, en su condición de máxi-ma autoridad del Departamento de Estado sobre política haciaLatinoamérica, se hubiese detenido a leer el artículo que bajo el título de“Atentados ligados a veteranos de Girón” aparece publicado ese mismodía en El Nuevo Herald, periódico nada sospechoso de apoyar al go-bierno cubano o de simpatizar con él, tal vez hubiese meditado mejor susprepotentes e irrespetuosas declaraciones.

    En el artículo de referencia se afirma que:

    Ex colegas de un notorio terrorista cubano exiliado conocido como“Bambi”, que ahora vive en El Salvador, señalan posibles lazos suyoscon un salvadoreño arrestado por las autoridades cubanas por seisataques terroristas con explosivos en La Habana.Los parientes del salvadoreño encarcelado en Cuba, Raúl ErnestoCruz León, de 26 años, dijeron que este les había dicho que iba a LaHabana de vacaciones, y que sus viajes habían sido organizados porun agente de viajes de origen cubano que vive en San Salvador.Los informes del Departamento de Inmigración salvadoreño mos-traron que Cruz había salido de El Salvador para Costa Rica el 9 dejulio y había regresado el 14 de julio de Los Ángeles. El comunica-do cubano dijo que había confesado haber puesto dos bombas el 12de julio, así como ser responsable de cuatro explosiones el 4 deseptiembre, entre ellas la que costó la vida a un empresario italoca-nadiense.Pero el arresto de Cruz dio legitimidad suplementaria a los informesque circulan desde hace tiempo, de que las bombas podrían ser eltrabajo de un veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) yde Bahía de Cochinos, Luis Posada Carriles, apodado “Bambi”, delque se había dicho últimamente que estaba viviendo en El Salvador.

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    Ni los funcionarios cubanos ni los estadounidenses han ligado a Po-sada con las explosiones.Dos de los amigos de Posada en Miami dijeron el jueves que era su“conjetura bien pensada” que, de alguna forma, él estaba vinculado alas bombas de Cuba, y un alto funcionario norteamericano en Washing-ton indicó que “hoy ese nombre se está escuchando mucho por aquí”.Posada, que declaró a una estación de televisión de Miami en unaentrevista el año pasado, que una campaña de atentados contra obje-tivos turísticos en Cuba secaría la principal fuente de divisas de FidelCastro, no pudo ser localizado para que comentara.Amigos dijeron que Posada se mudó a El Salvador el año pasado o alprincipio de este, tras haber tenido que salir de la vecina Hondurasdebido a acusaciones de haber colocado allí 41 bombas en 1995 comoparte de una campaña, respaldada por los militares, para intimidar alpresidente Carlos Roberto Reina y hacerlo abandonar planes de re-ducir las Fuerzas Armadas.Las bombas de Honduras eran parecidas a las de Cuba, de pocopoder pero estratégicamente ubicadas y frecuentemente detonadasen grupos de tres y cuatro para conseguir el máximo impacto pro-pagandístico.“Tenemos pruebas sólidas de que Posada Carriles estaba detrás deesas bomba”, dijo el doctor Ramón Custodio, dirigente del ComitéHondureño de Derechos Humanos, que emitió un largo informesobre las bombas de Honduras el año pasado.Posada, que ha sido conocido desde niño como “Bambi” por sutemperamento excitable y sus ojos de ciervo, se entrenó como ex-perto en demolición para la invasión de Bahía de Cochinos y poste-riormente entró en el ejército norteamericano como segundo te-niente.Lo abandonó en 1965 para unirse al grupo paramilitar respaldado porla CIA que se entrenaba en Nicaragua bajo la jefatura del líder cuba-no exiliado Manuel Artimes, para realizar ataques contra Cuba.Nunca resultó convicto, escapó de una cárcel en 1985 y se dirigió aEl Salvador para trabajar en un programa, aprobado por la CasaBlanca, para dejar caer en paracaídas abastecimientos a las guerri-llas nicaragüenses que luchaban entonces contra el izquierdista go-bierno sandinista, lo que con el tiempo se convirtió en el escándaloIrán-Contras.

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    Posteriormente, el 16 de noviembre de 1997, nuevamente, El NuevoHerald demuestra que en Estados Unidos se conoce más de este temade lo que oficialmente quieren dar a entender las autoridades del paísmás rico y poderoso del mundo, al publicar el artículo titulado “Exiliadosfinanciaron explosiones en Cuba”, en el que se asegura que:

    Una serie de bombas que estallaron en Cuba este verano fueronobra de una red de ladrones de automóviles y de autores de robos amano armada salvadoreños, dirigidos y financiados por cubanosexiliados en El Salvador y Miami.El líder de la red es Francisco Chávez, un rufianesco pistolero, hijode un traficante de armas, con estrechos vínculos con exiliados cu-banos y que podría haber estado en La Habana horas antes de laexplosión de la primera bomba en el lujoso hotel Meliá Cohíba.Y fue Posada Carriles, un veterano sesentón de la guerra secreta delos exiliados cubanos contra Fidel Castro y experto en explosivos, eleslabón clave entre El Salvador y los exiliados del sur de la Floridaque recaudaron 15 mil dólares para la operación.

    Es posible que muchos norteamericanos honestos, manipulados porsus órganos de desinformación, desconozcan las oscuras razones de laimpunidad de Posada Carriles y a sus protectores de la Fundación Na-cional Cubano Americana, pero en Estados Unidos, quieran las autori-dades reconocerlo o no, el gobierno conoce muy bien a los responsablesdirectos de estos hechos criminales..

