editorial acción, cámara, luz… - perio.unlp.edu.ar trote 11... · entrevista con federico...

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3 Una vez más encaramos la temática central enfocando al deporte en clave artística. En esta ocasión, las narrativas cinematográficas servi- rán como excusa para analizar nuestro objeto de estudio desde miradas diversas. Lejos de po- sicionarnos como “críticos de cine”, e intentan- do estimular las subjetividades, nos lanzamos al mundo de la pantalla grande con la intención de continuar interpretando algunas líneas discur- sivas que abordan al deporte. Desde nuestro lugar, entendemos que des- de hace un buen tiempo (podríamos decir que desde su invención), el lenguaje audiovisual ha atravesado (e incluso moldeado) la cosmovisión y la vida cultural de nuestras sociedades. En esa lógica, el universo deportivo no ha queda- do ajeno, y las producciones fílmicas tuvieron (y tienen) un rol preponderante como elementos productores y legitimadores de sentidos. Y, en ocasiones, algunos productos se convirtieron en verdaderas marcas de época. Ignorar la importancia y la potencia de la in- dustria cultural cinematográfica sería algo tan ingenuo y absurdo como desconocer la creciente producción y circulación de material audiovisual por fuera del circuito comercial. El ámbito alter- nativo y el académico, sumados a la “omnipoten- cia” de internet, son una fiel muestra de nuevas formas de producción, muchas veces de alta cali- dad, con masivas y heterogéneas audiencias. Quizás (aunque sea en el fondo del incons- ciente colectivo) el siguiente informe no sea otra cosa que el deseo de compartir el poder de la imaginación. Quizás la mayoría de los que alguna vez tuvimos un mínimo contacto con el universo de las cámaras, los planos, la musica- lización, los fundidos y la edición, nos hayamos entusiasmado en profundidad. Quizás algún trabajo práctico para la facultad, un video minu- to, un corto, un esbozo documental, nos hayan despertado la llamita de jugar a ser directores, guionistas, camarógrafos, cineastas, en alguna oportunidad. Y como en el cine y en la vida la cinta pasa, a veces con saltos en el tiempo, a veces con expli- caciones que se encuentran en el pasado, cree- Acción, cámara, luz… Editorial mos necesario volver a recordar los cuatro años transcurridos desde la sanción (con amplia ma- yoría en ambas cámaras) de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplaza a la Ley de Radiodifusión N°22.285 decretada en 1980, durante la dictadura cívico-militar. En un mismo sentido, orientado a la conso- lidación y profundización democrática (y a la diversidad y multilplicidad de voces), anhela- mos su inminente aplicación integral y acom- pañamos la lucha contra los monopolios que pretenden solapar sus intereses corporativos y empresariales, detrás de una falaz preocupación por lo que malentienden como “libertad de ex- presión”. Con idéntico énfasis, aprovechamos la ocasión para continuar apoyando el pedido de tratamien- to y sanción del Proyecto de Ley de Fomento a las Revistas Culturales Autogestivas, presentado en el Parlamento en mayo de este año. Para De buena fuente, contamos con la pre- sencia de Viviana Vila. Comentarista en radio Continental y docente en nuestra facultad, nos habla de periodismo y de su incursión en Fútbol Para Todos. Una charla imperdible para seguir indagando y aprendiendo sobre la formación y el rol de los cumincadores/as. Desde el CENARD, Eduardo “Dady” Gallar- do nos cuenta cómo es estar al frente de la Selec- ción Masculina de Handball. El entrenador de Los Gladiadores, quien paralelamente conduce al elenco de River Plate, recuerda cómo fue la inédita experiencia olímpica en Londres, y nos ayuda a vislumbrar el futuro cercano del balon- mano nacional. Volvemos a saludar y agradecer respetuo- samente a lectores, colegas y compañeros/as. Seguimos soñando con trabajar conjuntamente con las extensiones. Los invitamos a acompa- ñarnos en esta película que alguna vez bautiza- mos como Al Trote. Estamos abiertos al deba- te, la crítica, la reflexión y el aprendizaje colec- tivo. Con humildad y mucho esfuerzo, seguimos intentando aportar un granito de arena para un periodismo deportivo diferente al que predomi- na. Caminamos detrás de esa utopía. Salud.

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Una vez más encaramos la temática central enfocando al deporte en clave artística. En esta ocasión, las narrativas cinematográficas servi-rán como excusa para analizar nuestro objeto de estudio desde miradas diversas. Lejos de po-sicionarnos como “críticos de cine”, e intentan-do estimular las subjetividades, nos lanzamos al mundo de la pantalla grande con la intención de continuar interpretando algunas líneas discur-sivas que abordan al deporte.

Desde nuestro lugar, entendemos que des-de hace un buen tiempo (podríamos decir que desde su invención), el lenguaje audiovisual ha atravesado (e incluso moldeado) la cosmovisión y la vida cultural de nuestras sociedades. En esa lógica, el universo deportivo no ha queda-do ajeno, y las producciones fílmicas tuvieron (y tienen) un rol preponderante como elementos productores y legitimadores de sentidos. Y, en ocasiones, algunos productos se convirtieron en verdaderas marcas de época.

Ignorar la importancia y la potencia de la in-dustria cultural cinematográfica sería algo tan ingenuo y absurdo como desconocer la creciente producción y circulación de material audiovisual por fuera del circuito comercial. El ámbito alter-nativo y el académico, sumados a la “omnipoten-cia” de internet, son una fiel muestra de nuevas formas de producción, muchas veces de alta cali-dad, con masivas y heterogéneas audiencias.

Quizás (aunque sea en el fondo del incons-ciente colectivo) el siguiente informe no sea otra cosa que el deseo de compartir el poder de la imaginación. Quizás la mayoría de los que alguna vez tuvimos un mínimo contacto con el universo de las cámaras, los planos, la musica-lización, los fundidos y la edición, nos hayamos entusiasmado en profundidad. Quizás algún trabajo práctico para la facultad, un video minu-to, un corto, un esbozo documental, nos hayan despertado la llamita de jugar a ser directores, guionistas, camarógrafos, cineastas, en alguna oportunidad.

Y como en el cine y en la vida la cinta pasa, a veces con saltos en el tiempo, a veces con expli-caciones que se encuentran en el pasado, cree-

Acción, cámara, luz…

Editorial

mos necesario volver a recordar los cuatro años transcurridos desde la sanción (con amplia ma-yoría en ambas cámaras) de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplaza a la Ley de Radiodifusión N°22.285 decretada en 1980, durante la dictadura cívico-militar.

En un mismo sentido, orientado a la conso-lidación y profundización democrática (y a la diversidad y multilplicidad de voces), anhela-mos su inminente aplicación integral y acom-pañamos la lucha contra los monopolios que pretenden solapar sus intereses corporativos y empresariales, detrás de una falaz preocupación por lo que malentienden como “libertad de ex-presión”.

Con idéntico énfasis, aprovechamos la ocasión para continuar apoyando el pedido de tratamien-to y sanción del Proyecto de Ley de Fomento a las Revistas Culturales Autogestivas, presentado en el Parlamento en mayo de este año.

Para De buena fuente, contamos con la pre-sencia de Viviana Vila. Comentarista en radio Continental y docente en nuestra facultad, nos habla de periodismo y de su incursión en Fútbol Para Todos. Una charla imperdible para seguir indagando y aprendiendo sobre la formación y el rol de los cumincadores/as.

Desde el CENARD, Eduardo “Dady” Gallar-do nos cuenta cómo es estar al frente de la Selec-ción Masculina de Handball. El entrenador de Los Gladiadores, quien paralelamente conduce al elenco de River Plate, recuerda cómo fue la inédita experiencia olímpica en Londres, y nos ayuda a vislumbrar el futuro cercano del balon-mano nacional.

Volvemos a saludar y agradecer respetuo-samente a lectores, colegas y compañeros/as. Seguimos soñando con trabajar conjuntamente con las extensiones. Los invitamos a acompa-ñarnos en esta película que alguna vez bautiza-mos como Al Trote. Estamos abiertos al deba-te, la crítica, la reflexión y el aprendizaje colec-tivo. Con humildad y mucho esfuerzo, seguimos intentando aportar un granito de arena para un periodismo deportivo diferente al que predomi-na. Caminamos detrás de esa utopía. Salud.

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Sum

ario

10 19

6 / Cinefilia deportiva

8 / “Quería hacer una película de River para la gente de River”Entrevista con Federico Peretti, director del documental sobre la bandera más larga del mundo.

11 / Los ojos de DarínTodo el romanticismo que generan los clubes de barrio encarnado en la mirada del actor.

12 / Rocky IV: El KO al comunismoCómo el cine estadounidense quiso, a través del entrañable boxeador, convencernos de las bondades del capitalismo.

14 / El rugby, blanco sobre negroRecordamos Invictus, la película que narra el acompañamiento del deporte para darle fin al Apartheid en Sudáfrica.

15 / De cintas y raquetasYa sea por su génesis elitista o por alguna casualidad histórica, el tenis se ha encontrado poco y nada con el cine.

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16 / El padre de la criaturaRecordamos la faceta actoral de Bruce Lee.

18/ Me verán volver Isinbayeva había anunciado su retiro. Llegó la fecha y quedaron algunos interrogantes.

19/ “El handball tiene que ser profesional y tener una buena liga nacional”Fuimos hasta el CENARD para charlar con Eduardo Gallardo, el padre de “Los Gladiadores”.

El polifuncional

El aporte del deporte

14

El trotador

Narrativas cinematográficas

5

Así forma

19 30 34 38

Número 11 - Octubre 2013

Editor responsable: Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad Nacional de La Plata

Jefes de redacción: Lucas Mateo / David D´Agostino

Corrector: Francisco Trapaglia

Redactores: Joel Gentil / Víctor Olivera / Fernando Labal / José Álvarez / Lucas Mateo / David D´Agostino / Héctor Escobar / Jimena Maggi / Leo Gabino / Josefina Mas / Leo Timossi/ Juan Pablo Gatti / José Castro / San-tiago Sturla / Leo Benaglia / Hugo De Angelis / Mariano Quadrana / Fernan-do Aranda / Matías Rueda / Rodrigo Márquez / Julián Haramboure

Colaboración especial: Juan Manuel Aranda

Foto de tapa:AG La PLata

Fotógrafos: Javier Aimetta / Maxi Gamboa

Ilustrador: Martín Mateo

Arte y Diseño: Paula Romero

Agradecimientos: Gastón LuppiLeonardo AleAníbal DíazMaximiliano FriggieriLuis Dell´Acqua

Contacto: [email protected] en:http://www.facebook.com/Revisaltrotehttps://twitter.com/revistaaltrote

Publicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Área de Contenidos en Periodismo Deportivo. Diag. 113 Nº 291, La Plata, Buenos Aires, Argentina. Tel: 0221 4250133. www.perio.unlp.edu.arRegistro de la Propiedad Intelectual en trámite. Prohibida su reproducción total o parcial sin citar la fuente. Año 2 - Nº 11 - Octubre de 2013. Distribución gratuita.

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Paramos la bocha

A rodar la guitarra

Pluma y pelota

Ellos también juegan

23/ A toda velocidad hacia la F1Facundo Regalía viene a fondo buscando su lugar en la máxima categoría de los fierros.

24/ “La primicia ya no existe más”Periodismo con perfume de mujer. Viviana Vila nos habla de su actividad dentro del medio.

28/ Al ritmo de la noche, al compás del sol

30/ “El fútbol es lo que más me acerca a lo social”Mezclamos fútbol y música con Hernán Saravia, líder de Pampa Yakuza.

32/ Se presume culpableDiversos casos de doping que enturbian la escena deportiva.

34/ “Estar en un Juego Olímpico es una experiencia indescriptible”Alejandro Chiti se decidió por ser árbitro antes que jugador de básquet. Hoy, no se arrepiente.

36/ El fulbo es pa´ vivos, nene

38/ Dirigentes, decencia y winesInvocamos al libro de Matías Bauso para recordar al gran Dante Panzeri.

La rompió

De buena fuente

La pelota en el medio

El polifuncional (bis)

6

El cine nació ligado

al deporte.

Encontró cobijo en

él y, más allá de que

hayan circulado por

diferentes caminos,

siempre se vuelven

a ver. La historia

de dos pasiones que

se encuentran

y se distancian…

para volver

a encontrarse.

Narrativas cinematográficas

No sabemos si sucedió real-mente, o resultó una buena excusa para entrar en tema. La cuestión es que un día cualquiera, en una de las tantas calles de la ciudad, dos viejos conocidos se vuelven a ver después de algunos años. Nunca fueron cómplices, ni amigos ínti-mos, pero siempre existió una bue-na relación. El paso del tiempo, las cuestiones laborales, las nuevas fa-milias y otros asuntos, hicieron que cada uno de estos viejos conocidos se dejara de ver. Sólo la casualidad los volvió a reunir. A continuación la breve charla que sucedió al ines-perado encuentro:

–¿Qué hacés Rodolfo? Tanto tiem-po sin verte ¿Qué es de tu vida?–Bien, acá andamos. Tranquilo ¿Lo tuyo?–Bárbaro ¿Querés que vayamos a tomar un cafecito y charlamos un poco?–Te agradezco, pero me voy a mi-rar el partido.–Siempre igual vos. No cambiás más. Esa cabeza de pelota no te deja ver que es todo negocio. –No empecés con eso.–Está todo arreglado el fútbol, Ro-dolfo. Y vos, como un boludo, se-guís calentándote si la pelota pega en el palo o se va por un costado.–¿Vos me venís a decir eso? Te gas-tas el sueldo yendo a mirar bolude-ces al cine ¿O me vas a decir que lo que ves en el cine es verdad?–No hables pavadas. No compares, que no tienen nada que ver.–Por supuesto que no tienen nada que ver. El fútbol es nuestro. El cine es de los yanquis.

Un silencio mínimo, casi un instante, los detuvo a ambos de continuar la discusión. Se miraron como siempre lo habían hecho, sin entenderse el uno al otro. Jorge le tocó el hombro a Rodolfo y conti-nuó su camino. Dos rumbos que se encontraron para, inmediatamen-te, bifurcarse. Como la vida de un cinéfilo y un futbolero. Como la historia del cine y el deporte. Visi-blemente alejados e incompatibles. Interna y eternamente ligados.

El nacimiento deportivo del cine

En los últimos resquicios del siglo XIX, dos hermanos franceses lograron un pequeño -pero inmen-so a la vez- avance que dio el inicio a la cinematografía. Los Lumiére pudieron, un Día de los inocentes de 1895, proyectar públicamen-te la salida de los obreros de una fábrica en la ciudad de Lyon. Este hecho, único y sorprendente para los incrédulos que veían a las fo-tografías ponerse en movimiento, fue el inicio de un arte que se posi-cionó como punta de lanza duran-te el siglo posterior.

En la misma época en que los británicos llevaban sus avances por todo el mundo, colonizando y formando nuevas sociedades, el cine daba sus primeros pasos. Tra-tando, a su modo, de hacerse un lu-gar entre la incertidumbre del qué vendrá. Midiendo posibilidades y asumiendo riesgos ante la inmi-nente factibilidad de los fallidos.

Tan alejados en sus intencio-nes, objetivos y métodos, ambos

Cinefilia deportiva

7

utilizaron una herramienta co-mún. Los ingleses, para transmi-tir valores durante el período de formación de los jóvenes. El cine, como uno de los sitios donde más notorio se hacía el movimiento. El deporte fue su compañero en esos inicios.

El periodista y docente de la Universidad de Sevilla, Joaquín Marín Montín, menciona que “…antes incluso del cinematógrafo, las primeras imágenes deportivas están asociadas a los experimentos fotográficos de carácter científico realizados en 1873 por el britá-nico Eadweard Muybridge, que analizando objetos en movimien-to mediante la descomposición en imágenes sucesivas fotografió movimientos que nunca habían sido visto hasta entonces. Entre ellos destacó la serie de fotografías de un caballo al galope. Posterior-mente aplicaría esta técnica al mo-vimiento humano tomando como referente a gimnastas”.

