UN SIGLO QUE DURÓ 13 AÑOS
Hace medio siglo caía asesinado el presidente norteamericano John
Fitzgerald Kennedy. El "Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense"
(Project for the New American Century, o PNAC, por su sigla en ingés) bien
podría ser el legado político de sus asesinos. En una afortunada ironía, en el
año en que se cumplen 50 años de aquel magnicidio ese "Nuevo Siglo
Americano" está definitivamente muerto, con sólo 13 añitos de vida.
Lo que sigue fue escrito como resultado de la realización de un análisis
político de la situación internacional del mes de Octubre pasado, por lo que
los hechos sucedidos durante noviembre no están considerados.
el sueño yanqui de la dominación de espectro total
Octubre ha sido un mes donde se han sucedido acontecimientos muy importantes,
expresión de un cambio cualitativo en la geopolítica internacional. Es la digna
continuidad de un Septiembre trascendente. Largos períodos de incubación de
determinadas condiciones están eclosionando en estos momentos. Concretamente
estamos asistiendo a la muerte total del proyecto de Nuevo Siglo Americano, ese
delirio neoconservador de dominación absoluta del mundo por parte de la
oligarquía zionista, delirio que desde 2001 pretendió atacar 8 países en 5 años, y
que tiene como antedecedentes la Guerra del Golfo, en 1990 y 1991, y la agresión
de la OTAN a Yugoslavia, en 1995 y en 1999, cuando Bill Clinton, del partido
Demócrata, era presidente de los Estados Unidos. Hoy el mundo unipolar está
definitivamente muerto. Si bien se puede decir que hace tiempo que está muriendo,
hoy parece claro para todos que ya no existe. Los Estados Unidos no han dejado de
ser una Nación poderosa, pero su debilidad es apabullantemente mayor que lo que
puede suponerse. Pero no se trata sólo de los Estados Unidos. Estados Unidos es,
como Estado, dentro de los Estados que se pueden caracterizar como dominados
por los zionistas (con z, por su esencia nazi) y los anglosajones, el Estado
materialmente más poderoso, y es el Estado que, por esa razón, es la conducción
tradicional del bloque de Estados "atlantistas", denominados así por la alianza
político-militar que los caracteriza: la Alianza del Tratado del Atlántico Norte. Pero
no se trata sólo de la crisis de Estados Unidos, conducción histórica de los
"atlantistas"; se trata de la crisis general del capitalismo y de las fracturas que en
el seno de las oligarquías imperiales trae como consecuencia. Hoy se trata de la
crisis de todo el bloque atlantista porque, frente a sus oponentes continentales
euroasiáticos, orientales, el bloque occidental se encuentra dividido por arriba, y
con una grave crisis económica y social por abajo. Los orientales, principalmente
China y Rusia, pero también Irán y Corea del Norte, se demuestran compactos
porque se asientan en sus respectivas fundaciones revolucionarias y, para los que
han emprendido su camino a través de la profundización del modo de producción
capitalista (especialmente China), hoy aún no atraviesan un proceso de dramática
descomposición interna. Son, como dijo Vladimir Putin de manera aparentemente
muy simplificadora pero no por ello no verdadera, "colectivistas", a diferencia de
los occidentales, que son "individualistas".
Los símbolos soviéticos respaldan el renacimento de Rusia
La decadencia atlantista y la definitiva emergencia de Rusia y China
La cancelación del programado ataque a Siria, las revelaciones de las filtraciones de
Snowden y el enojo de numerosos países por el espionaje inescrupuloso de los
Estados Unidos, el cierre del gobierno Federal de los Estados Unidos, el desplante
de Arabia Saudita ante el Consejo de Seguridad de la ONU y el enojo y las
amenazas de Israel, la ausencia de Obama en la cumbre de la APEC (Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico), el fracaso de la Cumbre Iberoamericana, la
encaminada negociación con Irán... son todas manifestaciones de la actual debilidad
de los Estados Unidos en particular y del poder occidental en general, cuya núcleo
político-militar es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Por contrapartida, Rusia y China ya hoy emergen como los pares de los Estados
Unidos y la OTAN, como los iguales que destellan con fuerza en el nuevo mundo
tripolar. También están los demás BRICS (India, Brasil, Sudáfrica) pero
indudablemente los dos colosos que más fulguran con fuerza en el mundo actual
son, por varias razones, Rusia y China.
Rusia resultó en la gran ganadora de la provisoria resolución de la situación
alrededor de Siria. Fue una soberbia anfitriona en la Cumbre del G-20 y facilitó la
salida negociada que le permitió a los Estados Unidos una retirada honrosa de la
encerrona a la que el zionismo le había conducido.
China destelló en la Cumbre de la APEC, en Indonesia. Allí, los hechos fueron
símbolos de sí mismos: un Obama ausente, por tener su gobierno paralizado, y una
China pujante, con una diplomacia amistosa con todos menos con Japón (una de las
expresiones de esa rivalidad es el diferendo territorial en torno de las Islas
Diaoyu).
