dr. esteban padros cristianismo y hospital · 2008-12-12 · en el colapso de la alta edad media....

14
fla ^Bl ^^ H Abril H H Jg B ^^^ ^^^ H ^B I ^^A ^H 1^^^^^^^^^ I Fascículo I ^^B H ^A Mf I ^^ I B ^^ DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL PUBLICACIONES MEDICAS BIOHORM. - SECCIÓN.- MEDICINA E HISTORIA \ N.° R.: B. 1023-63 | D. L: B, 27541-63 I EDITORIAL ROCAS ¿ DIRECTOR: DOCTOR MANUEL CARRERAS COLABORAN !t DOCTOR AGUSTÍN ALBARRACIN - DOCTOR DELFÍN ABELLA -. PROFESOR P. LAIN ENTRALGO -. PROFfSOR J , LÓPEZ IBOR <s DOCTOR A. MARTIN DE PRADOS * PROFESOR JERÓNIMO DE MORAGAS - DOCTOR CHRISTIAN DE NOGALES - DOCTOR ESTEBAN PADROS <*. DOCTOR SILVERIO PALAFOX * PROFESOR J. ROF CARBALLO * PROFESOR RAMÓN SARRO s> PROFESOR MANUEL USANDIZAGA * SECRETARIO DE REDACCIÓN?. DOCTOR FELIPE CID s. DIRECCIÓN GRÁFICA:? PLA-NARBONA

Upload: others

Post on 17-Jul-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

fla ^Bl ^ ^ H Abril H H Jg B ^^^ ^ ^ ^ H ^B I ^^A

^H 1^^^^^^^^^ I Fascículo I • ^^B H ^A Mf I ^ ^ I B ^^

DR. ESTEBAN PADROS

CRISTIANISMOY HOSPITAL

PUBLICACIONES MEDICAS BIOHORM. - SECCIÓN.- MEDICINA E HISTORIA \ N.° R.: B. 1023-63 | D. L: B, 27541-63 I EDITORIAL ROCAS ¿ DIRECTOR: DOCTOR MANUEL CARRERAS

COLABORAN !t DOCTOR AGUSTÍN ALBARRACIN - DOCTOR DELFÍN ABELLA -. PROFESOR P. LAIN ENTRALGO -. PROFfSOR J , LÓPEZ IBOR <s DOCTOR A. MARTIN DEPRADOS * PROFESOR JERÓNIMO DE MORAGAS - DOCTOR CHRISTIAN DE NOGALES - DOCTOR ESTEBAN PADROS <*. DOCTOR SILVERIO PALAFOX * PROFESOR J. ROFCARBALLO * PROFESOR RAMÓN SARRO s> PROFESOR MANUEL USANDIZAGA * SECRETARIO DE REDACCIÓN?. DOCTOR FELIPE CID s. DIRECCIÓN GRÁFICA:? PLA-NARBONA

Page 2: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

De esta edición se han separado cien ejemplaresnumerados y firmados por el autor.

Ejemplar n.° ff 1 ^ ^

Page 3: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

DR. ESTEBAN PADROS

CRISTIANISMOY HOSPITAL

Page 4: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

Retrato de Paracelso. Grabado en cobre,de A. Hirschvogel. IBIblioreca

del Estado. Viena).

ALTIRfl« I/K>/I Sil * qft/1 5VV5 O5€ POJES 1"

w v • • " - - . - • ^ ^ • • ^ * * * '

