dra. margaret lee zoreda (titular) y dr. javier vivaldo...

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1 Reporte de investigación del proyecto de investigación “Las artes en la enseñanza del inglésDra. Margaret Lee Zoreda (titular) y Dr. Javier Vivaldo Lima Área de Lenguas y Culturas Extranjeras División de Ciencias Sociales y Humanidades UAM-Iztapalapa Julio de 2009

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Reporte de investigación del proyecto de investigación

“Las artes en la enseñanza del inglés”

Dra. Margaret Lee Zoreda (titular) y Dr. Javier Vivaldo Lima

Área de Lenguas y Culturas Extranjeras

División de Ciencias Sociales y Humanidades

UAM-Iztapalapa

Julio de 2009

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Este reporte presenta la primera parte de una investigación sobre la obra clásica del

cine estadounidense The Searchers. Dicha película habrá de constituir un eje central de

discusión para el módulo de interculturalidad en el cine anglófono, mismo que constituye

una de las corrientes abordadas en Temas Selectos en Culturas Anglófonas. El producto

final de esta investigación habrá de ser utilizado como marco de referencia tanto para

docentes como para alumnos de estos cursos.

La nueva visión de Ford acerca del western en The Searchers1

(Primera parte)

Introducción

Desde los albores de la industria cinematográfica en los Estados Unidos, el western

se ha considerado como uno de los géneros cinematográficos más genuinamente

norteamericanos (O’Connor y Rollins 2005: 1; Rieupeyrout en Willett 1970: 455). John

Ford, el director a quien anteriormente se había dado el crédito de la transformación del

western en una forma de arte dentro del sistema hollywoodense a partir de su película

Stagecoach filmada en 1939, dirigió en 1956 The Searchers,2 protagonizada por John

1 Todas las traducciones son de los autores. 2 La versión en DVD analizada en este trabajo es The Searchers. 1997 [1956]. Dir. John Ford. Warner Home

Video. 119 min. Aunque en muchas referencias a la filmografía de John Ford la película es conocida en español como

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Wayne y por actores de su compañía. Aunque no comprendida en su estreno y por lo tanto

mal recibida, esta película adquirió una importancia creciente hasta el punto de haber sido

ubicada en 2002 en el onceavo lugar entre las mejores películas de todos los tiempos por la

revista Sight and Sound del Instituto Británico de Cinematografía (Sight and Sound 2002),

y de haber dado lugar a controversias entre especialistas. Nuestro trabajo postula que la

fuerza de The Searchers radica en la forma en la que transgrede expectativas tradicionales

sobre el western y en la manera en que su complejidad y sus contradicciones sacuden al

espectador. En primer término, analizamos brevemente la noción de género fílmico, con un

énfasis particular en la definición del western. A continuación presentamos el resumen de la

película seguido de una lectura cuidadosa3 dirigida a entender el por qué la consideramos

como un western revisionista contrapuesto a expectativas convencionales asociadas al

género. Finalmente, se propone que la capacidad de la película para perturbar al espectador

explica en gran medida su naturaleza como obra maestra de la cinematografía.

Definición del western como género fílmico

Cuando nos referimos a la noción de género cinematográfico generalmente se

plantean dos perspectivas interrelacionadas. A nivel estructuralista, el concepto de género

se refiere a la clasificación de obras cinematográficas de acuerdo a rasgos comunes en

cuanto a temas, argumentos, personajes y escenarios, siendo el caso de las películas de

ciencia ficción, biográficas, romances, comedias, cine de terror y, como veremos, el

Centauros del Desierto, optamos por mantener el título original.

3 El concepto de “lectura detallada” de una película (o de una obra literaria) puede ser definido como “el ver una

película cuidadosamente, rindiéndosele y apreciando el dónde nos lleva y el cómo lo logra---en efecto, el cómo la

película, como discurso, procede y llega; no únicamente lo que hace bien, sino lo que hace; cómo funciona” (Kawin

1992: 37). Por supuesto, reconocemos que nuestra lectura profunda se fundamenta en el análisis de género.

