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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ
INSTITUTO DE CIENCIAS BIOMÉDICAS
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA SALUD
DIFERENCIAS EN TRIACILGLICEROLES Y COLESTEROL TOTAL EN MUJERES
NORMOLIPÉMICAS SEDENTARIAS Y FÍSICAMENTE ACTIVAS DEL PROGRAMA
DE NUTRICIÓN DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUAREZ
POR
CELESTE ORTIZ
TESIS
LICENCIATURA EN NUTRICIÓN
CD. JUÁREZ, CHIH. MAYO 2011
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CARTA DE AUTORIZACIÓN
DIFERENCIAS EN TRIACILGLICEROLES Y COLESTEROL TOTAL EN MUJERES
NORMOLIPÉMICAS SEDENTARIAS Y FÍSICAMENTE ACTIVAS DEL PROGRAMA
DE NUTRICIÓN DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUAREZ
POR
CELESTE ORTIZ
TESIS
DR. ARNULFO RAMOS JIMENEZ
DIRECTOR DE LA INVESTIGACIÓN
M.D.B. GABRIEL MEDRANO DONLUCAS
COORDINADOR DEL PROGRAMA
DR. CARLOS E. CANO VARGAS
JEFE DEL DEPARTAMENTO
M.C. HUGO SALVADOR STAINES OROZCO
DIRECTOR DEL INSTITUTO
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DEDICATORIA
A mi padre, que está en la Gloria de Dios.
Celeste Ortiz
Con todo mi cariño para
René Sosa Martínez
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a mi asesor, el doctor Arnulfo Ramos Jiménez por toda su paciencia
y disposición para conmigo, y por facilitarme las instalaciones y el equipo por medio del
cual se realizó toda la metodología. Al doctor Abraham Wall quién me empujó desde un
inicio en el tema de mi tesis, por sus consideraciones y aportaciones al proyecto. A
cada miembro de mi familia por ser mi motor y mi energía para levantarme cada día y
en particular por apoyarme siempre a lo largo de mi carrera y en la realización de esta
tesis. A Fernanda Gómez Mora por su apoyo incondicional, paciencia y disposición
siempre a ayudarme en problemas que fueron surgiendo a lo largo de estos dos años
de trabajo.
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RESUMEN
Introducción: El sedentarismo junto con los malos hábitos de alimentación son
factores de riesgo mayor para padecer enfermedades cardiovasculares (ECV). Estas
enfermedades se han convertido en un importante problema de salud pública, puesto
que más del 60% de la población mexicana no realizan los 30 minutos de ejercicio de
intensidad moderada, al menos tres días por semana, como lo recomienda la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Las concentraciones elevadas de los lípidos
principalmente de los Triacilgliceroles (TAG), aunado a los factores sedentarismo y
herencia familiar, son la combinación perfecta para desarrollar estas enfermedades, en
cambio la actividad física y el ejercicio las reducen. Objetivo: Determinar las
diferencias entre concentraciones plasmáticas de TAG y colesterol total (CT) en
mujeres sedentarias y físicamente activas en relación a su capacidad aeróbica y
composición corporal. Materiales y métodos: A 17 mujeres sedentarias y 8
físicamente activas se les midieron por procedimientos estandarizados las
concentraciones en suero de TAG y CT. Para determinar su capacidad aeróbica se les
midió el consumo máximo de O2 (VO2 max) con un analizador de gases (Vmax Encore
29). Para conocer el índice de masa corporal (IMC) y el porcentaje de grasa corporal
(%GC) se sometieron a una evaluación antropométrica, por el método estandarizado
de la International Society for the Advancement of Kinanthropometry (ISAK). Para
clasificar a las personas entre sedentarias y físicamente activas se les pidió llenar un
cuestionario estandarizado de actividades realizadas durante 24h. Resultados: Las
mujeres sedentarias presentaron mayor %GC (24.5±4.8 vs. 20.2±4.6, para sedentarias
y físicamente activas respectivamente), mayor concentración de TAG (122.8±26.6 vs.
82.1±39.0, para sedentarias y físicamente activas respectivamente) y menor CT
(138.6±16.5 vs. 156.5±28.4, para sedentarias y físicamente activas respectivamente).
Se observó que a mayor concentración de TAG menor el VO2max (p<0.05).
Conclusiones: En mujeres sanas normolipémicas, la capacidad aeróbica se encuentra
directamente relacionada con las concentraciones plasmáticas de TAG.
