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Otoño de 1968: nuestra anti-diplomacia en África José Eburi Palé 26 de febrero de 2007 Cátedra de diplomacia Ondó Edú Durante los actos de la independencia de Guinea, Manuel Fraga Iribarne condecoró a Bonifacio Ondó Edú con la Gran Cruz de Isabel La Católica. Fue Ondó el principal opositor de Macías durante las elecciones y candidato preferido, junto con Atanasio Ndongo, del gobierno español. A los pocos días, Ondó, buen conocedor de la mente de Macías, huye al vecino Camerún temiendo por su vida. Era Ondó un hombre moderado, tal vez no brillante, pero integrador, culto y con ideas claras acerca del futuro de Guinea, que para él pasaba por la normalidad de relaciones y la vinculación a España. Nuestro primer embajador en la estrenada nación, Juan Durán Lóriga, era un absoluto desconocedor de la idiosincrasia guineana, como el resto de su séquito diplomático. Personaje simplón y muy en la órbita mental de Castiella, paradigma de una diplomacia anclada en el siglo XIX, inoperante y estéril, que hacía bandera de la prepotencia y el protocolo para ocultar su profunda ignorancia acerca de África. Me resulta imposible entender en base a qué extrañísimo resorte intelectual —propio o inducido— nuestro avezado embajador recién llegado a Guinea presiona a Ondó diplomáticamente para que regrese a Santa Isabel. Desgraciadamente su intermediación tiene éxito y Ondó, confiando en él, regresa ingenuamente a Guinea a finales de octubre. Nada más pisar suelo guineano es hecho prisionero por Macías y morirá asesinado y torturado por este el 5 de marzo de 1969, cuando finalmente se desencadena el caos.

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Historia, Política y Economía de Guinea Ecuatorial (ex Guinea Española de Fernando Poo y Río Muni)

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Otoo de 1968: nuestra anti-diplomacia en frica

Otoo de 1968: nuestra anti-diplomacia enfricaJos Eburi Pal26 de febrero de 2007

Ctedra de diplomacia

Ond Ed

Durante los actos de la independencia de Guinea, Manuel Fraga Iribarne condecor a Bonifacio Ond Ed con la Gran Cruz de Isabel La Catlica. Fue Ond el principal opositor de Macas durante las elecciones y candidato preferido, junto con Atanasio Ndongo, del gobierno espaol. A los pocos das, Ond, buen conocedor de la mente de Macas, huye al vecino Camern temiendo por su vida. Era Ond un hombre moderado, tal vez no brillante, pero integrador, culto y con ideas claras acerca del futuro de Guinea, que para l pasaba por la normalidad de relaciones y la vinculacin a Espaa.

Nuestro primer embajador en la estrenada nacin, Juan Durn Lriga, era un absoluto desconocedor de la idiosincrasia guineana, como el resto de su squito diplomtico. Personaje simpln y muy en la rbita mental de Castiella, paradigma de una diplomacia anclada en el sigloXIX, inoperante y estril, que haca bandera de la prepotencia y el protocolo para ocultar su profunda ignorancia acerca de frica.

Me resulta imposible entender en base a qu extrasimo resorte intelectual propio o inducido nuestro avezado embajador recin llegado a Guinea presiona a Ond diplomticamente para que regrese a Santa Isabel. Desgraciadamente su intermediacin tiene xito y Ond, confiando en l, regresa ingenuamente a Guinea a finales de octubre. Nada ms pisar suelo guineano es hecho prisionero por Macas y morir asesinado y torturado por este el 5 de marzo de 1969, cuando finalmente se desencadena el caos.

Tamaa barbaridad es la primera gloriosa gesta que engrosara el currculo personal del inepto embajador de nuestro equivalente gobierno. Los hechos supusieron un fuerte mazazo en la sociedad guineana, alterada ya por las tensiones entre Macas, nuestro kafkiano cuerpo diplomtico y el esquivo gobierno espaol. A nadie en su sano juicio salvo a nuestros iluminados diplomticos se le hubiera ocurrido semejante despropsito, desoyendo para msINRIla opinin de toda persona cabal a quien concedieron la gracia de consultar.

