Download - VENTANAS
Ventanas
Lya Ayala Arteaga
2012
Derechos Reservados ©Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro óptico, por fotocopia o cualquier otro sin el permiso previo por escrito del autor.
A Santiago
“Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.
Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.”
Fernando Pessoa
2
noche
zumba leve el aire en la cortina
y olas de viento retumban en el alma
escucho las horas derramar la historia
e inundar el silencio
lo sé porque el misterioso ruido de las cosas
apremia
cuando aparecen rostros en la ventana
el ensombrecido rostro de la noche
escucho pasos detenidos y extraños ecos
distintos en cada sombra
escucho hablar a las palabras en días oscuros
escribo porque la soledad se ahonda
escribo sobre las miradas
sobre las manos tristes llenas de sonidos
eso escribo
3
pajarillo en la hierba
solitario en medio de la hierba
veo y pienso profundamente
en la estación seca
en el sonido de la calurosa mañana
pienso en la desbordante mirada del pajarillo
en su color intensamente amarillo
en su tierno aleteo
en su sonrisa sobre las hojas
en las piedras y en la agonía de las piedras
miro sus alas silenciosas
entrar en mis ojos
4
objetos
a quién le importa la tristeza
de los tristes cristales
de la ventana rota
de la botella en la mesa
de la casa desierta
si ella mira erguirse a la tarde
afanada y ociosa en los objetos
ellos existen en la extrañeza de los ojos
uno trata de apartarlos de la mirada
y sin embargo algo los asfixia
a los ojos a los objetos a la tristeza
5
despertar
sopla tibio el viento en la mañana
tus manos están tocando mi alma
tus manos han aprendido a reconocer mis palabras
cuando te hablo y los árboles hablan
llega el sonido grave desde afuera de la puerta
una llave abre en silencio el viento
cerca de las aceras
donde la gente camina y dice cosas
yo sé que tú sabes lo que dicen esas gentes
porque se espantan y miran de prisa
hormigas aplastadas y débiles olores que pasan
adentro existe rumor de espíritus
están en las manos que escriben solas
miran hacia fuera y escriben solas
la singular tristeza del hombre
y la furia del alma
6
estanque
de mañana cuando el sol asoma en el dintel de la puerta
y cierto brillo se sienta y mira
mis ojos miran tus ojos que están mirando a solas
la sombra que entra debajo de la puerta
a solas ocurren maravillas
cuando se trabaja de escribir el tiempo hace lenta las horas
las manos torpes aprenden a reconocer con precisión
la tibieza de las palabras
desde la silla miro pasar embarcaciones y montañas y trenes
observo los rieles que suben y bajan por el infinito camino
los miro hasta perderlos y la sonrisa sueña
porque sabe que hay destinos parecidos
a las flores y al viento
los árboles duermen en la tierra y despiertan cada vez que la lluvia cae
los árboles duermen y despiertan para hacer piruetas con el viento
a veces saltan hasta las embarcaciones y montañas y trenes
siempre están viendo con el rostro apoyado en las manos tu mirada
y asoman las ráfagas y desaparecen las flores y te sonríen
aquí mientras trabajo de escribir en la máquina
que mueve sonidos del alma
pienso en el rostro de ojos impenetrables y las palabras lo aman
aman la mirada el infinito viento de su mirada
hace años
había un estanque con pájaros y brisa que entraba debajo de la ropa
y miraba la luna y el sol en forma de tormentas
habitando en el fondo del agua
flores
7
la estación es ausente
y las flores duermen
habitan los bancos de metal en todas partes
aquí y allá las maletas y periódicos
caminan en las aceras
las flores suspiran en las manos
de los viajeros
tienen frío de ver pasar las huellas
tienen seriedad y bostezo
ellas entienden a la tarde
inmensa sobre el cielo
la ausencia de las flores en la estación
tiene aroma de desierto
Aeropuerto de Costa Rica, 2009
manos
8
en tus manos nace