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ÍNDICE
DEDICATORIA .................................................................................................... iii
AGRADECIMIENTOS ......................................................................................... iv
RESUMEN ...........................................................................................................v
ÍNDICE DE FIGURAS ........................................................................................ vii
ÍNDICE DE TABLAS ......................................................................................... viii
INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 1
CAPÍTULO 1 ....................................................................................................... 3
Antecedentes ................................................................................................... 3
Sedentarismo ............................................................................................... 3
Metabolismo de lípidos y lipoproteínas ........................................................ 5
Dislipidemias en México ............................................................................... 7
Efectos del ejercicio sobre la salud……………………………………………..8
Capacidad aeróbica y actividad física eficiente .......................................... 10
Hipótesis ........................................................................................................ 12
Objetivos ........................................................................................................ 12
Objetivo general ......................................................................................... 12
Objetivos específicos ................................................................................. 12
CAPITULO 2: Materiales y métodos ................................................................. 13
CAPITULO 3 ..................................................................................................... 16
Resultados……………………………………………………….…………………….16
Discusión ........................................................................................................... 18
Conclusiones ..................................................................................................... 19
LITERATURA CITADA ...................................................................................... 20
ANEXOS ........................................................................................................... 27
ANEXO 1: cuestionario de actividad física (CAF)…………………………………..28
ANEXO 2: PAR-Q & YOU…………………………………………………………….………29
ANEXO 3: Forma Antropométrica………………………………………………………30
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ÍNDICE DE FIGURAS
Figura Nombre Página
1.1 Composición de las lipoproteínas 5
1.2 Metabolismo de lipoproteínas 6
1.3 Metabolismo lipoprotéico durante la actividad física 10
2 Asociación entre el VO2max y las concentraciones de
triacilgliceroles.
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ÍNDICE DE TABLAS
Tabla Nombre Página
1 Actividad física recomendada para prevención de ECV 11
2 Criterios de participación 13
3 Características antropométricas de las participantes 16
4 Características fisiológicas de las participantes 17
5 Matriz de correlación de Spearman entre lípidos y variables
antropométricas y VO2max
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INTRODUCCIÓN
En la actualidad el sedentarismo esta estrechamente relacionado con el estado de
la salud cardiovascular principalmente. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), por lo menos un 60% de la población mundial lleva un modo de vida
sedentario, lo que le convierte en uno de los problemas principales de salud pública.
Adoptar un estilo de vida donde el ejercicio físico forme parte esencial de la rutina
diaria o semanal, junto con hábitos de alimentación saludables, aumenta
significativamente la calidad de vida. Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son
causadas por cambios degenerativos de las arterias, por la acción de varios factores
identificados como factores de riesgo, entre ellos: la edad, el género, el fumar, la
dieta, la obesidad, el estrés, la hipertensión, la diabetes así como disfunciones
lipídicas y el sedentarismo. La inactividad física constituye actualmente un motivo de
preocupación para la salud pública. Se estima que alrededor de un 9 a un 16% de
las muertes producidas en los países desarrollados pueden ser atribuidas a un
estilo de vida sedentario. (NIH, 1995)
El colesterol y los triacilgliceroles son los principales lípidos de la composición
sanguínea. Las concentraciones elevadas de estos lípidos principalmente TAG
aunado a los factores sedentarismo y herencia familiar, pueden propiciar eventos
silenciosos aterogénicos. Sin embargo, los niveles de estos lípidos se ven
significativamente disminuidos al realizar ejercicio físico, mientras que en personas
sedentarias es mayor el riesgo de aumentarse. Una de las razones por las cuales la
actividad física tiene un efecto protector sobre las enfermedades cardiovasculares
es precisamente por la mejoría del perfil lipídico. (Peidro, 2000). En México, los
valores promedio del colesterol presentan diferencias significativas entre las
distintas zonas geográficas, y niveles socioeconómicos, siendo mayor la prevalencia
en niveles medios y altos sobre todo hacia el norte del país. La prevalencia global
de hipercolesterolemia en México (23.6 %) es menor que la reportada en Estados
Unidos (39 %) y mayor a la de Japón (7 %), resaltando que esta dislipidemia está
determinada por dos factores: la predisposición genética y la dieta. (Morán, et al.,
2000). Los pacientes que no padecen alguna enfermedad crónico-degenerativa
como lo son la diabetes mellitus o hipertensión arterial, o que aparentemente se
encuentran sanos pero presentan dislipidemia desde los 20 años de edad, tienen
más factores de riesgo de sufrir daño coronario o infarto al miocardio por
obstrucción arterial debido a la placa de ateroma. (Hill, 2000). Es por esto que surge
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el interés de estudiar a la muestra bajo este protocolo, buscando relacionar los
resultados con los de estudios ya realizados en otras zonas de la república. La
mayoría de estos estudios, han sido llevados a cabo en hombres ya sean
deportistas o sedentarios, sin embargo esta investigación pretende realizar
diferencias de los valores de colesterol total y TAG en mujeres sedentarias y
físicamente activas con el fin de asociar los factores que pueden o podrían propiciar
el padecimiento futuro de alguna enfermedad coronaria o infarto al miocardio y
determinar si la capacidad aeróbica se relaciona con concentraciones lipídicas
menores.
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CAPÍTULO 1
Antecedentes
Sedentarismo
El sedentarismo es un factor modificable, que juega un rol importante en el
desencadenamiento de enfermedades crónico degenerativas que se manifiestan
poco a poco a lo largo de la vida. (Bierman, 1976). Según el diccionario
enciclopédico universal y de México (2000), sedentarismo se dice del oficio o vida
de poca agitación o movimiento. Por otro lado, según la real academia española,
ejercicio físico es el conjunto de movimientos corporales para mantener o mejorar la
forma física. En la actualidad, cada dia se va aumentando el número de notas
nacionales e internacionales en periódicos, internet, televisión, radio, etc., donde se
dan a conocer los efectos del sedentarismo sobre la salud desde la niñez hasta la
edad adulta, dando como pronóstico noticas muy desalentadoras si no se cambia el
ritmo y estilo de vida que ahora lleva la población en general. Ya lo predice la OMS
(2011), en datos recabados en el 2008, para el año 2015 habrá aproximadamente
2300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad en el
mundo; mencionando al sedentarismo como una de las principales causas de estos
padecimientos, también indica que mueren al año 3 millones de personas por
complicaciones asociadas con el sedentarismo.
