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UNIDAD 13: La literatura medieval
A) HISTORIA Y SOCIEDAD
1. ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL
Edad Media
Feudalismo
Sociedad estamental
2. IDEAS Y CULTURA MEDIEVALES
Concepto de “autoridad”
Concepción teocéntrica de la realidad
Cultura popular medieval
Secularización de la cultura
Papel de la mujer en la Edad Media
3. CASTILLA
Situación lingüística de la península ibérica:
Las glosas emilianenses y silenses. B) TRANSFORMACIONES HISTÓRICAS DE LOS GÉNEROS LITERARIOS
1. LA POESÍA ORAL
1.1. La lírica peninsular primitiva 1.2. La épica
1.2.1. Cantar de mio Cid 1.2.1.1. Texto, autor y fecha 1.2.1.2. Métrica, lengua y estilo. 1.2.1.3. Estructura y contenido.
1.3. Los romances
2. EL MESTER DE CLERECÍA. 2.1. Gonzalo de Berceo 2.2. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita: Libro de buen amor
2.2.1. Texto, autor, fecha y título 2.2.2. Métrica, lengua y estilo 2.2.3. Estructura y contenido 2.2.4. Intención e interpretación del Libro de buen amor
3. LA PROSA 4. EL TEATRO
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A) HISTORIA Y SOCIEDAD
ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL
Edad Media: Se denomina Edad Media a un extenso periodo de unos mil años que
comprende desde el siglo V hasta finales del siglo XV.
Feudalismo: La Europa occidental de esta época se organiza según un modelo
económico y político llamado feudalismo. El feudalismo supone que se establecen unas
relaciones de protección y servicio entre el señor (que protege al vasallo) y el vasallo
(que ofrece sus servicios al señor a cambio de protección).
La sociedad medieval:
o En un primer momento, la sociedad medieval era agrícola, con un comercio
poco desarrollado, ciudades pequeñas y vías y medios de comunicación
precarios.
o La sociedad medieval era estamental: estaba dividida en tres estamentos muy
rígidos: los eclesiásticos, los nobles y los labradores. Los dos primeros son los
propietarios de la tierra, mientras los últimos son los que la trabajan y entregan
parte del fruto a los señores (civiles o religiosos) a cambio de protección. Los
nobles son los encargados de defender militarmente a los vasallos, la Iglesia
atiende la vida espiritual y predica unas ideas que refrendan esta estructura
socioeconómica. El rey lo es por derecho. Por último, los vasallos representan
un amplio abanico que va desde los siervos hasta los campesinos libres o los
comerciantes y artesanos.
o La sociedad estamental no permite la movilidad social. Cada hombre nace en
una determinada situación social y su papel consiste en vivir de acuerdo con
ella, de este modo salvará su alma y llegará al reino de los cielos.
IDEAS Y CULTURA MEDIEVALES
El concepto de autoridad (auctoritas) procede de la concepción cerrada del saber
propia de la Edad Media. Se considera verdadero algo si un autor antiguo (Platón,
Aristóteles, los padres de la Iglesia…) lo ha afirmado en sus escritos.
Concepción teocéntrica de la realidad: Dios es el origen y el destino de todas las cosas.
Hay una ordenación jerárquica piramidal en cuya cúspide se encuentra Dios, que es
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quien justifica toda su creación. La cultura se considera inamovible, cerrada, porque Dios
la ha creado así.
Cultura popular medieval: no escrita, de transmisión oral, propia del estamento
popular. Se trata de una cultura agrícola, ligada a los ciclos de la naturaleza y muy
vitalista.
Secularización de la cultura: a lo largo de la Edad Media la cultura saldrá de los
monasterios; la aristocracia refinará sus modos de vida y se considerará un signo de
distinción la posesión de libros y el interés por el saber. Algunos nobles formarán sus
propias bibliotecas. A este proceso contribuirá la aparición en las ciudades, desde finales
del siglo XI y durante los siglos XII y XIII de las primeras universidades.
El papel de la mujer en la Edad Media: el amor cortés
A lo largo de la Edad Media, la mujer ha desempeñado un papel subordinado al hombre. En los
estamentos nobles, las mujeres permanecen recogidas en el hogar y aseguran la perpetuación
del linaje, mientras que las mujeres campesinas se encargan de las duras tareas agrícolas,
además de las domésticas. Desde finales del siglo XI, la mujer alcanza en el sur de Francia una
insólita relevancia que la convertirá en la protagonista indiscutible de una corriente literaria
denominada amor cortés. La imagen de la mujer vivirá una revalorización cuando la Iglesia
reivindica la figura de la Virgen María y, como consecuencia, aparece la literatura religiosa de
tema mariano.