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western. A nivel semiótico, estas convenciones dan lugar a un código cultural de

expectativas y respuestas intertextuales compartido entre los realizadores y sus audiencias

(Turner 1999: 97). Los géneros constituyen las formas culturales de “narrar” de una

sociedad determinada (Phillips 2000: 23), así como formas de “plantear el entrejuego entre

la cultura, la audiencia y los realizadores” (Tudor 2003: 8). En contraposición con el cine

clásico, de “arte”, considerado como creación estética única, caso de El Año Pasado en

Marienbad de Alain Resnais, el género fílmico sintetiza y relaciona películas previas y

actuales de un mismo tipo (Braudy 2002: 109). Los espectadores llegan a sentirse más

cómodos con películas de género dado que su “familiaridad” hace más fácil su

interpretación. No obstante, las películas de género no pueden ser consideradas como

estáticas y predecibles. De acuerdo con Leo Brady, el potencial subversivo de los géneros

cinematográficos estriba en que:

… pueden explotar convenciones de respuesta con el propósito de mover el tapete al

espectador. El hecho de relajar su inteligencia crítica, de liberarle de la necesidad

de tomar decisiones---estéticas, morales, metafísicas---acerca de una película,

permite al género cinematográfico utilizar nuestras expectativas en contra de sí

mismas y, en el proceso, revelarnos expectativas y supuestos que nunca supusimos

tener. Pueden en potencia formular una crítica del presente…. (Braudy 2002: 110-

111)

Por lo tanto, las películas que “modifican los elementos tradicionales de un género” y, en el

proceso, diezman y desestabilizan expectativas comunes del espectador se convierten en

cintas revisionistas del género de que se trate, especialmente cuando se basan en mitos

5

socioculturales aceptados (“Western Film” 2008: 2).

A partir de la delimitación del concepto y de los parámetros del género

cinematográfico, procederemos a examinar su significado en el caso específico del western.

El contexto de la mayor parte de la narrativa relacionada al western se ubica en la segunda

mitad del siglo diecinueve en los Estados Unidos, inmersos en lo que en aquel entonces

constituía la “frontera”: las Grandes Planicies, Texas, las Montañas Rocallosas, el Sudoeste

y California. Los paisajes arquetípicos son los del sudoeste, que Ford llevó a proporciones

épicas en Monument Valley, Arizona: rojizos desiertos áridos con formaciones rocosas

gigantes apuntando a la dicotomía entre el hombre (blanco, “cultura”, “civilización”) y la

naturaleza (piel roja, “salvajismo”) (Cawelti 1999: 23-24). La temática de un gran número

de westerns gira alrededor de una confrontación entre colonizadores que intentan

sobrevivir y establecer pueblos civilizados, entre marginados sociales, mujeres de cantina o

borrachos, entre indígenas norteamericanos que buscan conservar sus tierras y cultura, entre

la caballería de los estados Unidos en lucha por proteger a los colonizadores blancos contra

las tribus indias, entre arreadores de ganado y vaqueros luchando en contra del cercado de

los territorios y entre renegados sociales oportunistas. Por lo que se refiere al “héroe” del

western, tanto en la literatura como en la cinematografía, éste se relaciona con el vaquero o

pistolero rudo, reticente y solitario caracterizado por una imagen de “control total” y

“nobleza personal” pero representante de “una ambigüedad moral que obscurece su imagen

por el hecho de….ser un asesino” (Warshow 1992: 453-458). En palabras de D. H.

Lawrence, el protagonista es “un matón rudo, solitario y estoico” (en Willett 1970: 457).

Es importante destacar que esta figura puede ser encontrada en uno de los mitos románticos

fundacionales de los Estados Unidos: “el Adán estadounidense, autosuficiente e

individualista que cumple la consigna divina de construir una nueva sociedad armónica---

6

una Ciudad en una Colina---exenta de las limitantes sociales y de la corrupción del Viejo

Mundo” (“The American Adam” 2003: 561). El mandato puritano original de llevar la

cristiandad a los no creyentes dio lugar a la “épica de la frontera en la que los pioneros

llevaron la ley y el orden a las tierras salvajes” (Cawelti 1999: 63). Dentro de los personajes

vinculados al Adán norteamericano encontramos héroes culturales incluyendo a

exploradores como Daniel Boone y Natty Bumppo, este último en The Leatherstocking