    “ESTO ES PARA LA IGLESIA”

    The New York Times, uno de los diarios más famosos en Estados Uni-dos de América, publicó en sus ediciones de los días 12 y 13 de julio de1998, extensos artículos basados en la entrevista realizada al terroristade origen cubano Luis Posada Carriles sobre sus acciones, aventuras yrelaciones con personas e instituciones muy reconocidas de los EstadosUnidos. Estas entrevistas conmovieron al pueblo norteamericano eindignaron a la opinión pública mundial.

    Las verdades expresadas por el gobierno cubano y por los familiaresde Fabio Di Celmo, tantas veces desmentidas por el gobierno de Esta-

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    dos Unidos y la gran prensa a su servicio, se han ido abriendo paso antelos ojos asombrados del pueblo norteamericano.

    En el primero de esos artículos The New York Times, dio a cono-cer que:

    Un exiliado cubano que ha llevado a cabo una campaña de estallidosde bombas e intentos de asesinatos dirigidos contra Fidel Castro diceque sus esfuerzos fueron respaldados financieramente durante másde un decenio por los líderes cubano-estadounidenses de uno de losgrupos de cabildeos más influyentes de los Estados Unidos.El exiliado, Luis Posada Carriles, dijo haber organizado una ola deestallido de bombas el año pasado en hoteles, restaurantes y discote-cas de Cuba que ocasionaron la muerte de un turista italiano y laalarma del gobierno cubano. El señor Posada fue entrenado por laAgencia Central de Inteligencia en demolición y guerra de guerrillasen el decenio de 1960.En una serie de entrevistas grabadas en un complejo amurallado delCaribe, Posada expresó que la colocación de bombas en los hotelesy otras operaciones había sido apoyada por líderes de la FundaciónNacional Cubano Americana. Su fundador y jefe, Jorge Mas Cano-sa, quien murió el año pasado, fue acogido en la Casa Blanca por lospresidentes Reagan, Bush y Clinton.

    Continuaba diciendo la reconocida publicación norteamericana:

    Posada manifestó que los líderes de la Fundación discretamente fi-nanciaban sus operaciones. Mas Canosa personalmente supervisa-ba el flujo de dinero y el apoyo logístico, dijo.Poderosa fuerza tanto en las elecciones de la Florida como en lasnacionales y renombrado donante de las campañas, Mas Canosadesempeñó un papel decisivo en persuadir a Clinton de que cambiarasu manera de pensar y siguiera el derrotero de imponer sanciones yaislar a la Cuba de Castro.“Jorge lo controlaba todo” expresó Posada. “Cuando yo necesitabadinero, yo decía: dame cinco mil dólares, dame 10 mil, dame 15 mil, yellos me los mandaban”.A través de los años, Posada calculó que Mas Canosa le habíaenviado más de 200 mil dólares. “Él nunca dijo: esto es de la Funda-

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    ción”, recordó Posada. Por el contrario, recordó con una risita sar-cástica, el dinero llegaba con el mensaje: “Esto es para la iglesia”.Fueron exiliados cubanos como Posada los que fueron reclutadospor la CIA para los subsiguientes atentados contra la vida de Cas-tro. Encarcelado por uno de los más vergonzosos ataques anticu-banos —la colocación de una bomba en un avión civil de Cubanaen 1976— escapó más tarde de una cárcel venezolana para inte-grar el eje de una cruzada anticomunista de la Casa Blanca en elhemisferio occidental iniciada por Reagan: las actividades clandes-tinas del teniente coronel Oliver North para suministrar armas a loscontra de Nicaragua.Parte de lo que dijo de su pasado, puede verificarse mediante docu-mentos del gobierno recientemente desclasificados, así como me-diante entrevistas con ex miembros de la Fundación y funcionariosde los Estados Unidos.Las autoridades estadounidenses, encargadas de hacer cumplir laley, mantuvieron una actitud de propicio abandono respecto de Posa-da durante la mayor parte de su carrera, permitiéndole que siguieralibre y en actividad.La Fundación de los exiliados, creada en 1981, ha tratado de presen-tarse como la voz responsable de la comunidad de exiliados cubanos,dedicada a debilitar el régimen de Castro mediante la política y no lafuerza.Gracias a ese enfoque y millones de donaciones para las campañasla Fundación se convirtió en una de las organizaciones de cabildeomás efectiva de Washington y en el principal arquitecto de la políticaestadounidense contra Cuba.Cualquier prueba de que la Fundación o sus líderes repartía dinero alos republicanos y a los demócratas, y al mismo tiempo apoyabansabotajes con bombas, pudiera debilitar las afirmaciones de legalidadque hace el grupo. Esa clase de actividad pudiera también violar laLey Logan, que ilegaliza cualquier conspiración para matar, secues-trar, lisiar o lesionar a personas, o causar daños materiales y perjui-cios a la propiedad de otro país.Los comentarios de Posada sugieren que la promoción que la Fun-dación hace en público de llevar a cabo una oposición contra Cas-tro estrictamente no violenta, fue una ficción cuidadosamente ela-borada. Cuando se le preguntó si él funcionaba como el ala militardel ala política de la Fundación, muy similar a lo que el Ejército

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    Republicano Irlandés hace para el Sinn Fein, replicó: “Parece algoasí”, y se rió.En las entrevistas y en su biografía Posada dijo haber recibido apoyofinanciero de Mas y de Feliciano Foyo, tesorero del grupo y tambiénde Alberto Hernández, quien sucedió a Mas como presidente.Cuando las bombas comenzaron a explotar el año pasado en los ho-teles cubanos el gobierno de ese país aseguró que los ataques habíansido organizados y pagados por exiliados que operaban desde Miami,afirmación que reforzaron con las cintas de vídeo de un operativoque confesó estar realizando algunos de los sabotajes.Sin embargo, él dijo al The New York Times que las autoridadesestadounidenses no habían hecho ningún esfuerzo para interrogarlosobre el caso. Atribuyó la falta de acción, en parte, a su antiguarelación con los órganos americanos de inteligencia y los órganosencargados de hacer cumplir la ley.“Como ustedes pueden ver —dijo— el FBI y la CIA no me moles-tan, yo soy neutral con ellos. Siempre que puedo ayudarlos, lo hago”.Posada admitió con orgullo haber sido el autor de los ataques conbombas a los hoteles, realizados el pasado año. Los describió comoactos de guerra. Las bombas estaban dirigidas también a sembrarlas dudas en el extranjero acerca de la estabilidad del régimen, ahacer que Cuba pensara que tenía operativos en el ejército y a esti-mular la oposición interna.

