drama cristiana de jose
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“José y sus hermanos”
ACTO I
ESCENA PRIMERA
Escenario:
Los hermanos de José están en el campo pastando
ovejas.
NARRADOR
Esta historia se inició en la ciudad hebrea de Canaán y
terminó en el antiguo Egipto, gobernado por los
temibles faraones. En Canaán vivía el patriarca Jacob,
quien tenía una familia muy numerosa. Tuvo doce
hijos, siendo uno de ellos, José, su preferido.
En cierta ocasión le obsequió como regalo una túnica
de colores, ocasionando la envidia y malestar entre
sus hermanos mayores.
José, por ser el hijo preferido de Jacob,
constantemente estaba acusando a sus hermanos de
la mala vida que llevaban, propiciando de esta manera
que varios de ellos llegaran a odiarlo, situación que
fue agravado por los constantes sueños que tenía en
desmedro de su familia. Hasta soñó que el sol, la luna
y once estrellas que representaban a sus hermanos se
inclinaban ante él, provocando una seria llamada de
atención por parte de su padre. Por ser una persona
presumida, sus hermanos, no solamente le odiaban,
sino hasta querían matarlo. No obstante, Dios tenía un
plan para su vida, porque Jehová estaba con él.
Cierto día su padre le encomendó ver el estado de las
ovejas que sus hermanos pastaban y José tuvo que ir
hacia ellos…
SIMEON
- Mira Dan, ahí viene el soñador.
DAN
- Seguro que viene para acusarnos ante nuestro
padre.
SIMEON
- Es la oportunidad para matarlo y veremos que pasa
con sus sueños.
ASER
- Vengan, echémosle en esa cisterna y diremos que
una fiera lo devoró. Manchemos su túnica de sangre y
nos creerán que así fue.
JUDA
- Yo estoy de acuerdo con ustedes. Ese soñador ya me
tiene cansado con sus acusaciones.
RUBEN
- Hey, que van a hacer con el muchacho. No lo
matemos. ¿Por qué vamos a derramar su sangre?
Echadlo en esa cisterna que está por esa roca y
dejadlo ahí.
JOSE
(Acercándose donde sus hermanos, pero ellos cargan
sobre él).
- Mi papá me ha pedido que…qué pasa… qué
hacen…no, no por favor….nooooooo.
ESCENA SEGUNDA
Los hermanos de José están charlando, luego de haber
dejado en la cisterna al muchacho y Rubén se retira
del grupo.
RUBEN
(Retirándose del grupo)
- No toquen al muchacho, veremos que pasa después.
SIMEON
- Miren, unos ismaelitas.
JUDA
- ¿Por qué vamos a matar a nuestro hermano? A pesar
de todo es nuestra sangre. Mejor, vendámoslo a esos
ismaelitas y sean ellos quienes derramen su sangre.
DAN
- Estoy de acuerdo.
ASER
- También yo. Además, podemos obtener un poco de
dinero del soñador.
ISMAELITA
(Viene contando dinero y feliz por el buen negocio
que hizo con anterioridad).
SIMEON
- Dime ismaelita, quieres hacer negocios con nosotros.
ISMAELITA
- Claro, si el producto que me venden es bueno.
DAN
- Tenemos a un tipo que puede darte mucho dinero
como esclavo.
JUDA
- Es muchacho y lo puedes vender a las autoridades de
Egipto como sirviente.
(Sacan a José y lo muestran al ismaelita, quien revisa
sus dientes y antebrazos).
ISMAELITA
- ¿Cuánto piden por el esclavo?
ASER
- Lo vendemos por 20 siclos de plata.
ISMAELITA
- Está bien. Aquí están los 20 siclos de plata.
ACTO II
ESCENA PRIMERA
Escenario:
La casa de Potifar. Ambiente decorado con muebles y
adornos egipcios.
NARRADOR
Cuando llegaron a casa, los hermanos dieron a
conocer a su padre lo que ya habían planificado,
creyendo Jacob que su hijo fue devorado por una fiera,
causándole un gran dolor. Jacob lloró mucho y no
quiso comer por el duelo de su hijo.
Mientras tanto, en el mercado de esclavos de Egipto,
José fue comprado por Potifar, capitán de la guardia
de Faraón y trabajó como esclavo en la casa de ese
oficial egipcio. Pero Jehová estaba con José y la casa
del egipcio también fue bendecida por su causa. Al ver
Potifar que todo lo que hacía José era prosperado, lo
hizo mayordomo de su casa y le entregó todo el poder.
