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ABRIR CAPÍTULO 2
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2.3 Análisis Estratigráfico
2.3.1 Introducción yestablecimiento de lasunidades
2.3.2. Descripción de lasunidades
2.3.2.1. Secuencia de la Rambla dela s Cruces 1
Nombre Equivalencias y Antecedentes
Puntos óptimos de observación
Limites estratigráficos, extensión,espesorygeotnetria
Descripción
Contenido paleontológico yedad
2.3.2.2. Secuencia d e la Rambla dela s Cruces I I Nombre
Equivalencias y Antecedentes
Puntos óptimos de observación
Limites estratigr4ficos, extensión,
espesor ygeometría
Descripción
Contenido paleontológico yedad
2.3.2.3 Secuenc ia de l Pocillo d elPozuelo Nombre
Equivalencias yAntecedentesPuntos óptimos de observación Limites estratigráficos, extensión,
espesor ygeometria
Descripción
Contenido paleontológico yedad
2.3.2.4 Secuencia d e la Hoya d e l aMadre de las latas
Nombre Equivalencias y Antecedentes
Puntos óptimos de observación
Limites estratigráficos, extensión,
espesor ygeometria
Descripción
Contenido paleontológico y edad
2.3.3 Correlación ¡ Comparaciónestratigráfica
Sector OccidentalSector SeptentrionalSector Oriental
SectorMeridional
2.3.1 Introducción yestablecimiento de las unidades
La división d e l registro sedimentario e nunidades estratigráficas es un requisito y , alavez, unaherramienta indispensable en elanálisis de una cuenca sedimentaria parapoder llegar acomprender adecuadamentela evolución de la misma a lo largo deltiempo. Quizás debido a su gran importancia,
lanomenclatura y los criterios paradefinir
unidades estratigráficas es un tema complejoy extenso en extremo. Existe una granvariedad de términos, criterios y sistemasde clasificación encaminados al establecimiento
de unidades estratigráficas aplicables enfUnción de las características delregistro quese pretende dividir y las de la cuencasedimentaria concreta en la que éste seencuentra.
En principio, cualquiera de lossistemas
aceptados y utilizados en la literatura a lolargo de la historia de la estratigrafia y elanálisis de cuencas es válido, siempre y cuando
se establezca con claridad qué sistema y quécriteriosse están empleando. Sin embargo,es deseabletenderautilizar sistemas lo mássimples y claros posibles, aceptados por lacomunidad estratigráfica y los códigosvigentes al respecto, teniendo en cuenta el
objetivo conel que se realiza ladivision.
En este sentido, Vera (1989, p. 172) apuntaque los criterios de división de unidadesestratigráficas han de ser aquellos que “sereconozcan de una manera más clara en lasseries estratigráficas y que constituyan elreflejo de eventos alociclicos que afecten ala cuenca en su totalidad”. El estratigrafodebe decidiry adaptar acada caso particularla definición de la naturaleza de los límitesentreunidades. Según la escala de trabajoestos limites puedenreflejar no soloeventos
alocíclicos, sino también eventos autocíclicosque condicionan y controlan algunos tiposde secuencialidady ciclicidad.
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Las recomendaciones indicadassintetizan, de formasencilla, las tendenciasactuales en estratigrafia y análisis decuencas hacia la división en unidadesgenéticas cuyos límites están relacionadoscon fenómenos alociclicos agranescala, yaque presentan laenorme ventajade facilitarlas correlaciones tanto aescalaglobal, comoregional o local. Estatendencia se inició en1977 con la publicación de la Memoria 26de la A.A.P.G. (Payton, 1977) en laque sesientan las bases de la EstratigrafíaSecuencial y se definen las SecuenciasDeposicionales como “unidades estratigráficascompuestas por una sucesión relativamenteconforme de estratos genéticamenterelacionados, limitados abase y atecho pordiscontinuidades y sus conformidadesrelativas” (Mitchum etal., 1977).
En el presente trabajo se plantea lanecesidad de realizar un análisis y divisióndel registro estratigráfico de un área queforma parte de una cuenca sedimentariaconunaenvergadura mucho mayor, es decir, setrata de un estudio de escala local.
En casos de este tipo las recomendaciones
apuntan a no definir unidades formales deningún tipo si no se posee la seguridad de
poder correlacionarías y establecerlas aescala de cuenca. Además, en todos loscasos se deben utilizar las unidades definidasy aceptadas parala cuenca en su totalidadque puedan reconocerse en el sector de lamisma explorado.
En el apartado 2.1.1 se harealizado unaexposición del contexto estratigráfico aescala de cuenca en el que se inscribe elárea de estudio. Ahí queda reflejado cómo
el Cretácico de laCuenca Ibérica Suroecidentalha sido dividido utilizando como criterioslas Unidades Litoestratigráficas, los CiclosSedimentarios o las Secuencias Deposicionales
y las Unidades lectosedimentarias. Losmateriales objeto de este estudio seencuentran dentro de las unidades citadasreconocibles en toda la cuenca: en laFormaciónCalizas deLaHuérguina, dentrodel Ciclo o Secuencia II y en la UnidadTectosedimentaria 1 .
Hasta el momento no se hanconsiderado, ni ha sido necesario, realizardivisiones de menor rango (entendiendorango en un sentido amplio y no ceñido aninguno de los sistemas de clasificaciónenconcreto) paraexplicar esta partedelregistrode la CuencaIbérica. Sin embargo, el áreade Las Hoyas ha planteado ciertaproblemática al respecto, ya que la meraobservación en campo muestra que elregistro sedimentario de la Formación LaHuérguina en ese punto es susceptible dedivisión. Enunaprimera aproximación, estadivisión podría consistir en, al menos, tresconjuntos litológicos sucesivos, no habiendosido observada esta sucesión en ningún otropunto de la cuenca.
Los primeros acercamientos al estudio
del área ponen, además, de manifiestoque la evolución del relleno fuepaleogeográficamente compleja, de formaque una jerarquización y división del mismoson necesarias para poder aproximarsemejor auna comprensión y explicación dela evolución de este sector de la CuencaIbérica.
No obstante esta división debe reunirvanos requisitos:
-Los criterios y el sistema dc divisióndeben ajustarse a las tendencias y loscódigos estratigráficos vigentes.
-Las unidades creadas no deben entraren conflicto con las unidades establecidas anivel de cuencay no deben inducir ningúntipo de confúsión al respecto.
-Deben ser fácilmente reconocibles,
útiles para explicar la evolución localobservaday correlacionables en el área localparalaque se establecen.
Un problema del tipo del quese planteaen el área de Las Hoyas es relativamentefrecuente en cuencas compartimentadas, enlas que estructuras y eventos tectónicoslocales imprimen señales diferenciales enel registro sedimentario de las distintassubcuencas, cubetas, bloques o sectores de
sedimentación.
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Sin embargo, este problema en la zonaestudiada va, aún, un paso más allá. Sereconocen en total nueve áreas deafloramiento de laFormación LaHuérguinaen todo elsector. En ocho de estas áreas nose plantea, en principio, la necesidad desubdividir el registro y la jerarquía a nivelde unidades litoestratigráficas es, o al menosha sidohasta el momento, suficiente para laidentificación de launidad, suinterpretacióny correlación aescala regional. No obstante,uno de estos afloramientos, el que en estetrabajo se denomina Sinclinorio de LasHoyas, presenta un registro máspotente quedebe ser dividido. Los objetivos de realizaresta división estratigráfica son:
-En primer lugar facilitar unadescripción lo más objetiva posible de unasucesión local compleja debido a la
cantidad de cambios laterales de facies quemuestra y alapresencia de discontinuidadesinternas.
-Como consecuencia de lo anterior y enun paso posterior, facilitar la interpretaciónde suevolución.
Es importante también recalcar que loque se va a establecer es la divisiónestratigráfica de una de las área deafloramiento estudiadas, el Sinclinorio deLas Hoyas, y que lo que se realizará con elresto de las áreas de afloramiento será unacomparación, ya que no es siempre posiblerealizar unacorrelación directa, en sentidoestricto.
Este no es el primer trabajo enel que selleva a cabo un ensayo de división
Este trabajo
F re ge n a l Martínez (1991)
Gómez Fdez y M e lé n d e z ( 1 9 9 1 )
Sanz et a l. (1988)
F¡g. 2.3.1. Cuadro de comparación de la división en unidades estratigráficas, y de la nomenclaturaasociada, realizada por distintos autores para e l relleno sedimentario del área del Sinclinorio de Las Hoyas.
S . Hoya c J e
la Madre d e la s Latas
Secuen o la Fo ej / Jo
del Pozuelo
Secuencia Rambla de las Cruces II
Secuen o la Rambla e le las Cruces ¡
Unidad IV
Unidad II I
Unidad II
Unidad ¡
UnidadSuperiorEpisodio 3
UnidadIn termedia
Episodio 2
Unidad
Inferior
Episodio 1
Episodio 3
Fase 5
Fase 4
rase 3c ’. Jo
~0o
Fase 2 . L ~o-w
Fase 1
Episodio 1
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estratigráfica para la zona del SinclinoriodeLasfloyas(Fig. 2.3.1)yque las unidadesestablecidas son cartografiadas. Lasdivisiones realizadas hasta el momento hanseguido criterios fundamentalmentelitológicos, similares a los empleados paraladefinición de unidades litoestratigráficas.
En el trabajo de Sanz et aL (1988b) sedivide el registro de una columna tipo delSinclinorio de Las Hoyas en cuatrounidades:
Unidad 1 : Arcillas rojizas y limos conpasadas de calizas.
Unidad II: Limolitas verdosas y limosalternando con calizas y delgadasintercalaciones carbonosas.
Unidad III: Calizas con laminitas.
Unidad IV: Calizas con intercalacionesmargosas en la parte superior.
Gómez Fernández y Meléndez (1991)dividen lacolumna más potente del sectorcentral deLas Hoyas en tres unidades:
Unidad Inferior: Compuesta por limos
rojos, calizas masivas, margas gris verdosasycuerpos lenticulares de ruditas calcáreas.
Unidad Intermedia: Compuesta porcalizas finamente laminadas alternando concalizas laj osas irregulares y calizas masivasal techo de la unidad.
Unidad Superior: Compuesta porcalizasmasivas, margas gris verdosas y cuerposlenticulares de ruditas calcáreas.
A partir de estas tres unidades seinterpretan tres estadios o tres episodiospaleogeográficos evolutivos equivalentes acada unade las unidades y nombrados comoEpisodio 1, Episodio 2 y Episodio 3. Estamisma terminología y división del registroes la que se ha continuado utilizando, conalgunas modificaciones y matizaciones, entodos los trabajos posteriores (FregenalMartínez, 1991; Fregenal Martínez y
Meléndez, 1993, 1994 y 1995a) en los quese definen las tres unidades o episodios dela siguiente forma:
*Episodio 1: Sistema de llanura aluvial
distal con sedimentación mixta terrígeno-carbonática.
*Episodio 2: Sistema lacustre carbonatado.
Subdividido, a su vez, en cinco fases:
-Fases 1,3 y5: Sistemas lacustres carbonatadossomeros.
-Fases 2 y 4: Sistemas lacustres carbonatadosprofUndos.
*Episodio 3: Sistema aluvial-lacustre
marginal con sedimentación mixta terrígeno-carbonática.
Estas unidades están basadas en criterioslitológicos objetivos y en criterios
interpretativos de las asociaciones de faciesque contienen. Están dirigidas a expresar laevolución paleogeográfica de los ambientessedimentarios a lo largo del tiempo en elárea de Las Hoyas y aexplicar los factoresinvolucrados en la evolución paleogeográfica.Aparecen cartografiados aescala 1:10.000en Fregenal Martínez (1991).
No se pretende ahora invalidar estasunidades, que resultaron útiles en el
momento de su establecimiento, perodiversas razones han llevado a replantearnuevamente en este trabajo la división delregistro estratigráfico del Sinclinorio de LasHoyas.
Los motivos que han conducido a estoestán fUndamentalmente relacionados conproblemas respecto ala metodología que seutilizó pararealizar las sucesivas divisionesestratigráficas, especialmente en cuanto a
ladefinición de los límites entre unidades ya las dificultades para interpretar lasunidades como ciclos completos desedimentación cuyos límites correspondencon eventos de igual categoría, que afectanatodo el área e inducen cambios paleogeográficos
sustanciales. Es decir, estas divisiones previasno reúnen los requisitos de lasrecomendaciones deVera (1989) explicadasal comienzo de este apanado de utilizarcriterios que se reconozcan de forma clara
y constituyan el reflejo de eventos queafecten ala cuenca en su totalidad.
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Laprimera división (Sanz eta)? 1988b)realizadautilizó criterios descriptivos de tipolitoestratigráfico. Teniendo en cuenta que laabundancia de cambios laterales de faciesque se observa en el área, la utilidad de estadivisión para explicar, con precisión, laevolución local e identificar los eventosevolutivos más significativos era, en ciertomodo, limitada.
Partiendo de este problema tanto ladivisión de Gómez Fernández y Meléndez(1991) como lade Fregenal Martínez (1991)consideró como unidades estratigráficasbásicas separables los distintos sistemasdeposicionales descritos e interpretados quese sucedían a lo largo del registro(entendiendosistema deposicional comounaasociación tridimensional de litofaciesgenéticamente ligadas por procesos yambientes). Las subdivisiones se hicieronteniendo encuenta variaciones sustancialesalo largo del tiempo en las característicasambientales para un mismo sistemadeposicional, por ejemplo el Episodio 2 deFregenal Martínez (1991) se correspondecon el desarrollode un sistema deposicionallacustre y está subdividido en cinco fasesque corresponden alternativamente asistemas lacustres someros y profundos.Esta división permitía, posteriormente,aproximarse de una forma mucho máscorrecta a la reconstrucción de laevoluciónpaleogeográfica del área. Sinembargo, los límites entre las unidadesestablecidas varían de naturaleza de unos aotros (cambios laterales, discordanciascartográficas...) se corresponden coneventos de distinta categoría y algunos deellos no son observables en todalacuenca.Si bien las unidades establecidas facilitaron
enormemente la tarea de reconstruir laevolución paleogeográfica, las unidadesseparadas no corresponden estrictamente aciclos de sedimentación completos eindividualizables en el tiempo, así porejemplo el Episodio 1 de Fregenal Martínez(1991) es, en su porción terminal,contemporáneo con laFase 1 del Episodio 2.
Por último, existían algunas problemasmarginales puramente formales. Los
términos Episodio y Fase están definidosporel Código Estratigráfico Norteamericano
(N.A.S.C., 1983) como rangos jerárquicosdentro de las Unidades Diacrónicas, norespondiendo las unidades establecidas enLas Hoyas a la definición del mencionadocódigo. Por otro lado las unidadesdiacrónicas no son aceptadas por laI.S.S.C(Reguant, 1989), que en cualquier casorecomienda, en laúltima edición de laGuíaEstratigráfica Internacional (Salvador,1994), evitar el término Fase en lanomenclatura estratigráfica por haber sidousado con “significados estratigráficosnumerosos, diversos y , a menudo, vagos”.Este problema de purismo formal podría serevitado utilizando simplemente el término“Unidad”, entendido en un sentido amplio,
seguido del número arábigo correspondiente. Sinembargo no se subsanarían los problemasexpuestos con anterioridad y no secumplirían los objetivos que se hanpropuesto paraesta parte del trabajo.
Debido a lo expuesto se ha exploradocuáles son los criterios y el sistema declasificación más adecuados para realizarla división del registro de Las Hoyas,teniendo en cuentatodoslos condicionantes,requisitos, recomendaciones y objetivos quese han explicado anteriormente.
Como ya se introdujo al comienzo delapartado, las tendencias actuales en lamateria que nos ocupa derivan de laaparición de la Estratigrafia Secuencial.Aunque laEstratigrafia Secuencial ha tropezado
con numerosas criticas, especialmente encuando alavalidez de la Curva Exxon comopatrón de correlación global y aladificultadde separar las señales tectónicas de laseustáticas (Aubrey, 1991; Mialí, 1991,1992, 1997; Emery y Myers, 1996), su
utilidad y suvalía, especialmente en cuantoasus aspectos metodológicos, en el análisisde cuencas es, hoy por hoy, indudable.
La potencial utilidad del uso de lametodología de la Estratigrafia Secuencialen el caso contemplado en este trabajo, hallevado arevisar los principales conceptosaceptados actualmente, así como algunasaplicaciones alternativasde estos conceptos,tales como la definición de cortejos
sedimentarios tectónicos y climáticos(Prosser, 1993; Scholz et al., 1990), y las
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relaciones del método de la EstratigrafiaSecuencial con el método aloestratigráfleo,que algunosautores recomiendancomo unaherramienta descriptiva muy relacionadacon la metodología de la EstratigrafiaSecuencial y que permite unaaproximacióngeneral al estudio de secuenciasestratigráficas (Walker, 1992; Mialí, 1997).
Una vez realizada esta revisiónconceptual y metodológicase expondrán loscriterios quefinalmente se han elegido pararealizar la división estratigráfica del registrosedimentario del Sinclinorio de LasHoyas,así como lanomenclatura utilizada.
Propuesta a finales de los años 70(Payton, 1977), la Estratigrafia Secuencialse ha venido desarrollando progresivamentedesde entonces ennumerosos trabajos (Vaileta)?, 1977; Mitchum eta)?, 1977; Haq et
aL, 1987, 1988; Van Wagoneretal., 1988;Haq, 1991; Vail eta)?, 1991; Mitchum yVan Wagoner, 1991; Posamentier et al.,
1992; Posamentier y Alíen, 1993;PosamentieryJames, 1993)yse ha reveladocomo unadelas herramientas más potentésutilizables en el análisis de cuencas.
Actualmente se entiende que la
Estratigrafia Secuencial es unasubdisciplinadelaEstratigrafia queconsiste en “el estudiode las relaciones entre los cuerpossedimentarios dentro del marcocronoestratigráfico de las sucesionesrepetitivas de rocas sedimentarias,genéticamente relacionadas y limitadas porsuperficies de erosión o no deposición y susconcordancias correlativas” (VanWagoneret al. 1988) o de forma más sencilla, “ladivisión del relleno de una cuenca
sedimentaria en paquetes genéticoslimitados por discontinuidades y susconformidades correlativas” (Emery yMyers, 1996).
La idea inicial de que los límites entrelos paquetes genéticamente ligados osecuencias deposicionales ¿stabandirectamente relacionados convariacioneseustáticas y que los mismos paquetescorrespondían siempre con losdepósitos de
un ciclo completo de subida y bajada delnivel del mar, ha sido, en cierta medida,
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abandonada; actualmente seconsidera queuna secuencia deposicional representa unciclo completo de sedimentación, cuyasdiscontinuidades limitantes reflejan loseventos que controlan la creación ydestrucción del espacio de acomodaciónenel que se forma la secuencia, es decir,variaciones de la subsidencia tectónica y/ovariaciones eustáticas (Emery y Myers,1996).
El término discontinuidad (unconformity
en la definición original) se define en elCódigo Estratigráfico de la I.S.S.C.(Salvador, 1994) como “una superficie deerosión entre dos cuerpos de roca querepresenta un hiato o salto significativo enla sucesión estratigráfica”. En ese sentido,en Estratigrafia Secuencial, actualmente se
entiende que el término discontinuidad serefiere a“una superficie que separa estratosmás modernos de otros más antiguos y a lolargo de la cual hay evidencias de erosiónsubaérea y truncación (y en algunas áreaserosión submarina correlativa), que indicaun hiato significativo” (Van Wagoner et a l?
1988); ladefinición de “significativo” deberealizarse en función de la escala del casoparticular de aplicación. Según estadefinición se entiende que las superficies
marinas de condensación, las superficies detransgresión y las superficies marinas deonlap no son límites de secuenciasdeposicionales y los paquetes de estratoslimitados por las mismas no puedenconsiderarse, por tanto, secuenciasdeposicionales (EmeryyMyers, 1996).
Desde el comienzo de la aplicación dela Estratigrafia Secuencial se observó quelas secuencias deposicionales están
compuestas por paquetes de estratosdiferenciables por sugeometría interna y lanaturaleza de sus límites, estos paquetes sedenominaron Cortejos Sedimentarios(System Tra cts). Cada cortejo sedimentariocontiene un conjunto de sistemasdeposicionales ligados que presentan unapaleogeografia coherente y una polaridaddeposicional definida (Emery y Myers,1996). Cada cortejo corresponde, en suformulación original, al conjunto
sedimentario depositado en un momentoconcreto de un ciclo completo de subida y
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bajada del nivel del mar,si bien actualmentese entiende que cada cortejo sedimentario,al igual que la secuencia deposicional estácontrolado por larelación entre eustatismo,tectónicay aporte de sedimentos. Cadaunode los cortejos posee unageometría internay unaposición en lasecuencia deposicionaldefinida.
Los cortejos sedimentarios constituyenlas divisiones mayores que puedenestablecerse dentro de una secuenciadeposicional, mientrasque ladivisión menores la parasecuencia, definida por VanWagoner eta)? (1988) como “una unidadgenética básica, limitada en subase y techopor superficies de inundación marinao susequivalentes costeros”. Las parasecuenciasson progradacionales y por tanto cada una
deellas presentatendencia alasomerizaciónhacia el techo. A escala de parasecuenciaslos controles autocíclicos, tales como laavulsión o lamigración de lóbulos,jueganun importante papel (EmeryyMyers, 1996;Mialí, 1997).
Aunque durante la mayor parte deldesarrollo de la Estratigrafia Secuencial seha usado y se sigue usando una
jerarquización de las secuencias en órdenes,
las recomendaciones actualesapuntan anoutilizar esta jerarquización, debido a losdesfases de periodicidad que muestran losprincipales mecanismos capaces de generary controlar ciclos o secuencias, sino acaracterizarlas secuencias definidasen cadacaso en función de su rango temporal deduración (Mialí, 1997), reconociéndose enelregistro, básicamente, tres tipos de ciclos:los que muestran periodicidades largas, mayores
de 10 ma.; los ciclos con periodicidades en el
rango del ma.; y ciclos con periodicidadesmenores de 1 ma. (Mialí, 1997).
El uso de la metodología de la EstratigrafiaSecuencial tiene enormes ventajas ya quepermite establecer un mareo cronoestratigráficode correlación paralaescala del trabajo quese está realizando. En este sentido esimportante poseerun buen control temporala partir de dataciones, fundamentalmentebioestratigráficas o magnetoestratigráficas.
En los primeros momentos del desarrollode laEstratigrafla Secuencial el establecimiento
de secuencias deposicionales parecíarestringido a cuencas marinas o con unaclara conexión marina. Sin embargo, suaplicación en cuencas continentales ha idocreciendo progresivamente, especialmenteen aquellos casos en que se dispone del
registro temporal equivalente en áreascosteras y de plataforma de la mismacuenca. En estos casos se supone, explicadode forma simple, quesi existe una conexiónfisica entre las áreas continentales ymarinas, las variaciones del nivel del marafectan a la distribución de los sistemasdeposicionales continentales y a suevolución induciendo cambios en el nivelde base del área continental (Shanley yMcCabe, 1991, 1994; Wright y Marriot,
1993). Esta asunción ha tropezado confuertes críticas que consideran que si bienla influenciade los cambios del nivel de basepuede ser importantes en los tramospróximos alacosta de lossistemas fluviales,aguas arriba son factores autocíclicos y losfactores tectónicos y climáticos los quecontrolan laorganización y evolución de lassecuencias o ciclos sedimentarios y que losciclos inducidos por la variación de estosfactores controladores se encuentran,
normalmente, desfasados con respecto alosciclos exclusivamente controlados porcambios del nivel de base (Schumm, 1993;Mialí, 1996, 1997).
Algunos autores han aplicado connotable éxito la metodología de laEstratigrafia Secuencial alestudio de serieslacustres (Scholz eta!., 1990; Damy Surlyk.1993). En estos estudios, se parte deconsiderarcomo referencia las variaciones
relativasdel nivel del lago.
En general se ha utilizado en el análisisde registros de cuerpos lacustres de granenvergadura, paleolagos de gran profundidad yextensión superficial. Enestos casos se hanidentificado varios tipos de discontinuidadesinternas ligadas al tipo de caída del niveldel lago equivalentes alas definidas porVail
eta!. (1984), de forma que ha sido posibleestablecer una jerarquía de cortejos
sedimentarios y definir las parasecuenciaspresentes. En losdos trabajos mencionados
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antes se relacionan los ciclos deducidos ylas fluctuaciones del nivel del lago convariaciones climáticas. Así, Scholz et a ) ? ,(1990) llegan aproponer el establecimientoy definición de “cortejos sedimentariosclimáticos” (cl¡matíc system tracts). En eltrabajo de Dam y Surlyk (1993) si bien secorrelaciona la secuencialidad descrita con
variaciones climáticas, también se observaunasecuencialidad de menor frecuencia queparece correlacionarse con laCurva Exxon.