CASTILLA
Situación lingüística de la península ibérica:
o Lingüísticamente, en la península ibérica, con la invasión de los romanos, el latín
había sustituido a todas las lenguas prerromanas con la excepción del vasco. Este
latín fue adquiriendo con el tiempo particularidades que lo fueron haciendo
diferente según las zonas.
o Con la invasión musulmana, el árabe se habló también en las zonas conquistadas,
aunque los antiguos habitantes siguieron hablando su peculiar latín.
o Hacia el siglo VIII las lenguas de origen latino que se hablaban en la Península
debían de ser muy diferentes del latín, pues éste ya no se entendía.
o Los dialectos romances eran:
Al norte: el gallego-portugués, el astur-leonés, el castellano, el navarro
aragonés y el catalán.
o Al sur: los dialectos mozárabes.
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o El castellano se fue extendiendo progresivamente al compás del dominio político
de Castilla. Sin embargo, el latín siguió usándose como lengua de cultura hasta
mucho más tarde.
Las glosas:
o Los primeros testimonios escritos en romance son las glosas o anotaciones que
algún monje escribió en lengua vulgar para explicar el sentido de ciertos términos
latinos en unos documentos escritos en latín de los monasterios de San Millán de
la Cogolla (Glosas emilianenses) y Santo Domingo de Silos (Glosas silenses), datan
del siglo X o de comienzos del XI y están escritas en navarro-aragonés.
B) TRANSFORMACIONES HISTÓRICAS DE LOS GÉNEROS LITERARIOS
LA POESÍA ORAL La aparición del verso suele preceder al de la prosa en las diversas literaturas. Es algo
natural en una sociedad mayoritariamente iletrada y en las composiciones deben ser
transmitidas de memoria. La memorización se favorece por el verso y el acompañamiento de
música.
Tanto la poesía lírica (para expresar sentimientos) como la poesía épica (para narrar sucesos
diversos), están íntimamente ligadas al canto y a la música. Ambas, épica y lírica, serían
transmitidas por los juglares, cantores y actores que divertían a las gentes en pueblos y castillos.
Algunos de los oyentes aprenderían los textos y los cantarían introduciendo cambios, por ello,
aunque se puede suponer un creador individual, se van modificando en la transmisión, lo que
explica los dos rasgos básicos de la poesía oral: su anonimia y la multiplicidad de variantes de un
mismo texto.
Estas canciones populares sólo se convierten en literatura cuando son recogidas en forma
escrita por algún autor culto, que, a su vez, pudo dejar su huella en el texto rescatado.
1.1. La lírica peninsular primitiva
Conservamos diversos testimonios de la lírica oral medieval en la Península: jarchas
mozárabes, cantigas de amigo gallegas y lírica tradicional castellana. La lírica tradicional catalana
en los albores medievales formaría todavía parte de la lírica provenzal.
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Las jarchas
Son breves composiciones líricas en mozárabe (la lengua derivada del latín hablada en al-
Ándalus por cristianos, muladíes1 y, en menor medida, por los árabes mismos), que aparecen
incluidas al final de las moaxajas (poemas cultos en árabe o hebreo).
Las jarchas mozárabes habrían sido cancioncillas líricas independientes anteriores a las
moaxajas que se han encontrado. Se habrían transmitido oralmente y habrían aflorado en textos
escritos por la atracción que hacia lo popular sentían los poetas árabes y hebreos andalusíes.
Las jarchas muestran un notable parecido con otras expresiones líricas peninsulares y
europeas: temas amorosos, canciones puestas en boca de mujer, sencillez expresiva, versos
cortos, ambiente urbano.
Las cantigas de amigo
Son composiciones escritas en gallego-portugués. Igual que las jarchas, tienen tema
amoroso, voz femenina; sin embargo, son de mayor extensión, tienen estrofas encadenadas
mediante el uso del paralelismo, continuas referencias a la naturaleza, que revelarían la realidad
social campesina y marinera de Galicia, frente al ambiente urbano mozárabe. Las cantigas de
amigo más antiguas son del siglo XII.