Muchos de los primeros traba-jos realizados por estos personajes que soñaban con darle dinámica a lo estático, de darle movimiento a las fotografías, estuvieron vin-culadas con hechos deportivos. Según dista en los archivos, los primeros trabajos con cámara se realizaron en Inglaterra y Austra-lia. Las imágenes británicas, to-madas con un animatógrafo (ver-sión mejorada del kinetoscopio de Edison) por Robert William Paul, en la Escuela de Brighton, retra-taban las prácticas de hipismo y remo de los alumnos de la ins-titución. En tierras oceánicas la primera cámara fue utilizada por el fotógrafo retratista australiano Walter Barnett para registrar en 1896 dos competiciones hípicas en Melbourne.

Otra vez el deporte ¿Por qué?

A pesar de su origen europeo, el cine tendrá sus ramificaciones expandiéndose hacia otras tierras

con fines diferentes a los que se su-pieron mantener en el Viejo Conti-nente. Más ajeno a la estética y al arte, sufrirá una explosión como producto mercantil en Estados Unidos.

La industria de Hollywood se apropió del cine haciendo de él no sólo un fin comercial, sino un ca-nal válido de reproducción de dis-cursos, propagandas, lineamientos políticos, como así también, para estigmatizar y convertir en ene-migos a países o personajes con-trarios a las necesidades de creci-miento y progreso propias.

Porque se cuenta sólo. Porque un mínimo episodio, un instante, una simple jugada, pueden ser por-tadoras de un motivo digno de ser contado. Por el carácter épico que adquieren determinados triunfos, equipos o deportistas. Porque su semejanza con las historias de hé-roes tienen los tiempos necesarios de cada relato, donde existe un pasado poco claro, de miserias e incertidumbres, seguido por un presente de éxito, fama y logros, para un posterior descenso a las ruinas, la muerte o la simple -pero no por eso menos dolorosa- mar-ginación e indiferencia de la con-sideración popular.

Por todo esto y más, ya que la cantera de ejemplos es inagotable e inabarcable, se explica la rela-ción que existe entre el cine y el deporte. Porque no hay manifesta-ción más explícita de lo que puede suceder en la vida que la que se plasma, simbólicamente, dentro de una cancha, un campo, un ring.

El cine ha evolucionado y revo-lucionado las formas de contar. El discurso narrativo de esta manifes-tación artística ha sido uno de los más fuertes a la hora de decir. Lle-gando a constituirse de modo tal de ser considerado el séptimo arte. Con sus diversos géneros y forma-tos, ha tenido al deporte como un modo de emitir sus discursos.

Desde Chaplin interpretando, en 1915, a Charlot boxeador, pa-sando por El ídolo de barro, a me-

diados de siglo, donde Mark Rob-son ofreció una cruda visión sobre la vinculación del mundo pugilís-tico con la fama y el poder, el de-porte ha sido narrado por el cine. En todas sus manifestaciones. Mu-chas veces, de modo documental, registrando episodios deportivos históricos. Otras, mediante cons-trucciones épicas de personajes que trascendieron sus disciplinas para transformarse en referentes globales.

Están los que se interesaron por la gloria que brindan los triunfos. También, pudimos ver a los que se metieron con la parte negativa del asunto, y prefirieron mostrar las sombras detrás de los flashes y de las luces de la victoria.

O los que ven al deporte con cierta desconfianza y conocen que detrás de un simple juego se escon-de la violencia reprimida. Tal como lo planteaban Erick y Dunning en sus estudios sobre los orígenes de los deportes en Inglaterra, el de-porte sirvió como método de so-cializar y contener la violencia que el hombre poseía. Ahí, encontra-mos el film Rollerball, de Norman Jewinson, quien quiso mostrar, a través de un juego inventado, el nivel de violencia al que estaba lle-gando la sociedad.

Y ni hablar del mundo, cuando el capitalismo se instaló como el método válido. Un ejemplo escla-recedor de esto lo dio Oliver Stone en Un domingo cualquiera, para demostrar que el negocio televisi-vo cambió los modos de entender (y der ver) al deporte. Todo retra-tado a través del fútbol americano, que junto al béisbol y al boxeo han sido útiles a la construcción de la narrativa épica de la sociedad es-tadounidense.

Cientos de títulos, historias fic-ticias y reales, tomadas por el cine para narrar los avances y estan-camientos de una sociedad. Una herramienta que, por donde se la mire, resulta ser una de las más aptas para captar la atención de propios y extraños.

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“Quería hacer una película de River para la gente de River”

El “Millonario”

merecía su

propia película.

Y la excusa

perfecta fue la

confección

de la bandera

más grande del

mundo a nivel

clubes.

Por Joel Gentil / Fotos: Ayelén Lobito

Federico Peretti, director de Esos colores que llevás, una pasión he-cha bandera, reconoce que el pro-yecto nació por casualidad cuando un grupo de hinchas le pidió, te-niendo en cuenta sus antecedentes como fotógrafo y hombre relacio-nado al cine, que los ayudara a difundir le idea de confeccionar el “trapo” y entrar así a los Guinnes. El mismo día que la bandera reco-rrió las calles de Capital Federal, el autor de El otro fútbol -su primera película- decidió encarar el proyec-to. Le llevó diez meses de trabajo, más aún teniendo en cuenta que fue todo a pulmón. Una película de un hincha para otro hincha.

- ¿Cómo te gusta más que te llamen? ¿Fotógrafo o direc-tor?- Es un dilema, porque las dos co-sas me gustan mucho. Creo que no podría sólo sacar fotos y olvidarme

del cine pero tampoco podría sola-mente filmar y no pensar en las fo-tos. Traté de pensarlo a la inversa, cuál no haría de las dos, y la ver-dad que no sería feliz si tuviera que elegir una. En algunos momentos, como en el tiempo de la película, me olvido un poco de las fotos. Lo que tiene el cine independien-te es que si no te metés de lleno o te hacés cargo de eso, terminás no sólo siendo director sino haciendo todo. En la última película fui el director, el editor, el que redactaba y mandaba las gacetillas de pren-sa. En Argentina ser director no es como en otros lugares que so-lamente dirigís. Ser director es un poco más global.

- ¿Siempre fútbol?- Tengo 32 años, trabajo en cine desde los 20 y nunca había labura-do en documentales; sí en ficciones. He trabajado en muchos comercia-

Narrativas cinematográficas

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les pero nunca con fútbol. Justo se dio que los dos proyectos de pelí-cula que encaré fueron de fútbol. Hace poco tiempo atrás el fútbol y el cine no iban de la mano. Héroes, o alguna que otra película, pero no había películas como La Pasión, de Gimnasia, es decir, películas que no fueran resúmenes de goles. Entonces, me quedó latente lo del fútbol, algo que tenía adentro.

- ¿Cómo surgió la idea de Esos colores que llevás?- Los organizadores de la movida de la bandera más larga del mun-do, de la filial Ángel Labruna, como sabían que a mí me gustaba filmar, y que había hecho una película, me pidieron si les daba una mano para hacer un video para internet y los noticieros promocionando la bandera para incentivar a la gente que vaya a la caravana el 8 de oc-tubre pasado. Me comentaron el proyecto, me interesó mucho eso que la gente done tela y no plata, me sumé, filmé un par de cosas y se hizo el video.

- Que la idea de la “peli” haya surgido el mismo día que se presentó la bandera ¿Te per-judicó en algo teniendo en cuenta que ya tenías mucho material filmado?- Hasta ese día tenía todas las to-mas de cómo se coció la bandera y demás. Pero por mi forma de traba-jar, cada vez que filmo algo, lo hago pensando en que lo puedo usar para algo. Lo grabo en HD, con una buena cámara, buena iluminación. Ese día, antes de que arranque la caravana, y cuando vi que no era un tema de barras sino que había familias, dije que me gustaría que quede registrado algo más que lo que salía en la televisión. Por eso filmé todo pensando en la película. Antes iba a ir más como hincha, a sacar un par de fotos y demás. Pero ese mismo día hice millones de to-

mas solo. Después de ver todas las imágenes que tenía, me faltaba en-tender qué carajo se estaba viendo. Entonces, fui a entrevistar al chico que la coció; al que se le ocurrió la idea; al que la tiró en twitter. Es-taba bueno que la gente supiera también cómo lo vivió Ortega, el “Beto” Alonso, Francescoli. Hice 70 entrevistas que fueron pensadas y coordinadas.

- ¿Lograste lo que buscabas?- Logré bastante más de lo que buscaba. Yo pensaba hacer una película, subirla a youtube y listo. Hacer dos Luna Park con doce mil personas, varias funciones en el Gaumont, el cine más grande que tiene el INCAA, y que la entrada haya sido un alimento no perece-dero para la Red Solidaria; hacer una función para juntar quinien-tos kilos de alimento, en Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, en Málaga, España; es decir, se generó algo lindo que va más allá del cine. Son cosas que nunca me había ima-ginado ni me habían pasado con El otro fútbol, que salió en los cines, se difundió en Brasil, pero era una pe-lícula donde la gente iba a verla. En este caso, la gente se vuelve loca, en el Luna Park muchos lloraban por la emoción que le producía la pelí-cula, no me lo imaginaba.

- ¿Pudiste manejar el tema del profesionalismo siendo hincha de River?- Me jugó a favor en ciertos pun-tos. Si no hubiera sido una película de River no hubiera dejado de te-ner plata para pagar las expensas por ejemplo. Se empezó a cono-cer la película y ya no podía dejar de hacerla. En contra no, porque cuando laburo soy profesional. De hecho en la película anterior se ve el descenso de River. Estoy parado al lado de los jugadores de Belgra-no festejando y yo estaba llorando grabando las imágenes para des-

pués ponerlas en la película. Si no hubiera sido profesional no lo hubiese puesto. Estaba haciendo una película de la “B” y el cimbro-nazo más grande fue el descenso de River y lo tenía que poner, y yo estaba filmando las imágenes a medio metro de los jugadores de Belgrano, llorando y buscando los mejores planos.

- De todos los elogios que re-cibiste de tus películas ¿Cuál fue el que más te impactó?- Me sorprendieron dos cosas. Una que cuando hice algunas funcio-nes de prensa y la vio gente rela-cionada al cine, que sabe de cine, me decían que se habían sorpren-dido por lo sincera que era. Todos se imaginaban que se trataba de una cuestión política. Aquellos que tampoco eran de River resaltaron que era una película de un hincha, que quería demostrar el amor a su club sin buscar cuestiones políti-cas. Que dijeran eso me gustó. Era lo que yo quería, hacer una pelícu-la de River para la gente de River que quede para siempre. Lo otro que me sorprendió es que gente por fuera del club, de no ser hin-cha de River, no le haya resultado un bodrio. Saber que se valora lo cinematográfico, que cumple con los parámetros de una película de cine, en cuanto a los encuadres, las entrevistas, la historia a contar, es gratificante. Tiene un laburo de guión, de estructura, narración, y así se labura en cine.

“Cuando laburo soy profesional. En la película anterior se ve el descenso de River. Estoy parado al lado de los jugadores de Belgrano festejando y yo estaba llorando grabando

las imágenes”.

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- De todo tu recorrido por Ar-gentina ¿Qué te sorprendió de las distintas provincias?- El fútbol. Ves que en La Quiaca juegan en una cancha que es de tierra, piedras, que la pelota pica para cualquier lado. Los jugado-res dicen que si le dan un pase tie-nen que poner la pierna un metro más arriba porque saben que pica mal. Eso no se ve en Capital, sí en las ligas del interior. Pero en tele-visión no se muestra. O ir al sur y ver que juegan 10 grados bajo cero, y se las ingenian para jugar igual, eso me sorprendió. Acá vas a una cancha que tiene un poco el pasto largo y ya se quejan y allá, juegan sin quejarse. Vale más la pena mostrar eso.

- Crees entonces que es im-portante mostrar El otro fútbol para mostrar nuestra identidad.- Cada año, hay 3500 equipos fe-derados que juegan torneos oficia-les para jugar en primera, que si ganan cinco campeonatos llegan a la “A”. Cualquier equipo de una ciudad chiquita de cinco mil habi-tantes de Jujuy, por ejemplo, lo po-

dría lograr. La mayoría de los que juegan al fútbol lo hacen en equi-pos que no son conocidos. Esa es la base del fútbol del país y no te lo muestra nadie. Habiendo ido a cu-brir el ascenso, con Fernando Prie-to teníamos ganas de hacer algo de eso. Nos enojábamos porque en los canales de deportes siem-pre te muestran lo mismo. Pasan partidos de los dos últimos de la Premier League y no te transmiten el clásico de Tucumán o del Chaco que llevan 20000 personas y revo-lucionan la ciudad. Chaco For Ever jugó en 1991 en Primera y ahora nadie sabe si existe. Entonces diji-mos de hacer algo para mostrarlo y no quejarnos. Nos decían que a na-die les iba a interesar, pero cuando salió la película y nos invitaron a Pura Química, Fútbol para Todos, Despertate, nos dimos cuenta que lo habíamos logrado.

- Con respecto al INCAA ¿Cómo se maneja con las pelí-culas independientes?- Existe un presupuesto que no es el mismo que le otorgan a las películas de Adrián Suar o Campanella. A mí me dieron un subsidio para largo-metrajes, documentales en formato digital, que ni te alcanza para hacer una película porque te obligan a pagar los sindicatos y todo aquello que necesitás para reglamentar la película para poder estrenarla. Ter-mina siendo nada la plata pero a nosotros nos permitió poder hacer los viajes. Queríamos hacer una pe-lícula documental, más de sesenta minutos, y presentamos la carpeta. Hay un comité que selecciona al ju-rado que decide si el proyecto es in-teresante y a los dos meses nos lla-maron para comunicarnos que nos daban el subsidio. Tenés que ir fil-mando un poco, entregarlo, aunque sea sin editar, entregar los tickets para demostrar en qué vas gastan-do el dinero. Y así te van liberando las cuotas. Generalmente uno ter-

mina poniendo la plata porque te liberan todo mucho más tarde por la burocracia. Pero si no nos hubie-ran dado esa ayuda, no sólo nunca lo hubiéramos filmado sino que no hubiéramos llegado al cine. Para al-guien independiente que no lo hace para hacer plata, sino para filmar tu proyecto, fue re importante.

- ¿Tenés pensado en el futuro hacer otro documental?- En este momento tengo un pro-yecto que ya está en camino. En principio es para televisión pero probablemente también vaya a cine. Me gustaría hacer otro docu-mental sobre la historia de River, pero desde adentro del club. Con El otro fútbol tengo mil historias pendientes y seguramente seguiré filmando. También estamos por hacer la serie en televisión de eso mismo, con todo lo que quedó pen-diente. En cuanto a película, tengo intenciones de poder terminar Za-piola, que no es de fútbol. También tengo que terminar un largometra-je que filmé cuando Excursionistas jugó contra Boca en el Chaco, que viajé con los jugadores de “Excur-cio” en el avión y grabé tres días con ellos, con chicos que quizás nunca se habían subido a un avión y que, además, enfrentaban a Boca. Tengo todo ese material para editar. Son muchas cosas pendientes que por el tema de la película tuve que pos-tergar. Por lo pronto, este año otra película no voy a hacer.

- ¿Qué tiene de vos Esos colo-res que llevás?- Todo. A todos los que entrevisté para la película, desde Alonso, Or-tega, el pibe que coció la bandera, terminan respondiendo qué signifi-ca River para sus vidas. Si me pre-guntás a mí qué significa, te digo no sé. La película es eso, el significado de lo que es River para mi vida. No te lo puedo explicar con palabras pero sí filmándolo.

“Se generó algo lindo que va más allá del cine. En el

Luna Park muchos lloraban por la emoción que

le producía la película”.

11

Por Leo Timossi

Finalmente se oscurece la pantalla y un único par de manos aplaude entusiasta el final de la película. El film se llama Luna de Avellaneda y es protagonizado por un genial Ricardo Darín haciendo las veces de Ricardo Darín (que en la película se llama Román Maldo-nado, pero no importa), Eduardo Blanco y Mercedes Morán. Narra la historia de un club de barrio, que supo canalizar la gloria en sus años mozos y que en ese momento, inmerso en la crisis, corre peligro real de transformarse en un casi-no. Pero mejor centrarse en el pro-tagonista.