¿ AVRECXI * THEOPHRA5TI ^ AB *"JF*DHEN -^HKIM. *• OFlGrK /SV£^/EJATFS A •+ r • |

i * A-A ?-8 í

Page 5: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

5

CRISTIANISMO Y HOSPITAL

La historia del hospital, es en cierto modo, la historia de la hospitalidad. La asistencia al pobre, al desvalidoy al enfermo ha marcado, con claro matiz, la civilización de los pueblos. Y a lo largo de la historia las orienta-ciones para la protección del prójimo ante la enfermedad, han respondido a diversos valores espirituales y so-ciales. De las normas pragmáticas del mundo romano a las virtudes de la caridad cristiana, de los ideales de lafilantropía a las modernas concepciones de justicia social, la historia hospitalaria refleja inequívocamente la his-toria de la cultura.No trato, en este breve resumen, de precisar aspectos técnicos de la historia de los hospitales ni de aportar al-guna valiosa investigación en archivos inéditos. Trataré, tan sólo, de señalar de qué forma el hospital es unacreación de la espiritualidad cristiana y de qué forma no es posible desarrollar los más audaces proyectosarquitectónicos y científicos y las más exigentes teorías de justicia social, si se olvida que el progreso se ha hechopara el hombre y no el hombre para el progreso. O de otro modo ; que no hay hospital sin hospitalidad, y quela hospitalidad la brinda un hombre a otro hombre en la libertad de ambos y por amor. La única garantía deesta libertad y de este amor, no se sustenta ni en los sentimientos de filantropía ni en los severos códigos de unaestricta justicia social, sino únicamente en la caridad cristiana. Caridad que dio origen al primer hospital propia-mente dicho y que, en último término, ha de velar para que todas las inmensas y beneficiosas aportaciones delprogreso sigan al servicio del hombre total y, por tanto, garanticen su curación a un nivel más profundo y com-pleto.El mundo occidental precristiano nos da, en Grecia y Roma, organizaciones para-hospitalarias muy interesantes.Interesantes, en el caso que nos ocupa, por la diferencia de fondo que las separa del hospital cristiano. Di-ferencia que radica más en el concepto distinto de la relación humana que existe entre la concepción pagana ycristiana de la vida, que en la adquisición, evolutiva o revolucionaria, de determinadas concepciones técnicas ocientíficas. El cristianismo aporta el nuevo concepto de hospital precisamente cuando la ciencia positiva va a caeren el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes que el perfeccionamiento de una organización científica y social.Grecia es el primer país de la antigüedad en que el hombre rompe la férula del dogmatismo, y se acerca a losproblemas filosóficos y a la investigación de la naturaleza, con amplia libertad de criterio. El hombre toma

Page 6: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

6

conciencia de la propia libertad. Las especulaciones más arriesgadas son posibles. La innovación, es la norma, yel espíritu crítico sortea las oleosas incertidumbres de la magia. El triunfo de la medicina hipocrática señala laaproximación del médico al enfermo. Se inicia la lucha por la realidad, y el dato objetivo sustituye al rito. Elsoplo del hipocratismo desvanece el humo del empirismo primitivo, y la estupefacción aute un teocentrismorígido y paralizador. La enfermedad se sitúa en la esfera corporal del hombre. La mirada del médico desciendede los astros al enfermo. El hígado y el corazón del paciente ocupan el interés del médico antes que el hígadoy el corazón de los animales sacrificados para el oráculo. El médico hipocrático establece contacto y conoci-miento con la enfermedad a través del enfermo. Y el médico no llega eficazmente al enfermo hasta que lo toca.Por primera vez, hombro con hombro, médico y enfermo tienen un papel común en el drama de la enferme-dad. El médico, con sus sentidos aguzados, se dirige a lo concreto y trata de clasificar experiencias y sintetizar-las. La vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto aproximan tanto el médico al enfermo que la enfermedad dejade ser algo exterior, errático y cósmico. Los cinco sentidos aplicados a la exploración del paciente concretanal paciente, le dan un nombre propio, crean un interés humano y un vínculo afectivo. El hipocratismo señalael primer encuentro entre el médico y el paciente.En medio de este adelanto que la civilización griega supone en la historia de la medicina, dos instituciones jue-gan, en la Hélade, el papel de pseudohospitales : los templos de Esculapio y las Iatreias. Los templos de Escu-lapio representan la supervivencia de un sentido médico tradicional más afin a los procedimientos teúrgicosde oriente. La medicina, en los santuarios de Asclepios, se practicaba bajo la dirección exclusiva de los sacer-dotes. Las curaciones obtenidas caían bajo el dominio de lo sobrenatural y no faltaban prácticas mágicas yritos esotéricos. Cabe observar la buena orientación higiénica y psicoterápica que presidía todo el proceso de ini-ciación del paciente, y que culminaba con el «incubatio» o sueño revelador.Según Mercurialis (Variae Lect., lib. I, cap. XIII), existían en las salas del templo numerosos lechos dondereposaban los enfermos. Esta descripción aproxima, maginativamente, las Asclepeias a la idea del hospital tra-dicional, y bajo este punto de vista han sido muy discutidos los templos de Esculapio. Boettinger, Sprengel,Schneider y sobre todo Coulant —citados por Boisseau— defienden la tesis de un templo de Esculapio lleno deenfermos que acudían y moraban en él, hasta que sobrevenía la curación. Hacker, en su Historia de la Medi-cina, no admite comparaciones entre los templos de Esculapio y el verdadero concepto de Hospital. AugustoGauthier —«Recherches historiques sur l'exercice de la medicine dans les temples chez les peuples de l'anti-quité», subraya este mismo parecer con una cita de Pausanias en la que se dice que no estaba permitido queningún enfermo muriera en el santuario, ni que ninguna mujer diera a luz en él. Gauthier concluye : «quepanser d'un hópital d'o il faut sortir a l'heure de la mort ?».T as Iatreias son la muestra de un nuevo sentido de la medicina libre del culto, independiente y preocupada por