El águila ya no vuela majestuosa
Rusia ejerció su decisión política
Hay distintas versiones respecto de lo que pasó el 3 de Septiembre, cuando 2
misiles occidentales lanzados desde el Mediterráneo en dirección a Siria fueron
detectados por el radar de Armavir (en el sur de Rusia), que es parte de los
sistemas de alerta temprana de ataque nuclear de esa nación. Israel dijo que fueron
ellos los que los lanzaron y los Estados Unidos negaron que hubieran sido parte de
dicha acción. Más allá de lo que se diga, la verdad exacta es muy difícil de saber,
porque nadie puede tener razones para tomar por cierto lo que dice Israel o
Estados Unidos. Pudieron haber sido los dos países y la decisión fue que sólo Israel
se hiciera cargo. Pudo haber habido un hecho consumado por parte de Israel para
aumentar la tensión y precipitar a EEUU a la guerra. Pudieron haber sido derribados
por los rusos, y los rusos no declararlo así para, justamente, no humillar
públicamente a los occidentales y mantener la tensión en el más bajo nivel posible.
Lo concreto es que se trató de una prueba para medir tanto la capacidad de
respuesta como la decisión de los rusos. Y los resultados de esa prueba fueron
contundentes: los sistema de alerta temprana de Rusia funcionaron perfectamente
y, eventualmente, también habrían funcionado perfectamente los sistemas de
misiles interceptores rusos, con los que también están artillados los sirios. Lo
concreto es que la decisión rusa de "hasta aquí llegaron" fue palpable para los
atlantistas, no sólo por esta demostración de eficacia, sino por el destacamento de
cada vez más buques rusos en el Mediterráneo frente a Siria. La decisión de atacar
directamente a Siria bien podía llevar a los Estados Unidos a enfrentarse
directamente con Rusia. A diferencia de lo ocurrido con Libia, cuando tanto China
como Rusia permitieron, con su abstención en el Consejo de Seguridad y en el
terreno militar, que los atlantistas derrocaran a Kadafi, ahora estuvo claro que la
decisión política de Rusia no sólo era diferente en el plano diplomático con los
vetos en el Consejo de Seguridad, sino además en el terreno militar, con la decisión
de involucrarse directamente.
Indudablemente que el acuerdo de desarme químico de Siria es una fórmula
transaccional que pudo expresar con bastante rigor la ecuación geopolítica
existente. Estados Unidos, en pleno viraje hacia su retirada estratégica global,
necesitaba poder salir de esa situación embarazosa sin las manos vacías.
Ya Estados Unidos y Rusia venían negociando la situación del "Nuevo Medio
Oriente", pero no precisamente aquel que Israel siempre soñó, sino justamente un
Nuevo Medio Oriente de donde Estados Unidos se retira relativamente y donde
Bachar Al Assad seguirá vigente y presente. Esas negociaciones vienen desde
mediados del 2012, con la elaboración de los Acuerdos para la Conferencia de
Ginebra. Y eso es lo que surgió de los acuerdos realizados como contrapartida de
que Estados Unidos y Francia no atacaran Siria: la realización de la Conferencia de
Ginebra (Ginebra II), donde se establecerá un marco de diálogo entre sirios, sin
condiciones (o sea, sin la pretensión, fantasiosa e irreal, por otra parte, de la
renuncia de Bachar Al Assad), por un lado, y la destrucción de los arsenales
químicos de Siria, por otro. Es cierto que Siria sacrifica poder militar en tanto que
las armas químicas representaban un elemento disuasorio frente a las armas
nucleares y químicas de Israel, pero Rusia es la garante y el respaldo de Siria, y si
los occidentales traicionaran el acuerdo (cosa por cierto siempre muy posible)
teniendo el compromiso y el respaldo de Rusia (y detrás de Rusia, de la
Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva) restablecer el poder militar no
sería un problema para Siria.
Lo que demostró la retirada de los Estados Unidos de Siria es que cuando hay un
contrapoder simétrico que se para firme frente a los imperialistas, éstos terminan
absteniéndose de agredir. Sucedió con Corea del Norte, y vuelve a suceder ahora
con Rusia, cuando ésta decidió que ya era suficiente, que ya era hora de poner un
límite a la estupidez de los "especiales".
Rusia avanza sin pausa en su reafirmación militar
Un quiebre en el control zionista sobre Estados Unidos
Más de una vez los líderes de Israel se han jactado de su control sobre el poder
político de los Estados Unidos. Más de una vez se han jactado de que no es
Estados Unidos quien controla a Israel, sino que es a la inversa. En cierta medida,
esto fue cierto hasta que Estados Unidos se abstuvo de atacar Siria.