    Más adelante, el notorio criminal hizo declaraciones en relación conla muerte de Fabio Di Celmo, capaces de hacer temblar de indignacióna cualquier ser humano del planeta. Con increíble cinismo y desfachatezPosada Carriles la calificó de “accidente fortuito”, así recogió The NewYork Times sus palabras:

    Posada calificó la muerte del turista italiano de singular accidente,pero declaró que tenía la conciencia tranquila, y dijo: “Duermo comoun bebé”. “Es triste que alguien haya muerto, pero no podemos dete-nernos”, añadió. “Ese italiano estaba en el lugar equivocado en elmomento equivocado”.“Los atentados a los hoteles fueron organizados desde El Salvador yGuatemala”, expresó Posada.Posada dijo que Mas Canosa sabía muy bien que él estaba detrás delos sabotajes con bombas efectuados en los hoteles el año pasado;

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    pero los dos hombres tenían un acuerdo muy antiguo, manifestó: notratar nunca los detalles de ninguna operación en la que Posada estu-viera participando.Interrogado acerca de la última vez que había visitado los EstadosUnidos respondió con una risa y una pregunta, que él a su vez hizo,“¿Oficial o extraoficialmente?” Un funcionario del Departamento deEstado dijo que constaba que Posada había visitado Miami en el ve-rano de 1996.

    Es posible que después de leídos estos artículos, muchos honestos ycrédulos ciudadanos de Estados Unidos puedan preguntarse por qué losgobernantes y las altas autoridades de su país permiten tantas violacio-nes de los derechos humanos, de las normas de derecho internacional yde las leyes de esa nación.

    Quizás no se expliquen el porqué del increíble comportamiento desus gobernantes y de aquellas altas autoridades que abogaron por prue-bas, en tantas declaraciones públicas, y aún no han hecho nada paradetener a los culpables.

    Tal vez, como la memoria es corta y la desinformación tanta, enaje-nados, muchos ni se percaten de la gravedad de estos hechos, ni de ladesvergüenza inaudita de pagar a criminales a los que, además, se lesenvía como mensaje de muerte la cínica contraseña de: “Esto es para laiglesia”.

    LA FUNDACIÓN NACIONAL CUBANO AMERICANA

    En la Causa 1 de 1999, juicio por terrorismo seguido en La Habanacontra el mercenario salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, quedódemostrada la participación de la Fundación Nacional Cubano Ame-ricana en el apoyo y financiamiento de quienes organizaron y ejecu-taron diferentes actos terroristas contra las instalaciones turísticasde Cuba.

    En su alegato final, Rafael Pino Becker, fiscal de la Causa 1, luegode abordar el análisis de los informes, documentos, testimonios y demáspruebas que demostraban de manera irrebatible la culpabilidad del acu-sado, realizó una contundente denuncia contra quienes fueron los máxi-mos responsables del acto criminal.

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    Así caracterizó Pino Becker a la organización que financió la colo-cación de la bomba asesina de Fabio Di Celmo:

    ¿Qué es la Fundación Nacional Cubano Americana?Esta organización, registrada legalmente en Estados Unidos con lainscripción 501/C/3 y definida en el registro como no lucrativa, filantró-pica y educacional, y cuyas funciones son las de investigar, publicary realizar actividades educativas y humanitarias, ¿realmente qué es?Una mafia terrorista manchada de sangre y cuya elevada fortuna demuy oscuro origen fue amasada con fraude, malversación, privile-gios y apoyo gubernamental. Suministró abundante dinero y sufragócostosas campañas políticas; eligió alcaldes, representantes y hastasenadores; aportó fondos a uno y otro partido, realizó lobbies, promo-vió leyes genocidas contra el pueblo de Cuba; hizo aprobar losengendros jurídicos de Torricelli, Helms y Burton —mal llamadasleyes— y numerosas enmiendas para matar de enfermedad y ham-bre a nuestro pueblo.Anexionista y al servicio de una potencia extranjera, reunió y apoyóa los peores terroristas que, salidos de las escuelas tenebrosas de laCIA, llevaban sobre sus hombros, unido a las acciones de esa institu-ción, miles de víctimas. Organizó y pagó planes de atentados y ase-sinatos a dirigentes cubanos. Concibió y ejecutó crímenes contra tra-bajadores y turistas para destruir la economía del país, cooperandocon la guerra económica de Estados Unidos contra Cuba. Provocóincidentes graves y no ha dejado de apoyar nunca cuantos planes deagresión e intervención militar pudieran concebirse contra Cuba. Estádispuesta a entregar aunque sea las cenizas de nuestro pueblo y nues-tra patria a Estados Unidos. Estos son sus fines filantrópicos, educa-cionales, humanitarios y no lucrativos.

    DUERME “COMO UN BEBÉ”

    En las Causa 1 y Causa 2 de 1999, juicios celebrados en Cuba contraacciones terroristas, quedó irrefutablemente demostrada la responsa-bilidad de Luis Posada Carriles en la organización de estos hechos.Pero, ¿quién es este asesino que se jacta, públicamente, de dormir“como un bebé” después de haber sido causante de la muerte de FabioDi Celmo?