Aún los campos del egipcio fueron prosperados y era
José de hermoso semblante y bella presencia…
Potifar termina de dar indicaciones a José sobre los
quehaceres de la casa.
POTIFAR
- José, he puesto toda mi confianza en ti. Estoy seguro
que los dioses te ayudarán para hacer prosperar mi
casa como ya lo estás logrando.
(Se retira Potifar del escenario cuando termina de
hablar José).
JOSÉ
- Mi Dios en quien he confiado hace todas las cosas y
será así como él las hará.
ESPOSA
(Mirando seductoramente a José)
- ¡José! Ven muchacho. Tráeme agua que tengo sed.
JOSE
(Entra y luego sale)
- Si señora.
ESPOSA
(Mirando a José de pies a cabeza)
- Toma también agua de mi vaso si tienes sed.
JOSÉ
- Gracias señora. Saldré para hacer mis quehaceres.
ESPOSA
(Mira maliciosamente a José, siguiéndolo con la
mirada)
ESCENA SEGUNDA
ESPOSA
(Mirando a su entorno como viendo qué puede hacer
José).
- ¡José! ¡José!
JOSE
- Si señora, me llamaste.
ESPOSA
- Si te llamé. Tráeme un abanico que tengo calor.
JOSE
(Sale y luego entra con un abanico).
- Aquí está señora.
ESPOSA
(Mirando con seducción y pasión a José. Se muerde
los labios, pasa la lengua por sus labios y se suelta el
cabello).
- Échame aire. Quiero refrescar mi cutis.
JOSE
(Se acerca hacia ella, pero echa aire por el costado).
ESPOSA
(Se vuelve hacia él y cariñosamente le habla).
- Así no José. Aquí en mi cara.
(Le toma la mano y le ayuda a airearse).
- Eres de hermoso parecer y fuerte. Ven, acuéstate
conmigo.
JOSE
(Retirándose bruscamente).
- No señora, no puedo hacer eso. Tu esposo ha puesto
toda su confianza en mí y sólo me ha reservado a ti
para él. Además, no puedo pecar contra mi Dios.
ESPOSA
(Molesta e irónicamente).
- ¡Qué tonto eres José! Nadie se va a enterar. Además,
tú me gustas.
JOSE
(Sale del escenario con la cabeza abajo).
ESCENA TERCERA
ESPOSA
(Fastidiada, pero decidida a hacer algo).
- ¡José! ¡José!
JOSE
- Sí señora.
ESPOSA
- Tráeme el florero de Luxor, quiero que esté aquí.
Ponlo en ese lugar. No, mejor aquí. … a ver ponlo en
ese lugar…
(José sólo obedece el capricho de la esposa).
- Mejor colócalo aquí
(Señalando casi sus pies y cuando se acerca José lo
coge del brazo con la intención de besarlo).
- José, duerme conmigo. Estamos solos, nadie se
enterará. José, tú me gustas…
JOSE
(Intenta salir, pero ella coge su ropa y José sale
asustado).
- No señora, no lo haré.
ESPOSA
- ¿Qué? Qué se habrá creído ese esclavo. ¡Guardias,
guardias!
SOLDADO
(Entra corriendo).
- Qué sucede señora.
ESPOSA
- Ese hebreo quiso violarme. Llama a mi esposo
rápidamente.
(Mientras, murmura molesta).
- ¿Qué se habrá creído ese hebreo? ¡Uff, lo odio! ¡Lo
detesto!
POTIFAR
(Entra violentamente y pide explicaciones).
- ¡Qué pasó! ¡Qué ocurrió!
ESPOSA
- Ese hebreo, no se cómo se llama…quiso violarme y
yo grité, y la ver que gritaba salió huyendo.
POTIFAR
(Sorprendido y aumentando lentamente su cólera).
- No puede ser…¿José hizo eso? ¿Qué le habrá
pasado? Pero, eso no se queda así. Lo meteré en la
cárcel…
ACTO III
ESCENA PRIMERA
Escenario:
La cárcel, donde están José, el panadero y el copero.
NARRACION
Y José fue echado en la cárcel, pero la mano de Jehová
estaba sobre él, porque Dios tenía un propósito en su
vida. Jehová estaba con José y le extendió su
misericordia y le dio gracia en los ojos en los ojos del
jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano
de José el cuidado de todos los presos que había en
aquella prisión, todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No
necesitaba el jefe de la cárcel cosa alguna de las que
estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con
José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.
Sucedió un día que el copero y el panadero del rey
delinquieron y el soberano los mandó a la cárcel
encontrándose con José en ese lugar.