El Proyecto de Nuevo Siglo Americano es un proyecto esencialmente zionista. Si el
objetivo del zionismo era la creación de un Estado judío, éste se plasmó con la
creación del Estado de Israel, o sea que ya el zionismo no tendría razón de existir
en función de que conquistó su objetivo. Pero en realidad la naturaleza del zionismo
va mucho más allá de la creación del Estado de Israel, y se define desde mucho
antes de la existencia del Estado de Israel. Hubo un sujeto histórico que concibió
esa ideología: la pequeña y mediana burguesía judía, pero no fue sólo ésta la que
hizo posible la existencia del Estado de Israel. Este Estado pudo existir porque
hubo un Imperio, el Británico, y hubo grandes burgueses judíos como los Rotschild,
que se sirvieron de la doctrina y del movimiento zionista para profundizar su
inserción colonialista en Medio Oriente. Sin la Declaración Balfour, si fuera sólo por
los zionistas quizá hoy andarían todavía buscando padrinos poderosos para su
proyecto de Israel, y quizá hoy todavía andarían errantes mendigando declaraciones
como la de Balfour. Fue el Reino Unido de Gran Bretaña primero, y los Estados
Unidos después, los que hicieron posible la existencia del Estado de Israel. Y
también la Alemania nazi, con sus acuerdos con sus primos zionistas, hizo su aporte
a la colonización de Palestina por parte de los racistas judíos.
Los zionistas, guiados por su autodefinida predestinación, pisotearon los derechos
de los "no elegidos", en primer lugar de los palestinos, porque ese es el pueblo
que casualmente poseía y habitaba las tierras que los "predestinados" eligieron
como suyas, pero luego por sobre los derechos de cualquier otro ser humano no
zionista. El zionismo es una ideología supremacista, donde ni siquiera hay
homogeneidad racial (entendiendo la raza sólo como un patrón de homogeneidad
fisonómica, pero no genética), ya que el judaísmo no es una raza, sino una religión, y
judíos los hay semitas, y los hay germánicos, por citar los dos componentes más
característicos de los judíos actuales. La verdadera homogenidad que existe es la
de reconocerse parte de los predestinados. La única homogeneidad es el
supremacismo. El Estado de Israel es uno de los engendros monstruosos de la
doctrina zionista, pero no el único, ni mucho menos, porque si el supremacismo
tuviera límites en sus ambiciones, no sería tal.
Dos Imperios hicieron posible la existencia de Israel, y los fanáticos zionistas fueron
la cabeza de turco. Pero sucede que ahora Israel, Estado nazi, fanático, que
establece la ciudadanía por el derecho de sangre judía por línea materna,
representa, con su poder militar dotado de armas nucleares, un escollo importante
contra el viraje estratégico que están dando los yanquis una vez que el Proyecto de
Nuevo Siglo Americano, como todo proyecto de fanatismo supremacista,
estratégicamente se demostró inviable y desastroso para los intereses nacionales
de los Estados Unidos. Indudablemente pasaron más de cinco años desde el 2001
y de los 8 países de la hoja de ruta militar neocon (Afganistán, Irak, Libia, Sudán,
Somalia, Siria, Líbano, Irán), Estados Unidos sólo pudo invadir plenamente dos, y un
tercero, Libia, con sus socios europeos en un papel muy protagónico. Como
Estados subalternos, sólo a Israel y a las monarquías del Golfo Pérsico les interesa
que Estados Unidos siga adelante con su raid militarista, y como agrupación política
dentro de los Estados Unidos, sólo a los zionistas, con su delirio racista. El
Proyecto de Nuevo Siglo Americano es justamente el proyecto zionista aplicado a
escala planetaria conjuntamente con los Estados Unidos. Pero no sólo Israel le
molesta a Estados Unidos, que además está desahuciado por la guerras de
Afganistán y de Irak, y que está quebrado económicamente al punto de que, por
falta de entrenamiento, su ejército tiene sólo dos brigadas (6000 a 10000
hombres) en condiciones plenamente combativas (según declarara hace poco Ray
Odierno, jefe de Estado Mayor del Ejército USA), sino también a Gran Bretaña, cuyo
parlamento votó contra el ataque a Siria. El Proyecto de Nuevo Siglo Americano se
terminó:. no habrá un siglo XXI como lo fue el siglo XX para los Estados Unidos. Lo
que si muy probablemente puede haber, no obstante, es mucha más guerra aún.
La corporación de la guerra y la "banda del 11 de septiembre"
El 16 de enero de 1961, el General del Partido Republicano, Dwight Eisenhower,
en su discurso de despedida de su segunda y última presidencia de los Estados
Unidos, decía en algunos de sus párrafos: "Buenos días compañeros americanos.
Han pasado diez años desde la mitad de un siglo en el que hemos sido testigos de
cuatro grandes guerras entre poderosas naciones. En tres de estos conflictos
estaba involucrado nuestro propio país. Nos hemos visto obligados a crear una
industria armamentística permanente de inmensas proporciones. (...) Esta
conjunción entre un inmenso establecimiento militar y una gran industria
armamentística constituye una novedad en la historia norteamericana. Reconocemos
la necesidad imperiosa de este desarrollo. Y ahora no debemos dejar de
comprender sus graves consecuencias. La total influencia, económica, política e
incluso espiritual, se deja sentir en cada ciudad, en cada Cámara Legislativa, en cada
despacho del Gobierno Federal. (...) En los Consejos de Gobierno, debemos
protegernos de la adquisición de influencias injustificadas, ya sean buscadas o no,
por parte del complejo industrial militar. La posibilidad de un aumento de poder
desastroso e inapropiado existe y persistirá. Nunca debemos permitir que el peso
de esta combinación ponga en peligro nuestras libertades o procesos
democráticos".