La práctica habitual de ejercicio físico es uno de los elementos más
importantes en la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares.
(Peidro, 2000). Más de dos terceras partes de la población de países de América
Latina, como México y Brasil, no practican los 30 minutos diarios recomendados de
actividad física moderada para prevenir enfermedades no transmisibles, que han
sido causa de 76 por ciento de todas las defunciones registradas en la región en el
año 2000. (Sánchez, 2004); pues mientras que en 1960 las enfermedades crónicas
representaban 7% de la mortalidad, ahora rebasan 70%. (Córdova, 2011). A esto
también añade la OMS (2011), que las ECV (especialmente las cardiopatías y los
accidentes vasculares cerebrales), constituyen la principal causa de muerte en todo
el mundo, con 17 millones de muertes anuales.
Las causas o motivos principales del sedentarismo involucran la realización
de actividades intelectuales, como médicos, enfermeras, bibliotecarios, personal de
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oficina y secretarias de casi todas las zonas urbanas del mundo entero. (Soca,
2009). Estas causas coinciden con los resultados de diversos estudios donde se
han aplicado instrumentos para medir hábitos y conductas físico-deportivas, las
cuales muestran que el sedentarismo es segundo a razones laborales y escolares
(Zhang y Middlestadt, 2007), las extensas horas desperdiciadas en televisión e
internet frente al ordenador (Kuriyan, et al., 2007) e inclusive al nivel
socioeconómico (Weiss, et al, 2007) cuyos casos son los que con mayor frecuencia
asisten a prevenimss. Por otro lado también, la Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición (2006), señaló que al menos 50% de los jóvenes pasa más de doce horas
frente al televisor y/o videojuegos. Este hecho, además de propiciar el consumo de
alimentos calóricamente densos, también secuestra horas al individuo que pueden
ser utilizadas en activación física.
Los jóvenes universitarios son presa fácil de una rutina exhaustiva y poco o
nada saludable, de tal manera que pasan por alto el hecho tan importante de
dedicar un par de horas a la semana a realizar ejercicio físico o algunos otros no
saben elegir el tipo de ejercicio que mejor les convenga. Es entonces, cuando se va
demeritando la oportunidad de mejorar la calidad de vida, longevidad y de aumentar
su capacidad aeróbica, disminuyendo o en todo caso, manteniendo normales las
concentraciones de lípidos aterogénicos en sangre previniendo así futuras
enfermedades. Adoptar un estilo de vida donde el ejercicio físico forme parte
esencial de la rutina diaria o semanal, junto con hábitos de alimentación saludables,
aumenta significativamente la calidad de vida. (Kemper et al, 1999). La American
Heart Association (AHA) anunció oficialmente en 1992 que la vida sedentaria
ascendió a factor de riesgo mayor e independiente de enfermedad coronaria. En lo
que respecta al estado hoy en día, la coordinación de salud pública del IMSS ha
venido advirtiendo que Chihuahua tiene un alto porcentaje de población
con sobrepeso y obesidad, resultado de no comer adecuadamente y no hacer
ejercicio; en el 2010, se diagnosticaron tan solo en enero 845 casos nuevos de
diabéticos; 102 dependientes de la insulina a comparación de lo que va del año, las
cuatro primeras semanas del mes se registraron 909 casos nuevos. (IMSS, 2011).
En México, de acuerdo a la consulta Mitofsky (Junio del 2008), el 38.5 % de la
población entrevistada realiza ejercicio, pero es menor a lo registrado cuatro años
antes que era de 41.7% y el 34.6% de los que realizan ejercicio acostumbran ver
TV por mas de 3 horas.
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En este trabajo se observarán las diferencias entre mujeres sedentarias y
físicamente activas con respecto a sus valores de triacilgliceroles, colesterol total y
su consumo máximo de oxígeno. Existen pocos estudios de este tipo realizados en
mujeres; en su mayoría se han llevado a cabo en hombres con alguna patología,
sedentarios, obesos (Fogelholm, 2005), y en otros casos deportistas (O´Donovan,
2005) o adultos mayores. Por esto el interés en mujeres sanas, sedentarias y
físicamente activas, con el fin de determinar diferencias y como la capacidad
aeróbica tiene o no relación con la concentraciones lipídicas en sangre.
Metabolismo de lípidos y lipoproteínas
El colesterol y los triacilgliceroles son los principales lípidos de la composición
sanguínea, los niveles de estos se ven significativamente disminuidos al realizar
ejercicio físico, mientras que en personas sedentarias es mayor el riesgo de
aumentarse. El colesterol y TAG son transportados a lo largo del organismo por las
diferentes lipoproteínas: quilomicrones, HDL, LDL, VLDL y IDL. Todas estas
contienen cierta concentración de Colesterol y TAG, como se muestra en la figura
1.1, lo cual diferencia su tamaño y densidad.