Existen, sin embargo, diferenciassustanciales en los mecanismos defuncionamiento de cuencas lacustres y enlos mecanismos que inducenvariaciones desu nivel lacustre que se reflejan en lasedimentación. En primer lugar lasvariaciones del nivel lacustre están,
habitualmente, muy relacionadas convanaciones climáticas y suelen implicar unavariación demagnitud relativamucho mayorque la experimentada en la variación delnivel custático. En segundo lugar, lasvariables que controlan lasedimentación, es
decir, tectónica, clima, nivel lacustre yaporte de sedimentos muestran relacionesde interdependencia mucho más estrechasque en los sistemas marinos. Lamodificación de unade las variables, induce
cambios en las relaciones entre las variablesy las variables mismas dc unaforma muchomás inmediata y notable, de forma que loscambios secuenciales suelen mostrar unafrecuencia mucho mayor y, habitualmente,unamayor complejidad de facies (Gallowayy Hobday, 1996). En cuanto a la geometríade las secuencias, las dimensiones de lossistemas lacustres, incluso de los de mayorenvergadura son siempre limitadas, por loque las transiciones de facies tienden a
aparecer comprimidas lateralmente y eshabitual reconocer una tendencia mayor ala agradación vertical (Rosendahí yLivinstone, 1983).
A pesar de ello, los estudios realizadoshasta el momento parecen evidenciar laexistencia de numerosos paralelismos y laaplicabilidad de la metodología aregistroslacustres.
Xueyóalloway(1993) han aplicado elconcepto de Secuencia Genética (Geneuie
Strallgraph¡c Sequence) de Galloway(1989)
al estudiode series lacustres. Este conceptode secuencia estábasado en laterminologíapropuesta porFrazier (1974) yse diferencia,fundamentalmente, del concepto desecuencia deposicional en la posición dellímite de secuencia. Galloway (1989)sostiene. que, en la práctica, si lasedimentación es muy continua el limite de
la secuencia deposicional puede ser dificilde identificar resultando más simple tomarcomo límite de secuencia la superficie demáxima inundacióno superficie de downlap
del cortejo sedimentario de alto nivel delmar. Deesta forma, en lasecuencia genéticade Galloway se reconocería en primer lugarel cortejo de alto nivel, a continuación elconejo debajo nivel y porúltimo el cortejotransgresivo.
Utilizando estos conceptos Xue yGalloway (1993) dividen el registro de lacuenca lacustre de Songliao en China ensecuencias genéticas constituidas por trescortejos sedimentarios: un cortejoprogradacional o de alto nivel lacustre, uncomplejo de bajo nivel lacustre y un cortejosedimentario retrogradacional o transgresivo.
La metodología de la EstratigrafiaSecuencial ha sido aplicada también a
cuencas en las que el factor tectónicodomina claramente sobre losdemás controles
alocíclicos y en las que la sedimentaciónocurre en ambiente continental durante unaparte importante del relleno de la cuenca.Estaaplicación parte fundamentalmente dela utilización del concepto de cortejosedimentario. Aunque la propuesta original(Prosser, 1993) parte de considerarinaplicable lametodologíade laEstratigrafiaSecuencial a cuencas en las que el factor
controlador dominante de lasedimentaciónes la tectónica, los conceptos y métodosque emplea proceden del campo de laEstratigrafia Secuencial, proponiendo enrealidad una interpretación alternativa a laconsideración de que las secuencias reflejanciclos completos de subida y caída del niveldel mar, perspectiva desde la que, realmente,laEstratigraf’ia Secuencial es inaplicable encuencas controladas por el factor tectónicoy fundamentalmente rellenas porsedimentos
continentales. Esta aplicación pone enevidencia que laEstratigrafia Secuencial esaplicable, ensus aspectos metodológicos y
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en sus conceptos básicos a cuencas en lasque laseñal eustática es un factor de controlmenor e incluso inexistente.
Al igual que Vail eta!. (1977), Prosser(1993) utiliza la estratigrafia sísmica paraconstatar quecada etapade la evolución deunrft continental se asocia a un conjunto
de sistemas deposicionales característicosque presentan unpatrón geométrico típico,con límites característicos, reconocible enlos perfiles sísmicos. De esta forma ladefinición de Mitchum y Van Wagoner(1991) de cortejo sedimentario como “eldepósito correspondiente a una fase oporción específica de un ciclo completo decaída o subida relativa del nivel del mar”podría modificarse para loscasos de cuencascontroladas por el factor tectónico,
conservando la esencia de la definición dela siguiente manera: “un cortejosedimentario tectónico (tectoníc syste¡ntract) es el depósito correspondiente aunafase o porción de desarrollo tectónico”. Así se pueden definir:
-Un cortejo sedimentario de comienzodel r¿fi.
-Unos cortejossedimentarios de apogeo
o clímax del r~i: temprano, medioy tardío.-Un cortejo sedimentario post-rif!
temprano o inmediato al rfl.
-Un cortejosedimentariopost-nft tardío.
Al contrario que en el caso de lassecuencias eustáticas, las unidades genéticastectónicas pueden tener una duración muyvariable, dependiendo de la tasa de
ftacturación y la velocidad de apertura dela cuenca.
Aunque la mayor parte de los casosestudiados en el trabajo provienen de lainterpretación de los perfiles sísmicos, secontempla lautilización de estametodologíaen estudios de superficie, siemprey cuandose reconozcan las geometrías típicasde cadacortejo.
En cuanto al método aloestratigráfico,éste surgió como una aproximaciónalternativa a la división en unidades del
registro sedimentario que simplificaba losmétodos litoestratigráficos tradicionales yevitaba la confusión que en determinadoscasos inducía el método tradicional, aladjudicar distintos nombres, en área separadas
de una misma cuenca, a unidades equivalentes.Las Unidades Aloestratigráficas fueronpropuestas por laComisión Norteamericana
de NomenclaturaEstratigráficaen elCódigoEstratigráfico Norteamericano (N. A. S.C.,1983), en el cual se definen, en su Artículo58, como “un cuerpo de rocas sedimentariascartografiable y estratiforme definido eidentificable en baseasus discontinuidadeslimitantes”. El método contempla ia
jerarquización de las unidades en Alogrupos,Aloformaciones y Alomiembros y estableceuna serie de reglas para nombrar y definirestas unidades.
Varios autores han defendido estemétodo como una herramienta útil para laaproximación a la división del registro deunacuenca en secuencias deposicionales yhan comparado los resultados de lautilización de ambos métodos (Walker,1992; Martinsen eta!., 1993; Mialí, 1997).
Aunque las definiciones de unidadaloestratigráficay de secuencia deposicional
poseen numerosas diferencias intrínsecas,en su aplicación a casos concretos hanresultado ser equivalentes.
En primer lugar, unaunidadaloestratigráficano necesariamente debe contenerun paquetede estratos genéticamente relacionadosorganizados en conjuntos o cortejos quepresenten una polaridad secuencial definida.
En segundo lugar, la propuesta del
concepto de unidad aloestratigráfica definelos límites entre ellas como discontinuidades,entendiéndose en toda la extensión dellímite, mientras que los límites entresecuencias deposicionales se contemplancomo discontinuidades o sus paraconformidades
relativas. Walker (1992) recomendó que elconcepto de conformidad correlativa a lasdiscontinuidades fuese incluido en ladefinición del código delaN.A.S.C., aunqueel reconocimiento cartográfico de estas
paraconformidades o conformidades relativaspuede resultar bastante complejo en lapráctica.
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Por último, no existe una equivalenciageneralizable entre las jerarquías deunidades aloestratigráficas y losórdenes desecuencias deposicionales. Aunquecomo yase explicó con anterioridad se desaconsejala utilización de jerarquías y órdenes quevayan más alládel establecimiento del rangotemporal de duración en el establecimiento
de secuencias deposicionales(Mialí, 1997),este mismo autor propone el métodoaloestratigráfico como un sistema denomenclatura estratigráfico no genético,alternativo ala ausenciade una basegenéticapara el establecimiento de una jerarquíaformal de órdenes secuenciales. En estesentido sugiere unarelación tentativa en laque las secuencias con unaduración de 106
años (tercer orden) equivaldrían aaloformaciones, las secuencias con duración
dc 1 0~ ai~os (cuarto orden) a alomiembros,las secuencias con duración de 10~ años(quinto orden o set de parasecuencias) aalomiembros o submienibros y lassecuencias con duración de 10~ años oparasecuencías equivaldríanasucesiones defacies.
A pesar de los problemas planteados yla necesidad de esperar aque el progreso delas investigaciones al respecto arrojen luz
sobre las incógnitas que rodean este tema yotros muchos que atañen a la EstratigrafiaSecuencial, las evidencias apuntan a que,en la práctica, existen muchos puntos encomún entre el método aloestratigráfico yel método de la Estratigrafia Secuencial o, almenos, a que ambos son complementarios, elprimero puede resultar útil en laaproximación descriptiva inicial, pudiendoen cada caso discutirse en etapasinterpretativas del análisis de cuenca la
coincidencia entre las unidades limitadas pordiscontinuidades o unidades aloestratigráficasdescritas y las secuencias deposicionales.
Realizada esta revisión metodológica yconceptual, se explorará a continuacióncuales son las posibilidades de aplicaciónde la Estratigrafía Secuencial ymetodologías relacionadas en el caso de LasHoyas.
En una primera aproximación laaplicación estricta de la Estratigrafía
Secuencial resulta inviable para el rellenode sedimentos continentales del área de LasHoyas.
A escala de la Cuenca Ibérica losmateriales de la Formación Calizas de LaHuérguina estudiados en este trabajoformanparte de un ciclo tectonoeustático mayor de20 orden (Alonso eta!., 1991), la SecuenciaHauteriviense terminal - Barremiense, sinembargo varios problemas impiden lasubdivisión en secuencias deposicionales derango menor del registro de Las Hoyas:
a) En primer lugar, tal y como se haexplicado en el apartado 2.1.2, no existenevidencias paleogeográficas claras ydirectas de conexión marina de este área delaactual Serranía de Cuencaconel Tethys,
aunque si en áreas más meridionales de lamisma (Mas, 1981; Meléndez, 1983). Lasevidencias apuntan más bien a lacompartimentación tectónica de la cuencay ala individualización en pequeñas cubetas,así como auna creciente continentalizaciónde los ambientes en sentido SE-NO. Esdecir, que nos encontraríamos en uncontexto en el que habría que asumir quelas variaciones eustáticas inducen cambiosen el nivel de base que quedan reflejados en
los registros continentales, asunción quecomo ya se ha explicado ha encontradonumerosas criticas. En cualquier caso, serequeriría cambiar el enfoque del trabajopara constatar la existencia de secuenciasdeposicionales equivalentes en las distintasáreas de la cuenca. Tampoco existe untrabajo realizado en este sentido utilizandolametodologíade laEstratigrafia Secuencialpara las áreas costeras y marinas máspróximas de la cuenca, que facilitase las
correlaciones.
b) Como también se ha explicado en elapanado 2.1.2 el factor tectónico parecehaber jugado un papel fundamental en lacreación y relleno dc las cubetas de edadCretácico Inferior de la Cuenca Ibérica.Trabajos previos han constatado tambiéneste extremo en el área de Las Hoyas(Gómez Fernández y Meléndez. 1991;Fregenal MartínezyMeléndez, 1993). Esta
circunstancia podría complicar aún más elproblema, en especial, si la tectónica fue el
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control genético dominante y, por tanto, suseñal la mejorregistrada en lossedimentos.
Desde el punto de vista estricto ytradicional, la Estratigrafia Secuencial es,efectivamente, inaplicable en Las Hoyas.Queda por tanto descartada laposiblidad deutilizar algunos conceptos tales como loscortejos sedimentarios y los límites de losmismos (superficie transgresiva,superficiede máxima inundación...), en su sentidoclásico.
Enlazando con el concepto de cortejosedimentario se rechazan, en este caso,también las aplicaciones alternativas que sederivandel mismo, es decirla definición decortejos sedimentarios tectónicos yclimáticos, por razones que no están
relacionadas con el concepto de cortejo ensí mismo sino con problemasque plantearíanestas aplicaciones en el caso de Las Hoyasy que se exponen acontínuacion.
La metodología secuencial en suutilización para definir cortejossedimentarios climáticos en rellenos desistemas lacustres no es aplicable en LasHoyas por queno se trata del registro de unpaleosistema lacustre de gran envergadura
en el que las variaciones del nivel del cuerpode agualacustre puedanser utilizadas comoreferencia, sino de un área rellena conmateriales aluviales y lacustres someros,depositados en cuernos de pequeña amediaextensión. Por otra parte, el único sistemalacustre de envergadura media presente, quepodría haber sidoutilizado como referencia,tuvo un tiempo de residencia corto en lacuenca.
Las mismas razones invalidan lautilización de las secuencias genéticas deGalloway (1989) en una aplicación asistemas lacustres como la presentada porXue y Galloway (1993).
Teniendo en cuentaque la sedimentaciónse produjo en un contexto tectónicamenteactivo y distensivo, durante una etapa der¡ffing continental, se puede valorar la propuestade Prosser (1993) dejerarquizar el relleno de
estas cuencas mediante la identificación decortejos sedimentarios tectónicos.
La aplicabilidad de esta metodología alregistro de Las Hoyas tropieza con variasdificultades que ladesaconsejan:
a) La evolución y distribución de lossistemas deposicionales interpretables en elregistro de Las Hoyas correspondeaparentemente conla distribución explicadaporProsser(1993), así como con lade otrosautores para el relleno de un segmento denft continental (Watson eta)?, 1987; Frostick y Reid, 1987). Sin embargo, tal y comoProsser (1993) advierte explícitamente, estono essuficiente paraestablecer la presenciay límites de los cortejos sedimentariostectónicos, siendo fundamental elreconocimiento de las geometrías.
En Las Hoyas, la disposición delafloramiento permite observar la geometríainterna de los depósitos en un cortelongitudinal de la cuenca, no existiendo uncortetransversal, perpendicular alafracturaprincipal. Las dificultades para observartridimensionalmente las geometrías delsemigraben, impiden el reconocimientoseguro de lospatrones geométricos descritospor Prosser (1993).
b) Sólo cuando exista la certeza de que
se trabaja sobre materiales depositados enuna cuenca del mismo tipo que la quedescribe Prosser (1993), la metodologíapropuesta puede servir a fines puramentedescriptivos.
En trabajos previos (Fregenal Martínez,1991;Fregenal MartínezyMeléndez, 1993)se expone la hipótesis de que el sector deLas Hoyas pudo haber sido un segmento derzft con geometría de semigraben. Sin
embargo, asumir esto de forma absoluta ycomo consecuencia adoptar la división de l
registro en cortejos sedimentarios tectónicos,supondría comenzar el trabajo desde unplanteamiento, en cierto modo, yainterpretativo. No se debe olvidar que el finperseguido, al plantear la elección de un
sistema de división en unidades estratigráficaspara este trabajo, es encontrar un sistema,los más descriptivo posible, que facilite elanálisis y las interpretaciones posteriores.
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Además, el nfi cretácicoinferior ibéricono se conoce bien encuanto aladisposicióny geometría de las principales fracturas yposibles segmentos de r<ft individualizadosa mediay pequeña escala, aún asumiendoque setrata de un sistema tectónico similaral del rift africano actual descrito porRosendahí el a )? (1986); Frostick y Reid
(1987) y Morley el aL (1990). No existeningún estudio paleotectónico detallado deeste área, por lo que dar por sentado que el
área de Las Hoyas es un segmento de nft
asimétrico, individualizado y controlado poruna fractura listrica normal de plantasemicircular es algo arriesgado como puntode partida, apesar de que existan evidenciasque apoyen lahipótesis.
Por tanto, si se asumiese directamente
el modelo de Prosser (1993) como punto departida se podría generar un problemametodológico, al crear un aparato enel que
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Secuencb de la Hoya de laMadre de l as Latas N O R T ESUR
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Ng. 2.3.2. Unidades estrat igráf icas identi f icadas en e l S incl inor io de Las Hoyas y re laciones de yacenciaentre ellas y con e l sustrato jurásico, d ispuestas e n corte ideal realizado e n dirección N-S. L a geometr íaexterna d e l extremo nor te de la Secuencia de la Rambla de las Cruces 1 no es observable en campo por loqu e és ta ha sido inferida y e s, por tanto, interpretativa. E n e l cuadro se ha representado también la
disposición y geometría de to s pr inc ipales s is temas deposic ionales iden t i ficados dentro de cada secuenc ia .1 . S is temas de llanura aluvial d istal mixta con desarrol lo de zonas lacustres marginales, y co n predominiode los mater iales sil iciclásticos frente a los carbonáticos e n la s facies ca na l izadas .2 . S is temas de l lanura a luvia l d is ta l mixta con desarrol lo d e zonas lacustres marginales, y con predominiode lo s mater ia les carbonáticos frente a lo s sil iciclásticos e n la s fac ies canal izadas.3 . S is temas lacustres m arg ina les y someros, carbonáficos.4 . S is temas lacustres permanentes, carbonát icos, de envergadura media.5 . Discordancia erosiva y angular de carácter regional.6. Relación de yacencia más común.7 . Relación de yacencia en aquellos casos e n lo s que una unidad se apoya sobre suces ivos y múltiplesniveles de la/a un idad/es inf rayacentes.8 . Relación de yacencia de l a Secuen c ia d e l Pocillo d e l Pozuelo directa sobre el sustrato jurásico, porausencia local, deb ida a n o sedimentación, d e la s un idades precedentes e n la zona sur y sures te d e lsinclinorio.
9 . Relación de yacencia supuesta prev ia a la erosión parcial de la unidad suprayacen te .1 0 . Relación da yacencia observada puntualmente.
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la descripción ya está previamentecondicionada porla interpretación, corriéndose
el riesgo de caer en razonamientos circularesalo largo del trabajo.
En este caso parece aconsejabledescartar la definición de cortejossedimentarios tectónicos como herramienta
descriptiva, pudiendo ser retomado elmodelo en apartados interpretativos,posteriores ala descripción y el análisis delos datos.
A pesar de todos los problemas einconvenientes que se acaban de exponende los cuales quizás el más importante esque se trata del relleno sedimentario de unárea continental sin evidencias de conexiónmarina, se considera que para este trabajo
la Estratigrafia Secuencial es aplicable ensus aspectos metodológicos básicos.
Las tendencias másrecientes apuntan autilizar los conceptos y modelos de laEstratigrafía Secuencial con mayorflexibilidad, así Walker (1992) y Mialí (1997) afirman que los conceptosy métodospueden usarse sin hacer uso de laterminología de “secuencias genéticas” delos primeros trabajos del grupo Exxon
(entendiendo que secuencias genéticas serefiere estrictamente al conjunto demateriales depositados durante un ciclocompleto de subiday caída del nivel del maro durante una porción de dicho ciclo). Estosmismos autores recomiendan “la cartografiade secuencias limitadas por discontinuidadesy el uso de los términos y métodosaloestratigráficos como la base que puedeaportar el marco necesario paraladefinicióny clasificación de secuencias”.
Siguiendo estas recomendaciones, laaplicación en el caso de Las Hoyas haconsistido en lo siguiente:
En unaprimera etapa se ha utilizado elmétodo aloestratigráfico y se hancartografiado cuerpos de rocas estratiformesidentificables en baseasus discontinuidadeslimitantes. El método ha resultado,efectivamente, una herramienta útil en la
aproximación a la división del
registro yalanálisis estratigráfico secuencial. Estaprimera aproximación permitió una división
inicial en tres cuerpos o tres unidadeslimitadas por discontinuidades queconllevan exposición subaérea y erosión yque se manifiestan como discordanciascartográficas en todasu extensión.
En un paso posterior se utilizó lametodología de laEstratigrafia Secuencial
en cuanto al análisis de la geometría internade cada unidad, polaridad sedimentariaobservada y tendencia secuencial internaparaestablecer la equivalencia entre estasunidades aloestratigráficas y posiblessecuencias. Este análisis se ha realizadoteniendo en cuenta los siguientes conceptos:
a) Se entiende el término “Secuencia”en elsentido de “Secuencias Geométricas”de Vail eta)? (1977) y en el sentido de Emery
y Myers (1996) como “ciclo completo desedimentación, cuyas discontinuidadeslimitantes reflejan loseventos que controlanla creación y destrucción del espacio deacomodación en el que se forma lasecuencia, es decir, variaciones de lasubsidencia tectónica y/o variacioneseustáticas”.
b) Los depósitos contenidos en lassecuencias se encuentran “genéticamente
ligados”. Este concepto no se entiende aquí como generados duranteun ciclo completode subida y caída del nivel de mar o unaporción de dicho ciclo. En este caso seentiende como genéticamente ligados, alconjunto de depósitos generados durante unciclo sedimentario controlado por unconjunto de factores auto y alocíclicos quemuestran unas relaciones entre ellos y unaevolución alo largo del ciclo determinables,caracterizables y claramente diferenciables
de las relaciones y evolución que se deducenen los ciclos anteriores y posteriores desedimentación, estando representado elevento de variación de la combinación defactores controladores por lasdiscontinuidades que limitan los ciclos osecuencias. Cada uno de estos límites estáasociado asimismo a lamodificación de lageometría del espacio de acomodación y ala generación del espacio de acomodaciónde lasecuenciasuprayacente.
Derivada de este análisis se haestablecido la presencia de cuatro
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secuencias que se nombran y describen enel siguiente apartado. Dada la fuertecomponente genética que en el sentidoexplicado anteriormente poseen estasunidades, y laimposibilidad de adjudicarlesun rango jerárquico se ha optado pordescribirías como “Secuencias” y no como“Unidades Aloestratigráficas”, reservándo
paraposteriores apartados interpretativos ladiscusión acerca del rango de duración decada unidad ysu posiblejerarquía.
2.3.2 Descripción de las unidades
Las cuatro secuencias identificadas eneste trabajo son nombradas y descritas acontinuación. En la primera aproximación
con métodos aloestratigráficos seidentificaron tres unidades uniformes ycartografiables separadas pordiscordanciascartográficas, en toda la extensión del límiteentre ellas. El análisis secuencial llevó adividir las primera unidad en dos unidadeso secuencias cuyo límite se manifiesta comounadiscontinuidad en el borde del área desedimentación y como concordancia oparaconformidad relativa en las partescentrales de dicho área. La naturalezageométrica de este límite impidió en laaproximación inicial la división en dosunidades cartográficas, de modo que lacartografia de estas dos secuencias tuvo queser realizada con posterioridad al análisissecuencial. Las secuencias tercera y cuartase corresponden con la segunda y terceraunidad aloestratigráfica, respectivamente.En el apartado 2.2.1 se puede encontrar elmapa del Sinclinorio de Las Hoyas en el que
las cuatro secuencias aparecen cartografiadas(Fig. 2.2.2).
En la Fig. 2.3.2 se ha realizado unesquema de la disposición de estassecuencias, que muestra las relaciones deyacencia entre ellas y con respecto alsustrato jurásico, su geometría externa einterna general, extensión relativa y laposición y naturaleza de las discontinuidadeslimitantes.
Para realizar la tarea de describir las
unidades establecidas, en este caso secuencias,se ha escogido un patrón similar al utilizado
para la definición formal de unidadesestratigráficas, tanto litoestratigráficas comoaloestratigráfleas (Salvador, 1994; N.A.S.C.,1983). Debe quedar claroque no se pretendeunadescripción formal en el sentido clásico,ya que estas unidades o secuencias tienen,hasta el momento, una validez exclusivamente
local. Por otra parte, aunque no es habitual
una prácticacomo esta parael establecimientode secuencias deposicionales, dada lacorrespondencia directa que estassecuencias presentan con unidadesaloestratigráficas y los fines descriptivos quese persiguenen estaparte del trabajo, utilizarun patrón de este tipo es la solucióndescriptiva máspragmática parafacilitar elacercamiento y seguimiento de los pasosposteriores del análisis de cuenca.
En primer lugar se exponen cuales sonlos contenidos de cada uno de los apartadosque contempla esta definición, parapasar acontinuación a la descripción de cadasecuencia propiamente dicha.
Nombre
Cada secuencia se ha nombradoutilizando el topónimo del área en la queaparece mejor expuesta y reúne la mayorparte de las características observadas y queladiferencian claramente de las secuenciasmfra y suprayacente.
Equivalencias y Antecedentes
Se incluyen todas las equivalencias conlas unidades establecidas en trabajosantecedentes realizados en el área deestudio. En laFig. 2.3.1 se puede encontrar
un cuadro de comparación de las nomenclaturasutilizadas previamente y en este trabajo.
Puntos óptimos de observación
Se enumeran el/las área/s en laIs que lassecuencias pueden observarse con mayordetalle y mejores condiciones deafloramiento. En todos los puntos óptimosde observación hansido realizadas columnasy cortes estratigráficos que pueden
encontrarse descritos en el apartado 2.2.2de este trabajo. En el mencionado apartado
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se encuentran también los detalles acercade la posición geográfica exacta y coordenadasde localización correspondientes de cadasección estratigráfica descrita.