Los villancicos
Los villancicos son muchas veces poemas de asunto amoroso, pero pueden tener también
otros temas, como las fiestas, el trabajo o la naturaleza. Se trata de textos breves en cuya
estructura cabe distinguir dos elementos:
a) Un estribillo inicial (de dos a cuatro versos) donde se enuncia el tema.
b) Una glosa que se cierra con un verso de vuelta, en el que se retoma el estribillo o
parte de él.
1.2. La épica
La épica es la narración de las hazañas de un héroe, antepasado del pueblo que las canta.
Los poemas épicos cuentan sucesos de carácter históricos convenientemente literaturizados.
Estos poemas recibían el nombre de cantar de gesta porque se cantaban o recitaban
acompañados de una melodía y porque relataban gestas o hazañas de grandes héroes. En la
1 Cristianos que se convertían al Islam. Hijos de matrimonios mixtos.
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Europa medieval fueron frecuentes. Destacan el francés Cantar de Roldán2 y el alemán Cantar
de los Nibelungos. Todos estos cantares difunden valores propios de la aristocracia feudal,
valores que estarían encarnados en los héroes del relato. Los cantares de gesta eran
transmitidos por juglares, quienes podían acompañar su narración de música o mímica, con el
objeto de captar en todo momento la atención del público.
En castellano debieron de ser más numerosos, pero sólo se conservan el Cantar de mio Cid,
un fragmento del Cantar de Roncesvalles (siglo XIII) y el titulado Mocedades de Rodrigo (siglo
XIV), fabulosa recreación de la juventud del Cid.
Puede suponerse la existencia de más cantares por su prosificación en las crónicas
históricas medievales.
1.2.1. Cantar de mio Cid (pág. 328-9)
1.2.1.1. Texto, autor y fecha
El Cantar de mio Cid se conserva en un manuscrito de la Biblioteca Nacional copiado en el
siglo XIV. Consta de un total de 3730 versos y desconocemos el comienzo del poema, pues falta
el primer folio del manuscrito.
Sobre su autoría y su datación se han formulado diversas hipótesis:
a) El texto que conocemos sería de hacia 1140 y obra de dos o más juglares. Señalan que el
realismo del texto sugiere una redacción primitiva no muy lejana a la época de la vida del Cid
(segunda mitad del siglo XI).
b) La unidad y elaboración del texto apuntaría hacia un único autor culto, probablemente
un hombre de leyes o quizá un clérigo. Los partidarios de esta hipótesis sitúan el texto hacia
finales del siglo XII o principios del XIII y se basan en que al final del manuscrito se dice que un
tal Per Abbat lo escribió en 1207. Para la mayoría este Per Abbat sería solo un copista, aunque
algunos lo proponen como el verdadero autor.
1.2.1.2. Métrica, lengua y estilo.
Los versos del Cantar se agrupan en tiradas monorrimas (con la misma rima) y asonantes,
de desigual extensión. Los versos son irregulares, sin medida fija, y están divididos en dos
hemistiquios con fuerte cesura intermedia.
2 Recordad que los títulos de las obras aparecen en cursiva en los apuntes, pero cuando se escribe a mano deben subrayarse.
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En cuanto a la lengua del poema destacan su claridad, su concreción3 y su sobriedad4
expresiva, lo que es lógico si se piensa en los destinatarios de la recitación del juglar, que
determinan también otros rasgos como las frecuentes invocaciones a los oyentes, las
expresiones exclamativas que presuponen la existencia de un auditorio, o el paso constante de
la narración al discurso directo5, que infunde al poema un cierto carácter dramático.
El carácter oral de la épica explica también la extraordinaria libertad con que se usan las
formas verbales, el uso de las aposiciones y epítetos épicos que sirven para magnificar al héroe
(el que en buen hora çinxó espada, el que en buen hora nació, el de la luenga barba, el que
Valencia gañó). A la memorización de los juglares ayudarían los frecuentes paralelismos. Una
característica notable de la lengua del poema es la estructuración binaria del tipo moros e
cristianos, burgueses e burguesas, con lumbres e con candelas.
En cuanto al léxico son habituales: arcaísmos6, tecnicismos (sobre todo jurídicos),
arabismos y dialectalismos aragoneses.
1.2.1.3. Estructura y contenido.
El poema se ha dividido modernamente en tres partes o cantares, de progresiva
novelización: Cantar del destierro, Cantar de las bodas, Cantar de la afrenta de Corpes.
