Download - Unidad 7 la fe, algo humano
LA FE, ALGO HUMANO
“Es difícil que exista otra palabra en
el lenguaje religiosos, sea teológico
o popular, que padezca tantas
malinterpretaciones, distorsiones y
definiciones cuestionables como el
término “fe”. Pertenece a ese grupo
de palabras que necesitan una
curación antes de poder ser
empleadas para curar a los seres
humanos"
...los seres humanos tenemos preocupaciones
preliminares, inmediatas y urgentes...
más allá de eso también tenemos preocupaciones
últimas...
El hecho de que una preocupación se presente como
última, exige la entrega total de quien la acepta y
promete una realización total.
-Lo que conforma nuestra preocupación última se
convierte en santo, en sagrado-
entendida como preocupación última del ser humano,
revela algo acerca de su propio ser, a saber, el hecho de que es capaz de
trascender el flujo de experiencias relativas y transitorias de su vida ordinaria.
El término "preocupación última" reúne 2 aspectos: La fe por la cual uno/a cree
(acto personal) y la fe que se cree (aquello hacia lo cual se dirige ese acto, lo
último en sí mismo, expresado en símbolos de lo divino)
(pero no aislado de la realidad!) y abarcador del
ser humano en todas sus esferas, es "extática". Trasciende lo racional y lo
irracional.
"Éxtasis" significa "estar parado fuera de sí mismo", sin dejar de ser uno
mismo.
La percepción de lo santo/sagrado es percepción de la presencia de lo divino.
Es una presencia misteriosa a pesar de su aparición que ejerce una función
atractiva y repulsiva a la vez con respecto a quienes la experimentan.
Lo santo es experimentado como creativo y destructivo a la vez, de manera
que parece ser que yace por debajo de la alternativa del bien y del mal.
Entrar al santuario, significa encontrarse con lo santo. Lo infinitamente
separado se hace cercano y presente, sin perder su carácter remoto
Moisés dijo a Yahvéh: "Déjame ver tu gloria, déjame ver tu rostro". Él le
contestó: "Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante
de tí el nombre de Yahvéh; pues concedo mi favor a quien quiero y tengo
misericordia con quien quiero". Y añadió: "Pero mi rostro no podrás verlo,
porque nadie puede verme y seguir con vida". Yahvéh añadió: "Aquí hay un
sitio junto a mi; ponte sobre la roca. Al pasar mi gloria, te meteré en la
hendidura de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.
Luego apartaré mi mano, para que veas mis espaldas; pero mi rostro no lo
verás".
Éxodo 33:18-23
No hay posibilidad de encontrar a Dios directamente.
Sólo podemos acceder a lo santo,
a lo sagrado, a lo divino, a lo
trascendente, mediante el
lenguaje simbólico, no es posible
una experiencia inmediata.
1. No puede ser reemplazado por
conveniencia.
2. Participa en aquello hacia lo cual
apunta.
3. Abre niveles de realidad que de otro
modo nos están vedados.
4. También abre elementos y dimensiones
de nuestra alma que corresponden a las
dimensiones y elementos de la realidad.
5. No se pueden producir de manera
intencional.
6. No puede inventarse.
Si llamamos a la preocupación última "Dios", podemos afirmar que constituye lo
verdaderamente último para la fe y a su vez, trasciende infinitamente el terreno de la
realidad finita. Por tanto, ninguna realidad finita lo puede expresar de manera directa y
adecuada.
En términos cristianos, podemos decir que
Todo lo que digamos sobre lo que nos concierne últimamente tiene un significado
simbólico. Apunta más allá de sí mismo mientras participa en aquello hacia lo cual
apunta.
"Dios" es un símbolo de Dios.
(está Dios mismo y están los símbolos que nosotros aplicamos, por ejemplo: "Dios")
Las cosas sagradas no son sagradas en
sí mismas sino que apuntan más allá de
sí mismas a la fuente de toda
trascendencia, hacia aquello que es
sujeto de preocupación última.
Los mitos, como relatos que acompañan
ciertos símbolos, son expresiones de
encuentros divino-humanos.
De la combinación de símbolos y mitos,
surgen los ritos.
Cuando el ser humano,
experimenta la trascendencia,
reconoce su finitud, se reconoce
como criatura de Dios y esto es
lo que se llama en términos
bíblicos "Revelación".
es la experiencia en
la cual una preocupación útima
captura la mente humana y crea
una comunidad en la cual ésta
preocupación se expresa en
símbolos de acción, imaginación
y pensamiento. Es un evento en
el cual lo último se manifiesta en
una preocupación última y a la
vez altera y transforma la
situación.
La preocupación
última se relaciona
con todos los
aspectos del ser
humano y su realidad.
En el acto de fe
participa cada nervio
del cuerpo humano,
cada anhelo del alma,
cada función del
espíritu.
Cuerpo, alma, espíritu
son dimensiones del
ser humano, siempre
están uno dentro del
otro: el ser humano
es una unidad.
Se siente una preocupación última únicamente
por algo a lo cual se pertenece por esencia y de
lo cual se está existencialmente separado. La
preocupación de la fe es idéntica al deseo del
amor: la reunión con aquello a lo cual uno
pertenece y de lo cual está extrañado.
Pero la fe en tanto estado de preocupación
última implica el amor, es decir, el deseo y el
impulso hacia la unión de lo que está separado.
El lazo mediador entre la fe y la acción es el
amor.
La fe implica el amor, el amor vive en la acción.
Una acción que implica cuestionamientos
respecto a las consecuencias éticas y el
compromiso con la realidad.