Tales de James Fenimore Cooper,4 o incluso en el más reciente Rambo, todos ellos

concebidos como fuerzas en búsqueda de “la regeneración de la América blanca a través

del ejercicio de la violencia en la lucha contra el salvajismo” (Slotkin en Cawelti 1999:

144). En consecuencia, a lo largo de la historia de los Estados Unidos y de su cultura

popular se ha dado una persistente glorificación a la imagen del “héroe solitario y a su

búsqueda por conquistar el mal---a menudo recurriendo a la opción antisocial de la

violencia…figuras solitarias íntegras que pasan por encima de los límites de la ley y del

orden, paradójicamente por el bien de la civilización” (O’Connor y Rollins 2005: 31).

No es de sorprender, por tanto, que el western se convirtiese en el género

cinematográfico emblemático estadounidense. Todos las cuestiones que el país ha

enfrentado y que continúan jugando un papel fundamental se ven plasmadas en él: la

justicia, la violencia y la relación con el “otro” no blanco. A continuación analizamos la

forma en la que The Searchers aborda las temáticas y los papeles del western para

trastocarlos explícitamente. Pero antes de esto, en la sección a continuación, presentamos

una perspectiva narrativa sobre la película.

4 Los comentarios previos de D. H. Lawrence con relación al personaje central del western han sido aplicados

para analizar la figura literaria del explorador de Cooper, Natty Bumppo, en una momento del siglo XVIII en el que el

“Oeste” o “frontera” era el actual Estado de Nueva York.

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La línea argumentativa de The Searchers

La novela The Searchers de Alan LeMay, publicada en 1954, fue la inspiración

original de la película de Ford. El libro se relaciona de manera libre con hechos reales: la

narración simbólica y trágica del cautiverio de una mujer blanca, Cynthia Ann Parker, en

Texas. En 1836 a los nueve años Cynthia Ann fue raptada por una tribu de comanches,

kiowas y caddoes en el Fuerte Parker en Texas. Renombrada como Naduah, al alcanzar la

madurez sexual se convirtió en la esposa del jefe guerrero Peta Nocona, dándole tres hijos.

Después de ser recapturada en 1860 por los Texas Rangers5 con su hija Prairie Flowers,

Naduah intentó regresar a su tribu pero fue sometida a cautiverio. Su hija murió y

entonces, acremente desconsolada por el hecho de haber sido separada de aquéllos a

quienes consideraba su verdadera familia, se dejó morir de hambre. Su hijo, Quanah Parker,

fue el último jefe guerrero de los comanches, rindiendo su tribu a las autoridades blancas en

1875. Se dice que sufrió el resto de su vida la muerte de su madre (McBride 2001: 552;

McMurtry 2008: 24).

La película, basada en un guión de Frank S. Nugent (1955), narra la búsqueda por

siete años a través de Texas, los desiertos del sudoeste, México y la frontera con Canadá, de

Ethan Edwards en un intento por recuperar a su sobrina Debbie, raptada siendo niña por los

indios comanches. La película en su inicio nos ubica aproximadamente tres años después de

la Guerra Civil de los Estados Unidos (1868) en el hogar de una pareja de pioneros, Aarón

y Martha Edwards, y de sus hijos Ben (14 años de edad), Lucy (16-18 años) y Debbie (11

años). A la distancia, con las imponentes formaciones rocosas de Monument Valley6

5 Se refiere a la milicia estatal de Texas. 6 Monument Valley no se encuentra en Texas, por supuesto, sino en el extremo nordeste de Arizona, en el

límite con Utah (“Four Corners”). Ford descubrió el valle muchas décadas antes y admiró su potencial estético y

cinematográfico, grabando muchas de sus escenas en este lugar. Debido a lo anterior y al carácter épico y mítico que le

dio al lugar, éste llego a ser conocido como “Ford country”.