La estructura interna está marcada por el doble proceso de pérdida (destierro) y
recuperación del honor del Cid (bodas de sus hijas con los infantes de Carrión), nueva pérdida
(afrenta de Corpes) y nueva recuperación del honor (anuncio de nuevas bodas con los hijos de
los reyes de Navarra y Aragón)
En cuanto al análisis del contenido, deben tenerse en cuenta tres niveles o planos
diferentes:
a) Nivel político: Castilla frente a León. El Cid, caballero castellano, se enfrenta al rey de
origen leonés. Los enemigos del Cid son, en general, grandes nobles de procedencia leones. El
poema se encuadraría en la tradición castellana antileonesa y exaltaría al Cid y con él a Castilla.
b) Nivel socioeconómico: el Cantar expresa los ideales de equidad jurídica y movilidad
social típicos del espíritu de frontera en que probablemente nació y del gusto tanto del juglar
como de los oyentes. El poema refleja en el Cid el modo de vida belicoso, de supervivencia a
3 Concreción: capacidad de reducir a lo más esencial y seguro la materia sobre la que se habla o escribe. 4 Sobriedad: en el estilo se refiere a la capacidad de escribir sin añadir adornos superfluos, sencillamente. 5 Discurso directo: consiste en reproducir literalmente las palabras de alguien. En el Cantar suele aparecer precedido de verbos de lengua (hablar, decir, exclamar, etc.) y a continuación la frase literal. Ejemplo: “Allí habló mio Cid: ¡Feridlos, caballeros…!” 6 Arcaísmo: elemento lingüístico cuya forma o significado, o ambos a la vez, resultan anticuados en relación con un momento determinado.
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través de incursiones bélicas, de aspiración de medro de esas gentes cuyas vivencias eran
semejantes y también eran muy semejantes y también su desprecio o rencor hacia la alta
nobleza.
c) Nivel individual: el héroe, Rodrigo Díaz, desterrado por el rey se enfrenta con el gran
problema de recuperar su honra perdida y ganarse el pan. En este sentido, el Cid actúa como un
héroe épico arquetípico, cuyas características han de ser reconocidamente superiores y cuyas
acciones han de elevarse asimismo muy por encima de lo habitual. Se produce, pues, una
glorificación progresiva del héroe, pero esta mitificación es el correlato de la mitificación de
Castilla y los valores antinobiliarios de las gentes de frontera. Y por ello, la exaltación del Cid se
corresponde con la ridiculización y la degradación de los encumbrados nobles, representados
por los cobardes y mezquinos infantes de Carrión y por los mestureros de la Corte.
1.3. LOS ROMANCES
El romance es un breve poema épico-lírico destinado al canto.
Épico, porque en el romance se narra, se cuenta algo;
Lírico, porque al mismo tiempo eso contado se impregna de la subjetividad (sentimientos,
recuerdos, sueños, etc.) del poeta y el cuento se hace entonces canto.
(...)Pero además en los romances, como en la epopeya, frecuentemente la narración cede
paso a la palabra, al discurso de los personajes. El cuento se transforma en acción, en
drama. Y así se integran en estos breves poemas los clásicos géneros literarios: el épico, el
lírico y el dramático.
El Romancero es la agrupación de romances.
A mediados del siglo XV, la palabra romance
significaba composición poética de tipo
tradicional y tono narrativo, constituida por
versos de dieciséis sílabas que rimaban entre sí.
Aunque muy pronto se adoptó la costumbre de
partir los versos de dieciséis sílabas en
octosílabos, todavía en el siglo XVI había quien
era partidario de
transcribir los romances con el primitivo verso largo.
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La costumbre de escribir los romances en versos de ocho sílabas introducía la siguiente
modificación lógica: los versos pares rimaban entre sí, mientras que los impares
quedaban libres.
El octosílabo, base del romance, es el verso genuino de Castilla. Su ritmo vivo lo hace
especialmente apto para expresar la gracia leve, la agudeza de conceptos y el
dinamismo de los diálogos.
Los romances son poemas cargados de historia o de leyenda que surgieron como
consecuencia de la fragmentación de los cantares de
gesta hecha por los juglares. Como dichos cantares eran
muy extensos, los juglares necesitaban dos o tres
sesiones para dar a conocer, pongamos por caso, las
hazañas del Cid o de otros héroes épicos. Pero, cuando
el público se familiarizó ya con los héroes cantados, los
juglares adquirieron la costumbre de fijar su atención
sólo en los
episodios significativos; y estos pasajes,
desligados del poema, dieron lugar a los romances.
Hay varios criterios para clasificar los romances.