Page 7: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

7

resolver problemas públicos y sociales. Iatreia era una suerte de clínica que, en la casa del médico —itraeion—se utilizaba para practicar las curas. Las Iatreias aparecen a fines del siglo vi a. de J.C. y cumplían a la vezfunciones de dispensario, sala de consultas y centro operatorio. Muchas veces, especialmente en los casos deheridas o fracturas, el enfermo se veía obligado a morar durante unos días en la Iatreia que, de esta forma,venía a constituirse en una especie de hospital. Así, pues, en las Iatreias se curaba a los enfermos, se operaba alos heridos, se distribuían medicamentos y se utilizaban como escuela clínica. La Iatreia se aproxima en granmanera a nuestro moderno concepto de hospital. Para muchos autores se trataría, en realidad, de un auténticohospital. Y fundan su aserto, sobre todo, al atribuir a esta institución un carácter gratuito y de protección so-cial. Para ellos basta que se den las condiciones de local idóneo y de gratuidad en la asistencia a los enfermos,para que se pueda hablar ya de hospital. Sin embargo, este punto también es discutido. Algunos autores, comoProsper Méniere —«Etudes medicales sur les poetes latins». (París, 1856, p. 59)— afirman que la Iatreia sólopuede ser considerada como un sanatorio particular, ya que el enfermo debía pagar, en toda ocasión, el preciode su estancia. Una escena del «Menachmos», de Plauto, parece confirmar este parecer. La etimología de lapalabra, como señala Rene Dumesnil, hace presumir, también, la obligatoriedad del pago. Con todo, parece serque las Iatreias, como los médicos, estuvieron sujetos a dos formas de ingresos. Los ingresos públicos •—pro-venientes de un impuesto especial, el iatricon —y los privados. Para Lignel, Lavastine y P. Diepgen, funcio-naron Iatreias a cargo de los médicos del Estado —demosieuontes—, que tendrían los gastos sufragados por elerario público. Para los ciudadanos pudientes y los naturales de otras ciudades —a la Iatreia pública, sólo te-nían derecho los habitantes de la ciudad— funcionaban las mismas Iatreias, u otras particulares, las cualestasarían sus honorarios.Grecia representa, en el mundo antiguo, el triunfo del intelectualismo más genuino. Al filósofo griego le inte-resa el último por qué de las cosas. Prefiere poseer la verdad a poseer la tierra. La especulación abstracta, la cien-cia pura, la teoría como estructura previa y necesaria a cualquier verificación práctica, convienen a la men-talidad helénica. En arte se busca la idealización, el arquetipo. El griego llega, en fin, a la idea del PrimerMotor sin que este descubrimiento salga del pensamiento para informar la existencia.En Roma, el sentido práctico ata al hombre a la naturaleza. El romano aborrece la especulación, y todo suesfuerzo intelectual se desarrolla en la esfera de lo concreto. La ciencia aplicada sustituye a la ciencia pura. Elcálculo a la matemática. Las creaciones artísticas se adhieren a un realismo documental y cronológico. El sen-timiento religioso de los romanos se hace más existencial. La investigación filosófica de la divinidad se aban-dona, pero la necesidad de relaciones concretas con la divinidad se acentúa. La preocupación por una norma deconducta, se traduce por una preocupación ética que no se funda tanto en una teoría moral como en la bús-queda de un tipo ideal de carácter.

Page 8: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

8

Un hospifah algunos enfermos aguardando almédico (De B. Anglicus.

"De la propieté des choses", Lyón 1500).