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    Luis Posada Carriles, de profesión criminal, es un turbio personajecuya extensa hoja de servicios incluye su participación en planes deatentados a diferentes personalidades, tráfico de armas y de drogas, elsabotaje que derribó en pleno vuelo a una nave civil de Cubana de Avia-ción en el cual perdieron la vida 73 personas, así como otras accionessimilares que se relacionan, directa o indirectamente, con la sucia gue-rra que desde los Estados Unidos de América se lleva contra Cuba.

    La catadura moral de este sórdido personaje y sus vínculos con quie-nes están detrás de sus criminales actos, es conocida por las autorida-des norteamericanas como queda evidenciado en la amplia informaciónbiográfica publicada en el periódico estadounidense The New York Ti-mes, el 12 de julio de 1998, de la cual fueron extraídos los párrafossiguientes:

    Dos años después de que la invasión de Bahía de Cochinos terminóen una derrota ignominiosa en las playas cubanas, dos jóvenes exiliadoscubanos, Jorge Mas Canosa y Luis Posada Carriles, de pie uno allado del otro, bajo del sol primaveral de Fort Benning, Georgia, seentrenaban para su próxima salida hacia La Habana.Corría el año 1963, momento de febriles complots estadounidensescontra el gobierno de Castro; los dos hombres pertenecían al grupode exiliados que habían sobrevivido a la burda operación para derro-car al dirigente cubano, y se habían alistado en el Ejército de EstadosUnidos, confiados en que el presidente Kennedy pronto organizaríaotro ataque que barrería el comunismo del hemisferio.La CIA nos enseñó de todo, dijo Posada, nos enseñó sobre explosi-vos, asesinatos, bombas, sabotajes.Ambos hombres dejaron el ejército cuando se hizo evidente que losEstados Unidos no tenían intención de volver a invadir a Cuba; seasentaron en Miami, epicentro de la actividad contra Castro. Mien-tras Mas Canosa se abría paso en los negocios, Posada establecíaestrechos lazos con la CIA, que utilizaba Miami como base de lasoperaciones contra Castro.Documentos recientemente desclasificados, puestos a disposición delThe New York Times por el Archivo Nacional de Seguridad, grupode investigación no lucrativo radicado en Washington, aclaran el por-qué durante una buena parte de ese tiempo la CIA dirigía las activi-dades de Posada y se inmiscuía en cuestiones tan insignificantescomo si debía o no comprar una embarcación.

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    Esos documentos pertenecen a los voluminosos expedientes compi-lados por el Comité Selecto sobre Asesinatos, establecido por la Cá-mara en 1968. Como parte de su investigación del asesinato del pre-sidente Kennedy, se permitió que los investigadores que examinabansi los cubanos opuestos a Castro tenían o no vínculos con el asesina-to de 1963, leyeran y resumieran un sinnúmero de cables y docu-mentos gubernamentales que siguen siendo secretos.Según esos resúmenes, Posada proporcionaba ininterrumpidamentea la agencia y al FBI un caudal de información valiosa sobre lasactividades de los exiliados cubanos en Miami. Fue la CIA la que dioinstrucciones a Posada de que estableciera un centro de entrena-miento para operaciones de guerrilla contra Castro.A finales de los años 70, cuando fue entrevistado por investigado-res del Comité de la Cámara sobre Asesinatos, Posada dijo que lohabían entrenado como operativo de la CIA en los cayos de laFlorida y muy pronto se había convertido en agente principal. Afir-mó que su grupo antiCastro había trabajado directamente con lacompañía y que había tenido armas, embarcaciones y una red decasas de refugio.Al mismo tiempo, Posada profundizaba sus relaciones con Mas Ca-nosa, a quien se le describe en uno de los documentos de la CIAcomo uno de sus grandes amigos. Ambos desempeñaban un papelactivo en el grupo RECE (Representación Cubana en el Exilio) y,posteriormente, en la gran alianza general, denominada CORU (Coor-dinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas), las cualesemprendieron acciones violentas dirigidas a derrocar el gobierno deCastro.En un documento se citó a Posada cuando expresó que Jorge MasCanosa, del grupo RECE, había pagado a un asesino 5 mil dólarespara que cubriera los gastos de una operación de destrucción enMéxico, y que el propio Posada tenía planes de colocar minas mag-néticas en un barco cubano-soviético en Veracruz, y que tenía 10libras de explosivos C-4 y detonadores.

    En 1967 la vida de Posada dio un nuevo vuelco cuando abandonóabruptamente Miami y se unió a la inteligencia venezolana. Ello marcóel comienzo de sus años como oficial operativo para una serie de gobier-nos latinoamericanos.