CARCELERO
- José he notado que los dioses están contigo, sobre
todo ese dios en la que tú crees, cómo se llama…
JOSE
- Jehová es su nombre, Dios grande, fuerte y
misericordioso.
CARCELERO
- Ah, Jehová. Bueno cómo se llame, pero sé que es
más fuerte que nuestros dioses. Además, tú tienes
mucho talento y sabiduría para guiar a tus
contemporáneos aquí en la cárcel. Te encargo la
administración interna para que hagas cómo creas
conveniente.
(El carcelero sale del escenario).
ESCENA SEGUNDA
José luego de conversar con el jefe de la cárcel ingresa
a la misma y encuentra a dos de sus presos tristes…
JOSE
- ¿Qué os pasa hoy? Veo que estáis tristes. ¿Hay
motivo para estarlo?
COPERO
- Estamos tristes porque el jefe de los panaderos y yo
hemos tenido un sueño cada uno y no sabemos qué
significa. ¿Sabes tú de esas cosas, por qué no hay
quien lo interprete?
JOSE
- ¿No son de Dios las interpretaciones? Contadme y
Jehová os dará la respuesta.
COPERO
- Yo como jefe de los coperos del rey soñé con tres
racimos uvas que las exprimía en la copa del rey y él la
bebía.
JOSE
- Esta es la interpretación. Tres sarmientos, esos
racimos que soñaste, son tres días. Eso significa que
estarás preso tres días y después volverás a ser jefe de
los coperos del rey.
COPERO
(Alegre y satisfecho con la respuesta de José).
- Oh, gracias José. Volveré a ser el copero del rey.
JOSE
- Sólo te pido un favor. Acuérdate de mi cuando
salgas. Menciónale al rey de mí, porque yo fue
vendido de mi patria, la tierra de los hebreos y
tampoco hice nada malo para estar en la cárcel.
PANADERO
- ¡José! Yo también tuve un sueño. Soñé que había
tres canastillos de pan sobre mi cabeza y en el
canastillo más grande había ricos manjares, pero
venían las aves del cielo y se las comían. ¿Qué es José,
dime?
JOSE
- Esos canastillo también son tres días, pero…
PANADERO
- ¿Qué es José, dímelo?
JOSE
- Después de tres días morirás en la ahora y las aves
del cielo comerán tu carne.
ACTO IV
ESCENA UNICA
Escenario:
El Palacio de Faraón. Es un ambiente lujoso y se
observa un trono al fondo.
NARRADOR
Sucedió que el jefe de los coperos olvidó mencionar la
interpretación del sueño de José a Faraón y pasaron
como dos años. Posteriormente, el propio Faraón tuvo
un sueño y no había nadie en toda la tierra dominada
por Egipto que supiese interpretar el sueño. Y fue el
jefe de los coperos que recién se acordó del pedido de
José y le comentó a Faraón que en la cárcel había una
persona que podría interpretar el sueño.
Inmediatamente, el jefe de la cárcel liberó a José,
quien se afeitó y cambió sus ropas para ser presentado
ante el Faraón para interpretar el sueño.
FARAON
- Yo he tenido un sueño y no hay quién lo interprete.
Más he oído decir de ti que oyes sueños para
interpretarlos.
JOSE
- No está en mí la interpretación. Dios será quien de
respuesta a Faraón.
FARAON
- En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río
y del río subían siete vacas de gruesas carnes y
hermosa apariencia que pacían en el prado. Después
de ellas, también subían siete vacas flacas y de feo
aspecto, tan feas que no he visto nada parecido en
todo Egipto. Pero, lo que me sorprendió es que las
siete vacas flacas y feas devoraban a las vacas gordas.
Luego yo desperté. ¿Puedes interpretar ese sueño?
También soñé que siete espigas de una misma caña
crecían llenas y hermosas, pero también crecían siete
espigas menudas, marchitas y abatidas por el viento
solano, y las espigas menudas devoraban a las espigas
hermosas.
He llamado a todos los magos de mi reino y no hay
quien interprete. ¿Tú puedes hacerlo?
JOSE
- Dios dará la interpretación a Faraón porque ha
querido mostrarle lo que hará en las tierras de Egipto.
Los dos sueños tienen el mismo significado. Las siete
vacas hermosas y las siete espigas hermosas son siete
años. También las siete vacas flacas y feas son siete
años. Esas siete espigas menudas y marchitas son
siete años de hambre.