1) Según cuándo y por quiénes fueron creados:
Romancero viejo. Está formado por los romances escritos hasta el siglo XVI. De
ellos, algunos derivaron directamente de los cantares de gesta: son los romances
primitivos; otros, en cambio, fueron compuestos por los juglares, a partir,
generalmente, de hechos históricos o de temas literarios: son los romances
juglarescos.
Romancero medio. Está formado por los romances escritos en el siglo XVI, a
partir de las crónicas históricas.
Romancero nuevo. Está formado por los romances escritos en el siglo XVII por
autores cultos que imitaban el estilo tradicional. Se denomina también
romancero artístico.
Romancero moderno. Está formado por los romances compuestos desde el siglo
XVIII, siguiendo el estilo tradicional.
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2) Otro criterio los clasifica por su contenido:
Romances heroico-caballerescos - derivados de refundiciones de pasajes de los
cantares de gesta medievales.
Romances históricos contemporáneos – se crearon para dar noticia de con hechos
memorables de la época.
Romances novelescos - tratan sobre un tema imaginativo, con personajes y situaciones
generalmente ficticios. Sus historias son muy detalladas.
Romances líricos – generalmente surgieron como fragmentación de romances
novelescos. En ellos predomina en ellos la emoción personal del poeta.
EL MESTER DE CLERECÍA. El auge económico y social del siglo XIII lleva aparejado un desarrollo cultural que permitirá
la escritura y difusión de libros cultos, ya no solo en latín, sino también en castellano. Hay un
claro interés por parte de estos autores de ser conocidos y entendidos por el pueblo llano.
Las obras del mester de clerecía son obras escritas por autores cultos, habitualmente
clérigos, sujetas a una técnica poética precisa. Frente a la poesía juglaresca, estos textos no
están concebidos para el canto y su métrica está bien determinada: estrofas monorrimas de
cuatro versos de catorce sílabas con fuerte cesura intermedia. Esta estrofa se llama cuaderna
vía.
Los temas son normalmente religiosos, aunque también hay poemas de contenido
histórico o novelesco. Todas tienen común su intención didáctica, generalmente unida a los
intereses de monasterios, diócesis, órdenes religiosas o de la Iglesia en general. De ahí la
abundancia de colecciones de milagros o vidas de santos. Este interés propagandístico explica
el estilo familiar, sencillo y ameno de muchas de las obras y el empleo de recursos técnicos
juglarescos con los que atraer el interés del auditorio.
El carácter culto y erudito del mester de clerecía queda de manifiesto en tres poemas
anónimos del siglo XIII:
- El Libro de Apolonio: un moralizante poema de aventuras.
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- El Libro de Alexandre: largo poema, muy influido por la poesía latina, que narra la vida de
Alejandro Magno.
- El Poema de Fernán González: reelaboración de un poema épico hoy perdido, escrito por
un monje del monasterio de San Pedro de Arlanza, en el que es transparente la intención del
autor de defensa de los intereses monacales.
2.1. Gonzalo de Berceo
Es la figura más destacada del mester de clerecía durante el siglo XIII. Fue clérigo en el
monasterio de San Millán de la Cogolla.
Su obra tenía una intención propagandística, ya que pretendía convertir su monasterio,
ubicado en la ruta del camino de Santiago, en lugar de peregrinación, además de solicitar
directamente que los pueblos tributarios del monasterio pagaran los diezmos correspondientes.
Además de la intención propagandística, destaca en sus obras la intención didáctica. La
obra de Berceo se inserta dentro de la gran campaña pedagógica de la Iglesia de la época que
pretendía en primer lugar, educar al bajo clero ignorante en el momento en que el Concilio de
Letrán había permitido la predicación en la lengua del pueblo; por otra parte, reivindicar la figura
de la Virgen María y, por último, defender el orden establecido.
En su producción destacan vidas de santos (Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo
de Silos) y obras marianas. A este tipo pertenece su obra más conocida: Milagros de Nuestra
Señora.
Los Milagros de Nuestra Señora son una colección de veinticinco relatos, muchos de ellos
inspirados en otros que en la época gozaban de gran popularidad en Europa, en los que la Virgen
aparece como intercesora de los humanos con arreglo al nuevo papel de María en la sociedad
medieval. La sociedad medieval completa (de los campesinos a los obispos) aparece dominado
por los poderes sobrenaturales de la Virgen. El propósito es preservar el orden establecido,
invocando la posibilidad del milagro cotidiano y de una vida entera o, por el contrario, de un
castigo ejemplar.