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    Obtuvo su empleo de jefe de operaciones de la inteligencia venezola-na con la ayuda de las recomendaciones de la CIA y fue enviado aaniquilar los movimientos de guerrillas izquierdistas que Castro apo-yaba en Venezuela. “Los perseguí muy intensamente. Muchas, mu-chas personas murieron”.Posada también organizó el viaje de un viejo amigo de sus días de laCIA —Orlando Bosch— a Venezuela para hacer un sabotaje contrael gobierno de Castro. Bosch había sido condenado anteriormente enlos Estados Unidos por hacer estallar una bomba en un cargueropolaco destinado a Cuba y preconizó el derrocamiento violento deCastro.Por ese tiempo las relaciones de Posada con las autoridades estado-unidenses entraron súbitamente en crisis por un informe de la Inteli-gencia de que Posada puede estar involucrado en el contrabando decocaína de Colombia a Miami, a través de Venezuela, así como en lafalsificación de dinero estadounidense en Venezuela.Según el informe —cuya copia resumida se encuentra en los archi-vos de los investigadores de la Cámara—, la CIA decidió no enfren-tar directamente a Posada con las acusaciones para no comprome-ter las investigaciones en marcha.“A Posada se interrogó, y solo se halló culpable de tener malas amis-tades” —según dice la sinopsis de otro de los informes—. “Losinterrogadores quedaron convencidos de su negación del tráfico dedrogas”, concluía el informe.Aún así, en febrero de 1976, los oficiales de la Agencia decidieronromper sus vínculos con Posada, por lo que misteriosamente se des-cribió en los documentos como “preocupaciones en torno a asuntostributarios pendientes”.En junio de ese año Posada llamaba nuevamente a la CIA en rela-ción con planes del exilio de hacer estallar la aeronave de Cubanaque salía de PanamáCuatro meses más tarde, el 6 de octubre de 1976, un avión de Cuba-na, con 73 pasajeros a bordo, estalló en el aire poco después de des-pegar de la isla de Barbados. Entre los muertos se encontraban ado-lescentes integrantes del Equipo Nacional de Esgrima de Cuba.Al día siguiente, la CIA hizo lo que se denominó como “intentos in-fructuosos” de contactar a Posada.La explosión cambió dramáticamente la suerte de Posada. Los in-vestigadores de Venezuela localizaron la bomba en el compartimento

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    del equipaje del avión e identificaron a dos venezolanos que habíandespachado el equipaje hasta La Habana, pero se habían quedado enBarbados. Los hombres habían trabajado para Posada, quien fuearrestado y acusado de la explosión. Asimismo fue arrestado Bosch,quien había colaborado con Posada por largo tiempo.Posada reconoció que él pudiera estar aún encarcelado en Venezue-la si sus amigos, principalmente Mas Canosa, no hubieran venido asu rescate. En una declaración jurada, tomada en proceso civil, Ri-cardo Mas, hermano de Jorge Mas, enemistado con él, contó cómohabía viajado a Panamá para buscar el efectivo que se utilizó parapagar la fuga de Posada.En la madrugada del 18 de agosto de 1985, durante un cambio deguardia, Posada, vestido con una chaqueta negra y con la capuchasobre la cabeza como un sacerdote, cruzó el patio de la prisión. Lle-vaba una Biblia para dar más la imagen de sacerdote y un bolso conalgunos alimentos y una linterna. Después de 15 días en Caracas,Venezuela —dijo Posada— lo llevaron a Aruba, en un barco cama-ronero. De allí voló en un avión privado a Costa Rica y posterior-mente a El Salvador.Posada estaba nuevamente trabajando para el gobierno estadouni-dense, esta vez en una operación encubierta que tenía vínculos conla CIA y con el agregado militar local, pero que era dirigida por laCasa Blanca.

    Esta es solo una pequeña síntesis de lo que cuenta ese periódiconeoyorquino, nada sospechoso de servir a la Revolución cubana, sobreel asesino que se jacta dormir “como un bebé”.

    Faltan argumentos que permitan entender cómo este señor, con elcual rompió la CIA por dudas sobre su participación en tráfico de dro-gas y que estuvo encarcelado nueve años por el horrendo crimen deBarbados, salió tranquilamente de una cárcel de máxima seguridad ycomenzó a trabajar en una de las acciones más secretas, delicadas ycomprometedoras realizadas por el gobierno de los Estados Unidos: elllamado caso Irán-Contras.

    A pesar de sus confesiones públicas, Luis Posada Carriles no fuedetenido por los hechos relacionados con la muerte del muchacho delCopacabana. El imperio, capaz de fotografiar desde satélites la chapade un auto, interceptar comunicaciones en todo el mundo o bombardeara lejanos países bajo el pretexto de que lucha contra el terrorismo, se

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    limitó a circular “serias advertencias contra Posada Carriles” a travésde sus embajadas en varios países centroamericanos.

    La carta oficial, entregada por el abogado de Giustino Di Celmo alMinisterio de Justicia de su país, en la que el padre de Fabio demandabalos oficios de esta institución y pedía que Italia reclamase a Interpolla búsqueda y captura del asesino de su hijo, solo obtuvo la respuestaevasiva de un funcionario italiano que expresó: “Esto no procede. Re-sulta imposible localizar a un hombre que se encubre bajo falsas identi-dades”.

    Pocos días después, las televisoras Canal 23 de Miami y Univisióntransmitían nuevas entrevistas grabadas en vídeo en la que Posada Ca-rriles, con voz gangosa, se retractaba de sus declaraciones al The NewYork Times que involucraban a Mas Canosa. Pero, sin el menor atisbode arrepentimiento, nuevamente reconocía su autoría en los atentadoscontra instalaciones turísticas en Cuba y anunciaba otros planes crimi-nales que, posteriormente, se confirmarían con sus intentos de asesinara Fidel Castro en Venezuela, República Dominicana y Panamá.

    ¿Cómo entender que los órganos de inteligencia norteamericanos yla Interpol fuesen incapaces de localizar a un terrorista confeso que losperiodistas entrevistan con tanta facilidad en su muy conocida residen-cia de El Salvador?

    PARADÓJICA RESPUESTA DEL FBIANTE LAS PRUEBAS ENTREGADAS

    Frente a la imperiosa necesidad de defender a su pueblo de la muerte,Cuba se ha visto obligada a poner en práctica diversas acciones, inclui-da la búsqueda de información dentro de los propios grupúsculos terro-ristas. Los resultados obtenidos de las indagaciones sobre los planesagresivos de las organizaciones contrarrevolucionarias han sido notifi-cados, por diferentes vías, a las autoridades norteamericanas.