En su extensa y rica carrera como actor, Darín ha interpretado diversos y logrados papeles que lo-gran confraternizar con el público sin terminar de ser diferentes el uno del otro y sin alejarse demasiado tampoco de la propia realidad del actor. Habitualmente interpreta personajes astutos, irónicos, apa-sionados, soñadores y algo melan-cólicos, acompañados por la picar-día tan argenta que el propio Ricar-do sabe expresar. Naturalmente, la descripción le hace el juego a la ima-gen que tiene el mundo sobre los ar-gentinos, y el cine nacional mucho tiene que ver en la construcción de esta identidad for export.

Los ojos de DarínNuestro cronista contrapone dos episodios cinematográficos disímiles,

intemporales, para demostrar cómo el deporte incide a la hora de querer

narrar historias. Como en todos lados, hay de las buenas y de las malas.

Tan arraigado está el deporte en la identidad cultural de los ar-gentinos, que ya el segundo lar-gometraje sonoro producido en el país y el primero en narrar una his-toria se llamó Los Tres Berretines en alusión a las tres pasiones que desvivían a los criollos por aquel entonces: El tango, el fútbol y el cine. El film, que consagró a Luis Sandrini como una estrella del cine local, fue el primero de mu-chos (casi todos relacionados con el balompié) donde se desarrolla-ría el prototipo de camino que más tarde se convertiría en paradigma del héroe argentino: El joven que crece en la pobreza y que, superan-do adversidades a base de talento, se consagra en la gloria. Cualquier similitud entre la realidad y la fic-ción es mera coincidencia.

Claro está que, en la prolífica vida del séptimo arte rioplatense, no siempre hubo largometrajes que reprodujesen de forma fiel la identidad del ciudadano argenti-no. La prueba más cabal de esta afirmación tiene nombre y varios apellidos responsables: La fiesta de todos fue el nombre que Sergio Renán o quién sabe qué cráneo brillante le dio a la película que hizo las veces de publicidad oficial favorable sobre la organización y

el transcurrir del Mundial 1978. El film, que intentaba darle más entidad al eslogan que rezaba que los argentinos eran “Derechos y Humanos” reflejó como nadie la cara más feliz del torneo, donde los patriotas pudieron celebrar la consagración de la Selección de Menotti con el mismísimo Jorge Rafael Videla en las tribunas. La producción tenía como fin borrar de un plumazo aquellos rumores que circulaban en Europa de que en Argentina no había libertad, ra-zón por la cual una de las principa-les figuras mundiales de aquel en-tonces, el holandés Johan Cruyff, desistió de participar de la cita.

La escena de la Final del Mun-dial que disputaron Argentina y Holanda resulta paradigmática para resumir por qué la película no termina de ser identificativa: Mientras llovían papelitos en el Monumental de Nuñez, a unos pocos metros del lugar un grupo de personas secuestradas sufría torturas en la ESMA, detalle que los realizadores de la película ob-viaron mencionar y que sin duda tiene mucho para decir sobre la identidad de los habitantes de esta patria. Un detalle tan argento como aquella picardía en los ojos de Darín.

Narrativas cinematográficas

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Rocky IV: El KO al comunismo

La Guerra Fría fue una etapa muy importante del siglo pasa-do. Un conflicto que tuvo en vilo a toda la humanidad en el que se vivió constantemente con el mie-do a una guerra que pudo haber-lo devastado todo. Y esa batalla entre los bloques liderados por las mega potencias Estados Uni-dos y la Unión Soviética no sólo estuvo presente en Washington y Moscú, en las charlas de café de los políticos o por interme-dio de “guerras de liberación” o “contra el terrorismo” (aunque no las llamaran así en ese tiem-po), como las de Vietnam o Afga-nistán, sino que tanto EE.UU. como la URSS combatieron cara a cara en el cine.

Así aparecieron grandes pelícu-las como las de 007 (de Rusia con amor) y La caza del Octubre Rojo, entre tantos otros títulos. Pero par-ticularmente la que siempre queda en el recuerdo y sale a la luz de los comentarios es la cinta creada por Silvestre Stallone, Rocky IV.

Aficionado del boxeo, aunque no vea todas las peleas, la pasión no lle-gó desde los guantes de “Maravilla” Martínez. Me la inculcó mi abuelo, gran fanático desde siempre, es-cuchador de este deporte desde la primera hora y hombre que se sigue emocionando cada vez que le mues-tro un combate de Nicolino Locche por YouTube. Por eso cada película sobre el género me encanta, aunque

Rocky IV: El KO al comunismo

Mientras Balboa e Iván Drago se sacaban chispas, Hollywood nos mostraba

los últimos vestigios del “fracaso” del comunismo a nivel mundial.

Por Juan Pablo Gatti

las de Rocky son mis favoritas por predilección.

Ahora bien, ese fanatismo por el “semental italiano” hizo que en un primer momento cada película que viera, y sobre todo su cuarta edición, lo hiciera solamente observando las batallas, viendo al “buenudo” de Rocky Balboa fajarse con Apollo Creed (Carl Welthers), Clubber Lang (Mister T) o Iván Drago (Dol-ph Lundgren) sin el menor depuro de lo que significaba cada golpe. Ahora sé que detrás de lo que suce-día arriba del ring, el italoamericano quiso decirnos algo en las obras de su autoría. Vayamos por partes.

El Ángel de la MuerteLa película (del año 1985)

muestra a un Rocky en una gran mansión, viviendo una vida de lu-jos (su mayordomo es un robot), lejana a la de la pobreza en la que estuvo instalado siempre. Ya es un luchador reconocido mundial-mente, y es en ese momento el “campeón del pueblo”. Su esposa, Adrian (Talia Shire), y su joven hijo ahora pueden darse los lujos que nunca en su vida imaginaron. Es lo que los norteamericanos, en su mundo capitalista, llaman “vivir el sueño americano”, esto es, ser felices gracias al consumo.

Esa felicidad estaba destinada a pasar a un segundo plano cuan-do aparece Iván Drago, un boxea-dor soviético rubio, muy alto, con

grandes músculos y con la mirada perdida. Llega a los Estados Uni-dos a retar a los pugilistas de aquel país porque ya en el amateurismo no había nadie que le hiciera frente –era el campeón olímpico de Mos-cú 1980 y tenía un record de 100 victorias y ninguna derrota–. Aquí podemos ver la mirada capitalis-ta sobre el mundo comunista: los deportistas son máquinas sin alma ni sentimientos, apoyados de lleno por el Politburó soviético.

Esa extrema musculatura no es obra de un duro entrenamien-to, sino de experimentos y mu-chas drogas. En la conferencia de prensa donde se presenta el record el que acepta esta “pelea de exhi-bición” es Apollo Creed, ex cam-peón, pero que llevaba cinco años sin actividad.

Desde el primer momento, Ro- cky le dice a su amigo que no acepte esa pelea, que no lo veía para luchar, pero el orgulloso Creed hace caso omiso, y arma una parafernalia im-presionante en Las Vegas para ver este gran duelo entre el americano y el ruso. Apolo, vestido como un norteamericano pedante, sería gol-peado hasta morir por un inmuta-ble Drago, que mira a su bella mujer y acota: “Si se muere... se muere”. Si, los rusos son seres sin alma, ca-paces de matar a sangre fría (aun-que el boxeo pueda llevar a ello) sin preocuparse por los demás. El golpe letal del ruso al estadounidense es

Narrativas cinematográficas

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una clara apología a los primeros grandes logros comunistas: el saté-lite Sputnik, el primer hombre en el espacio (Yuri Gagarin), los campeo-nes mundiales de ajedrez, los misi-les cubanos y demás.

Rocky, con sed de venganza, expresa que se medirá con Iván en su casa, en sus reglas y en navidad. ¿Por qué el 25 de diciembre? Se-gún los rusos porque era una época especial para sus rivales, pero me pregunto ¿No será que Rocky, muy en el fondo y a pesar de su miedo, acepta porque, siendo sinceros, qué mejor regalo para su país que la derrota de un ruso?

“Si yo puedo cambiar, ustedes pueden cambiar”

Aquí es cuando la película pasa a tener una trama netamente pro-pagandística. Rocky viajará sólo con su entrenador y su cuñado a la gélida Siberia. Adrian lo hará luego para darle nuevas fuerzas al ita-loamericano, donde tendrán un en-trenamiento al estilo de esta saga: correr sobre la nieve, cortar tron-cos, subir rocas y hasta trepar una montaña. Todo, desde la sencillez y el trabajo duro, para derrotar a la máquina rusa, que se entrena en un lugar secreto lleno de máquinas e inyecciones.

Y luego si, después de tanta es-pera, llega el momento que todos los espectadores aguardan, y es nada menos que el frente a frente de estos dos titanes. Esta vez la grandeza y el nacionalismo parten de los locales, que hacen sonar el himno en medio de una gran mul-titud (la mayoría humildes cam-pesinos), donde aparecen fuegos de artificio, el rostro de Lenin, una larga bandera soviética que baja y hasta se muestra el palco donde se sientan los políticos rusos. Entre ellos hay uno que se sienta en el medio, con gran parecido a Mijail Gorbachov.

En el primer round “la máquina rusa” comienza a dominar a Bal-boa, que termina por caer al suelo y ve imágenes de su pasado, las cua-

les en medio del dolor lo animan a seguir, y hasta logra, en el segundo asalto, cortar a Drago, que al ver su propia sangre se asusta (habría que preguntarse contra quienes peleó antes para que se sorprenda ahora) y el entrenador de Rocky le dice “no es una máquina, míralo, está san-grando, es como tú”. Esa frase mo-tiva al campeón, que a partir de allí repartirá un “golpe a golpe”, como ocurrió, para llevarlo a un plano más global, con la propia Guerra Fría, donde cuando un bando reali-zaba algo el otro contraatacaba con algo mejor.

Finalmente, y con los dos hom-bres masacrados, Balboa logra ates-tar los golpes finales al gigante ruso, quien cae desplomado fuera del ring. Esto sin lugar a dudas podría tomarse con una premonición de lo que veríamos algunos años más adelante. Los golpes norteamerica-nos (la llegada a la luna, la cultura musical, Hollywood, el triunfo del ajedrecista Bobby Fisher o las nu-merosas victorias olímpicas) termi-nan por derrumbar a su par soviéti-co, que no sólo cae lleno de dolor y angustia, sino que al hacerlo se des-miembra en mil pedazos. El comu-nismo, como Drago, son derrotados aunque parecían invencibles, y es el capitalismo el que se alzará detrás de la Cortina de Hierro. Justamente el subtítulo de la película es “la caída de la cortina de hierro”, como para terminar de encontrarle la vuelta política al asunto.

Al finalizar el combate Rocky (vestido con una bandera norteame-ricana) expresa sus palabras holywoo-denses ante el pú-blico: “Vine aquí esta noche sin saber qué ocurriría. He visto a mucha gente que me odiaba. No sabía qué pensar sobre eso. Vosotros tampoco me gus-tabais. Durante el

combate, he visto muchos cambios. Lo que sentíais por mí y lo que yo sentía por vosotros. Aquí había dos hombres matándose el uno al otro. Pero dos es mejor que 20 millones. Lo que intento decir es que si yo puedo cambiar y vosotros también ¡todos pueden cambiar!”.

Impresiona escuchar estas pa-labras con el paso de los años y la trascendencia que tendrían, no con su llamado a la paz (que finalmen-te ocurre cuando se cae el muro de las ideas) sino también con la idea del “todos pueden cambiar”, en clara alusión al capitalismo que terminaría por comerse a Rusia en los años subsiguientes, y que hoy nos entrega a los grandes magna-tes del fútbol por caso.

Rocky IV es un ejemplo más de la lucha dentro de la Guerra Fría representada en los cines, donde el boxeo, esta vez, dejaría de ser lo importante para centrarse en otras cosas. Porque no todo es lo que parece.

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Por Víctor Olivera

El deporte se ha ganado un lu-gar en el cine y varias películas han dejado huellas en la memoria. Las muestras documentales son una de las mejores maneras de atesti-guar los sucesos deportivos. Quizá el fútbol es el que más espacio ocu-pó en Argentina. Pero en otras lati-tudes, dijeron presente diferentes disciplinas.

El film Invictus, de los existen-tes sobre la “ovalada”, probable-mente es uno de lo más verídicos por el argumento de la obra y el marco social/político de Sudáfrica. Para entender la película (2009) hay que saber, mínimamente, el contexto histórico.

El país es conocido por sus distintas culturas, religiones e idiomas (once reconocidos como oficiales). Esa diversidad pluricul-tural ha tenido varios aspectos ne-gativos, como la violación de los derechos humanos, por conflictos de etnias y de clases. Nelson Mandela, tras ser liberado de su larga reclusión política en la cárcel, llegó al poder en un momento difícil. Pero a través del deporte encontró la forma de unir un pueblo; la división social también se veía en el ámbito deportivo: el rugby era para blancos y el fútbol, menos popular, para negros. Y la película se apoya en esos tópicos para armar la trama. A Sudáfrica le tocó ser el an-fitrión del Mundial de Rugby de 1995.

Una de las primeras esce-nas es la liberación del presi-

El rugby, blanco sobre negroPocas historias cuentan mejor la relación tríadica existente entre el deporte,

la política y la sociedad como lo sucedido con el rugby en Sudáfrica durante

el gobierno de Mandela. La convicción de un héroe político que pudo

terminar con el racismo usando como instrumento un deporte de elite.

dente, que marcó la felicidad de los negros que en un campo de tie-rra jugaban a la pelota, y del otro lado, en una cancha de primer ni-vel, entrenaban los rugbiers blan-cos. Uno de ellos preguntó quién era, y el entrenador respondió: “Es ése terrorista Mandela, que lo soltaron. Recuerden este día, como el día en que el país cae en desgracia”. Esas palabras marcan el foco del conflicto.

El film describe cómo Mandela (protagonizado por Morgan Free-man) y Francois Pienaar (capitán de los Springboks, personificado por Matt Damon) se unieron para convertir sus esperanzas indivi-duales en sueños colectivos: la creencia del mandatario de unifi-car al país, sin divisiones raciales; y la del jugador, lograr que su equi-po gane el mundial y colaborar para su popularización. Todo bajo el lema “Un equipo, un país”.

Las minorías eran de piel blan-ca, por lo cual otro de los desafíos era que los negros tengan un sen-tido de pertenencia, un “nosotros”, que sólo lo tenían con el fútbol. En una escena, el Apartheid se vio en el partido de Sudáfrica vs Inglate-rra, al convertir try los ingleses, los blancos alientan y los negros feste-jan en la tribunas. A pesar de ese estigma, lejos del rencor, Mandela nunca perdió de vista su misión: ante el reclamo de “viste esas ban-deras del Apartheid, son una des-gracia”, él contestó “pero también es un derecho constitucional”.

En otro fragmento del film se muestra una iglesia, lugar donde se brindaba ropa a los más nece-sitados. Una señora se encarga de distribuirla, al llegar un chico le dice “niño, tuviste suerte, éste (ha-ciendo alusión a la entrega) es un polerón oficial de los Springboks”. El niño, temeroso, se quedó para-

lizado y al ver la prenda salió corriendo. Se pudo ver la es-cala de valores que tiene muy asociado al rugby con la elite, lo que provoca rechazo en las clases populares.

El buzo verde, simbólica-mente, representaba la esci-sión de clase. Escenas de ése tipo hay varias. Esa tendencia va mutando.

En la película quedó ex-plicitado el buen uso político y el poder transformador que tiene el deporte como práctica cultural capaz de cicatrizar las diferencias sociales en aras de la unidad nacional.

Narrativas cinematográficas

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Por Hugo De Angelis

El tenis y el cine no han teni-do una relación muy extensa. Hay pocas películas que se relacionan con el deporte y sólo en algunas de ellas, el tenis toma preponde-rancia como tal. En el resto, sir-ve como contexto de historias de amor, dramas y hasta comedias. Un recorrido por estos filmes, las historias que relatan y el papel del deporte en ellos.

Los primeros registros que se tienen de la aparición del tenis en la pantalla grande provienen de Es-paña. Es un documental que narra la serie de eliminatorias del equipo español en la Copa Davis de 1965 y el último partido entre Santana y el australiano Emerson. El corto, que lleva por título el nombre del torneo y el año, muestra imágenes de aquella vez en la que España logró su primera presentación en la final por la ensaladera de plata. La realización estuvo en manos del director Jaime Camino y no es más que una recopilación de partidos.