Dios está mostrando a Faraón que vienen siete años
de abundancia en toda la tierra de Egipto, pero
también vendrán siete años de hambruna en el país. Y
si Dios ha permitido que el sueño sea doble, significa
que Dios se apresura a hacerlo. Por tanto, provéase
ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo
sobre toda la tierra de Egipto. Haga eso ahora Faraón
y ponga gobernadores y exija tributos en los años de
abundancia, y junten toda la provisión para luego
mantener las ciudades y la casa de Faraón. Si hace eso
ahora, el país no sufrirá hambre.
ACTO V
ESCENA PRIMERA
Escenario:
Ambiente lujoso donde está José atendiendo a los
mercaderes.
NARRACION
Faraón comprendió que el hombre sabio y prudente
que necesitaba no podría ser otro que el propio José,
nombrándolo como gobernador de toda la tierra de
Egipto. El propio Faraón colocó su anillo en el dedo de
José y lo subió en su segundo carro, mandando que
todo hombre doble sus rodillas ante el paso de
gobernador.
Con el transcurrir de los años, los presagios se
cumplieron y hubo hambruna en toda la tierra, menos
en Egipto donde gobernaba José. El hambre llegó
también a Canaán, donde vivía Jacob con sus hijos,
enviando a diez de sus hijos a comprar alimentos en
Egipto, sin saber que su hijo era el gobernador de ese
país.
Los hermanos de José llegan a la casa del gobernador
para comprar alimentos y se inclinan ante él.
JOSE
(Al inicio, asombrado, cómo tratando de reconocer a
los visitantes. Luego hablando ásperamente).
- ¿Quiénes son y de dónde vienen?
RUBEN
- Venimos de la tierra de Canaán para comprar
alimentos.
JOSÉ
(Mirando con desdén a sus hermanos).
- ¡Espías son! Ustedes han venido para espiar la tierra
y saber qué tenemos.
JUDA
- No señor mío, no somos espías. Somos hombres
honrados. Somos hijos de un varón llamado Jacob y no
somos espías.
JOSE
- No, espías son. Para ver la tierra han venido.
RUBEN
- No señor. Tus siervos somos doce hermanos, hijos de
un varón de la tierra de Canaán. Hoy hemos venido
sólo diez, porque el menor se quedó en casa y el otro
desapareció.
JOSE
- Creo que ustedes están mintiendo. Sois espías.
Todos sois espías. Pero los probaré para ver si dicen la
verdad. No saldrán de aquí hasta que vea al menor de
vuestro hermano. Enviad a uno de ustedes para
traerlo y ustedes se quedarán presos. Sino, entonces
sois espías. Por ahora estáis presos. ¡Soldados!
Llevadlos a la cárcel.
ESCENA SEGUNDA
Los hermanos de José están en la cárcel y dialogan
entre sí.
RUBEN
- ¿Qué hacemos ahora?
JUDA
- El pecado de haber vendido a nuestro hermano nos
está alcanzando.
RUBEN
- ¿Qué le diremos a nuestro padre? El ya sufrió mucho
por la pérdida de José.
SIMEON
- ¿Cómo haremos para traer a Benjamín?
DAN
- Nuestro padre no querrá enviarlo.
ASER
- Como dice Judá, el pecado por José nos está
alcanzando.
RUBEN
- Y ustedes querían matarlo. Yo sabía que era una
equivocación.
JUDA
- Ya tenemos tres días aquí en la cárcel y qué será de
nosotros
ESCENA TERCERA
Un soldado lleva a los hermanos de José ante su
presencia.
JOSE
- Si de verdad son hombres honrados como ustedes
dicen, se hará lo siguiente. Uno de ustedes quedará
preso hasta que traigan al menor de vuestro hermano.
En caso contrario morirán.
JUDA
- En qué problema estamos. Menos mal que no nos
entiende porque no habla nuestro idioma.
RUBEN
- Por eso yo les decía no pequen contra el muchacho y
ustedes no me hicieron caso.
SIMEON
- Me acuerdo de sus súplicas pidiendo por su vida y no
le hicimos caso.
ASER
- Eso nos está pasando por haber hecho mal contra
nuestro hermano.
DAN
- ¡Qué gran pecado hemos cometido!
(José se aparta de ellos rápidamente e ingresa a otra
habitación).
ESCENA CUARTA
(José regresa y con voz de mando).
JOSE
- Se hará lo siguiente para ver si ustedes están
diciendo la verdad. Se quedará uno de ustedes presos
y el resto volverá con el menor de vuestro hermano.
¡Guardias! Apresad a esa persona y llevadlo a la
cárcel.
(El soldado lleva con fuerza a Simeón a la cárcel).
ACTO VI
ESCENA PRIMERA
Escenario:
La casa de José. Se observa una mesa con frutas y
adornos domésticos.