Limites estratigráficos, extensión, espesor y
geometría
Caracterización de las discontinuidadesque limitan cada secuencia en cuanto a suextensión, geometría y procesos queimplican, a grandes rasgos (erosión, nosedimentación...).
Se incluyen también los datos acerca delaextensión de afloramiento de lasecuencia,el espesor y las variaciones laterales deespesor observadas, así como la geometría
externa que muestra.Las condiciones de afloramiento no han
permitido disponerde datos suficientes pararealizar mapas. de isopacas, queindudablemente habrían sido muy útilescomo herramienta de interpretaciónposterior y para caracterizar la geometríaexterna de cada secuencia, por lo queédiéguesta ha sido deducida porprocedimientos cartográficos.
Des crpción
Ladescripción de las secuencias incluyesus principales rasgos encuanto a litología,algunas caracteristicas generales de suarquitectura interna, sistemasdeposicionales que contiene y variacionesgeográficas de los aspectos descritos a lolargo de su extensión de afloramiento.
Contenido paleonto!ógico yedad
Lista de contenido paleontológicoencontrado en la secuencia. En cuanto a laedad, es necesario aclarar que se ha asignadoatodas ellas el mismo rango cronológico:Barremiense superior. No se dispone dedatos en este área que permitan adjudicarunaedad másprecisa, por lo que asumimosaquí el consenso que se estableció en
Diéguez eta)? (1995a) sobre la asignacióncronoestratigráfica del yacimiento de Las
Hoyas y del relleno sedimentario del áreadel Sinclinorio de Las Hoyas. Estaasignación se realizó a partir de lacontrastación de datos bioestratigráficosaportados por el análisis de carófitas,ostrácodos, polen y macroflora y escoherente con laedad que regionalmente seadmite para la Formación Calizas de La
Huérguina.
En apartados posteriores se realizaráunadiscusión puramente interpretativa sobre elposible rango de duración de cadasecuenciadentro del rango temporal asumido para eltotal del registrode las cuatro secuencias.
2.3.2.1 Secuencia de la Rambla d e la s
Cruces 1
Nombre
Deriva del topónimo del punto deafloramiento en el que muestra lascondiciones más adecuadas para suobservación.
Equivalencias y Antecedentes
Es equivalente a las Unidades 1 y II deSanz el a!. (1988b), a la Unidad Inferior oEpisodio 1 de GómezFernández y Meléndez(1991) y al Episodio 1 y a la Fase 1 delEpisodio 2 de Fregenal Martínez (1991).
Puntos óptimos de observación
El punto en el que esta secuencia seencuentra mejor expuesta es laRambla delas Cruces, en la que aflora en el primer
tramo del recorrido de dicha rambla endirección,aproximadamente, Norte-Sur y enambos márgenes. Corresponde con la parteinferiorde la Columna de laRamblade lasCruces (verFig. 2.2.17 en el apanado 2.2.2.4de este trabajo).
Se propone además un puntocomplementario de observación en losalrededores de la casa forestal del PozoCoronado. Las observaciones realizadas en
este punto pueden encontrarse en las Fig.2.2.14 y Fig. 2.2.15 del apartado 2.2.2.4.
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S U R M O R T E
Fig. 2.3.3. Cuadro q ue
muestra la distr ibución dela s un idades estratigráficasy la s re laciones deyacencias identificadas e n e lSincl inorio de Las Hoyas, y oe n e l que se h a resal tado laposición de la Secuencia dela Rambla d e la s Cruces 1 .La geometr ía externa d e lextremo no r t e de estasecuenc ia n o es observableen campo y ha sido inferida,sie nd o, por tanto,interpretativa. Para leyendaver Fig. 2.3.2.
Limites estratigráficos, extensión, espesor y
geometría
La secuencia se encuentra limitada ensu base por una discordancia angular yerosiva de carácter regional (Figs. 2.3.3 y2.3.4). Estadiscordanciasepara el Jurásicodel Cretácico Inferior y comprende aqui ellapso temporal Bathoniense-Barremiense.Entre el final de la sedimentación jurásicay el comienzo de la sedimentacióncretácica, tuvo lugar la formación depaleorelieve mediante el plegamiento,fracturación, erosión y el desarrollo de unsistema kárstico. En el área de estudio seconservan facies paleokársticas queconstituyen el sustrato sobre elque se apoyaesta secuencia.
Este límite inferior de lasecuencia sóloes observable en el borde norte delSinclinorio deLas Hoyas, ya queen elbordesur la secuencia no aflora (Fig. 2.3.4).
El contacto aparece difuso en algunospuntos debido a que las facies lutíticas derelleno del paleokarst son dificilmentedistinguibles de las facies lutíticasde llanurade inundación que caracterizanel comienzode la sedimentación de esta secuencia.
La geometría del contacto muestra queel paleorelieve desarrollado sobre la serie
jurásica presentaba, en este punto, unatopografia subhorizontal.
La secuencia aflora alo largo del bordenorte del sinclinorio, siendo su extensiónlateral de afloramiento de, aproximadamente,7 km (Fig. 2.3.4). El máximo espesor seregistraen la zonacentral de esta extensión,en los alrededores de la Rambla de lasCruces, donde llega a tener 150 m,perdiendo espesor de forma progresivalateralmente en ambos sentidos (ONO yESE). Hacia el extremo oeste se acuña,encontrándose, en parte, erosionada yllegando aapoyarse sobre ella la Secuenciade laHoya de la Madre de las Latas (Figs.2.3.3 y 2.3.4). Hacia el extremo oriental seacuña también progresivamente, llegandoaestarrepresentada por 25 m de depósitos,y finalmente desaparece. En esta zona sepuede observar que lasecuencia mantieneunarelación deon!ap muy tendido sobre elsustrato jurásico.
La geometría que presenta en ladimensión perpendicular (NNE-SSO) no esobservable en campo, ya que la mitadmeridional de la secuencia no aflora ensuperficie. Apartir de la reconstrucción dela geometría, tanto del sustrato como delconjunto del relleno del Sinclinorio de LasHoyas sepuede inferir que, probablemente,presenta una geometría lentejonarasimétrica, encontrándose los mayoresespesores en el tercio sur (Fig. 2.3.3).
El techo de la secuencia es plano,aunque, como ya se ha mencionado, en el
Secuencia d e la Ramblade l as Cruces 1
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Contenido paleontológico yedad
Esta secuencía contiene abundantesalgas carófitas y ostrácodos, habiéndoseencontrado y reconocido también colonias
de algas cianoficeas, gasterópodos, bivalvosy ftagmentos de huesos de vertebrados.
Tanto el análisis bioestratigráfico de lasasociaciones de carófitas como deostrácodos realizados con objeto dedeterminar la edad de la unidad Calizas deLaHuérguina en el área del Sinclinorio deLas Hoyas se basa en muestras recogidas,mayoritariamente, en la secuencia que seestá describiendo.
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El análisis de un total de doce muestrasrecogidas a lo largo de la secuencia en laColumna de laRambla de las Cruces por elDr. Martín Closas ha resultado en la
identificación de dos familias distintas dealgas carófitas (Diéguez el a!. 1 995b): lafamilia Clavatoraceae representada por lasespecies: Atopochara tr¡vo!vis var.triquetra, Globator mai!!ardi var.tmcht!iscoides, C!avator harrisíl var reyí
y Ascidíe!!a cruciata; y la familiaCharaceae, representada por la especie
Mesochara gr. harrisil. El estudiobioestratigráfico identifica esta asociacióncomo perteneciente a la biozona Cruciata
de edad Barremiense superior a Aptienseinferior (Diéguez el a!., 1995a).
Fig. 2.3.5. Sucesión de la Secuencia . e n la Rambla de la s Cruces 1 , e n e l área de la qu e deriva su nombre.En es ta secc ión se encuentra representado, mayori tar iamente, e l conjunto l itológico m ixto d e lo s dos que seha n distinguido d e n tro d e la secuencia. E l conjunto carbonático a p a re ce re str in g id o a lo s términos más altosd e l a columna.
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Fig. 2.3.6. Suces ión de la Secuencia d e la Rambla de las Cruces 1 en e l área de la Casa d e l PozoCoronado. La sucesión total h a sido compuesta a part ir de la Co lumna de la Casa d e l Pozo Coronado y d e lCorte de la Casa de l Pozo Coronado 1 y e n ella se encuentran representados, e l conjunto l itológico mixto, e nla mitad inferior, y e l conjunto l i tológico carbonático, e n la parte superior de la co lumna.
El estudio de un total de siete muestras,procedentes también de la rambla de lasCruces ha revelado la presencia de nueveespecies de ostrácodos pertenecientes alaasociación de Cypridea (Rodríguez Lázaro,1995): cypridea gr demandae, Cypridea
gr. c!avaa, Cypridea gr. insu!ae,Thertosynoecum sp. 1, Theriosynoecum sp.
2, Bisu!cocypris gr sir/ata, Bisulcocypris
aif forbesíi, Damonel!a denticu!ata yScabrícu!ocyprís sp. El análisisbioestratigráfico de esta asociaciónconcluyó en asignar un intervalo de edadBarremíense, muy probablementeBarremiense superior, para los sedimentos
en los que dicha asociación ha sidoregistrada (Diéguez eta!., 1995a).
Junto con el análisis bioestratigráfico derestos de carófitas y ostrácodos, el análisisde palinomorfos y restos de macroflora y lacontrastración de los resultados de estos
análisis con otras dataciones regionales dela Formación Calizas de La Huérguina,permitió establecer un consenso en cuantoa laedad de esta formación en el área en laque se lleva a cabo este estudio que leadjudicaba unaedad Barremíense superior(Diéguez et al, 1995a). Por tanto y tal ycomo ya se indicó en la introducción a ladescripción de las secuencias, se asigna atodas ellas unaedad Barremiense superior,apartir del mencionado consenso.
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2.3.2.2 Secuencia de la Rambla de las
Cruces II
Nombre
Deriva del topónimo del punto deafloramiento en el que muestra las
condiciones más adecuadas para suobservación.
desviándose hacia el oeste del curso de larambla, en el punto en que ésta cambia dedirección,
La parte más alta de la secuencia noaflora en esta zona, pudiendo reconocerseen la zona de La Radilla, situada en elextremo suroeste de lazona de afloramientode lasecuencia, que coincide con el límitesuroccidental del Sinclinorio deLas Hoyas.
Equiva!encias y Antecedentes
En su parte inferiores equivalente a lasUnidades Hl y IV de Sanz ela!. (1988b)y ala Unidad Intermedia o Episodio 2 deGómez Fernández y Meléndez (1991).También es equivalente, en su totalidad, alas Fases 2 , 3 , 4 y 5 del Episodio 2 de
Fregenal Martínez (1991).
Puntos óptimos de observación
La secuencia se encuentrabienexpuestaen laRambla de las Cruces, enel tramo delrecorrido de la rambla en dirección Norte-Sur, una vez pasado el afloramiento de laSecuencia de la Rambla de las Cruces!, enla parte superior de la Columna de laRambla de las Cruces (ver Fig. 2.2.17 delapartado 2.2.2.4).
Los dos tercios inferiores de la sucesiónse pueden observar en ambos márgenes dela Rambla. El tercio superior se observa enla zona del yacimiento de Las Hoyas,
Limites estratigráficos, extensión, espesor y
geometría
Estratigráficamente, esta secuencía seapoya en su base sobre la Secuencia de laRambla de las Cruces 1 por medio de un
contacto concordante, llegando aapoyarsedirectamente sobre el sustrato jurásico enel extremo oriental. Los términos más altosde la secuencia, reconocibles en el bordemeridional y suroccidental del sinclinorio,muestran unarelación de yacencia directasobre los materiales jurásicos (Fig. 2.3.7).Esta relación es debida a la topografiairregular que presenta, en el borde sur delsinclinorio, el paleorelieve desarrolladosobre el jurásico, de forma que los niveles
estratigráficamente másaltos de la secuencia,muestran una relación geométrica desolapamiento expansivo u on!ap. Esprobable que esta relación o geometría deon!ap sea extrapolable a la secuenciacompleta, a lo largo de todo el borde surdel sinclinorio en el que solamente los
Fig. 2.3.7. Cuadro quemuestra la distr ibución dela s unidades estratigráficasy la s re laciones deyacencias identificadas e nel Sincl inorio de Las Hoyas,y e n e l qu e se ha resal tadola posición dela Secuenciade la Rambla de las CrucesII . Obsérvese la geometrialentejonar marcadamenteasimétr ica qu e presenta lasecuenc ia y la posición delo s tres l i tosomas
laminados qu e se hani den t if icado . Para l eyendaver Fig. 2.3.2.
SUR NORTE
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somerización y colmatación de un sistemalacustrepermanente de envergadura media.De estas tres las dos primeras presentan unespesor máximo de 60 m mientras que elespesor de tercera es de 40 m.
Cada unade estas sucesiones de faciesconsiste, agrandes rasgos, en (Fig. 2.3.9):calizas rítniicamente lanuinadas, muy ricasen flora y fauna excepcionalmentepreservadas, que pasan de forma gradual,tanto latera] como verbealmente, a calizaslajosas irregulares con ostrácodos y restosvegetales, o a calizas tableadas, laminadasinternamente con ocasionales ostrácodos,que a su vez pasan a calizas masivas conabundantes carófitas y ocasionalmenteoncolitos, que pueden presentarsobreimposició.n de rasgos edáficos, obien
pasan acalizas bioclásticas con estratificacióncruzada.
El conjunto formado por las facies decalizas finamente laminadas, junto con lasfacies de calizas lajosas irregulares y calizastableadas constituyen un cuerpo lentejonarligeramente asimétrico,reconociéndose alolargo de la secuencia tres cuerposlentejonares o litosomas laminados, cadauno de lo cuales forma parte de una de las
tres subunidades distinguibles, y que puedenobservarse en la Fig. 2.3.7. Los treslitosomas se encuentran en lazona centraldel Sinclinorio de Las Hoyas y cada uno seencuentra desplazado respecto al anteriorhacia el borde meridional del sinclinorio, alque se adosan.
Contenido paleontológico yedad
Respecto al contenido paleontológico,como ya se ha mencionado en ladescripción, cada litosoma laminadocontiene una abundante y diversa flora y
fauna fósil excepcionalmente preservadas.
Una exhaustiva y extensa lista delcontenido floristico y faunístico puedeencontrarse en el apartado 1.4 de estetrabajo, por lo que aquí se limitará a unaaproximación muy general alos principalesgrupos registrados.
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Fig. 2.3.9. Sucesión de la Secuencia d e la Ramblade las Cruces II e n la Co lumna d e la Rambla d ela s Cruces. E n esta columna se encuentranrecogidas la s dos pr imeras subunidades de las tresq u e se pueden dist inguir a lo largo de la secuenciay qu e representan, cada una d e ellas, lasomer izac ión de s is temas lacustres permanentesde envergadura med ia .
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Respecto a la flora, se han recogidorestos de algas carófitas y pólenes y esporasde diversos grupos además de restos demacroflora de briófitos, filicales,cicadofitos, gnetales, coniferales yangiospermas.
En cuanto alafauna se reconocen restosde gasterópodos y bivalvos, abundantesartrópodos (crustáceos e insectos), restos devarios grupos de peces holósteos yteleósteos, que constituyen el grupo devertebrados mejorrepresentados, anfibios,escamosos, tortugas, cocodrilos, dinosauriosno avianos y aves. Son también notables lashuellas y trazas de actividad orgánica.
Aparte del excepcional contenido fósilde los litosomas laminados, en las facies de
calizas masivas o con estratificacióncruzadase reconocen fundamentalmente restos detalos y oogonios de carófitas y restos deostrácodos, que no han sido clasificados, yen menor proporción colonias de algascianofíceas, restos de bivalvos ygasterópodos y fragmentos de huesos degran tamaño, no determinables, que lleganaformar brechas.
Como para el resto de las secuencias se
considera que la edad de ésta es tambiénBarremíense superior
2.3.2.3 Secuencia dcl Pocillo del Pozuelo
Nombre
El nombre deriva del topónimo de lazonaen laque lasecuencia puede observarse
en buenas condiciones y en la que sepresenta, con mayor claridad, uno de losrasgos que singulariza, desde el punto devista litológico, esta secuencia respecto alresto de las unidades estratigráficas delSinclinorio de Las Hoyas, la abundanciarelativade materiales siliciclásticos.
Equivalencias y Antecedentes
Es equivalentealEpisodio 3 de FregenalMartínez (1991).
Puntos óptimos de observación
En general la secuencia presenta malascondiciones de afloramiento. La sucesiónmás potente y completa de lasecuencia esla recogida en la Columna de laTinada delTío Valentín (ver Fig. 2.2.19 del apartado2.2.2.4), que corresponde al registro de l
flanco sur del sinclinorio, mientras que enflanco norte pueden observarse característicasrelevantes de launidad en eláreadel Pocillodel Pozuelo, en la que se realizó un cortecuya descripción puede encontrarse en elapartado 2.2.2.5.
Límites estratigraficos, extensión, espesor y
geometría
Esta secuencia se apoya por medio deuna discordancia cartográfica sobre laSecuencia de la Rambla de las Cruces II,
llegando a yacer sobre nivelesestratigráficamente más bajos de estasecuencia hacia el este. Hacia el extremooccidental de su extensión de afloramientose apoya sobre términos de la última de lastres subunidades que constituyen laSecuencia de la Rambla de las Cruces II(Fig. 2.3.10). En elborde suryen el extremo
oriental del sinclinorio se apoyadirectamente sobre el sustrato jurásico, conel que mantiene una relación de on!ap. Estarelación solamente se observa, como en elcasode la secuenciadescrita anteriormente,para los términos másaltos de lasecuencia,ya que los términos inferiores no afloran ensuperficie y , por tanto, su relación con losmateriales jurásicos, en el limite sur del área,no puede ser establecida.
Es la secuenciaque muestra laextensiónde afloramiento másreducida de las cuatrodefinidas en el árcade estudio. Solamenteaflora en el tercio oriental del sinclinorio,donde ocupa lamitad meridional del mismo,adosada al borde sur Su extensión total deafloramiento continuo es de 2 km en sentidolongitudinal o E-O, no considerando losretazos de afloramientos aisladosreconocidos hacia el este y sureste y 500 men sentido transversal o N-S (Fig. 2.3.11).La inclusión de los afloramientos aisladospermite estimar que la unidad pudo tener
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observación de esta posible relación (Figs.2.3. 10 y 2.3.11).
Descripción
Desde el punto de vista litológico lasecuencia se caracteriza por presentar
carácter mixto, carbonático y siliciclástico,siendo los materiales siliciclásticos muchomás abundantes hacia los niveles más altosde lasecuencia, de modo quese puede llegara individualizar un conjunto que mantienerelación de cambio lateral de facies respectoa la porción estratigráfica de la secuenciaen la que predominan, de forma neta, laslitologías carbonáticas (Fig. 2.3.2).
Se reconoce unagran variedad de facies.
En la parte o conjunto inferior predominanlas calcarenitas, en ocasiones arenosas,bioclásticas y oncolíticas y losconglomerados calcáreos de oncolitos ylitoclastos, mientras que hacia el techo, enel conjunto superior,son másabundantes lascalcarenítas y calizas arenosas, las areniscasde grano grueso a fino, los conglomeradosarenosos de oncolitos y los conglomeradosde cantos cuarciticos y calcáreos (Fig.2.3.12). Se suelen presentar en cuerpos
lenticulares de escaso espesor, que aparecenseparados entre sí por niveles de margasgrises, lutitas margosas ocres y grisáceas ylutitas rojas, más potentes hacia laparteinferior de la secuencia. Son muyabundantes también, a lo largo de toda lasecuencia, los niveles de calizas masivas concarófitas que suelen mostrarsobreimposición de rasgos edáficos. Estoscuerpos no suelen exceder espesores de 1
m y pueden presentar tanto geometríalenticular como tabular.
Contenido paleontológico yedad
El contenido paleontológico de lasecuencia no ha sido estudiado en detalle,aunque se ha reconocido en las calizas lapresencia abundante de colonias de algascianoficeas y tanto en las calizas como enlas margas restos de algas carófitas, tantooogonios como talos, algunos restos
vegetales, gasterópodos, bivalvos yabundantes ostrácodos.
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Se asigna a esta secuencia una edad
Barremiense superior, al igual que para elresto de las secuencias descritas.
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2.3.2.4 Sentencia de la Hoya de laMadre de las Latas
Nombre
Deriva del topónimo del área en el quese puede observar la secuencia en
condiciones óptimas.
Equivalencias y Antecedentes
Estaunidad no tiene equivalentespreviosy es nombrada y descrita por primera vezen este trabajo.
Puntos óptimos de observación
Las condiciones de afloramiento de estaunidad son de calidad excepcionalmentebaja, comparadas con las del resto de lasunidades del sinclinorio. Toda la unidad hasufrido, en buena parte, un importanteproceso de karstificación posterior a sudepósito, que dificultalaobservación de lasfaciesoriginales y su distribución, así comode la arquitectura deposicional interna. Aesto hayque sumarque sobre ella, en buenaparte de su extensión, hay desarrollado unextenso suelo forestal. Solamente existendos puntos en los que se pueden observarlas facies originales, sin que en ellos se hayapodido realizar un corte estratigráfico,tratándose de afloramientos aislados, lazona
de La Muela y la zona de la Hoya de laMadrede las Latas, siendo estaúltima en laque se puede observar una mayor extensiónde afloramiento minimamente alterado, Ladescripción de este afloramiento se puedeencontrar en el apartado 2.2.2.5. Debido alas características de afloramiento quepresenta esta unidad el análisisfotogeológico ha sido la herramienta quedefinitivamente ha permitido separar estasecuencia independientemente del resto delregistro estratigráfico del sinclinorio de LasHoyas.
Limites estratigráficos, extensión, espesor y
geometría
Esta secuencia se apoya mediante una
discordancia cartográfica sobre distintosniveles estratigráficos de las secuencias dela Rambla de las Cruces 1 y II. Aunque nollega a observarse su relación de yacenciacon respecto a la Secuencia del Pocillo delPozuelo, cabe esperar que, al menos en suextremo oriental, se hubiese apoyadotambién sobre ésta. En sumitad meridionalse apoyadirectamente sobre elsustrato (Fig.
2.3.13).
La secuencia aflora en toda la mitadoccidental del Sinclinorio de LasHoyas. Suextensión totalde afloramiento es 3,5 km ensentido longitudinal o E-O y de 1 km ensentido transversal o N-S (Fig. 2.3.14).
Fig. 2.3.13. Cuad ro quemuestra la distr ibución dela s unidadesestratigráficas y la sre laciones de yacenciasidentificadas e n e lSincl inorio de Las Hoyas,y e n e l q ue se h aresaltado la posición de laSecuencia de la Hoya de
la M adre de la s Latas.Para l eyenda ve r Fig.2.3.2.
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2.3.3 Correlación ¡ Comparación
estratigráfica
Como se indicó en el apartado deintroducción al análisis estratigráfico, sereconocen un total de nueve áreas deafloramiento en la zona que abarca este
estudio que han sido agrupadas en cincosectores, Occidental, Septentrional, Oriental,Central y Meridional. De estos cincosectores solamente en uno de ellos, elSectorCentral o Sinclinorio de las Hoyas, ha sidonecesario llevar a cabo una división enunidades estratigráficas del registrocorrespondiente alaFormación Calizas deLaHuérguina. En los sectores restantes noes posible encontrar, en principio, criteriosde subdivisión interna, de la misma forma
que hasta el presente esta unidadlitoestratigráfica nunca ha sido subdivida enningún otro área del Dominio IbéricoSuroccidental, ya que exceptuando elSinclinorio de Las Hoyas nunca se handescrito discontinuidades internas relevantes.
No obstante, se plantea, una vezrealizado el análisis estratigráfico delSinclinorio de Las Hoyas, la necesidad dellevar a cabo un análisis de las posibles
correlaciones quese puedan establecerentretodas las áreas o sectores de afloramientoestudiados.
En su acepción general “correlación”significa “correspondencia o relaciónrecíproca entre dos o más cosas”. EnGeología se entiende como “la demostraciónde laequivalencia dedos o más fenómenosgeológicos en diferentes áreas” (Bates yJackson, 1987) y tiene una connotación
temporal. En Estratigrafia correlacionar es“establecer la correspondencia en caráctery posición estratigráfica” (Hedberg, 1976)yconsiste en“comparar doso más seccionesestratigráficas, de un intervalo de tiemposemej ante, estableciendo las equivalencias
entre los niveles o su perficies de estratificaciónreconocibles en cada una de ellas” (Vera,1994). Existen tres tipos básicos decorrelación estratigráfica: las correlacioneslitológicas o litoestratigráficas, lasbioestratigráficas y las cronoestratigráficas;
aunque las correlaciones litoestratigráficas
y bioestratigráficas se usan y son útiles,actualmente se entiende que la correlaciónestratigráfica está encaminada a establecerequivalencias temporales (Vera, 1994).