Figura 1.1. Composición de las lipoproteínas. UNED. Facultad de Ciencias.
Nutrición y Dietética, 2011.
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La siguiente figura, muestra el metabolismo “normal” de lipoproteínas y los órganos
involucrados. Muestra como la VLDL o lipoproteína de muy baja densidad es
sintetizada en el hígado y es el vehículo de transporte de los triacilglicéroles, desde
el hígado hasta los tejidos extrahepáticos. La VLDL es también precursor de la IDL,
la cual constituye la etapa intermedia hacia la conversión de VLDL a LDL.
Figura 1.2. Metabolismo de las lipoproteínas. A la VLDL naciente se une la apo
E, apo CII y apo CIII provenientes de la HDL, para formar VLDL madura,
posteriormente la VLDL dona la apo CII y la apo CIII a las HDL nacientes para
formar IDL, esta IDL dona la apo E a la HDL y se forma la LDL. (Bermudez, et al.,
2003).
De igual manera la HDL3 se sintetiza en el hígado, pero en el plasma se transforma
en HDL2 por la acción de la lecitina colesterol acil-transferasa (LCAT), enzima
encargada de convertir los fosfolípidos superficiales y el colesterol libre, que se
encuentran en la HDL3, en ésteres de colesterilo y lisolecitina, los cuales son
transportados al núcleo de la misma HDL3, hasta formar una lipoproteína esférica
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seudomicélica llamada HDL2. Este proceso de transformación, que involucra la
esterificación del colesterol extraído de los tejidos al interior de la HDL3 para
convertirse en HDL2, es un paso fundamental en el transporte reverso del colesterol,
y por lo tanto contrario a la aterosclerosis. Este paso también es conocido como
"maduración de la HDL". (Bermudez, et al., 2003). La incidencia de aterosclerosis
coronaria y de infarto del miocardio está inversamente relacionada con la
concentración de HDL colesterol, específicamente con la fracción HDL2 (Diehl, et al.,
1988), posiblemente debido a que reflejan la eficiencia de la depuración del
colesterol en los tejidos. Sin embargo, el papel de otras subfracciones, como la
HDL3 (Sillanaukee, et al., 1993) ha sido menos relacionada con estas patologías.
La determinación cuantitativa GPO-POD Y CHOD-POD enzimático
colorimétrico de Y TAG CT y mediante el método directo o de precipitación de HDL-
c (Hernández, et al., 1998) y LDL-c en suero, resulta de gran utilidad en el
diagnóstico y monitoreo de enfermedades metabólicas, primarias o secundaria.
Dislipidemias en México
En México, los valores promedio del colesterol presentan diferencias significativas
entre las distintas zonas geográficas, como también entre diferentes niveles
socioeconómicos de la población. Existe mayor prevalencia de hipercolesterolemia
en los estratos socioeconómicos medios y altos, en la población del norte del país y
a mayor edad. La prevalencia global de hipercolesterolemia en México (23.6 %) es
menor que la reportada en Estados Unidos (39 %) y mayor a la de Japón (7 %),
resaltando que esta dislipidemia está determinada por dos factores: la
predisposición genética y la dieta. (Morán, 2000). Se han descrito prevalencias de
14.5 % de hipertrigliceridemia y de 15.7 % con nivel bajo de lipoproteínas de alta
densidad, esto relacionado con los cambios de estilo de vida, sedentarismo y
hábitos alimentarios inadecuados. (Salazar-Vásquez, et al., 2005).
La hipertrigliceridemia es una de las dislipidemias más frecuentes en la
población mexicana. En la población adulta urbana de 20 a 69 años, 24.3 %
presenta concentraciones de triglicéridos mayores de 2.24 mmol/L. (Barba-Evia,
2005). En un estudio realizado en el 2002 donde entre otros análisis, se les
determinó el perfil lipídico, se reportaron en algunas comunidades del Estado de
México una prevalencia de 35 % de hipertrigliceridemia y los valores promedio
fueron más altos en las mujeres. Con respecto a los niveles de colesterol, 46%
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fueron superiores a 200 mg/dL, resultando evidente que el sexo, el nivel
socioeconómico y la zona geográfica juegan un papel importante en este tipo de
desórdenes. (Paniagua-Contreras, et al., 2002).
La actual comercialización de productos procesados e hipercalóricos son los
principales causantes de las elevadas cifras de niveles lipídicos inclusive en niños y
adolescentes, lo cual permite que haya un cambio negativo en el regimen de
alimentación el cual es muy fácil de adoptar a esta edad y bastante difícil de cambiar
conforme pasan los años. En algunos casos se ha detectado que un cambio de 100
mg de colesterol en la dieta por cada 1000 kilocalorías modifica en 12 mg/dL la
concentración de colesterol sanguíneo. (Barba-Evia, 2005).
Efectos del ejercicio sobre la salud
El cambio de vida fisicamente activo altera positivamente los lípidos sanguíneos.