Por otro lado, las obras de Gonzalo de Berceo ofrecen preciosa información sobre la
religiosidad popular, pues las colecciones de milagros son incomprensibles sin la referencia a la
mentalidad de las gentes. Estos escritos presentan dos caras: están escritos por la élite cultivada
y reflejan, al mismo tiempo, la mentalidad popular.
Esto explica algunos rasgos del estilo de Berceo: presencia constante de Berceo como
narrador de los relatos que lo aproxima a su auditorio; tono afectivo, con frecuentes rasgos de
humor; lenguaje coloquial, próximo al pueblo junto a rasgos cultos; abundan las figuras de
repetición y la sintaxis sencilla para asegurarse de ser comprendido por su público.
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2.2. Juan Ruiz, arcipreste de Hita
2.2.1. Libro de buen amor: texto, autor, fecha y título.
El libro se ha conservado en tres copias manuscritas y varios fragmentos. En él su autor
confiesa llamarse Juan Ruiz y ser arcipreste de Hita. Se saben pocos datos más del autor.
En los manuscritos aparecen dos fechas de composición: 1330 y 1343. Esto ha hecho
suponer que hubo dos redacciones sucesivas del texto. También hay quien opina que la obra ha
tenido una única redacción y el complejo proceso de transmisión de los textos medievales
explicarían las diferencias entre los manuscritos.
Ninguno de los manuscritos aparece titulado. Modernamente, se propuso el título de Libro
de buen amor, que ha sido generalmente aceptado.
2.2.2. Métrica, lengua y estilo.
El Libro de buen amor es un extenso poema de más de mil setecientas estrofas (unos siete
mil versos), la mayor parte de ellas escritas en cuaderna vía, aunque abundan otros metros y
estrofas en las que el autor muestra su virtuosismo poético. Incluso en la cuaderna vía abundan
los hemistiquios de ocho sílabas, más próximos al ritmo del romance, frente a los preceptivos
versos de siete sílabas. Esto demuestra que Juan Ruiz tiene un consumado dominio de la métrica,
mayor que el de los juglares y aun de los clérigos de la época.
En su lengua y estilo abundan tanto los recursos de la tradición culta como los de la popular.
De la tradición culta destacamos un extraordinario repertorio léxico y sintáctico y un gran uso
de figuras literarias: enumeraciones, sinónimos, anáforas, interrogaciones retóricas, juegos de
palabras.
De la tradición popular cabe señalar el uso de diminutivo con valor afectivo, el abundante
empleo de refranes, uso de modismos7 y exclamaciones.
Destacan por otra parte los diálogos frecuentes que dramatizan el relato. Hay mucha
palabra hablada en el Libro de buen amor y de ahí la sintaxis desordenada de la oración, típica
del lenguaje familiar, el ritmo cambiante de la entonación, el humor y el chiste. El aire festivo y
burlón es característico de una obra en la que la ironía, la parodia y la caricatura serán rasgos
básicos de un autor que no expresa en ella una visión complaciente del mundo.
7 Modismo: Expresión fija, privativa de una lengua, cuyo significado no se deduce de las palabras que la forman. Ejemplo: a troche y moche.
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2.2.3. Estructura y contenido
El Libro está compuesto de numerosos materiales muy heterogéneos, hilvanados por el hilo
narrativo de la primera persona:
a) Un prólogo en prosa donde declara la intención de la obra.
b) Una serie de aventuras amorosas con diversas mujeres
c) Una colección de treinta y dos fábulas y cuentos con intención didáctica.
d) Episodios adaptados de textos latinos medievales (el relato de don Melón y doña
Endrina).
e) Un conjunto de digresiones8 morales o satíricas9 (la del poder del dinero o la
censura del clero libertino).
f) Sátiras y parodias10
g) Pasajes alegóricos como la pelea de don Carnal y doña Cuaresma.
h) Un grupo de composiciones líricas y juglarescas.
Esta diversidad adquiere unidad por el uso de la primera persona narrativa y por el tema
común del amor y los engaños. La disposición del libro recuerda la influencia de la literatura
oriental, además de la influencia árabe en el ambiente, en la presencia del destino y en la figura
misma de Trotaconventos, concebida de forma positiva como en el mundo musulmán.
