economía digital

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La aproximación a nuevas realidades y conceptos como el DINERO ELECTRÓNICO requiere indispensablemente el conocimiento del marco o contexto general que les sirve de base y facilitan su desarrollo. No podemos desconocer que nos encontramos ante nuevas manifestaciones y nuevos contenidos que surgen en una NUEVA ECONOMÍA. Esta nueva economía nos obliga a adaptarnos rápidamente a los cambios introducidos por las nuevas tecnologías, sin dejar de reconocer que la recepción de la tecnología de la información con los alcances que vemos hoy en día, y que produce impactos en la economía, el comercio, la educación, las telecomunicaciones, la privacidad y el derecho, requiere un cambio cultural muy importante.1 Estas palabras mágicas se presentan cualquiera sea el ámbito en el que nos encontremos: cuando leemos un artículo sobre medicina, cuando nos enteramos que un diario se edita simultáneamente en varias ciudades en tiempo real, cuando nuestro amigo agricultor nos comenta acerca de las bondades de las semillas que acaba de sembrar. Por otro lado, miramos rápidamente las noticias que tratan sobre el mundo de la telefonía, las fusiones de empresas, la guerra de las tarifas, los servicios integrados, etc., y observamos indiferentemente como operarios que pertenecen a empresas de cable instalan cables por encima de nuestras cabezas a los que llaman

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Page 1: Economía Digital

La aproximación a nuevas realidades y conceptos como el DINERO ELECTRÓNICO requiere indispensablemente el conocimiento del marco o contexto general que les sirve de base y facilitan su desarrollo. No podemos desconocer que nos encontramos ante nuevas manifestaciones y nuevos contenidos que surgen en una NUEVA ECONOMÍA. Esta nueva economía nos obliga a adaptarnos rápidamente a los cambios introducidos por las nuevas tecnologías, sin dejar de reconocer que la recepción de la tecnología de la información con los alcances que vemos hoy en día, y que produce impactos en la economía, el comercio, la educación, las telecomunicaciones, la privacidad y el derecho, requiere un cambio cultural muy importante.1

Estas palabras mágicas se presentan cualquiera sea el ámbito en el que nos encontremos: cuando leemos un artículo sobre medicina, cuando nos enteramos que un diario se edita simultáneamente en varias ciudades en tiempo real, cuando nuestro amigo agricultor nos comenta acerca de las bondades de las semillas que acaba de sembrar. Por otro lado, miramos rápidamente las noticias que tratan sobre el mundo de la telefonía, las fusiones de empresas, la guerra de las tarifas, los servicios integrados, etc., y observamos indiferentemente como operarios que pertenecen a empresas de cable instalan cables por encima de nuestras cabezas a los que llaman fibra óptica, mientras otros que pertenecen a las compañías telefónicas hacen otro tanto por debajo de nuestros pies. Y nos preguntamos que habrá detrás de todo ello.