Puesto que en el caso que nos ocupa lacorrelación litoestratigráfica de escalaregional se encontraba ya establecida antesde comenzar este trabajo, se trataría decorrelacionar distintas unidades osuperficies estratigráficas dentro de laFormación Calizas de LaHuérguina.
Cabe, por tanto, preguntarse. acontinuación y en función de los objetivosque sepersiguen, quétipo de correlación seva arealizary conquécriterios, además devalorar tanto laviabilidad de larealizaciónde la misma como su utilidad y fiabilidad.
Obviamente, elejercicio de correlaciónque se pretende realizar tiene como objetivofacilitar la reconstrucción de la evoluciónpaleogeográfica para el área de estudio, locual implica, necesariamente, correlacionarunidades temporalmente equivalentes. Enunpaso posterior se debe examinar lacoherencia de la evolución paleogeográficadeducida para el área de estudio con laevolución paleogeográficaaescala regional,
de modo que sepuedan llegar a discriminaren el análisis final de cuenca los factores decontrol paleogeográfico puramente locales,de los que operan aescala regional.
Antes de decidir cuales son los criteriosa emplear y el tipo de correlación que sepuede realizar es conveniente analizar lascaracterísticas que la unidad objeto deestudio presenta y que pueden resultarproblemáticas paralatarea de correlación.
-Tanto labase como eltecho de launidadson heterócronos. La base de la unidad esuna discontinuidad regional que puedeabarcar un lapso temporal variable, aunqueen general se asume que dicho lapsoaumenta hacia el noroeste dela CuencaIbérica, de modo que labase de la unidad esmás antigua hacia el sureste. En cuanto altecho viene definido por una discordanciaerosiva, la Discordancia Intrabarremiense
(Meléndez, 1982). Debido a esto, cuandose trata de realizar una correlación dentro
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de la unidad se carece de la seguridad deque los registros completos de todas lassecciones descritas local o regionalmentesean correlacionables entre sí en sutotalidad.
-La unidad se depositó en unacuencaque se encontraba compartimentadatectónicamente. constituida por cubetas osectores más subsidentes, separados porzonas conbaja subsidencia. A este respecto,se desconoce si todas las áreas desedimentación estuvieron realmenteconectadas, silo estuvieron durante todo eltiempo desedimentación activa o solamenteen momentos concretos, y cuales nollegaron a estarlo nunca. Dada laconfiguración general de la cuenca, cabeesperar que latectónica u otros factores decontrol puramente locales hayan dejadoseñales en el registro sedimentario de lascubetas o áreas de sedimentaciónindividualizadas que enmascaren lasecuencialidad o el ordenamiento internorelacionado con factoresde control de escalaregional. Enlazando este problema con elplanteado en el punto anterior referente alaheterocroneidad del comienzo de lasedimentación, cabe la posibilidad de que,aunque aescala general el comienzo de la
sedimentación sea más antiguo hacia lasáreas surorientales de la cuenca y sepropague progresivamente hacia las áreasnoroecidentales, a escala local se registrenheterocronías en el comienzo de lasedimentación en las pequeñas áreas ocubetas de sedimentación desconectadas, amenor escala temporal, de menor rango yque contradigan o violen la tendenciageneral.
-Existe además un tercer problemarelacionado con la naturaleza de lossistemasdeposicionales desarrollados queconstituyen la unidad. Básicamentepodemos reducir estos sistemas a dosdiferentes, sistemas lacustres-palustres ysistemas de llanura aluvial. Intrínseca a lanaturaleza y dinámica sedimentaria de estossistemas eslagran variedad de litofacies quecontienen y quecomplican enormementecualquier intento derealizar una correlación
de tipo litológico.
Ambos sistemas, pero en especial lossistemas de llanura aluvial están sujetos ensu evolución aun fuerte control de factorespuramente autocíclicos muy locales, demodo que el ordenamiento espacial y lasecuenciación temporal de los depósitos deestos sistemas dibuja una arquitecturadeposicional bastante compleja. Esto remitenuevamente a la posibilidad de generarsucesiones completamente diferentes, encubetas separadas, en las que las tendenciasregionales aparezcan enmascaradas.
Ambos sistemas deposicionalespuedeny suelen aparecer ftecuentemente mostrandorelaciones de cambio lateral de facies,reconociéndose secuencialmente tendenciasde exbansión o retracción del sistemalacustre frente al aluvial. La separaciónvertical en una sección entre las facies dellanuraaluvialde las facies lacustres podríaconstituir un límite entre dos subunidadesya que además, habitualmente, es un límitelitológico, sin embargolacorrelación de estelímite en unasección cercana en la que lasubunidad lacustretuviese suequivalente enfacies de llanuraaluvial requeriria disponersiempre de registros lateralmente muycontinuos, como en el caso del Sinclinoriode Las Hoyas, para poder extrapolar el límite
con total fiabilidad. Si este límite no vienemarcado porunadiscontinuidad fácilmenteidentificable, la correlación será inviable osimplemente una hipótesis de trabajodificilmente contrastable. Tal y como ya seha mencionado, hasta el momento sólo sehan detectado discontinuidades internasrelevantes, en el Sinclinorio de Las Hoyas.
Es frecuente encontrarse también encasos en los que en áreas de afloramiento
cercanas y actualmente desconectadas, lasedimentación comienza en una con unasucesión lacustre, mientras que en lacontigua lo hace con unasucesión de llanuraaluvial. En estos caso es necesario disponerde una gran cantidad de datos de diversaíndole para poder llegar a establecer siambas sucesiones son lateralmenteequivalentes y están relacionadas por mediode un cambio lateral de facies, si sonequivalentes temporalmente aunque en cada
una de las áreas de sedimentación se
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desarrolló unsistema deposicional diferenteo si simplemente son dos unidadesheterócronas, por que el comienzo de lasedimentación en ambas áreas esheterócrono.
-No resulta posible realizar unacorrelación bioestratigráfica ala escala deeste trabajo, puesto que la resolución quelos marcadores bioestratigráficos disponiblespueden facilitar es menor de la que seríanecesariaen este caso. Dado quelos criteriosbioestratigráficos son los únicos de los quese puede disponerparaestablecer unidadescronoestratigráficas, este tipode correlacióntambién queda descartado.
Mientras que en un trabajo de escalaregional y de mayor escala estratigráfica
todos estos problemas podrían verseamortiguados, y de hecho hasta elmomentono se ha precisado una correlación de detallepara establecer los patrones generalessecuencialesy de evolución paleogeográficaaescala regional, cuando se tratade realizarun trabajo a menor escala geográfica yestratigráfica, considerar esta problemáticaes fundamental.
No obstante, no es laprimera vez que se
aborda este problema y en estudiosrealizados en otras áreas de la Serranía deCuenca se han propuesto hipótesis decorrelación dentro de laFormaciónCalizasde La Huérguina, en función de lasasociaciones de faciespresentes y suposibleequivalencia lateral (Meléndez et al., 1989;Gierlowski-Kordesch eta!., 1991).
Como se desprende de todaladiscusiónanterior son muchos losfactores que habría
que tener en cuenta para realizar lacorrelación que se pretende, de manera queel trabajo entraría prácticamente en elámbito del análisis paleogeográfico. En estecaso lametodología adecuada sería generarun sistema de retroalimentación entre elanálisis paleogeográfico y los trabajos decorrelación, que permitan generar unahipótesis final aambos respectos. Este es elcaso de los trabajos que se acaban demencionar y en los que se han llevado acabo
correlaciones en distintas áreas de la
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Serraníade Cuenca(Meléndez eta!., 1989;Gierlowski-Kordesch et al., 1991). Estascorrelaciones entran más bienen el terrenode la interpretación de la evoluciónpaleogeográficaque en el terreno del puroejercicio deanálisis estratigráfico.
Resulta, portanto, imposible realizai por
el momento, una correlación en el sentidomás estricto de su definición.
Esto, sin embargo, no impide poderllevar a cabo una primera “comparacióndescriptiva”, como alternativa a lacorrelación tradicional, de las seccionesestratigráficas estudiadas teniendo siemprepresentes las condiciones en que se realizaeltrabajo y losproblemas que se acaban deenumerar. Se entiende por comparación el
establecimiento de las semejanzas ydiferencias entre los registros de las distintasáreas de afloramiento estudiadas. Estacomparación puede generar preguntas ehipótesis cuyacontestación y contrastaciónpueden serrealizadas con posterioridad, enlafase de análisis paleogeográfico.
No obstante es necesario establecer loscriterios con los que esta comparación seva arealizar, establecer qué cs lo que se va
a comparar, así como discutir la posibleelección de un patrón de comparacion.
A pesar de todas las dificultadesexpuestas con anterioridad, aesta altura deltrabajo, cuando aún no se ha expuesto elanálisis de facies, los únicos elementos quepueden ser comparados, de la forma másobjetiva y descriptiva posible, son losdistintos conjuntos de litofacies que sepueden distinguir en cada uno de los
registros estudiados.
Se tomarán como unidades básicascomparables los distintos sectores en los queya se hanagmpado las áreas de afloramientopara su descripción. Estos sectorescontienen áreas de afloramiento continuaso casi continuas que, en la mayor parte deloscasos presentan unauniformidad notableen la disposición estratigráfica de losdistintos conjuntosde litofacies reconocidos
en cada unade las secciones estudiadas. Esto
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ha llevado aque, en concreto en los casosde los sectores central, septentrional yoriental haya sido posible realizar unejercicio de comparación y correlacióninterno previo, que hapermitido obtener unasíntesis de todas las secciones estudiadas yreducirlas a un único registro que será elque finalmente se compare. En el caso delos sectores occidental y meridional esto noha sido posible dada la diversidad quepresentan las distintas sucesiones descritas.
Este mismo planteamiento preliminarderivado del análisis por separado de cadauno de los registros permiteya aventurar unaprimera hipótesis a discutir en el capítulode análisis paleogeográfico y que puedeplantearse de lasiguientemanera: Cada unode los sectores en principio definidos con
criterios descriptivos pudo pertenecer aunúnico área de sedimentación, aunque estono implica que cada sector equivalga,necesariamente, aun área de sedimentacióndiferente.
Cabría realizar una combinatoriamultiple de comparaciones de cada uno delos sectores con todos los demás. Sinembargo se ha optado por llevar a cabo unanálisis más simple que consiste en
comparar cada uno de los sectores con elSector Central o Sinclinorio de Las Hoyas,cuyo registro pasa aser por tanto el patrónde comparación. Son varias las razones quehan llevado atomar esta decisión.
En primer lugar se tratadel registro máscompleto o almenos del mejor desarrolladode todos los que se conocen en el área deestudio, elúnico que hapodido sersubdividoen unidades estratigráficas, y probablemente
aquel en el que hay una mayor cantidad detiempo representada por sedimentos. Porconsiguiente existe una mayor probabilidadde que cualquiera de los conjuntos delitofacies reconocidos en otros sectorestenga un equivalente en el registro delsínclinorio que en cualquiera de los otros.Si estoes cierto cualquier comparación entresectores periféricos se puede realizarautomaticamente através de la comparaciónprevia de cada uno de ellos con el Sector
Central.
Sector Occidental
Se poseen muy pocos datos de este áreade afloramiento. Solamente ha sido posibleobtener una sección estratigráfica completa(Columna del ArroyoBonilla, ver apartado2.2.2.1,Fig. 2.2.5)yun corte estratigráficoparcial de launidad Calizas de LaHuérguina
(Corte de El Cerrojón, ver apartado 2.2.2.1).Ambas secciones se encuentran relacionadaslateralmente, pero dadas las significativasdiferencias reconocidas entre ambas no seha podido llevar a cabo una síntesisestratigráfica del sector.
El primero de los registros apenassobrepasa los 20 m de espesor y estácompuesto en su totalidad por calizas ymargas con abundantes rasgos edáfícos
sobreimpuestos, estructuras prismáticasverticales, brechificación, nodulización ymarmorización.
En el segundo se observa unasecuencíamuy parecida a cualquiera de las tres queconstituyen la Secuencia de la Rambla delas Cruces líen el Sinclinorio de LasHoyasy que consiste en calizas rítmicamentelaminadas, muy ricas en flora y faunaexcepcionalmente preservadas; quepasan
de forma gradual, tanto lateral comoverticalmente, acalizas lajosas irregularescon ostrácodos y restos vegetales y que, asu vez, pasan a calizas masivas conabundantes carófitas y ocasionalmenteoncolitos, que presentan sobreimposiciónderasgos edáficos.
Desde elpunto de vista litológico las dossecciones estudiadas en este sector nopresentan semejanza alguna. Habria que
recurrir al uso de criterios derivados de lainterpretáción sedimentológica de losmateriales estudiados para poderrelacionarlas, criterios de los que por elmomento se carece.
Sin embargo, síes factible relacionar lasucesión de el Corte de El Cerrojón con lasucesión de la Secuencia de la Rambla delas Cruces I I del Sinclinorio de Las Hoyas,aunque no es posible determinar si la
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SECTOR OCCIDENTAL:EL CERRaJÓN
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SECTOR OCCIDENTAL:ARROYO BONILLA
SECTOR CENTRAL:SINCLINORIO DE LAS HOYAS
Fig. 2.3.15. Comparac ión d e la s sucesionesde Las Hoyas. Para leyenda ve r Fig. 2.2.4.
sucesión observada equivale a la primera,la segunda o la tercera de las subunidades
descri tas e n e l Sector Occ iden ta l co n e l registro d e l Sincl inor io
que constituyen dicha secuencia (Fig.2.3.15).
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Se distinguen básicamente dos conjuntosdiferentes. El conjunto inferior está compuesto
por margas y calizas con numerosos rasgosedáficos sobreimpuestos, estructurasprismáticas verticales, brechificación,nodulización y marmorización. El conjuntosuperior está compuesto por margas ycalizas masivas con abundantes carófitas yostrácodos e intraclastos. dispuestas enbancos tabulares o lenticulares, presentandoal techo de algunos de estos estructurasprismáticas verticales y brechificaciones.
Es sumamente dificil establecer unahipótesis de equivalencia de este registroconel del Sinclinorio de Las Hoyas, ya que laslitofacies descritas en el párrafo anterioraparecen en repetidas ocasiones en elregistro del sinclinorioy con localizaciones
estratigráficas diferentes.
El primer conjunto nunca aparece en elsinclinorio con el mismo desarrollo y lasmismas características que en el SectorSeptentrional. Aunque sí se reconocenniveles de calizas con abundantes rasgosedáficos éstas suelen aparecen asociadas aotras litofacies habitualmente másabundantes que los niveles de este tipo,quenunca forman conjuntos con la suficiente
entidad como paradiferenciarlosclaramentedel resto. Facies de este tipo se reconocencon mayor ftecuencia en la Secuenciade laRambla de Las Cruces 1 , aunque tambiénaparecen en la Secuencia del Pocillo delPozuelo y en laSecuencia de La Hoya de laMadre de Las Latas. Sin embargo dada laposición estratigráfica basal que esteconjunto ocupa se podría establecer unaposible relación entre este conjunto y partede laSecuencia de laRambla de las Cruces
1 (Fig. 2.3.17), aunque no se poseen por elmomento criterios ni argumentos paraapoyar esta relación.
Respecto al segundo conjunto lasdificultades paraestablecer unarelación sonaún mayores, ya que las facies que locaracterizan son las más comunes no soloen el Sinclinorio de Las Hoyas, sino, engeneral, en la unidad Calizas de LaHuérguina en la Serranía de Cuenca, por lo
que no se propondrá en este punto ningunaposible equivalencia.
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Sector Oriental
De este área se posee un único registro(Corte de laFuente de laNava, ver apanado2.2.2.3. Fig. 2.2.9), aunque se considerarepresentativo en buena medida, dadas lasreducidas dimensiones del afloramiento dela unidad en este sector, no habiéndoseobservado variaciones laterales significativas.
Este registro tiene 75 m de espesor y esposible distinguir tres conjuntos de litofaciesdiferentes. El primero está formado pormargas y lutitas margosas que alternan concuernos lenticulares de calizas masivas concarófitas y ostrácodos, calizas calcareníticas,calizas oncolíticas, conglomeradosoncoliticosy conglomerados de intraclastos.El segundo está formado por margas y
fundamentalmente calizas masivas concarófitas, ostrácodos e intraclastos quepresentan brechificaciones y estructurasprismáticas verticales al techo de los bancos.Por último, el tercer conjunto es similar alprimero y está compuesto por lutitasmargosas que alternan con calizas calcareníticas,
calizas oncolíticas, microconglomerados deintraclastos y algunos niveles de calizasmasivas con carófitas que muestranestructuras prismáticas verticales,
brechificaciones y nodulizaciones en lostechos.
A pesar de las notables diferencias deespesor, el primer conjunto es similar alconjunto de litofacies que se observa en laSecuencia de laRambla de las Cruces 1 enel Sinclinorio de Las Hoyas (Fig. 2.3.17),concretamente a las asociacionesidentificadas en la mitad inferior de lasecuencia y en la casi totalidad de la
sucesión de la misma en el extremo orientaldelsinclinorio.
Las equivalencias del segundo conjuntoson másdificiles deestablecer. Por un ladopresentauna gran similitudcon lasucesiónque se observa en la parte superior de laSecuencia de laRambla de las Cruces 1 enlas áreas centrales y occidentales delsinclinorio. Sin embargo, también seríaposible hipotetizar que, a pesar de las
diferencias que se observan en el tipo delitofacies, este conjunto fuera equivalente a
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SECTOR ORIENTAL: / FUENTEDELANAVA
Fig. 2.3.17. Com paracióndel registro d e l SectorOriental con e l d e l SectorCentra l o Sincl inorio deLas Hoyas. Para leyendaver Fig. 2.2.4.
SECTOR CENTRAL :SINCLINORIO DE LAS HOYAS
laSecuencia de la Rambla de las Cruces 1 1
(Fig. 2.3.17). La constatación de estaposibilidad requiere de más datos que lasimple comparación de facies aunque suplanteamiento no es gratuito y se basa
fundamentalmente en la posiciónestratigráfica que ocupa este segundo
conjunto respecto al total de la sucesion.Dado que el tercer conjunto presentanotables semejanzas con la Secuencia delPocillo del Pozuelo (Fig. 2.3.17), que sucedeen el sinclinorio alaSecuencíade laRambla
de las Cruces U, y asumiendo que ambassucesiones fueran equivalentes, la
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explicación más simple para el segundoconjunto del Sector Orientalen cuanto asusequivalencias sería relacionarlo con laSecuencia de la Rambla de las Cruces U.
Esta posibilidades en principio mássimpleque suponer este segundo conjuntoequivalente a la parte superior de laSecuencia de laRambla de las Cruces 1 y eltercer conjunto equivalente a la Secuenciadel Pocillo del Pozuelo.
Sector Meridional
Son escasoslosdatos que se han podidoobtener en este sector, exactamente losprocedentes de tres columnas estratigráficas(ver apartado2.2.2.6. Figs. 2.2.20y 2.2.21),sumamente diferentes entre sí. Las tres
secciones se disponen alo largo de una líneade dirección ONO-ESE.
La sucesión oriental (Columna de LaCierva, Fig. 2.2.2 1) tiene 32 m de espesoryestá compuesto en sutotalidad por calizasy margas con abundantes rasgos edáficossobreimpuestos, estructuras prismáticasverticales, brechificación, nodulización ymarmorización.
La sucesión central (Corte de laMajadilla Quemada) consta de 80 ni dedepósitos organizados en unasucesión defacies muy similar a cualquiera de las queconstituyen cada una de las 3 subunidadesen que se subdidvide la Secuencia de laRambla de las Cruces II. En este caso lasucesión consta de: calizas rítmicamentelaminadas, muy ricas en flora y faunaexcepcionalmente preservadas,quepasan deforma gradual acalizas lajosasy tableadas,laminadas internamente con algunos
ostrácodos, que a su vez pasan a calizasmasivas conabundantes carófitas.
La sucesión occidental (Columna de laCasa de Cotillas, Hg. 2.2.20) no secorresponde con el registro completo de launidad de La Huérguina, ya que la parteinferioraparece cubierta y solamente se handescritolosúltimos 27m de lasucesión total.Esta sección está fundamentalmenteconstituida pormargas y calizas masivas concarófitas y ostrácodos abundantes condesarrollo de estructuras prismáticasverticales y brechificaciones al techo de losbancos. También se reconocen, de formaocasional, calizas oncolíticas.
De entrada resulta complicadorelacionar las tres secciones estudiadas entre
sí, aunque apoyándose en la estructura delabanda de afloramiento, es plausible pensarque la sucesión de la Columna de la Casade Cotillas sea equivalente a la parte másaltade la sucesión de laMajadilla Quemada(Fig. 2.3.18). Existe además similitud entrelas litofacies reconocidas en los términosmás altos de esta última con los descritosen laprimera. Respecto ala sucesión de LaCierva, ésta es completamente diferente acualquiera de las otras dos y se precisa de
otros criterios que van más alláde la simplecomparación de litofacies para poderrelacionarla con éstas.
En cuanto a la relación con el registrodel Sinclinorio de Las Hoyas, es muyprobable que la sucesión de la MajadillaQuemada equivalga a la Secuencia de laRambla de las Cruces II, aunque resultaimposible determinar si es equivalente altotal de la secuencia o a una de las tres
subunidades que laconstituyen (Fig. 2.3.18).
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SECTOR MERIDIONAL:CASA DE COTILLAS
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SECTOR MERIDIONAL:LA C IERVA
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SECTOR MERIDIONAL:MAJADILLA QUEMADA
SECTOR CENTRAL :SINCLINORIO DE LA S HOYAS
Fig. 2.3.18. En la parte superior de la figura se encuentra la comparación de las tres sucesiones estudiadase n e l Sector M eridion al. En la parte infer ior s e puede observar la comparación d e la sucesión d e la M ajad il laQuemada con e l registro d el Sinclinorio de Las Hoyas. Para leyenda ver M g. 2.2.4.
SECTOR MERIDIONAL:MAJADILLA QUEMADA
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2.4 Análisis Sedimentológico
2.4.1 Introducción2.4.2. Sistema de llanuras
aluviales distales y palustres
2.4.2.1 Dominio aluvial Llanura de inundación
Derrames en mantoConos de deyección
Canales
2 . 4 . 2 . 2 Dominio mix to Desembocaduras de canales en
eulitarales lacustres Lóbulos arenosos en eulírorales
lacnstres
Microdeltas
Entrada de flujos en masa en cuerpos
de agua lacustres Entrada de derrames calcareniticos
en cuerpos de agua lacustres
2.4.2.3 Dominio palustre-lacustreCha rcasy lagunas
Llanuras palustres
2.4.3 Sistemas lacustres
2.4.3.1 Dominio supralitoral y
cuí ¡toral2.4.3.2 Dominio intralitoral y
subíl ioral
2.4.3.3 Dominio de talud y cuenca
2.4.4 Análisis sedimentológicode l yacimiento de Las Hoyas
2.4.4.1 In tro d u cc ió n
2.4.4.2 Descripción e interpretaciónde las microfacies
2.4.4.3 Modelo de facies einterpretación paleoambiental
2.4.4.4 Análisis de la ciclicidad
2.4.1 Introducción
Se presenta a continuación el análisissedimentológico de los materiales reconocidos
dentro de la Formación Calizas de LaHuérguina en el área de estudio de estetrabajo.
Antes de proceder al análisis y lainterpretación de las facies propiamentedichos, se ha considerado conveniente
realizaralgunas puntualizaciones acerca dela metodología empleada para realizar elanálisis de facies, así como explicar laestructura con la que se expone el mismoalo largo de este capítulo.
Tanto los conceptos de facies (en lasdiferentes acepciones con las quese usa) yasociación de facies (Gressly, 1838; Moore,1949; Collinson, 1969; Middleton, 1973;Walker, 1979, 1984, 1990; Reading, 1978,
1986. 1996; Blatt eta)?, 1980; Hallam, 1981;Selley, 1982; Anderton, 1985) como otros
conceptos íntimamente relacionados, loselementos arquitecturales (Alíen, 1983;Mialí, 1985, 1988)0 las sucesiones de facies(Walker, 1990) han sido ampliamentedefinidos, analizados y discutidos en laliteratura. Por tanto y a este respecto, laúnica aclaración que es necesario realizares queen este trabajo seemplea el conceptode facies en su sentido descriptivo,
asumiendo cualquiera de las definicionesque en esa línea se han emitido (Reading,1978; Walker, 1979; Selley, 1982), es decirque se entiende por facies «un cuerpo deroca con características específicas que lodiferencian de los adyacentes en base alcolor, estratificación, textura, fósiles yestructuras sedimentarias». Se utilizarátambién el concepto de asociación de faciesen el sentido en que fue definido porCollinson(1969) comoun conjunto de facies
que se encuentran genética o ambientalmenterelacionadas. Y en aquellos casos en que
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puedan establecerse, el concepto de secuencio
elemental o secuencia de facies comoconjunto de facies que aparecen asociadasy muestran unarelación de cambio gradualen la vertical entre ellas (Reading y Levelí,1996). Este concepto equivale, en ciertosentido, a lo que Walker (1990) denominósucesión de facies para evitar posibles
confusiones en el uso del término«secuencia» cuando el nacimiento yexpansión de la Estratigrafia Secuencialdotó al mismo de un contenido diferente.ReadingyLevell (1996) desaconsejan el usodel término sucesión de facies por razonesconceptuales. En castellano el términosucesión podria resultarambiguo, ya que esfrecuente usar, por ejemplo, sucesiónestratigráfica como sinónimo de columnaestratigráfica, sinque ello implique que entre
las facies contenidas en la misma exista unarelación de cambio gradual, ni siquiera unarelación genética o ambiental.