El influjo de la cultura cristiana medieval es también patente a través de textos religiosos
cristianos, así como la literatura latina (Ovidio, la comedia latina) y, sobre todo de textos latinos
medievales (Pamphilus de amore, De vetula…)
Los temas recurrentes son el amor, la muerte y el destino:
a) El amor:
Presentado como una fuerza imperiosa natural. El libro expresa una arrolladora fuerza
vitalista donde el erotismo y la concepción placentera y sensual de seres y cosas se encarnan en
los personajes.
b) La muerte:
Es la fuerza opuesta al amor y la vida. Frente a la creencia cristiana, se considera la muerte
como destructora y no liberadora. La muerte destruye la belleza, el placer y todas la relaciones
humanas y afectivas.
c) El destino:
8 Digresión: efecto de romper el hilo del discurso y de hablar en él de cosas que no tengan conexión o íntimo enlace con aquello de que se está tratando. 9 Sátírico: que tiene como finalidad censurar acremente o poner en ridículo a alguien o algo. 10 Parodia: imitación burlesca.
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El destino está marcado por las estrellas y los hombres no pueden escapar a él.
En el entrecruzamiento de la todopoderosa trinidad amor, destino, muerte, el ser
humano queda en conflictiva angustia y soledad en un mundo en el que las relaciones sociales
están cambiando y en el que todo lo puede el dinero.
2.2.4. Intención e interpretación del Libro de buen amor
El Libro de buen amor es una obra de difícil interpretación: variado en sus temas y
géneros, de estructura compleja y contenido ambiguo e incluso, a veces, contradictorio. La
intención del autor no resulta fácil de desentrañar. En varias ocasiones afirma que su intención
es dar a conocer los caminos y formas de ejercitarse en el buen amor, esto es, el amor a Dios.
De esta forma, el mal amor se identifica con el amor carnal y humano, esto es, con el pecado.
Así, intenta moralizar a sus lectores presentando lo contrario de lo que intenta enseñar, es decir,
haciendo que todas las aventuras amorosas del protagonista terminen mal y que los lectores se
sientan impulsados a rechazar el loco amor.
La ambigüedad del Libro se sustenta en el pensamiento de San Agustín, que consideraba
que no debía imponerse un punto de vista al alumno, sino que se le debían mostrar todas las
posibilidades y permitir que él eligiera la mejor.
El problema es que, pese a lo afirmado, en la obra prima la exaltación del amor carnal con
un tono vitalista, regocijante, irónico y burlesco que la convierten en un descarado manual de
incitación a disfrutar de la vida. El autor, consciente del carácter complejo y contradictorio de
la obra, insiste en que el lector no debe quedarse con lo superficial de la obra, sino que debe
hacer un análisis más profundo. Parece que la desconfianza de lo aparente era una actitud
personal del autor y por ello recomienda con empeño a sus lectores la astucia intelectual, la
sutileza, el huir de la superficialidad para entender bien el Libro
2.3. Otros autores del mester de clerecía
Pedro López de Ayala, autor del Rimado de Palacio, largo poema en el que la cuaderna vía
alterna con otras formas métricas como el verso de arte mayor castellano, revela una trágica,
desengañada y cínica concepción de la vida.
Sem Tob de Carrión, autor de Proverbios morales, escritos en una estrofa parecida a la
cuaderna vía, son una serie de observaciones y pensamientos de tipo sentencioso, en los que la
codicia y el dinero son para el rabino origen de todo mal.
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LA PROSA
El latín fue durante gran parte de la Edad Media la lengua de los textos escritos. Sin
embargo, sustituido ya por el castellano como vehículo de comunicación, su conocimiento
quedó reducido a los medios cultos. Era natural que, en algún momento, la lengua habitual
pasara a ser también la de la escritura. Paulatinamente, pues, el castellano se va introduciendo
en los textos en prosa.
3.1. Alfonso X, el Sabio (1221-1284)
En la segunda mitad del siglo XIII aparece y se desarrolla la prosa castellana propiamente
dicha gracias al ambicioso empeño del rey Alfonso X, el Sabio por utilizar el castellano como
lengua de cultura en lugar del latín dentro de un proyecto cultural ligado a su proyecto político:
la intención de crear una conciencia nacional con la ayuda de la lengua vernácula, que permitiría
hacer llegar sus opiniones y decisiones a todo el país.
Alfonso X pretende que el castellano sea el vehículo de toda la riqueza cultural arábiga,
judía y cristiana de su reino y anima la traducción al romance de múltiples obras orientales en la
Escuela de Traductores de Toledo.