Como es obvio, Macas interroga a Ond y este le desvela los detalles de la operacin. Desde ese momento su ira se centra en la figura de nuestro embajador como primer actor del desaguisado. Macas acusa a este y a Espaa de conspiracin, y ya desde esa fecha comienza una espiral de crispacin que result imparable. Nuestros servicios de inteligencia haciendo historia y honor a su nombre, ya desde entonces.

Las luces de Macas

A ttulo de ancdotas, jocosas si no fuera por el trasfondo dramtico que se desprende de su lectura, merece la pena relatar un par de episodios que retratan el status emocional e intelectual del hombre en cuyas manos qued el destino de Guinea y sus moradores.

ElTESOROPBLICO:

Carrero BLanco en Guinea

La desesperacin de Macas al constatar que el nuevo estado guineano estaba en la pura bancarrota le contrara y le produce arrebatos de ira. En octubre, una comisin del Ministerio de Hacienda llega a Guinea para liquidar los asuntos del departamento (otro acierto de oportunidad y tacto). Macas ve en ello una ocasin para resolver los problemas financieros, a su ms puro estilo personal. Una maana, aparece en el servicio de hacienda y ante el estupor de los funcionarios all presentes, una patrulla de varios Land Rover con gente armada y una orden del presidente Macas de que les sea entregado el tesoro pblico. Nadie entiende nada y quiz aventuro yo porque los interlocutores la nueva generacin de blancos espaoles de Madrid son incapaces de descifrar los cdigos que explican claramente la situacin, obvia para cualquier guineano avezado, blanco o negro.

Las juventudes de Macas armadas hasta los dientes, intimidan a los funcionarios y comienzan un registro de las dependencias de hacienda, en busca del susodicho tesoro pblico.

La cosa termina, excavando en los suelos del stano del edificio, en la firme creencia de que ese era el lugar adecuado y all estara sin duda el famoso tesoro que se quera ocultar.

No es ficcin, es pura realidad histrica y explica ntidamente el nivel de formacin cultural, tcnica e intelectual de Macas, que crea literalmente en la existencia de ese tesoro pblico, como su propio nombre indica claramente.

LATELEVISIONNOFUNCIONA

Una buena maana, el Delegado de RTVE en Guinea, recibe el aviso de que se presente urgentemente en el palacio del gobierno a requerimiento del presidente.

Macas le recibe y con todo el rigor del protocolo, le comunica que el aparato de televisin de su despacho como puede observar no funciona.

Tras un momento de desconcierto por parte del Delegado, este comienza a chequear el televisor, mientras Macias se ausenta del despacho momentneamente.

El delegado deRTVEse marcha y enva a un tcnico a palacio al cabo de un rato, para que se haga cargo de la reparacin.

A medio da, un Land Rover atestado de miembros armados de las juventudes de Macias, apresa al Delegado deRTVEy le conducen a palacio.

Un Macias colrico le vocifera y recrimina. Macias razona que l es suficientemente importante como para que sea el Delegado deRTVEen persona, quien repare su televisor sin recurrir en un subalterno.

Tampoco es ficcin ni ancdota, achacable a la prepotencia o soberbia de Macias, l pensaba realmente que delegar en un simple tcnico para el arreglo de su televisor, era un desaire ms que Espaa le haca.

Tenemos pues un panorama desolador. De una parte, un presidente cautivo de su incapacidad para resolver los problemas de un nuevo pas y virtualmente analfabeto. De otra, un cuerpo diplomtico espaol, prepotente y con experiencia cero en lo referente a Guinea y frica en general. Y un gobierno espaol deseoso de liquidar a Guinea definitivamente a la espera de ser recompensado con la aceptacin internacional y la devolucin de Gibraltar. Y un enjambre de mercenarios de guante blanco que ven en este ro revuelto el perfecto teatro de operaciones para sus fines.