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enmarcando la entrada de la casa, se aproxima un hombre a caballo. Se trata de Ethan,

hermano de Aaron, quien peleó en el Ejército Confederado sin haberse rendido de manera

formal, y quien ha estado alejado de la familia peleando junto a Maximiliano o a Juárez en

México e implicado en robos u otros actos criminales en los Estados Unidos. Otro miembro

de la familia Edwards es Martin Pauley, mestizo de 20 años de edad de sangre tanto blanca

como india, quien fue adoptado siendo niño por los Edwards después de que su familia fue

asesinada en un ataque indio. Poco después nos enteramos que Ethan y Martha han

alimentado una relación amorosa persistente, prohibida y no declarada.

Otros personajes nos son presentados a través de la familia Edwards: el Reverendo

y Capitán Sam Clayton, quien, como Texas Ranger, defiende la ley y a la vez cubre

responsabilidades religiosas; los vecinos, la familia Jorgensen, con Lars, su esposa, su hijo

Brad y su hija Laurie: el sargento Charlie MacCorry, y el “tonto” de la comunidad, Mose

Harper, explorador del territorio “Texicano” de edad avanzada.

A partir de un ardid de los comanches, los hombres son alejados de la casa de los

Edwards para recuperar ganado robado a los Jorgensen. Mientras se ausentan, los indios,

comandados por el Jefe Cicatriz (Chief Scar) atacan el hogar de los Edwards, matan a

Aarón y a Ben, violan y matan a Martha y se llevan consigo a Lucy y a Debbie. A su

regreso y después de asistir a un truncado funeral para las víctimas, Ethan, Martin, Clayton,

Brad, Charlie y Mose se abocan al rescate de las dos niñas raptadas. El grupo encuentra y

se enfrenta con la tribu del Jefe Cicatriz pero los indios se repliegan. El Reverendo y

Capitán Clayton rechaza de manera tajante la excesiva sed de Ethan por matar al Jefe

Cicatriz así como la mutilación del cadáver enterrado de un indio por lo que los Rangers

abandonan al grupo de rescate, quedando únicamente Ethan, Martin y Brad.

Durante su travesía, Ethan, a solas en el desierto, encuentra el cuerpo violado de

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Lucy a la que entierra de inmediato a fin de evitar que Brad y Marty tengan que presenciar

la escena. Brad sospecha y cree ver a Lucy en el campamento indio por lo que corre hacia

allá gritando, sólo para encontrar la muerte. Pasa aproximadamente un año y medio y

Ethan y Marty regresan a casa de los Jorgensen. Laurie está enamorada de Marty, quien

realmente se siente atraído por ella pero quien resulta ser algo atolondrado en situaciones

románticas. Los Jorgensen reciben una carta enviada por un Texas Ranger a quien un

comerciante, Futtterman, le había entregado un trozo del vestido que Debbie traía puesto el

día que fue raptada por los indios. Ethan toma la prenda y monta su caballo antes del

amanecer para reanudar sólo la búsqueda. Al levantarse, Marty se entera de la carta y se

apresura a alcanzar a Ethan ya que, por primera vez, teme lo que Ethan pueda hacer a

Debbie de encontrarla.

Después de alcanzar a Ethan ambos localizan a Futterman, cuestionándole qué más

sabe sobre el paradero de Debbie. El traficante les da información sobre la localización de

la tribu de Cicatriz a cambio de una recompensa. Esa noche, mientras los dos hombres

acampan, Futterman y sus dos compinches tratan de emboscar a Ethan y a Marty para

quitarles todo el dinero. No obstante, Ethan, habiendo anticipado sus planes, mata a los tres,

disparándole a Futterman por la espalda.

De regreso a casa de los Jorgensen, Charlie, que tiene la intención de casarse con

Laurie, le lleva una carta de Marty. A través de las palabras y de su visualización

cinematográfica a medida que Laurie da lectura a la misiva, vemos a Ethan y a Marty en el

“norte” a campo “abierto”, localizando campamentos indios en búsqueda de una señal de

Debbie. Para sorpresa de todos, especialmente de Laurie, Marty relata cómo,

equivocadamente en un trueque con un indio por una cobija, recibió a cambio una pequeña

mujer india por esposa, a la que llamó “Look”. Ethan y Marty la interrogan sobre el

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paradero de Cicatriz sin resultado. Rechazándola como esposa, en una escena cómica lo

vemos lanzarla por una pendiente cuando ella pretende acostarse junto a él. A medida que