También es de sobra conocida y ha sidoampliamente tratada en la literatura lametodología del análisis de facies, existentextos quese pueden considerar clásicos alrespecto (Reading, 1978, 1986; Walker,1979) y numerosos trabajos que tratan lametodología del análisis de cuencas en los
que se abordan los diversos aspectos de losmétodos y técnicas del análisis de facies odel análisis sedimentológico (Mialí, 1984,1990; Einsele, 1992).
No se reproducirán a lo largo de laexposición de este capítulo todos los pasosque el análisis sedimentológico requiere deforma ortodoxa, es decir, definición ydescripción de las facies, establecimiento delas asociaciones de facies, interpretación de
las asociaciones, análisis de las relacionesobservadas entre las asociaciones yestablecimiento y modelización desistemasdeposicionales o ambientes sedimentarios,aunque, obviamente, este es el procesometodológico que se ha seguido para surealización.
Las razones que han llevado avariar elesquema en laexposición son varias y tantoéstas como el esquema de presentación se
explican acontinuación.
En Fregenal Martínez (1991) se realizóunanálisis sedimentológico de parte de losmateriales que se contemplan en estetrabajo, en concreto de los queafloran en elSector Central o Sinclinorio de Las Hoyas.Una parte de las facies se encuentran ya,por tanto, descritas e interpretadas en dichotrabajo. Dado que existen otros trabajos en
los que se realizananálisis sedimentológicosde los materiales de la unidad de LaHuérguina (Meléndez, 1983; Gómez-Fernández, 1988; Gierlowski-Kordesch el
a)., 1991) no se va a presentar una descripcióndetallada de las facies ya descritas, demanera que la misma se presenta de formaresumida en tablas en las que se ha intentadocompendiar la mayor parte de lascaracterísticas observadas para cada facies.Solamente se dará un tratamiento diferente
a aquellas facies que por no haber sidodescritas, o haber sido descritas de formamuy somera o por tener una especialrelevancia, en relación con losobjetivos deeste trabajo, lo requieran. Un buen ejemplode este caso son las facies de calizasfinamente laminadas que contienen elregistro fósil del yacimiento de Las Hoyas.El análisis sedirnentológico de las facies delyacimiento se realizará en un apartadodiferente.
En Fregenal Martínez (1991) se abordópor separado el análisis de facies de cadauna de las unidades estratigráficas establecidas.En la mayor parte de los tratados sobremetodología del análisis de cuencas (Mialí,
1984, 1990; Finsele, 1992) se considera que laestructura metodológicamentecorrecta es ésta,es decir, realizar primero la divisiónestratigráfica del relleno de la cuenca y acontinuación analizar separadamente cada una
de las unidades en cuanto a sus aspectossedimentológicos. Sin embargo, diversasrazones han llevado a estimar que en estecaso no sería la estructura más adecuada:
-En primer lugar solamente se hasubdividido estratigráficamente unade lasáreas de afloramiento estudiadas y estoobligaría a analizar por separado cada unade las áreas o sectores y dentro del SectorCentral o Sinclinorio de Las Hoyas cada una
de las cuatro unidades estratigráficasestablecidas.
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-En segundo lugar gran parte de lasfacies observadas se repiten tanto en lasdistintas unidades del Sector Central comoen los distintos sectores estudiados, lo cualllevaría aun gran número de reiteracionesque se consideran innecesarias y que iríanen detrimento de unaexposición ágil y claratanto de los datos como de las interpretaciones.
Teniendo encuenta estos inconvenienteslaestructura que finalmente se ha adoptadoestácondicionada porlos resultados finalesobtenidos en el análisis de facies. Es decir,una vez realizado el análisis de facies einterpretados los medios sedimentarios ysistemas deposicionales, una vez vista sudistribución estratigráfica y geográfica, yteniendo en cuenta las características ypeculiaridades de los mismos se haoptado
por dividir el capitulo en varias partes cadauna de las cuales corresponde con el análisisy modelización de cada uno de lossistemasidentificados.
Desde el punto de vista sedimentológico,se ha venido considerando, tradicionalmente,que en la Serranía de Cuenca la unidadCalizas de LaHuérguina está constituida poruna gran variedad de facies formadas enmedios continentales y que, en conjunto,
conforman lo que Meléndez et al. (1989)denominan lasuperasociación de facies de
llanuras de inundación relacionadas con
áreas canalizadas y lacustres. Estasuperasociación caracterizaría un únicosistema deposicional articulado en uncomplejomosaico de ambientes o cinturonesambientales, o de dominios sedimentarioso cinturones de facies, que incluiríallanurasaluviales distales surcadas por canales,llanuras palustres pobremente drenadas,
charcas, lagunas y lagos, todos ellosrelacionados lateralmente y coexistentes.
En el caso del área de estudio de estetrabajo se ha optado porseparardos sistemasdiferentes:
-Sistema de llanuras aluviales distales ypalustres.
-Sistema lacustre.
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La decisión de llevar a cabo estaseparación para el caso concreto de esteestudio se debe a dos razones fundamentales:
-En el área de trabajo, durante las etapasen las que se desarrollan lagos de mayorenvergadura las llanuras aluviales surcadaspor canales se encuentran ausentes,
reconociéndose exclusivamente cuerpos deagualacustresrelacionados lateralmente conllanuras palustres.
-Los lagos presentan una estructuracióninterna propia y compleja, siendo posibleseparar en ellos varios ambientes ycinturones de facies, en definitiva tienenentidad propia suficiente como para serabstraídos del resto como un sistema dedepósito en sí mismo.
El esquema de exposición del análisissedimentológico de ambos sistemas serásimilar. En primer lugar se realizaránalgunos comentarios generales sobre lasfacies. A continuación se describirán porseparado cada uno de los distintos ambienteso dominios de sedimentación interpretadosdentro del sistema, sus características, losprocesos que tienen lugar en ellos y lasasociaciones de facies y secuencias
elementales identificadas. La distribución• estratigráfica y paleogeográfica de cada unode lossistemas, así como ladiscusión acercade los factores que controlan su funcionamiento
general y distribución se expondrán en elsiguiente capítulo dedicado al análisis
paleogeográfico.
Tras esta exposición se presentará elanálisis sedimentológico delyacimiento deLas Hoyas. Las facies fosilíferas forman
parte de uno de los dominios incluidos en elsistema lacustre. Sin embargo, se harealizado un estudio exhaustivo y muydetallado de las mismas con el objetivo deintegrar dicho estudio con el análisis de laestructura de laasociación de fósiles, por loquese ha considerado conveniente exponerlo deforma independiente.
Conviene también realizar algunasaclaraciones sobre los conceptos y la
nomenclatura que se va a utilizar para
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nombrar, caracterizar y clasificar los distintos
sistemas deposicionales, subambientes,cinturones ambientales, cinturones defaciesetc. Estarevisión concierne exclusivamentea los términos, conceptos y clasificacionesque se refieren a los ambientes lacustres ypalustres.
Existe una gran profusión de términos,una extensa «jerga limnológica» en variosidiomas, utilizados para nombrar losambientes continentales que a grandesrasgos llamaremos palustres-lacustres ytodas sus variantes, así como vanos sistemasde clasificación de cuernos de agua lacustreso lagos.
En función de su origen los lagospueden ser tectónicos, volcánicos,
glaciares, kársticos, de actividad fluvial, deactividad eólica, formados pordeslizamientos, por actividad costera,orgánicos, antropogénicos, de impactometeoritico (Hutchinson, 1957; Sly, 1978;Wetzel, 1981; Hakanson y Jannson, 1983:Cole, 1983; BurgisyMorris, 1987; Lermanet al., 1995), pudiendo agruparse todaestavariedad en dos tipos fundamentales, lagos
originados por actividad geológicaindependiente del aguay lagos originados
por la actividad del agua (Margalef, 1983).Los lagos también pueden ser clasificadosen función de su morfometria, es decir desu relación extensión superficial!profundidad. En función de su capacidadpara estratificar la columna deagua puedenser amícticos, monomícticos, dimicticos,polimícticos o meromícticos, permitiendoestovarias subclasificaciones dependientesde los mecanismos de mezcla o de losmecanismos que dan lugar a la meromixis
en el caso de los lagos meromícticos. Enfunción del tipo de sedimentación que tienelugar en ellos pueden ser siliciclásticos,carbonatados, salinos u orgánicos. Enifinción de sucontenido en materiaorgánicapueden ser oligotróficos, distróficos oeutróficos. Dependiendo del cinturónclimático en el que se ubican pueden serglaciares, periglaciares, templados otropicales. Según su funcionamiento ybalance hidrológico pueden ser hidrológicamente
abiertos, hidrológicamente cerradosperennes o hidrológicamente cerrados
efimeros (Eugster y Kelts, 1983). El temapuede llegar a complicarse mucho más sila clasificación serealiza desde el punto devista ecológico, teniendo en cuenta el tipode comunidades que soporta y de lasrelaciones entre ellas, yaque un lagopuedeconstituir en sí mismo un ecosistemaindependiente.
Cuando además se pretende clasificarsistemas lacustres antiguos la complicaciónes mayor y normalmente los problemascomienzan por establecer si los depósitosestudiados se sedimentaron en un lago, sise atiende a lo que en Limnología seentiende por lago en sentido estricto, o enlagunas, ciénagas, charcas o ponds, encontextos palustres de marismas, de zonaspantanosas, de swamps, de marshes, deglades, de llanurasaluviales o de inundaciónetc., y así hasta completar un considerablenúmero detérminos, lamayoríaprocedentesdel uso en disciplinas como la Geografia, laGeomorfología o la Ecologia y que sedefinen a partir de parámetros no siemprereconocibles y cuantificables en sedimentosantiguos.
Subyace también un problema secundarioque nada tiene que ver con los aspectos
científicos y que es puramente lingúístico.Hay términos acuñados en un idioma y queno tienen traducción a otro simplementeporque no existe el término, al noencontrarse físicamente en el áreageográfica del dominio de ese idioma unambiente actual concreto que haya sidonecesario nombrar Debido aesto yparanoalterar los significados exactos de lostérminos, a lo largo de este trabajo seutilizarán en ocasiones términos originales
en otros idiomas cuando para el conceptoque se pretenda expresar no exista unequivalente en castellano.
Problemas similares surgen cuando setrata de adjudicaruna localización ambientala un conjunto de facies que se consideranformadas dentro de un lago. Términos comoambiente sublitoral, litoral, eulitoral,infl-alitoral, supralitoral, nearsha re,offshore,zona de cuenca, de aguas abiertas, pelágica,
de plataforma lacustre, de rampa lacustre,lacustre marginal, son usados con numerosos
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matices en su significado por los distintosautores, dependiendo de las característicasque se reconocen en cada sistema lacustreestudiado.
No se pretende solventar ahora unproblema que no atañe directamente aestetrabajo en cuanto a su resolución, ni poner
en tela de juicio nomenclaturas y sistemasde clasificación aceptados porlacomunidadcientífica; simplemente se pretende esbozarelproblema y aclararcuáles de todos estostérminos van a ser usados a lo largo deltrabajo y con qué significados concretos.Ninguno de ellos es nuevo, simplemente sehan extraído de la literatura aquellosconceptos y sistemas de clasificación quemejorse ajustaban alas necesidades deesteestudio.
Se comenzará porrevisar las definiciones
del término lago, sus clasificaciones y laterminología de la zonación ambiental deestos.
Según Lincoln eta). (1982) «un lago esun cuerpo de agua estancada dulce o salina,sin corrientes apreciables, que suelenpresentar una estrecha playa periféricacarente devegetación debidoalaaccióndel
oleaje.»
Según Margalef (1983) «los lagos sonmasas de aguaquealcanzan o rebasan ciertaprofundidad mínima, suficiente para elestablecimiento de una termoclina duranteelperíodo de estratificación».
Bates y Jackson (1987) definen lagocomo «cualquier cuerpo de agua continentalque ocupa unadepresión en lasuperficie de
latierray tiene un tamañoapreciable, mayorque un pond y demasiado profundo comoparapermitir que lavegetación (excluyendola vegetación subacuática) enraícecompletamente en la zona cubierta por elagua en todasu extensión.»
Por último González Bernáldez (1992)define lago como «una masa de aguacontinental de considerable tamaño, conmenores características de flujo que el río
y, a causa de su gran volumen, menorcontacto relativo, y menos dependencia e
interacción con el medio terrestre que lalaguna y otros humee/ales.»
De estas definiciones la más flexible esla de Bates y Jackson (1987) ya que establececomo limitante lacapacidad de lavegetaciónpara enraizar en toda la zona cubierta deagua, lo cual en determinadas condicionesno necesariamente requiere unabatimetríaelevada. Este es también el criterio quetradicionalmente se empleapara separarelambiente lacustre delambiente palustre, enel que porcontraposición lavegetación tienecapacidad paraextenderse por toda lazonaencharcada.
La definición más estricta sería la deMargalef (1983) ya que requiere laexistencia de termoclina para considerar
como lago un cuerpo de agua. Laexistenciade una termoclina o de estratificación en lacolumna de agua sí precisa de laconjunciónde una serie de parámetros hidrológicos ymorfométricos singular aunque, en general,bastante común. Según esta definición lamayor parte de lo que en estos momentosse consideran lagos en nuestropaís no seriantales, mientras que según laprimera un grannúmero de lagunas y charcas de reducidasdimensiones y profundidad podrían ser
considerados lagos.
En estetrabajo se han interpretado comodepósitos de lagos aquellas secuencias delas que se infiere laexistencia de un cuerpode agua permanente cuyas dimensiones,configuración y dinámica de funcionamientoambiental permitieron una zonaciónambiental interna relativamente compleja,así como la formación y preservación defacies laminadas.
El resto de los depósitos reconocidoscomo formados en cuerpos de agua lacustrepermanentes o semipermanentes, somerosy que no presentan las características arribaexplicadas se han interpretado comoformados en lagunas y charcas (ponéis). Ladiferenciación entre lagunas y charcas vienedada por las dimensiones relativas delcuerpo de agua. Se suele establecer que lacharca tiene longitudes inferiores a ¡os 50
m o superficies menores de medía hectárea,mientras que la laguna presenta siempre
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dimensiones mayores que éstas, pero noreúne las características típicas de un lago,principalmente en cuanto ala capacidad deestratificar la columna de agua(GonzálezBernáldez, 1992). A pesar de la definiciónde limites cuantificables, en la naturalezalagos, lagunas y charcas forman parte deun espectro continuo en el que puederesultar sencillo distinguir un lago de unacharca, pero en multitud de ocasiones lasdiferencias entre el lago y la laguna no esclara, como tampoco lo es entredeterminadas lagunas y charcas. Ensedimentos antiguos las dimensiones delcuerpo de agua original son dificilmentecuantificables y la distinción es más biencualitativa e inferida en función de lasdimensiones que presentan en afloramientolas secuencias resultantes del relleno y las
características sedimentológicas de las mismas.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto,sólo se haidentificado un tipo de secuenciade facies interpretable como el registro delrelleno y colmatación de un paleolago. Estesería el segundo de los sistemasdeposicionales definidos al que se hadenominado sistema lacustre. No obstanteel adjetivo lacustre no se utiliza solamenteparareferirse aestos depósitos, sino que se
ha utilizado a lo largo del trabajo para losdepósitos que cumplen aproximadamentelos requisitos de la definición de Bates yJackson (1987), es decir incluiría a losdepósitos de lagunas y charcas.
Como ya se ha explicado anteriormenteson numerosas las clasificaciones de lagosy modelos de facies parasistemas lacustresantiguos que existen, así como las revisionesde los mismos (Picard y High, 1972; Eugster
yHardie, 1981; MatteryTucker, 1978; Keltsy Hsú, 1978; Dean y Fouch, 1983; Hsú yKelts, 1984; Alíen y Collinson, 1986; TalbotyKelts, 1989; Glenn yKelts, 1991; Tuckery Wright, 1990; Platt y Wright, 1991;Gierlowski-Kordesch y Kelts, 1994; Talboty Alíen, 1996). En lo referente a este temase seguirán las sugerencias y se asumirá lalínea en la que Valero et al. (1992) yGierlowski-Kordesch y Kelts (1994)conciben el acercamiento al estudio de
sistemas lacustres antiguos o limnogeología.
Paraestos autores cada sistema lacustrees un entramado o red multidimensionalformada por múltiples procesos y factoresde control todos ellos relacionados entre sí de forma dinámica (Fig. 2.4.1A), queevolucionan a lo largo del tiempo deexistencia de un lago, de modo que elcambio de uno o varios de los factoresinduce cambios en otros factores de control.Esta concepción implica la existencia de unamplio espectro de sistemas lacustresdiferentes, tantos como sistemas lacustresexisten y han existido de modo que unmismo sistema lacustre puede a lo largo desudesarrollo variar su lugar dentro de unamisma clasificación. Esto es común atodoslos sistemas naturales, cada uno es único ycualquier sistema de clasificación implicasiempre unasimplificación, en la naturaleza
nada es negro o blanco, suele ser gris, yaunque es obvía la utilidad y necesidad delos modelos, es un riesgo partir deestereotipos.
La red multidimensional de factores yprocesos de Valero et aL (1992) y Gierlowski-Kordesch y Kelts (1994) en estos sistemasdinámicos y evolutivos comprende laparticipación en elsedimento de clásticos yquímicos, la actividad biológicá, la biota, la
profundidad, la energía, lacomposición delagua, la concentración en solutos del agua,el tiempo de residencia, la productividad, laanoxia, la estratificación, los ciclos solareso laacción del viento, entre otros, todos ellosligados de formas diversas al régimenclimático y tectónico. Por todo ellorecomiendan interpretar las secuenciassedimentarias observadas en términos de losparámetros de control que participan en elorigen y evolución del lago, mejor que
intentando encuadrar lo observado en unmodelo concreto preestablecido, porquecualquiera de estos va a presentardeficiencias si se pretende hacer unareconstrucción limnogeológica detallada.
Estos autores también piensan que lossubambientes dentro de cualquier lago sonesencialmente siempre los mismos y estántodos ellos siempre presentes en cualquiersistema aunque se presentan con patrones
de distribución y grados de desarrollodiferentes en cada uno en función de la
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Fig. 2.4.1. A. Factores y procesos que controlan la sed imentac ión e n s is temas lacustres y re laciones en treellos. (Figura tomada de Gierlowski-Kordesch y Kelts, 1 9 9 4 > .B. Esquema de los e lementos y zonac ión ambiental propuesta para lagos por Glenn y Kelts (1991) ytomada de Hutohinson < 1 9 5 7 > y Kelts <1988). <Figura tomada de Gierlowski-Kordesch y Kelts 1994).
combinación de factores y procesosenumerados. Para cada sistema dichospatrones y grados de desarrollo puedenvariar alo largo de suevolución. Apartir deesto, aconsejan que en la prácticala primeraaproximación se realice utilizando lasubdivisión en dominios o cinturonesambientales geomorfológicos que yaaparece propuesta en Glenn yKelts (1991)que a su vez la retoman de Hutchinson
(1957) y Kelts (1988): supralitoral, eulitoral,intralitoral, sublitoral, de talud y pelágico o
cuencal (Fig. 2.4. iB). Es decir, intentandoidentificar estos cinturones y caracterizándolosen términos de procesos y grado dedesarrollo a lo largo de toda la evolucióndel sistema.
En esta división ambiental la zona
supralitoral corresponde con el cinturónfrangeante del cuerpo de aguaque no llegaaser nunca inundado. La zona enlitoral es
la franja sometida a las fluctuacionesanuales de variación del nivel lacustre. La
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zona intralitoral corresponde con eldominio queaunaescaiaanualpemianecesiempre
inundado, pero que puede quedar expuestosubaéreamente debido a variaciones delnivel lacustre de mayor período. La zona
sub litoral corresponden al cinturón próximoa la costa que siempre se encuentra encondicionessubacuáticas. El taludeslazonade ruptura de pendiente y la que presentamayor gradiente topográfico dentro del lago.El dominio pelágico o cuencal es lazonamásprofunda del lago ylaque presenta elmenorgradiente.
Las zonas supralitorales, eulitorales eintralitorales constituyen lo que se suelellamar ambiente lacustre marginal. Aunquetambién se llaman en la literatura depósitoslacustres marginales a los que presentan
rasgos propios de estos subambienteslacustres y que se depositan en lagunas ycharcas en las que el talud y lazonapelágicase encuentran poco o nada desarrolladas.También se denomina ambiente lacustremarginal al que comprende lazona nuncainundaday lazona sometida a las fluctuacionesdel nivel lacustre. Dependiendo del tipo desistema lacustre la zona supralitoral puedeformar parte del ambiente palustre.
Los lagos, lagunas ycharcas constituirían ensi mismos el ambiente lacustre y no sepresentan aislados sino ligados a otrosambientes que pueden corresponderse conlo que ecólogos y limnólogos llaman, engeneral, humee/ales yque definen como unmediosemiterrestre continental o costero ocomo anomalía hídrica del terrenosuficientemente importanteo duradera comopara producir comunidades biológicassignificativamente diferentes de las del
entorno pero que no es ni un lago ni un río.En sentido estricto es unazona sometida auna descarga difusa de aguasubterránea sinque se manifieste forzosamente un flujocopioso de agua líquida, aunque suele serinundable y estar generalmente cubierto devegetación freatofitica tipo soto o juncal.También puede coincidir con ladefiniciónde tablao llanurade inundación conterrenosencharcados acausa del curso divagante delos ríos en una llanura muy plana y cuya
infiltración en el terreno está impedida porla saturación de éste a causa de surgencias
de aguas subterráneas (GonzálezBernáldez,1992).
Esta definición es sumamente amplia yen realidad comprende cierta variedad desubambientes con características y rasgosdiferentes. En su mayor parte entrarían enlo que, de forma general, se denominará en
este trabajo el ambiente palustre.
Sontambién varias las definiciones quese pueden encontrar en la literatura deltérmino palustre, aunque todas ellas muysimilares. Etimológicamente procede dellatín «palus» que significa pantano yGonzálezBernáldez (1992) lo define comoun terreno aluvial encharcadizo e inundable.Lincoln etal. (1982) definen palustre comoperteneciente ahábitats húmedos o marshy.
El término procede del vocablo usadoen francés para los adjetivos ingleses swampy ymarshy y se usa como un equivalente, encierto modo y para ambientes no marinos,del término perímareal (Platt y Wright,1992) y en Sedimentología se usa parareferirse a los depósitos de ambientes deagua dulce que muestran evidencias desedimentación subacuática, exposiciónsubaérea y desarrollo de procesos diagenéticos
tempranos (Freytety Plaziat, 1982; Preytet,1984; Esteban y Kappla, 1983).
Los que en inglés se denominanambientes de swamp y marsh se encuentrandentro del espectro del ambiente palustreycomo se puede comprobar en los párrafosprecedentes forman parte incluso de ladefinición del mismo.
Swamp es un suelo húmedo y esponjoso
saturado en agua o intermitentementeinundado, típicamente dominado porplantasleñosas pero sin acumulación de peal
superficial (Lincoln eta!., 1982). Tambiénse define como un área de suelo bajoembebido en agua, con arbustos y árboles,con o sin formación depeat o turba (Batesy Jackson, 1987). González Bernáldez(1992) lo define como un humedal sobresustrato saturado, generalmente de naturalezacenagosa y con vegetación leñosa, pudiendo
tratarse de vegetación arbustiva o arbórea, yque suele corresponder con frecuencia a la
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«terrestrificación» de unfen (turba alcalina)o aún aun primitivo lago en el que lamateriaorgánica pude ser cenagosa, dándose todotipo de transiciones a la turba.
Marsh es un ecosistema de suelo más omenos continuamente embebido en aguadominado porplantas herbáceas emergidas,pero sin acumulación superficial de turba(Lincoln et aL, 1982). También se definecomo una zona pobremente drenada y saturadaen agua, intermitente o permanentementecubierta por agua, en la que se encuentravegetación acuática y herbácea, esencialmente
sin formación de turba (Bates y Jackson,1987). Y comoterreno pantanoso, deprimidoy blando, que representaun tipo de humedalrelativamente permanente ymuy húmedo yque no presenta nunca vegetación arbórea(González Bernáldez, 1992).
Muy similares alos ambientes de mars
son los glades o praderas encharcadizascaracterizadas por e l crecimiento de vegetaciónherbácea y ocasionalmente arbustiva (Lincoln
etal. 1982).