El enjambre y la miel del Banco de Guinea

A partir del 12 de octubre de 1968, gracias a la impecable gestin y al sentido moral del gobierno espaol, Guinea se convierte en una tierra de nadie. Con una constitucin que nadie tuvo nunca la intencin de respetar por su absurdo contenido y sin leyes que la desarrollen en lo ms mnimo. Una tierra sin cdigo penal, sin cdigo civil y sin ninguna otra ley bsica que al azar se desee mencionar. Una tierra sin una estructura administrativa, financiera, y sin un Banco Nacional ni una moneda homologable, al menos en la zona.

Peseta guineana

Entre los acuerdos alcanzados en la conferencia constitucional sobre la independencia de Guinea, Espaa se comprometi a conformar jurdicamente, financiar y apoyar, la creacin de un Banco Nacional Guineano. Pero Espaa nunca se ocup de semejante cosa, lo cual fue una de las causas del derrumbamiento del gobierno de Macas en tres meses. Este vaco dejado por el gobierno espaol fue aprovechado por los merodeadores de turno para embaucar a un Macas novato, desequilibrado mentalmente y ofendido ante la postura oficial de abandono absoluto de Guinea de su colega Franco. Embargado por el pnico y la vehemencia ante el monumental problema econmico que se cerna, result presa fcil, y su paradjica ingenuidad hizo que cayese en las garras de una pandilla de expertos mercenarios en una tierra sin ley, ante la pasividad de nuestro cuerpo diplomtico y de la madre patria.

Es as como se pergea otra impresentable aventura, la del Banco Nacional de Guinea S.A.

Intervienen en este rocambolesco asunto:Francisco Paesa(sinvergenza donde los haya y que veinte aos despus ser bien conocido en Espaa por su implicacin en asuntos del calibre delGAL, fondos reservados, Roldan y un largo etctera),Antonio Garca Trevijano,Jos Antonio Novais(corresponsal de Le Monde en Espaa),Armijoy el abogadoRobles. Paesa por ejemplo, lleg a vender acciones de este Banco guineano, en Suiza y Londres.

Antonio Garca Trevijano se jactar ms adelante de haber deshecho la operacin, porque los promotores eran unos gansters.

El embaucamiento y la prdida de lucidez de un Macas acorralado por la dura realidad llega a tal extremo que en diciembre expulsa a Fernando Rodrguez Lpez-Lammes secretario del antiguo gobierno civil de Fernando Poo por expresar lo que era obvio a todas luces e informar negativamente acerca de este proyecto de Banco de Guinea Ecuatorial S. A.

Imaginarse al frente de la nueva nacin a un personaje tcnicamente analfabeto como Macas y asesorado en estas y otras cuestiones por individuos del calibre de Francisco Paesa, es un revulsivo para las convicciones morales de cualquier persona de bien y desde luego Guinea se mereca otra cosa por parte de los representantes del pueblo y el Estado espaol.

A todo esto y ya en 1969, laFNMTemite sellos de Guinea, con valores en una hipottica peseta guineana, moneda virtual sin el ms mnimo respaldo legal ni institucional.

Todo esto ocurre, pocas semanas despus de que D. Manuel Fraga Iribarne aterrizara en un territorio prspero, flamante, con una administracin en marcha, una agricultura produciendo y con unas infraestructuras envidiadas en toda frica.

*Francisco Macas Nguema El camino de la locura

El pnico y la ira de Macas van consolidndose, y paulatinamente se materializa manteniendo pulsos diarios con nuestro embajador, amenazando con la expulsin de nuestro cuerpo diplomtico y haciendo discursos progresivamente violentos en radio y prensa. Son un ejercicio y una exhibicin de poder a la desesperada, ante la carencia de otros recursos intelectuales y el vaco absoluto de Espaa.

Mantiene conversaciones privadas con amigos blancos de toda la vida en las cuales se lamenta de la pasividad de Espaa y de la mediocridad de su cuerpo diplomtico.