En este mundo práctico, dinámico, donde la voluntad sustituye al pensamiento y donde el desvelar de una con-ciencia supraestatal impulsa al romano a salir de sí, en una extraversión de fuerzas que conquistará la tierra,las organizaciones encaminadas a la protección y conservación de la vida humana adquieren formas nuevas ymatización propia.Al estudiar las instituciones para-hospitalarias romanas, hay que citar, sobre todo, las valetudinarias y los hos-pitales militares. Las valetudinarias —o enfermerías— aparecen a finales de la República. Séneca —De Ira.Lib. I cap. XVI—, Tácito —de Oratoribus dialogus, cap. XXI— y Columela —De rustica. Lib. XI, cap. L—nos hablan de estas instituciones. En principio, eran completamente privadas, y funcionaban al lado de los circospara atender a los gladiadores heridos, o en las grandes fincas, principalmente rústicas, para la curación delos esclavos enfermos o lesionados. Carecían del carácter de establecimiento público de socorro y los esclavos quese acogían a sus beneficios lo hacían gracias al exclusivo albedrío de sus amos. El edicto de Claudio, fomentóla creación de nuevas veletudinarias y la mejora de las ya existentes. Poco a poco, la valetudinaria adquirió ma-yor prestigio. Séneca afirma que las valetudinarias fueron utilizadas por los romanos libres. Por otra parte,pasajes de Galeno parecen indicar que fue en las provincias donde primero se convirtieron estas instituciones pri-vadas en organizaciones públicas y subvencionadas por el Estado.Sin embargo, es el hospital militar —«Valetudinaria castrensis»— la organización romana de este tipo que al-canza mayor perfección. El Ejército representa para Roma el ariete que abre camino a la expansión de un afánimperial que, en cierto modo, la define. El Ejército es la más técnica de las organizaciones para ejecutar un finpráctico. Y el hospital militar recibe los beneficios de toda una larga experiencia de orden, de previsión, dehigiene, de organización y de mesurado funcionalismo arquitectónico. Este matiz de taller de reparaciones quetienen en el mundo pagano las instituciones para la curación de enfermos, se hace en' él hospital militar más

Page 9: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

•?i\S" ^^^P~™™W^SPÍBPBWB"B^^^ ^fc^k ^^^r'^^^'^'*í*^***l*'(|S<B*^BPWBiM!*ái 8 • B -^^WjgJpJiBiH^^^^^^^^^^^^ W M _^E"^^^^^^l^*'MBW(BS>Bfl'BW*Bl'' W g jQ0f^ft4ÍMW*"* a4MAv*tW|^f M M ^^t^^y-^—— _— -. —~* ^r ^r , ^ B E » _ ^^^^^^^^^^^^^^^ ^T ^w jfi^^ Jf .^F ^^^ . ^ í

** "'¿ rf<BF ^^^^^^BP^B^fc ^ a^^ MBdl^BBBfr^h ^ B ^^f—«>• ^ B H — Jt^^^^^^^^ ^^^^^ífcMf ttBMBBIB^BW ^ ^ ^ l^B? •- _* ^^^^^^^^^^^^•^••^^B ^^^^S^l^^^^^ ^^^^^^^^^^^^^V^i^HP^^^V^BHkiA^^^^Hft^^4^fe_ ^^^^D* ^^F ^^F ^^T ^^ ^r^^fw\^m ^m ^ 1

wMi ^^^^^^m (BBL ^t^tttf W *J0^ ^^^ J^l BBBfMÉ * W W M | g | tMMt ^ M 9 M f t F ^ « ^ » ^^P^^V i f B M k ^ ^ g y ^ ^•Bb_^^^^^ ^'"IB* •BW^WTÉ) ^^ .^^^Jtw ' ' • v ' ^^•^t~^ft^w a B B ^ k f t l V vL. B rJr^ A f ^r .^r.^r..áVl

^ r ^F ^ ft ^ ^ ^ ^ W ^B^BB^^^k» ^^B% ^i ^^ VBIBIB _ ^«^B' B fl^ ^ ^^BBBB*^^ ^^g ^B^J»^^ ^Bt^ ^ ^ k —. ^^^^^^^^™ír ^^r A fl\ ^k B F flV ^^^^^B IBL^BI ^B^^^^MBT BK^/^BL^^^^^*^I^B^lBlfllfe ^^^^^^^^^^^^^^9 TJI B^B^P ^Bt ^ I F ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^*¿L ^B^^^Bí K • «BF ^BB' ^fc^ ^Bt ^^r ^^> ^^ J^^.^r ^B^^ ^^F .^B^^^BI