En 1977, llegó la segunda apa-rición del tenis en el cine. Fue de la mano de otro corto, titulado The tennis lesson. En esta oportuni-dad, el director estadounidense Steve Karp relata la secuencia del día de una mujer desde que se le-vanta, toma una ducha, se viste con su traje de tenis y va hacia la cancha. Allí, pone un cassette y una voz en off le dice lo que debe hacer, mientras una máquina lan-za las pelotas hacia la aprendiz. El corto dura unos ocho minutos y no muestra más que la lección que re-cibe la mujer.

La primera comedia que llevó al tenis al formato de los 35 milímetros fue Racquet. Este filme estadouni-

De cintas y raquetasAcusado históricamente de elitista, el tenis ha logrado meterse en la

consideración popular. A pesar de esto, el cine lo ha testimoniado muy poco.

dense, estrenado en 1979, se centró en torno a un campeón de tenis que oscila entre chicas y jugar partidos con ricos y famosos, mientras que busca poseer su propio club de te-nis. El protagonista es Bert Convy y hay una aparición Björn Borg, jugando un partido contra el actor principal. La película dista de ser buena y el mundo real del tenis sólo se ve representado con la presencia del ex tenista sueco.

Pero un hecho real del mundo del tenis profesional, llegaría a la pantalla grande en 1986. Second serve cuenta la historia de Renée Richards, la tenista transexual. El filme comienza la historia en 1964 con la vida de Richard Raskind, un exitoso médico de Nueva York que siente que no encaja como hombre. Luego de someterse a una operación de cambio de sexo en 1974, ingresa a disputar torneos en el cuadro femenino con su nuevo nombre, jugando destacadamen-te. A partir de allí, la película relata todo el conflicto entre la protago-nista, la prensa, los jugadores, di-

rectivos y aficionados del tenis. Es un filme interesante, en el que el mundo que rodea a este deporte se muestra tal cual es.

Tres años más tarde, el cor-to Tenis sucio volvería a ponerle tono de comedia al tenis. La histo-ria muestra formas de juego sucio para ganar un partido. La manera en la que se mueven los personajes, la técnica para ejecutar los tiros y las tácticas para distraer al rival se suceden a lo largo de los 33 minu-tos que dura el corto. Nuevamente, el deporte queda sólo como marco para las bromas de los personajes.

Wimbledon, estrenada en 2004, cuenta una historia de amor entre un jugador inglés y una te-nista norteamericana. La trama es simple y la película es, al menos, entretenida. La credibilidad que da el escenario del All England Club, se la quitan los personajes durante las escenas de los partidos. Movi-mientos desarmados, puntos in-creíbles y muy poca técnica hacen que el tenis sea sólo una referencia de dónde se desarrolla la verdade-ra historia de esta película, que es el romance.

La última relación entre el cine y la raqueta fue en 2005, con la pe-lícula Tennis, anyone? Allí se mos-tró con algo de crudeza el mundo del tenis. Aunque con sentido del humor, las escenas de acción de-portiva fueron representadas de manera realista y con una buena trama de fondo, que muestra la competitividad bajo una apariencia de deportividad, tanto dentro como fuera de la cancha. Es una película que, si bien es de bajo presupuesto, captó de manera interesante lo que sucede en este deporte.

Narrativas cinematográficas

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¿Qué lo habrá apasionado más, las artes marciales o la actuación? Tal vez ambos, sin sacarse ventaja, ni el deporte ni la cinematografía. La filosofía de vida que acumuló y supo desenvolver a través de sus cortos 33 años lo hicieron la es-trella máxima en su especialidad. Pionero y obrador de rodajes inde-fectiblemente atrayentes para los públicos de todo tipo. Grandes y chicos se hipnotizaron con sus mo-vimientos técnicamente perfectos, y tan rápidos como la luz.

Bruce Lee, el hombre que, con el Kung Fu, ayudó al cine a romper con estructuras frías y cerradas; y deleitó a todo un mundo televi-dente.

No se trata de una biografía del karateca, sino, de entender qué sig-nificó Bruce Lee-deportista para la pantalla grande en épocas donde el cine oriental no tenía espacio en la célebre alfombra roja de Holly- wood. Y vino él. Quebró esa barrera cultural que existía en los 70 entre ambos mundos y el cine encontró un nuevo terreno; un universo fér-til hasta ese momento sin explorar. Y allí estuvo Bruce Lee para dar el golpe más importante en su carre-ra. Como deportista agarrándole la

mano al actor. Nunca supo lo que provocó.

Debe tratarse del hombre que más encarnó la unión entre el de-porte y el cine. Su vida fue atrave-sada paralelamente por las artes marciales y la actuación, desde el vientre. Porque el 27 de Noviem-bre del 40 en el hospital Jackson Street de San Francisco (EE.UU) nació Lee Jun Fan, más tarde Bru-ce. En el zodíaco chino, el 27 de Noviembre es el día del dragón: una criatura mítica con tempe-ramento, rápido, ágil y esquivo, como lo era Lee.

Para entender el porqué de “Bruce Lee actor y deportista” hay que conocer dos momentos claves: el primero es con su padre, Lee Hoi-chuen, que era un famoso ac-tor chino de cine y teatro; y cuando Bruce Lee tenía un año se lo llevó a Hong Kong, en medio de las conse-cuencias que dejó la segunda gue-rra mundial.

La niñez la pasó entre escena-rios, luces y algunas interpretacio-nes habladas. De pequeño mostró expresiones corporales carismáti-cas (innatas en él) y el gesto típi-co en Bruce Lee: tocarse la nariz cuando se enojaba.

El padre de la criatura

El aporte del deporte

Por Héctor EscobarNo podíamos dejar

de mencionar

al eterno Bruce Lee.

El gran exponente

de las artes

marciales generó

una relación

tan fuerte entre

el cine y el Kung Fu

que pasó a ser

distinguido como

actor.

1717

El otro punto de inflexión que daría real formación a la vida de luchador de Kung Fu es entrada la adolescencia: las calles del vie-jo Hong Kong post guerra fueron demasiado peligrosas para no sa-ber defenderse. Tras una paliza en el colegio y con sed de venganza, surge el entusiasmo por aprender a pelear, pero con un maestro, como en las películas. Fue cuando conoce a Yip Man, quien le enseñó las artes de la disciplina y el auto-control. El joven actor empezaría a mamar el Wing Chun Kung Fu: arte y práctica filosófica de encon-trar la fuerza y utilizarla de manera muy eficaz.

Las continuas peleas en la es-cuela y en las calles hicieron que Bruce Lee con 18 años retornara a Estados Unidos, el país que lo vio nacer.

El destino fue tejiendo todo; ahora, a empezar a escribir la his-toria del más grande actor que utilizó el Kung Fu como práctica corporal y deportiva, donde se hizo famoso, y donde rompió la barre-ra entre la cultura occidental y la oriental.

En el país del norte, tras abrir por segunda vez su colegio de artes marciales, perfeccionó su técnica de pelea y no se conformó con las enseñanzas de Yip Man. Se obse-sionó por mejorar cada día, día y noche, entrenamiento y prácticas al amanecer. Participó de torneos de karate donde impresionó a todo el público presente. Sin embrago, Bruce Lee se sentía frustrado. Lo que nunca se imaginó, es que la fama lo estaba esperando a la vuel-ta de la esquina.

En 1965, Ed Parker lo convocó para una prueba en Hollywood. Se necesitaba un histrión asiático que supiera de artes marciales. Con toda la destreza en el ADN, el instinto de lucha y las técnicas del Kung Fu en la espalda, Bruce Lee vuelve a interpretar el otro papel en su vida: el de actor. Fue cuando William Dozier, productor

ejecutivo de la serie Batman, vio la prueba y quedó boquiabierto por la demostración del karateca. Lee no comenzó de buena forma, ya que la serie se suspendió. Al año siguiente, fue contratado para rea-lizar el papel de “Kato”, en la serie El avispón verde.

Pero la incursión más impor-tante la realizó a través de pelícu-las como El furor del Dragón, en 1972, grabada en Roma junto a un joven Chuck Norris. Este filme es considerado uno de los más im-portantes de taquilla del circuito chino. Operación Dragón, de pro-ducción repartida entre Estados Unidos y China, donde Lee es el actor principal y tuvo el cargo de Codirector de las escenas de lucha. Y en 1973, con El juego de la muer-te, rodaje que quedó inconcluso por su muerte y que solo están fil-mados 40 minutos.

La vida de Bruce Lee marcó el camino para muchos actores pos-teriores que también practicaban artes marciales como Jean Clau-de Van Damme, el propio Chuck Norris, o Jackie Chan, entre otros. Inmediatamente, desde la vida de Lee, se viene la sinopsis de Karate

Kid y los personajes de Daniel La-russo y el señor Miyagi: las histo-rias son casi un espejo.

No es descabellado pensar en dibujos animados de luchas y combates donde la técnica y la concen-tración a t r a v é s d e l k a r a -te son p a r -te del show. ¿Y qué hay de los videos juegos, desde los 80 para acá? El Mortal Kombat, por ejemplo.

Sin omitir los millones de dólares que se facturaron a través de es-tas películas y series de com-bate en el mer-cado cinemato-gráfico y que se merece informe aparte, todos, a rendir culto y homenaje a su majestad Bru-ce Lee.

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El polifuncional

Ganó los torneos más preciados por cualquier atleta profesional, marcó 28 récords mundiales, fue profeta en su tierra y elevó al salto con garro-cha a lo más alto del nivel internacional. Sin embar-go, a los 31 años, Yelena Isinbayeva dijo adiós. Un adiós que en apariencia es definitivo, pero que, a juzgar por sus recientes declaraciones, podría ser un hasta luego.

En el 2012, “La Zarina” confirmó que abandonaría la actividad una vez terminada su participación en el Mun-dial de Moscú 2013, para poder cumplir con su deseo de ser madre. Sin embargo, unos días antes del inicio de la competencia, que se llevó a cabo entre el 10 y el 18 de agosto pasado, declaró: “No pienso sobre el final de mi carrera porque soy de Géminis, y los de Géminis cambian de opinión muy fácilmente”.

Ahora bien, si ésta fue su última presentación como atleta profesional, es oportuno remarcar que la concretó de la mejor manera posible: obtuvo su tercer título mun-dial, y en esta oportunidad, nada más ni nada menos que en su propia casa y ante más de 40 mil espectadores en el estadio Luzhnikí.

Su marca ganadora fue de 4,89 metros que, aunque no le alcanzó para superar su récord de 5,06 metros, que-dará por siempre en la historia por ser la alcanzada en la despedida de la mejor saltadora con garrocha de la his-toria.

Si bien Yelena llegó a esta competencia habiendo sembrado algunas dudas, debido a sus tibios desempe-ños en los últimos mundiales (sin saltos válidos en la final de Berlín 2009 y sexta en Daegu 2011), el destino parece haberle hecho un guiño, y como premio a su brillante ca-rrera, la marca de 4,89 metros de la final le permitió que-darse con el título mundial, que se suma a los logrados en Helsinki 2005 y Osaka 2007.

La rusa supo erigir una carrera sobresaliente. Durante más de una década se mantuvo en el máximo nivel com-petitivo, logrando los más destacados resultados: marcó

28 récords mundiales, se convirtió en la primera mujer en saltar por en-cima de los 5 metros y posee el récord de 5,06 metros al aire libre.

En materia de Jue-gos Olímpicos, el salto con garrocha femenino comenzó a tener recono-cimiento olímpico recién a partir de Sydney 2000, y Yelena se convirtió en campeona olímpica en

dos oportunidades, Atenas 2004 y Beijing 2008, además de lograr la medalla de bron-ce en Londres 2012.

Sin embargo, lo que debería haber sido un retiro a toda orquesta, se vio empañado por un factor extrade-portivo. Luego de que varios atletas demostraran durante el Mundial su repudio a la ley que prohíbe “la propaganda gay” en Rusia, “La Zarina” emitió declaraciones públicas, cuanto menos polémicas: “Si permitimos que los gays promuevan y hagan todo eso en la calle estaríamos muy preocupados por nuestro país, porque nos consideramos gente normal”.

Rápidamente, Ryzhova y Firova, dos compatriotas su-yas, subieron al podio a recibir la medalla de oro en 4 X 400 femenino y sellaron el festejo con un beso en la boca, en respuesta a las declaraciones de la mejor garrochista del mundo. Yelena salió a aclarar los tantos y, a través de un comunicado, afirmó: “Fue un malentendido. Lo que quise decir es que la gente debe respetar las leyes de otros países, particularmente cuando son invitados”.

Más allá de sus opiniones personales, si hay algo so-bre lo que no se admite discusión es sobre su andar de-portivo: una excelente carrera que no sólo quedará para la historia sino que además se verá reflejada en las nuevas generaciones de atletas que la tienen como referente.

Y aunque aún se desconoce si ésta fue su despedida definitiva o si volverá a competir luego de ser madre, es justo despedir, al menos por un rato, a esta Yelena: la que a los 31 años dijo adiós luego de haber batido todos los récords y haberse convertido en la mejor garrochista de todos los tiempos.

Me verán volver…

Por Jimena Maggi / Foto: Kerim Okten, Agencia EFE

Con el tercer título mundial en el bolsillo y la satisfacción de ganar en casa, Isinbayeva se ¿despidió? del salto con garrocha. Algunas declaraciones abiertas

y una maravillosa actuación ponen en duda el retiro.

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“El handball tiene que ser profesional y tener una buena

liga nacional”

El trotador

Es el estratega de un grupo de “Gladiadores”

que logró que el balonmano argentino sea

olímpico por primera vez. En charla con

Al Trote, Eduardo “Dady” Gallardo se refirió

a diversos temas; desde los desafíos con

la selección hasta la actualidad institucional

de River, el club de sus amores.

Por Por Julián Haramboure / Fotos: Al Trote

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entre otros temas del balonmano y el deporte nacional. - ¿Cuáles son los objetivos actua-les de la selección?- Cuando terminó el mundial empe-zamos el nuevo ciclo olímpico, y a intentar clasificar al segundo Juego consecutivo en Río 2016, así que todo el trabajo que estamos arman-do es para poder lograr ese objetivo que es en el 2015 en Canadá. Entre medio tenemos los Juegos Sudame-ricanos y el Panamericano clasifica-torio al Mundial de Qatar.

- Los Panamericanos de Toronto 2015, la competencia más fuerte debido a que entrega un cupo para los Juegos Olímpicos, serán dife-rentes a lo habitual ya que Brasil ya está clasificado para Río, ¿esto abre una disputa distinta para ob-tener la plaza olímpica?- Sí, sin dudas, de todos modos Chi-le ha crecido mucho entonces des-cuidarte te puede traer un dolor de cabeza. En el Panamericano termi-

namos ganando por un gol, muy ajustado. Si bien las realidades son diferentes entre un equipo y otro,

en las dos últimas competencias que tuvimos con ellos fueron dos parti-dos complicados, tanto en Guada-lajara como en el Panamericano Pre Mundial de Buenos Aires. Aparente-mente también va a competir Brasil en Toronto así que hay que ver como quedan las zonas, en dónde te lo po-dés cruzar, por eso más allá de que estén clasificados los podés enfren-tar en una semifinal, por lo que la mentalidad va a ser la misma que si Brasil compitiera por el pase al Juego Olímpico.

- ¿Qué balance hacen de la parti-cipación en el Mundial de España 2013? - No fue como esperábamos, no lo-gramos pasar de ronda, creo que pagamos muchísimo las lesiones de jugadores clave como Juan Pablo Fernández, Agustín Vidal, Damián Migueles y Diego Simonet. Los que llegaron a jugar llegaron con falta de ritmo, y en ese nivel tenés que estar al 100 por ciento, entonces es muy difícil cuando los jugadores clave te faltan. Fundamentalmente creo que ese fue el mayor problema en este mundial, veníamos de un 2011 y 2012 muy bueno y lamentablemente al no poder contar con cuatro juga-dores que son habitualmente titula-res (o en algunos casos no tenerlos en la mejor condición física) creo que se pagó muy caro y a todas las selec-ciones les pasa eso cuando le faltan jugadores clave. Considero que el equipo sano y completo es diferente al que jugó en España sin dudas.