Sólo poco más de cuatro meses más tarde, el 27 de abril de 1961, el en aquel
momento recientemente electo presidente de los Estados Unidos, el integrante del
Partido Demócrata, John F. Kennedy, en su discurso ante la Asociación Americana
de Editores de Prensa, decía en algunos de sus párrafos: "La mera palabra 'secreto'
es repugnante en una sociedad libre y abierta, y nosotros, como personas,
intrínseca e históricamente opuestos a las sociedades secretas, a los juramentos
secretos y a los procedimientos secretos, decidimos hace tiempo que los peligros
de la ocultación excesiva e injustificable de hechos pertinentes sobrepasan de lejos
los peligros que se citan para justificar tal ocultación. Incluso hoy, existe poco valor
para oponerse a la amenaza de una sociedad cerrada para limitar sus restricciones
arbitrarias. Incluso hoy, existe poco valor para asegurar la supervivencia de nuestra
nación si nuestras tradiciones no sobreviven con ella. Y existe el gran y grave
peligro de que una autoproclamada necesidad por aumentar la seguridad sea
arrebatada y utilizada por aquellos ansiosos e impacientes por expandir sus
intenciones a los mismos límites de la censura y ocultación oficiales. A lo que yo no
me propongo permitir hasta el punto que esté en mi control. (...) Tenemos la
oposición alrededor del mundo de una conspiración monolítica y despiadada que
confía sobre todo en los medios secretos para extender su esfera de influencia. (...)
Es un sistema que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales en la
construcción de un tejido hermético, una máquina altamente eficiente que combina
operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y
políticas. Sus preparativos son encubiertos, no publicados. Sus errores se
entierran, no se anuncian en titulares. Sus disidentes son silenciados, no elogiados.
Ningún gasto se cuestiona, ningún rumor se imprime, ningún secreto es revelado".
Dos presidentes de los Estados Unidos, uno republicano y otro demócrata, en el
mismo tiempo histórico, advirtiéndonos del mismo peligro. Uno de ellos haciendo
alusión a los elementos objetivos, los del militarismo (etapa superior del
imperialismo), y John Kennedy, refiriéndose al producto subjetivo de tal militarismo:
las conspiraciones que son sus herramientas políticas, las mismas conspiraciones
que lo asesinarían dos años y medio más tarde (el 22 de noviembre de 1963, hace
hoy 50 años) que el día del discurso del que extracté los párrafos.
Como ya está demostrado por diversas investigaciones, el atentado a las Torres
Gemelas, del 11 de Septiembre de 2001, constituye un atentado de bandera falsa
realizado por una de esas conspiraciones surgidas como producto del fenómeno
militarista.
Esa conspiración es la continuidad de la línea política que tiró las bombas atómicas
sobre Hiroshima y Nagasaki (recordemos que Roosevelt, que había firmado el Pacto
de Yalta -4 al 11 de febrero de 1945-, y que en agosto de 1945 ya había
fallecido, estaba dispuesto a cumplir lo que en esa Conferencia en la ciudad de
Crimea se había acordado: la intervención militar de la Unión Soviética contra Japón
-ya con Alemania rendida-, acuerdo que, con Truman ya en el gobierno, los yanquis
lograron burlar con el bombardeo atómico sobre las dos ciudades niponas y la
rendición casi inmediata de Japón, de tal forma de evitar la presencia del Ejército
Rojo allí). Es la línea política que asesinó a Kennedy. Es la línea política que hizo el
fraude electoral que permitió que George Bush hijo accediera a la presidencia de los
Estados Unidos. Y el zionismo se entronca en esta conspiración a partir de la
articulación entre la constitución ideológica supremacista del mismo y su necesidad
de la prepotencia militar para realizarse (los únicos fundamentos reales del Estado
Racista de Israel son el expansionismo militar y la limpieza étnica). El Proyecto de
Nuevo Siglo Americano es la configuración doctrinaria de la fusión entre la ideología
del Destino Manifiesto de los Estados Unidos y la ideología zionista de los judíos
como pueblo elegido.
En el atentado a las Torres Gemelas, por lo que he podido informarme,
intervinieron de manera más plena servicios de inteligencia de Israel, Arabia Saudita,
Estados Unidos y Pakistán (los únicos cinco detenidos por un oficial del FBI por
actitudes sospechosas, concretamente estar festejando el atentado en una
camioneta tipo combi en las cercanías de las Torres Gemelas, fueron cinco espías
israelíes que fueron casi inmediatamente liberados por gestiones del más alto
nivel). Las figuras más visibles de esa conspiración son, además de George Herbert
Walker Bush (Bush padre); los intelectuales teóricos y prácticos del Proyecto hacia
un Nuevo Siglo Americano (algunos de los más conspicuos son Dick Cheney, Donald
Rumsfeld, Richard Perle, Paul Wolfowitz, Francis Fukuyama, Richard Armitage, Jeff
Bush...); prominentes políticos provenientes del establecimiento militar como el
veterano militar John McCain (hijo y nieto de prominentes oficiales de las Fuerzas
Armadas y el senador que recibió más sobornos del complejo militar-industrial para
que impulsara el ataque a Siria), más los operativos de las más altas esferas, como
el embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos entre 1983 y 2005, el príncipe
saudí Bandar bin Sultan (llamado Bandar Bush por su cercanía íntima con el clan
Bush), hoy Secretario General del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saudita
y hombre clave de toda la operación de desestabilización y guerra contra Siria.