    Así, por ejemplo, vinculados con los hechos en los que perdió la vidaFabio Di Celmo, al senador Gary Hart le fue entregada una detalladadocumentación sobre la macabra serie de atentados y sabotajes contraCuba; Fidel Castro le concedió una larga entrevista al periodista TinGolden, del periódico The New York Times, llena de revelaciones signi-ficativas; el novelista colombiano Gabriel García Márquez fue portadorde un mensaje confidencial que Fidel Castro enviara al presidente norte-

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    americano William Clinton donde se revelaban los planes que perpetra-ban los terroristas contra aviones civiles que volaban a Cuba; altos ofi-ciales del FBI han recibido informaciones detalladas de manos de laseguridad cubana. Sin embargo, el silencio cómplice o respuestas sor-prendentes que van contra la lógica han sido elementos recurrentes enla actitud asumida por muchos de los representantes norteamericanos.

    Resulta muy extraño que The New York Times no haya publicado niuna sola palabra de la conversación de Tin Golden con el presidente cuba-no acerca de cómo los planes terroristas contra Cuba resultaban tambiénmuy peligrosos para el pueblo norteamericano. El gobierno cubano puso ala disposición del periodista todos los elementos recogidos de los planescontrarrevolucionarios y le facilitó sus contactos directos con agentes dela Seguridad del Estado que estuvieron infiltrados en las organizacionescontrarrevolucionarias. La información que portaba Tin Golden era un“palo periodístico”, como dicen en su jerga profesional. Entonces, ¿porqué el silencio de Tin Golden y del periódico neoyorquino? ¿Qué interesesfrenaron la publicación de ese reportaje en The New York Times?

    El silencio de los grandes medios de comunicación es digno de aná-lisis; a veces, ese silencio dice más que las palabras.

    En la Mesa Redonda del jueves 23 de noviembre del 2000, fuedevelado el contenido parcial del mensaje que Fidel Castro enviara aClinton con Gabriel García Márquez, amigo de ambos estadistas. Alsiguiente día, en el resumen de lo acontecido en el popular programa dela radio y la televisión cubanas, el periódico Granma publicó un frag-mento del significativo mensaje:

    Un asunto importante

    Se mantienen planes de actividad terrorista contra Cuba, pagadaspor la Fundación Nacional Cubano Americana y usando mercena-rios centroamericanos. Se han realizado ya dos nuevos intentos dehacer estallar bombas en nuestros centros turísticos antes y despuésde la visita del Papa. En el primer caso, los responsables pudieronescapar, regresando por la vía aérea a Centroamérica sin lograr suspropósitos, dejando abandonados los medios técnicos y explosivos,que fueron ocupados. En el segundo intento fueron arrestados tresmercenarios, ocupándoseles los explosivos y demás medios. Son denacionalidad guatemalteca. Por cada una de las cuatro bombas quedebían estallar recibirían 1 500 dólares.

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    Ambos casos fueron contratados y suministrados por agentes de lared creada por la Fundación Nacional Cubano Americana. Ahoraestán planeando y dando ya pasos para hacer estallar bombas enaviones de las líneas aéreas cubanas y de otro país que viajen aCuba trayendo y llevando turistas desde y hacia países latinoame-ricanos.Las agencias policiales y de inteligencia de Estados Unidos poseeninformaciones fidedignas y suficientes de los principales responsa-bles. Si realmente lo desean, pueden hacer abortar a tiempo estanueva forma de terrorismo. Imposible frenarla si Estados Unidos nocumple el elemental deber de combatirla. No se puede dejar la res-ponsabilidad sólo a Cuba, muy pronto podría ser víctima de talesactos cualquier país del mundo.

    Los temas de este documento, según pudo conocerse, fueron anali-zados ampliamente el 9 de mayo de 1998 en una reunión sostenida porGarcía Márquez con un grupo de altos funcionarios, especialistas y ase-sores allegados al presidente. No hay dudas de que Clinton le prestó ladebida atención.

    Dos días después, el jefe en funciones de la Oficina de Intereses deEstados Unidos en Cuba, acompañado del primer secretario, trasladó algobierno cubano un mensaje donde se expresaba que el gobierno deEstados Unidos estaba preparado para recibir cualquier información ypara que sus expertos examinasen las evidencias físicas que estaban enmanos del gobierno de Cuba. Asimismo reiteró que se trataba de unaoferta seria y que el gobierno de su país estaba en disposición de actuarsobre esas informaciones para hacer cumplir la ley y combatir al terro-rismo internacional.

    En junio de 1998, el gobierno de Estados Unidos envió a Cuba unadelegación de importantes especialistas, presidida por un alto oficial delBuró Federal de Investigaciones de Estados Unidos. La comisión reci-bió información detallada sobre la campaña de bombas, las conexionesorganizadas por la Fundación Nacional Cubano Americana desde Miamiy Nueva Jersey, la red de mercenarios de Posada Carriles en Centroamé-rica dirigida y financiada desde los Estados y referencias al plan deatentado concebido para lleva a efecto durante la Cumbre de Jefes deEstado Iberoamericanos en Venezuela, que tuvo lugar en Isla Margari-ta. Asimismo, el gobierno cubano les entregó voluminosos expedientes ygrabaciones en casetes de audio y vídeo sobre los planes y acciones

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    terroristas de esa mafia miamense. Tales autoridades prometieron darrespuesta a las evidencias presentadas por Cuba.

    Tres meses después, el 12 de septiembre de 1998, la sorprendenterespuesta del FBI fue la de apresar a un grupo de cubanos que, inserta-dos en diversas organizaciones contrarrevolucionarias, recopilaban in-formaciones sobre sus proyectos agresivos y los enviaban a Cuba, conel objetivo de frustrar estos actos terroristas destinados a sembrar eldolor, el pánico y la muerte.