- ¿Cómo vivieron la repercusión de lo realizado en Suecia 2011, donde algunos medios internacionales llegaron a comparar a Diego Simo-net con Lionel Messi?- A partir de ese momento llegó el reconocimiento a nivel internacional. Antes en Europa nos consideraban un equipo de tercera línea y hoy ya saben que, si no están bien, noso-tros les podemos ganar. También fue muy grande la repercusión que tuvo acá en Argentina y esto se convirtió en un tema a trabajar en el equipo.

Tras un exitoso e histórico paso por las selecciones juveniles, el entrena-dor Eduardo Gallardo tuvo la oportu-nidad de hacer historia también en el seleccionado mayor y la aprovechó. Con una correcta combinación de ju-gadores jóvenes y experimentados, llevó a la Argentina no sólo a conse-guir la mejor posición en su historia mundialista (finalizó entre los doce mejores en Suecia 2011), sino tam-bién a alcanzar, gracias al compromi-so de cuerpo técnico y jugadores, el sueño de todo el balonmano nacio-nal: jugar un Juego Olímpico, hazaña que logró tras una recordada final ante Brasil en Guadalajara. A pesar de contar con un presupues-to mucho menor al de las potencias de este deporte de raíces europeas, el cuerpo técnico nacional realiza un arduo trabajo día a día para que las distancias entre el handball argenti-no y esos experimentados países se intenten achicar cada vez más. En una distendida charla en el lugar de los entrenamientos, el Centro Nacio-nal de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), “Dady” expresa sus expe-riencias y cuenta los desafíos que se vienen para “Los Gladiadores”,

“Nuestro grupo es excelente, con objetivos

claros, y siempre trata de conseguirlos”.

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Pasar de ser un deporte desco-nocido y gente desconocida al reconocimiento, e s p e c i a l m e n t e con los jugadores más jóvenes, que quizás se pueden marear un poqui-to. Fue algo que hablamos des-pués del último mundial, de cara al próximo ciclo olímpico.

- ¿Qué es lo mejor que te dejó la experiencia en Londres 2012?- Creo que un Juego Olímpico es algo muy grande y, sin dudas, va a servir como experiencia para el que viene (Río de Janeiro 2016), y para poder corregir los errores que cometimos, porque cuando no tenés experiencia en algo así no es tan fácil adaptarse. Nosotros siempre habíamos compe-tido en torneos que eran solamente de nuestro deporte o en los que no había tantas megaestrellas de esas que mirábamos por la tele. Lo que rescato es que nuestro grupo es ex-celente, con objetivos claros, y siem-pre trata de conseguirlos.

- ¿Cómo viviste el hecho de ser re-conocido por la Federación Inter-nacional de Handball (IHF) como uno de los tres mejores entrena-dores del mundo en 2011?- Para mí fue medio raro porque me enteré por el entrenador de Noruega, que es un amigo mío, y me dijo en pleno Juego Olímpico que me iba a votar. Creo que es un reconocimien-to a todo el handball argentino, y a esa camada de jugadores y de cuer-po técnico que en mi nombre estaba reflejada. Nosotros empezamos con las categorías juveniles en el año 2005, en el 2007 jugamos semifinal del mundial juvenil en Bahrein y en 2009 nos fue muy bien en Egipto, donde quedamos sextos. Después el mundial de mayores en Suecia y la clasificación a los JJOO. Creo que fue un reconocimiento al trabajo de un grupo de gente totalmente amateur

con mentalidad profesional. No me creo el tercero del mundo ni mu-cho menos, sino que lo tomo como un premio para todo mi equipo técnico, que labu-ra mucho.

- ¿Cómo ven los técnicos europeos los resultados obtenidos por Argentina, tenien-do en cuenta la diferencia que existe en cuanto a presupuesto y estructura?

Su vínculo con otros deportes y la anécdota con “Cachito” Vigil

- ¿Te has nutrido del trabajo de entrenadores de otros de-portes?- Me nutrí de muchos deportes, de muchos profesionales y pude estar en charlas técnicas de equipos de fútbol de primer nivel, de equipos y selecciones de vóley, de hockey e incorporé mucho de lo que tiene que ver con el manejo de grupo. Cuando agarré la selección me junté con gente de la UAR, para ver cómo era la estructura del rugby. Con “Ca-chito” Vigil soy amigo y lo conozco desde el profesorado de educación física. Nosotros trabajamos mucho con la motivación del plantel y él me ha mandado mails y me ha llamado antes y después de competen-cias importantes.

¿Te llamó en el último Juego Olímpico? - Antes del partido con Túnez, se hizo una hora de viaje en subte hasta la cafetería enfrente de la villa olímpica, me tuvo una hora hablando y me dijo: “Lo que te sirva úsalo con tu equipo, y lo que no descartalo. Si no te sirve nada, no uses nada. Gracias por escucharme”, y se fue. Pero la verdad que la charla fue fantástica. Es un fenómeno en la parte anímica y de motivación. Al estar los dos en River me ha tocado com-partir algunos viajes con él y es fantástico.

“Si no tenés medios, no hay liga nacional, ni

sponsors, ni nada. Siempre es bueno que

haya un apoyo pero también hay que armar un buen producto que le interese a los medios”.

- La gente del deporte valora mucho más nuestro trabajo en el exterior que acá. En Argentina, más allá de que haya una beca, el handball es totalmente amateur y en Europa ven la evolución y reconocen este cre-cimiento. Creo que acá el handball tiene una estructura casi colegial, quizás el vóley, el rugby o el básquet están mucho más desarrollados que nosotros, y es muy difícil competir de igual a igual con las potencias. Llegamos a un nivel en el que, si la estructura no mejora, va a ser muy difícil seguir subiendo escalones. Aunque tampoco podemos quejar-nos de lo que no tenemos porque

Foto: Télam

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“Llegamos a un nivel en el que, si la estructura no mejora, va a ser muy difícil seguir subiendo

escalones”

nunca lo habíamos tenido. Hoy con la aparición del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) se mejoró mucho la preparación de los equipos, pero sigue siendo to-talmente amateur la infraestructura, por eso es muy complicado.

- ¿Tiene su ventaja el hecho de ser amateur en cuanto a la presión que genera?- No. Acá es lo mismo aunque ganes dos pesos o un millón, son las mismas exigencias que en otros deportes. En Argentina después del Mundial 2011 se pensaban que era normal ir a ga-narle a Suecia. Vinimos del mundial de España y nos preguntaban cómo podía ser que no le ganemos a Ale-mania, o cómo habíamos perdido con Francia. La vara se subió de gol-pe pero no es real. En 2011 hicimos un mundial muy bueno en donde por primera vez en la historia que-damos entre los mejores 12, pero no se tiene conciencia de la realidad. No es tan fácil; la presión es realmente muy grande de todos lados. Yo estoy acostumbrado porque me formé en River y aprendí a vivir con eso.

- ¿Cómo se trabaja en la parte tác-tica en función de los rivales de turno, en especial ante las poten-cias?- Creo que el único que puede jugar siempre de la misma forma es Fran-cia. Nosotros si no buscáramos “ensu-ciar” y trabar un poco los partidos no habría equilibrio, porque son mucho mejores que nosotros. Se trabaja en el estudio del rival y en la preparación de cada partido en el aspecto táctico: para los Panamericanos de Guadala-jara buscamos los encuentros de los últimos tres años de Brasil y se los edi-tamos a cada jugador, con todos los detalles de juego. Hoy se consiguen los videos hasta de los seleccionados juveniles. Nosotros armamos nuestra defensa y nuestro ataque en base a las características del rival.

- ¿Es necesario que exista una liga nacional de handball, que quizás esté faltando?

- Creo que lo que falta es que sea pro-fesional el deporte, y eso también es parte de una liga nacional. Hoy se ha-bla de que el interior no tiene juga-dores, pero es muy difícil traer un ju-gador del interior acá, porque no hay una estructura para poder bancarlo y que venga. Creo que es fundamental que sea profesional y que tenga una buena liga nacional, como tienen el vóley y el básquet, pero es muy com-plicado.

- ¿Qué importan-cia le das a la di-fusión mediática del handball?- Mucha. Si no te-nés medios que te sigan va a ser imposible lograr un desarrollo ma-yor al que se llegó. La explosión me-diática fue por el partido con Suecia y por la clasificación a los JJOO. Se transmiten los eventos importantes pero si no tenés medios, no hay liga nacional, ni sponsors, ni nada. Siem-pre es bueno que haya un apoyo me-diático pero también hay que armar un buen producto que le interese a los medios.

Foto: Télam

- ¿Qué es lo que te mantiene en el país y no elegir pasar a algún equi-po de afuera?- He tenido posibilidades de dirigir tanto en Europa como en Sudaméri-ca, pero por mi país es una pasión que tengo. Al menos hasta el 2016 segui-ré, e intentaremos hacer lo mejor po-sible para llegar a un segundo Juego Olímpico y demás. Además tengo una familia, cuatro hijos, y es casi imposi-

ble que me vaya al exterior. Suma-do a que acá está River, que es mi club, así que prio-rizo otras cosas, empezando por mi familia.

- ¿Cómo se vivió el descenso en River, por fuera del fútbol, en la institución?- Para mí es difícil separarlo porque soy hincha. Pero la parte social del club, impecable, no se modificó el presupuesto, al menos en nuestro deporte se mantuvo igual. Yo estoy desde el 87 y prácticamente nunca hubo problemas. Socialmente es un club muy bueno.

Foto: Télam

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La rompió

A toda velocidad hacia la Fórmula 1

Notable presente y mejor futuro es lo que define a Facundo Re-galia, piloto argentino que está muy cerca de arribar a la Fórmula 1. Esta temporada hizo su debut oficial en GP3, categoría telonera de la máxima, y ya consiguió su primera victoria en una de las pruebas (se corren dos por fecha) del Gran Premio de Nürburgring, Alemania. Además, unas semanas más tarde, en la carrera de Hungría culminó 6° en la primera competencia y 4° en la segunda, quedando a tan sólo un punto del líder del torneo, Tio Ellinas. El oriundo de San Fernando está creciendo a pasos agigantados y no hay dudas de que se merece el reconocimiento de esta sección.

Su triunfo fue especial no sólo por ser la primera vez que cruza la bandera a cuadros antes que todos en esta divisional, sino también porque lo logró ante los ojos de los equipos de Fórmula 1, mostrándoles todo su ta-lento y potencial. En la siguiente fecha el piloto del ART Grand Prix se destacó por su regularidad en el circuito Hungaroring, cumpliendo con la tarea de sumar puntos cuando no se tiene el auto ganador. Esto le valió para quedar a una unidad de la cima de la tabla de posiciones y para entrar en las consideraciones de las escuadras de la categoría elite.

Este año también consiguió un 2° lugar en Valencia, en lo que fue su primer podio en GP3 Series, y un 3° Y 5° puesto en Silverstone. Los desafíos más importantes que le quedan al argentino en esta temporada son los Grandes Premios de Bélgica, Italia y Emiratos Árabes, en los cuales buscará seguir en pleno ascenso para quedarse con el título.

Más allá de que el 2013 es maravilloso para Rega-lia, sus años anteriores frente al volante también fueron

muy exitosos y cons-truyó una trayectoria deportiva en constante progreso. En 2007 co-rrió en KF3 en el equi-po FA Karts( Fernando Alonso Karts) gracias a Ginés Marcó, el mentor del piloto español, y a mediados de ese año pasó a KF2, donde pe-leó el torneo ante kar-tistas profesionales.

La temporada si-guiente hizo sus pri-meras armas en coches en la Fórmula BMW de

Europa, categoría de la que salieron otros talentos como Sebastian Vettel y Nico Rosberg, y terminó 16° entre 30 competidores, siendo a su vez el tercer mejor debutan-te. En 2009, con el equipo Josef Kaufmann Racing, luchó por los primeros puestos en varias carreras y obtuvo la 4° posición en Silverstone, Zandvoort y Nürburgring. Fi-nalizó el torneo 8° con 148 unidades. Un año más tarde repitió la posición final en el campeonato, pero se subió por primera vez al podio siendo 2° en Zandvoort y cose-chó 172 puntos.

En 2011 el argentino pasó a la Fórmula 3 italiana y tuvo su momento en Imola, siendo 2°, y en Vallelun-ga, donde culminó 3°. Todo este ascenso produjo que Adrián Campos, ex manager de Fernando Alonso, lo eligiera para representarlo en 2012. Así, bajo el Cam-pos Racing, Regalia corrió en Auto GP, divisional en la que sumó dos podios, y en European F3 Open, donde logró tres triunfos más otros tres podios y terminó 4° en la tabla de posiciones.

Como quedó demostrado, el de San Fernando evolu-ciona rápido, al igual que pasa rivales en la pista. Su desa-fío más próximo es terminar bien el 2013 y competir en un futuro en la Fórmula 1. De ser así, quizás vuelva a tener su lugar en esta sección, pero por lo producido en la catego-ría máxima del automovilismo mundial.

Va nuestro reconocimiento a un joven que se hace camino rápidamente por un circuito destinado para pocos. Entre los nóveles triunfos y los deseos de correr en la máxima categoría, Facundo Regalia la viene rompiendo.

Por Rodrigo Márquez / Foto: facuregalia.com

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De buena fuente

“La primicia ya no existe más” Viviana Vila nos abre las puertas

para contarnos su multifacética

carrera periodística. La pasión por la

docencia y la radio, y un nuevo desafío

en su vida: el cometario televisivo

en Fútbol Para Todos.

Por Víctor Olivera / Fotos: Maxi Gamboa

Fútbol y radio, las pasiones de su vida, se combinaron en el co-mentario deportivo. Por primera vez a manos femeninas. Hace más de de 20 años lleva adelante una carrera en ascenso. Lejos de cual-quier divismo, producto del lugar de referencia que ocupa, Viviana Vila invitó a Al Trote a su casa un mediodía de agosto.

Hace más de un año y medio pone el cuerpo para Fútbol Para To-dos, comentando torneo y Copa Ar-gentina, más su espacio como do-cente en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP). Pero su repertorio no queda allí porque “en La Redonda estoy yendo dos veces por semana y en Continen-tal hago mucho trabajo telefónico, con las coberturas y la información desde La Plata”. Una futbolera que nos habló de medios, periodismo y otras yerbas.