Como presidente de Israel, Netayahu es también un hombre clave puesto que está
absolutamente embebido de la ideológica supremacista mesiánica nazionista, y hoy
tiene, en verdadera consonancia con su cargo formal, ascendencia real en Israel.
Componen, con muchos otros importantes cuadros de primer nivel que yo no
conozco o que no se conocen todavía (y que conocen, seguramente, los servicios
de inteligencia cubanos o rusos), el núcleo más duro por determinación fanática,
ascendencia de mando, e inserción institucional o facciosa en los aparatos del
Estado de sus respectivas naciones.
La corporación de la guerra
¿Pretorianización de los Estados Unidos?
Según la repetidas filtraciones que vienen ocurriendo, uno de los lugares donde la
inteligencia de los Estados Unidos puso más atención históricamente es Pakistán,
que fue el lugar que funcionó como base de la campaña de desestabilización
estratégica de la ex-Unión Soviética, porque desde allí se organizó la insurgencia
islámica que desestabilizó al gobierno prosoviético de Afganistán y que enfrentó las
tropas del Ejército Rojo de la URSS cuando éstas ingresaron en ese país de Asia
Central. Fueron las que participaron del Vietnam que los yanquis orquestaron para
la URSS, en el marco de la estrategia expresada por Zbigniew Brzezinski. En este
dispositivo estratégico, los Estados de Arabia Saudita y Pakistán tuvieron un rol
fundamental. Pero la atención de la inteligencia de los Estados Unidos no sólo se
debió a su involucramiento en el armamento y la organización de la insurgencia de
Al-Qaeda y los Talibanes, sino también por el hecho de que Pakistán posee armas
atómicas. Estados Unidos he declarado en repetidas oportunidades su
preocupación de que las ojivas nucleares pudieran caer en manos de los Talibanes,
que en Pakistán están ganado creciente inserción e incrementando su actividad. La
posibilidad de que grupos facciosos se doten de armamento nuclear -discurso que
Estados Unidos utilizará siempre como un buen pretexto para su presencia en
Pakistán- parece ser que en donde puede resultar más plausible no es
precisamente en Pakistán, sino en el mismo Estados Unidos.
Que haya divisiones en el seno de la oligarquía yanqui es bueno para el mundo, pero
es relativamente peligroso. La pretorianización de los Estados Unidos (visto desde
el ángulo político, la descomposición del Imperio Romano consistió, en un sentido,
en la profundización de los conflictos en el seno de la élite dominante, conflictos
cuya profundización significa la resolución de los mismos por la vía de los
confrontación, de la violencia. En este marco, las Guardias Pretorianas, los cuerpos
militares selectos más cercanos a la punta de la pirámide del poder imperial,
cobraron cada vez mayor importancia en la guerra entre facciones rivales) implica el
riesgo de que el armamento nuclear caiga en manos de fanáticos supremacistas
suficientemente decididos a "golpear primero", con lo que eso significa como
eventual detonante de una guerra nuclear total (la Destrucción Mutua Asegurada, o
el "equilibrio del terror", se basa en la realidad de que tanto los Estados Unidos
como la Unión Soviética -hoy Rusia- están en condiciones de destruir
completamente a su oponente, independientemente de quien fuera capaz de
golpear primero, debido al desarrollo de la cohetería intercontinental y al enorme
poder del armamento nuclear; entonces perdería sentido -salvo que se trate de un
fanático que, ante la prespectiva de su propia derrota, prefiera la destrucción total-
"golpear primero", puesto que lo que se desencadenaría, si la guerra fuera total, es
la destrucción de todos, y no sólo ello, sino la extinción de la Humanidad y de gran
parte de la vida en la Tierra).
En la época romana, los generales comandaban ejércitos armados de catapultas; en
el mundo de hoy, los ejércitos imperiales tienen armamento nuclear.
En este sentido, ya en estos meses hubo varios episodios de alarmante
"inseguridad" en los arsenales de misiles nucleares intercontinentales de los
Estados Unidos, episodios que demuestran el nivel de descomposición imperial y su
"pretorianización".
Por citar algunos sucesos preocupantes (Russia Today):
"Los oficiales de la Fuerza Aérea de EE.UU. han comunicado que una de las
unidades responsables de operar misiles nucleares intercontinentales no ha
superado la inspección de seguridad". (13-08-2013);
"La base estadounidense de la Fuerza Aérea de Dyess está trasladando ojivas
nucleares a la costa este del país en una transferencia secreta sin rastro
documental, informa el portal 'Infowars', citando a una fuente militar de alto nivel.