el resplandor del hombre
cuando las montañas se abren en flor
en tu mirada
yo amo tu mirada
tus cálidas manos que formaron mi alma
por eso sabes detalles que ignoro
sabes de aquella vez cuando amaba
otro dios ante tus ojos
tus manos tejían
la tormenta en los cristales
y la tristeza no era tristeza
sino eco
sonido
silencio
soplo
9
invoco tu nombre en las noches de aguacero
invoco tu nombre en la tarde de silencio
tú sabes escuchar mis palabras torpes y pequeñas
sabes lo que siento
escuchas rodar las gotas por el suelo
escuchas quebrarse a la hierba
veo veo cosas hermosas
en la soledad de largos paseos
veo veo un sueño en las hojas secas
invoco tu nombre cuando la mañana
aparece interminable en la puerta
entra en mi cuerpo brevemente el tiempo
tú entras en mi cuerpo sereno
habitas en mis ojos y en mis dedos
tú conoces mi debilidad más honda
cuando la brisa pasa en medio del silencio
y las imágenes escuchan y los sentidos se agotan
tengo un romance en el alma con el viento
montañas
10
el alma decapita los sueños
en la tarde de truenos
ruedan hasta el suelo
en la honda herida que ha hecho
el surco sin medida en el cuerpo
no sentiré más su silencio en mi boca
porque el tiempo del alma es sin tiempo
porque el tiempo del cuerpo es una gota
sus ojos
ah sus ojos
mirando la hondura de la montaña
profunda de mis ojos
sólo tú curas aquella herida
la batalla del mar con las rocas
tiempo
11
dónde habitan las palabras
si el rumor de las tardes
agota las sombras
no sé dónde viven las palabras
en el tiempo
en la hora
fuimos pasado y presente
sonido de hoja
cayendo siempre
variación
12
la lámpara alumbra
la débil sombra
ciertos ojos miran
profundamente una historia
un ser escribe sobre la tristeza
un ser siente y piensa en la tristeza
la tristeza de las cosas que mira
una hormiga solitaria busca el camino
en la sombra herida de la lámpara
13
blanco
afuera el grito de la lluvia
despierta a los perros
un hombre habla con sus ojos
a los árboles que lloran
las cosas como cosas no sienten
siente el bello crepitar de las palabras
al despertar la caricia del hombre
sobre la húmeda lluvia que pasa
del perro y los árboles
su mirada
el hueco infinito del alma
presiente el aroma del agua
lejanía
14
quise escribir fríamente
a una hora
a una hora
a una hora
cuando el alma siente con la mirada
la palabra más fría tiene adentro la llama
ahora
el instante
imposible de mirar
está en los dedos que cantan
en las líneas que sienten teclear
quise como quise decir
a una hora
a una hora
a una hora
cuando el alma llora
y no puede llorar
15
amor mío
amor mío tarde desierta
la tarde sentada en la ventana
el silencio de los poemas
en mis manos
en las sencillas palabras
que brotan
en las puestas ordenadas del sol
sobre las blancas pestañas
los árboles de afuera
amor mío
y el goteo impetuoso
de las gotas
sobre las tejas
16
ahora
tú que me has visto desnuda
tú y sólo tú
desnuda de las manos al pecho
cuando mi piel se viste de sombra
has visto mi sombra derrumbarse
tú y sólo tú
desnuda de los labios al alma
entrar descalza en la noche
la noche decapitada
tanto estuve en tu presencia
tanto apague los faroles
y caminé y caminé por las calles
sin tregua
que mi desnuda sombra
ahora se confunde con todas las sombras
pasos
17
los pasos se pierden en la largura del camino
el largo viaje de este hombre es extensa huella que palpita
que alumbra el silencio habitante de sus labios
él dice que los sonidos son torpes él dice que la noche desparrama
que el río habla trémulas palabras
este hombre mira en el agua pasar su pequeña barca
y sus extensas manos que no alcanzan los resplandores
cuando en sus ojos tiemblan las heridas del agua
mira siempre mira pasar los troncos caídos del árbol
mira siempre mira pasar el roce de la luna en su rostro
mira el resto del camino perderse en los ojos
montaña
18
el tiempo
habita en la montaña