(Angelopulus et al., 1993). Peidro (2000), en el 8º congreso nacional de medicina
interna en la ciudad de Buenos Aires, afirma que una de las razones por las cuales
la actividad física tiene un efecto protector sobre las enfermedades cardiovasculares
es precisamente por la mejoría del perfil lipídico. Otros estudios refieren que los
valores lipídicos en sangre se han encontrado alterados en personas que no
realizan algun tipo de ejercicio físico. (Ramos et al, 2006). La actividad física y el
ejercicio reducen el riesgo de enfermedad coronaria, por medio de diversos
mecanismos metabólicos y fisiológicos; retarda el proceso aterogénico, disminuye la
tensión arterial, mejora la eficiencia de la bomba cardíaca, reduce el riesgo de
trombosis, aumenta la tolerancia a la glucosa y reduce el riesgo de arritmias fatales
al disminuir la sensibilidad miocárdica a las catecolaminas. (Lavie et al., 2000).
Se ha encontrado una capacidad aumentada de remoción para los
triacilgliceroles plasmáticos, tanto en sanos como en hipertrigliceridémicos, después
de un programa de entrenamiento aeróbico regular. (Duperly, 2005). En un estudio
realizado en hombres jóvenes sanos elegidos al azar y sometidos a actividades
deportivas de 45 minutos, tres días de la semana durante 12 semanas, se observó
una disminución en sangre del 5% del CT y un 23% en TAG. (Kiens et al., 2008).
Mientras que en otro estudio comparativo realizado en mujeres sedentarias y
fisicamente activas en Carolina del Norte por Nieman et al., (1993), se observó que
en cuanto a triacilgliceroles el valor fue mayor en mujeres sedentarias (1.29 +/- 0.15
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vs 2.00 +/- 0.15 mmol/L). Se intervino con una rutina de entrenamiento con duración
de doce semanas, en donde al final las mujeres sedentarias resultaron aumentar su
capacidad de captación máxima de oxígeno a un 12% a pesar de no presentar
cambios significativos en concentraciones de lipoproteínas séricas ni en su
composición corporal. En sus estudios, Cooper estableció que el nivel de
entrenamiento o aptitud física (tomado como el tiempo que un individuo mantiene un
esfuerzo en cinta rodante según el protocolo de Bruce), se relacionaba
inversamente con la frecuencia cardíaca de reposo, peso, porcentaje graso, nivel
sanguíneo de colesterol, triacilgliceroles, glucemia, y tensión arterial tanto sistólica
como diastólica.
Por todo esto, es notable que durante el ejercicio el organismo sufre
alteraciones fisiológicas naturales, pues las concentraciones de varias hormonas
que controlan las vias metabólicas se alteran provocando entre otros cambios,
modificaciones en el metabolismo lipoprotéico. Los lípidos una vez en la sangre
durante el metabolismo normal de lipoproteínas, estimulan una enzima denominada
LPLa-m (Lipoproteína lipasa adiposa muscular), la cual se encuentra en la
membrana del tejido sanguíneo y permite que los ácidos grasos hidrolizados desde
los triacilgliceroles circulantes formen parte del tejido adiposo de reserva o al interior
muscular nuevamente como triacilgliceroles.
En cambio al realizar actividad física, se estimula también otra enzima,
denominada lipasa hormono-sensible (LPL), presente en la membrana de los
adipocitos, que facilita el desdoblamiento de los triacilgliceroles en ácidos grasos y
glicerol. Estos ácidos grasos liberados, son transportados por acción de la LPL al
músculo donde serán utilizados como fuente energética preponderante durante la
actividad física de baja intensidad. El glicerol restante, se transporta al hígado y se
utiliza como precursor neoglucogénico. (Terrera, 2002). Por su parte, en el músculo
también está presente una enzima que juega un papel sumamente importante
durante el metabolismo lipoproteico en el ejercicio, se le denomina Acil-CoA
Sintetasa. Esta enzima activa los ácidos grasos facilitando que se unan con la CoA
formando Acil-CoA, la cual atravieza la membrana de la mitocondria facilitada por la
acción de la carnitina; para ser degradado por medio de la Beta-oxidación dando
origen a Acetil-CoA para ingresar al ciclo de Krebs y a la cadena respiratoria para
culminar su ruptura.
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Figura 1.3. Metabolismo lipoprotéico durante la actividad física (Terrera, 2002)
Es específicamente en estos procesos ya mencionados donde funge su efecto la
realización continua y crónica del ejercicio físico, siendo este el motivo por el cual
los niveles lipídicos en sangre se ven modificados favorablemente.
Capacidad aeróbica y actividad física eficiente
Puesto que el VO2max es la cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede
consumir durante la realización de ejercicio; este consumo tiene una relación
directa con el gasto de energía, al medirlo se puede determinar la capacidad
máxima de una persona para utilizar las vías metabólicas aerobias en forma
indirecta. El VO2max puede ser medido a base de pruebas de esfuerzo mediantes
protocolos estandarizados los cuales utilizan ergómetros en formas de bicicletas,
bandas, caminadoras, remadoras, escaladoras, etc. Estos equipos están diseñados
y programados para provocar que el individuo realice su máximo esfuerzo y por
medio de intercambio de gases respiratorios (O2 y CO2) medir el consumo y
producción de estos para generar energía. La capacidad aeróbica puede variar
dependiendo del tipo de actividad física que realice la persona, de la duración e
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intensidad de este; de igual manera va a tener mayor o menor efecto sobre los
niveles lipídicos sanguíneos y por ende sobre la prevención de ECV.
