Una pequeña
exageración 200 aforismos libres
ROY HERBACH
Comité editorial:
Néstor Mendoza Geraudí González Olivares
Cristian Garzón
Roy Herbach Una pequeña exageración
200 aforismos libres
Esta edición se realiza bajo la Licencia Creative Commons.
Incentivamos la difusión total o parcial del contenido de este libro por los medios que la astucia, la imaginación y la técnica permitan,
siempre y cuando se mencionen las fuentes y se realice sin fines de lucro.
Diagramación: El Taller Blanco Ediciones
Contacto: [email protected] Bogotá-Jamundí, Colombia, agosto de 2020
Roy Herbach
Una pequeña exageración
200 aforismos libres
COLECCIÓN Escolios
UNA PEQUEÑA PRESENTACIÓN
El aforismo no es llave de nada. Quien comete aforismos se asoma
más bien por el ojo de la cerradura mental, atisba un escenario recortado
y anota el inventario de sus asombros. Doble movimiento de escritor
voyerista: acuclillarse para observar lo que seduce tras la puerta de las
imposibles verdades, y luego tajar el lenguaje de tal modo que aluda a
ese mundo de ideas despedazadas.
Una pequeña exageración de Roy Herbach es ejemplar testimonio
de esa mirada acotada, hecha trizas, del pensamiento humano. Labrados
con el cincel del miniaturista verbal que medita en tramos cortos, estos
doscientos aforismos configuran un breviario de perspicacias donde
prevalece la fe de los descreídos.
«Escribo como quien se te acerca y te ofrece fuego», anota el autor
desde la certeza de quien escribe para compartir una lumbre que
acompañe a sus lectores. En otro aforismo aviva la llama: «La lectura a
la soledad le sirve de fogata». Así se despliega este libro: como un
repertorio de fuegos discretos, controlados por los silencios que los
cercan y, al mismo tiempo, los atizan. Chispazos de un lenguaje
encendedor donde se privilegia el risueño escepticismo, el revés de la
palabra y el rumor de lo tallado.
Nada más impropio que extenderse en la antesala de un libro de
aforismos. Que sean más bien los lectores quienes se encarguen de
activar el archivo comprimido de intuiciones que este artefacto
exagerado les ofrece.
LUIS YSLAS PRADO
Lima, agosto de 2020
5
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a Samantha Soriano
I
Escucha lo que te tengo que escribir.
II
La mejor forma de olvidar, es haciendo memoria.
III
Una verdad con tardanza, pasa lista ya siendo mentira.
IV
El colmo del vegano es la planta carnívora.
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V
Los besos que no se actúan suelen ser de película.
VI
A veces para estar a la altura de las circunstancias, solo hace falta empinarse.
VII
La fe mueve montañas. El dinero las teletransporta.
VIII
El aforista es un comediante que se toma en serio sus chistes.
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IX
Al insomne se le conoce por contar sus ovejas en reversa.
X
Si por ti corren las apuestas, yo me hago el lento.
XI
No estamos preparados para perder una invasión zombi: nos harán falta cerebros.
XII
Leo para desaburrirme. O sea, para ser menos burro.
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XIII
Cambiar de acera no te salva de la calle.
XIV
Si la pena persiste es porque estás llorando mal.
XV
Se suspira para oxigenar los secretos.
XVI
Rompieron como amigos para ser pareja.
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XVII
La admiración no es nada más que el amor envitrinado.
XVIII
Recuerda que eres más culpable de lo que no te ha pasado.
XIX
Lo que no se dio también tiene aniversario.
XX
«Todo pinta mal en mi vida», dijo Picasso.
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XXI
Pensar broncea la mente. Un poco de insolación no nos vendría mal.
XXII
Algunos confunden la crítica constructiva con arrojarte los ladrillos.
XXIII
No leas aforismos con el estómago vacío.
XXIV
Apóyate en mi hombro, pero no lo acalambres.
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XXV
Nadie sabe cuánto dura un rato.
XXVI
La lectura a la soledad le sirve de fogata.
XXVII
Escribo como quien se te acerca y te ofrece fuego.
XXVIII
En caso de emergencia: bien eres el vidrio o bien eres el hacha.
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XXIX
Me dijo de todo menos todo.
XXX
Llevo una doble vida: soy amigo y pareja de una mujer.
XXXI
No interrumpas la protesta con tu silencio.
XXXII
No hables bien de mí a mis espaldas.
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XXXIII
Si solo tú te entiendes: ya eres un genio.
XXXIV
Escritor tiene mucho de escultor.
XXXV
Dime con quién andas y te diré quién crees que eres.