Muestra a estos amigos ciertos documentos como una carta de Franco garantizndole su apoyo moral y econmico, pero han pasado ya dos meses desde entonces sin resultados. Lamentablemente y dejando a un lado la calidad moral del sujeto, Macas tena suficientes razones objetivas para el recelo y el rencor, que unidas a su psicopata, ofrecan un cctel potencial y real de alto riesgo.

En un intento por enderezar la situacin y ante su aversin por nuestros inoperantes diplomticos, Macas recurre a la amistad con guineanos blancos de su confianza para encomendarles una labor de intermediacin en Espaa; la navidad se acercaba y algunos de ellos pasaran unos das en la pennsula. Su ingenuidad llegaba al extremo de pensar que unos simples ciudadanos de a pie y por el hecho de ser amigos suyos, iban a tener suficientes credenciales en Espaa como para ser odos por nuestro gobierno y servirle de intermediacin ante su colega Franco.

Su pretensin es llamar la atencin de los medios de comunicacin en Espaa y Europa acerca de la situacin en Guinea, para forzar una invitacin a Espaa y decide jugar su ltima carta ante la apata del gobierno de Franco; sus medios son escasos pero confa una vez ms en sus amigos blancos, no le quedan ms recursos en su imaginacin.

Algunos de esos amigos, comprenden desde ese momento que la suerte est echada, an sin renunciar estoicamente a la utopa de conseguir cambiarla en Madrid con todas sus fuerzas.

___________La mayora de las fotos aportadas, provienen del fondo fotogrfico de:http://www.raimonland.netComentarios

1. Elisa2007-03-01 05:14Verdaderamente, y hablando de la tan cacareada memoria histrica, parece que esta solo se circunscribe una vez ms, a determinados temas cuya difusin interesa circunstancialmente a unos u otros. Mientras, asuntos de difcil digestin como este de Guinea, siguen en el olvido histrico, como debe ser.Gracias aLDN, algunos podemos tener una visin ms amplia (lase verdadera), de muchas cosas.

Esto me recuerda algunas moralinas, es decir, si Espaa hubiera actuado con honestidad y firmeza en este asunto de Guinea, la recompensa histrica tal vez hubiera cambiado el destino de los dos paises y por decirlo ironicamente, las farolas del Paseo de la Castellana de Madrid, podrian ser ahora mismo de oro macizo.

La violencia engendra ms violencia.

La debilidad, ms debilidad.

Y el ejercicio de la honestidad, ms honestidad.

El tiempo nos ensea esa leccin , que algunos no estn dispuestos a repasar.

2. Xavier Lacosta

2007-03-21 21:37Hola, Jos Eburi,

Me llamo Xavier Lacosta, veo que me citis en esta pgina sobre el exilio guinenao. He dejado en los ltimos aos de escfribir e investyigar sobre Guinea. Pero os prometo retomar el tema pronto. Intentar, una vez ms pasar unos das en Guinea este verano.

3. Eli2007-03-30 18:57No saba que Espaa hubiera concedido la independencia a dos provincias espaolas en 1968.

Tampoco saba apenas nada de este asunto de Guinea.Verdaderamente, y hablando de la tan trada y llevada memoria histrica, hay muchos mas temas a incluir en ese concepto, que los que aparentemente alguien ha decidido.

Tal vez la cuestin sea que, respecto a este tema, si hay consenso poltico en el sentido de no destapar la caja de los truenos.La cuestin es, si podemos o debemos tirar por la borda esa parte de nuestra historia y renunciar a ella alegremente.

Que se hable espaol en un remoto lugar de frica y que est impregnado de nuestra tradicin y nuestra cultura, me parece algo extremadamente singular, lo suficiente como para promocionarlo y divulgarlo en la forma que sea conveniente.

4. Jos Eburi

2007-03-30 19:04Hola Xavier.

Por supuesto que es usted mencionado.

Sus cronologas acerca de Guinea, son una excepcin en la sequa editorial acerca de esa tierra y para mi han servido de referencia y como documento de consulta a la hora de contrastar fechas, nombres etc.

Es un honor para mi.

Saludos