De acuerdo con la fuente de 'Infowars', quien 'tiene un sólido historial
continuamente demostrado como correcto en la actividad militar de profundidad', el
comandante de la base autorizó trasladar las ojivas nucleares a un lugar
desconocido, donde serían recogidas y potencialmente utilizadas. El informe es de
especial interés no solo debido a la situación en Siria y los preparativos del
Pentágono para un posible ataque contra el país árabe, sino también por el hecho
de que Dyess ha negado en repetidas ocasiones la existencia de ojivas nucleares en
la base, señala 'Infowars'. (...) No había ninguna firma, necesaria para la
transferencia... No había directiva. Dijo que el comandante de Dyess estaba allí para
autorizar la salida. Nadie sabía a dónde iban realmente, pero el conductor del
camión dijo que las llevaba a Carolina del Sur y que otro las recogería para
llevárselas de allí". (07-10-2013). (notese que la base de Dyess está en el Estado
de Texas, territorio de los Bush -a sólo aprox. 300 kilómetros del rancho de
Crawford, propiedad de esa familia oligárquica-, que Carolina del Sur es un lugar
de fuerte inserción del Partido Republicano, y que esas movimientos irregulares
fueron realizados sólo unos días antes de la emblemática fecha del 11 de
septiembre).
"El viernes pasado la Fuerza Aérea anunció el despido del mayor general Michael
Carey, responsable de tres alas de misiles balísticos intercontinentales, con un
total de 450 misiles repartidos en tres bases por todo el país. Se aludió a una
'pérdida de confianza' en Carey como motivo del despido, pero la razón exacta del
mismo no se precisó. Dos días antes se relevó de su cargo al vicealmirante Tim
Giardiana, comandante del Comando Estratégico, que tiene la responsabilidad de
supervisar los misiles nucleares en submarinos y bombarderos estratégicosProject
for the New American Century". (16-10-2013)
"Los oficiales estadounidenses responsables de las llaves que accionan el
lanzamiento de misiles nucleares dejaron las puertas del cuarto secreto abiertas
dos veces este año, según fuentes de AP en la Fuerza Aérea de EE.UU." (22-10-
2013).
Militarismo y capitalismo eugenésico
En la época de la Destrucción Mutua Asegurada sólo una ideología supremacista y
fanática puede estar dispuesta realmente a dar el "primer golpe" nuclear, así sea
concebido sólo en un escenario "táctico", sabiendo que con ello se corre el riesgo
de desatar el fin de la Humanidad.
Son conocidas las teorías maltusianas respecto del exceso de población del
planeta. Lo que esas teorías nunca tuvieron en cuenta es el concepto de la forma
de gestión de la energía que, en un sistema planificado, no en la anarquía
capitalista, sería posible instrumentar de manera sustentable para beneficio de toda
la Humanidad. El problema no es el número de habitantes sino cómo la Humanidad
gestiona la energía -comprendida en su sentido más amplio- de manera sustentable.
Sumida en el caos capitalista, la organización de la producción contemporánea es un
himno al derroche energético y a la utilización estúpida de los recursos. El principal
enemigo de la Humanidad no es el gran número de seres humanos, sino el modelo
capitalista de competencia, guerra y consumismo.
Pero los idiotas capitalistas, los superestúpidos, no lo ven así, justamente por eso,
porque son idiotas, sólo títeres personificaciones alienadas al Capital. En este
sentido, tomando por válidas las estúpidas premisas que hoy se imponen como
condiciones dadas para el accionar político, el fenómeno imperialista ha prohijado al
supremacismo como su producto más característico, y a la eugenesia como el
resultado práctico de la falsa conclusión de que "la Tierra no alcanza para todos".
"Si la Tierra no alcanza para todos, entonces no seremos nosotros, los
'predestinados', los que nos sacrificaremos, sino que en esta ley de la selva tiene
que ganar el más fuerte, o sea, nosotros, los 'predestinados" (en el caso del
zionismo, los 'predestinados' zionistas)".
Y el problema aparece cuando los sujetos pierden el sentido de la realidad,
extraviados en su narcisismo racista. Indudablemente que los cambios históricos no
ocurren sólo por la psicología de determinados hombres en determinados
momentos, sino que es a la inversa: el imperialismo, etapa superior del capitalismo,
prohija a su vez otra etapa superior aún, que es el capitalismo militar, donde la
guerra no resulta en una necesidad de toda la burguesía en marco de la "crisis de
superproducción", sino como necesidad de la reproducción del aparato militar-
industrial, en tanto aparato corporativo capitalista, que necesita de la guerra
perpetua para alimentar el mercado de las armas y así realizar su plusvalía y su
acumulación.
El producto subjetivo característico del capitalismo militar, justamente son los
locos de la guerra que, en conjunto con los enfermos mentales supremacistas pero
ilustrados, constituyen una peligrosa amalgama de teoría política y ansiedad bélica.