El Colegio Americano de Medicina del Deporte publicó desde el año 1978
cual era el nivel de actividad física recomendada como modelo de prevención de
enfermedades cardiovasculares.
Tabla 1. Actividad física recomendada para prevención de ECV.
Una frecuencia semanal de entre 3 y 5 veces.
Una intensidad de entre 60 al 90 % de la frecuencia cardíaca máxima y del 50 al
85 % del consumo máximo de oxigeno, dependiendo de las capacidades
individuales.
Una duración de entre 15 a 60 minutos de actividad física aeróbica continua.
Una actividad que utilice grandes grupos musculares.
La posibilidad de agregar trabajos de sobrecarga a aquellas personas con un
nivel aceptable de aptitud física.
Fuente: Colegio Americano del Medicina del deporte, 1978.
No obstante, conforme pasan los años y la tasa de enfermedades cardiovasculares
va en aumento, las recomendaciones para realización de ejercicio físico como
prevención de estas enfermedades han sido modificadas; y no precisamente se han
vuelto mas estrictas sino todo lo contrario, menor tiempo y menor intensidad, como
lo es la recomendación de la OMS, 30 minutos diarios de actividad física moderada.
Esto puede ser debido a que al individuo que ha llevado una vida sedentaria le sea
mas difícil iniciar una rutina de ejercicio pensando en el esfuerzo y desgaste que
significa para el, en cambio comenzar con intensidad moderada por menos tiempo
puede dar pie a que paulatinamente se decida a ir aumentando su esfuerzo físico.
Se han encontrado evidencias de que un tipo de vida asociado a actividades
físicas livianas, con una duración global de 30 minutos diarios (aunque no se
realicen en forma continuada, pero sí en forma diaria), no sólo produce efectos
beneficiosos sobre las tasas de incidencia de enfermedades cardiovasculares, sino
que también aumenta el rendimiento físico en porcentaje similar a los programas de
actividad física
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Hipótesis
En sujetos normolipémicos, las mujeres sedentarias presentan mayores
concentraciones en plasma de TAG y CT que las físicamente activas, en donde a
mayor capacidad aeróbica menores las concentraciones de TAG y CT.
Objetivos
Objetivo general
Determinar las diferencias entre concentraciones plasmáticas de TAG y CT en
mujeres sedentarias y físicamente activas en relación a su capacidad aeróbica y
composición corporal.
Objetivos específicos
Establecer la relación de la capacidad aeróbica con las concentraciones de TAG Y
CT. Determinar diferencias en composición corporal entre mujeres sedentarias y
físicamente activas.
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CAPITULO 2
Materiales y Métodos
Población. Previo a los estudios, se convocó a participar a un grupo de estudiantes
de la Licenciatura de Nutrición de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
(UACJ). Los criterios de inclusión y exclusión se muestran en la Tabla 2.
Tabla 2. Criterios de Participación
Inclusión Exclusión
Ser del género femenino
Tener un IMC menor de 30kg/m2
Edad entre 20 y 30 años
Mujeres que hayan firmado la
carta de consentimiento.
Mujeres con alguna lesión.
Mujeres deportistas de alto
rendimiento.
Mujeres que no completaran los
protocolos de evaluación.
Bajo los anteriormente criterios de inclusión y de exclusión, dentro un diseño
transversal, y posterior a la explicación de los procedimientos protocolarios, se
incluyeron a 25 mujeres sanas, 17 sedentarias y 8 físicamente activas. Todas las
evaluaciones se realizaron por la mañana en el Laboratorio de Fisiología del
Ejercicio de La UACJ, durante dos semanas continuas y con el siguiente protocolo
de investigación:
El primer día los sujetos firmaron la carta de consentimiento informado y se
les tomó una muestra de sangre venosa del antebrazo. El segundo día se les realizó
una medición antropométrica y una prueba de ejercicio máximo incrementado. Para
obtener los datos se realizarán las siguientes evaluaciones y cuestionarios.
Análisis de sangre. La muestra de sangre venosa fue obtenida del antebrazo, de
8:00 a 10:00 de la mañana y posterior a 12 h de ayuno. Posterior a la toma de
sangre, esta fue centrifugada y separados los plasmas. Los TAG y el CT se
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cuantificaron en plasma por el método de GPO-POD enzimático colorimétrico y
CHOD-POD enzimático colorimétrico.
Antropometría. Las mediciones antropométricas fueron realizadas de 8:00 a 12:00
h, al menos 2 h posteriores a la ingesta de alimentos y 24 h posterior a cualquier
tipo de ejercicio físico extenuante. Estas mediciones fueron realizadas y/o
supervisadas por un antropometrista de criterio Internacional nivel 2. Las mediciones
que se realizaron se clasifican dentro del perfil completo de las técnicas avaladas
por la Asociación Internacional para la Estandarización Antropométrica (ISAK, por
sus siglas en inglés). Las mediciones completas y las técnicas específicas se
explican en detalle en Norton y Olds (1996). De manera sintética mencionaremos
que se midieron el peso, la talla de pie y talla sentada, 9 pliegues cutáneos, 23
perímetros, 8 longitudes y 8 diámetros corporales. (Ver anexo 4).