• •V^l ^W^^^ _^^* JT L A* ^ ^ 1 ^ j ^ ^ ^ ^ ^ ^ p ^^B^^^^^^^B^J^^^BÍI^^^B^^^^B^^^M**^^^ ^^BW W ^^^^ ^T^Í^EÍBT -^^^B ^PA BW ' BflP ^^B». • y B7 y f l l M ^^trM ^^^fct • • • BB

exigente. Porque en el hospital militar hay que reparar piezas valiosas que sostienen y engrandecen el impulsovital de Roma. Dentro de su espíritu utilitario, el romano prefería perder un esclavo no rentable que atendera su curación, pero creía muy necesario mantener la moral de sus legiones y recuperar la integridad física desus veteranos. Además, en el hospital militar no se investigan enfermedades : se practica la cirugía. Y los ro-manos, duchos en sangre, entendían de cirugía. No en vano dice Hipócrates que «la guerra es la única escuelaapropiada para los cirujanos».Esta rápida visión del mundo pagano, nos permite llegar al centro de la cuestión planteada. ¿Por qué noconsideramos al hospital cristiano como una simple evolución histórica de otras instituciones ya existentes enGrecia y en Roma? ¿Por qué definimos al hospital cristiano como el primer hospital propiamente dicho? Larespuesta a estas preguntas tiene una gran importancia, porque si es posible mostrar que el verdadero con-cepto de hospital nace con el cristianismo, será consecuente suponer que fuera de la concepción cristiana no ha-brá hospital en sentido riguroso. Toda organización hospitalaria que olvide, en medio de los mayores adelan-tos técnicos, la base espiritual que le infundió la vida, sufre el peligro de no ser fiel a su específica misión, sufreel peligro de empalmar, en una evolución historicista y natural, con los hospitales paganos, y de seguir siendo,por tanto, un hospital precristiano, es decir un hospital incompleto, un falso hospital.Era necesaria la aparición de la caridad teologal en el mundo, para que el hospital fuese una realidad. Lacaridad no surge como una evolución perfeccionada de otras formas de piedad o compasión ya entendidas por elhombre. Surge de golpe, cuando Dios entra en la historia por medio de Cristo. El concepto de caridad exigeel cambio de mente, el nacer de nuevo, que Cristo exigía a Nicodemo. En la piedad o compasión natural —nodesconocida por el mundo pagano— hay un movimiento de selección y un movimiento de defensa. La vista dela desgracia en el amigo o en los seres queridos, puede inducir al pagano, d á ciertos socialistas modernos, a su

Page 10: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

Ambrosio Paré iGrabado francésdel Quinientos).