XXXVI
El optimista es aquel que no tiene suficientes problemas para todas sus soluciones.
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XXXVII
El sentimiento más fácil de calcular es el amor. Lo que no se sabe es si sumando o restando.
XXXVIII
Una verdad domesticada solo le mueve la cola al amo.
XXXIX
Para algunos, la verdadera pesadilla, es tener que despertar.
XL
Otra forma de decirlo es también no decirlo.
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XLI
El trabajo del aforista es hacer de lo obvio un invento.
XLII
Alguien que no olvida sus cadenas, ¿puede considerarse libre?
XLIII
Si no eres gato la curiosidad no te mata.
XLIV
Hay libros que nos hacen creer que el autor es un buen tipo.
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XLV
Los ascensores mueven la lujuria en el mundo.
(Inspirado en el aforismo de Karmelo C. Iribarren)
XLVI
Si quieres marcharte por completo: no lo avises.
XLVII
Envejecer es cansarse ya de preguntar tanto.
XLVIII
El amor a primera vista lo inventó alguien con mucha flojera.
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XLIX
Que las columnas de tu casa no sean más fuertes que las columnas de tu hogar.
L
Admito que eres lo mejor que quiero que me pase.
LI
Para escuchar también necesitamos gafas.
LII
Procura siempre ser el principal sospechoso de tu desaparición.
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LIII
El aforismo es un arma de largo alcance que usualmente se dispara de cerca.
LIV
El amor cree que el verano siempre será su escusa.
LV
La vida real es aburrida: por eso leemos.
LVI
A veces también escribo de la boca para afuera.
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LVII
Un silencio incómodo revela en altavoz un tabú.
LVIII
El valiente no debería ser un cobarde sin opciones. Pero a menudo lo es.
LIX
«El amor, como la tos, no se puede esconder», decía George Herbet. Curiosamente conozco a varios, pero con tos seca.
LX
La perseverancia es un artefacto que solo funciona poniéndole pilas.
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LXI
Hay personas que se van para quedarse.
LXII
El disfraz es la máscara del cuerpo.
LXIII
Escribo como quien va abriéndose paso en la selva.
LXIV
La sombra de la planta también merece ser regada.
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LXV
Lo contrario de la vida no es la muerte, es la mala vida. La muerte solo se encarga de dejarte todo eso bien en claro.
LXVI
Dejar que otro también hable, habla bien de mí.
LXVII
Desde hace un tiempo hacia adelante, la puerta de mi corazón cuenta con mirilla.
LXVIII
Recuerda que para escribir algo interesante, primero tienes que ponerte interesante tú.
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LXIX
A veces el futuro pasa de moda.
LXX
Si la literatura fuese un cómic, el aforismo sería el antihéroe.
LXXI
La soledad depende de quien no te acompaña.
LXXII
Dar un paso al costado y no hacia adelante: también es avanzar.
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LXXIII
Ver para beber.
LXXIV
Cargo un libro como quien lleva una linterna.
LXXV
Estoy cerca de alejarme.
LXXVI
Un libro es como el muñeco vudú de su autor.
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LXXVII
Si tienes algo que decirte, no te interrumpas.
LXXVIII
Que lance la primera piedra quien sepa hacerla saltar como un sapito en el estanque.
LXXIX
Volvamos a terminar desde cero.
LXXX
Hay vidas que cambian libros.
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LXXXI
Adulto: persona que a cierta edad ya no se esfuerza por ver la vida de colores, se conforma con el sepia.
LXXXII
¿Cuerdo yo?, ¡ni loco!
LXXXIII
La monotonía suele definirse como aquella solución a la que no le vendría mal un problema.
LXXXIV
El colmo de la muerte es el suicida.
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LXXXV
Tengo demasiadas ganas de no verte.
LXXXVI
Nada de esto tiene sentido, si tiene sentido.
LXXXVII
El amor es el único laberinto del que no te urge saber cómo salir, sino cómo entrar.
LXXXVIII
Los grandes amigos son aquellos reflectores que, en ocasiones, también funcionan como lámparas de noche.
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LXXXIX
Si la vida te sonríe, mejor vigílala.
LC
Lo que no se tiene también ocupa un lugar.
LCI
Los pesimistas siempre estarán dispuestos a regar la raíz del problema.
LCII
El aforista es un poeta que no tiene nada que perder.
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LCIII
Leer es extraviarse en casa.
LCIV
Se casaron hasta que la muerte o la vida… los separe.
LCV
Corazonada: voz interna que te avisa que ya se va a acabar el gas.