NARRACION
Mientras los hebreos regresaban a Canaán, José
ordenó que el dinero de cada uno sea devuelto en sus
sacos de granos. Ya en casa, Jacob tuvo gran dolor por
la prisión de Simeón y por tener que enviar a Benjamín
a Egipto. Judá tuvo que pedir a su padre permiso para
llevar a Benjamín bajo su responsabilidad y así
descendieron con el menor de sus hermanos a Egipto,
pero fueron llevados a la casa del propio José.
RUBEN
¿Por qué nos habrán traído a este lugar?
JUDA
Tal vez para ponernos una trampa y quedarnos presos
o como siervos de Egipto.
ASER
No me gusta nada estar en casa de ese gobernador.
BENJAMÍN
¿Por qué querrá verme ese varón?
DAN
Cuídado que alguien viene.
ESCENA SEGUNDA
Ingresa Simeón que estuvo preso.
SIMEON
Hermanos, cómo están. A pesar de todo, fui tratado
bien en la cárcel. El gobernador tuvo misericordia de
mí. ¿Cómo está nuestro padre?
RUBEN
Bien. El está bien, sólo preocupado por vernos cuanto
antes.
ACTO VII
ESCENA PRIMERA
Escenario:
La casa de José. Es el ambiente de la Escena VI.
NARRADOR
Ese día José había ordenado que preparen un plato
especial y que pongan su copa de plata en el costal de
Benjamín. De tal suerte que cuando regresaban, el
mayordomo de José alcanzó a sus hermanos y les
recriminó por el “robo”. Ellos, ignorando lo que
sucedía, dijeron que sería siervo de José la persona a
quien encuentren la copa, objeto que fue encontrado
precisamente en el costal de Benjamín.
JOSE
- ¿Por qué habéis obrado así de mal, llevándose mi
copa? ¿No saben que una persona como yo sabe
adivinar?
RUBEN
- Señor, no comprendemos lo que pasa, pero ahora
somos tus siervos.
JOSE
- No, sólo será mi siervo el muchacho a quien le
encontraron la copa.
JUDA
- Señor, permíteme hablarte, pero por favor no te
molestes. No entendemos lo que está pasando, pero
yo salí por fiador de la vida del joven Benjamín ante su
padre. Como yo soy el responsable, permíteme
quedarme en lugar de él.
JOSÉ
- Yo sólo quiero decirles que…
(Sale apresuradamente conteniendo la emoción y
llanto).
ESCENA SEGUNDA
SIMEON
- ¿Qué pasa no entiendo?
ASER
- ¿Qué te pasó Benjamín, por qué te llevaste la copa
del gobernador?
BENJAMIN
- Yo no llevé nada. No sé cómo apareció en el costal.
DAN
- Pero si hasta te trataban bien. Tu plato era cinco
veces más grande que el de nosotros. ¿Por qué lo
hiciste?
RUBEN
- Silencio. Ahí viene el gobernador.
ESCENA TERCERA
JOSE
- ¡Salid todos! ¡Dejadme sólo con los hebreos! ¡Salid
pronto!
(Un prolongado silencio hay en la sala).
- ¿Saben quién soy? No me reconocen…
(Contiene el llanto).
RUBEN
- No señor, quién eres. No sabemos quién eres.
Nosotros sólo somos tus siervos.
JOSE
- ¡Yo soy José! Soy José, vuestro hermano. ¿Vive aún
mi padre? ¿Cómo está mi padre Jacob?
JUDA
- ¿Tú eres José? ¿Eres José nuestro hermano?
JOSE
- Si, yo soy José, vuestro hermano que vendieron a los
ismaelitas. Pero no se preocupen, Dios permitió todo
eso porque tenía un propósito en mi vida. Todo lo que
soy se lo debo a El.
(José llora y se abraza con sus hermanos y ellos se
alegran de verlo).
Andad, llevad prisa y traed a mi padre aquí, porque
aún faltan cinco años de hambruna. Aquí en las tierras
de Gosén viviréis y no tendréis pobreza. Ustedes me
están viendo y aún mi hermano Benjamín también.
Llevad prisa y traed a mi padre Jacob.
NARRADOR
Y así bendijo Dios la vida de José y a través de él, toda
la familia de Jacob tuvo la bendición de no ver hambre
ni pasar necesidad durante los días difíciles en
Canaán. Revivió el espíritu de Jacob y se encontró con
su hijo José, iniciándose de esta manera la salvación
física para el pueblo de Israel. Todo lo que hizo José
fue prosperado porque aprendió la lección de servir
con humildad y sencillez de corazón y la mano de Dios
siempre estuvo con José.