Page 11: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

11

protección porque con esta protección conserva un patrimonio social o intenta arreglar un estado de cosas queincomoda su sensibilidad. En este orden, la eutanasia puede ser, también, una forma de piedad o compasión. Lapiedad pagana es arbitraria porque no está ordenada. La piedad pagana es defensiva, es pasiva y es triste. Pue-de erigir un hospital de animales junto a un hospital de hombres. Hay ocasiones en que la compasión puedeser todo lo contrario de la caridad. Más próxima a la biología que a la espiritualidad, la compasión surge —comoha escrito Thiemy Maulmier— de las turbias profundidades de donde nacen, también, a sus horas, el deseo, elpánico y la crueldad. El pagano entiende, en fin, que su piedad es buena, si sirve para alguna cosa. Pla-tón sugería abrir al público las oficinas del médico en casos de epidemia, excluyendo únicamente a los in-curables, y concluía que sólo pueden ser dignos de cura los hombres libres y sobre todo aquellos que pudierancurarse con seguridad. El pagano no veía, pues, la permanencia absoluta de la piedad como valor. Porque la com-pasión no ve aquello que el hombre tiene de eterno, sino que sólo atiende al éxito inmediato. Su finalidad con-siste en devolver la salud ; y si esto no es posible, ya no queda nada que salvar. La caridad cristiana, en cam-bio, no se dirige de hombre a hombre con inmediatez alarmada. La caridad cristiana no es puramente afectiva,aunque sea afectuosa. La caridad cristiana es una caridad en Cristo. Es una caridad de retorno, que va al prójimoporque es de Dios y en él está Dios. «La caridad para con nuestro ser —escribe Ch, Moéller— es un deberesencial porque nuestro ser no nos pertenece ; pertenece a Cristo.» La piedad, como hecho de vida sobrenatural,es decir, la caridad, cambia, pues, por completo la visión, crea una visión nueva. Porque los movimientos hacia elprójimo no parten ya de una conmiseración amable y afligida, sino del amor. La percepción queda modificada porla inserción de la vida divina en el hombre. Y el cristiano no viene obligado a sentir lástima, para verse, sinembargo, obligado a la caridad. Y es preciso observar que esta obligatoriedad del cristiano en Cristo, no im-plica desafección o reticencia en el cumplimiento, ya que no viene de una crispada y obediente pasividad, sinode una activa y por tanto alegre voluntad de obrar bien. Las obligaciones del cristiano son fruto de la libertadcu la elección de su propio servicio. Las obligaciones del cristiano comportan la alegría de la actividad y lairrenunciable y heroica responsabilidad del amor.La sociedad cristiana se convierte en un organismo del cual Cristo es la cabeza. Cuando en este organismo hayun miembro infectado, ya no nos sentimos impelidos a amputarlo. Nos sentimos impelidos a su conservación. Elmiembro infectado pasa a ser el más solícitamente atendido, porque es un miembro que nos pertenece, y sucuración enaltece y aventaja a todo el cuerpo místico. El hospital cristiano no fue, pues, una mera fórmula paracumplir un precepto que nació en el Sermón de la Montaña. El hospital cristiano fue un afectuoso refugio y tantomás afectuoso por cuanto el espíritu del hombre ocupaba la primera atención a través de la necesaria protecciónde su cuerpo. La mera compasión natural no es de sí caritativa, pero la caridad es siempre compasiva.Apenas surge el cristianismo, surge, también, el hospital. Es necesario socorrer al hermano y buscar protecciónpara él. Es necesario realizar la parábola del buen samaritano. Y los pobres, los extranjeros y los esclavos sonlos primeros que encuentran asilo y protección. La caridad da lugar a una cordial y entrañable hospitalidad. Y esesta hospitalidad la que da lugar a edificios donde pueda manifestarse de un modo concreto. Es esta hospita-lidad la que funda los primeros hospitales. Porque el espíritu cristiano tiende a manifestarse en acciones prácticas,como dice J. P. Brieux. «Parece indudable que la mística cristiana es la única que desemboca en una trans-formación de este mundo, aunque ella no es «de» este mundo, trabaja «en» este mundo».Ahora bien, toda aportación de la ciencia y el progreso hará posible la mejor aplicación de este ideal, siempre queno trate de sustituirlo. Siempre que no usurpe al hospital cristiano dos condiciones necesarias. Respeto al con-tacto íntimo, personal y libre entre médico y enfermo, lo cual garantizará y posibilitará la responsabilidad deambos. Y la ayuda al hombre enfermo a aceptarse a sí mismo, a encontrarse válido, tanto si es curable comoincurable, pues nada puede arrebatarle su permanencia infinita ni la dignidad de ser. Sin la primera condición, sefrustra la esencia de la hospitalidad ; sin la segunda, se pierde la conciencia de caridad teologal. Que es, por otraparte, la única forma auténtica y operante de relación humana.Apenas el cristianismo halló reconocimiento oficial, se manifestaron prácticamente sus ideales de caridad. A par-tir del año 330, las fundaciones hospitalarias tomaron gran incremento. Al principio acogían indistintamentea los peregrinos, a los pobres y a los enfermos. Paulatinamente, la hospitalidad del hospital se reservó paralos enfermos. Una copiosa nomenclatura fue señalando las diferencias entre los distintos asilos para viejos, paraperegrinos, para niños, para enfermos, etc.Desde las primitivas fundaciones de San Basilio en Oriente, y de Fabiola en Occidente, el hospital medieval tieneun sentido puramente caritativo y religioso. Las fundaciones son de carácter privado y su funcionamiento de-pende del obispo o de la autoridad eclesiástica. La labor médica que se practicaba en ellos, estaba limitada porla parálisis científica que afectó a toda la Alta Edad Media.La centralización del poder y el enriquecimiento de las ciudades, hacen cada vez más intensa la mediatización delos hospitales por el poder civil. La misma jerarquía eclesiástica apoya, en determinados aspectos, este traspasode iniciativas. El hospital renacentista se beneficia de las nuevas orientaciones médicas que inician —Paracelso,Vesalio, Ambrosio Paré— un camino crítico y experimental. El sentimiento de caridad va siendo sustituido porun concepto de beneficencia que, en ciertos aspectos, representa una limitación. La beneficencia —palabra con queel abate de Saint Pierre sustituye, en 1725, el término caridad— es un sentimiento puramente humano, unaespecie de caridad laica que no se dirige tanto al «miembro sufriente de Cristo», como al hombre en sí mismo,considerado en sus propios límites terrestres (M. Candille). El amplio y heroico deber de la caridad se ve así