LCVI
Lo malo de disfrutar de la soledad es que no tienes a quién contárselo.
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LCVII
Todos los diccionarios describen la palabra eternidad de una forma muy breve.
LCVIII
Hazte escritor para que te sientas orgulloso también de lo que no escribiste.
LCIX
El atardecer insomne es el alba.
C
A partir de los treinta verás que todos los espejos de la casa pasarán a ser retrovisores.
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CI
Miradas: historias de amor de una línea.
CII
Le gustó tanto el poema que se fue tarareándolo…
CIII
Hay personas que solo se ponen en tus zapatos para ver cómo les quedan.
CIV
El fin del mundo ya no me parece justo si alguien se salva.
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CV
Para ti no hay lugar en mi pensamiento. Ya completé el aforo.
CVI
Lector: persona que tiene recuerdos de lugares que no ha visitado.
CVII
Tengo mucho por no ofrecer.
CVIII
Las parejas se perdonan mejor cuando ya se van a dejar.
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CIX
Escribo en defensa propia.
CX
Di bajito tu nombre y serás un misterio.
CXI
Como el juego de las sillas: el amor.
CXII
No hay lugar más seguro que la memoria de una mujer desnuda.
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CXIII
A veces veo la televisión para matar el desaburrimiento.
CXIV
Contra tus enemigos puedes rebelarte, pero no revelarte.
CXV
No creas en todo aquel que dice escribir directo desde el corazón. Quizás solo sea zurdo.
CXVI
Pasado: maleta con rueditas.
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CXVII
Si tú te vas, yo me voy de mi lado.
CXVIII
La mentira piadosa es una verdad que pasa de puntillas.
CXIX
Enamorarse tiene sus riesgos: el no tenerlos.
CXX
Guardar un secreto como quien contiene la respiración bajo el agua…
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CXXI
El aforismo es un torniquete que al final termina empeorando la herida.
CXXII
Es una lástima que el mundo gire en torno al entorno.
CXXIII
El vanidoso siempre suele confundir el concepto de espejo con el de espejismo.
CXXIV
Si la persona que hace posible tu vida se marcha, ¿puedes decir ahora que esa persona te hace la vida imposible?
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CXXV
Trabajo como abogado porque debo. Trabajo como escritor porque me debo.
CXXVI
El futuro no es nada más que el presente cada segundo.
CXXVII
Personas a la mitad en una vida entera.
CXXVIII
El amor nos vuelve ciegos. Y de eso no nos salva ni el mejor perro guía.
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CXXIX
La muerte te recogerá algún día: procura que sea en una Harley.
CXXX
No es lo mismo llenarse de preguntas que llenarse de dudas.
CXXXI
Que la gente sepa que sufro de insomnio no es algo que me quite el sueño.
CXXXII
Escritor: hombre que pretende ser más listo que su yo lector.
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CXXXIII
Cuando discutas contigo mismo, procura no llegar a los golpes.
CXXXIV
Los autobuses que perdimos también nos llevaron a alguna parte.
CXXXV
No soy bueno con las matemáticas, pero sé restar importancia.
CXXXVI
Mientras más abierta está la puerta, menos ganas de salir da.
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CXXXVII
Hay libros que no tienen la culpa de sus escritores.
CXXXVIII
Los poemas son canciones para leer.
CXXXIX
Muchos avanzan, pocos continúan.
CXL
Los monstruos también tienen miedo.
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CXLI
Lo más triste de aquel día en que las cartas de amor pasaron de moda, fue que el cartero siguió con su vida.
CXLII
Una pareja enamorada es la suma de dos personas que prefieren evitar terminar de conocerse.
CXLIII
Escribo como quien planea atracos.
CXLIV
Sentirse solo es peor que estarlo.
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CXLV
El pulso es la lectura de la vida en braille.
CXLVI
El problema de andar por las nubes es que casi siempre el aterrizaje es forzoso.
CXLVII
La última lección que te dará la vida es la muerte.
CXLVIII
Mis amigos más cercanos son los que saben mantener su distancia.
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CXLIX
Procura que el golpe de suerte no te tire a la lona.
CL
Si fuese un lobo, probablemente ya hubiese ayudado a escapar a las ovejas.
CLI
Si tiene pulso está vivo. Si tiene impulso está viviendo.
CLII
Como lector escoges a quién leer, como escritor puede que no te escoja nadie.
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CLIII
Este libro es un complot armado contra mi yo lector.
CLIV
Paradoja: Nada más presente que tu ausencia.
CLV
Un amigo de verdad es un tesoro que te desentierra a ti.