Mediciones metabólicas. Con el propósito de conocer el acondicionamiento
aeróbico de los sujetos se midieron los gases respiratorios [consumo máximo de O2
(VO2max) y la producción de CO2 (VCO2] durante una prueba de ejercicio máximo
incrementado. Los gases respiratorios fueron medidos con un analizador de gases
Vmax Encore, versión 229 (California, EUA). El analizador de gases fue calibrado
antes de cada prueba de ejercicio con gases certificados de concentraciones
conocidas (4% de CO2, 16% de O2 y 80% de N2; 26% de O2 y 74% de N2, Sensor
Medics). El protocolo de ejercicio se realizó en una bicicleta ergométrica electrónica
Viasy (California, EUA). El protocolo de ejercicio se ajustó para que los sujetos
durasen en la prueba de 9 a 12 minutos, lo anterior de acuerdo a las características
de acondicionamiento físico general de los sujetos, las cuales fueron determinadas
mediante un cuestionario de recordatorio de actividades diarias (López-Alvarenga et
al., 2001). Previo a esta prueba de ejercicio, se realizaron algunas preguntas
referentes al estado de salud ósea y cardiopulmonar, utilizando para ello el
cuestionario PAR-Q & YOU (CSEP, 2002). Los sujetos fueron supervisados
continuamente durante el protocolo, registrándose la frecuencia cardíaca y la
percepción del esfuerzo realizado, según la escala de Borg de 10 puntos.
Cuestionario de actividad física. El cuestionario de actividad física (CAF) que se
utilizó fue validado por la Universidad de Laval. Dicho cuestionario consta del
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registro de un día de actividad física del sujeto, en donde cada día se fracciona en
periodos de 15 minutos. (López-Alvarenga et al., 2001). Se verificó durante el
proceso que cada cuestionario fuese llenado correctamente. Se cuantificaron las
kilocalorías gastadas por actividad por cada 15 minutos y se multiplicó dicho valor
por el peso corporal, para con ello obtener el gasto calórico en 24 h. Después, en
base a si refirieron realizar ejercicio físico o no en este cuestionario, fueron
clasificadas en sedentarias o físicamente activas.
Análisis estadístico. Para conocer las características de los sujetos se realizó un
análisis descriptivo. Para conocer las diferencias entre sujetos sedentarios y
físicamente activos se realizó una t de Student. Para conocer las asociaciones entre
las variables en sangre, antropométricas y de acondicionamiento aeróbico se realizó
un análisis de correlación de Pearson.
La base de datos se elaboró en el programa Excel para Windows, versión
2010. El análisis de la información se realizó con el paquete estadístico SPSS,
versión 6.5. Las variables continuas se expresaron como promedios ± desviación
estándar.
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CAPITULO 3
Resultados
Descripción de la muestra. Se eligieron por conveniencia 25 mujeres estudiantes
del Programa Nutrición de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez de entre 20 y
30 años de edad con un IMC menor de 30kg/m2 en su mayoría sedentarias y todas
normolipémicas. Se agruparon en sedentarias y físicamente activas según
realización de actividad física reportada.
Antropometría y composición corporal. Como se observa en la Tabla 3, con
respecto a su composición corporal, solo se encontraron diferencias significativas en
el %GC, donde las sedentarias tuvieron ~4.3% más de grasa corporal (p≤0.05) que
sus contrapartes físicamente activas.
Tabla 3. Características antropométricas de las participantes.
Sedentarias, (n=17) Físicamente activas, (n=
8)
Edad (años) 22.9±2.2 21.9±0.84
Peso (kg) 56.6±8.5 50.8±4.4
IMC (kg/m2) 21.7±2.6 20.5±2.1
Circunferencia de Cintura ( cm) 67.3±7.1 64.8±3.9
Grasa Corporal (%) 24.5±4.8 20.2±4.6*
Los datos se presentan como medias ± DE; IMC= Índice de masa corporal. * p<
0.05.
Lípidos y VO2max. Como se observa en la Tabla 4, las mujeres sedentarias
presentaron mayor concentración de triacilgliceroles (>40 mM) pero menor
colesterol total (<16mM) que sus contrapartes activas. Por otro lado, no se
observaron diferencias en consumo máximo de oxigeno (capacidad aeróbica)
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Tabla 4. Características fisiológicas de las participantes.
Sedentarias Físicamente Activas
Triacilgliceroles (mM) 122.8±26.6 82.1±39.0*
Colesterol total (mM) 138.6±16.5 156.5±28.4*
VO2 max (ml/kg/min ) 30.9±5.3 31.2±6.9
Los datos se presentan como medias ± DE. VO2max = Consumo máximo de O2. *
p≤0.05.
Como se observa en la Tabla 5 y Figura 2, cuando se analizaron a todos los sujetos
como un solo grupo, existió una correlación significativa entre el consumo máximo
de oxígeno y las concentraciones de TAG.
Tabla 5. Matriz de correlación de Spearman entre lípidos y variables
antropométricas y VO2max.
Peso CC IMC %GC VO2max
TAG 0.17 0.12 -0.06 0.23 -0.47*
CT -0.29 -0.18 -0.19 -0.14 0.14
TAG= Triacilgliceroles, CT= Colesterol total, IMC= Índice de masa corporal,
CC= Circunferencia de cintura, VO2max= Consumo máximo de O2, %GC=
Porcentaje de grasa corporal. * = p<0.05.