Page 12: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

12

Una sala de enfermos en el "Hótel-Dieu"{De un grabado en madera,

del Gabinete de lasEstampas de la Biblioteca Nacional de París]

sustituido por un sentimiento de piedad humana y de limosna, contra el cual se reaccionará vivamente en lossiglos siguientes.A los adelantos técnicos experimentados por el hospital, a raíz del estudio realizado por Tenon y sus colaborado-res, en 1786 a 1788, se sumaron las nuevas directrices ideológicas nacidas de la revolución de 1789. De nuevo sereclama a la sociedad la obligación ineludible de atender a los enfermos indigentes. Ahora esta obligación no nacede un concepto moral, sino jurídico. La Rochefoucaul-Liancourt, presidente del Comité de Medicina de la Cons-tituyente, escribe : «On a toujours pensé á faire la charité aux pauvres et jamáis á faire valoir les droits del'homme pauvre sur la société». La palabra caridad, que aquí se utiliza en sentido peyorativo, está ya muy le-jos de la primitiva caridad cristiana, que dio lugar a los primeros hospitales. Responde, más bien, a la defor-mación de la caridad en limosna. Deformación que, desgraciadamente, nos alcanza muy plenamente. La benefi-cencia potestativa se convierte, así, en beneficencia legal, es decir, en asistencia. Los ideales de la RevoluciónFrancesa no se hicieron realidad, empero, hasta 1893. El siglo xix olvida, en parte, los grandes principios revolu-cionarios de existencia social, y estimula más bien el ahorro, la previsión y las mutualidades. Sin embargo, aprincipios del siglo xix se van poniendo en práctica los antiguos ideales revolucionarios, y la asistencia médicagratuita halla forma legal. A partir de éste momento, la evolución es rápida. De la asistencia social se pasa, al-rededor de 1930, a los Seguros Sociales, y de aquí a las formas totales de seguridad social que hacen que el Es-tado providencialista extienda su protección médica no sólo a los menesterosos o a los trabajadores menos favore-cidos, sino a los ciudadanos de todo el país (M. Candille.)La deformación de los ideales de caridad en sentimientos de beneficencia y limosna, dieron lugar, por más queel hospital fuese evolucionando en lo científico, a una reacción hostil por parte de los allí acogidos. La limosnaseñala siempre una diferencia entre personas. Las que tienen para dar y las que reciben, gracias a la generosidadde «los buenos». Para recibir la limosna hay, pues, que dar lástima, hay que resultar lastimoso. Recibir limosnaes tomar conciencia de la propia indigencia y, a la vez, verse obligado a un agradecimiento oscuro y no lejano alresentimiento. La:caridad, e-n cambio, no se dirige del que tiene más al que tiene menos, sino que comienza

Page 13: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

W^ « ^ ^ | . r _j J* f* \ / _

precisamente cuando se acepta una total igualdad de las personas ante la presencia de un ser superior. Si no fueraasí, la caridad sólo sería patrimonio de los ricos cuando es, por cierto, un patrimonio de todos. En la caridadno. hay uno que dé y otro que reciba. La caridad es una comunión en una unidad superior. La caridad es activa porambas partes, por parte del que da y del que recibe, pues, en realidad, ambos dan y ambos reciben en igual me-dida. Por eso, para que un acto humano resulte caritativo, no ha de tender a separar de nuestra sensibilidadmomentáneamente abrumada al necesitado, sino que ha de ser el medio para que permanezca más tiempo juntoa ella. En definitiva la caridad más que dar, consiste en darnos.De eso se desprende que para una auténtica hospitalidad resulte efectiva, tendrá que ser a la vez caritativa.Porque la caridad es la que garantizará el contacto vivo y vivificador entre el médico y el enfermo.La superación de las humillantes normas de beneficencia por las ideas de justicia social representan un adelan-to, pero por sí solas no son una solución ideal, ni siquiera una solución. La justicia social permite superar en elpaciente los sentimientos penosos de inferioridad humana y social. Recibe en justicia. Pero en la medida que re-cibe en justicia, cabe el peligro de que sólo reciba lo más justo, es decir lo imprescindible. Si la máquina delEstado de distribuir justicia social y sanitaria no se halla vivificada por la caridad, existe el peligro de que elpaciente exija la aplicación de la letra que le confieren los derechos, que el médico aplique la letra que le marcasus deberes, y que médico y enfermo interpongan entre sí un inmenso burocratismo tan muerto como la muerteque se trata de evitar.El hospital surgió como necesidad del espíritu para manifestar el afán de hospitalidad que animaba a la caridadcristiana. Hay que velar para que hospitalidad y caridad no se sustituyan por otros contenidos aparatosamentesalvadores, pero que olviden las necesidades espirituales que plantea una antropología profunda. La extensióny la evolución hacia la técnica de determinados conceptos, puede llevar a una deformación materialista de es-tos mismos conceptos y, en cierto modo, a su deshumanización ; así, cuando la medicina se convierte en puraciencia o el hombre en sociedad. Como dice Gabriel Marcel «la obliteración de la técnica no dejará de acarrear alhombre la invasión progresiva del mundo del misterio que es, al mismo tiempo, el de la presencia y el de la