el tiempo es la montaña
lejos se inclina hasta mis ojos
los ruidos de sus caminos anchos y cansados
palpitan en mis dedos
siento que toco las veredas y los árboles
la montaña me mira y se inclina
escucha el tintineo de mis pasos
la brisa a través de mis pasos
afuera camina el horizonte
está en la montaña
tibia sobre el cabello del cielo
redonda y frágil debajo de mis manos
mis ojos se inclinan
se inclinan hasta verla
19
relojes
el tiempo está detrás de la puerta
detrás de la puerta habitan los relojes
se escuchan en la lluvia
derramarse
en las paredes del mar
que llega hasta la calle
en la rama del horizonte
que ondea entre los seres
las manos no son manos sino aire
las despedida del tiempo
traspasa el alma
yo traspasaría lo breve
estaría adentro en el hueco del tiempo
en sus manos
esas manos de viento invencible
y sin embargo fugaces
donde estarían recogidos
el ruido y la hierba
somos
todo lo somos
todo lo fuimos
todo
nube derretida en el cielo
segundo habitado por la sombra
sombra perdida
en el fondo de un rostro
20
cuadro
cuando el sol aparece
veo extensas ramas detrás de la casa
moverse como alas que atraviesan el viento
la rama mueve sus alas verdes
entre los ruidos de la mañana
ella suelta sus manos al aire
repica su cuerpo contra él para atraparlo
en sus dedos en su pecho en sus labios
el viento no dice nada
aguarda el latido de los ojos
el respiro
la tarde ah la tarde con su ruido de pájaros
mira a lo lejos el horizonte
mira cerrarse los ojos del aire
21
nacimiento
quiero que tus ojos vean
lo que mis ojos miran
hay un río interminable de agua
y una gota que cae y cae
quiero que mires
lo que mis ojos miran
agua perpetua y derretida
sobre tus manos
sobre el cuerpo que amo
un cuerpo de altas vertientes
intocable y estrecho
como un camino que sube
hasta una torre
quiero que mires la tarde
adentro de mis ojos
quiero que mires
aquella oscura gruta perdida
en la rama mires el aire que la desnuda
y sepas al mirarla que son mis ojos
los que la han creado
22
silla
la silla respira en el cuarto
cerca de la ventana
el aire apenas se cuela
por el herido vidrio que sangra
la silla habita la esquina
detenida sobre la fría piedra
en la lejanía
apenas existen zapatos
paraguas botellas
en suelo tibio
la silla mira el cuarto
respirando detrás de la solitaria ventana
de vidrios con ojos
y cortinas color del cielo
24
rama
las ramas tiritan nocturnas
en el desierto camino
donde las piedras dejaron estelas
de agua y viento
ojos miran profundamente
hondamente
las pisadas de un animal sobre la tierra
es un viento veloz viviendo en las ramas
es el aire moviendo en reposo el silencio
las ramas se mueven mínimas sobre el polvo
ojos profundamente hondos
habitan las ramas
25
puerta
el abismo se abrió en la pupila
y su ojo aprendió amar con la mirada
la vida de un hombre
es un hondo abismo
su casa de negro silencio
he de amar a este hombre
amarlo porque está solo
solo de abismo hondo
porque sabe de manos ausentes como pájaros
de noches eternas junto a la ventana
sabe de la lluvia en medio de los charcos
y de la luna deslizada en la puerta
este hombre habla
cuando pide que se alejen las palabras
hay que amar a este hombre fugitivo
hay que amarlo con los dedos
con la palma abierta de las manos
con el cuerpo extendido hasta el otro abismo
hay que amarlo con los ojos
26
cosas
los ruidos erizados
adentro de la soledad del hombre
escucha sonidos escondidos saltando en los huecos
esa humanidad sorda habita las cosas
cosas que amo porque no hablan
cosas que miro hasta el fondo
porque existen
no hacen teorías ni sentimientos
sólo historia
con sus derramados huecos de sombras
repetidas una y otra vez sobre las fisuras
cosas de barro y polvo
que nunca añoran ni hieren
las cosas son olvido
cosas que están quietas
sostenidas por el tiempo
las cosas que amo
se disecan tiernamente
mientras respiran y se agotan