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- ¿Cómo es una semana laboral tuya?- Siempre distinta, porque tiene que ver si los partidos son de torneo lo-cal o Copa Argentina, porque si hay Copa y me designan, tengo que ir al interior. Y si es miércoles te vas a un martes y volvés un jueves. En La Re-donda estoy yendo dos veces por se-mana y en Continental hago mucho trabajo telefónico, con las coberturas y la información desde La Plata, ade-más de mi trabajo como docente en la Facultad de Periodismo. - De radio y tv, ¿qué soporte te da mejores herramientas para des-empeñar tu labor?- La radio, porque es mi mundo y donde trabajé siempre; la tele recién la estoy conociendo. No me consi-dero mujer de televisión, trabajo ahí hace un año y medio y estoy apren-diendo un nuevo lenguaje, que es distinto al que podés aprender en la facultad. Pero cubrir un partido para la televisión es un aprendizaje en cuenta gotas, no es el lugar donde pueda decir que me siento entendi-da en la materia. La radio para mí es “el lugar”, sin dudas. - ¿Cómo hiciste para volcar los sa-beres universitarios, más acadé-micos, al lenguaje deportivo, to-talmente distinto? - Se fue dando naturalmente, no hay un lenguaje diferente. Lo que in-corporás son conocimientos; si me dedicase a hacer economía, incor-poraría palabras del mundo econó-mico, teoría y autores. Desde chica fui aprendiendo de lo que se trata el juego del fútbol, a meterme en una transmisión y a manejar el lengua-je. Pero no varía. Entender de polí-tica, de economía, de antropología te enriquece más siendo periodista deportivo. - Cuando fue tu debut en FPT, un colega te dijo despectivamente que eras la “Víctor Hugo mujer” y lo tomaste como un elogio.- No fue un colega, sino un perso-naje que habla de fútbol por sus

relaciones y amistades. Lo que dijo es que “era Víctor Hugo con corpi-ño”, porque era muy poética cuando hablaba, que usaba palabras “muy raras”. Él no entendía como una mu-jer podía hablar de fútbol, porque decía que era como que él se ponga hablar de moda. Cuando los mejo-res modistos son hombres. Y eso fue el mejor elogio del mundo, porque no le llego ni a los tobillos a Víctor Hugo. - En ese sentido, ¿a quienes tenés de referentes en tu rubro, el co-mentario?- Escucho y charlo mucho con Die-go Latorre, Fernando Pacini; con el “Chavo” Fucks, Alejandro Apo y Oscar Martínez, un compañero de FPT. Tra-to de escucharlos a todos, como a mí nadie me enseñó a hacer esto, siem-pre lo hice sola, por ensayo y error. Hablo con compañeros que me me-rezcan confianza, pero a su vez miro mucho fútbol. Es estudiar para mí, porque tomo una jugada, veo qué diría y escucho qué y cómo lo dice ése comentarista. - Y en cuestiones técnicas, ¿con qué diferencias comentás, según si es para radio o televisión?- Nunca imaginé que fuera tan di-ferente, pensaba que era lo mismo. La dinámica es todo el tiempo dife-rente, desde lo básico, que parece obvio, pero hasta que no te pasa no te das cuenta. En cabina, cuando es para radio, tu retorno es la radio en sí; en la tele, no sólo tenés eso, sino el retorno del aire (lo que escuchás desde tu casa) y tenés un millón de indicaciones que te da el director, el productor, por el auricular. - Y cómo manejás tu momento, porque necesitás cierto tiempo, y quizá por la vorágine de la trans-misión tenés que acortar y no se termina de redondear la idea.- Cuando empecé a hacer tele na-die me explicó esto de los tiempos, todo lo tuve que hacer por sentido común. Entonces era más “larguera”

porque creía que tenía más tiempo, no me daba cuenta. Me acuerdo que terminó un partido y el director me dio la indicación de “estirá” (había que ir a una pausa) y ahí comienzo a analizar un poco más, y después me grita: “¡Basta!”. Estaba acostumbrada al tiempo de radio, y con el tiempo aprendí que en tele por ahí son diez palabritas. - De lo que es la radio a la tele, ¿te hizo cambiar el estilo?- Lo tengo que adaptar, me cuesta muchísimo. Trato de hacerlo, en la radio es otra distención. Durante diez años tuve que comentar lo que nadie veía, y ahora, en la tele, tengo que aprender a contar algo que agre-gue a los que estás mirando. Es ver qué elijo contar en ése flash de diez segundos. Aprender a no ser obvia, como lo son el 80% que lo hace, lo que pasa es que a mí no se me per-dona porque soy mujer. - ¿Cómo fue el debut televisivo, a prueba y error?

“Durante diez años tuve que comentar lo que

nadie veía, y ahora, en la tele, tengo que aprender

a contar algo que agregue a los que estás

mirando”.

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La docencia y vida universitaria- En tu rol de docente, ¿cómo sos? ¿En qué cuestiones del lenguaje radial enfatizás más? -Para empezar soy recontra exigente. Creo que es el único camino para no hacer mediocres, o intentar por lo menos. Para mí, la radio, es una pro-longación de mi cuerpo. Le doy importancia al qué digo y cómo lo digo, porque en radio no nos vemos, nos escuchamos. Porque si lo que digo no tiene contenido y lo que transmito no es atractivo, no te voy a seguir escuchando. No te veo, sos sólo una voz en el éter. Le ofrezco todo, lo que no puedo enseñarles es a ser curioso, que “tenga ganas de”. - ¿Cómo ves la salida laboral de los nuevos periodistas? ¿Hay diferen-cias con tu época? - Creo que hay muchísimas más chances de hacer de todo que antes. En mi caso tuve la fortuna de empezar la facultad cuando ya trabajaba en Radio Universidad. Mi historia es distinta y particular. Pero el que no hace nada es porque no quiere, porque hay muchos medios; por ahí no es lo que vos querías de entrada, pero es la forma. - ¿Qué opinión tenés de la Tecnicatura, desde una Universidad Públi-ca, rompiendo con algo que era privado?- Estuve en la formación de la carrera y lo que planteé fue la importancia de jerarquizar permanentemente. Por eso soy tan exigente, porque no me permitiría que a mi materia se la transite fácilmente. Porque si venís a “ro-barla”, conmigo no pasarás. Andá a la privada y hacete un curso, una “luca” por mes y listo, ahí pasás lo que quieras. - Este año se inauguró una extensión en la ex ESMA.- Y respecto de eso, uno de los lugares más oscuros del país, tan aberrante, que hoy es un espacio libre y abierto al conocimiento, me da mucho or-gullo que exista. Hasta hace cuatro años no tenías otra alternativa que ir a las privadas y pagar porque no había (una pública), por eso celebro que la universidad nuestra sea la primera en el país que dé un título universitario.

- ¡Recontra a prueba y error! Solita con mi alma y soportando, para mi gusto, demasiado cosas atroces y crueles. De aquella que empezó a esta que soy hoy hubo un crecimiento. Yo soy muy crítica mirándome para atrás, porque no lo sabía hacer. Sé qué hoy subí peldaños de una escalera muy larga, estoy en los de abajo todavía, pero a lo que aspiro es a aprender. Mi aspiración es que el partido que co-menté hoy sea igual o mejor que el de la fecha pasada. Dar pasos. - En su momento dijiste que era más un riesgo que una oportuni-dad. ¿Fue variando ése orden?- No, respeto lo que dije. Cuando FPT decidió llamar a una mujer, y me lla-maron a mí, esto le molestó muchos, porque yo no pedí el trabajo ni nada. Y sé cuánto se arrastrarían por cual-quier cosa, incluida esta. Y casual-mente los que son más arrastrables y vendibles son los que más me han destrozado. Por eso, como diría Biel-sa: “las diferencias con usted me hala-gan”. Además la tele es muy cruel: una palabra te condena, salís en todos los programas. Una infamia absoluta. - Tu segundo partido, fue comen-tar a River en Copa Argentina. Dada esa masividad, ése fue quizá el que despertó más críticas - El único que fue atroz, pero en la mitad de las cosas tienen mucha razón los que me criticaron, porque me equivoqué mucho ése día, por motivos que no diré públicamente porque sonarían a excusas. Me do-lió mucho el maltrato porque nadie

“La mitad hace periodismo de

espectáculos, cualquiera se cree que lo puede

hacer. Viven de la carroña, de destrozar mucho. Se transforma

todo en un pan y circo”.

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supo respetar que era mi segundo partido en la historia. - Después de eso, ¿cómo fue la experiencia de consultar con un árbitro?- No fue la única vez. A veces nos tui-teamos con Elizondo, Vigliano. Una vez a Fernando Rapalini le pedí que me mande el reglamento y me dijo: “La primera vez que un periodista me lo pide”. Pero inclusive con eso tengo la mirada menos extremista que muchos compañeros. Hay grises en el medio, cuestiones de interpre-tación muy finitas. - ¿Cómo ves al periodismo depor-tivo actual? - Muy mal, porque la mitad hace pe-riodismo de espectáculos, cualquie-ra se cree que lo puede hacer. Viven de la carroña, de destrozar mucho. Hablamos de un porcentaje impor-tante. Tienen que llenar horas y ho-ras de aire, entonces se mezcla todo el tiempo la vida personal con lo que quiso hacer dentro de la cancha. Se transforma todo en un pan y circo. - También hay una cuestión de dar fútbol “porque es lo que le gusta a la gente”, pero hay otros espacios por abarcar… - No coincido con eso porque es subestimar a la gente. En la teoría y en la práctica el fútbol es el depor-te uno de Argentina. Ahora, si estoy analizando una hora si la fatiga mus-cular de Riquelme es porque estuvo de joda, entrenó mucho, el profe es un desastre, Bianchi no sabe lo que hace. Cinco programas analizando su gemelo. ¿Eso es lo que quiere la gente? Es agotador, superficial; no construye, no aporta. - ¿Hay medios que marcan agen-da?- Bueno, TyC (Sports) es Clarín, mar-ca agenda. Te levantás y como que hay que hablar de eso. En Desper-tate, el programa de la mañana, te dicen (sigamos con Riquelme): “No sabemos si hoy va a entrenar por-que en el entrenamiento matutino

“Al medio le conviene esa relación periodista/

jugador porque tiene más información y más

primicia. Cuando no entienden que la

primicia ya no existe. ¿Qué se gana por ser el primero en decirlo, si en

twitter lo dice cualquiera todo el tiempo?”.

entró rengueando”. Y sigue todo el día con eso. Una cosa insoportable, ya no tiene estética. No puedo en-tender cómo se puede estar tanto tiempo con un tema, cinco cráneos alrededor de una mesa hablando de una cosa, juzgando qué podía haber pasado o cómo podía haber sido. ¡Es una pelotudez! Se puede romper con eso, pero a nadie le in-teresa hacerlo.

- Pablo Llonto, en otra edición, nos contó que tiene esa lucha en Un caño, ¡Basta de Boca-River! Pero cuesta...- Y es lo que más vende. Lo ideal es que el periodista no se haga amigo del jugador y a la gran mayoría que trabaja en los medios nacionales les pasa. Muchos reciben sobres a cam-bio de todo eso u otros favores. Y al medio le conviene esa relación pe-riodista/jugador porque tiene más información y más primicia. Cuando no entienden que la primicia ya no existe más. ¿Qué se gana por ser el primero en decirlo, si en twitter lo dice cualquiera todo el tiempo? - ¿El periodista debe decir de qué cuadro es para transparentar su discurso?- No. Porque hay mucha crueldad y todo el mundo te pisotea por todo

y te maltrata. En una sociedad más civilizada no habría problema, pero el hincha se confunde mucho con sentencias. - ¿Estamos lejos de ver una pane-lista mujer opinando de fútbol, no leyendo mensajes? Porque pare-ciera que los medios se apoyan en ciertos parámetros de belleza para contratar.- Ojalá estemos cerca. No sé a cuánto estamos, pero sé que se está abrien-do camino. No tiene que estar por ser linda o fea, lo ideal es que estén quienes mejor lo sepan hacer. Eso pasa porque vende la belleza feme-nina, más que el contenido.

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Es algo ya sabido, pensé. De to-dos modos creo necesario señalar que al mundo lo pensamos desde nuestra medida. Por lo que la di-mensión de nuestro mundo es an-tropomórfica. O lo que es lo mis-mo: nuestro mundo es a imagen y semejanza nuestra. Le damos nuestra forma. Forma humana. La relación mundo-cuerpo humano es inmediata.

Pensaba esto mientras llega-ba al Parque San Martín para mi caminata mañanera. Había sido resultado del último chequeo físi-co. Donde me tomaron la presión, midieron la capacidad pulmonar

y los reflejos. Estiré mi brazo, en la mano sujetaba un sobre que contenía los análisis del laborato-rio. El médico, con rostro adusto tomó los resultados, se acercó a una tabla que cuelga de la pared y los comparó con los valores de los análisis.

¡Muy bien! – exclamó el “tor-do”, y continuó diciendo– decime tu edad y tu peso. Tata, tata, tata. Bien. Dice, estás muy bien. ¿Seguís caminando, Verdad?

- Sí, claro. Con regularidad y periodicidad. Nos despedimos, me detuve con la secretaria para to-mar un turno y me fui.

Ahora, caminando por el Par-que San Martín, tengo incorpo-

rado el ritmo de la caminata y la respiración en cuatro tiempos. Inhalación, retención, exhalación, sostenimiento. Es entonces que pienso aquello de la dimensión an-tropomórfica del mundo. Enton-ces recuerdo la charla reciente con el médico cuando me examinó en el control rutinario. Pienso ahora que rutina y disciplina no son la misma cosa. Incluso, pensándolo más, creo que son muy distintas. En las antípodas, más no antagó-nicas.

La medida del mundo, está cambiando. Porque siempre está cambiando. El lapso promedio de vida de los seres humanos, las di-mensiones y alcances de aquello

Paramos la bocha

Nuestro cronista nos invita a dar una vuelta por el parque y seguir reflexionando sobre los cuerpos humanos en movimiento. Las visiones

de nosotros mismos y del mundo, envueltos en la misma lógica.

Al ritmo de la noche, al compás del sol

Por Leo Benaglia

Foto: Botticelli

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cuando no están en sillas de rue-das. O estrellas del básquetbol que quedan postrados luego de des-lumbrarnos con sus habilidades sobre humanas.

El mundo del deporte está pla-gado de historias con finales poco felices, que sólo salen a la luz si se trata de finales trágicos y agónicos, como alimentando el morbo. Pero también creo justo mencionar que la vanidad, el pecado favorito del diablo según su abogado, les jue-ga una mala pasada. Embelesados con el prestigio y la fama. Adorna-dos con lujos y dinero a temprana edad pactan este acuerdo en el que hipotecan su cuerpo futuro por la gloria del presente.

Ya salí de la ducha y como es martes me preparo para ir a dar clase. Me voy armando un escena-rio posible en el cual imbricar esta situación entre el reglamento del rugby, los ideales del deporte men sana in corpore sano y la idea de preservación del cuerpo del depor-tista en contraposición a la idea de ganar a cualquier costo.

Por mi parte me encuentro sa-tisfecho; el chequeo me dio fenó-meno y el “finde” entro al picadito con los muchachos de siempre, los jóvenes de ayer.

Nuestro cronista nos invita a dar una vuelta por el parque y seguir reflexionando sobre los cuerpos humanos en movimiento. Las visiones

de nosotros mismos y del mundo, envueltos en la misma lógica.

Al ritmo de la noche, al compás del sol

entonces la idea de cuerpo debe cambiar. El modo en que relacio-namos cuerpo y mundo también es modificado. Con el cuerpo todavía caliente pero relajado, pienso en las exigencias a las que sometemos al mundo y al cuerpo. Esto tam-bién debe influir en la percepción del otro y de nosotros mismos. Exigimos al cuerpo a tratamien-tos dolorosos y tortuosos. Así, los deportistas de alto rendimiento se infiltran para disputar un partido de fútbol, o se inyectan anabólicos para competir en ciclismo, nata-ción o levantar pesas.

Esos cuerpos terminan casi como el riachuelo, pienso. Le vol-camos tantos químicos y toxinas al cauce de ese riacho que no hay ecosistema que aguante. Qué no le pasa entonces a nuestros cuerpos cuando le suplementamos a la car-ga física estimulantes y tonifican-tes musculares.

Cómo terminan esos deportis-tas cuando pasan la edad promedio de rendimiento… ¡Rotos! Claro, no hay otra. Después de diez años ha-ciendo una mala práctica deporti-va los dolores son insoportables y la movilidad escasa y artrítica.

¿Es posible que no hayan repa-rado en las consecuencias?; ¿nadie les advirtió de los riesgos que co-rren al someter a su cuerpo a tales vejámenes? Ya regresando a casa en una caminata distendida caigo en la cuenta que no son temas que aborde el periodismo deportivo, por lo menos no de modo habi-tual. Pienso también que operan demasiados intereses económicos y que las empresas que producen esteroides y anabólicos compran grandes espacios de publicidad en los medios.

No es sorprendente entonces, que no encontremos artículos en los diarios deportivos o revistas y folletines que den cuenta de la enorme cantidad de trastornos fí-sicos y psicológicos que sufren los deportistas de alto rendimiento en su retiro. Futbolistas que, con mu-cha dificultad, apenas caminan,

que llamamos mundo. Los mismos límites del rendimiento físico. Y no me refiero sólo a las marcas alcan-zadas por atletas, algo así como los deportistas por excelencia. Pienso también en las horas de trabajo de las personas, en las horas en las que fuerzan posturas corporales para realizar su trabajo. Lo que no implica necesariamente el levantar grandes pesos.

Someter el cuerpo a exigencias extraordinarias, no es nada nuevo. Ya los Antiguos Griegos contaban que Atlas soportaba en su cabe-za y sus hombros al mundo. Aun cuando inalcanzable, esta hazaña resultaba el horizonte de expecta-tivas para la fuerza de un hombre en aquella sociedad.

En estos días existen exhibicio-nes de fuerza física extraordinaria, es ¡más! pensé, se siguen rompien-do récords de resistencia física, de salto en altura, de salto en largo. Qué se yo, cuántos nuevos umbra-les el hombre ha alcanzado sólo para superarlos y superarse.