    Desde entonces, cinco valerosos jóvenes cubanos guardan injusta,humillante y dura prisión en cárceles norteamericanas por el único delitode luchar contra las acciones terroristas. Sobre Gerardo FernándezNordelo, Ramón Labañino Salazar, René González Sehwerert, Fernan-do González Llort y Antonio Guerrero Rodríguez, se ha ensañado la sedde venganza y el odio visceral de la mafia miamense y la absurda políti-ca de la Casa Blanca.1

    NO ES DE EXTRAÑAR QUE EN MIAMISE ENCARCELE A LA JUSTICIA

    Un día antes de iniciarse en Panamá la X Cumbre Iberoamericana deJefes de Estado y de Gobierno, el 17 de noviembre de 1999, a partir deuna denuncia cubana, fue desarticulado un atentado organizado por laFundación Nacional Cubano Americana para atentar contra la vida delPresidente de Cuba, Fidel Castro Ruz. Ese día, fueron detenidos por lasautoridades panameñas los connotados asesinos Luis Posada Carriles,Guillermo Novo Sampoll, Pedro Remón Rodríguez y Gaspar JiménezEscobedo. Todos residentes en Miami y Centroamérica y, al igual quePosada, criminales con una larga historia de participación en accionesterroristas contra Cuba que se han extendido a otros 28 países, entre loscuales figura Estados Unidos.

    En el maletín de Luis Posada Carriles, que su chofer enterrara cuan-do supo de la detención del terrorista, expertos panameños encontraronlos explosivos —50 envoltorios de Centex y 20 kilogramos de C-4 consus respectivos detonadores— que se utilizarían en la acción terrorista.El poder de esta carga explosiva es tal que podría hacer volar en peda-

    1 Para conocer sobre el caso de los cinco patriotas cubanos encarcelados en EstadosUnidos por luchar contra el terrorismo puede visitar los sitios www.freethefive.org ywww.jrebelde.cu/inocentes/

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    zos todo lo existente en el área comprendida entre unos 200 y 400 me-tros a la redonda. Asimismo, fueron ocupados los planos del Paraninfode la Universidad de Panamá y otras evidencias que demuestran queese era el sitio que los terroristas pretendían volar cuando Fidel Castroestuviese reunido con miles de estudiantes panameños. Aunque no sepuede descartar la posibilidad de que la camarilla terrorista, en posesiónde esos explosivos que pueden ser detonados a larga distancia, podríahaber actuado en otros eventos de la Cumbre Iberoamericana y puestoen grave peligro la vida de otros presidentes.

    El 18 de noviembre del 2000, Cuba inició la solicitud de extradiciónde esos terroristas, todos de origen cubano, para que fuesen juzgados enel país por un Tribunal Internacional Latinoamericano. El 29 de noviem-bre, realizó la solicitud formal al gobierno panameño entregando un gruesoexpediente con el recuento de los crímenes cometidos por los detenidos.Meses después, la solicitud hecha por Cuba fue denegada. A pesar dela extensa y reconocida historia criminal de Luis Posada Carriles y sussecuaces y de las múltiples evidencias sobre la acción que proyectabanrealizar —incluida la enorme carga de explosivos— sobre estos terro-ristas solo pesa la acusación de haber entrado con pasaportes falsos alterritorio panameño.

    En Miami, las organizaciones contrarrevolucionarias junto con lospolíticos y funcionarios vinculados a ellas, apoyan a estos criminalespresos en Panamá, recaudan dinero para su defensa legal, ejercenpresiones sobre las autoridades panameñas y crean condiciones parauna eventual fuga de los acusados. Paradójicamente, esos cubanos dela extrema derecha miamense son los mismos que desataron la frené-tica e histérica campaña para estigmatizar y condenar a los cinco jó-venes que infiltraron los grupos terroristas que se mueven librementeen la Florida.

    No es de extrañar que en Miami los medios de prensa, al servicio delos elementos más reaccionarios, defiendan a los terroristas mientrascalumnian y presentan como peligrosos enemigos de la sociedad aGerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, AntonioGuerrero y René González cuyo único delito ha consistido en lucharcontra el terrorismo.

    Víctimas de una abominable injusticia y de un trato cruel, inhumano ydegradante que ultraja groseramente los derechos humanos, el juicio cele-brado en Miami contra los cinco patriotas es prueba irrefutable de la arbi-trariedad y la ilegitimidad del proceso judicial a que fueron sometidos.

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    En diciembre del 2001, el tribunal impuso a los cinco condenados lassanciones más severas a su alcance, desestimó las posibles atenuacio-nes sugeridas por los oficiales probatorios, acogió las agravantes solici-tadas por la fiscalía, y actuó como un eco del odio y los prejuiciosanticubanos que habían envenenado todo el proceso y lo expresó nítida-mente con palabras y con la irracional desmesura de las penas que impu-so: a Gerardo Hernández dos condenas a prisión perpetua, más 15 años;a Antonio Guerrero cadena perpetua más 10 años; a Ramón Labañinouna cadena perpetua más 18 años; a Fernando González 19 años de cár-cel; a René González 15 años de prisión.