Page 14: DR. ESTEBAN PADROS CRISTIANISMO Y HOSPITAL · 2008-12-12 · en el colapso de la Alta Edad Media. Es, pues, el hospital, una realidad espiritual y un concepto filosófico, an-tes

14

esperanza. Se habla impropiamente de organismos sociales, sólo existen organizaciones sociales. El único or-ganismo vivo está en el cristianismo, pues todos somos miembros de este cuerpo místico. L,a salud del hom-bre eu manos de una organización social, tan perfecta como se quiera, es una salud precaria. Porque las organi-zaciones sociales, preocupadas por la felicidad de los hombres, olvidan que no se puede socorrer a los hombres sincomenzar por el hombre concreto, por el prójimo. Y al prójimo concreto sólo se le atiende llamándole por su nom-bre, respetando su dignidad, respetando su libertad, reconociendo su trascendencia y su eternidad.Si creemos que el hospital cristiano superó a la Iatrc-ia, no creemos que la superara científicamente, sino por elespíritu que le informaba. Es decir, porque era otra cosa. Una institución nueva. Para que nuestros modernoshospitales, en donde se han de desarrollar las ambiciones —tan estimables, por cierto— de una justicia social,no sean una prolongación de las latreias, es necesario la pervivencia del espíritu.El más humilde de los médicos, cuando hace una visita domicilaria y vive con dedicación y responsabilidad eldolor del paciente que libremente se ha confiado a él, este médico se constituye a sí mismo en hospital. Porqueha acogido en su interior al paciente, y le ha dado hospitalidad en su esfuerzo y en su intención y en el recono-cimiento de una dignidad. Hay, pues, en la medida de lo posible, que conservar la hospitalidad en nuestros hos-pitales. Y hay que conservar en ellos los principios de la caridad teologal. Puesto que hay que ayudar al hombrea sufrir y a sufrirse, ya que el hombre no es menos estimable sano que enfermo, vivo que muerto. Hay que abrirleel horizonte de su trascendencia. No le servimos por compasión, como podríamos cuidar de un perro que de suenfermedad no puede hacer nada meritorio, ni ejemplar, ni noble. Ni le servimos tampoco solamente porque tengaun derecho jurídico y social a ello, porque esto no nos obliga a amarle. Le acogemos y le servimos como enfer-mo, en la misma medida en que él nos acoge y sirve a nosotros como médicos : por un lazo de comunión y de es-pontánea fraternidad en Cristo. «Una religión que no estuviera centrada en la hospitalidad, dejaría de ser unareligión», dice Louis Massignon.Por fin, el soplo de la caridad, presidiendo y desbordando las modernas aspiraciones de justicia social, ha de pre-venirnos con urgente alarma de que el que sufre, a causa de su mal, está en peligro de perder el deseo de ser ytoda esperanza. Sin ilusiones inmediatas y sensibles, sólo le queda al enfermo, una desesperada sensación de pér-dida y de confusión definitiva con las cosas. Pero a través de la caridad, no de los papeles ni de los cromados,puede descubrir que, más allá de su naturaleza, el hombre tiene un destino permanente. Que su dolor tiene unsentido y que es una aportación positiva que puede ayudar al bien común. Y, por último, que está llamado a lasalud eterna. No sólo hemos de librar al enfermo de la enfermedad, sino que hemos de conseguir que se sientalibre en ella.