Valor de la inclusión de la tecnología en la educación
a introducción de las tecnologías en
la educación posee un enorme
valor positivo, pues a través de las
mismas podemos lograr una enseñanza y
un aprendizaje más eficaz, ameno y
agradable. Además la practicidad que las
mismas nos posibilitan. Pero somos
conscientes que al introducirlas en
nuestras prácticas diarias debemos
enfrentar algunos desafíos.
L
La revolución digital ha creado una plataforma para el libre flujo de información,
ideas y conocimientos a nivel mundial. A través de las mismas nuestros educandos
pueden recibir, manipular y procesar información a cualquier momento y en
cualquier lugar.
Esta es una era en que circulan infinitos flujos de imágenes, sonidos, textos, a
velocidades que superan nuestra capacidad de asimilarlos.
El paradigma de la educación tradicional, de autoridad jerárquica y relaciones
estáticas tiene en el universo de las Tics a fuertes competidores por la atención de los
niños y adolescentes.
La presencia de las tecnologías de la información y la comunicación plantean
hoy un gran desafío a la educación, a la forma de adquisición y transmisión del
conocimiento.
Estas tecnologías ofrecen infinitas
posibilidades; por una parte, hay nuevas
herramientas de acceso a la información y al
conocimiento cuyo manejo es preciso conocer para
ser capaz de elegir cuál nos sirve, en qué momento
y para qué: Conocer y entender la tecnología
significa saber valorarla, probarla para decidir sus
usos y aplicaciones. Como dice Gray 1960
debemos saber leer tras las líneas, es decir
comprender la ideología, posicionamiento, punto de vista, lo que no es fácil sin
alguien que nos guíe, que nos enseñe a discernir la información que nos sirve y la
que no.
A ello se aúna la necesidad de un criterio de selección de las fuentes a las
cuales hemos de recurrir: ¿Cómo identificar cuál es "la buena" fuente? Se dice que
para obtener una buena respuesta, hay que tener una buena pregunta. Pero y si no
tenemos una buena pregunta? Es imperioso “aprender a buscar”, a seleccionar entre
esa abundancia y aprender a procesar aquello que sea realmente útil.
Lo dicho hasta ahora desafía la situación actual del decentes en dos aspectos:
por un lado, necesitan “conocer su terreno” es decir, conocer los contenidos
curriculares y saber cómo presentarlos, cómo transmitirlos, como base para integrar
el uso de las TICs en su labor.
¿Cuántos de nosotros tenemos en clase a niños que manejan mejor que
nosotros esas tecnologías?, que cuando les proponemos alguna actividad en la cual
puedan utilizarlas la hacen motivados, de
forma más autónoma y rápida.
Muchas veces esos mismos niños son
de los que nos quejamos de su conducta en
el salón de clase, decimos “que no quieren
hacer nada”. Pero nos paramos a reflexionar
¿cómo son nuestras clases?, ¿cómo son
nustras propuestas?, ¿son atractivas?, ¿Al
planificar pienso en los intereses de mis
niños o solamente en cumplir con el programa? Creemos que debemos repensar qué
tipo de docentes queremos ser, autoevaluarnos. Además saber que nosotros somos
los que debemos tratar de aceptar y entender que la sociedad actual ha pasado por
cambios vertiginosos los cuales debemos asimilar y comprender. Como nos dice
Juana Sancho Gil “Las reglas del mundo están cambiando. Es hora de que las reglas
de la enseñanza y del trabajo de los docentes cambien con ellas”.
En fin consideramos las nuevas tecnologías complementan nuestra labor
docente y poseen un amplio valor para la educación de nuestros niños y
adolescentes.