Figura 2. Asociación entre el VO2max y las concentraciones de triacilgliceroles.
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Discusión
Este trabajo estudia la relación entre los niveles de CT y TAG sanguíneos y la
capacidad aeróbica entre mujeres de mediana edad sedentarias y físicamente
activas. De lo anterior se obtuvo una relación considerable entre el consumo
máximo de Oxígeno y el nivel de triacilgliceroles en la muestra en general. Este
resultado coincide con el obtenido por Kiens (2008) donde los individuos mostraron
menores niveles (23%) de triacilgliceroles en sangre después de un período de
entrenamiento durante 12 semanas. Sin embargo a pesar de ser similar, este
estudio reporta la relación en general, sin discrmininar sedentarias y físicamente
activas, esto puede ser debido al tipo de ejercicio físico que realiza el sujeto, ya que
el aeróbico es el más eficiente cuando se trata de salud cardiovascular. Por otro
lado, el hecho de haber obtenido menores niveles de triacilgliceroles pero mayores
niveles de colesterol total en mujeres físicamente activas con alta capacidad
aeróbica, concuerda con el estudio realizado en Carolina del Norte por Nieman y
colaboradores (1993); quienes después de someter a una muestra de mujeres
sedentarias y físicamente activas a un entrenamiento durante 12 semanas
resultaron con un aumento en captación máxima de oxígeno (12%), sin embargo
sus niveles lipídicos principalmente de CT, no mostraron mayor diferencia. Esto
podría explicarse debido a que la determinación de solamente colesterol total no
distingue entre c-LDL y c-HDL y sea este último (denominado colesterol “bueno”) el
que se encuentre en niveles altos debido al ejercicio físico moderado continuo.
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Conclusiones
Conforme a los objetivos previamente determinados los resultados que se arrojan
en esta tesis, la cual estudió a mujeres sedentarias y físicamente activas, se
concluye que se ha logrado comprobar la hipótesis planteada, pues las mujeres
sedentarias presentaron mayores concentraciones en plasma de TAG que su
contraparte de físicamente activas, esto debido principalmente a la falta de actividad
física o ejercicio aeróbico. Al igual que se obtuvo un mayor porcentaje en grasa
corporal en mujeres sedentarias que en físicamente activas. Esto habla de la posible
relación indirecta que puede existir entre los niveles de TAG y el porcentaje de
grasa corporal en mujeres sedentarias y físicamente activas. También se observó
que a mayor concentración de TAG menor fue la capacidad aeróbica en la muestra
como grupo. Esto nos indica que no solo es importante realizar actividad física, pues
funge muy poco o nada de efecto en la salud arterial, sino practicar ejercicio
aeróbico el cual además de aumentar nuestra capacidad aeróbica, realizándolo
continuamente, disminuye los niveles de TAG y CT.
Otro de los resultados rescatables de este estudio fue que en mujeres sanas
normolipémicas, la capacidad aeróbica se encuentra directamente relacionada con
las concentraciones plasmáticas de TAG. Sin embargo, las concentraciones de CT
se vieron menores en mujeres sedentarias. En este caso se deben determinar c-
HDL y c-LDL pues probablemente indican menor concentración debido al nivel
disminuido de c-HDL.
Por todo lo anterior mencionado y reafirmando tanto los antecedentes como
la hipótesis elaborada, se puede deducir que en personas físicamente activas
quienes muestran tener mayor captación máxima de oxígeno, menores niveles
lipídicos y menores porcentaje de grasa se relacionan con un menor riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares (ECV), daño coronario o infarto al
miocardio por obstrucción arterial.
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ANEXOS
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ANEXO 1
CUESTIONARIO DE ACTIVIDAD FÍSICA (CAF)
Día:
Apellido:
Nombre:
No. De investigación:
Fecha:
Instrucciones
Cada rectángulo situado a la derecha de la columna de horas corresponde a un periodo de 15
minutos. Cada hora está fraccionada en cuatro periodos de 15 minutos. A partir de la lista de
actividades dadas en la última página, escriba el número correspondiente a la actividad que
usted practica durante cada periodo de 15 minutos. Si una actividad es practicada durante un
largo periodo (por ejemplo, dormir), usted puede hacer un trazo horizontal continuo en los
rectángulos que siguen, hasta que se cambie de actividad.
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ANEXO 2
PAR-Q & YOU
Si No
¿Le ha dicho su doctor que tiene problemas del corazón y que solo
puede realizar actividad recomendada por el mismo?
¿Siente dolor o molestia en el pecho cuando realiza ejercicio?
¿En el último mes, ha sentido dolor en el pecho aún cuando no está
realizando ejercicio?
¿Siente mareos o incluso a perdido el equilibrio o la conciencia por lo
mismo?
¿Tiene problemas en sus huesos o articulaciones (ej. Espalda, rodilla,
cadera) que puedan empeorar por un cambio en su actividad física?
¿Esta tomando actualmente algún medicamento, para la presión o el
corazón?
¿Existe una razón por la cual no deba realizar actividad física?
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ANEXO 3