Como se desprende de estas definicionesla diferencia esencial entre los dosambientes es de tipo ecológico y viene dada
por eltipo devegetación que crece en ellos.Como consecuencia la distinción entreambos subambientes es relativamentesencilla en medios actuales y muycomplejaen sedimentos antiguos, aunque el tipo dehuellas de bioturbación de raíces puedeayudar adiferenciarlas. También suele sermás común la formación de turberas enáreas de swamp aunque esto depende enbuena parte de la saturación en agua delsuelo.
En castellano nose diferenciaentreestosdos tipos de ambiente y latraducción de losdos términos es lamisma, pantano, ciénagao marisma son los vocablos con que secorresponden. Mientras que marisma encastellano se suele reservar para referirseal subambiente perimareal de las zonas dehumedal costero periódicamente inundadaspor lamarca, pantano y ciénagason términosde significado relativamente amplio ypoco
preciso, ya que ambos significan «terrenosamplios y bajos inundados por aguas poco
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profundas», sin referencia al desarrollo deun tipo de comunidad vegetal concreta,siendo pantano el término latino del quederiva el adjetivo palustre. A pesar de estoy a muy grandes rasgos, pantano podríacorresponderse con swamp y ciénaga conmarsh.
A lo ¡argo del trabajo se emplearán lostérminos swamp y marsh cuando sea posibleinferir o interpretar las diferencias que losseparan, mientras que cuando no sea posiblese hablará de áreas encharcadas vegetadaso en ocasiones y en ausencia de otrossubambientes que caracterizan el mediopalustre se hablará, de forma general, deáreas palustres.
Forman partetambién del medio palustrelos subambientes de fonación de turberasopeat, queson depósitos inconsolidados osemíconsolídados de restos de plantassemicarbonizados formados en un ambientesaturado en agua o con un contenido enhumedad permanentemente alto (Lincoln et
aL, 1982; Bates yJackson, 1987).
Se distinguen dos contextos típicos deformación de turba, el bogy elfen. Ambosson suelos esponjosos embebidos enagua,
elprimero caracterizado por la presencia demusgos y el segundo por la vegetación herbácea.
También pueden encontrarse encontextos palustres sloughs (Platty Wright,1992) o canales con un flujo muy lentodebido al bajo gradiente, que suelentransportargran cantidad de restos vegetalesy servir como vía de desagúe después deuna etapa de avenida e inundación.
Existen en laliteratura dos concepcioneso modelos diferentes acerca de la formaciónde losdepósitos palustres carbonatados.
La primera de ellas considera que losdepósitospalustres son en realidad depósitoslacustres marginales o de lagos someros deagua dulce transformados por un conjuntode procesos diagenéticos tempranos queocurren en condiciones vadosas al quedarexpuestos en períodos de bajo nivel lacustre
(Freytet y Plaziat, 1982; Freytet, 1984; tuckery Wright, 1990).
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Lasegunda considera que se formanpormodificación diagenética temprana dedepósitos de agua dulce duranteexposiciónsubaérea que no necesariamente corresponden
adepósitos formados en ambientes lacustresprevios. Durante la inundación de extensasllanuras de tipo marsh y swamp en las quelos lagos, lagunas y charcas pueden
constituir unaparte menor del total del áreade sedimentación, se pueden acumularcarbonatos con rasgos típicos de sedimentación
en medios lacustres y que sonposteriormente modificados en condicionessubaéreas (Platt y Wright, 1992). Estemodelo de acumulación de depósitospalustres ha sido elaborado por los autoresque lo proponen a partir del estudio de lasEvergíades de Florida (Estados Unidos).
De entrada y para laelaboración de estetrabajo ninguno de los dos se asumirácomoúnico y en cada caso se valorarán ambasposibilidades en función de los datosdisponibles.
2.4.2. Sistema de llanuras aluviales
distales y palustres
Este sistema corresponde al desarrollode extensas llanuras que, dependiendo desu localización y topografía, son drenadas,en cuyo caso constituyen llanurasaluvialesde tipo distal, con amplio desarrollo de faciesde llanura de inundación y un complejoentramado de canales de pequeñaenvergadura, o bien son pobremente drenadas ypermanecen encharcadas, en cuyo casoconstituyen llanuras palustres con desarrollode charcas. Los ambientes palustres concharcas pueden ocupar extensas áreas,loca]mente independientes de los ambientesaluviales, o bien encontrarse ocupandoespacios más restringidos englobados dentrode la llanura aluvial.
Por otra parte, los sistemas aluvialessuelen drenar habitualmente hacia áreas dellanuras encharcadas lo que conlíeva eldesarrollo de ambientes de interacciónmixtos, p. ej. los subambientes de
desembocadura de canales.
Debido a lo expuesto se considerarántres dominiosambientales diferentes:
-El dominio aluvial.-El dominio mixto.-El dominio palustre-lacustre.
Las facies que se reconocen en estos
dominios o ambientes aparecen descritas encincotablas (Figs. 2.4.2 a2.4.6) en ias quese ha intentado reunir lamayor cantidad decaracterísticas posibles de cada una de ellas:texturas, tamaño de grano, componentesdeposicionales, estructuras sedimentarias,geometrías y la adscripción al dominio odominios ambientales en losque aparecen.
El establecimiento y clasificación de lasfacies ha planteado varios problemas
fundamentalmente deíndole petrológica. Enprimer lugar una granparte de las facies sonde origen elástico o detrítico, siendo suscomponentes mayoritariamente carbonáticos.En segundo lugar, la variedad de loscomponentes que las constituyen es bastanteamplia (intraclastos, cantos negros, oncolitos,
bioclastos, terrígenos, cantos calcáreos jurásicos, restosvegetales), y las presencias!ausencias de estos en cada facies, así comolas diversas combinaciones en distintas
proporciones en queestos pueden aparecerconfiguran finalmente un espectro de faciesmuy extenso. Si además se añaden a laclasificación los criterios que conciernen alasgeometrías y estructuras sedimentarias,lacomplejidad aumenta notablemente.
Para resolver el problema se ha intentadopor un lado utilizar criterios lo mássistemáticos posibles y por otro sintetizaral máximo la variedad existente.
En primer lugar se han separado lasfacies detríticas o elásticas (Fig. 2.4.2,2.4.3,2.4.4 y 2.4.5) de las no detríticas, en sutotalidad calizas (Fig. 2.4.6).
Las facies detríticas se han subdivididoutilizando un sistema jerárquico basado encriterios texturalesy composicionales.
En el primer nivel sc han separado en
tres gmpos texturales según el tamaño de grano:brechas y conglomerados, arenitas y lutitas.
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El segundo nivel de jerarquización tieneen cuenta los principales componentes.Tanto los conglomerados como las arenitaspueden ser subdivididos en tres tipos, losque contienen mayoritariamente componentessiliciclásticos extracuencales, los quecontienen mayoritariamente componentescarbonáticos, intracuencales y extracuencales, ylos mixtos que contienen componentessiliciclásticos extracuencales y componentescarbonáticos intracuencales y extracuencales.
Así los conglomerados se hansubdivididoen cuatro tipos: conglomeradoscuarcíticos, aquellos de composiciónmayoritariamente siliciclástica; conglomerados
calcáreos arenosos (mixtos) y conglomerados
calcáreos. Además se ha separado un tipoconcreto de conglomerado calcáreo intracuencal
por su gran abundancia e importancia en elárea de estudio, los conglomeradosoncolíticos.
En cuanto a las arenitas, éstas se hanseparado en tres grupos: las arenitas decomposición siliciclástica o areniscas, lasarenitas mixtas a las que se denominacalcarenitas arenosas y las arenitascarbonáticas a las que se denomínacalcarenitas. Esta clasificación de las
arenitas (y en general la clasificación de lasfacies clásticas que se presenta) estáinspirada en lapropuesta por Zuifa (1980 y1985). No se han utilizado los términospropuestos por este autor porque no se harealizado un análisis petrográficocuantitativo de la composición modal ensentido estricto, sino una estimaciónsemicuantitativa de las composiciones,aunque se puede establecer unaequivalenciade los términos usados en este trabajo con
los propuestos por Zuifa(1980 y 1985). Deesta manera, las areniscas corresponden conlas extrarenitas no carbonáticas, lascalcarenitas arenosas corresponden con lasarenitas híbridas y las calcarenitas con lasintrarenitas carbonáticas y con lasextrarenitas carbonáticas.
Estos grupos de conglomerados yarenitas han sido a su vez subdivididos enun tercer y último nivel jerárquico usando
criterios composicionales que consideran loscomponentes deposicionales concretos
mayoritarios (intraclastos,teniendo en cuenta lasestructuras sedimentarias.
bioclastos...) ygeometrías y
A partir del tercer nivel jerárquico laseparación de distintos tipos de facies, porejemplo variedades de conglomeradoscalcáreos arenosos intraclásticos ovariedades de calcarenitas arenosasintraclásticas masivas, se ha realizadointentando que ésta reflejase unespectro devariaciones ambientales y procesos real ysignificativo. En estesentido se ha intentadoencontrar un equilibrio entre el análisisdetallado y la operatividad y significacióndel mismo. Un agrupamiento osimplificación mayor no falsearía lainterpretación ambiental agran escala, porejemplo una buena parte de las calcarenitas
masivas o gradadas corresponden arellenosde canal,pero unasubdivisión más detalladaen función de los componentes permitedistinguir distintos tipos de canales (canalesde desagúe, canales de drenaje interno de lallanura, canales de drenaje de swamps, etc.)
Se ha utilizado un sistema de notaciónabreviada para identificar cada faciesconstruido en función de las pautas declasificación explicadas. Por ejemplo las
calcarenitas arenosas intraclásticas masivasse identifican con lanotación CAi4m2: CA(calcarenita arenosa), i (intraclástica), 4(tipo número 4 de los seis tipo decalcarenítas arenosas e intraclásticasreconocidos), m (masivas), 2 (tipo número2 de los tres tipos de calcarenitas arenosase intraclásticas masivas reconocidos).
En algún caso, de forma excepcional, sehan incluido facies detríticas, concretamente
algunas calcarenitas (calizas bioclásticascon estratificación cruzada y calizasoncolíticas), en el cuadro correspondiente acalizas (Fig. 2.4.6) ya que eso permitíaagrupar en un solo cuadro las faciesexclusivas del dominio lacustre-palustre,generándose así otra vía de lectura de lastablas de facies, desde el punto de vistainterpretativo.
En las descripciones texturales de las
facies carbonáticas se utiliza la terminologíade la clasificación de Dunham (1962) y
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Embry y Klovan (1971), y en algunos casostérminos de la clasificación de Folk (1959,1962).
Antes de pasar adescribir losambientesidentificados y las asociaciones de facies ysecuencias elementales que los representany como complemento alas descripciones de
las tablas, se realizará un pequeño repasode cuales son los distintos componentesdeposicionales que se pueden encontrar enlas facies que componen la asociacióndescrita para estos sistemas, suscaracterísticas y significado.
1. TERRíGENOS. En general son elcomponente minoritario y consisten encantos de cuarcita y arenas de cuarzo yfeldespato potásico. Aunque en algunas
ocasiones aparecen formando cuerpos cuyacomposición es exclusivamente siliciclástica, lomás habitual es que los cuerpos arenososcontengan cierta proporción de intraclastoscalcáreos oque formen parte de facies mixtas
de conglomerados calcáreos arenosos ycalcarenitas arenosas, en las que suelen serun componente relativamente escaso. Enalgunas ocasiones su presencia sólo esdetectable en lámina delgada dada la bajaproporción y el pequeño tamaño de los
granos de cuarzo y feldespato.
Tanto la presencia de feldespato comolaangulosidad de los fragmentos de cuarzoy feldespato, en lamayor partede los casos,ponen de manifiesto la brevedad deltransporte que estos granos han sufrido.
2. CANTOS CALCÁREOS JURÁSICOS. Lamayor parte de las áreas fuente estánformadas por materiales carbonáticos de
edad jurásica. Es, por tanto, bastante comúnencontrar cantos queproceden de laerosiónde estas áreas en lossedimentos cretácicos.Muchos de los cantos proceden en realidaddel paleokarst desarrollado al techo de lasucesión regional jurásica y que sirve desustrato para los sedimentos cretácicos entodaelárea de estudio, siendo raro encontrarclastos en los que se reconozcan lascaracterísticas o las microfacies de lasunidades jurásicas no afectadas por el
proceso de karstificación. En general estosclastos corresponden a fragmentos de
espeleotemas, fragmentos calcáreos en losque las fábricas y texturas originales hansido modificadas por procesos derecristalización, reemplazamiento o quemuestran encostramientos.
Aparecen en un amplio espectro detamaños y texturas, desde angulosos a
redondeados. El conjunto de cantos queaparece en una muestra puede presentarselecciones desde buenas a muy malas. Escomún reconocer en lámina delgadafragmentos redondeados que consisten enmosaicos de grandes cristales de calcita.
Este tipo de clastos dada sucomposiciónno pueden soportar transportes largos y supresencia, dependiendo del tamaño y lastexturas, revela gran proximidad del área
fuente.
3. INTRACLAsTOS. Los intraclastos son, elcomponente deposicional máshabitual y enmayor o menor proporción aparece en lamayor parte de las facies.
Los intraclastos son fragmentos compuestos
porsedimentos micriticos formados en áreaspalustres o de margen lacustre apartir de labrechificación y nodulización del sedimento
poco consolidado o semiconsolidado enetapas de desecación y exposición subaérea(Link y Osborne, 1978; Freytet y Plaziat,1982) y cuya composición y textura aportaindicios acerca del ambiente de formacióndel sedimento original y del proceso deformación del intraclasto en si mismo.
La mayor parte de ellos suelen serexclusivamente micríticos o contener fragmentos
esqueléticos de organismos dulceacuicolas
en la matrizmicrítica, carófitas, ostrácodos,bivalvos o gasterópodos, presentandotexturas mudstone awackestone. Es comúntambién que presenten una texturaligeramente nodulosa o grumoso-peletíferaque puede reflejar tanto la textura originaldel sedimento debida a una intensabioturbación, como procesos incipientes dcdesecación y aglutinación posteriores a laformación del intraclasto (1-lardie et al.,
1978) que se denominan grainificación
(Alonso Zarza etal., 1992).
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Se presentan en un amplio espectro detamañoy redondez en función del estado deconsolidación del sedimento original (Wells,1983) o del transporte quehan sufrido. Unavez que los intraclastos se individualizan apartir del sedimento original pueden sertransportados y/o sometidos a unaserie deprocesos diagenéticos tempranos propios delambiente subaéreo y edáfico. Así esfrecuente que presenten fracturación onodulización interna,desarrollode envueltasalgares, encostramiento o formación de unacorteza externa de óxidos de hierro porimpregnación, o tinción por óxidos de hierrodebido amarmorización, constituyendo loque se ha denominado ooides pedológicos(Freytet, 1973; FreytetyPlaziat, 1982).
Como se desprende de esto, no todas las
facies intraclásticas evidencian el desarrollode procesos tractivos. El sedimento palustreo lacustre original puede sufrir toda lacadena de procesos pedogenéticos defracturación, brechificación, nodulización,recristalización, marmorización, etc., dandolugar a la formación de cuerpos de calizasintraclásticas de aspecto brechoide, en lasque los intraclastos tienden aser angulososy de gran tamaño. Este aspecto correspondería
con lo que Retallack (1988) llama bloclcy
subangular texture o textura en bloquessubangulosos.
4. CANTOS NEGROS. Los cantos negros sontambién intraclastos que han sufrido unproceso de ennegrecimiento. Existen doshipótesis alternativas para explicar laformación de los cantos negros.
Strasser (1984) propuso quese formabanen áreas palustres, en microambientes
anóxicos y alcalinos en los que lasabundantes sustancias orgánicas disueltas,coloidales o finamente particuladas,impregnaban el sedimento. El ennegrecimiento
puede ocurrircontemporánea o previamentea los procesos de fracturación ybrechificación que dan lugar alaformaciónde los fragmentos susceptibles de sertransportados. También podría tener lugarun ennegrecimiento diferencial de losintraclastos generados en ambiente edáfico.
Sin embargo Sbinn y Lidz (1987) explican
laformación de los cantos negros en relacióncon fuegos forestales espontáneos en laszonas vegetadas. Durante el fuego la materiaorgánica englobada en el sedimento sequemaría dando lugar al ennegrecimientodel mismo. La brechificación del sedimentopor desecación daría lugar alos cantos queposteriormente serían transportados.
En el caso de este estudio no se harealizado un análisis en profundidad delorigen de los cantos negros, pero existenevidencias que hacen plausible lasegundahipótesis,tales como lapresencia de algunosrestos de charcoal y de fósiles de plantasencontrados en elyacimiento de Las Hoyas,en concreto We¡schelía retículata, quese hainterpretado como una pirófita (Watson y
Alvin, 1996), es decir una planta quemuestra adaptaciones típicas a medios enlos que se desarrollan incendios forestalescon frecuencia.
Las evidencias en contra de estahipótesis y a favor de la primera vienendadas por la presencia de algunos cantosnegros junto aintraclastos no ennegrecidosen facies intraclásticas formadas in situ, queno muestran signos de transporte, en este
caso podría haberse dado un proceso deennegrecimiento diferencial.
Los cantos negros encontrados en lasfacies estudiadas se presentan, al igual quelos intraclastos, mostrando un amplioespectro de tamaños y redondez. Esrelativamente frecuente queaparezcan conrecubrimientos de películas de óxidos dehierro. En ocasiones es también posibleobservar en el interior de algunos cantos
redondeados que presentan estas películasgrietas debidas a septarización cuyainterpretación resulta controvertida.Mientras tradicionalmente se ha pensadoque las septarias estaban relacionadas conprocesos de retracción y fracturación delnúcleo (Raiswell, 1971; Duck, 1995), hayautores que piensan que se forman duranteel enterramiento somero por esfuerzostensionales debidos a sobrepresión en losniveles que albergan los cantos o
concreciones (Astin, 1986). Estos cantos
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constituirían lo que Freytet y Plaziat(1982)llaman ooides pedológicos.
5. O¡’jcoisros. Los oncolitos son tambiéncomponentes muy frecuentes, tanto enasociación con otros componentes comoformando acumulaciones compuestasexclusivamente por ellos mismos. Una
descripción detallada de los oncolitos delárea deLas Hoyas se encuentraen FregenalMartínez (1991) no habiéndose realizadoestudios posteriores sobre los mismos.
Se reconocen desde formas pequeñas demenos de 1 cm de diámetro hasta formas deunos 10cm La mayor parte son esféricas ycorresponden a lo que Freytet y Plaziat(1972) denominan houlets algaires o algal balis, aunque también se encuentranalgunos
que corresponden a momias, siendo lasformas dependientes en buena medida de laforma del objeto que constituye el núcleodel crecimiento algal. Los núcleos suelencorresponder aintraclastos y generalmentea fragmentos de talos o girogonitos decarófitas o pequeños fragmentos vegetalesalargados. Conrelativa frecuencia aparecenoncolitos compuestos, en los que elagrupamiento de dos oncolitos sirve denúcleo paraun nuevo crecimiento.
En cuanto a lamorfología y característicasde las envueltas se han reconocido variostipos distintos. Respecto a la morfologíadela disposición de las láminas se hanidentificado trestipos:
-Oncolitos condisposición concéntricade las láminas replicando laformadel objetodel núcleo, estos corresponderían a losoncolitosdetipoC deNickel (1983).
-Oncolitos que presentan envueltas opaquetes de envueltas discordantes entre sique corresponderían al tipo 1 de Nickel(1983). Estas discordancias se deben avariaciones en la orientación o cambios dedirección de crecimiento cuando este tienelugar a lo largo de varios episodiosinterrumpidos con agitación variable en elmedio (FreytetyPlaziat, 1965, 1972).
abultamientos, formas dómicas desobrecrecimientos, de modo parecido alosdescritos por Nickel (1983) como de tipo R.
En cuantoa lacomposición y formas decrecimiento identificadas en las láminas sehan distinguido tres tipos distintos deoncolítos:
-Oncolitos de tipo 1 de Monty y Mas(1981) que presentan una alternancia deláminas concéntricas continuas formadaspor conjuntos de películas micríticas yláminas decrecimiento microestromatolíticoyuxtapuestas con formas de maza o club-
shaped, similares aconos invertidos. Los dostipos de láminas son construidas porpoblaciones similares pero con distintasformas decrecimiento. MontyyMas (1981)
interpretan este tipo de crecimientos deformas alternantes como debido a variacionesestacionales en losparámetros ambientales.
-Oncolitos de tipo 2.2 de Monty y Mas(1981) que presentan envueltas circularescontinuas en las que alternan láminas concrecimientos eréctilesy láminas micrítícas.Estos tipos de crecimiento se considerandebidos a alternancias de períodos decrecimiento de algún tipo de alga antecesor
de Phormidium y períodosde ligera erosióny crecimiento de Schizothrix.
-Oncolitos de tipo 2.3 de Monty y Mas(1981) que muestran una alternancia deláminas micriticas concéntricasque predominan
sobre delgados crecimientos eréctiles.
En los dos últimos casos Jones yWilkinson (1978) explican laalternancia dedistintos tipos de crecimientos por
variaciones estacionales en los parámetrosfisico-quimicos, mientras que Scháfer yStapf(1978) la relacionan con variacionesen el nivel del agua.
Aunque FreytetyPlaziat(1965) piensanque los oncolitos esféricos se forman enmedios muy agitados y turbulentos, Monty(1972) aduce que es suficiente con que lascondiciones sean agitadas sin llegar a serturbulentas.
-Oncolitos quepresentan envueltas máso menos concéntricas que muestran
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Numerosos autores han propuesto quelos oncolitos crecen en litorales lacustres(Freytet, 1964; Freytet y Plaziat, 1965, 1972;Bertrand-Sarfati etal., 1966; Dean yFouch,1983; Jones yWilkinson, 1978) o procedende la erosión de áreas lacustres marginales(Mas, 1981; Mas et aL, 1982a; Meléndez,1983), aunque suele ser igualmente frecuente su
crecimiento en canales fluviales (Freytet,1964; Freytet y Plaziat, 1982; Ordóñez yGarcía del Cura, 1983;Nickel, 1983).
6. BlocLAsTos. Los bioclastos másfrecuentes son restos esqueléticos deorganismos dulceacuicolas, carófitas,ostrácodos, bivalvos y gasterópodos, de loscuales los másfrecuentes son las carófitas.Lo más habitual es encontrar fragmentos delas conchas, las valvas y de girogonitos y
talos de las carófitas, aunque en ocasionesse encuentran restos articulados deostrácodos y gasterópodos.
La mayor parte de ellos forman parte delas facies lacustres y de áreas deencharcamiento. La presencia de restosbioclásticos retrabajados en facies calcareniticas
de relleno de canal ha permitido distinguirlos canales de desagúe de charcas y dedrenaje de áreas encharcadas de otrostipos
de canales.
Es también frecuente encontrarfragmentos de huesos en general muyretrabajados y de pequeño tamaño, lo queno ha permitido realizar su determinación.
7. R~sros VEGETALES. Generalmentecorresponden también a pequeñosfragmentos leñosos que en ocasiones seencuentran carbonizados (charcoaO. Aparecen
tanto dispersos como en concentracionessignificativas en las que suelen mostrarsealineados, probablemente según ladireccióndel flujo que los transportó. La presenciaabundante de restos vegetales suele llevaraparejada la presencia de óxidos de hierro
formando películas alrededor de los cantosy piritas framboidales alteradas.
El aporte de cantidades elevadas derestos vegetales provoca la generaciónrápida de microambientes reductoresinmediatamente por debajo de la interfasesedimento-agua, debido aladescomposición
aerobia de losrestos orgánicos que agotaríael oxígeno (Dean, 1981; Wetzel, 1981;Flakanson y Jannson, 1983; Birnbaum yWireman, 1984). Si esto va unidoaunatasade sedimentación elevada y a unasubsidencia rápida los restos se conservan,ya que de lo contrario las condiciones depH alcalino favorecen la rápidadescomposición y desaparición de los restos(Teichmúller y Teichmúller, 1982). Laformación de óxidos de hierro o piritas
framboidales es común en sedimentos quecontienen materiaorgánica abundante, tantosi esta finalmente se preserva como sidesaparece. Laformación se produce en losmícroambientes reductores que se acabande describir, en los que en caso derestablecimiento de condiciones oxidantesel hierro II es oxidado a hierro III que enambientes alcalinos precipita rápidamenteen forma de hidróxidos (Hakanson yiJannson, 1983). Estos procesos explicarían
la frecuente aparición de óxidos de hierroen numerosas facies, ya contengan o nomateria orgánica o restos vegetalespreservados. En el primer caso seencuentran, por ejemplo, las facies decalcarenitas intraclásticas y bioclásticas(Cib, Fig. 2.4.4) y en el segundo las faciesde calizas biomicríticas masivas (CLm, Fig.2.4.6).