Laurie continúa su lectura, Marty describe la forma en la que perseveran en la búsqueda y

cómo en tierras nevadas Ethan explotó en ira arremetiendo contra una horda de búfalos a

fin de que los indios muriesen de hambre. Los dos hombres escuchan ruidos de caballos y

eventualmente llegan a un campamento indio donde todos los ancianos, mujeres y niños

acaban de ser masacrados por el ejército norteamericano. Look se encuentra entre los

muertos, por lo que Ethan y Marty, lamentando su proceder, concluyen que Cicatriz está

cerca. Al suponer que la Caballería pudo haber capturado tanto a Cicatriz como a Debbie,

se dirigen hacia una posición india que el ejército usa de manera temporal y traen ante ellos

a tres mujeres blancas encontradas en el campamento indio pero ninguna resulta ser

Debbie. Sin embargo, uno de los oficiales les indica que se encontraron objetos mexicanos

en el campamento indio y les aconseja hablar con traficantes mexicanos cerca de la

frontera. Marty termina la carta diciendo que viajarán al día siguiente a territorio de Nuevo

México, no habiendo vuelto sino hasta transcurrido un año. Todos estos eventos enfurecen

a Laurie con Marty por no regresar a casarse con ella.

La escena cambia a un pueblo en México donde Ethan y Marty se encuentran con

Mose quien por su lado ha continuado buscando información sobre Debbie. En una cantina

les presenta a un hombre que la ha visto y que sabe donde está: Emilio Gabriel Fernández

y Fernández. A cambio de una suma de dinero acompaña a Ethan y Marty al campamento

de Cicatriz. Éste los hace entrar a su tienda donde podemos ver a Debbie alcanzarle las

cabelleras obtenidas en sus batallas e incursiones en venganza de los asesinatos de sus hijos

por los blancos. Después de que Ethan y Marty abandonan el campamento Debbie los

alcanza hablando primeramente en la lengua india y después en inglés pidiéndoles que se

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vayan y señalándoles que la tribu de Cicatriz es ahora su familia. Ethan hace un

movimiento tratando de matarla pero un comanche le dispara. Los hombres logran

finalmente escapar y Marty atiende al malherido Ethan quien le muestra su testamento en el

que le cede todas sus posesiones. Al cuestionarle el por qué no se las deja a Debbie, quien

es sangre de su sangre, Ethan explícitamente le revela por primera vez que siente

repugnancia por el hecho de que ella, una mujer blanca, haya tenido relaciones sexuales con

un indio.

Cuando los hombres finalmente llegan a la casa de los Jorgensen está por celebrarse

el matrimonio de Charlie y Laurie. Ésta le recrimina a Marty el haberla abandonado y

Charlie y Marty se enfrascan en una pelea por Laurie, cancelándose la ceremonia. Mose

regresa y cuenta como fue hecho prisionero de Cicatriz y logró escapar. Dado que conocen

la ubicación del campamento indio, los Rangers, Ethan y Marty parten para recuperar a

Debbie. Ethan propone que todos los hombres ataquen el campamento pero Marty se

opone a sabiendas de que Debbie podría resultar muerta en el ataque y se ofrece como

voluntario para sacar a la joven. Marty entra a la tienda de Cicatriz y despierta a la

atemorizada Debbie para sacarla. Sin embargo, Cicatríz entra Cicatríz y Marty le da muerte,

escapando con Debbie. Los Rangers entran al campamento, Ethan encuentra el cuerpo de

Cicatriz y le corta la cabellera. Acto seguido corre tras Marty y Debbie y derriba a Marty.

Debbie corre hacia una cueva tratando de salvarse cuando Ethan la alcanza. En vez de

matarla, la levanta en sus brazos diciendo, “Vamos a casa, Debbie”, y regresan a caballo al

hogar de los Jorgensen. Con Mose sentado en su mecedora en el porche, Debbie es llevada

a la casa y Laurie y Marty se reconcilian. Pero Ethan permanece de pie enmarcado por la

entrada de la casa, mirando hacia adentro mientras todos entran y entonces el espectador,

desde el interior de la casa, lo ve regresar solo al desierto en tanto la puerta se cierra en un

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barrido de cámara.

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