Las obras escritas bajo la dirección y estímulo de Alfonso X son muy variadas: obras
históricas (Estoria de España, Grande e General Estoria), obras jurídicas (Las Siete Partidas);
obras científicas (Libros del saber de astronomía); obras de entretenimiento (Libro de axedrez,
dados e tablas).
3.2. Colecciones de cuentos o exemplos11
A lo largo del siglo XIII, el castellano servirá también para la prosa de ficción. Son numerosas
las colecciones de cuentos o exemplos, de origen oriental, como el Calila e Dimna y el Sendebar.
La fortuna de estos relatos se explica porque estas obras no se consideraron en su tiempo
simples colecciones de cuentos. Se destacaba en ellos su condición de recopilación del saber y
de guía de conducta para toda clase de persona, en especial para políticos.
La moral de estos cuentos es esencialmente práctica, aconsejando el uso de la prudencia y
la astucia como valores más extendidos. Precisamente, el hecho de propugnar una ética
fácilmente acomodable a otras culturas favoreció su gran difusión.
11 Recordamos que los exemplos (también llamados enxiemplos o exempla) son apólogos, es decir, cuentos con moraleja, donde el valor didáctico es fundamental.
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3.3. Don Juan Manuel
Sobrino de Alfonso X el Sabio, su vida y sus obras ilustran a la perfección los problemas y
las contradicciones sociales que caracteriza la sociedad feudal del siglo XIV. Como noble de su
tiempo, participó muy activamente en las luchas internas del reino y en los conflictos entre los
nobles y el poder real.
Como creador literario, la mayor parte de sus escritos tienen una intención prioritaria:
adoctrinar a los nobles de su tiempo, a quienes intenta ofrecer una explicación de los problemas
que los aquejan y unos modelos de comportamiento adecuados a su estamento y útiles para
mantener su posición social y económica. De esta forma, Don Juan Manuel defiende la
organización tradicional de la sociedad y justifica su propia actuación política.
Su producción literaria es amplia, aunque algunas de sus obras se han perdido. Entre las
conservadas destacan el Libro del caballero y del escudero, el Libro de los estados y el Libro del
conde Lucanor.
El conde Lucanor o Libro de Patronio es la más conocida. Consta de cinco partes:
a) Primera parte: cincuenta exemplos que Juan Manuel toma de distintas fuentes y que
inserta dentro de un “marco” que repite en cada cuento: el conde Lucanor expone un problema
práctico a su consejero Patronio, quien, para aconsejarle, le narra un cuento. Se indica que el
conde pone en práctica el consejo y le va bien y entonces aparece don Juan Manuel como
personaje e incluye un pareado que resume la moraleja del relato.
b) Segunda, tercera y cuarta parte: conjunto de proverbios que oscurecen progresivamente
su significado.
c) Quinta parte: un tratado doctrinal de tema religioso.
La unidad de la obra viene dada por la intención didáctica y por los temas tratados, relativos
siempre a los problemas que atañen a los nobles.
El sentido de El conde Lucanor se hace comprensible teniendo en cuenta la situación
histórica de Castila en el siglo XIV: ante la crisis del sistema feudal, el escritor se dirige a los
miembros de su estamento para que estén alerta frente a los engaños de la nueva realidad, se
unan frente a quienes amenazan su posición social, cumplan con las obligaciones que impone
ser noble y acrecienten sus riquezas, su honra y su fama; así podrán conservar su posición
preeminente y mantendrán la cohesión de su sociedad feudal, lo que redundará en la salvación
de sus almas.
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4. EL TEATRO
Se pueden distinguir dos modalidades teatrales:
a) Teatro religioso:
Nacido al amparo de los templos, vinculado a las representaciones litúrgicas (Navidad y
Pasión y Resurrección de Cristo). Las primeras representaciones se realizaban en los templos,
con una escenografía muy simple; luego salieron y necesitaron un escenario propio. Las
actitudes cada vez más procaces de los actores llevaron a la prohibición del teatro en las iglesias.
b) Teatro profano:
Representado por los juglares en sus actuaciones, en las que incluirían danzas, mimos y
espectáculos parateatrales. Se aluden a estas representaciones en los documentos como
“juegos de escarnio”, que debían de ser farsas burlescas propias para un ambiente popular.
Hoy solo conservamos del teatro medieval anterior al siglo XV, 147 versos de la
Representación de los Reyes Magos de la Catedral de Toledo, obra de finales del siglo XII.
También conocemos algunos textos dialogados que probablemente se representarían en lectura
dramatizada.