    Pero las voces de estos jóvenes no pudieron ser silenciadas. Susformidables alegatos dan fe de la fortaleza de sus convicciones y de suseguridad en la lucha por un mundo mejor para todos. Gerardo, Ramón,Antonio, Fernando y René, lejos de amilanarse acogiéndose a la filisteatradición norteamericana que ofrece una oportunidad final a los acusa-dos de arrepentirse y suplicar la clemencia de sus jueces, denunciaron ydesenmascararon a sus acusadores, pusieron al desnudo toda la false-dad y la arbitrariedad de un proceso amañado desde su origen y reafir-maron su inconmovible fidelidad a su pueblo y a sus ideales. Muestra deello es este fragmento del alegato presentado en la vista de Sentencia,el 13 de diciembre del 2001, por Ramón Labañino:

    El criminal ataque a las Torres Gemelas de New York y al Pentágo-no en Washington segó la vida de miles de inocentes del pueblo deEstados Unidos, y con indignación nos unimos al dolor del pueblonorteamericano. Hacemos votos porque tales hechos no vuelvan aocurrir.Nosotros, que hemos dedicado nuestras vidas a luchar contra el te-rrorismo, a evitar que actos como estos ocurran; que hemos tratadode salvar la vida de seres humanos inocentes no solo de Cuba sinodel propio Estados Unidos; hoy estamos aquí en esta Sala para quese nos condene precisamente por evitar actos como estos. ¡Estacondena no puede ser más irónica e injusta!Desde esta misma ciudad de Miami se ha planificado, organizado ydirigido el terrorismo contra mi país, Cuba. Desde aquí se patrocina alos terroristas y sus actos, se les alienta y financia, se les da albergue—solo por mencionar un reconocido caso, por las calles de Miamicamina libremente un terrorista y asesino no solo de cubanos sino delpueblo de Estados Unidos, Orlando Bosch— y lo más penoso de todo

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    es que esto sucede con el conocimiento y la anuencia de las autorida-des de este país. Baste con leer detenidamente toda la evidencia denuestro caso, que es plena en todo este tipo de acciones terroristas.

    Después de mencionar en su alegato las múltiples acciones terroris-tas, agresiones, invasiones y provocaciones cometidas contra Cuba porlos grupos terroristas en los que él y sus hermanos hacían labor de inte-ligencia, Ramón Labañino denuncia:

    Estos grupos terroristas sobre los cuales nosotros actuamos, no solohan provocado tales hechos en Cuba sino aquí en Estados Unidos, yen este reporte de prensa, totalmente público y al alcance de todos,se detalla un resumen de actividades terroristas cometidas aquí enMiami, en total más de 68 actos de violencia. Este artículo escritopor el periodista Jim Mullin, del Miami New Times, en abril 20-26 del2000, describe entre otros muchos:

    1968 Orlando Bosch dispara una bazooka contra un barco polacoen el puente MacArthur Causeway. (Más tarde políticos deMiami declaran “El día de Orlando Bosch” para dar honra atal terrorista).

    1974 El líder exiliado José Elías de la Torriente fue asesinado enCoral Gables por haber fracasado en una invasión que lleva-ría a Cuba.

    1975 Luciano Nieves es asesinado después de defender la coexis-tencia pacífica con Cuba.

    1976 Un carro bomba le arranca las piernas al director de noticiasEmilio Milán de la WQBA-AM, después de condenar públi-camente la violencia del exilio.

    1981 Explota una bomba en el consulado mexicano en Brickell Ave,en protesta por sus relaciones con Cuba.

    1996 Una bomba explota en el restaurante Centro Vasco de la Pe-queña Habana por protesta ante el concierto de la cantantecubana Rosita Fornés.

    2000 (11 de abril) afuera de la casa de los familiares de Elián Gon-zález en Miami, el periodista de Radio Scot Piasant de Obregón,mostró un t-shirt que decía “Envíen el niño a casa. Es underecho de padre”, y fue atacado físicamente antes de quellegara la policía.

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    Esto no es en Cuba. Esto es aquí en Estados Unidos, en Miami, enlas ciudades y calles de este país donde vivimos todos, por dondeustedes caminan cada día, sus hijos y familiares.En la década de 1990 se arreció el terrorismo, incursiones y provo-caciones hacia mi país, hasta que en 1997 se ejecutara una ola deacciones terroristas contra hoteles e instalaciones que llevó al asesi-nato de un inocente turista italiano: Fabio Di Celmo.¿Cuántas muertes más de seres humanos inocentes tenemos quepresenciar para que se acabe esta política loca y absurda hacia Cuba?¿Cuántas vidas más de seres humanos hay que esperar que se pierdanpara que el FBI cumpla realmente con su deber y detenga a los realescriminales y terroristas de su propio pueblo de Estados Unidos?

    Las preguntas realizadas por Ramón Labañino aún están sin respon-der por las autoridades norteamericanas, pero se multiplican en las vo-ces de las decenas de miles de personas que en más de sesenta paísesse integran a los Comités por la Liberación de las Cinco Prisioneros delImperio y se rebelan para que no queden impunes las acciones terroris-tas como la que, en septiembre de 1997, segó la vida del hijo más peque-ño de Ora y Giustino.

    ESCANDALOSO INDULTO EN PANAMÁ

    El jueves 26 de agosto del 2004, las agencias de prensa difundieron lanoticia de que Mireya Moscoso, aprovechando los últimos días de sumandato presidencial, había concedido el indulto a Luis Posada Carriles,uno de los más peligrosos terroristas del hemisferio occidental. El orga-nizador confeso del asesinato de Fabio Di Celmo fue puesto en libertadjunto a tres de sus cómplices: Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo NovoSampoll y Pedro Remón Rodríguez.

    Los compinches de Posada Carriles tampoco son ángeles. JiménezEscobedo, entre otros crímenes, participó en la preparación de los aten-tados con bombas contra hoteles en Cuba y perpetró, en México, elasesinato del técnico pesquero cubano Artañán Díaz Díaz. Novo Sampoll,además de haber colocado bombas en embajadas, aeronaves y embar-caciones, trabajó al servicio de la D