Más rápido, corre; más alto, salta; más peso, levanta; más le-jos, llega. Un paso, una pregunta, un paso, una respuesta. La cami-nata, prescripta en recetario, se transforma en reflexión. Pero… ¿cuál es la medida precisa? pensé ¿Hasta dónde podemos llegar? y ¿qué consecuencias y costes aca-rrea alcanzar estas metas?

La idea da vueltas en la cabe-za como yo circunvalo el parque. Quiero encontrar la relación ori-ginal que equilibre las tenciones armónicamente. Le doy vuelta y vuelta pero es inútil. No encuentro la medida adecuada.

Las ideas, al igual que la arena seca, se escurren entre los dedos cuando cerrás el puño. Así las ideas se escurren de la mente dejando sólo algunas de ellas. Mientras esti-ro los músculos de las piernas, me asalta un pensamiento. La idea del mundo es humana, la dimensión es a nuestra imagen y semejanza.

Sigo recuperando los múscu-los. Esa idea de mundo cambia, Foto: Bill Wadman

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Con el reggae como semilla, y una multiplicidad de sonidos incorporados en el bolso durante un largo viaje como banda, Pampa Yakuza le abre la puerta de sus estudios a Al Trote. Hernán Saravia, voz y líder, nos habla de los orígenes del grupo y su relación con el fútbol.

A rodar la guitarra

Por Fernando Labal

“El fútbol es lo que más me acerca a lo social”

Fueron dándole forma a un estilo particular desde el año 1998, cada uno con su historia musical. Hoy, con diez años como conjunto, Pampa Yakuza es uno de los grupos en alza en nuestra música, con su fórmula multiestilos. Su cantante, Hernán Sa-ravia, dialogó con Al Trote en la sala de ensayos, y afirma “saber a lo que juegan”. Además, hizo mucho hinca-pié en el fútbol relacionado a nuestra sociedad. A partir de la experiencia y más allá de los cambios de estilo, deciden priorizar la “prolijidad musical” por sobre “lo desfachatado”. De todas formas, no se conforman con el creci-miento que han obtenido hasta hoy, y van por más para, según Saravia, “pasar de mitad de tabla, a pelear el campeonato”.

- ¿Cómo arranca Pampa Yakuza?- Con Ricardo Jahni, bajista, en el año 97. Nos conocemos en el 95, por dos novias nuestras que eran primas. El tocaba en una banda y me dijo que necesitaban unas “percu”. En un mo-mento, se pelearon, y terminé cantan-

do temas de ellos. Después de 15 o 20 días se disolvió esa banda, y empeza-mos con Ricardo a armar la nuestra, que fue la semilla de lo que terminó siendo Pampa Yakuza, en 1998.

- ¿Y ahí qué pasó?- Ahí apareció “Lucho” con el charan-go, que cambió un poco la historia, porque un charango te cambia musi-calmente, y nos permitió plasmar lo que está en Carnaval para tu descon-suelo o Brillante sol, que son temas que tienen un aire más folk, y eso lo trajeron el instrumento y “Lucho”. Entonces, dijimos: “si nos fuimos al folklore, nos podemos ir a donde se nos cante”. Cuando sabés a dónde querés ir, es un poco más fácil. Uno se da cuenta que la gente acompaña, que tus ami-gos que te hacían el aguante dejaron de ir porque ya tenés gente que te sigue. Ahí decís: “es por acá”.

- ¿Sería como jugar en primera?- Sí, esto es claramente un equipo. Tenés a los que están obligados a ha-cer un gol todas las fechas, y los que

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necesitás que la revienten cuando es necesario. El funcionamiento de una banda como la nuestra es realmente como un equipo. Necesitás de uno que la pinche un poco, que la duerma y la entretenga, y necesitás un tipo que le ponga otra dinámica. Creo que lo que nos debemos es dejar de pelear entre los de abajo y pelear el campeonato de una buena vez. Pero uno sabe lo que tiene, sabe el plantel con el que cuenta y el presupuesto; y tratamos de maximizarlo.

- ¿Qué relación tienen con el de-porte? Se ve que utilizan, en varias canciones, metáforas de fútbol, que las escribís vos. - La idea de recurrir al recurso futbo-lero es porque la mayoría de las can-ciones las hago yo, y es lo que más me acerca a lo social. Si nece-sito algo que me lleve a un lugar de mucha gente, termina siendo la cancha. Lo masivo e inexplicable de un lugar. Hay poca gente que haya elegido a su club. Podés elegir a tus amigos, y equivo-carte, y luego buscar nuevos; pero la familia y el equipo de fútbol uno no los elige, y vive defendiéndolos a muerte.

- ¿Y eso te inspira también?- Puede ser. El fútbol fue marcando tendencia en la sociedad, porque evolucionó más rápido, y eso le hizo mal. Después, te das cuenta que es tan grande el negocio que hay por detrás, que no te da ganas de ver. Es cierto que, en muchas cancio-nes, creo que echo mano al recurso futbolero para contar algo, porque el fútbol nos representa muy bien como sociedad. Primero, en cuanto a la pasión y lo apasionados que so-mos, también en el desengaño y esa promesa que termina rompiéndose. Además, lo ventajeros que somos como sociedad, siempre buscando un metro más para acercarnos, y pa-sar a la barrera por arriba, en la “vi-veza criolla”, y esa avivada de potrero que dicen que tenemos.

- Que ya pasó a mayores, esa vive-za, en muchos casos.- Socialmente el fútbol nos represen-ta muy bien, con sus pro y sus contra. Pinta bastante bien nuestra realidad como país. Cuando ves un fútbol violento, es porque la sociedad está violenta. Fui la última vez con mi her-mano a la cancha, tenía 13 años él, cerca del 2000. Fui a ver a Boca, y nos tiraron un inodoro que le cayó a tres metros, revoleado desde veinte me-tros; entonces dije: “no voy a venir a la cancha para ver si le llevo a mi vieja un pibe en coma o muerto”, la verdad que no da. Yo no quiero tener una si-tuación donde mi salud esté compli-cada, por ver un partido de fútbol de 90 minutos. Y como me pasa a mí, les debe pasar a muchos.

- Al momento de componer, ¿Cómo son tus fórmulas? ¿De situaciones que te pasan a vos

o allegados? ¿De cosas que ves o vivís?- Muy eclécticas. Hay un momento en que decís: “me tomo el laburo de buscar el tiempo justo para la can-ción”. Pero, si está la historia a flor de piel es mucho más fácil porque fluye a la hora de pasarla al papel. En su momento, a partir de una frase com-puse una canción, en el tema A otra cosa. La frase es “preferimos la derro-ta compartida, al triunfo en soledad”. Iba en el auto, y no sé cómo se me vino a la cabeza eso, porque tenía que ver con un divorcio de común acuerdo. Y fue como decir preferimos todo de común acuerdo antes que

más problemas. Ahí te preguntás: “¿cómo hago para terminar esto?” Y lo laburás.

- Si fueran un equipo de fútbol, ¿Qué equipo sería Pampa Yakuza?- Puedo decir quién me gustaría ser. Preferiría ser, hoy, un Lanús, que ser un equipo revelación, por ejemplo. Pampa Yakuza sabe a qué juega.

- ¿Y a qué juega?- Somos líricos creo, que tiene cosas a favor y en contra. Tenemos buen ida y vuelta entre nosotros y con la gente. Somos una banda que no cui-da el empate, que va al frente.

- ¿Qué te inspiró a escribir una canción que hable de no cuidar el empate?- Creo que es una forma de decir que el que no arriesga, no gana. El espí-ritu del tema es ese, decir “dale loco, jugá en primera”. Yo creo que las can-ciones, muchas veces, triunfan más por el mensaje que por lo que está sonando, y en este caso es eso. Me parece que es una de las letras que uno rescata, que está buena y mucha gente la tomó como uno.

- Dijiste que quieren ser un Lanús ¿Quizás se relacione a que priori-zan el ensayo, para que suenen las voces e instrumentos prolijos en vivo?- Sí, porque nos gusta ir siempre con la pelota al piso, con el pie hábil, y que el pase nunca llegue a la zurda si sos diestro. No nos queda la idea del músico desfachatado. Hay que decir: “yo soy tal tipo de jugador”, no vamos a forzar otra cosa.

“El fútbol nos representa muy bien como sociedad

continuamente”.

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El deporte mundial se ve teñido de suspicacias. Los recientes

casos de doping positivo en el atletismo y anteriormente

en el ciclismo, posicionaron este tema en lo más alto del podio

mediático y los logros actuales sólo levantan sospechas.

Se presume culpable

La pelota en el medio

Se presume culpable

Los medios europeos, principal-mente los franceses, publican como veraces, noticias que corren a la ve-locidad de la luz, suben montañas y levantan polvo de ladrillo, pero que rara vez profundizan más allá de la nube.

Certezas, pruebas y resultados versus todo lo que se comenta, lo que se dice en voz baja, lo que cir-cula en los pasillos. Por un lado, los dopings positivos reconocidos, con-firmados y sancionados; por el otro, las sospechas que se publican sin ha-ber sido constatadas.

Ocho de los diez hombres más rá-pidos de la historia fueron “cazados”, en algún momento, con sustancias prohibidas en su organismo. Entre ellos, este año se conoció el doping del atleta estadounidense Tyson Gay (quien era el mejor velocista de 2013) y el de otros cinco atletas jamaiqui-nos, incluido Asafa Powell.

¿Estará limpio Usain Bolt? La pre-gunta estaba cantada. “Si es verdad lo que yo creo, entonces él daña a muchos otros deportistas. No puedo decir que está dopado sólo puedo formular conjeturas que curiosa-mente comparte mucha gente”, in-sinuó el campeón europeo de salto de longitud, Christian Reif, al diario alemán Süddeutsche Zeitung.

Comenzaba el Mundial de Atletis-mo, que se disputó en Moscú del 10 al 18 de agosto, y los ojos del mundo estaban puestos en el plusmarquista jamaiquino que podía convertirse en leyenda.

Ante los constantes rumores, el mismísimo Presidente de la Fede-ración Internacional de Atletismo, Lamine Diack, declaró con contun-dencia: “Usain Bolt está limpio”. Con-troles sorpresivos lo demostraron y las tres nuevas medallas doradas (en 100 m., 200m. y relevos) con las que alcanzó a Carl Lewis, el deportista más laureado de la historia de estos mundiales, dejaron perplejos y sin argumentos a quienes se animaron a esgrimir alguna conjetura.

Tampoco Chris Froome, el úl-timo campeón del Tour de France, quedó al margen de las sospechas de la prensa. El ciclista afrontó las etapas de alta montaña siguiendo las reglas (a diferencia de la última experiencia en el Giro de Italia en 2010 del que fue expulsado por en-gancharse a una moto en el ascenso al Mortirolo) y con el consentimien-to y el apoyo de Sky, su equipo, que en 2012 le ordenó permanecer detrás de su compañero y capitán Bradley Wiggins, campeón en Paris a los 32 años.

El deporte mundial se ve teñido de suspicacias. Los recientes

casos de doping positivo en el atletismo y anteriormente

en el ciclismo, posicionaron este tema en lo más alto del podio

mediático y los logros actuales sólo levantan sospechas.

Por Josefina Mas

El resultado fue un triunfo con-tundente, con victorias en la etapa en Mont Ventoux, Ax 3 Domaines y Mont Saint-Michel, y una sensación de dominio inigualable desde los tiempos del norteamericano Lance Armstrong, el hombre que precisa-mente subió siete veces al podio de los Campos Eliseos y de quien luego se confirmó el doping.

“Es imposible ganar el Tour de Francia sin doparse”, arrojó el nacido en Texas, en una entrevista exclusi-va publicada por el diario Le Monde Diplomatique, días antes al inicio de este certamen. También uno de sus principales competidores, el colom-biano Nairo Quintana, quien arribó en segundo lugar, dijo: “Nunca he visto subir a nadie como a Froome”. Declaraciones como estas sirvieron de incentivo a la prensa, que no dejó de buscar la forma de manchar su triunfo.

El mismo medio tituló “Frooms-trong”, un artículo en el que analizó etapa a etapa por qué duda de su triunfo y se escudó en decir que “sa-cudido por la estafa de Armstrong, el público y los medios de comuni-cación se resisten a una dominación demasiado espectacular”, como la del inglés nacido hace 28 años en Nairobi.

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Por su parte, L’Equipe publicó en primera plana “Froome Naturelle-ment”, frase tan ambigua como su “Extra-Terrestre” cuando Armstrong remontó una cumbre clave para ga-nar el Tour en 1999. Esto sin importar los 20 controles antidoping por los que pasó el ciclista, datos y resulta-dos que Sky comunicó a este perió-dico deportivo, en su intento por im-primir transparencia al Tour.

Ante los sucesivos ataques, la Asociación de Ciclistas Profesionales difundió un comunicado “contra las injustificadas acusaciones de dopaje a Chris Froome”, en el que condenó “el furor de los medios y de las insti-tuciones de asociar desde hace años el ciclismo con el dopaje” y los ata-ques a diario “contra la dignidad de los corredores”.

Furioso por las sospechas, la conferencia de prensa posterior a su gran hazaña, duró sólo diez minu-tos: “Sentarme aquí después de un día histórico y ser acusado de hacer trampas y de mentir, no está bien”, lanzó antes de abandonar la sala.

Apunten, disparen…

Desde hace tiempo, los medios franceses exploran la posibilidad de dopaje del tenista español Rafael Na-dal, número dos del mundo del ran-king ATP, con acusaciones directas, caricaturas agresivas ó declaraciones poco felices que nunca pudieron ser confirmadas.

Justo una jornada antes del comienzo del Grand Slam de Roland Garros, en mayo de 2006, el periódico Le Journal du Dimanche sorprendió con un artículo en el que se desliza-ba la supuesta ingesta de sustancias prohibidas por parte del mallorquín.

Lo que el medio dijo, a través del periodista Philip Chassepot, fue: “En lo tocante a Nadal, algunos estiman que no se puede tener a la vez un brazo tan musculado y tan rápido. Otros ironizan sobre su capacidad para saltar y hacer smashes como un loco, tras cinco horas de juego”.

La nota también involucraba a otros tenistas: “Este tipo de sospe-

chas sobre supuestas ingestas de EPO en España existen desde hace años en el circuito y explicarían las brutales caídas de tensión y los bro-tes regulares de fiebre en Ferrero y Corretja, concretamente”.

Años más tarde, en su columna de Le Monde, Yannick Noah, el último tenista francés en ganar un Roland Garros en tierras parisinas, puso nue-vamente bajo la lupa al tenista, esta vez, haciendo alusión a “la poción mágica”. Ésa fue la única respuesta que encontró a su pregunta acerca de “¿Cómo puede una nación domi-nar el deporte tanto de la noche a la mañana?”.

“Hoy en día, el deporte es un poco como Astérix en los Juegos Olímpicos: si no tienes la poción má-gica, es difícil poder ganar. Y aquí pa-rece, como Obélix, que ellos fueron los afortunados que cayeron en la olla”, escribió.

El año pasado, una caricatura del CanalPlus de la TV francesa es-candalizó a la Federación Española de Tenis tras la emisión de un video en el programa Les Guignols de l’info, que mostró una imagen animada de “Rafa”, deteniéndose a cargar com-

bustible en una estación de servicio. Nadal tomaba agua y luego orinaba dentro del tanque de nafta. Subía a la camioneta, que salía disparada por la ruta a toda velocidad, antes de ser detenido por policías de tránsito por el exceso. El video terminaba con la frase: “Los deportistas españoles no ganan por casualidad”.

Esta acusación, sumada a otra que involucró tanto a Nadal como al futbolista Iker Casillas, al ciclista Alberto Contador y al basquetbo-lista Paul Gasol, quienes firmaban autógrafos con una jeringa, derivó en una nueva animación a través de la cual Pascal Aznar, jefe de comuni-cación de “Las Marionetas de la in-formación”, se amparó en la libertad de prensa y en el derecho a la crítica para justificar el video.

Si bien “uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario”, la presunción de inocencia está sien-do sustituida por la de culpabilidad, que ya parece parte del espectáculo. La opinión publicada, escéptica a verdaderos fenómenos de la natu-raleza humana, ya no puede reparar el daño causado al deporte y a los deportistas.