Israel y Arabia Saudita se unen aún más
Netayahu ya previno en la última Asamblea General de la ONU que Israel actuará en
soledad, si para ellos resulta necesario, para impedir que Irán se convierta en un
Estado con armas nucleares. Arabia Saudita, por su parte, fue muy elocuente en su
enojo con los Estados Unidos, por no haber atacado Siria (los sauditas hasta habían
financiado los costos de toda la operación). Además del desplante de Arabia
Saudita ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde no aceptó asumir su
membresía como miembro no permanente, el príncipe Bandar Bush (su nombre
árabe es Bandar bin Sultan) fue muy claro ante diplomáticos europeos sobre su
desengaño con los Estados Unidos.
La retirada de los Estados Unidos, entonces, no significa la pasividad de Israel y
Arabia Saudita. Por el contrario, Israel recientemente bombardeó una base aérea
siria (además de seguir hostigando constantemente a los palestinos) y Arabia
Saudita sigue empeñada en alimentar la guerra en Siria, y de hecho es el principal
sostén de los mercenarios. Una vez más, podemos decir que es muy bueno que los
imperialistas se dividan, pero no es tan bueno si algunos de ellos están dispuestos
a utilizar armamento nuclear y desatar una guerra tenga las consecuencias que
tenga. En síntesis, los zionistas perdieron (relativamente) a Estados Unidos, pero
aún tienen en sus manos a Israel, Arabia Saudita y Francia, como para utilizar el
poder de estos países en función de sus fines supremacistas.
De todas maneras, sería muy estúpido que Israel y Arabia se negaran a aceptar la
nueva realidad geopolítica y pretendieran resistirse a ello. El desencadenamiento de
una guerra regional no sería lo mismo que cuando Saddam Hussein invadió Kuwait.
Hoy Israel puede ser verdaderamente borrado del mapa, lo mismo que Arabia
Saudita, si se considera el poder de fuego de Irán más la decisión política de Rusia
desde Putin en adelante, lo que es casi lo mismo que decir el poder de fuego de los
dos juntos.
Los desafíos actuales y otros puntos de peligro de guerra de alta intensidad
El desafío actual es, por un lado, que en el marco de la creciente competencia
interimperialista como resultado de la "crisis de superproducción", esta
competencia no escale a un enfrentamiento estratégico directo entre grandes
potencias militares, como ya ha sucedido en la Primera y Segunda guerras
mundiales. Sólo con que se enfrenten en una guerra nuclear Pakistán y la India,
como lo denunciara oportunamente Fidel Castro, sería suficiente para que se
produzca un fenómeno climático llamado "invierno nuclear". Imaginemos lo que
sería un enfrentamiento entre EEUU y Rusia, o China.
En términos generales, entonces, el mayor peligro en este sentido lo representa el
Zionismo y su "Banda del 11 de Septiembre", con su fanatismo racista y mesiánico y
su divergencia total con la actual estrategia de repliegue de los Estados Unidos.
Hasta el momento la situación en este sentido parece haberse encaminado por
fuera de la senda catastrófica, pero no podemos cometer el error de menospreciar
la estupidez de estos racistas, por el poder que aún detentan.
Respecto de los puntos de fricción de guerra de alta intensidad, los escenarios
calientes donde puede explotar el polvorín no se reducen sólo a Medio Oriente
(donde, con las decisiones que acaban de tomar los Estados Unidos aceptando el
plan ruso y negociando con Irán, ha bajado indudablemente la tensión), sino además
en torno a la península de Corea por un lado, y al Mar de China Oriental (islas
Daioyu) por otro.
En la península coreana sigue la tensión, aunque no en su máximo nivel, entre la
RPDC (Corea del Norte) por un lado, y Corea del Sur y los Estados Unidos por
otro. En este sentido, Corea del Norte sigue adelantando su programa misilístico,
tanto de misiles de corto alcance como de vectores aeroespaciales, lo que le da,
además del poder de colocar satélites en órbita (es uno de los pocos diez países
que pueden hacerlo con vectores propios en el mundo), el poder de tener misiles
intercontinentales, al salir y entrar de la atmósfera terrestre; y sigue adelantando
en su programa de armamento nuclear, de tal manera de perfeccionar su poder de
fuego. Corea del Sur, por su parte, profundiza el desarrollo de su propia
tecnología militar al mismo tiempo que profundiza también su asociación militar con
los Estados Unidos, donde además de participar de los rutinarios ejercicios
militares con su socio norteamericano, acaba de adquirirle 112 misiles para
sistemas Patriot y 4 drones RQ-4 Global Hawk (sólo estos cuatro drones valen
nada menos que 1200 millones de dólares), drones de alta tecnología en
reconocimiento, y gran autonomía de vuelo.
Por otra parte, el aumento de la tensión entre China y Japón por la Islas Daioyu, en
el Mar Oriental de China, se inscribe en el renacimiento del militarismo imperialista
de Japón, donde como símbolo ya se está haciendo costumbre para los dirigentes
japoneses visitar el santuario de Yasukumi, símbolo del pasado militarista japonés,
lo que significa una afrenta tanto contra China, Corea o Vietnam, como contra todo
país que sufriera en el pasado el imperialismo japonés. Ese rito militarista no es una
casualidad. Japón está planeando modificar su Constitución para ampliar sus
poderes militares y endureció su legislación en torno de la "Seguridad Nacional".