27
agua
el agua duerme en el mar
la veo en la distancia acariciando rostros de animales tristes
mojando las graves planicies de largos vestidos oscuros
evaporados en silencio
miro diminutos momentos del tiempo
repetidos
entonces se puede contar la verdad con las palabras
decir palabras serenamente limpias
sin tiempo ni silencio
debajo de los dedos
decir la verdad de las palabras
mirarlas hasta sentir sus ojos
uno puede llegar a amarlas llegar hasta ellas y tocarlas
hay palabras así de claras en los poemas
sonidos que cubren letras
y sin embargo que triste cuando los ojos miran
tan lejano y silencioso el mar
28
mariposas
la historia sigue a la historia
los seres multiplican las palabras
cuando nombran una colina
una colina es de nuevo
cuando nombran un insecto
un insecto es de nuevo
cuando nombran una gota
nacen historias de mariposas
bajo la sombra de pequeños árboles
encima de una piedra
mariposas de largos paseos
miran desde arriba
y susurran con las alas
silencio
hurgan instantes a las cosas
simples son las mariposas
su vuelo
su silencio
su historia
29
ancestral
la mirada del viento
mira las palabras
mira los ojos inciertos
mira caer la sombra
mira en silencio gotas encima de una mesa
gotas sobre el suelo encendiendo chispas de fuego
estaban solitarias las palabras y recordaban
los rostros débiles en la niebla las manos sin estaciones
los aullidos de los recuerdos
las miradas podían caer lentamente en la madera
y oler la gravedad del dolor de la madera
podían sinceramente entrar en la talladura
y reconocerse en el entramado oscuro del tiempo
era simple
las miradas recordaban los caminos por donde surgió
aquel árbol
aquella débil rozadura del aire con la lluvia
30
luces
escuchas cómo late tu sombra
contra mi sombra
hace tiempo los oídos están muertos
y el tiempo grita al viento
debajo de las piedras
mientras escuchamos
mientras el silencio
ese terrible
ese inmortal
las elegía con cuidado
prometí cuidar tu sombra
prometí hacerla dormir encima del agua
prometí convertirte en palabras
en palabras que destrozaran sonidos
y puertas y casas y piedras
.
31
laberinto
el tiempo gira sobre los árboles
los árboles giran sobre la tierra
el silencio gira en ruta de la arena
tus manos hondas de agua están entrando
en mis manos de tormenta
el tiempo gira en nosotros adentro y afuera
mira tus ojos que me miran
mira tu boca que toca mi boca
estamos donde estuvimos
aquel día en el fin del mundo
en el principio de la hoguera
éramos tiempo y sombra
recuerda
32
viento
tu boca es sonido
palpitación suave
gota y sonido es tu boca
eco y gota
es lluvia
es soplo
viento
palabra
es tu boca
33
hábito
vine a quedarme esparcida en la niebla
a entender el aire e intuir tu grandeza
porque existe un hábito de silencio en mí
cuando observo tu luz en el horizonte
es el amanecer que atraviesa la mañana
y rompe las ventanas con ternura
es la limpia noche que se queda
escondida entre la pared y la mesa
No son entonces mis manos y mi cuerpo
una extraña luz que se asoma
es la niebla del alma que brota de las lozas
es mi amor que abre la puerta y te llama
dime con tus soles ajenos al hombre
cuántos cielos se cierran al borde de la espesura
cuántos hilos de viento rozan la yema de tus dedos
para caer en mi mano al hablar este lenguaje
en el tono de la mariposa y la piedra
en el goteo del lápiz y las sombras
Plaza Tlaxcala, México 2006
34
faena
si fuera un sueño repetir
las palabras frente al mar
como un pescador perfecto
no sería la playa mi hogar
ni los peces mi alimento
no diría una filosofía cumplida
por los ancestros al azar
ni tendría la embriaguez
de la noche en mis ojos
solo el silencio que escucha
teclear lento mi arpón y mi anzuelo
a esta hora en este suelo
extraña a la realidad
sin alegorías ni metáforas
sin letras oscuras que no suenan
como un pescador perfecto
de pie frente a las olas
35