La presencia abundante de restos
vegetales se ha considerado tambiénsignificativa en laseparación de las distintasfacies calcareníticas y en su interpretaciónya que se piensa que podrían caracterizarlos rellenos de canales de drenaje de zonasde swamp.
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2.4.2.1 Dom inio aluvial
Llanura de inundación
Las facies correspondientes al ambientede llanura de inundación son las que suelen
aflorar en peores condiciones en el área deestudio, ya que en granparte se encuentrancubiertas, de modo que son también las másdificiles de caracterizar en detalle.
Esteambiente está caracterizado porunaasociación de facies lutiticas (Fig. 2.4.3):lutitas rojas a ocres masivas (Lm)(equivalente alas faciesFmdeMialí, 1977),lutitas marmorizadas <Lmz), margas grises(LMg) y margas marmorizadas (LMmz).
Estaasociación de facies es el resultadode dos conjuntos de procesos esenciales: ladecantación de material lutítico y eldesarrollo de procesos edáficos o formaciónde suelos, durante las etapas de exposiciónsubaérea.
La decantación de los materialeslutiticos de carga en suspensión se producedurante inundaciones relacionadas conavenidas periódicas en etapas más húmedas.
La ocurrencia de avenidas periódicas,probablemente estacionales,en lossistemasque se están analizando viene apoyada pormúltiples evidencias quese irán detallandoen la descripciónde losdistintos ambientes.
Según Collinson(1996) la llanurapuedeinundarse bien por desbordamiento de loscanales fluvialeso bienpor subida del nivelfreático y formación de charcas de llanurade inundación, siendo más común el
segundo proceso que el primero.
La presencia de margas grises lutíticas(Facies LMg, Fig. 2.4.3), o en general elcontenido variable en carbonatos quesuelenpresentar las lutitas de decantación de lallanura se debe a la proximidad de áreasfuente compuestas íntegramente pormateriales cabonáticos. De estas áreasfuente llegarían a la llanura, en el seno delos canales que las drenan, limos y lutitas
calcáreas, así como grandes cantidades decarbonatos disueltos.
Meléndez (1983) y Gómez Fernández(1988) interpretan la presencia de margasentre las facies de la llanura de inundacióncomo el producto de la decantaciónde cargaen suspensión bajo lámina de agua muysomera y muy tranquila en relación conambientes lacustres dado que estas faciessuelen contener restos de organismos
dulceacuicolas, como ostrácodos ygasterópodos.Según Alíen etal. (1983) estafacies es típica de pequeños lagos en lallanura de inundaciónfluvial. Arribas(1986)relaciona las facies de margas masivas tantocon la sedimentación en cuencas lacustresdebajo de la lámina de agua como con lasedimentación en las llanuras de inundaciónpor desbordamiento de los canales.
El segundo de losprocesos involucrados
en la formación de la asociación de facieslutitica, exposición subaéreaydesarrollo deprocesos edáficos, es el que ocurre de formamás habitual, o dicho de otra manera,durante la mayor parte del tiempo de sudesarrollo la llanura está sometida aexposición y erosión, mientras que lasedimentación se produce en períodosbreves de inundación. Asociados a laexposición subaérea tienen lugar, ademásdel desarrollo de suelos, todo un conjunto
de procesos de retrabajamiento y erosión dela llanura y los ambientes relacionados conla misma, de manera que los materialesprocedentes de dicha erosión, nóduloscarbonatados, intraclastos y cantos negrosque llegan a formar ooides pedológicos(FreytetyPlaziat, 1982) son posteriormenteincorporados, durante las avenidas, alrelleno de los canales.
La presencia de huellas de bioturbación
de raíces, denódulos carbonatados dispersos(nódulos elementales de Freytet y Plaziat,1982) o agrupados formando alineacionesverticales en el seno de las facies Lm, y eldesarrollo de las facies de lutitas y margasmarmorizadas (Lmz y LMmz, Fig. 2.4.3)son las evidencias del desarrollo de losprocesos edáficos en estas llanuras (Fig.2.4.7A, Lámina 1.1).
Los procesos de marmorización y el
proceso de nodulización ocurren por debajodel horizonte humífero del suelo y ligados
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a las variaciones estacionales del nivelfreático, asociadas o no a encharcamientossuperficiales (Freytet, 1964, 1971;Duchafour, 1968). En las zonas de relievemuy bajo en que el clima presenta unaestacionalidad marcada y se desarrolla unperíodo seco conevapotranspiración elevada(Brewer, 1964; Freytet, 1971) la recarga delosacuíferos en Ja época de lluvias producela oscilación periódica del nivel freático ypermite el desarrollo de procesos dehidromorfia temporal con formación desuelos de tipo pseudogley (Duchafour, 1975,1982) favorecidos por la impermeabilización delos materiales lutíticos de decantación de lallanura que impiden un drenaje adecuado.En los periodos en los que existe una capade agua en el suelo el hierro es reducido yacomplejado (Duchafour, 1968) por complejos
organicos de modo que se solubilizay puedeemigrar, depositándose, en el momento enque sobreviene la estación seca y serestablecen las condiciones oxidantes, enforma de concentraciones de hematites ogoethita, alas quese deben las coloracionesamarillentas (Freytet, 1971; Buurman, 1975;Freytet y Plaziat, 1.982).
En general los paleosuelos observadosen la llanura de inundación presentan
horizontes poco diferenciados y seríanequivalentes a los paleosuelos de laFamilia3 o sustratos calcimorfos de FreytetyPlaziat(1982).
Los procesos edáficos afectan no sólo alos depósitos de llanura de inundación
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lutítica sino a otros cuerpos sedimentariosasociados con estos.
La mayor concentración de faciesmarmorizadas y paleosuelos aparecen enrelación con los ambientes del dominiopalustre-lacustre, por lo que el tema seráretomado en el apartado dedicado a dichodominio. Los paleosuelos de la FormaciónCalizas de La Huérguina han sido descritose interpretados por Gómez Fernández(1988), Arribas el al. (1989), Gierlowski-Kordesch et al. (1991) y Meléndez yGierlowski-Kordesch (1995).
Derrames en manto
Se han interpretado como derrames unasegunda asociación formadapor cuernos conmorfología tabular que no sobrepasan tos20 o 30 cm de espesor, con gradaciónnegativa, masivos o con estratificacióncruzada planar, compuestos porcalcarenitasarenosas intraclásticas tableadas (CAilt) ocalcarenitas arenosas intraclásticas masivasde tipo 3 (CAi5m3) (Fig. 2.4.4) que seintercalan con margas grises lutíticas (Fig.2.4.7B) y que podrían corresponder a
derrames en forma de mantos. Las margasintercaladas corresponderían con ladecantación del material fino en suspensióndel desbordamiento.
Estos depósitos suelen aparecer, lateraly verticalmente, próximos acuerpos de agualacustres desarrollados sobre la llanura por
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lo que se piensa que se producen durantelas etapas de avenida y en relación con lapérdida de competencia de los canales enlas zonas próximas asu desembocadura enlas áreas encharcadas.
Conos de deyección
La existencia de pequeños conos dedeyección hasido deducida de lapresenciade facies de breéhascalcáreas algo arenosas(Facies BC, Fig. 2.4.2) masivas, muy malseleccionadas y matriz-sostenidas compuestas
porcantos angulosos calcáreos jurásicos queflotan en unamatriz calcarenítica (Lámina1.3). La matriz contiene fundamentalmentelitoclastos jurásicos, algunos intraclastos y
unapequeña proporción de fango. Aparecenesporádicamente en cuerposque no superanlos 0,5 m de espesor. Su geometría no hapodido ser descrita debido alas condicionesdel afloramiento.
Estas fucies han sido interpretadas comodepósitos de debrísflows no cohesivos, deflujos hiperconcentrados de tipo slurry
(Pierson, 1981).
Estas facies aparecen de formaocasional intercaladas entre las facies delutitas masivas de llanura de inundación yno forman parte de una secuencíaorganizada de abanicos aluviales, contextoen el que habitualmente suelen aparecer,por lo que cabe pensar que más bienseriandepósitos de pequeños conos de deyecciónformados en etapas de intensas avenidasocasionales o periódicas afavor de relieves
jurásicos, probablemente de pequeñaenvergadura, muy próximos a la llanura deinundación.
Canales
Aunque ha sido posible diferenciarvarios tipos de canales en cuanto a suprocedencia y el papel que cumplen en elsistema, todos ellos presentan unaserie decaracterísticas morfológicas y de estructura
interna comunes.
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Agrandes rasgosse trata decanales muysomeros y de muy poca envergadura. Losdepósitos de relleno raramente superan 0,5o 1 m de espesor Su extensión lateraltampoco suele superar la decena de metros,aunque la ausencia de cortes tridimensionalesdificulta apreciar si la anchura observadacorresponde conla anchura real del canal o
se trata de cortes oblicuos a la misma. Engeneral predominan las geometrías de tiporibbon aunque también se ha reconocidoalgún canal con geometría sheet (Friend et
al., 1979) quepresenta mayor anchura.
En la mayor parte de los casos losrellenos están compuestos por una únicafacies. Pueden ser masivos o gradadospositivamente y sóloen algunos casos se hanobservado estructuras de estratificación
cruzadade surco o de estratificación épsilon.Sin embargo, dada lanaturaleza calcárea delamayorparte de losrellenos, las estructurassedimentarias originales pueden haber sidoobliteradas. Es común observar hacia eltecho de los rellenos gradados ciertalajosidad irregular y tendencia a lalaminación oblicua de pequeña escala en elinterior de las lajas que pueden correspondercon una estructura previa debida alaminación de ripples. La presencia de
estructuras de estratificación épsilon oacreción Jateral indica que los canales seríande tipo meandriforme (Lámina ¡.4).
Los rellenos suelen ser monoepisódicoso al menos, en principio, no parecen presentarsuperficies internas de reactivación. Sinembargo, otros hechos simultáneos como loscrecimientos discordantes de las envueltasde los oncolitos indican que pudieronfuncionar estacionalmente, aunque ambas
evidencias no son necesariamente incompatibles.La creación del canal y la formación del lag
basal puedenocurriren un primer momento,y posteriormente, el canal puede funcionarcomo vía de transporte en repetidasocasiones y rellenarse en otro momentoposterior y único.
Los rellenosestán compuestos porfaciesde conglomerados y arenitas (Figs. 2.4.2 a2.4.5), con un predominio neto de los
materiales calcáreos sobre lossiliciclásticos.
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En función de los componentesdeposicionales yde las proporciones relativasentre estos, se pueden distinguir dos tiposbásicos de rellenos de canal.
Rellenos de canales conectados con unared de drenaje externa (Fig. 2.4.8A y2.4.8B).
Se puede separar este tipo de rellenosen dos categorías diferentes, por un ladoaquellos rellenos compuestos exclusivamentepor materiales siliciclásticos y aquellos quecontienen litoclastos jurasícos.
Las facies que caracterizan los rellenossiliciclásticos son: conglomerados cuarcíticosmasivos (CGQ), areniscas masivas (Sm) yareniscas con estratificación cruzada de
surco (St) (Figs. 2.4.2 y 2.4.3). Las máshabituales son las facies de areniscas,mientras que las facies de gravas sólo hansido reconocidas en unaocasión en la zonade estudio (Sector Central, Secuencia delPocillo del Pozuelo).
Los rellenos de areniscas masivasidentificadas en este caso corresponden apequeños cuerpos lenticulares de tipor¡bbon. Mialí (1996) explica estas areniscas
masivas bien por destrucción de lasestructuras originales porbioturbación o biencomo depósitos de flujos gravitacionales.Aunque no se poseen evidencias a esterespecto y ambas son plausibles, lasegundase sumaría a las evidencias delfuncionamiento periódico y en etapas deavenida del sistema aluvial, siendo en estasetapas en las que se produciría lareactivación de los canales y su relleno.
Los rellenos caracterizados por lapresencia de litoclastos jurásicos estánconstituidos por alguna de las siguientesfacies (Figs. 2.4.2 a2.4.5): conglomeradoscalcáreos arenosos intraclásticos de tipo 1
y 3 (CGAi1 y CGAi3, Lámina 1.2),conglomerados calcáreos arenosos oncolíticos
e intraclásticos de tipo 1 (CGAoil),conglomerados calcáreos oncolíticos eintraclásticos de tipo 2 (CGoi2), calcarenitasarenosas intraclásticas masivas de tipo 2
(CAi4m2), calcarenitas oncolíticas eintraclásticas de tipo 1 (Coi 1) y calcarenitas
intraclásticas (Ci). Además de litoclastos jurásicos, todos ellos contienen cantidadesvariables de oncolitos, intraclastos. cantosnegros y fragmentos vegetales (Lámina 1.5).
Es probable que estos canales tengan unrecorrido mucho más corto que los canalesformados exclusivamente por materialessiliciclásticos, dada la naturaleza calcáreade los litoclastosjurásicos, que no resistiríaun transporteprolongado, y la angulosidadque suelen presentar estos cantos, indicativatambién de un corto transporte. Lasevidencias de cercanía de las áreas fuente
jurásicaspueden extraersetambién tanto delanálisis cartográfico, como de la presenciade depósitos gravitacionales interpretadoscomo pequeños conos de deyección que seintercalan en las facies lutíticas de lallanura
de inundación, que indican que los relievesserían adyacentes alárea de sedimentación.
Rellenos de canales de drenaje internode la llanura (Fig. 2.4.8C, 2.4.8D y2.4. SE).
Se pueden separar también en este casodos tipos de rellenos en función de loscomponentes deposicionales que contienen.Ambos tipos de rellenos pueden contener
pequeñas cantidades de materialesterrígenos que se han considerado comocontaminaciones de los canales de drenajeinterno en los momentos de entrada desedimento arenoso en la llanura, que seríaretrabajado y redistribuido en el seno de ésta.
El primer tipo de rellenos estaríarelacionado con el desagñe y comunicaciónentre áreas lacustres (Fig. 2.4.SD).
Están compuestos por alguna de lassiguientes facies (Figs. 2.4.4 y 2.4.5):calcarenitas arenosas e intraclásticasmasivas de tipo 1 (CAi3ml) y calcarenitasbioclásticas de tipo 1 (Cb 1). Todas ellas secaracterizan porcontener abundantes restosbioclásticos retrabajados. Suelen aparecerasociadas secuencialmente a depósitos detipo lacustre. Tanto su localizaciónsecuencial como el abundante contenido enfragmentos bioclásticos indica que estos
canales pudieron actuar como desagúe dezonas encharcadas o medios palustres y
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que estos canales fueron la vía de desagúede zonas palustres vegetadas de tiposwamp
en momentos enque estas fueran inundadaspor avenidas estacionales. Estas secuenciassuelen contener cantidades variables deóxidos de hierro.
Todos los tipos de rellenos descritospueden presentar al techo rasgos deexposición subaérea y desarrollo deprocesos edáficos. Lo más habitual esreconocer estructuras prismáticas verticalesdebidas abioturbación de raíces, aunque enalgunas ocasiones los techos puedenpresentar coloraciones amarillentas y rojizas enmanchas irregulares debidas a laredistribución del hierro en condiciones dehidromorfia.
Además de los diferentes tipos derellenos de canal se hareconocido tambiénunaasociación de facies correspondiente alabandono de canales (Fig. 2.4.8F). Estaasociación aparece también como relleno decuerpos lenticulares detipo ribbon. A la basedel cuerpo se observa un lagonivel de pocoscentímetros calcarenitico con intraclastos,
c
cC
C
Q
o
cantos negros y litoclastos jurásicos sobreel que se reconocen faciesde calizas masivasconcarófitas y ostrácodos (CLm, Fig. 2.4.6)típicas de un ambiente lacustre de charca.Al techo suelen reconocerse estructurasprismáticas verticales debidas abioturbaciónde raíces (facies CLp, Fig. 2.4.6)0 delgadosniveles de brechificación (facies CLb, Fig.
2.4.6) formados por exposición subaéreayretracción del sedimento.
Todas las facies que caracterizan losrellenos de canal tipo han sido descritas porMeléndez (1983), GómezFernández(1988),Meléndez et al. (1989), Fregenal Martínez(1991), Gierlowski-Kordesch etal. (1991),Gómez Fernández y Meléndez (1991) yFregenal Martínez y Meléndez (1993).Todos ellos las interpretan como rellenos de
canal o depósitosde corrientes tractivas quetransportan mayoritariamente partículascarbonatadas, y quedeben relacionarse concomunicación entre lagos según canalesdistribuidores principales, que erosionanyarrastran materialesformados previamente(intraclastos y cantos negros).
LAMINA 1Dominio aluvial1 . Aspecto de las facies lutí t icas de la l lanura de inundación e n la s qu e se observan coloraciones debidas amarmor izacián. En la parte superior se puede v e r también u n nivel d e calizas masivas formadas e nambiente de charca.2 . Conglomerado formado fundamenta lmente por cantos calcáreos jurásicos, algunos de los cualespresentan envuel tas lagares. Corresponde e u n relleno de cana l con gradac ión positiva.3 . Brechas ca lcáreas arenosas y angulosas con matriz calcarenit ica in terpretadas como depós i tos de debris flow de pequeños conos de deyecc ión desarro llados e n relieves adyacen tes a la llanura aluvial.4 . Aspecto d e un cuerpo canal izado entre depós i tos de l lanura de inundación e n e l q ue se observan cuerposcon acreción lateral.5 . Detalle a l microscopio de las facies d e l relleno d e l cana l qu e se observa e n la fotografia anterior. Nó tesela presencia de f ragmentos d e cuarzo, oncoli tos, cantos calcáreos y cantos b landos.
6. Facies de conglomerados oncol i t icos, una de la s facies más habituales e n e l relleno de lo s pequeñoscana les que surcaban la llanura aluvial.
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2.4.2.2 Dominio mixto
Los sedimentos transportados por mediode los canales son drenados hacia charcasylagunas y descargados en el interior de lasmismas. La entrada de material transportadopor corrientes tractivas en cuerpos de agua
lacustres puederealizarse dedos formas, bienpor descarga directa de los canales o bienpor entrada de lóbulos y derrames nocanalizados. El resultado de esta interacciónes el desarrollo de asociaciones de facies ysecuencias en las quese intercalan depósitospropios del ámbito lacustre con depósitostransportados por corrientes tractivas.
Se hanreconocido un total de cinco tiposde asociaciones de facies distintas (Fig.
2.4.9) que corresponden a cinco subambientesen los que la interacción tiene lugar segúnprocesos diferentes.
Desembocaduras de canales en eulitorales
lacustres
Existen varias variantes de este tipo deasociación. La primera de ellas (Hg. 2.4.9A)está compuesta por cuerpos tabulares decalizas masivas con intraclastos yrestos deorganismos dulceacuicolas (Facies CLm,Fig. 2.4.6), carófitas, ostrácodos, gasterópodos
y bivalvos que pasan lateralmente y haciael techo a conglomerados y calizasoncolíticas (Facies CGOy CLo, Figs. 2.4.2y 2.4.6). El término compuesto por calizaso conglomerados oncolíticos suele sermasivoy presentar gradación inversa. Estasecuencia se formaría en zonas culitoralescoincidiendo con la desembocadura de
canales en condiciones agitadas pero noturbulentas.
Otra variación de esta asociación estácompuesta por los mismos términos defacies (Fig. 2.4.9E) pero el término basalde facies de calizas masivas (CLm) presentaunageometría lenticular de extensión lateralmásreducida, unos 20 m aproximadamente.Sobre este cuerpo se apoyan mediante unasuperficie neta y• ligeramente erosiva
conglomerados oncolíticos con estratificacióncruzada y gradación positiva que pasan a
calizas oncolíticas tableadas. En este casose trataría del arrasamiento de depósitos derelleno de una charca por laentrada de unacanal oncolítico en etapas de intensaavenida.
Lóbulos arenosos en eul¡torales lacustres
Se ha reconocido una única asociaciónde este tipo en el área de estudio (SectorCentral, Secuencia del Pocillo del Pozuelo).Se trata de cuerpos de arenas masivas o conestratificación cruzada de surco de pequeñaescala quese disponen en seis centimétricosque llegan atenerhasta 1,502 m de potenciay que se disponen sobre facies decalcarenitas bioclásticas con intraclastos
masivas o lajosas (Facies Cb2, Fig. 2.4.5)(Fig. 2.4.9C). Las condiciones de afloramiento
no permiten, en principio, establecer conclaridad si los cuerpos arenosos corresponden
al relleno de canales que desembocan enáreas lacustres o se trata de la entrada delóbulos no canalizados. Sin embargo, lapresencia de seis arenosos con gradacióninversa indica como más probable lasegunda posibitidad, ya que los mecanismosque dan lugar a la gradación negativa ensecuencias formadas por megaripples ydunas arenosas que migran por el fondocanales es explicable en contextos decanales de gran envergadura, no siendo esteel caso en el que nos encontramos, ya queen caso de tratarse de rellenos de canal estosserían de dimensiones reducidas, por lo quefinalmente se han interpretado como pequeñoslóbulos no canalizados que entran en laszonas eulitorales agitadas de cuerpos deagua lacustres someros, en momentos deavenidas muy intensas(Cabrera el al., 1985).
Microde Itas
La formación de pequeños lóbulosdeltaicos cuyo espesor no supera los 0,5 mse reconoce en la presencia de niveles decalcarenitas arenosas e intraclústicas (FaciesCAi2s, Fig. 2.4.4) que presentan estratificaciónsigmoidal en las que las láminas de los sets
quedan definidas por la acumulación de granosde cuarzo y feldespato en general de tamaño
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Desembocadura de canales en zon as eul itorales
yL óbu l o s arenosos e n zonas culitorales
AM icrode ltas
Colmatac ión de charca por ent rada de der ramecalcarení t ico
___
o£7cP flj. u cZZ=¿¡Y’ ~¿¡ cZZZ47s
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Fig. 2.4.9. Asociaciones dey e l dominio palustre- lacustre.
Entrada d e der rames ca lcareniticos enzonas cul i torales
facies reconocidas e n e l domin io mixto o de interacción entre e l dominio aluvial
muy grueso incluso microconglomerático (Fig.2.4.90, Lámina 11.3 y 4). La inclinación de
estas láminas oscila entre los 300 y los 450Lateralmente deja de reconocerse la
estratificación sigmoidal y los niveles degranos de cuarzo se distribuyen de formamás irregular en la matriz carbonática, engeneral formando nivel es de concentraciónsubparalelos, o bien dispersos (Lámina 11.5).
A O,5m.
2m .
«A
Arrasamiento d e depósitos lacustres po r ent radade canales
B
o
D
E
F
G
o.5mj
1,5m.
1,5m.~
1,5m.
A
Entrada de flujos en masa en cuerpos lacustres
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El sedimento que entra en el cuerpo deagua lacustre podría ser mayoritariamentesiliciclástico o bien contener abundantesintraclastos y otros granos carbonáticos(cantos negros, bioclastos y fragmentos deoncolitos) de pequeños tamaño que sereconocen en el análisis microscópico deestas facies.
El transporte del material siliciclásticopudo tener lugar en canales muy someros yde bajo gradiente y cuya escasacompetenciallevó al derrame de la carga tractiva en lallanura, que finalmente entraría en cuerposde agua lacustres, charcas y pequeñaslagunas, de maneraidéntica alcaso del tipode secuencias descritas como lóbulosarenosos eneulitorales lacustres. Los granoscalcáreos que se reconocen junto al
sedimento siliciclástico podrían formar partedel material transportado en el mismo canaly finalmente derramado, o igualmentepodrían haberse formado en las zonasculitorales altas y supralitorales en las quedescargarían las corrientes tractivas nocanalizadas que transportan el materialterrígeno. Durante ladescarga se produciríala erosión y el retrabajamiento de lossedimentos supray eulitorales.
El escaso espesor del conjunto indica quela lámina de agua en la que entrarían lasdescargas sería muy somera. No se haobservado el paso lateral de estas facies adepósitos lacustres netos, tales como faciesde calizas masivas biomicríticas (CLm) ofacies de calcarenitas bioclásticas de tipo 2
(Cb2) como en elcaso anterior, por lo quecabría interpretar también estos depósitoscomo descargas de derrames en canales. Sinembargo, el desarrollo de estratificaciónsigmoidal requiere la existencia de uncuerpo de aguas estancadas y dificilmentepodría formarse a partir de laentrada en uncanal en que el sedimento seriaredistribuidorápidamente en e] seno de ja carga del canaj,por lo que esta interpretación ha sidodescartada.
Depósitos de estetipo han sido descritospor Cabrera el al. (1985), Arribas (1986),Gómez Fernández (1988) y Gierlowski-Kordesch el al. (1991) que las interpretande forma análoga.