China, por su parte, por primera vez desplegó su flota de submarinos en una acción
de demostración de fuerzas, y acercó sensiblemente una embarcación militar de
inteligencia al mar territorial de los Estados Unidos en Hawai, entre otros
movimientos militares más ostensibles.
Otra zona de habitual fricción, pero que en los últimos tiempos hay menos tensión,
es en la región de Cachemira. Parece que el diálogo se ha encaminado entre
Pakistán y la India, aunque ambos países siguen avanzando constantemente con sus
programas misilísticos y de desarrollo de su armamento nuclear.
Por otra parte, el vuelo a través de América Latina de dos bombarderos
estratégicos rusos, más el cada vez más frecuente patrullaje de submarinos y
barcos rusos y chinos por los mares de todo el planeta, demuestran el rebalanceo
militar estratégico que está ocurriendo y la vocación de poder de los colosos de
Eurasia, que se hacen presentes en territorios antes monopolizados con la
presencia militar norteamericana.
En realidad, estas demostraciones crecientes de poderío militar se están
extendiendo a todo el mundo, entre diversos Estados. Además, la carrera
armamentista está recrudeciendo en general. Como resultado de la crisis, todos los
Estados, aún los que tienen importantes crisis internas, redoblan sus esfuerzos
para armarse y mejorar su pie de fuerza.
Retirada estratégica de los Estados Unidos y reformulación de los
paradigmas de su competitividad
Por lo que alcanzo a apreciar, los Estados Unidos están en plena retirada
estratégica, replegando parte de su enorme fuerza militar, forzados por la enorme
crisis económica que están atravesando y por la desmoralización de sus efectivos,
donde la pobre fuerza moral de un Imperio en decadencia indudablemente impacta
en la moral de combate. Es como si se hubiera agotado el crédito ideológico que
generaron con los atentados de las Torres Gemelas. Entonces, lo que están
haciendo es delegar cada vez más en sus socios la defensa territorial, y mantenerse
como retaguardia estratégica y proveedor de alta tecnología militar, de tal manera
de rebalancear la ecuación económica que implica el mantenimiento de su aparato
militar. Este rediseño se está profundizando conforme se va agotando la fuerza
combativa de los Estados Unidos.
Decir que Estados Unidos está en retirada y en crisis significa decir que su ecuación
económica y militar se desbalanceó. La deslocalización de sus industrias hacia la
periferia, la desregulación social y del mercado en favor de las grandes
corporaciones -que profundizó la concentración económica y la polarización social-,
la acentuación del parasitismo como resultado del usufructo desmedido de su
poder militar -elemento que fue acentuando el carácter depredador de su
dominación imperial a la vez que redundó en un excesivo endeudamiento (cuyo
principal acreedor es China) y un debilitamiento del dólar-, la desmoralización de su
pueblo -dominado por los valores individualistas y enviciado con las drogas- y la
resistencia creciente en todo el mundo a sus intentos de dominación, terminaron
por romper el equilibrio y obligar a los Estados Unidos a emprender claramente el
repliegue.
Además, en el marco de este repliegue sobre su propio territorio, Estados Unidos
traslada el centro de gravedad de su poder militar al Pacífico. Esto es así porque el
camino más directo entre Estados y China y Rusia pasa por el Océano Pacífico. Pero
al mismo tiempo demuestra que su estrategia pasa a ser relativamente defensiva,
una estrategia de proteger lo propio, de conservar hasta recomponer su situación,
en vez de intentar ir a tomar ofensivamente lo ajeno.
A diferencia de los zionistas, que en función de su alucinación fanática y de la
superviviencia del Estado de Israel pretenden seguir locamente hacia adelante en su
agenda de guerra, hoy los Estados Unidos están planteando reacomodarse a la
nueva realidad, como en otro momento lo hiciera el Imperio Británico. En vez de
Nuevo Siglo Americano, retirada estratégica y negociación con China y Rusia.
Justamente, a fines de Octubre el nonagenario Henry Kissinger viajó a Moscú como
enlace oficioso para entrevistarse directamente con Vladimir Putin. Francamente,
Kissinger declaró que el nuevo mundo se caracterizará por un acuerdo entre EEUU,
Rusia y China. Esto significa que los Estados Unidos están necesitando la
convivencia pacífica con sus oponentes estratégicos, y que, entonces, deben
asentar las bases de su competitividad más en fundamentos económicos que
militares, a partir de su propia reconstrucción nacional y del relanzamiento de la
competitividad. Bajar el costo de la fuerza de trabajo -que con el aumento de la
desocupación se fuerza a la baja de los salarios-, reducir la ineficiencia de la
burocracia del Estado -en este sentido el elefantiásico aparato militar resulta en
una sangría interminable sin que eso redunde en una clara ventaja competitiva-,
aumentar la inversión en Investigación y Desarrollo, y con sus aliados profundizar la
construcción de acuerdos comerciales para construir relaciones de carácter un poco
más asociativo que de sometimiento militar.
la gloria soviética inspira la responsabilidad de los actuales dirigentes
LEONARDO DEL GROSSO