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“Estar en un Juego Olímpico

es una experiencia indescriptible”

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Ellos también juegan

En el deporte la tradición indica que los comentarios más analíticos, tanto de la prensa como de los especta-dores, se realizan sobre los jugadores, el terreno de ac-ción, los entrenadores y los dirigentes, y es así que rara vez la mirada recae en el quehacer de un árbitro, y mu-cho menos de uno de básquet. El conductor del propio juego es incluso relegado a una figura no querida por el hincha a la hora del partido, pero sólo con ponerse en su lugar se logra comprender el desarrollo de los eventos de una manera más amplia y revisar anécdotas tan entretenidas como formadoras. Al Trote te mues-tra cómo es la trastienda del platense Alejandro Chiti, árbitro internacional desde 1995, director de la filial de La Plata de la Asociación Argentina de Árbitros de Básquetbol y uno de los jueces más reconocidos, tanto en nuestro país como en el mundo. Sin tela por cortar, y tras participar de la Copa Stankovic- similar a la Copa de las Confederaciones en fútbol- en China y prepararse para afrontar el Pre-mundial en Venezuela, el árbitro de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) se deja llevar y

repasa los momentos más importantes de su notable carrera, donde por ejemplo se dio el gusto de dirigir en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y ser con-temporáneo de la Generación Dorada.

- ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el am-biente del básquet y en qué momento te em-pezó a atrapar la idea de ser árbitro?- Como varios chicos en su niñez comencé jugando al fútbol, pero debido a mi altura me vieron condiciones para jugar al básquet y probé suerte en Juventud allá por 1978 con 13 años cumplidos. El buen paso por “El Verde” y la Selección Juvenil de La Plata, me dio la chance de incorporarme al Centro de Estudiantes y Egresados (CEYE) de Berisso, uno de los clubes más innovadores por aquellos años. Como me quedaba tiempo, mientras jugaba dirigía las categorías mini y pre-mini, entre los 16 y 18 años. Me gustaba mucho y lo disfrutaba, pero en ese momento tuve que inte-rrumpir la actividad porque llamaron para hacer el Servicio Militar.

Hace un trabajo que, desde la pasión que despierta el deporte,

todos critican. Decidió dejar de lado la práctica del básquet,

para ser árbitro. Hoy disfruta haber logrado ser internacional

y participar de los eventos más importantes.

“Estar en un Juego Olímpico

es una experiencia indescriptible”

Por José Castro

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- ¿En qué momento te decidiste por el arbitra-je en lugar de seguir jugando? ¿Cómo fueron tus primeros pasos?- Cuando volví del Servicio Militar tenía que elegir. Como jugador tenía condiciones, pero la adrenalina que me ofrecía dirigir me produjo más interés y sa-tisfacción. A los 20 años ya me encontraba dirigiendo en la primera división platense, y dos años después arranqué a arbitrar a nivel provincial y en el 91, ya con el título de Ingeniero en Construcción Civil en mano, rendí para juez nacional y el ’95 me recibí de árbitro internacional. Debuté en un partido de inicio de Liga Nacional entre Ferro y Atenas de Córdoba, que en ese momento eran los mejores equipos argentinos. Des-pués ya vinieron designaciones para dirigir torneos internacionales, mundiales juveniles y mayores y me fui haciendo.

-Todos conocemos, en mayor o menor medi-da, cómo es el entrenamiento de los jugadores profesionales, pero poca información tenemos sobre la preparación de los árbitros. ¿Conlleva el mismo sacrificio y qué tan importante es?- En el árbitro la parte física es fundamental, porque te estás moviendo en una cancha con un montón de presiones, en décimas de segundos se toman decisio-nes importantes y si un estado físico es apto tu cabeza va a responder mejor. Independientemente que para tomar decisiones hay que tener una buena ubicación en la cancha y para poderlas tomar tenés que contar con un buen estado físico. El año pasado cuando vol-ví de Puerto Rico no habían pasado 48 horas de mis vacaciones que me llamaron para arbitrar el Preolím-pico de Venezuela. Me subí al avión, con todo el viaje y cansancio encima, y llegué a las nueve de la noche. Descansé, me levanté al otro día y supe que había que rendir una prueba física. Los árbitros del torneo tenían entre 30 y 35 años y habían sido notificados del mismo en enero, mientras que yo tenía 47 años y venía de todo un viaje y de estar prácticamente de vacaciones. Si no hubiera estado preparado se habría terminado todo para mí.

-¿Qué rol cumple tu familia en todo esto? - El apoyo es fundamental. Es importante tener una familia que sepa entender las convicciones que uno tiene. Yo tuve dos convicciones, la de ser Ingeniero y la de árbitro, y tuve la suerte poder vivir con eso. Gra-cias a Dios pude llevar de la mano mis profesiones con mi familia.

- Casi todo el mundo afirma que participar de un Juego Olímpico es algo único y vos tuviste la oportunidad, ¿cómo fue esa experiencia?- Estaba durmiendo la siesta previo a un partido de Liga Nacional, y cuando desperté y me dieron la no-

ticia sentí una sensación muy difícil de explicar con palabras. Me avisaron seis meses antes, y me preparé con la misma motivación que para cualquier torneo, pero con un plus extra, propio de la magnitud de lo que significa un Juego Olímpico. Sin lugar a dudas, es una experiencia indescriptible.

- ¿Valió la pena dirigir menos partidos por lo que logró Argentina en esos Juegos?- Como Argentina fue creciendo en ese torneo, dirigí en octavos de final Italia-Puerto Rico y después no me tocó más. En 2004 tuve la suerte de compartir el máxi-mo logro de la Generación Dorada y ver la trastienda de lo que siente un deportista, que se desvive por una camiseta al ir prácticamente gratis a jugar, más allá de tener una gran cuenta bancaria o ser millonario.

- ¿Cómo ves la introducción de las mujeres al arbitraje? Teniendo en cuenta que en el próxi-mo Premundial va a haber dos representantes, - El año pasado me invitaron a participar en el Centro-Basket femenino de Puerto Rico y me fue muy nove-doso poder arbitrar allí, porque sólo había dirigido ese básquet en un par de partidos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. La mayoría eran árbitros mujeres y, a pesar de que no estaban las dos que arbitrarán en el Premundial, vi que se estaba trabajando muy fuerte sobre el arbitraje femenino, como ahora lo demostra-rá el máximo torneo de FIBA Américas.

- ¿Cómo encontrás el nivel de la Liga Nacio-nal?- Al nivel de la Liga Nacional lo veo bien y fuerte. Pero si bien ha crecido en jerarquía por los norteamerica-nos que están jugando en el país y los que triunfaron en Europa que vuelven con todavía mucho para dar, la efusividad decreció un poco. Eso lo noté comparan-do la final entre Estudiantes de Olavarría y Atenas de hace más de diez años, de la cual arbitré su séptimo juego, y de Lanús contra Regatas.

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Llegué al club cabizbajo con el botinero y los “saca-chispas” de ocasión, los tradicionales Ocelote, lustrados en grasa y bajo el brazo derecho, la caprichosa desgajada. Impaciente aguardé la salida de los chicos de infantiles que eyectaban entre empujones y bromas, contrastando con mi humor. Ya adentro, solté un “buenas tardes, Ester” decoroso y alejado de mi realidad. Yo sabía que no había entrenamiento porque al día siguiente jugábamos contra Defensores, pero buscaba otra cosa, necesitaba tenerla cerca, patear unos tiritos, jugar un 25, unas bases o un metegol-ataja.

Me dirigí al campo.Allí estaba don Julio, manager de Alumni de Los Hornos,

canchero y entrenador de varias categorías. Provisto de un balde de albañil cargado con la cal delimitadora y un anti-guo jarro de aluminio con mango, concentrado y realizando movimientos armoniosos de exagerada precisión se encon-traba marcando el área grande. Pensé en saludarlo al fina-lizar su tarea ya que no quería interrumpir la misma ni ser atrapado por esa polvareda blanca que teñía la humanidad de Don Julio y quedaba desparramada detrás de él.

Me acerqué al “profe”.

- Marquitos, hoy no entrenamos- me recibe. -Ya lo sé, Don Julio, vine a patear un rato- respondí ba-

jando la mirada, dejando entrever un atisbo de tristeza.-¿Te pasa algo, pibe?- me preguntó mientras termina-

ba el punto penal.-¿Usted cree que tendré otra oportunidad? Me levan-

to pensando en ella, es mi primer bocado, vio-contesté al momento que dejé el cuero sobre el naciente trazo de los siete pasos, como si inconscientemente buscaba ese tiro, ese cara o seca contra una verdad.

-¡El “fulbo” siempre te da revancha, “Marquito”!- excla-mó.

-No, Don Julio, no me refiero a la pelota. Hablo de otro amor, de otra pasión, inconclusa o deshecha (como usted quiera llamarle), parecida a la jugada del Tano el domin-go contra Fomento. ¿Recuerda? La agarró posicionado de wing derecho, descontó al 8 y al 5 de ellos y me la mete entrecortada a la altura de la medialuna, en medio de los dos centrales, para que yo encare y defina. Y la desper-dicié, por ansioso e inexperto, sabe. Igual que a ella. La perdí por ansioso e inexperto.

-Tranquilo, nene. No te martirices, de los errores se aprende-expresó.

En mi mente se dibujó un paralelismo entre el fútbol y los amoríos y con una cuota de madurez manifesté:

-Sí lo sabré Aprendí que el amor y las circunstancias que lo componen, son irrepetibles, con momentos irre-versibles, ¿me interpreta? Como en el fútbol.

-Es que cuando uno la tiene, hace lo que quiere con ella, la acaricia, la mima, la protege, la roza, la traslada, la halaga, la busca Usted entiende, Don Julio. Pero a lo que voy es a lo siguiente, cuando la tenemos a los pies, nos agrandamos y nos confiamos, y la maltratamos, la descui-damos, la pateamos para adelante, le damos la espalda y mi viejo dice que cuando le das la espalda o te confías pa-

Pluma y pelota

Por Juan Manuel Aranda / Ilustración: MEM

El fulboes pa´vivos,nene

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sas a ser un ignorante, tiene razón, a veces la rebotamos, la despreciamos, ciegos y que sea lo que Dios quiera.

-¿Hablas de la pelota o de la novia, pibe?- Don Julio me interrumpió la inspiración, con cara de no entender.

-De ambas -respondí mientras pateé buscando un guiño del travesaño. -En el amor también hay lamen-tos, hay lunes amargos y hay tiempo de descuento, ¡Bah como en el fútbol! Esos tres o cuatro minutos donde uno busca reconquistarla y hace todo lo que no se hizo o no pudo, o no lo dejaron durante los 90, nos florece el encanto, nos pelamos para que nos den otra oportunidad, buscamos una jugada épica, el perdón y la gloria, el Maradona contra los piratas, una heroica, una acción salvadora, una hazaña, la epopeya. Y nos invade la melancolía y renegamos con Dios y nuestros

pecados, con nuestro escaso talento y condiciones, nos desesperamos y de repente somos nuevamente apasionados, desvanecidos, en aspavientos y exage-raciones, procurando un empate, Don Julio. Pero ella no va a dispensar nuestros errores y, en el instante que lo percibimos, nos quedamos sin piernas, sin voz, sin material, sin ilusión e invadidos por la incertidumbre. ¿Se acuerda lo que usted me gritó cuando me comí el mano a mano contra el Uno de Fomento?

Don Julio negó con un movimiento de cabeza.-El fulbo es pa´ vivos, nene- le recordé.-Y para perseverantes, como en el amor, arriba el áni-

mo que mañana empezás a escribir tu revancha- agregó.-Escribir, eso me gustaría hacer, Don Julio. ME GUSTA-

RÍA ESCRIBIR MÁS OLVIDOS.

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El polifuncional (bis)

Salí de la librería orgulloso. Tenía bajo el brazo 544 páginas de docen-cia, de enseñanzas y de defensas a los atropellos de la razón que se excusan con moralidades vacías, inocuas, in-contrastables por el solo hecho de sa-berlas poco convincentes. Y recordé la frase de Walter, el quiosquero de la es-quina de 6 y 63. El que me daba clases de fútbol cada lunes que iba a buscar el diario: “Si viviera Panzeri la panzada que se haría en estos tiempos”.

Siempre tuve rondando esa frase en mi mente. Con el tiempo descubrí a Panzeri. Y ahí, logré comprender a Walter.

Nacido en Rosario, criado en Cór-doba y adoptado por Buenos Aires, supo hacerse un lugar en el periodis-mo a costa de una personalidad fuerte y una postura de enfrentarse a todo lo que veía mal, sin importar las conse-cuencias. Panzeri era un periodista con todas sus letras gra-maticalmente bien ubicadas. En palabras del autor, el per-sonaje que presenta en el libro, no es más que un “bicho” raro del oficio, un navegador de corrientes a contramano que no torció nunca su rumbo a pesar de las dificultades de la marea. Para Bauso “Dante Panzeri era un cabrón. Tenía un carácter complicado. Era, también, entre otras cosas, testa-rudo, implacable, rígido, algo dogmático, obsesivo y difícil de llevar. Desde su salida de El Gráfico duró poco en la ma-yoría de sus trabajos. Su estilo literario era enrevesado y ba-rroco. Era repetitivo. Sus obsesiones se parecían a manías. A la mayoría de sus amigos los fue perdiendo en el camino”.

Esa salida de El Gráfico, publicación de la que fue su director por tres años, significó un quiebre en su carrera. Después de negarse a publicar, en 1962, “un suelto” de Ál-varo Alsogaray, por ese entonces Ministro de Economía de la Nación, en medio de un comentario de un partido entre River y Boca, decidió dejar la dirección de la revista. “Consi-deré violado un tratado de autonomía verbalmente cele-brado con la empresa editora de El Gráfico en cuanto a que el contenido y orientación de la revista solamente respon-dían a mis decisiones. Y me fui”, dijo Panzeri. En realidad, la situación fue la excusa perfecta para que los Vigil (dueños

de Editorial Atlántida) se sacaran de en-cima a semejante personaje.

A pesar de no haber sido tanto el tiempo que pasó por El Gráfico, su huella fue imborrable. Marcó un an-tes y un después. Nunca fue la misma después de Panzeri. Todo esto signi-ficó no sólo un cambio periodístico, sino de estilo. Las grandes coberturas pasaron a ser mínimos comentarios si la estética de los partidos no lo ame-ritaba. Lo mismo hizo en todos los medios gráficos y radiales por los que pasó luego de su salida de El Gráfico. Llegando al extremo de no mencio-nar ninguna incidencia de un clásico entre River y Boca por considerarlo un bodrio tal que no merecía comenta-

rios al respecto. Ese mismo que inició su trabajo en el medio firmando como Pedro Baldío, fue quien decidió eliminar los seudónimos por considerarlos una “aberración profesional”.

Su visión romántica del fútbol bien jugado, su nega-ción a los resultados y una fuerte convicción para denun-ciar todas las acciones dirigenciales que se desviaban del camino correcto, lo transformaron en un periodista al que muchos le tuvieron miedo. Aunque fueron muchos más los que lo odiaron.

Generó un grupo, no muy grande, de lectores que lo siguieron por todos los medios que pasó. Otros tantos, hi-cieron lo mismo pero para provocarlo, aunque siempre les contestó. Dejó un sello periodístico imborrable.

Se fue pocos meses antes del inicio del Mundial 78. Quien fuera uno de los principales detractores de ese evento, no pudo estar presente para combatirlo.

Pocos fueron a su velorio cuando murió. Algún que otro amigo y un puñado de familiares. Se fue tan solo, como transitó el periodismo. Seguramente haya disfruta-do esa situación porque sabía que en la senda de la ver-dad no son tantos los que le podían seguir el tranco.

-¡Si lo viera Panzeri! Seguirá diciendo Walter cada ma-ñana que hablemos de fútbol.

Ahora que lo pienso, creo que seguiría opinando lo mismo que hace 35 años atrás.

Dirigentes, decencia y wines

Por Lucas Mateo

En tiempos de “vedetización”, donde no sólo el fútbol está contaminado del gérmen del espectáculo mediático, los periodistas se han hecho

actores del mismo. Matías Bauso trajo un bálsamo con su libro que recopila la obra periodística de Dante Panzeri.