Entrada de flujos en masa en cuerpos de
agua lacustres
Se ha podido reconocer también unaasociación compuesta por un término basalde facies de calizas masivas biomicríticas(CLm) sobre el que se apoyan por medio deuna superficie neta y ligeramente erosiva faciesde conglomerados calcáreos arenosos matriz-sostenidos compuestos, fundamentalmente, por
intraclastos subredondeados (Facies CGAi4,Fig. 2.4.2) muymal seleccionados y de hasta20cm de tamaño que flotan en una matrizcalcarenítica formada por terrígenos,intraclastos y cantos negros con escasaproporción de fango (Fig.2.4.9E, Lámina11.1). Se disponen en paquetes tabulares deunos 15 cm de espesor queen conjunto son
LAMINA T IDominio mixto1 . Depósi to de brechas ca lcáreas arenosas co n matr iz calcareníf ica sobre facies de cal izas b iomicr ít icasmasivas con caróf i tas. Corresponde a la entrada de u n flujo e n masa e n una cha rca .2 . Nivel tabular de calcareni tas arenosas tab leadas sobre facies de ca l izas biomicrí t icas masivas concarófi tas, e n un cuerpo co n geometr ía lent icular la xa . La asociación se debe a la entrada de un derramecalcarenitico e n una cha rca .3 . Calcarenitas arenosas e intraclásticas con estrat i f icación s igmoidal resaltada por la acumulac ión degranos d e cuarzo. Correponden con e l de sarrol lo de pequef ios del tas en lo s márgenes d e cuerpos d e agualacustres muy someros y de reduc idas d imens iones.4 . Detalle a l microscopio de las facies de calcareni tas arenosas observables e n la fotografia anterior Nó tesela presenc ia de fragmentos c uarzo, fe ldespato , cantos calcáreos e intraclastos.5 . Calcarenitas arenosas e intraclásticas resul tantes de la entrada de derrames d e composic ión sil iciclásticaen una charca.
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granodecrecientes. Estas faciesson interpretables
como depósitos de debrís flows de flujoshiperconcentrados detipo slurry (Pierson, 1981).
El conjunto corresponderla a la entradade sucesivos flujos en masa en el cuerpo deagua lacustre en momentos de intensasavenidas.
Entrada de derrames calcaren ¡fleos en
cuerpos de agua lacustres
El último tipo de asociación reconocida,correspondiente al cinturón de interaccióndel dominio lacustre y el dominio aluvial,tiene aproximadamente 1 m de espesor yconsta de dos términos: un término basal
compuesto por facies de calizas masivasbiomicríticas con carófitas y ostrácodos(CLm) y un término superior que no suelesuperar los 20 cm de espesor y que estáformado por calcarenitas laj osas y enalgunas ocasiones limosas (Fig. 2.4.9KLámina 11.2), de composición variable (Fig.2.4.4 y 2.4.5): calcarenitas arenosasintraclásticas lajosas (CAiÓI), calcarenitasoncolíticas e intraclásticas de tipo 2 (Coi2)y calcarenitas intraclásticasy bioclásticas (Cib).
Esta asociación se reconoce en cuerposcon geometría lenticular laxa quecorresponden al relleno de pequeñas charcasde la llanura de inundación en las que entranderrames no canalizados calcareníticos,exclusivamente calcáreos, arenosos olimosos, en momentos de avenidas. El material
calcarenítico procedería del derrame decanales por pérdida de competencia en lostramos próximos a las zonas encharcadas.
Una variante de este tipo de secuencias,que también se han interpretado comoentrada de derrames calcareníticos encuerpos de agua lacustres, es la formada porla alternancia de calizas masivas decarófitas en cuerpos tabulares (Facies CLm)y calcarenitas o calcarenitas arenosas decomposición variable que suelen conteneroncolitos, intraclastos, cantos negros yfragmentos de colonias laminares
estromatolíticas de algas cianoficeas (Fig.2.4.90).
2.4.2.3 D ominio palustre-lacustre
Charcas ylagunas
Se han reconocido varios tipos desecuencias y asociaciones de facies que
representan la sedimentación en charcas ylagunas. En su mayoría se presentan comosecuencias de somerización lacustre-palustres, ya que suelen mostrar comocaracterística común el desarrollo dediversos procesos diagenéticos tempranos yla sobreimposición de rasgos edáficos altecho de las mismas, debido alaexposiciónsubaérea y consiguiente sometimiento acondiciones palustres trasla colmatacióndelcuerpo de agua lacustre. El análisis de los
términos de facies lacustres no modificadoses elque permite distinguirlas entre sí.
Secuencias de instalación y relleno decharcas en la llanura de inundación.
Las charcas desarrolladas en la llanurade inundación fueron cuerpos lacustres dereducidas dimensiones y escasa profundidad. Surelleno suele ser muy homogéneo y en el
caso más simple están representadas porniveles lenticulares laxos englobados en lasfacies lutiticas de la llanura de inundación(Lámina 111.1), con extensiones laterales queoscilan entre los 10 y los 200 m y espesoresde 0,5 a 1,5 m compuestos por un términobasal de margas grises (Facies LMg, Pig.2.4.3), un término intermedio al quecorresponde la mayor parte del espesor dela secuencia y que está formado por faciesde calizas masivas biomicríticas concarófitas y ostrácodos (Facies CLm, Fig.2.4.6) y al techo un término compuesto poruna o varías de las siguientes facies: calizasconestructuras prismáticas verticales (CLp),calizas brechificadas (CLb), calizasnodulizadas (CLn) o calizas marmorizadas(CLmz) (Fig. 2.4.6).
El término formado por margas grisessuele pasar gradualmente a las facies decalizasmasivas (Fig. 2.4. lOA), observándose enocasiones un término intermedio de calizas
margosas oscuras con restos vegetales y
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materia orgánica indiferenciada, o bien porlutitasgrises con altocontenido en carbonatosobre las que se disponen mediante uncontacto neto las calizas masivasbiomicríticas.
El encharcamiento o estancamiento deagua sobre áreas deprimidas de la llanura
lutítica conlíeva el retrabajamiento de laslutitas, que ya se encontraban en la propiallanura oque proceden de ladecantación delacarga en suspensión si el encharcamientoinicial se produce coincidiendo con unaavenida importante en la llanura. Estaslutitas adquieren los colores grises quepresentan al pasar de las condicionessubaéreas oxidantes que les confieren sutípico color rojizo acondiciones reductoras,al mismo tiempo que los primeroscarbonatos producidos bajo la lámina deagua se mezclan con las arcillasconformando las margas grises quefinalmente se observan. En poco tiempo, al
A 1,5m.
aumentar la lámina de agua y en ausenciade material arcilloso, pasa a predominartotalmente el sedimento carbonático puroque caracterizael ambiente Jacustre.
En el caso del paso gradual con presenciade un término intermedio de calizasmargosas ricas en restos vegetales y materiaorganica, Arribas etal. (1990) proponen queel primer término de margas grises seproduciría en la primera etapa deencharcamiento bajo una lámina muydelgada de agua. Si el agua se estanca y noaumenta la lámina de agua, el avance lavegetación palustre puede dar lugar a laacumulación de materia orgánica iii sítuencondiciones reductoras, estando estaetaparepresentada por el término de margas grisesy negras ricas en materia orgánica.Finalmente un aumento de la subsidenciaprovocaría la proflindización o el aumentode la lámina de agua comenzando en estemomento l~ producción masiva de
L y. =~ y — = y = — y
->~ ~½
Instalación y colmatación de charca en la l lanurade inundación
lm.
colmatación d e charca co n tapices estromatoliticosa l techo
0,fm.
M arge n agi tado d e charca
lm.Fig. 2.4.10.Asociaciones de faciesy secuenc ias
identificadas e n e lambiente lacustre.
«
B
c
D
Margen l a cus t re con culi toral o intrali toral agi tado
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carbonatos y el desarrollo de las facieslacustres propiamente dichas.
Este tipo de secuencias son pocoabundantes en el área de estudio. En lamayoría de los casos las secuencias deinstalación y colmatación de charcas estáncompuestas por un término basal de lutitasmargosas o margas grises al que sucede untérmino de facies de calizas masivas (CLm).
Las facies de calizas masivasbiomicríticas con carófitas y ostrácodos(CLm; Lámina 111.2) constituyen la mayorparte del relleno de la charca y en algunasocasiones la totalidad. Este tipo de depósitosreflejan un ambiente poco agitado, muysomero, iluminado y bien oxigenado. Esnotable la escasez de depósitos clásticos,
exceptuando los intraclastos, que se observaen estos rellenos. Probablemente, la zonasupralitoral estuvo formadapor un cinturónpalustre vegetado de tipo marsh o swamp yque actuó como pantalla frente ala entradade elásticos. La homogeneidad del rellenoindica que la morfometría de este tipo decuerpos de agua no permitió el desarrollode una zonación ambiental interna quehabría quedado reflejada en la sucesiónlateral y vertical de varios cinturones de
facies.
Las facies que constituyen el techo delasecuencia son facies palustres. Como yase acaba de mencionar esos cuerpos de agualacustres suelen estar franjeados porcinturones palustres que pueden presentarextensiones muy variables y quecorresponden al subambíente supralitoral.Este cinturón palustre prograda e invade laextensión completa previamente ocupada
por el cuerpo de agua una vez que éste hasido colmatado, dando lugar al desarrollodel último término de la secuencia.
En algunos casos, al techo de lasecuenciase reconoce un nivel delgado decalizas estromatolíticas (Facies CLe, Fig.2.4.6; Fig. 2.4.lOB) que reflejaría elrecubrimiento de la superficie en la últimaetapa del relleno de la charca por tapicesalgares bajo unadelgada lámina de agua.
En estos casos no se suele observar granabundancia de rasgos edáficosy signos del
desarrollo de procesos diagenéticostempranos sobreimpuestos, exceptuandoalgunas huellas de bioturbación de raíces.No necesariamente este dato implica unarelación genética, puede que simplementeestos delgados tapices hayan sido destruidosen todos aquellos casos en que eltiempo deexposiciónsubaérea y el sometimiento alosprocesos edáficos del techo de lassecuencias fue prolongado.
Secuencias de somerización de margen
lacustre con culitoral o intralitoral
agitado
Se reconocen dos secuencias diferentesde este tipo. El significado de ambas es, entérminos ambientales, parecido, aunque se
producen en cuerpos de agua lacustres conestructuración interna y morfometríadiferentes.
El primer tipo son secuencias desomerización de charcas instaladas en lallanura de inundaciónen las que intercaladoscon facies de calizas masivas biomicriticascon carófítas y ostrácodos (CLm) y hacia eltecho de las secuencias, aparecen niveles decalcarenitas bioclásticas (Facies Cb2, Fig.
2.4.5) que se abren en lajas de 0,5 a2cm degrosor y que se caracterizan por conteneruna gran cantidad de fragmentos de talosde carófítas conformando packstones ygrainstones (Fig. 2.4.1 OC, Lámina 111.3 y 4).La lajosidad puede deberse aestratificacióncruzada de pequeña escala mal conservada.
Estas acumulaciones bioclásticas seformarían en zonas litorales en condicionesagitadas en las que se produce tracción y
redistribuciónde losrestosesqueléticos bajouna delgada lámina de agua.
En algunos casos este tipo de secuenciasaparecen asociadas adepósitos del dominiomixto, es decir, lateralmente se relacionancon derrames arenosos o calcareníticos queentran en los litorales de cuerpos lacustresdurante las etapas de avenida. Estas etapaspodrían estar ligadas a tormentasestacionales durante las que tanto el viento
como las corrientes externas que entran enlas charcas producirían la agitación,
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retrabajamiento y removilización delsedimento litoral y los restos esqueléticosacumulados en el mismo.
El segundo tipo (Fig. 2.4.lOD) estáformado por la alternancia de facies decalizasmasivas biomicriticas (CLm) y faciesde calizas bioclásticas con estratificacióncruzada (CLt). Las facies CLmcorresponderían a la sedimentacióncarbonática típica de áreas lacustres. Lasfacies CLt son calizas bioclásticas conestratificación cruzada, en laque las láminasde los set están formadas por talos decarófitas alineados. Estas facies suelendisponerse en cuerpos de forma tabular olenticular con bases planas y techosligeramente convexos que no suelen superar0,5 m de espesory queal techo se abren enlajas de 0,5 a 1 cm de espesor que puedendeberse aestratificación de ripples.
Se interpreta que las facies de calizasbioclásticas con estratificación cruzada(CLt) corresponderían apequeñas barras odunas desarrolladas en ambientes litorales,culitorales o intralitorales,yaqueraramentemuestran bioturbación por huellas de raíceso cualquier otro rasgo edifico sobreimpuesto.
Estas secuencias nunca se observan enlos cuerpos lenticulares intercalados entrelas lutitas de la llanura de inundación einterpretados como charcas, sino queaparecen como cuerpos tabulareslateralmente muy continuos por lo que seconsidera que pudieron formarse en cuerposlacustres de mayor envergadura,probablemente en pequeñas lagunassomeras.
Las facies características del relleno delas charcas y pequeñas lagunas carbonatadashan sido ampliamente descritas en laliteratura (Meléndez, 1983; GómezFernández, 1988; Arribas, 1982 y 1986;Terlecky, 1974; Murphy y Wilkinson, 1980;Dean, 1981; Picard y High, 1972; Treese yWilkinson, 1982; Burgis y Morris, 1987;Gierlowski-Kordeschetal., 1991),al igualque la mayor parte de las facies lacustresdel área de Las Hoyas (GómezFernández y
Meléndez, 1991; Fregenal Martínez, 1991;Fregenal Martínez yMeléndez, 1993, 1994).
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El rasgo más destacable de los quecaracterizan la sedimentación en estosambientes es la producción y acumulaciónde sedimentos carbonáticos, mayoritariamentecarbonato cálcico en forma de calcita bajaen magnesio (DeanyFouch, 1983; Murphyy Wilkinson, 1980; Kelts y Hsú, 1978;Tucker y Wright, 1990).
La génesis del carbonato cálcico en lassecuencias lacustres carbonáticas se debe aalguno de los siguientes procesos, o a unacombinación de varios de ellos, que han sidoampliamente descritos y discutidos en laliteratura sobrecarbonatos lacustres (Keltsy Hsú, 1978; Jones y Browser, 1978;Murphy y Wilkinson, 1980; Dean 1981;Dean y Fouch, 1983; Wetzel, 1983; Tuckery Wright, 1990; Talbot yAlíen, 1996):
-Acumulación de carbonatos de origendetrítico.
-Acumulación de restos bioclásticoscarbonáticos (fitoplancton, carófitas,ostrácodos, moluscos).
-Precipitación directa de carbonatos apartirdel agua. Estaprecipitación puede serbioinducida o fisico-quimica.
-Alteración diagenética de otros minerales
carbonatados.
En el caso de este trabajo, se consideraque los tres primeros mecanismos son losque participaron, fundamentalmente, en laproducción y acumulación de carbonatos.
Losrestos de algas carófitas son uno delos principales componentes de las faciesde relleno de las áreas lacustres yprobablemente fueron unode los principalesagentes de producción bioinducida de
carbonatos, al mismo tiempo que sus restosdieron lugar a extensas y potentesacumulaciones bioclásticas. Comoconsecuencia, las facies de calizas masivasbiomicríticas con carófitas, ostrácodos,bivalvos y gasterópodos (Facies CLm, Fig.2.4.6)son una de las más frecuentes, si nolamás frecuente en todo el área de trabajo.
La naturaleza carbonática de las áreasmadre dio lugar también al transporte hacia
las áreas de sedimentación dc abundantescarbonatos, tanto en forma de detritos
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sólidos (recuérdese la presencia frecuentede litoclastos procedentes del sustrato
jurásico en los rellenos de canal, verApartado 2.2.4.1) como en solución en lasaguas kársticas y superficiales que drenanhacia las áreas encharcadas. La entrada deaguas saturadas en carbonato cálcico encuerpos lacustres cuyas aguas contienen yauna gran cantidad de carbonato cálcico e n
solución pueden provocar lasobresaturacióny precipitación, en este caso, fisico-quimica.
La erosión de las zonas supralitorales yeulitorales durante períodos de bajo nivel delagua lacustre dalugar al retrabajamiento delos sedimentos de estas zonas, que bienpueden ser transportados y pasar a formarparte de los rellenos de canal en forma deintraclastos o cantos negros, o bien
incorporarse al relleno de la misma charcao laguna. Es decir, otra parte del total dedepósitos carbonáticos procede delretrabajamiento de los sedimentos previosdel propio sistema.
Llanuras palustres
El desarrollo de procesos y ambientes
palustres hasido mencionado y, en algunoscasos, descrito en apartados previos a éste.Dado que estos procesos ocurren comoconsecuencia de la exposición subaérea ylaedafización delsustrato expuesto, puedenaparecer asociadas a las facies, secuenciascaracterísticas de diversos ambientes delsistema deposicional de llanuras aluvialesdistales y palustres. En este caso seencuentran:
-El desarrollo de procesos palustresreconocido al techo de las secuencias desomerización y colmatación de charcas ylagunas.
-El desarrollo de procesos palustressobre los rellenos de canal, que ha sidoobservado tanto en el área de estudio comoen otras zonas de la Serraníade Cuencaenla misma unidad estratigráfica (Gierlowski-Kordesch et al., 1991; Meléndez yOierlowski-Kordesch, 1995).
-El desarrollo de procesos típicamentepalustres y edáficos de gleyficación ymarmorización que se observan sobreimpuestos
a las lutitas de la llanura de inundación yhan sido descritos en el apartado 2.4.2.1.
Aparte de estas apariciones de faciespalustres asociadas a otros tipos de facies,ha sido posible reconocer una asociaciónindivídualizable y compuesta exclusivamentepor facies palustres.
Esta asociación se reconoce en cuerpostabulares, lateralmente muy extensos quellegan a superar los 250 m, cuyo espesoroscila entre 0,5 y 1,5 m, compuestos pormargas marmorizadas (Facies LMmz, Fig.2.4.2) y facies de calizas intraclásticasbrechificadas, nodulizadas y marmorizadas(Facies CLb, CLn y CLmz, Fig. 2.4.6) conestructuras de disyunción prismática vertical(Lámina 111.5 y 6). En conjunto presentanun aspecto brechoideo y textura en bloquessubangulosos (Retallack, 1988) concoloraciones amarillas, grises y violáceasdebidas a marmorización. En detalle esposible reconocer cierta variedad deprocesos diagenéticos tempranos queincluyen: disolución, recristalización,esparmicritización, nodulización,
marmorización, brechificación, pedogénesisy calcificación. Este conjunto de faciescorrespondería a lo que Meléndez et al.(1989) denominan asociación de faciesmarmorizadas y a las facies de carbonatosglaebulares amarillos y carbonatosglaebulares varíegados descritos porMeléndez y Oierlowski-Kordesch (1995)yque interpretan como los estadios másavanzados de alteración diagenéticatemprana en áreas palustres. En los
diferentes y sucesivos niveles en los que seobserva esta asociaciónse pueden reconocerdistintos estadios de evolución de losprocesos diagenéticos. Entre los diferentesestadios observados el más temprano estaríarepresentado por la presencia de facies decalizas brechificadas y con disyunciónprismáticavertical, mientras que las calizasintraclásticas marmorizadas representaríanel más avanzado. Las tasas de subsidenciay sedimentación y las condiciones climáticas
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LLANURA D E IN U N D A C IÓ N
Agua estancada y vodosa c on exposición subsérea
4
Lámina dagn
L A C U S T R E - P A L U S T R E LACUSTRE
Con exposición subaórea Sin exposición subsérea
*4-
*
C O N T E N I D O E N CARBONATO______ cÁLcIco E N L O S S E D IM E N T O S
______________ ______________ M A Y O R S U P E R P O S IC I Ó N D E
P R O C E S O S DIAGENÉnCOS
Fig. 2.4.11. Modelo propuesto por Arribas et a l., 1989 p a r a la formación de la s secuencias de faciespalustres reconocidas e n la unidad Cal izas de L a Huárguina e n la Serranía de Cuenca y l igada s a lamodificación d iagenét ica temprana, durante per íodos de exposición subaérea, de sed imentos lacustres yaluviales previos.
A. Secuencias palustres desarrolladas sobre las lutitas de la llanura de inundación que consistenen niveles de nódulos o calizas nodulares englobados en e l seno d e lutitas marmor izadas.
E. Se cuenc ias pa lus tres formadas a part ir d e carbonatos de re l leno de charcas someras yencharcamientos ef imeros en la l lanura de inundac ión que sufren per lados m u y prolongadas de exposic iónsubaérea.
C. Secuencia lacustre-palustre de sarrollada sobre sedimentos lacustres m arg ina les euíi torales asupral i torales que sufren per íodos prolongados d e exposic ión subaérea desarrol lándose procesos debioturbación, brechificación nodulización y marmor izac ión.
O . Secuencia lacustre-palustre desa rrollada sobre sedimentos lacustres marg ina les eul i toralessometidos a períodos cortos de exposic ión subaérea qu e sólo permite e l de sarrol lo de bioturbación p orhuel las de ra íces.
E. Secuencias lacustres marg ina les intral i torales s in modi f icación por procesos palustres.
regulan el tiempo dc exposición y laintensidad de los procesos diagenéticos.
Estas asociaciones se producirían enambientes de extensas llanuras muyplanas,vegetadas, cuya localización y topografla no
permitieron el drenajeactivo ni Ja formaciónprofusa de cuerpos de agua lacustres ensentido estricto, es decir charcas y lagunas.Dichas llanuras estarian sometidas adescargas kársticas difusas y discontinuaso ainundaciones superficiales estacionales,de manera que tras las inundaciones eldesagúe se produce congran retardo,y bajouna extensa y delgada lámina de agua sedeposita sedimento carbonático en faciestípicamente lacustres que luego son
intensamente modificadas en condicionessubaéreas y edificas.
Entreloscarbonatos palustres se puedenreconocer también cuerpos lenticularesformados por facies de calizas masivasbiomicríticas con carófitas y ostrácodos(CLm), que presentan sobreimposición deprocesos diagenéticos al techo y quecorresponderían al relleno de las charcas
desarrolladas en estas llanuras vegetadas.Estos últimos cuerpos de calizas lacustre-palustres son idénticos a los descritos en elapartado anterior como secuencias deinstalación y relleno de charcas.
También se han reconocido en algúncaso cuerpos lenticulares de calcarenitasbioclásticas e intraclásticas o calizasoncolíticas que corresponden al relleno decanales que habrían servido como vía de
desagúe traslas inundaciones.
a c D
o
IN C R E M E N T O D E L A<~ E X P O S IC IÓ N S U B A E R E A
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Este tipo de áreas serían semejantes alas descritas por Platt y Wright (1992) enlas Evergíades de Florida, las cualesproponen como equivalente actual para losambientes de formación de secuencias dedepósitos palustres.
Los sedimentos palustres de la
Formación La Huérguina en la Serranía deCuenca han sido estudiados y descritos ennumerosas ocasiones anteriores (Meléndezet al. 1989; Arribas et al?, 1989; GómezFernández, 1988; Gierlowski-Kordesch et
al., 1991 y Meléndez y Gierlowski-Kordesch, 1995), incluyendo parte de losdepósitos palustres quese encuentran en elárea de estudio de este trabajo, en concretolos de los sectores occidental (Columna del
Arroyo Bonilla) y meridional (Columna deLa Cierva).
Arribas et aL (1989) desarrollaron unmodelo basado en los modelos de FreytetyPlaziat (1982) que permitía explicar losdistintos tipos de secuencias palustresobservadas en la Serranía. En este modelo
se pueden encontrar la mayor parte delespectro desecuencias que contienen faciespalustres que han podidoser reconocidas enel ámbito de este estudio, así como sulocalización ambiental. El modelo ha sidoreproducido en laFig. 2.4.11 como sinopsisgráfica de todo lo expuesto alo largo de estecapitulo, y no sólo en este apartado, sobreambientes y sedimentos palustres.
LAMINA III
Dom inio palustre-lacustre1 . Aspecto de campo de l re l leno de una charca desarrol lado e n la l lanura de inundación. Este rel leno estáformado por calizas biomicri t icas con restos de organismos dulceacuicolas, poster iormente sometidas aprocesos edáf icos de m armor ización qu e le han confer ido su coloración var iegada.2. Facies de calcareni tas b ioclást icas la josas con abundantes restos de caróf i tas formadas e n cond ic ionesagitadas e n e l margen o ambiente eulitoral d e una charca.3. Detalle a l microscopio de las facies observables en la fotografia anterior Nótese la abundancia de restosde algas carófitas y os trácodos.4. Detalle a l microscopio de las facies de calizas biomicriticas con abundantes restos de algas carófitasqu e habitualmente const i tuyen la mayor parte d e l relleno de charcas y lagunas.5 . Aspecto de niveles de cal izas intraclásticas brechi f icadas nodu l i zadas y marmor izadas, co n es truc turasde disyunción pr ismática vertical debidas a bioturbación por raices. Estas facies resul tan de lasedimentación y desarrol lo de procesos edáf icos en medios de l lanuras palustres.6. Detalle del plano de techo de un nivel de calizas formadas en am bientes de llanuras palustres en e l que
se observan abundantes huellas de bioturbación por raíces.
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