CLVI
Darle amor a uno no fabrica las monedas que pagan el precio por haber herido a otro.
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CLVII
A veces una pregunta es la mejor respuesta.
CLVIII
No conozco aventura amorosa más triste que no haber vivido una.
CLIX
Hay historias que terminan mucho después de acabarse.
CLX
Soñar es gratis. Renunciar a los sueños; cuesta caro.
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CLXI
Antes de ser escritor, primero fui lector. Antes de ser lector, primero fui idiota. Antes de ser idiota, primero fui escritor.
CLXII
Cuando nos damos cuenta de que el amor duele, siempre es demasiado tarde.
CLXIII
El que escribe un aforismo, ya escribió lo suficiente.
CLXIV
El amor propio no debería ser sinónimo de egolatría, pero por suerte lo es.
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CLXV
Adiós es una palabra que empieza acabándose.
CLXVI
Ama a tu prójimo como si no lo conocieras.
CLXVII
Algunos fuman por culpa de la ansiedad, otros porque no tienen a quién echarle la culpa.
CLXVIII
Cuando tomo café, luego el café no puede dormir.
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CLXIX
Prefiero ser un cero a la izquierda que ponerme a tu derecha e incrementar tu precio.
CLXX
Vivimos recordando lo que no sucedió.
CLXXI
Se mató para advertir que estaba vivo.
CLXXII
Si quieres que mis sentimientos afloren, déjame primero ver el florero.
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CLXXIII
A mí la lluvia no me moja: me cura.
CLXXIV
Cada vez que tengo alguna laguna mental, me siento en ella y pesco para disimular.
CLXXV
Nunca te hagas falta.
CLXXVI
Conciencia: señora que se parece a mi madre.
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CLXXVII
La pena que se siente cuando ya no se siente pena, ¿cuenta cómo pena?
CLXXVIII
Explicar un aforismo comprende desentenderme conmigo.
CLXXIX
La nostalgia consiste en tratar de detener lo que ya no avanza.
CLXXX
No le des kétchup al que pide sangre.
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CLXXXI
¿Qué lees que adivinas?
CLXXXII
Vagabundo: hombre que dejó que su vida continúe sin él.
CLXXXIII
Todo en esta vida tiene solución, menos la muerte, y los que creen en esta frase.
CLXXXIV
Fetiche: esconderse en algún lugar de la casa para oler un libro nuevo.
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CLXXXV
Biblioteca: aeropuerto mudo.
CLXXXVI
Sus besos me hicieron perder el desequilibrio.
CLXXXVII
Lo malo también puede pasar de maravilla.
CLXXXVIII
Cementerio: lugar a donde va la gente muerta para visitar a su ser querido.
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CLXXXIX
Vivo encerrado en la libertad, y no quiero salir.
CXC
Epitafio: texto en el que a veces se exagera.
CXCI
Perro pastor: ser vivo más útil que un pastor religioso.
CXCII
Escribir aforismos como sacar conejos de un sombrero.
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CXCIII
Si el gobierno ha privatizado la luz eléctrica, ¿cómo pretende que se enciendan mis propias ideas?
CXCIV
Cuarentena: aislamiento domiciliario donde los jóvenes tienen todo el derecho de seguir en casa haciendo nada.
CXCV
Paz: paloma blanca que te caga el suéter y le declaras la guerra.
CXCVI
El problema de que la vida nos enseñe a golpes, es que pareciese que nosotros contáramos con buenos reflejos.
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CXCVII
Recuerda que lo que no hiciste también pasó.
CXCVIII
Político: rata que cree que Pinky y Cerebro eran figuras de acción.
CXCIX
Mirar hacia atrás es más triste que terminar de irse.
CC
«Yo soy el último», dijo en primera persona.
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Roy Herbach Chiclayo, Perú, 1991. Abogado de profesión. Estudió en la Universidad Señor de Sipán, en Chiclayo,
y actualmente trabaja como asesor legal independiente. Inició con los
aforismos a los 17 años, influenciado por la narrativa breve y los poemas de
cantina del español Karmelo C. Iribarren. Su interés por el género breve se
nutrió aún más con los microcuentos de la poeta mexicana Lina Zerón, las
publicaciones del narrador chileno Alejandro Zambra y los aforismos libres de
otro autor español, Benjamín Prado. Posteriormente entró en contacto con un
título del autor peruano-venezolano Luis Yslas, A la brevedad posible, libro
con el cual renovó los ánimos para mostrar su trabajo en el arduo género del
aforismo.
Prosa de no ficción COLECCIÓN Escolios
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Roy Herbach
COLECCIÓN Escolios